1 Sumak Kawsay, Buen Vivir, ¿alternativa al desarrollo? José María

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XXVII edició del Curs d’Estiu:
AMÈRICA LLATINA: VELLS CONFLICTES, NOVES SORTIDES
Sumak Kawsay, Buen Vivir, ¿alternativa al desarrollo?
José María Tortosa
mundomundialtortosa.blogspot.com
[email protected]
-No sé qué es lo que quiere decir con eso de la «gloria»- observó Alicia.
Humpty Dumpty sonrió despectivamente.
-Pues claro que no..., y no lo sabrás hasta que te lo diga yo. Quiere decir que «ahí te he dado con
un argumento que te ha dejado bien aplastada».
-Pero «gloria» no significa «un argumento que deja bien aplastado» -objetó Alicia.
-Cuando yo uso una palabra -insistió Humpty Dumpty con un tono de voz más bien desdeñosoquiere decir lo que yo quiero que diga..., ni más ni menos.
-La cuestión -insistió Alicia- es si se puede hacer que las palabras signifiquen tantas cosas
diferentes.
-La cuestión -zanjó Humpty Dumpty- es saber quién es el que manda..., eso es todo.
Lewis Carroll, Alicia a través del espejo, cap. 6
Para haberse originado en dos países andinos relativamente periféricos, el Ecuador y
Bolivia, la idea de Buen Vivir (o Vivir Bien como prefieren llamarlo en Bolivia) ha
tenido un éxito que quizás sus promotores no se esperaban1. El éxito no ha sido
clamoroso, pero sí digno de mención para ser un mundo en el que se produce lo que
Aníbal Quijano llamó “colonialidad del saber”: la exportación de ideas desde el centro a
la periferia. Se trata, en cambio, de una andadura opuesta (por lo menos aparentemente)
al flujo de ideas originadas en los países centrales y transmitidas a los periféricos con la
ayuda de algunos intelectuales de estos países periféricos dispuestos a pagar el tributo
de la autocolonizción con tal de conseguir el sello aprobador de las revistas que le
permitirán hacer carrera académica. El Buen Vivir, en cambio, recorre el camino en
dirección opuesta: se origina en el vocabulario de grupos humanos que se encuentran en
la periferia de la periferia y en lenguas consideradas (equivocadamente) por muchos de
1
“Sumak”, en quichua (kichwa), no se corresponde exactamente con el “Buen” en castellano (hubo una
cantante peruana que se llamó Ima Sumak -“que hermosa”, no en el sentido de “qué buena”-). En la
constitución del Estado Plurinacional de Bolivia que es prolija en el uso del vocabulario de los pueblos
originarios sobre el ideal de vida, el término no aparece en quechua (qheshwa) sino en aymara (Suma
Qamaña, buen convivir), El correspondiente término quechua en dicha constitución es “qhapaj ñan”,
sendero noble. Se ha discutido en el Ecuador si Sumak Kawsay es un término inventado recientemente sin
mucha relación con las tradiciones de los pueblos originarios, en concreto el quichua. No es una discusión
baladí, pero aquí se va a prescindir de ella aunque todo parece indicar lo relativamente tardía que ha sido
su introducción en el vocabulario político, siendo prácticamente inexistente en el cotidiano y en las
variantes peruanas y bolivianas.
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1
sus mismos compatriotas como lenguas “atrasadas” incapaces de pensamiento abstracto
y actual. Hecho ese recorrido, aparece (aunque no masivamente) en publicaciones
inglesas, alemanas, estadounidenses y, por supuesto, españolas.
La presente presentación se divide en tres partes. En la primera se intentará explicar este
relativo éxito de tal palabra y se hará atendiendo a las condiciones internas de los países
centrales (o, si se prefiere, todavía centrales o, también, en vías de subdesarrollo). El
Buen Vivir funcionaría como un test proyectivo (TAT, Rorschach) mediante el cual
pueden comprenderse algunos de los problemas de dichos países. En la segunda parte,
se partirá de una de las características de dichos test, necesarias para ser útiles: su
ambigüedad. Los planteamientos del Buen Vivir (BV) son ciertamente ambiguos dada
la heterogeneidad de los actores que han presentado o elaborado el concepto:
académicos, indígenas y políticos, con las esperables fronteras difusas entre las tres
categorías, pero que aquí se presentarán como si fuesen realmente heterogéneos y, de
hecho, son tendencialmente heterogéneos dadas sus diferencias en cuanto a la
motivación para elaborar y difundir el proyecto. Finalmente, en la tercera parte se
recorrerán breve y rápidamente algunos indicadores de buen funcionamiento del
Ecuador aunque no sean atribuibles necesariamente a las políticas del BV (si es que
existen y no se trata todo de una monumental retórica). Sintomáticamente, los datos que
muestran dicho buen funcionamiento son los convencionales: desigualdad, pobreza,
gasto público en sanidad y educación o gasto social en general.
1. Por qué interesa el Buen Vivir en los países centrales
Los países centrales (o, si se prefiere, “hasta ahora centrales”) se encuentran en una
profunda crisis sistémica. No se trata de las comentadas crisis económicas (antes
financieras), energéticas, medioambientales o alimentarias. Y tampoco parece que se
trate de un “cambio civilizatorio”, que es una perspectiva eurocéntrica y, por tanto,
equivocada por parcial: hay civilizaciones, no “la” civilización. Sencillamente, el
mundo (el sistema mundial) “ya no” es lo que fue bajo la Guerra Fría o bajo la breve
etapa llamada “globalización”, pero “todavía no” se sabe qué mundo va a resultar. Los
países hasta ahora centrales pierden puestos en el “orden de picoteo” mundial, irrumpen
los países emergentes (con su acrónimo los BRICS, pero sin tener que reducirse
necesariamente a tan reducida lista) dotados de instituciones alternativas a las existentes
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2
hasta ahora y que servían a los países centrales (se incluye la posibilidad de un Banco
que sustituya al Banco Mundial) y ese mundo se debate entre volver a la hegemonía
estadounidense, ver cómo aparece una potencia alternativa (como los Estados Unidos
sustituyeron a Britannia en el papel de hegemón mundial), asistir a la fragmentación del
mundo en zonas bajo su correspondiente potencia local (el Brasil, no los Estados
Unidos, para América Latina, uno de los argumentos subyacentes al golpe de Estado en
el Paraguay -no solo las multinacionales-) o encontrarse en un mundo sin estructura
alguna, caótico.
En ese contexto, en los países centrales cunde la idea de que están dejando de ser
centrales (experiencia dolorosa donde las haya para el Ego colectivo que pasa de
donante en la cooperación e importante inversor a recibir fraternal ayuda al desarrollo o
la inversión directa por parte de los que, hasta hace poco, la recibían) y en los
organismos internacionales gana espacio la idea de que el problema ya no son los
“países subdesarrollados”, sino los llamados hasta ahora “países desarrollados” que
tiene que mirar a aquéllos para aprender y no al revés. Aprender por lo menos a cómo
gestionar una crisis de la deuda, las condicionalidades del FMI (ahora de la “troika” que
añade el BCE y “Bruselas”) y los efectos previsibles de las mismas, a saber, aumento
del desempleo, de la pobreza y gestión del “feriado bancario” a la ecuatoriana o del
“corralito” a la argentina.
“US and Europe need to ‘learn from the rest of the world’”, titulaba al Financial Times2
el 13 de mayo de 2012 recogiendo el hecho de que el Banco Mundial andaba más
preocupado por los problemas de los “desarrollados” que por los que, en teoría, tendrían
que preocuparle. Digamos, generalizando, que el eurocentrismo, esa curiosa estrategia
cognoscitiva que consistía en suponer que lo importante era lo que nos sucedía “a
nosotros, los occidentales”, estaría atravesando un mal momento.
Pero también está en crisis otro de los vicios intelectuales de “Occidente”, a saber, el
universalismo, esa idea que supone que lo que “nosotros” pensamos es válido para todo
el mundo (para todo el universo si se apura la metáfora). Unida al eurocentrismo, ha
producido la plétora de “recetas” para el “desarrollo” de los pueblos, en particular en su
2
Accesible en http://www.ft.com/intl/cms/s/0/d3bd3e12-9d1b-11e1-932700144feabdc0.html#axzz1upFPb4V5
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3
versión más eurocéntrica y universalista, la del pensamiento económico neoclásico3. Sin
embargo, la misma OCDE ha propuesto un ejercicio que echa abajo tal pretensión. Se
trata del “Índice de Vida Mejor - Better Life Index”4 (obsérvese, de paso, el paralelismo
con el BV). El ejercicio consiste en presentar al lector una serie de variables (renta,
medioambiente, tiempo libre, trabajo, satisfacción, alojamiento, alimentación etcétera) y
preguntarle qué peso atribuiría a cada una de ellas en la confección del Índice.
Obviamente, sometido a tal propuesta, se puede dar como único peso a la renta (PIB) o
a la calidad del medioambiente o a la vida comunal y con ello ordenar a los países
miembros de la OCDE de manera diferente y lo mismo combinando un mayor peso a
una variable que a otra. El ejercicio permite algo inusual en estas materias: adoptar una
perspectiva de género, que no es ahora el caso de analizar. Pero el asunto se convierte
en un símbolo de que ya no hay un “pensamiento único”, una única manera de ordenar
los países de más a menos como hace el Banco Mundial con su Informe sobre el
desarrollo mundial o el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo con su
Informe sobre el desarrollo humano o, también, ordenarlos de mejor a peor (al estilo de
Transparencia Internacional), sino que el orden refleja las preferencias de quien las
aplica... que es lo que se ha venido haciendo en los distintos listados de países, incluido
el de países “desarrollados” o industriales, países intermedios y países “en vías de
desarrollo” basándose únicamente en su PIB y sin ni siquiera introducir el obvio
corrector de la desigualdad interna del país: mismo PIB con coeficientes de GINI desigualdad- distintos reflejan realidades muy diferentes. Hablar de nivel de renta sin
introducir su nivel de desigualdad es, como dice Johan Galtung, como si un geógrafo
diese la longitud, pero no la latitud de un punto en el mapa.
Simultáneamente, y como dirá el poco sospechoso David Suzuki, el ambientalismo ha
fracasado5 por culpa de la perspectiva dominante y, también, se impone la búsqueda de
“otra” economía6 como se venía observando desde años.
Vandana Shiva resumirá el problema diciendo7 que necesitamos:
3
Una discusión más pormenorizada en José María Tortosa, Maldesarrollo y malvivir. Pobreza y violencia
en el capitalismo mundial, Quito, Abya Yala, 2011, accesible en
http://www.rosalux.org.ec/es/mediateca/documentos/209-maldesarrollo.
4
Accesible en http://www.oecdbetterlifeindex.org/#/00000000000
5
David Suzuki, “A Biocentric Viewpoint is Needed Now!”, EcoWatch, 5 de enero de 2012, accesible en
http://ecowatch.org/2012/the-fundamental-failure-of-environmentalism
6
“The Rise of a New Economy Movement”, 20 de mayo de 2012, accesible en
http://www.alternet.org/economy/155452/the_rise_of_the_new_economy_movement/
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4
"build a new model – a decentralized, democratic, horizontal model, where all
ecosystems are respected and in which diversity is a value...
It means (being) careful about old tricks hidden by new words, such as the
‘green economy'"
El conjunto de crisis que aquejan a los países centrales tiene varias salidas:
1. El crecimiento (con estímulos de inmediato o con austeridades previas);
2. El crecimiento eficiente a partir de la conciencia de que hay límites (y ahí entra el
capitalismo verde o el desarrollo sostenible);
3. El decrecimiento (basado en formas de ecologísmo);
4. Y el reconocimiento de que problema no es el (de)crecimiento, sino el pasar de una
“Economía y Naturaleza” a “Economía en la Naturaleza” o biocentrismo. La propuesta
del BV encaja en esta cuarta opción (obvio que era falso el TINA de la Sra. Thatcher: si
que hay alternativas).
2. La ambigüedad del objeto sobe el que se proyecta
Los constructores y elaboradores del concepto del BV son, como se ha dicho, muy
heterogéneos y tampoco es que sus líneas divisorias estén siempre claras. Pero se
pueden considerar tres grandes grupos con intereses diferentes y no siempre
convergentes:
1. Los que buscan en el Sumak Kawsay una alternativa al desarrollo. Son, básicamente
los indígenas y algunos académicos, voluntaristas;
2. Los que ven en el Buen Vivir una forma de desarrollo alternativo. Académicos
básicamente y algunos políticos, pragmático; y
3. Los que obtienen una nueva palabra para añadir al crecimiento económico
convencional (PIB), propio de muchos políticos y, al parecer, sobre todo del gobierno,
no sin ciertas dosis de oportunismo.
Pero veámoslos como si no se solapasen.
7
http://www.commondreams.org/headline/2012/05/29-7
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5
Hay un par de buenas publicaciones académicas8. Pero se va a tomar como referencia
un artículo de Alberto Acosta en la Revista Obets9del que se extraen los siguientes
párrafos. En primer lugar, sobre la intencionalidad:
“Nosotros cuestionamos, desde la lógica del buen vivir, en primer lugar, la
esencia del concepto convencional de desarrollo y de crecimiento económico, en
segundo lugar la estrategia clásica del estado de bienestar, que vemos que en la
actualidad se sirve para atender a los grandes bancos, a las grandes empresas
automotrices, causantes de la crisis, cuestionamos abiertamente el dogma
neoliberal, la visión del vivir mejor o la vida buena también está cuestionada,
porque creemos que no se pueden mantener la perspectiva de la acumulación de
bienes materiales permanente y por supuesto, la concepción tradicional del
progreso atada a la colonialidad del poder”
En segundo lugar, sobre los medios:
Un” diálogo permanente y constructivo de saberes y conocimientos ancestrales
con lo más avanzado del pensamiento universal, en un proceso de continuada
descolonización de la sociedad”
Puede iniciarse la descripción del planteamiento indígena usando palabras del mismo
Acosta en el artículo recién citado:
“En la cosmovisión indígena no hay la concepción de un proceso lineal que
establezca un estado anterior o posterior. No hay aquella visión de un estado de
subdesarrollo a ser superado. Y tampoco un estado de desarrollo a ser alcanzado.
No existe, como en la visión occidental, esta dicotomía que explica y diferencia
gran parte de los procesos en marcha. Para los pueblos indígenas tampoco hay la
concepción tradicional de pobreza asocia da a la carencia de bienes materiales o
de riqueza vinculada a su abundancia”.
De todos modos, el resumen más escueto puede obtenerse de Miguel Palacín Quispe10:
Hay que volver los ojos a la Madre Tierra, verla como algo sagrado, tratarla con
respeto. Ese es el aporte fundamental de los pueblos indígenas y sus
organizaciones: la profundización del Buen Vivir como alternativa al cambio
climático y la crisis de civilización
8
Se trata de Alberto Acosta, Edgardo Lander, Eduardo Gudynas y otros, El Buen Vivir. Una vía para el
desarrollo, Quito, AbyaYala, 2009 y Varios Autores, Vivir Bien ¿Paradigma no capitalista?, La Paz,
CIDES-UMSA, 2011 que también contiene aportaciones ecuatorianas.
9
Alberto Acosta. “El buen (con)vivir, una utopía por (re)construir: alcances de la Constitución de
Montecristi”. OBETS. Revista de Ciencias Sociales. VI, 1 (2011) 35-67, accesible en
http://rua.ua.es/dspace/handle/10045/18066
10
http://alainet.org/active/54740 . Pueden verse también los dos monográficos de ALAI - America Latina
en Movimiento de 8 de febrero de 2010 y de marzo del mismo año (http://alainet.org/publica/453.phtml).
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6
En la Constitución ecuatoriana de 2008 (Capítulo segundo, Sección segunda, Art. 14),
“Se reconoce el derecho de la población a vivir en un ambiente sano y
ecológicamente equilibrado, que garantice la sostenibilidad y el buen vivir, sumak
kawsay” y ha dado paso a la creación de una Secretaría Nacional de Planificación y
Desarrollo que ha publicado11 su Plan Nacional del Buen Vivir 2009-2013 en el que se
parte de las siguientes premisas:
En términos generales se puede afirmar que el concepto dominante de desarrollo
ha mutado y ha sido inmune a sus críticas.
Ha "resistido" a críticas feministas, ambientales, culturales, comunitarias,
políticas, entre otras.
No obstante, en el mejor de los casos ha tenido críticos implacables que, sin
embargo, no han sido capaces de plantear conceptos alternativos.
Es por eso que es necesario encontrar propuestas desde el sur que permitan
repensar las relaciones sociales, culturales, económicas, ambientales desde otro
lugar.
Siguiendo el nuevo pacto de convivencia sellado en la Constitución del 2008,
este Plan propone una moratoria de la palabra desarrollo para incorporar en el
debate el concepto del "Buen Vivir".
En las primeras ediciones del Plan se incluían los principios que debían guiar el BV:
En ediciones posteriores (2011) se establecen estrategias12 que recuerdan la
“sustitución de importaciones” que fue clásica de la CEPAL, llegando a levantar
sospechas de un mayor acercamiento a la estrategia de “economía verde” de la que
también ha hablado el Banco Mundial13.
11
12
http://plan.senplades.gob.ec/
http://plan.senplades.gob.ec/web/guest/fases-de-la-nueva-estrategia
13
http://web.worldbank.org/WBSITE/EXTERNAL/BANCOMUNDIAL/NEWSSPANISH/0,,contentMDK:
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7
En todo caso, ni los académicos tienen la última palabra (su riesgo de tecnocracia sea
cual sea su ideología es real), ni los pueblos originarios (fácilmente objeto de
idealización), ni tampoco los políticos y su probable oportunismo ante las que son sus
disyuntivas básicas, a saber:
Respeto a la Madre Tierra (Pacha Mama) o Pachamamismo (exaltación casi
fundamentalista de un pasado imaginado);
Uso de los recursos o extractivismo;
Bonocracia clientelista14 o satisfacción de necesidades;
Inversión extranjera o confianza en las propias fuerzas.
Disyuntivas que Arturo Escobar resume en una sola: neodesarrollismo o
postdesarrollo15, nuevas formas de hacer “lo de siempre” o cambio de paradigma.
Unas citas del presidente Rafael Correa pueden servir para completar esta panorámica.
La primera, tomada de El Telégrafo (10 de enero de 2012): “Básicamente estamos
haciendo mejor las cosas con el mismo modelo de acumulación, antes que cambiarlo,
porque no es nuestro deseo perjudicar a los ricos, pero sí es nuestra intención tener una
sociedad más justa y equitativa”. Que se añadiría a lo dicho coloquialmente en
diciembre del año anterior: “Hemos perdido demasiado tiempo para el desarrollo, no
tenemos más ni un segundo que perder, (…) los que nos hacen perder tiempo también
son esos demagogos: no a la minería, no al petróleo. Nos pasamos discutiendo tonterías.
Oigan: en Estados Unidos, que vayan con esa tontería. En Japón, los meten al
manicomio”. Y con mucha más claridad16 en mayo de 2012:
Son los seudointelectuales postmodernistas los que meten todos estos problemas
en una interminable discusión. No hay dónde dudar: salir del modelo
extractivista es erróneo. Hay que aprovechar estos recursos al máximo para
desarrollar otros sectores de la economía, haciendo que el sector extractivista
vaya perdiendo peso para avanzar a etapas superiores en las relaciones
económicas. Por ejemplo a una economía del conocimiento, que se basa en el
talento humano. ¿Pero de dónde sacamos los recursos para las escuelas y
universidades, para los centros de investigación que necesitamos? Es torpe creer
ese discurso que busca superar la economía extractivista cerrando las minas y los
pozos de petróleo. Probablemente llegaríamos a la economía de recolección,
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tinES_W_EXT
14
En Venezuela se ha instituido un Bono del Buen Vivir que poco tiene que ver con estas discusiones.
15
Arturo Escobar, “América Latina en una encrucijada ¿modernizaciones alternativas, postliberalismo o
posdesarrollo?”, en Varios Autores, Saturno devora a sus hijos: miradas críticas sobre el desarrollo y sus
promesas, Víctor Bretón Solo de Zaldívar (ed. lit.), Barcelona, Icaria, 2010, págs. 33-86.
16
Punto Final, n. 758, 25 de mayo, 2012.
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8
porque no tendríamos nada. Regresaríamos a un estado primitivo, que es lo que
algunos quisieran. ¡Perfecto, propóngalo en las elecciones y que
democráticamente ganen el derecho a hacerlo! Creo que la mayoría quiere,
razonablemente y en armonía con la naturaleza, tener satisfechas ciertas
necesidades básicas."
Con ello, y dando por supuesto, encuestas en mano, que sus probabilidades de volver a
ganar electoralmente la presidencia en 2013 son muy altas, se abre una duda sobre el
que se lleve a término el compromiso del Ecuador de no explotar el 20% de las reservas
probadas de petróleo del país (846 millones de barriles de crudo pesado), localizadas en
el ITT, dentro del Parque Nacional Yasuní, a cambio de una contribución de al menos el
50% de los ingresos netos de las potenciales exportaciones de dicho crudo.
Mercantilización de la naturaleza para unos, justa compensación para otros, proyecto
fallido para algunos más.
3. Alguna ambigüedad adicional
James Petras ha publicado un diagnóstico17 sobre los gobiernos latinoamericanos
llamados progresistas y que, obviamente, incluye al gobierno de Rafael Correa. Vayan
en primer lugar algunos puntos pertinentes para lo que aquí se está comentando:
Algunos rasgos definitorios que se suelen atribuir a los gobiernos de estos países
son: [...]
4. los programas electorales populistas acerca de la igualdad social, el
ecologismo y los derechos humanos, [...]
5. el rechazo vehemente del «neoliberalismo» y de las personalidades, partidos y
privatizaciones neoliberales tradicionales, [...]
6.la perspectiva estratégica que concibe un proceso prolongado de
transformación social que subraya un calendario compuesto de modernización,
prioridades desarrollistas y altos niveles de inversión orientada a los mercados
globales ,y la permanencia política en el tiempo basada en reformas
constitucionales que les permiten ser reelegidos amparándose en la necesidad de
completar esa concepción transformadora.
Sin embargo, añade Petras,
A pesar de que se afirme lo contrario, los dirigentes de los gobiernos
progresistas y de las multinacionales no son muy diferentes de lo que se sabía
que sucedía bajo gobiernos «neoliberales» anteriores.
17
James Petras, “El capitalismo extractivo y las diferencias en el bando latinoamericano progresista”,
Rebelión. 8 de mayo de 2012, accesible en http://www.rebelion.org/noticia.php?id=149207
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9
Además, tanto en Ecuador como en Bolivia, muchos de los «tecnócratas» y
administradores que trabajaron con gobiernos neoliberales anteriores
desempeñan un papel destacado en la dirección de las iniciativas mixtas.
Concluyendo:
(L)os gobiernos progresistas han mantenido un doble discurso de múltiples
caras: una retórica antiimperialista, nacionalista y populista de consumo interno,
al mismo tiempo que ponían en práctica una política de fomento y expansión del
papel del capital extractivo extranjero en iniciativas conjuntas con el Estado y
una creciente burguesía nacional nueva.
Los gobiernos progresistas articulan una narración de socialismo y democracia
participativa pero, en la práctica, desarrollan políticas que vinculan el desarrollo
a la concentración y centralización del capital y el poder ejecutivo.
Algo hay de cierto en lo que Petras dice, sobre todo si, además, se añade el progresivo
deterioro de las relaciones de dichos gobiernos (y el del presidente Correa no es una
excepción) con los movimientos sociales en general y con las organizaciones indígenas
en particular18:
Estos gobiernos [del “socialismo del siglo XXI”] se han caracterizado por
intentar controlar a través de políticas clientelares a las organizaciones sociales,
anulando su anterior capacidad de movilización –por considerarla un factor de
desestabilización política- y criminalizando la protesta social.
A pesar de lo dicho, hay argumentos a favor de un buen desempeño de este gobierno en
particular. Por supuesto, están los datos que proporciona el SENPLADES, en la página
citada, sobre cada uno de los objetivos del BV19. Pero también los elaborados, a partir
de fuentes oficiales, por el Center for Economic and Policy Research de Washigton20.
En esas y otras fuentes se constata: un incremento del PIB en los últimos años, un
aumento del gasto público y social, en particular el dedicado a la educación y la
sanidad, una perceptible reducción de la desigualdad y la pobreza, esta última ayudada
por el aumento de bonos y subsidios, en concreto del Bono de Desarrollo Humano y una
disminución del desempleo y el subempleo, todo ello acompañado por un ampliación de
18
Decio Machado, “Un socialismo del siglo XXI con más de 100 años de existencia”,
http://www.deciomachado.blogspot.fr/2012/07/un-socialismo-siglo-xxi-con-mas-de-100.html
19
http://plan.senplades.gob.ec/objetivos-nacionales-de-desarrollo-humano
20
Rebecca Ray y Sara Kozameh, Ecuador’s Economy Since 2007, Washington, Center for Economic and
Policy Research, mayo de 2012, accesible en http://www.proecuador.gob.ec/wpcontent/uploads/2012/05/ecuador-2012-05.pdf
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10
los ingresos por fiscalidad y de los ingresos petroleros. Todo ello en una dirección
exactamente opuesta a la de España.
Estos son los datos de la pobreza con sus niveles altos, sobre todo para los indígenas en
el mundo rural, pero con tendencia decreciente:
Y estos los de la desigualdad de renta, también muy alta, pero igualmente decreciente ya
desde antes del actual gobieno:
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11
Los datos del SENPLADES sobre los objetivos son algo más matizados y el documento
reconoce el largo camino que queda por andar dados los altos niveles de desigualdad y
pobreza todavía existentes en el país.
De todos modos, la mejora del país parece innegable aunque vaya acompañada de otros
elementos criticables y criticados tanto desde la derecha como desde la izquierda de la
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12
que sería la posición del gobierno. Sin embargo, no deja de llamar la atención que los
indicadores utilizados sean los convencionales: no hay, a lo que parece, indicadores
propios del BV y, a lo más, se recurre a añadidos al PIB. Con ellos, se puede hablar de
desarrollo como crecimiento, de desarrollo como lucha contra la pobreza, desarrollo con
equidad, satisfacción de necesidades básicas, además del ya citado “sustitución de
importaciones, aunque menos de ecodesarrollo o de “nuevo orden internacional” por
citar algunas de las líneas tradicionales.
4. Conclusión
El Buen Vivir, un concepto en construcción, tiene, todavía, un largo camino que
recorrer como concepto y como guía de un gobierno que tiene como precepto
constitucional garantizar el Sumak Kawsay. No es fácil, en efecto, encontrar una buena
definición del mismo ni parece disponible el conjunto de indicadores que podría
permitir saber si el gobierno está en la dirección correcta marcada por la Constitución o
se aleja en la dirección opuesta. Si hay que hacer caso a lo que se podría llamar la “ley
de Humpty Dumpty” citada al principio, es decir, que las palabras significan lo que
quiere que signifiquen el que tiene el poder para que signifiquen algo, no es fácil optar
en cualquiera de las tres líneas indicadas más arriba: sea en términos de desarrollo
alternativo que es la más benévola interpretación del SENPLADES, de alternativa al
desarrollo que es lo que afirman los indígenas y algunos intelectuales como Alberto
Acosta o simple retórica que es lo que acaba diciendo el presidente Correa y que es
quien tiene y controla el poder. Parece que la respuesta sigue abierta. Pero lo que
cuenta, a final de todo, son las prácticas observables, incluida la de acceder al poder
para aplicar la propia definición más allá de la retórica. Eso es, al fin y al cabo, la
democracia de quien hace campaña para tomar después las decisiones acordes con lo
prometido en programa electoral.
Sant Cugat del Vallés, 22 de julio de 2012
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