Enfoque Sistémico en la Psicoterapia Humanista

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Integración. El enfoque sistémico en la Psicoterapia Humanista Integrativa
Enfoque Sistémico en la Psicoterapia Humanista Integrativa
El enfoque sistémico se nutre principalmente de tres grandes fuentes:
Por un lado de la Teoría General de Sistemas, según la cual un sistema es un conjunto de
elementos en interacción dinámica en el que el estado de cada
elemento está determinado por el estado de cada uno de los demás
que lo configuran. De esta manera, un sistema puede ser cerrado
(cuando no intercambia información con su entorno), o abierto
(cuando intercambia información con su entorno, por lo que es
modificado y a la vez modifica a ese mismo contexto). Según la teoría
general de los sistemas cualquier cambio en un miembro del sistema
afectará a los demás, de esta manera se piensa en la “totalidad”, y no
en “sumatividad”, porque las pautas de funcionamiento del sistema
no son reducibles a la suma de sus elementos constituyentes. En este sentido, a un mismo efecto
pueden responder distintas causas, y esto se da porque hay una permanente circularidad e
interconexión entre los miembros de un sistema.
La otra gran fuente teórica que sirve como base de sustentación es la Cibernética. El concepto de
“Feedback”, determina que cualquier conducta de un miembro de un sistema se transforma en
información para los demás. En este sentido se habla entonces de
feedback positivo o negativo, según que las acciones favorezcan o
tiendan a corregir acciones. La cibernética toma el concepto de
“Homeostasis”, según el cual a partir del feedback se tiende al
mantenimiento de la organización del sistema.
La Teoría de la Comunicación, sirve como la tercera gran fuente de
desarrollo teórico. Se parte de un axioma básico: “es imposible no comunicar”. En este sentido
todo comportamiento de un miembro de un sistema tiene un valor de mensaje para los demás
(incluso el silencio o la mirada, o la indiferencia dirían: "prefiero ignorarte", pero siempre
comunican algo).
Por otra parte, la comunicación implica considerar no sólo el nivel semántico de una comunicación
(nivel digital), sino también el emisor, el receptor, el entendimiento de un mensaje, la interacción,
la puntuación de las secuencias comunicacionales entre los participantes, etc. (nivel
analógico). Vale destacar que los sistemas abiertos se caracterizan por patrones de circularidad,
sin que el comienzo o finalización estén precisados claramente. Por lo que la Teoría General de los
Sistemas se interesa por la manera en que los participantes en la comunicación marquen, pauten
o dividan las secuencias de comunicación, y cómo éstas se acomodan como causas y efectos de las
interacciones.
También tiene en cuenta a Bolbwy que desarrolló la teoría del apego apoyándose en parte en la
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experiencia de los niños que eran ingresados en el Hospital General por infecciones sin que sus
padres permaneciesen con ellos, lo que hizo que se sintieran abandonados, influyendo después en
las relaciones familiares.
En Psicoterapia, es la escuela de Palo Alto en California la que empieza a tener en cuenta este
enfoque. Gregory Batenson, a partir del estudio sobre la comunicación entre el esquizofrénico y su
familia, genera su teoría del doble vínculo que explica la esquizofrenia como un intento límite para
adaptarse a un sistema familiar con estilos de comunicación incongruentes o paradójicos. Otros
destacados terapeutas que seguirán la línea comunicacional del centro de Palo Alto son Jackson,
Watzlawick, Haley, etc....
Autor destacado es Minuchin, que también en E.E.U.U estudia el funcionamiento familiar de los
jóvenes puertorriqueños emigrantes con problemas de delincuencia (Minuchin, 1967) y que le
llevó a desarrollar su escuela estructural de terapia familiar.
Y un tercer grupo que también trabaja en este país y en esta época de manera independiente, es
el formado por Lidz, Wynne, Bowen y Whitaker.
A partir de este núcleo inicial, ha habido muchas variaciones y muchos psicoterapeutas que han
trabajado teniendo en cuenta el enfoque sistémico.
¿Y cómo podemos aplicarlo a la Psicoterapia?, ¿qué elementos novedosos nos aporta este
enfoque? Partimos de la base de que la persona que acude a terapia viene con su sentir, su vida,
su realidad cotidiana y sus situaciones difíciles. Nosotros le ayudamos a explorar qué está pasando
en su vida, facilitándole que se de cuenta y a veces también que cambie, todo ello teniendo en
cuenta que forma parte de un sistema.
Es como una pieza del reloj engarzada en el resto de
piezas. De los sistemas a los que pertenece,
el más
importante es el sistema familiar. Cada familia forma un
sistema con una serie de piezas, que son los miembros
de la familia en la que cada uno funciona a su manera,
tiene una personalidad adquirida,
unas tareas
encomendadas dentro del grupo, unos roles definidos y
todo eso además está interactuando entre sí.
La teoría de los sistemas nos dice que todo está
relacionándose como si fuera una máquina y por el concepto de homeostasis sabemos que esa
máquina está regulándose internamente por la interacción de unos y otros. Todos los elementos
de un sistema, en esta caso el familiar, tienen relación todos con todos, y están interactuando
desde su individualidad, desde su singularidad. Entonces, si tratamos a un paciente como un
elemento único, sin tener en cuenta lo que pasa dentro de su sistema, estaremos haciendo un
trabajo incompleto.
Habitualmente, la mayoría de los psicoterapeutas que trabajan terapia individual, enfocan su
intervención de una manera lineal, atendiendo a lo que el paciente trae como síntomas para
resolver. Desde el enfoque integrativo nuestra visión va más allá: el paciente no está sólo y
desconectado del mundo, las personas están dentro de un sistema que es importante atender.
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Os pongo un ejemplo que a mí me impactó muchísimo cuando trabajaba con pacientes
drogadictos. Fue una situación que se dio en mi consulta, trabajando con una paciente que estaba
dejando la heroína y llevaba ya unos meses sin consumir. Su aspecto había cambiado, le había
vuelto la vida a la cara, estaba creciendo y empezando a tomar la vida en sus manos. En ese
momento la madre me pidió una cita, yo estaba muy satisfecho de cómo iba mi paciente y
esperaba el agradecimiento, el ¡qué bien!… Cuando la madre empezó a hablar me dice: “es terrible
lo que está pasando, porque es insoportable, yo no puedo más porque la Margarita ¡ha cambiado
tanto!” y enumera todo tipo de datos y detalles familiares. Yo estaba perplejo, no entendía lo que
estaba pasando, hasta que en un momento deja de mirarme a mí y le dice a su hija: “¡toma mil
pesetas y ponte un pico, porque no aguanto más!”.
La escena refleja lo que estaba pasando en su sistema familiar, la hija se estaba curando y la
madre no podía soportar que dejase de consumir, porque la siguiente en el sistema familiar era
ella: el consumo de la hija mantenía la estabilidad del sistema.
La conclusión es que tener en cuenta el sistema y actuar para que el cambio progrese, será un
seguro para que el paciente pueda avanzar y crecer.
A veces, por ejemplo, es necesario trabajar con pacientes adolescentes la posibilidad de que sus
padres se reboten con sus cambios personales si éstos no responden a lo que ellos esperaban,
aunque sean un claro ejemplo del crecimiento de su hijo. La estructura familiar, acostumbrada a
funcionar con el problema, paradójicamente sufre cuando éste desaparece. Los padres se ponen a
la defensiva y pueden decir "esta terapia no es buena para mi hijo", porque empieza a ser
distinto, a ser menos reconocible dentro de los elementos familiares de toda la vida.
Esta situación también pasa cuando uno de los hijos se echa novio o
novia y empiezan a aparecer elementos que no son de la familia, los
padres entonces pueden sentir cierto rechazo, algo que también
ocurre con los amigos que “parece que te han comido el coco”. Los
amigos o la novia tienen poder suficiente, pero con la terapia podrían
resolver dejando de pagar. En estos casos, un modo de intervenir es
pactar con el paciente el compromiso de que, si se diese esa
situación, él asumiría el pago de su terapia. Este compromiso tiene
un efecto terapéutico añadido, pues parte del problema que trae a
terapia es que hasta ahora no se ha responsabilizado de su vida: “si
mis padres dejan de pagar, yo asumo el compromiso de trabajar para pagarme la terapia”.
Otro acuerdo que formulamos con pacientes a los que sus padres les pagan la terapia es que si
faltan a una sesión sin avisar, esa sesión la pagan ellos de su dinero.
Integrando el enfoque sistémico, pretendemos facilitar que el paciente no dañe al sistema familiar
con su cambio, para que la familia no tenga que defenderse de él cuando sienta que su estabilidad
peligra.
Partimos de que el sistema está equilibrado tal como está. Por ejemplo, con la anorexia de la hija
el sistema está funcionando: todos fastidiadísimos, todos preocupadísimos por su hija, por su
hermana..., pero todo funcionando.
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¿Qué pasa si la hija cura su anorexia? Hasta ahora el sistema estaba en equilibrio gracias al
elemento enfermo, por eso inconscientemente va a tender a que no se cure, el mensaje que
transmite es “no quiero que mi hija se cure…No “, “no quiero que mi hermana se cure…No”.
Cuando a pesar de los intentos de mantener el equilibrio, el paciente identificado realiza un
cambio y se cura, ese cambio repercute en todo el sistema y en todos sus elementos. El sistema
buscará entonces el modo de regularse de nuevo y algo que sucede frecuentemente es que la
sintomatología salta al siguiente miembro más débil: es decir, si la hija se ha curado de la
anorexia, a lo mejor la madre es la que se deprime, o el padre el que tiene una enfermedad o el
hermano mayor quien tiene un accidente en la moto…..
Como conclusión, os ofrecemos estas pinceladas porque nos parece importante que incorporéis
este enfoque en vuestro trabajo terapéutico, de modo que tengáis en cuenta a vuestro paciente
en su complejo mundo, con las múltiples conexiones
que le unen a los elementos del sistema al que
pertenece: la pareja, la familia de origen, los amigos, el
no
menos
significativo
sistema
profesional
(compañeros de trabajo, jefes, empleados... Hay
personas que no se atreven a cambiar porque su
compañera de trabajo no lo podría soportar, y se juega
su amistad de 8 horas diarias) Si obviamos esto, puede
ser que los cambios que va viendo el paciente no se
sostengan después en su sistema de vida.
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