una huerta de árboles

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3
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^j;
CQ;
¿;
"%
( io )
o r d e n , aprobando las medidas ilegales tomadas
ta C i u d a d , es tan responsable como si él misj
•biese infringido las leyes.
Dícese que gozamos de la L i b e r t a d civil. Muí
engañaran las Cortes si creyeran que rige en Barc
este benéfico sistema. Libertad y justicia son sinoni
porque la Libertad no es otra cosa sino el imperio GJÍ
la l e y ; y como esta aqui h a sido reemplazada por &
arbitrariedad de los hombres y él furor de las pasicales, mas bien se h a n visto los Barceloneses envueltos
en la a n a r q u í a , porque h a n sido consejeros de la aij¡fxtridad m i l i t a r , que h a dictado las providencias, uno¡
pimples ciudadanos á quienes la ley no daba tal eii'
fcargo.
:
; ; Los que elevan á las Cortes esta atenta Esposicio.
;Solo se constituyen defensores de su derecho y no de.
^
de los d e m á s : á ello les h a obligado la necesidad dü
vindicar su honor ilegalmente ofendido. Pero como e
[ hecho que h a servido de pretesto á su destitución está
enlazado con otros hechos que formaban el princil
pal objeto de los que ahora abusan del poder qui
ellos mismos se h a n apropiado, también se ven pre|
cisados los recurrentes á entrar de lleno en esta fa¡
mosa cuestión.
r
Apesar de esta franca declaración de sus intencione)
quizás estas serán desnaturalizadas y se pretend
^ dar un mal sentido á sus palabras. Conocen eLrjeJj
HORTELANO.
OBRA QUE EN FORMA DE DIÁLOGO ENSEÑA Á
Y
FORMAR
CULTIVAR
UNA HUERTA DE ÁRBOLES
¥
CITANDO
HORTALIZAS,
ALGUNOS
NUEVOS
ESPKRIMUNTOS.
Traducido áel francés
Barcelona.
I M P R E N T A DEL CONSTITUCIONAL.
1842.
Y. -| \- \
\ •
BIBLIOTECA UNIVERSIDAD DE MALAGA
6104391837
Wis p r o i t l c d n « ! ,
PREFACIO.
El cultivo de las h u e r t a s ha sido considerado
con r a z ó n , en todos tiempos como el p r i m e r a r le del m u n d o . Ademas del provecho q u e se sac a , n a d a es en efecto m a s satisfactorio que el
aplicarse á él.
Esta es u n a ocupación q u e conviene perfectamente á u n hombre q u e , habiéndose d e s e m barazado de la vida tumultuosa que se lleva en
el m u n d o , é inspirado por otra p a r t e por s e n t i mientos de religión ha tomado el p a r t i d o de pasar el resto de sus dias en la c a m p a ñ a , p a r a
g u s t a r . d e los placeres inocentes de la v i d a c a m - pestre.
Procuro esplicar en esta o b r a , de u n a m a n e r a s e n c i l l a , á u n Curioso q u e q u i e r a i n s t r u i r s e ,
lo q u e mi larga esperiencia m e h a e n s e ñ a d o , y
k
le doy desde luego el plano de una h u e r t a de
árboles fruíales y hortalizas. Empiezo haciendo
la repartición del t e r r e n o , que distribuyo en calles de u n a a n c h u r a proporcionada á su g r a n dor, y guarnecidas de hierbas a r o m á t i c a s : e m pleo una parte p a r a árboles enanos q u e p r o d u cen las mejores f r u t a s , otra p a r a espalderas de
a l b é r c h i g o s , y p a r a otros árboles de los cuales
designo los géneros q u e convienen á cada situación ó vista del sol.
Hablo de los árboles de alto t r o n c o , y del modo de plantarlos según la calidad de las diferentes t i e r r a s .
Destino, en fin, el resto del terreno p a r a los
c u a d r a d o s , en los cuales formo tablas de u n a
a n c h u r a i g u a l , p a r a s e m b r a r legumbres de otoño y de i n v i e r n o . Ved mi p l a n o ; y á fin q u e el
método con q u e t r a t o esta m a t e r i a sea m a s c ó modo , me sirvo del d i á l o g o , que es una m a n e r a de escribir sencilla y menos embarazosa p a r a los que solo desean instruirse y p o n e r las lecciones en p r á c t i c a .
Evito la prolijidad en las p r e g u n t a s , y r e s pondo lo mas lisamente q u e me es posible á las
diferentes proposiciones q u e me hace el Curioso;
con lo q u e espero le será fácil hacerse buen hort e l a n o , si q u i e r e leer con a l g u n a atención esta
pequeña obra.
L a divido en dos p a r l e s : en la p r i m e r a ,
es-
plíco melódicamente el modo de hacer una h u e r la frutal y de h o r t a l i z a ;
En la s e g u n d a , doy el método de cultivar esta
misma h u e r t a , de m a n e r a que p u e d a s u m i n i s t r a r todo lo q u e es necesario p a r a la provisión de
u n a casa.
Digo desde luego en la p r i m e r a p a r l e , cuales
son las cualidades de las buenas t i e r r a s , y hago
conocer las q u e de n i n g u n a m a n e r a son p r o p i a s
p a r a convertirlas en h u e r t a .
A ñ a d o q u e no es bastante tener u n a b u e n a
t i e r r a , sino q u e es menester ademas que esté
bien p r e p a r a d a : esta preparación consiste en hacerla cavar á tres pies de p r o f u n d i d a d ; enseño
el método de hacer esta e s c a v a c i o n , y presento
las razones.
P r e p a r a d a así la t i e r r a , hago la distribución
del t e r r e n o , q u e supongo es de cuatro y u g a d a s ,
con bastante igualdad p a r a q u e no q u e d e nin?
g u n sitio inútil.
Como n a d a es mas ventajoso á u n hortelano
q u e tener las cuatro vistas del s o l , esplico cuales son los efectos del sol en g e n e r a l , y los de cada vista en p a r t i c u l a r , haciendo mención al p r o pio tiempo de las calidades de frutas q u e m a s
convienen en cada u n o .
Hablo en seguida de los accidentes á los cuales está sujeta cada vista.
Doy el mélodo de hacer dos suertes de enre-r-
6
jados; oí uno de rodrigón y el olro de a l a m bre.
Indico también todas las f r u t a s , tanto de pepita como de h u e s o , las mas r a r a s y esquisilas,
y esplico las cualidades de cada u n a de ellas
en p a r t i c u l a r , p a r a a p r e n d e r á conocerlas bien:
hablo del tiempo de su sazón, lo q u e es u n a
cosa m u y útil de s a b e r .
Después de h a b e r dado un conocimiento b a s tante eslendido de las mejores f r u t a s , paso al
método de disponer las espalderas de los a l h é r ch'igos, de suerte q u e no queden sin frutas d u r a n t e toda su estación; y esto por el conocimiento q u e tengo del tiempo de su m a d u r e z .
Aconsejo no c o m p r a r árboles sino á personas
c u y a reputación esté bástanle bien s e n t a d a , p a r a q u e se esté seguro de su fidelidad en d a r las
calidades q u e se les p i d e n ; p o r q u e seria m u y des a g r a d able á unCurioso que tiene u n a h u e r t a par a p l a n t a r , verse después de cierto tiempo p r i vado de las especies q u e deseaba t e n e r ; y estoy persuadido q u e prefiriria entonces h a b e r
pagado los árboles m u c h o mas c a r o , á semejante engaño.
A u n q u e se tengan árboles bien a c o n d i c i o n a d o s , si no están plantados con ciertas r e g l a s , no
saldrán bien. Por eso trato m e t ó d i c a m e n t e el
modo de p l a n t a r los árboles en e s p i n a l , en e s paldera y á todo v i e n t o : este método consiste
7
en siete observaciones p a r a los árboles en espin a l , en cinco p a r a los árboles en espaldera y
en otras cinco p a r a los árboles de alto t r o n c o .
Digo que es necesario poner estiércol al pié de
los árboles sobre la superficie de la t i e r r a ; y doy
la r a z ó n . Si se ponen todas estas observaciones
en p r á c t i c a , puedo a s e g u r a r q u e cada árbol p r o d u c i r á fruto al cabo de tres ó c u a t r o años.
Continúo en d a r el método de cultivar los árboles d u r a n t e el p r i m e r año q u e e s t a r á n p l a n t a dos.
Esplico como se h a n de p l a n t a r los vastagos
de las viñas y de los a g r a c e s : y señalo la calidad del estiércol q u e se debe emplear al efect o , á fin de cojer fruto en poco t i e m p o .
Hago v e r como es necesario p r e p a r a r la t a bla de los c u a d r o s , á fin de s e m b r a r las semillas
de las h o r t a l i z a s ; y doy una lista q u e e n s e ñ a á
conocer estas semillas.
Hablo de la m a n e r a de h a c e r l a s t a b l a s , y señalo en q u e vista del sol deben estar hechas
p a r a s e m b r a r las calidades.
Doy fin á mi p r i m e r a p a r l e con el método de
hacer las tablas de las setas ú hongos á poco
coste.
E n la s e g u n d a p a r t e respondo á las p r e g u n tas del Curioso sobre la m a n e r a de c u l t i v a r u n a
h u e r t a frutal y de hortaliza.
Señalo los tiempos en los cuales se deben h a -
8
cer las diferentes labores d u r a n t e el curso del
año : esta observación es absolutamente necesar i a , y doy la razón de ello.
Presento un tratado de la corta de los á r b o les y p r u e b o la necesidad de e l l a ; señalo los diferentes tiempos en q u e debe ser h e c h a y la r a zón de ello; añadiendo brevemente las o b s e r vaciones necesarias.
Esplico los principios de la c o r t a , sin los
cuales no se puede n u n c a corlar bien un á r b o l .
Sostengo q u e no es necesario atenerse al c u r so de la l u n a p a r a la corla de los á r b o l e s , p a r a enjertarlos ni p a r a s e m b r a r las semillas de
hortaliza; tengo esperiencia de ello, y es conforme á la opinión de M. do la Quinlinic.
Indico los medios por los cuales se hace p r o ducir fruto á los árboles viejos que no brotan
sino en m a d e r a , y n a d a en f r u t o ; confirmo
también mis esperimentos con la opinión del
S r . de la Quintinie.
Doy el método de cortar los albérchigos en
e s p a l d e r a , y lo hago consistir en seis o b s e r v a ciones y en otros avisos q u e no dejan de ser
útiles.
Continúo h a b l a n d o de la segunda corta de los
a l b é r c h i g o s , y digo q u e es necesario o b s e r v a r
cinco cosas p a r a el acierto.
Esplico la m a n e r a de pizcar los albérchigos,
lps albaricoqueros y los perales ; en q u é l i e m -
9
po se, debe hacer esla o p e r a c i ó n , y el buen
electo q u e ella produce. H a b l o allí niismo de la
d e s m o c h a d u r a de los árboles.
Hago mención de la m a n e r a con que es necesario g o b e r n a r las frutas en los á r b o l e s , áfin
que tengan u n buen gusto y color.
T r a t o de la sazón de las frutas de cada e s t a ción , y de la m a n e r a de c o g e r l a s p a r a c o n s e r varlas bien en la frutería ; doy el medio de d a r
u n gusto a g r a d a b l e á los albérchigos , á las c i ruelas y á los h i g o s , lo mismo que á los a l b a rieoques.
Hago cinco o b s e r v a c i o n e s necesarias p a r a p o d a r bien la v i ñ a ; señalo el tiempo en q u e se debe hacer esla p o d a , y doy las aclaraciones s o b r e a l g u n a s dificultades que se e n c u e n t r a n en
esta operación.
T r a t o el a r l e de cullivar las h i g u e r a s , las diferentes m a n e r a s de hacer los a c o d o s ; como es
necesario cuidarlas y conservarlas en m a t o r r a l ,
en espaldar y en caja.
Enseño el método de enjertar bien con escudete , con h e n d e d u r a y con corona ; y hago observaciones q u e podrán ser útiles en la p r á c tica.
Hablo de l a m a n e r a de t r a s p l a n t a r los á r boles sin t e r r ó n con todas sus r a m a s y raices,
tanto los de alto tronco como los e n a n o s ; dando fruto desde el p r i m e r año si tienen botones.
10
Hago m u c h a s observaciones q u e es necesario
poner en práctica p a r a el acierto. Hablo a s i m i s mo de la m a n e r a de t r a s p l a n t a r las cepas de las
uvas y de los a g r a c e s , lo mismo que los o l mos.
Trato de las diferentes enfermedades de los
á r b o l e s , y de los remedios p a r a preservarlos
de ellas.
Concluyo por el trabajo q u e debe hacer un
hortelano cada mes.
Hé aquí en pocas p a l a b r a s lo que contiene
esta o b r a . La tabla de los capítulos y de las m a terias sigue á este prefacio.
Ilabia añadido en la s e g u n d a edición Reflexiones sobre el cultivo de los árboles, de q u e el
público se ha manifestado bastante satisfecho.
La tercera h a b i a sido solamente r e g i s t r a d a y
corregida de a l g u n a s faltas q u e se h a b i a n i n t r o ducido en las tres precedentes.
Esla nona va a u m e n t a d a considerablemente
en diferentes p u n t o s , y he añadido muchos n u e vos c a p í t u l o s , en los cuales esplico cómo y con
q u e precauciones es necesario hacer el riego
p a r a que sea ú t i l ; refiero asimismo sobre esto un esperimento q u e he hecho bastante s i n g u l a r . Doy u n tratado p a r t i c u l a r de las a l c a chofas y espárragos. Enseño la m a n e r a de c u l tivar los m e l o n e s , los p e p i n o s , los cardos de
E s p a ñ a y la a l b a h a c a . Hablo del a p i o , de las
11
l e c h u g a s , de las a c h i c o r i a s , de las diferentes
calidades de c o l , y g e n e r a l m e n t e de todas las
legumbres que son útiles y necesarias p a r a la
perfección de u n a h u e r t a .
13
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D1ÁL0G0
ENTRE
UN H O R T E L A N O
EL
T
UN
CURIOSO.
CURIOSO.
V. sabe el partido que he tomado de tener u n a casa
de campo para pasar el resto de m i s dias y disfrutar las
d u l z u r a s de u n a vida c a m p e s i n a . A este efecto celebraré m u c h o i n s t r u i r m e de todo lo que conviene saber
para formar u n a h u e r t a y cultivar árboles frutales. Yo
sé q u e la aplicación de V . , hace m u c h o s años en su
agradable s o l e d a d , le ha dado lugar de hacer m u c h o s
e s p e r i m e n t o s , y espero q u e t e n d r á á bien p a r t i c i p á r melos, á fin de q u e pueda poner en práctica lo que V.
me diga.
EL
HORTELANO.
Lo haré con m u c h o gusto , y empezaré por esplicar á
14
V. las cualidades de u n a buena tierra , que es la p r i m e ra cosa que debe s a b e r s e .
CAPÍTULO P R I M E R O .
De las cualidades
EL
de una buena
tierra.
HORTELANO.
Los autores que han tratado de las cualidades de u n a
buena tierra . convienen en lo que la esperiencia m e lia
enseñado. Quieren que sea negruzca , a r e n i s c a , grasa,
movediza ; quiero decir . fácil de labrar ; que no sea ni
fria ni ligera; q u e no tenga mal olor ni mal gusto , y
que á tres pies de profundidad sea de la m i s m a c a l i dad.
EL
CURIOSO.
¿ P o r qué tres pies de p r o f u n d i d a d ? ¿rio ser.ian suficientes dos p i e s ?
EL
HORTELANO.
No ; es de u n a necesidad absoluta que esta tierra tenga t r e s pies de p r o f u n d i d a d , á fin d e q u e aprovechen
los árboles y las l e g u m b r e s de i n v i e r n o , p u e s sin esta
circunstancia , al cabo de seis años de plantados irian
desfalleciendo , como lo he visto en mi posesión.
EL
CURIOSO.
V . dice q u e es necesario q u e esta tierra no tenga ni
mal gusto ni mal o l o r , ¿ c ó m o se puede c o n o c e r ?
EL
HORTELANO.
E s preciso t o m a r u n p u ñ a d o ó d o s de esta t i e r r a ,
ponerla en remojo con a g u a siete horas al m e n o s , y desp u é s de haberla pasado por u n l i e n z o , se probará de
esta agua , y se conocerá si t i e n e alguna mala cualidad.
EL
CURIOSO.
Se seguirá pues , según la opinión de V. , que si esta
tierra tenia un mal gusto ó u n mal olor, las frutas y las
legumbres participarían áe los mismos a c c i d e n t e s .
15
El,
HORTELANO.
No hay que d u d a r l o : el ejemplo q«c tenemos del v i no de R u c l , cerca de P a r í s , que loma el gusto del t e r ruño , es u n a p r u e b a e v i d e n t e ; y seria lo m i s m o de las
frutas y l e g u m b r e s , ni tendrían el mismo gusto que las
que nacen en u n a b u e n a tierra.
EL
CURIOSO.
Lo que Y. acaba de d e c i r m e parece tanto m a s digno
de o b s e r v a c i ó n , c u a n t o que hay gentes que no sabrían
p a r a r la atención en ello , y a c o n t e c e á m e n u d o que
tienen frutas de mal paladar , a u n q u e de u n a b u e n a calidad , sin saber la c a u s a .
EL
HORTELANO.
Lo q u e V. dice es muy cierto, p o r q u e algunas p e r s o nas me han dicho , por e j e m p l o , q u e la pera colmar no
era b u e n a en su h u e r t a ; sin embargo , esta es la mejor
pera q u e se p u e d e comer en enero y febrero. Si esas
gentes hubiesen examinado la tierra a n t e s de formar s u
h u e r t a , no tendrían frutas de mal g u s t o , a u n q u e por
otra parte, sean de calidad esquisila.
EL
CURIOSO.
Me aprovecharé de los inicuos consejos de V. para
no caer en este i n c o n v e n i e n t e , y haré dentro de poco
este ensayo , p o r q u e voy á c o m p r a r u n a pieza de tierra
de c u a t r o yugadas, la que trato de convertir en h u e r t a .
EL
HORTELANO.
Tengo todavía u n consejo que dar á V. q u e no es menos i m p o r t a n t e , á s a b e r , que esta tierra ha de tener las
cuatro vistas del s o l ; esto es esencial para n u t r i r las
frutas y darles el gusto según sus e s p e c i e s , y lo m i s m o se e n t i e n d e de las l e g u m b r e s .
EL
CURIOSO.
Confieso á V. que no pensaba en esta observación, que
sin embargo es digna de r e p a r o . Pero si la tierra de que
m e han hablado no tenia las c i r c u n s t a n c i a s q u e V- m e
1C
acaba de e s p l i c a r , ¿qué otras requeriría para suplir su*
faltas?
EL
HORTELANO.
Para csle caso aconsejaría á V. se d e t e r m i n a s e por
las tierras f u e r t e s , l i b r e s , que son pasivas , que se m a niobran fácilmente , que se labran lo mismo y q u e no
son frias ni c á l i d a s ; u n a tal calidad de t i e r r a , teniendo
tres pies de profundidad . podría ser propia para el uso
q u e V. la destina.
EL
CURIOSO.
Comprendo que esta tierra seria todavía b u e n a ; pe-*
ro ¿ n o la habría de otra suerte c u a l q u i e r a ?
EL
HORTELANO.
Sí; pero como V. me lia manifestado q u e l e e s i n d i f e r e n t e el lugar donde V. tenga u n a casa y u n a h u e r t a ,
con tal que e n c u e n t r e u n b u e n terreno , le aconsejo se
determine por uno de los que le h e e s p l i c a d o las c u a l i d a d e s ; V. se hallará s i e m p r e b i e n , p o r q u e las tierras
que son tardías , como les cuesta entrar en calor en la
primavera , y por consiguiente las semillas no p u e d e n
dar su primera producción , no convienen á u n c u r i o s o , a u n q u e producen con todo mejor que las tierras ligeras que no tienen c u e r p o . L a s que son arcillosas,
g r o s e r a s , húmedas y f r i a s , no son en manera alguna
propias para la jardinería ; los árboles no son de p r o vecho , y solo prosperan las l e g u m b r e s .
EL
CÜIUOSO.
Le doy á V . las gracias por h a b e r m e hecho conocer
tan bien la diferencia de u n a buena tierra de otra m a l a .
Yo parto mañana p a r a ver u n a casa en la que confio
hallar un buen t e r r e n o .
EL
HORTELANO.
Deseo q u e haga V . una buena compra , y de la cual
quede V. c o n t e n t o .
17
CAPÍTULO I l i
Del tiempo de cavar la tierra,
hacerlo.
EL
y de la manara dt
CURIOSO.
Vengo á dar cuenta á V . de la compra que he hecho
y que , aprovechando los b u e n o s consejos de V . , he t e nido la ventaja de hallar cuatro yugadas de t i e r r a , que
tiene todas las calidades q u e son c o n v e n i e n t e s ; he hecho la p r u e b a , y como esta pieza se halla afortunadam e n t e aneja á u n a casa * dígame V. por favor cómo es
necesario que me gobierne para disponer mi huerta y
plantar los arboles.
EL
HORTELANO.
E s necesario desde luego hacer cavar la t i e r r a , cuya
operación se practica en otoño. La escavacion debe ser
de tres pies de p r o f u n d i d a d , de s u e r t e que lo de e n c i m a vaya al f o n d o , y el fondo venga u parar e n c i m a .
Para lograr esto es necesario empezar por hacer medir
cuatro toesas de tierra en la anchura de la pieza sobre
cuatro pies de largo del t e r r e a o (tres h o m b r e s pueden
trabajar c ó m o d a m e n t e ) ; hacer quitar toda la tierra á
tres pies de profundidad de la q u e se ha hecho m e d i r ,
y ponerla al lado de esta zanja, con la precaución de p o ner lo de encima al lado.
Vaciada ya esta zanja, es necesario hacer medir la
m i s m a cantidad de t i e r r a , poner lo de encima en el
fondo de la zanja que está v a c í a , y c o n t i n u a r e c h a n do de esta tierra en la dicha zanja hasta tres pies
de p r o f u n d i d a d , lo que hará la misma cantidad de
tierra que se habrá sacado de la primera , y se llenará esta escavacion; después de lo cual será necesario
medir la misma anchura y el m i s m o largo marcados
2
18
aquí arriba , hasta el fin de la dicha pieza, que se hallara al fin del vacío de u n a zanja.
EL
CURIOSO.
Comprendo bien lo que V. acaba de decirme ; pero
¿ n o sera menester hacer traer la tierra que se ha sacado
de la primera zanja , para llenar esta ú l t i m a ?
EL
HORTELANO.
N o ; le costaría á V. demasiado y gastaría m u c h o en
jornales.
Para ahorrar gastos será necesario abrir cerca de e s la zanja ya v a c í a , otra igual de c u a t r o pies de l a r g o ,
cuatro toesas de ancho y tres pies de p r o f u n d i d a d ; en
lugar de echar la tierra á u n lado , como se ha hecho
con la p r i m e r a , se echará en la zanja vacía q u e será necesario l l e n a r , la cual se hallará así colmada por esta
escavacion.
Continuando este trabajo de la misma m a n e r a , q u e dará al fin de esta segunda pieza u n hoyo q u e se.llenará de la tierra que se habia puesto al lado de la a b e r t u ra de la primera pieza. Aconsejo á V . seguir este m é t o do hasta el fin de las cuatro y u g a d a s , á fin que la t i e r ra quede bien cavada.
EL
CURIOSO.
H a g o reflexión sobre lo que V. m e acaba de d e c i r , y
e n c u e n t r o que V. m e acarrea un grande gasto. Si no
fuese m a s que cavar la tierra á tres pies de profundidad
en los sitios destinados para los á r b o l e s , comprendo
q u e esto podría ser a b s o l u t a m e n t e n e c e s a r i o p e r o en
los cuadrados d e s t i n a d o s para las l e g u m b r e s creo que
se podría a h o r r a r , lo mismo q u e en ios pasadizos ó c a lles q u e solo aprovechan para paseo.
EL
HORTELANO.
Cuando yo he dicho á V. de hacer cavar toda la t i e r ra á tres pies de profundidad , no ha sido sin c o n o c i miento de causa. P o r q u e la tierra estando así cavada
TSIÍÍ
en disposición de asentarss antes que sus partes se
19
unan entre s í ; haciendo que q u e d e n algunas cavidades
por donde penetra el aire , p r o d u c i e n d o h u m e d a d e s , y
el sol q u e es el principio de la g e n e r a c i ó n , introduce su
acción fácilmente hasta el fondo y u n i é n d o s e á la h u m e d a d del a i r e , perfecciona la tierra y la hace mas m o vediza, formando una cantidad de buenas raices que
hacen vigorosos los árboles y los hacen brotar con p e r fección.
Por lo que mira á las l e g u m b r e s de i n v i e r n o , es p r e ciso que la tierra de V . haya t e n i d o la m i s m a cava de
tres pies de profundidad , si V. quiere que ellas a p r o vechen. No ignoro que para las legumbres que nosotros
llamamos verduras,
como ensaladas y o t r a s , podrían
nacer sin dificultad en u n a tierra q u e no hubiese sido
cavada ; pero para las raices y las alcachofas que echan
su principal raiz perpendicular en la t i e r r a , no seria lo
mismo y no serian de provecho. Si V. sigue este m é t o do , el provecho q u e sacará V . en el discurso del t i e m po , le indemnizará al doble del gasto que V . habrá h e cho.
EL
CURIOSO.
Comprendo al présenle la necesidad de hacer cavar la
tierra á tres pies de profundidad, no solamente para los
á r b o l e s , sino que t a m b i é n para las l e g u m b r e s de i n v i e r n o ; convengo asimismo en que estas l e g u m b r e s
echen sus raices principales p e r p e n d i c u l a r e s , y que les
es necesaria la profundidad; pero no veo q u e esta escavacion de t r e s pies pueda ser útil en los sitios d e s t i n a dos para las calles de la h u e r t a .
EL
HORTELANO.
Para satisfacer á V . , le daré dos r a z o n e s :
La primera es que toda la tierra de la huerta de V. de^
he ser de u n a igual altura , sin este trabajo resultarían
las calles m a s bajas que los c u a d r a d o s de la tierra plant a d a . Esta cava de tres pies de profundidad levanta los
dichos cuadrados m a s de seis p u l g a d a s ; y si las callesno
20
lian sido c a v a d a s , serán por consiguiente >eis pulgadas
m a s b a j a s , lo que liará muy mal efecto á la vista ; a d e m a s , las aguas de las lluvias q u e caerán en las calles no
podrán agolarse , p o r q u e no habrá pendiente á los dos
lados y las dejará largo tiempo impracticables.
La segunda razón es que esta cavadura de las calles le
será á V . algún dia ú t i l , c u a n d o , por ejemplo, tendrá V.
necesidad de cambiar de t i e r r a ; porque acontecerá que
c u a n d o en lugar de algunos árboles viejos, V. querrá
poner otros de la m i s m a c a l i d a d , la tierra de estos á r boles viejos se hallará c a n s a d a , y V. podrá tomar e n tonces la buena tierra de las calles sin ir á buscarla fuera,y poner esta tierra usada en a q u e l l a s ; de lo c o n t r a rio V . se vería obligado á comprarla, causándole un gasto considerable.
EL
CURIOSO.
Después de tan sólidas razones, estoy resuelto á hacer
el gasto necesario para hacer cavar mis cuatro yugadas
de tierra á tres pies de profundidad por todas partes;
p e r o , l u e g o , ¿ qué es lo que debo hacer?
EL
HORTELANO.
Cavada ya toda la tierra de las c u a t r o yugadas d e s t i n a da para formar su h u e r t a , se pondrá al nivel según su
declive, lo que se hace por el modo regular y conocido.
EL
CURIOSO.
No es necesario que yo pida á V. el m é t o d o ; hace m u cho tiempo q u e tengo u n h o m b r e que sabe nivelar y acomodar las tierras: y así pongamos el caso qvre la mia esté
toda preparada.
EL
HORTELANO.
E s menester al presente hacer la distribución , y para
esto le daré á V. u n dibujo que podrá servirle de m o delo.
EL
CURIOSO.
V . me hará m u c h o favor; porque estoy muy p e r s u a -
21
«•lirio que le dará todo el adorno que pide una hortaliza,
y seguiré con placer lo que será del guslo de V.
CAPÍTULO
III.
Distribución de una tierra de cuatro yugadas , que ha
sido cavada á tres pies de profundidad,
y que contiene setenta y tres tocsas de largo y cuarenta y ocho de
ancho.
EL
HORTELANO.
La distribución de u n a tierra de cuatro yugadas p a ra u n a huerta frutal y de h o r t a l i z a , de la cual doy á V .
a q u í la l á m i n a , es la m a s e s l i m a d a : y la que presenta
u n a vista m a s a g r a d a b l e , tanto para los arbolee f r u t a j e s , como por las l e g u m b r e s .
EL
CURIOSO.
E n q u é hace V . consistir este a d o r n o ?
EL
HORTELANO.
V. lo vé en el dibujo q u e le presento; es necesario q u e
u n a huerta sea m a s larga que ancha , que tenga pasadizos ó calles de una buena a n c h u r a a c o m p a ñ a d a s de ariatas (1) de tres pies de cada lado , y guarnecidas de diferentes yerbas aromáticas.
EL
CURIOSO.
Cuanto m a s considero el dibujo de V . , m a s m e g u s ta ; pero es necesario que V . m e esplique las diferentes
anchuras que V . dá á los pasadizos ó calles.
EL
HORTELANO.
La primera calle, j u n t o á la casa, e n t r a n d o en la huert a , tendrá m a s anchura que todas las o t r a s , á causa
del buen aspecto q u e debe presentar con preferencia á
las o t r a s , y así se le darán veinte pies de a n c h u r a .
La calle del m e d i o del terreno que está en frente de
(i) Un cierto espacio que se forma en los huertos
ra poner plantas ó flores.
pi-
22
la casa $ tendrá q u i n c e pies de ancho , y setenta y tres
de largo. Hay todavía dos calles largas en el d i b u j o , la
u n a á la derecha y la otra á la izquierda : de eslas solo
tendrá cada u n a doce pies de a n c h o .
L a s tres calles q u e están al rededor de las paredes,
t e n d r á n la misma a n c h u r a que la del m e d i o , es decir,
quince p i e s : y la misma bastará para el p a s e o , y p a r a
poder considerar los árboles q u e están en espaldera.
EL
CURIOSO.
Continúe V . , por.favor, esplicándome este plano con
respecto á las calles de travesía.
EL
HORTELANO.
Señaladas ya estas calles se dividirá el terreno para
las tres calles de t r a v e s í a , como V . vé en el d i b u j o , se
dará á la del medio quince pies de a n c h u r a , k causa de
la situación de la fuente q u e debe ser p u e s t a al medio
de la huerta , como está r e p r e s e n t a d a , á fin de recibir
el a g u a , que es el alma por medio del riego. Las otras
dos calles de travesía no t e n d r á n m a s que doce pies. E s
necesario observar que todas las ariatas que a c o m p a ñ a n
las calles rio están c o m p r e h e n d i d a s en la a n c h u r a .
EL
CURIOSO.
Después de la distribución de la t i e r r a señalada p a r a
las calles, veo m u c h o s c u a d r a d o s que están r e p r e s e n tados en el dibujo de V . ; ¿ q u é estension dá Y. á cada
uno?
EL
HORTELANO.
Cada cuadrado tendrá quince toesas , c u a t r o pies
largo, nueve toesas y c u a t r o pies de a n c h u r a . E s t e
pacio basta para s e m b r a r las semillas y plantar los
boles frutales: las ariatas que estarán al rededor de
c u a d r a d o s , deben tener seis pies de a n c h u r a , y los
boles frutales deben ser p l a n t a d o s en el m e d i o .
•EL
de
esárlos
ár-
CURIOSO.
E n la esplicacion que V. acaba de h a c e r m e del d i b u jo , he observado que V. m e ha dicho q u e el agua era el
23
alma de una huerta á causa del riego. Quisiera saber como las plantas reciben los socorros necesarios para su
producción.
EL
HORTELANO.
La cosa es fácil de c o m p r e n d e r , si V. s u p o n e , como
es e v i d e n t e , que el calor y la h u m e d a d son los dos p r i n cipios que dan la vida vegetativa á las p l a n t a s ; y si V.
me pide la razón , le diré que hay u n a sal en la tierra
que la anima y la hace obrar. E s t a sal n o puede obrar
sola y sin ser disuelta; p o r q u e c u a n t o mas fuertemente
está ligada á la tierra , y hace u n a sola masa con ella,
m e n o s capaz es de la acción necesaria para u n a nueva
producción. Pero por el medio del riego se disuelve e s ta sal y se mezcla con t o d a s las p a r t e s de la tierra. E s t a s partes así a n i m a d a s , so distribuyen en seguida , y se
c o m u n i c a n á las raices de las plantas que b u s c a n su a l i m e n t o . Cuando á esto se r e ú n e d e s p u é s el c a l o r , coce
este alimento y lo convierte en la s u s t a n c i a de la planta.
Así es como estos r i e g o s , u n i d o s con el c a l o r , dan y
conservan la vida vegetativa de las plantas.
EL
cuRroso.
Estoy convencido por la explicación de V. de la n e c e sidad de estos riegos. Quisiera saber «1 p r e s e n t e lo que
V. piensa sobre las diferenies vistas del sol.
CAPÍTULO IV.
De las vistas diferentes
EL
del sol, y sus efectos.
HORTELANO.
El s o l , por su calor disipa el frió y el h u m o r craso
de la tierra y la vuelve m a s delgada y propia para la v e getación de las semillas y de los árboles frutales. El c a lor de este astro es quien hace subir el j u g o entre la
m a d e r a ^ la corteza, formando b o t o n e s , hojas y frutos;
24
y por fin, ayuda con sus rayos á la tierra , no s o l a m e n te para sazonar las f r u t a s , sino que también les da el
grosor, bondad y colores convenientes.
EL
CURIOSO.
El discurso que V. hace sobre los efectos del sol en
g e n e r a l , m e parece muy a c e r t a d o ; ademas como lodos
convienen en que sus efectos son d i f e r e n t e s , y q u e los
u n o s son m a s ventajosos que los o t r o s , quisiera saber
cuales son las calidades de frutas que m a s convienen á
cada vista.
De la vista
EL
del sol
saliente.
H O R T E L A N O .
La vista del sol saliente empieza en la m a ñ a n a , según
las diferentes e s t a c i o n e s , hasta la u n a de la tarde ; es
la m a s provechosa para hacer u n espaldar de a l b é r c h i g o s , cuya fruta debe ser preferida á toda otra respecto
á su b o n d a d .
EL
CURIOSO.
¿ T o d a s las calidades que hay de albérehigos p u e d e n
m a d u r a r en esta v i s t a ?
EL
HORTELANO.
Sí señor, p o r q u e esta vista es m a s t e m p r a n a , hace ¡os
albérehigos mas g r u e s o s , les da m a s color y u n gusto
muy delicado.
De la vista de
EL
mediodía.
CURIOSO.
P r e g u n t o a V . ahora cuál es l¿i fruta que mas conviene á esta vista.
EL
H O R T E L A N O .
La vista de mediodía empieza después de las nueve
de la mañana hasta las cuatro de la tarde.
Algunos a u t o r e s que han escrito sobre esto dicen
25
que no es tan favorable u n terreno cálido para planlar albérchigos. La razón que ellos dan es que la fruta
no tiene tiempo para m a d u r a r . n i t o m a r el grosor n a tural que debe t e n e r , p u e s dicen que al brotar ya cae,
de lo que infieren que en esta vista no se deben poner
m a s q u e moscateles é higueras.
EL
CURIOSO.
¿No ha probado Y . n u n c a á plantar albérchigos y p e rales en la vista del mediodía para ver el efecto que h a rían en las tierras ligeras y cálidas ?
EL
HORTELANO.
Lo he hecho en u n espaldar de albérchigos al sol de
m e d i o d í a , y da albérchigos cuyo grosor y bondad son
a d m i r a b l e s , y sin e m b a r g o está en u n a tierra ligera y
cálida con respecto de los p e r a l e s , he hecho plantar
tres árboles de colmar, hace ya siete ú ocho a ñ o s , en la
misma v i s t a ; están en alto tronco en e s p a l d a r , y todos
los años dan peras gruesas y esquisitas, amarillas de u n
lado y coloradas del o t r o . No o b s t a n t e , a u n q u e esté seguro de este e s p e r i m é n t o , no quisiera dar este consejo
para otro clima que el de las cercanías de P a r í s , que no
es tan cálido como en ciertas provincias.
EL
CURIOSO.
Seria de desear que todos los q u e ponen dificultad en
p l a n t a r albérchigos y perales en espaldar al sol del m e diodía cerca de P a r i s , supiesen este esperiménto de V . ,
y así plantarían con la seguridad del b u e n acierto.
De la vista del sol
EL
poniente.
HORTELANO.
La vista del sol p o n i e n t e , que empieza después de las
once y media hasta ponerse el s o l , no es tan favorable
p a r a las frutas como la del n a c i e n t e , p o r q u e es m a s
tardía de ocho ó diez d i a s ; pero lleva la ventaja de no
secibir casi daño en las h e l a d a s , las cuales se disuelven
26
antes que el sol las haya tocado , cayendo como el r o cío , de s u e r t e que en nada las daña. P o r eso mi d i c t a men es q u e se pueden p l a n t a r albérehigos, p e r a l e s , a l baricoques y ciruelos.
EL
CURIOSO.
Solo m e resta p r e g u n t a r á V. cuales son los efectos
de la vista del n o r t e , pues que no he oido hablar de ella
favorablemente.
EL
HORTELANO.
Tienen razón con respecto á las tierras que son m a s
frias que cálidas; pero no es lo mismo en las tierras ligeras y c á l i d a s , como voy á esplicárselo á V.
De la vista de norte.
A u n q u e la vista de n o r t e tenga menos sol que la del
p o n i e n t e , la fruta no deja de tener su mérito en el c l i ma de P a r i s , que es mas cálido que frió; y las peras de
verano , la ciruela de caballero , el a g r a s , los a l b a r i c o q u e s y los higos reciben u n calor suficiente, a u n q u e
m o d e r a d o , para m a n t e n e r s e y llegar á sazón. E s verdad
que estas frutas son m a s t a r d í a s , q u e tienen m e n o s c o l o r , y q u e su gusto es mediano por no haber tenido el
mismo s o l , q u e es u n a ventaja en las otras vistas; pero
también son r e g u l a r m e n t e mas gordas y se comen m a s
tarde.
EL
CCUIOSO.
Después de haber sabido de V. los efectos de las cuatro vistas del s o l , quisiera e n t e r a r m e de los diferentes
accidentes á que están sujetas. .
Accidentes de la vista del sol
EL
naciente.
HORTELANO.
La vista del sol naciente está sujeta á los Tientos de
•nordeste , á u n viento rufo y á u n cierzo seco que q u e -
27
ma las hojas de los a l b é r e h i g o s , las enrosca y hace caer
m u c h a s frutas de hueso y de p e p i t a , c u a n d o empiezan
á cuajarse las flores.
Accidentes de la vista del sol de
mediodía.
La vista del sol del mediodía está á cubierto de los
vientos de galerno en la primavera; pero es herida fuertemente por los vientos de mediodía des\le m e d i a d o s de
agosto hasta la mitad de o c t u b r e .
Los árboles de alto tronco se malogran , á causa q u e
las frutas de invierno caen antes de su sazón.
H a r t o me lo ha hecho conocer la e s p e r i e n c i a , y por
eso aconsejo á V. que ponga siempre frutas de verano,
q u e se cojen antes que lleguen estos vientos fuertes.
Accidentes de la vista del sol de
poniente.
L a vista del poniente está sujeta al viento de galerno,
q u e daña las flores en la primavera y q u e m a las hojas y
los vastagos tiernos; además la atacan los grandes vientos del poniente durante el otoño.
EL
CURIOSO.
Si u n o se pudiese preservar de semejantes a c c i d e n t e s , no estaría privado de estas b u e n a s f r u t a s , como
acontece muy á m e n u d o . P r e g u n t o á V . ahora , ¿cómo
es necesario disponer las paredes para hacer u n e n r e j a do , a fin de vestirlas de árboles frutales ?
CAPÍTULO V .
Enrejado de madera
EL
para
las
paredes.
HORTELANO.
E s necesario empezar por asegurar u n a s ganzúas á
la p a r e d , á tres pies de distancia la u n a de la o t r a , en
28
escalones y que salgan dos pies de la pared para poner
las estacas.
EL
CURIOSO.
¿Cuál es la mejor calidad de madera y la m a s propia
para hacer u n enrejado?
EL
HORTELANO.
La de encina está m a s en u s o , p o r q u e es m a s d u r a dera , con tal q u e no esté mezclada de mala ú otro a r busto.
EL
CURIOSO.
Seguiré el dictamen de V . ; pero no basta tener e s t a c a s , es necesario saber la manera de emplearlas en el
enrejado.
EL
HORTELANO.
Cuando V. tenga la cantidad de estacas necesaria
para poner al rededor de las p a r e d e s , el obrero las p r e parará para enderezarlas sin debilitarlas, y V. las hará
poner sobre las g a n z ú a s , de manera que estén las u n a s
sobre las otras. Las mallas deben ser de siete pulgadas
de ancho sobre siete de alto ; tendrán m a s gracia si el
cuadro es prolongado que si es perfecto. Se atarán en
seguida con u n a l a m b r e , y se continuará este t r a b a jo todo el rededor de las p a r e d e s . H e c h o ya el enrejado,
se hacen pintar las estacas de cualquier color al óleo,
para que duren m a s t i e m p o .
EL
CURIOSO.
M e h a n dieho que hay otra clase de enrejado q u e se
hace con a l a m b r e : ¿ sabe V. s u uso ?
EL
HORTELANO.
Lo debo saber b i e n , haciendo m a s de dos años que
me sirvo de él. E s t e enrejado es de un grande ahorro y
de larga d u r a c i ó n . A la verdad no se presenta tan vistoso como las e s t a c a s ; pero tiene en cambio la utilidad
de estender bien los árboles sin causar daño á las r a m a s . A u n q u e algunos pretendan que el a l a m b r e d e s corteza y corla las minas de los albérchigos q u e están
29
estendidos y q u e los hace m o r i r , me parece que lo han
dicho sin hacer la p r u e b a . No he observado todavía q u e
el a l a m b r e haya dañado n i n g u n a r a m a , y por eso c o n tinúo sirviéndome de é l ; no se debe p u e s temer que
acontezca á los árboles n i n g ú n a c c i d e n t e , pues la espcriencia me ha hecho conocer lo contrario.
EL
CURIOSO.
A u n q u e yo no tenga necesidad de hacer por ahora
esta suerte de enrejado de a l a m b r e , deseo no obstante
saber por curiosidad la m a n e r a de hacerlo, ysi el ahorro es considerable.
CAPÍTULO VI.
Modo de hacer los enrejados con
EL
alambre.
HORTELANO.
Suponga V. que la pared donde se q u i e r e hacer u n
enrejado de a l a m b r e tiene nueve pies de a l t o ; se c l a varán tres hileras de ganzúas á la distancia de t r e s pies;
la de las ganzúas será de dos pies á lo largo , y la p r i mera hilera inferior debe estar ocho pulgadas debajo la
superficie de la tierra. Sobre cada hilera se p o n d r á n e s tacas de nueve p i e s , u n i d a s por los estremos y a t a d a s
con el a l a m b r e á las ganzúas de cada hilera.
Se pondrá en s e g u i d a , de seis en seis l o e s a s , « n a e s taca ó palo de la a l t u r a de la p a r e d , que estará atada á
u n a ganzúa de cada hilera. Se p o n e n así estas estacas á
fin de que el enrejado de a l a m b r e esté bien t e n d i d o . L a s
mallas deben ser de la misma m a n e r a q u e si fuese u n a
obra hecha de m a d e r a ; es d e c i r , de siete pulgadas de
a n c h u r a sobre ocho de alto.
El ahorro es considerable y el gasto resulta dos t e r cios m e n o s q u e el de los enrejados q u e se hacen con
e s t a c a s , y además d u r a n m u c h í s i m o m a s .
Si en lugar de estacas se quisiese hacer u s o de trian-
30
gulos de hierro iguales á los que emplean los hojalateros para las vidrieras no se verían rotos de m u c h o
tiempo.
EL
CURIOSO.
Estoy muy contento de haber sabido el modo de h a cer u n enrejado de a l a m b r e ; volvamos ahora á los t r a bajos que fallan á nuestra nueva h u e r t a .
Concluido ya el enrejado de m a d e r a , será preciso
plantar algunos á r b o l e s , y como yo no tengo ningún conocimiento de las b u e n a s f r u t a s , tanto de hueso como
de pepita , quisiera que V. me detallase las que son mas
estimadas y cuál es el tiempo de su sazón.
CAPÍTULO VII.
Relación de las peras que son mas eslimadas
po de su sazón.
EL
y del
tiem-
HORTELANO.
Empiezo esta relación por las peras de verano que
son las m a s escelentes.
Peras
de verano de los meses de julio y agosto.
La pequeña moscatel es una de las primeras peras que
se c o m e n ; es muy p e q u e ñ a y m a n t e c o s a ; tiene u n olor
de almizcle y el gusto muy e s q u i s i t o : no hay curioso
q u e no las tenga en su h u e r t a .
La pierna dama es l a r g u i t a , colorada y amarilla; su
jugo es a z u c a r a d o .
La pera cermeña de verano se parece bastante al c e r m e ñ o regular por la figura y el g u s t o : está en m a d u r e z
hacia fines de j u l i o , y es estimada de los curiosos por
su b o n d a d .
La pera almizclada es m a s larga q u e redonda , su pe-
31
llejo es liso , tiene el jugo s u b i d o y azucarado : se c o n serva bastante t i e m p o .
La pera de la reina tiene muclios n o m b r e s ; se llama
la moscatel robert y la pera de ámbar: es m a s gorda que
la p e q u e ñ a m o s c a t e l , mas amarilla y de u n gusto muy
estimado.
La bellísima ó suprema os u n a pera que tiene la figura de un higo grueso , su color es amarillo con visos do
encarnado ; tiene buen g u s t o , y es necesario cojerla a l go verde antes que se cubra de borrilla.
La perita de la reina de R h e i m s es conocida por una
de las mejores p e r a s ; es m a n t e c o s a , almizclada: se h a ce m a s gorda en espaldar que á todo v i e n t o ; pero no
tiene tan buen gusto como la que sale en los árboles de
tronco alto.
Hay todavía otra pera de la reina que es m a s p e q u e ñ a : tiene u n gusto m a s delicado y no está tan sujeta á
a b l a n d a r s e : se conserva m a s t i e m p o , y es escelente p a ra confitar.
La braserillo es u n a pera q u e tiene la figura de u n
braserillo , lo que la da el n o m b r e ; es v e r d o s a , su jugo
es muy almizclado y almibarado ; el árbol da m u c h a s y
se conservan bastante t i e m p o , lo que no es común en
las frutas de verano.
La bergamota de verano se asemeja bastante á la do
otoño : hay quien la llama Milán de v e r a n o : tiene el j u go a z u c a r a d o , y es algo m a n t e c o s a .
La desconocida roblecilla, llamada t a m b i é n la disolvente de Bressa, a u n q u e no lo es en v e r d a d , es una pera quebradiza, m a s larga que r e d o n d a , q u e tiene encarn a d o y amarillo , n a d a g r a n u j i e n t a ; su j u g o es a z u c a r a do y b u e n o : el árbol da m u c h a s .
La garnacha, q u e se llama t a m b i é n la real de verano , es p e q u e ñ a ' , y se vuelve m a s gruesa con membrillo
que con árbol sin e n j e r t o : su fruta sale en los árboles
32
por r a m a s ¡ es muy a l m i z c l a d a , azucarada y estimada
de los curiosos.
La pera sin pellejo es prolongada , tiene el pellejo muy
fino, y es lo que le ha dado el n o m b r e q u e lleva; es algo
mantecosa , su jugo es azucarado , y meroce ser puesla
en el n ú m e r o de las escelentes peras de v e r a n o .
Peras del. mes de
setiembre.
La buen cristiano almizclada es u n a pera l a r g a , de
u n grosor r e g u l a r ; su pellejo es a m a r i l l o , liso y con
visos de e n c a r n a d o , c u a n d o se tiene cuidado de quitar
las hojas q u e la ocultan al s o l ; su carne es quebradiza,
de u n gusto a r o m a t i z a d o , y su j u g o a l m i b a r a d o . Hay
a u t o r e s q u e dicen que no se logra enjertada con m e m b r i llo y que es menester enjertarla con franco. P e r m i t i r á n
que fes diga que la esperiencia que yo he hecho con
m e m b r i l l o , me resulta t a m b i é n con f r a n c o ; con la d i ferencia, que el árbol con este dura m a s que con a q u e l .
La buen cristiano de verano es conocida de todo el
m u n d o : es amarilla , lisa , larga , llena de un jugo a z u carado ; a u n q u e no sea estimada de los c u r i o s o s , tiene
no obstante su mérito en las tierras cálidas.
La naranja colorada es u n a pera de u n rojo de coral,
que tiene el jugo muy a z u c a r a d o : es necesario cogerla
algo v e r d e , para que no se m a r c h i t e .
La n a r a n j a almizclada es m a s estimada q u e la c o l o r a d a ; pero no es tan gorda ni tan conocida.
La salveali es u n a pera de mediano g r o s o r : es r e d o n da , b u e n a y a m a r i l l a , t o m a u n viso rojo cuando se q u i tan las hojas que la ocultan del s o l : es de u n gusto e s c e l e n t e : su j u g o es azucarado.
L a verdelarga ó pera de agua, es larga y v e r d e , a u n
cuando está m a d u r a . E s muy disolvente y de b u e n j u go en las tierras cálidas y s e c a s : en las tierras h ú m e d a s
n o e s t á n escelente.
33
La mantecosa colorada,
llamada de Anjú, es u n a
pera gruesa a g r a d a b l e á la v i s t a , muy colorada; su c a r ne es disolvente y su j u g o muy s a b r o s o : el árbol tiene
la ventaja de dar fruto casi todos los años en gran c a n tidad, y en toda s u e r t e de t i e r r a .
La mantecosa-gris
no es tan subida en color como la
encarnada ; pero tengo por m a s una su m a n t e c o s i d a d ,
á causa de u n olorcito que t i e n e y de que carece la colorada ; es t a m b i é n mas tardía.
La vermellon es colorada como este m i n e r a l : tiene la
figura de la p i e r n a - d a m a , y su gusto se le aproxima,
pero es m a s gruesa : su j u g o es azucarado ; para o b t e nerla ch su perfección, es menester q u e se caiga del
á r b o l , poniendo paja al pié de e s t e , para i m p e d i r que
se magulle al c a e r .
La roblecilla de verano ó disolvente almizclada es u n a
pera nueva q u e se asemeja b a s t a n t e ú la roblecilla de
i n v i e r n o ; es delicada de jugo sabroso y almizclado.
Peras del mes de
octubre.
La Don Guindo dorada (1) es u n a pera antigua q u e
tiene mérito por lo sabroso de su j u g o .
La bergamota suiza es la primera bergamota q u e sa
c o m e : es tan mantecosa como la de o t o ñ o ; está rayada
de verde y de amarillo y es m u y sabrosa.
La bergamota de otoño es g r u e s a , l i s a , aplastada y
m a n t e c o s a ; y a u n q u e sea verde c u a n d o se coje, no d e ja de volverse u n poco amarilla , m a d u r a n d o sobre tablados de madera de e n c i n a , a fin de q u e la fruta no
t o m e n i n g ú n gusto e s t r a ñ o : se conserva hasta al m e s
de d i c i e m b r e .
La verde-larga
abigarrada
está rayada de verde y de
(i) Especie de pera que madura en octubre y diciembre.
3
3/f.
amariilo como la bergamota s u i z a ; tiene la m i s m a bondad que la verde-larga c o m ú n .
La delfina 6 franchipane , es mas larga que r e d o n d a ,
m a s pronto gruesa que p e q u e ñ a ; es lisa y a m a r i l l a ; es
de las mas disolventes y mejores. Su jugo es dulce y azuc a r a d o : lo que le ha hecho dar el n o m b r e por los c u riosos.
La azúcar-verde
es u n a pera prolongada: es b a s t a n te gorda, muy escelcnte á causa de su gusto azucarado
y estimada de todos los c u r i o s o s : el árbol da m u c h a s y
se la llama a z ú c a r - v e r d e p o r q u e se m a n t i e n e siempre
en este e s t a d o .
La deanata es u n a pera g r u e s a : se vuelve amarilla
como u n limón ; su jugo es azucarado y su carne m a n tecosa ; en los años secos tiene u n colorcito q u e la hace estimar.
Peras del mes de
noviembre.
La marquesa es u n a pera g r u e s a : se asemeja al buencristiano de invierno por su figura ; es no o b s t a n t e a l go puntiaguda hacia la cola : es verde c u a n d o se coje,
pero amarilla en sazón: es muy mantecosa y disolvente;
su jugo es azucarado y almizclado ; es u n a de las peras
m a s estimadas.
La bergamota de Cresana es gorda y redonda , de u n
gris verdoso que amarillea m a d u r a n d o : es disolvente
y tiene el jugo a z u c a r a d o : tiene una acidez agradable al
gusto y que realza su m é r i t o ; su azúcar es fino , es muy
estimada de los curiosos.
La zelosa es u n a pera gruesa , algo p u n t i a g u d a hacia
el pezón y de u n color parduzco que tira al de m a r t i n s e c o ; tiene m u c h o j u g o , lo que la hace disolvente.
Tiene el defecto de no m a d u r a r si no se coje un poco
verde.
35
La virgulosa (1) es u n a pera antigua , y muy c o n o c i da por su bondad : es disolvente y mantecosa. Su figura
es prolongada y el color verde : amarillea cuando m a d u r a . E s necesario s i e m p r e lomar la precaución de no
ponerla en u n lugar e n c e r r a d o , ni sobre paja ó t a b l a zón de abeto , pero sí sobre tablas de m a d e r a de e n c i na que no tenga o l o r , ó sobre el suelo , á fin de que no
tome mal g u s t o .
La ambarina es estimada por su bondad : es redonda
y su jugo a z u c a r a d o ; es m a s esquisita c u a n d o está e n jertada con membrillo que con f r a n c o ; en las tierras
fuertes es gris y en las ligeras es m a s blanquizca y p r i m o r o s a : tiene el gusto m a s sensible.
La maravilla, de invierno es u n a pera de figura desig u a l , pues no es redonda ni l a r g a ; es verduzca ; tiene
el jugo muy agradable y de un m a n t e c a d o muy fino.
La San-German es gruesa y larga; es muy mantecosa
y disolvente; es verduzca , amarillea con s a z ó n ; se c o m e hasta el mes de marzo ; c u a n d o se q u i e r e conservarla para este t i e m p o es necesario cojerla un poco
verde y ponerla en un sitio que no sea ni cálido ni frió,
A fin de que no se a r r u g u e ; su árbo 1 produce, un buen
matorral y carga mucho de fruto; es tanto mejor, cuanto que es u n a de las mejores frutas de invierno y de las
m a s estimadas por los curiosos.
Peras de
invierno.
La colmar es gruesa , mas larga que redonda; es m a n tecosa y disolvente ; su jugo es azucarado y de u n g u s to muy fino; es u n a de las peras mas escelentes para el
invierno; se guarda hasta fin de marzo con tal que se
observe lo que se ha dicho para la S a n - G e r m a n .
La bezy de Chaumontel
(i) Pera de invierno.
es u n a pera gruesa y larga;
3tí
su pellejo es parecido á la pera de m a n t e c a d o p a r d u z c a ; es algo mantecosa y disolvente; tiene el jugo azucarado.
La bezy de Chassery es u n a pera m a s q u e m e d i a n a m e n t e g r u e s a : es de forma ovalada , mantecosa y disolv e n t e ; su j u g o es azucarado y a l m i z c l a d o , es la m a s escelente pera que t e n e m o s en el invierno , y convengo
con u n a u t o r que ha escrito que es u n a fruta perfecta
en su b o n d a d .
El buen cristiano de invierno es u n a pera antigua c o nocida de todos por su especio y su calidad: dura h a s ta la primavera.
La angélica de Burdeos se asemeja á la del buen cristiano de i n v i e r n o ; pero es mas aplastada y m e n o s g r u e sa ; es q u e b r a d i z a ; su j u g o es t a m b i é n azucarado como
la del buen cristiano de invierno; se conserva largo t i e m po.
La bergamota de pascua ó bergamota de invierno no
es tan gruesa como la bergamota de otoño ; pero tiene
el mismo g u s t o , y creo que tiene el jugo mas a z u c a r a do.
La bergamota de Soulers no es tan aplastada como la
bergamota de o t o ñ o ; está m a n c h a d a de n e g r o ; es m a n tecosa y disolvente ; su jugo es a z u c a r a d o ; se come en
febrero y en m a r z o .
La real de invierno es u n a pera nueva , que tiene la
figura y grueso de u n a pera de buen cristiano de v e r a n o ; es amarilla y algo m a n t e c o s a ; tiene el jugo muy
a z u c a r a d o ; se come en enero , febrero y m a r z o ; dicen
q u e la trajeron de Constantinopla para el Rey , que la
hallara de su g u s t o .
EL
CURIOSO.
M e veo ya instruido de los n o m b r e s y de las cualida des de las b u e n a s p e r a s ; pero me parece q u e V. no ha
hecho ninguna mención de las peras para cocer y p r o pias para hacer compotas.
37
El,
HORTELANO.
E s verdad que no he hablado de esta clase de peras, habiendo juzgado q u e la de b u e n cristiano de invierno era
superior en bondad á todas las o t r a s , tales como son la
pera de S. Miguel, la franco-real,
la donville , la angobert, e t c . He seguido en esto el dictamen de u n a persona
de buen gusto, que prefería en compota la del buen cristiano de invierno. Si, no o b s t a n t e , V. desea tener en su
h u e r t o algunas peras para c o c e r , aconsejo que prefiera
V. las que acabo de n o m b r a r ; en cuyo caso será necesario
q u i t a r algunos árboles del b u e n cristiano de invierno, ó
de otras piezas que V . j u z g u e á propósito del n ú m e r o
de las m e n c i o n a d a s en la r e l a c i ó n , á fin de que se halle
un n ú m e r o j u s t o para llenar los sitios d e s t i n a d o s al plano de V .
EL
CURIOSO.
Conozco las peras para cocer q u e V. m e ha n o m b r a d o , y sé q u e son b u e n a s en c o m p o t a s ; pero ya q u e V.
m e asegura q u e las de b u e n cristiano de invierno son
superiores en b o n d a d , es necesario preferirlas sin d u dar.
Suplico á V. ahora m e diga cuales son los mejores albérehigos á fin de a p r e n d e r á conocerlos.
CAPÍTULO VIII.
Enumerarían de los mejores y de los mas escelentes
ehigos , con su figura y sus cualidades.
EL
albér-
HORTELANO.
E m p e z a r é esta e n u m e r a c i ó n por los albérehigos ó m e locotones m a s primerizos.
El pérsico precoz blanco es el p r i m e r o q u e se come:
es p e q u e ñ o , y tiene el j u g o a z u c a r a d o y almizclado : el
árbol carga m u c h o de fruto; no hay curioso que no tenga u n o ó dos en su l u i d l a .
38
El pérsico precoz de Troya es u n poco mas grueso
que el pérsico precoz blanco ; e.s encarnado como el vermellón : su gusto es esquisito , almizclado ; el Árbol da
m u c h o fruto , que lo hace agradable á la vista ; es n e cesario tener algunos.
El doble Troya es u n albérchigo de mediano grosor:
es de un gusto realzado , semejante al del pérsico p r e coz de Troya.
El albérchi(]o amarillo tiene la carne amarilla : es de
un mediano grosor pero de u n gusto escelente c u a n d o
se ha dejado m a d u r a r en el árbol.
El purpurado temprano es grueso y de u n buen e n carnado ; su gusto es muy fino y delicioso; es u n o d é l o s
m a s escelentes a l b é r c h i g o s : se come á fines de julio y
en el mes de agosto.
El hermoso es un albérchigo bastante g r u e s o , algo
mas largo que redondo : tiene un lado m a s henchido
que el otro : su color es hermoso ; su jugo azucarado , y
de los mas esquisitos.
El magdalena blanca, es redondo; su jugo es a z u c a r a do y vinoso , lo que lo ha hecho estimar de los curiosos.
' El chevrosa es estimado á causa de su jugo dulce y
azucarado : es m a s largo que r e d o n d o , de u n buen g r o sor : toma un encarnado vivo; el árbol tiene la ventaja
de dar m u c h o fruto: se come en el mes de agosto.
El real es de mediano g r o s o r , de un encarnado r e l u ciente , m a s redondo que largo : tiene la carne fina y el
jugo azucarado.
El burdin es de un buen g r o s o r : su gusto e s p i n o s o :
pasa por un escelente albérchigo : el árbol á todo viento carga m u c h o de fruto.
El violeta temprano es de dos e s p e c i e s , el grueso y el
mediano ; este último es el mas estimado p o r q u e es v i noso. La carne no es m e n o s disolvente , pero no es v i nosa : tiene no obstante su mérito , A causa de su g r o s o r : su gusto es escelente.
39
El admirable os grueso y redondo : tiene mucho e n carnado ; su carne es delicada : tiene el jugo azucarado,
y su gusto es estimado; se come al principio de s e t i e m bre.
El tardío toma del e n c a r n a d o : es m a s largo que r e dondo , de un buen g r o s o r ; su gusto es m a r c a d o , y su
jugo azucarado , lo que le hace pasar por u n o de los mejores albéi'chigos; se come á m e d i a d o s de s e t i e m b r e .
El pérsico proviene del hueso del albérchigo de P a u :
es muy grueso, mas largo q u e redondo y de u n buen e n carnado; tiene varias p r o m i n e n c i a s ; su gusto es muy d e licado.
El verdadero Magdalena
encarnada es grueso , a l go prolongado; tiene un buen colorido; su jugo es a z u carado y fino ; este es un escelente albérchigoy los c u riosos lo estiman como á tal; se come al (in de s e t i e m b r e .
El bello de Vitri es grueso y no toma m u c h o e n c a r n a do ; es algo m a s r e d o n d o q u e largo, el j u g o es azucarado y a g r a d a b l e ; se come en el mes de s e t i e m b r e .
El Belgarda es grueso y no toma m u c h o encarnado;
es m a s largo q u e r e d o n d o ; el jugo es a z u c a r a d o ; es un
buen albérchigo.
El violeta tardío ó abigarrado tiene su mérito , p a r t i c u l a r m e n t e c u a n d o el otoño es s e c o ; se come al principio de o c t u b r e .
El abridor violeta se vuelve almizclado si se le deja
m a d u r a r hasta que se desprenda del á r b o l ; por aquel
t i e m p o es u n a comida deliciosa.
El albaricocado 6 el admirable amarillo tiene la figura del admirable c o m ú n por su grosor y su e n c a r n a d o ;
su carne es la m i s m a que la del a l b a r i c o q u e ; su gusto
es estimado en su s a z ó n ; se come al fin de s e t i e m b r e .
El albérchigo de Pau es de dos especies , el largo y el
redondo ; este ú l t i m o es m a s e s t i m a d o que el otro ; no
obstante a m b o s son b u e n o s ; no aconsejo á V. que t e n ga m u c h o s en su h u e r t o .
40
La pavía eolorada de Pamplona es redonda; es de u n
color rojizo; su gusto es almizclado y su j u g o a z u c a r a do ; se come al fin de s e t i e m b r e .
EL
CURIOSO.
El trabajo que V. se ha tomado para e n s e ñ a r m e á c o nocer los mejores albérehigos y la e n u m e r a c i ó n que V.
acaba de hacerme, m e obligan á preguntar á V . t a m b i é n
cuáles son las mejores ciruelas.
CAPÍTULO IX.
Relación de las mejores ciruelas,
lidades.
EL
su figura y sus cua-
HORTELANO.
La gruesa damascena de Turs es u n a ciruela t e m p r a na que tiene la carne amarilla; suelta el hueso y es muy
estimada.
La ciruela de caballero es gruesa , redonda y de color
de violeta; suelta el hueso y no es de u n gusto muy s u perior ; pero no deja de tener s u m é r i t o en las tierras ligeras y cálidas, en d o n d e es sin c o m p a r a c i ó n mejor q u e
en las tierras h ú m e d a s .
L a s damascenas encarnadas, blancas y violetas tienen
todas u n a misma cualidad; no se adhieren al h u e s o ;
son muy azucaradas y estimadas; la violeta es l a r g a , las
otras dos son r e d o n d a s .
La diaprea es u n a ciruela l a r g a , muy l u s t r o s a , que
deja el hueso y q u e pasa por s u p e r i o r .
La mirabel es u n a p e q u e ñ a ciruela de color de á m b a r
c u a n d o está m a d u r a ; es muy azucarada y suelta el h u e so ; es escelente en confitura; las hay de dos especies,
gruesa y p e q u e ñ a ; yo las considero de igual b o n d a d .
La damascena de Italia es una ciruela casi redonda y
de u n violeta o s b c u r o ; es l u s t r o s a ; tiene el j u g o azuca-
41
r a d o ; suelta el h u e s o ; creo que es u n a de las b u e n a s ciruelas.
La reina Claudia es blancay r e d o n d a , s u j u g o es muy
azucarado;la carne es fuerte; suelta el h u e s o ; es muy e s t i m a d a ; debe ser puesta en el n ú m e r o de las ciruelas
curiosas.
La real es gruesa y r o d o n d a , su rojo es c l a r o ; es muy
l u s t r o s a ; tiene u n gusto muy marcado que no cede en
nada al de la e n d r i n a ; suelta el h u e s o .
La Sania Catalina es blanca y toma el color de á m bar si m a d u r a en el á r b o l ; tiene el j u g o a z u c a r a d o ; es
escelente puesta en confitura.
El paño de oro es una especie de d a m a s c e n a ; no es
m u y g r u e s a ; su pellejo es de u n amarillo m a n c h a d o de
rojo ; es de u n gusto muy fino y azucarado ; el árbol c a rece de la ventaja de dar m u c h o f r u t o , sin e m b a r g o , le
he visto algunos años muy cargado.
La endrina violeta es u n a ciruela m a s larga q u e r e d o n d a : es de u n gusto muy esquisito y de m u c h a e s t i m a c i ó n . Hay cierta clase de ellas que no suelta el h u e so y otra que s í : esta última es la m a s e s t i m a d a , a u n que las dos sean escelcntes tanto c r u d a s como confitadas.
La endrina blanca es de u n gusto tan escelente c o m o
el de la violeta; no adhiere al h u e s o : y es m u y gustosa
cruda y confitada.
La violeta imperial es u n a ciruela , que a u n q u e a n t i gua , será siempre e s t i m a d a ; es gruesa y l a r g a , muy lustrosa ; su j u g o es muy superior y a z u c a r a d o . Los c u r i o sos dicen q u e esta es u n a de las m a s escelentes c i r u e las , p a r t i c u l a r m e n t e en las tierras ligeras y c á l i d a s : no
la dañan los gusanos c u a n d o está enjertada con a l m e n dro.
La damascena almizclada es p e q u e ñ a y c h a t a : tiene
m u c h o l u s t r e ; suelta el h u e s o .
L a albaricocada es u n a ciruela blanca por u n lado y
42
algo roja por el otro : es gruesa como la S a n t o Catalina;
no está pegada al hueso , y es muy estimada por los c u riosos.
La delfina es verduzca y redonda , de u n grosor r e g u lar : es muy azucarada y c s c e l c n t e ; pero no suelta el
hueso.
EL
CURIOSO.
Ya me creo perfectamente instruido de la calidad de
las ciruelas y de sus diferentes e s p e c i e s : suplico á V.
me instruya lo mismo con respecto á los m a n z a n o s .
EL
HORTELANO.
Esa era mi intención.
CAPÍTULO X .
Descripción
de. las mejores manzanas
cualidades.
, su figura y
La manzana de Iiambur es gruesa , aplastada , rayada
con u n poco de e n c a r n a d o ; cocida es e s c e l e n t e , p a r t i cularmente en c o m p o t a : es de las m a s p r i m e r i z a s . E s
b u e n o tener dos de estos m a n z a n o s en u n a h u e r t a .
La reineta franca es a n t i g u a y bien conocida: e s g r u e sa y b u e n a : amarillea c u a n d o va m a d u r á n d o s e : está
marcada de p e q u e ñ o s p u n t o s negros : tiene el jugo a z u carado , y se g u a r d a hasta la p r i m a v e r a .
La reineta parda es muy b u e n a : tiene el jugo a l m i barado : no se conserva t a n t o tiempo como la reineta
franca.
La camuesa colorada es g r u e s a , m a s larga que redond a , su gusto es vinoso : las hay q u e son coloradas por
d e n t r o , y otras que no lo son ; esto depende de la vejez
del á r b o l ; c u a n t o m a s tiempo tiene y mas frias son las
tierras donde se cria mas colorado es su fruto por d e n tro.
43
La reineta colorada no es conocida de todos , á causa
de su escasez; es de un buen e n c a r n a d o , y tiene la carne (irme.
La camuesa, blanca es u n a m a n z a n a blanca por fuera
y por dentro : el gusto es m a s esquisito que el do la e n carnada , lo que hace que sea m a s estimada ; la llaman
camuesa blanca de tajada, á fin de distinguirla de otra
que no se presta 6 esta división.
La manzana de bardin no es gruesa : su color es pardo y de un encarnado o s c u r o ; el j u g o es azucarado y
muy vivo : tiene asimismo u n poco de almizcle en las
tierras ligeras y cálidas , c u a n d o se comen en su v e r d a dero tiempo , que es en el mes de d i c i e m b r e .
La man zana de oro es de un mediano g r o s o r : viene
de I n g l a t e r r a ; es un poco m a s larga que r e d o n d a , y
amarilla como el oro : está m a n c h a d a de p e q u e ñ o s p u n tos e n c a r n a d o s ; su jugo es m u y a z u c a r a d o : tiene el gusto mas sensible que la reineta, y por consiguiente es de
las mas escelenfes m a n z a n a s .
La manzana
de ciruela dorada es gruesa , su pellejo
es parecido al de la ciruela dorada , lo que le da el n o m b r e ; su j u g o , a u n q u e en pequeña c a n t i d a d , es de u n
gusto agradable , y merece contarse en el n ú m e r o de las
buenas m a n z a n a s : se come por Navidad.
La manzana de apio es antigua ; tendrá siempre su
mérito á causa de su color que es muy vivo ; su jugo es
dulce y a z u c a r a d o ; no tiene olor; se sirve en torno de
los platos de fruía ; es agradable á la vista ; los árboles
tienen la ventaja de cargarse m u c h o de este fruto y no
ceden á los vientos fuertes. Se p u e d e cogerla tarde sin
r i e s g o , y c u a n t o m a s p e r m a n e c e en el árbol m a s h e r moso es su color.
EL
cuiuoso.
Estoy enterado ahora de los n o m b r e s de las b u e n a s
f r u t a s ; de sus cualidades y d e s ú s diferentes especies.
M e falta saber cuántos árboles enanos debo poner en los
cuadrados de mi h u e r t a , y cuántos de alto t r o n c o .
CAPÍTULO X I .
De la cantidad de Arboles en espinal y á todo viento que
se necesitan para ocupar los cuadros de una huerta
frutal y de hortaliza de cuatro
yugadas.
EL
HORTELANO.
He hecho ver en la distribución d é l a s cuatro yugadas
de V . señaladas en el d i b u j o , q u e esta tierra está d i v i dida en diez y seis c u a d r a d o s , q u e cada uno de ellos
tiene de largo q u i n c e toesas y cuatro p i e s , y de ancho
nueve toesas y cuatro p i e s ; q u e los ocho primeros e s tán destinados para las legumbres necesarias para u n a
casa; ahora señalaré á V. la cantidad de árboles q u e
deberá hacer plantar al rededor de estos c u a d r a d o s .
Se p l a n t a r á n sobre las ariatas perales e n a n o s y m a n zanos enjertados con camuesa de verano (1); la distancia
de los primeros será de doce pies, y se pondrá u n manzano entre cada dos. Según esta d i s t a n c i a , se necesitarán
en torno de cada c u a d r a d o veinte y dos perales y otros
tantos m a n z a n o s , escepto los dos cuadrados que cercan
la fuente, en donde no serán necesarios m a s que veinte y
u n o , á causa de la figura del c u a r t o de círculo; de s u e r te q u e para los ocho cuadrados e n t r a r á n setenta y c u a tro perales y otros t a n t o s manzanos.
Estos ocho c u a d r a d o s plantados a s í , q u e d a n otros
o c h o , de los cuales los c u a t r o primeros se p l a n t a rán de perales y m a n z a n o s al rededor como h e m o s a d vertido a r r i b a ; con la diferencia, empero , q u e se p l a n tarán en cada cuadrado tres hileras de árboles á la
(i) Especie de manzana colorada que se coje en verano.
45
misma distancia de doce p i e s , y así en cada u n o de
los cuadrados serán necesarios cuarenta perales y otros
tantos manzanos , á escepcion de los dos cuadrados q u e
están al rededor de la fuente; de suerte q u e no entrarán
mas q u e Ireinla y ocho perales y otros t a n t o s manzanos;
y como es á propósito llenar el terreno circular que r o dea la f u e n t e , se pondrá u n cajón de higuera en cada
u n o de estos c u a d r a d o s circulares, y para los cuatro s e rán necesarios ciento cincuenta y seis árboles y cuatro
cajones de h i g u e r a s .
E n c u a n t o á los cuatro ú l t i m o s , m i opinión es de
plantar árboles de alto tronco en torno de cada c u a d r a do sobre las a r i a t a s , á la distancia de diez y siete pies
el u n o del o t r o , ó á proporción según las t i e r r a s , y en
cada u n o de los dichos c u a d r a d o s poner todavía dos
hileras de árboles de alto tronco á la m i s m a d i s tancia de diez y siete p i e s ; observando sin embargo
que en las tierras q u e son m a s h ú m e d a s q u e cálidas ó
secas, y m a s fuertes q u e l i g e r a s , es necesario p l a n t a r los á veinte y c u a t r o p i e s . Son en todo nóvenla y seis
árboles de alto t r o n c o . Se podrá poner un grosellero
(1) entre dos á r b o l e s ; esta fruta es útil para hacer confituras.
EL
CURIOSO.
S i n ase V . d e c i r m e á c u á n t o s u b e el n ú m e r o de los
perales y de los m a n z a n o s e n a n o s , y cuantos son n e c e sarios de cada especie , ác\ e r a n o , de oloño y de invierno.
EL
IIOIITELANO.
En los doce c u a d r a d o s debe haber trescientos t r e i n ta perales, y otros tantos m a n z a n o s , que hacen seiscientos árboles e n a n o s ; y para satisfacer enteramente á la
pregunta de V . tocante al n ú m e r o de cada especie, doy
aquí una lista.
(i) La mata que produce las grosellas.
4G
Cl A L I D A D U S
PARA
1>E L A S P E R A S D E ' C A D A
LOS TRESCIENTOS
ESTACIÓN D E L A Ñ O
PERALES
ENANOS.
Peras de verano.
La p e q u e ñ a moscatel
La suprema
La pierna dama
La gruesa blanquilla (1)
La pera de la reina
Del buen cristiano almizclada
La gruesa cermeña d e R h c i m s . . . . . . .
La bergamota de estío
La desconocida roblecilla
La garnacha
La pera sin pellejo
La naranja encarnada almizclada
La braserillo
TOTAL
2
2
4
?<
4
2
8
2
2
4
2
2
4
41
Peras de otoño.
La
La
La
La
La
La
La
La
La
M'Í
Don Guindo dorada
jugosa
•
mantecosa colorada de Anjú
verde larga abigarrada
raso ó lustrosa
marquesa
dclfina
bergamota de cresane
Don G u i n d o gris
I^pcric
ik'
¡H'! ;]
-
almizcl;ii!.)-
2
4
10
0
4
12
4
10
?, -
47
La
La
La
La
La
La
La
bellísima ó vermellon
zelosa
bergamota suiza
b e r g a m o t a de otoño
pastoral
azucarada verde
deanata
2
2
4
8
3
5
4
T O T A L
Peras de
100
invierno.
Del buen cristiano de invierno
La virgulosa
Le chasfery
La s a n - G e r m a n
La c o l m a r . . .
La ambarina
La real de invierno
La mártir, seco
La espina de invierno
La cermeña
La angélica de ü u r d e o s
La bezy de Chaumontel
La bergamota de pascua
La bergamota de Smilcrs
TOTAL
24
20
23
20
20
18
18
12
14
4
4
4
4
4
189
48
DISTRIBUCIÓN
DI! T R E S C I E N T O S
TREINTA
PERALES
ENANOS.
Cuarenta y un perales de verano
41
Cien perales de otoño
100
Ciento ochenta y nueve perales de invierno
189
TOTAL
ESPECIE
DE MANZANOS
ENJERTADOS
330
CON P A R A D I S
El grueso r a m b o u r g
La reineta franca
La reineta colorada
La camuesa colorada
La camuesa blanca
La b a r d i n .
La manzana de oro
La apio (2)
La r e i n e t a gris
El paño de oro
4
90
40
3G
34
10
(¡0
20
30
6
TOTAL
EL
(1).
330
CURIOSO.
V . me ha hecho el favor de e n s e ñ a r m e los n o m b r e s
de los perales y de los m a n z a n o s que es necesario p l a n tar en árboles e n a n o s : yo quisiera saber ahora el n ú m e ro de cada especie de ciruelos y de los otros árboles de
alto t r o n c o , q u e deben ser distribuidos en los cuatro
últimos c u a d r a d o s .
Especie
de manzana
colorada que
(2) Especie
de manzana
pequeña
(1)
rano.
y
se
come
colorada.
en ve-
EL
H O R T E L A N O .
Voy a señalárselos á V . , y no haré mención m a s qi
e la b u e n a clase de c i r u e l a s .
Ciruelas de alto
tronco.
La damascena de T u r s negra t e m p r a n a . . .
2
La ciruela de caballero. . . . . . . . . . .
2,
La gruesa damascena b l a n c a . . . . . . . . .
2 ,
La diaprea.
. 4,,.
La mirabel (1).
:• • •
3..
La manieron
3 -,;
La damascena de Italia.. . ; . ... »,.. . . .
3; ¡
La reina Claudia
. . .
i» ¡
La S a n t a Catalina.
(t. •••
La real
<»'•••
E l p a ñ o de oro
2
L a e n d r i n a violeta.
ü _•
La e n d r i n a blanca
• • • • • • &
La i m p e r i a l . .
. . .
-í
La d a m a s c e n a almizclada
2.
La albaricocada
6
La delfina
3
La damascena perla
2
TOTAL
Arboles de alto
63
tronco.
Cerezo de largo pezón
Cerezo de eortp pezón. . . . . . . . . . .
Cerezo gordal t e m p r a n o
!i) Especie de cereza firme v gruesa.
4
6
8
3
so
Cerezo gordal tardío
A l b a r i c o q u e r o s d e l a b u e n a especie,y comp r e h e n d i d o s dos albaricoqueros a l m i z clados
Almendros
TOTAL
3
12
1
33
Si se desea que este n ú m e r o de árboles sea empleado
p a r t e en ciruelos y p a r t e en perales ó m a n z a n o s , será
necesario entonces plantar árboles silvestres de alto
t r o n c o , y al año siguiente hacerlos enjertar de la e s p e cie de fruta q u e se quiera escoger.
P l a n t a d o s estos árboles será necesario hacer poner en
t o r n o de cada c u a d r a d o agraces ó álbillas (1), y hacer
u n enrejado de cuatro pies y m e d i o de altura para e s t e n d e r la viña.
f
EL
CURIOSO.
Ya m e considero instruido en lo q u e corresponde á
los c u a d r a d o s de la h u e r t a , suplico á V. m e diga c u a n tos árboles son n e c e s a r i o s , tanto e n a n o s como de m e diana t a l l a , p a r a ser plantados en espaldar al r e d e d o r
de m i s p a r e d e s ; y cuales son las calidades de frutas que
convienen á cada vista del sol.
CAPÍTULO X I I .
La cantidad da árboles, tanto enanos como de mediana
talla que se necesita para la vista del sol saliente.
EL
H O R T E L A N O .
Dije ya en el capítulo de las vistas del s o l , q u e la de
evante era la m a s favorable para plantar albércbigos
con preferencia á los perales y á otros á r b o l e s . Siendo
(i) Cierto genero de uva.
51
esto a s í , es necesario considerar en primer lugar el largo de la pared que supongo ahora dé setenta y tfes t o e sas y de nueve pies de a l t u r a . Si sé plantan albérchigos
enanos á doce pies el u n o del otro , y u n o de mediana
talla entre d o s , como es mi opinión , serán necesarios
treinta y seis albérchigos enanos y Ireinta y cinco de
mediana talla para esta vista.
EL
CritlOSO.
E n esta cantidad de a l b é r c h i g o s , c u á n t o s serán n e c e
sarios de especies diferentes?
EL
;
HORTELANO.
Será necesario poner de diez y nueve c l a s e s ; á saber':
Arboles
enanos.
El pérsico precoz blanco.
El albérchigo amarillo (1)
La p ú r p u r a t e m p r a n a .
El albérchigo de Troya.
La delicada.
L a violeta p e q u e ñ a y gruesa.
La cancillera.
L a magdalena colorada
La magdalena blanca.
La b u r d i n
La real
La admirable
El pérsico.
•
El albaricocado ó el a d m i r a b l e amarillo. .
El abridor violeta almizclado (2)
La bella de Vitry. .
La pavia colorada de P a m p l o n a .
La violeta tardía.
TOTAL.
.
.
.
.
(1) Especie de melocotón que no suelta el hueso.
(2) Especie de albérchigo rojo.
1
1
2
2
2
2
2
1
2
2
2
2
2
2
2
2
2
2
36
52
, EL
CURIOSO.
Continúe V . , le s u p l i c o , en decirme q u é especies
pondré, para los treinta y cinco árboles de mediana talla.
. .
EL
HORTELANO.
Mi opinión es que el n ú m e r o de los t r e i n t a , y cinco
árboles de mediana talla esté c o m p u e s t o de \ e i n t e y
cuatro a i b é r c h i g o s , de seis albaricoqueros de :1a b u e n a
especie comprendidos los dos que son almizclados, y
de cinco ciruelos q u e produzcan las ciruelas m a s c u riosas y mas estimadas por su b o n d a d .
.
Aquí tiene V. las especies de aibérchigos para los
veinte y cuatro de mediana talla.
La chevrosa.
La real
. ..
•
El pérsico
La magdalena blanca
La p u r p u r a d a temprana
La nivela (1)
•. .
La delicada
La admirable. . .. .
. . . • • •
La bellaguarda.. . . . . . . . . . . . .'
La cancillera. . . . . . . . . . .
. . . , .
El albérchigo de Pau
:
TOTAL.
.
!
,
3
2
2
2
4
.
2
2
.
2
. 2
•
2
•
1
• •
•
.
.
•
.
Seis albaricoqueros. .
1
.
24
6
Cinco ciruelos cuyos nombres son :
La endrina blanca.
1
La real. . . . ¡ ,
1
La reina Claudia
1
(i) Especie de albérchigo.
53
1
1
La endrina viólela
La delfina.
!5
TOTAL
EL
CURIOSO..
E n s é ñ e m e V. por favor la coordinación q u e es n e c e sario hacer plantando los albérchigos de cada especie,
á fin de que no haya espacio considerable en el espaldar
donde no haya fruta d u r a n t e la estación d é l o s á l b é r chigos.
EL
HORTELANO.
Para hacer bien esta coordinación se p u e d e observar
el orden s i g u i e n t e : '
"• "
El árbol 1.° enano será el albérchigo real, y en s e
guida el albérchigo albaricócado ó admirable
amarillo
de mediana talla.
'El 2.« árbol "enano será l'á ch'évró'sa y en'segúida-el
real de mediana talla.
• * i - ' r v -.'
El árbol 3.° enano será el 'pérsico precoz blanco y en
seguida el pérsico d e mediana talla.
" *"' :
El i'.» árbol enano será el admh'clble y éh Seguida-la
magdalena blanca do mediana .nila:
\-,
E l S.° árbol enano será el purpurado temprano j ta
seguida la chevrosa de medianá'talla'.
" ' •'•'"
E l 6.» árbol e n a n o será el á r t i c o y en seguida ¿(purpurado de'mediana-talla.
E l 7.° áTbol enano será e\-pérsico precoz de Troya y
en seguida la niveta de mediana talla.
: -:
El 8.° árbol enano será'• la-magdalena blancay é h s e guida la bellaguarda de mediana talla.
• >•
'"' " '
El 9." árbol enano será la violeta temprana y eri s e guida la cancillera de mediana talla.
. .••rr.-;'.-.
El 10,° árbol enano será la nivela y en seguida el mtmirable de mediana talla.
'
:
L
:
:
;
;
;
:
:
54
El .11.° árbol enano será la madalena blanca y en s e guida la bellaguarda de mediana talla.
El 12.° árbol enano será la madalena colorada y en seguida la delicada de m e d i a n a talla.
El 13.» árbol enano será cancillera y en seguida el admirable de mediana talla.
El 14.» árbol enano será la pavía de Pamplona
y en
seguida la real de m e d i a n a talla.
El l o . ° árbol enano será la burdin y en seguida el
pérsico de m e d i a n a talla.
El 16.» árbol enano será la viólela tardía y en seguida
la madalena blanca de mediana talla.
El 17." árbol enano será la delicada y en seguida la
chavrosa de m e d i a n a talla.
El 18.° árbol enano será el abridor violeta (lj.y en seguida el purpurado temprano de m e d i a n a talla.
El 19." árbol enano será el real y en seguida la nivela
de mediana talla.
El 20." árbol enano será el albaricocado y en seguida
la delicada de m e d i a n a talla.
El 21.? árbol enano será el albérchigo apnarillo y en seguida el bellaguarda de m e d i a n a talla. .•
El 22.° árbol e n a n o será, el albérchigo arnarillq y e n
seguida el pérsico de mediana talla.
El 23.° árbol enano será la delicada y. en seguida la
cancillera de mediana talla.
El 24.0 árbol enano será el purpurado temprano y en
seguida el albérchigo de Pau de m e d i a n a talla. .
El 28.° árbol enano será el pérsico y u n albaricoquero
de m e d i a n a talla.
El 26.» árbol enano será el albérchigo de Troya y en
seguida u n ciruelo de endrina violeta de m e d i a n a talla.
El 27.° árbol enano será la bella de Yitri y en seguida
un a l b a r i c o q u e r o de m e d i a n a talla.
(i) Especie de ciruela que se seca en Provenza,
55
El 28.° árbol enano será la magdalena blanca y en se guida u n ciruelo de ciruela real de mediana talla.
El 25).° árbol enano será el nivela y en seguida u n al baricoquero de m e d i a n a talla.
El 30.» árbol enano será la violeta temprana y en s e guida u n ciruelo de la reina Claudia de m e d i a n a talla.
El 31.° árbol enano será la magdalena colorada y en
seguida un albaricoquero de m e d i a n a talla.
El 32.° árbol enano será la cancillera y en seguida u n
ciruelo de endrina violeta de m e d i a n a talla.
El 33.° árbol enano será la pavia de Pamplona
y en
seguida u n albaricoquero de m e d i a n a talla.
El 34.° árbol e n a n o será la burdin y en seguida u n
ciruelo de la ciruela del/ina de mediana talla.
El 35.° árbol enano será la violeta tardia y en seguida
u n albaricoquero de m e d i a n a talla.
El 36.° árbol enano será la delicada.
EL
CURIOSO.
E s b u e n a esta distribución p a r a tener u n espaldar tal
como yo lo d e s e o ; pero c o n t i n ú e Y. diciéndome c u á n tos árboles necesito y de qué especies para la vista del
sol del m e d i o d í a .
CAPÍTULO XIII.
Ve la cantidadde albárchigos y de sus especies
la vista del sol del mediodia.
E L
para
HORTELANO.
El terreno de la h u e r t a de V. estando en clima como el
de P a r i s , l o s a l b é r c h i g o s saldrán bien al sol del m e d i o dia , según la esperiencia m e lo h a e n s e ñ a d o ; por esto
p u e d e V . hacer p l a n t a r albérchigos enanos de nueve
pies en nueve p i e s , y en lugar dé árboles de mediana
talla , aconsejo á V. q u é ponga cepas de uvas moscateles de cinco pies de alto y q u e tengan los vastagos e s -
tendidos como a b a n i c o s , lo mismo que se hace ron
los albérchigos de m e d i a n a talla. Y-, p u e s las he visto
que hacían u n buen efecto ; de s u e r t e que para g u a r n e cer la pared de V . , que tiene cuarenta y ocho toesas,de
. l a r g o , serán necesarios treinta y un albérchigos enanos
y treinta cepas de uvas , á saber :
:
El pérsico. .
....'<..
La violeta t e m p r a n a
El admirable
La niveta.
La magdalena blanca
La bella de Yitri
• • •
El pérsico precoz de Troya. . . ¡..:. . .
La b u r d i n . . . . . V . . . .
..¡"t . .
El p u r p u r a d o t e m p r a n o . . . . . . . . . .
La magdalena colorada
La cancillera. .
El albérchigo amarillo
La bellaguarda.
Ladelicada
-. . . . . ' . . . - . .¡ . .
El albaricocado ó el admirable amarillo. .
L a real
El abridor violeta . -.
El pérsico precoz blanco
La pavía de..Pamplona. . . . •.. . . . . . .
:
TOIAL
2
2
2
2
2
1
2
"2
2
1
2
I
2
2
2
2
1
1
1
31
; Vea V. el orden .que deben observar p l a n t a n d o en la
vista del sol del.:mediod,ia los treinta y u n árboles albéj>
chigos enanos y.una cepa de u v a s e n t r e dos árboles. .
El árbol l.»¡enano será el pérsico y en seguida una c e pa de uvas de m e d i a n a talla.
El 2 . árbol enano será la violeta temprana y en. se^guida u n a cepa de uva de mediana talla.
:
c
:
57
El árbol 3.° enano será la nivela y en seguida u n a cepa de uva de mediana talla.
El 4.» árbol enano será magdalena blanca, y en s e guida u n a cepa de uva de mediana talla.
El 8.° árbol enano será la bella de Yilry, y en seguida u n a cepa de uva de mediana talla.
,, El 6.» árbol enano será el albérchigo de Troya, y en
seguida u n a cepa de uva de m e d i a n a talla.
El 7.° árbol enano será la bardino,
y en seguida u n a
cepa de uva de mediana talla.
El 8.» árbol enano será el purpurado temprano, y en
seguida u n a cepa de uva de mediana talla.
El 9.o árbol enano será cancillera,
y en seguida una
cepa de uva de mediana talla.
El 10 árbol enano será el albérchigo amarillo,
y en
seguida una cepa de uva de mediana talla.
El 11 árbol enano será la bellaguarda,
y en. seguida
u n a cepa de uva de mediana talla.
El 1 2 á r b o l enano será la delicada, y en seguida u n a
cepa de u v a de m e d i a n a talla.
El 13 árbol enano será el albaricocado ó el admirable
amarillo , y en seguida u n a cepa de uva de mediana t a lla.
El 14 árbol enano será la real, y en seguida u n a cepa
de uva de mediana talla.
-: E l 18 árbol enano.será el admirable,^
en seguida una
cepa de uva de mediana talla.
El 16 árbol enano será el pérsico precoz blanco , y en
seguida u n a cepa de uva de m e d i a n a talla.
El 17 árbol enano será el abridor liso violeta, y en s e guida u n a cepa de uva de m e d i a n a talla.
El 18 árbol enano será la burdin,i
en seguida u n a
cepa de uva de mediana talla.
El 19 árbol enano será el pérsico, y en seguida u n a
cepa de uva de mediana talla.
58
El 20 árbol enano será la violeta temprana,
y en s e guirla u n a cepa de uva de mediana talla.
El 21 árbol enano será la nivela , y en seguida u n a
cepa de uva de mediana talla.
El 22 árbol enano será la magdalena colorada, y en
seguida u n a cepa de uva de mediana talla.
El 23 árbol enano será el admirable, y en seguida u n a
cepa de uva de mediana talla.
El 24 árbol enano será el purpurado
temprano, y en
seguida u n a cepa de uva de mediana talla.
El 23 árbol enano será cancillera,
y en seguida u n a
cepa de uva de m e d i a n a talla.
E l 26 árbol enano será la delicada, y en seguida u n a
cepa de uva de m e d i a n a talla.
El 27 árbol enano será la pavía de Pamplona,
y en
seguida u n a cepa de uva de mediana talla.
El 28 árbol enano será el albaricocado,
y en seguida
una cepa de uva de mediana talla.
El 29 árbol enano será la magdalena blanca, y en
seguida u n a cepa de uva de mediana talla.
El 30 árbol enano será la bellaguarda,
y en seguida
u n a cepa de uva de m e d i a n a talla.
El 31 árbol enano será el real, y en seguida u n a cepa
de uva de m e d i a n a talla.
El.
CURIOSO.
Me aconseja V. poner m a s uvas moscateles q u e a l b i nas ? (1)
EL
HORTELANO.
Eso d e p e n d e ú n i c a m e n t e de V . : m i opinion, sin e m bargo , es que V. tenga m a s albillas q u e m o s c a t e l e s ,
p u e s las moscas y los pájaros gastan m u c h o estas ú l t i m a s ; a d e m a s de q u e t a r d a n m u c h o en m a d u r a r , según
lo destempladas q u e suelen ser las e s t a c i o n e s , lo q u e
no s u c e d e con las albillas q u e maduran! p e r f e c t a m e n (í) Cierío género de uvas.
59
te ; y es también u n a b u e n a uva que se conserva largo
t i e m p o , y es u n pialo esquisito para u n a mesa. Será
b u e n o t a m b i é n plantar dos cepas de uva de Corinto
q u e es muy gustosa.
EL
CURIOSO.
Soy del parecer de V. t o c a n t e á la albilla ; c o n t i n u e mos ahora con n u e s t r a s vistas. E n la de p o n i e n t e ¿ qué
fruta me aconseja V . p l a n t a r ?
EL
HORTELANO.
A u n q u e la vista.de sol poniente no sea tan favorable
como la de sol naciente , t a m p o c o está por lo regular
tan espuesta á las h e l a d a s , y a u n q u e la fruta sea m a s
tardía de ocho 6 diez dias, no es u n defecto. Por lo q u e
aconsejo á "V. hacer plantar perales e n a n o s enjertados
con m e m b r i l l o , albérchigos de m e d i a n a talla, a l h a r i c o q u e r o s y ciruelos de m e d i a n a talla.
CAPÍTULO XIV.
El número de especies de perales,
albérchigos,
albaricoqueros y ciruelos para-el espaldar situado al sol poniente.
EjL
HORTELANO.
P a r a el espaldar del sol. p o n i e n t e , son necesarios
treinta y seis perales e n a n o s q u e se colocarán á doce
pies de distancia u n o del o t r o , y u n árbol de mediana
talla e n t r e los d o s , á s a b e r : veinte y c u a t r o albérchigos
de m e d i a n a talla , s e i s a l b a r i c o q u e r o s de la bella especie y cinco c i r u e l o s .
Perales
enanos.
La perita de la reina de R h e i m s
La bergamota suiza
La b e r g a m o t a de otoño. . . . .
i
1
4
60
La
La
La
La
La
La
La
La
La
La
La
buena soulers,
bergamota cresana
marquesa
bergamota de P a s c u a s . . .
virgulosa
san-German
bezy de chassery
del buen cristiano de invierno
m a n t e c o s a gris
colmar
cermeña
'
2
2
3
<í
4
2
2
6
2
2
"I
TOTAL
3G
Albérchigos de mediana
talla.
El admirable
El delicado
El niveta
El p u r p u r a d o t e m p r a n o . .
E l cermeño
El cancillera
E l magdalena blanca. . . ',
El violeta t e m p r a n a .
Elburdin
•
TOTAL.
Albaricoqueros
de mediana
.
.
.
.
2
2
2
2
2
3
3
3
3
22
,
talla.
Seis albaricoqueros de la bella especie de mediana talla.
Gl
Ciruelos de mediana
El
EI
El
EI
El
talla.
diaprea.
imperial
santa Catalina.
albaricocado.
mangeron. . .
TOTAL
Cuando aconsejo á V. poner albérchigos en la vista
del sol p o n i e n t e , mi i n t e n c i ó n no es establecer u n a r e gla general para toda s u e r t e de t i e r r a s ; p o r q u e en las
q u e son h ú m e d a s , pesadas y f r i a s , los albérchigos no se
logran como en u n a tierra a r e n i s c a , crasa , manejable,
y en otras q u e son francas y m a s calientes que frias, como asimismo en las q u e son lijeras y calientes.
EL
CURIOSO.
Del dictamen de V . tocante a los albérchigos me p a rece que se podría igualmente deducir que los perales,
albaricoqueros y ciruelos no se criarían bien en esta vista y seria inútil el plantarlos.
EL
HORTELANO.
No es lo mismo de los perales, albaricoqueros y ciruelos como del albérchigo en esta s u e r t e de t i e r r a s , p o r q u e la calidad de las frutas de estos árboles se c o n serva mejor que la del a l b é r c h i g o , y a u n q u e no tengan
el gusto tan relevado como en otras v i s t a s , no obstante,
tienen s u m é r i t o en q u e son mas t a r d í a s , y q u e se c o men en el tiempo que hay pocas de la m i s m a especie. •
EL
CURIOSO.
Esta razón m e parece j u s t a . Continúe V. i n d i c á n d o me la colocación de los árboles q u e ha mencionado V.
para la vista del sol poniente.
(>2
EL
HORTELANO.
Debe observarse el orden siguiente cuando se plantan
los árboles e n a n o s , perales y albérchigos de mediana talla al sol poniente..
El árbol 1.» enano será el peral de la.perita de la reina cermeña y. en seguida el albér.chigá.magdalena colorada de mediana talla.
El 2.» árbol será la buena de Soulers y en seguida la
burdin de m e d i a n a talla.
El 3.» será la bergamota suiza y en seguida el admirable de mediana talla.
El 4.° será del buen cristiano de invierno y en seguida
la delicada de m e d i a n a talla.
El S.° será la bergamota de pascua, y en seguida el nivela de mediana talla.
El G.° será la marquesa y en seguida el
purpurado
temprano de mediana talla.
El 7.° será la vii gulosa y en seguida la cancillera de
mediana talla.
El 8.» será la San-German
y en seguida la magdalena
blanca de m e d i a n a talla.
El 9.° será la colmar jen seguida el admirable de m e diana talla.
DI 10.° será la bergamota de pascua y en seguida la
burdin de mediana talla.
El 1 1 . " será la eresana y en seguida la nivela de m e diana talla.
El 12.o e r á el buen cristiano de invierno y en seguida la violeta temprana de m e d i a n a talla.
El 13.» será la cermeña y en seguida la cancillera d e
mediana talla.
El 14.» será el chassery y en seguida la burdin de m e diana talla.
El 13.° será el colmar y en seguida la magdalena colorada de mediana talla.
:
S
;
63
El 10.° será la San-German
y en seguida la delicada
de mediana talla.
El I ? .
á ja virgulosa y en seguida la nivela de m e diana talla.
El 18." será el buen cristiano de invierno y en seguida
la purpurada
temprana de mediana talla.
El 19.° será la bergamota de pascua y en seguida la
cancillera de m e d i a n a talla.
El 20.° será la mantecosa gris y en seguida la magdalena blanca de m e d i a n a talla.
El 21.» será la bergamota de otoño y en s e g u i d a el admirable de mediana talla.
El 22.° será el buen cristiano de invierno y en seguida
la delicada de m e d i a n a talla.
El 23.° será la mantecosa gris y en seguida la niveta
de mediana talla.
El 24.° será la virgulosa y en seguida la violeta temprana de m e d i a n a talla.
El 23.» será la bergamota de otoño y en seguida u n alb a r i c o q u e r o de mediana talla.
El 26.° será la marquesa y en seguida la ciruela
drápea de mediana talla.
El 27.° será la buena de Soulers y en seguida un a l b a ricoquero de mediana talla.
El 28.° será el buen cristiano de invierno y en seguida
u n ciruelo de
Santa-Catalina.
El 29.° será la bergamota de otoño y en seguida un al baricoquero de m e d i a n a talla.
El 30.° será la virgulosa y en seguida u n ciruelo i m perial de m e d i a n a talla.
El 3 1 . será el buen cristiano de invierno y en seguida
u n albaricoquero de m e d i a n a talla.
El 32.» será la cresana y en seguida u n ciruelo albaricocado de mediana talla.
El 33.° será la bergamota de pascua y en seguida un
a l b a r i c o q u e r o de mediana talla.
0
s c r
0
64
El 34.° sera la carmena y en seguida u n ciruelo de I¡¡
maugenon de mediana talla.
El 3S.° sera el chassery y en seguida u n a l b a r i c o q u e ro de mediana talla.
El 30.» sera la bergamota de otoño.
EL
CURIOSO.
Me han dicho q u e los perales en espaldar están e s puestos á los tigres (1), que causan u n a enfermedad en
los á r b o l e s ; de s u e r t e que no aprovecha la f r u t a , o b l i gando á sustituirlos con otros árboles.
EL
HORTELANO.
Es v e r d a d ; pero no le han dicho á V. que ese mal sea
u n i v e r s a l , p u e s hay b a s t a n t e s sitios donde las h u e r t a s
no están inficionadas de tales b i c h o s . P o r e j e m p l o , en
la vecindad de la nueva huerta de V. los árboles están
libres de este m a l ; y así no hay nada que deba hacer t e mer el plantar árboles en espaldar.
EL
CURIOSO.
Siendo eso a s í , no tengo m a s q u e seguir el plano de
V . : pasemos ahora á la vista del n o r t e .
CAPÍTULO XV.
De las especies de frutas para un espaldar en la vista de
norte, y del número de árboles enanos y de mediana
talla.
EL
H O R T E L A N O .
Le he dicho á V. que la vista de n o r t e era la peor de
todas para las frutas: empero hay cierta calidad de ellas
q u e pueden crearse bien , como p e r a s , c i r u e l a s , a l b a ricoques y agraces. Pero le aconsejo á V. no poner m a s
q u e d e dos clases de fru t a s ; á s a b e r , la pera y la ciruela
(t) Insecto pequeño qoe roe las hojas de los i boles
r
65
q u e a u n q u e no serán t a n gustosas como sí estuviesen al
sol de levante ó al de p o n i e n t e , no dejarán de m a d u r a r
y de tener su m é r i t o .
P o r esta razón le aconsejo á V. p l a n t a r perales e n a nos , perales y ciruelos ríe m e d i a n a t a l l a , á s a b e r :
Perales enanos
P e r a l e s de mediana talla
Ciruelos de m e d i a n a talla
30
15
1S
TOTAt
Perales
60
enanos.
VA milan de v e r a n o , ó bergamota de v e rano. .
La perita de la reina de R b e i m s
La mantecosa gris.
La a z u c a r a d a verde
La bergamota de otoño
La virgulosa
La s a n - G e r m a n
La m a r q u e s a . . .
La Don G u i n d o dorada
3
3
S
3
(>
4
2
2
2
TOTAÍ.
Perales de mediana
La
La
La
La
La
30
talla.
cresana
dclfina
zelosa
ambarina. .
ínartin-seco
2
2
1
2
2
S
CG
El calmar
El chasscry
La virgulosa
2
2
2
TOTAL
Ciruelos de mediana
La
La
La
La
La
La
La
talla.
ciruela de caballero
mirabella
endrina violeta
endrina blanca
imperial
reina Claudia
real
2
2
2
2
3
2
2
TOTAL
EL
iü
lo
CURIOSO.
Continúe Y. esplicándome la colocación de cada especie con respecto á las otras vistas.
Del orden que se debe observar en plantar los perales enanos y los de mediana, talla, en la vista de norte.
EL
HORTELANO.
Se plantarán los árboles en los p u e s t o s que les sean
d e s t i n a d o s , á n u e v e pies de distancia los e n a n o s , y se
p o n d r á uno de m e d i a n a talla entre dos de ellos.
El 1." árbol e n a n o será el milan de verano , 6 bergamota de verano, y en seguida la cresana de mediana t a lla.
El 2.» será la bergamota de otoño, y en seguida la ciruela da caballero de mediana talla.
67
El 3.° será el azucarado verde, y en seguida la del fina
ó franchipane de mediana talla.
El 4.° será la virgidosa , y en seguida la mirabella de
mediana talla.
El o\° será la perita de la reina de R l i e i m s , y en s e guida la zelosa de m e d i a n a talla.
El 6.« será la san-German,
y en seguida la imperial
de mediana talla.
El 7.» será la mantecosa gris, y en seguida la ambrosia de mediana talla.
El 8.» será la virgulosa, y en seguida la endrina blanca de mediana talla.
El 9.° será el Don Guindo, y en seguida el martin-seco de mediana talla.
El l O será la bergamota de otoño , y en seguida la endrina violeta de m e d i a n a talla.
El 11 será la bergamota de verano, y en seguida el colmar de mediana talla.
El 12 será la bergamota de otoño, y en seguida la r e i n a Claudia de mediana talla.
El 13 será el azucarado verde , y en seguida el chassery de mediana talla.
El 14 será la pequeña pera de la reina de Rlieims , y
en seguida la ciruela real de mediana talla.
El l o será la san- Germán. y en seguida la virgulosa
de mediana talla.
El l ( i será la mantecosa gris, y en seguida la ciruela de.
caballero de mediana talla.
El 17 será la bergamota de otoño , y en seguida la eresana de m e d i a n a talla.
El 18 será la marquesa , y en seguida la mirabella de
mediana talla.
El 1í) será la mantecosa gris, y en seguida la delfina
de mediana talla.
El 20 será el azucarado verde, y en seguida el imperial de mediana talla.
68
El 21 será la virgulosa,
y en seguida la ambrosia de
mediana talla.
E l 2 2 será el Don Guindo, y en seguida la endrina
blanca de mediana talla.
El 23 será la mantecosa gris , y en seguida el martinseco de mediana talla.
El 24 será la bergamota de otoño, y en seguida la reina Claudia de m e d i a n a talla.
El 23 será la bergamota de verano, y en seguida el colmar de mediana talla.
El 26 será la mantecosa gris, y en seguida la endrina
blanca de mediana talla.
El 27 será la perita de la reina de R h e i m s , y en s e guida el chassery de m e d i a n a talla.
El 28 será la bergamota de otoño, y en seguida la ciruela real de mediana talla.
El 29 será la mantecosa gris , y e n seguida la virgulóla de m e d i a n a talla.
El 30 será la marquesa, y en seguida \n ciruela real de
m e d i a n a talla.
E l ' 3 l será la virgulosa.
EL
CTjniOSO.
H a g a m o s a h o r a , si V. g u s t a , u n estado general de
todos los árboles necesarios para mi nueva h u e r t a .
Estado general de todos los árboles, tanto de pepita, como de hueso, buenos para una huerta de cuatro yugadas.
EL
HORTELANO.
Perales enanos en m a t o r r a l para los dos espaldares
del p o n i e n t e y del norte
Perales de m e d i a n a talla para la vista de n o r t e . . .
M a n z a n o s sobre p a r a d i s en m a t o r r a l
Albérchigos enanos para la vista del sol n a c i e n t e .
397
15
530
30
C9
Albérchigos de mediana talla para la vista del sol
naciente y del p o n i e n t e . .
Albérchigos enanos para la vista del sol de mediodía
Ciruelos de mediana talla para los espaldares. . .
Ciruelos de alto tronco á todo viento
Cerezos de dos diferentes especies
Cerezos gordales primerizos y tardíos
Albaricoqueros de alto tronco á todo viento. . . .
Albaricoqueros de m e d i a n a talla para los dos e s paldares en la vista de levante y de p o n i e n t e . .
Almendro
TOTAL
48
3i
28
63
14
6
12
12
1
984
El total s u b e á nueveeientos ochenta y cuatro á r b o l e s , n ú m e r o razonable para tener frutas de cada e s t a ción d u r a n t e todo el a ñ o .
Será b u e n o t e n e r u n moral en u n a esquina de p a t i o ,
cuya fruta es gustosa , y por lo m i s m o aconsejo á V. q u e
tenga m u c h o s cajones de higueras por ser fruta d e l i ciosa.
E L ctmioso.
A h o r a é n t r a l a cuestión de c o m p r a r á r b o l e s , y q u i siera a p r e n d e r á c o n o c e r l o s , antes de sufrir e n g a ñ o .
CAPÍTULO X V I .
Advertencias para tener árboles de buena especie y conocer la cualidad de la tierra propia para los perales
enjertados con franco ó con membrillo.
EL
HORTELANO.
Los árboles deben tener ¡las cualidades siguientes:
que sean de buen p l a n t í o , q u e la corteza sea clara y
70
limpia y que tengan b u e n a v i s t a : con estas c i r c u n s t a n cias se p u e d e decir que están bien acondicionados.
Para no ser engañado en las especies es necesario
comprarlos á personas l e a l e s , conocidas ya por su fidelidad en las ventas.
EL
CURIOSO.
I n d í q u e m e V. á quién podré d i r i g i r m e , p o r q u e sé
q u e bay quien t r a n q u e a con árboles de varios parages;
pero si tienen u n b u e n árbol en sos planteles y son fieles en dar las especies que se les piden , puede a c o n t e cer elegir una especie por o t r a , causando un verdadero
sentimiento semejante equivocación.
EL
H O R T E L A N O .
Confieso á V. que m e a d m i r a m u c h o q u e estos m e r caderes tengan tan poca reputación, pues estoy p e r s u a dido que si quisieran tomarse cierto cuidado y u n poco
de trabajo en poner por orden las b u e n a s frutas en sus
p l a n t e l e s , y diesen en seguida fielmente las especies q u e
se les p i d e n , pudieran restablecer su r e p u t a c i ó n ; pero
no como dicen a l g u n o s , que con dar u n peral por otro
no cambian la naturaleza del f r u t o , p u e s siempre r e sulta u n p e r a l ; así yo no p r e t e n d o q u e esto sea engañar;
otros d i c e n : si d a m o s una especie por o t r a , no lo hacemos de propósito ; estamos obligados , dicen ellos, á ir
á buscar enjertos para nuestros planteles á los hortelanos que son n u e s t r o s a m i g o s ; nos aseguran q u e los e n jertos que nos dan son de las especies q u e les p e d i m o s ;
si lo contrario a c o n t e c e , no es n u e s t r a la culpa. Esto es
lo que les he oído d e c i r ; pero eso no satisface á u n c u rioso q u e se ve e n g a ñ a d o .
EL
CURIOSO
.
E f e c t i v a m e n t e , p u e s yo prefiero, y m u c h o s conmigo,
pagar m a s caros los árboles y obtener fielmente los q u e
p i d o , á sufrir el m e n o r engaño en sus c u a l i d a d e s , y asi
no dejaré de ir yo mismo á c o m p r a r los q u e necesite.
71
EL
HORTELANO.
V. liará muy b i e n ; y lo aconsejo á mis a m i g o s , y
cuando me creen no se arrepienten n u n c a .
EL
CURIOSO.
¿No tiene V. todavía algunos avisos que d á r m e l o cante á los árboles de q u e necesito para hacer mi p l a n tío?
EL
HORTELANO.
Sí s e ñ o r , me falta todavía u n o q u e dar á V . , y q u e
m e parece m u y i m p o r t a n t e , á s a b e r : no c o m p r a r n u n ca árboles sin conocer la cualidad de la tierra donde se
q u i e r e n plantar , p a r a saber si pide perales enjertados
con membrillo 6 con franco, p o r q u e hay terrenos donde
no prosperan los perales enjertados con m e m b r i l l o , se
eslenúan y m u e r e n , c u a n d o enjertados con franco h a cen maravillas. Hay otras tierras donde el peral con
membrillo produce muy bien , y con el franco n o brota
sino en m a d e r a ; tal es la tierra de V .
Lo m i s m o sucede con el albérchigo enjertado con a l m e n d r o ó con ciruelo : por e j e m p l o , en las tierras c á l i das y ligeras tal como la de V . , y t a m b i é n en las tierras
libres que son m a s cálidas que f r í a s , el a l m e n d r o se
cria m u y b i e n ; el albérchigo con ciruelo m o r i r í a . L a
razón es que la savia del ciruelo no es b a s t a n t e a b u n dante para m a n t e n e r el enjerto del albérchigo, q u e b r o ta m u c h o en ramaje 6 madera ; pero en las tierras h ú m e d a s y pesadas el albérchigo enjertado con ciruelo
h a r á m a r a v i l l a s ; y al contrario si está enjertado con a l m e n d r o no hará m a s que e s t e n u a r s e y perecerá luego.
EL
CURIOSO.
E s t a n d o t o m a d a s estas p r e c a u c i o n e s , enséñeme V. lo
q u e será necesario hacer en el caso s i g u i e n t e . Si de los
paises estrangeros m e enviasen en u n a caja árboles
q u e hubiesen estado largo t i e m p o e n c a m i n o , y que desp u é s de haberlos recibido no se hallase la tierra en esta-
72
do de poderlos plantar á eausa de la helada , ¿ cómo p o dré hacerlo para conservarlos hasta el deshielo*
EL
HORTELANO.
Hay dos precauciones que t o m a r : 1. habiendo r e c i bido los á r b o l e s , q u e supongo le han sido á V . e n v i a dos en u n a caja con el m u s g o al rededor de las raices
(porque esto es lo que es necesario hacer observar siempre en semejante c a s o ) ; será necesario poner la caja en
u n a b o d e g a , hasta que la tierra esté en estado que se
p u e d a n p l a n t a r ; 2.a preparada ya la t i e r r a , se sacarán
los árboles de la caja y se cortarán las raices del modo
q u e espliearé , en seguida se pondrán en remojo en el
a g u a u n dia entero y se p l a n t a r á n conforme al m é t o d o
d e l eual haré igualmente m e n c i ó n : le puedo asegurar á
V . que no faltará n i n g u n o , a u n c u a n d o los árboles e s tuviesen fuera de tierra tres ó c u a t r o m e s e s .
a
M e a c u e r d o á propósito de esto que hay mas de v e i n te y cinco años que m e regalaron u n a docena de j a z m i n e s de E s p a ñ a qne t r a í a n de G e n o v a , cada u n o grueso
como el d e d o , y estaban tan s e c o s , q u e eran m a s b u e n o s para el fuego q u e p a r a p l a n t a r l o s . Me vino el p e n samiento de ponerlos á remojar en el agua por el e s p a cio de siete ú ocho días y los planté en seguida en t i e s tos. P u e d o asegurar á V. que de los doce solo m u r i e ron d o s , y los otros diez brotaron tan bien como si no
h u b i e s e n sido t r a s p o r t a d o s .
EL
CURIOSO.
Lo q u e V. m e acaba de contar está b i e n ; pero ¿cómo
se hace esta operación p o r medio del agua sola ?
EL
HORTELANO.
Mientras q u e los j a z m i n e s p e r m a n e c i e r o n en el agua
se abrieron los poros de las raices y del tallo q u e se h a b í a n cerrado y como t a p a d o por la gran s e q u e d a d ; esta
agua p u e s p r e p a r ó las raices para recibir la savia, y la
acción de la vegetación hizo brotar las r a m a s y flores.
73
Yo creo que seria lo mismo de los n a r a n j o s ; pero como no lo he esperimentado , no aseguro á V. nada.
EL
CTJKIOSO.
El razonamiento de Y. m e parece j u s t o ; no me queda
m a s que p r e g u n t a r á Y. q u e piensa sobre la manera de
disponer los árboles para plantarlos y sobre el tiempo
en q u e se deben p l a n t a r .
CAPÍTULO XVII.
Del tiempo y de la manera de plantar
espinal.
EL
los árboles en
HORTELANO.
Hay dos estaciones propias p a r a p l a n t a r , el otoño y
el principio del mes de m a r z o .
En las tierras ligeras y c á l i d a s , lo m i s m o q u e en las
que no son ni frias n i h ú m e d a s , se debe plantar hacia
el veinte de o c t u b r e y d u r a n t e todo el m e s de n o v i e m b r e ; este es el tiempo en el cual las hojas amarillean.
La tierra , q u e tiene todavía un poco de c a l o r , la c o m u nica á las raices y les hace b r o t a r l a s barbas y nuevos fil a m e n t o s , lo que prepara á los árboles n u e v a m e n t e
plantados á brotar vigorosamente en la p r i m a v e r a . Si
aconteciesen grandes sequedades en la primavera , s e ria necesario regarlos por encima del estiércol de t i e m po en t i e m p o .
EL
CDRIOSO.
Pero si esta calidad de tierra no estaba p r e p a r a d a y
no lo pudiese estar sino en el m e s de m a r z o , ¿ s e r á n e cesaro diferir hasta el año siguiente para p l a n t a r ?
EL
HORTELANO.
No s e ñ o r , no es preciso dejar de plantar en m a r zo (hablo de las t i e r r a s ligeras) pues lo he p r o b a d o y los
árboles se han criado b i e n . E s verdad q u e no brotaron
como si hubiesen sido plantados en otorjo; pero no de-
l'ljaron de dar su f r u t o , y de noventa pies de árboles que
hice p l a n t a r el dia 4 de a b r i l , un faltó ni u n o .
EL
CURIOSO.
¿ N o tomó Y. alguna p r e c a u c i ó n para ello?
EL
HORTELANO.
Sí s e ñ o r ; los hice arrancar cerca de q u i n c e días antes
de hacerlos p l a n t a r , para retardar la salida del jugo , y
los hice poner en la tierra vieja hasta que la nueva e s tuvo cavada.
EL
CURIOSO.
La precaución estuvo bien t o m a d a : c o n t i n ú e V. por
favor i n s t r u y é n d o m e sobre el plantel que se hace en la
primavera.
EL
HORTELANO.
El verdadero tiempo de plantar en las tierras h ú m e d a s , pesadas y frias (como le he dicho á V.) es á p r i m e ros de marzo y a b r i l , p o r q u e , estando algo seca la t i e r ra y empezando á c a l e n t a r s e , no peligra que perezcan
las raices de los á r b o l e s ; pero n u n c a se ha de p l a n t a r
en otoño en esta s u e r t e de t i e r r a s ; p u e s las raices se
dañarían e n t e r a m e n t e á causa del frió y de la h u m e dad.
EL
CURIOSO.
Después de h a b e r m e enseñado que no se han de plantar los árboles en las tierras h ú m e d a s hasta la p r i m a v e r a , y en las tierras ligeras hasta el otoño ; le p r e g u n t o
á V. ahora cuál es el método de plantar bien los á r b o les en espinal.
EL
H O R T E L A N O .
P a r a plantar ú t i l m e n t e los árboles en e s p i n a l , según
la esperiencia m e ha enseñado , hay siete observaciones
q u e poner en p r á c t i c a .
La p r i m e r a es q u e debe hacerse el plantel en buen
t i e m p o y s e c o , á fin de que la tierra esté l a b o r a b l e ; en
seguida cortar el tronco del árbol á siete ú ocho p u l g a -
75
das por encima del e n j e r t o , y acortar las raices y las
barbas por la m i t a d .
2 . Dispuesto así el á r b o l , se p o n d r á u n cordel en m e dio de la ariata donde se q u i e r e p l a n t a r , á fin de que los
árboles estén en linca recta á la distancia que le he s e ñalado á V . , á s a b e r , á doce pies el u n o del otro , y u n
manzano enjertado con p a r a d i s entre dos. Si V . ha h e cho cavar' la tierra á t r e s pies de profundidad , no hay
necesidad de hacer u n g r a n d e h o y o , p o r q u e con cuatro
golpes de azada abrirá u n o suficiente para u n árbol en
espinal.
a
3 . Es menester que la copa del árbol esté vuelta del
lado del norte al p l a n t a r l o .
4 . Los árboles no deben estar muy m e t i d o s en t i e r ra, pues como se s u p o n e q u e ha sido r e c i e n t e m e n t e c a vada , se bajará y los árboles se hallarán cerca de u n pie
dentro de la t i e r r a , q u e es la regla general para q u e u n
árbol esté bien p l a n t a d o .
5 . E s m e n e s t e r estender con cuidado las raices del
árbol de u n a y otra p a r t e , y p o n e r la tierra encima de ,
las raices con la m a n o , á fin de llenar bien los vacíos;
y cuando todas estarán c u b i e r t a s de t i e r r a , se acabará
de llenar el hoyo con la azada.
a
a
a
6 . E s m e n e s t e r q u e el enjerto esté siempre dos ó
tres pulgadas e n c i m a de la tierra , p o r q u e si estuviese
e n t e r r a d o podría s u c e d e r q u e se m u r i e s e n los á r b o l e s ,
haciéndolos brotar de flanco.
7 . Después de plantados así los á r b o l e s , será n e c e sario poner dos ó tres e s p u e r t a s de estiércol por e n c i ma de la tierra y hacer u n c u a d r a d o al r e d e d o r del pié
del árbol por dos r a z o n e s . La p r i m e r a es q u e el e s t i é r col conserva la frescura de las raices contra el calor
g r a n d e del estío. La s e g u n d a q u e c u a n d o lleguen las
lluvias y mojen el estiércol , se desharán sobre las r a i ces las sales que dan vigor á los árboles para la v e g e tación.
a
a
76
E s de observar q u e no se debe labrar los árboles en
el año que h a n sido p l a n t a d o s , pues impediría que las
raices se liasen bien con la t i e r r a , se podrían cortar
con el azadón y se d e s c u b r i r í a n , lo q u e por c o n s i g u i e n te causaría u n a languidez en los árboles.
EL
CURIOSO.
La primera observación de V . , me parece que p r e s cribe cortar el tronco del árbol antes de p l a n t a r l o ; sin
embargo el hortelano de 5 1 . . . plantó u n o en otoño y no
le cortó el tronco hasta el m e s de marzo , á fin de p r e servar , como él d i c e , el árbol de las heladas de i n v i e r n o . ¿Cuál es el parecer de V. sobre e s t o ?
EL
HORTELANO.
No a p r u e b o que se difiera hasta el m e s de marzo el
cortar el tronco de u n árbol p l a n t a d o en o t o ñ o , por dos
razones.
La primera , p o r q u e empezando la savia de este árbol
á estar en movimiento en el m e s de m a r z o , es seguro
que cortándole el t r o n c o , se retardará la jerminacion de
la p r i m a v e r a .
La segunda es q u e el árbol plantado en otoño tiene
ligadas las raices con la tierra en el m e s de m a r z o ; y es
por lo m i s m o imposible q u e cortando el tronco de este
á r b o l . no se conmuevan las r a i c e s ; por lo que sucede
á m e n u d o q u e , a u n q u e se haya plantado u n árbol bien
acondicionado, no brota en la primavera m a s que r a m a s
débiles y m a c i l e n t a s . P a r a evitar este i n c o n v e n i e n t e , le
aconsejo á V. poner en práctica mi p r i m e r a observación
como la m a s segura.
P a r a preservar el árbol de las heladas de invierno,
basta poner sobre la c o r t a d u r a del tronco del á r b o l , al
t i e m p o de p l a n t a r l e , u n betún hecho á propósito para
este u s o , ó bien cera blanda. Este b e t u n se compone
de una libra de resina , cuatro onzas de cera amarilla ,
cuatro onzas de pez negra , y una onza y media de sebo
de c a r n e r o ; se hace derretir todo j u n t o ; y cuando se.
querrá hacer uso de la mezcla , se calentará u n p o c o ,
y con u n pincel grueso se p o n d r á sobre la cortadura del
árbol.
EL
CURIOSO.
Las dos observaciones que V. h a c e , la u n a de no lab r a r los árboles p l a n t a d o s en el a ñ o , y la otra de no
aguardar al mes de marzo para cortar el t r o n c o , son m u y
instructivas y conozco bien la r a z ó n . M e queda todavía
u n a cosa á s a b e r : V . dice en la s é p t i m a observación,
que es necesario poner estiércol al pié del á r b o l ; pero
si no se tiene e s t i é r c o l , qué se podrá s u s t i t u i r ?
EL
H O R T E L A N O .
Se pondrá helécho en lugar de e s t i é r c o l : 6 bien en el
tiempo q u e las nuevas plantas de V. tengan n e c e s i dad de a g u a , se h a r á u n pozo p e q u e ñ o al pié de c a da árbol y mojarlos d u r a n t e la grande s e q u e d a d , c o m o
acontece r e g u l a r m e n t e en los meses de a b r i l , mayo y
j u n i o . E s necesario no faltar en esto n i dejar de c u b r i r
en seguida el pozo , p o r q u e la impresión del aire haria
grietar la t i e r r a , y p e n e t r a n d o el sol por las h e n d r i j a s
secaría las raices y los árboles se irian poniendo a m a r i llos y se m a r c h i t a r í a n .
EL
CURIOSO.
Eso es lo q u e he visto en efecto h a c e a l g u n o s dias en
u n a huerta , d o n d e la impresión del aire había abierto
la tierra al pié de los árboles q u e e s t a b a n todos m a r c h i t a d o s ; pero ahora conozco la causa de esta e n f e r m e d a d ,
después de lo q u e V. acaba de decirme , y el m é t o d o de
V . será muy útil á los c u r i o s o s q u e se e n c u e n t r e n con
semejantes inconvenientes.
M e o c u r r e u n p e n s a m i e n t o : suponga V. q u e se hayan
p u e s t o en p r á c t i c a las siete observaciones de V. para
plantar bien u n árbol en e s p i n a l , q u e tuviese todas las
c u a l i d a d e s para b r o t a r b i e n ; si aconteciese sin embargo
d e s p u é s que este árbol no empujara n i n g u n a r a m a , cuá i
podria ser la causa?
78
EL
HORTELANO.
Después de haber p u e s t o en práctica las siete o b s e r vaciones precedentes , y h a b e r plantado este árbol en un
tan b u e n terreno como el de V . , la causa de su m u e r t e
no podria ser otra que algún gusano, que se hubiese engendrado en las raices ó en el t r o n c o , detenia la savia,
l a esperiencia m e ha enseñado q u e se p u e d e salvar el
árbol cuando se descubre el sitio donde está el gusano.
E s necesario p u e s observar c u a n d o u n árbol decae de
dia en d i a , que es u n a señal casi cierta de que hay a l gunos gusanos al rededor de sus r a i c e s , ó entre la m a dera y la corteza. H e visto de estos insectos que eran
casi t a n gruesos como el dedo p e q u e ñ o , y que h u b i e r a n
hecho morir el á r b o l , si no los h u b i e s e q u i t a d o ; luego
q u e lo h i c e , el árbol volvió á t o m a r su p r i m e r vigor c o mo si nunca hubiese estado d a ñ a d o .
EL
CURIOSO.
Comprendo que es a b s o l u t a m e n t e necesario hacer la
guerra á estos a n i m a l e s para salvar u n árbol. Conlinúe
V. ahora e n s e ñ á n d o m e el método de plantar los á r b o les en e s p a l d a r , de q u e V . no m e ha hablado todavía.
CAPÍTULO
Modo de plantar
EL
XVIII.
los árboles en
espaldar.
H O R T E L A N O .
P a r a p l a n t a r bien los árboles en e s p a l d a r , es m e n e s ter observar cinco cosas.
P r i m e r o . Cortar el tronco del árbol á siete ú ocho pulgadas por e n c i m a del enjerto , las raices por cerca de la
m i t a d , y la b a r b a lo m i s m o , así como se ha dicho para
los árboles en espina!.
S e g u n d o . Se pondrán los árboles por el lado de la p a red cerca de medio p i é , á Gn de que tengan un b u e n
79
f o n d o , que es el lado de la calle ó pasadizo ; la cabeza
del árbol no deberá estar desviada de la pared m a s q u e
tres pulgadas á lo m a s , á fin de q u e esté tendido desde
abajo.
T e r c e r o . Los árboles enanos deben estar p l a n t a d o s á
doce pies de distancia el u n o del o t r o , y los árboles de
mediana talla puestos entre d o s . Se estenderán bien las
r a i c e s , y se c u b r i r á n de tierra con la m a n o para q u e no
haya ningún vacío , c o m o le he dicho á V. a n t e r i o r m e n te hablando del plantel de los perales en espinal.
C u a r t o . La cortadura del árbol estará s i e m p r e vuelta
hacia el lado de la p a r e d , y las mejores raices hacia la
parte de la c a l l e , á fin de q u e el árbol tenga m a s n u t r i mento.
Q u i n t o . Cuando los árboles estarán p l a n t a d o s , se h a rá poner estiércol sobre la tierra al pié de cada á r b o l , ó
antes se cubrirá toda la ariata , si se q u i e r e plantar en
espaldar todo entero ; se po ndrá u n a capa de estiércol de
cerca c u a t r o p u l g a d a s de e s p e s o r , y se bará regar en las
grandes sequías como se ha dicho p a r a los árboles en
espinal.
EL
CURIOSO.
Las cinco observaciones de V . son muy instructivas:
m e falta saber ahora como se h a n de plantar los árboles
de alta talla q u e se ponen á t o d o s vientos.
CAPÍTULO X I X .
Para plantar
bien los árboles de alia talla á lodos
vientos.
EL
H O R T E L A N O .
A este efecto se han de observar cinco r e g l a s : P r i m e ra. Que los árboles tengan el t r o n c o recto y q u e su g r o sor sea de cinco á seis p u l g a d a s . E s necesario no p l a n tar n u n c a los árboles d e l g a d o s en las tierras ligeras p u e s
80
t a r d a n mucho tiempo en brotar y dar fruto. Le confieso'
á V. q u e es algo costoso adquirirlos m a s g r u e s o s ; pero
lo indemnizan en poco'tiempo dando fruto m a s p r o n t o .
Segunda. Deben plantarse los árboles á tres toesas de
distancia u n o s de otros en las tierras ligeras y si se planta u n espinal entre d o s , es mejor que la distancia sea de
cuatro toesas. Hay quien los p l a n t a á tres toesas y un
espinal entre d o s , pero no es tan b u e n o y por lo m i s m o
aconsejo que tengan la distancia indicada.
Tercera : es menester preparar la copa del á r b o l , d e jando tres ó cuatro r a m a s , cada u n a de diez ó doce p u l gadas de l a r g o , q u e es lo q u e la forma redonda : desde
los p r i m e r o s años la esperiencia me lo ha enseñado así.
Cuarta : es necesario q u e las raices estén vivas refrescando s o l a m e n t e s u s e s t r e m o s , y cortar las b a r b a s por
la mitad de su largo. Cuando V. plante su á r b o l , e s t e n derá las raices y las cubrirá de tierra con la m a n o para
que no haya n i n g ú n vacío entre las raices y la tierra,
p o r q u e este vacío i m p e d i d a q u e el árbol brotase con vigor.
Quinta ; se harán hoyos de tres pies en c u a d r o para
plantar los árboles en u n a tierra q u e haya sido cavada
en otoño ; de lo contrario se harán los hoyos de seis p i e s
en cuadro y de t r e s pies de profundidad. Sé que hay
hortelanos que están e m p e ñ a d o s en no hacer los hoyos
m a s que de c u a t r o pies en cuadro y de t r e s pies de prof u n d i d a d ; pero la esperiencia m e enseña que los á r b o les no salen j a m á s bien de esta m a n e r a .
E s menester poner estiércol encima de la tierra en
cada pie de á r b o l , por las razones q u e he dicho á V. y
regarlo de tiempo en t i e m p o .
EL
CURIOSO.
Estoy persuadido que todas estas observaciones son
muy ú t i l e s ; pero tengo todavía que p r e g u n t a r íi V. la
m a n e r a de plantar las cepas de uvas y de a g r a c e s , á fin
81
tic que quede e n t e r a m e n t e i n s t r u i d o del método de
plantación.
CAPÍTULO X X .
De la manera de plantar las cepas de moscateles,
hillasy
agraces.
EL
al-
H O R T E L A N O .
Se liará u n a regata de cerca u n pie y medio de ancho
y otro pie y medio de p r o f u n d i d a d ; se tomarán los a c o dos que se habrán preparado de tres Virotes cada u n o ;
se cortará un poco de la b a r b a , sé colocarán los pies
en la dicha regata á la distancia de dos pies el u n o del
o t r o , para que el enrejado esté m a s pronto c u b i e r t o , y
en seguida se pondrá estiércol e n c i m a de la t i e r r a , de
manera qué la regata q u e d e c u b i e r t a . Procediendo de
este m o d o la viña brotará p e r f e c t a m e n t e . Si V . m e pregunta la calidad del estiércol q u e debe emplearse á este
efecto, le diré que en las tierras cálidas la boñiga de vaca es el m e j o r ; pero si no se p u e d e obtener esta se p o drá emplear la de caballo bien p o d r i d a , de m a n e r a q u e
su calor este debilitado.
Para las tierras h ú m e d a s y frías basta el estiércol de
caballo á medio podrir y n u n c a el de v a c a , porque es
frió y conlrario á esta clase de t i e r r a s : lo mismo debe
practicarse con los árboles.
EL
CURIOSO.
Todo lo q u e V. m e ha enseñado está muy bien e s p u t a d o ; pregunto á V . ahora ¿ qué obra es menester h a cer luego en mi nueva huerta?
EL
H O R T E L A N O .
Hará V. guarnecer las calles ó pasadizos de yerbas fi-
6
82
ñas y a r o m á t i c a s , de las cuales voy á dar á V. u u a lista.
Espliego.
Ajedrea.
Tomillo.
Hisopo.
Mayorana ó a l m o r a d u j .
Toronjil.
Homero.
Violeta doble y sencilla.
L a s fresas están en u s o para las g u a r n i c i o n e s , a u n q u e
no estén en el n ú m e r o de las yerbas finas, ni t a m p o c o
el b o j ; sin e m b a r g o , se emplea también este ú l t i m o y
tiene s u m é r i t o y u t i l i d a d , y está limpio y verde en todo
tiempo.
EL
CURIOSO.
P l a n t a d a s las guarniciones de m i s calles, m e quedan
jos c u a d r o s para s e m b r a r y p l a n t a r las legumbres para
el c o n s u m o de c a s a , . y por eso necesito q u e V. m e dé
u n a lista de todas las semillas q u e V . j u z g u e necesarias
para o c u p a r m i s tierras ú t i l m e n t e .
EL
HORTELANO.
Con m u c h o g u s t o , y para mayor facilidad voy á dar á
Y . u n a lista por orden alfabético.
CAPÍTULO X X I .
TAsta de las semillas de hortaliza
una casa.
útiles
Acederas.
Achicorias o r d i n a r i a s .
A c h i c o r i a s de m o n t e .
Ajos.
Albahaca ; se s i e m b r a en los s e n d e r o s .
para
83
Alcachofas violadas y blancas.
Berros.
Borrajas.
B u g l o s a , lengua de b u e y .
Cardos de peras.
Cardos de E s p a ñ a ; se siembran en los senderos.
Cebolletas.
Chirivias.
Col de invierno.
Col blanca.
Coliflor.
Cebollas blancas de v e r a n o .
Cebollas de otoño.
Cebollas e n c a r n a d a s para el invierno.
Calabazas.
C a n ó n i g o s ; yerba p e q u e ñ a q u e se come con las
ensaladas.
Escorzoneras.
Espárragos.
Espinacas.
Garbanzos.
G u i s a n t e s de diversos géneros,
fiabas.
Lechuga crespada.
Lechuga de A l e m a n i a .
.
Lechuga corta.
Lechuga romana.
Melones.
Mostaza.
Nabos.
Orégano.
Patatas.
Pepinos.
Peregil.
Perifolio o r d i n a r i o .
Pimpinela.
84
Puerros.
Rábanos.
Remolachas.
Ruda.
Sandias.
Verdolagas doradas.
Verdolagas verdes.
Yerba b u e n a .
EL
CURIOSO.
Estoy contento de tener por orden los n o m b r e s de cada semilla de hortaliza; c o n t i n u e m o s , si V. g u s t a , con
n u e s t r a s o b r a s , enseñándome el método de disponer la
tabla de cada cuadro para s e m b r a r estas semillas.
CAPÍTULO X X I I .
De la manera
de disponer las tablas y de sembrar
simientes de legumbres.
EL
las
HORTELANO.
E s menester m e d i r la tierra de los cuadrados por dentro sin c o m p r e n d e r las ariatas q u e están en torno de cada c u a d r a d o , y hacer de s u e r t e que cada tabla tenga
c u a t r o pies de a n c h o , con u n sendero de cerca de u n
pié de ancho e n t r e d o s , y que todas las tablas sean de
u n largo igual.
EL
CURIOSO.
H e c h o esto ¿ s e han de labrar las tablas para s e m b r a r
las semillas ó bien s e m b r a r l a s sin esta operación ?
EL
H O R T E L A N O .
E s i n d i f e r e n t e : creo no o b s t a n t e deber advertir á V .
que los a r r e n d a d o r e s q u e toman las tierras muy c a r a s hallan mas provecho en s e m b r a r sin l a b r a r , q u e
por s u r c o s . P e r o para la h u e r t a de u n curioso m i opinión es labrarla. Esto se hace con la p u n t a de u n pa-
85
l o , para s e m b r a r cierlas semillas de l e g u m b r e s ; como
por e j e m p l o , acedera, acelga, peregil, perifollo,
espinaca. P e r o con respecto á las otras semillas de h o r t a l i zas , como cebollas y raices, aconsejo a V . hacerlas semb r a r en tabla llana y en seguida rastrillar ligeramente;
y en cuanto á las q u e están s e m b r a d a s con s u r c o s , se
llenarán de tierra sin rastrillarlas.
EL
CURIOSO.
Cuando h a b r é hecho s e m b r a r m i s semillas según el
m é t o d o de V . ¿ n o habrá nada m a s q u e poner en p r á c tica?
EL
IIORTELA.NO.
Será necesario en seguida hacer estender u n a capa de
estiércol muy podrido sobre cada tabla sembrada , del
espesor de u n a pulgada bien c u m p l i d a , por dos razones:
La primera para impedir q u e las lluvias caigan i n m e d i a t a m e n t e sobre la t i e r r a , p u e s se descubrirían las s e millas y no brotarían ni nacerían tan fácilmente. La s e g u n d a r a z ó n , es que las semillas no fermentan tan bien
c u a n d o no están estercoladas, p o r q u e las tierrasse asient a n e n t e r a m e n t e por las lluvias y por las heladas que sobrevienen fuera de tiempo y no dejan salir la planta. La
precaución de hacer poner estiércol sobre cada tabla desp u é s q u e habrá sido sembrada precave por lo regular
de tal a c c i d e n t e .
EL
CURIOSO.
El aviso es muy b u e n o ; ¿le queda á V. alguna cosa que
deeirme que p u e d a ser útil para m i h u e r t a ?
EL
HORTELANO.
No b a s t a h a b e r observado y puesto p o r obra todo lo
q u e aeabo de decir á V . ; es menester t o d a v í a , c u a n d o
habrán salido las s e m i l l a s , tener c u i d a d o de regarlas y
escardarlas, es d e c i r , a r r a n c a r las malas yerbas q u e crecen en las tablas de las l e g u m b r e s . E s t e trabajo es a b s o l u t a m e n t e n e c e s a r i o , p o r q u e sin eso la mala yerba
i m p e d i d a que medrasen las l e g u m b r e s . E s menester no
86
dejar tampoco de hacerlas aparar para disponer la t i e r ra para la lluvia 6 el agua de los r i e g o s ; y como entre
las l e g u m b r e s las hay que tienen m a s necesidad de
agua q u e las o t r a s , tales son las lechugas para repollarl a s , los p e p i n o s , los r á b a n o s , las cebollas blancas del
m e s de m a y o , las alcachofas, los cardos de E s p a ñ a , las
a c h i c o r i a s , se necesita seguir esto exactamente d u r a n te la sequía y los grandes calores.
EL
CURIOSO.
Conozco muy bien la necesidad de poner en práctica
lo que V. acaba de d e c i r m e ; pero como V. encarga h a cer frecuentes riegos d u r a n t e los grandes calores y d u r a n t e la sequía ¿no hay sobre eso algunas reglas q u e h a n
de observarse?
CAPÍTULO X X I I I .
De los riegos y de la manera de
EL
hacerlos.
H O R T E L A N O .
Yo creia q u e V . estaría s a t i s f e c h o , y q u e le habia e s plicado suficientemente por qué m e c a n i s m o las plantas
recibían el socorro de los riegos, pero voy á contentar á
V. e n t e r a m e n t e e n t r a n d o en todos los detalles q u e V.
pueda desear.
Hay tres cosas q u e observar para q u e los riegos sean
útiles á las plantas.
1.« H a c e r u n cierto n ú m e r o de riegos mientras q u e
la tierra está en u n a grande s e q u e d a d .
2 . R e g a r con precaución c u a n d o el calor del estío es
cscesivo.
3 . No regar por la n o c h e , á m e n o s de u n a necesidad
m u y precisa.
Cuando d i g o , en p r i m e r l u g a r , q u e es necesario h a «er un cierto n ú m e r o de r i e g o s , indico la precisión de
a
a
87
o b s e r v a r l o que necesita la tierra y proporcionar los riegos según la s e q u e d a d , p o r q u e sobrecargándola de agua
se impidiria la v e j c t a c i o n , y las plantas ó los árboles
mismos n u e v a m e n t e plantados perecerían sin r e m e d i o .
E n s e g u n d o l u g a r , si los calores son escesivos los
riegos deben ser m a s frecuentes. 1." P a r a i m p e d i r q u e
se verifique u n a cesación de j u g o , la cual seria capaz de hacer morir las plantas y los árboles jóvenes. 2.»
P o r q u e esta h u m e d a d reiterada da al jugo u n nuevo vigor y le hace m a s a b u n d a n t e para el alimento de lasplantas.
D i g o , en tercer l u g a r , que no se riegue de n o c h e , á
m e n o s de u n a absoluta n e c e s i d a d , p o r q u e esta h u m e d a d , fuera de t i e m p o , atrayendo y a u m e n t a n d o t o d a vía su frescura en la n o c h e , seria muy perjudicial; por
lo q u e soy de parecer q u e debe r e g a r s e en el día , á fin
de q u e las p l a n t a s r e c i b a n á propósito los socorros de
los cuales tienen necesidad para la p r o d u c c i ó n y para
s u conservación.
E n fin, concluyo qué los riegos deben ser hechos por
la m a ñ a n a , y es la c o s t u m b r e que debe seguirse para
p r e p a r a r las plantas á recibir el calor p o s t e r i o r , y que
la p r o d u c c i ó n se haga m a s c ó m o d a m e n t e .
EL
CURIOSO.
V é a m e V . ya c o m p l e t a m e n t e i n s t r u i d o en la m a n e r a
con la q u e es necesario hacer los r i e g o s ; pero ¿ p o dría V . p r o b a r m e lo q u e Y . p r o p o n e en su segunda o b servación , que los riegos impiden que por el calor escesivo se haga como una cesación de jugo, lo que seria
(dice V . ) capaz de hacer perecer las plantas y los árboles jóvenes?
EL
HORTELANO.
M e será fácil satisfacer á Y . , p o r q u e lo q u e p r o p o n go está fundado en u n esperimento que he hecho m a s
de u n a vez. V . sabe q u e ha habido años en que el
calor y la sequedad eran escesivos; los del año de 1733
88
son una p r u e b a convincente. M e a c u e r d o que m o chos árboles jóvenes perecieron entonces en las t i e r ras m a s cálidas que.frías; la misma desgracia me a c o n t e c i ó , a u n q u e habia tomado la precaución de hacer
regar m i s árboles jóvenes por el p i e , creyendo q u e las
raices lo n e c e s i t a b a n ; pero como vi q u e estos r i e gos habían sido i n ú t i l e s , me apliqué á examinar cuál
podia ser la causa. L a s p r u e b a s (pie hice m e p e r s u a dieron que aquello; no podia provenir sino del e s e c s i vo calor q u e h a b í a penetrado las r a m a s y las hojas
de los á r b o l e s , sin producir el mismo efecto en las raices , lo q u e habia causado u n a suspensión de s a v i a , e s t a n d o los poros tan a p r e t a d o s , q u e el j u g o no habia p o dido pasar en las r a m a s de los á r b o l e s ; y l o q u e m e p r o bó todavía m a s q u e m i razón era j u s t a , fué q u e h a b i e n d o visto por la m a ñ a n a u n albérchigo de cinco á
seis años en espaldar muy verde y vigoroso, por la n o che del m i s m o dia m e pareció fatigado y las h o j a s colgando como las de u n árbol q u e va á m o r i r . Lo
hice regar al instante á m a n e r a de lluvia por e n c i ma de las r a m a s , y al ..dia siguiente tuve el g u s t o
de hallar m i á r b o I tan verde y vigoroso c o m o si no
hubiese padecido el dia anterior. Viendo q u e m i e s p e diente habia salido b i e n , c o n t i n u é en hacer regar lo
m i s m o los árboles en espinal que m e parecieron tener
necesidad. ¿Estará V. satisfecho de este cspcrimento?¿y
la prueba no es b a s t a n t e sólida para autorizar lo q u e he
propuesto?, A c u é r d e s e Y. solamente q u e en semejantes
casos los riegos en forma de lluvia son muy útiles para
la conservación de árboles y p l a n t a s j ó v e n e s .
;
;
EL
CL'MOSO.
Los esperimenlos de V. m e gustan y este ú l t i m o m e
parece muy n u e v o ; pero dígame V. ahora ¿ s i V. h u b i e se diferido hasta el dia siguiente el regar el árbol ¿ q u é
cree V. q u e hubiera s u c e d i d o ?
89
EL
H O R T E L A N O .
Indefectiblemente hubiera m u e r t o , c o m o l o h e e s p e r i m e n t a d o en otro árbol que estaba t a m b i é n cansado c o m o el que acabo de indicar á V . , el cual no quise regar,
esperando que el rocío de la noche le haria volver á
su primer e s t a d o ; pero q u e d é sorprendido c u a n d o al
dia siguiente por la m a ñ a n a hallé m i árbol m u e r t o e n t e r a m e n t e . V . conocerá que esto m e ha servido de u n a
buena lección para lo venidero.
EL
CURIOSO.
E s t e s e g u n d o esperimento le ha costado á V . u n á r bol ; pero le ha salvado á V. m u c h o s otros y no dejaré
de seguir esta práctica , creyéndome bien instruido ya
en la operación de los riegos. Suplico á V . m e enseñe
el modo de plantar y cultivar las alcachofas y los e s p á r ragos.
CAPÍTULO X X I V .
Método para plantar y cultivar útilmente las
chofas y los espárragos.
EL
alca-
HORTELANO.
A n t e s de hablar á V. de la m a n e r a con q u e han de
plantarse las alcachofas, es menester que V. sepa c u á les son sus diferente? especies y cualidades.
Hay tres s u e r t e s de alcachofas: la colorada, la blanca , la violeta.
L a colorada es p r i m e r i z a , p e q u e ñ a , y solo p u e d e c o merse con salsa de p i m i e n t a y sal.
La blanca es gruesa y t e m p r a n a , sus hojas son a n c h a s , y a u n q u e no tiene t a n t o gusto como la violeta, es
la primera que sale al m e r c a d o , y así le aconsejo á V.
tenerla en su h u e r t a .
La violeta es menos t e m p r a n a q u e la blanca; pero es
90
m a s gorda y el g a s t o m a s e s t i m a d o ; los cocineros de
n o m b r a d l a se sirven de esta última especie p a r a h a c e r las secar y ponerlas en el invierno en s u s g u i s a d o s .
A h o r a diré á V. de qué m o d o han de p l a n t a r s e . Como
s u p o n g o que la tierra de V. ha sido cavada en u n p r i n cipio á tres pies de p r o f u n d i d a d , bastará hacerla l a b r a r
de nuevo con u n a azada s o l a m e n t e en el sitio donde V .
q u e r r á plantar las alcachofas; es menester e n s e g u i d a
disponer las tablas á cinco pies d e ancho en el c u a d r o '
y dejar entre dos u n sendero de m a s de u n p i e , á fin de
que el hortelano pueda regarlos c ó m o d a m e n t e . P o n d r á
V. d e s p u é s u n cordel á lo largo del c u a d r a d o , y de dos
en dos plantará V. u n renuevo de alcachofa en línea r e c ta del cordel. P l a n t a d a la primera h i l e r a , quitará V . el
cordel y lo pondrá á tres pies de distancia para p l a n t a r
la s e g u n d a , c o n t i n u a n d o así hasta el fin del c u a d r a d o
y g u a r d a n d o las m i s m a s proporciones en el centro de
los tres pies de distancia q u e V. deja entre cada h i l e r a ,
será necesario poner el cordel para plantar u n a hilera
de pencas de acelga r u b i a en línea recta del c o r d e l , s e p a r a d a s u n a s de otras tres p i e s ; V . tendrá al año s i guiente en otoño pencas de acelgas m u y b u e n a s . E n lugar de pencas de acelga r u b i a p u e d e V . p o n e r t a m b i é n
dos hileras de lechugas.
E s t a n d o así plantado el c u a d r a d o de alcachofas, e s
m e n e s t e r no dejar de regarlo de c u a n d o en c u a n d o y escardarlo cuando sea necesario , para q u e las malas yerbas rio i m p i d a n que aproveche el plantel de V.
EL
CURIOSO.
Observo que V. no pone m a s que u n renuevo de alcachofas en cada d i s t a n c i a , y sin embargo he notado que
el hortelano de u n o de m i s amigos ponía d o s , distantes
el u n o del otro t r e s p u l g a d a s ; ¿ t i e n e V . alguna razón
particular para practicarlo de otro m o d o ?
EL
H O R T E L A N O .
No sin fundamento he aconsejado &V. no plantar m a s
91
que u n renuevo s o l o , y V. conocerá fácilmente q u e e s toy fundado en r a z o n e s : p u e s es muy cierto q u e el m i s mo espacio de tierra, no s u m i n i s t r a n d o n u t r i m e n t o m a s
que á un solo p i é , y c o m u n i c á n d o s e las sales de la tierra
á esta planta m a s a b u n d a n t e m e n t e , crecerá m e j o r , y se
hará m u c h o m a s g r u e s a ; esto es en lo que la mayor
parte de los hortelanos no para a t e n c i ó n .
EL
CURIOSO.
L a razón q u e V . da es m u y j u s t a , y he observado
efectivamente que mi amigo no tiene alcachofas t a n
gruesas en s u h u e r t a como he visto en otras p a r t e s . P e r m i t a V. que le haga u n a nueva p r e g u n t a . Si no p r o s p e ran todos los r e n u e v o s , ¿ será m e n e s t e r a g u a r d a r hasta
el año siguiente para volver á plantar o t r o s ? lo que no
dejaría de ser d e s a g r a d a b l e ; p o r q u e es muy s a t i s f a c t o rio poder disfrutar de u n b u e n plantel.
E L
H O R T E L A N O .
V . se m e ha adelantado con s u p r e g u n t a . P a r a r e m e d i a r este i n c o n v e n i e n t e , es necesario t e n e r en la
h u e r t a u n a tabla con renuevos de alcachofas, de donde
V . los sacará para reemplazar los que no habrán p r e n d i d o , observando con cuidado cojerlos con p e q u e ñ o s
terrones y regarlos d e s p u é s de t r a s p l a n t a d o s .
EL
CURIOSO
•
Confieso á V . q u e esta precaución la habría d e s c u i d a d o . No m e queda m a s q u e p r e g u n t a r á V. de q u e m a nera se p u e d e conservar u n plantel de alcachofas d u r a n t e el i n v i e r n o .
EL
H O R T E L A N O .
P a r a conservar bien las alcachofas d u r a n t e el invierno , es menester echar estiércol que se habrá r e c o gido c u i d a d o s a m e n t e y a m o n t o n a d o d u r a n t e el estío,
á fin que esté bien seco c u a n d o se querrá hacer uso de
él. Pero antes de c u b r i r l a s , hay dos cosas que observar:
1 . Cortar cada pié á la altura de ocho ó diez pulgadas
de la superficie de la t i e r r a .
a
•J2
2 . Cubrirlos con u n poco de tierra cuando esta es
ligera y m a s cálida que fria ; p o r q u e si se hiciera esto
con las tierras h ú m e d a s morirían infaliblemente.
D u r a n t e el m e s de marzo es menester descubrirlas
p a r a q u e tomen u n poco el aire. Cuando no hay que t e m e r las heladas y ha pasado la mala l u n a , se q u i ta e n t e r a m e n t e el estiércol y se lavan á fin de q u e el pié
crezca m u c h o m a s . Hacia mediados de mayo es m e n e s ter darlas u n a segunda labor para ayudar á la p r o d u c ción del fruto, y cavar u n p e q u e ñ o surco á cada pié p a ra recibir el agua de los riegos q u e se deben hacer de
dos en dos d i a s , á m e n o s q u e sobrevengan lluvias. Le
puedo asegurar q u e observando esta práctica tendrá
V . b u e n a s y gruesas alcachofas.
a
E L
CURIOSO.
Estoy c o n t e n t o de haber aprendido como se ha de
plantar y cultivar u n c u a d r a d o de alcachofas; deseo
m u c h o saber otro tanto sobre los e s p á r r a g o s , y espero
que V. no me negará sus noticias sobre esto.
EL
HORTELANO.
Vea V. a q u í cual es m i práctica por si q u i e r e s e guirla.
Hay tres cosas q u e observar. 1.« Disponer la tierra.
2 . T e n e r b u e n plantel. 3 . P l a n t a r con ciertas p r e c a u ciones.
1 . P a r a disponer la t i e r r a , es menester poner el
cuadrado en tablados de tres pies de a n c h o , y cavarlos
á u n pié de p r o f u n d i d a d , d e s p u é s dejar u n espacio v a cío de tres pies en medio de cada dos tablados; este e s pacio sirve para poner la tierra q u e sale de la e s c a v a cion que he dicho á V. deber ser de u n pié de p r o fundidad en cada t a b l a d o ; se p o n e esta tierra en u n a
especie de c o f r e , destinada á calzar de nuevo poco á
poco de u n año á otro los pies de los espárragos á p r o porción q u e l o m a n yigor.
a
a
a
2.
a
Es menester tener buen p l a n t e l ; el de dos años es
93
el m e j o r , y se lo aconsejo á V. p o r q u e el de tres años
no obra tan b i e n .
3 . Para plantar con a c i e r t o , es m e n e s t e r hacer u n a
labor en el fondo de los t a b l a d o s , y p l a n t a r en seguida
los espárragos á la distancia de un pie el u n o del otro
en escalones; eslcnder c u i d a d o s a m e n t e las raices con la
m a n o , y poner dos pulgadas de tierra por e n c i m a .
a
EL
CURIOSO.
Esto es b u e n o para el plantel de mi c u a d r a d o de e s párragos ; pero se t r a t a a h o r a de e n s e ñ a r m e la manera
de cultivarlos.
EL
H O R T E L A N O .
No tiene V. m a s que poner en práctica las seis observaciones s i g u i e n t e s .
1 . No dejar de escardar los t a b l a d o s , cuando t e n gan necesidad.
2 . Si V. observa en los tablados sitios en donde el
plantel no ha p r e n d i d o , es m e n e s t e r señalarlos con u n
palo p e q u e ñ o , á fin de poderlos g u a r n e c e r de nuevo en
la primavera.
3 . A fines de febrero no d e s c u i d e V . , si el tiempo lo
p e r m i t e , el hacer trabajar u n poco las tablas, con lo que
se ayudará al espárrago á salir de la tierra.
4 . P o n d r á V. encima de los tablados u n a capa de e s tiércol de tres dedos de espesor.
5 . Si quiere V. tener s i e m p r e espárragos gruesos, no
coja V. n i n g u n o sino al cabo de c u a t r o años , á m e n o s
q u e á tres años fuesen ya g r u e s o s ; pero observe V. no
cortar los p e q u e ñ o s , ni a u n los m e d i a n o s .
6 . Tenga V . cuidado de no cortar los r e n u e v o s de
espárragos antes q u e la semilla esté colorada; p o r q u e de
lo contrario V . correría riesgo de hacerlos a b o r t a r .
a
a
a
a
a
a
EL
CURIOSO.
Seguiré las seis observaciones de V. p u n t o por p u n t o .
¿ M e queda todavía alguna cosa q u e s a b e r en lo q u e mira á m i hortaliza ?
94
EL
HORTELANO.
Me falta hablar á V. de los mantillos que son de grande utilidad para criar plantas. De estas hay algunas que
se dejan en los mantillos y otras que se trasplantan con
tierra á las tablas de los c u a d r a d o s , como son las lechugas para r e p o l l a r , el a p i o , el p e p i n o , el cardo de E s p a ña y la calabaza.
EL
CURIOSO.
Conozco q u e los mantillos son n e c e s a r i o s ; y per eso
quisiera saber la m a n e r a de hacerlos para criar las p r i meras l e g u m b r e s .
CAPÍTULO X X V .
De la manera
EL
de hacer los
mantillos.
HORTELANO.
La vista del sol del mediodía es la m a s favorable para
hacer m a n t i l l o s : han de ser estos de boñiga de caballo,
al salir de la caballeriza, deben tener cuatro pies de e s pesor ó cerca de e l l o s , y otro tanto de a n c h o : la l a r g a ria será según el p u e s t o q u e tienen d e s t i n a d o , se c u brirán de tierra cerca de ocho 'ó nueve pulgadas de e s pesor. E s menester a p r e t a r la parte terrosa con u n a
tabla ligera de m a d e r a de a b e t o , á cuyos estremos
se clavarán dos palos de la a l t u r a del m a n t i l l o ; esta t a bla debe estar puesta cerca del m a n t i l l o , p a r a la c o m o didad del h o r t e l a n o , q u e debe apretar con las m a n o s el
estiércol contra la tabla , á fin q u e permanezca en u n a
cierta consistencia á la orilla de su lecho, y c o n t i n u a r lo
mismo hasta el fin; d e s p u é s de lo cual se deberá r e p a rar en q u e el mantillo esté u n i d o i g u a l m e n t e en toda la
estension de la tabla. E s t a s deben estar hechas seis ú
ocho dias a n t e s de s e m b r a r las s e m i l l a s , á fin de que se
evapore e n t r e t a n t o el gran calor del estiércol de t i e m -
95
po en t i e m p o , y q u e no le q u e d e sino u n calor m o d e rado ; lo que será fácil conocer m e t i e n d o el dedo en el
m a n t i l l o ; sin esta p r e c a u c i ó n hay riesgo de que se q u e m e n las semillas.
Los senderos que se dejarán entre los mantillos d e ben ser de u n pie de ancho , á fin de q u e c u a n d o se quiera relevarlos se p u e d a poner e n t r e dos m a n t i l l o s el e s tiércol c a l i e n t e , para m a n t e n e r el grado conveniente de
calor y hacer crecer el plantel.
EL
CURIOSO.
E n s é ñ e m e V. ahora como se hacen crecer en mantillo
las lechugas a p i ñ a d a s p a r a t e n e r l a s en la p r i m a v e r a .
EL
H O R T E L A N O .
Con poner solamente en práctica las seis o b s e r v a c i o nes siguientes conseguirá Y. su o b j e t o , observando prim e r a m e n t e que es menester empezar á hacer l o s m a n t i Uos en el m e s de e n e r o .
1.« Cuando el mantillo estará en su grado de calor,
sembrará V . ligeramente debajo de las c a m p a n a s la s i m i e n t e de lechuga c r e s p a d a .
2.» Cuando nacidas las l e c h u g a s tengan t r e s ó c u a t r o
hojas, las trasplantará V. con el dedo á u n s e g u n d o m a n tillo preparado al efecto de a n t e m a n o , y p o n d r á V. bajo
cada c a m p a n a u n a s v e i n t e , donde las dejará Y . para
q u e tomen vigor.
3 . E s menester tener u n tercer m a n t i l l o p r e p a r a d o
para plantar en seguida las m a s crecidas que Y. s a c a r á
con t e r r ó n , y p o n d r á Y . bajo cada c a m p a n a cinco ó seis
q u e Y . dejará hasta q u e estén repolladas.
1
4.a Cuando haga sol se levantan las c a m p a n a s de u n
l a d o , sosteniéndolas con u n a p e q u e ñ a horquilla de m a d e r a , á fia de q u e las lechugas tengan u n poco de a i r e ,
y p u e d a n secarse las hojas q u e estén h ú m e d a s .
b . Si el mantillo necesita calor se saca u n a parte del
estiércol q u e está en los s e n d e r o s y se p o n e de nuevo
q u e esté caliente de la caballeriza.
a
96
6 . Debe V . tener gran cuidado ne hacer c u b r i r por
la noche las c a m p a n a s con esteras de paja cosidas co:i
b r a m a n t e , y hacerlas quitar por la m a ñ a n a , p u e s asi se
precave el plantel de las heladas de la primavera.
a
EL
CURIOSO.
¿Cuál es el método de V. para criar y cultivar un plantel de melones y de pepinos en m a n t i l l o ?
EL
nORTELANO.
Véalo V. a q u í : P a r a los melones es menester o b s e r var y poner en práctica lo que sigue.
1. E s t a n d o hecho el mantillo y habiéndole puesto en:
su grado de c a l o r , se siembran las pepitas debajo de las
c a m p a n a s : algunos hortelanos creen q u e estas pepitas
remojadas con vino azucarado producen melones v i n o sos y a z u c a r a d o s : sin embargo, d e s p u é s de haber hecho
la p r u e b a , no be hallado m a s c i r c u n s t a n c i a s q u e en los
plantados sin este r e q u i s i t o .
2 . Cuando han nacido las pepitas y m u d a d o las-hojas,
se trasplantan á otro mantillo poniendo cinco ó seis
plantas bajo de cada c a m p a n a , á fin de que se a u m e n ten.
3 . Cuando las plantas son b a s t a n t e crecidas y llenan
toda la c a m p a n a , se sacan con terrón y se plantan d e
nuevo en u n tercer mantillo á la distancia de dos pies
u n a de o t r a , d e b i e n d o regarlas al i n s t a n t e , y volver
á poner las campanas encima hasta q u e hayan a r r a i g a d o ; después de lo cual se levanta la campana por u n l a do , sostenida de u n a horquilla de madera , á fin de dar
aire á la planta hasta q u e se j u z g u e que no sean n e c e sarias.
4 . Dividir en dos ojos los dos principales b r o t e s de la
p l a n t a ; y c u a n d o el fruto está c u a j a d o , se vuelve á
cortar todavía por debajo del botón , es decir que se
han de atajar los r e n u e v o s , p o r q u e de lo contrario
atraerían toda la savia y el fruto no m e d r a r í a .
97
3 . No se debe olvidar el cortar todos los vastagos i n ú liíes y las falsas flores.
0. E s menester ser cuidadoso en regar las plantas
c u a n d o tengan necesidad.
P o r lo que-respecta á l o s p e p i n o s , se cultivan en m a n tillo como los m e l o n e s , c o n la diferencia, q u e aquellos
tienen necesidad de ser regados m a s á m e n u d o .
EL
Cl'ItlOáO..
¿ No podré asimismo criar r á b a n o s e n m a n t i l l o , A. .fin
de tenerlos e'nja primavera.*,.[,
...
••
'.¡ ! • : . . - . . ; ; i .
1
EL H O R T E L A N O .
.-,„..,,,..,:.
.
Lp p u e d e Vv.hacer fácilmente p o r el método s i g u i e n te. . . •
•;
. . ; ..
.... ...... .
Preparado el mantillo en su correspondiente..grado
de calor, lo primero es,golpear,1a p a r t e terrosa con u n
cabo de,labia, de la anchura, de u n p i é , á fin,,de <ju,e.esta; q u e d e firme, cuando se liaráUjlioyos. E s t o s , deben e s tar á la. distancia de cuatro p u l g a d a s u n o s (le otro.»,, y
V . pondrá e n cada uno. tres s i m i e n t e s d o r á b a n o s .
.
S i . y . q u i e r e s e m b r a r , e n . s u r c o s la simiente,(Je. l e c h u gas en el mismo m a n t i l l o , será preciso que, los.hoyos
estén abiertos á ocho p u | g a d a s , d e distancia el. u n o del
o U ' o , á ' p n . d e - q u e haya lugar s . u ^ í i e n t o p a r a .los surcos
q u e sp,bacen.al través del,mantillo , y s e m b r a r e n . s e guida la semilla de lechugas ,,• adelantándose' estas á
aquellos,,.dc|nwdo que.ya se podrán cojer a n t e s q u e los
r á b a n o s estén en estado d e a r r a n c a r l o s . '
:
;
En caso q u e las heladas sean f u e r t e s , es,preciso c u brir el ¡plaritel con esteras para conservar.el p r o d u c t o
de las s e m i l l a s , y, haciendo sostener estas esteras con
perchas, p u e s t a s a m a n e r a , de, bastidores.
EL;;CURIj0S0.
V. me enseña á cultivar las legumbres de una m a n e ra tan sencilla y tan fácil de practicar , q u e sentiría no
continuase su tarea.
.
, ,
, .... ,
7
98
,.
-
Pelos pepinos,
:••
•
CAPÍTULO X X V I .
;
detostardos
de España
(iH'dhaca.
• .
EL
yde
la
'HORTELANO.
Empiezo por h a b l a r i'V.' dé los pepinos q u é se siembran en mantillos para cultivarlos en seguida en ta t i e r r a ; d e s p u é s de haberle* dicho á Y. a n t e r i o r m e n t e de
q u e m a n e r a se cultivan en m a n t i l l o , voy á hacer á V .
a q u í cuatro observaciones q u e es menester poner en
práctica.''
••" L E s t a n d o b a s t a n t e ' c r e c i d a la planta para ser t r a s p l a n t a d a , es menester l í á c e r l a b r a r u n a tabla de c u a t r o
pies de a n c h u r a para poder c o n t e n e r dos hileras de
p l a n t a s de p e p i n o s , e n ' s e g u i d a poner ü n cordel para
p l a n t a r en linea r e c t a , y de d o s en dos pies hacer hoyos
q u e s é á ñ ' d é u n pié en c u á d r ó y t a n t o de ancho como de
profundidad', los cuales I l e n a í á ' V . de mantillo.
•
E s t a n d o así p r e p a r á d á - l a t i e r r a , sáearír V . ' d e la
tabla la planta de pepino" érí t e r r ó n , para"'plantarla en
cada lioyó , regándola al " i n s t a n t e ; d e s p u é s - p o n d r á ' V .
s o b r e éadá planta u n a hoja dé col p a r a resguardarla del
ardor del'sol que la haria perecer, dejando'esferlíoja hasta q u e la planta se haya arraigado.
,;
! i
1
á
;:
:
3 . LA' corta de los pepinos se debe hacer conio la de
los m e l o n e s ; es decir, á d o s ojos los dos principales brazos dé l a ' p l a n t a ; y cuatido el fruto esté n u d o s o , volverlos á cortar todavía debajo d e l b j ó p a r a i m p e d i r la h u d a c i o n , q u e a t r a e toda la savia y priva q u e crezca el
fruto;'
•'• '•
"•
• ••
• ; ;¡-.¡ • •
a
hfi E s ' m c n e s t e r tener' cuidado de^ hacer regar 4 m e n u d o , á fin de que el fruto se haga m a s grueso.
ai)
Cardos í f e E s p a ñ a .
•'!••:..
• ."Sé s i e m b r a en tabla la s e m i l l a ' d e ' c a r d o s d e E s p a ñ a en
3os meses de abril ó m a y o .
Cuando la semilla ha jerminado , y la planta está á la
a l t u r a de tres ó cuatro.pulgadas•,.es m e n e s t e r t r a s p l a n tarlos á la t i e r r a , y poner en práctica las siete o b s e r v a ciones s i g u i e n t e s . .
.
;
¡.,
1 . La tierra d o n d e se quieren poner / d e b e estar disp u e s t a por una, b u e n a J a b o r , y l a s Millas ¡bien p r e p a r a d a s . Es.preciso.que estas.sean de.Cuatro.piesde a n c h o para contener dos hileras de c a r d o s , y dejar, u n gran pie
de espacio para el. sendero q u e h a b r á , e n t r e cada t a b l a .
a
.-2. - Debe p o n e r s e : u n cordel á lo largo-.'dc; cada t a b l a ,
hacer hoyos á tres pies de-distancia e l i u n o d e l o t r o , y, de
u n pie en cuadro tanto en a n c h o c o m o . e n p r o i u n d i ¡ d a . d
y e o seguida llenar,estos hoyos c-oiu mantillo:-, j ,:: .;;
::-3..« E s t a n d o asírpreparada la t i e r r a , . s e ; s a c a r á n deHe¡cho las p l a n t a s de cardo y se p l a n t a r á n e n Jos hoyos-j-:ter
niendo cuidado de regarlas al m i s m o t i e m p o .
' ., . •
4.» E s m e n e s t e r no olvidar de escardar c u a n d o sea
n e c e s a r i o , es decir., d e a r r a n c a r c u i d a d o s a m e n t e , l a s
malas yerbas; p o r q u e .do l o contrario ahogarían las plant a s y las privarían el,crecer..
¡. ,. ..
;,
: •-,«:
a
b . Cuando los cardos estarán fuera d e tierra á la a l t u r a de tres p i e s , ó cerca de e l l o s , se atarán con p a j a , y
en seguida se c u b r i r á n p a r a q u e los vientos no los d e r riben por t i e r r a .
a
6 . A m e d i d a q u e se q u e r r á hacerlos b l a n q u e a r , lo
q u e se p r a c t i c a en el mes de s e t i e m b r e , no habrá m a s
q u e empajarlos y a t a r l o s con dos ó tres ligaduras de p a ja7 . Si llegan las h e l a d a s , y los cardos están todavía en
t i e r r a , será preciso sacarlos e n terrón y ponerlos en u n
c u a r t o resguardado del frió, a d o n d e se hará llevar tierra
a
a
100
cerca de m e d i o pie de altura para e n t e r r a r l o s : este ese)
medio de conservarlos d u r a n t e el i n v i e r n o .
P a r a q u e la tierra de cada labia esté ocupada ú t i l m e n t e , se podrán plantar dos hileras de lechugas e n t r e
las dos de c a r d o s .
- .,La albahaca.
1
Se siembra la albahaca en mantillo en el m e s de m a yo por este m é t o d o . •
.1. Nacida la s i m i e n t e á la altura de tres ó cuatro p u l g a d a s , se labra u n á . t a b l a de cuatro- pies de ancho y se
hacen seis s u r c o s .
•"••2. Sé saca !á albahaca del lecho-para plantarla en los
surcos á diez pulgadas de distancia-la u n a de la o t r a , r e gándola al i n s t a n t e ; se escarda y q u i t a n las yerbas e s t r a ñ a s c u a n d o es n e c e s a r i o .
3. En el mes de setiembre es cuando se ha de cortar
¡a albahaca á raiz de tierra para ponerla á s e c a r a l sol;
se hacen en seguida manojos p e q u e ñ o s , ó bien se pone
1
:
en polvos.
'
L a albahaca en manojo sirve p a r a hervir el p e s c a d o , y
se p o n e en las salsas ó'guisados reducida á polvos. :
EL
CURIOSO.
P a s e m o s al apio, á las lechugas y alas achicorias; estas
v e r d u r a s son útiles.en u n a casa.
CAPITULO X X V Í L
fíel apio , de las lechugas y de las
EL
achicorias.
HORTELANO.
La semilla de apio se siembra sobre mantillo, y c u a n do está crecido á c u a t r o ó cinco pulgadas de altura se
trasplanta en tierra llana , observando lo que s i g u e .
101
1. E s menester labrar una tabla de euatro pies de
ancho y hacer cinco s u r c o s .
2 . Se saca del lecho para plantarlo en los s u r c o s , d e j a n d o u n pie de distancia e n t r e cada p l a n t a . Es m e n e s ter no plantarlo en e s c a l o n e s , á fin de que el hortelano
tenga m a s facilidad en correr la tierra c u a n d o será t i e m po de g u a r n e c e r l o s .
3 . P a r a hacerlo b l a n q u e a r , no hay m a s q u e liarlo
con tres atados de paja y g u a r n e c e r l o . Se emplea para
esto la tierra q u e está á cada lado del a p i o ; y para q u e
esta tierra no sea i n ú t i l , es menester h a b e r t e n i d o la p r e caución de plantar achicorias en cada tabla, p o r q u e a n tes de arreglar el apio se h a b r á n cojido ya estas, ,,.
4 . P a r a precaver el apio de la h e l a d a , es preciso cu brirlo con estiércol s e c o , q u e e s c o m o se conservan en
el mantillo d u r a n t e el invierno.
De las lechugas.
.
Se s i e m b r a n sobre mantillo en el mes de abril las s e millas de lechugas crespadas y de g a r g a n t a , p o r q u e la
tierra no está todavía b a s t a n t e c a l i e n t e , e n t o n c e s . P o r
s u p u e s t o que ha de ser b u e n a la semilla, observando lo
q u e voy á indicar.
1. Después de haber hecho labrar y s u r c a r u n a tabla,
t o m a r á V . la p l a n t a del mantillo para plantarla en. los
s u r c o s , haciéndolas regar en seguida ligeramente.
2 . Debe tenerse cuidado de hacer cardar y q u i t a r las
yerbas e s t r a ñ a s , á fin de q u e las lluvias y los riegos p u e dan p e n e t r a r m a s fácilmente en la t i e r r a .
3 . Cuando las lechugas empezarán á repollar, es me nester regarlas f r e c u e n t e m e n t e para impedir q u e c r e z can en semilla.
H a b l a r é en el c a p í t u l o del trabajo de cada mes, de
m u c h a s especies de lechugas q u e se cultivan durante el
estío.
102
Ve las achicorias.. ,
Para obtener las p r i m e r a s a c h i c o r i a s , es n e c e s a r i o
sembrarlas sobre lecho d u r a n t e los meses de abril y
mayo , y poner en práctica las cuatro observaciones : s i guientes.
1.^' Cuando ba nacido, la achicoria y la planta es ya u n
poco crecida, se labra u n a tabla de c u a t r o pies d e a n c h o , y se abren cinco s u r c o s .
>
2.a Se saca la planta de achicoria del mantillo para
plantarla cerca dé tan pié de distancia la u n a de la o t r a ,
y d e s p u é s se riega ligeramente.
3 > Cuándo se nota q u e el c e n t r o e m p i e z a á b l a n q u e a r
u n p o c o , es m e n e s t e r a t a r de u n a vez cada p l a n t a con
tres l i g a d u r a s ; la de abajo debe estar m a s a p r e t a d a j la
del medio solo lo suficiente para m a n t e n e r las hojas:
p o r q u e si se a p r e t a r a como la de a b a j o , la baria r e v e n tar : con respecto de la tercera l i g a d u r a , q u e es la de arr i b a , debe estar apretada de m a n e r a que el a g i t a n o p u e da e n t r a r dentro y p u d r i r la p l a n t a ,
i;
4 > A t a d a así la a c h i c o r i a , se c u b r e de estiércol seco
p a r a hacerla Volver luego b l a n c a ; p o r q u e estas clases d e
achicorias están muy sujetas á crecer en s i m i e n t e y e n tonces no son b u e n a s para ensalada. ..
E n el m e s de m a y o , c u a n d o la tierra empieza á calent a r s e , se p u e d e n s e m b r a r las semillas en tierra, para ser
trasplantadas luego y cultivadas como acabo de decir
á V. i e s c e p t u a n d o q u e no hay necesidad de estiércol s e co , pues el calor d é l a estación basta para que las a c h i corias b l a n q u e e n por sí m i s m a s , á m e n o s que se viera
V. a p u r a d o para tenerlas blancas. H a b l a r é en el c a p í tulo del trabajo de cada mes y le diré á V . lo que es m e nester hacer para tenerlas d u r a n t e el invierno.
EL
CURIOSO.
Continúe V . , p o r q u e deseo a p r e n d e r á c u l t i v a r las le-
103
g u m b r e s , y quiero que haya de todo en mi h u e r t a : h á bleme V. pues de las diferentes.especies de coles ,y..d«
calabazas. .
;
-• • • •
;
Veías
r.Ai'iTCi.O'
xxvin.
••
i •
¿olí/lores, coles de Milán'-, coles repolladas;
coles
"• riibia's de invierkb'y de tés calabazas'.'
' "•'
EL
HORTELANO.
No haré mención en este capítulo m a s q u e de las c u a tro diferentes especies de coles q u e c o n t a m o s en . n u e s tra hortaliza.
., ... .
.••GgUflor.es.,.
: .. ¡ ;
:
Le;hablo á , V . desde l u e g o d e l a s coliflores ;.;estas,s.Qn
;
las q u e se e s t i m a n m a s .
-/y; r.r. r
.i,:.-,.:.. ,
E n el m e s de-rñayo: se s i é m b r a l a - s e m i l l a sobre m a n tillo en las tierras m a s calientes q u e frias.'ipara t r a s plantarlas e n s e g u i d a , p o r q u e si se sembra£en:aútes.crecerían en semilla. E n las tierras frías es r ñ e n e s t e r . s e m b r a r la semilla desde el m e s de abril ; e s t o es á lo qUe se
ha de a t e n d e r p r i n c i p a l m e n t e , observando lo q u e sigue.
1. Cuando las hojas empiezan á aparecer u n poco a n chas sobre el lecho se t r a s p l a n t a n á tierra llana.
2. AI sacarlas del lecho se'acóríá^Ün pòco eí estremo
d é l a raíz p r i n c i p a l , y se p l a n t a n cerca dedos, pies la
u n a de la otra , en línea recta del cordel q u e Háp'rá.sícío
puesto sobré la tierra ; luego,que e s t a r á n p l a n t a d a s , es
menester rio dejar de regarlas l i g e r a m e n t e .
3. Cuándo empezarán á f o r m a r sus repollos,, se les
debe dar uriá'lábór, á Sn dé, q u e crezcan m u c h o m a s , rio
descuidando rastrillarlas cuando será necesario.
4. Cuando los repollos estarán f o r m a d o s , es m e n e s -
l'Oi
t e r c i a r l a s colescori dos 'ligaduras, de paja y.regarlas á
m e n u d o para q u e losre'pdllos se hagan'mas^gruesos.
5. l ' a r a precaverlas de las heladas se a r r a n c a r á i i c o n
t e r r ó n , y se p l a n t a r á n en la tierra donde se habrá p u e s t o
la mitad de tierra para" enterrarlas en p l a n t e l ; a p r o v e charán nías así que si no hubiesen nacido de t i e r r a , porq u e aun c u a n d o el repollo no fuese.mas grueso, q u e un
huevo de p a l o m a , , atado,, se haría m a s grueso q u e u n a
h o r m a de s o m b r e r o .
Coles de
Milán.
Se s i e m b r a la semilla en mantillo en el mes de mayo,
y se observarán tres cosas.
1.» Cuando las hojas tienen tres p u l g a d a s , se plantan
las coles en tierra llana en píanCel.
2 . En el mes de julio se hace p r e p a r a r u n a tabla p o r
u n a buena l a b o r , y se pone u n cordel eri línea recta p a ra plantar dos hileras á u n pie y medio^de distancia lá
u n a de lá otra : el s e n d e r o e n t r e las d o s t a b l a s debe ser
de u n gran p i e .
;:n"::
.
•3.»"Es m e n e s t e r regar ligeramente las coles luego q u e
están p l a n t a d a s , . y e s c a r d a r l a s c u a n d o ' tengan n e e e s i dad.:< - I .
• . :<:•••••" -u
.. r.Wi-.:'.
•'
a
" '' '
;
Repollos.
"'' "
;
La semilla de repollos se s i e m b r a en tierra en, el m e s
de ágósíp y.se trasplantan en plantel casi á fines del m e s
de s e t i e m b r e . ' " . ' ] ' , ' . '
É s menester q u e ta tierra donde se intenta plantarlos
baya' sido estercolada y labrada durante ia p r i m a v e r a ; y
estando así p r e p a r a d a , se . s á c e n l o s repollos del plantel
para plantarlos a línea recta del cordel'.á dos p i e s . d e
distanciaré!uno d e l ó t r ó " , ' d e s p u é s de jo cual.se riegan
ligeramente.' '
...........
105
Cuando se quiere que los repollos sean bien gordos
es menester darles u n a labor en el mes de j i m i o , p o r q u e la tierra está dispuesta á recibir ú t i l m e n t e las l l u vias d e l c i e l o , y si la semilla es de b u e n a especie los
repollos s e h a r á n muy g r u e s o s : es preciso no descuidar
el escardarlos.
Coles
rubias.
Se,siembra la s i m i e n t e sobre tierra, en el,-mes.de j u n i o ^ c u a n d o las hojas son u n poco, anchas, son b u e n a s para p l a n t a r las coles en plantel.
Se pondrá el cordel sobre la tierra , que habrá sido
l a b r a d a , y se plantarán á un pie y medio de distancia
la u n a d é l a o t r a , regándolas luego de plantadas y e s cardándolas c u a n d o tengan necesidad.
.
Calabazas.
E s menester s e m b r a r lá semilla en mantillo en los
meses de abril ó mayo , después se prepara la tierra con
u n a : b u e n a l a b o r y : s e p o n e el cordel para plantarlos en
linca recta á la distancia de doce pies la u n a de la otra
en t o d o s s e n t i d o s , á fin de q u e s u s n u d a c i o h e s tengan
u n espacio suficiente..,
•
• i
Los hoyos deben ser de cerca dos pies en c u a d r o ,
tanto en ancho c o m o en profundidad , y se llenarán por
m i t a d de-boñiga de caballo p u d r i d a . e n las tierras m a s
calientes q u e . f r i a s , p o r q u e en las tierras frias es m e nester, llenar esta m i t a d con estiércol de caballo bien caliente y la otra m i t a d con mantillo .ó estiércol m e n u d o .
P r e p a r a d o s así los h o y o s , es menester sacar la planta
del lecho c u a n d o las hojas son anchas como lá m a n o , y
p o n e r u n a p l a n t a e n c a d a h o y o , regándolas i n m e d i a t a m e n t e , lo q u e se hará también en las grandes s e q u í a s ,
J06
para que el fruto a p r o v e c h e , y se entrecavará cuando se
conozca n e c e s a r i o .
Se cojen las calabazas c u a n d o están agostadas,
es
d e c i r , m a d u r a s , para que rio se pudran en la tierra; p e ro desde que empiezan los p r i m e r o s frios es menester
cogerlas y ponerlas al s o l ; trasladándolas d e s p u é s , p a ra conservarlas d u r a n t e el i n v i e r n o , á u n aposento ó
cualquiera otro sitio c a l i e n t e .
EL
CURIOSO.
Dígame V. ahora alguna cosa de las raices q u e son
muy b u e n a s en invierno.
CAPÍTULO
XXIX,
De la barba cabruna de España ó escorzonera;
jas comunes, z anahoria , chirivía, remolacha
bos.
EL
barbay na-
HORTELANO.
E m p i e z o p o r ; las e s c o r z o n e r a s , q u e son c o n s t a n t e m e n t e la mejor, raizsque se puede, cultivar en u n a h u e r ta ; hay tres cosas que observar en ellas.
1 . S e m b r a r l a semilla en u n a tierra que haya sido
cavada , y así le bastará u n a labor.
. 2 . Se s i e m b r a la semilla en: dos "diferentes e s t a c i o n e s , en la p r i m a v e r a y en el m e s dé a g o s t o , y de dos
. m a n e r a s , es d e c i r , en surcos y sin ellos; u n a y otra son
b u e n a s con tal q u e se tenga cuidado de d e s c a r g a r l a
planta c u á n d o tiene siete ú Ocho p u l g a d a s , á fin dé q u e
las raices crezcan mejor y se hagan m a s gruesas.
. 3 . P a r a que las escorzoneras sean gruesas es m e nester dejarlas dos años en la t i e r r a , y para q u e no falten en la estación se sembrará u n a tabla cada año y se
escardarán.
a
a
a
107
Barbajas
comunes.
Se cultivan lo mismo que las de E s p a ñ a , e s c e p t u a n do que se siembran solo en la primavera y s e . d e j a n - e n
la tierra hasta la c u a r e s m a , q u e es el tiempo en q u e se
a r r a n c a n , cuando las b a r b a j a s . d e , E s p a ñ a ó e s c o r z o n e ras quedan dos a ñ o s , como dejo dicho a r r i b a . . . . .
Zanahorias
ychirivías.
.Como estas dos raices se siembran en la misma, csta.-^
cion, y se cultiva la u n a como la otra, las incluyo en u n
solo artículo,
.
: Deben ponerse e n . p r á c t i c a las c u a t r o observaciones
siguientes:
.....
• :
1. , E n el m e s de abril ó de mayo se h a c e . l a b r a r la
tierra de u n a tabla p a r a s e m b r a r s u s semillas u n poco
claras. .
.. •
2 . Cuando la planta ha crecido a l a altura de siete ú
ocho p u l g a d a s , es menester examinar si hay necesidad
de descargarla , á fin, de que las raices crezcan mejor y
se hagan m a s gruesas; no olvidando n u n c a el e s c a r d a r las.
. ,
; '
3 . H a c i a m e d i a d o s de agosto se cortan las hojas de
las zanahorias y de las chirivías á medio pié de t i e r r a ,
ó siguiendo la c o s t u m b r e de algunos h o r t e l a n o s , se
aguarda el mes de setiembre y se hace pasar u n tonel
sobre aquellas : a m b o s m é t o d o s son i g u a l m e n t e b u e n o s
para hacerlas engrosar.
-í. E s t a s raices se conservan en la tierra d u r a n t e e)
invierno sin h e l a r s e ; pero a n t e s de que se hiele la t i e r ra se tendrá la p r e c a u c i ó n de hacer a r r a n c a r u n a c i e r ta cantidad , á proporción de lo que se j u z g u e n e c e s a rio , para conservarlas en u n a cueva hasta que no tenga
hielo la tierra.
. . . . .
.
a
:;
a
a
a
108
Remolachas.
Cuando las remolachas están bien c u l t i v a d a s , no dejan
de ser u n a especie de l e g u m b r e q u e tiene mérito y que
debe tenerse en u n a h u e r t a . Se han de plantar del m o do s i g u i e n t e :
Supongo siempre que la h u e r t a de V. ha sido cavada,
y asi desde luego se hace labrar u n a tabla y s e m b r a r l i geramente la semilla. Cuando la planta haya nacido y sea
b a s t a n t e fuerte , I e aconsejo á V . escoger las m a t a s mas
derechas ^ t r a s p l a n t a r l a s á otra tabla que V . habrá h e cho estercolar y labrar de a n t e m a n o . P r e p a r a d a así la
t i e r r a , se p l a n t a r á n estos vastagos ó r e n u e v o s con el
plantador (1) á un pie de distancia el u n o del o t r o , y
siempre en línea recta del cordel que V . habrá p u e s t o
á lo largo de la t a b l a ; se regarán en seguida á Í3n de
q u e arraiguen , y se tendrán r e m o l a c h a s gruesas.
E n el m e s de n o v i e m b r e , y a u n m a s t a r d e , con tal
q u é la tierra no esté h e l a d a , es m e n e s t e r sacar las r e molachas fuera de la tierra y p o n e r l a s en u n aposento ó
en la b o d e g a , colocando las raices á u n l a d o y e n t e r r á n dolas en la avena ; con lo q u e se conservarán todo el i n vierno , y a u n hasta p a s c u a .
Debo decir á V. q u e , a u n q u e en ciertas tierras las
remolachas se vuelven b l a n q u e c i n a s , si esto s u c e d i e s e
enVlá'de V. no debe impedirle tenerlas en su h u e r t a , p o r que es fácil el remedio y hacerlas volver coloradas; V. no
tendrá m a s que p o n e r heno en el caldero donde V. las
haga c o c e r , y dejarlas hervir en el agua hasta q u e estén
c o c i d a s , y r e s p o n d o á V. que las sacará coloradas c o mo s a n g r e .
(i) Instrumento que usan los hortelanos.
109
, Délos nabos.
•
La simiente de los n a b o s se s i e m b r a en dos diferentes
e s t a c i o n e s ; en la primavera para t e n e r l o s t e m p r a n o s , y
en el m e s de j u l i o , ó al principio del m e s de a g o s t o , p a ra tenerlos d u r a n t e el invierno y en la c u a r e s m a .
E s menester hacer labrar la tierra y escoger u n día
b u e n o p a r a sembrar la semilla u n , p o c o clara , á fin de
que los nabos.se hagan m a s gruesos.
Seis ó siete s e m a n a s d e s p u é s q u e : ha sido plantada la
semilla y a p u e d e n cojerse los n a b o s ; p o r q u e si se d e j a sen en la tierra por m a s t i e m p o p e r d e r í a n la calidad y
se e n d u r e c e r í a n .
Para conservarlos d u r a n t e el invierno , han de p o n e r se en la bodega en manojos. 6 a m o n t o n a d o s .
Creo que:estara V . satisfecho.de m i s aclaraciones s o bre la m a n e r a de c u l t i v a r las r a i c e s ; pero como hay t o davía m a c h a s especies de l e g u m b r e s de las cuales no he
hablado á V . en esta p r i m e r a p a r t e , m e reservo hacer
mención de ellas en la segunda , cuando trataré del trabajo que conviene hacer en c ada mes del a n o .
;
EL
CURIOSO.
Esto me basta , y t e n d r é cuidado en recordárselo á V .
e n t o n c e s . Deseo saber ahora como se hacen los m a n t i llos para los hongos ó s e t a s , y lo que es menester o b s e r var para tenerlos en diferentes estaciones.
CAPÍTULO X X X .
•Del modo y tiempo de hacer los mantillos
EL
para
hongos.
HORTELANO.
E s menester empezar por hacer provisión de estiércol
d e paja de trigo , y n u n c a de paja de c e n t e n o . Esta p r o -
lio
visión se hace en el mes de a b r i l , y se p u e d e recoger
hasta el mes de agosto haciéndole poner por tongadas.
E n el mes de noviembre se hacen cauces de tres pies
d e í a n c h o y de medio pie de hondo do'ndcse mezclará bien el estiércol, es decir, el escremetito con la paja,
poniendo esta mezcla en el cauce á la altura de dos
p i e s , de suerte que forme como u n a albarda: se c u b r i r á
de tierra á dos pulgadas dd espesor, y:eri 'él mes'de abril
siguiente se c u b r i r á n los mantillos con m u c h o estiércol
p a r a impedir que los penetre el gran calor. Cuando se
verá q u e el estiércol se. pone m u y seco , será m e n e s t e r
mojarle de tiempo en ' t i e m p o , es d e c i r , de tres en tres
s e m a n a s en caso q u e no l l u e v a ; y así se obtendrán b o n gos b u e n o s y gordos con poco gasto. •
: i
i;r.
CURIOSO.
'•'''•••'
No basta el conocimiento de todo lo q u e es necesario
para formar m i h u e r t a y la-manera (le cultivar las l e g u m b r e s : convieneaodavía estar i n s t r u i d o en el-método
de cultivar la tierra y los á r b o l e s ; y saber cuales son las
otras operaciones q u e U r e n e n relación con-cí cultivó de
mí h u e r t a .
• • •
111
UIÁI.0GO
ENTRE
UN HORTELANO
Ü ¡ T S irá" V o 6 5 ¡s c a o &'"tr
Y UN
Ú c í O Y Í H
a
CURIOSO.
O 6 ( ' O6 o O í
C A P Í T U L O P R M 1 E U O . : :• nlíe tes labores y del tiempo en que
EL
deben'haeerse.
HORTELANO.
P a r a satisfacer á Y. empezaré por esplicarle cuales
son las diferentes l a b o r e s , que es cosa rnuy n e c e s a r i a .
E s t a bbra se hace en tres diferentes estaciónese a s a b e r : en i n v i e r n o , en la primavera y por San J u a n ; pero
es menester hacerla según la calidad de la tierra.
P o r e j e m p l o , en u n a tierra pesada y h ú m e d a , l a - p r i m e r a labor se debe hacer l i g e r a m e n t e , á fin de que las
lluvias no p e n e t r e n esta t i e r r a , q u e no t i e n e ninguna
112
necesidad á causa de su calidad que es h ú m e d a . D e b e
observarse asimismo que no se han de labrar esta clase
de tierras en tiempo de lluvias, sino en buen tiempo y
seco.
' .;'
'
No es lo inJsm.oide.Ias tierras l i g e r a s ; la p r i m e r a cava
debe ser p r o f u n d a , a fin de q u e reciban fácilmente las
lluvias y las nieves de las cuales t i e n e s necesidad.
EL
CURIOSO.
Concibo lo que V. me dice para esta primera labor:
s e g u r a m e n t e será lo mismo de la s e g u n d a .
''
EL
H O R T E L A N O .
Eso es lo que he de esplicar á Y . : la segunda labor se
hace al principio de mayo c u a n d o el fruto está cuajado.
E n las tierras pesadas y h ú m e d a s , debe ser profunda,
para disponer la tierra á calentarse con el calor del sol,
y para impedir -que se abra con la impresión del aire.E n las-tierras ligeras debe t a m b i é n hacerse profunda
para recibir fácilmente la h u m e d a d de que necesitan,
p u e s esta, j u n t o con el calor del sol, produce los b u e n o s
frutos y las bucníis l e g u m b r e s .
EL
CURIOSO.
R e p a r o que esplicando esta segunda l a b o r , dice Y .
que es menester hacerla c u á n d o él fruto está cuajado:
¿podría acaso resultar algún inconveniente si se hiciese c u a n d o ios árboles están todavía en flor?
EL
H O R T E L A N O .
Seria muy peligroso hacerlos labrar en aquel caso polla razón q u e si s o b r e v i n i e r a a l g u n a helada, como a c o n tece alguna vez en la p r i m a v e r a , esta labor bastaría p a ra hacer perecer los árboles. Pruébalo sino la opinión
de un célebre a u t o r , cuyas p a l a b r a s copio :.La tierra
recientemente labrada al pié de los árboles durante la
primavera,
arroja muchos vapores,
los cuales, en una
pequeña helada, que tan fácil es en esta estación, se detienen en la superficie de la tierra, adhieren á las flores,
J13
las ablandan con su humedad, y las hacen susceptibles de
la helada , contribuyendo á que perezcan. Y luego c o n tinúa : Las tierras que no son labradas,
y por consiguiente su superficie es mas dura y mas firme , no están
sujetas á echar de si laníos vapores , y por esta razón las
daña menos la helada.
Es menester observar lo mismo con la viña , y no h a cerla labrar a n t e s de b r o t a r .
EL
CURIOSO.
Comprendo que esta práctica es b u e n a , y que en d e s cuidarla hay peligro de no tener frutas. P a s e m o s á la
tercera labor.
EL
HORTELANO.
La tercera labor en las tierras h ú m e d a s y p e s a d a s , no
debe hacerse tan profunda como la s e g u n d a . El t i e m p o
de hacerla es el de San J u a n 6 á principios de j u l i o . E s ta labor es muy útil para dar el grosor y la calidad á las
f r u t a s , y para i m p e d i r que las malas yerbas alteren la
tierra.
E n las tierras ligeras y calientes debe hacerse l i g e r a m e n t e , á causa de que el calor del s o l , estando en su
fuerza , podría penetrar hasta las raices de los árboles,
particularmente cuando son n u e v o s , y los castigaría y
haría perecer su fruta. Por eso es menester tomar siempre la precaución de hacer esta labor i n m e d i a t a m e n t e
d e s p u é s de u n a lluvia, y hecha á tiempo , se sacarán las
ventajas que he dicho.
EL
CURIOSO.
Pero ¿ q u é sucedería á los árboles que no hubiesen
sido l a b r a d o s ? ¿ c r e e Y. que las frutas que nacerían no
serian de tan b u e n a calidad como las de los árboles que
hubiesen sido l a b r a d o s ?
EL
H O R T E L A N O .
No s e ñ o r ; la diferencia seria g r a n d e , p o r q u e u n a
pera que de su calidad fuese d i s o l v e n t e , como por
8
lli
ejemplo , la raojaboca (1), se volvería tan pedregosa q u e
no se podría c o m e r ; lo tengo así e s p e r i m e n t a d o .
EL
CURIOSO.
Lo que V. me acaba de decir m e hace conocer bien
que las labores son a b s o l u t a m e n t e necesarias. Dígame
V. si la ariata (2) donde están plantados los árboles en
espinal y los árboles en espaldar ha sufrido estas tres
l a b o r e s , ¿ s e habrá de entrecavar todavía?
EL
HORTELANO.
Sí s e ñ o r , y aconsejo á V. el hacerlo de vez en c u a n do por dos r a z o n e s :
La primera para hacer morir las malas y e r b a s , que
alterarían u n a parte de la tierra.
L a segunda q u e estas entrecavas servirían para recib i r los rocíos de la n o c h e , que m a n t e n d r í a n fresca la
tierra y darían vigor á los á r b o l e s , de s u e r t e que sus
frutas serian mejor a c o n d i c i o n a d a s .
EL
CURIOSO.
T o d o lo que V. m e acaba de decir parece muy útil;
pero instruyame V. ahora sobre la m a n e r a de cortar los
árboles t a n t o en espinal como en e s p a l d a r , y por qué
razón se hace esta corta ó p o d a .
CAPÍTULO I I .
Sobre la corla ó poda de los árboles, y razones por que
se cortan los que están en espinal y en espaldar.
EL
HORTELANO.
T r e s razones obligan á cortar los árboles.
L a primera hacer d u r a r m u c h o mas u n á r b o l .
L a segunda darle u n a hermosa figura.
(1) Especié de pera que tiene mucho jugo.
(2) Cierto espacio que se forma en las liuerlas algo levantado para poner plantas y flores.
113
La tercera para tener mas b u e n a s Trillas.
1. H e dicho que se corla u n árbol para hacerle d u rar m u c h o m a s , pues que por esta corta ó poda se d i s minuyen todas las r a m a s que son i n ú t i l e s , dejando s o lamente las que se juzgan necesarias para la figura del
árbol y para que dé fruto.
Si al contrario no se cortasen los á r b o l e s , y se d e jasen con todas sus r a m a s , a g o t a r í a n estas el j u g o de
aquel y le harían perecer en poco t i e m p o .
2. H e dicho que debian cortarse los árboles á fin de
darles u n a hermosa figura; pero observando c u a t r o cosas.
La primera que el tronco tenga siete ú ocho p u l g a das después del e n j e r t o , p o r q u e esto facilita labrarlo
por lo alto c u a n d o se han hecho grandes.
La segunda q u e el árbol sea r e d o n d o , de s u e r t e que
no se vea n i n g ú n h u e c o .
La tercera q u e esté despejado por el c e n t r o , de s u e r te q u e el sol penetre para m a d u r a r la fruta y darle la
calidad y color necesarios.
La cuarta que esté bien guarnecido de r a m a s por
iodos lados sin confusión. Y esto es lo que se llama
formar u n espinal de agradable perspectiva,
3 . Le he dicho á V. que u n árbol podado da mejor
fruto que el q u e no se poda : la razón es que la savia no
se gasta n u t r i e n d o ramas y hojas i n ú t i l e s ; y así lo m a s
esquisito de ella, siendo m a s a b u n d a n t e , lo aprovecha
el fruto y se hace m a s gordo y mejor.
E L cumoso.
Esas razones son muy c l a r a s ; pero dígame V. en qué
tiempo se hace esta poda.
E L
HORTELANO.
Los a u t o r e s que h a n tratado del tiempo de la poda
de los árboles son t o d o s de la misma opinión , y c o n vengo con ellos en que desde q u e las hojas han caido se
p u e d e empezar á podar. P e r o la c o s t u m b r e c o m ú n y la
IJtí
que sigo es de cortar ó podar en el mes de enero los e s pinales que brotan poco en madera y que tienen poco
vigor: pero los q u e crian chupones y tienen m u c h o v i gor los hago podar en marzo.
EL
CURIOSO.
E s p l í q u e m e V. por qué razón hace esta corta en d i ferentes tiempos.
EL
.HORTELANO.
E s que hay árboles que son débiles y otros que son
r o b u s t o s . Los débiles se cortan en el mes de enero p a r a
conservar toda la savia q u e necesitan en el tiempo en
que está esta en m o v i m i e n t o ; pero los árboles r o b u s t o s
deben cortarse en s a v i a , la q u e empieza á estar en movimiento en el m e s de m a r z o , á fin de hacerles perder
u n a parte de este líquido y fortalecer las r a m a s de frut o . E s t o s son r e g u l a r m e n t e la v i r g u l o s a , la g u a r n a c h a ,
la bergamota y todos los que se ven brotar m a s en r a maje que en fruto.
EL
CURIOSO.
¿ L a helada no hace daño á los árboles r e c i e n t e m e n te cortados que t i e n e n poco vigor?
EL
HORTELANO.
No s e ñ o r : todos los hortelanos inteligentes le dirán
á V. que este m é t o d o ha dado siempre b u e n r e s u l t a d o ,
y á mí t a m b i é n .
EL
CURIOSO.
Lo q u e V . m e acaba de decir de los efectos de la p o da de los árboles y del tiempo en el cual se hace me
da u n gran deseo de saber el método.
117
CAPÍTULO I I I .
Modo de cortar bien los árboles.
EL
HORTELANO.
A n t e s de enseñar á V. !a manera de cortar los á r b o l e s , quiero sentar ciertos principios q u e creo esenciales para salir bien en la o p e r a c i ó n .
Supongo pues que hay cinco s u e r t e s de ramas en u n
á r b o l , q u e son el objeto de la corta ; á s a b e r : r a m a s de
madera , r a m a s con fruta, r a m a s p e q u e ñ i l a s , ramas de
mala leña y c h u p o n e s .
1. Las r a m a s de madera son aquellas que dan la figura y redondez al á r b o l , las cuales se cortan con j u i cio, según la robustez de a q u e l , desde cuatro hasta d o ee pulgadas de largo.
2 . Las r a m a s con fruta son m a s delgadas q u e el r a maje , los renuevos están cerca los u n o s de los otros y
son gruesos , lo que forma las yemas de fruta : de estas
se acortan las q u e son d e m a s i a d o largas y que apenas
podrían sostener el f r u t o , y se dejan enteras las que
son r e g u l a r e s , cortando s o l a m e n t e la estremidad d é l a
rama para que t o m e n fuerza las yemas de fruto.
3 . L a s r a m a s p e q u e ñ i t a s s o n las que están en confusión y que no p u e d e n dar ni leña ni f r u t o , y estas d e ben cortarse t o d a s .
h. L a s r a m a s de mala leña son las que nacen en las
b u e n a s r a m a s de madera , cuyos ojos son llanos y d i s t a n t e s los u n o s de los o t r o s : son inútiles y es la razón
por la cual se deben cortar t a m b i é n .
o. Los c h u p o n e s son las r a m a s que toman su origen
en las m a s gruesas de m a d e r a ; son del grosor del dedo , derechas como v e l a s , la corteza es muy lisa y l i m pia, los ojos son planos y distantes los u n o s de los otro?.
1Í8
Es menester cortarlas de un á r b o l , á menos que no
sean necesarias para a d o r n o , porque entonces se d e jan.
EL
V. acaba de
d e j a r s e , y yo
atrae la savia ,
y que se forme
CURIOSO.
decirme q u e si u n chupón es útil debe
nunca lo considero t a l , pues que solo
impidiendo que crezcan las otras r a m a s
el árbol.
EL
HORTELANO.
No hay regla sin escepcion. Si esta rama no sirve p a ra n a d a , tiene V. razón en decir que debe cortarse; p e ro si es necesaria para la figura del á r b o l , sostengo que
es b u e n o dejarla , haciéndole u n corte de diez ó doce
p u l g a d a s , según el vigor del á r b o l , p o r q u e este d e t e n drá la savia q u e , i n t r o d u c i é n d o s e por la a b e r t u r a , p e netrará la rama c h u p o n a de u n lado y o t r o , de s u e r t e
que dará m u c h a s ramas que se llevarán u n a parle del
j u g o . Digo una p a r t e , p o r q u e siendo estrecho el paso
de estas r a m a s n u e v a s , y no pudiendo por consiguiente
recibir tanta savia como recibe la r a m a principal por
su e n t r a d a , que es mayor que la de las r a m a s p e q u e ñ a s ,
se sigue que la s u p e r a b u n d a n c i a de savia será detenida
y se derramará precisamente por las r a m a s gruesas v e cinas , y por este medio este chupón no tendrá m a s que
una porción de savia que dará buenas r a m a s . H e hecho
la esperiencia de esto en los albérchigos en e s p a l d a r , y
he visto b u e n a s r a m a s de fruta y b u e n r a m a j e que llen a b a n los vacíos.
EL
CURIOSO.
Estoy muy satisfecho de esta r a z ó n ; pero p e r m í t a m e
V . que le haga una p r e g u n t a : si se viese en estas n u e vas r a m a s alguna disposición á volverse c h u p o n e s , ¿qué
se haría para i m p e d i r l o ?
EL
HORTELANO.
A p r e t a r las yemas de estas r a m a s varias veces con
los d e d o s , y se detendría el j u g o . H a b l a r é en u n c a p í -
119
lulo particular del método de pizcar los á r b o l e s , á fin
de hacer conocer á Y. de una manera sensible cuan útil
es esta operación.
EL
CURIOSO.
A p r e n d e r é la práctica con gusto y tendré cuidado de
recordárselo á V . ; pero quisiera saber ahora cómo se
cortarán m i s nuevos árboles plantados r e c i e n t e m e n t e ,
porque puede acontecer que en la cantidad de árboles
q u e tendré se encontrarán algunos que no. h a b r á n s a c a do mas que una sola r a m a , y otros dos de un mismo
l a d o , y en fin que otros h a b r á n b r o t a d o m u c h a s , de las
cuales habrá algunas que estarán mal colocadas; le confieso á V. q u e esta diversidad de r a m a s m e embarazaría
y que la miraría como u n obstáculo para dar á m i s á r boles u n a bella figura.
EL
HORTELANO.
M e será fácil sacar á V. de esta dificultad.
1. Cuando el árbol solo ha echado u n a r a m a en la
estremidad del t r o n c o , le aconsejo á Y. q u i t a r l a , c o mo si el árbol acabase de ser p l a n t a d o , y esté Y . s e g u ro que el tronco echará m u c h a s r a m a s en el año sig u i e n t e . La esperiencia m e lo ha hecho conocer así.
Supongo que este árbol no sea atacado de g u s a n o s y
q u e las raices no estén d a ñ a d a s , p o r q u e en tal caso será menester hacerlo a r r a n c a r y poner otro en su l u g a r .
Si esta rama ha nacido á la mitad del t r o n c o , será
preciso cortar este por el lado donde nació esta nueva
r a m a , cortar la misma á t r e s ó cuatro ojos y ponerle
u n a estaca d u r a n t e el p r i m e r año s o l a m e n f e , á fin de
tenerlo derecho. R e c u e r d e V. que es preciso siempre
poner cera blanda ó b e t ú n sobre la cortadura que Y.
hace en el t r o n c o , como he d i c h o a n t e s .
2. Si el árbol ha echado dos r a m a s por u n m i s m o l a do , se cortará la p r i m e r a rama á tres ó c u a t r o o j o s ; y la
q u e esfá debajo se cortará del grueso de u n escudo , y
dará dos ramas de fruta.
i 20
Si la rama de debajo fuese mas gruesa que ta de a r r i b a , será preciso quitar la primera rama , y conservar la
s e g u n d a , que se cortaría á tres ó c u a t r o ojos y cortar
el tronco hasta el nacimiento de la rama conservada.
3 . P o r lo que toca á u n árbol que habrá echado m u chas r a m a s , de las cuales algunas estarán mal colocad a s , es menester reconocer las que convienen para el
a d o r n o del á r b o l , y cortar en tres ojos las que estén
torcidas de manera q u e formen la copa redonda. P e r o
para que estos ojos estén bien dirijidos ó e n c a m i n a d o s ,
es menester que crezcan por fuera del árbol, y n u n c a por
dentro , á escepcion de los mantecosos cuyo ramaje se
desvia demasiado cuando los ojos están por defuera ; y
por esto es m e n e s t e r o b s e r v a r , al c o r t a r l o , q u e los ojos
estén por d e n t r o del á r b o l , á fin de hacerle t o m a r u n a
figura bien r e d o n d a .
Con respecto á las r a m a s mal c o l o c a d a s , es m e n e s t e r
corlarlas del grosor de un escudo ó en d e c l i v e , y r e corlar las r a m a s p e q u e ñ i t a s .
EL
CURIOSO.
Lo que V. acaba de contestar á mis objeciones me
llena de satisfacción.
Pero si este árbol habría p r o d u c i d o al año siguiente
b u e n a s ramas d e s p u é s de esta primera corta ¿debería
observarse el m i s m o sistema de corta que la que V. m e
acaba de e s p l i c a r ?
EL
HORTELANO.
Si s e ñ o r , es m e n e s t e r seguir el mismo método y p r o curar siempre dar al árbol u n a bella figura, es decir,
conservar las ramas q u e son de fruta , recortar las i n ú t i l e s , cortar al espesor de u n escudo ó en declive las
que están mal colocadas para hacer nacer r a m a s de fruta , y sobre todo evitar la confusión entre ellas.
EL
CURIOSO.
Comprendo en parte lo q u e V. m e d i c e ; pero la c o r -
la en declive y la del de u n escudo, m e parece alguna c o sa de n u e v o , y lo cual no he olvidado todavía.
EL
HORTELANO.
La corta de espesor de u n escudo y la en declive
son de la invención de M . de la Q u i n t i n i e , y muy ú t i les para tener ramas de f r u t a , y sobre todo para darles
u n a b u e n a dirección. E s t o s cortes son perfectamente
i d e a d o s , tengo la e s p e r i e n c i a , y voy á dar á V. la r a z ó n .
Cortado el ramaje en declive ó al espesor de u n e s c u do , su jugo no halla mas ramas que llenar. ¿ Q u é hace ,
p u e s , e n t o n c e s ? Despunta casi siempre para dar u n a
ó dos r a m a s de fruta ; si no despunta , (lo que acontece
raramente) esta corta no daña de n i n g u n a m a n e r a al á r bol.
EL
CURIOSO.
Estoy muy contento de lo que V. m e acaba de decir
de esos nuevos cortes: merecen ser p u e s t o s en p r á c t i c a .
Volvamos á la corta ordinaria p a r a nuestro" nuevo
plantel. ¿ C u á n t a s cortas será m e n e s t e r q u e tengan m i s
árboles para que estén formados en espinal, y cómo es
menester corlarlos para mantenerlos de u n a figura agradable?
EL
HORTELANO.
E n los árboles plantados después de cuatro a ñ o s , es
menester suponer que t e n d r á n b u e n ramaje y r a m a s de
fruta de la tercera c o r t a , y así deberá examinarse el v i gor del árbol para cortar las r a m a s mas ó menos cortas;
es d e c i r , desde cuatro hasta nueve p u l g a d a s , dejando
el ojo m a s alto de cada rama de leña por fuera del árbol
para formar su redondez : le aconsejo á V . todavía p o ner u n aro de cubo atado con m i m b r e á tres ó cuatro
estacas ó palos para empalizar las r a m a s de leña al r e dedor de ese aro , y esto dará u n a bella figura al árbol.
P o r lo d e m á s , no se pare en el creciente ó m e n g u a n te de la luna para cortar sus árboles.
EL
CURIOSO.
V. me s o r p r e n d e con e s t o , pues he oido decir á a n t i guos h o r t e l a n o s que era menester siempre observar el
m e n g u a n t e de la luna para cortar los arboles vigorosos,
y el creciente para cortar los que dan poco r a m a j e , fondados en que la corta no era favorable para obtener
pronto fruto si no se hacia en m e n g u a n t e . Anadian
que lo que hace que algunos árboles tardan tanto tiempo en dar f r u t o , es p o r q u e han sido 6 planta-dos ó e n jertados en creciente ó en luna llena.
EL
HORTELANO.
La mayor parte de los antiguos hortelanos han estado
en este e r r o r , y hay algunos que lo están t o d a v í a ; p e ro la esperiencia me ha hecho conocer que ni u n o s ni
otros hablan a c e r t a d a m e n t e , p u e s q u e sin observar el
curso de la luna ni g u i a r m e por él he hecho siempre
mis operaciones con buen r e s u l t a d o ; de lo q u e cada
u n o puede hacer la esperiencia. Sin embargo , quiero
no ser creido por mí s o l o : M r . de la Quintinie tiene
m a s a u t o r i d a d que yo. Vea V. aquí copiadas sus p a l a bras :
« P r o t e s t o s i n c e r a m e n t e q u e d u r a n t e m a s de treinta
» años he tenido infinitas ocasiones para observar si toa d a s las lunas influían de algún m o d o en las h u e r t a s ,
»á On de seguir exactamente el u s o que hallase estab l e c i d o , si m e parecía b u e n o ; pero el fin de m i s l a r » gas y frecuentes observaciones ha sido q u e esos d i s » cursos son simplemente dichos viejos de algún os h o r » t é l a n o s poco inteligentes.
»
»
»
»
»
»
« H e p u e s seguido lo q u e era b u e n o y he r e p r o b a d o
lo que me ha parecido no s e r l o ; y el m e n g u a n t e ha sido de estos ú l t i m o s ; p o r q u e en efecto, en cualquier
tiempo de la l u n a , con tal que se haga con destreza y
con los enjertos correspondientes y sobre los objetos
que convienen á cada suerte d e fruto, se logrará el r c sultado.
123
o De la misma manera , sembrad toda suerte de s i » mientes 6 de plantas en cualquier cuarto de la luna
« q u e s e a , y os respondo del suceso igual de vuestras
» semillas y de vuestras p l a n t a s : el primer dia de la lu » na es tan bueno como el ú l t i m o . "
Vea V. aquí el dictamen de este a u t o r , que se puede
decir haber sido el mas hábil de n u e s t r o siglo.
EL
CURIOSO.
Después de testimonios tan a u t é n t i c o s , no creo que
hubiese hortelanos que quisiesen contrarestar la opinión de V.
Continuemos la manera de podar los á r b o l e s .
H e estado estos dias pasados en la h u e r t a de M . . . . ;
su hortelano decia que su método era q u i t a r la leña de
los árboles poco vigorosos, á fin de que el pie diese m a s
jugo y que subiesen vigorosamente r e c t o s ; y q u e los
árboles q u e brotaban m u y poco en leña los cortaba muy
c o r t o s , y a u n mas con membrillo que con franco..
EL
HORTELANO.
Este h o m b r e hablaba como hábil h o r t e l a n o , y todos
los que seguirán su máxima irán b i e n .
La razón p o r q u e se poda mas corto con membrillo
que con franco , es p o r q u e el membrillo echa m a s r a m a s de fruto que r a m a j e ; y el franco por el contrario
da mas ramaje q u e r a m a s de f r u t o , y por esto se poda
mas corto en los árboles enjertados con m e m b r i l l o , á
fin de tener buenas r a m a s de l e ñ a , y se corta m a s largo
con franco para tener mas r a m a s de f r u t o .
Si V. m e pregunta en qué consiste la poda c o r t a , le
diré q u e en cortar á dos ó t r e s ojos sobre la rama ó leña
que forma la figura del árbol de V . : esta operación se
hace por la m i s m a razón en los árboles poco vigorosos.
EL
CURIOSO.
¿ No hay alguna observación que hacer sobre las r a m a s de fruta con respecto á los árboles q u e son débiles
y poco vigorosos?
EL
HORTELANO.
Si s e ñ o r ; en los árboles débiles solo debe esperarse
fruto de las r a m a s g r u e s a s , y para fortalecerlas se r e cortarán todas las que son incapaces de llevarlo.
E L CURIOSO.
¿Cómo se gobierna V. en la corta de los árboles que
s o n v i g o r o s o s . e s d e c i r , que tienen u n a tan grande
a b u n d a n c i a de jugo , que no les hace brotar sino leña y
nada de fruto?
EL
HORTELANO.
La manera de cortar los árboles vigorosos y débiles es
d i f e r e n t e , como ya he i n d i c a d o .
E L CURIOSO.
¿ E n qué consiste la corta l a r g a ?
EL
HORTELANO.
Consiste en dar un corte de diez á doce pulgadas en
la rama de leña que ha salido desde la corta del año anterior, para que el árbol no brote leña y dé mas fruto.
EL
CURIOSO.
Pero después de este corte l a r g o , si este árbol no
brotase en f r u t o , ¿ q u é medio hay para hacérselo llevar?
EL
HORTELANO.
Si este es un árbol de 15 ó 20 años es m e n e s t e r cortarlo sobre la leña vieja, como lo p r a c t i q u é con las virgulaseis , y dieron tanto fruto , que daba gusto verlas.
Pero para un árbol viejo es m e n e s t e r ir á la primera
causa del v i g o r , y no pararse en la práctica de los a n t i guos hortelanos encaprichados en su vieja r u t i n a , que
es hacer u n a a b e r t u r a en el árbol al través del tronco y
colocar u n a clavija de m a d e r a de encina bien seca, c r e yendo que con esta precaución detendrán la a b u n d a n cia de la savia y hará brotar el árbol en fruto. Otros q u e
son de la misma opinión dicen que es m e n e s t e r r o m p e r
u n a de las raices y poner una piedra que hará el m i s m o
efecto que la clavija; en fin , hay otros que recurren al
m e n g u a n t e de la l u n a . Por mi p a r t e , sigo la práctica
del mas hábil h o m b r e de n u e s t r o s i g l o , M r . de la Q u i n t i n i e , que se ha visto obligado en semejante caso ( c o mo él mismo lo dice) á buscar el origen de la fuerza del
árbol, es decir, las r a i c e s , y recortar u n a ó dos de ellas,
y ha visto en seguida que este espediente era infalible
para hacer dar fruto á tales árboles.
H e hecho la m i s m a esperiencia en los meses de n o viembre y d i c i e m b r e en árboles viejos que estaban v i gorosos y solo b r o t a b a n r a m a j e , sin dar fruto; hice cort a r dos raices gruesas de algunos y tres á otros, y al año
siguiente dieron tan gran cantidad de fruto que q u e d é
sorprendido.
EI. c u m o s o .
Confieso á V. que este secreto me parece bien c o n cebido ; pero quisiera saber cómo se forman las yemas
de fruto en virtud de esta operación.
EL
HORTELANO.
M e es fácil dar á V . la razón, y es q u e por la d i m i n u ción de m u c h a s raices el árbol no tiene m a s que u n a
cantidad regular de s a v i a , la cual pone r e d o n d a s las
yemas de fruto , de suerte que las hace cuajar; lo que
no acontece cuando el jugo es demasiado a b u n d a n t e ,
p o r q u e se estiende demasiado en todas las yemas y las
hace m a s largas.
EL
CURIOSO.
La razón de V. m e parece j u s t a ; pero á fin de que
sepa todo lo que depende de esta operación, dígame V.
si corta las raices por la mitad ó cerca del grueso del árbol : esta pregunta me parece b a s t a n t e i m p o r t a n t e .
EL
HORTELANO.
Ks menester d e s c u b r i r t e d a s las raices del árbol para
ver las que son m a s g r u e s a s ; se recortan dos ó t r e s , alg u n a s veces c u a t r o , de u n lado ó de otro , según la r o bustez del á r b o l ; pero esto ha de ser siempre á tres é
cuatro pulgadas del cuerpo del árbol. H e c h o e s t o , h a s -
120
la poner lierra sobre las raices para que el árbol dé frulo infaliblemente.
E L CURIOSO.
P o n d r é en práctica todo lo que V. me dice.
P e r o si fuese u n árbol joven y r o b u s t o que no diese
f r u t o , ¿ cree V. que para hacérselo dar seria menester
recortarle sus raices, como se haria con los árboles viejos?
EL
HORTELANO.
Ha de cortarse muy. largo u n árbol joven y r o b u s t o
que no da yema de f r u t o , es d e c i r , á diez ó doce p u l gadas , y esla corta se debe hacer en el mes de marzo.
So dejan en este árbol las r a m a s de mala leña y las que
son i n ú t i l e s , á fin de recortarlas al año siguiente y q u e
absorvan entre tanto el j u g o , disponiendo así el árbol
para tener savia bastante tan solo para echar r a m a s de
fruto.
E L CURIOSO.
Eso m e parece bueno para los árboles r o b u s t o s ; p e ro si u n árbol estuviese marchito , ¿ q u é remedio será
menester hacer para volverle á dar vigor?
EL
HORTELANO.
Como m i intención es hablar á V. de la e n f e r m e dad de los á r b o l e s , diré á V. entonces cuáles son los
remedios que convienen hacer á los que van desfalleciendo.
EL CURIOSO.
P u e s b i e n ; dígame V. ahora de cierto corte con ganzúa al estilo de los v i ñ a d o r e s , que el hortelano de M
m e ha dicho ser necesario alguna vez para llenar el v a cío que desfigura u n árbol en espinal.
EL
HORTELANO.
Esta ha sido u n a invención muy b u e n a , y la debemos
á M r . de la Q u i n t i n i e que es el a u t o r . E s t e corte se
debe hacer sobre u n a rama gruesa de leña á tres ó c u a tro pulgadas de largo , y saldrán r a m a s de leña bien c o -
l o c a d a s , lo que he esperimentado en u n árbol en e s p i nal que tenia u n vacío que le desfiguraba; salió b i e n ,
tuve u n a rama de leña que lo llenó, y por ese medio fué
restablecida la redondez del árbol.
EL
CURIOSO.
Los efectos de esta corta son dignos de observación,
lo mismo que los de la corta en d e c l i v e , y por lo m i s mo debo hacer á V. u n a p r e g u n t a de si se debe cortar
desde el primer año u n árbol en espinal q u e hubiese
brotado nuevas r a m a s .
EL
HORTELANO.
Voy á satisfacer á V . , y p a r a ello le diré que no es
menester cortar el árbol de que V. m e habla hasta que
aparezcan botones de f r u t o ; sin embargo se han de
apretar desde el p r i m e r año los estremos de cada rama
de leña, á fin de tener por esta operación ramas de fruto , y q u i t a r todas las r a m a s i n ú t i l e s , que c h u p a r í a n la
savia sin provecho.
De este medio se valen los hortelanos inteligentes para que u n árbol dé fruto al cabo de tres a ñ o s ; y si al
contrario se cortase desde el primer año , no brotaría
sino en leña , y de ninguna m a n e r a en fruto ; de suerte
que estaría á lo menos cinco ó seis años sin d a r l o ; y así
aconsejo á V . seguir este m é t o d o .
EL
CURIOSO.
.
Lo que V . acaba de decirme m e parece nuevo y lo
observaré exactamente. H a b l e m o s ahora de la corta de
los a l b é r c h i g o s , albaricoqueros y c i r u e l o s , pues n e c e sito instrucciones sobre este particular.
128
CAPÍTULO IV.
De. la corla de los albérchigos,
ruelos.
TA,
albarieoqueros
y ci-
HORTELANO.
Todo lo que lie dicho á V. tocante á la corta de los
Arboles en e s p i n a l , conviene á la de los árboles en e s p a l d a r , con la diferencia en la figura de abanico que
se debe dar á e s t o s , y á cuyo efecto ha de atenderse á
las seis observaciones siguientes.
La primera es hacer desprender del enrejado todas
las r a m a s del á r b o l , quitar el ramaje m u e r t o y las r a mas i n ú t i l e s , dejando solo las que p u e d a n dar leña y
fruir). Se distinguen fácilmente las r a m a s de fruto por
los botones ó yemas que son d o b l e s , de las r a m a s de
leña que no tienen b o t o n e s .
La s e g u n d a , corlar las r a m a s de leña á cuatro ó c i n co o j o s , según la r o b u s t e z del á r b o l , dejar todas las r a mas de fruto , y dejar solo de este (cuando está cuajado)
la cantidad que p u e d a n u t r i r el árbol.
La tercera , dejar en la primera poda las r a m a s de fruto de un largo r e g u l a r , acortándolas en la segunda del
mismo a ñ o , c u a n d o no parecen bastante gruesas para
n u t r i r su fruto.
La c u a r t a , c u a n d o un albérchigo no tiene ramas de
leña por u n lado , y solo hay r a m a s de fruto , se podarán
cortas las r a m a s m a s gruesas de fruto , á fin de que al
dar este dejen u n m e d i o leño : este es el medio de evitar el vacío , que es el mayor defecto de un espaldar.
La q u i n t a , c u a n d o se vé en un albérchigo u n c h u p ó n ,
y no hay cerca de él buenas ramas de leña , es menester
conservar aquel para corlarlo á diez ó doce pulgadas de
l a r g o , á fin de que llene el vacío de este á r b o l , y será
129
s i e m p r e bueno dejar u n a p e q u e ñ a ram a al estrem o de
esta c o r t a , para еще atraiga la savia y dé b u e n a s r a m a s
de leña y de fruto : así m e lo ha enseñado la espericneia.
La s e x t a , luego q u e u n albérchigo no p r o d u c e r a m a s
de leña en las tierras ligeras se a r r a n c a r á c u a n d o se h a ­
ya cojido su fruto , á m enos que haya brotado vigorosa­
m e n t e r a m a s por el p i é , que puedan suplir la falla de
las o t r a s , que e n t o n c e s será m enester cortar l a r g o , es
d e c i r , á un pie c u m p l i d o .
Todo lo que he dicho tocante á la corta de los a l b é r ­
c h i g o s , se debe observar para la de los a l b a r i c o q u e r o s :
el ciruelo debe ser cortado largo.
El t i e m p o propio para cortar los albérchigos y los a l ­
baricoqueros e s a m ediados de m arzo; los ciruelos desde
el m es de febrero : esla es m i opinión.
En las tierras f r a n c a s , los albérchigos que no b r o t a n
mas ram as de l e ñ a , no deben ser a r r a n c a d o s , pero es
menester rebajarlos á ocho ó diez pulgadas del t r o n c o en
el m es de noviem bre ó de d i c i e m b r e : he visto algunos
q u e han dado m u c h o s renuevos b u e n o s , y q u e han reju­
venecido después de esta operación. Sucede lo m ism o
con los albaricoqueros y los ciruelos: y sé por e s p e r i e n ­
cia que estas dos ú l t i m a s especies de frutas dan infali­
blemente nuevos vastagos en las tierras ligeras com o en
las f r a n c a s , á m e n o s q u e los árboles no tengan alguna
enfermedad en las raices ó en el t r o n c o .
EL c u n i o s o .
Las observaciones de V. m e parecen b u e n a s y útiles.
Pero dígam e V. la razón p o r q u é recom ienda cortar á
cuatro ó cinco ojos los árboles jóvenes.
EL
HORTELANO.
A fin de que den otras r a m a s de leña y de fruto en
cantidad para el año s i g u i e n t e : p o r q u e las r a ma s de fru­
to del albérchigo no producen tantas veces com o las de
los p e r a l e s , y perecen d e s p u é s de haberlo dado ; y aun
antes de llevar su fruto por las heladas, los vientos fuer­
9
1 no
tes y las n i e b l a s , y en tal caso , es menester quitarlos
lodos luego que se observen m u e r t o s .
Debe notarse que hecha la corta de los albérchigos
estos están en flor poco tiempo d e s p u é s , y entonces es
menester c u b r i r l o s , á fin de precaverlos de las heladas
p o s t e r i o r e s , si se quiere tener fruto ; á cuyo fin se e m plean ¡¡or lo regular esteras de paja puestas delante de
los árboles. Mi método es cubrirlos ligeramente con vainas de guisantes que tienen largas a n u d a c i o n e s , las cuales se introducen en el enrejado para hacerlas t e n e r , de
manera que permanezcan hasta que los albérchigos sean
gordos como el estremo del dedo p e q u e ñ o ; este es el
medio de tener u n a grande cantidad de fruto, y lo sé por
espcriencia. Lo q u e acabo de decir para los albérchigos,
se debe entender también para los albaricoqueros y los
ciruelos que están en espaldar.
1
EL
CUHIOSO.
A p r u e b o mucho el método de Y . , y no m e queda n i n guna duda sobre la primera corta de los albérchigos en
espaldar. V e n g a m o s ahora á lo que es menester hacer
para la segunda corta.
/
C A P Í T U L O V.
De la segunda corla de les albérchigos en espaldar,
tiempo en qv.s se debe hacer.
EL
y del
HORTELANO.
P a r a lograr bien la segunda corta de los albérchigos,
e s menester observar cinco cosas.
1. Empezarla d e s p u é s de mediados de mayo basta
m i t a d de j u n i o .
2 . R e c o r t a r solo las ramas do fruto, s u p o n i e n d o que
haya n e c e s i d a d , como también las que están medio s e c a s : por esta rebaja las b u e n a s r a m a s de fruto tomarán
a
a
Dlíls vigor.
3 . Es menester descargar las ramas de frulo c u a n d o
se prevea que no bastarán para n u t r i r el á r b o l , y cortar
t a m b i é n las que no habrán cuajado.
4 . Cuando u n albérchigo tiene m u c h a s r a m a s f r u c tíferas y pocas de l e ñ a , es m e n e s t e r cortar las mas
gruesas r a m a s de fruto lo m i s m o que u n a rama de leña;
y esto en favor del á r b o l , para que sea bueno en el año
siguiente.
Sí." Se recortarán las r a m a s gomosas debajo de la g o ma , y se quitará todo lo q u e es seco ó m a r c h i t o .
a
a
E L CURIOSO.
Comprendo la necesidad de esta segunda corla que
es causa de que la savia no n u t r a i n ú t i l m e n t e . V. me ha
ofrecido hablarme sobre la operación de pizcar l o s a l bérchigos, y decirme cuál es su utilidad : y añada V. si
gusta , alguna cosa tocante al d e s m o c h e .
CAPÍTULO VI.
fiel pizcamiento de los albérchigos, albaricnquems
rales r. higueras , y del desmoche.
EL
, pe-
HORTELANO.
La operación de pizcar los albérchigos es una manera
de corte que se hace sobre u n vastago tierno y nuevo de
tres ó cuatro yemas con las u ñ a s , con lo que se evita el
pasage demasiado fuerte de la savia y el escesivo vigor.
Esto se hace q u e b r a n d o las yemas y dando m u c h a s r a m a s , de lo que tengo la esperiencia.
EL
CURIOSO.
¿ E s t e pizcamiento es pues para evitar las r a m a s
que quieren hacerse c h u p o n a s ?
EL
HORTELANO.
Si s e ñ o r , y por esta razón M . de la Q u i n t i n i e la ha
puesto el primero en u s o ; porque estas s u e r t e s de r a -
132
mas se liarían demasiado gruesasy muy altas y no b r o tarían sino en leña , en lugar que p r o d u c e n , por medio
d é o s l a o p e r a c i ó n , m u c h a s pequeñas r a m a s inferiores
que serán b u e n a s para f r u t o , y otras de leña propias
para guarnecer el árbol.
E L CURIOSO.
¿ E n qué tiempo pizca V. los albérchigos?
EL
HORTELANO.
Este pizcamiento se debe hacer en mayo y en j u n i o :
si se hace m a s tarde no producirá el mismo efecto. L a
razón es que las ramas que se pizcarían mas tarde no
darían debajo de ellas sino r a m a s andrajosas é i n f r u c tuosas para el año s i g u i e n t e ; p o r q u e la savia está e n tonces o c u p a d a en fortalecer no s o l a m e n t e las r a m a s de
lena , sino a u n las de fruto q u e h a n salido de la p r i m e ra corta del a ñ o , y asimismo en n u t r i r el fruto que está
en el árbol. Y así todas las r a m a s que saldrán de las
que habrán sido pizcadas muy tarde serán andrajosas é
inútiles.
Lo que acabo de decir á Y. tocante á los albérchigos
so debe t a m b i é n entender de los albaricoqueros, h i g u e r a s , perales y de los vastagos de los árboles viejos que
han sido enjertados en corona. A l g u n o s no a p r u e b a n el
pizcar los a l b é r c h i g o s , pero yo d u d o que lo hayan j a más puesto bien en p r á c t i c a .
E L CURIOSO.
Lo que V. acaba de decirme del pizcamiento me
parece muy ú t i l : V. tiene a u n q u e hablarme del d e s moche.
EL
HORTELANO.
El desmoche de los árboles consiste en q u i t a r las r a m a s inútiles y todas las q u e hacen u n a cierta confusión,
á fin de que las r a m a s b u e n a s de leña y de fruto se fortalezcan y conserven para la h e r m o s u r a del árbol.
El desmoche de los albérchigos y de los albaricoqueros
se bace d u r a n t e los meses de mayo p de junio , y el de
133
!os perales en abril y mayo : esta operación se hace con
la p o d a d e r a .
Cuando se haga el desmoche de los a l b é r c h i g o s , se
quitará el esceso de fruto que haya en las r a m a s , á fin
de que los que se dejen sean m a s gruesos y mejor n u tridos.
EL
CURIOSO.
P u e s que V. ha empezado á hablar de aligerar de fruto los a l b é r c h i g o s , suplico á V . m e instruya sobre la
m a n e r a de hacerlo con otros árboles.
CAPÍTULO VII.
üe la manera
de gobernar los árboles con fruto para que
resulte este de buena
calidad.
EL
HORTELANO.
El método para tener h e r m o s a s y b u e n a s f r u t a s , es
descargar el árbol de ellas en cantidad conveniente. H a blo d é l o s de otoño y de invierno ; p o r q u e para los de
estío el ardor del sol los n u t r e perfectamente y así no
hay necesidad de quitarlos , á escepcion de los a l b a r i c o q u e s , los cuales se p u e d e n vender para confitar cuando se cojen t e m p r a n o .
E L CURIOSO.
¿ E n q u é t i e m p o alijera V . de fruto los árboles?
EL
HORTELANO.
El t i e m p o m a s propio es el m e s de mayo para los a l baricoques y a l b é r c h i g o s , y los meses de j u n i o y de julio
para las frutas de otoño y de invierno , p o r q u e por e n tonces se p u e d e n c o n o c e r y escojer los mejores y mas
b o n i t o s . Sobre todo es m e n e s t e r cortar los que estén
roídos de los gusanos ó que tengan estos insectos.
E L CURIOSO.
¿ E s menester dejar m u c h a s peras en cada racimo?
EL
HORTELANO.
No s e ñ o r ; se eslima mas una ó dos b u e n a s peras que
m u c h a s p e q u e ñ a s : si se ve pues en un racimo una 6
dos buenas peras cois otras p e q u e ñ a s , es menester corlar con tijeras las pequeñas por el pezón , para no dar
aire al jugo , lo que baria ¡alterar las otras frutas é i m pediría su grosor y su n u t r i c i ó n .
EL
CURIOSO.
V. sabe que hay peras que se conservan apenas en
los árboles y el menor viento las derriba, has virgulos a i , por e j e m p l o , están muy sujetas á este a c c i d e n t e ,
y m a s í a s gruesas que las p e q u e ñ a s , por lo q u e . q u i tando todas las p e q u e ñ a s , es fácil que el árbol quede
sin fruta.
EL
HORTELANO.
V". me pregunta ahora lo que le quería decir ya. No
hay regla sin escepcion.
Para esta especie de peras es menester dejar las p e queñas , á fin de ño estar privado e n t e r a m e n t e ; pero el
mejor'consejo que puedo dar á V. es que ponga muy pocas en espinal y m u c h a s en espaldar.
EL
CURIOSO.
Seguiré el consejo de V . , y volvamos á los a l b é r c h i gos. ¿ E s menester quitar de una r a m a que tenga m u chos albérchigos, los que son m a s p e q u e ñ o s , y si se dejasen no llegarían á s a z ó n ?
EL
HORTELANO.
Siempre es preciso q u i t a r l o s , p o r q u e de lo contrario
acontecería que la carne de estas frutas seria áspera y
pastosa y su gusto agrio y amargo : la esperienciá m e lo
lia hecho conocer así. No le digo á V. esto solamente
por los a l b é r c h i g o s , sino también por toda clase de
frutas. Si V. q u i e r e tenerlas de toda satisfacción, no
p e r m i t a V. que dejen en los árboles las que están d e masiado a p r e t a d a s , p o r q u e no llegando á ellas el aire y
el s o l , se p u d r i r á n .
135
No debe descuidarse tampoco el visitar lodos los p e rales de buen cristiano en los meses de abril y de m a y o ,
y ver si hay algunas p e q u e ñ a s orugas negras que suelen
roer las peras y las ponen c o r c o b a d a s , y limpiarlas b a tiéndolas muy íx m e n u d o
EL
CURIOSO.
Concibo la necesidad de hacer este registro en los
perales del buen cristiano; pero dígame Y. de dónde
proviene q u e , dejando u n esceso de albérchigos en u n
á r b o l , se hacen de tan mal gusto como Y. acaba de d e c i r m e ; pues no creo que sea esto por falla de savia, que
ya se necesita en a b u n d a n c i a para que las r a m a s de este m i s m o árbol p u e d a n crecer en grosor. Confieso á V.
que no veo cuál pueda ser la razón.
EL
HORTELANO.
E s fácil conocer la causa, y V . convendrá en ella l u e go que haré observar á V. que el calor del sol es el principio q u e pone en movimiento la savia y que la hace
obrar de dos m a n e r a s diferentes.
1 . Al principio el sol sutiliza u n a p a r t e de este jugo
que es quien da la nutrición al fruto hasta su perfecta'
sazón. 2 . La otra parte del j u g o , que es á la verdad
m a s a b u n d a n t e , pero al mismo tiempo m a s material ú
ordinario , recibe s i m p l e m e n t e del sol u n a calidad conveniente para engrosar y fortalecer las r a m a s leñosas.
Bajo este s u p u e s t o incontestable , digo que lo mas
sutil del jugo que sirvo para n u t r i r el fruto, siendo m e nos a b u n d a n t e que el restante q u e alimenta las r a m a s
l e ñ o s a s , se sigue que dejando u n esceso de albérchigos
en u n mismo árbol , no podrán recibir t a n t a savia, s u tilizada como necesitan para su n u t r i c i ó n ; y por una
consecuencia s e g u i d a , los albérchigos no s o l a m e n t e resultarán m e n o s gruesos, sino t a m b i é n de u n gusto m a lísimo. H e hecho sobre esto el siguiente esperimenlo.tenia un árbol q u e daba o r d i n a r i a m e n t e albérchigos
m u y gruesos y de u n gusto escelenic. Hallándose un
a
a
130
año caigado de una muy grande cantidad de e l l o s , p r o bé no quitarle n i n g u n o para ver si serian igualmente
b u e n o s ; pero resultó la carne tan áspera y pastosa , y
su g u s t o tan agrio y amargo , que tuve que desecharlos
t o d o s . Al año siguiente el árbol cargó otra vez en a b u n d a n c i a ; pero lo descargué de una cantidad r a z o n a b l e ,
y tuve albérchigos tan gruesos y de tan escelente g u s t o
como lo habian sido en los años p a s a d o s .
E L CURIOSO.
E n esta materia es muy b u e n a maestra la esperiencia,
y no se debe dudar en seguir la práctica que V. p r e s c r i b e ; pero p r e g u n t o a h o r a : ¿ e s necesario descubrir
en cierto t i e m p o las frutas que están en los árboles,
t a n t o en e s p i n a l , como en e s p a l d a r ?
EL
HORTELANO.
Sí s e ñ o r ; si V. quiere q u e sus frutas tengan u n b u e n
c o l o r , y que adelanten en s a z ó n , sin esceptuar el a l bérchigo magdalena blanca, que toma u n muy b u e n
color e n c a r n a d o , como m e l o b a enseñado la e s p e r i e n cia. Solo la perita precoz blanca no toma n a d a , y el
blanco de Andilly toma muy poco ; los d e m á s , c u a n d o
se tiene cuidado de descubrirlos t e m p r a n o , son muy
bonitos y buenos.
T e n e m o s t a m b i é n ciertas peras cuyo colorido es agradable cuando se quitan las h o j a s , como la mantecosa
encarnada , el buen cristiano de invierno. Los moscateles y albillas será b u e n o d e s c u b r i r l o s , á fin de que t o men el color de á m b a r y que el gusto sea mas fino.
E L CURIOSO.
Continúe V. diciéndome el tiempo en que deben d e s cubrirse las frutas y la m a n e r a d e hacerlo , á fin de q u e
tomen un b u e n color.
EL
HORTELANO.
Según tengo e s p e r i m e n t a d o , se p u e d e empezar á fines de j u n i o á q u i t a r con u n a s tijeras las hojas, que e s tán sobre las frutas , lo que se practicará en lo sucesi-
137
v o , sobre todo cuando se ve que están cerca de su g r o s o r , p o r q u e entonces se han de q u i t a r todas las hojas
que están al r e d e d o r , á fin de q u e les t o q u e el rocío de
la n o c h e , la lluvia y los rayos del sol.
Algunos autores han dicho que p a r a darlas m a s c o lor era necesario tener geringas hechas á propósito, cuya bola tiene la forma de r e g a d e r a , con las cuales se las
riega ó geringa dos ó tres veces al dia d u r a n t e el gran
calor del sol. Convengo con ellos que estos riegos s i r ven siempre para dar color á la fruta ; pero me p e r m i tirán que les diga que este uso frecuente disminuirá
su c a l i d a d , particularmente en los a l b é r c h i g o s , cuyo
pellejo es muy fino, p o r q u e el agua de estos riegos los
penetra fácilmente y hace m a s desabrido su g u s t o .
EL
CURIOSO.
La advertencia que V . ha hecho sobre los riegos de
las frutas es digna de o b s e r v a r , y m e atendré á ella en
la práctica.
Quisiera ahora saber conocer el t i e m p o do la sazón
d e las frutas , y en el que se han de coger.
CAPÍTULO V I I I .
De la sazón de las frutas y del tiempo de
EL
cojerlas.
HORTELANO.
El conocimiento de la sazón de las frutas depende masde la práctica q u e de la teórica; sin embargo c o m u n i c a ré á V. lo que sé sobre este p a r t i c u l a r .
Todas las frutas de verano nunca son tan b u e n a s c o mo cuando caen por sí m i s m a s del á r b o l , escepto las
p e r a s , que se m a r c h i t a r í a n ; así es preciso cojerlas u n
poco antes de su sazón para q u e sean b u e n a s .
Las peras de o t o ñ o , como la mantecosa , moja-boca,
azucarada verde, e t c . , y las de invierno disolventes,
138
a u n q u e se desprenden fácilmente del árbol, no son b u e nas p a r a comer hasta q u e su fermentación las haya m a d u r a d o , por lo que se depositan en la frutería. El tacto
da u n j u s t o conocimiento de la sazón de las peras d i solventes , de los albérchigos , albaricoques, higos, etc.,
tanteándolos suavemente con el dedo pulgar, y si la fruta cede á la acción de este , es seguro q u e está m a d u r a .
Pero si la fruta es firme como las peras de buen cristiano,
almizclada , la señor Juan , y otras de esta calidad , el
gusto es quien decide y no otra p r u e b a .
EL
CURIOSO.
Uno de m i s a m i g o s m e dijo en estos dias pasados que
para comer la pavía de Pamplona , los albérchigos violeta-temprano
y tardío en su perfecta sazón , era m e nester dejarlos m a d u r a r en el árbol hasta que c a y e ran por sí m i s m a s . Quisiera saber si es esta la opinión
de V.
EL
HORTELANO.
F n verdad que para juzgar de la sazón de estas frutas,
es menester observar lo que el amigo de V. le ha dicho,
y serán de u n gusto mas azucarado y vinoso , pues lo he
e s p e r i m e n t a d o . P e r o hay que tomar u n a precaución de
la cual su amigo puede ser no le habrá h a b l a d o , y que
es muy necesaria : y es hacer poner paja al pié de los á r boles enanos en espaldar , del espesor de u n pie , para
que c u a n d o la fruta se desprenda por sí misma , no se
dañe en la caida; y si en este espaldar hay árboles de alto tronco , le aconsejo á V. tener esteras de paja hechas
á propósito de la a n c h u r a de u n pie y medio y del largo del árbol. E s t a s esteras tendrán un realce en la parte
delantera de u n o s cuatro dedos de a l t o , y lo mismo á
los dos e s t r e ñ i o s , para impedir que la fruta caiga en
tierra , y se atarán con cuerdas por los estremos colgadas del e n r e j a d o , y se conseguirá q u e ' no se magullen
las frutas de los árboles de alto t r o n c o , lo mismo que las
de los árboles enanos.
139
Se podrá proceder del mismo modo con las peras de
buen cristiano de i n v i e r n o , cerca de quince dias antes
de cojerlas , á fin de q u e si hay algunas q u e caigan del
árbol no se casquen con la caida.
E L CURIOSO.
Continúe V. indicándome el tiempo en que se deben
coger las frutas de otoño y de invierno.
EL
HORTELANO.
Importa m u c h o saber en que tiempo se cogen las p e ras de otoño y de invierno.
L a s frutas m a d u r a n mas p r o n t o en una tierra ligera y
cálida, que en la fria y h ú m e d a . Bajo este supuesto , V.
observará si d u r a n t e el año , los meses de abril y de m a yo son apacibles : si lo son debe juzgar V. que las frutas
m a d u r a r á n mas t e m p r a n o . Si el año es cálido ó seco en
los meses de agosto y s e t i e m b r e , en las tierras ligeras se
cogerán las peras de otoño hacia el doce ó quince de
setiembre y las peras de invierno el doce ó quince de
o c t u b r e , escepto las de buen cristiano de invierno que
deben ser cogidas cerca de u n a semana mas tarde para
que se perfeccionen en sazón.
La.- manzanas deben ser también comprendidas en el
n ú m e r o de las frutas de i n v i e r n o , y se deben coger h a cia el 12 ó l o de Octubre. P e r o si estos dos últimos m e ses son frios y h ú m e d o s , como hemos visto en algunos
años p a s a d o s , en que las estaciones estaban desarregladas , será menester en tal caso coger las peras m a s l a r de , es decir las de otoño á fines de s e t i e m b r e , y las de.
invierno en n o v i e m b r e , y lo mismo las m a n z a n a s . En las
tierras que son frias y h ú m e d a s s e cogerán las frutas diez
dias poco mas ó m e n o s d e s p u é s de la época q u e he s e ñalado para las tierras ligeras.
Es menester escojer u n dia b u e n o y seco para coger
la f r u t a , á fin de que se conserve m e j o r , y hacerlo con
cuidado , de suerte que todas las peras tengan su pezón;
colocándolas poco á poco en la cesta para ponerlas en
seguida en los estantes u n a s después de o t r a s .
EL c u i u o s o .
Concibo que es importa nte hacer lo que V. me encarga , si se quiere obtener b u e n a s f r u t a s ; pero quisiera
saber ahora de que m a n e r a han de cuidarse en la f r u tería.
CAPÍTULO IX.
he la manera de conservar
EL
las frutas en la
frutería.
HORTELANO.
La manera de conservar las frutas es de tal consecuencia que merece una atención muy p a r t i c u l a r ; por ejemp l o , los albérchigos son sin comparación mejores cojidos tres ó cuatro dias antes de comerlos. Han de ponerse en la frutería encima de hojas de agraces bien secas,
su situación debe ser rectos sobre su pezón para evitar
que se d a ñ e n , lo que no dejaría de suceder si s e p o n i a n
de costado. Se rejistrarán todos los d i a s , á fin de comer
p r i m e r o los mas m a d u r o s .
Para comer los higos en su verdadera sazón , es necesario coger (pero nunca en la fuerza del sol) los que tienen en la yema u n a como gota de a l m í b a r , se colocarán en seguida echados de costado en u n a cesta g u a r n e cida de h o j a s , y se llevarán á la frutería donde se dejar á n toda la n o c h e , y al dia siguiente se hallarán de u n
gusto esquisito. Cuando se quiera sacarlos á la m e s a ,
ha de ser sin m u d a r l o s de s i t u a c i ó n .
Los albaricoques y las ciruelas están bien en c u a l quiera situación que se pongan en las e e s t a s ; pero p a ra comer los primeros y que tengan un gusto m a s e s quisito que c u a n d o se c o j e n , es preciso dejarlos u n dia
ó dos sobre los estantes de la frutería antes de servirlos
141
en la m e s a : los que se h a n criado á todo viento tienen
siempre u n gusto mas vinoso y almizclado que los que
están en espaldar.
Si V. quiere conservar las ciruelas bien l u s t r o s a s , se
ponen al cogerlas en una cesta cubiertas con hojas de
o r t i g a s , donde se dejan sin trastearlas hasta que se hayan de c o m e r , para q u e se m a n t e n g a n vistosas.
Aconsejo á V. que haga poner las cestas en su f r u t e ría un dia ó dos para que las ciruelas se refresquen , y
serán mejores que las que se cogerán d u r a n t e el gran
calor del dia para comerlas luego.
E s t a n d o recogidas las u v a s , para conservarlas bien se
pondrán en u n sitio seco donde no hiele nada ; e s t a rán bien sobre paja ; pera se conservarán mejor e s t a n do colgadas al a i r e .
EL
CURIOSO.
Estoy muy satisfecho de lo q u e V. acaba de decirme
tocante á las frutas de estío. H a b l e m o s ahora de las de
i n v i e r n o , y enséñeme V. el modo de conservarlas en la
frutería, y si en u n buen dia de invierno y que no h i e le nada , habrá algún riesgo en esponcrlas al aire .
El.
HORTELANO.
El medio de conservar las frutas de invierno basta
el t i e m p o que deben d u r a r , es no dejar entrar aire de
afuera en su frutería , porque corrompería el aire t e m plado que está d e n t r o , y causaría un daño considerable
en las f r u t a s ; por e s o , bien cerradas las v e n t a n a s , es
menester no abrirlas m i e n t r a s que habrá todavía fruta,
a u n q u e sea en la misma p r i m a v e r a .
EL
CURIOSO.
No creo que haya motivo de temer que la befada p u e da dañar las frutas en la primavera. P o r ejemplo á las
peras del buen cristiano de invierno y las m a n z a n a s reinetas , si se permite que u n buen sol les t o q u e después
de medio d i a . ¿. podrán sufrir daño de la helada ?
EL
HORTELANO.
No sin razón he dicho á V. que no deben abrirse las
ventanas de su frutería mientras haya frutas, porque es
cierto que dándolas el aire perderán de su calidad. Las
del buen c r i s t i a n ó s e volverán n e g r a s , las m a n z a n a s
se volverán m a r c h i t a s y a r r u g a d a s , y las frutas de V. no
serán agradables ni á la vista ni al g u s t o .
EL
CURIOSO.
¿No hay todavía otras precauciones que tomar para
conservar los frutos?
EL
HORTELANO.
Sí señor. Cuando se ve que la helada es viólenla , no
se crea que ne p u e d a helar en la frutería , a u n q u e se
hayan lomado todas las precauciones que he señalado;
es menester a d e m á s , para estar bien s e g u r o , poner
pucheritos de barro llenos de agua , que servirán para
conocer si hiela ó no , y por poco que el agua esté helada al dia siguiente , es menester cubrir las frutas con
una manta.
P o r lo d e m á s , es menester no dejar de poner en su
frutería m u c h a s r a t o n e r a s , que servirán de t r a m p a s á
los ratones que dañan las frutas.
EL CURIOSO.
Aprovecharé todos los b u e n o s consejos de V . ; m a s
sírvase decirme la razón p o r q u é las frutas del año 1711
no se conservaron en la frutería.
EL
HORTELANO.
Creo que la causa no podía provenir sino de que á las
frutas les faltó calor en el dicho año , y si V. paró algo
de atención en el tiempo que hizo d u r a n t e el verano,
pudo observar que solo hizo u n calor muy moderado.
Mas como el gran calor del sol es lo que perfecciona
las f r u t a s , absorviendo la demasiada h u m e d a d que t i e nen dentro , aconteció que las frutas , nó habiendo r e cibido en 1711 sino u n calor muy m o d e r a d o , y h a b i e n do cnn?er\ado demasiada h u m e d a d , la fermentación se
143
hizo mas pronto de lo r e g u l a r , lo que precipitó la s a zón , de s u e r t e que fué casi imposible guardarlas.
E L CURIOSO.
El razonamiento de V. me parece j u s t o , y quedo satisfecho completamente en todas las p r e g u n t a s que le
hago. Ahora pues dígame V. cuál es el método de c o r tar la v i ñ a , y si esta corta es absolutamente necesaria.
CAPÍTULO X .
De la poda de la
EL
viña.
HORTELANO.
Nada m a s fácil ni m a s preciso que podar la viña, porque si no se cortase , su fruto no tendría' la calidad de
aquel cuya cepa había sufrido la corta á su t i e m p o , y
la viña perecería infaliblemente.
La corta ó poda de las cepas de viña se hace en el m e s
de marzo , a u n q u e haya autores que sean de opinión de
hacerla en febrero, y a u n m a s p r o n t o .
Para hacer bien esta corta es menester observar c i n co cosas.
La primera que se ha de cortar toda la leña m u e r t a y
todas las r a m a s inútiles.
La segunda que han de cortarse á cuatro yemas las
r a m a s mas gruesas y las mejor colocadas, y á dos yemas
las de abajo que llamamos s a r m i e n t o s .
La tercera que cuando se corta se ha de tener la p r e caución de dejar u n buen dedo de leña sobre la yema
del alto de la r a m a cortada.
La cuarta que la corta sea hecha en declive del otro
lado de la yema , para no dañarla , p o r q u e está en savia
la viña y gotea m u c h o ; si el declive estuviera del lado
de la yema , se ahogaría por la a b u n d a n c i a del líquido
que saldría de la parte de la roma cortada,
VA
La quinta que se lia de despampanar la viña y ligarla
á su t i e m p o , que es en mayo, junio y julio, á fin de que
el fruto crezca y m a d u r e hasta su entera sazón.
E L CURIOSO.
He reparado que me dice V. en la segunda observación que se ha de cortar á dos yemas la rama de e n c i ma de la que se ha cortado á cuatro y e m a s : de lo que
quisiera saber la razón.
EL
HORTELANO.
No es difícil hacérsela á V. palpable. Esta rama c o r tada á dos y e m a s , y que nosotros llamamos sarmiento,
promete así dar dos buenas r a m a s , sobre las que se
cortará el año s i g u i e n t e , á ün de que en el tiempo en
que se recorta ia rama q u e ba sido cortada á cuatro y e m a s el año a n t e r i o r , lo mismo que todas las que ella
habia dado de esta corta q u e , según el uso ordinario,
debe haber dado u n a por cada yema ; y si V. quiere saber la m a n e r a de cortar las dos ramas que ha dado el
sarmiento , es como s i g u e : la m a s alta de las dos se
cortará á cuatro y e m a s , y la m a s baja á dos y e m a s , p a ra servir de s a r m i e n t o .
E L CURIOSO.
Concibo bien lo q u e V. acaba de esplicarme; pero
p e r m í t a m e V. que le haga dos p r e g u n t a s sobre este
sarmiento.
1. S u p o n i e n d o que no diese mas que una r a m a ,
¿ q u é seria menester hacer en semejante caso?
2 . Si este s a r m i e n t o no ha dado ninguna rama ¿ s o bre cuál haré mi corla ?
EL
HORTELANO.
E s fácil contestar á V. Supongamos en primer lugar
que este sarmiento no ha dado m a s que una sola rama,
lo que á la verdad acontece alguna vez: entonces se
corta esta rama en s a r m i e n t o , es d e c i r , á dos yemas,
y V. corlará á cuatro yemas la rama m a s baja entre las
145
q u e habrán nacido de la corta del año p r e c e d e n t e , c o r tando todas las d e m á s .
E n segundo l u g a r , V- s u p o n e q u e el sarmiento del
cual a g u a r d a b a V. tener dos r a m a s , no le ha dado á V.
n i n g u n a : será m e n e s t e r en tal caso r e c u r r i r á la rama
cortada el año a n t e r i o r , que p u e d e haberlas dado hasta
c u a t r o , como le he dicho á V . , y por entonces V . p i llará las dos que son las m a s b a j a s , cortará la m a s alta
á cuatro y e m a s , y de la mas baja hará V. u n s a r m i e n t o .
Este es mi método , y creo que es t a m b i é n el de los a u tores que han hablado mejor sobre la m a t e r i a .
EL
CURIOSO.
No me queda ya n i n g u n a d u d a sobre la corta de la
v i ñ a ; dígame V. ahora de qué m a n e r a se cultivan las
h i g u e r a s , pues todavía no m e ha hablado V. de ello.
CAPÍTULO XI.
Tratado
de las higueras y de la manera
EL
de
cultivarlas.
HORTELANO.
A n t e s de satisfacer á la p r e g u n t a de V . , será b u e n o
q u e le diga cuáles son los higos q u e se logran mejor en
el clima de P a r í s . Solo conozco c u a t r o clases que mad u r a n perfectamente (1).
La primera es el blanco redondo.
La segunda el blanco largo.
La tercera el angélico.
La cuarta el violeta.
V. podria tener en su h u e r t a m u c h o s higos blancos
redondos, ya en c a j o n e s , ya en espinal ó en espaldar,
p u e s son escetentes y muy e s t i m a d o s : el árbol da m u chos.
( i ) En E s p a ñ a se cultivan muy b i e n las do estas cuatro
c l a s e s , pero con nombres diferentes.
10
146
De blancos largos no le aconsejo tener m u c h o s , p u e s
a u n q u e es m u y delicado y a z u c a r a d o , el árbol tiene el
defecto de llevar p o c o s .
El angélico tiene su m é r i t o en el o t o ñ o : bien m a d u ro es escelente.
E l violeta m a d u r a m u y h i e n ; pero como no tiene la
calidad de los blancos, no hago gran caso de e l l o s ; siu
e m b a r g o , los que los estiman p u e d e n tener algunos á r boles en su h u e r t a .
EL
CURIOSO.
¿ Cómo m e aconseja V . colocar m i s h i g u e r a s , en cajas , en espinal ó en espaldar ?
EL
HORTELANO.
M i d i c t a m e n es q u e V . tuviese la mayor p a r t e en c a jas , p u e s así se logran m e j o r , se está m a s seguro de tener f r u t o s , y además los higos m a d u r a n p e r f e c t a m e n t e
y m a s p r o n t o , p o r q u e u n terrón de tierra es m a s p r o n t o
calentado que u n a masa entera.
Se tiene además de eso la ventaja de conservarlos en
el invierno en u n a p o s e n t o preservado del frío. Ni es
necesario q u e este sea tan caliente como para los n a ranjos : se les pone en el m e s de n o v i e m b r e y n o t i e n e n
necesidad de n i n g ú n riego d u r a n t e el i n v i e r n o .
EL
CURIOSO.
¿ E n q u é t i e m p o se han de sacar las cajas de la h a b i tación , y qué debe hacerse luego con ellas?
EL
HORTELANO.
Se sacan del aposento las higueras en cajas en el m e s
d e a t r i l , y al instante se mojan bien de u n a v e z , en s e guida se p o n e n al a b r i g o , y si se ve todavía el tiempo
dispuesto á alguna h e l a d a , granizo ó malos v i e n t o s , se
t e n d r á la p r e c a u c i ó n de cubrirlas con p a ñ o s p a r a r e s g u a r d a r l a s . P a r a prevenir esos a c c i d e n t e s , será b u e n o
no sacarlas del aposento hasta fines de abril.
147
EL
CURIOSO.
Cuando no se t i e n e t e m o r de esa s u e r t e de accident e s , ¿ e n dónde deben p o n e r s e ?
EL
HORTELANO.
Al sacarlas de su abrigo se e s p o n e n a t o d o viento y á
todo s o l , se riegan desde luego dos veces á la s e m a n a ;
luego d u r a n t e los meses de j u n i o , julio y agosto se regarán de dos en dos d i a s , pero en los t u e r t e s calores
será b u e n o regarlas todos los d i a s , para que los higos
se hagan m a s g r u e s o s .
EL
CDRIOSO.
Quisiera saber c u á n t o s años es m e n e s t e r dejar u n a
higuera en su caja sin m u d a r l a .
EL
HORTELANO.
Si V. q u i e r e q u e sus higueras en caja le produzcan
b i e n , es m e n e s t e r dejarlas en s u s p r i m e r a s cajas dos
años sin m u d a r l a s ; e n t o n c e s trasladarlas á otras cajas
q u e sean m a s g r a n d e s , y m u d a r l a s d e s p u é s cada cuatro
años s o l a m e n t e . Cada vez q u e V. haga esta m a n i o b r a
recortará u n a p a r t e de s u s raices.
EL
CURIOSO.
Cuando las h i g u e r a s se hagan demasiado gruesas, para ser puestas en otras c a j a s , ¿ q u é hace V . ?
EL
HORTELANO.
Las pongo en tierra llana, en u n sitio algo espacioso
y á todo s o l , para dejarlas en espinal. El método para
conservarlas en el invierno y c u a n d o se acerca el tiempo
en que se ha de cubrirlas p o r q u e amenazan h e l a d a s , se
atan todas las ramas j u n t a s con u n m i m b r e , y se c u b r e
luego lodo el contorno con paja asegurada t a m b i é n con
m i m b r e ; y se conseguirá el objeto.
EL
CURIOSO.
¿ H a c e V. regar las higueras en espinal y en espaldar,
io mismo que las q u e están en caja?
EL
HORTELANO.
Las higueras en espinal y las que están en espaldar no
148
tienen r e g u l a r m e n t e necesidad de r i e g o , p o r q u e estan~
do sus raices en tierra l l a n a , se estienden y e n c u e n t r a n
b a s t a n t e fresco p a r a n u t r i r su fruto. Pero en las g r a n des s e q u í a s , le aconsejo á V. mojarlas bien á fin de q u e
los higos se hagan m a s gruesos.
EL
CURIOSO.
¿Empaliza V. las higueras que están en espaldar c o mo se hace con los perales y los albérchigos?
EL
HORTELANO.
Las higueras en espaldar no quieren estar oprimidas
ni atadas de cerca como los otros árboles en espaldar; es
menester dejarlas estenderse por la copa d u r a n t e la p r i mavera y el e s t í o , y empalizarlas con p e r c h a s q u e deben
ser puestas sobre largas g a n z ú a s .
EL
CURIOSO.
Deseo saber como se conservan d u r a n t e el invierno
las higueras q u e están en e s p a l d a r , para que no se h i e len.
EL
HORTELANO.
Hay dos modos de precaver de
en espaldar.
La p r i m e r a es a t a r l a s r e c t a s
brirlas con esteras de paja. La
atarlas con m i m b r e , y cubrirlas
paja seca.
EL
la helada las higueras
cerca de la pared y c u segunda es recojerlas,
con u n a gran capa de
CURIOSO.
¿ S i á pesar de todas esas p r e c a u c i o n e s se h e l a s e n , s e rá m e n e s t e r a r r a n c a r l a s ?
EL
HORTELANO.
No s e ñ o r , pero será m e n e s t e r recortar muy abajo
c u a n d o las r a m a s estarán m u e r t a s : le aconsejo á V. p a ra e s o , según la esperiencia q u e t e n g o , de aguardar á
S. J u a n p a r a hacer esta o p e r a c i ó n , p o r q u e entonces la
savia es a b u n d a n t e y llenará y hará brotar m u c h a s r a m a s
que parecían m u e r t a s .
149
EL CURIOSO.
E s muy ventajoso saber este secreto. Le suplico u
V . m e enseñe de que m a n e r a se hacen los acodos de las
higueras sobre los pies viejos.
EL
HORTELANO.
E s menester en el mes de marzo estender las Tamas
b u e n a s q u e están al pié de l a s h i g u e r a s , de la m i s m a m a nera que se hacen los acodos de viña , y en el mes de
m a r z o ó abril del año s i g u i e n t e , q u e h a b r á n infaliblem e n t e t o m a d o r a i z , será m e n e s t e r por e n t o n c e s q u i t a r las del pié del á r b o l ; pero no se debe a g u a r d a r al m e s
de o c t u b r e .
E L CURIOSO .
Lo q u e V . m e acaba de decir m e hace acordar de h a ber visto acodos q u e tenian b u e n a s r a i c e s , y que se h a bían p u e s t o en ollas 6 c a j a s , los cuales sin embargo no
h a b í a n salido b i e n . Lo q u e m e obliga á p r e g u n t a r á V.
de q u e manera los cultiva después q u e están separados
del árbol.
EL
HORTELANO.
La verdadera m a n e r a de cultivar u n acodo de higuera
de s u e r t e q u e forme u n árbol en poco tiempo , es cortar
el tallo á u n pié por encima de la raiz, cortar esta raiz u n
poco c o r t a , y tener buena tierra mezclada por mitad con
estiércol r e d u c i d o á mantillo , la cual se pondrá hasta
la mitad de u n c u é b a n o de cerca seis pulgadas de d i á m e t r o ; es menester en seguida p l a n t a r el acodo d e n t r o , y
hacer u n lecho de estiércol. Después que el gran calor
será acabado , se p o n d r á el c u é b a n o en el lecho que se
tendrá cuidado de recalentar de t i e m p o en t i e m p o p a r a
m a n t e n e r el grado de calor q u e conviene á la h i g u e ra : añadiendo á esto el riego q u e es necesario hacer á
v e c e s , es seguro q u e el acodo brotará v i g o r o s a m e n t e ,
dejándolo en el mantillo hasta el m e s de o c t u b r e .
150
EL CURIOSO.
¿ Q u é hace V. de este acodo d e s p u é s de sacarlo de¡
mantillo?
EL
HORTELANO.
F u e r a ya del mantillo el cuébano , lo cortará V. para
tener el acodo en terrón , y lo m e t e r á en u n a caja de cerca nueve pulgadas de d i á m e t r o , si el acodo es u n poco
g r u e s o , de lo contrario es menester t e n e r u n a caja m a s
p e q u e ñ a , y servirse siempre de tierra mezclada con m a n tillo diferente del de las tablas. P l a n t a d o así el acodo en
la caja, se pondrá estiércol gordo en el pié por e n c i m a de
la tierra y de nó a g u a r d a r la helada p a r a meterlo en la
habitación hasta el m e s de abril s i g u i e n t e , ó p r i n c i p i o s
de mayo para mayor s e g u r i d a d .
EL
CURIOSO.
Si se quiere que este acodo sea para u n espaldar ¿ s e rá menester ponerlo en el p u e s t o con su c u é b a n o tan
luego como se saca de la t a b l a , ó bien aguardar á la p r i mavera para ponerlo en tierra ?
EL
HORTELANO.
Cuando se h a b r á q u i t a d o del mantillo el cuébano en
el cual está el a c o d o , se p o n d r á en tierra en espaldar
con el c u é b a n o , el cual se p u d r i r á m u y p r o n t o , y se
tendrá la precaución al principio del invierno de poner
u n a estera atada i la pared , para preservar el acodo de
la helada hasta el m e s de m a y o : se p r o c u r a r á t a m b i é n
regarlo en la primavera y a u n con m a s frecuencia en los
grandes calores.
Sin embargo , si se tiene proporción de u n a p o s e n t o ,
es menester trasladar el c u é b a n o de la tabla de mantillo
á e s t e , donde q u e d a r á d u r a n t e el invierno p a r a q u e no
sufra heladas el a c o d o . E n el m e s de abril ó al p r i n c i pio de mayo será m a s seguro plantarlo con su c u é b a n o ,
como acabo de d e c i r .
EL
CURIOSO.
¿No sabe Y . alguna otra m a n e r a de hacer arraigar en
151
un pié viejo u n a r a m a de h i g u e r a , que sea de u n m e d i a no g r o s o r , para t e n e r u n árbol formado desde el p r i m e r
año y que dé fruto?
EL
HORTELANO.
Sé d o s : la p r i m e r a es escojer n n a r a m a de u n pié viejo que sea m e d i a n a m e n t e g r u e s a , en la cual haya
t r e s ó cuatro r a m a s , q u i t a r de ella la corteza entre dos
n u d o s ; hecho e s t o , se pondrá en u n a c a j a , y se hará de
s u e r t e que el puesto de d o n d e se habrá q u i t a d o la c o r teza se halle á c u a t r o pulgadas e n c i m a del fondo de
dicha c a j a : luego se llenará la caja con tierra y estiércol
m e z c l a d o s , y se regará cuando sea n e c e s a r i o . Con este
m é t o d o la r a m a se arraigará por la p a r t e de donde se
ha q u i t a d o la corteza.
Hay todavía q u e observar u n a cosa, y es ver en el mes
de o c t u b r e si el acodo ha echado r a i c e s , y en el caso d e
no ser así será por alguna indisposición del árbol, ó por
el descuido del hortelano q u e habrá faltado en regarlo á
su debido t i e m p o . P e r o si el árbol viejo es vigoroso , y
se ha tenido cuidado de regarlo , p u e d e contar V. con
seguridad q u e h a b r á e c h a d o raices : la esperiencia m e
lo ha hecho conocer así. Será menester por e n t o n c e s
q u i t a r l a r a m a del árbol por debajo d e j a caja, ponerla
en el a p o s e n t o , y en la primavera trasplantarla á otra caja del g r a n d o r q u e convenga , p a r a q u e p u e d a ser p u e s ta en t e r r ó n ; yo he visto dar fruto en el mismo a ñ o .
La s e g u n d a m a n e r a de hacer echar raices á u n a b u e na r a m a de m e d i a n o g r o s o r , es hacer u n a c o r t a d u r a al
rededor de la r a m a en el paraje donde se quiere q u e tom e raices, y p o n e r u n a l a m b r e bien a p r e t a d o con tenazas , observando todo lo q u e se h a dicho a n t e r i o r m e n t e
sobre la r a m a de q u e se h a b r á q u i t a d o la corteza : este
método es infalible.
EL
CURIOSO.
La invención es b a s t a n t e singular. He oido decir que
152
se podia hacer echar raíz á las ramas de higueras que se
cortan al pié del á r b o l : ¿ s a b e V. cómo se h a c e ?
EL
HORTELANO.
Si s e ñ o r ; es muy fácil. Suponga V . que V. tenga m u chas r a m a s ó estacas q u e q u i e r e hacer echar r a i c e s , se
h a c e u n a regata de u n pie de profundidad y de cerca de
u n pie de a n c h o , llenarla de b u e n estiércol craso, p u d r i d o , y plantar las r a m a s ó estacas de la m i s m a m a n e r a
q u e se plantan las v i ñ a s , esto e s , algo e n c o r v a d a s , y
tener cuidado de regar c u a n d o sea necesario : con este
m é t o d o tomarán raíz y estarán en estado de ser l e v a n t a d a s en a l g u n o s a ñ o s . Se t e n d r á cuidado t a m b i é n al
principio del i n v i e r n o , de c u b r i r l a s de u n a cama de paj a seca p a r a p r e s e r v a r l a s de la h e l a d a .
E L CURIOSO.
C o n t i n ú e V. d i c i é n d o m e que se ha de hacer para cultivar bien las higueras en cajas y en e s p a l d a r : y si estas
higueras se crian i g u a l m e n t e en todas las \ i s t a s del sol,
y en todas las tierras de cualquiera calidad q u e s e a n .
EL
HORTELANO.
Las higueras no se logran en las tierras h ú m e d a s , p e sadas y frias; ni se d e b e n p l a n t a r bajo las c l o a c a s ; se
benefician bien en las tierras movedizas y c á l i d a s : las
cenizas que habrán servido en las coladas , el mantillo y
el estiércol bien m e n u d o , son m a t e r i a l e s m u y propios
al efecto.
Las higueras se crian bien en todas las vistas , sin e s c e p t u a r la del n o r t e : pero á la verdad s u s frutos son m a s
t a r d í o s , y es menester no aguardar los s e g u n d o s h i g o s .
EL
CURIOSO.
T o d o lo q u e V . acaba de d e c i r m e es b u e n o s a b e r l o .
E n s é ñ e m e V. ahora como se han de cortar las h i g u e r a s .
EL
HORTELANO.
La poda de las h i g u e r a s es fácil de h a c e r ; y se h a c e
del modo s i g u i e n t e :
Como e! fruto de este árbol no nace sino en las ramas
153
g r u e s a s , se podan e s t a s a p r e t a n d o las yemas ó c o r t a n do las r a m a s demasiado largas que s o b r e s a l e n , por este
medio darán r a m a s de f r u t o , y este se hará gordo.
Se q u i t a r á toda la leña m u e r t a y todo el ramaje m a l o ,
el q u e se conoce en que las yemas son p l a n a s .
T o d o s los años por el m e s de marzo ó abril se quitan
todos los renuevos q u e están al pié de las h i g u e r a s ; y
si se quiere hacerles echar r a i z , bastará poner en p r á c tica el método q u e he dado.
E n el m e s de j u n i o se pizcarán las r a m a s gruesas que
habrán b r o t a d o d e s p u é s de la primavera , por tres razon e s . La p r i m e r a para hacerles dar m a s r e n u e v o s d u r a n te el e s t í o ; la segunda para que los segundos higos m a d u r e n m e j o r ; la tercera para tener los primeros higos
en mayor cantidad al año s i g u i e n t e .
EL
CURIOSO.
Estoy contento de lo q u e V . m e acaba de decir t o cante al m o d o de cultivar las h i g u e r a s : p r e g u n t o á V.
ahora cual es el b u e n m é t o d o de enjertar los árboles.
CAPÍTULO XII.
Tratado
EL
de los
enjertos.
HORTELANO.
No haré m e n c i ó n m a s que de t r e s diferentes s u e r t e s
de e n j e r t o s ; á s a b e r , de e s c u d e t e , de hendidura y de c o rona.
El enjerto de e s c u d e t e , q u e nosotros l l a m a m o s de
e m p u j e , es el mismo q u e el de escudete en o j o , con la
diferencia que en el q u e se hace de empuje se corta el
tallo del árbol silvestre á cuatro dedos por e n c i m a del enjerto luego que se ha p u e s t o el e s c u d e t e , y se hace en
el m e s de j u n i o , en lugar q u e el enjerto de escudete en
ojo se hace en j u l i o , agosto y s e t i e m b r e , j es menester
154
a g u a r d a r al mes de abril siguiente para c o r t a r el tallo
i g u a l m e n t e á cuatro dedos por e n c i m a del enjerto. Si
se q u i e r e , por ejemplo , enjertar el peral con m e m b r i llo , hay t r e s cosas que poner en p r á c t i c a , sin las cuales
los enjertos no p o d r á n salir b i e n .
1. Que el cuerpo q u e se quiere enjertar esté lleno de
s a v i a , que es c u a n d o está mas en estado de recibir el
e s c u d e t e : p o r q u e si no tuviese s a v i a , ó no tuviese m u cha por c a u s a del d e m a s i a d o c a l o r , seria preciso diferir
la operación hasta d e s p u é s de la lluvia q u e hará s u b i r
infaliblemente la s a v i a : esto es muy cierto y s e g u r o .
2 . Aprovechar u n t i e m p o b u e n o y t r a n q u i l o , p o r que no hay cosa m a s contraria p a r a el enjerto que u n
t i e m p o lluvioso , p o r q u e el escudete no se u n e , y la l l u via trastorna su acción e n t r a n d o en la a b e r t u r a é i m p i diendo que el enjerto se pegue al árbol.
3 . T o m a r sobre el peral los primeros r e n u e v o s del
año cuyas yemas estén bien formadas y de las m a s h i n chadas ; no es lo m i s m o del albérchigo sobre a l m e n d r o ,
p o r q u e es menester que las r a m a s q u e V . cortará en el
albérchigo tengan yemas que sean d o b l e s , de lo c o n t r a rio no serian b u e n a s para enjertar.
a
a
a
EL
CURIOSO.
Me ocurre p r e g u n t a r á V. si las r a m a s en q u e se quiere tener enjertos t o m a d o s de los perales son todas igualm e n t e b u e n a s ; es decir, tanto las que han nacido de lado ó colgantes como las que salen rectas.
EL
HORTELANO.
Cuando se tiene necesidad de r a m a s de p e r a l e s , es
menester cortar las q u e son r e c t a s , y de n i n g u n a m a n e ra las que han salido de lado ó colgantes; la razón es q u e
el enjerto tendrá la m i s m a situación q u e tenia en el á r bol del cual habrá sido t o m a d o .
Por ejemplo , si para enjertar V. ha cortado u n a r a ma que estaba derecha , el vastago ó r e n u e v o de cada
escudete que se h a b r á sacado de esta r a m a dará u n r e -
155
nuevo q u e será d e r e c h o . No s u c e d e r á lo mismo con el
vastago de u n escudete q u e h a b r á sido sacado de u n a
r a m a q u e salió de lado ó c o l g a n t e , p o r q u e el vastago
t e n d r á la m i s m a mala dirección. E n fin, si V. no p u e de obtener m a s q u e de estas ú l t i m a s , entonces será
m e n e s t e r fijar en tierra u n palo al pie del árbol silvestre para sostener el vastago del e n j e r t o , á fin de q u e se
ponga derecho con el t i e m p o .
Advierta V . t a m b i é n que es m e n e s t e r t o m a r el enjerto de u n árbol que dé m u c h o fruto y q u e sea de u n a r a m a fructífera, ó á lo m e n o s que el árbol sea lozano y no
aparezca n a d a m a c i l e n t o .
EL
CURIOSO.
Lo que V. acaba de advertir sobre la corta de los e n j e r t o s es muy p a r t i c u l a r , y es lo q u e ignoran m u c h o s
h o r t e l a n o s . H a b l e m o s a h o r a de la m a n e r a de sacar el
escudete y de hacer la incisión en el silvestre que se
quiere e n j e r t a r , para introducir el e s c u d e t e .
EL
HORTELANO.
Se saca el escudete de dos m a n e r a s . La primera y la
m a s regular se hace levantando la corteza con cuidado
sin tocar la m a d e r a .
La segunda t o m a n d o con la corteza u n p o q u i t o de
m a d e r a ; u n a y otra son i g u a l m e n t e b u e n a s , a u n para
los a l b é r c h i g o s , a u n q u e dicen los h o r t e l a n o s q u e creen
q u e la m a d e r a es perjudicial á la yema del albérchigo
q u e se enjerta.
El escudete debe tener la figura de u n a V. Después
de arrancados con el germen ó y e m a , y bien limpia y
luciente la p a r t e i n t e r i o r , se' llevará á la b o c a ; se hará
la incisión en el silvestre con el enjertador en el parage
m a s liso del m i s m o , á tres ó c u a t r o p u l g a d a s e n c i m a
de la tierra. E s t a incisión se hará al través del silvestre
. del largo de u n grano de a v e n a ; en seguida se hará u n a
segunda incisión de u n a pulgada de largo y q u e forme
una T. Para esta operación se necesita u n a m a n o dies-
156
t r a , á fin de que haciendo esta incisión solo corle ¡«
corteza del silvestre sin p e n e t r a r en la m a d e r a , p o r q u e
si se rasga u n poco de esta peligra el que se m u e r a .
H e c h a s estas dos i n c i s i o n e s , se abrirá con la p u n t a
del mango del enjertador, y quitará poco a p o c o la corteza de u n a y otra parte por encima de la línea t r a n s versal de la T, en seguida se tomará con la m a n o i z quierda el escudete que se g u a r d a en la b o c a , y con la
m a n o derecha se i n t r o d u c i r á con la p u n t a d e l m a n g o
del enjertador el escudete entre la m a d e r a y la corteza,
hasta que la cabeza del e s c u d e t e u n a la línea que a t r a viesa lo alto de la T. Colocado el e s c u d e t e , se atará con
e s t o p a , y si es u n a l m e n d r o se ligará el escudete con lana , p o r q u e como es e l á s t i c a , agarrotará m e n o s la r a m a por donde debe subir la savia.
Cuando el enjerto h a b r á b r o t a d o en el m e s de abril,
se cortará el a l m e n d r o á cuatro dedos para atar el e n jerto con u n poco de paja , á fin de q u e se m a n t e n g a
d e r e c h o , y esté preservado de los grandes vientos.
EL
CURIOSO.
Concibo bien el enjerto en e s c u d e t e ; hágame V . el
favor de hablarme del de h e n d i d u r a , de su utilidad y
del tiempo en que se h a c e .
EL
HORTELANO.
El enjerto de h e n d i d u r a se hace en e n e r o , febrero y
m a r z o , y p u e d e r e m e d i a r la falta del de escudete , q u e
se hace en los meses de j u l i o , agosto y s e t i e m b r e , c o m o le h e hecho á V. observar ya.
D u r a n t e este intervalo de t i e m p o es fácil juzgar si el
escudéte ha tomado bien , ó , por decirlo a s í , si se ha
pegado al silvestre; p o r q u e sucede alguna vez q u e no
lo está á pesar de todas las p r e c a u c i o n e s que se han t e nido , ya por falta del h o r t e l a n o , ya por el árbol s i l v e s tre , 6 bien p o r q u e se habrá sacado mal el e s c u d e t e .
Cualquiera cosa que sea , es menester en tal caso r e -
157
eurrir al «njerto de h e n d i d u r a , s u p u e s t o q u e s e a del
grosor conveniente p a r a este e n j e r t o .
EL
CURIOSO.
¿ Qué grosor debe tener el silvestre p a r a ser enjertado en h e n d i d u r a ?
EL
HORTELANO.
El del dedo p u l g a r , de lo contrario se deberá diferir
hasta el tiempo del enjerto en escudete en el m i s m o
año.
EL
CURIOSO.
E n s é ñ e m e V . , si g u s t a , el modo con que debe c o r t a r s e el enjerto de h e n d i d u r a para aplicarlo.
EL
HORTELANO.
E m p e z a r é desde luego por las h e r r a m i e n t a s n e c e s a r i a s . Se ha de tener u n a b u e n a p o d a d e r a , u n abridor,
u n a f i e r r a , u n c u c h i l l o , dos c u ñ a s de h i e r r o , la una p e queña para los árboles jóvenes y la otra m a s g r u e s a ,
u n mazo de m a d e r a ó de b o j , tierra libre amasada y
mezclada con yerba s e c a , m i m b r e machacado , á fin de
q u e c u a n d o el enjerto estará en la h e n d i d u r a se p u e d a
ligar todo el r e d e d o r del silvestre para asegurar el e n jerto , y en seguida hacer u n a m o ñ a en cada árbol e n jertado.
T e n i e n d o delante de V. t o d o s los útiles de los cuales
acabo de h a b l a r , empezará V. á aserrar el silvestre á la
a l t u r a de seis p u l g a d a s sobre la tierra en el sitio d o n d e
la corteza está m a s u n i d a ; si no p u e d e servir m a s q u e
para un enjerto se cortará en d e c l i v e , y si es de u n grosor suficiente para p l a n t a r dos enjertos se a s e r r a r á lo
m a s j u s t o que se p u e d a , d e b i e n d o pasar la podadera
por encima del rasgo de la sierra , p o r q u e el enjerto no
podría n u n c a unirse al t r o n c o , á m e n o s que no sea bien
allanado y pulido con la p o d a d e r a . E n seguida se t o m a rá la rama con la cual se q u i e r e hacer el enjerto, se cortará por debajo con el abridor en forma de c u ñ a de una
pulgada y m e d i a de largo , y q u e tenga por encima de W
158
muesca á lo m e n o s tres ó cuatro yemas b u e n a s , d e j a n do en la cuña tanta corteza en u n lado como en o t r o .
Se ha de observar que alguna vez m u e r e el enjerto
p o r q u e se ha q u i t a d o d e m a s i a d a madera para formar la
c u ñ a , y por eso es mejor recortar muy poca m a d e r a d e
cada lado en el sitio donde el enjerto debe u n i r s e al
plano del silvestre. E s t a n d o igual la m u e s c a , se tomará
el cuchillo y se pondrá el corte sobre el plano del t r o n co , de suerte que la hendidura se haga en el sitio m a s
liso de la corteza del silvestre ó del t r o n c o ; es m e nester pegar ligeramente con el mazo sobre el recazo
del c u c h i l l o , y dando m u c h o s g o l p e c i t o s , hacer la hend i d u r a ; en seguida , d e s p u é s de h a b e r sacado el cuchillo , t o m a r la c u ñ a de hierro p a r a hacer abrir la h e n d i dura otro tanto como pida el e n j e r t o , y poner toda la
atención necesaria para m e t e r el enjerto en la h e n d i d u ra del silvestre 6 del tronco , de m a n e r a que la savia del
silvestre y la del enjerto ajusten bien y se u n a n perfect a m e n t e , tanto por los dos lados de la c u ñ a , como por
los dos entrecortes que se apoyan sobre el t r o n c o . E s
m e n e s t e r observar todavía q u e antes de i n t r o d u c i r el
enjerto en la h e n d i d u r a del silvestre ó del t r o n c o , debe
h a b e r estado remojada en a g u a d u r a n t e dos horas ó poco m e n o s , para que vuelva á t o m a r mejor.
EL
CURIOSO.
M e acuerdo , á propósito de esto, haber visto operar á
u n hortelano que se creia h á b i l , el cual no t o m a b a otra
p r e c a u c i ó n cuando introducía sus enjertos en la h e n d i d u r a de u n tronco g r u e s o , que meterlos á flor de la
corteza de e s t e , sin examinar si sus enjertos en la
h e n d i d u r a llegaban j u s t o s al sitio d o n d e la savia del
u n o y del otro debían u n i r s e . A decir verdad no sé si
estos enjertos saldrían b i e n .
EL
HORTELANO.
Si V. h u b i e s e tenido m a s conocimiento del enjerto en
hendidura , hubiera juzgado al i n s t a n t e q u e este h o r t e -
159
¡ano no era n a d a de lo q u e él se creía; pero no es el ú n i co que cree hacer bien u n enjerto de h e n d i d u r a m e t i é n dolo á raiz de la corteza de u n tronco g r u e s o . M u c h o s
como él se i m a g i n a n que es m e n e s t e r obrar con estos
t r o n c o s como con los jóvenes silvestres q u e no tienen la
corteza m a s gruesa que la del enjerto de u n a ñ o ; pero
se e n g a ñ a n , sin advertir q u e s i e n d o m a s gruesa la c o r teza de u n g r a n d e tronco q u e la del enjerto q u e es de u n
renuevo del a ñ o , este enjerto debe por consecuencia p o nerse á raiz de la corteza del tronco , en el sitio precisam e n t e d o n d e la savia del u n o y del otro se debe j u n t a r ,
como lo he esplicado a V . a n t e s .
E n j e r t a d o ya el árbol de V . se pondrá u n p o c o d e . m u s go en la h e n d i d u r a para q u e el agua no p e n e t r e , d e s p u é s se ligará el tronco con u n poco de m i m b r e , á fin
de sostener los e n j e r t o s , y se t o m a r á en seguida tierra
franca mezclada con heno d e s l e í d o , y se hará u n a moña
q u e envuelva todo el t r o n c o , luego después se hace l a b r a r el pie del árbol, y poner dos ó tres cestos de estiércol sobre la superficie de la t i e r r a .
A n t e s de concluir este artículo haré observar á V.
q u e para enjertar los troncos viejos deben ser los enjertos de u n a madera de dos savias , que sea bien d e r e c h a ,
por las razones q u e he dicho á V . ; que la cuña de estos
enjertos debe ser hecha de tal m o d o , q u e todas las m a d e r a s viejas estén en la h e n d i d u r a , y que la entraña que
apoya sobre el llano del tronco se e n c u e n t r e ser de la
madera de la ú l t i m a savia. Se usa esta clase de enjertos
para los troncos m a s gruesos, á causa q u e t i e n e n , según
la opinión de u n a u t o r , m a s simpatía con la m a d e r a vieja ; pero eso no se logra en u n joven árbol silvestre, y
la esperiencia m e ha enseñado todo lo c o n t r a r i o .
EL
CURIOSO.
Este es u n reparo del que he hecho m u c h o c a s o : me
falta p r e g u n t a r á V. qué método se ha de seguir para el
«njerto de c o r o n a , y en qué t i e m p o se debe hacer.
1G0
EL
HORTELANO.
El método de enjertar en corona se p u e d e practicar
sobre los árboles mas grandes lo mismo que sobre los
m e d i a n o s : esta m a n e r a de enjerto se hace entre la m a dera y la corteza en forma de corona á fines de abril y
en el mes de mayo , c u a n d o los árboles están en c o m p l e ta savia. Se asierra el cuerpo ó la r a m a de u n á r b o l ; se
pasa la podadera por encima del rasgo de la sierra , lo
mismo que para el enjerto de h e n d i d u r a : en seguida se
toma u n enjerto del largo de u n a pulgada y m e d i a ó c e r ca de ella, semejante al q u e se emplea para el de h e n d i d u r a ; este enjerto no debe cortarse m a s que por u n la d o . E n lo alto de la muesca es m e n e s t e r que haya
c u a t r o ó cinco y e m a s , y m a s pronto cinco q u e c u a t r o .
Cortado así el enjerto se hace la incisión con la p u n t a
de u n cuchillo en el sitio donde se quiere colocarle, e n t r e la m a d e r a y la corteza , en el paraje m a s u n i d o y m e nos n u d o s o . Hecha la incisión con u n a p u n t a de m a d e ra á p r o p ó s i t o , se hace u n a a b e r t u r a entre la m a d e r a y
la corteza del t r o n c o , y al m i s m o t i e m p o se i n t r o d u c e
el enjerto en esta a b e r t u r a , por cuyo medio se p u e d e n
coordinar m u c h o s enjertos á tres pulgadas y media de
distancia el u n o del o t r o . Se hace uso del m i m b r e para
asegurar los enjertos , y se c u b r e en seguida lo llano del
tronco con la tierra franca mezclada con heno desleido,
de lo cual se hace u n a m o ñ a , como he dicho p a r a el e n j e r t o de h e n d i d u r a : es m e n e s t e r no olvidar de hacer lab r a r el pie del árbol y poner estiércol sobre la tierra com o también de dar u n b u e n riego.
EL
CURIOSO.
E s t e enjerto es m u y injenioso; pero ¿ c u á l le parece á
V. m e j o r , el enjerto de hendidura ó el de c o r o n a ?
EL
HORTELANO.
Después que he e s p e r i m e n t a d o el enjerto d e corona
en u n n ú m e r o considerable tanto de árboles viejos c o -
161
me- do. jóvenes silvestres, lo hallo m a s cómodo y v e n t a joso i|ue el enjerto de hendidura , por tres razones.
1. Enjertando en corona es muy fácil introducir e n tre la madera y la corteza el objeto q u e se quiere enjertar , y enjertando en hendidura se ha de atender á m e ter el enjerto ajustado al paso de la savia por ser esencial.
2.« El enjerto de corona no perjudica en nada á u n
tronco viejo ni de gruesas r a m a s , y todavía m e n o s á los
jóvenes árboles silvestres q u e se quieren enjertar. El
enjerto de h e n d i d u r a a l c o n t r a r i o le daña m u c h o , p o r que pide u n a incisión violenta para meter el e n j e r t o ; lo
que hace que en las tierras ligeras el enjerto de h e n d i dura no se logre tan bien en los troncos viejos como en
las tierras francas.
a
3." Este enjerto de corona brota bien y m a s vigorosam e n t e que el que se ha hecho en h e n d i d u r a ; de s u e r t e
que en tres años forma de un viejo tronco un b u e n e s pinal : sé por esperiencia que estos árboles han dado á
m e n u d o fruto en el segundo a ñ o . Digo de u n viejo t r o n co de á r b o l , porque con respecto á los jóvenes silvest r e s , un renuevo de dos años es tan fuerte como un r e nuevo en escudete ó en hendidura de tres años. Esto es
lo que me hace preferir el enjerto de corona al de h e n didura para los perales y m a n z a n o s ; p o r q u e para las
otras especies de frutas no tengo e s p e r i m e n t a d o el e n jerto de corona , y por lo m i s m o me sirvo del escudete
ó de hendidura , según el grosor del objeto que he de
enjertar.
Concluiré este tratado de los enjertos con u n a o b s e r vación muy i m p o r t a n t e .
Cuanto mas grueso es el árbol q u e se ha de enjertar
m a s fuertes deben ser los e n j e r t o s , en razón de que
vuelven á brotar m u c h o mejor y con m a s vigor que los
enjertos débiles, que n u n c a prosperarían en los troncos
de árboles viejos, por lo que es m e n e ster conservarlos
11
102
para aplicarlos después sobre jóvenes árboles silvesires. No se cortan los brotes de estos enjertos hasta al
cabo de dos a ñ o s , y en el mes de abril ó de mayo se pone un arco de cubo al rededor del á r b o l , atado á tres ó
c u a t r o estacas para empalizar las r a m a s , á fin de que
el árbol tenga una bella íigura.
EL
CURIOSO.
El método de V. en las tres clases de enjertos m e satisface m u c h o .
He oido decir que V. sabia el secreto de trasplantar
ios árboles sin t e r r ó n , aun c u a n d o tuviesen m a s de
veinte a ñ o s ; que V. no corta ninguna raiz ni r a m a , y
q u e los árboles así t r a s p l a n t a d o s dan fruto desde el prim e r a ñ o . Confieso á V. q u e esto m e parece muy s i n g u l a r , y V. me hará el favor de e n s e ñ a r m e el m é t o d o .
CAPÍTULO X I I I .
Método de trasplantar
los árboles sin terrón, tanto en
espinal, como en espaldar ó alto tronco.
EL
HORTELANO.
Hay m a s de doce años q u e he hecho por la primera
vez el esperimento siguiente y m e ha salido siempre
b i e n , tanto para los árboles c o m o para las fruías. El
a u t o r del libro del cultivo perfecto ha hallado un m é t o do tan s i n g u l a r , que lo ha esplicado en su libro de la
misma m a n e r a que he dicho á V . Supongo p u e s , que
V. tiene u n árbol en espinal ó en espaldar q u e no esle
m a r c h i t o , y que V. q u i e r e quitarlo del lugar donde e s tá plantado para ponerlo en otra parle ; la primera cosa q u e es m e n e s t e r o bservar es hacer u n hoyo de. seis
pies en cuadro y de tres pies de profundidad en el s i tio donde V. quiere que su árbol sea t r a s p l a n t a d o . Si
en este hoyo h u b i e s e habido u n peral, y el árbol que V.
163
quiere poner fuese t a m b i é n p e r a i , sera menester e n tonces m u d a r de t i e r r a , p o r q u e debe ser considerada
como cansada por aquel ; pero si V. quiere plantar
otra especie de f r u t a , como por e j e m p l o , u n m a n z a n o ,
u n albaricoquei o ó u n c i r u e l o , no es menester cambiar
la tierra , p o r q u e debe ser considerada como nueva con
respecto á estas otras frutas.
Después de esta primera precaución , V. hará llenar
de tierra el hoyo hasta la m i t a d , y hará arrancar su á r bol haciendo u n a gran cavidad al r e d e d o r , de suerte
q u e todas las raices estén en descubierto y q u e se p u e d a n sacar e n t e r a s , si es p o s i b l e , sin ser d a ñ a d a s . A r r a n c a d o el árbol con cuidado , V. lo hará llevar al hoyo
p r e p a r a d o , y lo pondrá de modo que el enjerto esté á
tres pulgadas por encima de la superficie de la t i e r r a , d e s p u é s de lo cual estenderá V. las raices de u n a y
otra parte de la m i s m a m a n e r a q u e estaban a n t e r i o r m e n t e ; pondrá con las m a n o s tierra sobre cada u n a ,
a p r e t a n d o esta tierra con las m i s m a s , y c u a n d o todas
las raices estarán asi c u b i e r t a s acabará V. de llenar el
hoyo con la azada.
EL
CURIOSO.
P e r m í t a m e V. que le p r e g u n t e por qué pone V. t i e r ra con las m a n o s sobre las r a i c e s , p u e s he visto alguna
vez plantar árboles y no he visto j a m á s observar este
m é t o d o , sino que se hacia simplemente con la pala de
hierro.
EL
HORTELANO.
Un hortelano inteligente que planta u n árbol con
atención no pone j a m á s tierra sobre las raices con la
pala de hierro , pues prevé que u n terrón ó dos p u e d e n
causar u n vacío entre las raices del árbol, lo q u e i m p e diría que se ligasen con la t i e r r a , y el árbol perecería;
y así pone siempre la tierra con las m a n o s como dejo
dicho. E n efecto, la razón p o r q u e se ven muy á m e n u do jóvenes árboles recien plantados q u e pierden su l o -
Ivi'i-
zania es por falla de haber lomado esta precaución ; no
se p u e d e n ligar como es menester con la t i e r r a , y de
veinte árboles así t r a s p l a n t a d o s no quisiera responder
de u n o solo; en lugar que de cien de los otros a r r a n c a dos con las precauciones necesarias y trasplantados lo
mismo responderé sin reparo de noventa y nueve.
II.
CURIOSO.
Seguiré exactamente el mélodo de V . : continúe V.
ahora diciénriome lo que pueda tener todavía alguna
relación con la trasplantación de los árboles.
EL
HORTELANO.
Cuando u n árbol ha sido trasplantado y se ha llenado
el hoyo , se p o n d r á csliércol por encima de la tierra en
la estension del c u a d r a d o , y de un b u e n pié y medio en
espesor , y se verterán tres ó c u a t r o regaderas llenas de
agua sobre el estiércol. Supongo que el tiempo no está
dispuesto para la helada . en cuyo caso seria menester
diferir la operación hasla que se hubiera vuelto favorable. En la primavera es menester hacer todavía un riego igual para obligar á que suba la savia y favorecer los
renuevos del á r b o l : en el primer año este árbol no b r o tará t a n vigorosamente como el que no ha sido trasplantado ; por eso se tendrá cuidado d u r a n t e las grandes sequías del e s t í o , de regarle y echarle agua por encima
de las r a m a s . Esta observación debe ser puesta en p r á c tica en los árboles en espinal y en los que están en e s paldar.
EL
CURIOSO.
V . no dice que sea necesario poner estiércol m e z c l a do con la t i e r r a , y sin embargo algunos hortelanos no
dejan de ponerlo c u a n d o plantan los árboles.
EL
HORTELANO.
No es u n a regla general que se haya de poner e s t i é r col mezclado con la tierra en todos los árboles q u e se
plantan y t r a s p l a n t a n , y por lo regular no se debe hacer
uso en las tierras ligeras: por e j e m p l o , si la t i e r r a n u e -
165
va de la cual quiere V. servirse para llenar el hoyo donde V. hace plantar su árbol es u n a tierra ligera, entona
ees es m u y b u e n o que se mezcle el estiércol con la t i e r ra ; pero se ha de p r e p a r a r para este uso , y conozco pocos hortelanos que sepan ponerlo bien por obra en s e m e j a n t e ocasión.
EL
CURIOSO.
S e g u r a m e n t e que V. sabe la preparación y m e hará
el favor de enseñármela.
EL
HORTELANO.
Es menester tener estiércol bien p u d r i d o picado con
la horquilla de hierro , de suerte que q u e d e r e d u c i d o
casi como el mantillo (porque el de las tablas no es b u e no para este u s o ) , y poner cuatro banastos bien llenos
del m i s m o , y se mezclará con la tierra que debe llenar
el hoyo : esta mezcla se debe hacer en la orilla ó borde
de este y no dentro , como hacen m u c h o s hortelanos,
p o r q u e de otro modo el estiércol no estaría mezclado
suficientemente y no p r o d u c i r í a el efecto esperado.
Sí fuese cuestión de u n a tierra de la calidad de la
h u e r t a de V. , que es n e g r u z c a , arenosa , p i n g ü e , l i g e ra y movediza , y que no es ni fuerte ni ligera ; ó si fuesen tierras fuertes y f r a n c a s , rojizas, que por c o n s i guiente tienen m a s cuerpo que las tierras l i g e r a s , e n tonces seria inútil mezclar e s t i é r c o l ; pero con todo eso
siempre se ha de poner encima de la tierra al pie del árbol por las razones que he dicho á V. a n t e s .
EL
CURIOSO.
Esta observación es muy buena : pero como p u e d e
acontecer que tenga q u e servirme del m é t o d o d e V . ,
quisiera saber el tiempo en que se han de trasplantar
los á r b o l e s , como t a m b i é n la manera con que han de
cortarse.
EL
HORTELANO.
Se trasplantan los árboles durante los meses de n o viembre , diciembre y e n e r o , y hasta en el me« de febre-
m
r o , pero siempre es mas seguro hacerlo en el m e s de
n o v i e m b r e , p o r q u e entonces las r a i c e s , teniendo m a s
tiempo para ligarse con la t i e r r a , las prepara para b r o tar mejor en la primavera.
Se escojerá al efecto u n b u e n dia para p l a n t a r , y e v i tar el tiempo de l l u v i a , p o r q u e esta impediría manejar
bien la tierra.
La manera de cortar los árboles t r a s p l a n t a d o s no es
diferente de aquella con q u e se cortan los otros q u e no
son chupones en leña. Si el árbol q u e V. habrá trasplantado fuese c h u p ó n en leña tal como la virgulosa, lo podría corlar á tres ó cuatro y e r n a s , como se hace o r d i n a r i a m e n t e con los árboles de las otras especies de f r u tas.
EL
CURIOSO.
H á g a m e V. el favor de decirme por q u é razón no hace
V. diferencia para la corta entre un árbol trasplantado
que es chupón en leña y el que no lo e s , como seria el
ambarina; p u e s V. me ha enseñado en el t r a t a d o de
la c o r t a , q u e todo árbol que es chupón en leña debe ser
cortado l a r g o , y q u e los que no lo son deben cortarse
cortos.
EL
HORTELANO.
Es menester c o n s i d e r a r , como ya he dicho á V . , q u e
u n árbol trasplantado tiene u n a cantidad regular de s a via el primer año ; así si V. diese mucha carga á este
á r b o l , es d e c i r , si V . lo cortaba largo, brotaría solo peq u e ñ a s r a m a s inútiles que lo fatigarían. A d e m a s , eso
impediría que cuajasen los b o t o n e s de fruto, y así V. se
vería privado de este que prometía el mismo a ñ o ; y por
eso es menester a b s o l u t a m e n t e servirse del corte corto á
fin de tener ramas de leña , y que aprovechen los b o t o nes de fruto.
EL
CURIOSO.
Pero si después de haber hecho así la corta se hallase
Í67
el árbol cargado de mucha fruta . ¿será menester dejarla?
EL
HORTELANO.
Seria peligroso para el árbol y para la fruta dejar m u c h a , p o r q u e esto baria morir el á r b o l : lo que tengo e s p e r i m e n t a d o . Habia hecho trasplantar un albérchigo que
dio cerca treinta albérchigos el primer año : los habia
dejado en el á r b o l , y cuando eran gruesos como huevos
de paloma el árbol m u r i ó de r e p e n t e . Resolví entonces
dejar poca fruta en los árboles el primer año que los hubiese trasplantado : y fué tal el acierto , q u e tuve fruta
buena y en sazón , y los árboles se conservaron además
muy b i e n .
EL
CURIOSO.
Todo esto es digno de c o n s i d e r a c i ó n ; pero como no
quiero dejar n a d a que pueda i n s t r u i r m e , p e r m í t a m e V.
q u e le haga u n a p r e g u n t a . Si se tuviesen que trasplantar
árboles altos de t r o n c o , gruesos como la pierna, ¿ s e d e bería hacer lo m i s m o q u e con los árboles en espinal?
EL
nORTELANO.
Si s e ñ o r ; he hecho la esperiencia en árboles todavía
m a s gruesos de lo que V. me dice , y s, nr.n conservado
perfectamente : á la verdad , hay pocos o :e me hayan dado fruto desde el primer año ; pero cuando se vé u n á r bol de este grosor que ha prendido , causa siempre u n a
satisfacción. Por lo d e m á s , se ha de observar q u e a n tes de a r r a n c a r el árbol de alto tronco se cortan los e s treñios de las r a m a s y todas las q u e están mal colocad a s , á fin de que la copa del árbol tenga u n a figura m a s
bonita , y que los botones de fruta aprovechen mejor;
p o r q u e , como he dicho á V. hablando de los árboles
en e s p i n a l , al trasplantarlos solo tienen u n a cantidad
regular de savia el p r i m e r año , lo q u e hace que broten
en poca leña , lo mismo q u e los de espinal.
EL
CURIOSO.
V . m e responde tan acertadamente que m e obliga á
168
preguntarle si las cepas de uvas ó de a g r a c e s , de diez o
doce a ñ o s , se pueden t r a s p l a n t a r de la misma manera
que los otros árboles.
EL
HORTELANO.
?ío hay otro m é t o d o , pues he hecho la esperiencia cu
estas c e p a s , sin embargo no me han dado fruto el p r i mer a ñ o .
V. puede también plantar olmos de u n mediano g r o sor y otros árboles en espaldar : a u n q u e tengan quince 6
veinte años saldrán tan bien como los árboles en e s p i nal.
E L CURIOSO.
M e considero bien i n s t r u i d o en la m a n e r a de trasplantar los á r b o l e s : y no d u d o lograrlo asimismo con el a u silio de V. tocante á las enfermedades y los remedios de
los cuales tienen necesidad. A c u é r d e s e V. que m e lo ha
ofrecido en el tratado de la corta de los árboles.
CAPÍTULO XIV.
Ve la enfermedad
EL
de los
árboles.
HORTELANO.
La enfermedad de los árboles proviene de m u c h a s
causas.
Una de ellas es c u a n d o el interior de la tierra es frió y
h ú m e d o , pues es casi imposible que un árbol pueda
prosperar así. La p r u e b a es convincente; p o r q u e el calor
que anima los árboles para la vegetación, falta en esta
tierra por su h u m e d a d y frialdad , y el árbol no puede
t o m a r n i n g ú n n u t r i m e n t o favorable , y por c o n s i g u i e n te debe perecer. P o r esto en el principio de la primera
parte he hecho observar á V. la necesidad q u e hay de
hacer u n a huerta frutal en u n a tierra de b u e n a calidad,
16!)
para un tener el disgusto de \or perecer los árboles que
se habrán p l a n t a d o .
EL
CURIOSO.
No me admira que los árboles se malogren en un terreno m a l o ; lo que cstraíío es que u n árbol haya brotado
bien d u r a n t e m u c h o s a ñ o s , y que el año siguiente esté
marchito no habiendo echado n i n g ú n vastago; délo que
quisiera no solamente saber la causa, sino t a m b i é n que
remedio se le ha de aplicar para darle nuevo vigor.
EL
HORTELANO.
Cuando esto acontece es menester cavar al pié del árbol hasta las r a i c e s , ver si está n p u d r i d a s por haber s i do plantado demasiado p r o n t o ; si se hallan b u e n a s , se
debe juzgar q u e la enfermedad de este árbol proviene de
que la tierra está cansada y no tiene las calidades n e c e sarias para la vegetación , y entonces se p o n d r á tierra
nueva en lugar de la cansada , y al pié del árbol encima
de esta tierra n u e v a , dos cestos bien llenos de estiércol
de vaca , si la calidad de la tierra es cálida , ó de caballo,
si es fría. Cuando llegue el tiempo de la corta, será m e nester cortar la leña vieja , y por este medio el árbol
echará b u e n o s renuevos. Si después de haber observado
todo c u a n t o dejo dicho , este árbol permanece en la misma inacción , se arrancará en o t o ñ o , p o r q u e el m a l l o
tiene en las raices ó en el t r o n c o .
EL CURIOSO.
Si u n árbol estuviese marchito solo por u n lado, y por
el otro fuese vigoroso , como acontece alguna vez , ¿ d e
qué m a n e r a será menester gobernarlo para hacerle b r o tar b u e n a s ramas de leña del lado que está d a ñ a d o ?
EL
HORTELANO.
En tal caso será preciso a c u d i r á la causa del m a l ; es
decir cavar todo el rededor del árbol hasta las r a i c e s , á
lin de ver si del lado que el árbol está marchito no h u biese algunas raices d a ñ a d a s , las cuales entonces seria
menester cortarlas basta lo sólido; y del lado vigoroso
170
recortar una de las raices g r u e s a s , p o r q u e no siendo
tan a b u n d a n t e la savia, el Árbol no brotaría ya con t a n ta fuerza.
Hechas estas dos o p e r a c i o n e s , se pondrá tierra n u e va por encima de las r a i c e s . a u n cuando no se hallasen
d a ñ a d a s del lado q u e el árbol está enfermo ; p o r q u e en
tal caso la languidez del árbol procedería solo de q u e la
tierra estaría c a n s a d a : se echarán en seguida dos ó tres
cestos de estiércol por encima de esta tierra nueva.
Cuando se cortará este árbol se observará lo q u e s i gue.
1." El lado que es vigoroso se cortará l a r g o , dejando
todas las r a m a s de fruto y a u n todas las pequeñas i n ú t i les , para entretener la s a v i a , á fin de q u e las r a m a s de
leña no broten con tanta fuerza.
2.» La poda del lado enfermizo debe hacerse muy corta , con la precaución de cortar todas las ramas inútiles;
y será menester también dejar pocas r a m a s de fruto , á
fin de que el á r b o l , teniendo mas vigor, p u e d a brotar
buenas r a m a s de l e ñ a , que darán u n a bella figura al árbol : esto es lo que la esperiencia m e ha hecho conocer.
EL
CURIOSO.
¿ D e b e r á hacerse lo m i s m o con los árboles q u e brotan
r e g u l a r m e n t e , pero cuyas hojas a m a r i l l e a n ?
EL
nORTELANO.
Si s e ñ o r , p o r q u e esta enfermedad proviene de la m i s ma c a u s a : el estiércol reducido casi como el mantillo,
mezclado con la tierra nueva , así como he esplicado a
V. en el ú l t i m o c a p í t u l o , hará u n b u e n efecto en las
tierras ligeras. Me he servido t a m b i é n , en semejante
ocasión , de las cenizas y del hollín , poniéndolo por e n cima de las raices sin descubrirlas del t o d o , y m e ha d a do buen resultado , y las hojas del árbol han vuelto á t o mar su verdor como las o t r a s .
EL
CURIOSO.
¿No aprovecharía al efecto el estiércol de paloma ?
171
EL
HORTELANO.
Xo s e ñ o r : en las tierras ligeras que son c á l i d a s ; pero
lo seria en las tierras francas que son m a s frias que c á lidas ; supongo que se haya dejado este estiércol a m o n tonado por espacio de dos ó tres años para hacer m i t i gar su gran calor, será muy útil en una tierra fria y h ú meda estenderlo en el espesor de u n a pulgada por e n c i ma de la t i e r r a , al pié del árbol que tiene las hojas amarillas , y dejándolo así hasta el mes de marzo , para e n terrarlo luego con una b u e n a labor.
EL
CURIOSO.
Si no se tuviese la comodidad de tener estiércol de pal o m a , ¿ q u é remedio seria m e n e s t e r hacer en este á r bol?
EL
HORTELANO.
Se debería m u d a r la t i e r r a , sin hacer la mezcla del
estiércol y de la tierra n u e v a , como he hecho observar
á V. para las tierras l i g e r a s , por la razón que estas t i e r ras francas tienen m a s c u e r p o , quiero d e c i r , m a s sal
que las tierras ligeras. Seria menester luego hacer poner
por encima de la tierra , al pié del á r b o l , dos ó tres cestos de estiércol de caballo á medio p u d r i r .
EL CURIOSO.
Suplico á V. me diga si los g u s a n o s p u e d e n hacer e n fermar los árboles.
EL
HORTELANO.
E s t o sucede á m e n u d o . Por ejemplo , hay ciertos g u s a n o s q u e s e llaman abejorros ó abejarrones,
los c u a les permanecen dos ó tres años en la t i e r r a , donde e n gruesan hasta que se hacen abejarrones v o l a d o r e s ; d e s pués de lo cual se j u n t a n y echan una simiente q u e se
e s p a r c e , y se forman de ella nuevos gusanos blancos
que se introducen en la tierra y engruesan. E s t a clase
de gusanos se pegan á las raices tiernas de los árboles
jóvenes , las roen y los hacen perecer lo m i s m o que las
legumbres. No sé otro remedio contra estos insectos que
172
buscarlos al pie de los árboles para matarlos , y labrar á
m e n u d o la tierra para destruirlos.
Los tábanos (1) son otra especie de gusanos gruesos
que nacen del estiércol, roen las raices de los árboles,
los marchitan y hacen perecer. Para estinguirlos se cava
al pié del á r b o l , se matan , y luego se pone tierra nueva
cuando se vé que el árbol puede aun vivir.
Los coquillos son funestos á los árboles: son u n o s animalilos n e g r o s , que se llaman por otro n o m b r e cortayemas, hacen morir los enjertos de los albérchigos c u a n do empiezan á b r o t a r . M u c h o s árboles me han hecho
perder estos b i c h o s , particularmente albérchigos de a l to tronco. El mejor remedio para que no hagan m a l , es
envolver los enjertos con c u c u r u c h o s p e q u e ñ o s de p a pel , atados con hilo ; que es del modo q u e he b u r l a d o
su voracidad , y los he preservado de las heladas que
suelen sobrevenir en la primavera. Lo que acabo de decir debe entenderse tanto de los albérchigos enanos c o mo de los de alto tronco.
Los turones y los ratones hacen perecer las higueras
royendo las raices. Para preservarlas , lo mejor es poner
t r a m p a s al pie de las m i s m a s .
Los tigres atacan solamente á los perales en espaldar
y nunca á los árboles en espinal. M u c h o s curiosos han
probado el destruirlos; pero todo su conato ha sido inútil
pues es un mal sin r e m e d i o . E s t o s insectos gustan m a s
de las hojas de los árboles de b u e n - c r i s t i a n o de invierno que de las de los o t r o s , a u n q u e las otras especies de
perales no estén libres por eso de su voracidad.
Hay parages donde no a b u n d a n ; pero en otros d e s truyen y hacen morir todo un espaldar de p e r a l e s , de
suerte que muy á m e n u d o se está obligado á a r r a n c a r los para poner otra clase de fruta.
Las hormigashacen
el mismo mal á los árboles en e s i
(¡enero de
niosron
de color pardo.
i 7.'?
paldar. El remedio ordinario es poner botellas á medio
llenar de agua con m i e l , bien mezcladas una con otra,
y frotar u n poco los cuellos para atraerlas , y cuando e s tán llenas se vacian y se p o n e n otras.
H e probado poner un barreño al pie del árbol con
agua y miel m e z c l a d a s , y he logrado csterminar las hormigas y preservar el á r b o l , con tal que vengan de bajo
de e s t e ; p o r q u e si vienen de lo alto de la pared es m e nester recurrir á las botellas.
Los albérchigos , albaricoqueros y ciruelos están s u jetos á u n mal muy grande , cual es el de la goma , su
enemiga mortal. Cuando esta impide subir la savia, no
hallo ningún m e d i o , p a r t i c u l a r m e n t e si está al rededor
del e n j e r t o ; pero c u a n d o no está sino al lado de una
rama , es menester q u i t a r la goma hasta lo vivo de la
rama , poner boñiga de vaca e n c i m a de la llaga y e n volverla bien con u n lienzo a t a d o con b r a m a n t e .
L o s malos vientos de u n a primavera fria q u e m a n y
lastiman m u c h o los árboles , p a r t i c u l a r m e n t e los a l b é r chigos , a r r u g a n las hojas , de suerte que. e s t e r n a l les
hace perder la lozanía sin esperanza de remedio , sobre
todo cuando las hormigas y bis ;:u-ann-- \ c i d e s se a p o deran de las hojas.
Los árboles suelen tener t a m b i é n t u m o r e s , y el r e medio es cortar estos hasta lo vivo , practicando al efecto lo que he dicho á V. para la goma.
El musgo daña t a m b i é n la corteza de los árboles : el
remedio e s q u i t a r l o de vez en cuando en el o t o ñ o , en
tiempo de lluvia , con cuchillos de madera ó con c e p i llos hechos á propósito para este efecto.
EL
CURIOSO.
Ya estoy bien instruido de las causas de las enfermedades de los á r b o l e s ; hágame V. el favor d r decirme
cuáles son los animales que dañan y comen las mejores
frutas en los á r b o l e s , y los remedios que V. hace para
preservarlas de ellos.
EL
HORTELANO.
Las turones son como u n o s ratones • p e q u e ñ o s que
dañan m u c h o las f r u t a s ; y para impedirlo se pone al
pie del árbol una de esas c a m p a n a s de vidrio que sirven
en las tablas de mantillo , ó bien otra vasija semejante,
se llena de agua hasta la m i t a d , y el turón que viene
ordinariamente por la noche para subir al enrejado,
como la campana ó el b a r r e ñ o está á raiz de la tierra,
cae en el agua y se ahoga. Una vez hallé en u n a c a m p a na u n a docena de estos a n i m a l e s q u e se habian a h o gado en u n a sola noche.
L a s sabandijas y los caracolillos (1) comen las m e j o res frutas de los á r b o l e s ; p e r o por poco cuidado que se
tenga en hacerles la g u e r r a , no dañan m u c h o y es fácil
cogerlos por la noche 6 por la m a ñ a n a .
Para destruirlos se tienen astas de c a r n e r o , cuyo olor
los atrae dentro de las m i s m a s , donde q u e d a n presos
sin poder salir , y así todos los dias no hay m a s que v a ciar el asta. P o r medio de este cebo preservará V. sus
albérchigos , albaricoques é higos de estos insectos que
los pican y d a ñ a n .
EL
CURIOSO.
Solo m e falta p r e g u n t a r á V. en qué consiste el t r a bajo que debe hacer un hortelano cada m e s del a ñ o . Sé
que habla de ello M. de la Q u i n t i n i e ; pero me atendré
á lo que V. me diga.
(l) Los hay con concha y sin ella-
17o
CAPÍTULO XV.
¿ n qué consiste el trabajo que debe hacer un
en cada, mes del año.
hortelano
Trabajo en el mes de enero.
EL
HORTELANO.
Para satisfacer á V. seguiré el orden de los m e s e s . Si
no se ha empezado en el m e s de diciembre á corlar los
á r b o l e s , el m e s de enero es el verdadero tiempo de hacerlo con respecto á los espinales , escoptuando e m p e ro los perales que son c h u p o n e s y los albérrbigns.
Si algunos árboles están débiles y m a r c h i t o s en esta
estación , se m u d a la tierra y se hace traer de nueva (en
caso que no haya todavía heladas c o n t r a r i a s ) , á fin de
q u e los árboles vuelvan á t o m a r u n nuevo vigor en la
primavera.
Si se tienen todavía árboles para plantar, se harán hoyos (suponiendo que no se hayan hecho en el mes a n t e rior) de seis pies en cuadro y de tres pies de profundidad para p l a n t a r l o s , y se hará poner estiércol por e n cima de la tierra al pie de cada árbol n u e v a m e n t e plant a d o , como dejo dicho a n t e r i o r m e n t e .
El m e s de enero es o p o r t u n o para trabajar en los e n rejados de los espaldares , p o r q u e entonces esta obra no
daña en n a d a á los árboles, como en la primavera , que
es el tiempo de su germinación.
Si se tiene que hacer alguna operación en los árboles
viejos, como por e j e m p l o , cortar algunas raices para
hacerles dar fruto (como se ha dicho a n t e s ) , es este el
b u e n t i e m p o ; pero será todavía mejor hacerlo en los
m e s e s de noviembre y d i c i e m b r e .
Si V. es curioso en tener cosas n u e v a s , observará si
170
s u h o r t e l a n o lia h e c h o l a b i a s para s e m b r a r s e m i l l a s d e
l e c h u g a s c r e s p a d a s p a r a l a s e n s a l a d a s y r á l l a n o s para t e ner d e p r i m e r i z o s . I . a s c a m p a n a s d e v i d r i o s e r á n d e u n
g r a n d e a u s i l i o para c u b r i r l a s l e c h u g a s a p i ñ a d a s , l o s
pepinos y los melones.
ISo s e d e s c u i d a r á el r e c a l e n t a r d e v e z e n c u a n d o l a s
labias.
E n esle m i s m o m e s de enero se p u e d e n hacer
d e h o n g o s ó s e t a s (he esplkado
anteriormente
tablas
/amanera
de hacerlos).
El h o r t e l a n o s e o c u p a r á e n h a c e r e s t e r a s d e paja para
cubrir cierta calidad de p l a n t a s en las t a b l a s , y p u e d e
también en los tiempos crudos que no permiten
traba-
jar e n l a h u e r t a , r e c o m p o n e r l a s c a j a s ó h a c e r d e n u e vas t a n t o para l a s h i g u e r a s c o m o para c u a l q u i e r
otro
uso.
Si n o s e ha q u i t a d o el m o h o de l o s á r b o l e s , s e hará e n
e s t e m e s , c o n tal q u e el t i e m p o s e a h ú m e d o .
S e llevará e s t i é r c o l á l a s t a b l a s p a r a e s t e r c o l a r la tierra e n la c u a l s e i n t e n t a s e m b r a r l a s s e m i l l a s d e h o r t a l i za e n s u t i e m p o . S e p o n d r á n e s t e r a s e n c i m a d e l o s g u i s a n t e s si se han s e m b r a d o en los m e s e s de n o v i e m b r e y
diciembre.
S e e n j e r t a n e n h e n d i d u r a d u r a n t e el m e s d e e n e r o l o s
p e r a l e s , lo? m a n z a n o s y l o s c i r u e l o s .
Trabajo en el mes tic febrero.
L o q u e n o s e ha p o d i d o h a c e r e n el m e s d e e n e r o s e
h a c e en este m e s . Se vuelven á plantar l e c h u g a s en l a bia d e m a n t i l l o b a j o d e c a m p a n a s para t e n e r l a s
tem-
prano y q u e estén a p i ñ a d a s , prefiriendo las crespadas á
todas las d e m á s por ser m a s estimadas.
Si la p e p i l a d e m e l ó n n o ha s i d o s e m b r a d a
en e n e r o ,
e s p r e c i s o h a c e "rio en f e b r e r o , c o m o t a m b i é n las de p e s
m
pinos y de verdolagas v e r d e s ; pero no la verdolaga d o rada , p o r q u e es demasiado t i e r n a .
Se continúa en este m e s e n j e r t a n d o en hendidura los
Itérales, los m a n z a n o s y los c i r u e l o s .
Si se tienen todavía árboles para p l a n t a r , no se diferirá el hacerlo m a s tarde , si el t i e m p o lo p e r m i l c .
Trabajo en el mes de
marzo.
Se forman nuevas tablas para volver á plantar pepinos
y melones.
E n las tierras h ú m e d a s se planta toda s u e r t e de á r boles , como p e r a l e s , m a n z a n o s . a l b é r c h i g o s . a l b a r i c o q u e r o s y ciruelos.
Se enjerta todavía en h e n d i d u r a .
Se siembra en tierra llana toda s u e r t e de semillas de
legumbres hacia fines del mes , á escepcion de la verdolaga d o r a d a .
Se estercolan las tablas s e m b r a d a s y se plantan los e s párragos.
A u n q u e se hayan s e m b r a d o guisantes en el mes de
noviembre ó de d i c i e m b r e , es bueno s e m b r a r en este
mes para tenerlos c u a n d o han pasado los p r i m e r o s .
No se plantará hasta el principio del m e s de mayo la
planta que se haya hecho nacer en las tablas de plantel,
p o r q u e es menester que la tierra haya tomado calor.
Se empieza á dar u n poco de aire á las alcachofas,
q u e están c u b i e r t a s de estiércol,
No debe tenerse prisa en descubrir las alcachofas h a s ta que se esté bien seguro que no habrá heladas.
Se s i e m b r a n en tierra las semillas de chirivías.
D u r a n t e este m e s se entierran losacodos de las h i g u e ras que están en tierra llana, para ponerlos en las cajas,
y luego en las tablas de mantillo (véase el tratado de
las higueras).
12
ns
Se corlan los alberchigos hacia mediados de este m e s ,
y también los alharicoqucros en espaldar.
Si se tienen guarniciones de yerbas finas para t r a s plantar se hará á últimos de este m e s ; pero p u e d e a l a r garse hasta principios de abril.
Trabajo en el mes de abril.
L a s obras de la h u e r t a , y principalmente las labores
para las legumbres , empiezan á no querer dilación.
Se principia por limpiar las calles ó pasadizos de la
huerta.
Se continúa en s e m b r a r las semillas de las l e g u m b r e s ,
como a c e d e r a , acelga , p e r e g i l , cebolleta, cebolla blanca y c o l o r a d a , etc.
Se siembra el cardo de E s p a ñ a sobre mantillo para
trasplantarlo en el mayo siguiente (véase lo que he dicho anteriormente sóbrela manera con que se le ha de
cultivar).
Se siembra en este mismo mes la albahaca sobre m a n tillo para ser trasplanlada en seguida (véase lo dicho
anteriormente).
Se siembra el apio sobre mantillo p a r a ser t r a s p l a n tado á la tierra en el m e s de m a y o . (Véase, lo dicho anteriormente sobre la manera de cultivarlo.)
Se siembra la semilla de lechuga en mantillo para ser
trasplantada á la tierra á su debido t i e m p o .
Se siembra la achicoria en m a n t i l l o , y se trasplanta
luego á la tierra para tenerla primeriza.
Se s i e m b r a en tierra la semilla de remolacha.
Se riegan los árboles jóvenes plantados desde el o t o ño , lo mismo q u e los enjertos en h e n d i d u r a .
Se cortan los pepinos y los m e l o n e s , y se s i e m b r a n
a u n sobre mantillo p»ra plantarlos en tierra llana.
Este es el t i e m p o de plantar los fresales y de pizcar los
vastagos viejos del pie de los árboles.
179
En este mes se quita e n t e r a m e n t e el estiércol que cubre las alcachofas, y se empieza á renovarlas y plantarlas.
Si los árboles están en savia al fin de este mes , se e n jertará-en corona ; de lo c o n t r a r i o se diferirá hasta el
siguiente m e s .
Se pizcan los enjertos en h e n d i d u r a sobre perales,
manzanos y c i r u e l o s .
Se labran las alcachofas d e s p u é s de haber q u i t a d o el
estiércol que las c u b r í a , y se hace u n a balsa p e q u e ñ a
al pie de cada p l a n t a , á fin de q u e no se esparza el agua
p o r . n i n g ú n lado c u a n d o se riegan.
Cuando los alhérchigos están en flor , se cubren para
preservarlos de la helada , á cuyo efecto hago uso de las
cascaras de guisantes , dejándolas hasta que los alhérchigos sean gruesos como e l d e d o p e q u e ñ o . Lo m i s m o
se debe practicar con los albarieoqueros y ciruelos que
están en'•espaldar:
Trabajo
en.el mes rj.e moyo.
, -,
El hortelano cuidadoso no difiere mas los trabajos
que no se han hecho en abril.
Se escardan las tablas d o n d e se han s e m b r a d o lasasemillas , á fin de q u e crezcan m e j o r ; y á fines del mes se
aclaran las de las raices c u a n d o han crecido demasiado
espesas.
Al principio de este m e s se siembran las habichuelas,
y no m a s p r o n t o , p o r q u e son tiernas y se p e r d e r í a n con
la m e n o r helada , lo que acontece á menucio en los m e ses de marzo y abril.
Se s i e m b r a n los r á b a n o s en tierra l l a n a , las semillas
de lechugas r o m a n a , la r e a l , la b e l l a g u a r d a , y afines
del mes la lechuga de A l e m a n i a . Se continúa s e m b r a n do de la misma especie en j u n i o para tener de las ú l t i -
J
so
m a s : se Inm-aii m e j ó r e n l a s tierras francas que en las
ligeras.
Se siembran coliflores sobre m a n t i l l o .
Se siembran t a m b i é n coles de invierno , coles de M i lán , en fin todas las semillas de hortaliza qoe no se han
sembrado d o r a n t e los meses de marzo y abril. Se p l a n tan t o d a N Í a repollos.
Se siembra en tierra la semilla de la achicoria para
ser trasplantada a su t i e m p o .
Se siembran semillas de n a b o s en tierra para tener los
primeros.
Se siembra semilla de calabazas sobre lecho para ser
trasplantada á la tierra (véase lo que se ha dicho sobre
la manera de
cultivarlas).
El hortelano cuidadoso no debe dejar de p i z c a r l a s
r a m a s c h u p o n a s de los albérchigos á cinco 6 seis yemas
de la brotacion de la corta riel mismo año , por las r a zones que he dicho en el capitulo de la pizcacion de los
árboles.
Se cortan las ramas de los albérchigos que no han d a do fruto, y se debe tener cuidado en desmochar. Es t o davía tiempo de pizcar el vastago principal del enjerto
en h e n d i d u r a , lo mismo que los a l b é r c h i g o s , para t e nerlos bajos y hacerles echar p e q u e ñ a s ramas inútiles;
faltando esta operación, el vastago se llenaría, y c o n s u miría i n ú t i l m e n t e la savia de todo el árbol.
Se enjerta todavía en corona.
Es menester seguir el método que he dado en el tratado de los enjertos.
Se hará u n r e c o n o c i m i e n t o de los albaricoqueros que
tienen demasiada fruta , y se cogerá para confitar , á fin
de que la que quede en los árboles se haga m a s gruesa.
Al principio de este mes se sacan las higueras del apos e n t o para ponerlas en algún buen a b r i g o , se cortan de
la manera que he esplicado en el tratado de las higueras y se les da en seguida un b u e » remojo.
181
Se debe tener c u i d a d o de no p e r m i t i r n i n g u n a rama
de a l b é r c h i g o s , de perales ni de otra especie detrás do
las estacas de los e s p a l d a r e s , pues embarazarían cuando se fuese á cartar los árboles.
Trabajo
en el mus de junio.
Si no se ha desmochado en el m e s de mayo es m e nester hacerlo en este.
Se empalizarán los albérchigos, y al m i s m o t i e m p o se
cogerá el fruto s o b r a n t e de los m i s m o s , á fin, de que el
que q u e d e aproveche m u c h o m a s .
E n este mes se debe atar la viña y d e s p a m p a n a r l a .
Se darán frecuentes riegos á las higueras en caja, y
i las legumbres que tengan necesidad , c u a n d o no llueva.
Los que quieren enjertar en e s c u d e t e eu la j e r m i n a cion lo deben hacer hacia S. J u a n .
Se siembran a c h i c o r i a s , lechugas de Genova y de
otras e s p e c i e s , de las cuales he hecho mención en el
trabajo del m e s de m a y o .
Se siembran todavía habichuelas liara tenerlas en
otoño.
Se siembran sobre tierra brócolis de invierno para ser
trasplantados en s e g u i d a .
Se siembran g u i s a n t e s para tenerlo? verdes d u r a n t e
el estío.
Se pizca el estremo de las higueras en este m e s á i-cií
yemas de la brotacion que han hecho después de la p r i m a v e r a , por las razones que he dicho en el tratado de
las higueras.
Cuando los árboles en espinal están demasiado c a r gados de frutas, se quitan a l g u n a s para q u e aprovechen
las que se dejan , y á fin de q u e m a d u r e n mejor.
Si se tienen bojes y palizadas , es esta la buen» "Moción para que crezcan iguales.
182
Si se tienen estiércoles propios para hongos ó setas,
se pueden hacer lechos como he dicho antes.
Se tendrá cuidado de coger la simiente de escorzonera: esto se debe hacer por la m a ñ a n a d e s p u é s (pie habrá pasado el rocío.
Trabajo en el mes de julio.
Se siembran todavía guisantes para tenerlos verdes
en el mes de o c t u b r e .
Se siembran habichuelas para comerlas verdes en
otoño.
Se siembran achicorias para tenerlas en otoño y en
invierno.
Se hace u n r e c o n o c i m i e n t o d é l o s alberchigos para
quitar las ramas inútiles.
Se siembran espárragos , pero en p e q u e ñ a c a n t i d a d ,
p o r q u e se espigan : empero sí el hortelano es cuidadoso
de regarlos no dejarán de nacer y estar en estado de c o jerlos antes de llegar aquel caso.
Se s i e m b r a n coles de M i l á n , y se c o n t i n ú a r e g a n d o
las higueras en cajas y las l e g u m b r e s sin i n t e r m i s i ó n . Se
c u b r e n los pepinos que están en tierra llana.
Se siembra todavía semilla de n a b o s en tierra para
tenerlos d u r a n t e el otoño é invierno.
Se enjertan los ciruelos en escudete desde el p r i n c i pio de este m e s .
Se enjertan los membrillos á m e d i a d o s del m e s , desde que las estaciones van d e s o r d e n a d a s : a n t i g u a m e n te no se enjertaba hasta cerca de mediados de agosto.
Se empiezan á descubrir las fruías en espaldar para
que t e m e n c o l o r , p a r t i c u l a r m e n t e los alberchigos.
¡83
Trabajo
en el mes de agosto.
Este es el t i e m p o de recoger la semilla de lechuga';.
El hortelano que es curioso de estas semillas debe p o ner cada especie de semilla s e p a r a d a .
Se recoge t a m b i é n la semilla de cebolleta, de cebolla,
de p u e r r o , y és m e n e s t e r dejarla con su cascara hasta
que se necesite para sembrarla , y e n t o n c e s se frota p a ra hacerla s a l i r ; mi m é t o d o es hacerla saltar de su c a s cara en u n a l m i r e z , y lo hago sin que se q u e b r a n t e u n
g r a n o : este m é t o d o es de m u c h o a d e l a n t o : se aecha en
seguida esta semilla , a fin de que q u e d e limpia.
Se vuelven á plantar achicorias, se atan las que se han
trasplantado en el mes de j u l i o , h a c i e n d o de m a n e r a
que la a t a d u r a de arriba n o esté tan a p r e t a d a , á fin de
q u e no reviente p o r m e d i o .
Se p u e d e todavía s e m b r a r d u r a n t e este m e s semilla
de escorzoneras.
Se d e s c u b r e n e n t e r a m e n t e las frutas. Esto es contra
la opinión de algunos hortelanos que no las quieren descubrir basta ocho ó diez dias antes de. su perfecta sazón;
pero la esperiencia que tengo de lo c o n t r a r i o me las
hace descubrir m a s de un mes a n t e s , y tengo siempre
hermosos y gruesos lalbérchigos y bellas peras q u e t o m a n c o l o r , como la de buen cristiano de invierno, la
virgulosa, etc.
E n e f e c t o , es c o n s t a n t e que tina fruta que habrá e s tado perfeccionada por el calor del s o l , y que no habrá
estado á la sombra de las hojas de su árbol . será s i e m pre de mejor gusto y de u n color m a s vivo q u e otra. Mi
razón es q u e su j u g o habrá estado mejor digerido , y su
h u m e d a d s u p é r f l u a s e evaporó con el calor del sol.
Se visitan los espaldares de los albérchigos para ver si
son a b u n d a n t e s en savia , y si tienen necesidad de ser
empalizados.
184
Se visitan t a m b i é n los e m p a r r a d o s de uvas si no selif
hecho d u r a n t e el m e s de julio.
En este mes se s i e m b r a la semilla de repollos,)' cuando están en estado conveniente se p o n e n en plantel. Un
hortelano que sabe su oficio no descuida ponerlos en
algún buen abrigo para conservarlos d u r a n t e el i n v i e r n o , y poderlos después p l a n t a r en la p r i m a v e r a .
Se siembran r á b a n o s p a r a t e n e r l o s en otoño.
Se siembra perifolio p a r a tenerlo en invierno y en la
primavera.
Hacia m e d i a d o s del m e s se empieza á enjertar los
almendros que han sido p l a n t a d o s en la primavera ; p e ro no los que han sido p l a n t a d o s en el año anterior, porq u e están todavía a b u n d a n t e s en savia.
Se continúa regando todo lo q u e t e n g a necesidad, c o mo a c h i c o r i a s , l e c h u g a s , r á b a n o s y otras l e g u m b r e s .
Se corlan los b r a z o s viejos de las alcachofas, de los
cuales se han q u i t a d o las pinas , como inútiles.
Se c o n t i n ú a en s e m b r a r espinacas , y se riegan á m e n u d o c u a n d o han n a c i d o .
Se recogen los g u i s a n t e s que se han dejado secar para
la provisión de u n a casa.
En este mes ó en principios d-e s e t i e m b r e se cojen los
agraces para estrujar.
Cuando se vé q u e la cebolla no crece en tierra á c a u sa de sus hojas , es menester rodar u n tonel encima para q u e b r a n t a r las espigadas y aprovecharlas.
Se empieza á m e d i a d o s de este m e s á plantar cebolleta [jara la cuaresma , ó p a r a hacerla espigar.
El hortelano que es c u i d a d o s o de su h u e r t a no debe
descuidar en este m e s hacer labores por la tercera vez
en los ariales y e s p a l d a r e s , y raspar en los senderos de
las labias. Este t r a b a j o es muy útil por las razones que
he dicho a n t e s .
No so debe olvidar plantar coles blancas de invierno.
Se empieza después del 15 del m e s á s e m b r a r semilla
185
de cebolla b l a n c a , para tenerla el año siguiente en el
mes de m a r z o ; pero no es m e n e s t e r sembrar gran c a n tidad para q u e no espigue.
Trabajo
en el mes de
setiembre.
Se enjertan d u r a n t e este m e s los almendros de alto
tronco , su savia no es tan a b u n d a n t e como lo es en el
m e s de a g o s t o ; en esto d e b e hacer alcncion el h o r t e l a n o , p o r q u e si tuviesen demasiada savia perjudicaría
esta las yemas de los escudetes.
Cuando los enjertos de los almendros enanos han faltado el año a n t e r i o r , se enjerta el nuevo vastago en e s te m e s .
Se empieza á atar las coliflores y los apios. No se d e ben cubrir de tierra para q u e se vuelvan b l a n c o s ; y se
cortan los estremos p a r a q u e el pié aproveche m u c h o
mas.
E n este mes se sacan de. la tierra las cebollas para hacerlas secar , ó arreglarlas si no se ha hecho en fines de
agosto.
No se descuidará pisar las hojas de las r a i c e s , como
remolachas y c h i r i v i a s , para hacerlas engordar b i e n .
Se empieza á empajar los cardos de E s p e ñ a para h a cerlos b l a n q u e a r . P a r a impedir que los grandes vientos
los r o m p a n , aconsejo guarnecerlos bien de tierra.
Se continúa en ligar con paja las coliflores que e m piezan á coparse.
Se siembra al principio de este m e s la semilla de c e bolla b l a n c a , para tenerlas d e s p u é s de las que han sido
s e m b r a d a s en el mes de agosto.
Se planta todavía achicoria para tenerla en el invierno.
Se siembran espinacas, para tenerlas después de P a s cua.
186
Trabajo en el mes de octubre.
Se empieza á deshacer las t a b l a s , y se pone mantillo
á p a r t e , lo mismo que el estiércol p o d r i d o , para ser
puesto en las tablas donde se quieren s e m b r a r las sem i l l a s , ó en el plantel q u e se debe poner en la p r i m a vera.
Los que tienen q u e hacer planteles de arboles deben
empezar á hacer cavar la tierra (quiero decir la que no
es fria y h ú m e d a ) : ya he esplicado el m é t o d o .
En las h u e r t a s cuyas tierras son calidas y ligeras, se
debe visitar los a r b o l e s ; si se ve q u e hay de m u e r t o s , es
m e n e s t e r hacer hoyos de seis pies en c u a d r o ; esto se
entiende pava los árboles viejos; p o r q u é si es u n árbol
joven m u e r t o , cuya tierra hubiese sido ya cavada,seria
inútil hacer u n hoyo tan g r a n d e , bastando el que tenga
tres ó cuatro pies en cuadro y dos de profundidad. E s t e
trabajo será muy útil d u r a n t e este mes , p o r q u e las l l u vias y los grandes r o c í o s , que son frecuentes, c o n t r i b u yen m u c h o en p r e p a r a r la tierra.
No sucede lo mismo con las tierras h ú m e d a s y frías,
con respecto á las cuales es m e n e s t e r diferir esta obra
basta el fin de febrero.
Al fin de este m e s se m e t e n en el aposento las h i g u e ras que están en caja , los laureles y todos los árbolitos
que, padecen en la helada.
Se p l a n t a n fresales jóvenes en guarnición ó en tablas
para tener fruto el año siguiente.
Se plantan también las g u a r n i c i o n e s de boj; las g u a r niciones de yerbas finas creo que p r e n d e n m a s s e g u r a m e n t e si se plantan á fines de m a r z o , en cuyo tiempo
han pasado r e g u l a r m e n t e las heladas. E s t a práctica m e
ha salido siempre bien.
187
Trabajo en el mes de
noviembre.
Las labores de invierno se hacen en este mes sin d i ferirlas m a s . H e esplicado el método de hacerlas según
la calidad de la tierra.
Los q u e tienen árboles para p l a n t a r en u n a tierra l i gera ó en u n a tierra franca que ni es caliente ni fria, no
deben dejar de hacerlo por todo este m e s por las r a z o n e s q u e he dicho a n t e s . T a m p o c o debe olvidarse el acarrear estiércol para ponerlo á cada pié de árbol sobre la
tierra donde se h a b r á n p l a n t a d o .
Cuando los espigones de espárragos están en semilla
se corlan c u a n d o esla eslará e n c a r n a d a . Si se hiciese
mas p r o n t o , se malograría y solo echaría pequeños r e nuevos en la p r i m a v e r a .
Se empieza á arreglar las alcachofas en las tierras que
no son h ú m e d a s , p o r q u e si lo fuesen y se cubriesen se
pudrirían los pies d u r a n t e el invierno, E s n e r e s a r i o p u e s
cubrirlas solo con estiércol seco ó con hojas secas. Cuando se vé el tiempo dispuesto para h e l a d a s , debe el h o r telano procurar cubrirlas á medida que a u m e n t e la h e lada.
En este m e s se hace la pesquisa al pié de los árboles
que están m a r c h i t o s , á fin de aplicarles el remedio n e c e s a r i o , como cortar sus r a i c e s , hacer traer nuevas
tierras y poner al pie por encima de la tierra dos ó tres
banastos de estiércol p u d r i d o .
Para las tierras ligeras que no tienen tanto cuerpo como las f r a n c a s , se hace m a c h a c a r estiércol con la h o r quilla de hierro para reducirlo casi á mantillo y m e z clarlo con la tierra nueva , como he dicho al hablar de
la manera de trasplantar los árboles sin terrón.
Ordinariamente este mes es h ú m e d o , que es la v e r dadera estación de q u i t a r el moho á los árboles que tienen.
188
El hortelano no dejará de d i s p o n e r t a n t o las higueras
en espaldar, como las que están en espinal en tierra l l a na , de tal m a n e r a que p u e d a preservarlas de la helada.
(Véase el Tratado de las higueras.)
Si la achicoria está b a s t a n t e fuerte , se atará y c u b r i rá de estiércol seco p a r a que se vuelva b l a n c a .
Si se quieren tener hongos ó setas en la p r i m a v e r a se
hará en este m e s u n a tabla de p l a n t e l , que he esplicado
ya el modo de hacerla.
Para conservar las r a i c e s de invierno, es decir, r e m o lachas y c h i r i v i a s , es m e n e s t e r elegir u n dia b u e n o , h a cerlas a r r a n c a r en terrón y entrarlas en la h a b i t a c i ó n ,
plantándolas la u n a cerca de la otra para c u a n d o se n e cesiten.
Se hace lo m i s m o para conservar la achicoria, no porque no se p u e d a dejarla en la tierra llana sin a t a r l a , y
cubrirla de estiércol seco u n poco espeso para p r e s e r varla de la helada ; sino p o r q u e la considero m a s bien
en la h a b i t a c i ó n .
Se ponen las coliflores en terrón en el a p o s e n t o . Cuando sus pinas no fuesen m a s gruesas q u e u n huevo de
paloma, no dejarán d e crecer y de-hacerse g r u e s a s , con
tal q u e estén e n t e r r a d a s á medio pié en la h a b i t a c i ó n .
E n el principio de este m e s , (si no se hace en o c t u bre) se q u i t a n los acodos gruesos de h i g u e r a s , á los cuales se ha hecho t o m a r raiz en cajas ó en c u é b a n o s , para
colocarlos en el a p o s e n t o , y en seguida en cajas mas
grandes en la p r i m a v e r a .
Se crian t a m b i é n en este m e s p e q u e ñ a s escarolas s o b r e m a n t i l l o , lo q u e ha de hacerse con c a m p a n a s de v i drio.
Se siembran guisantes en algún b u e n abrigo para t e nerlos p r i m e r i z o s , pero es m e n e s t e r cubrirlos d u r a n t e
la helada.
E n este m e s se hace la operación á los árboles viejos
cortándoles alguna raiz gruesa para hacerle dar fruto.
189
E s t a operación se p u e d e hacer t a m b i é n en los meses de
diciembre y enero.
Se trasplantan los árboles d u r a n t e este m e s , y se p u e de todavía hacer en d i c i e m b r e , enero y febrero ; pero es
mejor trasplantarlos en noviembre por las r a z o n e s que
llevo d i c h a s .
Trabajo
en el mes de
diciembre.
Todos los trabajos que se hacen en el m e s de enero
se p u e d e n hacer en el m e s de diciembre : así es inútil
detallarlos a q u í . (Véase lo dicho en el artículo del trabajo en enero.)
Creo haber csplicado á V. hasta aquí bastante claro la
m a n e r a de hacer y cultivar u n a h u e r t a frutal y de h o r t a liza. Quiero c o m u n i c a r á V. a h o r a , si lo d e s e a , las r e flexiones que he hecho sobre el cultivo de los árboles.
205
INDICE.
PÁG.
PREFACIO
3
PRIMERA PARTE
13
C A P . I . Délas cualidades de una buena tierra. .
C A P . I I . Del tiempo de cavar la tierra, y de la
manera de hacerlo
C A P . I I I . Distribución de una tierra de cuatro yugadas , que ha sido cavada á trespiés de profundidad , y que contiene setenta y tres toesas
de largo y cuarenta y ocho de ancho
C A P . I V . De las vistas diferentes del sol, y sus efectos
De la vista del sol saliente
fíe la vista de mediodía
De la vista del sol poniente
De la vista de norte
Accidentes de ¡avista del sol naciente
Accidentes de la vista del sol de mediodía.
. . .
Accidentes de la vista del sol de poniente
C A P . V. Enrejado de madera para las paredes. .
C A P . V I . Modo de hacer los enrejados con alambre
C A P . V I I . Relación de las peras que son mas estimadas y del tiempo de su sazón
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206
Peras de verano de los meses de julio y agosto. .
Peras del mes de setiembre
Peras del mes de octubre
Peras del mes de noviembre
Peras de invierno
C A P . V I H . Enumeración délos mejores y de los mas
escelentes albérchigos , de su figura y sus cualidades
C A P . I X . Relación de las mejores ciruelas, su figura y sus cualidades
C A P . X . Descripción de las mejores manzanas , su
figura y cualidades
C A P . X I . De la cantidad de árboles en espinal y á
todo viento que se necesitan para ocupar los
cuadros de una huerta frutal y de hortaliza de
cuatro yugadas
Cualidades de las peras de cada estación del año
para los trescientos perales enanos.—Peras de
verano
Peras de otoño
Peras de invierno
Distribución de trescientos treinta perales enanos.
Especie de manzanos enjertados con paradis.
.
Ciruelas de alto tronco
Arboles de alto tronco
C A P . XTI. La cantidad de árboles, tanto enanos como de mediana talla que se necesita para la
vista del sol saliente
Arboles enanos
C A P . X I I Í . De la cantidad de albérchigos y de sus
especies para la vista del sol del mediodía. . .
C A P . X I V . El número de especies deperales,
albérchigos , albaricoqueros y ciruelos para el espaldar situado al sol poniente
Perales enanos
Albérchigos de mediana
talla
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207
Albaricoqueros de mediana talla
Ciruelos de mediana talla
C A P . X V . De las especies de frutas para un espaldar en la vista de norle, y del número de árboles enanos y de mediana talla. .
.....
Perales enanos
Perales de mediana talla
Ciruelos de mediana talla
Del orden que se debe observar enplanlar
los perales enanos y los de mediana talla, en la vista de norte.
Estado general de todos los árboles , tanto de pepita , como de hueso, buenos para una huerta
de cuatro yugadas
C A P . X V I . Advertencias para tener árboles de buena especie y conocer la cualidad de la tierra
propia para los perales enjertados con franco
ó con membrillo. .
C A P . X V I I . Del tiempo y de la manera de plantar los árboles en espinal
C A P . X V I I I . Modo de plantar los árboles en espaldar
C A P . X I X . Para plantar bien los árboles de alta
talla á todos vientos
C A P . X X . De la manera de plantar las cepas de
moscateles, albillasy agraces
C A P . X X I . Lista de las semillas de hortaliza
útiles para una casa
C A P . X X I I . Ve la manera de disponer las tablas y
de sembrar las simientes de legumbres
C A P . X X I I I . De los riegos y de la manera de hacerlos
C A P . X X I V . Método para plantar y cultivar
útilmente las alcachofas y los espárragos
C A P . X X V . De la manera de hacer los mantillos.
C A P . X X V I . De los pepinos, de los cardos de Es-
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208
paña y de la albahaca
98
Cardos de España
99
La albaliaca
100
C A P . X X V I I . Del apio, de las lechugas y de las
achicorias
id.
De las lechugas
101
De las achicorias
102
C A P . X X V I I I . De las coliflores, coles de
Hilándoles repolladas, coles rubias de invierno y de las
calabazas.
. . <
103
Coliflores
id.
Coles de Milán
> 104
Repollos
id.
Coles rubias
10o
Calabazas
id.
C A P . X X I X . De la barba cabruna de España 6 escorzonera; barbajas comunes, zanahoria,
chirivia , remolacha y nabos
106
Barbajas comunes
107
Zanahorias y chiricías
id.
Remolachas
108
De los nabos
109
C A P . X X X . Del modo y tiempo de hacer los mantillos para hongos
id.
SEGUNDA P A R T E . — C A P . I . Délas labores y del
tiempo en que deben hacerse
111
C A P . I I . Sobre la corta ó poda de los árboles, y razones porque se cortan los que están en espinal
y en espaldar
114
C A P . I I I . Modo de corlar bien los árboles
117
C A P . I V . De la corta de los albérchigos , albaricoqueros y ciruelos
128
C A P . Y . De la segunda corta de los albérchigos en
espaldar, y del tiempo en que se debe hacer. . 130
C A P . V I . Delpizcamiento
délos albérchigos,
albaricoqueros, perales c higueras,y del desmoche,
131
209
C A P . V I I . fíela manera de gobernar los árboles con
fruto para que resulte este de buena calidad. . 1 3 3
C A P . V I I I . De la sazón de las frutas y del tiempo
de' cogerlas
Í37
C A P . I X . De la manera de conservar
las frutas en
la frutería.
140
C A P . X . De la poda de la viña.
.........143
C A P . X I . Tratado de las higueras y de la manera
de cultivarlas
145
C A P . X I I . Tratado de los enjertos
133
C A P . X I I I . Método de trasplantar
los árboles sin
terrón , tanto en espinal, como en espaldar ó
alto tronco
162
C A P . X I V . De la enfermedad de los árboles. . . . 1 6 8
C A P . X V . En qué consiste el trabajo que debe hacer
•un hortelano en cada mes del año. — Trabajo
en el mes de enero
175
Trabajo en el mes de febrero
176
Trabajo en el mes de marzo
177
Trabajo en el mes de abril
178
Trabajo en el mes de mayo
179
Trabajaren el mes de junio
181
Trabajo en el mes de julio
182
Trabajaren el mes de agosto
183
Trabajo en el mes de setiembre
185
Trabajo en el mes de octubre
186
Trabajo en el mes de noviembre
187
Trabajo en el mes de diciembre
189
R E F L E X I O N E S SOBRE EL CULTIVO
DE
LOS Á R B O -
L E S . — A R T . I . Del origen de la savia
A R T . I I . Como las raices sacan el nutrimento
de
las sales de la tierra
A R T . I I I . De qué manera se forma un árbol en la
tierra
A R T . I V . Razón porque los árboles están desprovistos de hojas en otoño
14
191
192
193
194
A R T . V . Razón porque los árboles plantados en la
primavera
en las tierras ligeras no brotan tan
bien como los que se plantan en otoño
197
A R I . V I . Razón porque los albérchigos no se mantienen en una rama de fruto que ha sido corlada á medio leño
198
A R T . V I I . Razón porque las ramas de un árbolviejo están alguna vez marchitas
. 199
A R T . V I I I . Razón porque los árboles viejos producen frutos mas gruesos , de un gusto mas delicado y en mayor cantidad que los árboles jóvenes
20Í
A R T . I X . Si se debe poner nieve al pie de los árboles
. . .
202
A R T . X . Razón porque la vista del sol naciente es
preferible á lodas las otras para hacer un espaldar , no obstante los accidentes que pueden
acontecer
203
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