Singularidad Tecnológica: «La Ciencia Ficción da paso a la Realidad» Raquel Rodríguez AnecdoTIC Durante años el cine de ciencia ficción nos ha mostrado un futuro en el que robots, humanos e incluso "superhumanos" convivíamos en un mismo mundo. Todos recordamos a los "replicantes" que Ridley Scott nos presentaba en Blade Runner o, más recientemente, a los robots "NS5" a los que se enfrentaba Will Smith en Yo, Robot. Sin embargo, lo que muchos no saben, y hasta hace poco yo me incluía dentro de ese grupo, es que el día en que los humanos nos relacionemos con robots al igual que entre nosotros mismos, o bien ampliemos nuestra inteligencia hasta límites inimaginables, está cada día más cerca. La singularidad tecnológica va más allá de los argumentos del cine de ciencia ficción. Siguiendo la Ley de Moore, que enuncia que la capacidad de los ordenadores se duplica cada dos años, los estudiosos de la singularidad sostienen que llegará un momento en que los humanos fabricarán ordenadores ultra-inteligentes capaces de fabricar otros ordenadores mejores y éstos, a su vez, Figura 1: Póster Blade Runner. Fuente: Flickr crearán ordenadores todavía más potentes, de manera que se dará un explosión de inteligencia que dejará atrás a la inteligencia humana y llevará la Ley de Moore a un nivel superior. Ese primer ordenador superinteligente será la última maquina que fabrique el ser humano y, según los expertos más alarmistas, esas maquinas superinteligentes podrían terminar con la especie humana. Otros expertos, sin dejar atrás la Ley de Moore, sostienen que, si la inteligencia de las maquinas sigue creciendo, llegará un momento en que la inteligencia artificial se fusionará con la biológica creando, de este modo, seres superinteligentes con capacidades incalculables. Así, en el futuro, robots, humanos y "superhumanos" podríamos coexistir en una misma sociedad. Las profecías de Raymond Kurzweil Raymond Kurzweil, tecnólogo conocido como el "padre de la singularidad" y apodado en algunos círculos como el "Nostradamus Cibernético", sostiene que ese día en el que los robots y los humanos cohabitemos en el mismo mundo no está tan lejos como parece. Según Kurzweil en los próximos años, la humanidad va a experimentar una serie de hitos que cambiarán completamente la vida actual. El primero de estos hitos tendrá lugar dentro de 15 años, cuando los humanos seamos capaces de reprogramar nuestros genes para eliminar los que provocan enfermedades y añadir nuevos genes a nuestro cuerpo para mantenernos sanos. De esta forma, cada año podremos sumar un año más a la esperanza de vida humana. En el 2029 tendremos ordenadores tan inteligentes como los humanos. Estos ordenadores tendrán inteligencia emocional, serán divertidos, entenderán nuestras emociones e incluso podremos hablarles, serán casi como personas. Además, en este mismo año, empezaremos a poner nanobots del tamaño de un glóbulo rojo dentro de nuestros cuerpos y cerebros para mantenernos sanos. Tan solo un año más tarde, en el 2030, tendremos nanobots en el cerebro que interactuarán con nuestras neuronas biológicas. Gracias a esta interacción, los nanobots nos permitirán crear entornos virtuales. Cuando queramos crear una realidad virtual, los nanobots desconectarán las señales procedentes de nuestros sentidos reales y las sustituirán por las señales que el cerebro recibiría si estuviéramos realmente en ese entorno, así podremos estar en el lugar que queramos sin necesidad de desplazarnos. Este entorno virtual implicará todos los sentidos, de manera que nos encontraremos en una realidad virtual de inmersión absoluta. Los nanobots, al interactuar con nuestras neuronas biológicas, no sólo nos ayudarán a crear entornos virtuales, sino que también mejorarán nuestra inteligencia, nuestra memoria y nuestras capacidades racionales. Figura 2: Raymond Kurzweil. Fuente: Wikipedia El último hito que Kurzweil predice que experimentará la humanidad tendrá lugar en el 2040. En este año, la mayoría de lo que habrá en nuestro cerebro no será biológico. Nuestros cerebros serán como los ordenadores actuales pero mucho más potentes, incluso podremos hacer copias de seguridad de nuestros archivos mentales. Figura 3: Gráfica logarítmica hacia la singularidad. Crédito: Ray Kurzwell, reproducida bajo Creative Commons License v1.0, Some Rights Reserved. ¿Un futuro lejano? Aunque las predicciones de Raymond Kurzweil pueden resultar un tanto futuristas, el día en que humanos y robots coexistamos en el mismo mundo no está tan lejos como parece. Actualmente convivimos con gente que, técnicamente, son ciborgs, personas que dependen de la tecnología para cumplir alguna función biológica, lo cual demuestra que la fusión entre maquinas y humanos ya está sucediendo. Multitud de individuos han sustituido su cadera u otras partes de su cuerpo con titanio y acero o bien llevan prótesis robóticas en brazos, piernas o manos. Además, más de 50000 personas en el mundo han solucionado su problema de sordera implantando quirúrgicamente en su cerebro diminutos ordenadores con conexiones directas a sus caracoles. Incluso, aunque en fase de experimentación, existen microchips para la retina capaces de restaurar la visión e implantes que permiten a los tetrapléjicos controlar ordenadores con el pensamiento. El control de las funciones cerebrales mediante implantes no es algo nuevo. El neurocientífico malagueño José Manuel Rodríguez Delgado ya había demostrado años antes que, a través de la estimulación eléctrica de estructuras cerebrales específicas, se pueden controlar los movimientos, modificar el comportamiento sexual e influir en la memoria, las emociones y los pensamientos. Rodríguez Delgado experimentó principalmente con animales, a los que instalaba radiotransmisores en el cerebro para poder dirigir sus movimientos por control remoto. Pero su invento más importante fue el Estimoreceptor, con él demostró que la estimulación del cerebro no sólo podía influir en el comportamiento autónomo, somático y motor; sino que además, se podían modificar manifestaciones psicológicas como la ansiedad o la agresividad. Todos estos avances y experimentos pueden resultar muy interesantes, sin embargo, la singularidad tecnológica va más allá de controlar movimientos o emociones mediante nanobots o microchips. Estudiosos de la singularidad sostienen que en las próximas décadas no sólo tendremos nanobots que nos ayudarán a ser más inteligentes y a mantenernos sanos, sino que, además, mediante el estudio previo de los pensamientos y del comportamiento humano, podremos descargar nuestra conciencia en ordenadores. De esta forma, cuando nuestro cuerpo biológico muera, podremos trasladar nuestra conciencia a un cuerpo mecánico. Así, no tendremos que volver a enfrentarnos a las enfermedades o a la muerte y podremos vivir eternamente como robots. La singularidad está cerca A día de hoy la singularidad tecnológica es mucho más que un género de ciencia ficción. Hay encuentros académicos entre estudiosos de la singularidad, anualmente se celebra una conferencia sobre la singularidad tecnológica en Standford (The Singularity Summit), se han publicado multitud de libros y videos sobre el tema e incluso, está previsto el estreno de una película La singularidad está cerca (The Singularity is Near) Pero, ¿cómo llegaremos a alcanzar la singularidad tecnológica? Según el escritor de ciencia ficción y profesor de la Universidad Estatal de San Diego, Vernor Vinge, la singularidad se puede alcanzar por diversos caminos: Desarrollando ordenadores que alcancen el nivel de la inteligencia humana y, posteriormente, la superen. Desarrollando redes de ordenadores que actúen como superneuronas de un cerebro compartido, creando así un ente superinteligente. Desarrollando elementos de interacción con ordenadores que permitan a las personas comportarse como seres superinteligentes. Manipulando biológicamente a los seres humanos para mejorar su nivel de inteligencia. Sea cual sea el camino que sigamos para alcanzar la singularidad tecnológica, el día que ésta se produzca, si es que se produce, cambiará por completo la vida actual. Suponiendo que, gracias a la singularidad tecnológica, pudiéramos acabar con las enfermedades y esquivar la muerte, este hecho podría llevar a una sobrepoblación del planeta, con la consecuente reducción del espacio vital de los individuos. O bien, suponiendo que conviviésemos y nos relacionásemos con robots prácticamente humanos, ¿qué pasaría con las relaciones personales? ¿podríamos, por ejemplo, enamorarnos de robots? ¿y casarnos con ellos? Si la singularidad tecnológica llega a producirse, el futuro de la humanidad, a pesar de las múltiples profecías de los estudiosos de la singularidad, parece ser un completo enigma. Autor: Raquel Rodríguez (Telefónica I+D) Fuentes y referencias: The Singularity: A Special Report en IEEE Spectrum Online Human Version 2.0 de BBC El futuro: la fusión del alma y la tecnología de Redes (RTVE) en Smart Planet El control de la mente en Fogonazos Rumbo a la Singularidad Tecnológica en Página 12 Singularidad Tecnológica en Centro Virtual de Divulgación de las Matemáticas Singularidad Tecnológica en Wikipedia La Singularidad Tecnológica de El Tamiz