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MUCHA5 GRACIA5
^MJM^
iitiiitJtiiJNiiricititinniiiiNiiNtiMiJitiiiiuiiiiiih
DEL
MOMENTO
UNA «CANDOROSA» DE 1926
POR D E M E T R I O
fRcademia
de
belleza
• ' ^
*(\
Las más bellas artistas francesas: Mlle. NADIA, del tmtro de La Cigale..''^'',-,. •
"¡¡Que bonita eres tú!!...", supongo que será la unánime exclamación de todos los lectores de MUCHAS GRACIAS. ¿He supuesto acertadamente? Pues entonces, felicitémonos todos.
Vuestro hasta la última pluma,
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INCORDIEZ
MUCMAr
GRACI
APARECE IQf
R£DAccionYADnini/TftAaori,ftBi^
Í01ZABAL42 TfltPOnO 2¿55-a
MU\)Of
FUNDADOR:
AÑO
Mi
A R T E M I O
Madrid, 20 de febrero de 1926
LA SEMANA
La semana ha sido el Carnaval;
y el Carnaval no ha parecido por
parte alguna. Semana irónica.
Mirando las máscaras, nos convencemos de que la hipocresía es
la verdadera sinceridad de las
gentes.
En el baile de máscaras Minerva-Danzant se le extravió a Josefina Pérez un collar de perlas, no
chinas.
Nos dicen que se lo han devuelto. Pero lo que se le ha perdido a
Luisita en el Tango-Dido, eso no lo
''ecuperará nunca.
Reflexión de Arlequín:
—Si los hombres viniéramos al
mundo vestidos, ja cuántos niños
veríamos nacer de pierrots, de dóminos, etc., etc.!...
En medio de la desanimación del
paseo de Rosales observábamos él
LEA
N U IVI.
10 8
IRÓNICA
Hemos visto a una máscara de
disfraz viejo: llevaba melena, pipa,
chambergo y chalina.
¡Esta sí que era buena máscara!
¡No le ha conocido absolutamente nadie!...
LA
—He visto disfrazado
P R E C I O S O
lunes una carroza, llena de alborotadores aburridos, que ostentaba el
siguiente letrero:
"Buscando garaje."
Era lo mejor que podían buscar...
¡Ay, nos aburríamos en Rosales
como ostras!
Nos aburrimos el domingo.
Nos aburrimos el lunes.
Nos aburrimos el martes.
Y nos aburriremos mañana, domingo de piñata.
Lo escribimos con tanta irritada
nerviosidad, que, de ser cajistas,
al mentar la piñata,
acaso se nos fuera alguna errata.
U S T E D
NOVELA DE
HOY
a Hipó-
—¿De qué?
—De carnero grande.
—Le cuadra.
—¡Pero si es soltero!...
—La cuadra.
—¡Qué máscara tan original ha(^'a Dorita!
—¿De qué se disfrazó?
-—De lagarta. ¡Qué ingeniosa es!
~~¡Qué poca inventiva!
—Vamos a disfrazarnos. Manouto. Pe^Q ¿g ^i^ llamativo, que
'"crezca la pena
Pensemos un disfraz...
Pensémoslo...
Ya se me ha ocurrido el mío:
"e pierrot.
• ¡Hombre! ¡Lo que se me ha
ocurrido a mi!
—Oye, me vas a tener que decir a qué hombre tomas por modelo cuando escribes esas
novelas galantes.
^^ .^
(Dibujo de Herreros.}
MUCHAS
EN
CONFIANZA
¡QUE LASTIMA!
Habría para llenar, no digo ya
esta sección, sino todo el periódico,
con las hipérboles grotescas que
se han lanzado estos días con motivo del "raid" del comandante
Franco.
Yo creo que el mejor tributo que
se podría rendir a los intrépidos
aviadores es guardar en su honor
dos o tres meses de silencio, cerrar la espita de la estupidez.
Tengo la seguridad de que Franco habrá sido el primero en sonrojarse al verse comparado con los
descubridores y conquistadores de
América.
¿Qué necesidad teníamos, para
ensalzar a estos valientes y peritos aviadores, de faltar al respeto
a Colón, Pizarro, Cortés?...
Para realizar hoy una hazaña semejante a la de aquellos héroes, sería menester emprender un viaje a
Marte.
Es verdaderamente triste y lamentable que la magnífica hazaña
de nuestros bravos aviadores haya
servido para que caiga sobre ella la
charanga patriotera y para poner
de manifiesto la estupidez colectiva.
Yo no sé si Franco con su "raid"
habrá hecho de Colón; pero lo que
es indudable es que muchos han
hecho de indios.
pudiéramos incurrir en el monstruobo desatino de referirnos al
gran navegante genovés, sino que
ha supuesto que nos referíamos a
un señor Colón, amigo y compañero de Franco.
¿QUE
HACE DON
MELITON?
Me sorprende que Melitón González, uno de los seres más incomprensivos que pasean su pluma por
los periódicosj no nos haya obsequiado ya con su valiosa opinión
sobre eso de amarar y amerrizar.
GRACIAS
SIN COMENTARIOS
El señor don Valentín de Pedro
ha escrito un artículo, dedicado a
comunicarnos que el comandante
Franco le recuerda al Papa Luna.,.
Nos ahorramos comentarios.
ACADÉMICOS
Ha sido nombrado académico de
la Lengua, el Padre Eijo. Estando
"Padre e hijo", esperamos que no
tardará en ingresar en la Academia el Espíritu Santo.
Mariano Benlliure y Tuero.
DE LA PRENSA EXTRANJERA
La Petite Gironde publicó hace
poco una fotografía, a cuyo pie se
leía: "El comandante Franco y su
compañero Colón, en el puerto de
Palos, momentos antes de emprender su magnífico Vuelo." Semejante confusión ha promovido la indignación de muchos periódicos de
aquí. Yo creo, queridos colegas,
que no tienen ustedes por qué indignarse, sino todo lo contrario.
La Petite Gironde ha dado con esa
"gaffe" una prueba de su buen
sentido y de la gran estimación que
profesa a España; pues quiere decir que al ver el nombre de Colón
barajado de igual a igual con el de
Franco nos ha hecho el honor de
no suponer, ni por un momento, que
EL.—¿Dónde vas a estas Ijoras?
ELLA.—¡Ay, señorito!... Peilsaba ir a un baile de máscara a divertirme...
EL.—Pues pasa a rai cuarto, que te vas a divertir. Porque tú no me conoces.
ELLA.—¡Pero, señorito...!
EL.—¡No me conoces, no me conoces!
(Dib.
de Billón
y
Picó.)
MUCHAS
GRACIAS
¡PLANCHA!,
por
Demetrio
Ella.—Bajo ningún pretexto abra la puerta niíts que a una persona que ahora...
El. (Interrumpiéndola.)—¡Nadie molestará a los señores/ Dígame la señorita las señas del ca^
tallero que...
E\\a. (Iníerrumpiéndole.)—Delgada, rubia... ¡Una monada!
^, .,
MUCHA
6
Retablillo literario
Muchas veces, cuando aún existía el café Suizo, buscábamos el
rincón de Bécquer con una devoción sentimental. En el viejo café
de los conspiradores y de las famosas tertulias literarias, Gustavo
Adolfo se refugiaba en el rincón
más solitario para escribir con lápiz estas Rimas, que después han
sido el breviario melancólico de varias generaciones juveniles. Me parecía que en aquel lugar había quedado flotando algo de la esencia
espiritual del poeta, y que en los
antiguos espejos podría aparecer,
como en una materialización espirita, el pálido rostro, con los ojos
claros y hundidos y orlado de la
rubia y romántica melena; aquel
semblante demasiado triste, q u e
sonreía con la elegancia de un caballero de Van-Dyck, entre la pobreza de sus harapos.
Gustavo Adolfo Bécquer sucumbió antes de que su nombre fuese
glorioso, con la dulce gloria que
vuela de boca en boca de mujer y
que acierta a emocionar a los corazones de veinte años. No fué una
gloria fría y académica, como la
de su detractor don Gaspar Núñez
de Arce; fué la gloria recóndita de
todas las almas sensitivas que no
han podido contener una lágrima
leyendo los versos que él pensaba
titular El libro de los gorriones, y
que al cabo vino a la celebridad con
el nombre de Rimas, por deseo de
sus buenos amigos Rodríguez Correa, Campillo y Lustonó, bajo cuya dirección se hicieron las obras
del pobre Gustavo, cuando ya hacía dos años que dormía con "ese
sueño, en que acaba él soñar".
Podemos afirmar que estos versos, tan amargos algunos y otros
tan llenos de resplandores misteriosos, constituyen la obra poética de
más desgarrada sinceridad de toda
la literatura castellana. El alma y
la sangre del poeta ilumina estas
estrofas y fluye por estas Rimas.
Tiene dos aspectos notables Su
obra: el que yemos alumbrado por
él resplandor de ; la clarividencia
—^Bécquer.fué un .poeta ocultista,
acaso sin saberlo, obedeciendo a su
altísima inspiración—y el que sólo
es el dramático reflejo dé su yidá
a ras de tierra, én él que palpita y
se desgarra la angustia de sus deisastres del corazón.
Dos; nombres de mujer resuenan
en la biografía del poeta. Una fué
Julia, el amor romántico del primer
momento, musa tal vez de algunos
versos siempre tristes—el poeta no
realizó nada de cuanto bello su espíritu quiso soñar—. Acaso la canción de las golondrinas fué escrita
pensando en la amada adolescente.
Pero la musa trágica de su vida fué
la otra. Casta Esteban, con la que
se unió en matrimonio en una hora
mala para los dos.
La mayor parte de las Riíjias es
la deplorable historia de este amor,
y en las que el poeta desgarra sus
S:G R A CJA S
propias entrañas con una dolorosa
sinceridad:
Cuando me lo contaron sentí el frió
dé una hoja de á'cei'o en las entrañas;
me apoyé contra el muro, y un momento
la conciencia perdí de dónde estaba.
Cayó sobre mi espíritu la noche;
en ira y en piedad se anegó el alma,
¡y entonces comprendí por qué se llora,
y entonces comprendí por qué se mata!
Pasó la nube de dolor... Con pena
logré balbucear breves palabras...
¿Quién me dio la noticia? Un fiel amigo.
¡Me hacia un gran favor! Le di las gracias.
En esta rima está la síntesis del
gran dolor que rompió su vida y
que precipitó su muerte. "Le hirieron recatándose en la sombra" y
sellando la traición con un beso. La
puñalada era mortal. Las naturalezas de sensibilidad exquisita mueren asesinadas por heridas invisibles, que no brotan sangre, porque
es la misteriosa psiquis impalpable
quien las recibe:
Y ella prosigue alegre su camino,
feliz, risueña, impávida. ¿Y por qué?
Porque no brota sangre de la herida,
porque el muerto está en pie.
No es mi propósito ahondar en
esta amarga intimidad del poeta,
sino por la influencia que ejerce en
lo más conocido de su obra literaria. Casta Esteban, la mujer de
Bécquer, no acompañaba a su esposo por el camino de los sueños;
ella es quien opina
... que una oda sólo es buena
de un billete de Banco, al dorso escrita.
—¿Y su hija, sigue de tanguista en
Zinganlllo-Bar?
—Se fué de alli porque una noche la dieron una paliza. Ahora está en otro cabaret, en donde le dan más.
(D¡b. de
Pomareda.)
No deje usted de leer todos los viernes LA NOVELA DE-HOY. 30 cts.-
El poeta era pobre, oscuro y soñador—la gloria vino después, como un sarcasmo más de su tragicomedia—, y la fortuna no vino
jamás... Su mujer vivió a disgusto,
de bracero con la Necesidad, y aunque era mujer inteligente, no tuvo
talento—el amor suele adivinar con
el corazón — para comprender la
gloria de Gustavo Adolfo:
Porque lo que hay en mí que vale algo,
eso ni lo pudiste sospechar.
La gran pesadumbre de su vida
parece que fué Casta. Los poetas
suelen elegir mal, o acaso las mujeres han fraguado una táci.ta,^confabulación contra ellos, porque por
,.la vida de los grandes artistas del
verso pasa siempre. una sombra
dramática de mujer.
Emilio Carrére.
MUCHAS
GR'ACIAS
,,JV\ALA
pOr
PUNTERÍA,
—En cuanto se ponga de frente, le voy a
dar un serpentinazo.
I Toma!
La solicitan los soldados del grupo
de fuerzas Regulares de Larache, número 4 (Juzgado), en Alcázarquivir,
José Reines, José Sentelles, Ramón
Sánchez y Vicente Ara; los marineros
de la compañía de Mar, de Melilla,
Salvador Rábano y José Chirivella; el
sargento de Intendencia, hospitalizado
e in e Í r i O . '
-Afinaré
—¡Ya está a tiro!... Le voy a dar en la
nariz.
la
puntería.,
—¡Pobre muchachol
la narizl...
lAy!
lllltir
Madrinas de guerra
D
IIUIMKIItUl
1
en Melilla (Hospital Pagés), Horacio
Rossini Cebriú; el artillero Joaquín
Carrasco, Secretaría particular del
comandante general (Melilla); los sargentos Rufino Rodríguez y Vidal Navarro, y los cabos Juan Llorca y José
Barrenechea, del regimiento de Cazadores de Taxdir, núm. 29, de Caballería, sexto escuadrón; los soldados
Ricardo Gallego y Julián Fernández,
¡No le he dado en
11,1111
de la Comandancia de Infantería, segunda compañía (Melilla); el sargento
del batallón de Cazadores de África,
número 6, en Tetuán, Luis Pérez Conté; el cabo y los soldados de la compañía expedicionaria de Ordenes Militares, núm. 77, en Tetuán, David Elises
(cabo), y Dámaso Sánchez y Manuel
.'Mastuaz.
MUCHAS
8
•liillillilillliiilll
Las modas del
4
año nueve
iiitimiiitiriMtiMMiiiiMiiiimit
ti
En una de las calles más solitarias del barrio latino, de ese barrio
latino que ya no es lo que fué, pero
que tal y como es ahora aun resulta interesante, se ha inaugurado
una nueva sala de espectáculos cinematográficos, que aun es conocida de muy poca gente en París.
Hasta ahora es un cine casi privado, un local muy pequeño en el
que se van a exhibir películas atre4MrtiiNiiiiiiiiii
jitijiiiiiiiiiiiiii
I
t
GRACIAS
vidas, en el más amplio sentido del
vocablo: es decir, atrevimiento social, literario y de ideas.
Una mezcla de cine de vanguardia y de espectáculo para adultos.
Como aquí en París rara vez se
toma el rábano por las hojas, ni
se confunde la gimnasia con la
magnesia, a la inauguración de ese
local, que en otras partes se calificaría de nefando, asistió uno de
los ministros del actual Gobierno,
el señor De Monzie, un caballero
muy simpático y muy enterado que,
como Dios, y como Pepe Sabater,
se encuentra en todas partes.
He ido la otra noche a ese cine
y antes de la película que constituye la base del espectáculo—una
adaptación de una novela austríaca
bastante... desgarrada—pude admirar otra que era sencillamente un
documento.
Se trataba de una cinta confeccionada, en el año 1909, es decir,
hace diez y seis años. La exhibían.
ji
BAILE DE TRAJES, por Picó.
—Asi, vestida de hombre, me siento con
más fuerzas para decirle a iVlaruclii lo que le
tengo que decir.
—¿Estoy bien de estudiante?
—iBrutaU ¡Como que tienes unos sobresalientes tan notables... que me tienes suspensa!...
i
(Dibujo de Demetrio.)
naturalmente, como curiosidad, y
verdaderamente lo resultaba en alto
grado. Yo no quiero contar a ustedes las risotadas que estallaban en
la sala—llena de muchachos estudiantes, de parejitas burguesas, de
alumnos de la Escuela de Minas—
cada vez que en el lienzo salía una
dama vestida, como es natural, a la
moda del año nueve.
Los hombres, menos mal; pero
¡aquellas señoras con las faldas
hasta el tacón, aunque sin cola ya!,
¡aquellos sombreros colocados en
lo alto de las cabezas como si los
hubiesen tirado de un balcón!,
¡aquellos peinados, aquellos moños
pomposos!... El público se moría
de risa.
Y yo, sin querer, no podía menos
de decirme: —Es decir, que bastan
diez y seis años para que uno se
ría a carcajada abierta de la Humanidad. Pasarán otros diez y
seis—¡un soplo!—, llegará el año
1942, y la gente se reirá de las modas y de los trajes de ahora, si a alguien se le ocurre exhibirlas en el
cine.
¡Y pensar que en el año 42 aun
no le habrá salido a Pepe La Morena la primera cana!...
Joaquín Belda.
MUCHAS
Un sabroso
GRACIAS
centenario.
Se ha celebrado en París el centenario de la muerte de uno de los
grandes bienhechores de la humanidad, Anthelme Brillat-Savarin. Su
mérito principal consistió en saber
comer y en enseñar a comer a los
demás. Brillat-Savarin fué un hombre muy importante de su época y
sigue siéndolo en la nuestra, aunque con un valor puramente literano, pues hemos llegado a un tiempo en que el problema no estriba
en saber comer, sino en poder comer. Nos encontramos en uno de
esos momentos históricos en que lo
más lógico sería enseñar a la humanidad a no comer; pero quizás
por eso mismo la figura de BrillatSavarin ha adquirido a los ojos de
nuestros contemporáneos proporciones extraordinarias. Sentimos
por él la admiración que inspiran
los seres que han realizado proezas
'mposibles. El solo recuerdo de un
personaje tan importante constituye un verdadero alimento en este
^ño de ayunadores.
Brillat-Savarin fué diputado de
'os Estados Generales, alcalde de
su pueblo y consejero del Tribunal
ue Casación. Como político, sin ser
niuy radical, era enemigo de la tiranía y partidario del Parlamento
y 'a Libertad. Era, pues, un homre civilizado. Pero su verdadera
personalidad no fué política, sino
gastronómica. Como gastrónomo,
su calidad de hombre civilizado alcanza verdadero esplendor. Escri010 un libro que está considerado
como la Biblia de la buena mesa,
oe titula Fisiología del gusto, y su
traductor inglés, el buen comedor
Broandley, dice de él que es el vademécum de la civilización france-
sa. Brillat-Savarin da reglas para
comer, dicta sentencias inapelables,
se erige en verdadera autoridad en
la materia. Hasta su aparición, el
arte de comer había carecido de
distinción. Existía la glotonería, el
hartazgo, el pantagruelismo, que
convierte al hombre en un cargado
recipiente de alimentos en descomposición, con el pantalón desabrochado. Brillat-Savarin fué con respecto a esto lo que el creyente sincero e íntimo es con respecto al fanático. Rabelais ha dicho de Pantagruel que su alma se encontraba
en la cocina. Brillat-Savarin puso
su alma, además, en la mesa y la
rodeó de amigos. "La mesa es el
único sitio donde no se aburre uno
durante la primera hora", puede
leerse entre las sabias sentencias
de su libro. No comprendía la mesa
sin una conversación agradable, con
gente ingeniosa y mujeres guapas.
No creo que exista ningún otro filósofo que haya encontrado un sentido tan profundo a la vida.
En cien años, las costumbres han
cambiado macho, y hoy, los hombres que se ocupan de la comida
de los demás, desde el inspector de
Subsistencias hasta los especialistas que nos ponen a régimen, se
complacen en amargar a la pobre
humanidad con máximas y consejos completamente absurdos. No
se debe tomar mostaza ni comer
mucha carne ni beber buenos vinos. Nos encontramos en la era del
agua mineral y se come con la inconsciencia y la prisa de gente que
ha tomado el primer turno en un
vagón-restaurante y lo que quiere
es acabar pronto para ir a buscar
el bicarbonato que ha dejado en el
maletín. Creo sinceramente que el
mundo va por mal camino.
Brillat-Savarin, en cambio, trató
de llevar a la humanidad por el camino recto, el de la mesa, que es,
a su vez, el único que puede conducirnos decentemente a la cama.
En su tiempo, las familias' eran
realmente numerosas y ningún autor podía escribir, como ha hecho
en esta época cierto novelista, un
libro titulado La señora no quiere
tener hijos. La buena cocina hace
imposible la resistencia.
Este hombre extraordinario creó
escuela. Fué el Mesías de una religión admirable, la única que no ha
creado mártires, pues si los hay
son precisamente los que están a
la parte de fuera, los que no pueden
comulgar en esta gran doctrina.
Brillat-Savarin tuvo sus apóstoles
y sus adeptos. Uno de sus biógrafos recuerda ahora, con motivo de
este sabroso centenario, un detalle
que demuestra la fuerza de convicción que tenían las enseñanzas del
Maestro. La hermana de Brillat-Savarin cenaba un día, a la edad de
noventa y nueve años y once meses,
cuando sintióse morir. Con débil
voz agónica llamó a la cocinera y
le rogó cuerdamente: "Date prisa
en traerme los postres, porque me
parece que la voy a entregar, y sentiría quedarme sin probar la compota." ¿Qué religión ha proporcionado una serenidad semejante a la
hora de la muerte?
Por lo demás, el milagro de Brillat-Savarin entra en la más pura
ortodoxia cristiana, pues no puedo
olvidar a quien dentro de los pocos
medios de que disponía en su época, hizo por el arte de bien comer
cuanto pudo. Recuérdese si no la
multiplicación de los panes y los
peces y la conversión del agua en
vino, en unas famosas bodas. Son
los milagros que más admiro, después del de perdonar a la mujer
adúltera, teniendo en cuenta, naturalmente, que no se trataba de la
mujer propia.
Carlos Esplá.
París, febrero.
O
O
ACTITUDES INTIMAS
6o fotografías inéditas,
t a m a ñ o 9 X '2
20 postales sugestivas
y catálogo
S T E R E O S , colección
curiosa, 15 fotos diferentes, 8 X ' 7 - • ••
El pago adelantado por giro
postal o oheqoesobre París,
61, RUÉ DAMRÉMONT
10 ptas.
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PARÍS, 18.-FRANGE
^O
10
GRACIAS
MUCHAS
lllllilllllllllllllllillllllllllllllilllllllllllllllllllllllllll
El señor de
Rodas
iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiniiiiiiiiiiMiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
Con permiso de Carrére.
Nadie más aficionado a los placeres gastronómicos que el señor
de Rodas, pero especialmente gusta de las cosas condimentadas con
miel y azúcar; es decir, de los dulces.
Y esta afición le lleva a cometer ciertos actos extravagantes y a
opiíiar cosas absurdas.
En materia política es casi indiferente, pero afirma que sólo
concebiría la dictadura militar en
otros tiempos, cuando el dictador
hubiera podido ser el general Dulce.
En cuanto a las mujeres, no tiene una preferencia determinada. En
general, le gustan guapas, cosa que
es perfectamente explicable, sin necesidad de largos razonamientos;
pero si le hablan de una señorita
de quien afirman que tiene la voz
de ángel, permanece indiferente. El
las prefiere con cabello de ángel.
Una de sus últimas amigas fué
l a señorita Natividad Giménez;
Nati, como él la nombraba. Con esta joven fué más constante que con
otras, y el señor Rodas me explicó
el motivo de su constancia.
Como el señor Rodas se tomaba
ciertas libertades reprobables con
Natividad, en el período fugaz
y culminante de aquellas libertades, el señor Rodas solía exclamar:
—¡Nati... ya...!
Esto lé sabía muy bien.
Suele buscar las grandes aglomeraciones de gente, sobre todo
cuando lleva su cabeza elegantemente cubierta con el hongo. No se
procura con ello contactos reprensibles, sino que así puede volver a
casa con el sombrero lleno de bollos.
Uno de sus criados tuerce horriblemente los ojos, pero él lo prefiere a todos sus demás servidores,
sobre todo a la hora del desayuno,
cuando le preguntan cuántos mojicones quiere que le lleven a la cama con el chocolate.
—¡Que me traigan el bizco ocho!
—exclama.
Y así todo.
Hasta el punto de que se ha he-
cho célebre su afición desmedida al
dulce, y hemos podido leer recientemente, en no sabemos qué periódico, una alusión clara y terminante a su glotonería.
Sí, estamos seguros que decían
en grandes letras:
"El Goloso de Rodas."
Mariano
DEMASIADO
ENÉRGICO, por
Bellón.
Tomás.
Cuatro obras nuevas de la
EDITORIAL ATLANTIDA
A. Vidal y Planas: A hombros de la
Adversidad. — Maravillosa narración,
de ideas atrevidas y visiones alucinantes del siempre interesante y discutido
escritor Vidal y Planas. Magnífica portada de Baldrich. 5 pesetas.
Finita era una linda muchacha, pero demasiado escurrida de caderas y... aledaños.
Fernando Mura: La necesidad de pecar.—Novela madrileñísima del castizo y popular autor de tantas bellas
producciones. Obra maestra en su género, que consagrará definitivamente
la reputación de su autor. Portada de
Baldrich. Prólogo de Artemio Precioso. 5 pesetas.
Mariano Benlliure: Tipos y costumbres de /zoy.—Artículos, impresiones,
semblanzas, crítica, todo con el estilo
valiente y sincero que caracteriza al
gran periodista Mariano Benlliure. Un
tomo de 280 páginas, 4 pesetas.
Para ganar un poco en el modelado,
rrió a los específicos.
2C
. —
)\
José Martí: El libro de los juicios.—
Tomo VI de las obras completas, ordenadas y prologadas por Alberto Ghiraldo. 5 pesetas.
En todas las librerías y Editorial
Atlántida y LA NOVELA DE HOY,
Mendizábal, 42.
Por falta material de tiempo, no
he podido contestar las cartas recibidas en estos últimos dias, operación que llevaré a cabo en el próximo número.
Vuestro.—Incórdiez.
•
r—<:
recu-
\V\Vgll
/ 1/ Y
WA—
4
•
1
Y a la gimnasia, sin resultado alguno.
MUCHAS
GRACIAS
11
iJ«>®<S><&«><S>«>®<SXS>«>«>«><S><S>S>«>«>«X5><S><SX5><SXSX5><S>«X5><5^^
LA MÁSCARA BURLONA
Hasta que paseando por Rosales, vio un
grupo de máscaras y pensó en el masaje...
Mascarita...
La de la gracia traviesa, la del mirar picaresco,
la que cruza los salones en giro funambulesco,
la que bulle y la que canta, la que ríe y la que grita,
la que al pasar por mi lado, con gesto burlón me invita,
y cuando corro tras ella
- •
para que su burla falle,
•
pregona mi mala estrella,
.
. .
,.,
como un truhán en la calle.
Mascarita que el tormento con sus palabras incita...
Eres mala y eres bella,
Mascarita.
Vas diciendo a quien lo escucha que mi corazón no late
sino al ritmo con que el águila, herida, su vuelo abate;
vas diciendo que mi pecho, como fragua, un tiempo, ardiente,
es hoy cual bloque de mármol para una estatua yacente.
Y vas cruzando la sala
con esta charla maldita...
Eres bella y eres mala,
Mascarita.
Si de mi triste destino tienen tus ojos la clave
y no quieres que mis llagas la esponja del tiempo lave;
si porque sabes que sufro quieres guardar el contraste
y que no sepa que, ha poco, tras del antifaz, lloraste;
si es tu risa la careta con que vistes de risible
lo austero de la nostalgia de amor que has hecho imposible,
ten en cuenta que algún día,
como ilusión de un amor,
se acaba la risa loca.
Y entretanto, no se ría
esa boca
del dolor.
Que puso en práctica.
Ya ves que también yo puedo descubrir tu gran secreto,
que es el que de mí pregonas con la jactancia de un reto;
pero sé que tras la noche de alegres profanaciones,
suele venir la mañana de las tristes confesiones.
Y sé más, porque estoy viendo que en mi firmeza de roca
se estrelló toda la charla que ha salido de tu boca,
y ya abatida y doliente, no chillas ni jugueteas,
ni en pregonar mi tormento, como ha poco, te recreas.
Veo que el descanso buscas, que te apartas de la gente,
y que ya cruzas las manos, en actitud penitente...
Deja que me acerque ahora, cuando ya no tienes bríos
para rechazar mis brazos, tan sólo porque son míos.
Deja que mire, anhelante, cómo tu pecho.se inflama,
herido por la congoja de que el mío sufrir pueda
sin clamor,
y ver cómo está esa lágrima teñida en rojo de seda
de tu antifaz, que es la llama
de un infierno de dolor...
Marcial
i Pero
fué
demasiado enérgico
miento!
el
procedi-
de
Laigtesia.
SS5*
MUCHAS
12
GRACIAS
De esta concepción entre rústica timental, y el niño, en contacto
y lúbrica de la función genésica con la verdad de la Naturaleza,
p a r t e toda nuestra inmoralidad, será moral.
GLOSAS LITERARIAS
por el falseamiento del principio
Lo inmoral de nuestra educación
fundamental de la vida.
en la vida y en las novelas es haber
La moral eo las En el fondo, éste de la moral no hecho una farsa mística, o un mosino un problema de cultura. tivo nefando, o una imagen enfernivelas y en el amor es
Dad al niño, en vez de pueriles faru- miza del amor, del hermoso y fetasías y alegóricos cuentos, unas cundo amor humano, que no es, selecciones de Fisiología, y su con- gún frase de Chambord, sino "el
choque de dos simpatías y el concepto de la vida habrá cambiado.
Que el misterio de la especie deje tacto de dos epidermis".
Cada vez que, como en la actualidad, las autoridades emprenden de ser para él un cuento de hadas
Juan Ferragut.
campaña moralizadora, se plantea o un pecado o una entelequia senentre ellas y el público y los escritores que las censuran un pintoresco problema, del que, si se dan
muchos enunciados, no se resuelve
la incógnita.
, Creemos que el problema de la
moral pública es sólo una cuestión
de sinceridad.
Y a ella faltan lo mismo las autoridades que se erigen en defensoras de las buenas costumbres, que
los que las censuran en nombre de
otros prejuicios, si más modernos,
tan falsos como esa clasificación
de las costumbres en buenas y malas.
Esta clasificación es la base de
toda una moral, que no hemos podido entender nunca.
En la vida hay una verdad, si inexplicable, fundamental: la Naturaleza. En este sentido, todos los
actos humanos sólo podrán clasificarse como propios o contrarios a
esa gran verdad. La moral es la
verdad; luego sólo puede ser inmoral el artificio, lo falso, lo que se
oponga a la verdad natural.
Del amor, el impulso genésico,
causa y justificación de la vida, es
de lo que hemos hecho una falsedad más inmoral; inmoral, por contraria a la ley natural.
Un niño, desde que despierta su
inteligencia a la vida, ve el magno
problema del amor de un modo artificioso. Por un lado lo ve como
el pecado maldito por los Santos
Padres, y, por consiguiente, antes
que del amor, tiene el concepto del
vicio, de algo secreto y misterioso
de que hay que avergonzarse.
Por otro lado, novelistas y poetas presentan el amor como algo
divino y quintaesenciado, locura del
alma, vértigo de la especie, lo que
contribuye a crear en el niño una
sensibilidad enfermiza y una falsa
sentimentalidad inhumana.
Ni tanto de material y grosero
como la duquesa de que Cervantes
habla, y que decía de su amante
inculto "que para lo que ella le quería, tanta filosofía sabe y más que
Aristóteles", ni tan poco de huma•—[Nada, está visto I Se le ha subido el champagne a la cabeza, y lo peor es que se
me está subiendo a mi también.
no como en las cursis novelas blancas.
(Dibujo de Oazo.)
IIIIIIIIKIIIIIII'IJIIIIIIIIIIIII
iiiiiiijiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiitiMtuiriiiii
I MIllINlINtlIlUlItl'
Xea usted Xa dovela de V^oche
MUCHAS
n
GRACIAS
Mosaico galante
Impresión ultraista
(Modéralo.)
.El viento negro de la noche, invisible en la ancha calle sin árboles. Guiña
el cielo detrás de su monóculo; y las
horas han comenzado de nuevo su docena mezquina, contada con dos dedosLa avenida encuadra a cartabón sus
lápidas; y mis zancadas son las del
último muerto, el más reacio, el más
calavera, que todas las noches llego
tarde a mi nicho, segundo derecha,
más alto que un ciprés. Doy un grito
en la noche; del más espeso embozo de
sombra surge, como una luciérnaga,
con la barriga en celo, mi enterrador
amable. Galantemente, él me da un
fuego fatuo; yo, en cambio, tengo una
moneda para el cancerbero, propiciatoria y rigurosa.
Soy el último muerto de' mi calle,
que entra siempre el último y va a
buscar su hueco, y un rato de eternidad, hasta mañana.
¡¡¡... cierres metálicos: descarga cerrada contra el blanco de aquel lucero
lívido; y la pianola seguirá mañana
por donde iba: las rizadas puertas del
Gran Bar han corrido herméticamente
la noche; y yo he quedado fuera, solo,
bajo el cierre metálico de los cielos.
Pero la de todas las noches, belleza
despintada que se pinta, cumple puntualmente su cita conmigo, o con cualquier otro. Me aguardaba, nos aguardaba a todos—sin aguardar a nadie,
nunca—, y allá' está, cerca de un farol cojo: el farol que tiene el sombrero
ladeado y el mirar rojizo de curda, que
Destafiea en la esquina y vacila sobre
I pata de cojo.
Ella me aguarda, con ternura desconfiada de novia que tiene listo el tálamo para el novio descarriado de la
comitiva. Ella me sisea, se me a(|hiere,
me envuelve con palabras pegadizas;
y heme aquí intrigado en una broma
con una desconocida..., en vez de hallarme ya, y sería lo más práctico, formal e higiénico, palpando la tiniebla
de la luz no encendida aún de mi
cuarto.
Y esta desconocida amiga íntima
hunde en mí sus ojeras y se ríe, de tal
modo, que se ríe toda mi carne, y nos
vamos.
El hogar de esta linquilina de la calle, muestra, al fondo de la escalera
angosta, una luz empolvada... Detrás
de ese gran paño amarillo, deben de
estar el tambor y el clarinete y el gorrito cónico del clown...; y no sé, de
fijo, a quién he dado dinero por entrar...
Y esta alcoba de ella y mía también,
hogar para un rato, no es la alcoba
de ella... No es tampoco mi alcoba: me
han cambiado los muebles, me han empapelado de gris los muros, me han
trocado los cuadros—porque yo no era
tan piadoso—; y, lo más chocante: yo
no he dejado ahí esas puntas de cigarro, de sabe Dios quién... Me han trabucado completamente la calle y la
casa, y me siento huésped en esta casa
de todos y de nadie, y mía, desde
luego.
Donde nuestras siluetas se entregan
a maniobras locas; y los espejos—salas hondas que atraviesan toda la ciudad—y los viejos muebles, de estilo
de lance, no sé qué trapatiesta me bailan. Así, yo me lanzo, con un odio alegre, contra esta carne desnuda, color
de fuego, calor de fuego, que me quema y me irrita con un odio alegre.
Crueldad afanosa que busca la herida
para herir de nuevo, para herir sólo
en ella...
¡Casa roja, de Sección de Sucesos!..,
Aire comprimido me infla, y una mano delgada me hiende la nuca y me
asesina un instante...
Entonces, el tiempo resbalaáizo ha
¡do escurriéndose de largo, como por
detrás de un reloj atrasado...; y he
visto dos días agarrados de la m ^ o ,
porque amanece ya, sin que yo haya
despertado, ni falta que hace.
Clarea, color de papel verde, sobre
la pared gris perla.
Una desconocida olvídame, de espaldas, y ronronea su sueño, tirada
como un fuelle, indiferente a mí, que
soy un transeúnte que ha equivocado!
la calle y la puerta.
Clarea una aurora vulgar de lunes.
... pero la mañana no es para el
manso chupatinta jamás.
Café muy caliente, sorbido aprisa;
y la bella estanquera, con los ojitos
hinchados.
Sol puntual en la oficina desierta;
los percheros desnudos; la calle en la
bola de metal de la prensa, y en el calendario, sábado todavía...
He aquí, facistol para rezar números, donde se posan las sonantes alas
con que vuelan mis pobres sueños humildes. Y aventó con suaves plumas,
un sol que se remueve como harina.
He venido, en fin, más temprano que
el jefe, yo, el mal oficinista, y he visto
hoy que la mecanógrafa es bella.
José
Bruno.
áC.UiLERÍ,_
-No tengo gana de limpiar. ¡Asi hay el polvo que hay en esta casa!
(Dib. de Aguilera.^
MUCHAS
.14
Charlas
de
^ncórdiez
QUISE BAJAR AL INFIERNO
Sí, señor; quise bajar a las profundidades infernales, para buscar
en aquellos caliginosos parajes
asunto con que urdir una charla
diabólica y azufrada, tostada y
acaramelada.
¿Qué no intentaré yo por proporcionar un momento de solaz a
los lectores de MUCHAS GRACIAS? Soy capaz de asegurar (si
esto les satisface) que la mayor
parte de los asuntos de las historietas publicadas en "El Sol" por
Bagaría, Sancha y Martínez de
León, son más originales que el
pecado que nuestros primeros papas confeccionaron y que les acarreó el morrocotudo disgusto de
que el acomodador los arrojara del
paraíso, ni más ni menos que Se
hace ahora con esas parejitas que
se olvidan de que hay gente delante.
Soy capaz de todo, y me decidí
a pasar un rato de calor en los dominios del malo. (Yo creo que es
un infeliz; pero allá cada uno.)
Con la sedeña falda bajera de
una cocota amiga mía, inteligente
y guapísima ella, que es con la que
tengo el gusto de gastar lo poco
que tengo (que al paso que llevo
lo voy a gastar) me confeccioné un
disfraz de diablo, que daban ganas de hacerme la cruz o de hacerme un feo.
Las faldas bajeras (que apenas
si le llegan a la rodilla) de mi guapísima amiga, están impregnadas
de un perfume delicioso y enervante, circunstancia que convertía mi
traje de diablo en un vermouth
amoroso. Yo estaba hecho un íorino, por tanto.
Para bajar al infierno acostumbrado al atorrante calor que dicen
que hace allí, procedí a aclimatarme por los procedimientos simples
que estaban a mi alcance. A cuyo
efecto entré en la cocina de mi casa, que es la de ustedes (con cocina y todo), y como viera que en
una sartén freían un par de huevos
hermosísimos, un par de huevos
que hubiera hecho palidecer a Benlliure y Tuero, mi querido amigo,
me decidí a meter un dedo en el
hirviente aceite, para irme acostumbrando al sofocón que pensaba llevarme en el Infierno.
Por rápidamente que lo saqué, y
descontada la milésima de segundo que invertí en blasfemar a mi
modo, no pude evitar que mi dedo
índice, ese dedo que solemos emplear para la exploración craneana por vía de nariz (como dice mi
amigo Leopoldo Bejarano), mi dedo índice, digo, estaba hecho un picatoste.
Había perdido, con la uña, las
ganas de bajar al gran calorífero,
y en vista de mi poca disposición
•para torrezno, me dispuse a trotar
las calles confundido entre las máscaras de a pie (algunas había más
altas). ¡Nunca lo hubiera hecho!...
El delicioso y encabritante perfume de mi diablo congregó en torno mío más de quince tíos, que con
ladinas actitudes de estudiada indiferencia, que no eran más que
una añagaza para pillarme descuidado, me miraban de través, con inquietantes fulgores en la mirada y
babeante el labio. "¿Qué queréis de
mí?—les pregunté alarmado." Callaron todos menos uno; un tío como un rascacielos que tenía un bigote como un bisonte pequeño, que
se acercó a mí, suave, acariciador,
y me dijo: "¡No te asustes... rico!"
Mi inteligencia se iluminó como
en los momentos sublimes de los
grandes talentos, o como en cualquier momento de Ramón y Cajal.
Un escalofrío de terror se dio un
paseo por mi cuerpo tiritante, al
darme cuenta de la torcida intención de aquellos enmascarados. Era
mucha gente. Había que tener mucho ojo. ¡Maldito perfume!... Para
GRACIAS
no vertne cubierto de oprobio, ¡porque aquellos tíos me cubren si me
cogen!, apreté a correr, dándome
con los talones en el que aquellos
desalmados deseaban llamar el lugar del suceso. En mi precipitada
carrera llegué a alcanzar velocidades insospechadas en mis cortas
piernas. Creo que llegué a sacar
una media de setenta, aunque, si
conseguí esa media, perdí los calcetines.
Cuando llegué jadeante a la casa de mi amiga, ella estaba en el
cuarto de baño y en el cuarto de
hora. Le conté, entre ahogos y resoplidos de cansancio, lo que había
estado a punto de sucederme, por
culpa de su perfume.
Antes de terminar el relato de mi
aventura, observé que ella me miraba con los ojos turbios, entreabiertos sus carmíneos labios y
aleteantes las elegantes ventanas
de su nariz grieguísima. Rápidamente me hice cargo de lo que estaba sucediendo. Mi diablo llenó
• • • . • •
•
^ u u i í i - £ [ ^ /i>
Uno de los dibujos de Aguilera, que yo
pensaba hacerles creer a ustedes, que estaba tomado del natural en el propio Infierno.
el ambiente del pequeño cuarto de
baño, con el excitante perfume. Pero como a ella su perfume le hace
el mismo efecto que a los demás,
se me acercó serpentinesca y chorreando como estaba...
¡Como ustedes me harán el obsequio de comprender, en esta ocasión no corrí!
Vuestro hasta la escoriación,
Incórdiez.
riiiiiiiiiiitiiiiiiiiitiJiJijNiiN
piM--AnTOh
iiiitiiiiiiiiiiiiiiiiiniiiicmiiii'iiiiijiiiiiiiiiiiicniio
Muy pronto se dará comienzo al
concurso de piernas, que tengo el
gusto de haber empezado a organizar.—Incórdiez.
|
|
i
|
MUCH
AS GRACIA
S-
NOTICIAS
POR
15
DE
CARNAVAL
MIH U R A
Automóvil adornado,' propiedad
de la señorita Adela Casa, que figurará este Carnaval en el paseo de
coches. La dueña irá vestida de gitana y llevará el volante. El automóvil representara un trozo de jardín, y varias jóvenes irán vestidas
de rosas de pitiminí y algunos muchachos de jardineros, con faja y
gorra. Caro está que a la dueña del
coche le molesta mucho que ellos
vayan de gorra y ellas vayan de rositas, pues lo natural es que abonasen algo por el gustazo de dar una
vuelta en coche. Ahora, que los jóvenes se han enterado y dicen que
van a dar a Adela un duro cada
uno, pero que ella tiene la obligación de darles dos vueltas: una por
Rosales y otra por el duro antes citado, pues aunque ellos vayan de
jardineros, comprenden que es hacer una primada dejar dinero.
atizar estos objetos, no le va a conocer ni su santa madre, pues dicho sea en honor de la verdad, Eulogio es más agarrado que cualquier miembro de un adolescente
bello en una reunión de jamonas libertinas.
Lucas Tigo, ataviado con el tra-
je de indio que se ha confeccionado para este Carnaval. Lucas di-
Eulogio Sincero, que, a pesar de
no disfrazarse de nada, ha ideado
ce que va a confeccionar los que
buenamente pueda, y si los vende a
un procedimiento párá que nadie
sepa quién es. Este procedimiento
consiste eii regalar a cada amigo
•íue se encuentre un caruncho áe
peseta, siendo de una seguridad de
cerrojo, que si es verdad que piensa
los amigos, son duros que se ganá^
extrañándose mucho que sean duros, con las plumas que tienen. Claj o es que no vayan ustedes a creerse que le ha costado poco trabajo
hacer estos ternos salvajes, pues
encargó a dos sinvergüenzas amigos suyos que le facilitasen plumas
a bajo precio, para lo que les dio
doce pesetas a cada uno, siendo
ésta la hora que aun no han aparecido los puntos de las plumas. Así
es que hay que ser razonables y
comprender que verdaderamente al
bueno de Lucas le han traído las
plumas de coronilla. (Aunque él hubiese preferido que se las trajesen
de la corona, porque son mejores.)
Preciosa carroza que el anticuario Enrique Cido ha construido solamente con el objeto de que una
hija suya luzca un traje auténtico
de menina, que se le está apolillando en el almacén. Aunque el asunto
de la carroza no tiene nada que ver
con dicho vestido, ya hemos dicha
que el objeto de Enrique es solamente meter la menina en alguna
parte. En esta estupidez de carroza
se arrojarán multitud de chucherías
a los bromistas, chucherías que las
hijas de Enrique guardaron cuidadosamente el Carnaval pasado,
cuando se las echaban a ellas los
amigos, y aunque ei anticuario noi
cree que les arrojasen tanta cantidad de cosas, no es nada extrañoque se las tirasen, porque son monísimas. Entre estas chucherías hayinfinidad de muñecas, serpentinas^ •
dulces, soldados y caballos de juguete, cosas que tirarán a las tribunas. Lo único que no podrán tirar serán los caballos, y decimos,
que no podrán tirar los caballos,,
porque son muy viejos, y lo menos
van cuarenta invitados, de manera
que supongan ustedes el peso que
esto supone, y más en Carnaval,
que hasta las bromas son pesadas.
MUCHAS
16
nífico y clemente en su grandeza,
firme e indomable en su desgracia,
austero siempre. Su rival de Roma
fué más afortunado, y Benedicto XIII murió, olvidado casi, en su
destierro de Peñíscola; si hubieran
pasado las cosas de otro modo, los
ambiciosos, los turbulentos, los anti-papas hubieran sido Martín V y
sus predecesores.
¡Y con qué majestuosa serenidad
de estilo nos habla antes Blasco
Ibáñez de la magnificencia de este
otro español y príncipe de la Iglesia que se llamó el cardenal Albornoz! ¡Y qué dulzura bucólica la de
sus descripciones de la Fontana de
Vaucluse, de los viejos jardines que
fueron testigos de las meditaciones
del Petrarca y de las costas floridas del moderno litoral de Levante!
Porque como una hiedra verde y
brillante bajo el sol, que se abraza
EL PAPA DEL MAR
Novela por Vicente Blasco Ibáñez.
¡Qué hermosa obra ésta de Vicente Blasco Ibáñez, que así nos
muestra en toda su grandeza y nos
«enseña a amar al hombre de corazón y de voluntad firmes, que durante más de un cuarto de siglo reconcentró en su persona la atención del viejo mundo, allá en los
albores del Renacimiento!
Hay figuras en la Historia sobre
las que el odio postumo de sus contemporáneos, o la adulación para
con sus sucesores, arrojaron paletadas de olvido y aun de infamia,
y sus vidas llegaron a nosotros des-
GRACIAS
—¿Qué tal te parece este bebé?
—Que es un bebé pa que se caiga
baba.
(Dib.
de
riiiiiiiijiii]|ii]iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
)i
la
Bellón.)
papa; en ninguna historia se reconoce la legitimidad de su Pontificado... Pedro de Luna era español,
y ningiin español, antes de este
gran español que se llama Vicente
Blasco Ibáñez, se ha tomado el trabajo de desempolvar los viejos códices y manuscritos, contemporáneos del último Pontífice de Aviñón, para presentarnos su vida tal
como fué.
Pedro de Luna no pudo ser de
otro modo que como nos lo presenta el autor del Papa del Mar: mag-
A este sombrero no le sucede lo que a
otras cosas. Hace dos meses que me io vengo poniendo y sigue tan estrecho como el
primer dia.
(Dib. de A.
Mcdel.)
EL.—¿Crees ya en mi cariño?
ELLA.—¡Hay miiclia iuz todavía!
(Dib. de
Herreros.)
IIIIJIIIIIII1IINIJNIIIIIIIIIIJ||IIIUIIII
figuradas por la envidia de los unos
o por el servilismo de los otros. Sus
ligerezas fueron después crímenes;
sus delitos, monstruosidades; pero
de las virtudes que pudieron adornarles nadie habló luego. Ejemplo:
casi todos los reyes en que termina
una dinastía, y los que se alzaron
contra un poder y no pudieron vencerle, y los que sucumbieron ante
la fuerza de un poder, nuevo. Los
vencidos no llevan nunca razón.
En todos los libros escritos en
castellano, en que se habla de Benedicto XIII, se le moteja de ambicioso y se le da el nombre de anti-
ENTRE
COCOTAS, por
Herreros.
-Bueno. ¿Vienes a dar una vuelta?
-Ño; tengo labor en casa.
al tronco añoso y sombrío, así la
novela optimista de unos amores
de hoy va retorciéndose abrazada a
lo largo de la vieja historia melancólica. Y si interesa la vida gloriosa del viejo pontífice español, interesan y conmueven las incidencias
de un idilio que tiene su desenlace
humano y luminoso entre el fragor
de la tormenta desencadenada sobre
los campos levantinos, mientras la
lluvia golpea furiosa las paredes
del rústico cobijo y el huracán aulla
entre las ramas sinuosas de los naranjos.
M. T.
MUCHAS
GRACIAS
17
Shakespeare; por lo visto, este autor es tan grande, que a nadie inspira nada. ¡Como no inspire miedo!...
Pero, sea como sea, nos parece
higiénico que desfile un poco por
nuestros escenarios la imponente
sombra de Hamlet.
CÓMICO
La pelirroja.
ESLAVA
El deseo.
El señor Ardavín no es hombre
de teatro. Siempre hemos tenido de
él esta idea.
El señor Ardavín es poeta de
libro.
Por la muy voluble eficacia de
sus obras teatrales, por su contextura intima personal, estamos cada
vez más que convencidos de esto.
Y, a veces, la elocuencia pública
debe de convencerle a él también.
La Xirgu, esta mujer que quiere
jugar con su temperamento, como
el poeta, nos ha dado a conocer la
nueva comedia de Ardavín, El deseo, y ni pasó la obra, ni la actriz
tuvo el lucimiento que pudiera.
Dos actos de El deseo fueron oídos amablemente; el tercero fué
protestado.
Y es que no se pueden plantear
atrevimientos, señor Ardavín, que
el autor después no se atreva a resolver atrevidamente.
Es como planteárselo todo a una
señora, y luego, a la hora de la
verdad, decirle que otro día.
Nosotros creemos, sinceramente,
que el señor Ardavín es poeta de
libro.
¿Que en el teatro se gana más?...
Bien; pues siga por el camino de
¿fl be jarana...
LATINA
, •
La sombra de Hamlet.
Es la que debiera pasar, de vez
en cuando, por nuestros escenanos.
,Los señores Martín Gaicano y
López Carrión son los autores de
este drama en tres actos, y lo han
urdido con bastante sombra, de
modo que aplaudió el público.
Varios síncopes y un par de
muertes aparatosas dan fibra al
drama.
Hay fuerza, pasión, violencia:
que lo diga, si no, el fuerte, pasional y violento señor Borras.
Ya es de suponer que esta obra
*io la ha inspirado directamente
Juguete c ó m i c o , expresamente
para el Cómico, por Javier de Burgos, hijo.
Tres actos, trazados con estilo
endeble, con diálogo raso, queremos decir sin relieve alguno.
Y sin interés ninguno en la trama, por la sencilla razón de que
no hay trama.
El eterno paleto en el efímero
cabaret, desafío de señoras y desafío de caballeros, ambos interrumpidos, son asuntos veteranos,
que si se tratan veteranamente además, no nos mueven.
Y, no obstante, el público rió.
Hay que declarar que gracias a
la labor de los actores.
Loreto sacó a su' papel cuanto
bueno pudo; Chicote tuvo afortunada gracia; Julia Lajos, muy desenvuelta; bien en su breve papel,
Julia Medero; bien, Julio Castro y
Julio Costa. Fueron aplaudidos,
claro es, calurosamente. Melgares
se afianzó en su cometido y acertó.
Y nada más sobre la Peli, Peli,
Peli, la Pelirroja.
• -.;.
se le deben siempre. Y los autores
salieron muchas veces al proscenio,
para estímulo de buenos noveles...
FUENCARRAL
¡¡Al escampíoü
Julián Sánchez Prieto, llamado
el pastor-poeta, nos ha llevado un
aire suave, ingenuo, que huele auténticamente a tomillo, a las tablas
del Fuencarral, y un poco también
al arte escénico.
La obra, en que es protagonista
un pastor, fué aplaudida por su
sinceridad y simpatía.
Este pastor-poeta vale, en nuestro concepto, más que muchos cultos, que son burdos pastores y no
poetas.
Aprendan éstos del buen Julián;
y, por de contado, que no aprenda
éste de los cultos ciertas cosas.
lllllllllllll1llllllllllllllllllllllllllll|tllllllN1IIIIIIIIII||IIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIMIIIIIIIIIIIIIIIIlllll)IIIU1Nt1lllllll1l<IIIIK
PRINCESA
Desdichas de la Fortuna,
o julianillo Valcárcel.
Tragicomedia de don Antonio y
don Manuel Machado.
Sucedía que era beneficio de María Guerrero, la excelsa, y sucedía
que la obra elegida para esa noche
era original de los hermanos Machado, que tienen grandes simpatías literarias; y había, pues, expectación.
La obra es de época; mas no el
procedimiento. Y esto, vive Dios,
que nos place y complace.
El verso es buen verso. ¿Cómo «r
no?
El diálogo, cosa rara, es diáloVMt^
go. ¿Cómo así?
Sigan, sigan como van estos dos
noveles, a ver si aprenden vete- ¡TIENE RAZÓN LA CHICA!, por Demetrio.
ranos.
[Pues si que estoy haciendo un negocio
¡Ah, pero no se hagan presto veen esta apartada calle...! Está visto que
teranos!...
ahora, hay que realizar estas operaciones
Doña María la Brava recibió en a plena luz y en los establecimientos más
su beneficio los altos respetos que concurridos...
mu CHAS
18
GR
ACIAS
Batiburrillo taurino LA NOVELA OE flOY
publica esta semana una interesantísima, tan emocionante y amena como
todas las escritas por el original novelista
Por EL NIÑO DE LAS MONJAS
Aquí estoy de nuevo, lector pacientísimo,
después del largo período de silencio que nos
impuso la estación invernal. Te prometí charlar un. rato contigo aun antes de que diese
- comienzo la temporada, y hoy cumplo mi
promesa. De la tuya, de pagarme el aperitivo
que consumiéramos mientras charlábamos, te
absuelvo, que así podrás decir que has hablado con un crítico de toros y no te ha costado
nada. No te van a creer, pero dilo.
Cuando escribo estas líneas es tema de
todas las conversaciones en los centros y
reuniones taurinas la desgracia de Litri.
Si se confirman las impresiones pesimisias
y este diestro no vuelve a torear, lo siento
por él y por mí, pues fué—aparte la tarde
magna de Belmente—de los pocos que el
año pasado mostraron en nuestra plaza pundonor y arte juntamente.
Por cierto que ya señalábamos en uno de
nuestros batiburrillos anteriores la posibilidad de que la oreja de oro tuviese jetatura.
Maera, muerto; Litri, posiblemente inútil;
sólo Villalta ha podido librarse del pernicioso efecto... Ahora, que haría muy bien en
no reincidir, por si acaso.
landa..., en fin, las tres cuartas partes de
los que se visten de luces..
Porque el hecho de que Chicuelo, Niño de
la Palma y-Algabefio hayan fracasado ruidosamente eri Méjico esta temporada no los pone en condiciones de inferioridad respecto a
Márquez, que fracasó estrepitosamente en la
anterior.
** *
V a propósito de Méjico.
En Méjico la temporada ha sido de las
más insulsas, y el público, fuera de la tarde
en que debutó Sánchez Mejías y alguna otra
en que toreó este diestro, ha hecfio cuestión
de amor propio el no asistir a las corridas,
o cosa asi, que les ofrecía aquella empresa...
En España todavía vamos a ver a Chicuelo.
Decididamente, en Méjico entienden de toros.
llllillillllillliilíllllílllltlililllllllllllílliillllillllllillli^
niiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii » .111 .í. iiiiiiiiiiiiiiiiii.üiiiuiiiiu'Kitiu
Alfonso Vidal y Planas
El titulo de esta nueva y maravillosa
producción del discutido autor de Ciclo y fango es
, ^'
El ángel del portal
Ilustraciones de Bradley. 30 céntimos ejemplar.
En nuestro próximo número publicaremos
El secreto de la baronesa
„ „ , . p , n i ^ p « t . „ rip nnvPli<=+a=;
i .iii.iii.iiiiiiimi
II
MUY PRONTO
ROSA DE CARNE
pul el lUacaliU Uc llUvcilatd.o
Vicente Blasco Ibáüez
Lea usted todas las semanas
P o R
Cierto señor critico taurino, de quien se
ha dado en decir que escribe bien, con la
misma razón que se podría d^cir de él que
colaboró con Pizarro en la conquista del
Perú, afirma que el eje de la próxima temporada es Márquez.
Yo comprendo que Cansinos Assens digíi
que Gómez de la Serna es un genio—no
sé si lo ha dicho, pero es capaz de decirlo—.
Concibo también que el señor Mayral afirme
que las mejores comedias del mundo y de
todos los tiempos son las que escribe el seBor Mayral; pero el toreo es una cosa muy
seria y en él no son admisibles las bromas
ni los disparates, por graciosos que sean.
La Novela de Hoy
ARTEMIO PRECIOSO
«•I
JUAN
PUJOL
novelista de claro estilo e ingenio
fértil, inaugura su colaboración en
la popular revista
La Novela de Noche
La crítica de toros fué hasta ahora la más
grave y sesuda de todas las críticas, y sería
muy sensible que por la inconsciencia de un
caballero cronista cayera en el desprestigio
en que están sumergidas sus hermanas, las
de arte, literatura, teatro y circo ecuestre.
Por más que si sigue la racha desgraciada, es muy posible que aquel señor acierte;
pero entonces más que racha desgraciada
habría de ser catástrofe gigantesca.
Para que Márquez fuera el as indiscutible
habrían de desaparecer del toreo, Belmonte,
Villalta, Chaves, Niño de la Palma; Valencia II, Saleri, Sánchez Mejías, el mismo La-
•xSXSXS>^xS>^XSXS^S><&<S>S>^f<S>^xS>&
publicando en su número 46 una
interesantísima, llena de tan picaresco humorismo e interés tan sostenido, que puede ofrecerse como
modelo en su género. Se titula
Una mancha en la familia
—¡Con
difícil..
usté
tomaba
yo la posición
(Dib.
de
más
Bellón.)
Ilustraciones de Sancha. Una peseta ejemplar.
A C A D E M I A
DE
B E L L E Z A
Estas alegres chicas del conjunto, como se les dice ahora a esas muclnachas
tan bonitas, que no cantan ni ofreciendo .as bombones, están preparándose para lucir en el proscenio, haciendo suspirar a los jovencitos y haciendo sonreír a los
Carcamales. La conserja del teatro trae un recado para la que está sentada con la
pierna sobre el respaldo de la silla: "Dice el señor del palco número cinco que
quiere hablar con usted después de la función'', habla la conserja, y la preciosa
conjuntiva contesta: "Dile a ese señor que esta noche no tengo ganas de que todo
quede en conversación. Que esta noche tengo ensayo general con todo."
Vuestro hasta el último acto,
INCORDIEZ
ROSA
DE
NOVELA
CARNE
POR
ARTEMIO PRECIOSO
Profusamente ilustrada por DEMETRIO :: Precio: 5 pesetas
MENDIZABAL, 42.-MADRID
EDITORIAL ATLANTIDA
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ROSA
D E C A R ^'
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Próximamente a p a r e c e r á este gran libro, espejo fiel
donde se copia la vida de hoy, con sus pasiones tumultuosas y sus apetitos desordenados. Sátira a g u d a
unas veces, d e s c a r n a d a otras, que fustiga a los t a r t u fos modernos y a la hipocresía andante, y que constituirá el más sensacional acontecimiento literario.
Soberbia p o r t a d a e ilustraciones de
Demetrio.
Más de 300 p á g i n a s , 5 pesetas ejemplar.
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ARTEMIO P R E C I O S O
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Imp. Artística de Sáez Hermanos.-Norte, 21.-Madrid.
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