comunicado de prensa

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UNITED NATIONS CONFERENCE ON
TRADE AND DEVELOPMENT
(UNCTAD)
CONFÉRENCE DES NATIONS UNIES POUR
LE COMMERCE ET LE DÉVELOPPEMENT
(CNUCED)
COMUNICADO DE PRENSA
ADVERTENCIA
El contenido del presente comunicado de prensa y del informe conexo
no podrá ser citado ni resumido por la prensa, radio o televisión o por
medios electrónicos antes de las
17.00 horas (hora media de
Greenwich) del 7 de septiembre de 2009.
(13.00 horas en Nueva York, 19.00 horas en Ginebra, 22.30 horas en
Nueva Delhi, 2.00 horas del 8 de septiembre en Tokio).
UNCTAD/PRESS/PR/2009/039*
Original: Inglés
GRAVES EFECTOS DE LA CRISIS EN LOS PAÍSES EN DESARROLLO E
INCIERTA CONSECUCIÓN DE LOS OBJETIVOS DE DESARROLLO DEL
MILENIO EN EL PLAZO FIJADO
¨
Según un nuevo informe de la UNCTAD, las turbulencias financieras
actuales, consecuencias de una desregulación y una tendencia a
asumir riesgos excesivos, causarán enormes pérdidas de ingresos y un
recrudecimiento de la pobreza
Ginebra, 7 de septiembre de 2009 - A partir de septiembre de 2008, la crisis financiera se convirtió
en una recesión profunda que se ha extendido a prácticamente todos los mercados y países, ya
sea por contagio financiero directo o por la caída de los ingresos por concepto de exportaciones y
de remesas de los migrantes. En consecuencia, por primera vez desde la segunda guerra
mundial, la economía mundial registra una contracción que se refleja negativamente en el empleo
en todos los países. Según el Informe sobre Comercio y Desarrollo de 20091 de la UNCTAD,
en esta situación será prácticamente imposible alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio
fijados por las Naciones Unidas para 2015.
Los economistas de la UNCTAD consideran que la desregulación de los mercados financieros es
la principal causa de la crisis financiera y económica mundial. La falta de regulación hizo posible
una innovación descontrolada en materia de instrumentos financieros, que provocó que se
distorsionaran las relaciones entre acreedores y deudores y que se asumieran riesgos de manera
irresponsable. A consecuencia de ello, las finanzas pasaron a primar sobre la economía "real",
gran parte del sector financiero se desconectó de los sectores productivos y se acentuó la
*
1
Contacto: Oficina de Prensa: +41 22 917 5828, [email protected], http://www.unctad.org/press.
El Informe sobre Comercio y Desarrollo de 2009 (Nº de venta: E.09.II.D.16, ISBN 978-92-1-112776-8) puede
adquirirse en las oficinas de venta de publicaciones de las Naciones Unidas cuyas direcciones se indican a
continuación o por conducto de los agentes distribuidores de publicaciones de las Naciones Unidas, presentes en
muchos países, al precio de 55 dólares de los EE.UU., y al precio especial de 27,50 dólares en los países en desarrollo
y los países de Europa sudoriental y la CEI, y de 13,75 dólares en los países menos adelantados. Sírvanse enviar los
pedidos o consultas para Europa, África y el Asia occidental a la Sección de Publicaciones y Ventas de las Naciones
Unidas, Palacio de las Naciones, CH-1211 Ginebra 10, Suiza, fax: +41 22 917 0027, correo electrónico:
[email protected] ; y para América del Norte, Central y del Sur y el Asia oriental, a Publicaciones de las Naciones Unidas,
Two UN Plaza, DC2-853, Nueva York, NY 10017, Estados Unidos de América, teléfono: +1 212 963 8302 ó +1 800 253
9646, fax: +1 212 963 3489, correo electrónico: [email protected] , Internet: http://www.un.org/publications .
UNCTAD/PRESS/PR/2009/039
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influencia de las fuerzas especulativas, no solo en los mercados financieros sino también en los
mercados de divisas y de productos básicos, como se afirma en el informe.
El Informe sobre Comercio y Desarrollo de 2009 lleva como subtítulos "Respuesta a la crisis
mundial" y "Mitigación del cambio climático y desarrollo" (véase el comunicado de
prensa UNCTAD/PRESS/PR/2009/038). El estudio, conocido como TDR, por sus siglas en
inglés, se publica hoy.
La crisis, que empezó en el sector financiero, se ha convertido en una caída grave de la
economía real: según se prevé, el PIB mundial disminuirá más del 2,5% en 2009. En el informe
se sostiene que la crisis es de una profundidad y una magnitud sin precedentes y prácticamente
ningún país se ha salvado de ella. El PIB de las naciones desarrolladas disminuirá un 4% en
2009 y se prevé que la producción de las economías en transición disminuya más del 6%. En los
países en desarrollo, se prevé que el crecimiento descienda de un 5,4% en 2008 al 1,3% en
2009, lo cual supondrá una reducción del ingreso medio per cápita. Incluso las economías que
registren un crecimiento en el presente año, como las de China y la India, están sufriendo una
ralentización significativa en comparación con años anteriores.
La crisis financiera se propagó rápidamente desde el sector de las hipotecas de alto riesgo
(subprime) del mercado financiero de los Estados Unidos a todo el sistema financiero de ese país
y, prácticamente al mismo tiempo, a los mercados financieros de otros países desarrollados.
Todos los mercados resultaron afectados, desde los mercados bursátiles y los inmobiliarios de
muchas economías de mercado desarrolladas y emergentes, hasta los mercados de divisas y de
productos primarios. La contracción del crédito incidió negativamente en la actividad de la
economía real puesto que aceleró la disminución del empleo y la demanda privada y provocó la
recesión más grave registrada desde la depresión de los años treinta. Las peores repercusiones
de la crisis se han hecho sentir en las empresas, los ingresos y el empleo del sector financiero,
pero esta también ha tenido un grave impacto en la construcción, los bienes de capital y los
bienes de consumo duradero, sectores en los que la demanda depende en gran medida del
crédito.
En el primer trimestre de 2009, la formación bruta de capital fijo y la producción manufacturera de
la mayoría de las principales economías del mundo mostraron una caída que se expresa en cifras
de dos dígitos. Mientras tanto, los problemas de solvencia de los sectores no financieros de
muchos países han empezado a incidir en el sector financiero.
La brusca contracción del volumen del comercio internacional se dio paralelamente a la
disminución de la producción manufacturera. Esto redujo la demanda de materias primas que,
junto con la retirada de los inversores financieros de las posiciones especulativas en los mercados
de productos primarios, condujo a una corrección pronunciada de los precios que ya respecto al
acelerado aumento registrado con anterioridad. El comercio internacional sufrió además las
consecuencias de los crecientes problemas en materia de financiación del comercio. Se prevé
que en 2009 el comercio mundial disminuirá al menos un 11%, en términos reales y un 20% en
dólares corrientes.
Desde mediados de 2008, en casi todos los países en desarrollo se ha observado una acusada
ralentización del crecimiento económico y muchos de ellos han entrado en recesión. Algunos
países en desarrollo y economías de mercado emergentes han mostrado menor vulnerabilidad
que en crisis anteriores. Se trata de economías asiáticas y latinoamericanas que habían
alcanzado una situación macroeconómica relativamente sólida antes de que se desatara la crisis
y que en los años que la precedieron presentaban un déficit por cuenta corriente moderado e
incluso un excedente. En cambio, en muchas otras economías de mercado emergentes, entre
ellas varias de Europa oriental, la crisis provocó una pérdida general de confianza en los
mercados financieros y en su capacidad de enfrentar los riesgos financieros externos.
Una de las regiones en desarrollo más afectadas por la crisis mundial es América Latina, en la
que se prevé un descenso del PIB cercano al 2% en 2009, mientras México atraviesa por una
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recesión profunda. Otras regiones muy perjudicadas son Asia occidental, en la que varias
economías han sufrido las consecuencias del desplome de los precios de los activos financieros,
los bienes inmobiliarios y el petróleo, y Asia sudoriental, muchos de cuyos países dependen
considerablemente de las exportaciones de productos manufacturados. Se prevé que esas
regiones registrarán un crecimiento negativo del PIB en 2009. En África se supone que el
crecimiento del producto sufrirá una grave reducción en 2009 aunque seguirá siendo positivo;
según las previsiones, será del 3% en el África septentrional y 1% en el África subsahariana.
En el Informe sobre Comercio y Desarrollo de 2009 se advierte además que en esta última
región se ha vuelto prácticamente imposible alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio para
la fecha límite de 2015.
Según el informe, se prevé que en Asia oriental y meridional el crecimiento sea de entre el 3 y el
4% en 2009. Las principales economías de la región, especialmente China, la India e Indonesia,
han resistido mejor que otras a las fuerzas recesionarias, gracias a que un porcentaje mayor y
creciente de la demanda proviene del mercado interno. Además, la reactivación que se observó
en China en el segundo trimestre de 2009 es prueba de que la financiación del gasto público
mediante el déficit presupuestario surte efecto si se aplica con rapidez y energía.
Hasta ahora, la mayor parte de los recursos públicos movilizados para afrontar la crisis se han
destinado a mantener a flote los sectores financieros de los países desarrollados. Es posible que
la relajación de la política monetaria y las operaciones de rescate de gran envergadura hayan
evitado un descalabro del sistema financiero, pero no han sido suficientes para reactivar la
demanda agregada y poner freno al creciente desempleo. Para impulsar la demanda es
indispensable adoptar medidas fiscales anticíclicas que influyan directamente en la demanda
agregada y, de hecho, en muchos países desarrollados y economías de mercado emergentes se
han adoptado paquetes de estímulos fiscales de gran magnitud. En cambio, muchos otros países
en desarrollo y economías en transición que se vieron obligados a solicitar asistencia financiera al
Fondo Monetario Internacional (FMI) no disponen del margen fiscal suficiente y tienen que aplicar
políticas procíclicas a cambio de la financiación que reciben. La imposición de ese tipo de
condiciones aparentemente obedecería a la voluntad de restablecer la confianza en los mercados
financieros, pero en muchos casos es injustificada debido a los efectos negativos en el empleo y
la pobreza que tiene en los países en que se aplica. De hecho, el mejor remedio para la crisis
actual son las políticas macroeconómicas anticíclicas.
Según se afirma en el informe, en la actual situación de grave crisis, se requeriría un mayor
esfuerzo internacional concertado para aumentar la asistencia oficial para el desarrollo (AOD) a
los países de bajos ingresos. Además, la aplicación de una moratoria temporal a la deuda oficial
de esos países podría ayudarles a mantener el gasto público y las importaciones en los niveles
debidos. Esto no solo ayudaría a los países receptores y su población a superar la crisis, también
constituiría un estímulo anticíclico que contribuiría a reactivar la demanda mundial.
En el Informe sobre Comercio y Desarrollo se advierte que es muy poco probable que en los
próximos años se produzca una recuperación en los principales países desarrollados que tenga la
intensidad suficiente para reencauzar la economía mundial por la senda de crecimiento en la que
se encontraba antes de la crisis. Esto se debe a que no se puede esperar un repunte significativo
del consumo ni de la inversión en el futuro cercano dada la muy baja tasa de utilización de la
capacidad mientras el desempleo va en aumento. Además, sigue siendo necesario recapitalizar a
los bancos y eliminar los activos tóxicos de sus balances antes de conducirlos a que asuman
nuevamente su función tradicional de proveedores de crédito para las inversiones en capital fijo.
En vista de la debilidad de los parámetros macroeconómicos fundamentales, cabe suponer que la
mejora de los indicadores financieros registrada en el primer semestre de 2009 revela en realidad
un repunte temporal a partir de precios de los activos financieros y los productos básicos que
habían descendido a niveles anormalmente bajos tras una depreciación excesiva, tan irracional
como la exuberancia alcista que le había antecedido. En el informe se sostiene que ese repunte
no es reflejo de una mejora de los parámetros macroeconómicos fundamentales, sino señal de
que los agentes financieros han recobrado su "apetito por el riesgo", que podrían volver a perder
de un momento a otro.
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En muchos países las considerables inyecciones de liquidez realizadas por el banco central y el
marcado aumento del déficit presupuestario hacen temer que se reavive la inflación. Según el
informe, este riesgo se ha exagerado mucho. Los aumentos discrecionales del gasto público,
sobre todo con la finalidad de estimular la inversión, pueden fomentar la capacidad productiva y la
generación de empleo, lo cual a su vez se traduce en un aumento de la base impositiva y, por lo
tanto, en mayor recaudación tributaria sin que varíen las tasas fiscales. Además, habida cuenta
de que la utilización de la capacidad productiva ha registrado descensos sin precedentes y que el
desempleo está aumentando a un ritmo alarmante, las probabilidades de un "recalentamiento" de
la economía o una inflación salarial en los años venideros son muy reducidas. En realidad, la
deflación, y no la inflación, es el verdadero peligro. Para poner freno a la contracción del PIB y
mitigar el riesgo de deflación, los gobiernos y los bancos centrales deberían mantener o acentuar
el carácter expansivo de sus políticas monetarias y fiscales, como se señala en el informe. En
este contexto, se predice que la tasa de crecimiento del PIB mundial vuelva a ser positiva en
2010, aunque es poco probable que supere el 1,6%.
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