Discurso leido en la sesión necrológica celebrada en honor

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ANALES
DE
LA
REAL.ACADEMIA
BE MEDICINA Y CIRUG~A
DE BARCELONA.
287 :
---.d.-
'
En dicho trabajo sigue un plan muy lógico, pues dando suelta a sus aficiones anatómicas, dice
qqe eantes de esponer loscaracteres distintivos de las &Icerasde la córnea transparente, conviene dar
una idea exacta de la extructnra particular de esta parte del ojon, que pasa a describir, en cuya descripción pone de relieve su fino instinto de observador, aunque después, al entrar en el terreno de la patogenia, sufra errores de mucho bulto, en consonancia con las ideas dominantes en su tiempo; pero más
adelante, al describir el síndrome, vuelve a manifestarse buen observador, por las minucias que aporta
al dignóstico diferencial.
A l ocuparse del tratamiento, dice que en 1;s úlceras transpaentes emplea los sf~lfatcs(vitrfolos),
que es precisamente un tratamiento de estos tiempos para dichas úlceras cuando en ellas se halla el
diplobacilo de Morax-Axenfeld, y aquí seria del caso decir, que «Multa reuascentur quze jam mciderantn, pues son muchos los conocimientos antiguo%que, vestidos con traje de la época, vuelven a nierecer el favor del vulgo y aun de los doctos.
Además. de sus escritos referentes a las enfermedades ocula.tes, l e acredita como oculista su
invento de1 anillo ocular (que por cierto era poco genial) para facilitar la operación de la catarata.
Pero no fueron'tbdo flores lo que ha116 en su camitid Gimberna!, porque su excepcioual mérito
hubo de acarrearle sendos disgustos como ocurre siempre en tales casos, pues es una verdad axioinática
que todo el. que se eleva sobre el nivel común debe sufrir los embates de la envidia, achaque muy
humano, pero que en' nuestro caso debió alcanzar grandes vuelos a juzgarpor la obra que se creyó
en el caso de escribir su hijo para sincerar la memoria de su padre.
Alguien ha dicho que la inteligencia en los hombres vulgares es la candileja que alumbra su camino. al paso que en el hombre cumbre es el luminoso faro que señala la senda que debe seguir la Humanidad. Gimbernat,sin llegar a ser un hombre extraordinario por los destellos de su genio, lo fné en el
sentido de señalar un gran paso en e1,progreso de las Ciencias Naturales en una época en que su cultivo
estaba poco menos que abandonado; en señalar nuevas orientaciones 'pdagógicas y en instaurarlas,
merced al predicamento que logró ante aquel monarca Carlos i l I , que tanto trabajó por el progreso
material de sus súbditos.
La solicitud con que acudieron al homenaje organizado para honrar el primer centenario. de su
muerte lo$ representantes de las Facultades de Medicina de Madrid, que a él le debe sit. fundación,
y de la de Barcelona, que le es deudora de su réorganización, y el Cuerpo de SanieadMilitar del que
lleg6 a ?er Inspector (cargo anejo al de Cimjano mayor de la Facultad de Medicina d e Barcelona)
indica, que a pesar de los azares.de la varia fortuna y de la envidia, el verdadero mbrito se impone
y al fin lo reconocen las generaciones futuras, viniendo a resultar un lema apiicable atodos los hom
bres de mérito verdadero aquel- verso de Horacio, grabado en el pedestal del busto del insigne Virgili,
fundador, por orden del Rey, de los Colegios de Cirugía de Cádiz y de Barcelona: <<Nonornnis
moriar, multaque
mai,vitabit Libitinam.~
. , fiars
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.'.
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.%
Sesión del 26 de noviembre de 1916
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'
PRESIDENCIA:
DOCTOR CARULLA
Discurso leido en la sesión necrológica celebrada en honor.del
eximio académico doctor don Luis cornAge y Ferrer
.
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Preámbulo
EXCMO.
SR. PRESIDENTE:
CEÑORES:
Tan grande ha sido la vida de Comenge, tan complejas y abundosa sus manifestaciones intelectuales, sentimentales yvolitivas. que en justicia merecen, no un discurso; sí un libro de.gran número
de pjginas; y merecen también un hombre de gran'valimiento para el relato, no el que ocupa este
.
.... ,
puesto.
.,;
, .
:
.>.S
288
&SALES
DE
LA
REALACADEIMADE
MEDICI~AY C I R U G ~ A DARCEL
E LONA
Lo primero significa una reducción enorme de la vasta tarea, y iignifica una perplejidad insuperable, que no es hacedero deslindar qué es lo que debe decirse y qué es lo que .pudiera callarse. La
masa es homogéneamente buena, y en ella no caben distingos sino cortes arbitrarios, hasta que quede
reducida al ~olumencompatible con esta sesión de homenaje.
Lo segundo, mi presencia aquí, marca un ciego obedecer a los deseos de la Academia y una prueba
más del intenso afecto y gran admiración que hacia Comenge sentía y siento.
Ambos hechos pueden disimular parte de mis deficiencias, queno es posible ocultarlas todas.
Me da pena por él, por los suyos y por nuestra Corporación. Desde este punto de vista, mi dolor puede
despertar algo de simpatía, pero distano poco de una absolución completa;
A falta de medios propios, he buscado por todas partes recursos ajenos, que me han concedido en
abundancia. De otros será lo que haya aquí de bueno: ,lo mediano y lo malo es mío. Quedará, a lo menos,
bienquista mi voluntad.
Dos defectos hay en mi trabajo: que no es completo y que no está libre de equivocaciones, pues los
datos son en ciertas ocasiones contradictorios y tal vez,no haya sabido en todo caso seleccionar lo
q u e era exacto.
Para hacer más sencillo mi cometido, divido este estudio en cuatro secciones: las tres primeras son
el pszquismo, un ligero bosquejo 6iográfico y las obras y cargos de Comenge; la cuarta. las recompensas
que recibiera. En un apéndice incluyo varias notas, que amplían varios conceptos del texto.
- Entro en materia.
1
SU PSIQUISMO
Bajaba un día ~ a s t e u dk
r hablar con el célebre físico ~ L r t i ny en la escalera encuentra a Barrier.
avengo de consulfarle, le dijo. Una sociedad me ofrece un millón de francos si hago patentar mi descub r i m i e n t o ~le cedo la propiedad. Tenía miedo de dejarme tentar. Ni los míos ni yo somos ricos. Y me
ha dicho:Niégate, Pasteur, tu gloria vale más que todo eso: entrega tu descubrimiento a todo el mundo.
, Intlu¿iablemente Bertin es un hombre honrado.~4omengeha descubierto cosas muy útiles: desinfectantes nuevos, procedimientos brev.cspara,+ajar las épidemias más terribles, tesoros en los archivos
de las ciencias. métodos para el mejoramientodel hombre... Ha.contribuid0. por modo poderoso a la
divulgación de procedimientos suyos y de otros que pudieron ser científico-mercantiles: de lo suyo,
le faltó tiempo para publicarlo; de lo ajeno hizo sus valiosas campañas gratuitamente. Tuvo en su poder.
millones de objetos, algunos valiosos, para desinfectar, alhajas y dinero olvidados en laropa, en un cajón.
Ni él ni los suyos tenían dinero y no.se deló llevar por el mal camino. La gente a sus órdenes siguió
'siempre el buen ejemplo y en largos años no hubo la más leve queja. Comenge era honrado y su honradez fué contagiosa. Sin duda pensaba, como Kant:<iDoscosas excitan en mi una admiración siempre
":
.. moral en mi corazón.~>
creciente: el cielo estrellado sobre mi cabeza y laley
.
,
Paul Domer escribió (1): ((Eltrabajo hace fácil y placentera la vida, apacigua las penas, ayuda a
soportar los males inevitables. Es la varonil y santa ley humana y es la ley social por excelencia. El
t ~ a b a j o e scicador de v i r t u d . 4 m e n g e creía lo mismo y su labor fué intensa, fecunda, casi inconcebible por lo tenaz, por la cantidad y, por la calidad de sus obras. Es admirable su producción científica. Pensaba como Franklin: (<Lallave que se usa a menudo, se conserva luciente como la plata; no
usándola se llena de herrumbre. Así sucede a nuestro entendimiento.»-Comenge no dejó que su clarísimo y potente entendimiento se enmoheciera en la holganza. Iiué un trabajador incansable. Parece
que Domer lo retratara (1): jcLa acción, la actividad, el trabajo, son necesarios al equilibrio moral y
físico del hombre.-El trabajo es la primitiva y eterna-ley humana que a todos se impone por igual.
Enaltece y ennoblece al hombre, y es una necesidad para.la inmensa mayoría, un deber para todos..Quien se entrega al trabajo logra con él una independencia, una dignidad de vida, a la cual e1,hombre
ocioso no puede aspirar.@
El estudio, como actividad especia1,honra. Balmes lo dijo: donviene leer los autores cuyo nombre
es ya generalmente conocido y respetado; así se ahorra mucho tiempo y se adelanta más.-Estos
escritores eminentes enseñan no sólo por lo que dicen sino también por lo-que hacen pensar.s-40menge era un estudioso incansable, en todos tiempos y lugares, en circunstancias~prósperasy adversas.
A esta afición se debe su afán escuáriñador. Le conoció bien aquel compatriota nuestro que de él dijera:
aEs un verdadero avqweólogo médico; y un libro roto, un papel más o menos legible, un pergamino medio
roído por los ratones y empolvado por luengos años, forman su delicia, deleitan su ánimo (r)ñY si.,
como dijo Caldcrón. d a historia es un tratado práctico de frenopatíai), no es de extrañar que hascaia
en lo pretérito enseñanzas para el porvenir. CdYiosidades médicas, Clinica egregia y otros de sus escrita:
especialmente las innumerables uanécdotasn, son obra de profundo y elevado valor cientifico, qu,é
enseñan con el ejemplo.
<¡Elbuen sentido, ha dicho también Calderón, descubre a veces en las cosas más recónditas puntos
devista nuevos que un hábito del pensamiento, transformado en prejuicios, impide hallar a los iniciados.)+Comenge tenía un gran sentido para orientarse en los asuntos más difíciles y hctcrogéneos:
vayan, como ejemplo, las cuestiones y prácticas sanitarias, y su facilidad para conocer a las gentes,
altas y bajas. Le costó no pocos esfuerzos alcanzar esas soberanas alturas de la discreción y amargaron
su vida no pocos disgustos y contratiempos. En él se cumplió, más que en otros, la sentencia del genial
Quevcdo: «Antesde aprender a andar, hemos dado muchos pasos hacia la muerte.$
La perseverancia en lo útil y beneficioso es una condición relevante. César Cantú ha escrito:
(<NO
pueden arrancarse las espinas del camino de la vida sin ensangrentarse las manos.-.¡Ay del que
siembra si llega a desesperarse a cada tempestad que tiene que sufrir!---Condición de la victoria es
la batalla.>+Comenge era un perseverante. Las empresas que hubo &e acometer, exigieron muchas
veces ese valor sereno de la perseverancia. Se orientaba rápidamente hacia lo mejor, y en su camino,
que ha sembrado de numerosas obras de misericordia, vencía los obstáculos j seguía adelante. Tenía
tres cnemi~os
.. canitales: los envidiosos. los burócratas v las cnfermedades infecciosas. que son tres
L,i~t,~rfia
S d:l < ilcr]x>y ds.1 ~ L l r ~ ~ ; ~~ U, Vc I~V tKxIi,*i:,~
~ , ~
{,,ir:,11avcr<i..fi<,,y otrr~s ~iiigns,>¡no t:rn c : ~ p ~ t : i l ~ s ,
,le ;tlgiii~;~
ii.iiitin: I:, igii.irancin. 1.i riitin.~1. In iii.il~vol~nci:i
... 1)c iirio dc lo-. eiiritiig<>~.
capitnlrs escnl~ió
Ouevedo: (<Laenvidia está flaca Doraue muerde ,
v no come.))La burocracia ha auerido detenerlo muchas
veces, le ha amenazado, intentó castigarle y no le haprcmiado con esplendidez, que era su obligación.
Las infekciones, peste, cólera y casi la rabia, hicieron presa dc su cuerpo. La ignorancia y la rutina le
quisieron cerrar el paso, y hasta la malevolencia. después de muerto,no ya en vida, ha hechodecir
a uno que no se atrevería a firmar todos sus escritos. ¡Es indudable!: la firma no podía ir al pie de un
trabajo de Comenge que; por especialísimo e inimitable, nadie lo tiubiera creído obra suya; además,
por lo que César Cantú expres6: <Los que están acostumbrados al crepúsculo, aborrecen la luz como
perturbadora.#
-
..
.
Boileau escribió hace tiempo: <<Cultivadvuestros amigos... seducir y agradar en un libro es poco;
es menester, además, saber conversar y vivir.!)-Comcnge cumplió al pie de la letra el-precepto. Seducía'
y agradaba con sus libros, sabia hablar con toda clase de gentes sin pretensiones de sabio ni humillaciones de esclavo, y vivía en santo consorcio con las gentes más elevadas (le las capas sociales y con esas
otras ínfimas, casi perdidas en la ciénaga, a las que tanto hubo de tratar ensii lucha con las infecciones.
He aquí un episodio. La peste bubónica haciavíctimas,jenBarcelona, en esos pbbres trabajadores que
viven colindantes con toda suerte de miserias, cuando no están encerrados en el infranqueable círculo
de ellas. Había que inmunizar. a estas gentes en silencio, tranquilamente y.por voluntad propia. Pocos
se prestaron; casi todos se burlaron, amenazaron o se negaron. Sólo Comenge, Comenge sólo, lo digo
dos veces, era capaz de convencerles, y con cariño, con pláticas, con halagos, con razones, cómo pudo,
en una taberna, sobre un montón de estiércol, en un sótano mortífero, les .llevó al convencimiento.
Uno, creo que gallego,-se negó en redondo, y Comenge, como no haciéndole caso, le vuelve la espalda;
se dirige aotro y le dice: ((Venacá, tú, que &seno quiere que le pinche porque es un cobaide.,Momcnto
dificil, que pudo acabar entragedia. El rebelde, subyugado por aquel rasgo, se levanta airadamente la ..
manga de la camisa y con aire de matón le dice: <Pincheusted cuanto quiera, que yo no soy coi5ardo.o
Los demás siguieron presentando el brazo. Y esto, en pequeños lotes, hasta unos 8,000 inoculados.
(Esposible más acierto, más habilidad, un trato más oportuno? Era un hombre delicado, caballeresco,
que se metía en el alma con sus ademanes, las inflexiones de su voz, el cariñoso acento, y cuyo rostro
y miradas expresaban un ardiente convencimiento, una voluntad que había de salir vencedora. Era
un apóstol de esas turbas incrédulas, bien distinto de aquellos norteamericanos que vacunaron a los
portorriqueños amenazando conlas armas, con las multas o con la cárcelhasta quebrantarla absurda
obstinación. Es cierto que algo tuvo que lamentar de lo queescribió Ovidio: <Mientrasseas feliz, tendrás
muchos amigos. Si el cielo se nubla, quedarás solo.))
(1) El Genio nlddico guir2irgico. 15 de marro de 1885.
19
,-
La abnegación, el sacrificio sublima .los hombres. Esta heroicidad moral convence y arrastra;
sólo los perversos suelen substraerse a su potente influjo. El abnegado tiene gran ascendiente y goza
haces alguna buena obra o virtuosa con fatiga, la fatiga pasa y la bondao
de un bienestar inmenso. <<Si
queda; pero si haces alguna cosa mala o vil con placer, pasael placer y queda la maldadu (1)(Aulo Gelio).
-Conienge estaba siempre prcsto al sacrificio; consagró su vida entera a l bien y al cumplimiento de
trascendentales deberes, de aquellos bienes y deberes quemás engrandecen la dignidad humana sinque
la soberbia la empañe ni aún de lejos. En pro de cuantos lo necesitaron se entregó con todos los frutos
de su gran talento, su constancia, su afabilidad, sus recursos no muy sobrados, sus modestas joyas
recuerdos de familia, su actividad, su sueño, su alma, su vida. Esto es altruismo santo y puro, en el
que no intervenían recompensas, a pesar de lo merecidas. Una vez, ponderando yo ese espíritu abnegado, me dijo con esa llancza Que le caracterizaba: uHe trabajado algo con buena fe y sin provecho
ni para iní ni para los míos.» No hacía el bien como un inconsciente o uno que espera algo provechoso.
Su obra era'consciente y estaba al abrigo de toda sospecha.
La modestia era una de sus cualidades más sobresalientes. Trabajaba mucho cn todos.conceptos
y jamás se le ocurrió enorgullecerse de su gran valia: ni cuando era aplaudido frenéticamente por sus
benéficas acciones, ni cuando el dorso de sus manos era cubiertode besos y regado conlas lágrimas dc
los agradecidos. Parecía que todo su ser cstaba saturado de esa discreta sentencia que dice: <Lasoberbia
es hija de la ignorancia, y la modestia de la sabiduría.»Un escritor tan concienzudo comoPulido no ha
vacilado en decir, al. hablar delos generosos sentimientos de Comenge, de sus innúmeras obras bienhechoras, de su modestia. ((queparecía tocado de santidad* @).-Sí, Comenge era modesto como pocos.
Tenía demasiado lastrepara dejarse llevar por las ráfagas de lo pretencio.so y dc lo fatuo.
La afectividad de Comenge se asemejaba a una cascada que empezaba en 1%esfera divina y concluía en las más míseras capas de la humanidad. Parecia esculpido en su conciencia lo escrito por el
Dr. José Leopoldo Fen: ((Enlos-planes superiores de la Providencia no queda olvidada jamás la causa
de los justos, Al través de las borrascas y remolinos sociales, gustan ellos, por anticipado, el dulzor
de la vida et erna.9 Parecia también que al despertar cada mañana, exclamaba: ~iI-Ioyquiero ser mejor
que ayer!n Y lo era, porquesu afectividad crecía a diario como crece el diámetio de las ondassonoras
a medida que se van alejando del punto de origen.4omenge era afectivo, cariñoso, simpático, odc
trato angelical,; transigia sin enfado; complacia en cuanto no repugnaba a su conciencia.
En esta atmósfera de ternura y sc+ntiméntalismovivía y evolucionaba. Las principales facitas de
sw afectividad merecen ser presentadas. Comenge era crqente como pocos, peio su misma cordura y su modestia le apartaban de ciertas
manifestaciones. Como Concepción Arenal, entendía que <inoes más religioso el que m& habla de Dios;
sino el que menos le ofenden. Y la vida de Comenge fué un himno sin palabras, expresado por esa-multitud de actos benéficos, verdadera ofrenda hacia la Divinidad. Comcnge hablaba con los hechos y no
movía los l&ios. Obras son amores. El que ama el bien, ama a Dios. Comenge lo amaba intensa, entrañablemente, porque si. [Amar y no hacer daño! ¿Cabe nada más hermoso? Otra vez salta por entre
estas lineas el «tocado de santidadi) de Pulido.
En su hogar era un marido modelo. Afable, circunspecto, halagador, había llegado a esa rara
fiisibn de almas entie el esposo y la esposa, de que tanto se habla y que tan pocas veces se realiza.,
Casado con esa bendita Julia el día 29 de julio de 1887, a las once y media de la mañana, en la parroquia
de San. José de Madrid,dicedéella ...Titubeono pocoaiexpresar lo que el escribe: pero ¿por qué callar?
Han llegado a mis.manos, como para tentarme y convencerme, unos apuntes Íntimos que, sin mi
perdonable indiscreción, quedarían ignotos. Pido perdón a los deudos,'pero en nombre de la verdad
y de la justicia hablo, poniendo de manifiesto lo que parecía destinado a no ser sabido, .
.
La conoció el día xg de octubre de 1881 en una fiesta campestre. uMuy hermosa, de excepcional
talento, y de una dulzura y amabilidad de trato que superan a tbdo elogio, jvaso áureo de virtudes!))
... osigue amantísima madre y esposa, es una santamujer, angelical
Años más tarde, en ~.gooconsigna
persona. que sólo vive y piensa en los demás; no hay forma de enfadarse con ella>).-Posteriormente,.
.en 24 de diciembre de 1902, con motivo de un obsequio que la hizo en Navidad, escribe la siguiente
dedicatoria: a14 Julia, la más brillante y hermosa estrella en la constelaciún delas virtuosas, agradables
constelaciones del Hacedor, :su esposo, L, Comenge.~Y este hermoso idilio ha seguido, sin eclipses,
hasta que la muerte lo intemmpiera. (Quién sabe si no lo habrá logrado.? Ella ama como siempre y
sufre como nunca; él seguirá amando y esperará una nueva unión interminable en regiones más puras.
. .
(1)
(2)
Donre ~ r i s
feliz, mtlllos mumbie nmlca8,
lcnipwa sr jurrinr uubila, solui e&.
El Siglo &dice, 22 enero de 1916.
Es indudable que este apacible ambiente doméstico pudo influir mucho en el porvenir de Comenge.
En su hogar.encontró siempre el sosiego y elbienestar. De otra suerte, ¿quién sabe lo que hubiera ocurrido? use comprende que vayan desolados en pos dc las diversiones públicas aquellos que no encuentran la paz en el interior, ni la calma en el seno de la fami1ia.a (P. Leopoldo Feu.)
Comenge no tuvo hijos. Cuando habla de Julia madre, se refiere al hijo de ésta, habido de su primer
matrimonio, el hoy don Luis de Tapia. Le quería tanto como si fuera propio. De él dice, y basta con
un párrafo delos apuntes: tEs un niño ejemplar, por lobueno y dócil; tiene el genio de su madre: le
adoro y le quiero desde que tenía dos años...S Este sentido afecto no ha msnguado en lo sucesivo; si
era posible lo aumentb, y a la verdad era bien merecido.
D e su padre ha dicho: <Fuesiempre hombre recto, amable, de modales distinguidos, de gran memoria, aplicación sana, vasto talento, orador elocuente y médico escritor de los más notables de su'
tiempo. Es y ha sido modelo de esposos y de padres.))Transcribo estas líneas para que no siga cundiendo
la fábula de que distaba de ser el buen hijo para su excelente padre. (Véase Nota I.)
De su madre, doña Elena Ferrer, siempre que habla de ella la denomina umi buena madrea. (Véase
Nota II.)
Para sus hermanos emplea de continuo frascs cariñosas, y de su hermano político, el ~ x c k o .
Sr. Presidente de esta Audiencia territorial, don José Catalá. en cuantas vcces hemos hablado de él
lo ha hecho constaiitemente cvn tanto afecto como respeto, considerándole como un hom6re de gran
mCrito por su inteligencia y honradez. (Véase Nota 111.)
Su valía, sus conocimientos, su decir encantador, su nervosismo atrayente, esa especie de sana
ironia,,no molesta,. que a las veces daba a sus conversaciones... no sé que más, le granjearon, por una
especie de poder sugestivo, muchas y grandes amistades. (Quién dc vosotros no gozó de su afecto?
Apreciaba en principio atodo el mundo y era preciso se convenciera muchas veces de que algunos no
craii adaptables a susnitidas intenciones, para que se apartara de ellos,. sin aborrecimiento, pero sí
con pcna,esa pena con qne los sanos y fuertes ven a un mutilado, a un deforme, a un degenerado,
a un enclenque. Entre estos innúmeros amigos fueron sus predilectos Pulido, Bcrtrán Rubio; Sentiñón
y otros muchos, entre los cuales me honro en figi~rar.Pero su amistad.grande, especie de engranaje
moral e intelectual, fué con Suender, Letamendi y Pi Molist. De esta amistad salieron grandes destellos
científicos y sentim~ntal'es.Suender le quería entrañablemente, Letamendi decía que su afecto era
epaternali)y Comenge le contestaba en broma: (igloriosasvejeces~).Pi y.Molist lo creía el mejor escritor
de nuestros tiempos, y a fepue Pi era un número uno. De esta amistad brotó la (<Estafetadclos muertos*
y ella condujo a un homenaje a Letamendi, en forma de libro, redactado por treinta y nueve amigos,
capitaneados por Comenge, homenaje tributado el día de San José de 1893 (festividad onomástica de
Letamendi), al cual contestó con una de sus obrks geniales. (Nota IV.)
Los apuntamientos que hasta ahora he hecho, llevan a las afirmaciones siguientes: Comenge era
honrado, trabajador, estudioso, de buen sentido, perseverante, agradable, abnegado, modesto, afectivo,
creyente, ejemplar esposo, padre modelo, hijo excelente, amigo apreciable ... Este conjunto de condiciones, cantidades homogéneas, demuestra su bondad, l la suma de ellas dice que ante todo y sobre
todo era un hombre bueno, y como bueno grande.<<Simepreguntan cuál es el hombre más grande del
mundo diré que el másbueno; si me preguntan cuál es el más bueno, diré que el que más beneficios hay a
hecho a sus semejantes, sin hacerles nunca daño.>>(1 Quien tal dijo, si le hubiera conocido, diría:. COmenge es de los hombres más buenos.
~omeng&eraalgo
más que bueno. Tenía u i a voluntad firme, férrea, gracias a la cual supo vencer
situaciones dificilísimas: enemistades, prejuicios injustos, asaltos a traición, rudeza de los unos, barbarie de los otros, ignorancia de muchos. dichosos los que al final.de laboriosa carrera pueden verdaderamente decii como el ilustre Pasteur: <(¡Hehecho lo que he podido!)) (1)
Y Comenge hizo mucho, muchísimo, sin desmayos, sin vacilaciones y siempre hacia el bien, como
la punta de la brújula se dirige al Norte. Su. voluntad no era 1% inconsciente de un impulsivo: era el
producto de la bondad y de un talento portentoso.
Comenge era algo más que bueno, y algo más que un volitivo. Su inteligencia llegabaa alturas
majestuosas.
Como pocos ha sido alabado en vida: a los unos lcs encantaba el modo de decir, a los otros el de
pensar, a muchos la facilidad con que encontraba en las capas de la historia datos preciosos que no
fueron antes advertidos, a buen número la sutileza de su ingenio, la profundidad de las ideas... Cada
(1)
Foornet, Rn>w hebdmmdalrc, 7 de febrero de 1914.
párraio,cada línea a las veces, despertaban la admiración del lector o del oyente; con avidez se ansiaba
su intervención en cualquiera materia científica. Sus obras y sus procedimientos no tardaron en tras-'.
pasar montañas y mares, y Europa y América aplaudieron más de una vez al sabio español.
Muerto, las alabanzas continúan y de toda España y de otras naciones han salido lamentos de pena
y tributos de justicia. Entre otros, que son muchos para exponerlos todos,Pulido dijo: ($Yono sé de
ningún otro que le igualara, cuando menos'que le superase» (1).Toda la prensa médica española, y una
gran parte de la política y literaria ( z ) , ha expresado su dolor por el irreparable quebranto; gran número.
de corporaciones ha dado pruebas patentes de su-duelo... Y. más allá de nuestroslimites nacionales,
el eminente biólogo Alberto Mary (r éase Nota V I ) y más lejos todavía Víctor Delfino, en La Semana
médica de Buenos Aires (véase Nota V I I ) ,y otros muchos más, rindena su memoria sentidas manir.
festaciones de admiración y dolor. No sigo por este camino, que es muy 1argo.Para mi objeto basta,
con apuntarestos hechos, todos contestes en la gran valía
. . iiitelectual de nuestro estimado consocio.
Ellos lo demuestran por modo indubitable.
. .
Comenge sabía mucho de nuestras ciencias Y de otras más, como la ~iioSofía.la Historia, la Sociología ... En nuestras tantísimas pláticas encantaba la rapidez y la finura con que respondía a mis interrogaciones sobre diversas materias. Era para mi el ejemplo más expresivo del Qinstrnir deleitandoa.
Con 61 siempre se aprendía con goce inmenso. No se tocaba una. tecla de su inqelecto sin producir la
nota justa y armoniosa. Sahia.de todo, no sólo de aquello enque la mayoría le ha reputado peritísimo.
Más de una vez vino a mi memoriauna genial frase de Letamendi a propósitodel poliglotismo de
Sentiñón: «A Sentiñón no hay que preguntarle; jconoceusted esta lengua?, sino decir: jseñuras lenguas,'
conocen ustedes a Sentiñón?~Frase, mejor dicho, concepto, aplicable a Comenge y a las Ciencias.
Si su erudición era inmensa,no le iba a la zaga su originalidad. Sabia ciencia y fabricaba ciencia. No
era, como dice Balmes en su Criterio, un hombre-almacén ni un hombrc-fábrica: a la vez era fábrica
y almacén., Así se explica bien que sus numerosos trabajos científicos y literarios fuesen tan precisos y
tan profiindos, que se le llamara peritísimo, némine discrepante. De s u sabiduría nadieha dudado.
El doctor Salccdo.escribió que de Cornenge podía decirse, como del famoso Pico de Mirandola, uque
sabe todo lo que puede saberse y algo más)) (3).
5
Su inventivase ha extendido en varios terrenos: en los procedimientos sanitarios, en la organizacibn o creación de varios centros e iustituciones-científicasy benéficas, en la actuación ante problemas
enmarañados y, por modo-especial, en las artes gráficas. En varios conceptos se adelantó a los extranjeros. Como pocos supo hacer objetivos, mediante líneas, planos, mapas, etc., los detalles y las síntesis
de muchos hechos biológicos. Son muchas las colecciories geniales de trabajos demográficos que le
valieron aplausos y lionores. Hoy constituyen una verdadera riqueza, parte de la. cual existe en varias
dependencias, y parte la posee la familia, que ia conserva como sagrado depósjto. AS decir inventos,
queda bien expresado que no se trata de imitaciones, sino deobras originales, superiores a las más
alabadas de España y del extranjero.
,
~ a 6 e er inventar son condiciones loables, pero si; ellas se une galante y simpática exteriorización,
e mérito. es mayor; y, si como en el caso de Comenge, esta exteriorización es excepcional por lo hermosa,
el méiitu es máximo. Y máximos fueron todos los procedimientos de exteriorización de que se valiera
el sin par Comenge.
.
Corno escritor era un
de v+lurextraordinario.,~alabaron los extranjgros;lo alabaron,
entre los nuestros, nada menos que.Menéndez Pelayo, Letamendi, Pi y Molist; esos grandes maestros
del bien decir. Pulido ha dicho: &no de los primeros escritores médicos españoles del siglo XXX.))Sus
escritos tienen una característica tan especial, son tan correctos y'brillantes, que la'firma no hace
falta para conocer al autor. Son siempre interesantes y siempre amenos. Cervantes hubiera suscrito
con deleite algunos de sus trabajos. Su cervantismo no era imitación,que ésta nunca es perfecta y no
pocas veces es violenta. Escribía así porque no sabía de-otro modo. Si hubiera pretendido bajar el tono
de su vibrante y castizo estilo, lo hubiera deshecho. Escribía flúida y correctamente, sin enmiendas ni
rebuscados giros, tal como salía, cual se escapa el agua j,nguetona y alegre cuando se abre la llave que
la contiene.
Algunos han dicho que debiera háber sido el Presidente de la Real Academia de la Lcngna, para que
se,cumplieraton todo rigorismo el lema: aLimpia; fija y da esp1endor.n Es cierto que a las veces. muy
pocas, se valióde giros especiales y de neologismos para sus ideas. Es el torrente espiritual que rompe
(1) El Siylonrdd%co,22 enero de 1916.
(a> CWadLrns d'eitudr, rewsta erpeeialmeot dedicada
(3) Le Cmc~psndonlmed<wl,abril de 1914
a Mertrp i profersorr. Febrero de 1916
.
ANALESDE
LA
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REALACADEMIA
DE MEDICINA Y CIRUG~A
DE BARCELONA
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. .
293
los diques que lo contienen. ¿Defecto? No. (Soberbia?, Tampoco. Es quc no cabía en el cauce ordinario
y hubo de arrollar obstáculos, para que no quedaran suiideas empantanadas en el cerebro.
EII sus obras se cumple lo que Montaigne formulara: ([Un lector capaz descubre con' frecuencia en
los escritos de otro? más perfecciones que las que el autor ha puesto, y las ha percibido y las presta
sentidos y aspectos más rico s.^ Cuanto más Se las lee, más se aprende y más bellezas se encuentra.
Su estilo es atrayente y simpático. Se impone por lo sencillo, lo cortés y lo justo: Hasta cuando es
mordaz es tal su finura, que no ofende: enseña alegremente. Solía ocurrirsele latraviesaidea de aparecer
escéptico, y ciertamente no lo era: se proponía con ello castigar, dejándolo mal parado, el escepticismo
de los otros. Así dabauna lección cariñosa en el mismo terreno en que estaba la ignorancia.
En cambio, cuando se trataba de esos hechos que al alma llegan, lastimándola, revolvía la ternura
con la fiereza. Compadecía la desgracia y se volvía airado contra las injusticias. Sirva de modelo ejemplar 10,consignado en la Nota V I I I . La sentenciosa declaración de Girard: uEl acero de un cuchillo no
me da miedo, pero el acero de una pluma me aterra* lo habían pensado algunos de Comenge antes
de que aquél lo escribiera.
Salvo casos muy excepcionales, su norma fué el mayor comedimiento,revelador de una esquisita
cortesía y urbanidad, elementos de que se v.alió para la dificil convivencia social. Tendía instintivamente
a10 bello, a lo útil, a lo bueno. Por eso estaba tan encariñado con la Higiene.
S u oratpria corría parejas con sus escritos. Amena, fácil, convincente,tomaba en oportunas ocasiones un tono humorístico y hasta ligeramente sinapizante. Esta salsa de su gratísima exposición no
llegaba a causar molestias;.era una advertencia amistosa y culta, que hacía más simpática su labor.
Encantaba oirle. Así como de humilde choza puede salir un héroe, de aquel cuerpo tan pequeño salían
a torrentes los efluvios de un alma bella y grande. Hablaba con precisión, sereno y tranquilo, como si
estuviese platicando con los suyos y dan40 a su voz unas inflexiones tan oportunas que el auditorio
era arrastrado gustosamente; a las pocas palabras no había oyentes: todos eran admiradores, una
parte sugestionados, una parte convencidos por aquel bien discurrir y aquel hermoso decir. Como
ejeinplo véase Nota I X .
-
Sintetizando. Comenge fué un hombre bueno como pocos, un volitivo conscientedelbien, un talento
extraordinario, un escritor modelo y un ~ r a d o rde gran mérito. En otras palabras: un hombre de los
que honran a la humanidad, una figura que se dcstaca de las muchedumbies por sus grandes cualidades, un ejemplo que nuestro presente entrega a lo porvenir para enseñanzay espejo. D. Quijote dijc,:
((Sábete, Sancho, que no es un hombre más que otro si no hace más que otro.)) Comenge hizo n h ,
muchísimo más que otros: por eso esmás que otros hombres, que otros muchísimosliombres. Un gramático diría: no es un singular, es un plural de relevantes condiciones.
-
E ~ S Q U E JBIOGX~FICO
O
Nació Comcnge en Madrid, calle del Ave María, 24, principal, $1 día 17 de febrero de 1854 y fué
bantizado conlosnoilibres de Luis, Enrique, Julián, Fermín (Nota X ) . Es coincidencia notable que cn
esa misma casa, después de recorrer su
pueblos y ciudades, acabara la carrera (2).
De su historia escolar hay bien-poco que decir (Nota X I ) . Mi larga experiencia en el
y
la observación.de muchísimos de los que fueron mis alumnos, m e han dado elementos sobrados para
clasificarlos en cuatro grupos: primero, escolares que fueron sobresalientes y. qne así continuaron
toda su vida; segundo, medianos desde el comienzo y medianos hasta el fin; tercero, sobresalientes eii
las aulas y luego deprimidos, holgazanes O desgraciados; cuarto, regulares, cuando no medianos, durante
la carrera y, a poco tiempo, sobresalientes como ellos solos. A los últimos corresponde Comengc. Del
nivel dei suelo ascendió hasta conveitirse en sumidad florida. Excelentes máquinas, que no se ponen
en movimiento hasta que las circunstancias o el medio les dan impulso. Una vez en marcha, dejan bien
probadas sus óptimas condiciones. Tensi6n grande, pero oculta: no impotencia.
Tal vez contribuyeron a su escasa.actividad por entonces las agitaciones políticas de aqiiella
época y sus aficiones a determinadas ideas a la sazón predominantes (3), y tal vez su carácter alegre
(1) De? Bund, 9 de marro de 1916.
, .
(21 Tomo parte de estos datas de las mrmorfas intimas esccltaspor el mismo Cnmenge y d e un ertlculo necrolbgico publicado en la Rcu(s1a volniciano de Clenclaa ni6dicaa,p6r Frutos Nábena, aeudooimo del Inteligente y laborioso medlco valenctsao D. Fau$rilro Barberi.
(31 Cooeurrla astduamente con Luto Simarro. Rscuder. Morate, etc.,il 'Centro republicano popular. de la Plaza de San
Estaban.
. .
.y sus agudezas le hacían malgastar sus energías, como escapes de vapor, en empresas de poca monta.
Ello es que, salvo cierta predilección por las llamadas letras, sentiamásaversión que afecto h a d a
las ciencias, especialmente las matemáticas, en las cuales. lejos de brillar, se apagaba su p o d e r ~ s ~ i n t r ligencia. [Quien había de decir que este mal matemático habia de manejar .con tanto donaire y en tan
gran escala los números y las líneas!
Llegada la hora, a las nieblas densas sucedió la claridad.^, poco a poco, se fué elevando el gran sol
de su inteligencia para recreo y provecho de muchas gentes, pára ser la salvación de millares de personas. Bien lo prueban sus trabajos en los primeros años que siguieron a su doctorado.
El transito de lo mediano a lo grande, al fin fné hocho. Por una de esas coincidencias scrprendentes, aquel espíritu bullicioso y alegre se dedicó a oftalmología, en aquellos tiempos una de las más
ingratas y de las más atrasadas especialidades. En ella tuvo cierto renombre, como lo tuvo luego eri
obstetricia y en medicina general, hasta el extremo de qiie fué cokiderado como un clínico muy experto por los compañeros madrileños.
Su prestigio fué mayor cuando le dieron el cargode Director médico de la fábrica-de tabacos
de Madrid, especialísimo medio en que hubo de desplegar su poderoso tálento y su espíritu caritativo
por modo tan cuantioso v, oportuno,
que no fué para sus clientes un médico, sino el protector y el a m i ~ o .
.
Asi inicii sil in;tgotni~li.fihii,-g,,~¿ri. q11, 1ti t.oii<l~ij.~
n i i i t.>rcic.1, por 1.ii:u t i t n ~ j ~ l~:<;t.~
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~
vidas que se le confiaron.
S i algo malo había hecho, que no lo creo, desde entonces cambió de rumbo y siguióa la letra el
precepto de Aristóteles: <<Lamás necesaria de todas las ciencias es la de saber olvidar lo malo que una
vez se aprendió.»
Para completar la metamorfosis que se iba operando en su espíritu, tuvo la dicha de conocer a
Julia, dulce, afable, inteligente. El-cambio fué complcto. Nunca se.pudo decir mejor que l a mujer
hace al hombre. Comenge fue encauzado en la buena senda. Acabaron las vaguedades, los desvps de
su corriente psíquica y quedó investido de doctor en la más grande de las Universidades sociales, en
la Universidad doméstica. Un solo profesor, sin más disciplina que el cariño, lo condujo al pináculo
de la gloria. Aquella buena materia caótica que ya había llegado a nebulosa bien aparente, se fué
convirtiendo en astro de ,primera magnitud en el firmamento de la ciencia y en el firmamento de la
caridad. Se realizó el milagro, en buena parte debido a la incomparable Julia. Comenge lo reconocía;
por eso su cariño hacia la sin par esposa, de puro grande, colindada o penetraba en los confines de la
idolatrla. Con él no rezó, en este ni en ningíin otro caso, elconocido pensamiento que expresan estas
palabras: «El egoísmo y la enpidia son vicios detzsiables que empequeñecen al hombre; pero la ingratitud le rebaja a tal extremo, que birn p!idiera considerársele como descartado de la especie.$Comenge
se mostró siempre agradecido a su esposa.
,.
.
Hay hechos providenciales. Si aquella magnificencia ~comengianaase queda en Madrid, hubiera
alcanzado. de haber justicia, uno a e los primeros puestos, s i es que no el primero, en el régimen
sanitario de España; pero quiso la buena fortuna, para nosotros, que el eximio alcalde señor Rius y
Taulet,que andaba en los dificiles pasos de la política y en los arriesgados y peligrosos de 1aExposición
Universal de Barcelona, anheloso de ir adelante en la magna tarea, se le ocurriera fundar el periódico
El Barcelonés y confiar su dirección a Comenge, el día 17 de septiembre de 1887, a los dos meses escasos
de matrimonio.
Cumplib bien su cometido como periodista y como amigo, pero sus aficiones no iban por estos
senderos. Estaba más en su medio en las difíciles tareas de mirar por la salud pública, al ser nombrado
Médico Auxiliar del Laboratorio microbiológico (8 de noviembre de 1877, oficio del 17); poco después
Vicedirector del mismo (abril de 1888) y algo más tarde, por reformas hechas en los servicios sanitarios,
Director de la Sección de Higiene práctica (30 de junio de 1891) (Nota X I I ) , e'n las cuales o en instituciones análogas quedó vinculado para el resto dc su vida.
En cerca de treintaaños que ha estado entre nosotros asombra,por lo grande, por lo hermosa, por
lacantidad, por la calidad, por todo io que es digno de aplaiiso,la labor que ha realizado. Subondad y
su talento han engendrado ópimos frutos. Unos de estos frutosdejaron la semilla en buen terreno,
otros la depbsitaron en medio indiferente o en medio hostil. De todos modos, los que prendieron y fructificaron harán imperecedero el nombre de Coinenge. Su nombre quedará grabado en el corazón de los
agradecidos y en la mente de los científicos; más tarde lo consagrará la historia al esculpirlo entre los
imperecederos, entre los escasos del grupo denominado Vir bonus, sapiendz pe~itus.
Comenge resiste largos años un trabajo intensivo y de grandes responsabilidades; lucha y .vence
a las más cruentas epidemias; enferma de varias de ellas y las domina; es molestado por ese calamitosogrupo de los psíquicos inferiores, tan malos como pertinaces; tropieza no pocas yeces con las indiferencia~o con las persecuciones delas autoridades ... Al fin, aquel cuerpo, tan maltratado, decae progresivamente, sin que por esto menguaran su excelsa inteligencia y su bondadoso corazón, se va acercando
ANALES DE
LA
REALACADEMIA
DE MEDICINA Y CIRUG~A
DE BARCELONA
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a la muerte sin darse cuenta del peligro, enferma y sigue trabajando asid~amentien la pocohigiénica
zona donde se instaló el hospital de infecciosos, en eléual fueron aislados los enfermos de viruela.
Y él que pudo más que la peste bubónica, que el cólera y quizá que la rabia, es vencido porla vulgar
grippe, lo que el llamaba, con los clásicos médicos españoles, ucatarro epidémicoa. Recorre esta infccci6n
todo su cuerpo, que no presenta resistencia alguna, se pma en el pulmón (neumonía grippal), para que
no luzca nunca más su oratoria inimitable, y, reducido al silencio, apaga luego aquella poderosa inteligencia; acaba el orador y acaba el pensante egregio, y para que nada reviva, inmoviliza para siempre
el corazón' del hombre bueno. La muerte, tantas veces vencida por él cara a cara,se apoderasubrepticiamente d i aquellos despojos el día 1 2 de enero de este año.
La victoiia de la muerte fué mezquina y sin gran esfuerzo. En otro tiempo le acometió varias veces
con más bríos y más nocivas armas y no pudo arrebatarlo. En el Código penal se calificaría este traidor
homicidio de alevoso, premeditado y con ensañamiento. En la conciencia humana no hay calificativo
posible.
Queda un vacío que no se llenará con las lágrimas inagotables de sus deudos y en especial de la
inconsolable viuda, ni con la inmensa pena que sienten sus innúmeros amigos y admiradores, ni con el
dolor intenso' de todos los agradecidos, ni con el ambiente de tristeza que dejó en esta Academia, ni
siquiera con el olvido, capaz de nivelar depresiones y alturas. Pero la muerte orgánica no es la muerte
definitiva en este caso. El vive en la conciencia de todos hoy; mañanavivirá en la historia. Tenía derecho al descanso. (Que lo goce eterno el sabio, el bueno, el modesto Comenge!
¡No lloremos! ¡Dejó de sufrir y de luchar! Ahora vive mejor.
SUS OBRAS Y SUS CARGOS
Si para admirar a Comenge no quiero que nadie mé pase por delante, para trazar lo quehiciera
soy el último y me veo perplejo, no obstante los auxilios que he solicitado y conseguido. Declaro sin
ambages quenosoy capaz de hacer la crítica de sus obras, ni siquiera el inventario completo. Y no cs
por falta de tiempo ni de voluntau: es porque la tarea es superior a níis fuerzas. Mas dado el deseo
expresado por esta Academia de que yo fuera el que hablase en nombre dc ella en esta triste sesión,
no cabían negativas ni siquiera tit-eos: antes l a derrota que la retirada. He hecho lo que he podido;
no lo que quisiera y lo que Cornenge merecía.
Como norma general, seguiré el orden cronológico, pero como en estos asuntos no siempre es el
más oportuno, alguna vez he de abandonarlo.
7
Su primer cargo oficial fué el de ((Auxiliarde los Archivos y Bibliotecas del Ministerio de Fomento».,
No consta la fecha de este empleo, que cuadraría muy bien con las tendencias de Comenge. Estaba en
su elemento. entre obras viejas, cronicones y pergaminos. La cosecha que fué recoleccionando, le dió
materia para largos años.
Su primer folleto (1879), relativo a Biichner, asunto muy en boga por aquellos días, desapareció
como por arte de encantamiento. Entregó.el original a X., como iiitermediario; este murió sin dar
cuenta al autor de si la impresión fuéconcluída. Averiguando, supo que el librero se había fugado a
América y que la edición se agotó rápidamente. De clla no obtuvo recompensa alguna ni siquiera
vió un ejemplar de su trabajo. Para un romano el presagio no podía ser peor. Pero Comenge no era
romano.
Su primera conferencia. <<Enfermedadesde los reyes y médicos de Camarar>,fue 'dada el día 12
de febrero de1880, en la Academia médico-quirúrgica iiiatritense, a instancias de esta prestigiosa corporación. El éxito fué grande y sirvió de base para que Ic estimularan reiteradamente a q u e escribiera
sobre historia de la medicina.
Su primer periódico, el Doctor Sangredo, apareció en 1 . O de noviembre dc 1883 y dur5 hasta.1885.
Le acompañó en esta empresa el notable médico don Felipe Ovilo, que miirió hace años. Ambos fueron
fundadores, propietarios y directores. El Doctor Sangredo fué una c<Revistxsatírica profesionali),escrita
con muchísimo gracejo, suave a las veces, irónica a ratos, no poco valiente y un si es o no es iconoclasta.
Por ella pasaron, en efigie fotográfica y descritos, muchos. médicos españoles. Entre ellos me hizo
la merced de colocarme y todavía le agradezco lo bien que me tratara.
Su-primera obra fué un buen tratado de oncología o tratado de tumoreso (1884), obra que no
terminó.
Escribir en aquel tiempo, y un médico novel, un tratado de esta naturaleza, en un fatuo hubiera
sido un alarde ridículo, y Comenge pisaba en firme. La prueba de cllo está en que fué muy encomiada
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LA
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-DE MEDICINA
Y CIRUG~A
DE BARCELONA
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por el único histólogo español de la época, el ilustradisimo Maestre de San Juan, mi venerado e inolvidable maestro;en que Letamendi, que aun no conocía a Comenge, salió a su defensa con motivo
de una critica algo agresiva de un señor Ramón Tarrés,a quienpuso como querían dueñas, y en que
Vern.e.ul1 y Ranvier, cuyas hipótesis rebatió Comenge, le escribieran confesando quc tenía razón en
algunas de las ideas expuestas y doliéndose del tono un poco duro que habia empleado contra ciertos
.
.
conceptos.
Su primer articulo, titulado <<Unepisodio de la historia del imperiochinoi>,se.public6 el. día 1.0 de
mayo de 1884. Era regocijante, alegre, bien ideado y simulaba en el Oriente hechos y cosas grav,es en
que habia de por medio altísimas personalidades, médicos de gran prestigio,-un parto, etc,, etc.
A la parque escribía en este tono en.la prensa profesional, no desatendía los impulsos desu vivacidad e ingenio; y en la prensa satírica, con o sin seudónimo, daba alegría a los unos y penas y coraje
a los otros.
Pocas semanas después, 13 de julio de 1884, aparecía el primer número de un periódico médico
e higiénico que fundaron Comenge y los conocidos Manuel Carreras Sanchis y Mariano González de
I
salud y que dedicaron preferentemente al estudio del «cblerai>.
Segovia. denominado Boletifi ~ L la
En dicho número trató Comenge de <(Laprimera invasión del cólera en Españan y en el siguiente de la
((segundan;la dercerai) vi6 la luz en El Diario d d i c o (agosto del mismo año).
La primera corpuración médica de que formó parte fué la Academia médico-quirúrgica matritense, en la que fué Vicepresidente dc Sección y un socio de los más trabajadores.
En la Revista de la Socidad espalzola de higiene (lo diciembre de 1884), publicbun artículo, «De
bona valetudine conservandan, muy alabado por los médicos españoles y que mcrcció los honores de
ser traducido al italiano y al portugués.
1885 fué un año.de prueba para Comenge. En el (Ateneo antropológico de Madrid)) proniinció
s
y la inquisición,), que publicó El Genio médico-qnirúrgico en el número del
un discurso, < < h médicos
15 de marm; y otro en la tAcademia médico-quirúrgic? matritensei), sobre «Estado floreci6nte de la
medicina espaiiola en el siglo XVI y causas de su posterior decadencia*, fijándose por modo preierente
en e1 reino valenciuio; de este discurso se ocuparon, elogiándolo, entre otros, La Provincia y La
Correspondencia de Valencia. El primero de ellos sirvió luego de preá~nbuloalfolleto curiosidades
médicasi),que contenía otros trabajos. Lo encoiniaron muchos los periódicos inédicos y políticos y no
admirable tanto saber y tan bien decir en tan pocos años.»
faltó quien dijera que <<era
Por entonces también hizo la critica de la famosa obra: <Fray Giordano Bruno-y su tieinpoi>.de
Luis Paris: Apareció su trabajo en el Diario médico (25 de septiembre de 188j) y estaba compuesto
. .
de tal 'modo que llam6 poderosamente la atención.
Pero en este'año la gran empresa que le di6 tan alto e indiscútible prestigio, fueron 1'0s trabajos
relativos a la epidemia de
Cólera de 188j. Cuando surgió esta luctuosa epidemia, Comenge recibtó el honroso y comprometido encargo de ir a estudiarla. Llevó larepresentación de la Academia m.6dico-quirúrgica matri-..
Fense, de otras corporaciones y de varios periódicos profesionales y políticos.
Curó muchos enfermos en Valencia y luego estudió detcnidamente la inmunización anticolérica
de Ferrán, tanto e'n la &pita1 como en Alcira., Alcudia de Carlet. Atherique, Puzol 4 otros pueblos.
Pasó luego a Aranjuez, en donde enfermó del c6lera. Priinera embestida seria de la lucha a múzrte
que entablara contra las infecciones.
Lostrabajosmás notablesque su detenido estudio produjera, fueron las conierencias de la Academia médico-quiríugica matritense, que de esta materia fué la primera dada en la corte, en el Ateiieo
.de Madrid y en la Facultad dc Medicina. Partidario decidido dc la práctica ferraniana, sobre ella hizo
hincapié en sus discursos.. No pocos de los oyentes qiieduon.convencidos de la bondad del procedimiento, y entie otras familias distinguifdas inoculó a las de Avial Cavo, Capdepón, Condesa Almina,
Pastor y muchos más.
Tambiénpublicó en El Siglo médico un valioso articulo:<tEl doctor Ferrán en Alcira y su método
profiláctico del cólerw, que iué reproducido por distintos periódicos proiesionales de Andalucía y de
Cataluña, y extractado por varios otros franceses e ingleses, como Thc London Medical Rzcord. Dc
esta campaña dijo una de las mentalidades más altas de la Medicina española: ((Es sencillamente
. .
admirab1e.o '
De esta epidemia obtuvo Comenge el padecerla, trabajar mucho y gastar no poco, pues todas sus
representaciones eran gratuitas, como gratuitas fueron todas lasinoculaciones preventivas que practicara. Ya empezaba la gran característica social de este mártir bienhechor.
.
.
Las producciones de Comenge, en 1886, fueron su ingeniosa obrita curiosidades inéditas», ya
mencionada, y el precioso estudio histórico ((Médicos de antañon, de 48 páginas, que tan encomiado
' fuépor la prensa,dados su aticismo y donosura. De uno y otro trabajcs adquirió la Dirección general
de Instrucción pública (1887) con destino a las bibliotecas, 24 ejemplares del primero y 84 del sepndo,
merced otoigada gracias a la aclamación pública.
Este mismo áño apareció su fam9sa «Carta geográfica-histórica de la Medicina española,), que por
si sola se bastaba a servir de sólida base a la gran reputación d e Comenge.
.
1887. A pesar de su casamiento, de su venida a Barcelona, de la dirección de El Barcelonls y
de los primeros cargos sanitarios que desempeñara en nuestra ciudad, no di6 paz a la pluma y son de
mencionar, como principales, sus trabajos «Historia de la circulación de la sangres, que .tanto llamó
laateución, y varias cartas, que aparecieron en EL Siglo médico.sobrela en aquellos tiempos candente
cuestión de la <rabia$.
Cuando Comenge llegó a Barcelona, que f u é hasta su muerte la residencia del gran hombre, habia
producido lo bastante para ser conceptuado comoun ser excepcional, una gloria delos humanos. Tenia
a la sazón $610 33 años y habia hecho niuchisimo más que la inmensa mayoría de los más longevos.
Pero este.gran Comenge, casi un niño intelectual, para honra de nuestra ciudad, para. bien de la especie
y para encanto de sus amigos, habia de convertirse, aquí, entre nosotros, a pesar de las contrariedades,
en fueaisimo adulto, cuya potencialidad psíquica causaba asombro cada dia al conocer sus nuevos e
inagotables engendros. Muchas cosas buenas hizo Rius y Taulet por Barcelona, pero tal vez ninguna
.más provechosa, en el terreno d e l a bondad, que haber decidido a Comenge a morar entre nosotros.
Ya es barcelonés. Ahora empieza a trabajar la potente máquina contra la ignorancia $la maldad.
iCuintas veces las venciera!
r888. Mientras preparaba una presentación de su poderio intelectual para sentar plaza de hoinbre
de primera categoría, no de un advenedizo cualquiera, fué solicitado por el «Ateneo de M:ladrid>>para
que tomara parte en la discusión del tema que se debatia cn la culta corporación. Se trataba de la
«Política de Felipe 11.))Su discurso fué colosal. Los aplausos iniciados en el salón de sesiones, con tanta
justicia como entusiasmo, repercutieron ifuera. y la prensa madrileña y la de,proYincias se hizo eco
del triunfo obtenido por un médico.
Barcelona se preparaba gallardamente a que su Exposición univer~alfuese esplkndida, +tal arte
y voluntad puso en ello, que salió en bien de su colosal empresa.Aparte de otras manifestaciones de su
poderio. de que no es del caso ocuparse, los Congresos que se celebraron fueron solemnes. El de %Ciencias
médicas»,presidido por el talentosoe inolvidable Rull y del que fui Secretario general, demostró ante
los nxcionales la valia cientifica de estn población y ante los extranjeros la valia cientifica de España.
F L Iun
~ triunfo en todos conceptos. Y uno de los que más contribuyeron a ello fué Comenge.
Poco conocido todavía aquí, se hizo conocer y admirar por sus obras. Habló muchas veces y siempre bien y con deleite de los que le oímos. ft poco de enipezadas las tareas, aquel que andaba rezagado
y temeroso, fuéilevado triunfalmente a l a primera fila, expuerto entrelo más sclecto delosseleccionados.
Hizo, en aquel pugilato de nobles y altrnistas emulaciones, un brillante papel.
Como Director accidental del-Laboratorio microbiológico, pronunció un discurso s0br.e Algunos
hechos experimentales acerca de la rabia y el resultado de las estadísticas sobre vacunas antirribicas en el hombre y en los animales)). Al acabar, interminables y leales aplausos premiaron la docta
labor; pero estos aplausosno parecieron bastante premio y no lo era en realidad. Y el Congreso, por
modo unánime; acordó felicitar al Mui~icipio,por el Instituto, y al personal del mismo, por su coirpetencia y laboriosidad. Estas grandes recompensas son infrecuentes, que son pocos los hechos capaces
de motivarlas.
En bien distinto orden de conocimientos se hizo también inolvidable. La $Historia de la Medicina
catalana))y 15 «Carta geográfica histórica de la Medicina en Cataluña))fueron dos obras maestras, como
hijas de su autor. El Congreso acordó se imprimiera, aparte de las actas, la magna comunicación y la
hermosay expresivacarta. El, asu vez, hizo más tardeunaedición~delamemoriay destindlos productos
a los Asilos de pobres de Barceiona.
Aquel Comenge, casi desconocido y medroso, salió del Congreso de tal manera que su nombre
se hizo rápidamente popular y desde'aqnel entonces fué reverenciado. Su pequeñez y su talento atraían
a la memoria los cuerpos radioactivos: de escaso volumen y de grandiosa potencia. Todos querían
ser sus amigos y todas las Corporaciones bonrarse con tenerlo en su seno.
La.«Academia de Higiene de Cataluñau, fundada por el doctor Vaienti. el doctor Queraltó y el
que os habla, lc nombró más tarde Presidente.
La aclimatación quedó hecha en firme. Para proceder con mayor desembarazo. abandonó la dirección de El Barcelonés, quizá porque-na era la politica ad usum la m b apetecible, quizá porque
notara hechos que repugnaban a su altura, de miras y a su inconmovible honradez. En lo sucesivo
no hubo ante él más que dos caminos, tan contiguos, que por ellos podía andar al mismo tiempo: el
apacible y paradisíaco hogar:doméstico y la ciencia del bien en beneficio de las gentes.
1889. Da a la luz pública una buena monografía, *Los médicos de ogañob, contrasfe con la de
+Los médicos de antañor, ambas, tomplementarias y'salpicadas de sal, de pimienta y de verdades,
y uBocetosmédicoso. conjunto de varias biografías; entre las cuales me honrócolocando la mía, publicada en la Sección Azul dé la Revista de Ciencias médicas de Barcelona y dc los que hizo este periódico
una lujosa edición, aparte, de s610 roo ejemplares, para regalar a los intexesados y otras personalidades e instituciones.
Este mismo año (1889) fue víctima de'un gravísimo incidente. Continuando sus estudios sobre la
rabia. fué mordido.por un perro rabioso, a la par que una pequeña herida recibía material infectado
con el mismo virus. El hecho, de un efecto moral imponente, causó en Comenge larga e intensa zozobra
y horribles sufritnientos.morales.. Cayó en un estado de depresión psíquica lamentable, que puso en
continuo sobresilto y constante angustia a sus deudos y amigos. Contaba los minutos y los días, rebuscando, hasta en los autores más extravagantes, ccknto duraba el período de incubación fcuáles eran
tos primeros signos del fatal padecimiento. Su lisotobia no fué confirmada por e1 tiempo, pero quedó
tan quebrantado decuerpo y alma, que parecíauna ruina no recomponible. Por fortuna se fi14 rehaciendo
lentamente y tras un largo eclipse volvió a brillar el sol con toda su potencia.
A ..
Durantz 1890 siguió d2dicado a sus trabajos de higiene municipal con el buen criterio que le
caracterizaba.
.
.
En 1891 el Municipio de Barcelona y el Cuerpo médico municipal le deligaron para representarle
en el Primer Congreso Médico-farmacéutico regional celebrado en Valencia (26 a de julio). Desarrolló
el tema (Algunas consiferaciones acerca del virus rábico sin atenuar*; en la Sección tercera, presidiendo el Dr: Salillas, tema que discutieron los doctores Aviñó y Santos Fernindez. Tornó parte en la
discusión de las siguientes .comunicaciones: (iNeuronas de la substancia griso, del doctor Ramón y
Caja1 (S.); aAguas minero-medicinaleso. del doctor Carreras; 6Estafiloma opacoo. dei doctor Wieden;
~Traqu~otomia),
del doctor Ferrer Julve; +Pústula maligna#, del doctor Martínez Seguí (1); «Angina
diftéricas, del doctor Boliches; (<Epidemiade cólera de 1890 en Valencia)),del doctor Sanchis Tomás.,
En la sesión.de clausura pronunció un elocuentisimo discurso. Fué nombrado Presidente de honor de
este irnpprtante Congeso.
El mismo año, trasrepetidas instancias, logró se fundara el Instituto de Higicne urbana; creacjbn
en que puso todos sus eiitusiasrnos y alientos, y del que fué nombrado Director (28 de junio). Con esta
obra seadelantó a los países extranjeros, algunos de los cuales le imitaron. También logró en el mismo
año, en pos de incesantes peticiones, establecer un centro de desinfecrión,el primero en España, en un
local de San Felipe Neri; años más tarde el de ({LaVinyetao, luego el de la calle de Llull y,Cerdeña, en
donde f u é instalada la primera estufa que hubo enEspaña del sistema moderno de Geneste, y más
recientemente el de la calle Martí.(Gracia), todo ideado y planeado por él, un verdadcro modele en su
género, sea cualquiera el punto ?e vista desde el cual se le estudie (2).En proyecto tenía otro más para
facilitar el servicio,dado el vasto perímetro de Barcelona. En suma. cuatro centros de desinfección y
alguno más en proyecto, que no ha visto realizado.
Por entonces inició asimismo una intensa campaña antituberculosa, para la cual, preparó antes
al público y a las autoridades con buen número de trabajos sobre vasias infecciones, especialmente la
tuberculosa; campaña que no abandonó ni en la prensa ni en las prácticas sanitarias; a la par sentaba
las bases científicas y procuraba ir veiiciendo, para el día de mañana, las dificultadesburocráticas que
había de encontrar en la organización de un buen servicio de policía sanitaria;de lavaderos higiénicos,
de la inspección del subsuelo y algo más relacionado sobre todo con los niños.
Sus trabajos científicos más notables durante el año 1892, fueron: "La Medicina pretérita*, obra
repleta de erudición y de buen sentido; uLa tuberculosis en Karcelonai), escrita con el sano fin de preparar y hacer atrayente la campaña antituberculosa que se proponía; *La Estafeta de los muertoso, hecha
con la honrosa colaboración de Letamendi; comentarios a la Nueva Estafzta de los muei-tos*. que
tantos plácemes mereciera.
.
Los doctores Mascar6 y Rohert propusieron al Municipio, y éste aceptó (25 de junio de 1892),
que fuera Comenge el encargado del discurso que había de leerse con motivo de la colocación del retrato
'
111 Esta materia led16ocanifio para tratar de tos trabajos que Turr6 hsbta publiesdo hsefa peco rn la Careta tnldcco
mta(atin.
12) Inaugurado e18 de octubre de 1910. En elhan reelbido mis alumnos loteresantea enseiisoras orales y prAeliess.
del sabio Pedro Virgili en la galeríade catalanes ilustrds. Lo titiiló'eApuntes para la biografía de Pedro
Virgili, médico del siglo xvrrii) y es una obra maestra, por no,decir un prodigio científico y literar-io.
En. mediode esta baraúnda de asuntos, tuvo tiempo holgado y mente sana para escribir el magno
discuiso de recepción en nuestra Academia, <<Estudio
sobre la influencia de los catalanes en la e%olución
y progresode la Medicina española>>(30 de diciembre;¿Ie'189~), alque tuvr la gloria de contestar en
nombre de nuestra corporación, bien gozosa de recibir tan esclarecido consocio, al que nombró casi
por modo inmediato Bibliotecario.
Tuvo tiempo también para reducir las epidemias de cólera de 1891 y 1893, combatiendo en sigilo,
sin alarma de ninguna clase y sin causar perjuicios a las relaciones externas e internas de Barcelona,
mediante la desinfección, que no costó poco trabajo aclimatar entre nosotros, pues ni era obligatoria
a la sazón ni fue bien recibida por el público. Con su voluntad inflexible y su carácter atrayente; con la
profusión de sabios y paternales consejos; con el terraplenamiento de muchos pozos, cuyas aguas
infectas eranutilizadas para bebidas y otros usos domésticos,sobre todo en la Barceloneta; con la
vigilancia continua de las aguas que surten a la población; con la inspección sanitaria de los viajeros
que llegaban por vía terrestre; con la inspección y saneamiento dc los lugares insalubres y la asidua.
desinfección de las cloacas; con la instalación de un lazareto en la sección marítima del Parque, que
prestó muy útiles servicios...logró lo que se propuso. A pesar de los numerosos contactos.de Barcelona
con los puntos infectos de Europa, no fueron más de 30 los casos confirmados en nuestra capital. En
honor a %averdad, he de decir que no tuvo por entonces obstáculos en sus gestiones. El Alcalde, señor
Henrich, desde que tomó posesión (1.0abril de 1893), le di6 ampliospoderes, y si alguna vez intervino
fué para robustecer con todo el prestigio y la fuerza de la autoridad las, para 61 indiscutibles, determinaciones de Comenge.
Debo consignar, coinp prueba plena del temple moral de nuestro maestro y protector, que la e$deinia nos acometió por varias partes y en distintos tiempos y fué dominada en todos los puntos en que
se inició, y debo consignar que, entre otras pruebas de su abnegación, para que no se burlara la. vigilancia, convivió 18 días con los pasajeros del <,ReinaWdrgaritaa que fueron llevados al Lazareto.
Unase a todo lo hecho y a todo lo obtenido el concepto de que en aquellos dias no estaba la ciencia
a la altura en que está hoy y que el público ignoraba lo que ya sdbe y hasta miraba mal a los médicos
que le aconsejaban liinpieza y eautela.
También tuvo tiempo para organizar la inspecciónhigiénica (médica y pedagógika) de las escuelas,
estabtecer el censo sanitario, dar lecciones teóricas y prácticas en la Escuela de desinfectadores que
fundara....
E igualmente lo tuvo para intervenir en la creación, más o menos laboriosa, de las colonias escolares, para publicar sin descanso trabajcs estadísticos, para dar conferencias, para publicar articuIos
corno aquel que aparecióen E l Liberal de Barcelona con el titulo deasublimeu alconocer aquel gallardo
arranque de Gernaud, quien escribió a Koch ofreciendo un brazo contra los productos de una vaca
tubercrrlosa, como prueba notoria de que no aclinitia elbacilo tuberculoso. Este bacilo no era, para
Comenge, un hecho bien demostrado, y si bien no lo negó en rcilondo, como han hicho y liacen alguiios.
es indudahle que no le concedía la importancia que se da al tetánico, diftérico y otros, sin que esto te
condujera a no aceptar el contagio de la tuberculosis, en el cual creyó sien~pre.Le molestabantambikn
los procedimientos reservados de Koch (1).
redact6 elreglamento por que habían de ser reguladas las vaquerías de la capital y proEn
puso (octubre) la reorganización del cuerpo de veterinarios municipales, cuyo reglamento también
formuló, pero que no lovió en práctica hasta 1895. Al principio estos funcionarios no tenían sueldo ni
gratificación; mas persistiendo un día y otro, consiguió a l a postre que los Gimeros fueran recompensados.'
Asimismo logró este año, y n o sin grandes disgustos y sinsabores, la inspección de las escuelas, que
él inspiró y organizó y que abarcaba d estudio higiénico del local, e! examen físico y el morboso de los
niños, el aislamiento de los sospechosos y de los infectuites, etc., etc. A este servicio se destinaron
18 médicos supernuinerarios bajo su dirección. De esta tentativa hablaron con elogio L a Publicidad
(mes de mayo) y L a Vanguardia (13 de julio). Suspendido, ignoro por qué causa, el señor Collaso
ordenó la rehabilitación en enero de 1898. Pero ... las obras buenas, cuando no hay convicciones, diiran
poco.
Este mismo año fué delegado por el Municipio para estudiar el procedimiento antidiftkrico de
Roux, delegación gratuita, por supuesto. Desde París y luego cuando regresó, fueron muchas~las
(1) Con el seuddnimo Glucsan Moe y con el titulo %Elsecretode Koeb. censuraba ea un pcriddlco de Barcelona, El NalC
elem Uniucrasl, la falta de moral mddica de que ndolee(a el procedimiento, procedlmicnto que a t a o f o s eegd. y que tantos
daaoihiroenlosdesr;enturad~stubercutoros.
cartas suyas que aparecceron en varios pqiódicos médicos (El Siglo m6dico) y no médicos (1). Sus
relatos y apreciaciones fueron motivo de justas alabanzas. Letamendi fué uno de los quele aplaudicron
con más entusiasmo. Estos escritos tenían por !título uCartas sobre la difteria. Método R0ux.r
El año 1895 tubo Cornenge un trabajo continuo para consolidar y adapti? fas reformas expuestas
y enseñar a sus auxiliares cuánto y cómo debían hacer; de otra parte, como el dios Jano, habia de
inirar con la otra cara los que le tendían lazos, acechaban ... Entre otras, su labor científica más estraoidinariá fué 11 portentosa crítica que hizo de las <Cartassobre Pompeiin, de Pi y Molist. elvaróu justo
y sabio (2). y sobre todo su famosa Clinica egregia.
Una de sus labores, científicas más notables en 1896, fueron las cartas sobre (<Bibliografíamédica0
dirigidas a .don Marcelino Menéndez Pelayo, que sirvieron a esta emineacia de material de enseñanza.
Habían de ser seis, pero sólo aparecieron cuatro, tal vez por motivos editoriales. Fjgirraron en la sección
azul* de,la Revista de ciencias médicas.
Hizo su ingreso en la Real Academia de Buenas Lekras de Barcelona en 1896:La sesión. solemne
como pocas, se efectuó cn la Sala doctoral de nuestra Universidad. El tema era muy de Comenge: amatecnidad entre la Medicina y las Letras e indicaciones d*: las constantes, intimas relaciones que entre
aquéllas y é ~ t a siempre
s
existieron y deben'existir.~¿Para quédecirlo? Este discurso de recepción fué
un rnaravi1l~'sotejido de ideas, de erudición y de galanura de estilo. A cuantos lo escuchamos nos
pareciócorto, y a fe que no lo era, 'Y todavía andan por la memoria pensamientos y frases de aquel
memorable día, que tanto nos emocionaron. Hice su critica, elogiándolo mucho, en la Gaceta mmidica
catalaaa.
.
'
,
De 1896 a 1897,sin dejar abandonado un solo punto de la extensa cantera en que trabajaba de
continuo, dedicó buena parte de sus actividades al estudio experimental de nuevos medios antisépticos
y desinfectantbs y al modo más práctico de utilizar1.o~enlos servicios sanitarios.Este trabajo, que habia
de'redundar en beneficio de sus semejantes, le!fué recompénsado.por el acaso con uiia grave intoxi%ación mercurial, que le costóla ptrdida de los dientes y dc algunas partes blandas de la boca y le ocasionó, sobre todo en el tubo digestivo,. trastornos muy serios, que pusieron su vida en peligro. De este
incidente, tardó no poco en restablecerse.
A.pesar de ello publicó sLa Fa?rnaeta.en el siglo xrvs, que le valió grandes plácemes de historiadores y farmicéuticos. Nuestro querido e independiente compañero doctor Puigpiqué, co~iientó
y ensalzó este trabajo en su periódico El Restaurador farmacéutico.
1898 fue para él un año de trabajo perseverante. En ElSigZo d d i c o publicó disertaciones niédicasb,
tari entretenidas como instructivas. Aquí, en nuestra Academia. fué el encargado-iquiéu mejor?de escribir el aRecuerdo necrológico del doctor don José de Letamendia (25 de junio), brillante págiiia
ennuestra historia, bien digna de tan gran figura.
Tambien prodigó toda suerte de atenciones y de cariñosos desvelos a aquellos míseros repatriados
que traían en el cuerpo y en el atina toda suerte de sufrimientos. Víctimas de eso que llaman- deber;
parecían muertos que a las veces andaban. Comenge, como delegado del Municipio, como Director de
losservicios higiénicos y,más que esto, como ángel tutelar, acogió en sus brazos a aquellos maltrechos,
paganos de culpas que no com,etieron. Se trató de algunos miles de hombres. Se hizo concienzudamente
la desinfección de las ropas y toda clase de objetos y no hubo que lamentar el más pequeño incidente
de la repatriación cubana.
Este año tuvo España y tuvo Madrid el gran honor de ser el sitio de celebración d e uno de los Congresos iiiternacionales de mayor realce e importancia, el «IX Congreso internacional de Higiene y
Demografíai) (abril de 1898). ¡Qué ocasión más favorable para que brillara como astro de primera
magnitud, entre aquellas constelaciones de sabios, nuestro Comenge! Y brilló. Los médicos españoles
quedaron a gran altura, desmintiendo con ello ese pesimismo de no pocos compatriotas, cortos de genio,
cuando no de entendimiento, que sólo ven cosas buenas.más allá de las fronteras y que creen que es
nuestro territorio una.estepa científica, próxima a ser desierto. Entre los cot6rráneos, digo, sin que el
cariño me impulse, que fué Comenge un número uno. Salió de aquí representando al Municipio (con
10s emolumentos de costumbre en él), a la Real Ata-demia de Medicina. al Colegio de Médicos, a la
Academia de Higiene, al Restaurador farmacéutico, a la Gaceta vgdica catalána, etc. Llevaba como
bagaje científico un tesoro, metal puro, pasado varias veces por el crisol, representado por la uOrga. ..
Ik) Entre otros. QilBlaa. conmotlvo de Ia informaddn qoe hlclcra ente psrlddico.
(2) @+%&a
d d i e a catalona, septiembre y octubre de 1895.
. .
~
.
. ..
. .
'
nizaciún y funcionamiento del Instituto de Higiene*, por $Trabajos demográficos y Estadísticas sanitarias~,por numerosos cuadros y mapas tan ingeniosos como bien ejecutados, y sobre todopor su talento y su modestia. El pequeño de cuerpo, fué un Congresista gigante. Vólviótan sencillo como sefiié,
tan a la calla callando coino se, marchara y con una gran maleta llena de premios: Presidente de Sección,
Primer premio, Diploma de honor de primera clase, Gran premio de honor, Medalla de orp.:. No caben
más recompensas. Traía además:la admiración de los sabios, los aplausos de todos, la gratitud de los
que enseñaia. Volvieron también con él su modestia y eldeseo de más y más trabajo; que no era de los
que dueriiien a la sombra de los laureles.
i o Manresa), curiosa e interesante monografía, fué publicado por él en 1899.
El o ~ e ~ e r t o rde
Este mismo. añocelebró nuestra Academia (30 de diciembre) una sesión necrológica dedicada al
insigne tísico y médico Salvá y Campillo. Trataron de él como inventor, el doctor Escriche, en representación de la Real Academia.de Ciencias y Axtes; como clínico^ doctor Robert, en nombre de la
Facultad de Medicina, y desde el punto de vista histúrico, aSalvá y su tiempo,), el doctor Comenge,
delegado por esta Academia. {Quién otro podía.ser? Tres discursos notabilísiinos. No caigo en la mala
tentación de compararlos. Impresos fueron luego; que lo baga el que quiera.
<<Lamortalidad infantil de Barcelona* (1900) fu6 una labor hermosa, capaz de despertar la con. .
ciencia de muchas gentes que &tienen dormida.
En el número extraordinario que dedicara EL Noticicro Universal (27 de septiembre de I ~ O I ) ,
suscribe Comenge un sentido escrito, ~Remembers,como homenaje al eximio ciudadano Rius y Taulet.
Su hermosa obra $Euforia socialn, fué editada en 19oz.
En la velada necrológica que dedicara nuestra .4cademia en honor del eminente clínico Robert,
Comengc tuvo a s u cargo el disciirso.
El Gobernador civi1,señor Manzano le:nombr6 (octubre),.Ditegado extraordinario para estudiar
y remediar la situación sanitaria de Sampedor, que era poco satisfactoria. Realizó su cometido con el
celo e inteligencia que eran de esperar.
Este mismo año l e fué confiado, como a otras notabilidades de Barcelona, el peritaje relativo
a un célebre y ruidoso asunto médico-legal. Esto le permitió, junto con los señoies Brocá y Dom<!nech,
visitar el famoso castillo de Perelada, en el que hizo interesantes investigaciones.
En' 30 & enero de 1903 di6 una prueba $ande de sus aptitudes. El académico que en esta casa
habia de leerel discurso de la sesión inaugura1,renunció al cargo y Comenge le substituyó.En brevísimos
días lo tuvo terminado, tan breves que apenas si habia tiempo materialparaescribirlo, dadas las numcrosas y urgentes ocupaciones que le asediaban. Trató del <Criteriomédico en la Historiau,, y su oración.
casi improvisada. fué biiltantísima.
.
.
Su poderoso filón intelectual exigía pocas labores para grandes rendimientos y los materiales
extraídos tenían tal pureza que. no eran precisas penosas purificaciones. Así se comprende tanta
prontitud.
Esto no fué óbice para que salieran, uno tras otr0,en breve plazo,los siguientes trabajos:<<Gráficos
sobre la evolución médica universal^), ((Escenas médicas», narraciones y episodios profesionaleci)
$Historia de la sífilis~),que fué publicada en Janus y eh.la Gaceta médica catalana, y uEl Rey don Mqtín,
Consejero médico*, que vi6 la luz en la Revista de Medicina y Cirugia prácticas.
,
- Hehablado de ~ a n f l sde
, ese valioso periódico, cuyo subtítulo era.uRevueinternationalepourl'histoire de Ia'Médecine et de la Gbgraphie médicah, dirigido por el profesor Peypers y que aparecía
en Amsterdam. El catedrático Max Neuburger, de Viena, publicó un largo articulo laudatorio sobre
los trabajos de Comenge, artículo bien comentado por nuestro compañero Turró (El Liheral, de Barcelona, 27 de abril de-rg'oq), a la par que daba cuenta de lo que apareció en dicho periódico;suscrito por
Comenge; tanibién tué muy ensalzado por Fritz. Ya estaban medio abiertas las puertas de las fronteras
para nuestrwexcelso amigo: desde entonces quedaion de par en par (1). En este periódico constan (19031904) trestrabajos de Comenge: ~ContributionA l'ét'ude de l'histoire de la Médecine dans le royaume
dlAragon, Moyen Aged (15 de octubre p15 de noviembre de 1903); munificencia de los reyes tle Aragón
paia con sus archiatrosn -(enfrancés) y <<Origen
e historia de la sífilis* (en francés y a la par en español.
en Gaeta médica catalan,a). Con estos trabajos, que tuvieron tanta resonancia y tantos elogios mere
-cieron, la fama mundial del autor, ya grande, quedó-definitivamenteconsolidada..
. . . . .
.
.
.
~
(1)
Vtasc lanNetaa v. VI y VII.
.
. .
Son también suyos el t-raBai@uLaMedicina en el reinado de Alfons'o XVn (1904) y la traducción
del ((Tratadode Medicina legal y Tb@a,logía$ de Vibert (dostomos), al que puso un prólogo exquisito
y al que adicionó buen númeio de notas y cuan$@era necesario saber de la legislación española vigente
(1903-1904).
Pertenecen a este último año una comunic~ci;6na lauReai Academiade.Buena:letras de Barce:
lonau,titulada <Historia de la Medicina.-Mercedes y donaciones a losarchiatros del Reino de Aragón,),
Icfda el 14 de febrero y reproducida por el Protocolo médico'f&rex.se, de Teruel (mes de marzo).
En 20 deagosto de 1904 llamó seriamente la atención de las autoridades y del públicosobre-la
endemia permanente y la, posibe epidemia de fiebre tifoidea. Sus consejos cayeron en campo estéril,
y los miles de victimas,que ha producido y producz esta infección son debidos a na haberle esciichado.
Uno de los.festejos que acordara el Municipio, la colocación del primer sillar',para construir iin
establecimiento destinado a baños y lavaderos higiénicos para los pobres*, fué celebrado e l día 29 de
septiembre., Comenge, autor del pensamiento,tuvo a su cargo el discurso:. uPor la Higiene loc@i>.El
sillar quedó enterrado, el discurso fue impreso, pero el Establecimiento por que tanto se afanara, ni
se hizo ni lleva visos de hacerse. (Quién se acuerda aquí de las cosas útiles?
En colaboración con el ilustrado doctor Raduá publicó vaiios artículos sobre <(Lavida obrera en
Barcelona* en la Higiene práctica, de Madrid.
Prosiguiendo sus consejos al público para lucharcontra la tuberculosis, le dirigió un artículo desde
E l Correo de Valencia (23 de febrero de 1go5), con el titulo sContra la tisisi), y otro desde La Tribulza
de Barcelona (11 de marzo), con el de ((Sangríasuelta)).
En 31 de mayo apareció en IaGaceta médica catalana un trabajo: (~Nucvosdocumentos relativos
a la historia de la medicina en el Reino de Aragóns, de gran valor histórico.
La Real Academia de Medicina y-Cirugía de Barcelona le encomendó llevar la voz de la corporación en la solemne fiesta que celebrara en honor a Cervantes. Su magno discurso ~Ccrvaatesy la Medicinar es una joya literaria de gran precio.
.
Por el mismo año publicb su magna obra (<DeRe bibliográfica» cse preciosisimo libro ~Generacibn
y crianza o Higiene de lafamilia), valioso catecismo del"hogar doméstico, de asombroso éxito y que
ahora va reproduciendo con buen acierto L a Higiene para todos (1916).
También apareció el interesante cstudio <<Unhigienista en el siglo xvr,).
Como si todo lo expuesto no fuera bastante, este mismo afio de 1905 empiezan a aparecer en Barcelona varios brotes sucesivos de peste-bubó.iiica. Se le-confió el dificilísimo cargo de atajar la epidemia
incipiente. Comenge era el único capaz de realizar este semi:milagro, dadas las pésimas condiciones
higiénicas de la capital y sus frecuentes relaciones con varios puntos contaminados; Y lo realizó trabajando con actividad febril, dejando, en miserables tabucos y en toda suerte de lugares hediondos y
mortíferos, girones de su vida, sin que nadie se enterase, para evitar daños a la ciudad y no contando
con todos los recursos que la ciencia y lacaridad demandan. Lo hizo sin jactancia, en pleno sigilo,
sin recompensa y quizá sin producir el agradecimiento que merecía, .
Alguiias palabras sobre esta epidemia, que bien lo merece el que la venciera (1).
A principios de julio de 1905 circuló por toda Europa el rumor de que en Barcelona existia la peste
bubónica en forma epidémica. No era infundado,por completo. Cayá enfermo el hoy médico 'forense
doctor Cercbs y'a'los pocos días la criada que le cuidaba (ésta murió). Los peritísimos Callejay Turr6
no se atrevíana afirmar la existencia da la infecciún por los caiacieies del bacilo; los' cultivos y las inoculaciones no fueron bastante demostrativos: Hacia el 25 del mismo mes el material de cuatro' autopsias más y las inoculaciones en iatas no fucron bien explícitos tampoco; pero al fin se di6 con el bacilo
en uiio de éstos y luego no cupo duda alguna respecto al encontrado en los esputos y en los bubones
de un caso de pulmonía fulminante.
Mientras esto ocurría en el laboratoiio, Comenge, congran reserva, averiguó que el doctor ~ e r c 6 s
había hecho en 18 de junio la autopsia de una mujer, muerta en una miserable choza de la barriada de
Hostafranchs, y que le pareció sucumbiera a laforma neumónica de la peste. En esta misma choza
enfermaron la madre, una hermana y una niña, de una dolencia sospechosa, pero todas curaron. No
lejos dc esta choza fueron atacadas cinco personas, toda la familia, de las cualcs fallecieron dos niños
con pulmonía e infartos ganglionares. En estas investigaciones desplegó Comengc una gran energía
y .entendimiento, pues los supervivientes lo negaban todo con una tenacidad que sólo aquél supo
vencer.
No se pudo averiguar si este fué el foco inicial ni de donde procedía. Probablemente fueron Egipto,
1 1 India o el Indostán, a la sazón infectas, los puntos de exportación patógena.
(1) Tomo alguno de los datonde ua a r t k u l o de oueatro Turrd: .Die ~estepldémiein Barcelona* publicado el l5de mayo de
1907 en Dcutachc dertieuilung y traducido por el eulto rnedieo militar Dr. Pedro Farreras, prevfa r c ~ i s i 6 nde! autor, para la
Revista P a s l y r , jiilio de 1907.
, .
--
S
Más tarde se di6 con otros focos en la misma basriqda,
Puesto en conocimiento de la superiordad el hecho, el Gobierno nombró a Comenge Delegado
extraorilinario para la capital y luego para.la pr~viqtia(24 de enero de 1906). Tal trabajó, que el
Gobierno le felicitó por su obra y la Junta provincial y municipal aprobó cuanto había hecho y acordó
además otorgarle un voto de gracias y solicitar para él una.elevada recompensa, que todavia no ha
llegado.
Fué el alma y el cuerpo de todas las medidas preventivas. Su lucha tuvo caracteres de titánica.
Visitó a todos los enfermos, les aisló, desinfectó todo cuanto infundió sospechas, quemó ropas, montones de basura, chozas y otras viviendas con las coni~ensacionesconsigüientes. Parecía todo dominado
en agosto, pero se reprodujo, o entró de nuevo, enodubre, creció en enero y entonces,las medidas
fueron todavia más radicales y más extensas, En abril cesó por completo. Bien averiguado,hnbo unos
80 casos. Hubo de oponerse en este largo combate a la ira de los analfabetos, y hubo de luchar con $1
personal a sus órdenes y no pocas veces con la falta.de material. Corrió gravísimos peligros de toda
suerte sin la más pequeña vacilación, y, por si esto era poco, la peste entró en su cuerpo. Menos mal
que no pudo con él, como tampoco pudieron los hombres y lascircunstancias.
Barcelona le debiósu salvación y no ha estado ciertamente a la altura a que se colocó el bienhxhor.
i Q ~ 4no tengan nunca los-higienist& en cuenta estas ingratitudes para sacrificaise por el bien común!
~ H Ow>r
V hov no es de este muiido el reino de los hieienistas!
Día llegará
en oue abunden'más la inte"
"
iigeñch y l& sentimientos altruistas.
Parecía preciso el descanso después de tan larga y briosa contienda; pero el descanso estuvo
representado por la aparición de dos nuevos frutos de la inteligencia de Comenge en 1906: sLa Medicina en el Reino de Aragóna. con nuevos e interesantes detalles sobre los archiatros, y ~Antisepsiao.
Como si esto.no fuera bastante. le encomendaron el estudio de laepidemia dc viruela, que hacia
algunos meses reinaba en San Cugat del Vall&s,y los medios más opirtunos para dominarla. El I:! de
abril reunió la Junta de Sanidad en las Casas consistoriales, escuchó el parecer de los médicos y expuso
las medidas más iltiles en su concepto para acabar con el azote. Esta vez, como otras, el éxito pronto
fué el premio. Pero Comenge había de hacer algo más: renunciar, a favor del Municipio, los honorarios
que le correspondían, para socorrer con ellos a las familias más necesitadas.
Epidemia de peste bubónica d6 Santa Cruz d e Tenerife (1). Al ser nombrado (diciembre de 1906)
Pulido Subsecretario de Gobernación, siendo Ministro e1 Conde de Romanones, supo por éste la situación
grave de Canarias, motivada por la peste bubónica, no sólo desde el punto de vista sanitario,sino de las
relaciones de'unas islas con otras, de las cuestiones mercantiles de América, d e un inquietante espíritii
de insubordinación y de un desquiciamiento del poder de las autoridades. Algo así como un caos,
que exigla a toda prisa saliid y orden. Pulido tuvo la buena idea de acordarse del cifogueadoi)Comenge.
le llamó por telégrafo a Madxid, le convenció, invocando la sincera amistad que les unía, para que
aceptara el cargo de Delegado extraordinario con atribuciones completas, incluso la de tener a sus
'úrdenesa las autoridades. <<Sele exigió que 10 dejara todo, todo:. sus compromisos, sus intereses, su
familia y su cargo de Jefe de servicio en la Higiene municipal de Barcelona* (Pulido). Como se pu,io,
se llegó a reunir iiij,ooo pesetas!!! para gastos, que le fueron entregadas el día ro de diciembre y el 18
desembarcaba en Santa Cruz de Tenerife, en unión del nuevo Gobernador y del Secretario del Gobierno.
Allá fué sin preparativo de ninguna clase.
El trabajo de Comenge es indescriptible. Buscó uno por uno los invadidos, muchos de ellos refu..
giados en cuevas y chozas, o escondidos; les asistió como médico y como protector; organizó sitios de
aisl.aniiento; adquirió y empleó gratis los medios.inmunizautes especificos;'presenciólas autopsias y
enterrarnientos; pronunció no pocos discursos y escribió numerosos artículos para calmar las pasiones
y levantar tos ánimos decaídos; emprendió una intensa campaña muricida;-hizo entrar en el ánimo de
todos la necesidad de las prácticas de desinfección y de la limpieza personal; inantuvo relaciones constantes con la superioridad, a la que daba cuenta diaria de sus actos y del curso de la epidemia... Lo
inconcebible.Estabaenfermizo,reodido,lejos delos suyos, de su apacible hogar, ante peligros microbianos y otros... Cuando ya no tenía. nada más que dar y con su tesón y habilidad habia conjurado
lo más duro de la tormenta, se acordó de las 5,000 $esetus y las entregó al Municipio, cuyos recursos
estaban agotados, para que las empleara en los pobres. No cabe mayor grandeza de alma. El que vivía
penosamente de su trabajo,-di6 sus emolumentos. icuántos potentados huirían,oividando alos menesterosos que abandonaban! La conducta de Comenge no tiene igual.
Hizo más aún. Quiso dejar como recuerdo de su campaña un Instituto de lactancia a modo dc
«Gotade leche!) y, recurriendo al altruismo de lo más selecto y pudiente, organizó para ello unnat.ómbola.
( I r El Dr. P u l l d o e n 9. diseorco de eoorertacldo al Dr. Yarlrcal g Gnrrls c u a n d o este I n ~ r e r 6e n l e Rcol i \ c s d c m l i d e M 4 l .
c1n.i dc M a d r l d @ d e f e b r e r o d e 1911) ba dcicrito lpbb. 2 3 1 - 2 3 ) . c o m o el oabc hacerlo, 1. octuacl6n de Comonge en r o i a e p l d r m l s
y alguna. de 113 coorecu6oeinr dc e l l e .
Y como no teniadinero, que todo 10 habia entregado, dió elhermoso ejemplo de regalar el'reloj, la
cadena y el alfiler de corbata, Unicas joyas que poseía, cariñosos recuerdos de familia, para lotes del
sorteo. No hizo el donativo de su vida, porque ya lo habíahecho al salir del Ministeriode Gobernacióii.
La providencia no quiso aceptarla todavía. Este Instituto lleva hoy el nombre de Comenge y fué
inaugurado el 23 de enero de 1907.
La población de Santa Cruz sintió con ~ehemenciala conducta de Comenge. Tal vez no se le haya
tributado a médico alguno una despedida más cariñosa ni más sentida (Nota X I I I ) . El.tributoa1
talento p a laabnegación es inenarrable. Todos los corazones latieron de gratitud por lo que había
hecho, de pena porque se iba. Horas antes del embarque las gentes llenaron la calle en que moraba,
$J repleta ésta se desbordaron por e1 trayecto que habia de seguir y por los alrededores del puerto y
mueble. Le obligaron, antes de salir del hotel, entre estruendosos aplausos y vivas, a salir al balcón
varias veces y a que hablara, y los aplausos y los vivas siguieron hasta 9momento de partir,. acompañados de la,agitación de los pañuelos, de los cánticos. de las lluvias de flores, y lo que es más hermoso.
de las lágrimas de gratitud de todo un pueblo. Y cuando en la cubierta del vapor Hes#krides miró en
torno suyo. aquel entusiasmado semillero humano seguia tributándole el homenaje más puro y más
, cálido, con todas las energías de los pueblos meridionales. Y cuando el vapor se fué alejando, todavia
quedaron estáticos los de tierra y buen número de lanchas y otros barcos engalanados siguieron largo
rato la ruta del v a p r , como si los tripulantes y pasajeros quisieran alcanzarlo para conducirlo triunfalmente de nuevo a Santa Cruz. Comenge debió decir, como Carolina Coronado: «Se,va mi cuerpo,
pero yo me quedo.@Aun vibran en el corazón de los isleños la gratitudy la admiración al Comenge
sin par.
Perdida la visión del vapor, se dirigieron varios telegramas
a la esposa v al hijo
XIV), v un
. (Nola
.
sentido mensaje (Nota XV)..
.
La carta de despedida de Comenge es sentida y elocuente. Bebe ser divulgada ( N o t a X V I ) .
Allá v acá, la mensa médica v no médica (1)rindió limoio v noble homenaie al que volvía vencedor.
Lacierva,-reciente ministro de 'Gobernación (z), orden6 tefegráficamente h gobernador d e Cádiz
que le visitara y felicitara en nombre del Gobierno. En el Ministerio y en el salón de conferencias las
alabanzas abundaron, como abundaron en labios. y escritos de Pulido y en los votos de gracias que~el
Gobierno y IosInspectores generales de Sanidad le otorgaron, como más tarde en el Senado resonaron
nitidos y entusiastas los conceptos-que sobre él formiilara aque' Secretario que indujo a Conienge
a emprender su yiaje (Nota XVII).
Cuando regresó a Barcelona, supo la hazaña que con él habia hecho la burocracia municipal. y sus
arrabales. Hablaré de ella en las Recomfiensas.
En 1907 apareció la segunda edición-clc«Escenasmé[email protected], comparada con la labor dt.otros
años, que su fecundidad decrecía. Ya veremos que no. Pero Comenge fué presa dc un contratiempo
tremendo, que a poco más no le c0nduce.a la tumba. Este fué uno de los agasajos con que le obseql*iarofz
los muy inferiores a él en inteligencia y en sentimentalismo. A poco no mata Caín a Abel:
Con motivo de ia epidemia de Canarias escribió la célebre monografia' <<Lapeste en el siglo XX,
Cartas loémicasi) y también su notabilisima«Historia dela Medicina en Cataluñan, duranteel año 1908.
El 28 de octubre leyó una comunicación, «Antropología escolaro, en el Congreso de Zaragoza d e l a
Asociación española para el progreso de las Ciencias. '
Ya ha vuelto a su actividad y al invento de instituciones y,prácticas útiles. Hablo de las coEonfas
escolaves, de las cuales fué alma y aliento, director, seleccionador de niños y de'lugares,'compilador de
datos antr'opométricos, historiador, el verbo de la- buena obra en una palabra. En 1908 inspeccionó
todos los.niños antes y después de la partida, y 1-omismohizo cn años pdsteriores. El29 de julio de 1910,
en el salón de Juntas del Palacio de Bellas Artes y bajo la presidencia del ilustradoconcejal don Manuel
Morales Pareja, desarrolló el tema (Colonias escolares»; a estas conferencias asistieron las Directoras
y Directores de las Escuelas Municipales y numeroso píiblico. Las Memorias sintéticas que publicara,
año por año, verdaderas joyas p r los conceptos, el modus d i c e d i y los trabajos gráficos, fueron iinpresas y aplaudidas. El ejemplo de Barcelona sirvió de estimulo para organizar las de Santa Cruz de
Teneiife. como homenaje a su bienhechor. El Progreso de dicha capital publicó un artículo encomiástico (8 de noviembre de 1909).
El 5 de abiil da una conferencia en la <<Academia
médico-farmackntic? de Barce.lona»5obre <<Rela(1) Cno de 10% nrtlrulor mas enromlA,tlcon -obre lo que h l i o i o m t n g r y lo que r a l l a , 1°C firmado por Juan Frau Kcg El
Tttv!ipo. de IOde octubre de iW. puhlle6 oiro muy I r u J l r o r l a
('4 Comengc Ilcgr. a 3ladrld e l 16de lebrcro y scenconlr6 con c l camblo de siiuscl6n polllica.
ciones entrelapedagogía y la medicinau, encaminada a estrechar, en bien de los niños, los lazos de unión
entre los maestros y los médicos; conferencia reproducida por El Progreso escolar '(5 de mayo) y otros
periódicos.
De 1908 a 1909 publicó varios trabajos relativos a aDiagnóstico psicológip de los niños*.
Contra toda mi voluntad y mi conveniencia me encontraba en la penosa andanza de organizar el
$Primer Congreso espafiol iiiternacional de la taberculosisu. Hubo para todos los cargos innumerables
aspirantes, que ine asediaban sin reposo, y tal fué la complicación que produjeron, que corté el nudo
gordiauo, prescindiendo delos solicitantes y yendo en busca de los que nada solicitaran. Pensé en Ccmenge. ¡Qué honor para mí y para el Congreso, de poderlo tener a mi lado! Pero me daba pena hacerle
trabajar más todavía. En estos vaivenes entre la conveniencia y la amistad, vacilaba..Qniso el acaso
que un día lo encontrara en el despacho de la Alcaldia, a la sazón d~sempeñadapor el caballero y culto
Roig y Bergadá. Hablaba yocon el Presidente del Ayuntamiento de lo que podría hacerse mpro delos
congresistas. Salimos juntos Comenge y yo, y continuando el asunto, me dijo con cierta dulcc ironía:
$Como yo ando por sitios tan sucios y tan infectas, los conozco un poco; tendrá usted mucho que hacer
para desinfectar su obra.$ oPues si de desinfectar se trata, ¿quién mejor que usted, el desinfectador
máximo de España y de sus islas? Cuento con ustedu+Aceptado.-y
medio en broma, medio en serio,
qutdó nombrado Presidente de la Sección X: ((Higieney Acción Social»,vasto y adecuado campo para
sus tendenciasy sus probadas aptitudes. El, como los demásPresidentes, organizó conlibertad completa
su Sección, y por cierto que realizó su obra maravillosamente, por la materia total, las personas y el
pestionario.
Se encargó de varios temas oficiales, cuyo enunciado revela bien su iinportancia: (Geografia
histórkca de la tiiberculosis.Estud~osintético mundial con demostraciones gráficas.,)<¿Existenseinejanzas evolutivas entre lasgrandes epideinias y la difusión de la tuberculosis? Estudio en-un país o nación,
con trabajos numerales.>>sDebiiidad infantil. Concepto uniforme; procedimientos varios de remediarla
pa?a restar campo a la simiente tubercu1osa.u Comenge estuvo más alto en el desarrollo de sus tesis que
cuanto de-él se esperaba, y se esperaba rnucho. La Sección quedóibsoita ante tal magnificencia. ante
tan grandiosa gentileza científica, por modo tan admirable expuesta. Los trabajos gráficos son gallar.do; por lo ingeniosos y por lo correctos. Escuclib aplausos de continuo de los nacionales y de los
extranjeros, y el día en que él hablaba la gran aula era pequeña.
Sudiscurso inaugural de los trabajos de la Sección, las discusiones en que tomó parte, las ponencias
accidentalesen que interviniera, fueron una serie de triunfos no interrumpida. Como Presidente de los
jurados para premios demostró su justicia y sus conocimientos. Coino enpresión sintética y sin ofensa
para nadie, se puede decir que fué el congresista más sobresalieiitc.
Obtuvo cuanto podia &sele: medalla de oro, diploma de lionor, Presidencia de lionor, y lo que más
vale: la admiración y el respetuoso carifio de todos y la gratitud de cuantos tomamos a pechos salir
adelante en la titánica tarea,' y por modo especial la mía que existirá mientras viva.
Tal fué la labor cientifica de Comenge en 1910.
La epidemia de cólera, las epidemias quizá sea más exacto, de 1911, aparte d e sus acometidas en
Vendrell, Villanueva y Geltrú y otros puntos de las.provincias de Tarragona y Barcelona, repercutió
(agosto) en nuestra capital. Empezó en el convento asilo de monjas. establecido en la barriada de Gracia.
Don Eloy Bejarano, entonces Inspector general de Sanidad interior, di6 a Comenge el encargo, reservado, de dominar la epidemia, y Comenge lo hizo,a pesar de haber ido apareciendo varios brotes en las
calles de Gerona, San Rafael, Santiago, Frasser, Botella y otras, en la siempre contaminable Barccloneta, etc;; es decir, por muchos puntos se incendiaba el montón de material combustible. Procedió
en silencio, sin alarmas, conescaso material, con pocos recursos, con gran economía y sin motivar
protestas de ninguna suerte. A su cargo de diredor del ataque unió el de poner en práctica los más
humildes servicios: llevaba los enfermos en brazos para ser colocados en un coche o en una camilla,
conducir cadáveres al cementerio, y él, sin medios de fortuna, dió a los necesitados su escaso dinero y
hasta sus ropas. La epidemia acabó en noviembre, no fué declarada oficialmente su existencia, casi
nadie seenteió de ella y no produjo gran núsnero de víctimas. La Junta provincial de Sanidad le otorgó
unánimemente un voto d e gracias, bien merecido,por su ciencia y por su conducta.
En el instituto médico-social de Cataluña dió varias conferencias: <<Razonesque explican la
intervención de la Medicina en la vida del Estadov, en 14 de mayo. tcomentarios al progreso médicosocial. Indice de lo que falta hacer en Higiene social y Medicina política. Causas y remedios del analfabetismo, peste social*; y en junio de 1912 uLa mujer de Barcelonau, con interesantes cuadros gráficos
de gran valor objetivo. '
Al prestigioso don Carlos Cortezo escribió unas aCartas hi~tórico~sanitaria~s,
que vieron la luz
in
pública en El Siglo médico (mes de agosto); y en el '4teneo enciclopédico popular de Barcelona pro'nunció dosdiscursos sobre Geografía histórica del cóleras.
'
Como Delegado .de la Comisión provincial d e i a Cruz Roja de Barcelona y en representación del
Presidente de la misma, concurrió a la $Fiesta de amor al prójimoo que organizara Max Bembo y que
. .
fué celebrada en el Ateneo Barcelonés el 18de octnbre de 1913.
Llegan dos años malos para nuestra ciudad, 1914 y 1915, obscurecidos por la peste y por la fiebre
tifoidea.
Hacia agosto de 1914 aparecen varios focos de peste, más maligna y mortífera que en otras ocasiones, que se instalan en las calles de Pique, Conde del Asalto y algunas más.
Por sí y por las barriadas y gentes en que se iniciara, el peligro era muy serio. Sin Comenge no sé
a donde hubiéramos ido a parar. Con su sagacidad y rescrva habituales acometió la peligrosa y difícil
empresa de oponerse a la extensión del mal y a domeñarlo. Procedió al aislamiento de los enfermos
y de los sospechosos; a la desinfección más extremada mediante agentes químicos denominables ultramicrobicidas por su gran potencia; a quemar en tiempo oportuno
constituía un peligro o amenazaba serlo; a usar profusamenle por vez primera en España los pulicidas y muricidas más activos,
logrando con trampas, venenos y virus matar millones de ratas; a inmunizar contra la infección (la
llamada vacuna antipestosa, proporcionada casi toda por el Instituto de Higiene de Alfonso XII,
primera vez que se usara en grande en la península), a unos 8,000 individuos, los más expuestos al
contagio, gente de todas cataduras (traperos, mozos de cuerda, carreteros, empleados en el servicio
de higiene y de cloacas, obreros de ciertas fábricas, parientes, vecinos o amigos dc los eniermos y de los
sospechosos, etc.), y respecto a los cuales empleó todo su talento, como ya queda dicho. para vencer
rebeldías, insensateces y preocupaciones, incluso dar él y su familia el ejemplo; rogarles y convencerles,
ir a sus domicilios, inyectar a las horas que quisieran, pagar el coche que lo llevaba, hacer donativos, etc.
El éxito fué completo y rápido. Los focos se extinguieron en breve pla7.o y sólo hubo algunos casos
sueltos que fueron apareciendo como muestra de la siembra que sc había hecho de'la semilla morbosa,
:
casoi que se diluyeron en el lapso de unas pocas semanas.
Todo esto fué realizado sin gravamen para el Municipio. La Inspección general de Sanidad interior,
la Alcaldía, la Real Academia de Medicina, etc., le expresaron su reconocimiento.
La epidemia de fiebre tifoidea fui. advertida, inútilmente, por Comenge. La mayor mortalidad
producida por esta endemia y su mayor fijeza hacia el N. E. de la ciudad no le pasaron inadvertidas,
pero no estaba e% sus manos el remediarlo.
Cuando estalló, hizo algo más queilustrar con sus consejos y palabras las juntas y reunio*es saiiitarias. Organizó un vasto servicio higiénico: brigadas, sanitarias, desinfección de las aguas, de las
conducciones, de los depósitos de viviendas y de las fuentes alimentadas con aguas de Moncada; disiribución a domicilio de desinfectantes con gran prudencia y orden, pues no sobraban en el .mercado;
saneamiento de habitaciones en que había o hubo enfermos y de las que estaban desocupadas; desinfección de las ropas que eran (y son) transportadas fuera de Sarcelona para el lavado; purificación
de lasropas que se venden en las ropavejerías'; donativos suyos de dinero y ropas a los más necesitados;
traslado de enfermos a hospitales y lazaretos ... Todo ello realizado con energía. y con todo el sigilo po'sible, bajo su constante vigilancia. Comenge desempeñó. su misión con la voluntad e inteligencia de
siempre, pero tal'vez con poco desembarazo por dificultades burocráticas y por otros obstáculos,
que todos conocemos, y que ignorosi han sido ya allanados.
Como ol~servaciónnotabilisima de Comenge, debo cdnsignar que los inmunizados contra la peste
bubónica no dieron contingente a la estadística de fiebre tifoidea. Casualidad o causalidad (&quien
sabe?), que debe ser estudiada con cuidado (1).
Como secuela inevitabe de esfuerzos tan prolongados y difíciles; cayó gravemente enfermo, y enfermo estuvo'desde mediados de enero hasta mediados, o un poco más, de febrero de xgr j. Salióen bien
del lance, pero quedó todavía más menguada su iesistencia orgánica, presta a romperse con un mediano golpe.
cuco
.
En cuanto pudo enderezarse a medias, trabajó, hasta conseguirlo (xgrjT2 se destinasen unos terrenos cercanos a casa Rabia (Las Corts) para establecer en ellos otro centro de desinfección y iin
Museo de Higiene; con lo cual cmnpletaba uno de sus planes encaminados a la organización completa
de los servicios sanitarios de Barcelona.
Por esta misma época exhumó las célebres cartas del ilustre don Francisco PiguiUem. Son seis, y
(1) Veare para más detalles su articulo iQuonque tandem?, pubiieado en la (ioeclo d d t a cotolnno (1015) y en la edid6o <La
epidemia deñtbre rif6idea de Barcelona, hecha por este peii6dieo.
la última tiene la fecha de 12, de junio de 18o1. El título es: $La vacuna en España o cartas familiares
sobre esta nueva inoculación a la señora ***.a Las presentó a la Real Academia de,Buenas Letras
de Barcelona, que las acogió con agradecimiento y que acordó publicarlas, y luego a nuestra Academia
en q de marzo de xgr j. También esta Corporación tomó el acugdo de imprimirlas, y para'esta tirada
-escribió Comenge un prólogo muy oportuno y digno de alabanza. La edición de la Academia no tiene
consignada la fecha en que apareciera.
A fines de 19x5 fué nombrado Jefe interino del Cuerpo médico municipal. i~nántas'buenasobras
hubiera realizado!
Durante todos los años mencionados ha batallado sin tregua contra el permanente estado infectivo de Barcelona, población que, por desidias imperdonables, paga un exceso de tributo a la muerte.
A las tareas higiénicas que quedan señaladls en los párrafos anteriores, se ha de añadir el trabajo continuo contra la fiebre tifoidea, la viruela, los brotes de difteria y alguna vez de tifus exantemático, el.
sarampión, la escarlatina, la grippe; además se preparaba, y algo habia ya hecho, para la profiiaxia
de padecimientos exóticos, ante los cuales Barcelona no orrece resistencia ni defensa alguna.
Otras obras. A Comenge se debe la iniciativa y la evolución del servicio higiénico de Barcelona;
la implantación de las desinfecciones domiciliarias, difíciles y no exentas de riesgos; el enjalbegamiento antiséptico de las cosas más nocivas; el riego anti-ptico de las calles, de que fué una grata sorpresa ese mismo r e o hecho,.además, con substancias aromáticas en las calles que habia de recorrer
una procesión del Corpus, idea que dió motivo agrandes encomios; el estudio sanitario de las barriadas
de Barcelona para llegar al de toda la urbe; y ¡cuántas cosas más le debe la población condal! Su higicne
urbana, anterior a la deotras capitales extranjeras, fué un modelo, a pesar de tantas insidias, penurias
y valladares, de un escaM presupuesto y de un reducido pérsonal. jNo hubo que indemnizar ni un céntimo ni por deterioro ni por extravío!
.
.
He narrado algo de lo hecho por Comenge. Si fué largo lb hasta aquí esCrito, se debe a la enorme
abundancia de la producción. A pesar de esa longitud, queda mucho por decir. Pongo a continuación,
a modo de lista, algo de lo que resta.
Otros trabajos:
(<ElLenguaje.%Artículo.
~Socialismobienhechor.$ Varios articulos.
(<LaMedicina en tiempos de Nerón.~Artículo.
ultIistoria clínica de doña Juana la Loca.# Artículo.
uEvolución del arte de curar, principalmente en lo que a moral se refiere.# Discurso inaugural en
la Academia del Cuerpo médico municipal de Barcelona.
uIlistoria de la Medicina española en el siglo XIX.»-Prime? tomo. (1go4), Magna obra por lo vasto
del plan, los numerosos datos y la serenidad de los juicios.
aInfluencia de los catalanes en la evolución médica mundia1.r Discurso.
~Comentariosal progreso médico-socia1.a Discurso.
Multitud de folletines en (<ElSiglo médica.
Centenares de artículos, de informes y proyectos.
Centenares también de..críticas como redactor o colaborador de varios periódicos. En el mío
era el crítico de todo lo de higiene.
Todavía no termin.a la relación, y digo otra 7 ez que no es completa la que yo hago, ni en el concepto
de sus producciones ni en el de los cargos que desempeñara.
Reuniendo, para mayor brevedad, los datos, del-uno y del otro concepto, consigno los qúe siguen:
En la Junta provincial de Reformas sociales, de la que era vocal técnico, redactó informes de tanto
mérito sobre el mejoramiento de las clases obreras, condiciones del trabajo, horas que a él debiera dedicarse, etc., que motivaron que dicha Junta pidiera al Gobierno,le otorgara una recompensa, que
pudiera ser la Encomienda de número de Carlos 111, libre de gastos, puesto que ya era Comendador
de la orden de-Alfonso XII.
Dirieió desde ane fué fundada. la Sección de Higiene
de Barcelona.
"
el cargo de subdelegado de Medicina de esta capital.
En la Junta de Prisiones colaboró no poco en pro del bienestar y de la mejor alimentación de
los reclnsos. De ella fué vocal.
En la Academia de Higiene de Cataluña ha hecho sentir sus conocimientos. Obtuvo los cargos de
presidente y de Presidente de honor.
Se le designó como Presidente de hono; del Primer Congreso regional de Cataluña.
Actnó.de Presidente o Vocal de varias comisiones y jurados de oposiciones.
3n l
ANALESDE
LA
REALACADEMIA
DE MEDICINA
Y CIRUG~A
DE BARCELONA
o ) voto unánime.
Presidió la Academia del Cucrpa Médico municipal ( ~ ~ lpor
Era socio de las Reales Academias de Medicina de Madrid, de la sevillana de Buenas ~ e t r a s de
,
la Academia imperial de estudios naturales y de otras muchas, científicas y literarias, nacionales y
extranjeras.
La Sociedad antropológica españolzle nombró socio d e honor.
En la Comisión de higiene de la infancia del Municipio de Barcelona ej.erci6 de Asesor técnico.
Presidib la Sociedad gimnástica regional.
En la Junta provincial y municipal de Sanidad de-Barcelona fué una figura de primei orden
y no exageraría si lo colocara en el primer puesto. Al constituirse con arreglo a la nueva reglamentación,
su discurso inicial dejó huella imborrable por los datos que presentó, la manera de expnerlos y las
orientaciones que marcara. No causará extrañeza que se le nombrase Vicepresidente de la Junta en
pleno y Presidente d i l a Comisióa permaneute.'Lo raro es que no figurase en ella hasta su muerte ...
De sus trabajos y enseñanzas no hay que hacer encoulio. Era Comenge, con todos sus alientos, en su
. medio óptimo y sin trabas para sus ideas. En nuestra Academia, en donde tampoco tuvo obstáculos
para sus manifestaciones, desde su brillante ingreso (30 diciembre de 1893) hasta después de muerto
no han cesado sus trabajos. Son muchos los informes, dictámenes, discursos, necrologías, con qúe ha
abrillantado esta nuestra Corporación. Puso orden en la Biblioteca, formó parte de la Junta Directiva,
Secretario' perpetuo (19x5) ... Como Secretario, nadie se ofenda, no tuvo igual. En la labor intima de
esta casa atendió a todos los servicios, organizó mulTbien la Secretaría, redactó una primera acta
para la sesión inaugural a nada comparable, medio escrita dejó la de este año, fué el iniciador y sostenedor incaqsable de nuestros ANALES.iluánto le echalnos de menos! Su reemplazo nos dcjó perplejos.
Han pasado muchos meses iigsti suhstituirlo. Un rasgo más: siguiendo la norma de toda su vida, re: nunció a los emolumentos que la Academia designara para Secretario.
:
La colabóración de Coinenge en la prensa abrazaba un vasto campo. A los periódicos, no pocos,
que he ido citando en otras partes de este escrito, hay que aliadir, que yo recuerde, estos otros:
Revista ibero-americana de Ciencias médicas, de Madrid.
Rev7sta critica 8s Historia Y Literatura, de Madrid.
Boletin de la Real Academia de Buenas Letras, de Madrid.
.
.
Diario médico-/armacéutico, de Madrid.
La Medicina contemporánea, de Madrid. . - L a Correspondencia médica,
Madrid.
.
La Independencia. médica, de Barcelona.
El Restauradoy farmacécitico, de Barcelona.
' .
Rev2,sta vnlenciaka de Ciencias médicas, de Valencia.
Esto eiitre los periódicos médicos; siendo sus favoritos en estos iilt'imos tiempos El Siglo médico y
rni Gaceta, en la que figuraba como uno de los redactores más antiguos y más asiduosi Colaboró también en la prensa médica extranjera.
Aparecieron muchos escritos suyos en varios periódicos políticos: , , .
El Liberal, de Madrid y de Barcelona.
El Imparcial, de Madrid.
8
-EL P~ogreso,de Madrid.
El Mercantil valenciano.
El Adelantado.
Y otros ya citados o que no han llegado a mi, conocimiento.
En algunos de los literarios figuraba como escritor preeminente.
A esta lagaserie detrabajos científicos se deben agregar otros, ¿quién sabe cuántos? en quefirmaba
con seudónimo (Victoriano, doctor Ventosa, Recio de Tirteafuera, doña Lucinda Protoplasma de Sangredo, S. E. R.,Glucsean Moe,.quizá algunos más) y aquellos otros en que no utilizaba ni su firina ni
los seudónimos.
.
'
~
Una fal. de Comenge, poco conocida, es la de su afición a la poesía. Escribió un drama en dos actos
?El Viscondev, cuyos resultados y cuyavaliaignoro. Si se fija la aténcióu en sus escritos, se notará siempre
cierta tendencia a intercalar versos, propios o ajenos. Dz otra parte, en las cartas de aquellos a quienes
quería, cl verso, más que la prosa, era su expresión liabitual. Algunasde las~queme dirigiera estaban
escritas de este modo, siendo de notar que lo mismo se valía' de los sonetos, que de las octavas reales,
que de las odas, que del romance.
1916. Había muerto Comenge y aun continuaban sus escritos, como sigue el perfume de las florzs
después de arrancadas y muertas.
C u a n d o . ~cadáver
~
ibacamino del cementerio,se repartía la Gaceta n&dica catalana de 15 de enero
con un largo estudio suyo, en que hacia la crítica de muchas obras de Higiene. El 6 de febrero ingresó
en esta Academia el cminentc oftalmólogo doctor Menach~,y a su original y concienzudo discnrso de
recepción contestaba el doctor Comerige-jcasi un mes después de muerto!-con una magna oración.
Y el 30 de enero el Vicesecretario doctor Oliver leía la Memoria de Secretaría para la sesión inaugural,
último trabajo, no acabado, del excelso Comenge. En él expresa con vehemencia su horror a la guerra
'7 la esperania de una paz duradera; apunta curiosos hechos científicos respecto a los tres centenarios
'
,
sus empresas científicas y literarias.
.
,
De él, con más exactitud que del Cid Campeador, se puede y se debe decir que vencía después de
muerto,que enseñaba muchos días después de agotada su exietencia orgánica. Aun salen de la tumba
llamaradas fosfóricas de su potente masa cerebral; y no son fuegos fatuos, sino limpios destellos de tan
admirable potencia psíquica.
Las rotundas afirmaciones que he formulado sobre la ciencia y labondad de Comenge, no me inducen a tenerlo por un omniscierite ni por un infalible. 1.a exp0sición de sus grandes méritos, alentada
por un sincero afecto, no significa que lo crea en absoluto libre deerrores, Pero son tan pocos los que
cometiera y tan de detalle. que no rebajan el valor de personalidad tan excelsa:
En el enorme número de nombres, fechas y trabajos que almaceirala en sil cerebro, pudo haber
error al ingrrso por fa!ta de aduana fiscal en un momento dado o por salir heterotópicamente alguno de
los productos. Tal vez señale estos deslicesún prestigioso y cultísiino médico levantino, médico que,
a pesar de ello, tiene formado de Comenge un concipto elevadísimo. No sería esto una muestra de
ánimosidad, sino un acto de estricta justicia.
Mas convengamos, fría, serenamente, en que la infalibilidad no es atributo-humano.Convengamos
también en que en la larga. escala del relativo valimiento del hombre, Comenge estaba muy alto,en uno
de los últimos peldaños, cerca de esas inaccesibles alturas en que asientan las perfecciones. ¡Todos
fuéramos como él y nuestra especie estaría muy lejos de los brutos y muy cerca de los ángeles!
IV
RECO~MPENSAS
C
Si a compás de las obras se concedieran IoCpremios, habría pocos tan galardonados como debió
serlo Comenge. El gran científico, el galtardo historiador, el estilista preclaro, e1.peritisimo médico,el
abnegado siempre, tenia derecho a las más grandes mercedes; por tanto, este capítulohabía de estar
tan repleto de distinciones como está el precedente de trabajos ,y de'cafgos. No es así para vergüenza
de altos y bajos, de gobernantes y goberna&s. Comenge obtuvopcas recompensas; e? cambio, cisechó
grandes disgustos, y menos mal que salió con vida de su lucha contra los intereses mercantiles, que le
cerraron el camino en varias ocasiones, y de los males que representan l a ignorancia, la rutina y las
supersticiones de los pueblos, l a incuria y en casos la malevolencia de las autoridades. .~ ,
¡Triste sino cl de la clase médica! Se la ex?ge muchos conocimientos, una resistencia física inagotable, el sacrificiode su salud 9 de su vida si es menzster. Después caen en pronto olvido los ser-Scios;
y menos mal si no resulta el descrédito científico, el deshonor o la hurta.
Si secompara el bien que el médico puede producir ~ o el
n que son capaces (le dispensar las otras
instituciones sociales, el médico es el que realiza la mejor obra. Salva a sus semejantes, lo intenta cuando
menos, y no es premiado; si lo es, se le retribuye por modo t a n exiguo, casi ridículo, que avergüenza.
Los premiados han sido favorecidos po' el acaso o lo debieron a influencias particulares o a lo que sea.
Me detengo en este camino.
En general las mercedes están en razón inversa de 19s merecimientos. Comenge no constituyó un
caso excepcional. Eué m.uy merecedor y poco recompensado. Todavía más: en una ocasión solemnísima, en vez de ser recibido en palmas, le persiguieron los corchetes burocráticos con la aviesa intención
de deshonrarlo y de reducirlo a la miseria. Dios los perdone, que bien lo necesitan por la mala hazaña
que querían realizar contra el vencedor de las grandes epidemias, el salvador de taptas vidas.
.4un con estas restas y con las que luego señalaré, Comenge ha obtenido muchísimas veces el
aplauso de los científicos, de los literatos, de los médicos. Conmi pequeño valimiento he encontrado.
innúmeras ocasiones de al-arle 5 de hacer la critica de casi todas sus obras para ensalzarle. Otros.
de mayor prestigio, le han tributado plácemes con inusitada frecuencia.
, , . .
...
3x0
ANALESDE
LA
REALACADEACIA
DE MEDICINAY CIRUG~A
DE BARCELONA
Las corporaciones de que formó parte, los congresos en que interviniera, no fueron avaros y le
otorgaron cuanto pudieron otorgar. No tienen cuento los diplomas, medallas; comunicaciones y otros
honores que en justicia le concedieron.
La prensa.ie rindió muchas veces tributo de admiración y con avidez recogía las elucubraciones
del hombre sabio. Por eso iué r,edactor y colaborador de tantos periódicos.
Los pueblos le aclamaron palpitantes dc entusiasmo. En este grupo figura a la cabeza el de Santa
Cruz de Tenerife, por ser el que mejor comprendió la meritísima emprcsa que en su obsequio realizara:
Le premió'conaplausos, nombrándole hijo adoptivo, elevándole a la categoría de socio de honor de todas
las corporaciones, dando a la calle de San Francisco el nombre de Cnmenge y luego del doctor Comenge
para evitar equivocaciones con un bomóniino que desempeñó el cargo de gobernador, regalándole
un chalet que cede inmediatamente a una institución benéfica de la misma capital, dirigiendo mensajes
al Municipio, al Gobierno, al Presidente del Ayuntamiento de Barcelona y a la esposa del aclamado.. ..
Cuanto se le ocurrió para demostrar su gratitud, verdaderamente desbordada. Lo raro del caso ennoblece al pueblo que.10 llevara a cabo.
Manresa, Sampedor, San Cugat del Valles y otros, semostraron de palabra y de hecho agradecidos
a los beneficios que reportaran de Comenge, y el último, como homenaje póstumo, acordó dar su nombre
a una calle, como prueba de que no se había apagado el recuerdo de los actos meritorios que nuestro
consocio les prodigara en circunstancias aflictivas.
Hasta se dió el fenómeno, poco frecuente, de que el Gobierno le felicitara variasveces, incluso de
R. O., y de que se le concediera alguna <cruz>>.
También lo hicieron las Direcciones generales de Sanidad;
lo mismo debo decir de varios Municipios, el de Barcelona inclusibe.
Pero los Gobiernos y las Corporaciones populares fueron injustos e ingratos. De estas injusticias
e ingratitudrs, pudiera presentar varios ejemplos. Baste con dos, bien probatorios del mal comportamiento de los más obligados a podigar las recompensas.
%licitada-por muchos, can insistencia y cargados de razón, se pidió paracomenge la GranCruz
de la Orden civil de Beneficencia. Se llegó a incoar el expediente, que resulti, brillante y demostrativo
c'omo ninguno. Fuíi remitido hace tiempo al Ministerio, y por allí reposa, cubierto de polvo, pese
a la palia de los peticionarios. No hubo negación, que hubiera sido inotivo de un escándalo monumental,
pero hubo otra cosa peor: el abandono. la indiferencia (1).ilndiierentes, abandonados, Gobiernos que
~~
~
'-.
y..:. a olvidarlo. Él olvido es un camino cómodo y coito, pero inj"sto. ¡Ni siquiera se les ha ocurrido a
nuestros gobernantes tender tina mano piadosa a la desconsolada viuda para que viva holgada los
años que le restan de vida! ¿Por donde andan la bondad y la justicia de los gobernantes?
Con sobradisima razón ha escrito estas líneas el doctor Barberá, de Valencia: <Secuenta que fué
pedida para él una Gran Cruz de Beneficencia y no prosperó la propuesta ... y en esto si estuvo bien
inocente, pues si a mí me lo hubiera consultado, al contar que estábamos cn España, le hubiera dicho:
aPrimero hazte un gran político, iin oligarca de tomo y lonio y después solícitalo que quieras. Pero
como sabio nada pidas, pues t e será denegado ... (z)»
El otro hecho es más grave todavía. No'es olvido ni indiferencia: es maldad. Y ocurrió aauí, en
Barcelona, en el campo de sus más grandes y continuadas batallas, en la ciudad que tantos beneficios
reportara de su talento y de su bondadinagotables. Escuetamente narrado, he aquí lo ocurrido.
Al regresar Cnmenge de su viaje triunfal a Santa Cruz de Tenerife,las rosas sin espinas se convirtieron en punzantes matorrales. ¡Se le formó expediente-por supuesto abandono de destino! ¿Abandono
de destino cuando iba a súplicas del Ministro de la Gobernación para conjurar conflictos que a todos
nos podían dañar y que lesionaban la patria española? ¿Abandono de destino cuando del nombramiento
tuvieron noticia oficial oportuna el gobernador y el alcalde? Ia que abandonó Comenge fué ?u bogar
doméstico, su tranquilidad, sus tareas literarias que tanto le encantaban y hasta su derecho a la salud
y su derecho a la vida. ¡Eso fué lo que abandonó! ¿Abandono Seria el que Barcelona se viera libre de la
peste, dadas sus relaciones con Canarias?
Contra ese malhadado acuerdo municipal se levantó un clamoreo estupendo. Protestó la prensa
mkdica (3). la política (4). Entre las protestas merece consignación especial la de nuestro querido
compañero el doctor Puigpiqué, que por lo expresiva traslado íntegra (Nota XVIII).
Repercutió la sucia oleada en el limpio Atlántico y fue a estrellarse en las costas de Tenerife. La
sorpresa del hecho fiié de las inolvidables. Por naturalreacción, aquellas gentes tan agradecidas, tam-
bién protestaron y se ofrecieron brava e hidalgamente (No@ XIX); al telegrama respondió ,Comenge
de tal manera, que el ánimo se conmucve y se siente admiración haciael hombre bueno, de quien
quisieron hacer un mártu escribas y fariseos. (Notas X X y X X I ) .
Comenge era un hombre entero, pero el golpe fué-duro y p a r a que más daño le causara las maquiDaciones de los perversos no pasaron tan prontocomo era deseable y era justo. Las gestiones fueron
muchas; los entorpecimientos para la resolución, incontables. Luchaba la lealtad con la chapucería.
Durante la lucha iba en rápida decadencia la salud de Comenge. Discurría por las calles como un espectro. Perdió carnes y colores. El adelgaiamiento y la palidez inspiraban compasión, no a todos,
que quizá hubiera quien de haber muerto se hubiera alegrado. Triste, sin su habitual ingenio, estaba
dominado por negras ideas: la mancha con que intentaban poner sucio su limpio honor y las escaseces
en que le habían envuelto ysumido. Una vez más es crucificado el que quiere meterse a.Redentor.
:La solicitada Cruz de Beneficencia se convertió en cruz grande de maleficencia! Un reo inocente en
capilla en la angustiosa situación de espoar indulto. El conocía bien la sentencia de Anacarsic: uLas
leyes so11 como las telarañas: los pequeños insectos quedan cogidos, los grandes las rompen;u y si era
socialniente grande, xr~unicipaln~ente
era pequeño, un empleadillo cualquiera.
Han muerto varios de los infernales inventores fabricantes de la burda trama. No aconsejo el
olvido: al revés, se les debe tener siempre por delante y que su mala conducta no nos induzca a caer
en tan aviesas intenciones. Con &s que viven hay que estar ojo alirta.
Al fin terminó en bien el expediente, el inocente reo salió de la capilla. Rehabilitado, volvió a sus
habituales quehaceres, con fe, si esposible con más ánimo que antes. Parecía en sus obras l o que
Cisneros en sus palabras: Como dectamos ayer. Un ayer sin rencores, sin recuerdos del calvario sufrido.
Y m u a e Comenge.
Las recompensas post mortem han sido:la pena de muchos, los panegiricfs y los bocetos biográficos.
Barcelona se ha conmovido, pero no lo intensamente que debiera. No tiene, que por ahora se sepa,
substituto en cargo tan iinportante, en misión tan urgentísima, Aun habiendo quien lo reemplazare,
con lo que él hiciera sobrapara sentirse dolido y lamentar su muerte.
Verdad es que el Municipio, sin costear el sepelio, asistió a la conducción del cadáver. Asistieron
también otros Ayuntamientos, y como en alma,con sentidos telegramas, el de Santa Cruz de Tenerife:
la asistencia de aquél es costumbre cuando sucumbe algún empleado más o menos notable y también
lo es que costee el sepelio y con Comenge no lo hizo. Pero el de Barcelona no ha hecho, como el de
San Cugat del Vallés. dar su nombre a una calle, ni como otros, consiknar pronto en acta su sentimienmiento (1). Pasados meses tomó el acuerdo de sentirlo y concedió a la viuda una pequeña pensión,
ipoco más de cien pesetas mensuales! Mereea más la buena esposa, aun a trueque de romper los
moldes reglamentarios. Mas cobra la viuda de cualquier 0-cial I.~,de los que trabajan menos y
se exponen menos que Comenge. ¡Qué pena! (2)
Se habló dc una estatua o,dc algo análogo. La idea ha fracasado. Barcelona debiera haber hecho
algo estable. El era acreedor arecuerdo duradero; los que le sucedan tendrian con ello un perenne estímulo. El homenaje lia sido sien limitado. Falta relación entre lo meritorio del que fallecib y .la
liberalidad del Municipio.
Esta indiferencia es cohonestada por el vivo,agradecimiento de las clases obreras y de las clases
más necesitadas, que han perdido un protector y un buen guía; como dicen muchos de ellos. 1.0 está
también por el intenso duelo de esta Academia. No he confesado a los miembros de la Corporación
sobre este asunto; pero sé, sin preguntarles, que tardará años, s i es que se borra, en extinguirse el
recuerdo del insigne consocio, honray prez de esta casa.
r
Sirvanestos quebrantos quesufrimos, deconsuelo a l a inconsolable esposa, a sus deudos y acuantos,
sin parentesco carnal, estaban unidos a él por los suavzs lazos de acendrado afecto. Tengan el convencimiento de queno son ellos los únicos en sentir y larueutar la desgracia. También lo somos otros muchos,
y si
esta casa no salen las lágrimas a los ojos de los académicos, es porque el corazón las recoge, las
caldea y como invisible efluvio las manda cariñosamente al amigo, al Compañero, al maestro de todos
nosotros.
en
(1) Nolo hizo hastael16 de mayo (ja los eineo meses!), y esto gracia« al concejal seilor Racha.
(2) Al corregir las pruebas me sorprende gratinimamente "na reetificaci6o de conducta d e parte del Muoldplo bsrcelones.
E n la ser16n de18 d e febrero d e 1917 fue aprobada, ~ i n d i ñ c u l f a dalgona. la siguiente moeldn:
«Que en recompensa y reconocimieoto de los especiales scrvlcias prestados a la Ciudad por el doctor don Luis Comeoge,
quedurantemuchos anos y en circunstancias difieilcr habia sido lefe de la Secri6n d e Higiene del Anjuotamiento, y por ende,
para este solo casoegcepeianal,y sin que pueda Invocarse romo ~ ~ e e e d e n t ese, eaoceda a dona Julia Pastor. en esltdsd de
~ i u d s d e a ~merogrsdo
~el
luociooerio. la pensidn dc crea mfl pcdcfes, en lugar dc la que dlsfruts por acuerdos autorizados
de V. E. y a partir de 1.- del actual, con cargo a ia propia eonsignacl6o, B 18 cual se aplicara la aefua1.n
MI olneero aplsuoo a l Mnniejpio. Ha hecho una buena obra. Si fui severoen la censura, no quiero ser parco en la alabanza.
Una y otra me parecen justas. Ahora, cumplida el deber moral con la viuda, falta un hecho que demuestre a lasvinideras Seneraciones que hubo un Comenge al que Barcelona está y estaraagradeelda,algo perenne, revelador d e que las buenasaccionen
no las olvldao los pueblos. n i sus representantes.
Nota I.-Don Juan Bautista Comenge y Picó, hijo de un farmacéutico, nació en Ayelo de Malierit,
provincia de Valencia. en el año 1819.
Terminada la carrera de Medicina en Madrid, fué nombrado titular de Avi,ñún, cerca de Calatayud,
cargo que desempeiió desde 1848 a 1852. Regresó a Madrid. en cuya capital nació niieswo Comenge (1854).
Se trasladó luego a E1 Bonillo (Alicante), como titular, y de éste a Villahermosa (Ciidad Real) desde 1857 a
1866:Residió después en Valencia; en cuya Universidad estudiarón siis hijos Rafael y Luis. Desde 1872
vivió en Alcudia de Carlet, pero los inviernos-los pasaba en Valencia. E n 1882 comenzó a sufrir hematurias
y otros trastornos consiguientes a una litiasis vesical. A principios de 1888 vino a Barcelona para ver a su
hijo Luis, ya residente en nuestra ciudab. A principios de 18w fué víctima de la epidemia reinante de grippe,
que acabú de maléar su salud quebrantada..y, cada vez más extenuado, muriú el 23 de agosto del mismo seo,
en Alcudia de Carlet.
<Estehombre, excepcional y bueno,,, como dice su hijo, fué un medico notab1e.m su tiempo. Colaboró
en muchos periódicos profesionales y, siendo propietario, d'irector y administrador, publicó en Kadrid, año
1855, el periódico El Crisol, vaiiéndose del seudónimo de Juan Palomeque el Zurdo. Tiivo como colaboradores asiduos a don lldefonso Martinez y al célebre don Juan Nic-10 Gallego, y con menos asiduidad a los
renombrados doctores Mata, Velasio. i'erán y Nogueral.
Drirante su estancia en WIadrid fué Presidente de Sección y Vicepresidente de la. sociedad médica
aEsculapion.
iUn buen padre. digno de tal hijo!
Nota I I . Doña Elena Ferrer, la madre de Comenge, nació en Albaida en el año 1826 y murió en Alcudia
de Carlet a r + d e abril de 1903. ¡Y Comenge se dolía de no haber sabido, por encontrarse enfermo, la gravedad
del padecimiento y siifunesto desenlace!
Noiz III.-5u hermana Amalia nació en El Bonillo (Alicante). Casó con el Excmo. Sr. D; José Catalá.
' a iá sazón Juez de,r.a instancia de Alberique, nacido en Gandia en 1848. Muri6 dicha señora ei día 2 de marzo
de r887 a consecuencia de una septicemia puerperal, desarrolladadurante el puerperio del segundoparto.
Nvtu iV.
S
A . Luis Comenge
Almo colega que al sagrado gremio
De remendones de lagrey humana
Honras cantando, cual si fueran propias,
Glorias ajenas.
Y a segundones,. como yo, de Apolo
E n miyorazgos transfor.mar intentas
Lleiia de ardiente patrio amor el alma
Libre de celos.
Plegue a la augusta Pallas Athenea,
D.esasnadora'de iietrados dioses,
Polar estrella de los humanos
Nitidos genios,
Darte, con creces, galardón heroico.
Bien lo merece quien a un pobre muerto
Vuelve a la .vida
con aplauso ingenuo,
.
AntiespasmOdico.
Ver mis exequias por tu gracia pude;
Fuiste tu el Verdi 'de esa partitura,
. .
Suknder fué el preste que entonó los Kivies
Con treinta y nueve
Bravos amigos, ángeles de pluma,
Tan cariñosos, que al llegar al Libera
Substituyeron iriste Requiescat
Con un Resurgit.
Mas- jay! que el mundo con glacial apremio
Viénemejal cobro de anticipas tales;
Déficit fuerte para el cual no tengo
Ni una peseta.
Pero te juro que, si vivo un lustro
(Teste me sea Júpiter tonante),
S610 e n un lustro compondré tan nuevos
Optimos libros,
Que al recorrerlos, las futuras gentes,
Visto el esfuerzo de Comenge y Suénder.
Quizás exclamen con acento plácido:
i s u y o vergnenza!!
Josf:
Tu
LETADSENDI.
D.E
2 9 marzo 1893.
Nota -V.-nInstituto
d,e Biof:sica.-Laboratorio
Mary.
Paris, z r de febrero de 1916.
Dr. Rodríguez Kéndez
Querido e ilustre amigo:
Recibo la Gacela medicn calalarza del 31 de enero, y la constancia de vuestra afectuosa benevolencia
me hace contraer para con usted una nrieva prueba de giatitud. También Comenge ha desaparecido ... ¡Salud
a la memoria de ese humilde y poderoso trabajadoz.de la ciencia, cuyo renombre. hace muchos años, habia
franqueado las niev.es pirenaicas...-ALBERTO MARY."
Nota VI.-La Chvoniyue mbdicab, 1 . 0 de marzo de 1976: *El doctor Comenge era uno de esos hombres
de valer, cuyos méritos reales excedian de mucho su propio renombre, m& restringido a causa de su modestia.
nSu abnegación personal fué extraordinaiia en csta.3 dos épocas-cólera y peste bubónica-y le di6
un ambiente de popiilaridad que no le abandonó nunca y que le seguirá más allzi.de la tumba. Escritor
brillante. a la manera de los grandes
clásicos españoles, poseía además una profunda erudición cientifica y
literaria.. ,
. .
,>Eneste concepto, era tal vez de todos los médicos de la España contemporánea el qite mejor sabía
alternar sus trabajos profesionales con sus concepciones filosóiicas, en el vasto campo de la literatura médica
y de la medicina histórica propiamente dicha. Investigador tenaz, de una perspicacia sorprendente ' y de
un golpe de vista magistral. supo encontrar, en las anfractuosidades más ocultas de la historia, todo lo que
podía despertar la curiosidad intelectual del gran público. a la par que de sus c0legas.s
De su <<Historiade la Medicinas dice: <,Monumentoespléndido, que .confirma a la "ez su gran talento
de escritor y la maestría de su erudición, y que le coloca hoy entre los historiadores mas distinguidos del
.
cuerpo medico en España.
"Pésame a la familia y a todos nuestros compañeros españo1es.a
Nota VII.-Otro muertoilustre, Director del Servicio de Higiene Urbana de Barcelona. historiógrafo de
la Medicina Española, erudito cervantista, era el doctor Comenge, como dice el doctor Rodriguez Méndez.
un hombre bueno, sabio y modcsto Cres cualidades que son raras, sobre todo juntas y más raras todavía, si.
mmo en este caso lamentable, cada una de ellas es sobresaliente por su propia intensidad.
. Barcelona, la éiudad de sus amores, debe al doctor Comenge mucho de lo que es y representa en el
concierto de las grandes ciudades europeas; y la medicina española pierde, con él, a uno de sus más insignes
corifeos. Redactor de la Gacela medita catalana, en compañia de-los Kodriguez Méndez, Gaicerán Granés.
Tu& y Dardé. Martínei VargG yotros, contribuyó, por notable manera, sr la evolución cientifica hispana
cuya marcha e incqntenibles arrestos no puede nadie de.?conocer (r).--Vic~oi- DELFINO83
Nota VPIP.
Jamás olvidaré la escena; es una espina hincada en el cerebro.
El cielo estaba plomizo, fria la atmósfera, la calle soiitaria y fangosa. En el quicio de ruinoso portalón
un obrero, envuelto en ancha blusa salpicada de yeso, comia solo sin mirar a dos seres que le contemplaban
con menos cariño que necesidad. Levantóse luego y encarándose con la mujer, de hermosura marchita,
(11 L n
Semona mldicu, de Buenos A i r c r , 23 demarro da 1916
le dijo conpalabra trémula por la ira: *Conque ya lo sabes, para el domingo necesito traje nuevo ...p Y luése
a la taberna próxima en busca de amigotes.
Al pronto la niña. que semejaba un ángel de retablo pálido y flacucho, se abalanzó a la caiueia y devoró
con ansia las piltrafas y mendrugos sobrantes: en tanto que la madrc a h o g a h la pena en Iigrimas y pedia
a Dios resignación y fortaleza para trabajar de noche, para remediar escaseces y nada fallase a su marido,
quien en ardientes discursos predicaba la igualdad g la regeneración del hombre por el amor al prójimo:
era el más fogoso orador de la terizclza y el más disoluto entre los del gremio.
Cuando todos, altos y bajos. amen y honren a los suyos. estaremos en camino de la verdadera regeneración social.--L. COMENGR.
(De La Curidd, Barcelona. 5 noviembre.z899.)
Nota IX.--Los espiritus superficiales, como los ?iños, s6lo admiran en las gayas flores el verde follaje.
las punzantes espinas, el delicioso aroma y los tintes de los nacarados pétalos; pocos, muy pocos, son los que
adivinan o vislumbran que en el cáliz de una rosa se desarrolla y palpita el drama eternodelamor, causa y
fin de la vida de la Naturaleza; de parecida suerte el Dispensario para tísicos. síntesis actual de la campaña
contrala tuberculosis, esconde entre los menudos pliegues de la realidad creadora un pensamiento siblime,
un ideal nobilisimo. un fin caritativo: es el amor al prójimo corriepdo en auxilio de los desvalidos enfeirnos
castigados por el más terrible azote de los hunzdíios.
[Loor a tos iniciadores de esta obra científica y pia!i>
(Fragmento del discurso que pronunciara en la fiesta celebrada en las prjmeras etapas de l i campana
antitubercu1osa.-Tomado de L a Higiene local.)
Note X.-rSello noveno, año 1 8 6 q . 4 o m o Teniente-Mayor de la Iglesia parroquial d e San Lorenzo,
de Madrid, Certifico: Que en e1 libro parroquial de Bautismos de la misma y al folio 6 2 se halla la siguiente
nPariida.-En la Iglesia Parroquial de San Lorenzo de Madrid, a diez y nueve de Febrero de mil ochocientos cincuenta y cuatro. Yo, Don José Pellicero, Teniente de la misma parroquia, bautiza sub condi2ione
un niño que nació el 17 a las once y media de su mañana, hijo legitimo de Don Juan Bautista Comenge,
natural de Ayelo de Malierit, Médico, y Doña Elena Ferrer, natural de Alhaida, ambos Arzobispado de
Valencia; viven calle del Arco de Santa Maria, níim 24. Aduelos paternos, Dn. Ignacio. natural de Coria,
y D.8Josefa Pic6, natural de Alcoleche, y maternos Don Pedro Vicente, natural de Montavcrner, y D.bTeresa Boscá, natural del citado Albayda. Se le pusopor nombre Luis, Fermín, Julián. Pad~iub,Don Faustino
Ruiz, viudo, y le advertí el parentesco espiritual y demás obligaciones y lo firme. José Pel1icero.-Concuerda
con su original. San Lorenzo de Madrid y Agosto veinte y seis, año del sello. Hay un Sello. Manuel Orts.
Es copia.^
Nota XI.-Firmó
en Villahermosa la instancia para comenzar el Bachillerato, en 1864. Abarca este
periodo desde los cursos 1864-1870. todos ellos en Valencia. Hizo los ejercicios del grado el 2 1 y 23 de junio
,
el titulo correspondiente no le fué expedido hasta 19 dc octubre de 1875. En Valencia'también
de ~ 8 7 0pero
comenzaron sus estudios médicos, curso de 1870 a 1871 (vivía en la calle de Chofrens, ?, pral.) y en L i hermosa
ciudad del Turia recibió el grado de 1.icenciado (16 de noviembre de 1875). cuyo titulo fué firmado el día 14
deabril de 1876 y entregado al nuevo médico el 21 de junio del mismo año.
De Valencia marchó a Madrid para obtener el grado de doctor (1878). Entonces fué cuando residió' en
la misma casa que naciera..
Era, pues;un médico valenciano; no obstante. sus afecciones para la capital levantina. no fueron de
las másintensas. Esto no fué óbice para que cultivara con afán algunas amistades particulares.
Nota XI1.-Esta Sección fiié creada en g d e junio de 1891. Tenia como misiones especialeslas desinfeceiones, los análisis de alimentos y los servicios afines. Fué constituida del modo siguiente: .
Director: Don Luis Comenge.
Médico 1.0: Don Miguel Lluch.
Auxiliar químico: Don Inocente Pauli.
Auxiliar farmacéutico: Don Martin Costa.
Veterinario agregado: Don Ramón Turró.
Nota XIII.-En prueba de la solemne despedida. en la que tomaron parte todaslas clases sociales.sin
distingos de politica ni de creencias.
'
({Pueblode Santa Cruz: Maiiana a las ro embarca para la Peninsula el ilustre DOCTOR
COMENCS.
Terminada felizmente la misiún que aquí le trajo en días de zozobra y desaliento, nos abandona después
de devolvernos el sosiego perdido y cuando ya sus gestiones, desvelos y entusiasmos se veo coronados por el
4xito y nuevamente asegurada l a p a z de este puebio, grande: nobie y sufrido en el infortunio y perseverante
hasta rayar en el heroísmo cuando las circunstancias lo han demandado.
Renunciamos a bacer apologias de méritos que; como los contraidos por el gran bigienista, están en la
conciencia de todos. De él, como de ninguno, bieü puede decirse que llegó, vi6 y venci6.
A N ~ E DE
S LA REALACADEMIADE MEDICINA
Y CIRUG~A
DE BARCELONA
3I5
Llegó en horas de angustia y .desorientación: vi6 nuestros males con la clarividencia del sabio y del
médico, y tiempo le faltó para entonar el himno de la victoria; tal fub, por lo rápido y decisivo, el triunfo
que hoy celebra alborozado el pueblo de Santa Cruz, y con él el caudillo de la ciencia que con voluntad firme
y tenaz supo librarle del desastre.
Pues bien: quien tal hizo va a partir de nuestro lado, una vez desempeñado su cometido. Y nosotros,
inspirados en sentimientos de gratitud intensa, no podemos, no debemos dejarle marchar sin hacer pública
expresión de nuestra reciprocidad por todo cuanto le somos deudores.
Al pueblo, pues, nos dirigimos; a este pueblo invicto y generoso, para que mañana acuda en masa a
despedir a su insigne bienhechor; pues ello al par que para exteriorizar el agradecimiento que brota espontáneo de nuestros corazones, servirá para: rendir homenaje a la ciencia redentora.
Santa Cruz de Tenerife, febrero, g de 1907.
El Alcalde.-Sociedad Económica de Amigos del país.-Casino de Santa Cruz de Tenerife.-Circulo de
Amistad.-X11 de Enero.-La Bienhechora.-1.a
Benéfica.-La Caritativa.-Logia nAzañan n.0 270.Centro de Dependientes-Comisión Central de <La Cruz Roja de Tenerife>>.-Ateneo de Tenerife.-Sociedad
Filarmónica-Centro Republicano.-Salón Frégo1i.-Real Club Tinerfeño.--Cámara oficial de Comercio.
-Cámara oficial agrícola.-Centro Obrero.-1.a
Opinión.-Diario
de Avisos.-Diario
de Tenerife.-El
Tiempo.-El
)Magisterio Canario.-El Obrero.-lil Progreso,-El Liberal.-El Tío Camandulas.
Nota: La manifestación se organizará frente al Palacio Municipal. de donde partirá a las g de la mañana,
recorriendo las calles de 2 5 de julio, Alameda de Weyler, Castillo y San Francisco hasta el hotel Camacho,
en que se hospeda el doctor Comengc.
Se recomienda a los vecinos que habiten en las calles del tránsito de la manifestación. que engalanen las
fachadas de sus casas.*
NotaXI V.
O'apia, Barcelona.-Barcelona-Tenerife
~300.-33-10-15.-Regreso
muelle despedir autoridades.
pueblo, querido esposo, digno hijo adoptivo capital demostración gratitud. Dios bendiciones al que de su
DE SANA CRUZDE TENERIFE.~
divino mandato. trajo alegría criticas circunstancias pasadas. ARCIPRESTE
i<JuliaPastor de Comenge. Luis Tapia, Barcelona.-Barcelona-Tenenfe,
2306.-z8-1o-15.-EmbarcKdose Dr. Comenge; pueblo héchole manifestación despedida entusiasta imponentisima; complázcome
significar usted enviándole testimonio mis respetos estimación esta ciudad.-Alcalde, CALZADILLA.~)
((Tapia, arcel lona-Tenerife,. ~3rg-33-ro-r6~rg.-Decpedimos querido Comenge buena salud. Sale
hoy, saludamos respetuosa, cariñosamente, digna esposa cuyo retrats, obsequio aquel guardamos joya
inestimable símbolo profundo aprecio eminente amigo. Ovación indescriptible. AURPLIO,AURPLIOMAI?~A
S u ~ i m MILLAN."
s
Nota XV.-Del
Pueblo, a la Señora de Comenge.-Sra. D.* Julia Pastor de Comenge.
Señora:
Si la labor del doctor Comenge como Delegado extraordinario de Sanidad merece justo tributo de reconocimiento por todo este pueblo, las felices iniciativas, los hermosos rasgos de su esposo de usted, despiertan
en el ánimo sentimientos tan nobles que no es un aplauso el que mueve, es un desbordamiento del alma el
que impulsa a una comunión espiritual con personalidad de tan generosos arranques.
Vuestro esposo, señora, ha tenido para nosotros una cadena con la cual nos ha aprisionado en sus deseos
n,ohilísimos, nos ha desluinbrado con el brillante resplandor de la hermosa virtud de la caridad cristiana y
dejándonos el cronómetro que señala el instante en que se unen el recuerdo de lo pasado con la realidad del
presente y la esperanza en lo porvenir, hemos querido interpretar que el pasado, el presente y lo porvenir
es sólo un momento que se repite incesantemente y por modo uniforme para agradecimiento y para el cariño.
No es extraño, por todo cuanto hemos apreciádo en el hombre de ciencia y el honibre de noble corazón,
que al sentir la partida de esta capital de tan ilustre huésped, haya sido unánime el acuerdo tomado en reunión, en la cual se hallaban representadas todas las fuerzas vivas de esta ciudad, para comisionarme por mi
cargo de Alcalde, para que en nombre de todos dirija a usted expresivo mensaje, haciéndole presente los
sentimientos de afecto hacia la personalidad'de su esposo de usted y rogándole se sirva tomar en ellos la
participación que de derecho le corresponde.
En materia de sentimientos no es fácil que la expresión traduzca la intensidad con que se experimentan,
y si abrigo el temor de no haber sabido interpretar cuanta es y significa el encargo que me confirieran mis
conciudadanos, tengo ja confianza de que suplido estará desde luego por usted lo que de deficiente haya
en el modo de decirlo, con ladelicada perspicacia con que la mujer adivina, pesa y mide instantáneamente
cuanto hace relación a los afectos del alma.
Sírvase usted aceptar la expresión del sincero reconocimiento que nos une a su distinguidoésposo y
-
"
-.
.,
compartir con él el cariño con que desde hoy le mira el pueblo de Santa Cruz de Tenerife y me complaqco
en ofrecerle.el testimonio de mi más distinguida consideración personal.
Santa Cruz de Tenerife. 10 de febrero de CARLOS C A L ~ A D I L I A . ~ ~
Nota XVI-«Del doctor Comenge al Pueblo de Santa Cruz de Tenerife.
Sr. D. Carlos Calzadilla.
Muy Sr. mi6 y predilecto aniigo: Puesto el pie en el estribo y en las ansias del que se anega en un mar de
dulcisimas emociones, vuelvo mi v i s e y pongo mi pensamiento en usted para alabar sus civjcas virtudes y
saludar en el dignisimo Alcalde de SantaCruz de Tenerife a un pueblo hospitalario y heroico que me ha
elevado, con su magnanimidad, al más alto puesto .a que podia aspirar mi deseo.
Otórgueme risted la merced d e manifestar a nuestros conciudadanos lo muy obligado qi1e.a sus favores
quedo, a los cuales he de corresponder. cuando menos, con una gratitud y un amar que durarán tanto como
mi existencia.
Digales tambicn que el perfume de sus alabanzas y los aplausos que su bondad me prodigb, no me
conturban v antes servirán de incentivos a su anhelo de mostrarme digno
- de tan amorosas distinciones y de
las excelencias de mi patria adoptiva. Exprese usted a todos los habitantes de nuestra hermosa capital
q u e yo confieso ante el mundo y mi conciencia que todo lo plausible en la campaña sanitaria se debe y se
deberd a la excelencia del pueblo.' al acierto y actividad de las autoridades, a la prudencia y a la caridad de
las vecinos, a la humanidad y sabiduria de los m&dicos.
. .
Finalmente, abrazo en usted a todos ios hijos, de Santa Cruz, mi nueva patria, en la que dejo la parte
más stiblime de mis sentimientos. la mitad de mi aima.
De usted devotisimo amigo y admirador q. b. s. m., L. COMEKGE.U
S/; Febrero io, 1937.
No2a X'VIT.-Despues
de escribir Pulido sobre i?.obra de Conienge, escrito que fué copiado con gran
satisfacción por la Gaceta médica catalana, dije:
aA la +pida reseña hecha por el doctor Pulido hay que añadik varios hechos que enaltecen más la conducta heroica del doctor Comenge.
Le fué regalado un chalet, que a su vez ha cedjdo a una institución benéfica.
Ha creado un establecimiento de lactancia gratuita para niños pobres.
I i a regalado los honorarios que el Gobierno le señalara, para fines benificos.,
H a entregado sus alhajas para establecer una tómbola de fin benéfico. ejemplo seguido por las personalidades mds salientes de la isla.
Al otorgarle Santa Cruz de Teneriíe el honroso titulo de hijo adoptivo, ha dado. sin duda, lo mejor que
podia dar, pero nunca lo empleará en l~ombremás útil. más modesto y m i s des@teresado.
Reciba nuestro querido Iiedactor la más cordial enliorabbuena por su triunfo científico, Gor su abnegación y ~acrificios.por su liberalidad 9 por el buen éxito de su difícil y peligrosa misión.-Doc~os Ro1,Ricuaz M É ~ a s zr
'
Nota XVII1.-No podemos terminar sin hacer constar que el tan elogiado amigo al llcgar a su patria
adoptiva se encontró con un oficio dejándole suspenso de empleo y sueldo. Es ve~dadque la baba infecciosa
de los miserables que la envidia ciega, no puede empafiar la gloria y el lustre adquirido por una abnegacidn
sin limites y "n trabajo improbo; pero ello nodeja de mortificar a quien jamás la ambición h a sido instrumento de malquerencia, ni rcncor personal. En la prosperidad nos honrábamos con su azüistad: en la adversidad la reiteramos sin reservas.
. .
(Res;auradq far,macdf&co. 2 8 febrero de 1907.)
Nota X I X :
(<DoctorLuis Comenge.
Barcelona, Tenerüe-qo1o-jo-2~-15-3o. Respuesta pagada.
Profundamente impresionados ayuntamiento y población por noticia suspensión empleo, pos ponemos
a sus 6Genes. agradeciéndole mucho indíquenos francamente qué gestiones debemos emplear para obtener
justísirnareposiciónSanlleby;ofreceninteresaxse recomendar asunto ese Ayuntamiento: Reciba con nuesttos
afectuosos saludos expresión eterna gratitud.-Alcalde accidental, BALLESTER.~)
y
Nota XrX.-RESPUESTA:.
(<Cordialmenteagradecido a sus valiosos ofiecimientoi confio justicia vencerá maquinaciones infames;
de no ser así, hay condenas que enaitecen y glorifican. ~ U ~ T ~ S ~ ~ O . < O M E N G E . B
Nota XXI.-El
independiente y culto médico municipal don Ignacio de Llorens le escribi6: Amigo
doctor Cornenge: la votación recaída en méritos del expediente q u e se&e instruyó por abandono del destino
& tan elocuente, que la clase médica habri quedado asombrada.-Le felicito con toda mi alma, y ahora
como antes y sienlpre, queda a sus órdenes s u atento amigo y admirador.
7 octubre de 1ga7.o
Sesión científica del día 30 de diciembre de 1916
PRESIDENCIA:
DOCTOR CARULLA
Problemas que suscita el estudio de la inervacióii renal
POR EL DOCTOR
J. M BELLIDO
De$de junio de 1914,en que como primer firmante presenté a esta Corporación meritisimn el
escrito que se menciona en la plan%primera de sus ANALES,pidiendo la admisión de los corresponsales
a las sesiones científicas, tenía yo adquirido el coml~romisode llenar parte de una de ellas hablándoos
de mis trab.ajos y de las cuestiones de Fisiología conexas con ellos. El deseo de liacerlo de palabra y
no mandando ini comunicación por escrito, a la vez que la circuristancia de no haberme hallado en
esta durante el curso académico desde mi toma dc posesión en Zaragoza me han impedido cumplir
mi propósito, aun cuando en la memoria de todos vosotros estará un hecho que demuestra que nues.
tra incomunicació~ino ha sido absoluta: el Premio Garí, cl más alto galardón que esta Academia concede trienalmente, nos fué el año pasado conferido a Serés y a rai, prueba del api-ecio y cariño coi1 que
jtizgasteis nuestra labor modista, por lo cual me honro hoy, al saludaros antes de usar por primera
vez de la palabra en este Salón, en manifestaros mi más profundo agradecimiento.
Tratábamos en dicho trabajo de las correlaciones que entre los dos segmentos secretor y excretor
del aparato urinario se establecen por mecanismo nervioso, y aportábamos sus trabajos anatómicos
y clínicos Serés y mi cosecha experimental yo en apo$o de nuestra tesis: hoy voy a intentar la e x p sición del horizonte que al trabajo de rebusca de histólogos y fisiólogos muestra uno de los eslabones
de la cadena que en nuestro trabajo precisábamos, los nervios del riñón.
Los neryios renales proceden de los espiánicos, principalmente del menor, y del cordón li~mbaidel simpático. Se reúnen forniando el plexo renal a cada lado y acompañando los vasos del pedículo
penetran en elriñón; por intermedio del plexo solar reciben ramqs procedentes de los vagos, y también llegan otros procedentes de la vejiga, por conducto del plexo o ganglio mesentérico inferior (vesico-renal de Serés), ramos estos últimos que en parte van a los ganglios más internos del plexo renal
y en parte a las ramillas que acompañan a los vasos del pediculo. Además de los ganglios visibles, el
más iiotable el ganglio renal posterior de Hirchsfeld, hay pequeños acúmulos de cuerpos de neuionas
en el trayecto de los nervios renales, en el pedículo. Por éstas vias actúan sobre el riñón los órganos
más distantes, pero la disposición anatómica de ellas no permite la disociación de conductores distintos, como en otras glándulas, la submaxilar por ejemplo, ha sido posible precisar. Pero si anatómicamente no podían 'separarse estos distintos conductores, era natural el 'deseo de separ.arlos en sus acciones sobre la glándula durante su excitación. No se excitó por su posición profunda el plexo renal,
pero si fueron excitados los nervios que directamente con él se relacionan, y en los efectos se hizo patente un fondo uniforme, Ias acciones vasomotoras. La técnica pletismográfica, en este caso particular la oncografía, favorecida por la.forma y posición del riñón hizo visibles en todos los casos variaciones en el volumen del órgano,. causadas por las reacciones vasculares y a ellas se atribuyeron todos
los efectos de los influjos nerviosos sobre 1a.seueción urinaria. Los fisiólogos, siguiendo a Heidenhain,
afirman no estar demostradas otras acciones nerviosas renales que las vasomotoras, y los patólogou,
como Ludolf Icrehl en su edición de la Fisiología patológica de 1914,atribuyen síndromes tan cornplicados como la diabetes insípida a enormes vasodilataciones circunscritas al territorio renal, sin esforzarse en demcstrar su aserto. tanta es la inercia dc esta añeja concepción de la exclusiva de lo vasomotor en la actuación del sistema nervioso en la secreción de la orina.
L a Anatomía microscópica y una desapasionada interpretación de los hechos recogidos por los
fisiólogos nos fuerzan a creer; aun en los casos en que la técnica oncográfica resulta más afirmativa,
en la intervención del elemento epitelial directamente excitado por e l sistema nervioso. E1 sistema
nervioso intrai+enal es rico, no hay uno solo de los segmentos del tubo urinifero ni dependencia
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