La obsesión de la duda. El TOC.

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La obsesión de la duda. El TOC.
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Una obsesión es un pensamiento, imagen o impulso no deseado que se vive como repugnante,
carente de sentido e inaceptable y que es muy difícil de eliminar de la mente.
Cuando surge una obsesión, la persona siente una gran ansiedad e intenta hacer alguna cosa
para tranquilizarse o evitar que suceda algo de consecuencias inevitables. Estos actos
repetidos y, a veces estereotipados se llaman compulsiones.
" Son las cuatro de la tarde de un sábado. He recogido la cocina y la ropa. Todo está ordenado.
Necesito tenerlo así para poder disfrutar de una película que me interesa ver por televisión. Mi
hija pequeña me avisa que dará comienzo en unos instantes. Me siento tranquilamente en un
sofá que está situado al lado de la ventana. De repente aparece el pensamiento: ¿ Y si te
tiraras por la ventana? ¿Por qué no te tiras? Este pensamiento me paraliza; me pongo rígida;
comienzo a sudar; el corazón me late muy aprisa; me cuesta respirar; tengo frío, un frío muy
intenso; tengo náuseas...
Pienso que no podré resistir y acabaré tirándome por la ventana y como vivo en un cuarto piso
me mataré. Sin embargo, sé que no quiero hacerlo, que solo es un pensamiento. Dudo. No
puedo asegurar que no lo haré. Vuelvo a dudar. Intento mirar la película, pero el pensamiento
me machaca el cerebro y no me deja en paz. Bajo la persiana; quizá así no lo haga, pienso. La
persiana me lo impedirá.
Observo a mis hijos y me digo que tengo mucha suerte con estos hijos, por lo tanto, ¿ por qué
voy a querer tirarme por una ventana?. No quiero hacerlo, sin embargo este razonamiento no
me sirve para nada. Sigo encontrándome mal y necesito ir una y otra vez al cuarto de baño. Me
coloco de espaldas a la ventana intentando parar este pensamiento que me tortura. Finalmente
no puedo aguantarlo más y me marcho de la habitación. Pero en los días siguientes el
pensamiento sigue torturándome hasta el punto de tenerlo presente incluso en mis sueños. El
miedo a hacer aquello que no quiero invade cada instante de mis días."
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La obsesión de la duda. El TOC.
Aunque la palabra obsesión forma parte de nuestro vocabulario coloquial, los psicólogos la
utilizamos para nombrar la manifestación de un trastorno de ansiedad que se basa en
pensamientos y hábitos repetitivos y absurdos a los cuales los afectados no se pueden sustraer
a pesar de ser conscientes de su futilidad. La enfermedad afecta a un gran número de
personas que, a menudo, la sobrellevan en absoluto secreto. El grado de gravedad depende
del nivel de angustia que estos pensamientos generan y del tiempo y energía que se dedica a
reducir la ansiedad mediante rituales.
¿Habré mirado bien? ¿Habré cerrado bien? ¿Habré limpiado bien?
Lola tiene las manos dañadas por el uso excesivo de la lejía que utilizaba para librarse
de todo posible germen. Su temor era que pudiera contagiar a su familia con el cáncer a
pesar de saber que esto no era factible. Los actos que llevaba a cabo para evitarlo, su
compulsión, era lavarse escrupulosamente con lejía cada dedo repetidas veces, y hasta
cuarenta veces al día durante 20 minutos.
Su obsesión era tan exagerada que había implicado a todos los miembros de la familia.
El marido y los hijos debían quitarse los zapatos al entrar en casa y cambiarse toda la
ropa. Cualquier indicio de contaminación le suponía un sufrimiento enorme y la
incapacidad de controlar el avance de los gérmenes por la casa la sumía en un estado
depresivo constante. Su actividad en casa era febril y se centraba solamente en limpiar,
frotar y volver a empezar. Tenía la sensación de que le faltaban horas al día y nunca
estaba satisfecha.
Tomás podría parecer a primera vista un chico meticuloso, cuidadoso y pendiente de los
detalles. Sin embargo, sólo él sabía lo mal que lo pasaba cuando volvía al coche
repetidas veces (hasta seis o siete) para cerciorarse de que había cerrado bien las
puertas.
Cuando tenía que mandar alguna carta, su empeño era cerrarla y volverla a abrir no fuera
que hubiera hecho algo mal o hubiera olvidado algún detalle. En la oficina repasaba el
trabajo hasta diez veces y se detenía a mirar continuamente si los papeles importantes
aún estaban allí. Miraba varias veces la papelera para ver si algo importante se había
caído inadvertidamente. Al cerrar nunca se fiaba de que la secretaria apagase las luces y
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las estufas y llegaba a volver dos y tres veces al despacho a ver si todo estaba en orden.
En casa las dudas se centraban en la llave del gas y su familia no podía entender que no
acabara de confiar en sus propios sentidos al verlo repetir una y otra vez el camino a la
cocina para repasar todo tantas veces.
Su temor u obsesión era el ser responsable de un posible daño a sí mismo o a otros por
su falta de atención. Sus actos o compulsiones eran verificar y comprobar.
Para Víctor todo el problema estaba en su cabeza. Él era consciente de lo absurdo de
sus preocupaciones, pero esto no lo libraba de aquellos incómodos pensamientos que a
veces lo aterraban y a veces le causaban verdaderas crisis de angustia. Pero nada podía
hacer ya que cuanto más los deseaba alejar más se repetían impidiéndole trabajar, leer,
estudiar e incluso mirar la tele. Además todo lo que oía o leía se encadenaba
mágicamente con ellos dándole la sensación de que estaba atrapado. Su estado de
ánimo estaba muy decaído y a veces creía que no valía la pena vivir de ese modo.
Cada uno de estos pacientes pertenece a un tipo característico de trastorno obsesivo
compulsivo, aunque es frecuente que se mezclen diversos aspectos en la misma
persona.
La investigación actual distingue los siguientes rasgos como presentes en los diversos
tipos de afectados por el trastorno:
1.
2.
3.
4.
compulsión por la limpieza.
compulsión por la comprobación.
pensamientos, imágenes e impulsos obsesivos.
lentitud y prolijidad excesivas.
Obsesiones y compulsiones
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Las obsesiones y las compulsiones básicamente se distinguen por su función . Las
primeras se componen de pensamientos, imágenes e impulsos cuya principal
característica es la de ser involuntarios ; además, están asociados a un incremento de la
ansiedad. Por su parte, las compulsiones, sea en forma de acciones u otros
pensamientos, tienen la función de neutralizar y conjurar las obsesiones con la
peculiaridad de ser voluntarias. La intención con que se efectúan las compulsiones es la
de reducir la ansiedad o la probabilidad del riesgo de que ocurra algo nefasto.
El contenido de los pensamientos, impulsos e imágenes obsesivas acostumbra a ser
personalmente repugnante. Cuanto más inaceptable para la persona es una idea intrusa,
más incomodidad siente cuando ésta se manifiesta. Se dan entonces paradojas como la
del sacerdote que se imagina blasfemando en público o la del pacifista con impulsos
violentos.
La inspiración común a todos los aquejados es la de prevenir que sucedan hechos
ominosos, la cual va seguido de intentos para lograrlo. Los obsesivos de la limpieza se
parecen a los que padecen fobias y desempeñan variadas conductas con el fin de
soslayar los "objetos contaminados " con los que le depara la vida. Cada vez que la
maniobra de evitación falla, le " ponen inmediato remedio " lavando y limpiando. En las
obsesiones de comprobación el empeño es el de no ser responsable de causar daño a sí
mismo o a otros.
Epidemiología
La mayoría de los obsesivo - compulsivos inician el trastorno antes de los veinte años.
El 80% antes de los 30. La forma y el contenido de las obsesiones es sorprendentemente
similar en Europa, USA, Canadá e India. La proporción hombre - mujer es de 2:3. En las
mujeres es el 4º trastorno más frecuente.
Un reciente estudio epidemiológico del NIMH en USA aporta datos que indican que el
trastorno es mucho más frecuente de lo que se consideraba. Se halló una incidencia del
2% en la población general. También es un 2% la cifra de obsesivos entre la población
psiquiátrica.
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Una observación sociocultural merece mención: el 86% de las mujeres obsesivas
estudiadas por Rachman y Hodgson en 198O sufrían obsesión por la limpieza. Además,
parece ser que la conducta sexual y afectiva de los obsesivos puede ser muy pobre,
según estudios de Hare (1971), ya que existe una tasa muy alta de celibato,
particularmente entre los hombres. También se observa que en ambos sexos el
matrimonio es tardío. Igualmente la tasa de fertilidad es muy baja, aún más que en
pacientes esquizofrénicos.
Los límites de la normalidad
Muchos de nosotros podríamos preocuparnos y dudar de si somos o no
obsesivo-compulsivos. Lo cierto es que los rasgos obsesivos se presentan en un gran
número de personas consideradas " normales ". De hecho, psicólogos ingleses
investigaron los pensamientos obsesivos en una muestra de 302 personas y el 84 %
informó que habían experimentado el asalto de pensamientos, imágenes o impulsos
indeseados más de una vez en su vida.
A continuación sugerimos un ejercicio de detección de un posible trastorno obsesivo compulsivo por si los lectores albergan alguna duda con respecto a sus tendencias
obsesivas y la necesidad de acudir a un psicólogo.
Consulte la siguiente escala sobre el tiempo que le ocupan, la interferencia que ejercen
en su vida cotidiana, el malestar subjetivo que le ocasionan, la resistencia que opone y
el control que posee sobre algunos pensamientos y acciones.
1.Dedicación en tiempo a pensamientos obsesivos y rituales compulsivos.
0.Ninguna
1.Leve: menos de una hora al día, o intrusión ocasional ( de pensamientos o rituales)
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2.Moderada: de una a tres horas al día o intrusión frecuente.
3.Severa: de tres a ocho horas al día.
4.Muy severa: casi todas las horas en que está despierto.
2.Interferencia debida a pensamientos obsesivos o rituales compulsivos.
0.Ninguna.
1.Leve: ligera interferencia que apenas perjudica su vida.
2.Leve a moderada interferencia.
3.Moderada: clara interferencia en el trabajo o en la actividad social, pero no
incontrolable.
4.Muy severa: Incapacitante en las diversas facetas de su vida.
3.Malestar asociado a pensamientos obsesivos y rituales compulsivos.
0.Ninguno
1.Leve: infrecuente y apenas turbador.
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2.Moderado: evidente malestar derivado de pensamientos o rituales.
3.Severo: pensamientos frecuentes o acusado incremento de la ansiedad si la ejecución
de las compulsiones es impedida.
4.Muy severo: malestar casi constante a causa de pensamientos o rituales.
4.Resistencia a pensamientos obsesivos o rituales compulsivos.
0.Siempre se esfuerza por resistir, o bien los pensamientos no exigen oponer
resistencia.
1.Hace un gran esfuerzo por resistir la mayor parte del tiempo.
2.Hace cierto esfuerzo por resistir.
3.Cede por completo ante los pensamientos o rituales.
Si su respuesta a alguna de las cuestiones precedentes ha puntuado 3 ó 4, debería
consultar a un psicólogo para obtener un diagnóstico, y, sobre todo un tratamiento.
Obsesiones de contenido agresivo:
Miedo a dañar a otras personas.
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Miedo a hacerse daño a sí mismo.
Imágenes horribles y violentas.
Miedo a proferir obscenidades o insultos.
Miedo a actuar sometido a impulsos criminales.
Miedo a aparecer como responsable de algún error o fracaso.
Miedo a que ocurra alguna catástrofe.
Obsesiones de contaminación
Preocupación o disgusto por secreciones o desechos corporales
( Orina, heces, semen o saliva.
Preocupación por la suciedad y gérmenes.
Obsesiones de contenido sexual
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Pensamientos o imágenes que repugnan a la persona ( pedofilia, incesto, bestialismo,
homosexualidad, etc..).
Obsesión por necesidad de simetría, exactitud u orden
Obsesiones diversas
Miedo a no hablar con total precisión.
Imágenes intrusas, por ej. , imagen mental de un perro.
Sonidos, palabras o música intrusos y absurdos.
Números de la suerte y números nefastos.
Colores con significado especial.
Obsesiones-compulsiones somáticas
Preocupación exagerada por alguna parte del cuerpo, por ej. , la nariz.
Compulsiones de cómputo
Contar una y otra vez hasta cierto número.
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Sumar matrículas de los coches.
Compulsiones de comprobación
Comprobación de puertas, cerraduras, interruptores, etc.
Rituales de repetición
Entrar y salir por las puertas, sentarse y levantarse de las sillas, etc.
Compulsiones de ordenar y arreglar
Hacer y deshacer una maleta, ordenar repetidamente el contenido de cajones, clasificar
objetos según cierto orden ( colores, tamaños...
Compulsiones de coleccionismo y acumulación
Acumular periódicos viejos, cartas, papel de envolver, ropa vieja, etc.
Compulsiones diversas
Necesidad de informar, preguntar o confesarse.
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Necesidad de comparar y medir.
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