Utilidad de distintos marcadores para el manejo de antirretrovirales: reconstitución inmunológica José Ramón Blanco Ramos, José Antonio Oteo Revuelta Área de Gestión Clínica en Enfermedades Infecciosas, Complejo Hospitalario San Millán - San Pedro de La Rioja, Hospital de La Rioja, Logroño Introducción Fisiopatología de la reconstitución inmunológica tras la administración del TARGA Manifestaciones clínicas en la reconstitución inmunológica Diagnóstico Tratamiento Bibliografía Introducción La infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) se caracteriza por una disminución progresiva en el número y en la “calidad” de los linfocitos CD4+ que predispone al desarrollo de infecciones oportunistas y neoplasias. La introducción del tratamiento antirretroviral de gran actividad (TARGA) ha modificado la historia natural de la infección por el VIH, consiguiendo una drástica disminución de la morbimortalidad gracias a la supresión de la replicación viral y de la consiguiente recuperación del sistema inmunológico (1, 2). Sin embargo, no todo son ventajas. Los pacientes con inmunosupresión grave (<50 CD4+) en los que se inicia el TARGA pueden sufrir complicaciones derivadas empeoramiento se de conoce la recuperación como “síndrome inmunológica. de Este reconstitución “paradójico” inmunológica”. Recientemente se ha propuesto el nombre de síndrome de reconstitución inmunológica inflamatorio, que será al que hagamos referencia en esta revisión (3). Se estima que su incidencia oscila entre el 10% y 25% de los pacientes que inician el TARGA (4, 5). Fisiopatología de la reconstitución inmunológica tras la administración del TARGA Un hecho característico de la infección por el VIH es la destrucción de los linfocitos CD4+ responsables de la respuesta antigénica y de la producción de citocinas como la interleucina (IL)-2, la IL-12 y el interferón (IFN)-. Como consecuencia de estos fenómenos se produce un aumento de otras citocinas mediadoras de la inflamación como el factor de necrosis tumoral (TNF), la IL-1 y la IL-6. Tras el inicio del TARGA (1-2 semanas), se produce una brusca reducción de la carga viral del VIH. Esta reducción se mantiene en los meses sucesivos hasta lograr una carga viral indetectable. En la mayoría de los pacientes, la reducción del número de virus provoca aumentos significativos de los linfocitos CD4+. Estos aumentos suelen ser bifásicos (6). En una primera fase (a las 8-12 semanas de inicio del TARGA), y como consecuencia de la redistribución de los linfocitos desde el tejido linfático y de una menor apoptosis celular, se observa un rápido incremento en la cifra de linfocitos CD4+ con memoria antigénica (CD45RO+) procedentes del timo y, en menor grado, de linfocitos de nueva creación (naive) (7, 8). En una segunda fase (de mantenimiento), el aumento de los linfocitos CD4+ es gradual y a expensas de linfocitos naive (CD45RA+, CD62L+). El posterior incremento y diferenciación de los linfocitos T es responsable de la síntesis y liberación de IL-2, IL-12 e IFN-. El TARGA también afecta a los linfocitos CD8+, apreciándose a lo largo del tratamiento un aumento en el cociente CD4+/CD8+ (9). El principal determinante para el aumento de los linfocitos CD4+ parece ser el rápido inicio del TARGA. El inicio precoz del tratamiento logra un aumento de las cifras de linfocitos CD4+, que cuando alcanzan valores superiores a 200/mm, confieren protección frente a determinadas enfermedades oportunistas. La traducción práctica es que mantener estas cifras de CD4+ por encima de 200/mm permite suspender la mayoría de las profilaxis primarias y secundarias frente a infecciones oportunistas. No obstante, el TARGA, por sí solo, no es capaz de lograr una “reconstitución inmunológica” completa (6, 10, 11). Además, en aquellos pacientes gravemente inmunodeprimidos que inician el TARGA, aunque normalicen su cifra de linfocitos CD4+, éstos suelen ser defectuosos. Además, las expresiones fenotípicas del marcador de activación CD38 de los linfocitos CD8+ (se correlaciona con el ARN del VIH y puede ser un mejor factor de predicción de la evolución de la infección que la carga viral del VIH) (12) y del CD28 (correceptor de los linfocitos T que facilita la activación de los linfocitos tras la exposición a antígenos) están disminuidas (13). Aparte de los linfocitos CD4+ y la carga viral, en la infección por el VIH existen otros marcadores biológicos de respuesta al tratamiento, como la 2-microglobulina, nucleosomas circulantes, neopterina, P-24, TNFR-II, etc. En el momento actual, la cifra de linfocitos CD4+ y la carga viral son los marcadores más utilizados (14). Manifestaciones clínicas en la reconstitución inmunológica En los pacientes con inmunodeficiencias graves, la respuesta inflamatoria está ausente, o si ésta se produce, es prácticamente inexistente. Como consecuencia de la mejora inmunológica y de la supresión virológica que tiene lugar tras el TARGA, en algunos pacientes se produce una “reaparición” de la inmunidad que es la base del síndrome de reconstitución inmunológica inflamatorio. Éste se define como un “deterioro paradójico de la situación clínica de un paciente tras la administración del TARGA”. Este proceso, aunque infrecuente, refleja un tipo especial de respuesta inflamatoria (15). El perfil del paciente que desarrolla el síndrome de reconstitución inmunológica inflamatorio suele ser el de un individuo muy inmunodeprimido (CD4+ <50 células/mm3) (16), cuya cifra de linfocitos CD4+ aumenta de dos a cuatro veces tras el inicio del TARGA, en el que se parte de una carga viral inicial elevada (>5 log 10) que se reduce más de 2 log10 con cualquier TARGA (en especial con los inhibidores de la proteasa) (3, 4, 17, 18). Por lo general, se manifiesta en pacientes con infecciones oportunistas activas o subclínicas (19) o que tienen una susceptibilidad genética (por ejemplo, el antígeno mayor de histocompatibilidad HLA-B44 se asocia con la infección por virus herpes) (16). En la Tabla 1 se exponen algunos factores de riesgo para el desarrollo del síndrome de reconstitución inmunológica inflamatorio. Tabla 1. Factores de riesgo para el desarrollo del síndrome de reconstitución inmunológica inflamatorio tras el inicio del TARGA en pacientes infectados por el VIH (15, 20). Duración de la inmunodeficiencia Grado de inmunodeficiencia (mayor en la grave) Velocidad de la reconstitución inmunológica Modelo de reconstitución inmunológica tras el TARGA - Reconstitución sin la completa supresión de la replicación del VIH - Aumento de los linfocitos CD8+ - Aumento de la IL-6 y de su receptor soluble - Aumento de los anticuerpos IgG frente al citomegalovirus - Aumento de la actividad de los linfocitos CD30 y CD26 - Aumento de la expresión del CCR3 y CCR5 de monocitos y/o macrófagos - Elevada producción de IFN- - Persistencia de la hipergammaglobulinemia policlonal Susceptibilidad genética - Haplotipos HLA (B72, DRB4, A2, B44, etc.) - Polimorfismo de los genes de las citocinas (TNF, IL-6, IL-12, etc.) El intervalo entre el inicio del TARGA y la aparición del síndrome de reconstitución inmunológica inflamatorio es variable (semanas-meses), si bien la mayoría de los casos aparecen en los dos primeros meses del tratamiento (3, 4, 17, 18). Dado que el TARGA produce un aumento de los CD4+ de memoria, es posible que el síndrome de reconstitución inmunológica inflamatorio dé lugar a una respuesta inmunitaria específica con los consiguientes signos y síntomas inflamatorios. En nuestro medio estamos acostumbrados a observar el síndrome de reconstitución inmunológica inflamatorio en pacientes afectos de tuberculosis y otras infecciones por micobacterias. No obstante, el síndrome de reconstitución inmunológica inflamatorio se puede observar o poner de manifiesto en otras enfermedades infecciosas, algunas de las cuales pasamos a describir brevemente. Infecciones por Mycobacterium sp. En nuestro medio (España), la afección que se observa con más frecuencia en pacientes que desarrollan síndrome de reconstitución inmunológica inflamatorio es la tuberculosis. Las infecciones por micobacterias suponen casi un tercio de todas las infecciones observadas (y exacerbadas) durante el síndrome de reconstitución inmunológica inflamatorio (3, 5, 17). En muchos casos es el síndrome de reconstitución inmunológica inflamatorio provocado después de iniciado el TARGA o el tratamiento antituberculoso el que pone de manifiesto la infección. Es posible observar un viraje en la prueba de la tuberculina (a pesar de no existir una mayor presencia de bacilos) (20). Por otro lado, esta micobacteria causa, por sí sola, cuadros de inmunosupresión que revierten tras la instauración de tratamiento antituberculoso. Según las series, hasta un tercio de los pacientes en TARGA que precisan tratamiento antituberculoso llegan a presentar deterioro clínico. Éste se caracteriza por fiebre elevada, por empeoramiento de la clínica respiratoria y de las lesiones radiológicas y por aumento de las adenopatías cervicales (21). Las manifestaciones extratorácicas son menos frecuentes e incluyen patologías tan graves como la cerebritis (16). Por este motivo, y si la situación clínica e inmunológica lo permite, es preferible iniciar el tratamiento antituberculoso antes que el TARGA. Otras especies de micobacterias que cabe destacar son las del complejo Mycobacterium avium. Así, si en los pacientes con inmunosupresión grave no sometidos a TARGA provocan enfermedad diseminada, en los pacientes sometidos a TARGA y con síndrome de reconstitución inmunológica inflamatorio, lo más frecuente es observar linfadenitis (en ocasiones en conglomerados), por lo general dolorosas. Su pronóstico en el contexto del TARGA suele ser favorable, aun en el caso de suspenderse el tratamiento específico. Infecciones por virus herpes Cerca del 50% de los pacientes con antecedentes de retinitis por citomegalovirus que inician el TARGA presentan recidivas de la misma (4). En los pacientes con síndrome de reconstitución inmunológica inflamatorio, y en especial en los que reciben tratamiento con inhibidores de la proteasa, el cuadro clínico se caracteriza por la presencia de retinitis más grave que cuando sólo se debe a la infección por citomegalovirus (22). Se ha descrito síndrome de reconstitución inmunológica inflamatorio con recidiva de enfermedad por citomegalovirus sin una grave inmunosupresión, y sin evidencias de replicación del virus. En estos casos, las manifestaciones son atípicas (uveítis, vitritis) (23). El aumento del título de anticuerpos de tipo IgG frente al citomegalovirus en pacientes con TARGA se ha implicado como factor de riesgo para el desarrollo de síndrome de reconstitución inmunológica inflamatorio (24). Por este motivo es recomendable que estos pacientes (en los que se inicia el TARGA) se sometan a revisiones oftalmológicas periódicas. Las manifestaciones clínicas por otros herpesvirus como el varicela-zóster son de dos a cinco veces más frecuentes en los pacientes que inician el TARGA (25). Por último, durante el síndrome de reconstitución inmunológica inflamatorio también se observa un aumento de la incidencia del sarcoma de Kaposi (herpesvirus 8) (26). Virus de la hepatitis B y C En los pacientes infectados por el VIH es frecuente la coinfección por los virus de las hepatitis (VHB y/o VHC). En estos casos, y en especial durante el TARGA, puede producirse una elevación de las enzimas hepáticas (efecto tóxico de la medicación, consecuencia de la reconstitución inmunológica, o ambos efectos a la vez) (3, 16). Por este motivo, y aunque no es fácil (puede requerirse una biopsia hepática), se debe diferenciar si esta hepatotoxicidad es secundaria al TARGA o bien a un síndrome de reconstitución inmunológica inflamatorio. El TARGA produce inicialmente (en las dos primeras semanas de tratamiento) un aumento de la carga viral del VHC y de las enzimas hepáticas. En la mayoría de los casos, la carga viral del VHC se normaliza en el plazo de unos tres meses (3). Una situación similar se produce en los pacientes con hepatopatía por el VHB. En el caso de que se observe un gran incremento de las cifras de transaminasas se debe valorar seriamente la suspensión o modificación del TARGA. En la Tabla 2 se muestran otras enfermedades infecciosas relacionadas con el síndrome de reconstitución inmunológica inflamatorio. Tabla 2. Microorganismos y enfermedades asociados al síndrome de reconstitución inmunológica inflamatorio (3, 5, 20). Enfermedades infecciosas Bartonella henselae Linfadenitis Citomegalovirus Retinitis/vitritis; neumonía Cryptococcus neoformans Meningitis; linfadenitis Hepatitis B Hepatitis Hepatitis C Hepatitis; necrosis hepática; crioglobulinemia Herpes simple Proctitis; encefalomielitis Herpes zóster Zóster Histoplasma sp. Granulomas Molluscum contagiosum Lesiones cutáneas Mycobacterium avium complex Lesiones cutáneas; linfadenitis focal; infiltrados pulmonares; cerebritis Mycobacterium leprae Cutánea Mycobacterium tuberculosis Pulmonar; linfadenopatía; diseminada; sistema nervioso central Parvovirus B19 Encefalitis focal Pneumocystis jiroveci Neumonía Sarcoma de Kaposi (herpesvirus 8) Cutáneo; pulmonar Virus BK Cistitis hemorrágica Virus JC Leucoencefalopatía multifocal progresiva Enfermedades sistémicas y autoinmunes ¿? Apendicitis Artritis reumatoide Articular Enfermedad de Graves Hipertiroidismo Guillain-Barré Parálisis ascendente Sarcoidosis Pulmonar; eritema nodoso Síndromes inflamatorios y enfermedades autoinmunes Estas patologías pueden estar presentes en el momento de diagnosticar la infección por el VIH o bien manifestarse por primera vez tras el inicio del TARGA (16). La existencia de estos síndromes y de enfermedades autoinmunes da información adicional sobre la fisiopatología del síndrome de reconstitución inmunológica inflamatorio. Entre otros procesos, se han comunicado casos de lupus eritematoso, artritis reumatoide, enfermedad de Graves-Basedow, sarcoidosis, etc. (8, 27-29). Al igual que sucedía con las afecciones anteriormente enumeradas (Tabla 2), en los pacientes con sarcoidosis, el TARGA empeora el cuadro clínico (30). Diagnóstico Hasta la fecha no existe ningún criterio diagnóstico consensuado para el diagnóstico del síndrome de reconstitución inmunológica inflamatorio. En una reciente revisión del tema, French y cols. proponen algunos criterios para el diagnóstico del síndrome de reconstitución inmunológica inflamatorio (Tabla 3) (16). La identificación de factores de riesgo clínicos y de marcadores genéticos ayudará en el futuro a identificar a los pacientes con síndrome de reconstitución inmunológica inflamatorio. El diagnóstico de este tipo de síndrome no es fácil y siempre debe realizarse el diagnóstico diferencial con una enfermedad oportunista o con una reacción farmacológica adversa. Tabla 3. Criterios diagnósticos propuestos para el síndrome de reconstitución inmunológica inflamatorio (16).* Criterios mayores A. Presentación atípica de una infección oportunista o tumoración en un paciente en TARGA Enfermedad localizada (adenopatías, bazo, hígado) Lesión inflamatoria exagerada (fiebre elevada sin causa aparente, lesiones dolorosas) Respuesta inflamatoria atípica (granulomas, necrosis, infiltrado inflamatorio linfocítico perivascular) Progresión del deterioro orgánico o de las lesiones preexistentes tras una mejoría clínica manifiesta por el uso de un tratamiento específico previo al TARGA, una vez excluida la toxicidad farmacológica o la presencia de nuevas enfermedades: - aumento de las lesiones cerebrales tras el tratamiento de una criptococosis o toxoplasmosis; - neumonitis progresiva o desarrollo de una neumonía organizativa tras el tratamiento de una tuberculosis o infección por P. jiroveci; - reaparición o agravamiento de una uveítis/vitritis tras la curación de una retinitis por citomegalovirus; - presencia de fiebre y citopenia tras el tratamiento de una infección diseminada por Mycobacterium avium complex; - empeoramiento de la lesiones del sarcoma de Kaposi y posterior resolución o mejoría sin tratamiento específico. B. Descenso de la carga viral del VIH mayor de 1 log10 Criterios menores Aumento de la cifra de linfocitos CD4+ tras el inicio del TARGA Aumento de la respuesta inmunológica específica frente a determinados patógenos (por ejemplo PPD) Resolución espontánea de una lesión o enfermedad tras continuar con el TARGA y sin el empleo de terapia antimicrobiana o del uso de quimioterapia *Requiere cumplir los criterios mayores o bien el criterio mayor “A” y dos criterios menores. Tratamiento En los pacientes gravemente inmunodeprimidos, la administración conjunta de agentes antiinfecciosos específicos al inicio del TARGA (con fines profilácticos) no evita su posterior desarrollo, por lo que están desaconsejados (31). El tratamiento del síndrome de reconstitución inmunológica inflamatorio debe ir dirigido al microorganismo implicado y a las manifestaciones del síndrome de reconstitución inmunológica inflamatorio (en este caso se pueden utilizar corticoides o antiinflamatorios no esteroideos) (3). La pentoxifilina, antagonista del TNF, puede ser una alternativa al uso de corticoides (5, 20, 32). Por último, si bien en la mayoría de los casos, las manifestaciones del síndrome de reconstitución inmunológica inflamatorio cesan a pesar de continuar con el TARGA, en ocasiones puede ser precisa una intervención quirúrgica (linfadenitis necrotizante). Bibliografía 1. Powderly, W.G., Landay, A., Lederman, M.M. Recovery of the immune system with antiretroviral therapy. The end of the opportunism? JAMA 1998; 280: 72-77. 2. Palella, F., Delanney, K., Moorman, A. y cols. Declining morbidity and mortality among patients with advanced human immunodeficiency virus infection. HIV Out-patient Study Investigators. 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