cultura clásica segundo ges

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CULTURA CLÁSICA
SEGUNDO GES
Segundo GES
Cultura Clásica
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ÍNDICE
SEGUNDO DE GES
TEMA 1
1. El Rapto de Europa
Aproximación Inicial
Información
2. Los Griegos y los Romanos
Aproximación Inicial
Información
2.1. ¿Quiénes Eran los Griegos?
2.2. ¿Quiénes Eran los Romanos?
Tema 2
1. El Juicio de Paris
Aproximación Inicial
Información
2. El Matrimonio en Grecia y Roma
Información
2.1. El Matrimonio en Grecia
2.2. El Matrimonio en Roma
Tema 3
1. Helena de Troya
Aproximación Inicial
Información
2. La Vida de las Mujeres en Grecia y Roma
Información
2.1. La Vida de las Mujeres
2.2. El Divorcio
Tema 4
1. El Sacrificio de Ifigenia
Aproximación Inicial
Información
2. El Culto Privado a los Dioses
Aproximación Inicial
Información
2.1. Sacrificios y Manifestaciones Religiosas
2.2. Los Cultos Domésticos Romanos
Tema 5
1. Los Dioses Combaten bajo los Muros de Troya
Aproximación Inicial
Segundo GES
Cultura Clásica
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Información
2. La Guerra y la Paz en Grecia y Roma
Aproximación Inicial
Información
Grecia
Roma
Tema 6
1. La Figura de Aquiles
Aproximación Inicial
Información
2. Las Tácticas Militares en Grecia y Roma
Aproximación Inicial
Información
Tema 7
1. La Caída de Troya
Aproximación Inicial
Información
2. La Muerte y los Rituales Funerarios
Información
Tema 8
1. Los Dioses Olímpicos
Aproximación Inicial
Información
Los Doce Grandes Dioses Griegos/Romanos
2. Vestidos y Comidas. El Banquete
Información
2.1. El Vestido en Grecia y Roma
Grecia
Roma
2.2. Las Comidas
2.3. El Banquete
Tema 9
1. El Retorno de los Griegos
2. El Comercio y la Navegación
Aproximación Inicial
Información
2.1. La Navegación
2.2. El Comercio
Tema 10
1. Las Aventuras de Ulises
Aproximación Inicial
Segundo GES
Cultura Clásica
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Información
2. El Ocio en Grecia y Roma
Aproximación Inicial
Información
2.1. Los Juegos
2.2. El Teatro
2.3. Ludi Romani («Juegos Romanos»)
Tema 11
1. La Leyenda de Eneas
Aproximación Inicial
Información
2. El Urbanismo en Grecia y Roma
Aproximación Inicial
Información
ANEXOS
1. Dioses y Héroes
2. Mapas
Segundo GES
Cultura Clásica
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SEGUNDO
GES
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Cultura Clásica
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Segundo GES
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1
El Rapto de Europa
Los Griegos y
los Romanos
Segundo GES
Cultura Clásica
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Segundo GES
Cultura Clásica
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TEMA 1
1. El Rapto de Europa
Aproximación Inicial
•
¿Qué queremos decir cuando
afirmamos que alguien «tiene
una fuerza hercúlea», «parece
una Venus» o «se ha puesto
hecho una furia»? ¿Sabes cuál
es el origen de estas expresiones?
•
¿Sabes cuál es el origen del
nombre
del
continente
europeo?
Información
Zeus
es
un
incansable
conquistador y sus amores con diosas,
ninfas y mortales llenan una amplia
página de la mitología. En el mito que
nos ocupa Zeus ha puesto sus ojos en
una bella joven asiática, hija de Agenor,
rey de Tiro, en Fenicia, en la cuenca
oriental del Mediterráneo.
Pide ayuda a su hijo Hermes
para la preparación del encuentro y
posterior rapto que va a ser de los más
historiados porque el dios ha decidido
metamorfosearse en un bello toro.
Hermes va a ser el encargado de
conducir al rebaño de bueyes del rey
desde los altos prados hasta la playa
cercana, donde Zeus sabía que
Europa y otras doncellas de Tiro
acudían a pasar la jornada de diversión
y asueto.
Zeus toma la forma de un toro
blanquísimo, de facciones nobles, que
no infunde miedo y se aproxima
saliendo del rebaño hasta el grupo de
las jóvenes. Éstas se asustan al principio pero poco a poco van cogiendo
confianza con el manso toro, que
Segundo GES
acepta sus caricias y las guirnaldas de
flores que las muchachas trenzan para
colocarlas entre los cuernos. Europa
llega a sentarse encima del animal,
tan confiada y ajena a lo que le espera. El toro besa los pies de la joven,
mientras sus amigas la adornan, y se
dispone a continuar su plan.
El animal se incorpora y sin
demora se lanza al mar con la ansiada
carga a su grupa. Las amigas se
quedan en la costa, sorprendidas,
levantando las manos en gesto de
sorpresa y el grupo se introduce en mar
abierto donde los Vientos ayudan a
avanzar y donde grupos de divinidades
marinas surgirán como cortejo.
Llegan a las costas de la isla
europea de Creta. Allí Europa dará a
luz a tres hijos, Minos, Sarpedón y Radamantis, dejando así la estirpe divina
en la isla.
Pasando el mar el engañoso toro
volviendo la cerviz, el pie besaba
de la llorosa ninfa que miraba
perdido, de las ropas, el decoro,
entre las aguas y las hebras de oro,
ondas el fresco viento levantaba,
a quien con los suspiros ayudaba
del mal guardado virginal tesoro.
Lope de Vega
A c t i v i d a d e s
1. Responde a las siguientes cuestiones:
a. ¿Quiénes son los protagonistas
de este relato? ¿Qué tipo de
personajes protagonizan un
mito? ¿Podría ser cualquier persona?
b. ¿Qué diferencia encuentras entre una narración histórica y un
relato mitológico?
2. Lee ahora estos fragmentos del
poeta romano Ovidio:
Cultura Clásica
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El insigne padre y soberano de los dioses,
cuya diestra esta armada de los fuegos de
tres puntas y que con una cabezada sacude el
mundo, toma la apariencia de un toro, muge
mezclado entre los novillos y va de un lado a
otro, espléndido, por la blanda hierba. [...] La
hija de Agenor se admira de su hermosura, de
que no la ataque ni la embista y, aunque le
parece muy manso, al principio teme tocarlo.
Se alegra el enamorado [...] y, quitándole
poco a poco el miedo, le ofrece el pecho para
que lo acaricie con la mano virginal o los cuernos para que los adorne con guirnaldas frescas.
Ovidio, Metamorfosis II, 848 ss.
2. Los Griegos y los
Romanos
Aproximación Inicial
•
¿Qué te sugieren los siguientes
nombres: Maratón, Atenas, polis, Olimpia?
•
¿Qué te sugieren estos nombres: Tíber, bacanal, Senado,
acueducto, legión, comicios?
Información
Júpiter, bajo la forma de un toro, ofreció su
lomo a la doncella tiria. Ella con su mano derecha se aferraba a la crin del toro y con la izquierda sujetaba su capa, y su propio miedo le
daba un extraño atractivo. Muchas veces encogió sus pies de niña temiendo el contacto
del agua que salpicaba, muchas veces el dios
sagaz agachó su lomo entre las aguas para
que ella se abrazase más fuertemente a su
cuello. Al llegar a la playa se puso de pie Júpiter sin cuerno alguno, transformándose de
toro en dios. El toro pasó al cielo; a ti, muchacha fenicia, te dejó embarazada Júpiter y la
tercera parte de la tierra lleva tu nombre.
Ovidio, Fastos V, 605 ss.
a. ¿Quién es el insigne padre y soberano de los dioses? ¿Qué
son los fuegos de tres puntas?
(se refiere al arma que caracteriza a Zeus).
b. ¿Por qué dice Ovidio que lleva el
nombre de Europa la tercera
parte de la tierra? ¿Qué quiere
decir el toro pasó al cielo?
(Piensa que está relacionado
con el Zodiaco).
Segundo GES
2.1. ¿Quiénes eran los Griegos?
Los griegos eran un pueblo de
origen indoeuropeo que, hacia el año
2.000 a. de C., y procedentes del centro de Europa, fueron llegando a la península Balcánica, donde se asentaron
y acabaron imponiendo su lengua a
los antiguos pobladores.
La civilización griega se desarrolló en el Mediterráneo oriental aproximadamente desde el 1.500 al 146 a.
de C., época en que Grecia fue incorporada al Imperio romano.
La Grecia antigua estaba constituida por ciudades-Estado (poleis) independientes y casi siempre rivales
entre sí. La historia de Grecia es la de
sus ciudades, entre las que destacan
Atenas y Esparta, que encarnan dos
formas de vida opuestas y dos maneras antitéticas de entender la relación
del ciudadano con el Estado.
En Esparta, la necesidad de someter a la población de Mesenia obligó a los espartanos a cerrar fronteras
y a organizar su ciudad como un campamento militar. El poder lo ejercían
de manera absoluta los éforos, un
consejo de cinco ancianos. Los demás
ciudadanos dedicaban parte de su
vida al entrenamiento y a la práctica
de la guerra.
Cultura Clásica
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Atenas, por el contrario, fue
siempre una ciudad hospitalaria y
abierta. Los atenienses se dotaron de
un régimen político, al que llamaron
democracia, en el que todas las decisiones se tomaban por votación directa.
En Atenas, el poder residía en
la Asamblea, de la que formaban parte
todos los varones mayores de edad e
hijos de padre y madre ateniense (las
mujeres, los extranjeros y los esclavos
carecían del derecho a la ciudadanía).
El país de los griegos. Grecia
es un país de montañas e islas, de
ríos de escaso caudal y pocos terrenos de cultivo. Por la pobreza del suelo se vieron obligados a emigrar y a
buscar nuevas tierras donde asentarse: fundaron colonias por Sicilia, el sur
de Italia, las costas del Mar Negro y de
Anatolia, el norte de África y la península Ibérica.
Entre los montes de Grecia destacan: el Olimpo (2.985 m), la sede de
los palacios de los dioses; el Parnaso
(2.450 m), morada de las Musas; el
Taigeto (2.407 m), donde los espartanos abandonaban a los recién nacidos
débiles o enfermos; el Ida, en Creta,
donde Zeus pasó su infancia. Las islas
más conocidas son: Creta, donde reinó el mítico Minos; Chipre, la isla de
Afrodita, o Ítaca, la patria de Ulises.
La economía griega se basó
siempre en la agricultura y el comercio. Los dos cultivos principales eran
la vid y el olivo.
El legado griego es uno de los
pilares de la cultura occidental. Los
griegos crearon los conceptos de democracia y libertad de expresión, inventaron la filosofía, desarrollaron las
matemáticas, la historia, la geografía,
la medicina y otras ciencias, cuyos saberes se expandieron menos en otras
culturas por ser el monopolio de castas demasiado cerradas (sacerdotales,
la mayoría de las veces). Proporciona-
Segundo GES
ron más libertad a la actitud humana
de búsqueda e investigación de la naturaleza, tratando de explicar el universo con mitos y con la razón. Crearon
asimismo nuestros géneros literarios
(épica, lírica, tragedia, comedia y novela), marcaron los cánones clásicos
en la escultura y la arquitectura, y
aportaron una concepción del mundo
centrada en el hombre, que conocemos como Humanismo.
2.2. ¿Quiénes eran los Romanos?
Los romanos, pueblo también
de origen indoeuropeo, iniciaron la penetración en la península Itálica, en
sucesivas oleadas, en el siglo X a. de
C.
Roma fue fundada en el año
753 a. de C. Desde muy pronto conquistó territorios que la llevaron, primero, a adueñarse de la península Itálica
y, posteriormente, de las tierras que
rodean el Mediterráneo, desde Gran
Bretaña hasta los ríos Rhin y Danubio,
la península Balcánica, Asia Menor,
Siria y Egipto, y todo el norte de África
hasta el Sahara.
Según la tradición, en sus orígenes Roma fue gobernada sucesivamente por siete reyes, que sentaron
las bases de su futura grandeza, hasta
que los romanos expulsaron al último
de ellos y establecieron un gobierno
republicano a finales del siglo VI a. de
C., en el que el poder era ejercido por
una oligarquía que controlaba el Senado y las Magistraturas. Con el tiempo
el régimen republicano se fue deteriorando hasta que, tras una etapa de
conflictos sociales que degeneraron
en guerras civiles, Octavio Augusto, a
finales del siglo I a. de C., instauró un
sistema político en el que el Senado y
las instituciones republicanas se mantuvieron, pero controladas por una
sola persona, el emperador, que recibió el título de princeps, y cuyo poder
se basaba en la fidelidad de un ejército disciplinado e imbatible.
Cultura Clásica
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Roma dejó de ser una ciudad-Estado para convertirse en la cabeza de un imperio con gran talento militar, colonial y político. A lo largo de
muchos siglos dominó los grandes espacios circundantes del Mediterráneo,
asimilando la cultura griega, que, fundida con las originales creaciones romanas, supo transmitir, con gran capacidad de aculturación, al conjunto
de territorios integrados en su Imperio.
Lo que se considera el final de Roma
no se debió a la independencia de los
distintos territorios, sino a la fragmentación de su economía, a la decadencia en su administración y a la presión
sobre sus fronteras de los pueblos
bárbaros (germanos, visigodos, etc.).
El país de los romanos. El núcleo originario del Imperio romano fue
el Lacio, un territorio de unos 1.500
km2 de llanos y suaves colinas, a orillas del río Tíber, en cuya margen izquierda se fundó Roma, una ciudad de
pastores y agricultores en origen. Italia
tiene un suelo más rico que Grecia, y
los romanos dependieron menos del
mar que los griegos. Así, aunque la
comunicación marítima fue importante,
desarrollaron al máximo el sistema de
comunicaciones por tierra.
El legado romano hizo posible
la existencia de la futura cultura europea, gracias al largo periodo de unificación y aculturación que el Imperio
supuso. Roma aportó una lengua madre de la que derivan varias lenguas
europeas y que se utilizó como lengua
internacional de la cultura hasta el siglo XVIII, un concepto de ciudadanía
más amplio que el de los griegos, la
creación de las instituciones y mecanismos en los que se basan las democracias representativas -aptas para
amplios territorios, para los que no sirve la democracia griega, adaptada al
gobierno de una pequeña ciudad-;
también aportó la planificación urbana,
el calendario, las comunicaciones tradicionales entre los distintos territorios
Segundo GES
y las grandes obras públicas de ingeniería
-carreteras,
puentes,
embalses,...-; creó el derecho occidental que ha inspirado las leyes europeas de la Edad Media a nuestros
días, e intentó estructurar un sistema
educativo que garantizara unos mínimos de lectura, escritura y cálculo a la
población, al menos en las ciudades.
Además, los romanos fueron, en buena parte, continuadores, y sobre todo
transmisores, de la cultura griega.
A c t i v i d a d e s
1. GRECIA
a. Origen y procedencia del pueblo
griego.
b. Duración de la civilización griega hasta convertirse en provincia romana.
c. Cómo estaba constituida Grecia.
d. Explica la organización política
de Atenas.
e. Grecia es un país montañoso y
con numerosas islas: Señala
sus principales montes e islas.
f. ¿Cómo era la economía griega?
2. ROMA
a. Cuándo se fundó Roma y qué
territorios conquistó.
b. Explica el primer gobierno de
Roma.
c. Señala cuándo se fundó la República y quién ejercía el poder.
d. Explica la constitución y el funcionamiento del Senado y las
Magistraturas.
e. Indica quién acabó con el régimen republicano y qué sistema político instauró.
f. Resume la evolución de Roma
cuando se convirtió en imperio.
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g. Indica cuál era el territorio en el
que se fundó Roma.
h. ¿Cómo era la economía de la
ciudad de Roma?
El Senado era una asamblea
de 300 miembros que hacía las leyes.
Principalmente estaba compuesto por
los patricios más importantes.
Las Magistraturas eran los cargos relacionados con la Administración y dirección política de la ciudad.
Destacaban las siguientes:
• Cónsules
Dirección del
Ejército. Normalmente se nombraban dos cónsules anuales.
• Censores
Revisaban las listas o censos de ciudadanos y
del Senado; también decidían
las obras públicas costeadas
por la República. Eran nombrados dos censores.
• Pretores
Encargados de
presidir los tribunales y ayudantes de los cónsules. Eran ocho,
nombrados anualmente.
Segundo GES
•
Ediles
Magistrados menores, encargados del orden público.
• Cuestores
Jueces encargados de la Hacienda Pública y
los impuestos. Eran cuatro.
• Tribunos de la Plebe
Velaban por los intereses del pueblo
(plebe), pudiendo vetar las leyes que perjudicasen a la clase
plebeya (plebiscito). Eran de
cuatro a diez.
1. Explica cómo estaba constituido el
Senado y qué función realizaba.
2. Resume las principales Magistraturas y la función de cada una de
ellas.
3. Responde a las siguientes cuestiones:
a. Resume las principales aportaciones de los griegos a la
cultura occidental.
b. ¿Por qué la lengua de los romanos se llama latín?
c. Resume las principales aportaciones de los romanos a la
cultura occidental.
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Segundo GES
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2
El Juicio de Paris
El Matrimonio
en Grecia y Roma
Segundo GES
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Tema 2
1. El Juicio de Paris
Aproximación Inicial
•
•
•
¿Sabes lo que significa que
algo se ha convertido en la
manzana de la discordia?
¿Sabes quién era Paris?
¿Quiénes eran Hera, Atenea y
Afrodita y cómo las llamaban
los romanos?
Información
En la antigüedad mítica se
celebraron unas importantes bodas a la
que estaban invitados dioses y
mortales. Los contrayentes eran Peleo
y Tetis, un mortal y una diosa, lo que
explica la afluencia de invitados. Tetis,
una nereida, hija de Nereo, antiguo y
anciano dios del mar, era, por tanto,
una divinidad marina e inmortal y Peleo,
discípulo del centauro Quirón, era el
afortunado mortal que tenía el privilegio
de casarse con una diosa.
Pero no todos habían sido invitados a la fiesta: la diosa Éride (Discordia) quiso hacer notar su ausencia
y se presentó en la fiesta con una
manzana de oro que tenía grabada la
siguiente frase: «Para la más bella».
Lanzó la manzana sobre la mesa donde se sentaban los dioses y se fue.
Tres de las diosas presentes en
el banquete, Hera (Juno), Atenea (Minerva) y Afrodita (Venus), se creyeron
merecedoras del título y se lanzaron a
por la manzana. La enojosa situación
que se produjo entonces no tenía fácil
solución y ni el mismo Zeus (Júpiter)
quiso intervenir en una decisión tan
comprometida.
Segundo GES
Encargó a su fiel hijo Hermes
(Mercurio) que condujese a las tres
diosas al monte Ida, en la llanura de
Troya, y se las presentase a Paris, bello joven, hijo del rey Príamo de Troya,
que pastoreaba los rebaños reales en
aquel lugar. Él debía ser el encargado
de dirimir el pleito, según voluntad de
Zeus, y así se lo explicó el dios mensajero Hermes al asustado joven.
Durante el juicio cada diosa
hizo valer sus méritos al título pero
además le prometieron a Paris beneficiosos dones si éste fallaba a su favor.
Hera se comprometió a hacerle soberano de toda el Asia. Atenea le ofreció
la prudencia y la victoria en todos los
combates y Afrodita le brindó el amor
de la mortal más hermosa de Grecia,
Helena de Esparta.
Paris dio la manzana a Afrodita,
granjeándose así la fiel protección de
la diosa para él y los suyos para siempre, y la enemistad de las otras dos
diosas lo que quedará reflejado en la
Guerra de Troya.
A c t i v i d a d e s
1. Lee los siguientes textos y responde
por escrito a las cuestiones
(acuérdate de subrayar las palabras que no conoces y anotarlas
en tu cuaderno junto con su significado).
a. El anciano Proteo había vaticinado a Tetis:
«Diosa marina, darás a luz un hijo que
aventajará a su padre por sus hazañas y
su fama será mayor que la de él». Por ello,
Júpíter, aunque su corazón ardía de amor
por ella, se abstuvo de unirse a Tetis y ordenó a su nieto Peleo que abrazara a la
doncella del mar.
Ovidio, Metamorfosis XI, 221 ss.
Cultura Clásica
a. ¿Por qué Júpiter desiste de
tener relaciones con Tetis?
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b. ¿Sabes quién era el hijo de
Tetis?
c. ¿Por qué sabemos que este
texto es de un poeta romano?
b. ¡Qué canto nupcial resonó [...], cuando en
los valles del monte Pelión, en un festín de
los dioses, las Musas de bellos rizos y sandalias de oro vinieron a las nupcias de Peleo, celebrando con sus melodiosos tonos
a Tetis y al Eácida en el monte de los Centauros [...]! Y con coronas de hierba acudió
la ecuestre tropa de los Centauros al banquete de los dioses y cantaban a grandes
gritos: «¡Oh hija de Nereo, el centauro Quirón, el adivino que conoce el arte profético
de Apolo, ha predicho que darás a luz un
hijo que, con sus guerreros armados de
lanzas, llegará a la famosa tierra de Príamo, para incendiarla, revestido con una armadura de oro realizada por Hefesto, regalo de su madre, la diosa Tetis». Entonces
las divinidades celebraron la feliz boda de
la más ilustre de las Nereidas.
Eurípides, Ifigenia en ÁuIide, 1.038 ss.
a. ¿De qué bodas se habla
aquí?
b. ¿En qué monte se celebraron? ¿Quiénes vivían allí?
c. ¿Por qué se califica de
ecuestre tropa a los centauros?
d. ¿Quiénes son las Musas?
e. ¿Qué predijo el centauro Quirón?
f. ¿Cómo se llama el dios que
tiene como competencia la
adivinación?
g. ¿Quién era Príamo?
h. ¿A qué se dedica el dios Hefesto?
Segundo GES
2. El Matrimonio en
Grecia y Roma
Información
2.1. El Matrimonio en Grecia
El matrimonio era el momento
más importante de la vida de una mujer griega y suponía un auténtico cambio social: dejaba de ser una «joven
soltera», para integrarse en la etapa
adulta y formar parte de la vida de la
ciudad.
Para los varones, en cambio,
resultaba una obligación penosa que
debían cumplir para poder transmitir
su status social al heredero y asegurar
así la continuidad de su unidad familiar. El momento crucial de la vida de
un joven no era el matrimonio sino su
entrada en la efebía, periodo de preparación para conseguir la condición
de «ciudadano», que iniciaba cortando
sus cabellos y consagrándolos a Ártemis.
La ley ateniense prácticamente
obligaba al matrimonio, pues los derechos políticos de los solteros quedaban mermados.
El matrimonio griego se basaba
en un acuerdo formal entre el novio y
el padre de la novia, por el que éste se
comprometía a entregar una dote,
mientras que el novio no aportaba
nada. Era, pues, una transacción entre
el suegro y el yerno que se explica en
un contexto de reciprocidad generalizada: el padre debía dotar y entregar a
su hija del mismo modo que, tiempo
atrás, él había recibido la dote y la hija
de otro padre. Su compensación era la
perspectiva de los nietos, ya que la
única finalidad del matrimonio era engendrar hijos legítimos.
El matrimonio despertaba en las
mujeres griegas una serie de sentimientos contradictorios; por una parte,
Cultura Clásica
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cumplían la única misión que la sociedad les confería, pero, por otra, tenían
que abandonar la casa de sus padres
y el ambiente en el que hasta entonces habían vivido para ir a una casa
extraña, la de sus suegros, a vivir con
un extraño, su marido, además de tener que superar las aprensiones que
les producía la imagen de violencia
que asociaban al placer sexual.
Los rituales del matrimonio ilustran este doble sentimiento, y en ellos
se distinguen dos fases: una, de ruptura y despedida de la niñez, y otra, de
entrada al nuevo hogar.
El adiós a la infancia lo simbolizaba la novia con la ofrenda de sus juguetes a Ártemis, diosa de la naturaleza salvaje (y, por tanto, de la niñez,
considerada como la etapa «salvaje»
de la vida humana) y con el baño purificador, que se realizaba en lugares
consagrados o con agua de una fuente o un río especiales (por ejemplo: la
fuente Calírroe de Atenas).
El día de la boda se iniciaba en
el gineceo (parte de la casa destinada
a las mujeres) donde la novia se vestía en presencia de las demás mujeres
de la casa. La prenda más importante
era el velo que la cubría entera y que
simbolizaba su condición de virgen.
Posteriormente tenía lugar una comida
que estaba precedida de un sacrificio
a las divinidades del matrimonio. En la
comida, la joven, por primera vez,
abandonaba su vida tranquila y retirada y se convertía en el centro de todas
las miradas, de las que sólo la protegía el velo, hasta que al final de la comida el novio la desvelaba.
Por la noche tenía lugar la partida hacia la casa del novio, a veces a
pie, o, más frecuentemente, en carro.
La novia era acompañada por el novio
y por un cortejo de jóvenes de ambos
sexos que llevaban antorchas, regalos
y que tañían la flauta y entonaban can-
Segundo GES
tos de himeneo (cantos típicos de las
bodas).
La recién casada era recibida
por sus suegros, que le ofrecían el
pastel nupcial, hecho de miel y sésamo, alimentos asociados con la fecundidad, y derramaban sobre su cabeza los tragémata (dátiles, nueces e
higos), ritual que simbolizaba la integración en su nuevo hogar. Finalmente era conducida al lecho nupcial, donde el novio desataba su cinturón como
paso previo a la consumación del matrimonio.
Al día siguiente, la novia recibía
la visita de sus padres, que le llevaban
los regalos nupciales y la dote acordada.
La recién casada recibía el
nombre de nímfe y, únicamente cuando daba a luz, recibía el nombre de
giné, reservado a las esposas que habían culminado con éxito su matrimonio.
2.2. El Matrimonio en Roma
Como en Grecia, el matrimonio
romano era una cuestión privada y tenía como fin el nacimiento de hijos que
aseguraran la continuidad de la familia
y los cultos familiares. Iba precedido
de la ceremonia de los esponsales, en
la que los novios intercambiaban regalos y anillos.
La fecha de la boda se fijaba
con mucho cuidado, evitando los días
de mal augurio. La víspera, la novia
consagraba sus juguetes, y su casa
era adornada con guirnaldas y flores.
La novia vestía una túnica blanca, larga hasta los pies, ceñida por un
cinturón anudado de un modo especial, y se cubría con un velo de color
anaranjado. La boda consistía en un
sacrificio a los dioses, después del
cual se firmaban las tabulae nuptiales,
(contrato matrimonial), en presencia
de testigos. El momento más solemne
era cuando la pronuba, (matrona, ca-
Cultura Clásica
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sada una sola vez) que hacía de madrina, unía las manos derechas de los
novios. Posteriormente, se celebraba
el banquete en casa de la novia.
Después del banquete, el novio
simulaba el rapto de la novia: fingía
arrancarla de los brazos de su madre,
mientras sus familiares simulaban lloros y lamentos. A continuación, se formaba un cortejo que conducía a la novia hacia la casa del novio. Éste se
adelantaba para recibirla en la puerta.
Durante el traslado, se daban gritos rituales y se cantaban canciones picarescas. La novia llevaba el huso y la
rueca, símbolos de su futura vida doméstica. Al llegar a la casa, el novio le
preguntaba cómo se llamaba y ella
respondía: ubi tu Caius ego Caía, «si
tú eres Gayo, yo soy Gaya». Entonces
los acompañantes elevaban a la novia
para evitar que tropezara al cruzar el
umbral, lo cual habría significado un
mal augurio.
Al día siguiente, la recién casada, vestida ya de matrona, hacía un
sacrificio a los dioses de su nuevo hogar y tenía lugar un banquete al que
asistían los familiares más próximos.
2.2.1. Formas Jurídicas del Matrimonio
Roma, durante su historia, desarrolló distintas formas legales del
matrimonio relacionadas con la tutela
de la mujer y el ejercicio de la patria
potestad por parte del marido o del padre de la novia.
Básicamente estas variantes
se resumen en dos:
• Matrimonio in manum: la palabra latina manus, en el lenguaje
Segundo GES
Cultura Clásica
•
jurídico romano, significa «poder o dominio que uno tiene sobre otro», muy especialmente
del marido sobre la mujer, aunque también del dueño sobre
los esclavos. En esta forma de
matrimonio, que es la más antigua, el padre cedía la patria potestad de la hija al marido; éste
era, por tanto, el que tenía dominio absoluto sobre la mujer y
era el propietario de sus bienes,
incluso de la dote. La mujer pasaba a depender en todo de la
familia del marido y quedaba legalmente desvinculada de su
familia de origen.
Matrimonio sine manu: la esposa seguía sometida a la patria potestad de su padre. Con
ello su marido no seria jamás titular de sus bienes y la mujer
gozaba de considerables ventajas, pues, según la ley romana,
al morir un padre de familia, obtenían derecho de herencia todos los sometidos a su patria
potestad. Si la familia tenía recursos, la mujer, en la práctica,
disfrutaba de independencia
económica y libertad de acción,
con la única restricción de que,
al morir el padre, era obligatorio
que tuviera un tutor legal. Pero
la ley llegó a darle incluso la
prerrogativa de elegir libremente a ese tutor, con lo que incluso se dieron casos de tutores
«a sueldo» que cumplían enteramente la voluntad de la mujer.
Este tipo de matrimonio llegó a
ser el más común en época clásica.
Página 20
3
Helena de Troya
La Vida de las Mujeres
en Grecia y Roma
Segundo GES
Cultura Clásica
Página 21
Segundo GES
Cultura Clásica
Página 22
Tema 3
1. Helena de Troya
Aproximación Inicial
•
•
•
¿Qué sabes de Helena?
¿Sabes por qué, siendo reina
de Esparta, se la conoce como
«Helena de Troya»?
¿Qué es una «mujer fatal»?
Información
Sus padres fueron Zeus y Leda,
mujer del rey Tíndaro de Esparta y
tuvo tres hermanos: Cástor, Pólux y
Clitemnestra.
Helena de Troya nació de uno
de los huevos que puso Leda cuando
fue seducida por Zeus. De pequeña fue
raptada por el héroe Teseo que quería
casarse con ella, pero sus hermanos la
rescataron.
Helena provocó el inicio de la
guerra de Troya al acompañar a Paris,
príncipe de dicha nación, a su patria.
Paris la obtuvo gracias a Afrodita, en
contraprestación a haber elegido a
ésta como la diosa más bella. Ante su
huida con Paris, Menelao, su marido,
llamó a todos los reyes de Grecia, que
se unieron a él para resarcir con una
guerra la afrenta de que habían sido
objeto por parte de los troyanos.
No está totalmente claro el papel que tuvo Helena durante la guerra.
Parece ser que se pasaba el día en la
torre del palacio de Troya donde tenía
un telar con el que tejía todas sus desdichas mientras se lamentaba del instante en que había tenido la debilidad
de dar oídos a un extranjero y marcharse con él.
Cuando Paris murió, se casó
con Deífobo, que también era hijo de
Segundo GES
Príamo como Paris. Pero cuando Troya fue tomada, Helena entregó a Deífobo de la manera más indigna a los
griegos, que lo apuñalaron. De esta
forma Helena pretendía reconciliarse
con Menelao, y así fue. El hijo de éste,
Atreo, la llevó a Grecia junto a él en un
viaje complicado porque los dioses
provocaron varias tormentas que les
hicieron pasar por Chipre, Francia y
Egipto.
Ya en Esparta fueron muy felices hasta la pronta muerte de Menelao. Entonces fue echada del Peloponeso por indigna y acudió a Rodas
donde la recibió la reina Polyxo que la
colmó de atenciones a su llegada pero
al día siguiente ordenó su ahogamiento en el baño y que muerta fuese colgada de una horca.
A c t i v i d a d e s
1. Los siguientes textos muestran la
imagen que de Helena da la literatura griega. Léelos y responde a
las cuestiones que les siguen
(como siempre, subraya y anota
en tu cuaderno las palabras que
no entiendas).
a. Allí sobre las puertas Esceas estaban Príamo [...] y los ancianos del pueblo, los cuales a causa de su vejez no combatían,
pero eran buenos arengadores, semejantes a las cigarras, que, posadas en los árboles del bosque, dejan oír su aguda voz.
Cuando vieron a Helena, que hacia ellos
se encaminaba, se dijeron unos a otros,
hablando quedo, estas aladas palabras:
«No es reprensible que troyanos y argivos,
de hermosas grebas, sufran innumerables
males por una mujer como ésta cuyo rostro
tanto se parece a las diosas inmortales.
Pero aun siendo así, que se vaya en las
naves, antes de que llegue a convertirse
en una plaga para nosotros y para nuestros hijos».
Así hablaban, Príamo llamó a Helena y le dijo: «Ven acá, hija querida; siéntate a mi lado para que veas a tu anterior
Cultura Clásica
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marido y a sus parientes y amigos (pues a
ti no te considero culpable, sino a los dioses que promovieron contra nosotros la
luctuosa guerra de los aqueos), y me digas
cómo se llama ese ingente varón, quién es
ese aqueo gallardo y alto de cuerpo».
Homero, Ilíada III, 146 ss.
a. ¿Qué nombre reciben en
este texto los griegos? ¿Cuál
es su epíteto?
b. ¿Cuál es la cualidad que más
llama la atención de Helena?
c. ¿Es hostil la actitud de los
ancianos troyanos hacia Helena? ¿Cómo la calificarías?
d. ¿Cuál es la actitud de Príamo
hacia Helena?
e. ¿Quién es el culpable de la
guerra, según Príamo?
es una hueste de jinetes, otros una compañía de infantes
y otros una flota de naves, pero yo digo
que es aquello que se ama.
Es muy fácil hacer que cualquiera comprenda esto,
pues la que más sobresalía entre los hombres por su belleza,
Helena, abandonó a su ilustre marido,
y se marchó en una nave a Troya,
y no se acordó ni de su hija ni de sus padres
pues la trastornó Cipris.
Safo, 16 LP
a. ¿Qué opinión tiene Safo sobre el amor?
b. ¿Helena fue realmente raptada según Safo?
c. ¿Censura Safo la conducta
de Helena?
d. ¿Recuerdas quién es Cipris?
e. ¿Qué papel juega Cipris en la
conducta de Helena?
b. Helena le habló a Héctor con dulces palabras: «¡Cuñado mío, de esta perra maléfica y abominable! ¡Ojalá que, cuando mi
madre me dio a luz, un viento tempestuoso
se me hubiera llevado al monte o al estruendoso mar, para hacerme juguete de
las olas, antes de que tales hechos ocurrieran! Y ya que los dioses determinaron
causar estos males [...], entra y siéntate en
esta silla, cuñado, que la fatiga te oprime el
corazón por mí perra, y por la falta de Alejandro1, a quienes Zeus nos dio la mala
suerte, a fin de que a los venideros les sirvamos de asunto para sus cantos».
Homero, Ilíada VI, 343 ss.
a. ¿Quién es Héctor?
b. ¿Qué opinión tiene Helena
de su conducta?
c. ¿Quiénes son los culpables
de la guerra, según Helena?
d. ¿Qué crees que significa la
última frase a fin de que a los
venideros [...] cantos?
d. [...] sobresaliente era la belleza de mi hijo y
tu ánimo al verlo se convirtió en Cipris; a
Afrodita culpan los mortales de todas sus
locuras. [...] Al verlo con sus vestidos bárbaros y resplandeciente de oro enloqueciste. Y es que en Argos vivías con escasas
pertenencias, pero, si abandonabas Esparta, esperabas que nadarías en la abundancia en la ciudad de los frigios en la que manaba el oro, ¡el palacio de Menelao no te
bastaba! [...] Afirmas que mi hijo te raptó.
¿Qué espartano se enteró? ¿Qué gritos de
socorro proferiste? Cuando llegaste a Troya y empezó el combate, si te anunciaban
una victoria de Menelao, lo ensalzabas
para herir a mi hijo por tener un rival de tu
amor tan poderoso. Pero, si eran los troyanos quienes tenían éxito, Menelao no valía
nada.
Eurípides, Las troyanas, 989 ss.
c. Unos dicen que lo más hermoso sobre la
negra tierra
1
a. ¿Quién habla en este texto?
b. ¿A quién se atribuye la responsabilidad de la conducta
de Helena: a ella o a Afrodita?
Alejandro es Paris.
Segundo GES
Cultura Clásica
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c. ¿Qué motivación se atribuye
a Helena para huir con
Paris?
2. La Vida de las
Mujeres en Grecia y
Roma
Información
2.1. La Vida de las Mujeres
Tanto en Grecia como en
Roma, el status de las mujeres fue
siempre el de eternas menores de
edad, ya que en todo momento estuvieron sometidas a la autoridad de un
varón, el padre, el marido, el hermano
mayor o, en su defecto, cualquier otro
pariente. Las mujeres carecían por
tanto de derechos políticos y jurídicos.
Como hemos visto, el matrimonio era
el estado al que aspiraba toda mujer.
Las obligaciones de las mujeres casadas eran gobernar la casa, vigilar el
trabajo de las esclavas y cuidar de los
hijos varones mientras eran niños, y
de las hijas hasta que se casaban. Su
ocupación habitual era el hilado y el
tejido.
En la Grecia antigua las mujeres pasaban su vida en el gineceo, la
parte de la casa reservada para ellas.
No acompañaban a sus maridos en
sus distracciones y sólo salían para
asistir a determinadas fiestas religiosas. Una excepción a esta situación la
constituían las mujeres espartanas, ya
que, a lo largo de toda su vida, gozaban de una gran libertad, y, dado que
sus esposos vivían acuartelados y dedicados totalmente a la vida militar,
ellas eran las responsables de todo lo
referente a la economía y administración de la casa.
Las mujeres romanas gozaban
de mucha más libertad que las griegas, sobre todo, una vez casadas. Las
matronas romanas acompañaban a
Segundo GES
sus maridos a los banquetes, al teatro
y a las termas y, asimismo, iban de
compras por la ciudad y visitaban frecuentemente a sus amigas.
Con todo, hay excepciones tanto en Grecia como en Roma, y hubo
mujeres que, a pesar de las trabas
que la sociedad les imponía, fueron
grandes artistas o tuvieron gran influencia en la política. De entre ellas
podemos nombrar a: Safo de Lesbos,
poetisa muy admirada en vida por los
griegos; Aspasia, mujer sabia y entendida en política; Hortensia, que defendió frente a los triunviros los derechos
de las mujeres; Sulpicia, poetisa romana; Hipatia, filósofa griega; Julia Domna, que organizaba tertulias literarias,
etc.
2.2. El Divorcio
El divorcio en la Antigüedad suponía siempre que los hijos se tenían
que quedar con el padre y éste tenía
que devolver la dote de su esposa.
En Grecia, el marido podía divorciarse sin alegar motivo alguno. La
falta de hijos podía ser causa de repudio, y el adulterio probado de la esposa obligaba prácticamente al marido a
divorciarse o a ser censurado socialmente. También el padre de una mujer
casada podía propiciar el divorcio de
su hija para casarla con otro hombre.
El caso extremo lo constituían las hijas
únicas, ya que, en caso de fallecimiento de su padre, se convertían en herederas, por lo que el pariente varón
más próximo podía exigir su divorcio
para casarse con ellas y administrar
así el patrimonio familiar.
Las mujeres, sólo en caso de
recibir malos tratos por parte del marido, podían recurrir al arconte para pedirle que disolviera su matrimonio.
En Roma, dado el carácter privado del matrimonio, el divorcio resultaba fácil y no planteaba problemas jurídicos. Además, era muy frecuente en
Cultura Clásica
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la época imperial, y tanto el marido podía repudiar a su esposa como ésta
abandonar a su marido: la frase formulada, en el primer caso, era «coge tus
cosas y vete» y, en el segundo, «dejo
tus cosas contigo». En Grecia, la mujer divorciada estaba socialmente mal
vista y también en Roma, donde una
mujer univira (de un solo varón) gozaba de gran consideración social.
A c t i v i d a d e s
1. Lee atentamente la información anterior y responde a las siguientes
cuestiones:
a. ¿En qué aspectos ha cambiado la vida de las mujeres
desde la Antigüedad hasta
nuestros días?
b. ¿En tu opinión existe igualdad en nuestra sociedad entre hombres y mujeres?
¿Realizan los mismos trabajos dentro y fuera de casa?
¿Tienen las mismas oportunidades para ocupar idénticos
puestos de trabajo? ¿Por qué
hay tan pocas mujeres jefes
de gobierno, directoras de
banco, presidentas de tribunales judiciales o gerentes de
grandes empresas?
2. El historiador Jenofonte nos dice
cómo debe ser la perfecta casada:
que enseñar a los miembros de la familia
lo que deben aprender y gobernarlos con
severidad y buen juicio.
Jenofonte, Económico VII, 10
a. Escribe en tu cuaderno, en
dos columnas diferentes, las
virtudes y las obligaciones de
la mujer casada, según este
texto.
b. ¿Cuál sería, en tu opinión, la
perfecta casada del siglo
XXI?
3. Veamos qué opina Medea, una heroína trágica, de la vida de las mujeres griegas:
El ama de casa debe ser casta y prudente, tiene que saber tejer, tener experiencia en la preparación de la lana y dar a
cada criada la tarea que le convenga.
Debe mantener y usar inteligentemente el
dinero y las propiedades adquiridas con
el trabajo del marido. Su principal misión
es criar y alimentar a los hijos; como la
reina de las abejas no sólo tiene que distribuir entre los esclavos, tanto varones
como mujeres, los trabajos apropiados,
sino atender su salud y bienestar Tiene
Segundo GES
Cultura Clásica
De todo lo que vive y piensa no hay ningún ser más desgraciado que nosotras
las mujeres. Primero tenemos que comprar un marido con gran cantidad de riquezas y adquirir un amo de nuestro
cuerpo, que es lo más terrible. Lo más
importante es adquirir uno bueno o malo,
pues para las mujeres es una deshonra
separarse de sus maridos y no les es posible repudiarlos [...]. Si tenemos éxito en
nuestro esfuerzo y nuestro marido soporta de buen grado el yugo de la convivencia, nuestra vida es envidiable, pero si
no, es preferible morir. Un hombre, cuando no es feliz en su vida familiar, se va de
casa y calma su disgusto con sus amigos. Pero nosotras sólo podemos mirar a
un solo ser. Nos dicen que llevamos en
casa una vida libre de peligros, mientras
ellos tienen que luchar. ¡Qué estupidez!
Preferiría tres veces resistir a pie firme
con un escudo que dar a luz una sola
vez.
Eurípides, Medea, 230-251
a. ¿Por qué cree Medea que la
mujer es el ser más desgraciado?
b. ¿Qué le ocurre a una mujer
griega si se equivoca en la
elección del marido?
Página 26
4
El Sacrificio de Ifigenia
El Culto Privado
a los Dioses
Segundo GES
Cultura Clásica
Página 27
Tema 4
1. El Sacrificio de
Ifigenia
Aproximación Inicial
•
•
•
•
•
•
¿Recuerdas cuál fue el juramento que Tindáreo exigió a los
pretendientes de Helena antes
de dar a conocer quién era el
elegido?
¿Recuerdas quién era Agamenón y de dónde era rey?
¿Recuerdas con quién se casó
Helena?
¿Qué sabes de la diosa Ártemis
(los romanos la llamaban Diana) y de su esfera de
influencia?
¿Sabes lo que es una diana y
por qué se llama así?
¿Recuerdas cómo se llamaba
el hijo de Tetis y Peleo?
Información
A c t i v i d a d e s
1. Responde a las siguientes cuestiones:
a. Resume quiénes son los siguientes personajes que intervienen en esta historia:
Calcante, Clitemnestra, Ifigenia,
Aquiles y Ulises.
b. ¿Cuál es la cualidad más sobresaliente de Aquiles? ¿Y la
de Ulises?
2. Lee los siguientes textos y responde
a las cuestiones que les siguen:
a. He sido una esposa sin tacha, moderada
Las naves griegas se encuentran detenidas. El viento no les es favorable. Un oráculo profetiza que es
indispensable hacer un sacrificio. La
elegida es Ifigenia, hija de Agamenón.
La joven acude al campamento
acompañada por su madre Clitemnestra. Las dos creen que han sido llamadas para que Ifigenia se despose con
Aquiles. Agamenón tiembla al verlas.
Se siente incapaz de asesinar a su
hija. Menelao no está dispuesto a rendirse. Le importa poco que en el camino se lleve por delante a su sobrina.
Finalmente convence a Agamenón. «¿Cómo vamos a pedir a todos
estos príncipes que dejen sus hogares
y vayan a perder la vida lejos, si nosotros no les demostramos que somos
Segundo GES
capaces del mismo sacrificio? No, les
demostraremos que somos capaces
de un sacrificio mayor».
Ifigenia se entera de la verdad.
Pide la ayuda de Aquiles y el héroe
hace todo lo posible por salvarla. Finalmente, Ifigenia se llena de valor y
acude hacia la muerte.
Clitemnestra jamás se lo perdonará a Agamenón.
en lo que respecta a Afrodita y aumenté tu
patrimonio, de modo que te alegrabas,
cuando entrabas en casa, y eras feliz,
cuando salías de ella. Es raro para un
hombre encontrar una esposa así y no lo
es el tener una mala mujer Te he dado a
luz un hijo además de tres hijas, y de una
de ellas tú cruelmente vas a privarme. Y si
alguien te pregunta por qué vas a matarla,
dime ¿qué vas a contestar? o ¿es preciso
que yo hable por ti?: «para que Menelao
recupere a Helena». Para ti no está mal
que los hijos paguen el precio de una mala
mujer [...]. Si vas a la guerra y me dejas en
el palacio, ¿qué sentimientos piensas que
albergaré, cuando vea vacío el asiento de
mi hija y vacías sus habitaciones de doncella? [...] ¡Por los dioses, no me obligues
a que sea mala contigo, ni tú mismo lo
seas!
Eurípides, Ifigenia en Áulide, 1.1 59 ss.
Cultura Clásica
Página 28
a. ¿Quién habla en este texto y
a quién se dirige?
b. ¿Por qué dice que ha sido
una esposa sin tacha?
c. ¿Qué significa moderada en
lo que respecta a Afrodita?
d. ¿Dónde pasaba la vida una
mujer casada? ¿Y un hombre
casado?
suelo. El sacerdote, tomando el cuchillo,
oraba y miraba la garganta para herirla con
un golpe certero.
Eurípides, Ifigenia en Áulide, 1.566 ss.
a. Enumera las acciones rituales que hay que cumplir para
llevar a cabo un sacrificio.
b. ¿Por qué razón se rocía el altar de la diosa con agua?
c. ¿Quiénes son los Atridas?
d. ¿Con qué títulos se invoca a
Ártemis y por qué?
b. ¡Ay de mí!, pues no quiero recordar mis
males de entonces. Cuántas veces tendí
mis manos hacia el mentón y las rodillas
de mi padre y, abrazada a él, le decía así:
«Padre, a qué horrible matrimonio me entregas. Mientras tú me das muerte, mi madre y las argivas están cantando los cantos
de mi himeneo y todo el palacio resuena
con las flautas. Y yo muero por tu culpa.
Era Hades, y no Aquiles, el Pelida, el que
me prometiste como esposo, mientras con
un engaño me llevabas en un carro a una
boda de sangre».
Eurípides, Ifigenia entre los Tauros, 361 ss.
a. ¿Quién habla en este texto?
b. ¿Cuál es el nombre de su padre y de su madre?
c. ¿Por qué califica el hecho de
terrible matrimonio y de bodas de sangre? ¿Quién era
el novio prometido? ¿Qué
significa que el novio es Hades?
d. ¿Por qué se llama a Aquiles
«el Pelida»?
d. Temo que vayas a creer que los principios
de la ciencia son impíos y que te inicias
por un camino sacrílego. Bien al contrario,
las más de las veces es ella, la religión, la
que ha engendrado crímenes e impiedades. De este modo en Áulide, los caudillos
más escogidos de los griegos, flor y nata
de los héroes, mancharon vergonzosamente con la sangre de Ifigenia el altar de
la virgen Trivia. [...] Asida por la mano de
hombres, temblorosa, fue conducida al ara
[...] para sucumbir, ella que era pura, de la
manera más impura. [...] ¡A tantos crímenes pudo inducir la religión!
Lucrecio, De rerum natura, I, 80-101
a. ¿Qué opinión tiene Lucrecio
del comportamiento de los
caudillos griegos?
3. Busca el origen y el significado de
las siguientes palabras: pitonisa,
apolíneo y diana.
4. Construye tres frases en las que utilices las palabras anteriores.
c. Calcante, el adivino, desenvainó con su
mano la afilada espada, la depositó en el
cesto de oro entre los granos de cebada y
colocó sobre la cabeza de la doncella una
corona. El hijo de Peleo, cogiendo el cesto
y el agua lustral, roció el altar de la diosa y
dijo: «Hija de Zeus, tú que cazas animales
salvajes y en la noche haces girar el astro
luminoso, recibe esta víctima que te ofrecemos el ejército de los aqueos y el rey
Agamenón: la sangre pura del hermoso
cuello de una doncella. Y concédenos una
navegación feliz y destruir con nuestras
lanzas las murallas de Troya». Los Atridas
y todo el ejército estaban de pie mirando al
Segundo GES
A c t i v i d a d e s
d e R e f u e r z o
1. Realiza la siguiente actividad:
a. Lee y prepara un resumen,
para exponer en clase, de la
historia de Isaac, hijo de
Abraham (Génesis, 22), y
compárala con la de Ifigenia
(razones de la divinidad, mo-
Cultura Clásica
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tivaciones del padre, resultado, etc.).
2. El Culto Privado a
los Dioses
Información
2.1. Sacrificios y Manifestaciones
Religiosas
En Grecia y Roma las relaciones entre los hombres y los dioses
siempre tenían un carácter utilitario:
los hombres rendían culto a los dioses
a cambio de ser favorecidos por éstos.
Generalmente, los hombres se
dirigían a los dioses por medio de las
plegarias y los sacrificios. Las plegarias consistían en fórmulas muy ritualizadas que solían ir acompañadas de
una ofrenda (leche, vino, pasteles de
cereales, coronas de flores, etc.).
Los sacrificios, que normalmente eran sangrantes, consistían en
degollar un animal sin defectos, cuya
carne se asaba y se repartía entre los
asistentes para consumirla. En Grecia,
las vísceras y los huesos se quemaban en honor a la divinidad para la que
se llevaba a cabo el sacrificio. Cuando
se quemaba el animal entero, el sacrificio se llamaba holocausto. Cuando el
número de animales alcanzaba la cifra
de cien, el sacrificio recibía el nombre
de hecatombe. Cada divinidad requería un tipo de animal. En Roma había
unos sacerdotes, llamados arúspices,
que examinaban las vísceras del animal; si observaban alguna anomalía,
se consideraba un «mal presagio», rechazaban la víctima y se sacrificaba
otro animal.
Tanto los griegos como los romanos eran muy aficionados a la adivinación, a la que recurrían antes de
tomar una decisión importante. En la
mitología griega es emblemática la figura del adivino (Calcante, Tiresias,
Segundo GES
etc.). Los adivinos eran especialistas
en descifrar la voluntad de los dioses a
través de técnicas adivinatorias que
sólo ellos conocían. Entre los romanos, además de los arúspices estaban
los augures, sacerdotes encargados
oficialmente de presagiar, a través del
vuelo de las aves, los acontecimientos
favorables o funestos; también interpretaban los sueños y las respuestas
de los oráculos. En toda la Antigüedad
clásica, los oráculos gozaron de gran
credibilidad. Eran lugares en los que
una divinidad, a través de un sacerdote o sacerdotisa, respondía a las consultas que se le hacían sobre el pasado, el presente o el futuro. El oráculo
griego más famoso fue el de Delfos,
donde Apolo vaticinaba por boca de la
Pitia. En Roma gozó de gran autoridad
la Sibila de Cumas, que adivinaba mediante la consulta de los libros sibilinos
o mediante la interpretación del movimiento de las hojas de los árboles.
En Grecia también tenían carácter religioso las purificaciones, ceremonias que se realizaban con agua
y simbolizaban la limpieza de la mancha que ocasionaba el contacto con
realidades consideradas impuras,
como todo lo relacionado con el nacimiento y con la muerte. El ritual de purificación era obligatorio antes de dirigirse a los dioses o de entrar en contacto con algo de carácter sagrado.
Los romanos dedicaron un mes a las
purificaciones (februarius), que era,
precisamente, el mes anterior a las
campañas militares (martius). Así mismo, también eran un ritual de los griegos las libaciones, que consistían en
derramar, en honor de los dioses,
unas gotas de cualquier líquido antes
de beberlo.
2.2. Los Cultos Domésticos Romanos
En todas las casas de Roma se
rendía culto a los dioses familiares. El
pater familias era el responsable y el
que actuaba como sacerdote. Junto al
Cultura Clásica
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altar consagrado a la diosa Vesta, había una hornacina (el larario) con las
estatuillas de los Lares, dioses familiares, a los que se hacían ofrendas en
todas las comidas y celebraciones familiares.
Los romanos también rendían
culto a los Penates, dioses encargados de abastecer la despensa, y a los
Manes, espíritus de los antepasados
muertos, a los que se hacían ofrendas
para evitar que sus almas anduvieran
errantes y se convirtieran en espíritus
perniciosos para los vivos. Por eso,
una vez al año, en las fiestas funerarias, se llevaban a sus tumbas alimentos, bebidas, flores y regalos, y, diariamente, se les rezaba y se mantenía
vivo su recuerdo a través de las mascarillas de cera de los difuntos conservadas en cada hogar.
A c t i v i d a d e s
1. Lee atentamente la información anterior y responde a las siguientes
cuestiones:
a. ¿Cuáles son las manifestaciones religiosas privadas
más comunes de griegos y
romanos? ¿Cuál es su finalidad?
b. ¿Qué es un holocausto? ¿Y
una hecatombe? ¿Qué significado tienen hoy día estas
dos palabras? Construye dos
frases en las que las utilices.
c. En la entrada de los templos
católicos hay una pila con
agua bendita para santiguarse. ¿Cuál crees que es su finalidad? ¿Con qué ceremonia griega relacionarías este
ritual?
d. ¿Cuál es la finalidad del culto
a los Manes? ¿Puede tener
éste alguna relación con la
creencia en los vampiros y
los zombis?
Segundo GES
e. ¿En la actualidad se sigue
rindiendo
culto
a
los
muertos? ¿Cómo y cuándo?
2. En el siguiente texto tienes un ejemplo de plegaria que el sacerdote
Crises realiza después de ir al
campamento griego con regalos
para rescatar a su hija y ser despedido de malas maneras por
Agamenón:
¡Óyeme, tú, que llevas arco de plata, proteges
a Crisa e imperas en Ténedos poderosamente! Si alguna vez adorné tu gracioso templo o
quemé en tu honor grasientos muslos de toros
o de cabras, cúmpleme este ruego: ¡Paguen
los dánaos mis lágrimas con tus flechas!
Homero, Ilíada, I, 37 ss.
a. ¿Qué aduce Crises para que
el dios le haga caso? ¿Cómo
calificarías esta relación?
b. ¿A qué dios se dirige esta
plegaria y por qué sabemos
que es él?
c. ¿Qué consecuencias tienen
las flechas de este dios?
3. Ahora es la poetisa Safo de Lesbos
(1, LP) la que dirige una plegaria a
la diosa Afrodita:
Afrodita inmortal, de artístico trono,
tú, hija de Zeus, que trenzas engaños,
te ruego que no maltrates, señora, mi ánimo
con penas y angustias [...].
Ven ahora a mí y líbrame de mi terrible angustia;
haz que consiga cuanto mi alma desea
y sé tú misma mi aliada.
a. ¿Por qué dirige Safo la plegaria a la diosa Afrodita?
b. ¿De qué tipo crees que son
las inquietudes que atormentan su alma?
4. En Homero (Ilíada, I, 457 ss.) encontramos descripciones de sacrificios como éste:
Cultura Clásica
Página 31
Después de esparcir la cebada sobre el altar,
cogieron las víctimas por la cabeza, que tiraron hacia atrás, y las degollaron y desollaron.
A continuación cortaron los muslos y, después
de untarlos con grasa, el anciano los puso sobre la leña encendida y los roció con vino tinto. Quemados los muslos, dividieron lo restante en pedazos muy pequeños, los atravesaron
con pinchos, los asaron cuidadosamente y los
retiraron del fuego. Terminada esta tarea y
preparado el banquete, comieron y nadie careció de su respectiva porción.
a. ¿Qué finalidad cumple este
tipo de sacrificios en sociedades de economías pobres?
b. ¿A qué ritual de la actualidad
te recuerda el que los asistentes a un sacrificio coman
del animal sacrificado?
5. También en Homero (Ilíada, VI, 266
ss.) se encuentran alusiones a dos
rituales de los griegos: Héctor
abandona por un momento la batalla y vuelve a Troya, donde su
madre le ofrece vino, pero éste lo
rechaza.
Segundo GES
No me atrevo a libar el negro vino en honor de
Zeus sin lavarme las manos, ni es lícito orar al
Cronida, el de las sombrías nubes, cuando
uno está manchado de sangre y polvo.
a. ¿Cómo se llaman los dos rituales a los que Héctor se refiere?
b. ¿Quién es el Cronida? ¿Por
qué Homero lo califica con el
epíteto de sombrías nubes?
6. El historiador Heródoto (I, 53) nos
ha transmitido alguna de las respuestas del oráculo de Delfos:
Creso les ordenó que preguntaran si debía
emprender la guerra contra los persas [...].
Esta fue la respuesta del oráculo: si Creso
emprendía la guerra contra los persas, destruiría un gran imperio.
Cultura Clásica
a. ¿Por medio de quién vaticinaba el futuro Apolo en Delfos?
b. Creso fue derrotado por los
persas. ¿Crees que Apolo
dijo la verdad?
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5
Los Dioses Combaten
bajo los Muros de Troya
La Guerra y la Paz
en Grecia y Roma
Segundo GES
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Segundo GES
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Tema 5
1. Los Dioses
Combaten bajo los
Muros de Troya
Aproximación Inicial
•
•
•
¿Qué sabes sobre la guerra de
Troya?
¿Cómo te imaginas que era la
táctica militar en la época de la
guerra de Troya?
¿Conoces algún héroe de la
guerra de Troya?
Información
Lee el siguiente fragmento del
canto V de la Ilíada de Homero (subraya, como siempre, las palabras que no
conoces para anotarlas en tu cuaderno con su significado).
S
altó Eneas del carro con el escudo y la
larga lanza [...]. Mas Diomedes, el hijo
de Tideo, cogiendo una gran piedra
que dos de los hombres actuales no podrían
llevar y que él manejaba fácilmente, hirió a
Eneas en la articulación de la pierna; la áspera piedra desgarró ambos tendones y arrancó
la piel. El héroe cayó de rodillas, apoyó la robusta mano en el suelo y la noche oscura cubrió sus ojos.
Y allí pereciera Eneas, si al punto no
lo hubiese advertido su madre Afrodita, hija de
Zeus, que lo había concebido de Anquises,
pastor de bueyes. La diosa tendió sus níveos
brazos al hijo amado y lo cubrió con una doblez de refulgente manto, para defenderlo de
los tiros, no fuera que alguno de los dánaos,
de ágiles corceles, clavándole el bronce en el
pecho le quitara la vida.
Mientras Afrodita sacaba a Eneas de
la batalla [...] Diomedes perseguía con el cruel
bronce a Cipris, conociendo que era una deidad débil, no de aquellas que imperan en el
combate de los hombres, como Atenea o
Ares. Tan pronto como llegó a alcanzarla por
Segundo GES
entre la multitud, el hijo de Tideo, calando la
afilada pica, rasguñó la tierna mano de la diosa: la punta atravesó el peplo2 divino, obra de
las mismísimas Gracias, y rompió la piel de la
palma. Brotó la sangre divina, o por mejor decir, el icor, que tal es lo que tienen los bienaventurados dioses, pues no comen pan ni
beben negro vino, y por eso carecen de sangre y son llamados inmortales. La diosa, dando una gran voz, apartó a su hijo, que Febo
Apolo recibió en sus brazos y envolvió en una
espesa nube, no fuera que alguno de los dánaos, de ágiles corceles, clavándole el bronce
en el pecho, le quitara la vida. Y Diomedes,
valiente en el combate, dijo gritando:
«¡Hija de Zeus, retírate del combate y
la pelea! ¿No te basta engañar a las débiles
mujeres? Creo que si intervienes en la batalla
te dará horror la guerra, aunque te encuentres
a gran distancia de donde la haya».
Así dijo. La diosa retrocedió turbada y
muy afligida; Iris, de pies veloces como el
viento, la cogió de la mano, la sacó del tumulto, cuando ya el dolor la abrumaba y la hermosa piel ennegrecía; y como aquella encontrara
al furibundo Ares sentado a la izquierda de la
batalla, con la lanza y los veloces caballos envueltos en una nube, se hincó de rodillas y le
pidió los corceles de áureas bridas.
«¡Querido hermano! Compadécete de
mí y dame los caballos para que pueda volver
al Olimpo, a la mansión de los Inmortales. Me
duele mucho la herida que me ha causado el
Tidida, quien sería capaz de pelear con el padre Zeus».
Dijo, y Ares le cedió los caballos de
áureas bridas. Afrodita subió al carro con el
corazón afligido; Iris se puso a su lado y, tomando las riendas, azuzó con el látigo a aquellos, que, gozosos, alzaron el vuelo. Pronto llegaron a la morada de los dioses, al alto Olimpo; y la diligente Iris detuvo los caballos, los
desunció del carro y les echó un pasto divino.
La diosa Afrodita se refugió en el regazo de su
madre Dione [...] y con ambas manos restañó
el icor; la mano se curó y los acerbos dolores
se calmaron [...] y Zeus, llamando a la áurea
Afrodita, le dijo:
«A ti, hija mía, no te han sido asignadas las acciones bélicas, dedícate a los dulces trabajos del himeneo, y el impetuoso Ares
y Atenea cuidarán de aquéllas».
2
El peplo es una especie de túnica que vestían las
mujeres griegas.
Cultura Clásica
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Así los dioses conversaban. Diomedes atacó a Eneas, no obstante comprender
que el mismo Apolo extendía las manos sobre
él, pues, impulsado por el deseo de acabar
con el héroe y despojarle de sus magníficas
armas, ya ni al gran dios respetaba. Tres veces asaltó a Eneas con intención de matarle;
tres veces agitó Apolo el refulgente escudo. Y,
cuando atacaba por cuarta vez, Apolo, el que
hiere de lejos, le increpó con aterradoras voces:
«¡Tidida, piénsalo mejor y retírate! No
quieras igualarte a los dioses, pues jamás fueron semejantes la raza de los inmortales dioses y la de los hombres que andan por la tierra».
Así dijo. El Tidida retrocedió un poco
para no atraerse la cólera de Apolo; y el dios,
sacando a Eneas del combate, lo llevó al templo que tenía en Pérgamo: dentro de éste,
Leto y Ártemís, que se complace en tirar flechas, curaron a Eneas y le aumentaron el vigor y la belleza del cuerpo. Apolo, que lleva
arco de plata, formó un simulacro de Eneas y
alrededor de éste luchaban aqueos y troyanos. Y Febo Apolo dijo entonces al furibundo
Ares:
«¡Ares, funesto a los mortales, manchado de homicidios, demoledor de murallas!
¿Quieres entrar en la lucha y sacar a ese
hombre, al Tidida, que sería capaz de combatir con el padre Zeus? Primero hirió a Cipris en
el puño y luego combatió conmigo».
Cuando esto hubo dicho, se sentó en
la excelsa Pérgamo. El funesto Ares, tomando
la figura de Acamante, caudillo de los tracios,
enardeció y exhortó para la lucha a los troyanos [...].
Cuando Hera, la diosa de níveos brazos, vio que morían muchos aqueos en el
duro combate, dijo a Atenea estas aladas palabras:
«¡Hija de Zeus! Vana será la promesa
que hicimos a Menelao de que no se iría sin
destruir la bien amurallada Ilión, si dejamos
que el pernicioso Ares ejerza sus furores. ¡Ea,
pensemos en prestar a Diomedes un poderoso auxilio! [...]».
Atenea, hija de Zeus, dejó caer al suelo, en el palacio de su padre, el hermoso peplo bordado que ella misma había tejido y bordado con sus manos; vistió la túnica de Zeus,
que amontona las nubes, y se armó para la
luctuosa guerra. Suspendió de sus hombros la
espantosa égida3 [...]. Cubrió su cabeza con
un áureo casco de doble cimera y cuatro abo3
La égida es una especie de piel que sirve de coraza y en donde está la cabeza de la Gorgona.
Segundo GES
lladuras, apto para resistir la infantería de cien
ciudades. Y subiendo al carro, asió la lanza
poderosa, larga, fornida, con que la hija del
prepotente padre destruye filas enteras de héroes cuando contra ellos monta en cólera.
Hera picó con el látigo los corceles, y de propio impulso abriéronse, rechinando, las puertas del cielo de que cuidan las Horas para remover o colocar delante la densa nube [...].
Los corceles volaron gozosos entre la tierra y
el estrellado cielo [...]. Tan pronto como ambas divinidades llegaron a Troya, Hera paró el
carro en el lugar donde los dos ríos Simois y
Escamandro juntan sus aguas; desunció los
caballos, los cubrió de espesa niebla, y el Simois hizo nacer la ambrosía para que pacieran. [...]
Atenea, la diosa de ojos de lechuza,
fue en busca del Tidida y halló a este héroe
junto a su carro y sus caballos, refrescando la
herida que una flecha le había causado. El sudor le molestaba debajo de la ancha abrazadera del redondo escudo; y alzando éste con
su cansada mano la correa se enjugaba la oscura sangre. La diosa apoyó la diestra en el
yugo de los caballos y Diomedes le dijo:
«Te conozco, oh diosa, hija de Zeus,
que lleva la égida. No creas que me domina el
terror ni flojedad alguna, sino que recuerdo todavía las órdenes que me diste. No me dejabas combatir con los bienaventurados dioses
[...] y ahora retrocedo y he mandado que los
argivos se replieguen aquí, porque comprendo
que Ares impera en la batalla».
Contestó Atenea, la diosa de los brillantes ojos:
«Diomedes Tidida, queridísimo a mi
corazón, no temas a Ares ni a ninguno de los
inmortales; tanto te voy a ayudar ¡Ea! Endereza los caballos contra Ares el primero, hiérele
de cerca y no respetes a este furibundo dios,
a ese loco voluble y nacido para dañar, que a
Hera y a mí nos prometió combatir contra los
troyanos a favor de los aqueos, y ahora está
con aquéllos y se ha olvidado de sus palabras».
Montó la diosa, colocándose al lado
del ilustre Diomedes, y el eje de encina recrujió a causa del peso, porque llevaba a una diosa terrible y a un varón fortísimo. Palas Atenea, habiendo cogido el látigo y las riendas,
guió los caballos hacía Ares y se puso el casco de Hades para que el furibundo dios no la
conociera. [...]
Al hallarse a corta distancia, Ares, que
deseaba quitar la vida a Diomedes, le dirigió
la broncínea lanza, pero Atenea, la diosa de
ojos de lechuza, cogiéndola y alejándola del
carro, hizo que aquél diera el golpe en vano. A
Cultura Clásica
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su vez Diomedes, valiente en el combate, atacó con la broncínea lanza a Ares y Palas Atenea, apuntando al costado del dios, donde el
cinturón le ceñía, lo hirió, desgarró la hermosa
piel y retiró el arma. Ares gritó como gritarían
nueve o diez mil hombres que en la guerra llegaran a las manos; y temblaron, amedrentados, aqueos y troyanos.
Ares, cubierto de niebla, se dirigió al
anchuroso cielo. El dios llegó en seguida al
alto Olimpo, mansión de las divinidades; se
sentó con el corazón afligido al lado de Zeus
Cronida, mostró la sangre inmortal que manaba de la herida y, suspirando, dijo estas aladas palabras:
«¡Padre Zeus! [...] todos estamos airados contigo porque engendraste una hija loca,
funesta, que sólo se ocupa de acciones inicuas. Cuantos dioses hay en el Olimpo, todos
te obedecen y acatan, pero a ella no la sujetas
con palabras ni con obras, sino que la instigas, por ser tú el padre de esa hija perniciosa
que ha movido al insolente Diomedes, hijo de
Tideo, a combatir con los inmortales dioses.
Primero hirió a Cipris en el puño, y después
arremetió contra mí. Si no llegan a salvarme
mis ligeros pies, hubiera tenido que sufrir padecimientos durante largo tiempo entre espantosos montones de cadáveres, o quedar inválido a causa de las heridas que me hiciera el
bronce».
Mirándole con torva faz, respondió
Zeus, que amontona las nubes:
«¡Inconstante! No te lamentes, sentado junto a mí, pues me eres más odioso que
ningún otro de los dioses del Olimpo. Siempre
te han gustado las riñas, luchas y peleas, y
tienes el espíritu soberbio, que nunca cede,
de tu madre Hera, a quien apenas puedo dominar con mis palabras. Creo que cuanto te
ha ocurrido lo debes a sus consejos. Pero no
permitiré que los dolores te atormenten, porque eres de mi linaje, y para mí te parió tu madre. Si, siendo tan perverso, hubieses nacido
de cualquier otro dios, tiempo ha que estarías
en un abismo más profundo que el de los hijos
de Urano».
Dijo y mandó a Peán que lo curara.
Éste le sanó aplicándole drogas calmantes [...]
y Hebe lo lavó y le puso hermosas vestiduras.
Y el dios se sentó al lado de Zeus cuando hubieron conseguido que Ares, funesto a los
mortales, de matar hombres se abstuviera.
(Traducción de L. Segalá)
Segundo GES
A c t i v i d a d e s
1. Después de leer el texto, responde
a las siguientes cuestiones:
a. Indica los principales combatientes por ambos bandos.
b. ¿Cómo llama Homero a los
griegos y a los troyanos?
c ¿Qué dioses ayudan a los
griegos y cuáles a los troyanos?
d. Es un rasgo típico de la
poesía homérica describir
con un epíteto o frase hecha
las cualidades de las personas y objetos. Así, las naves
son veleras o cóncavas, los
dánaos son de hermosas
grebas, las lanzas son broncíneas, etc. Indica a quién
corresponden los siguientes
epítetos:
• de ágiles corceles
• de áureas bridas
• que lleva arco de plata
• la diosa de níveos brazos
• valiente en el combate
• que se complace en lanzar flechas
• manchado de homicidios,
funesto a los mortales
• la diosa de ojos de lechuza
e. ¿Dónde viven los dioses?
¿De qué modo bajan a la tierra?
f. Iris es la mensajera de los
dioses. A veces los mortales
podemos saber cuándo baja
a la tierra. ¿Cómo se llama la
estela que deja?
g. ¿Cuál es la razón, según Homero, para que los dioses
sean inmortales? ¿Cómo se
llama la comida y bebida de
los dioses?
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h. ¿Qué es, según Homero, el
icor?
i. ¿Cómo está caracterizada
Afrodita en este pasaje?
¿Son compatibles el amor y
la guerra? En los años setenta, durante la guerra de Vietnam, se hizo famosa una
frase sobre esto, ¿la conoces?
j. Ares y Atenea son los dioses
de la guerra, pero representan aspectos distintos de
ésta. ¿Cuáles? ¿Qué diferencia ves en la actuación de
cada uno de ellos?
2. Resume brevemente el texto.
3. Busca el origen y el significado de
las siguientes palabras:
irisado, marcial, iris, ambrosía, néctar
4. Hay un día de la semana y un mes
dedicados al dios Ares (Marte).
¿Cuáles son?
2. La Guerra y la Paz
en Grecia y Roma
Información
Grecia
La paz siempre fue muy valorada entre los griegos, para quienes era
sinónimo de «abundancia, vida agradable, alegría y goce de los placeres
sencillos de la existencia», frente a la
guerra, que era «esfuerzo, dolor y
aflicción». Sin embargo, para los griegos de la época clásica, la guerra era
el estado natural de las cosas, y la rivalidad entre las diversas poleis (ciudades) fue una constante de su historia.
Los griegos iban a la guerra
para defender su ciudad del enemigo
o para atacar a otra ciudad. En los primeros tiempos el objetivo de la guerra
ofensiva era el botín: prisioneros por
Segundo GES
los que pedir un rescate, ganado capturado, productos de las cosechas, joyas, objetos preciosos y armaduras,
aparte de las conquistas territoriales
(como la de Mesenia por Esparta) y la
consecución de tributos más o menos
regulares.
Una vez consolidadas las poleis, la guerra ya no tenía como objetivo la conquista, y en el conflicto entre
las ciudades no se buscaba tanto aniquilar al adversario o destruir su ejército, como hacerle reconocer la propia
superioridad. Esta búsqueda de la hegemonía era el mismo espíritu que
presidía los grandes juegos panhelénicos (olímpicos, píticos, etc.), auténticos sucedáneos de la guerra, que,
precisamente, se suspendía cuando
éstos se celebraban.
Una concepción así de la guerra hacía que ésta estuviera ritualizada. Las campañas se iniciaban normalmente en primavera y acababan
antes del invierno. Las batallas decisivas se libraban en llanuras escogidas
donde las falanges de hoplitas («formación de infantes armados») podían
desplegarse y maniobrar; siempre iban
precedidas de sacrificios a los dioses.
Se avanzaba ordenadamente al encuentro del enemigo y, cuando se producía el choque de los contendientes,
lo importante era romper la formación
del adversario y provocar su huida, lo
que se conseguía con el impulso, la
disciplina y la fuerza que daban la medida de la potencia y la cohesión de
las respectivas ciudades. Por eso no
se perseguía al enemigo, sino que
bastaba con deshacer sus filas y hacerse dueño del terreno. La victoria se
escenificaba levantando un trofeo (un
simple armazón de madera decorado
con las armas arrebatadas al enemigo), entonando un peán («himno de
victoria») en honor de Apolo o Dioniso
y concediendo permiso a los derrotados para recoger los cadáveres de sus
muertos.
Cultura Clásica
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Esta concepción de la guerra se
vino abajo en la época helenística
cuando el ejército dejó de estar formado por ciudadanos y se profesionalizó
con mercenarios, reclutados para labrar y conservar imperios al servicio
de un rey.
Roma
En Roma, la guerra fue el medio para conseguir su grandeza; primero, conquistando Italia y, posteriormente, el resto del mundo conocido.
En un principio, el ejército romano estuvo formado por ciudadanos que, tras
las campañas militares, volvían a sus
ocupaciones y al cultivo de sus tierras.
La política de conquistas que siguieron los gobernantes conformó el
carácter de los romanos, puesto que
en todas las épocas, pero especialmente en la republicana, inculcaron a
sus ciudadanos la arrogancia y la
grandeza que suponía ser romano mediante la literatura, la oratoria y la organización administrativa (los territorios conquistados se convertían en
provincias romanas y sus habitantes
obtenían la ciudadanía romana). Son
bien conocidos los discursos-arengas
que los generales pronunciaban ante
sus soldados con el fin de infundirles
valor para luchar por el engrandecimiento de la patria, así como las obras
historiográficas que exageraban las
victorias romanas y contaban leyendas
que enaltecían el valor guerrero.
En la época de Augusto, etapa
de consolidación del Imperio, ya existía un ejército permanente que recibía
una soldada y tenía como profesión la
defensa de las fronteras.
La organización administrativa
del Imperio hizo que el ejército romano
no sólo fuera el artífice de la conquista
de amplios territorios, sino también un
poderoso instrumento de expansión y
consolidación de la lengua y la cultura
romanas, es decir, el fenómeno que se
Segundo GES
conoce como la romanización de los
territorios. Entre los restos romanos
más importantes que nos han quedado, destacan las calzadas, una vasta
red de vías de tránsito que el ejército
romano fue construyendo conforme
conquistaba un territorio para asegurar
las comunicaciones y facilitar su defensa. Gracias a esta red de comunicaciones, los romanos lograron resistir
el ataque de Aníbal en sus peores momentos. En la actualidad, estas calzadas siguen en uso en muchos lugares
de Europa y, en otros, las actuales carreteras o autopistas siguen su mismo
curso.
A c t i v i d a d e s
1. Tras leer la información anterior,
responde a las siguientes cuestiones:
a. ¿Cuáles fueron los objetivos
de la guerra en los primeros
tiempos?
b. ¿Y después del establecimiento de la polis?
c. Resume cuándo y cómo se
desarrollaba una campaña
militar.
d. ¿Qué papel cumple el ejército en el engrandecimiento de
Roma y el establecimiento
del Imperio?
2. En el año 415 a. de C., los atenienses rompieron unilateralmente la
paz que habían firmado con los
espartanos y equiparon una escuadra contra Sicilia, cuyas ciudades eran aliadas de los espartanos. El historiador Tucídides (VI,
24, 3) nos habla de las motivaciones que tuvieron para ello:
De todos se apoderó el deseo de embarcarse:
en los más viejos porque creían que o conquistarían el país contra el que marchaban o,
al menos, un ejército tan numeroso no podía
ser derrotado; en los jóvenes por el deseo de
ir lejos y conocer otra tierra y porque espera-
Cultura Clásica
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ban regresar sanos y salvos; y en la gran
masa de soldados porque pensaban volver
con dinero a casa y hacer a Atenas más poderosa, lo que les garantizaría una soldada indefinida.
a. ¿Cuáles son las motivaciones de los atenienses para
declarar la guerra a Sicilia?
b. ¿Cuáles son las motivaciones para las guerras actuales?
3. El siguiente texto del historiador Veleyo (Historia romana, 89 ss.) narra las consecuencias positivas de
la llamada «paz de Augusto o paz
romana».
a. Acabaron después de veinte años, las guerras civiles, terminaron las exteriores, fue
restablecida la paz [...]; las leyes recobraron su fuerza, los tribunales su autoridad,
el senado la majestad, los poderes de los
magistrados encontraron los límites originales. Volvió el cultivo a los campos, a la
religión el respeto, la tranquilidad a los
hombres y a todo el mundo la segura posesión de sus bienes.
El mismo emperador Augusto
alude con bastante frecuencia en sus
memorias a su labor pacificadora:
Ponto, se dirige a Arsaces, rey de
los Partos, para pedirle ayuda
contra los romanos:
(Los romanos) no poseyeron nada desde
sus comienzos que no fuera robado: casa,
mujeres, campos, imperio [...], nacidos
como peste para el mundo [...] consideran
que todo poder que no les está sometido
es su enemigo. [...] Se han hecho poderosos con su atrevimiento, engañando y enlazando una guerra con otra; siguiendo su
costumbre todo lo destrozan o aniquilan.
b. Tácito (Agricola, 29) expresa la opinión de Calgaco, jefe de los caledonios, vencidos por Roma:
Saqueadores del mundo, cuando les faltaron tierras a los que todo devastan, escrutaron el mar. Si el enemigo es rico, codiciosos, si es pobre, despóticos; a quienes no
saciará ni el Oriente ni el Occidente. Con
falsos nombres llaman imperio al despojar,
degollar, arrebatar, y a la soledad, desolación y muerte que crean, las llaman paz.
a. ¿Qué hay de cierto en estas
opiniones?
b. ¿Podrías resumir los aspectos positivos y negativos del
Imperio romano?
5. Lee a continuación los siguientes
versos, canto a la paz de Tibulo:
b. «He pacificado el mar librándolo de piratas»; «he restablecido la paz en las provincias de la Galia e Hispania»; «he pacificado los Alpes».
a. ¿Qué trastornos sociales y
morales provocan, en tu opinión, las guerras y cuáles
son los principales beneficios
de la paz?
4. Lee ahora los siguientes textos, en
los que se cuenta la opinión de algunos vencidos sobre la guerra de
los romanos y la «paz» que ofrecen.
a. Salustio, en su Epístola a Mitrídates
(16 ss.), cuenta cómo éste, rey del
Segundo GES
¿Quién fue el primero en empuñar las terribles
espadas? ¡Qué cruel e insensible fue aquél!
Entonces nacieron las masacres para el género humano, entonces las guerras, y se abrió el
camino más corto para la muerte terrible [...].
Todo es culpa del preciado oro, y no
había guerras cuando el vaso de madera de
haya se ponía ante los alimentos; no había
ciudadelas ni empalizadas, y el pastor se
abandonaba tranquilo al sueño entre sus ovejas de varios colores.
Entonces yo tendría vida, Valgo, y no
conocería las tristes armas, ni oiría la trompeta con el corazón estremecido. Ahora me
arrastran a la guerra y cualquier enemigo lleva
ya las armas tal vez destinadas a mi costado
[...].
Tibulo, Elegía, I, 1-10
Cultura Clásica
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a. ¿Cómo calificarías los sentimientos que expresa Tibulo
en este texto?
Segundo GES
Cultura Clásica
b. ¿Qué opina de las guerras?
¿Qué es lo que teme?
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Segundo GES
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6
La Figura de Aquiles
Las Tácticas Militares
en Grecia y Roma
Segundo GES
Cultura Clásica
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Segundo GES
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Tema 6
1. La Figura de Aquiles
Aproximación Inicial
•
•
•
¿Qué sabes de Aquiles?
¿Cuáles son las cualidades de
un héroe?
¿En qué se diferencia un dios de
un héroe?
Información
Lee en voz alta el inicio del canto XXI de la Ilíada de Homero (subraya, como siempre, las palabras que
desconoces para anotarlas en tu cuaderno con su significado).
El Escamandro persigue a Aquiles
A
sí que los troyanos llegaron al vado del
voraginoso Escamandro (llamado Janto por los dioses), río de hermosas corrientes a quien el inmortal Zeus engendró, [...]
cayeron en él con gran estrépito: resonaba la
corriente, retumbaban ambas orillas y los teucros nadaban acá y acullá gritando, mientras
eran arrastrados en torno a los remolinos. Y la
corriente sonora del Janto se llenó por la persecución de Aquiles de hombres y caballos
que en el mismo caían confundidos.
Aquiles dejó la lanza arrimada a un tamariz de la orilla; saltó al río con sólo la espada y, meditando su corazón acciones crueles,
comenzó a herir a diestro y siniestro; al punto
se levantó un horrible clamor de los que recibían los golpes y el agua bermejeó con la sangre. Cuando Aquiles tuvo las manos cansadas
de matar, cogió, dentro del río, a doce mancebos para inmolarlos más tarde en expiación
de la muerte de Patroclo [...] Y el héroe acometió de nuevo a los teucros, para hacer en
ellos gran destrozo [...].
Ya más hombres diera muerte el veloz
Aquiles si el río de profundos remolinos, irritado y transfigurado en hombre, no le hubiese
dicho desde uno de los profundos vórtices:
«¡Aquiles! Superas a los demás hombres tanto en el valor como en la comisión de
Segundo GES
acciones nefandas, porque los propios dioses
te prestan constantemente su auxilio. Si el
Cronida te ha concedido que destruyas a todos los troyanos, apártalos de mí y ejecuta en
la llanura tus proezas. Mi hermosa corriente
está llena de cadáveres que obstruyen el cauce y no me dejan verter el agua en el mar divino, y tú sigues matando de un modo atroz,
pero iea!, cesa; pues me tienes asombrado».
Aquiles, el de los pies ligeros, le respondió:
«Se hará, ¡oh Escamandro, hijo de
Zeus!, como tú lo ordenas; pero no me abstendré de matar a los altivos troyanos, hasta
que los encierre en la ciudad y peleando con
Héctor, él me mate a mí o yo acabe con él».
Esto dicho, arremetió contra los troyanos, cual si fuese un dios, y saltó desde la escarpada orilla al centro del río. Pero éste le
atacó enfurecido; hinchó sus aguas, revolvió
la corriente y arrastrando muchos cadáveres
de hombres muertos por Aquiles, que había
en el cauce, los arrojó a la orilla, mugiendo
como un toro; y en tanto, salvaba a los vivos
dentro de la hermosa corriente, ocultándolos
en los anchos y profundos remolinos. Las revueltas olas rodeaban a Aquiles, la corriente
caía sobre su escudo y le empujaba, y el héroe ya no se podía tener en pie. Se asió entonces con ambas manos a un olmo corpulento y frondoso; pero éste, arrancado de raíz,
rompió el borde escarpado, oprimió la hermosa corriente con sus muchas ramas, cayó entero en el río y se convirtió en un puente.
Aquiles dio un salto, salió del abismo y voló
con pie ligero por la llanura. Mas no por eso el
gran dios desistió de perseguirle, sino que lanzó tras él olas de sombría cima con el propósito de hacer cesar al divino Aquiles de combatir y de librar de la muerte a los troyanos.
El Pelida corría y el bronce resonaba
horriblemente sobre su pecho. Procuraba huir,
desviándose a un lado; pero la corriente le
perseguía con gran ruido [...] y las grandes
olas del río, que las celestiales lluvias alimentan, le azotaban los hombros. [...]
Aquiles enderezó sus pasos a la llanura inundada por el agua del río, en el cual flotaban cadáveres y hermosas armas de jóvenes muertos en la pelea. El héroe caminaba
derechamente, saltando por el agua, pues
Atenea le daba mucho brío. El Escamandro
no cedía en su furor, sino que, irritado aún
más contra el Pelida, hinchaba y levantaba
alto sus olas y, a gritos, llamaba al río Simois:
Cultura Clásica
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«¡Hermano querido! Juntémonos para
contener la fuerza de ese hombre, que pronto
tomará la gran ciudad del rey Príamo, pues
los teucros no le resistirán en la batalla. Ven al
momento en mi auxilio: aumenta tu caudal con
el agua de las fuentes, concita a todos los
arroyos, levanta grandes olas y arrastra con
estrépito troncos y piedras, para que anonademos a ese feroz guerrero que ahora triunfa
y piensa en hazañas propias de los dioses.
Creo que no le valdrán ni su fuerza, ni su hermosura, ni sus magníficas armas, que han de
quedar en el fondo de este lago cubiertas de
cieno. A él le envolveré en abundante arena, y
ni siquiera sus huesos podrán ser recogidos
por los aqueos: tanto limo amontonaré encima. Y tendrá su túmulo aquí mismo, y no necesitará que los aqueos se lo erijan cuando le
hagan exequias».
Dijo, y, revuelto, arremetió contra
Aquiles, alzándose furioso y mugiendo con la
espuma, la sangre y los cadáveres. Las purpúreas ondas del río se mantenían levantadas
y arrastraban al Pelida. Pero Hera, temiendo
que el gran río derribara a Aquiles, gritó a Hefesto, que era su hijo bien amado:
«¡Levántate, hijo querido! Pues creemos que el Janto voraginoso es tu igual en el
combate. Socorre pronto a Aquiles, haciendo
aparecer inmensa llama. Voy a suscitar con el
Céfiro y el veloz Noto una gran borrasca para
que, viniendo del mar, extienda el destructor
incendio y se quemen las cabezas y las armas
de los teucros. Tú abrasa los árboles de las
orillas del Janto, métele en el fuego y no te
dejes persuadir ni con palabras dulces ni con
amenazas. No cese tu furia hasta que yo te lo
diga gritando; entonces apaga el fuego infatigable».
Así dijo; y Hefesto, arrojando una
abrasadora llama, incendió primero la llanura
y quemó muchos cadáveres de guerreros a
quienes había matado Aquiles; se secó el
campo, y el agua cristalina dejó de correr.
Luego Hefesto dirigió al río la resplandeciente
llama y ardieron los olmos, los sauces, los tamariscos, el loto, el junco y la juncia que en
abundancia habían crecido junto a la hermosa
corriente. Anguilas y peces padecían y saltaban acá y allá, en los remolinos o en la corriente, oprimidos por el soplo del ingenioso
Hefesto. Y el río, quemándose también, así
hablaba:
«¡Hefesto! Ninguno de los dioses te
iguala y no quiero luchar contigo ni con tu llama ardiente. Cesa de perseguirme y en seguida el divino Aquiles arroje de la ciudad a los
troyanos. ¿Qué interés tengo en la contienda
ni en auxiliar a nadie?».
Segundo GES
Luego dirigió a Hera estas aladas palabras:
«Yo cesaré de ayudar a los teucros, si
así lo mandas, pero que tu hijo cese también
de maltratar mi corriente [...]».
Cuando Hera, la diosa de níveos brazos, oyó estas palabras, dijo en seguida a Hefesto, su hijo amado:
«¡Hefesto, hijo ilustre!, cesa ya, pues
no conviene que a causa de los mortales, a un
dios inmortal atormentemos».
Así dijo. Hefesto apagó la abrasadora
llama y las olas retrocedieron a la hermosa
corriente.
(Traducción de L. Segalá)
A c t i v i d a d e s
1. Después de leer el texto, responde
a las siguientes cuestiones:
a. ¿Recuerdas cuál fue la relación de Aquiles con Ifigenia?
b. ¿Quiénes son los teucros?
c. ¿Cómo representan los griegos y los romanos a los ríos?
d. ¿Quién es Patroclo? ¿Y Héctor?
e. ¿Por qué se irrita tanto el río
Escamandro?
f. ¿Quiénes son el Céfiro y el
Noto?
2. Lee y responde a las cuestiones de
los siguientes textos:
a. Aquiles arrojó la formidable lanza. Héctor,
al verla venir, se inclinó para evitar el golpe; la broncínea lanza se clavó en el suelo,
y Palas Atenea la arrancó y devolvió a
Aquiles, sin que Héctor lo advirtiese [...].
Héctor, blandiendo la ingente lanza, la despidió sin errar el tiro, pues se clavó en el
escudo del Pelida, pero fue rechazada por
la rodela [...]. Desenvainó la aguda espada
grande y fuerte que llevaba en el costado
[...]. Aquiles le embistió, a su vez, con el
corazón rebosante de feroz cólera; defendía su pecho con el magnífico escudo labrado y movía el reluciente casco de cuatro abolladuras, haciendo ondear las bellas
y abundantes crines de oro que Hefesto
había colocado en la cimera, y en su diestra brillaba una pica de larga punta, mientras miraba qué parte del hermoso cuerpo
Cultura Clásica
Página 46
de Héctor ofrecería menos resistencia.
Éste lo tenía protegido por la excelente armadura de bronce que quitó a Patroclo,
después de matarle, y sólo quedaba descubierto el lugar en que las clavículas separan el cuello de los hombros, la garganta, que es el sitio por donde más pronto
sale el alma: por ahí el divino Aquiles le
clavó la pica a Héctor, que ya le atacaba, y
la punta, atravesando el delicado cuello,
asomó por la nuca. Héctor cayó en el polvo
[...] y con desfalleciente voz dijo:
«Te lo ruego por tu alma, por tus rodillas y por tus padres. ¡No permitas que los
perros me despedacen y devoren junto a
las naves aqueas! Acepta el bronce y el
oro que en abundancia te darán mi padre y
mi venerable madre, y entrega a los míos
el cadáver para que lo lleven a mi casa y
los troyanos y sus esposas lo entreguen al
fuego».
Mirándole con torva faz, le contestó
Aquiles, el de los pies ligeros:
«No me supliques, ¡perro!, por mis rodillas y por mis padres. Ojalá el furor y el
coraje me incitaran a cortar tus carnes y a
comérmelas crudas. ¡Tales agravios me
has inferido! Nadie podrá apartar de tu cabeza a los perros, aunque me traigan diez
o veinte veces el debido rescate y me prometan más, aunque Príamo Dardánida ordene rescatarte a peso de oro».
Homero, Ilíada, XXII, 273 ss.
a. ¿Cuál es la ventaja de Aquiles en este combate? ¿Quién
le ayuda?
b. ¿Por qué crees que Hefesto
había hecho las armas de
Aquiles? ¿Qué había pasado
con su primera armadura?
c. ¿Cómo muere Héctor?
d. ¿Cuál es la súplica de Héctor
a Aquiles?
e. ¿Por qué crees que para un
griego tenía tanta importancia que su cadáver recibiera
los rituales funerarios? ¿En
qué consistían éstos?
f. ¿Por qué Aquiles desoye la
súplica de Héctor?
Segundo GES
b. «¡Pelida, aléjate de los troyanos! No te es
lícito todavía enviar a los enemigos a la funesta muerte, no vaya a ser que alguno de
los inmortales del Olimpo también te ataque». Así habló, pero Aquiles no temió la
inmortal voz del dios, más bien, por el contrario, le gritó en su cara: «¡Febo! ¿Por qué
me incitas a luchar con los dioses sin quererlo yo? [...] Vuelve a la mansión de los
demás dioses, no vaya a ser que te hiera a
pesar de ser inmortal». Después de hablar
así, se alejó del dios y atacó a los troyanos. Febo, encolerizado en su corazón, [...]
disparó una funesta flecha que directa se
clavó en el talón de Aquiles. Inmediatamente el dolor penetró en su corazón y
cayó al suelo como una torre.
Quinto de Esmirna, Posthomérica, III, 40 ss.
a. ¿Por qué se irrita Apolo con
Aquiles? ¿Por qué no reaccionó de igual manera Ares,
cuando fue herido por Diomedes?
b. ¿Por qué Apolo elige el talón
para herir a Aquiles?
c. Vino el alma de Aquiles y lamentándose
me dijo estas aladas palabras: «Laertíada,
del linaje de Zeus, Odiseo, fecundo en ardides! ¡Desdichado! ¿Cómo te atreves a
bajar a la mansión de Hades, donde residen los muertos que están privados de
sentido y son imágenes de los hombres
que ya fallecieron?». Así se expresó y yo
le respondí:
«¡Oh Aquiles, [...] eres el más dichoso
de todos los hombres que nacieron y han
de nacer, puesto que antes, cuando vivías,
los argivos te honrábamos como a un dios
y ahora, imperas poderosamente sobre los
difuntos. Por lo cual, ¡oh Aquiles, no has
de entristecerte porque estés muerto!». Así
le dije y contestó en seguida: «No intentes
consolarme de la muerte, esclarecido Odiseo: preferiría ser labrador y servir a otro, a
un hombre indigente que tuviera poco caudal para mantenerse, a reinar sobre todos
los muertos».
Homero, Odisea, XI, 467 ss.
Cultura Clásica
a. ¿Dónde iban los humanos al
morir, según los griegos?
Página 47
¿Qué vida llevan en el más
allá?
b. A Aquiles los dioses le dieron
a elegir una vida corta, pero
gloriosa, o una vida larga y
sin fama; ¿qué opina Aquiles
de su elección, una vez
muerto? ¿Qué opinas tú?
2. Las Tácticas
Militares en Grecia y
Roma
Información
En los poemas homéricos, la
guerra está en manos de una elite de
nobles, a los que Homero llama héroes. Son ellos los que alardean en
primera fila de su riqueza, de su poder
y de su valor, mientras que el pueblo
se limita a ir tras ellos, en formación
compacta, para apoyar y aplaudir las
hazañas de sus campeones. Ello se
debe, entre otras razones, a que los
nobles son los únicos poseedores de
las armas (unas armas forjadas, a veces, por los mismos dioses, que los
asisten en el combate), de escudos gigantescos y carros de guerra (si bien
sólo usan éstos como simples medios
de transporte para ir o retirarse del
campo de batalla).
Con la consolidación de la polis, las hazañas individuales dejaban
paso a la disciplina colectiva y apareció un nuevo tipo de combatiente: el
hoplita. Su equipo consistía en un
casco, una coraza, las grebas y un escudo circular hecho de bronce o piel
que ya no se colgaba del cuello, sino
que se llevaba en el antebrazo izquierdo. De esta nueva utilización del escudo se derivaban dos consecuencias,
por un lado, el hoplita sólo disponía
del brazo derecho para manejar sus
armas defensivas: una lanza y una espada corta para la lucha cuerpo a
cuerpo; por otro, la protección de su
Segundo GES
flanco derecho dependía de su compañero de fila en el interior de una formación compacta, la falange hoplita.
Junto con la infantería, con la que durante muchos años Esparta fue invencible, la marina jugó también un importante papel en Grecia. El barco de
guerra por excelencia fue el trirreme,
un navío extremadamente ligero y rápido, equipado con tres filas de remeros, una vela y un espolón de metal
para atacar a las naves enemigas. La
poderosa marina ateniense fue la base
de la hegemonía de Atenas durante el
siglo V a. de C. hasta que fue derrotada por Esparta.
En Roma la unidad base del
ejército fue la legión, integrada por tres
tipos de infantes: los hastati y los
príncipes, soldados en la flor de la
edad que ocupaban, respectivamente,
la primera y la segunda líneas de combate, y los triarii, que eran soldados
veteranos que iban en la retaguardia,
a la cual rara vez llegaba la lucha. Así,
para indicar una situación desesperada, los romanos solían decir: «la lucha
llegó hasta los triarii». Cada legión llevaba como marca de identificación un
estandarte con un águila de oro o de
plata. Durante la república, el ejército
era dirigido por uno de los dos cónsules, magistrados elegidos cada año.
En el Imperio, el mando del ejército
estaba en manos del emperador.
Los romanos no eran grandes
estrategas, y su superioridad se debía
a su disciplina y entrenamiento. Su objetivo en la batalla era romper la línea
enemiga por el centro, una táctica que
ante un genio militar como Aníbal no
tenía ninguna efectividad; así, en la
batalla dé Cannas, Aníbal dejó avanzar a los romanos hasta el centro de la
línea, mientras concentraba sus fuerzas en las alas de su ejército, con las
cuales consiguió rodear a los romanos. Posteriormente, generales brillantes como César o Escipión aprendie-
Cultura Clásica
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ron la lección y emplearon otras tácticas.
Los romanos fueron excelentes
ingenieros y sobresalieron, sobre todo,
en construcciones dé asedio, en las
que pusieron en juego una combinación de habilidad, disciplina, energía y
una gran tenacidad. Para conquistar
una ciudad utilizaban dos tácticas: o
bien construían rampas y torres para
salvar las murallas o, por el contrario,
la rodeaban con construcciones defensivas para aislarla e impedir su abastecimiento de víveres hasta que se
rendía.
Para celebrar la victoria existía
una ceremonia, el triunfo, que consistía en una procesión a lo largo de las
calles de Roma. A la cabeza iban los
magistrados y senadores; tras ellos,
era transportado el botín tomado al
enemigo y los bueyes blancos destinados al sacrificio. Detrás venían los prisioneros, seguidos del general vencedor sobre un carro dorado tirado por
cuatro caballos; éste vestía de forma
regia, llevaba el rostro pintado de rojo
y en la mano sostenía un cetro y una
rama de olivo; a su espalda, un esclavo le murmuraba al oído: «recuerda
que sólo eres un hombre». Detrás del
general, los soldados, con coronas de
laurel, gritaban: ¡lo triomphe! («he aquí
el triunfo») y canciones más o menos
obscenas. Al llegar al Capitolio, los jefes prisioneros eran ejecutados y, a
continuación, se sacrificaban los bueyes en honor de Júpiter. Durante el
Imperio, esta ceremonia se reservó
sólo para el emperador y su familia.
A c t i v i d a d e s
1. Tras leer la información, responde a
estas cuestiones:
a. ¿Qué es la falange hoplita?
b. ¿Qué es una legión?
Segundo GES
c. ¿De qué tácticas se servían
los romanos para conquistar
una ciudad?
d. ¿Qué es el triunfo?
A c t i v i d a d e s
d e R e f u e r z o
1. Busca información, realiza un trabajo y prepara un resumen para exponerlo en clase sobre uno de estos dos temas:
a. Las conquistas de Alejandro
Magno, el guerrero más brillante de la Grecia antigua.
b. La conquista de las Galias
por Julio César.
Batallas míticas
La conquista del imperio persa se articuló sobre tres importantes batallas a campo
abierto en las que Alejandro no sólo mostró
todas sus cualidades y salió vencedor, sino
que también certificó el final de una concepción de la guerra en la que la superioridad numérica había sido un hecho decisivo.
Río Gránico. En junio del 334 a. C., Alejandro, con un ejército de trece mil infantes y cinco mil jinetes, se enfrentó a la caballería pesada persa, al mando de Memnón de Rodas con
cerca de veinte mil buenos jinetes que contaban con la ayuda de veinte mil hoplitas griegos. Pese a la oposición del general Parmenión, que le aconsejó que retrasara el ataque,
Alejandro obtuvo una victoria sin paliativos.
Tras la victoria se le abrieron las puertas de Lidia y Frigia. En la ciudad de Gordio,
cerca de la actual Ankara, desafió la leyenda
que decía que quien desatara el nudo que
mantenía unido un yugo al carro sería el dueño de Asia. Alejandro, tras un intento fallido de
desatar aquel conglomerado de hilachas de
cornejo, decidió cortarlo, o simplemente retirar
la clavija a la que estaba atado. Pero la versión que dice que cortó el nudo de un tajo fue
más famosa y atravesó la historia hasta convertirse en la divisa del rey Fernando el Católico, pues su «tanto monta» significa «da igual»
cortar que desatar.
La leyenda, sin embargo, nos distrae
de las verdaderas intenciones de Alejandro en
ese primer año de conquista y ocupación de
Asia Menor. Mientras sus generales le pedían
enfrentarse en mar abierto a la flota persa,
Cultura Clásica
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Alejandro optó por debilitar la capacidad de
maniobra de sus enemigos conquistando todos los puertos que utilizaban para su avituallamiento.
Isos. En el actual golfo de Izkenderun se produjo en noviembre del 333 a. C. el segundo
enfrentamiento en campo abierto contra los
persas. El combate fue recreado en el célebre
mosaico de Pompeya que reproduce un cuadro monumental de Filomeno de Eretria, y
también, a comienzos del siglo XVI, por el pintor alemán Albrecht Altdorfer por encargo del
duque Guillermo IV de Baviera. Una consideración exacta de este último cuadro nos posibilita la reconstrucción del transcurso total de
la batalla. La fuente utilizada es el historiador
Quinto Curcio Rufo, de quien proceden los números de los participantes, de los caídos y de
los prisioneros. Las cifras se encuentran consignadas en las banderas del ejército. Se trata
de un anacronismo entre muchos que sin embargo no impide hacernos una idea de lo que
significó para la memoria militar europea la
victoria de Alejandro en ese día.
El orden táctico fue excelente. El
ejército constaba de 5.300 jinetes y 26.000 infantes. Parmenión estaba al mando del ala izquierda, situada junto a la costa para evitar
que su flanco fuese rebasado; en la derecha
se situó Alejandro con la caballería tesalia, los
arqueros macedonios, los compañeros, la
guardia de infantería real, los hipaspistas y
tres brigadas de falange formadas en columnas de a ocho.
Durante el lento descenso, Alejandro
cambió la disposición de sus tropas al comprobar que las fuerzas de Darío III Codomano,
muy superiores en número, no tenían en su línea de ataque más hombres que en la línea
de frente que se le avecinaba (el mismo error
que siglos más tarde costó a Roma la derrota
en Cannas frente a Aníbal).
El ataque de Alejandro hacia el frente
de Darío decidió la jornada. Al ver tan cerca la
guardia de caballería, el rey persa dio media
vuelta y huyó del campo, mientras que sus
tropas iniciaban una desbandada general. Un
general clásico hubiera detenido allí la batalla.
El triunfo estaba asegurado, pero Alejandro
iba a mostrar sus verdaderas intenciones. Comenzó la persecución de las tropas persas ordenando que matasen a todos los que pudiesen. No había cuartel para el vencido. La matanza fue horrible. Una barbaridad. Quizás el
número que propuso el filósofo Calístenes
fuese exagerado, pero hoy se piensa que murieron en Isos cerca de cien mil persas, frente
a los ciento cincuenta jinetes y trescientos in-
Segundo GES
fantes, más cuatro mil heridos, que tuvo el
ejército de Alejandro.
Gaugamela. En una llanura situada cerca de
Arbela, entre las actuales ciudades iraquíes
de Mosul y Arbil, en octubre del 331 a. C. se
jugó el destino del imperio persa. En Gaugamela encontramos de nuevo a Alejandro frente a Darío III, que ha acudido a este campo
cercano a la ciudad de Nínive convencido de
su superioridad, que se manifiesta en la presencia de numerosos carros con guadañas
con los que aspiraba a romper las líneas de
las falanges. Ambos llegan a la contienda con
la convicción de que aquella sería la batalla
definitiva, como apreciaron Plutarco y Rufo. El
ataque de los persas sobre el flanco izquierdo,
al mando como siempre de Parmenión, se llevó a cabo al mismo tiempo que el avance de
Alejandro sobre el centro y el ala izquierda de
los persas. La situación se hizo crítica, y en el
momento en que Darío comenzó a huir una
vez superadas sus filas, Alejandro retrocedió
en ayuda de su viejo general, pues el ala
«rehusada» tenía serias dificultades.
Las perspectivas abiertas por esta victoria eran inmensas. Alejandro no las desaprovechó tras su entrada en Babilonia como
libertador, escena que recreó Charles le Brun
por encargo de Luis XIV. El emperador aboga
por una política de integración entre los pueblos que da origen a las famosas bodas de
Susa y a su matrimonio con Roxana. Luego
sigue su marcha triunfal más allá del Oxus (el
actual Amur-Daria), llega a Samarcanda y al
Indo, se enfrenta al rey Boro y proclama el
sueño de un continente unido bajo su mando.
Pero, de repente, todo eso se trunca. La
muerte de su amigo Herminión primero y su
propia enfermedad más tarde pusieron fin a
las conquistas. El balance de esta aventura en
Asia en apenas 11 años lo hizo Plutarco con
su proverbial estilo: «Experiencias propias de
la expedición de Alejando: tormentas, sequías, ríos profundos, cimas sin aves, espectáculos prodigiosos de fieras, formas salvajes
de vida, cambios de poderes y dobles traiciones»,
Alejandro. El dios de la guerra
Alejandro Magno quiso ser un héroe
como los de Homero. Si lo consiguió o no depende de la opinión que se tenga de su figura
y del arte de la guerra que él contribuyó a
magnificar. Macedonio por su padre, el rey Filipo II, había heredado el temperamento de la
familia real de Épiro, a la que pertenecía su
madre, Olimpia. Épiro fue la patria del rey Pirro, que dio nombre a la victoria pírrica, el
hombre que convirtió la conquista del mundo
a toda costa en la razón de la existencia. Que
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el ambicioso joven macedonio en busca de un
modelo político mirase hacia la familia materna no es nada extraño, sobre todo si tenemos
en cuenta que se proclamaba descendiente
de Aquiles, el héroe de la guerra de Troya.
En la «Ilíada» de Homero, su obra
preferida, encontró Alejandro los mejores argumentos para sus sueños de gloria. A los 14
años entró en la escuela de pajes reales y allí
contó con la ayuda de Leónidas hasta que su
padre contrató al filósofo Aristóteles para que
fuese su tutor. Las lecciones y los seminarios
se llevaron a cabo al aíre libre en el templo de
las Ninfas cerca de Mieza, un hermoso lugar
donde era fácil quedar atrapado en los versos
de Píndaro a favor del amor por los muchachos que dieron lugar a numerosos comentarios sobre la pasión del joven príncipe por sus
amigos, en particular por Hefestión: un tipo de
relaciones que cautivaron al novelista Klaus
Mann, convencido de la homosexualidad de
Alejandro.
A primera vista, lo que el sabio tutor
quiso inculcar en su fogoso discípulo no fue
solamente conocimientos de cosmología, geografía, botánica, zoología y medicina, sino la
idea de que la filosofía es un procedimiento de
ejercer la vida política, una manera de suavizar las inclinaciones místicas que Olimpia había fomentado en él cuando niño.
Alejandro se dejó seducir por los gustos refinados de su padre, quien condujo a
Macedonia a infinidad de artistas, filósofos y
hombres de ciencia, atraídos por magníficos
salarios, pero nunca olvidó que la religión formaba parte de la vida e hizo constantes sacrificios a los dioses. Quería formar parte del
mundo helénico con todas sus consecuencias:
ser un griego entre griegos, sin darse cuenta
de que su figura representaba todo aquello
que los griegos detestaban.
Pronto comprendió que Macedonia no
era Grecia. Frente al espíritu de las ciudadesEstado y la moral de los individuos que se responsabilizaban libre y respetuosamente de la
defensa de sus derechos (y sus privilegios),
en su país natal existía una aristocracia terrateniente dedicada a la cría de caballos, sustentada por una población de siervos con escasos (o nulos) intereses en la defensa del territorio y cuyo vértice político era una monarquía hereditaria que pasaba de padres a hijos
varones. Aristóteles le hizo comprender la singularidad macedónica en «Sobre la monarquía», una obra que no ha llegado hasta nosotros.
Filipo amaba a su hijo y le hizo participar desde el primer momento de sus objetivos
políticos. De esa fascinación paterna surge la
Segundo GES
anécdota de la doma de «Bucéfalo», contada
por Filónico de Tesalia. Este prodigioso semental se resistía a cualquier intento de monta, hasta que el joven Alejandro descubrió que
el animal se asustaba de su sombra y lo colocó de tal modo que logró dominarlo ante el
asombro de los viejos aristócratas, cuyo principal motivo de orgullo era que alguien supiera
domar un caballo, como Héctor, el héroe troyano.
Un punto fundamental en la corte de
Macedonia fue el familiar. ¿Podía un rey como
Filipo descuidar el equilibrio entre sus diversas esposas legítimas, los hijos de ellas y
unos intrigantes aristócratas llenos de prejuicios ante el proyecto del rey de unir a todos
los griegos contra el imperio persa? Un rey inteligente para la guerra y la política puede ser
perturbado por las pasiones personales. Su
nuevo matrimonio con una plebeya macedonia de nombre Cleopatra, a la que llamó Eurídice en recuerdo de la gran reina madre, provocó las quejas de los sectores conservadores y la ira de Olimpia, que vio peligrar su posición. Se suceden entonces envidias, conjuras de palacio y conspiraciones sobre las que
los historiadores no se ponen de acuerdo y
donde las leyendas se superponen a los datos.
El caso es que en octubre de 336,
mientras Filipo realizaba las fiestas en Egea
que precedían a la invasión de Asia, Pausanias, un resentido aristócrata macedonio, se
acercó al rey y le apuñaló hasta causarle la
muerte. Luego fue alcanzado por las lanzas
de la guardia, mientras su hijo Alejandro, su
joven esposa Cleopatra y su ex mujer Olimpia
contemplaban con horror el cadáver del gran
Filipo II de Macedonia.
La memoria de Filipo se merecía una
conquista a la altura de su grandeza, y Alejandro lo revistió de una guerra sagrada panhelénica contra los persas. Mientras susurraba a
sus tropas mercenarias el botín que obtendrían de la inmensa riqueza atesorada por la
aristocracia aqueménida, en voz alta proclamaba que la expedición era una venganza por
el incendio de la Acrópolis, por la esclavización de las ciudades jónicas, por los muertos
en Maratón, Salamina, las Termópilas, Platea
y tantas batallas que los griegos habían mantenido con los persas durante más de dos siglos. Necesitaba una nación griega libre en armas contra la tiranía, y para ello evocó el mito
fundacional, la expedición de los aqueos
contra Troya, y pidió ser reconocido como el
nuevo Agamenón que conduciría las tropas y
las naves más allá del Helesponto. Se hizo
nombrar «hegemon», es decir, jefe militar de
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los griegos, y se dispuso a llevar a cabo la
mayor empresa militar de su tiempo.
Alejandro pertenecía a una generación de hombres de guerra que para evitar ser
destruidos se convirtieron en una colosal máquina de hacer la guerra preventiva en un territorio lejano. No quería sólo el botín al que
aspiraban los terratenientes macedonios y los
mercenarios, quería el dominio del mundo,
como prueba de que era el libertador de los
griegos, el elegido para llevar a las autocracias orientales un soplo de libertad y cultura.
Esta dimensión religiosa es parte de la grandeza de Alejandro como estratega, como político, como filósofo aristotélico. Nada más atravesar el Helesponto y poner pie en Asia ordenó sacrificios a los dioses y a los héroes, a
Aquiles y a Hércules, de quienes imitaba la
forma de entender el mundo. Alejandro demostraba así que no sólo era un joven altamente cualificado para la guerra, sino que había devenido un estratega político para quien
los objetivos finales pasaban muy por encima
de los éxitos militares.
José Enrique Ruiz-Domènec
La ambigüedad según Oliver Stone
El orgullo y la actitud reivindicativa están devolviendo a los gays la tolerancia que
en tiempos de Alejandro Magno no era preciso reclamar. Algo que no parece recordar
Yannis Varnakos, portavoz del grupo de abogados griegos que defienden la heterosexualidad sin mácula del bello rey de Macedonia en
una época en que los valores en ese terreno
eran bien distintos.
A «Alejandro», la nueva propuesta de
Oliver Stone, de tres horas de duración y 150
millones de dólares de presupuesto, no podían faltarle detractores, escandalizados ante
el morbo de Colin Farrell, estampa de la apoteosis masculina, retozando con Hefestión
(Jared Leto), su amigo del alma.
Olimpia, la inteligente madre del invicto guerrero, ha sido interpretada por Angelina
Jolie, mientras que Val Kilmer encarna al padre, Filipo, bastante más bisexual que su hijo.
Por si acaso, el actor irlandés ha aclarado
que, en aquella época, «compartir entre hombres experiencias intelectuales y físicas era
algo muy puro».
No todos los actores se han mostrado
tan comprensivos como Farrell al interpretar
papeles en los que la ambigüedad es un arte.
Ramón Novarro, el «sex symbol» gay del cine,
protagonizó muy afectadamente en 1926 un
«Ben-Hur» que luego le cerró diversas puertas profesionales. Y cuando Charlton Heston
fue convocado para encarnar al noble judío en
Segundo GES
1959, el director William Wyler ocultó el carácter de la relación mantenida por Ben-Hur y
Messala, por si se negaba a «hacer de maricón», en expresión del propio Wyler.
En 1956, Richard Burton dio vida a un
Alejandro Magno tan volcado en sus guerras
que no dedicaba ni un minuto a tales veleidades. También se omitían en una serie televisiva de finales de los 70, coproducida por el gobierno griego. En la visión de Stone se incluyen varios besos a un soldado y a un joven
persa, su amante posterior, además de las
efusiones con Hefestión y alguna escena ardiente con Roxana, su esposa (Rosario Dawson). Pero también podemos disfrutar de recreaciones minuciosas de la biblioteca de Alejandría y de Babilonia, así como de las extraordinarias dotes de jinete de Farrell, que ha
sido instruido por el español Ricardo Cruz en
el arte de montar sin silla con cuatro frisones
negros que han interpretado el papel de «Bucéfalo», el mítico caballo del héroe.
No ha sido fácil coger por los cuernos
el toro del sexo entre hombres en la historia
del cine. Barry Sander, guionista de un histórico filme gay, «Su otro amor» (1981), manifestaba que «la imagen de los gays en la pantalla
ha sido de perversos y asesinos; o monstruos,
fantoches, reinonas histéricas, decoradores
de interiores o tipos del estilo de «La jaula de
las locas» (1978). El cine ha vejado a los
gays. O son psicópatas, como en «Vestida
para matar», o ruines, como en «JFK», o criminales pervertidos, como en «El silencio de
los corderos» o «Instinto básico».
Si, como en «Alejandro», el personaje
es real, al espino se le multiplican las púas.
En «Espartaco» (1960), el general romano
Craso fue objeto de un blanqueado hetero,
hasta la restauración de la copia en 1991,
pero «El león de invierno» ofrecía en el 68 a
Ricardo Corazón de León (Anthony Hopkins)
cara a cara con su amante, Felipe de Francia
(Timothy Dalton). Lawrence de Arabia-Peter
O’Toole cosechó su parte alícuota de murmuración mientras daba calabazas a Omar Sharif
y perdía el oremus por su joven paje. Y no digamos la obra del director británico Derek Jarman, creador, entre otros, de «Sebastiane»
(1971) o «Caravaggio» (1986).
En el caso de las mujeres, pocas son
las referencias, si exceptuamos a Greta Garbo, quien, como su personaje de lesbiana en
«La reina Cristina de Suecia» (1933), se negó
a casarse, o Marlene Dietrich, que, vestida
con frac y sombrero de copa, besó en la boca
a una señorita en «Morocco» (1930). La realizadora Rose Troche rompió en el 94 una inteligente lanza a favor de la diferencia con «Go
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fish», y en «Boys don’t cry», cinco años más
tarde, Kimberly Pierce relató la historia del joven y apuesto Brandon Tena -por cuya interpretación Hillary Swank obtuvo un Oscar-, de
quien, tras ser asesinado, se supo que era
una mujer. «El celuloide oculto» (1995),
exhaustiva historia en imágenes de la homosexualidad en el cine americano, aporta datos,
declaraciones y anécdotas harto reveladores.
Tras la revuelta de los homosexuales
neoyorquinos contra la policía torturadora, el
28 de junio de 1969, fecha que se conmemora
con la celebración del Orgullo Gay, narrados
en «Stonewall» (1996), el cine comenzó a caracterizar a los personajes notables en su auténtica dimensión sexual. Una hermosa adaptación de la novela «Dioses y monstruos», de
Christopher Bram, en 1999, con la historia de
James Whale, el director gay de filmes como
«Frankenstein», valió a Bill Condon el Oscar
al mejor guión. Ya habíamos visto «Ábrete de
orejas», sobre el dramaturgo Joe Orton (Gary
Oldman), por no hablar de «Wilde», en 1997,
tercer intento de explicar los tortuosos caminos sexuales del escritor inglés, interpretado
por Stephen Fry y con Jude Law como su
amante, Bosie.
A estas alturas, «Alejandro» no descubre nada nuevo, a no ser las mechas rubias
aplicadas a su cetrino protagonista. La complicada historia de Basquiat, sobre el
Segundo GES
artista/amante de Andy Warhol, dio paso a
«Antes que anochezca», también dirigida por
el pintor neoyorquino Julian Schnabel, responsable del éxito internacional de Javier Bardem
como Reynaldo Arenas, el poeta gay cubano.
Y hablando de espaldarazos, Antonio Banderas comprobó cómo su personaje de «La ley
del deseo» iniciaba su camino hacia Hollywood. Los personajes gays ya reciben honores normales, desde el lanzamiento de Daniel
Day Lewis en «Mi hermosa lavandería» o el
de River Phoenix y Keanu Reeves en «My
own private Idazo» al eco mundial de «La
mala educación». Como titulaba Coline Serreau su película sobre dos jóvenes que comparten su relación con una chica: «Pourquoi
pas?» («¿Por qué no?»). Nada como contemplar los resueltos pasos de Ludovic, aquel
niño determinado a ser niña en «Ma vie en
rose», que obtuvo un Globo de Oro a la mejor
película extranjera en el 98.
Han caído muchas barreras, sí, pero a
Rupert Everett acaban de negarle la posibilidad de ser el nuevo 007 por ser gay.
A c t i v i d a d e s
1. Haz un pequeño resumen de cada
una de estas tres lecturas.
Cultura Clásica
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Segundo GES
Cultura Clásica
Página 54
7
La Caída de Troya
La Muerte y los Rituales
Funerarios
Segundo GES
Cultura Clásica
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Segundo GES
Cultura Clásica
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Tema 7
1. La Caída de Troya
Aproximación Inicial
•
¿Qué ocurre cuando, en una
guerra, una ciudad es conquistada por los enemigos?
Información
Las tropas griegas tienen en
Aquiles a uno de sus mayores guerreros. Llevan años luchando y por él es
que ganan las batallas.
Pero Aquiles se niega a seguir
combatiendo. Se siente ultrajado porque le han robado a la esclava Briseida. Los griegos sufren terribles derrotas ya que a los troyanos ya no les
acobarda la figura de Aquiles. Su amigo Patroclo decide vestirse como él y
batallar en su lugar. Va vestido de
Aquiles, pero no es Aquiles. Con el
disfraz logra hacer huir a muchos troyanos pero no a Héctor, hijo de Príamo. Los dos héroes luchan y Héctor le
mata.
Aquiles al enterarse arde de furia y regresa al combate. Encuentra a
Héctor y lo mata. Lo ata a su carro y lo
arrastra por todo el campamento griego. Sólo accede a que se le entierre
cuando Príamo acude y le pide piedad
para su hijo.
Más tarde Aquiles cae en la batalla por una flecha de Paris. La flecha
le da en el talón, su punto débil, y
muere.
El caballo de Troya
La guerra no se decide por uno
de los dos bandos. Entonces Ulises
tiene una idea de las suyas. Hace
construir un caballo gigantesco y lo
hace pasar por un presente de los
Segundo GES
griegos hacia la ciudad de Troya. Los
troyanos creen en el engaño del caballo y celebran su victoria. Meten el caballo en la ciudad y festejan sin mesura. Pero el caballo no es un regalo. El
caballo lleva en su interior a toda la
tropa griega esperando el momento
adecuado. Cuando los ecos de la celebración se extinguen, los griegos salen
de su escondite y atacan a los desprevenidos troyanos. Los troyanos caen
derrotados.
Los desastres de la guerra
Los griegos se comportan como
cualquier otro vencedor. No se conforman con ganar la batalla a los guerreros sino que ultrajan a las mujeres y
asesinan a los niños.
Pero el destino no está dispuesto a perdonar la violencia de los griegos y se encarga de castigarlos por
los actos cometidos. Pocos griegos regresan sanos y salvos y de los que lo
consiguen no todos sortean la muerte
o el destierro.
Casandra escapa de la batalla y
se refugia en el templo de Atenea,
pero Áyax, uno de los griegos, la encuentra y la viola allí mismo. Más tarde
pagará el haber cometido aquel acto
violento en el templo de Atenea. Luego Casandra es entregada a Agamenón como botín de guerra. Agamenón
la hace su amante. Ambos regresan a
Grecia y Agamenón es asesinado por
su mujer y por el amante de ésta. Casandra corre la misma suerte.
Ulises tarda veinte años en llegar a Ítaca y por el camino pierde a todos sus compañeros.
Diomedes regresa al hogar para
descubir que su esposa planea matarle y quedarse con el poder. Desesperado, él mismo se autodestierra.
El regreso de Menelao tampoco
es sencillo. Entra en Troya dispuesto a
Cultura Clásica
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matar a Helena, pero cuando la encuentra, ella se le muestra desnuda y
sugerente. Menelao deja caer la espada y la perdona. Pero antes de regresar él también ha de purificar su culpa.
En ello emplea varios años.
Hécuba, la esposa de Príamo,
tiene que contemplar cómo los griegos
arrasan Troya y a sus hijos con ella.
Luego es reducida a la esclavitud. En
venganza saca los ojos al rey de Tracia y mata a sus hijos.
Andrómaca, la esposa de Héctor, tiene que ser testigo del asesinato
de su hijo, que es arrojado por las murallas. Luego es entregada al hijo de
Aquiles, un chiquillo violento que busca en ella no sólo una amante sino
también una madre.
El héroe Eneas huye con su anciano padre Anquises y con su hijo Ascanio. Tras mucho vagabundear, crea
un reino en Italia. Es el único de los
héroes troyanos que sale bien parado.
A c t i v i d a d e s
1. Lee y responde a las cuestiones de
los siguientes textos:
a. Al ver la resplandeciente figura del bien
construido caballo la rodearon admirados.
Se inició entonces una confusa deliberación, porque unos, fatigados por tantos dolores que la guerra les había producido,
miraban con malos ojos al caballo, por ser
obra de los aqueos, y querían despeñarlo
en una sima profunda o destruirlo con hachas de doble filo; otros, sin embargo, maravillados por aquella obra de arte, eran de
la opinión de ofrecer a los inmortales el caballo, digno de Ares, para que fuera en el
futuro recuerdo de la guerra argiva.
Trifidoro, La toma de Ilión, 183 ss.
a. ¿Qué dos opiniones había
sobre qué hacer con el caballo? ¿Cuál se impuso?
¿Quiénes avisaron a los troyanos sobre el peligro del caballo?
Segundo GES
b. Laocoonte, indignado, baja corriendo de lo
alto de la ciudad y desde lejos grita: «Desdichados ciudadanos, ¿qué locura tan
grande es ésta?, ¿pensáis que los enemigos se han ido? ¿o que alguna ofrenda de
los dánaos puede estar libre de engaño?,
¿es así como conocéis a Ulises?; o en
este caballo de madera los aqueos se esconden, o es un invento construido contra
nuestros muros para espiar nuestras casas
y atacar nuestra ciudad, o alguna trampa
se oculta en él: no os fiéis del caballo, teucros. Sea lo que sea, temo a los dánaos incluso cuando hacen regalos». Así dijo, y
arrojó con gran fuerza contra el costado y
el vientre del caballo una enorme lanza.
Ésta se quedó clavada vibrando, y al ser
golpeado el vientre del caballo, las profundas cavidades lanzaron un gemido [...].
Laocoonte sacrificaba un toro de gran tamaño para Neptuno, cuando desde la isla
de Ténedos dos serpientes se deslizan con
inmensos anillos sobre las olas y se dirigen
a la orilla. Sus pechos levantados sobre el
oleaje y sus crestas sanguíneas sobresalen por encima de las olas. Ante aquella visión huimos espantados. Ellas se dirigen a
Laocoonte, y primero alcanzando los cuerpos de sus dos hijos pequeños se enroscan y devoran con un mordisco sus míseros miembros; a continuación se apoderan
del propio Laocoonte, que acude corriendo
en ayuda de aquéllos con las flechas en
las manos, y, después de rodear dos veces su cuerpo y de enroscar por dos veces
en torno a su cuello sus espaldas cubiertas
de escamas, sus cabezas sobresalen por
encima de las olas. Él intenta deshacer
con las manos sus nudos [...].
Entonces un temor penetra en los pechos temblorosos de todos y dicen que
Laocoonte ha pagado merecidamente su
delito por haber golpeado el caballo de madera con su lanza. Hacemos una brecha
en las murallas de la ciudad. Todos se ponen a trabajar y deslizan unas ruedas bajo
las patas del animal y atan a su cuello
cuerdas. El caballo atraviesa nuestros muros preñado de varones armados. A su alrededor jóvenes de ambos sexos cantan
himnos sagrados y disfrutan tocando las
cuerdas; el caballo avanza y rueda amenazador hasta el centro de la ciudad. [...] Entonces también Casandra, a quien nunca
creímos por decisión de un dios, nos anunció el destino que nos aguardaba, pero nosotros, desdichados, para quienes aquél
iba a ser el último día, adornamos con guirnaldas festivas los templos de los dioses.
Cultura Clásica
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Virgilio, Eneida, II, 41 ss.
a. ¿Por qué, pese a las advertencias de Laocoonte, los troyanos deciden introducir el
caballo en su ciudad?
b. ¿Quién era Casandra? ¿Por
qué los troyanos no creyeron
sus vaticinios?
c. En ese momento, huyendo de la matanza
realizada por Pirro, Polites, uno de los hijos
de Príamo, a través de los dardos, a través
de los enemigos, huye por los largos pórticos y recorre herido los desiertos atrios. Pirro le persigue sediento de sangre, lanza
en alto, y está ya a punto de alcanzarlo y
de clavársela, cuando Polites logra por fin
llegar ante los ojos de sus padres y, en su
presencia, se desploma de repente y entrega su alma desde un río de sangre. Entonces Príamo, sin temer su muerte inminente, increpó a ese monstruo diciendo:
«Que por este crimen, y por tal osadía, los
dioses te lo agradezcan debidamente y te
den la recompensa que mereces a ti, que
has hecho que yo contemplase la muerte
de mi hijo y has manchado con un asesinato el rostro de un padre. No se comportó
así con su enemigo Príamo aquel Aquiles
de quien tú falsamente te llamas hijo, sino
que respetó los derechos de un suplicante,
me entregó el cuerpo sin vida de Héctor
para que le diera sepultura y me envió de
nuevo a mi reino». Así habló el anciano y
disparó sin ninguna fuerza un dardo inofensivo que inmediatamente fue rechazado
por el bronce con un ruido ronco y quedó
suspendido en la rodela del cóncavo escudo. Pirro le contestó: «Ve, pues, y llévale al
Pelida, mi padre, esta noticia; no te olvides
de contarle mis desmanes y cuán degenerado se ha vuelto Pirro. Pero, antes, muere». Y dicho esto, arrastró hasta el pie mismo de los altares al tembloroso anciano,
que resbalaba en la sangre derramada por
su hijo, y lo cogió por los cabellos con su
mano izquierda y con la derecha desenvainó su brillante espada y se la clavó en el
costado hasta la empuñadura.
Virgilio, Eneida, II, 747 ss.
a. ¿De quién es hijo Pirro?
¿Qué pasó con el cadáver de
Héctor?
Segundo GES
b. ¿En qué consistían los derechos del suplicante?
c. ¿Cómo calificas el comportamiento de Pirro? ¿Crees que
está de acuerdo con el respeto a los dioses?
d. Las divinidades, detrás de las negras nubes, lloraban por la gloriosa Troya, menos
Palas, de hermosos bucles, y Hera, que se
ufanaban de ver destruida la famosa ciudad de Príamo, descendiente de los dioses. Pero ni la misma Palas se libró de llorar, cuando en su templo a Casandra violó
Áyax, el fuerte hijo de Oileo, perturbado en
su corazón y en su mente. Posteriormente,
la diosa le causó una terrible desgracia
para vengarse de la ofensa, pero, en este
momento, no soportó ver una acción tan
vergonzosa y la cólera se apoderó de ella;
desvió su terrible mirada hacia el techo
elevado del templo, mientras la divina imagen crujía y el suelo del templo daba fuertes sacudidas, pero Áyax no renuncio a su
perversa temeridad, ya que su mente estaba trastornada por Cipris.
Quinto de Esmirna, Posthoméricas,
XIII, 418 ss.
a. ¿Por qué es tan grave la acción de Áyax? ¿Qué consecuencias tendrá en su futuro?
b. ¿Crees que la acción de
Áyax es obra de Cipris o es
un comportamiento frecuente
en las guerras?
2. La Muerte y los
Rituales Funerarios
Información
En la Antigüedad clásica la
muerte constituía el último acto social
de una persona, y estaba rodeada de
un ritual que tenía una doble finalidad:
despedir y honrar a la persona fallecida y asegurarse de que su alma marchaba al Más Allá y no permanecía en
el mundo de los vivos sin reposo, ya
Cultura Clásica
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que, en este caso, podría extorsionarlos.
Tanto los griegos como los romanos concebían el mundo de ultratumba como un lugar sombrío donde
los muertos, privados de la memoria y
la consciencia, vagaban como sombras. Se creía que las almas de los
muertos eran conducidas por Hermes
hasta el Hades, un lugar que recibe el
nombre del dios que reina en él, que
estaba situado o bien debajo de la tierra, o bien en el extremo occidental del
mundo donde fluía el río Océano. A lo
largo de toda la Antigüedad se fue
configurando una topografía del Hades
con numerosas variantes. Para llegar
al Hades era necesario vadear numerosos ríos y ser transportado a través
de la laguna Estigia (llamada también
Aquerusia) por la barca de Caronte
(en otras versiones se trataba del río
Aqueronte), así como franquear unas
enormes puertas de bronce (o acero),
protegidas por un terrible guardián4. La
parte más profunda del Hades era el
Tártaro, un lugar terrible donde los
grandes criminales sufrían su castigo.
Había también llanuras, como la pradera de los asfódelos o la del Leteo,
río en el que los muertos bebían para
olvidar los recuerdos de la vida.
Enterrar a los muertos con el ritual debido era una obligación ineludible para los antiguos, hasta el punto
de que nunca se violó (al menos, no
hay noticias de ello) la tregua estipulada, después de cada batalla, para recoger a los muertos de cada ejército.
Las mujeres eran las encargadas de
preparar el cadáver antes de exponerlo para que los familiares y amigos pudieran despedirse de él. Se creía que
el contacto con la muerte producía impureza y, por eso, en la entrada de la
casa de la persona fallecida había una
vasija con agua para que, al salir, la
gente se lavara. Al día siguiente tenía
4
lugar el entierro, se llevaba el cadáver
en una especie de andas, seguido del
cortejo, formado por familiares y amigos. En Roma, cuando se trataba de
alguna personalidad, el cortejo iba precedido por personas que llevaban las
máscaras de los antepasados y flautistas y le seguían otras con carteles en
los que se indicaban las hazañas y títulos del difunto. El cortejo efectuaba
una parada en el Foro y el pariente
más cercano pronunciaba un discurso
de alabanza (laudatio funebris). Tanto
en Grecia como en Roma, en los primeros tiempos, los cadáveres se quemaban y sus cenizas se guardaban en
urnas funerarias, después se impuso
la práctica de la inhumación, y sobre la
tumba se elevaba un túmulo, un montículo de tierra, sobre el que se clavaba una estela funeraria en la que se
grababa el epitafio con el nombre y los
datos de la persona fallecida.
Cuando ésta era rica, las estelas eran impresionantes monumentos
que todavía perduran. El luto se manifestaba en Grecia vistiendo ropas negras y cortándose el cabello; en
Roma, por el contrario, se dejaban
crecer el cabello y la barba.
En general, las inscripciones funerarias seguían pautas muy tipificadas, como ocurre hoy día. En Roma,
comenzaban con las siglas D.M.S.
(deis manibus sacrum, «consagrado a
los dioses manes»), a continuación seguían los datos de la persona difunta y
de quien dedicaba la lápida y, si no
había un epitafio propio, terminaba
con una frase formular que también se
expresaba en abreviaturas: H.S.E.S.T.T.L. (hic situs est, sit tibi terra levis,
«aquí está enterrado, que la tierra te
sea leve»).
A c t i v i d a d e s
1. Después de leer la información anterior, contrástala con los siguien-
El can Cerbero
Segundo GES
Cultura Clásica
Página 60
tes textos y responde a las cuestiones que les siguen:
Las Keres eran hermanas de
las Moiras (llamadas también
Parcas) y pronto simbolizaron la
muerte, pero ésta, propiamente
dicha, era otro hijo de la Noche:
Tánatos («muerte»). Aquí sigue
una actuación de Tánatos, en la
Ilíada (XVI, 667 ss.), y otra de
las Keres en el Escudo (249
ss.) de Hesíodo:
a. Zeus le dice a Apolo: «Ve y después de sacar el cadáver de Sarpedón del medio de
la batalla, límpiale la negra sangre, úngele
con ambrosía, ponle vestiduras divinas y
entrégalo a los veloces conductores y hermanos gemelos, Hypnos («sueño») y Tánatos («muerte»). Y éstos lo llevarán a su
patria. Allí sus hermanos y amigos le harán
las exequias y le levantarán un túmulo, que
tales son los honores debidos a los muertos».
b. Detrás de los combatientes las negras Keres, rechinando sus blancos dientes, con
su terrible mirada, espantosas, sanguinarias y horribles, se peleaban por los que
iban cayendo en la batalla. Todas a una se
lanzaban a beber la negra sangre y, nada
más apoderarse de un cadáver o de un herido, lo atrapaban con sus grandes uñas; y
su alma descendía al helado Tártaro. Éstas, después de que saciaban sus entrañas de sangre humana, lo tiraban hacia
atrás; y volvían de nuevo a la batalla, lanzándose con ímpetu al griterío y al fragor
del combate.
a. Los griegos eran ambivalentes con respecto a la muerte
en la batalla: daba gloria,
pero era terrible, ¿en qué dos
figuras simbolizaron cada
uno de estos aspectos? Tánatos es una figura masculina, y las Keres, femeninas.
¿Crees que es significativa
esta atribución de género?
¿Por qué?
Segundo GES
2. En este texto de la Ilíada (XXIII, 65
ss.) el difunto Patroclo se le aparece en sueños a Aquiles y le pide
que no demore su ritual funerario:
Entonces se le apareció el alma del mísero
Patroclo, semejante en todo a cuando vivía,
tanto por su estatura y hermosos ojos como
por las vestiduras que llevaba; poniéndose sobre la cabeza de Aquiles, le dijo estas palabras: «¿Duermes, Aquiles, y me tienes olvidado? Te cuidabas de mí mientras vivía, y ahora
que he muerto me abandonas. Entiérrame
cuanto antes, para que pueda pasar las puertas del Hades, pues las almas que son imágenes de los difuntos, me rechazan y no me permiten que atraviese el río y me junte con ellas;
y de este modo voy errante por los alrededores del Hades. Dame la mano, te lo pido llorando, pues ya no volveré del Hades cuando
hayáis entregado mi cadáver al fuego. [...]».
Aquiles, el de los pies ligeros, le respondió:
«¿Por qué, amigo querido, vienes a
encargarme estas cosas? Te obedeceré y lo
cumpliré como lo mandas, pero acércate y
abracémonos, aunque sea por breves instantes, para saciarnos de triste llanto». Y diciendo esto le tendió los brazos, pero no consiguió
asirlo; el alma se disipó como si fuese humo y
penetró en la tierra dando gritos. Aquiles se
levantó atónito [...]. Mandó en seguida que los
belicosos mirmidones tomaran las armas y
montaran en los carros. Iban éstos al frente,
los seguía la nube de la copiosa infantería, y
en medio de los amigos llevaban a Patroclo,
cubierto de cabellos que en su honor se habían cortado. Aquiles le sostenía la cabeza.
Cuando llegaron al lugar señalado, dejaron el
cadáver en el suelo y amontonaron abundante
leña. Entonces Aquiles se cortó su rubia cabellera, que conservaba espléndida para ofrecérsela al río Esperquio cuando volviera de Troya, y la puso en la mano de su querido compañero y a todos les excitó el deseo de llorar.
a. ¿Qué valor daban los griegos
a los sueños?
b. ¿Qué le pide Patroclo a Aquiles? ¿Qué hubiera pasado si
el cadáver de Patroclo hubiera quedado insepulto?
3. En este texto de Luciano (Sobre el
luto, 2-9) tienes una descripción
del reino de los muertos.
Cultura Clásica
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Creen que bajo tierra hay un lugar profundo,
grande, amplio, oscurísimo y sin sol. Es el Hades [...]. En primer lugar se encuentra la laguna Aquerusia. Nadie la puede cruzar ni vadear
sin un barquero, ya que su profundidad no
permite atravesarla a pie y su anchura es excesiva para atravesarla a nado y, en fin, ni siquiera las aves muertas pueden alcanzar la
otra orilla volando. Inmediatamente junto a la
bajada y la puerta, que es de acero, Cerbero,
el can de las tres cabezas, fierísimo, muestra
su cara amical y pacífica a los que llegan,
pero aterroriza a los que quieren huir. Allí imperan Plutón y Perséfone y tienen poder sobre
todas las cosas [...]. Los humanos buenos y
justos son enviados a los Campos Elíseos,
donde llevan una vida felicísima. En cambio, a
los malvados los envían al Tártaro, para que
reciban el castigo que les corresponde por sus
injusticias. Los de vida mediocre, que son la
mayoría, andan errantes en el prado, sin cuerpo, todos convertidos en sombras, que con el
tacto se deshacen como el humo. Se nutren
de las ofrendas y las libaciones que les hacemos en los sepulcros.
a. ¿Cómo se llama el guardián
del Hades? ¿Se porta igual
con los que llegan que con
los que quieren huir?
b. ¿Dónde van los justos? ¿Y
los malvados?
c. ¿Por qué se hacen ofrendas
y libaciones a los muertos?
d. Los romanos llamaron infierno al Hades en su totalidad,
denominación
que
adoptaron los cristianos.
¿Qué diferencia hay entre el
infierno
romano
y
el
cristiano?
4. En estos dos textos, uno de Homero
(Odisea, XI, 15 ss.) y otro de Virgilio (Eneida, VI, 423 ss.), tienes dos
descripciones de la entrada del
Hades y de algunos de los personajes que tanto Odiseo como
Eneas vieron:
a. Entonces arribamos a los confines del
Océano, de profundas corrientes. Allí está
el pueblo de los cimerios entre nieblas y
nubes, sin que jamás el sol resplandecien-
Segundo GES
te los ilumine con sus rayos, pues una noche perniciosa se extiende sobre estos míseros mortales. A este paraje fue nuestro
bajel, que sacamos a la playa, y anduvimos a lo largo de la corriente del Océano
hasta el lugar indicado por Circe [...]. Después de haber rogado al pueblo de los difuntos, tomé las reses, las degollé encima
del hoyo, corrió la negra sangre y al instante se congregaron, saliendo de la Tiniebla,
las almas de los fallecidos [...]. Allí vi a Minos, ilustre hijo de Zeus, sentado y empuñando un cetro de oro, pues administraba
justicia a los difuntos: éstos, unos sentados
y otros en pie a su alrededor, exponían sus
causas al soberano en la morada de Hades, de anchas puertas. Vi después al gigantesco Orión, que perseguía por la pradera de los asfódelos las fieras que antes
había herido de muerte en las solitarias
montañas. [...] Vi también a Tántalo, el cual
padecía crueles tormentos, de pie en un
lago cuya agua le llegaba a la barba [...]. Vi
de igual modo a Sísifo, que padecía duros
trabajos empujando con ambas manos una
enorme piedra.
b. Había una gruta profunda y enorme que se
abría con una gran boca, pedregosa, protegida por un negro lago y un bosque tenebroso por encima del cual ningún ave podía desplegar sus alas sin riesgo: tal hedor
salía de sus oscuras fauces [...]. En el
Aqueronte hierve un turbio remolino de cieno y de impetuosa corriente y vomita toda
su arena en el Cocito. Guarda estas aguas
y este río un horrible barquero, Caronte, de
terrible suciedad; una larga barba cana y
descuidada cubre su mentón; sus ardientes ojos se mantienen fijos y una sucia
capa cuelga de sus hombros atada con un
nudo. Él mismo, con una pértiga, gobierna
su nave y con las velas transporta hábilmente los cuerpos en su mohosa barca; es
ya viejo, pero posee la vejez fuerte y vigorosa de un dios. Aquí una multitud corría
desparramada en dirección a la orilla [...].
Estaban en pie suplicando pasar los primeros y tendían sus manos con deseos de la
otra orilla, pero el triste navegante recogía
a unos, mientras rechazaba a otros alejándolos de la arena. [...] Eneas conmovido
pregunta a su acompañante, la Sibila, el
significado de esta escena y ésta le dice:
«Toda esta multitud que ves carece de recursos y no ha sido sepultada; éstos a
quienes Caronte transporta han sido enterrados. Y no le está permitido pasarlos al
otro lado de las terribles orillas y de estas
Cultura Clásica
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rocas hasta que sus huesos no descansen
en sus sepulcros».
a. ¿Cuál es la característica
que siempre se destaca del
país de los muertos?
b. ¿Por qué la sangre atrae a
los difuntos? ¿Qué personaje
mítico moderno tiene una especial predilección por la
sangre? ¿A qué crees que se
debe?
c. ¿Cómo se llama el barquero
que
transporta
a
los
muertos? ¿Qué condición es
necesaria para ser aceptado
en su barca?
5. En una inscripción funeraria procedente de Mérida y dedicada a L.
Iulio Amoeno por parte de su madre Casia Amoena aparecía el siguiente texto. Intenta traducirlo
Segundo GES
con la ayuda de tu profesor o profesora:
D.M.S.
L. IULIO
AMOENO
ANN XXIIII
H. S. E. S. T. T. L.
CASIA AMOENA
FILIO PIISIMO
FECIT
6. Tu profesor o profesora te explicará
el significado de las siguientes expresiones latinas relacionadas con
la muerte y que utilizamos todavía
hoy. Construye frases con cada
una de ellas:
rigor mortis, in memoriam, requiescat
in pace, corpore insepulto,
post mortem
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Segundo GES
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8
Los Dioses Olímpicos
Vestidos y Comidas.
El Banquete
Segundo GES
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Segundo GES
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Tema 8
1. Los Dioses
Olímpicos
Aproximación Inicial
•
•
•
•
¿Sabes a qué dioses llamamos
olímpicos y por qué se les denomina así?
¿Conoces otras expresiones en
que se emplee el adjetivo olímpico?
¿En qué se diferencia un dios
de un ser humano?
¿Qué rasgos distinguen a un
dios o diosa grecorromanos de
la divinidad cristiana, judía o
mahometana?
Información
Los
Doce
Grandes
Griegos/Romanos
Dioses
AFRODITA / VENUS
Es la diosa del amor. Nacida de
la espuma del mar de Chipre fecundado por los genitales del Cielo/Urano,
arrojado allí por su hijo Crono/Saturno
después de haberlo castrado. Afrodita
es la «Amante de la sonrisa», «trenzadora de engaños». Durante el juicio de
Paris, nada pudo la majestad de la
diosa Hera ni la belicosidad de Atenea
frente a la seductora belleza. Fue la
protectora de Paris y de Troya, y luego
del héroe latino Eneas, el hijo de Anquises y fundador simbólico de Roma.
Es también la fecundidad en la naturaleza vegetal y animal. La lasciva paloma es su ave. Su hijo es Eros -el latino
Cupido-, caprichoso flechero de dos
dardos: uno para los amores felices,
para los desgraciados el otro.
Segundo GES
APOLO
El dios de la luz, hijo de Zeus y
de Latona, nació en la brillante, errática isla de Delos. Se asentó en el santuario de Delfos, tras haber dado
muerte a la serpiente Pitón, y estableció allí su principal oráculo como dios
de la adivinación y la mántica. Es también el dios de la música, de la medicina y de la poesía y como tal preside el
coro de las nueve Musas «coronado
de violetas», que viven en el monte
Helicón. Su más famoso precepto fue
una sensata recomendación psicológica: «Conócete a ti mismo».
ARES / MARTE
Ares simboliza y es la guerra.
Hijo de Zeus y de su legítima esposa
Hera, el impetuoso y fornido Ares no
conoce en el combate amigos ni enemigos, destruye a todos sin distinción.
Por eso Atenea, defensora de la guerra justa, detesta al dios de la guerra
gratuita. En ninguna parte de Grecia
es bien recibido ni honrado. Es muerte, dolor y destrucción. Algo fanfarrón
por sus músculos, obtiene el amor de
la bella Afrodita, descontenta de su lisiado esposo, el cojo Hefesto. Cuando
los dos amantes fueron sorprendidos
en el lecho, sólo las diosas (por pudor)
se perdieron el espectáculo mientras
todo el Olimpo retumbaba con una risa
inextinguible.
ARTEMISA / DIANA
Hermana de Apolo, amante de
los bosques y de la caza. Diosa de la
virginidad y de los prados no hollados
por el pie del pastor, a la que desagrada la sola presencia del varón. Su más
ferviente adorador es el casto y desdichado Hipólito. Cazadora certera, no
duda en castigar a quien osa contemplar su virginal desnudez: eso es lo
que le ocurrió a Acteón quien, por su
atrevimiento, fue transformado en ciervo y devorado por sus propios perros.
Cultura Clásica
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ATENEA / MINERVA
La diosa Atenea es la inteligencia, y por eso se la hace nacer de la
cabeza de Zeus. Es la diosa consejera
y protectora de la ciudad y de las instituciones políticas. Introdujo en el Ática
el olivo como símbolo de la civilización, y es también la patrona de los
hábiles artesanos. Su ciudad es Atenas y su templo es el Partenón. Diosa
de la guerra justa. Su dúctil carácter
cuadra a la perfección con el del astuto Odiseo, ese héroe de múltiples recursos, el artimañero.
DIONISIO / BACO
El dios más joven y desenfadado se incorporó al selecto grupo de los
Olímpicos en épocas más recientes.
Es el dios de la vid y de la yedra, del
delirio, del entusiasmo, del éxtasis, de
la danza, de la tragedia y de las fiestas. Dos veces nacido (de su madre,
Sémele, y del muslo de su padre,
Zeus) fue criado por el deforme Sileno.
Los romanos le llamaron Liber: liberador de penas y de prejuicios. Armado
con el nada belicoso tirso, su culto
conquista Grecia y las tierras de Asia
hasta la India, precediendo a Alejandro Magno. A su regreso a Tebas se
presenta con el cortejo de sus adeptas
bacantes en su ciudad natal, donde
asistimos al castigo del impío Penteo.
Baco no perdona.
HADES / PLUTÓN
Inexorable e invisible es Hades,
dios de la muerte. Nadie ha visto su
faz y sobre él caben todo tipo de especulaciones. Son sus dominios las insondables profundidades del Erebo, el
lote que le cupo en el reparto, cuando
Zeus se hizo cargo del cielo y Poseidón de las aguas. El can Cerbero -perro infernal de tres cabezas- vigila la
entrada de su palacio: a todo el que
llega le da acogida, y sólo impide la
salida a quienes pretenden escapar de
los infiernos. El barquero Caronte (tan
celoso a la hora de cobrar el precio
Segundo GES
por la travesía, que los griegos tomaron la costumbre de enterrar a sus
deudos con una moneda bajo la lengua para pagar el pasaje a la laguna
Estige) le transporta los muertos. Hades es también el rico Plutón: porque
la muerte sirve de sustento a la vida.
Algunos lo representan con el cuerno
de la abundancia (cornucopia).
HEFESTOS / VULCANO
Hijo de Hera, por quien siempre
toma partido cuando ella discute con
su marido, Zeus, el rey del Olimpo.
Hefestos es el constructor de las sempiternas mansiones del Olimpo, es el
dios del fuego, orfebre de las joyas de
los dioses y de las armaduras de los
héroes. Espléndida de contemplar fue
su labor en el escudo de Aquiles, el
hijo de la marina Tetis. Pero su más
esmerada obra fue Pandora, la primera mujer. Aunque era físicamente poco
agraciado, obtuvo en cambio la mano
de la sonriente Afrodita.
HERA / JUNO
Es la legítima esposa de Zeus,
malhumorada reina del Olimpo. Protectora del matrimonio, es envidiosa y
a veces celosa (desde luego, con motivos) de su donjuanesco marido. Nunca perdonó al pastor troyano Paris que
postpusiera su belleza a la de Afrodita
en el famoso Juicio de Paris. Odia a
las mujeres amadas por su marido y a
los hijos que de ellas tuvo: bien lo
hubo de sufrir Heracles en sus Doce
Trabajos.
HERMES / MERCURIO
Es el dios mensajero, el que
anuncia las noticias, el protector de los
caminos y guía del viajero. Hijo de
Zeus y de Maya, siendo aún muy niño
ya dejó sentir su espíritu inquieto y
aventurero: con el caparazón de una
tortuga inventó la lira y se la cambió a
su hermano Apolo (a quien astutamente le había robado su ganado) por el
caduceo o bastón de la concordia.
Protector del comercio y de lo que se
Cultura Clásica
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pacta en tratos, pasa por ser el inventor de las pesas y medidas usadas en
las transacciones comerciales.
POSEIDÓN / NEPTUNO
El mar «de amplio regazo» es el
dominio de Poseidón, sus profundidades lo cobijan, es también el dios de
las aguas continentales. Su sonrisa
(como la del mar) es abierta y refrescante, pero su cólera -como la de su
hermano Zeus- estremece. Infinitas
criaturas habitan sus aguas: las Nereidas de argentados pies, el viejo y multiforme Proteo, las seductoras Sirenas,
además de su esposa Anfitrite, hermana de Tetis. Padre del cíclope Polifemo, odiaba al astuto Ulises, a quien
tanto hizo errar por sus marinos dominios mientras regresaba a su patria
Ítaca después de permanecer diez
años en el sitio de Troya.
ZEUS / JÚPITER
Desde su olímpico trono, Zeus,
padre de dioses y de hombres, es el
soberano de las alturas, «el que
amontona las nubes», lanza el rayo y
administra la Justicia. Tan sólo contra
el Destino no puede combatir. Su carácter enamoradizo le llevó a unirse
tanto con diosas como con mujeres
mortales, por lo que muchas grandes
familias pretendieron contar entre sus
antepasados con algún hijo de
Zeus/Júpiter. En él se da como en ningún otro dios la mezcla de lo sublime y
de lo frívolo.
Nombre
griego
Nombre
latino
Elementos
Ideas que representan
Atributos
Zeus
Júpiter
El cielo y el
aire
El poder
El águila, el cetro
y el rayo
Hera
Juno
El cielo
El matrimonio
El pavo real
Poseidón
Neptuno
El mar
La cólera
El tridente
Apolo
Febo
El Sol
Démeter
Ceres
La Tierra
Artemisa
Diana
Ares
Marte
Hermes
Mercurio
Atenea
Minerva
Afrodita
Las artes, las letras y la El arco, la lira y
música
el laurel
La fecundidad
El arco y el ciervo
El casco y la lanEl odio
La guerra
za
El petaso, el caEl ingenio La actividad, el comercio duceo, las alas
en los pies
El arco, la lira y
La inteligencia
La sabiduría
el laurel
La Luna
La caza, la castidad
Venus
El amor
La belleza
Hefestos
Vulcano
El fuego
Hestia
Vesta
El hogar
Segundo GES
La gavilla
La paloma
El yunque y el
martillo
Las virtudes domésticas El fuego sagrado
La industria
Cultura Clásica
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2. Vestidos y Comidas.
El Banquete
Información
2.1. El Vestido en Grecia y Roma
Grecia
En Grecia, la vestimenta de las
personas fue variando a lo largo de los
siglos, pero, en época clásica, era la
siguiente:
Los hombres llevaban sólo una
túnica. En invierno, un manto sobre los
hombros y enrollado alrededor del
cuerpo. Otro manto, llamado clámide,
sujeto sobre el hombro derecho con
una hebilla, se llevaba en los viajes y
en la guerra.
Las mujeres llevaban una camisola sobre el cuerpo, y por encima, la
túnica y el manto. Ésta era una vestimenta más arcaica que el peplo, una
larga tela fina rectangular que cubría
todo el cuerpo y se ceñía en la cintura,
dejando los brazos libres. Los griegos
teñían sus ropas de diferentes colores
y usaban distintos tipos de sandalias o
borceguíes.
Roma
En Roma, los hombres llevaban
sobre la piel una túnica hasta la rodilla,
ceñida con un cinturón. Sobre ella vestían la prenda más característica de un
ciudadano: la toga. Era una gran pieza
de tela semicircular, gruesa y de lana
en invierno y fina en verano, enrollada
en torno al cuerpo y sobre un hombro;
era complicada de colocar, ya que sus
abundantes pliegues debían ser arreglados y presentar una caída elegante.
Los romanos despreciaban, como
prenda ridícula y poco viril, los pantalones o calzones, que usaban los bárbaros.
Segundo GES
Las mujeres vestían una túnica
larga, de lana, lino, algodón o seda.
Sobre ella podían llevar un traje largo,
la stola, sujeto con un cinturón. Para
salir a la calle se ponían por encima
un manto o palla, que les cubría la cabeza y la espalda.
Todos usaban como calzado
solea o sandalias, o calcei, un calzado
de cuero que se sujetaban con tiras o
cintas alrededor del empeine y el tobillo. Variadas joyas completaban el ornato de las mujeres ricas. Los hombres sólo llevaban un anillo. Son famosos los peinados de las mujeres romanas y el desarrollo de las artes de la
peluquería (se podía rizar el cabello,
teñirlo, usar postizos o pelucas, etc.).
2.2. Las Comidas
La dieta de la antigua Grecia
era frugal y poco variada. La comida
más importante era la cena, ya que al
mediodía se tomaba un ligero almuerzo y por la mañana un trozo de pan
mojado en vino, con aceitunas o higos
secos. La base de la alimentación la
constituían los cereales, las legumbres
y las hortalizas, especialmente ajos y
cebollas, todo ello condimentado con
aceite de oliva. Las frutas frescas, salvo la uva, escaseaban, y se sustituían
por higos secos o nueces. El consumo
de carne no era muy frecuente, a diferencia del de pescado y queso, que
suministraban a los griegos las proteínas necesarias.
La miel era muy apreciada, para
consumo directo y como principal
edulcorante de pasteles y vinos, en la
elaboración de refrescos como el hidromiel (como su nombre indica, bebida de agua y miel), etc.
Se elaboraban variados vinos,
y, como en Roma, se consumían rebajados con agua, o también especiados
o aromatizados.
Cultura Clásica
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Los romanos, excelentes gastrónomos con una cocina muy elaborada, disponían de todos los productos
que hoy día cultivamos en el Mediterráneo, excepto los que nos llegaron
de América (patata, tomate, maíz,
café, azúcar...) y los cítricos de origen
chino y japonés que generalizaron los
árabes. Era famosa la abundancia y
variedad de los productos hortofrutícolas, procedentes de los fértiles campos
del Lacio y la Campania, que se exhibían en los mercados de Roma, cuyos
habitantes eran muy amantes de las
hortalizas tempranas y las frutas variadas.
Eran grandes amantes del pescado, mariscos, ostras y moluscos marinos. Establecían en las costas piscifactorías en las que, incluso, criaban
peces. Allí los ponían en salazón y
elaboraban el garum, salsa famosísima en toda la Antigüedad, hecha de
un triturado de pequeños pescados
fermentados (la del sur de Hispania
era especialmente apreciada).
Al ganado habitual los romanos
añadieron el conejo, que consiguieron
domesticar (antes sólo era producto
de caza).
Su repostería elaboraba variados dulces que han perdurado hasta
hoy como hojaldres y bizcochos (el bis
coctum o pastel «cocido dos veces»).
Los romanos ya utilizaban la
mayoría de las especias que actualmente conocemos; muchas procedían
del comercio con el lejano Oriente.
Había puntos notorios de elaboración de vinos con «denominación de
origen», envasados, como el aceite,
en ánforas.
Los romanos nos han transmitido su régimen de comidas, aunque el
horario exacto de su realización presente variaciones de unos países a
otros: iniciaban el día con un desayuno o lentaculum, a base de queso,
pan, tostadas o dulces, etc.; a las doce
Segundo GES
tomaban un ligero almuerzo o prandium, y la comida más importante era
la cena, que, como en la Europa central, era mucho más temprana que la
nuestra, y constaba de distintos entrantes, uno o más platos principales
de carne o pescado y postres.
2.3. El Banquete
En la Antigüedad clásica, el
banquete era toda una institución. En
Grecia se llamaba simposion («reunión de bebedores») y, en Roma, convivium (algo así como «situación de
vida en común» o incluso «acto comunitario vivificador»). Desde la más remota Antigüedad, el banquete no sólo
ha sido un rito placentero sino que
también ha servido para reforzar la solidaridad de los hombres en momentos
cruciales de la vida: sacrificios a los
dioses (banquete religioso), bodas
(banquetes nupciales), entierros (banquetes funerarios), o cuando se quiere
rendir culto a la amistad.
El simposio era el banquete típico de la Grecia antigua; los invitados
se descalzaban y eran coronados de
guirnaldas de flores, se pronunciaban
discursos, se cantaban poemas, se
establecían juegos, etc. El simposio
constaba de dos partes: el deipnon
(comida), y el potos (la bebida). Esta
segunda parte se iniciaba con una libación en honor de Zeus o de Dioniso,
y el canto de un peán en honor de
Apolo. Se elegía un simposiarca o director del banquete, que determinaba
la proporción de agua que había que
mezclar al vino en la cratera y dirigía
el entretenimiento. Las mujeres no podían asistir, excepto las flautistas, danzarinas o heteras, a las que se pagaba
por amenizar la velada. Un personaje
característico, ridiculizado en la comedia, era el parásito (parásitos, de pará,
«junto a», y sitos, «trigo, alimento»),
que vivía comiendo de los demás, a
cambio de sus chistes u otras habilidades.
Cultura Clásica
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El ritual era muy similar en
Roma, con la diferencia de que las romanas participaban plenamente en él.
En ambos casos los participantes comían y bebían reclinados en divanes.
Todas las casas acomodadas
disponían de una sala, especialmente
lujosa, para banquetes (el triclinium de
la casa romana), que se celebraban a
la hora de la cena y podían prolongarse por espacio de muchas horas.
A c t i v i d a d e s
1. Después de leer la información anterior, responde a las siguientes
cuestiones:
a. Enumera las prendas que
componían el vestido en Grecia y Roma.
b. En la actualidad, ciertas personas, en determinadas circunstancias, pueden llevar
una vestimenta llamada toga.
¿Sabes quiénes?
c. La dieta de los griegos era
poco variada, pero bastante
sana. ¿Por qué? ¿Cómo se
llama la dieta que actualmente se considera la más sana?
d. ¿A qué crees que se debe la
diferencia entre la dieta griega y la romana?
e. ¿Quiénes eran los parásitos
y por qué se les daba este
nombre? ¿Qué entendemos
hoy por esta palabra?
f. ¿Cuál era el horario de las comidas en la Antigüedad clásica?
2. Lee ahora este epigrama de Marcial
(III, XIV).
Si Febo huyó de la mesa y la cena de Tiestes
no lo sé: yo huyo, Ligurino, de la tuya.
Sin duda es opulenta
y bien provista de soberbios manjares,
pero nada le acaba de gustar a uno,
si te pones a recitar.
No quiero que me sirvas rodaballos
Segundo GES
o un salmonete de dos libras,
ni quiero setas, ni quiero ostras:
quiero que te calles.
a. Según una leyenda, Tiestes
se hizo amante de la mujer
de su hermano Atreo. Este,
como venganza, mató a los
hijos de Tiestes y se los sirvió a éste en un guiso. Se
dice que el sol, horrorizado,
detuvo su carrera en el cielo
al contemplar el terrible espectáculo. Explica con tus
palabras lo que dicen los dos
primeros versos del anterior
poema. ¿Recuerdas de quién
era padre Atreo?
b. En los banquetes actuales,
¿se suele recitar, cantar o
pronunciar un discurso?
c. ¿Qué es lo que disgusta a
Marcial de los banquetes de
Ligurino?
3. Lee estos dos textos y comenta si
las preocupaciones que reflejan
existen ahora:
a. METRO. Te traigo a estas señoras, Cerdón, para ver si puedes mostrarles un trabajo digno de tus manos.
CERDÓN. Sentaos, Metro... y tú, Pisto,
abre el armario de arriba y trae nuestros
mejores productos. ¡Ah, querida Metro!,
qué trabajos vais a ver. Mira primero este
par, Metro, la suela sin defecto alguno y
perfectamente ajustada. ¡Miren también
ustedes, señoras! Si este par no es de su
agrado, el muchacho les sacará otro y otro
hasta que se convenzan de que Cerdón no
miente. Tráeme todas las cajas de zapatos, Pisto; es preciso que las señoras se
vayan a casa bien cargadas. Tenemos calzado de todo tipo: de Sición, de Ambracia,
zapatos lisos de color verde loro, cañameñas, chinelas, botas jónicas abotonadas,
pantuflas de noche, zapatos de tacón de
color cangrejo, sandalias argivas de color
escarlata, juveniles, de paseo... Decid de
qué tipo os gustan más a cada una de vosotras.
Herodas, VII, 1 y ss.
Cultura Clásica
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b. Oculta tus defectos y disimula todo lo que
puedas las imperfecciones de tu cuerpo: si
eres bajita, permanece sentada para que
no parezca que estás sentada cuando estás de pie... La que es muy delgada debe
llevar vestidos de tejido grueso y un amplio
manto que caiga desde los hombros; la
que es pálida, que cubra su cuerpo con telas a rayas de color púrpura... Un pie feo
pide zapatos blancos como la nieve; unas
piernas flacas jamás deben mostrarse sin
cintas; a unos hombros puntiagudos les
van bien unas ligeras hombreras; el pecho
liso debe ir ceñido por un corsé...
Ovidio Arte de amar, III, 261-274
4. Consejos de Apicio, un célebre gastrónomo romano, para conservar
frescos los alimentos:
Receta para que las carnes sin salar se mantengan frescas: se cubre de miel la clase de
carne fresca que desees y se conserva en un
recipiente: gástala cuando quieras. Esto resulta mejor en invierno: en verano la carne durará sólo unos pocos días. Se puede hacer del
mismo modo con la carne cocida. Para que
duren más tiempo las tripas de cerdo o ternera y las patas cocidas, sumérgelas en un jarabe hecho de vinagre, sal y miel, de manera
que queden cubiertas. Consúmelas cuando
quieras y te admirará su sabor.
Para que las uvas duren mucho tiempo: elige
uvas sanas y sin lesiones, cuécelas en agua
de lluvia hasta que ésta se haya reducido a la
tercera parte y las colocas en un recipiente
junto con el agua de su cocción. Tapa el recipiente y cubre su exterior con una capa de
pez, luego enyesa todo su exterior. Se coloca
en un sitio fresco, donde no tenga acceso el
sol. Cuando quieras, pica el exterior del vaso
y ábrelo: encontrarás las uvas frescas y perfectamente verdes. El agua de las uvas la
puedes gastar como hidromiel para los enfermos. [...] Para que duren más las manzanas y
las granadas se escaldan un momento en
agua hirviendo: se sumergen y se sacan al
instante, y se mantienen colgadas...
Apicio, De re coquinaria, I, 7 y 12
b. ¿Sabes qué es un escabeche y para qué se utiliza en
cocina?
c. ¿Sabes cómo se llevan a
cabo las conservas vegetales? ¿En qué tipo de recipientes se envasan y por
qué?
5. Platón (Banquete, 177a y 178c) nos
describe un banquete griego:
Después de que terminaron de comer, hicieron una libación y, tras entonar el canto en honor del dios y realizar los demás ritos, se dispusieron a beber [...]. Se acordó por todos que
no se emborracharían y que cada uno bebería
sólo lo que le apeteciera [...].
Pues bien, dijo Erixímaco, una vez hemos convenido que cada uno beba lo que
quiera y nadie se exceda, opino que se mande a paseo a la flautista que acaba de entrar.
Que se vaya a tocar para sí o, si lo prefiere,
para las mujeres que están allá dentro. Nosotros pasaremos la velada en alguna conversación general, y, si no tenéis inconveniente,
os propondré el tema [...]. Cada uno de nosotros improvisará por turno un discurso, lo más
bello que pueda, en alabanza del amor. Y correrá la voz de izquierda.
a. ¿Cuál es la finalidad que persiguen estas recetas? ¿Qué
hacemos hoy día para alcanzar ese objetivo?
Segundo GES
Cultura Clásica
a. ¿A qué momento del banquete se refiere el texto?
b. ¿En honor de qué dios se entona el canto y cómo se llamaba éste?
c. ¿Qué función desempeña
Erixímaco en este banquete?
(Consulta la información que
te proporciona el fragmento
anterior).
d. En cinco o seis líneas, escribe en tu cuaderno una alabanza al amor.
e. ¿Qué papel tenían ciertas
mujeres griegas en un simposio?
Página 73
Segundo GES
Cultura Clásica
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9
El Retorno de
los Griegos
El Comercio y
la Navegación
Segundo GES
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Segundo GES
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b. ¿Cómo llamaron los romanos
a Odiseo?
c. ¿Cuál es la actitud de Helena
al ser rescatada por su marido?
Tema 9
1. El Retorno de los
Griegos
A c t i v i d a d e s
1. Lee detenidamente y responde a las
cuestiones de los siguientes textos:
a. Los griegos, después de incendiar la ciudad de Troya, se llevaron todas sus riquezas a las naves. Con ellos arrastraban a
las troyanas: unas todavía solteras, otras
recién sometidas por sus esposos al yugo
del amor, otras con canosas trenzas; y
otras, más jóvenes, de cuyos pechos les
arrebataron a sus hijos, ansiosos de una
leche que sería la última en sus labios.
También Menelao sacaba a su esposa de
la ciudad en llamas, dando fin a su magna
empresa. A la divina Casandra la llevaba
Agamenón, a Andrómaca, el noble hijo de
Aquiles. Por su parte Odiseo arrastraba a
la fuerza a Hécuba. Cada uno conducía a
una de las troyanas, entre sollozos, hacia
sus naves. ¡Qué grandes lamentos los suyos, cuando, en contra de su voluntad, les
llegó el día de la esclavitud!
Pero a Helena no la envolvían los gemidos. Inquietaban sus entrañas innumerables pensamientos: temía que los aqueos
la ultrajaran al llegar a las oscuras naves.
Y, con la cabeza cubierta bajo su velo, siguió las huellas de su marido con las mejillas ruborizadas por la vergüenza.
A su alrededor las tropas se maravillaban al contemplar el esplendor y la encantadora belleza de aquella mujer sin tacha.
Nadie se atrevía a ofenderla con insultos,
sino que la miraban embelesados como a
una diosa. Pues ya no recordaban sus dolorosas fatigas ni el tumulto de la guerra. Y
es que Citerea dispuso así la mente de todos ellos para rendir homenaje a Helena,
la de ojos negros, y a Zeus, su padre.
Quinto de Esmirna, Posthoméricas, XIV, 7
Eurípides, en Las Troyanas,
721 ss., hace que el heraldo Taltibio
comunique a Andrómaca el destino
que los griegos han reservado para su
hijo, todavía un niño:
b. Odiseo impuso su opinión entre todos los
griegos argumentando que no hay que dejar crecer al hijo de un padre tan excelente
y que hay que arrojarlo desde lo alto de los
muros de Troya. Acepta la decisión. No te
aferres a él, Andrómaca, y soporta con nobleza tu infortunio. No creas que tienes
fuerza ni esperes ninguna ayuda. Tu ciudad ha sido destruida, tu marido ha muerto
y tú eres una prisionera. [...]. Por ello te
aconsejo que no te resistas ni que hagas
nada indigno ni que provoque nuestro odio.
Tampoco te aconsejo que lances maldiciones contra los aqueos. Pues, si dices algo
que irrite al ejército, tu hijo no recibirá sepultura ni tendrán de él compasión. En
cambio, si callas y aceptas tu desgracia,
no dejarán su cadáver insepulto y tú misma conseguirás la benevolencia de los
aqueos.
a. ¿De quién eran esposas Andrómaca y Hécuba? ¿De
quién era hija Casandra?
Segundo GES
Cultura Clásica
a. ¿Qué suerte decidieron los
griegos para el hijo de Héctor
y Andrómaca? ¿Por qué razón?
b. ¿Por qué crees que, cuando
se tomaba una ciudad, se
mataba a los hombres, incluso a los niños, y se hacía prisioneras a las mujeres?
¿Crees que esta diferencia
se debía a una mayor valoración social de las mujeres?
¿Ocurre hoy lo mismo?
c. ¿Con qué amenaza Taltibio a
Andrómaca para que no se
resista a entregar a su hijo?
Página 77
d. ¿Recuerdas por qué era tan
importante para los griegos el
ritual funerario?
c. Cuando se disiparon las sombras de la noche, los hijos de los aqueos se levantaron
de sus lechos, deseosos de volver al hogar. Jubilosos habrían arrastrado las naves
hacia el Ponto si no los hubiera detenido el
esforzado hijo de Aquiles, que los convocó
a una asamblea y les reveló el encargo de
su padre: «Oíd todos el mandato de mi glorioso padre, que me comunicó esta noche
mientras dormía en mi cama. Pues me
aseguró que se encontraba entre los sempiternos inmortales y os exigía a vosotros y
al Atrida, vuestro rey, que cogierais del botín de guerra un hermosísimo presente de
honor, a Políxena, la de lindo peplo, para
llevarla a su tumba y sacrificarla en su honor. Si no le hacéis caso y os embarcáis,
os amenaza con encrespar contra vosotros
las olas del Ponto y retener aquí durante
mucho tiempo a las tropas con sus naves».
Cuando llegaron a la tumba del divino
Aquiles, su hijo atravesó con la espada la
garganta de la doncella, que al instante
abandonó la muy amada existencia. [...]
Entonces se calmó el oleaje y amainó la
terrible borrasca y la bonanza apaciguó las
corrientes.
Quinto de Esmirna, Posthoméricas,
XIV, 228 ss.
entregársela, y los dioses hicieron que por
fin las nupcias se llevaran a cabo. Mandábala, pues, con caballos y carros, a la ínclita ciudad de los mirmidones donde aquél
reinaba. Y al propio tiempo casaba con
una hija de Aléctor a su hijo, el fuerte Megapentes, que ya en edad madura había
procreado en una esclava; pues a Helena
no le concedieron los dioses otra prole que
la amable Hermíone la cual tenía la belleza
de la áurea Afrodita.
(Menelao recibe a los dos forasteros sin preguntarles quiénes son, de
acuerdo con las leyes de hospitalidad,
pero por el parecido cree reconocer al
hijo de Odiseo).
Mientras tales pensamientos revolvían
en su mente, salió Helena de su perfumada habitación de alto techo, semejante a
Ártemis, la que lleva arco de oro. Sus esclavas le pusieron un sillón hermosamente
construido, un tapete de lana, un canastillo
de plata con los bordes de oro repleto de
hilo, que le había regalado la mujer del rey
de Egipto, y le colocaron encima la rueca
con lana color violáceo. Helena se sentó
en el sillón, que estaba provisto de un escabel, y al momento interrogó a su marido
por los dos forasteros.
Homero, Odisea, IV, 1 ss.
a. ¿Qué otro nombre recibía
Esparta entre los griegos?
b. ¿Cómo se llamaban los hijos
de Menelao y con quiénes se
casaron? ¿Qué pasó finalmente con Helena?
c. Según el texto, ¿cuál era la
ocupación habitual de las
mujeres, mientras los hombres conversaban?
a. ¿Recuerdas cómo se llamaba el hijo de Aquiles?
b. ¿Quién es Políxena? ¿A qué
otro sacrificio para obtener
vientos favorables te recuerda el de Políxena?
En la Odisea, Telémaco, hijo de
Odiseo, junto con el hijo de Néstor, se
dirige a Esparta en busca de noticias
de su padre.
d. Apenas llegaron a la vasta y cavernosa Lacedemonia, fuéronse derechos a la mansión del glorioso Menelao y lo hallaron con
muchos amigos, celebrando el banquete
de la doble boda de su hijo y de su ilustre
hija. A ésta la enviaba al hijo de Aquiles, el
que rompía filas de guerreros; pues allá en
Troya prestó su consentimiento y prometió
Segundo GES
e. Y todos los argivos habrían llegado al
sagrado suelo de la Hélade si la hija del
tronante Zeus, Atenea, no se hubiera indignado contra ellos. Llena de cólera se plantó junto a Zeus y le dijo: «Padre Zeus, ya
nadie venera la justicia ni hay pudor alguno
entre los hombres. Yo misma ni me quedaré en el Olimpo ni me llamaré hija tuya, si
no puedo castigar las fechorías de los
aqueos, porque dentro de mi templo el hijo
Cultura Clásica
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de Oileo cometió contra mí una gran falta».
[...] Tomó las armas de su padre, sacudió
el gran Olimpo y removió las nubes y todo
el aire en las alturas. El mar retumbaba
con inefables gemidos y levantó olas como
montañas. Y para acarrearle a Áyax la
muerte y el desastre, lanzó un rayo sobre
su nave y la hizo añicos. Y al culpable lo
dejó clavado en una aguda roca.
Escaparon de la muerte fatal unos pocos, a quienes salvó un dios o un numen
valedor
Quinto de Esmirna, Posthoméricas,
XIV, 420 ss.
b. ¿A quién se refiere Casandra
en el texto cuando habla de
una leona, un lobo y un
león?
c. ¿Cómo calificas la actitud de
Casandra ante su muerte?
¿Cuál es su último deseo?
d. ¿Dónde estaba Orestes, el
hijo de Agamenón y de Clitemnestra? ¿Por qué Casandra le llama vástago matricida?
a. ¿Recuerdas qué había hecho
Áyax, el hijo de Oileo, para
que Atenea estuviera tan furiosa con él? ¿Cómo murió?
g. La misma decisión tomó tu padre contra
Esquilo pone en escena a Casandra, ante las puertas del palacio de
Micenas, vaticinando la muerte de
Agamenón, la suya y las posteriores
de Clitemnestra y Egisto.
f. ¡Ay, ay, Apolo Licio, ay de mí! ¡Esta leona
de dos pies, que con un lobo se acuesta,
mientras está ausente el noble león, me va
a dar muerte a mí desdichada! Y, afilando
el puñal contra su marido, alardea de que
éste va a pagar con su vida el haberme
traído aquí. [...]
Pero no moriremos sin ser vengados
por los dioses, pues en su momento llegará nuestro vengador, un retoño matricida
que vengará a su padre. Exiliado, vagabundo, desterrado de esta tierra, volverá
para culminar los crímenes de su familia.
[...]
En estas puertas yo saludo la entrada
del Hades y suplico recibir un golpe certero, para que, mientras fluye mi sangre trayéndome una muerte rápida, cierre mis
ojos sin miedo.
Esquilo, Agamenón, 1.256 ss.
quienes debían de haberle sido más queridos [...]. Pero él, engañando a mi hija con
la promesa de una boda con Aquiles, se la
llevó lejos del palacio hasta las naves retenidas en Áulide. Allí la extendió sobre un
altar y segó el blanco cuello de Ifigenia [...].
Sin embargo, yo, a pesar de haber recibido
esta injusticia, no me habría encolerizado
hasta el punto de matar a mi marido. Pero
luego vino con una doncella poseída por
un dios, una ménade, y la introdujo en su
lecho, de modo que éramos dos novias viviendo en una misma casa. Las mujeres
somos insensatas, no lo niego. Pero cuando el marido comete el error de despreciar
el lecho conyugal, la mujer quiere imitarlo y
busca otro amante. ¿Van a estallar, entonces, los reproches contra nosotras, mientras que los hombres, los verdaderos culpables, no van a recibir ninguna censura?
[...] ¿Acaso él podía, sin pagar con su vida,
dar muerte a mis hijos, y yo debía recibir
de él mi castigo? Yo lo maté, tomé el único
camino que me era accesible y me dirigí
hacia sus enemigos (Egisto). Habla, si te
parece, y libremente dime si tu padre no
murió con justicia.
Eurípides, Electra, 1.012, ss.
a. ¿Por qué los ancianos que
escuchan a Casandra no hacen nada para evitar la muerte del rey Agamenón y la de
la propia Casandra?
Segundo GES
Cultura Clásica
a. ¿Quién habla en este texto y
a quién?
b. ¿Quién es la doncella poseída por un dios que viene de
Troya con Agamenón? ¿Por
qué la llama así Clitemnestra?
c. Según Homero, fue Egisto
quien sedujo a Clitemnestra y
dio muerte a Agamenón.
Página 79
¿Coincide esa versión con lo
que se dice aquí?
d. ¿Cómo justifica Clitemnestra
su adulterio y el asesinato de
Agamenón? ¿Qué opinas de
sus explicaciones?
2. El Comercio y la
Navegación
Aproximación Inicial
•
Orestes justifica de este modo
el asesinato de Clitemnestra, su madre, a pesar de que ésta intentó disuadirlo mostrándole el pecho, símbolo
para los griegos de la maternidad.
•
•
h. Y Clitemnestra -me avergüenza llamarla mi
madre- con una relación voluntaria y vergonzosa se unió al lecho de otro hombre.
Egisto era el esposo clandestino en el palacio. Yo lo maté y maté a mi madre, cometiendo un acto impío, pero para vengar a
mi padre, [...] y con ello he hecho un bien a
toda Grecia. Pues, si las mujeres llevan su
audacia hasta el punto de asesinar a sus
maridos, buscando un refugio frente a sus
hijos e intentando despertar su compasión
al mostrarles sus pechos, no tendrá ninguna importancia para ellas dar muerte a sus
esposos con cualquier pretexto. Yo he destruido esta costumbre. Con justicia odiaba
y maté a una madre que, en ausencia de
un esposo que era el caudillo de los ejércitos de toda la tierra griega, lo traicionó y no
conservó su lecho sin mancilla. Cuando se
sintió culpable, no se impuso un castigo a
sí misma, sino que, por temor a ser castigada por su marido, condenó y asesinó a
mi padre. [...] Por la audacia de ésta me vi
privado de padre y me convertí en matricida. Ya ves, Telémaco no ha matado a la
esposa de Odiseo, pues ella no sustituyó a
su esposo con otro hombre, sino que su lecho permanece intacto.
Eurípides, Orestes, 359 ss.
a. ¿Qué razones da Orestes
para justificar sus crímenes?
¿Qué opinas de sus explicaciones?
b. ¿Sabes cómo se llamaba la
esposa de Odiseo y madre
de Telémaco? ¿Cuál fue su
conducta en los veinte años
que Odiseo estuvo ausente?
Segundo GES
¿Sabes cómo eran las naves
de griegos y romanos?
¿Qué tipo de comercio crees
que se realizaba en Grecia y
Roma?
¿Conoces el nombre de alguna
ciudad comercial importante?,
¿y el de alguna colonia de tipo
comercial? (Si te sirve de pista,
mercado, en griego, es emporion).
Información
2.1. La Navegación
El mar fue siempre el elemento
que les resultó más familiar a los griegos. A lo largo de la historia se sirvieron de él para recolectar sal, obtener
alimento, desplazarse y establecer relaciones comerciales. Los griegos
siempre fueron marineros prudentes:
procuraban navegar sólo de día, arrojaban el ancla por la noche y no salían
del puerto durante el invierno. En sus
mitos imaginaron el mar poblado de
todo tipo de peligros (rocas móviles
que chocaban entre sí, torbellinos
como el de Caribdis, monstruos como
Escila, islas habitadas por seres terribles y malignos, etc.), que sus grandes héroes aventureros, como Odiseo
o Jasón, tuvieron que sortear. Por ello,
los griegos procuraban no estar demasiados días sin avistar tierra, lo que no
les resultaba difícil, debido a la gran
cantidad de islas y promontorios del
mar que baña Grecia. No sabemos en
qué época los habitantes de Grecia se
decidieron a construir navíos para surcar el mar. Desde el 2.800 a. de C. encontramos vasijas cretenses por las riberas del Mediterráneo, lo que indica
Cultura Clásica
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el dominio que tenían del mar los habitantes de la isla de Creta. Entre los siglos XVIII y XV a. de C. construyeron
una brillante civilización y, gracias a su
excelente situación geográfica y a su
importante flota, establecieron factorías en las costas del mar Egeo y comerciaron con Egipto, Siria y Mesopotamia.
Ya en época histórica, desde
mediados del siglo VII hasta finales del
VI a. de C., los griegos se lanzaron al
mar en busca de nuevas tierras donde
asentarse, obligados por un crecimiento demográfico que la pobreza del
suelo griego no podía abastecer. Este
fenómeno se conoce como la gran colonización, y sembró de colonias griegas las costas de Sicilia, el sur de Italia y de Francia, el litoral oriental de
España y el Mar Negro. Estas colonias, llamadas apoikía, eran auténticas
poleis griegas y se diferenciaban de
los asentamientos puramente comerciales (llamados emporion) como Náucratis en Egipto o Empúries en España.
Los griegos y los romanos distinguían básicamente dos tipos de naves: las largas, para la guerra, y las
mercantes, para el comercio. Las naves mercantes dependían de las velas
para desplazarse y eran más redondeadas; en cambio, las naves de guerra se desplazaban con la fuerza de
los remos.
Frente a las naves fenicias o
egipcias, los griegos innovaron creando los llamados birremes y trirremes,
naves muy alargadas que no tenían
una sola fila de remos a cada lado del
barco, sino dos a cada lado, en el
caso de los birremes, y tres en el de
los trirremes. Cada trirreme ateniense
poseía doscientos remos y era tripulado por un número similar de hombres.
Estas naves de guerra se utilizaban
para atacar desde el mar a las ciudades enemigas, desembarcando la in-
Segundo GES
fantería y, lógicamente, en las batallas
navales.
Los griegos, por la pobreza de
su suelo, la dificultad de las comunicaciones terrestres y la lentitud de los tiros de bueyes, prefirieron desde muy
pronto el tráfico marítimo al transporte
terrestre. En cambio, los romanos no
fueron grandes marinos, sin embargo,
vencieron a los cartagineses y alcanzaron el dominio de todas las tierras ribereñas del mar Mediterráneo, al que
llamaron Mare Nostrum.
Primero, los romanos imitaron
las naves griegas y cartaginenses,
pero luego crearon un nuevo tipo de
nave: la liburna, muy rápida y ligera,
con una sola fila de remeros y una
vela cuadrada. Las naves de guerra
romanas estaban inspiradas en los birremes y trirremes griegos. Además,
poseían muchas naves de transporte,
que abastecían regularmente a Roma
de todos los productos del Imperio.
2.2. El Comercio
La economía griega se basaba
tradicionalmente en la agricultura, la
ganadería y la pesca. Pero la pobreza
del suelo y la abundancia de puertos
naturales hicieron del comercio una
actividad floreciente desde tiempos
antiguos. Atenas, Corinto y varias ciudades de Asia Menor y Sicilia desarrollaron una próspera vida comercial. El
puerto de El Pireo se convirtió en uno
de los principales centros de tráfico
mercantil. De él salía aceite, vino,
lana, mármol, armas, artículos de alfarería, utensilios y también objetos de
arte, destinados a los mercados extranjeros. Se importaba sobre todo
grano de Egipto, Sicilia y las costas
del Mar Negro, así como otros productos alimenticios, maderas, hierro, cobre, estaño, además de esclavos, procedentes de las colonias y del extranjero.
Cultura Clásica
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En Roma, las conquistas militares produjeron un extraordinario auge
del comercio, y, cuando Roma se convirtió en la capital de un gran imperio,
a la metrópoli llegaban productos de
todo el mundo conocido, y muchas familias amasaron grandes fortunas con
la actividad comercial. El puerto de
Ostia era uno de los de mayor tráfico
comercial; también favorecieron el comercio entre Roma y todos los rincones del Imperio las excelentes vías
que se construyeron y la llamada «paz
romana», que permitió que los caminos y los mares fueran seguros para el
tráfico de mercancías.
A pesar de la intensa actividad
comercial desplegada por griegos y romanos, no desapareció nunca en el
mundo clásico la desconfianza hacia
el comerciante; se mantuvo el tópico
de considerarlo un hombre que buscaba el lucro sirviéndose de la astucia, el
engaño y el fraude.
A c t i v i d a d e s
1. A partir de la información anterior
responde a las siguientes cuestiones:
a. ¿Por qué razón colonizaron
los griegos las riberas del
Mediterráneo? ¿Conoces algún fenómeno parecido en
otras épocas históricas?
b. ¿Qué diferencia hay entre
una apoikía y un emporion?
c. ¿Cómo se llamaban las naves de guerra griegas?, ¿y
las romanas?
d. ¿En qué se diferenciaban las
naves de guerra y las comerciales en la Antigüedad?
e. ¿Qué elementos favorecieron
el auge del comercio en
Roma?
f. ¿Cómo llamaron los romanos
al mar Mediterráneo y por
qué?
Segundo GES
g. ¿Qué opinión se tenía en
Grecia y Roma de los comerciantes? ¿Es la misma que la
que tenemos nosotros?
2. Este texto narra cómo los corintios
impusieron el arte de la navegación:
Se dice que los corintios fueron los primeros
que innovaron el arte naval y que fue Corinto
el primer lugar de Grecia donde se construyeron trirremes. Y es que Corinto, por estar en el
Istmo, fue desde siempre plaza comercial,
pues antiguamente tanto los de dentro como
los de fuera del Peloponeso se comunicaban
unos con otros más por tierra que por mar, a
través del territorio de aquéllos, y eran poderosos por su riqueza. Una vez que los griegos
se hicieron más navegantes, los corintios se
deshicieron de los piratas. Procurándose navíos y convirtiendo su ciudad en un centro de
tráfico terrestre y marítimo, la hicieron poderosísima gracias a sus ingresos.
Tucídides, 1,13
a. Sitúa en el mapa mudo del
Anexo el Peloponeso, Corinto y su Istmo.
b. ¿Qué es un trirreme?
c. ¿Qué proporcionaba a los corintios grandes ingresos?
¿Crees que es importante la
situación geográfica para que
exista un gran centro comercial?
3. De este fragmento se deduce la importancia que tenía el puerto de El
Pireo para los griegos:
Además, como el territorio que ha adquirido
cada pueblo no es autosuficiente, sino que carece de unas cosas y tiene excedente de
otras, y como es muy difícil encontrar un lugar
donde vender unas e importar otras, nuestra
ciudad también ayudaba en estas dificultades;
pues estableció una especie de mercado en
medio de toda Grecia, El Pireo, cuya abundancia es tal que lo que en otros mercados es
difícil de encontrar incluso por separado, todo
ello es fácil adquirirlo en él.
Isócrates, Panegírico, 42
Cultura Clásica
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a. ¿Dónde está el puerto de El
Pireo? ¿Existe todavía?
b. ¿Qué importancia tiene este
puerto para Grecia, según el
texto?
4. En este texto de una comedia de
Plauto (Anfitrión) habla un dios:
mejorar; que veáis crecer continuamente los
beneficios en los negocios ya empezados o
en los que vais a emprender. Queréis, además, que os traiga buenas noticias: sabéis
que los otros dioses me han concedido y conferido el gobierno de las noticias y de las ganancias.
Plauto, Anfitrión, 1 ss.
Vosotros en vuestros comercios, en las compras y ventas que hacéis, queréis tener mi
protección, deseáis que os haga ganar y os
favorezca en cualquier circunstancia; deseáis
que negocios y cuentas os lleven siempre a
a. ¿Qué dios mensajero y patrón de los comerciantes habla en este texto?
Segundo GES
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Segundo GES
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10
Las Aventuras
de Ulises
El Ocio en Grecia
y Roma
Segundo GES
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Segundo GES
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Tema 10
1. Las Aventuras de
Ulises
Aproximación Inicial
•
•
•
El regreso de Ulises a su patria
y las múltiples aventuras que
corrió están narrados en una
obra de Homero. ¿Sabes cuál
es su título?
Resume brevemente, si las conoces, algunas de estas aventuras.
¿Recuerdas el nombre griego
de Ulises?, ¿y el de su mujer y
su hijo?
Información
1. La vuelta de Ulises
Ulises, ya terminada la guerra
de Troya, emprendió camino hacia su
patria, Itaca, donde se hallaba su esposa, Penélope, su hijo y su anciano
padre. En la isla de los cícones, donde
los vientos los llevaron, recogió un riquísimo botín para ofrendar a su esposa. Pero cuando estaban por partir, los
habitantes de la isla cayeron sobre
ellos y mataron a parte de la tripulación.
Su siguiente parada fue en la
isla de los lotófagos, que se alimentaban con una flor llamada loto que provocaba el olvido del pasado, cercano o
remoto, así como los proyectos para el
porvenir. Los lotófagos recibieron a los
hombres de Ulises con la flor de loto,
ellos la aceptaron y olvidaron su deber.
2. Ulises y los cíclopes
Ulises cargó con sus hombres
hasta las naves, continuando así con
su viaje hasta que alcanzó a ver una
Segundo GES
hermosa isla, y junto a doce de sus
compañeros se adentró en ella. No
tardaron en ver una cueva llena de
quesos y tiernos cabritos: era la cueva
del gigante Polifemo, hijo de Poseidón,
quien en ese momento no se encontraba allí. Ulises y sus hombres decidieron llevarse algo de la cueva,
pero cuando Polifemo entró en ella levantó una enorme piedra tapando la
entrada de la cueva, dejando a Ulises
y sus hombres dentro de ésta. Polifemo, quien todavía no los había descubierto, empezó a ordeñar a sus animales. Luego, prendió una hoguera que
iluminó a los navegantes. Polifemo
preguntó quiénes eran, y el muy valiente Ulises le explicó que eran navegantes que venían de la guerra de
Troya y que bajo las órdenes de Zeus,
le pedían hospitalidad. Polifemo les
explicó que los cíclopes no creían en
los dioses, por lo que tomando dos navegantes los partió por la mitad y se
los comió. Lo mismo sucedió la mañana siguiente, y al terminar de comer
salió con sus rebaños. Antes de que
volviera, Ulises ya había ideado un
plan.
Al día siguiente Polifemo comió
dos hombres más y al terminar, Ulises
le dio a probar vino; el gigante tomó
tanto vino que quedó ebrio. Entonces
Ulises dijo que su nombre era «Nadie»
y que todos lo llamaban así, luego procedió a clavar un palo en el único ojo
de Polifemo, quien estaba dormido. Al
despertar, Polifemo llamó a sus hermanos, ya que él no podía hallar a los
navegantes, sus hermanos preguntaban qué era lo que le ocurría, y éste
respondió: «Nadie me ha traicionado».
Sin más, los hermanos no lo escucharon. Para asegurarse de que los navegantes no escaparan, corrió la piedra y
él mismo tapó la salida de la cueva. Al
día siguiente Polifemo salió con su rebaño mientras Ulises y sus hombres
se colocaron debajo de los corderos,
Cultura Clásica
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logrando así escapar. Al llegar a la
nave, Ulises gritó a Polifemo que la
persona que lo había dejado ciego se
llamaba Ulises. Polifemo pidió a su padre que hiciera lo imposible para que
Ulises no llegara a la tierra prometida,
y Poseidón lo escuchó.
3. Ulises y Circe
Pronto llegaron a la isla gobernada por Eolo, el rey de los vientos.
En esta isla no había mal ninguno, y
Eolo regaló a Ulises los vientos, envueltos, todos menos el viento del
Oeste. Este viento sopló suavemente
durante nueve días, se llegaba a ver
de cerca la tierra prometida, hasta que
la curiosidad de los hombres de Ulises
despertó y dejaron escapar todos los
vientos, provocando un violento huracán que los llevó hasta la isla de Eolo
otra vez. Ellos pararon de nuevo en la
isla y le pidieron a su amigo que los
ayudase a llegar a su patria, otra vez,
pero éste, decepcionado, los echó.
Un par de días después llegaron a una isla; todas las naves, excepto la de Ulises, estaban en el puerto.
Esta isla estaba habitada por gigantes,
que devoraron sin compasión a todas
las naves del puerto y a los navegantes que se encontraban en ellas: sólo
Ulises y los tripulantes de su nave se
salvaron.
La próxima isla en la que pararon pertenecía a la maga Circe. Ulises
separó a los tripulantes en dos grupos,
uno estaba encabezado por él y el otro
por Euriloco; el grupo de Euriloco fue
el elegido para entrar en la isla. Encontraron el palacio de Circe, al que
entraron todos menos Euriloco. Circe
les dio a todos una droga para perder
la memoria y luego los convirtió en
cardos. Al ver que los tripulantes no
salían, Euriloco se dirigió a Ulises,
quien fue a buscar a los tripulantes. En
el camino, encontró a Hermes, quien
le dio algunas órdenes para que no le
pasara lo mismo que a sus compañe-
Segundo GES
ros. Ulises cumplió con las órdenes de
Hermes, y de esta manera triunfó. No
sólo transformó a sus amigos en humanos otra vez, sino que los invitó a
un maravilloso festín. Los navegantes
pasaron un año en la isla de Circe,
hasta que un día comprendieron que
era hora de partir. Circe advirtió a los
navegantes de todos los peligros que
iban a sufrir, y cómo combatirlos. Sin
más, partieron.
4. Ulises y las sirenas
Uno de los peligros era el de la
isla de las sirenas. Emitían un canto
irresistible pero en el fondo, aunque
eran muy lindas y sus cantos muy dulces, eran malas personas.
Siguiendo los consejos de Circe, Ulises se ató y el resto de los tripulantes se taparon los oídos, de esta
manera lograron pasar por la isla de
las sirenas. Luego remaron con todas
sus fuerzas hundiendo los remos, hasta salvar las Rocas Erráticas, donde el
agua choca con las rocas formando un
gran remolino.
5. Nuevos peligros
Más allá había un lugar angosto
por el que deberían pasar, en éste habitaban Escila y Caribdis. Escila era
una especie de animal que vivía en
una cueva, tenía doce patas y doce
cabezas, y cada vez que pasaba alguien los devoraba sin piedad, únicamente la parte inferior de su cuerpo
permanecía dentro de la cueva. Caribdis era un monstruo que tres veces al
día absorbía agua y todo lo que pasaba por la zona, luego lo soltaba, pero
convertido en restos informes. Al llegar
a la zona, los tripulantes no alcanzaban a ver a Escila, y como un monstruo estaba enfrentado al otro, se corrieron para el lado contrario al del
monstruo Caribdis, para evitar ser absorbidos, pero al acercarse salió de la
cueva Escila, llegando a atrapar a algunos tripulantes.
Cultura Clásica
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Luego llegaron a la isla en donde se guardaban los ganados del Sol;
como todos estaban muy cansados
decidieron parar y descansar un rato,
pero Circe había advertido que si mataban a alguna oveja sólo Ulises llegaría a Itaca. Él había advertido a los tripulantes de esto, pero lo ignoraron y
comieron los ganados del Sol.
Partieron lo más rápido posible,
pero una nube negra apareció arriba
de ellos y todos los tripulantes menos
Ulises cayeron al mar y murieron. Así,
Ulises se dejó arrastrar por los vientos,
pero luego se dio cuenta que todo ese
tiempo había estado retrocediendo y
que se hallaba donde Escila y Caribdis
otra vez. Ulises pudo salvarse de estos peligros por segunda vez.
Nueve días anduvo de aquí
para allá, hasta que ya vencido se
chocó contra una isla, la de Calipso.
6. Ulises y Calipso
Al llegar a la isla, Calipso, que
era temida por todos los hombres, trató con dulzura y cuidó a Ulises durante
ocho largos años. Sin embargo él
siempre estaba triste. La diosa Atenea
sintió mucha pena por él. Ya que Poseidón se había ido, Atenea acudió a
los dioses y les explicó la situación de
Ulises. Los dioses mandaron a Hermes para que comunicase a Calipso el
deseo que ellos tenían de que Ulises
volviera a su patria. Aunque esto le
dolió mucho, ella ayudó a Ulises a volver a Ítaca. Ulises navegó tranquilo
durante 18 días. Al volver, Poseidón
comprendió que otros dioses estaban
del lado de Ulises y que lo estaban
ayudando a llegar a su patria: al verlo
tranquilamente viajando hacia la isla
de los feacios, se enojó y desató una
tormenta encima de él. En ese momento Ulises pensó que hubiera sido
mejor morir en Troya que sufrir todo lo
que él sufría, hasta que una ola destrozó el barco y tiró al héroe al mar.
Segundo GES
7. Atenea protectora
La diosa Atenea, dice a Ulises
que se saque las ropas mojadas, que
se ponga su velo, que nade hasta la
tierra y que suelte su velo al mar. Al
principio Ulises no obedeció, pero
cuando se dio cuenta que no había
nada más por hacer decidió obedecerla. Después de una larga lucha, que
duró dos días, Atenea logro que dejaran de soplar todos los vientos contra
él, menos el viento norte, a quien ordenó que soplara fuerte. Cuando estaba por llegar, temía que una ola lo
arrastrara hasta chocarlo con una
roca, pero Atenea le dio la idea de que
entre una ola y otra nadara rápidamente hasta una roca y se aferrara a
ella; así logró pasar ese obstáculo.
Luego, intentó buscar el mejor lugar
para tocar tierra; cuando pensó que lo
había encontrado, se encontró con la
desembocadura de un río, pero éste
se apiadó de él y sus aguas corrieron
con tranquilidad. Moribundo llegó el
héroe, mientras las aguas se abrieron
para dar paso a Atenea. El héroe, contento, daba gracias a la ninfa.
8. Nausicaa
La diosa Atenea le comunicó a
Nausicaa que al día siguiente tendría
que ir a lavar la ropa con uno de los
mejores carros, y le dijo que pronto se
iba a casar. Nausicaa obedeció las órdenes, y al día siguiente fue con sus
amigas y sus esclavas a lavar la ropa.
La reina, madre de Nausicaa, había
preparado unos ricos bocados. Al terminar de lavar, colgaron la ropa, y
mientras ésta se secaba, comieron y
jugaron a la pelota; al ver que la ropa
estaba seca, Nausicaa arrojó la pelota
a una de las esclavas pero ésta no la
atrapó y la pelota cayó al mar, las chicas lanzaron un grito que despertó a
Ulises, quien se tapó como pudo y fue
donde ellas. Todas se asustaron, excepto Nausicaa, quien le obsequió
ropa de su hermano y lo llevó hasta la
Cultura Clásica
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entrada de su ciudad; luego, él, caminó hasta el palacio.
9. Ulises entre los feacios
Al llegar al palacio, los padres
de Nausicaa lo recibieron con riquísimos bocados, le obsequiaron todo lo
que necesitaba para llegar a su isla e
hicieron varias fiestas en su honor. En
la última, se cantaron cánticos referidos a Ulises (los reyes del pueblo no
sabían quién era él) y al ver sus lágrimas, tuvo que confesar quién era. En
poco tiempo, había partido con un grupo de navegantes a su patria tan querida, Ítaca. Cuando llegaron Ulises
dormía, por lo que los marinos lo dejaron durmiendo en su patria. Al despertar, éste no la reconoció y pensó que
lo habían engañado; entonces apareció Atenea, y le contó todo lo que había pasado en Ítaca.
10. La tela de Penélope
En ausencia de Ulises, un grupo de hombres había presionado a
Penélope a casarse con uno de ellos,
pero ésta, hábilmente, propuso algo:
dijo que se casaría cuando terminara
de tejer una tela, que tejía de día y
deshacía por la noche. Todos los muchachos que pretendían a Penélope
eran muy codiciosos, lo único que les
importaba era el dinero, que disfrutaron por años.
Un día estaban todos comiendo
hasta que apareció un hermoso guerrero, que era Atenea disfrazada, y Telémaco, el hijo de Ulises, la invitó a
pasar. La diosa comentó a Telémaco
que su padre estaba vivo, que tenía
que madurar y en el Consejo echar a
todos esos hombres de su casa. Los
hombres no hicieron caso a Telémaco,
ni creyeron que Ulises estuviera vivo.
11. Telémaco
Atenea propuso a Telémaco
emprender un viaje en busca de su
padre, ella ya sabía que Ulises estaba
en Ítaca, pero le propuso esto para
que fuese un muchacho más valiente.
Segundo GES
Telémaco aceptó la propuesta, debido
a sus ansias por ver a su padre. Al
partir, pidió a su nodriza que preparase abundante comida para el viaje y
que no dijera nada a su madre acerca
de su viaje hasta que hubiera partido.
La nodriza prometió no decir nada. Un
día, mientras los pretendientes de Penélope gozaban de una cena, un señor, a quien Atenea le había pedido
prestado la nave, llegó al lugar y preguntó si Atenea había vuelto, porque
necesitaba su nave. De esta manera,
los pretendientes se enteraron de que
Telémaco había partido, y Penélope
se entristeció mucho. Mientras tanto,
Telémaco estaba junto a Atenea en
una isla, en la cual lo trataron bien
pero no le supieron dar información alguna sobre Ulises.
12. Ulises en su patria
Atenea convirtió a Ulises en un
anciano mendigo, le dijo que había un
señor en Itaca que había sido fiel a él
y a su familia, por lo que podía permanecer junto a él. Mientras tanto, Atenea le comunicó a Telémaco que ya
era hora de volver. Apenas llegó, se
dirigió al mismo lugar que Ulises sin
saber que él estaba allí. Pero como
Ulises estaba disfrazado de mendigo,
Telémaco no lo reconoció. Al rato, Atenea devolvió a Ulises a su forma natural, y le permitió que dijera a su hijo
quién era: muy contentos se abrazaron y pasaron un buen rato. Al otro
día, Ulises, disfrazado de mendigo, se
dirigió al palacio, donde se encontraba
su tan amada esposa y todos sus fastidiosos pretendientes. Al llegar, el único que lo reconoció fue su perro,
quien, por el esfuerzo que hizo al menear su cola y su vejez, murió. Apenas
llegó, la nodriza le limpió los pies y vio
una marca, una marca en el pie de Ulises que siempre lo había distinguido,
de esta forma se dio cuenta de quién
era ese mendigo. Más tarde, el mendigo recomendó a Penélope que dijera
que ella se casaría con quien pudiera
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colocar doce flechas, una al lado de la
otra, en la pared. Todos pensaron que
iba a ser una prueba fácil, pero nadie
lo logró, excepto Ulises, quien acabó
matando uno por uno a los pretendientes de su esposa. Finalmente, le descubrió a la fiel Penélope su verdadera
identidad.
A c t i v i d a d e s
1. Lee los siguientes textos y responde
por escrito a las cuestiones que siguen a cada uno de ellos.
a. Discurrió en su espíritu este engaño: se
puso a tejer en el palacio una gran tela sutil e interminable, y al punto nos habló de
esta manera:
«¡Jóvenes, pretendientes míos! Ya
que ha muerto Odiseo, aguardad, para reclamar mi boda, a que acabe este lienzo, a
fin de que tenga sudario Laertes cuando lo
sorprenda la Parca de la aterradora muerte. ¡No se vaya a indignar alguna de las
aqueas del pueblo, si ve enterrar sin mortaja a un hombre que ha poseído tantos
bienes!
Así dijo, y nuestro ánimo se dejó persuadir. Desde aquel instante pasaba el día
tejiendo la gran tela y, por la noche, tan
pronto se alumbraba con las antorchas,
deshacía lo tejido. De esta suerte logró
ocultar el engaño durante un trienio; mas,
así que vino el cuarto año, habló una de
las mujeres, que conocía muy bien lo que
pasaba, y la sorprendimos cuando destejía
la espléndida tela. Así fue como, mal de su
grado, se vio en la necesidad de acabarla.
Homero, Odisea, II, 94 ss.
a. ¿Quién crees que es el narrador de este texto?
b. ¿Quién tramó el engaño de
tejer y destejer el lienzo?
¿Con qué fin?
c. ¿Por qué los jóvenes itacenses quieren casarse con Penélope?
d. ¿Quién es Laertes? ¿Recuerdas quién era la Parca?
Segundo GES
b. Después de haber rogado con votos y súplicas al pueblo de los difuntos, tomé las
reses, las degollé encima del hoyo, corrió
la negra sangre, y al instante se congregaron, saliendo del Erebo, las almas de los
muertos [...]. Agitábanse todas con grandísimo murmullo alrededor del hoyo, unas
por un lado y otras por otro; y el pálido terror se apoderó de mí [...] y yo, desenvainando la aguda espada me senté y no permití que las inanes cabezas de los muertos
se acercaran a la sangre antes de que hubiera interrogado a Tiresias [...]. Vino el
alma del tebano Tiresias y me habló de
esta manera:
«¡Laertíada, Odiseo, fecundo en ardides! Apártate del hoyo y retira la aguda espada, para que, bebiendo la sangre, te revele la verdad de lo que quieres [...]. Buscas la dulce vuelta, pero un dios te la hará
difícil; pues no creo que le pases inadvertido al que sacude la tierra, quien te guarda
rencor en su corazón, porque se irritó
cuando le cegaste a su hijo. Pero aún llegarías a la patria, si quisieras contener tu
ánimo y el de tus compañeros así que ancles tu nave en la isla Trinacia, y halléis
paciendo las vacas y las ovejas del Sol,
que todo lo ve y todo lo oye. Si las dejaras
indemnes, aún llegarías a Ítaca, después
de soportar muchas fatigas; pero si les
causaras daño, desde ahora te anuncio la
perdición de la nave y de tus compañeros.
Y aunque tú te liberes, llegarás tarde y
mal, habiendo perdido a todos tus compañeros, en nave ajena, y hallarás en tu palacio otra plaga: unos hombres soberbios,
que se comen tus bienes, y pretenden a tu
esposa, a la cual ofrecen regalos de boda
[...]».
Después vino muy angustiada el alma
de Agamenón Atrida y dijo: «[...] Tú acertaste a poseer una esposa virtuosísima.
Como la intachable Penélope ha tenido tan
excelentes sentimientos y ha guardado tan
buena memoria de Odiseo, el varón con
quien se casó virgen, jamás se perderá la
gloriosa fama de su virtud y los inmortales
inspirarán a los hombres cantos en su honor. No se portó así la hija de Tindáreo,
que, maquinando inicuas acciones, dio
muerte a su marido; por lo cual ha de ser
objeto de odiosos cantos y ya acarreó triste fama a las débiles mujeres, sin exceptuar las que son virtuosas».
Homero, Odisea, XI, 34 ss.
Cultura Clásica
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a. ¿Quién habla en este texto?
¿En dónde tiene lugar la acción?
b. ¿Qué te recuerda ese afán
de las almas de los muertos
por beber la sangre de los
animales sacrificados? ¿Qué
simboliza la sangre en nuestra cultura?
c. ¿Quién es Tiresias? ¿Y el
dios que sacude la tierra?
d. ¿Quién es el hijo de este dios
al que Odiseo cegó?
e. ¿Qué ocurre en el palacio de
Odiseo durante su ausencia?
f. ¿A qué hija de Tindáreo se
refiere Agamenón?
g. ¿Qué tipo de mujeres simbolizan Penélope y Clitemnestra?
h. Comenta la última frase de
Agamenón sobre la fama que
Clitemnestra ha dado a todas
las mujeres, incluso a las virtuosas.
cómo, finalmente, llegó a los feacios, quienes le honraron cordialmente, y lo condujeron en una nave a su patria, después de
regalarle oro, bronce y vestidos en abundancia.
Esto fue lo último que dijo pues ya le
vencía el sueño que relaja los miembros y
deja el espíritu libre de inquietudes.
Homero, Odisea, XXIII, 300 ss.
a. ¿Quién es Eolo? ¿Qué sabes
de la engañosa Circe?
b. ¿Qué es una ninfa? ¿Por qué
crees que Odiseo prefiere
volver a su pequeña y pobre
patria en lugar de disfrutar
junto a Calipso del placer, la
juventud y la inmortalidad?
c. ¿Cómo se llama el rey de los
feacios? ¿Y su hija?
2. El Ocio en Grecia y
Roma
Aproximación Inicial
•
c. Después de que los esposos hubieron disfrutado del deseable amor, entregáronse al
deleite de la conversación. La divina entre
las mujeres le contó cuánto había sufrido
durante su ausencia y Odiseo le narró sus
extraordinarias aventuras; y el sueño no se
puso en sus ojos hasta que acabó el relato.
Empezó contándole cómo había vencido a los cícones, y le fue refiriendo su llegada al fértil país de los lotófagos, cuánto
hizo el Cíclope y cómo él tomó venganza
de que le hubiese devorado despiadadamente a sus fuertes compañeros; cómo
pasó a la isla de Eolo [...]. Describióle también los engaños y artimañas de Circe,
cómo bajó a la lóbrega morada de Hades,
cómo oyó más tarde el cantar de las sirenas, cómo pasó por las horrendas Escila y
Caribdis, cómo sus compañeros mataron
las vacas del sol, cómo llegó a la isla Ogigia y a la ninfa Calipso, la cual lo retuvo en
huecas grutas, y le dijo repetidas veces
que lo haría inmortal y le eximiría para
siempre de la vejez, sin que jamás pudiera
infundirle la persuasión en el pecho, y
Segundo GES
•
•
•
¿Qué haces en tu tiempo de
ocio? Enumera las actividades
más frecuentes con las que la
gente se divierte en nuestra sociedad.
¿Qué actos tienen lugar en la
fiesta mayor de tu localidad y
cuál es su origen o significado?
¿Sabes cuál es el origen de los
actuales juegos olímpicos?
¿Podrías describir cómo es un
teatro griego o romano?, ¿hay
alguno cerca de la localidad
donde vives?
Información
«Una vida sin fiestas es un largo camino sin posadas», había escrito
el filósofo griego Demócrito. Como en
otros lugares, las fiestas en Grecia y
Roma tienen un origen religioso. Debido al carácter rural de la primitiva so-
Cultura Clásica
Página 92
ciedad griega y romana, la mayoría de
las grandes fiestas coinciden con las
épocas cruciales del año: siembra, siega y vendimia. Lo común a todas las
fiestas era el sentimiento de gratitud
hacia los dioses y, como ocurre en todos los pueblos del mundo, la alegría
colectiva. Procesiones, sacrificios y
juegos constituían los actos principales de las celebraciones.
2.1. Los Juegos
Los juegos más importantes de
la antigua Grecia eran los llamados
panhelénicos, en los que tomaba parte
la totalidad del mundo griego a través
de sus delegados oficiales: se celebraban en Olimpia (juegos olímpicos),
Delfos (juegos píticos), en Nemea y en
el Istmo de Corinto; dedicados respectivamente a Zeus, Apolo, Zeus y Poseidón.
Los juegos olímpicos se celebraban, a partir del año 776 a. de C., y
cada cuatro años, en el santuario de
Olimpia, entre finales de julio y principios de septiembre. Se realizaba una
ceremonia inaugural en la que las delegaciones nacionales desfilaban y
realizaban sacrificios y ofrendas a los
dioses. Las competiciones deportivas
eran muy variadas: carreras pedestres, lanzamiento de jabalina, de disco,
salto de altura y longitud, pugilato,
etc., pero la competición más espectacular era la carrera de carros. En la
ceremonia de clausura, tras una procesión y un banquete, los ganadores
recibían las coronas confeccionadas
con ramas del olivo sagrado que, según la leyenda, había plantado Hércules. Las mujeres no podían participar
en los juegos ni como deportistas ni
como espectadoras. No obstante,
cada cuatro años y en fechas distintas,
las mujeres organizaban los juegos
hereos, solo para mujeres, consagrados a la diosa Hera.
Para los griegos, dispersos por
todo el litoral mediterráneo, los juegos
Segundo GES
fueron siempre el lazo que les hizo recordar sus intereses comunes, su comunidad de origen y la pertenencia a
una cultura con unos ideales que los
distinguían de los bárbaros. Por ello,
los juegos fueron siempre acompañados de treguas, durante las cuales habría sido sacrílego declarar o continuar
una guerra.
Los juegos incluían también audiciones musicales (de flauta, lira, cítara, canto y poesía con acompañamiento musical), danzas, recitales poéticos,
declamaciones y espectáculos dramáticos. Ello respondía al ideal del hombre clásico, que se expresaba en la
máxima mens sana in corpore sano,
referida tanto al cultivo armónico del
cuerpo (para alcanzar la belleza física
y la salud) como de la mente (para alcanzar la belleza moral).
2.2. El Teatro
El teatro nació en Grecia relacionado con el culto a Dioniso. En las
dos grandes fiestas que tenían lugar
en Atenas en honor de este dios (las
Grandes Dionisas y las Leneas), al
menos desde el 535 a. de C., se celebraban competiciones teatrales. Los
autores de comedias y de tragedias
presentaban sus obras a los magistrados, los cuales seleccionaban a tres
poetas trágicos y tres cómicos, entre
los que se elegía a los dos ganadores
finales, votados por un jurado seleccionado al azar.
El teatro era un espectáculo
eminentemente popular, que en Atenas sirvió para formar y entretener a
los ciudadanos. Las tragedias tenían
como tema los grandes mitos y leyendas, y en ellas se trataban las grandes
cuestiones y contradicciones de la
vida social, política y religiosa de la
Atenas del siglo V a. de C. En las comedias, por el contrario, la acción se
situaba en el presente, los personajes
y el argumento eran fruto de la fantasía del autor y en ellas todo era risa y
Cultura Clásica
Página 93
alegría, aunque también se incluían
críticas feroces contra ciudadanos
concretos o contra las instituciones.
El carácter educativo y político
del teatro griego fue evolucionando
hasta convertirse en algo destinado ya
sólo a entretener al público. En Roma,
poco a poco, fue perdiendo espectadores hasta convertirse, como ocurre
hoy día, en un espectáculo para minorías cultas.
2.3.
Ludi
Romani
Romanos»)
(«Juegos
Los romanos fueron grandes
aficionados a los combates que se celebraban en el anfiteatro (el más importante fue el anfiteatro Flavio o Coliseo, inaugurado en el 80 d. de C., con
una capacidad para 45.000 espectadores), en el que se llevaban a cabo
distintos espectáculos:
Los combates de gladiadores
constituían uno de los espectáculos
preferidos por los romanos. Los gladiadores eran hombres condenados a
muerte, esclavos castigados por sus
dueños u hombres libres muy pobres
que probaban suerte en la lucha. Se
entrenaban en escuelas especiales. El
día del combate realizaban el desfile
en la arena y pronunciaban el saludo
ritual: Ave, Caesar, morituri te salutant; se examinaban las armas y se
sorteaban las parejas de gladiadores.
El público empezaba a gritar y animaba al luchador por el que había apostado. Cuando uno de ellos caía vencido al suelo, pedía clemencia al público, aunque la decisión final correspondía al emperador o a las vestales; si el
público consideraba que había luchado bien, levantaba el pulgar para solicitar el perdón; pero, si mostraba el
pulgar hacia abajo, significaba que se
pedía la muerte del vencido, el vencedor lo degollaba y obtenía la palma
como símbolo de victoria. Después de
muchos combates victoriosos, a un
Segundo GES
gladiador se le concedía una espada
de madera y se le permitía retirarse.
Las venationes consistían en
una exhibición de animales exóticos,
luchas entre animales, combates entre
hombres y fieras y ejercicios de doma.
Las naumaquias reproducían
batallas navales y se ofrecían en pocas ocasiones. Se practicaban en determinados estadios o anfiteatros que
podían llenarse de agua, y los combatientes luchaban entre sí simulando
batallas navales históricas. El emperador Claudio organizó una naumaquia
en la que combatieron 19.000 hombres.
Las ejecuciones de los condenados a las bestias era un espectáculo tremendamente cruel, en el que
hombres indefensos eran devorados
por fieras hambrientas.
Pero el espectáculo que encendía más pasiones en Roma eran las
carreras de carros, celebradas en el
circo. Los carros se llamaban bigas, si
estaban tirados por dos caballos, trigas, por tres, y cuadrigas, por cuatro,
los más usuales. Cada carro representaba a un bando o facción: los blancos, los verdes, los azules y los rojos.
El auriga tenía que ser muy diestro
con el látigo y las riendas para controlar a los cuatro caballos a la vez y evitar choques con otros carros. El público realizaba grandes apuestas por su
bando preferido y, al final, tras la victoria de un bando, una parte del circo se
mostraba pletórica, mientras que los
perdedores parecían desesperados.
En el Circo Máximo de Roma cabían,
en época de Julio César, 150.000 espectadores sentados.
Además de estas manifestaciones de ocio institucionalizadas, durante el resto del año, griegos y romanos
contaban con la infraestructura necesaria para su ocio: tenían palestras,
gimnasios, baños públicos o termas,
que favorecían el ejercicio físico, la hi-
Cultura Clásica
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giene y el cuidado del cuerpo y fomentaban las relaciones sociales entre los
ciudadanos.
A c t i v i d a d e s
1. Después de leer la información anterior, responde a las siguientes
cuestiones:
a. ¿Cuál es la finalidad primitiva
de las fiestas?
b. ¿Qué competiciones deportivas se realizaban en los antiguos juegos olímpicos?
c. ¿Qué significado tenían para
los griegos los juegos deportivos? ¿Mantienen el mismo
significado los juegos actuales?
d. ¿Qué diferencias hay entre
una tragedia y una comedia?
e. ¿Hay algún espectáculo actual que te recuerde a alguno
de los Ludi Romani?
2. En este texto, un griego explica a un
extranjero algunas de las competiciones que se realizan en los juegos olímpicos.
-El ejercicio que se desarrolla en el lodo se llama lucha y también aquél que se celebra en
medio del polvo; al ejercicio que consiste en
golpearse uno a otro permaneciendo de pie
ambos contendientes lo llamamos pancracio.
Tenemos otros ejercicios: el pugilato, el disco,
el salto, etc., y de todos ellos organizamos
competiciones. El que sale vencedor de la
prueba es considerado el mejor en su especialidad y recibe los premios correspondientes.
-¿Y cuáles son los premios que otorgáis?
-Coronas de olivo en las Olimpiadas, coronas
de pino en el Istmo; entretejidas de apio en
Nemea; en Delfos manzanas de las consagradas al dios, y ánforas llenas de aceite en las
Panateneas.
Luciano, Anacarsis, 7, 9
a. ¿Qué competiciones deportivas se describen? ¿Se practican actualmente?
Segundo GES
b. ¿A qué juegos panhelénicos
se refiere el texto? ¿Dónde
se celebraban y en honor de
qué dios?
c. ¿Qué opinas de los premios
que se otorgaban y de que
los griegos compitieran más
por la gloria que por el dinero? ¿Ocurre hoy lo mismo
entre los deportistas de elite?
3. Marcial cuenta de qué manera, en
una ocasión, dos gladiadores fueron declarados victoriosos.
Finalmente se puso fin a este igualado combate: los dos lucharon a la par, ambos cayeron del mismo modo. A los dos les concedió
César la palma y la espada de madera: tal recompensa ganaron por su habilidad y valor.
Bajo ningún otro príncipe sucedió esto: que
dos hombres lucharan y ambos resultaran
vencedores.
Marcial, Sobre los espectáculos, 29
a. ¿De qué tipo de espectáculo
se habla en este texto?
b. ¿Qué simboliza la palma y la
espada de madera?
c. ¿Existen hoy día espectáculos violentos o que inciten a
la violencia?
4. Sófocles cuenta la caída de Orestes
cuando participaba en una carrera
de cuadrigas:
Dos cuadrigas corrían parejas y a veces uno,
a veces otro, llevaba la ventaja. Pero Orestes,
aflojando la rienda izquierda en el preciso momento en que el caballo daba la vuelta, chocó
con la meta sin advertirlo. El eje de las ruedas
se quiebra y él se cae de la rampa del carro.
Se enreda con las bien cortadas riendas y,
mientras cae al suelo, los caballos corren desbocados. Los espectadores, al ver que se ha
caído del carro, gritan y se lamentan por el infortunado joven. Sigue arrastrado por el suelo
con las piernas en alto, hasta que otros aurigas a duras penas detienen la carrera y lo liberan de las riendas. Estaba cubierto de sangre y en un estado tan lastimoso que ninguno
de sus amigos lo habría reconocido.
Sófocles, Electra, 721 ss.
Cultura Clásica
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a. ¿Recuerdas de quién era hijo
Orestes?
b. ¿Qué es una cuadriga?
¿Quiénes son los aurigas?
c. ¿Por qué crees que, en todas
las épocas, gustan tanto los
deportes de riesgo o los de
competición entre equipos o
pueblos?
5. En este texto se describe el espectáculo de un condenado a las bestias:
Segundo GES
Como Prometeo encadenado en la roca alimentó al buitre insaciable con su hígado exuberante, así Lauréolo, atado a una cruz, ofreció sus miembros desnudos a un oso de Calcedonia.
Sus miembros desgarrados palpitaban, mientras manaba la sangre, y su cuerpo
ya no parecía un cuerpo humano en ninguna
de sus partes.
Marcial, Espectáculos, VII
Cultura Clásica
a. ¿Por qué estos espectáculos,
soportables para los romanos, no lo son para nosotros?
b. ¿Se celebra hoy día algún
espectáculo sangriento?
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11
La Leyenda de Eneas
El Urbanismo
en Grecia y Roma
Segundo GES
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Segundo GES
Cultura Clásica
Página 98
Tema 11
1. La Leyenda de
Eneas
Aproximación Inicial
•
•
•
•
•
¿Cómo fue el final de la guerra
de Troya?
¿Qué fue de la ciudad de Troya?
¿Qué les sucedió a los troyanos
tras la guerra?
¿Recuerdas quién era Eneas?
¿Qué sabes de la fundación de
Roma?
había revelado a Latino que un hombre llegado del mar se desposaría con
su hija y crearía un gran imperio en
nombre de los latinos. Entonces Turno
y Eneas se declaran la guerra y empiezan a batallar durante un buen
tiempo. Un día vienen aliados de uno y
otro día de otro, y la batalla nunca termina. Mientras, en el cielo, Afrodita y
Hera ayudan a unos y a otros sin que
Zeus le otorgue la victoria a ninguna.
Al final, Eneas mata a Turno en un
combate y consigue la mano de Lavinia. Entonces funda un reino que algún día se convertirá en Roma.
A c t i v i d a d e s
1. Lee los siguientes textos y responde
a sus cuestiones:
Información
Eneas, príncipe troyano, huye
de la ciudad tras haber sido quemada
por los aqueos. Se lleva a su padre y a
su hijo a rastras, y su mujer le sigue a
pocos pasos. Pero ella perece en la
oscuridad, y Eneas, desesperado, embarca con otros supervivientes en busca de una nueva tierra. Su enemistad
con Hera le lleva a navegar errante
durante mucho tiempo, hasta que es
arrojado a las costas del norte de África, en Cartago. Allí habita la reina
Dido, que se enamora de él y lo retiene largo tiempo. El reino es hospitalario y todos los troyanos quieren quedarse en Cartago, pero Eneas sabe
que es en Italia donde debe fundar su
imperio. Tras su marcha, Dido se suicida en una pira. En su camino hasta
Italia desciende a los infiernos, donde
su padre, ya muerto, le revela que fundará un imperio floreciente, Roma,
hasta la época de Augusto.
Eneas llega al Lacio, donde gobierna el rey Latino. La hija de Latino,
Lavinia, está prometida a Turno, el
caudillo de los rútulos, pero el oráculo
Segundo GES
a. Me cubro los anchos hombros y el cuello
con la túnica y con una dorada piel de león
por encima y tomo sobre mí a mi padre Anquises; el pequeño Julo se coge de mi
diestra y me sigue con paso desigual; detrás viene mi esposa Creúsa. Avanzamos
por oscuras calles [...]. Próximo ya a las
puertas, me figuraba que había llegado al
final de mi camino, cuando de pronto me
pareció que llegaba a mis oídos un ruido
repetido de pisadas y mi padre mirando las
sombras grita: «Hijo, huye, hijo; se acercan» [...]. Y mientras a la carrera avanzo
por lugares extraviados y me desvío del
camino conocido, no sé si mi esposa Creúsa se detuvo arrebatada por un desgraciado destino, o se equivocó de camino, o
agotada se sentó. Ni advertí su pérdida, ni
pensé en ella hasta que llegamos al cerro
de la antigua Ceres y a su sagrado templo
[...]. Dejo a la custodia de mis compañeros
a mi hijo, a mi padre Anquises y a los Penates troyanos y los oculto en las profundidades de un valle, y ciñendo mis refulgentes armas vuelvo a la ciudad [...].
Y mientras gritaba delirante el nombre
de Creúsa y corría sin fin por las casas de
la ciudad, apareció ante mis ojos un triste
fantasma, la sombra de la misma Creúsa,
una imagen más grande de la que yo conocía. Me quedé inmóvil, los cabellos se
me erizaron y la voz se me quedó clavada
en la garganta. Entonces ella, tratando de
Cultura Clásica
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desvanecer mis preocupaciones, me dirigió
estas palabras:
«¿De qué te sirve, dulce esposo, entregarte a tan loco dolor? Nada de esto sucede sin la aprobación de los dioses; ni
puedes llevarte de aquí a Creúsa en tu
compañía, ni el mismo rey del celeste
Olimpo lo permite. [...] Te están reservados
prósperos acontecimientos, un reino, una
esposa de regia estirpe; no llores más por
tu amada Creúsa. No veré las soberbias
mansiones de los aqueos, ni seré esclava
de las matronas griegas, yo que soy hija
de Príamo y nuera de la divina Venus, sino
que la gran madre de los dioses me retiene
en estas orillas. Adiós, pues, y conserva
siempre el amor a nuestro hijo».
Una vez dicho esto, me abandonó
cuando deshecho en lágrimas deseaba decirle muchas cosas y se desvaneció en las
etéreas brisas. Tres veces intenté echar
mis brazos en torno a su cuello; tres veces
apresada en vano la sombra se deslizó entre mis manos, como un viento sutil, como
un sueño fugaz.
Virgilio, Eneida, II, 1.028 ss.
a. ¿Recuerdas cuál es el nombre griego de la diosa Ceres?
b. ¿Cuál es el parentesco entre
Eneas y Príamo?
c. ¿Quiénes son Anquises y
Julo?
d. ¿Quién es Creúsa?, ¿qué le
pasó?
e. ¿Por qué los dioses no permiten que se salve Creúsa?
f. ¿Qué te recuerda el fantasma
de Creúsa?
g. ¿Qué prósperos acontecimientos le estaban reservados a Eneas?
h. ¿A qué reino alude Creúsa
para el futuro de Eneas?
b. Éste es mi ruego; este profundo lamento
mezclo con mi sangre. Odiad vosotros, oh
Tirios, desde ahora a su estirpe y a sus
descendientes y ofreced vuestro odio
como presente a mis cenizas; que no haya
nunca amistad ni pactos entre nuestros
pueblos. Nazca de nuestro linaje un vengador que persiga a los troyanos con la llama
Segundo GES
y el hierro ahora y en adelante, en cualquier época en que se enfrenten nuestras
fuerzas. Lo imploro, luchen costas contra
costas, olas contra olas, armas contra armas; que luchen nuestros pueblos y sus
descendientes.
Virgilio, Eneida, IV, 621 ss.
a. ¿Quién habla en este texto?
¿Por qué habla de sangre y
cenizas?
b. ¿Quiénes son los tirios?
c. ¿Cuál es, según el poeta Virgilio, la razón de la enemistad entre romanos y cartagineses que culminó en las
Guerras Púnicas?
d. ¿Qué se quiere decir cuando
se utiliza la expresión «tirios
y troyanos»?
c. Una de las laderas de la roca eubea se
abre en forma de inmensa caverna, a la
que llevan cien anchas bocas con cien
puertas, de las que salen con estruendo
otras tantas voces, respuestas de la Sibila.
Apenas llegaron al umbral, dijo la virgen:
«Éste es el momento de consultar los
hados: ¡he aquí, he aquí el dios!». Apenas
había pronunciado estas palabras a la entrada de la cueva cuando se le inmutó el
rostro, perdió el color y se le erizaron los
cabellos. Jadeando sin aliento, hinchado el
pecho lleno de sacro furor, parece que va
creciendo y que su voz no suena ya como
la de los demás mortales, porque la inspira
la divinidad ya más cercana. Entonces
dice: «¿Demoras tus peticiones, troyano
Eneas?, ¿las demoras? Ten por cierto que
no se abrirán las puertas de este, mi portentoso templo, antes de que las digas».
Un terror helado recorrió los duros
huesos de los troyanos y de lo hondo de
su pecho exhaló Eneas sus plegarias. [...]
Entretanto, aún no sometida del todo
a Febo, se revuelve como una bacante en
su caverna la terrible Sibila, procurando
sacudir de su pecho el poderoso espíritu
del dios: pero cuanto más ella se resiste,
tanto más fatiga él su espumeante boca,
domando aquel fiero corazón e imprimiendo en él su espíritu. Se abren por fin las
enormes puertas del templo y llevan los aires las respuestas de la Sibila: «¡Oh, tú,
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que al fin te libraste de los grandes peligros del mar, otros mayores te aguardan
en la tierra! Llegarán, sí, los hijos de Dárdano a los reinos itálicos, arranca de tu pecho ese cuidado.
Pero también desearán un día no haber llegado nunca. Veo guerras, horribles
guerras, y al Tíber espumeante de sangre:
no te faltarán aquí ni el Simois, ni el Janto,
ni los campamentos griegos: ya tiene el
Lacio otro Aquiles, también hijo de diosa.
Tampoco te faltará aquí Juno, eterna enemiga de los troyanos. [...] De nuevo una
esposa extranjera, por segunda vez, será
causa de tantos males para los troyanos».
Virgilio, Eneida, VI, 62 ss.
a. ¿A qué se dedica la Sibila?,
¿qué le sucede y por causa
de qué dios? ¿Cómo se llama la otra gran profetisa de
este dios y en qué lugar profetiza?
b. ¿Recuerdas quién es Febo?
c. ¿Cuál habrá sido la primera
pregunta de Eneas a juzgar
por la primera respuesta de
la Sibila?
d. ¿Con qué compara la Sibila
las guerras que le esperan a
Eneas? ¿Quién es el nuevo
Aquiles? ¿A qué nuevo matrimonio extranjero se refiere y
con qué lo compara?
d. Allí también entonces el rey Latino, a fin de
obtener oráculos, había inmolado, conforme al rito, cien lanudas ovejas [...] cuando
de pronto salió de lo más hondo de la selva una voz que decía: «No pienses, hijo
mío, en dar a tu hija Lavinia a un esposo
latino, ni creas en las ya preparadas bodas. Vendrá un yerno extranjero, con cuya
alianza se levantará nuestro nombre hasta
las estrellas y cuyos descendientes verán
sometidas a sus pies y regidas por sus leyes cuantas naciones contempla el Sol recorriendo uno y otro Océano».
Virgilio, Eneida, VII, 131 ss.
a. ¿Quiénes son Latino y Lavinia?
Segundo GES
b. ¿Quiénes son los descendientes de los que se habla?
c. ¿De qué naciones y océanos
habla?
d. ¿Cómo se llama esta clase
de respuesta que emite esa
extraña voz de lo hondo de la
selva?
e. Chocan con sus escudos el troyano Eneas
y el heroico hijo de Dauno [...]. Da Turno
un salto, juzgando la ocasión propicia, y erguido el cuerpo y alta la espada, tira un
tajo a Eneas [...]. Mas cuando tuvo que
cruzarse con las armas forjadas por Vulcano, aquella espada, obra de un mortal,
saltó al primer golpe, frágil como el hielo:
sus pedazos resplandecen sobre la roja
arena. Huye pues Turno desalentado y sin
dirección por todo el campo, en raudos giros [...]. Con no menos ligereza le persigue
Eneas [...]. Vuela a semejanza de un negro
turbión la mortífera lanza, y traspasando
los bordes de la loriga y los siete cercos
del escudo, le entra rechinando por mitad
del muslo: dobladas las rodillas, cae en tierra herido el gigantesco Turno. Prorrumpen
los Rútulos en gemidos [...]. Él, humilde y
suplicante, tendiendo a Eneas la vista y las
manos desarmadas, dice: «Merezco lo que
me sucede, no te imploro, haz uso del derecho que te da la suerte, mas si alguna
compasión puede inspirarte un padre desventurado, yo te ruego que te compadezcas de la ancianidad de Dauno: devuélveme a los míos, o por lo menos, devuélveles
mi cuerpo exánime. [...] Tuya es Lavinia;
no vayan más allá tus rencores».
Detúvose el formidable Eneas, suspensa la diestra, indeciso ante lo que debía hacer, y ya empezaban a ablandarle
las palabras de Turno, cuando se ofrece a
su vista en el pecho caído, reluciendo con
sus conocidos resaltos de oro, el infausto
talabarte5 del joven Palante, a quien Turno
diera muerte después de haberle vencido
[...]. No bien Eneas hubo devorado con la
vista aquellos despojos, ocasión para él de
amargo dolor, inflamado por las Furias y
terrible en su cólera, exclamó: «¿De escaparte me hablas cuando te veo vestido con
estos despojos de los míos? Palante es
quien te inmola con esta herida, y con tu
criminal sangre toma venganza». Diciendo
5
Un talabarte es el cinturón que lleva pendientes
los tiros de los que se cuelga la espada o el sable.
Cultura Clásica
Página 101
esto, le hunde ciego de ira la espada en el
pecho.
Virgilio, Eneida, XII, 1.069 ss.
¿Quién es Turno?, ¿y
Dauno?
b. ¿Por qué luchan Turno y
Eneas?
c. ¿Qué le suplica Turno herido
a Eneas?
d. ¿Qué sentimiento provoca a
Eneas esta súplica?
e. ¿Qué mueve a Eneas a matar a Turno?
f. ¿Sería hoy heroico el comportamiento de Eneas?
g. ¿Te recuerda este duelo a algún otro ya conocido?
a. ¿Qué era una vestal?
b. Tito Livio fue un historiador y
no un poeta, como fue Virgilio, ¿qué opina del embarazo
de Rhea Silvia y del episodio
de la loba?
c. ¿Qué dos tradiciones existen
sobre la loba? ¿Cuál acabó
imponiéndose?
d. «Loba» equivale a lupa en latín, pero este término, en la
lengua popular, tiene un doble sentido. ¿Sabes qué es
un lupanar?
e. La Biblia recoge el famoso
episodio de un niño que es
arrojado al río Nilo. ¿Sabes
su nombre?
a.
f. Sucedió que Rhea Silvia fue violentada y de
esta violación resultó madre de dos hijos, y
bien por convencimiento propio, o bien porque era más honesto tener a un dios como
autor de su culpa, lo cierto es que atribuyó
a Marte aquella paternidad desconocida.
Pero ni los dioses ni los hombres pudieron
librar a la madre ni a los hijos de la crueldad del rey: la vestal fue encadenada y
presa, y mandó que se la arrojara al río en
unión de sus dos hijos.
Mas por maravillosa casualidad, el Tíber se había desbordado, formando en las
orillas unas charcas [...], los ejecutores creyeron que en aquellas charcas los niños
podían ahogarse y los arrojaron a la primera charca que encontraron [...]. Existe una
tradición [...] por la cual una loba sedienta,
atraída por el llanto de los niños, bajó de
las montañas y cuando se acercó a ellos,
de tal manera se amansó, que empezó a
amamantarles, y en esta forma fue encontrada por el pastor mayor de los rebaños del rey, que la vio acariciar con su lengua a los niños. Este pastor se dice que se
llevó a los niños y los encomendó al cuidado de su mujer, Laurencia. No falta quienes creen que esta Laurencia era una
prostituta a quien los pastores llamaban
Loba, arrancando de aquí esta maravillosa
tradición [...].
Tito Livio, Ab urbe condita I, VI-VII
Segundo GES
2. El Urbanismo en
Grecia y Roma
Aproximación Inicial
•
•
•
¿Podrías citar algunos de los
servicios de que disponemos
hoy día en una ciudad?
Enumera las ventajas e inconvenientes de vivir en una ciudad.
¿Cuáles son los mayores problemas que tienen nuestras ciudades?, ¿cuáles crees que eran
los de las ciudades de la Antigüedad?
Información
Suele decirse que el urbanismo
moderno y el concepto de ciudad, que
tan importantes son en nuestra cultura
actual, tienen su origen y fundamento
en el mundo grecorromano.
Las primeras ciudades no nacieron ni en Grecia ni en Roma, sino
que aparecieron en el periodo Neolítico, hacia el 6.500 a. de C., pero éstas,
aunque también tenían calles, casas,
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murallas, etc., eran diferentes a las
nuestras y a las ciudades clásicas grecorromanas, pues no estaban al servicio del ciudadano. La mayoría de las
veces, el núcleo principal lo constituía
un palacio real o un importante templo,
en torno al cual se construyeron las viviendas de numerosos servidores, por
lo que estas ciudades son muchas veces agrupamientos de forma globosa,
circular u ovalada, sin estructura regular de calles ni especiales servicios
municipales para los que allí vivían. En
algunas de estas ciudades antiguas se
desarrollaron, no obstante, algunos
servicios como, por ejemplo, estructuras de desagües canalizados. Pero la
ciudad seguía siendo el gran mercado
y fuente de servicios de una pequeña
minoría.
En Grecia existieron ciudadelas
amuralladas, en la época micénica
(1.500-1.150 a. de C. aproximadamente), cuyo modelo determinó seguramente la estructura de muchas ciudades griegas de época Clásica que habían sido centros más antiguos y evolucionaron a un nuevo tipo de ciudad,
la polis, cuando las aldeas circundantes a la ciudadela alta crecieron y acabaron juntándose físicamente entre sí
y con la antigua ciudad alta fortificada
(a este proceso se le llama
sinecismo). Esta última quedó como
zona sagrada y de uso público (también defensivo, para refugiarse en situaciones bélicas) y se llamó acrópolis.
Los griegos desarrollaron la
idea de una comunidad de ciudadanos
con idénticos derechos y deberes que
culminó con el descubrimiento de la
democracia y, en consonancia con
ello, la ciudad se configuró como un
espacio al servicio de una comunidad
de ciudadanos. Su centro natural fue
el ágora, la plaza central donde se situaba el mercado y en torno a la cual
fueron surgiendo edificios de uso público cada vez más especializados
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(templos, edificios de administración
de justicia, sedes del gobierno donde
ejercían sus cargos los ciudadanos
electos y los que lo habían obtenido
por sorteo, etc.). Una ciudad no se
concebía sin un gimnasio o palestra,
en el que los ciudadanos cuidaban su
estado físico, conversaban y hacían
amistades, sin un teatro donde los ciudadanos asistían a representaciones,
sin un abastecimiento de agua potable
para todos por medio de fuentes públicas, sin un sistema de desagües, etc.
Roma también se formó por un
proceso de sinecismo. El primer núcleo de lo que seria Roma fue un pequeño recinto cuadrado situado en el
monte Palatino y fundado, según la
tradición romana, en el 753 a. de C.
por Rómulo, al que se unieron una serie de aldeas situadas en varias colinas de los alrededores. Así, se formó
el núcleo urbano que se conoce con el
nombre de la ciudad de las siete colinas, la futura capital del Imperio.
Las ciudades romanas también
se entendían como un espacio al servicio del ciudadano; en ellas la gran
plaza pública se llamaba foro, y allí estaban el mercado, las basílicas (centros de transacciones comerciales y de
administración de justicia), la curia
(sede del gobierno municipal), la escuela elemental (Iudus) y los principales templos. Había baños públicos
(termas), edificios para espectáculos
(teatro, circo o hipódromo, anfiteatro
para espectáculos de lucha, etc.) y sistemas de agua canalizada, suministrada por acueductos, así como cloacas
o desagües. Las calles se pavimentaban y hasta tenían aceras, y sobre
todo, presentaban un trazado regular y
racional.
Tanto en el mundo griego (en el
que había una importante colonización
por el Mediterráneo) como en el Imperio romano, se fundaron y construyeron nuevas ciudades. Éstas, cuanto
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más recientes eran, más regularmente
diseñadas resultaban según un plan
lógico previo. En el mundo griego se
estableció la llamada planta hipodámica: se atribuyó su creación a un arquitecto de Mileto llamado Hípódamo. Según este modelo, se daba al plano de
la ciudad una forma cuadrangular, y la
red interna de calles, perpendiculares
y paralelas entre sí, formaban una
cuadrícula casi perfecta.
En el mundo romano se tendía
a lo mismo, porque las colonias se
construían siguiendo lo que en origen
era el plano de un campamento militar.
La planta era cuadrada o rectangular,
con una gran calle central que la cruzaba de norte a sur, llamada kardo
máximo, y otra, perpendicular a la anterior en el centro, llamada decumano
máximo. Las demás calles se trazaban
paralelas a estas dos formando una
cuadrícula, y aproximadamente en el
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centro del conjunto se situaba el foro.
Estas ciudades tenían murallas, pero
muchas veces ya no existía una acrópolis, porque eran nuevas, construidas
en momentos más pacíficos, y no habían crecido en torno a una fortaleza
originaria.
La vida urbana se desarrolló,
pues, por todas partes en el mundo
antiguo y, con ella, surgieron también
los inconvenientes que tenía. Así, muchas ciudades crecieron incluso demasiado, se hicieron bulliciosas, llenas de
gente, con demasiado ruido del tráfico
de personas y carros, etc. Algunos,
sobre todo los que económicamente
podían permitírselo, se construían una
villa en el campo o pasaban temporadas de descanso en pequeñas ciudades provincianas de veraneo, situadas
en el monte o cerca del mar.
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Anexos
1. Dioses y Héroes
2. Mapas
3. Expresiones Latinas
4. Actividades de
Mitología y Gramática
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1. Dioses y Héroes
Adonis
Joven de singular belleza, hijo
del rey de Chipre Ciniras y de su incestuosa unión con su hija Mirra. La
propia Afrodita-diosa del amor- se
enamoró de él pero su vida fue muy
efímera, y después de muerto, Zeus
dispuso que pasara seis meses del
año con Afrodita y los otros seis en los
Infiernos, con Perséfone. Su culto estuvo asociado a la vegetación y las cosechas: la flor que lleva su nombre
comparte su belleza y corta vida.
Agamenón
Rey de Micenas y jefe supremo
de la expedición griega, denominada
también como aquea, que fue a combatir Troya. Era el hermano de Menelao, el marido de Helena, la que fue
responsable última de la guerra recién
mencionada. Cuando Agamenón regresó a Micenas después de diez
años de ausencia murió asesinado por
su esposa Clitemnestra. El hijo de ambos, Orestes tuvo que cargar con la
obligación moral de vengar la muerte
de su padre, acto que ejecuta con la
ayuda de su hermana Electra.
Alcinoo
Rey de los feacios, pueblo mítico de la Odisea. Su hija Nausicaa descubrió a Odiseo en la playa a la que
había llegado como náufrago. Lo condujo a palacio donde su padre lo acogió con los dones de la espiritualidad,
facilitándole posteriormente continuar
el viaje de regreso a su isla de Ítaca.
Las Amazonas
Legendario pueblo de mujeres
belicosas, no en vano eran hijas del
dios de la guerra, Ares. Su nombre parece que significa «sin un pecho» o
«mujeres luna». Contra ellas combatieron los más célebres guerreros,
dada la fama que tenían de invenci-
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bles. Uno de los Doce Trabajos de
Hércules (Heracles) fue precisamente
enfrentar a Hipólita, la reina de las
Amazonas. Más tarde, también el rey
de Atenas Teseo las derrotó cuando
invadieron el Ática.
Andrómaca
Esposa del príncipe heredero
troyano Héctor. Tras la caída de la ciudad, conoció los desastres de lo que
es una guerra que arruina a tantos
vencedores como a vencidos. Tuvo
que ver la muerte de su marido y de
su hijo Astiniacte. El célebre pasaje
del canto VI de la Ilíada en el que Héctor- con su tremolante casco- se despide de su mujer y de su hijo para acudir
al combate, en el que encontrará la
muerte, sigue siendo una escena tan
actual como patética.
Andrómeda
Hija del rey de Etiopía. Poseidón castiga al país con la aparición de
un monstruo marino. Andrómeda es
encadenada y expuesta a este peligro
pero afortunadamente aparece el héroe Perseo, que promete liberarla para
luego casarse con ella. Perseo, a su
vez, se vale de la cabeza de Medusa
para petrificar a sus enemigos. Cuando muere Andrómeda es catasterizada
(convertida en estrella) en la constelación que lleva su nombre. Por otra parte, algunos autores han querido ver en
este mito el origen de la leyenda de
San Jorge y el dragón.
Anquises
Afrodita (Venus para los romanos) se enamoró de Anquises con
quien tuvo a Eneas, el fundador de
Roma. Uno de los escasos ejemplos
en que una diosa se unió a un mortal y
tuvo un hijo con él. Pero la diosa le había prohibido que lo divulgara. Anquises, sin embargo, se vanaglorió de
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ello ante sus amigos, por lo que fue
castigado con la ceguera. Viejo y ciego, es rescatado de la humeante ciudad de Troya por su hijo Eneas, quien
lo traslada en sus espaldas hasta las
costas itálicas.
Anticlea
Casada con Laertes, reina de
Ítaca que antecedió a Penélope. Fue
la madre de Odiseo aunque hay versiones que señalan que el padre de
Odiseo fue el astuto Sísifo. Anticlea
sufrió tanto por la ausencia de su hijo
que se suicidó desesperada al ver que
éste no regresaba de la expedición
que los griegos habían emprendido
contra la ciudad de Troya.
Antígona
Hija y hermanastra de su padre,
Edipo, el cual- no pudiendo evitar su
destino- tuvo hijos con su propia madre. La joven Antígona fue el lazarillo
de su viejo y desolado padre/hermano,
a quien acompañó hasta el final de
sus días. En el conflicto que suscitaron
sus dos hermanos, Eteocles y Polinices, Antígona antepuso sus obligaciones fraternales- que le exigían respetar leyes morales no escritas- a las leyes positivas del tirano Creonte. Se
convirtió así en defensora de las verdades morales frente a los preceptos
oficiales y, desde este punto de elegante acracia, prefirió morir.
Aquiles
Educado por el centauro/médico Quirón, fue el mayor héroe (porque
héroe en puridad es sólo quien conoce
su destino adverso y está dispuesto a
asumirlo) de los que acudieron a Troya. Hijo de la nereida Tetis y del mortal
Peleo. Despechado públicamente por
Agamenón en lo más íntimo de su honor, se retira del combate y pone en
peligro la expedición de los griegos
contra Troya. Sólo la muerte de Patroclo (su sentido de la amistad) lo hace
reincorporarse al combate. A sus manos muere Héctor y el mismo, «el de
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velocísimos pies» encuentra la muerte
alcanzado desde lejos por una flecha
del cobarde Paris. El disparo le alcanzó en el talón, único punto vulnerable
de todo su cuerpo.
Ariadna
Cuando el príncipe ateniense
Teseo acude a Creta para acabar con
el voraz Minotauro - al que la ciudad
de Atenas debía pagar como tributo
anual siete jóvenes y siete muchachas- Ariadna, la hija del rey, se enamora del héroe y le entrega un ovillo
que lo ayudaría a salir del laberinto
tras haber dado muerte al Minotauro.
Ambos emprenden el regreso a Atenas, más Teseo le abandona en la isla
de Naxos, donde-según otras versiones- la encontró poco después el dios
Dionisio.
Asclepio / Esculapio
Quizás fuera originariamente un
mortal que ejerció la medicina con especial acierto. Ascendió pronto a la categoría de héroe y de dios. Apolo, su
padre, confió su educación al centauro
Quirón, quién le instruyó en la medicina. De entre sus hijos destacaron Macaón y Podalirio (los médicos que aparecen en La Ilíada) así como las personificaciones
de
Panace
e
Higica/Salud. Su santuario más famoso estuvo en la ciudad medicinal de
Epidauro, en el Sur de Grecia o Peloponeso. En el arte se le representa
con un bastón sobre el que se enroscan unas serpientes.
Atalanta
Expuesta en el monte, fue amamantada por una osa. Vivía dedicada
a la caza, desdeñando a los hombres.
Ufana de su superioridad, prometió casarse sólo con quien la venciese en la
carrera; en caso contrario, daba muerte con su espada al pretendiente. El
joven Hipómenes pidió ayuda a Afrodita, quién le facilitó tres manzanas de
oro con las que éste distrajo la atención de Atalanta mientras ambos co-
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rrían, consiguiendo así alcanzar la
meta antes que ella.
Atlante
Uno de los principales titanes,
encargado de vigilar los pilares de la
bóveda celeste para impedir que ésta
se desplomara. Al frente de los Titanes se rebela contra los dioses Olímpicos. Tras su derrota, es castigado a
soportar la bóveda del cielo, postura
en la que fue múltiples veces representado por los artistas posteriores. Intentó engañar a Hércules y traspasarle
esta pesada tarea aunque no lo consiguió. Quedó petrificado cuando el héroe Perseo le enseñó la cabeza de
Gorgona.
Atreo
Uno de los más famosos personajes de la antigua saga épica. Fue el
padre de Agamenón y de Menelao, los
dos caudillos griegos que organizaron
la expedición griega en contra de Troya. Preparó un banquete a su hermano Tiestes, sirviéndoles la carne de los
hijos de éste. Se dice que el sol, horrorizado ante tamaño espectáculo y no
queriendo ver, hizo retroceder su curso en el firmamento. Con este incidente se asocia la leyenda de que Atreo
sólo llegaría a reinar en la ciudad de
Micenas si el sol se ocultaba algún día
por el oriente. Murió a manos de su
sobrino Egisto.
Boreas
Es el viento del Norte, hijo de la
Aurora/Eos, al igual que Céfiro y Noto.
Según cierta tradición mitográfica, se
unió a las yeguas de Erictonio, de las
que nacieron velocísimos corceles, tan
raudos como su padre, el viento.
Cadmo
Mientras buscaba a su hermana
Europa, que había sido raptada, llegó
al oráculo de ciudad de Delfos. Allí se
le vaticinó que fundara una nueva ciudad donde se topara con una vaca
echada en el suelo. Así fue como fun-
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dó la acrópolis de Tebas. Para conseguir agua tuvo que matar a una serpiente. La diosa Atenea le aconsejó
que sembrara los dientes del animal:
al hacerlo, vio con asombro que de
ellos brotaron un ejército de hombres
armados que se pusieron a luchar entre sí. Sólo sobrevivieron cinco, que
fueron los antepasados de la nobleza
de Tebas. Se casó con Harmonía, la
hija de Ares y de Afrodita. Se le atribuye la difusión del alfabeto y el arte de
la fundición.
Calipso
Reina de la isla de Ogigia, situada en los extremos confines del
mar, junto a las Columnas de Hércules. En ella desembarcó Ulises cuando
regresaba de Troya. Calipso le retiene
durante siete años y le promete la inmortalidad si se queda a vivir con ella.
Pero el héroe prefiere partir. La ninfa
le ayuda entonces a encontrar su barco. Según ciertas versiones, tuvo varios hijos con Ulises, entre ellos, Ausón, héroe que daría nombre a la tierra latina de Ausonia.
Casandra
Princesa troyana, dotada del
arte de la adivinación. Hija del rey
Príamo y hermano de Héctor y Paris.
Apolo se enamoró de ella y le regaló el
don de la profecía, mas al no corresponder Casandra a su amor, el dios la
castigó a que nadie le creyera, a pesar
de que sus vaticinios se iban a cumplir. Una ocasión célebre fue cuando
avisó a los troyanos de que no dieran
acogida en la ciudad al Caballo de
Troya. Tampoco entonces le hicieron
caso, y el consiguiente desenlace fue
que del interior del caballo salieron los
soldados que acabaron con la ciudad.
Cástor
Junto a su hermano gemelo,
Pólux, recibe el nombre de Dioscuros.
Según algunas versiones fueron hijos
de Zeus y de Leda y por tanto hermanos de Helena y Clitemnestra. Ambos
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gemelos se asocian con la constelación de Géminis. Cástor participó en
varias hazañas colectivas: en la cacería del jabalí de Calidón, en el Viaje de
los Argonautas, entre otros.
Circe
Famosa hechicera, hija del
Sol/Helio, que vive en una isla solitaria
a la que llegan Ulises y sus hombres.
Utiliza poderes mágicos para transformar en cerdos a los amigos del héroe.
El Dios Hermes le había dado al héroe
homérico una planta mágica, llamada
«moli», con la que Ulises impidió ser
transformado en cerdo. Consigue luego que Circe le devuelva a sus compañeros su forma humana. También participa con sus artes en otras aventuras; así en la expedición de los Argonautas, a través de un ritual purifica a
Jasón y a Medea.
Clitemnestra
Uno de los caracteres femeninos más dramáticos de la saga griega.
Hermana de Helena y esposa de Agamenón, es por tanto reina de la importante ciudad de Micenas. Mientras su
marido está en la guerra de Troya, comete adulterio con el primo de éste,
Egisto, menor que ella y ambos asesinan alevosamente al marido cuando
regresa de Troya. Mas el destino tiene
previsto que ella misma muera a manos de su hijo Orestes, que se erige
así en vengador de la muerte de su
padre.
Creonte
Hermano de Yocasta, reina de
Tebas, madre y esposa de Edipo
Cuando aparece la Esfinge. A las
puertas de la ciudad, prometió la mano
de la reina y el propio gobierno a quien
adivinara el acertijo de la «perra cantora» Entonces apareció Edipo quien
con su inteligencia logró adivinar el
enigma. Más tarde, Creonte ocupó dos
veces el trono de Tebas: la primera,
después del destierro de Edipo y la segunda vez, después que fallecieron los
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dos hijos de su hermana Yocasta y su
unión con Edipo, los herederos Eteocles y Polinices. A su vez condenó a
Antígona, hermana de los mencionados recién, a ser sepultada viva. Diversas obras de tragedias se han realizado sobre la base de este último desgraciado suceso.
Cronos / Saturno
El más joven de los Titanes. Armado con una hoz emascula a su padre. Urano/El Cielo. Una vez hecho
dueño y señor de la situación, devora
a sus hijos por temor a ser suplantado
en el trono-. Pero su mujer-hermana,
Rea, se las ingenia para poner a salvo
a su nuevo hijo Zeus, dándole a Crono
una piedra envuelta entre pañales. Esconde al niño en la isla de Creta, hasta
que éste consigue destronar a su padre. Este mito parece tener origen en
tradiciones de Asia Menor y es uno de
los que mejor representan la suplantación o desalojo de alguien que está en
el poder por quien busca acceder a él.
Danae
El oráculo había vaticinado a su
padre, Acrisio, que el hijo de Danae le
mataría. Para evitar su propia muerte,
Acrisio manda encerrar a su hija en
una cámara de bronce. Pero el enamoradizo Zeus consiguió unirse a ella
en forma de lluvia de oro, y así nació
Perseo. Son muy abundantes las representaciones pictóricas de estas escenas.
Dédalo
Famoso escultor y arquitecto
ateniense. Construyó el laberinto de
Creta para encerrar en él al Minotauro,
y facilitó a Ariadna el ovillo con que
ésta ayudó a Teseo a salir del laberinto. Encerrado junto con su hijo Ícaro
por orden del rey en el laberinto, inventó unas alas para escapar. Él consiguió alcanzar las costas de Sicilia,
pero su hijo, elevándose de manera
irresponsable a demasiada altura, vio
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como el calor del sol derretía la cera
de sus alas y se precipitó al mar.
Deucalión
Hijo del célebre titán PrometeoEs el protagonista de la versión griega
del mito del diluvio universal, de posible origen oriental. Construyó para sí y
su mujer, Pirra, un arca en la que se
guareció hasta que las lluvias cesaron.
Después de desembarcar, el oráculo
les ordenó que arrojasen sobre sus
espaldas los «huesos de su madre»,
enigmática frase que ellos interpretaron de la siguiente manera: nuestra
madre es ahora la tierra, y sus hijos
las piedras. De las piedras que arrojó
Deucalión iban naciendo hombres, de
las lanzadas por Pirra, mujeres. Así
fue como volvieron a poblar la tierra.
Edipo
El oráculo había prohibido a
Layo tener hijos. Por eso cuando nació
Edipo, el niño fue entregado a unos
pastores para que lo expusiera en el
monte Citerón, de donde fue recogido
por alguien que lo llevó ante el rey de
la ciudad de Corinto. El destino de Edipo señalaba que él seria el asesino de
su padre y que después sería padre
de sus hermanos ya que tendría hijos
de su madre.
Para evitar que se cumpliera
semejante oráculo, Edipo huyó de Corinto, y de aquellos que creía eran sus
padres. El azar lo conduce al cabo de
varios años a que en un cruce de caminos mate a su verdadero padre,
Layo, desconociendo su verdadera
identidad. Así fue como se presentó
en la ciudad de Tebas donde acierta a
descifrar un enigma de la Esfinge que
tenía tiranizada a la ciudadanía de
aquel estado. Como mérito a su hazaña desposa la esposa del rey, Yocasta, quién es su verdadera madre.
Cuando se descubre la verdadera situación de sus actuales relaciones familiares parte al destierro, ciego,
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acompañado de su hermana-hija Antígona como lazarillo.
Egeo
Padre putativo de Teseo, acogió en Atenas a Medea, abandonada
por su esposo Jasón. Envió a su único
hijo Teseo a la isla de Creta para que
diera muerte al Minotauro. Padre e hijo
habían acordado que cuando la nave
regresara a Grecia enarbolaría una
vela blanca en señal del triunfo de la
expedición de Teseo. Este, con la alegría que obtuvo al tener éxito en su
empresa de matar al minotauro-olvidó
izar la bandera blanca, por lo que
Egeo se arrojó al mar en la creencia
de que su hijo había muerto en Creta.
Egisto
Hijo de Tiestes, primo, por tanto, de los reyes de Micenas, Agamenón y Menelao. Por odio a éstos, sedujo a Clitemnestra en ausencia de su
esposo Agamenón durante la guerra
de Troya. Después de asesinar con su
amante al héroe aqueo fue ultimado
por su sobrino Orestes.
Electra
Princesa micénica hija de Agamenón y Clitemnestra. Logró salvar a
su hermano Orestes y junto con Pílades, tramaron acabar con la vida de
Clitemnestra y Egisto. Se conservan
dos piezas dramáticas cuya protagonista es esta heroína trágica descrita
por Sófocles y Esquilo.
Eneas
Famoso personaje troyano, hijo
de Anquises y de la diosa Afrodita. Es
el único varón de Troya al que aguarda un brillante futuro tras la captura de
la ciudad. Abandona los humeantes
muros de Troya llevando consigo a su
hijo Ascanio, las estatuas de los dioses penates y a su padre, Anquises.
Alcanza las costas de Cartago donde
conoce a la reina Dido, antes de asentarse definitivamente en la región del
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Lacio. Virgilio lo hace su protagonista
en «La Envida».
Eos
La representación de la Aurora,
«la de los dedos de rosa» y «la del peplo azafranado» como la llama el poeta Homero. Afrodita la condenó a estar
eternamente enamorada. Quizás su
más famoso y cruel amor fue con Titono. Para poder estar permanentemente juntos, Eos pidió a Zeus la inmortalidad para Titono, pero se le olvidó pedir que lo conservara joven. Eos
contemplaba cada mañana como iba
envejeciendo cada vez más su querido
Titono, hasta verlo convertido en una
cigarra de piel arrugada.
Epimeteo
Titán poco previsor y necio, hermano de Prometeo. Cuando Zeus creó
a la primera mujer, Pandora, como
castigo para los hombres, Epimeteo la
tomó por esposa, a pesar de los consejos que en contra le daba su hermano. Así, la torpeza de Epimeteo resultó
ser fuente de desgracias para los mortales.
Erifile
Princesa de la ciudad de Argos,
casada con el adivino Anfiarao. Depositaria del portentoso collar de Harmonía, regalo que le había hecho el tebano Polinices, con el que obligó a su
marido Anfiarao a acudir a luchar a
Tebas.
Eros / Cupido
Aunque para algunos Eros era
un primigenio principio cósmico, en la
mitología pasa a ser hijo de Ares/Marte y Afrodita/ Venus. Representa la
atracción física y sexual de los seres
vivos. Generalmente voluble y caprichoso, siempre consigue el objeto de
su deseo. Pero sobre todo, Eros es
agridulce. En múltiples representaciones se le hace aparecer con su arco,
como personaje alado y ciego.
Segundo GES
Estaciones (la Justicia, el Orden y la
Paz)
Relacionadas con las funciones
de la fertilidad o fecundidad de la naturaleza, se las consideraba hijas de
Zeus y de la antigua Temis. Como grupo, se las conocía también con el
nombre de Horas: individualmente sus
denominaciones eran en este caso
respectivamente: Tallo, Brote y Fruto.
Algunos artistas las han confundido
con las Tres Gracias, que también
eran tres hermosas doncellas.
Éstige
Una de las ninfas, hija de Tetis
y de Océano, o según otras versiones
de Noche y de Erebo. También es el
nombre de la Laguna de los Muertos.
Las almas de los difuntos deben cruzarla en el barco de Caronte para alcanzar la orilla del otro mundo. Era
costumbre de los dioses y de hombres
formular sus juramentos por el agua
de esta laguna.
Eteocles
Uno de los hijos-hermanos de
Edipo, rey de Tebas. Tras partir éste al
destierro, sus dos hijos, Eteocles y Polinices, acuerdan alternarse en el mando de la ciudad cada uno un año. Comienza el turno Eteocles, pero luego
no accede al traspaso del trono a su
hermano como correspondía. Polinices acude entonces a la vecina ciudad
de Argos para buscar apoyo en su
causa. Ambos hermanos se enfrentan
en combate y se dan recíproca muerte. El mito enlaza con el de su hermana Antígona.
Eurídice
Nombre de una dríade (nombre
de las ninfas que habitan los árboles
del bosque) que murió al ser mordida
por una serpiente. Su marido, Orfeo,
célebre cantor que con su música seducía a toda la naturaleza, consiguió
rescatarla de los Infiernos. Sólo debía
cumplir el tabú de no volver la vista
hacia atrás durante el camino. Ella de-
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sobedeció por lo que tuvo que regresar al mundo subterráneo. En este
mito se aborda el problema insoluble
de la irreversibilidad de la muerte.
Europa
Princesa hija del rey de la ciudad de Tiro, de quién se enamoró
Zeus. Este se transforma en un apacible toro, a cuyas grupas monta Europa
y el Dios la rapta entonces para llevársela a la isla de Creta donde tiene tres
hijos: Minos, Radamantis y Sarpedón.
Faetonte / Faetón
Hijo de Helios/Sol a quién pidió,
como prueba de su paternidad, que le
dejara conducir por un día el carro del
sol. Pronto, los fogosos caballos de
Helios se percatan de que su nuevo
auriga es sumamente inexperto en el
manejo de las riendas. Ante los excesos de Faetonte, que en su loca carrera puso en peligro a los habitantes de
la tierra, Zeus terminó por fulminarlo y
derribarlo sobre las aguas del río Erídano. Sus hermanas, las Helíades, lloraron por él lágrimas de ámbar.
Fedra
Hija del cretense Minos, fue esposa del rey de Atenas, Teseo. Se
enamoró de su hijastro, el casto Hipólito. La leyenda corresponde a lo que se
conoce en la literatura como el «caso
Putifar»: la madrastra que se enamora
de su hijastro, éste la desdeña, ella lo
calumnia y luego se suicida, provocando el castigo injusto o la muerte de su
hijastro.
Filoctetes
Fue uno de los múltiples pretendientes de Helena. Mordido en el pie
por una serpiente, su herida despedía
un hedor insoportable, razón por la
que sus compañeros lo abandonaron
en la isla de Lemnos. Pero el astuto
Odiseo supo que Troya no podría caer
en manos de los griegos sin la ayuda
de Filoctetes, que poseía el arco y las
flechas
del
mismísimo
Segundo GES
Heracles/Hércules. Finalmente, acudió
a Troya, se escondió en el caballo y
dio muerte a Paris.
Filomela
El rey de Atenas, Pandión, tuvo
dos hijas, Procne y Filomela. El cuñado de ésta, Tereo, la violó y le cortó la
lengua para evitar que ella lo delatara.
Filomela bordó el incidente en una tela
para informar a su hermana. Procne
castigó cruelmente a su marido sirviéndole en la comida carne de su propio hijo. Los dioses finalmente metamorfosearon a Filomela en una golondrina, a Procne en un ruiseñor y a Tereo en una abubilla.
Ganímedes
Muchacho de gran belleza, del
que se prendó Zeus, quién tras adoptar la forma de un águila lo raptó para
destinarlo a ser escanciador y copero
de los dioses. Son múltiples las representaciones iconográficas de esta leyenda.
Gea
Denominación de la Tierra, a la
que vagamente se considera una divinidad. Desde época muy temprana se
la asocia a los juramentos, porque ella
conoce todo lo que sucede sobre la
faz de la tierra. Unida a Urano engendra a los titanes, más tarde a los Cíclopes de un solo ojo y a los Hecantoquiros, también llamados Centímanos.
Gea recibió culto en toda Grecia.
Las Gracias
Aunque originariamente su número parece ser indefinido, fueron tres
las principales y simbolizan la belleza,
las diversas artes, y las actividades intelectuales, en general. Participan en
las celebraciones y en las fiestas de
dioses y hombres. Desde el período
helenístico y romano abundaron las
representaciones de las Gracias como
tres jóvenes desnudas.
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Harmonía
Casada con Cadmo, el rey tebano, a cuyos esponsales acudieron
todos los dioses. Hefesto, el dios orfebre de las joyas divinas, le regaló un
collar y Atenea un vestido (regalos que
luego demostraron ser funestos para
todos los que los poseyeron, como por
ejemplo, la princesa Erifile).
Hebe
Representa la juventud eterna.
Ella misma alimenta a los dioses con
néctar y ambrosía y así se mantienen
eternamente jóvenes. A la muerte de
Heracles, el héroe obtiene a Hebe
como compañera en el mundo subterráneo.
Héctor
Principal héroe troyano, digno
oponente de Aquiles en el campo de
batalla. Se erige como el mayor defensor de su ciudad y cuando muere (la
Ilíada concluye con el funeral de Héctor después de que su padre lo rescata del campamento de los griegos)
todo el mundo y antes que nadie, su
mujer, Andrómaca- comprende que la
ruina de Troya es inminente. Héctor
mata a Patroclo antes de fallecer a
manos de Aquiles. Su padre, el anciano Príamo pacta con Aquiles el rescate del cadáver de su hijo (penúltimo
capítulo de «La Ilíada» y quizás el más
notable).
Helena
Hija de Tíndaro -o de Zeus- y
de Leda. Pretendida por muchos hombres, al final ella se decidió, sin que
sepa claramente las razones, por Menelao, que llegó ser rey consorte de
Esparta. Tras el Juicio de Paris, Helena marcha a Troya- lo que provoca la
guerra- desde cuyas murallas contempla a veces el asedio de los griegos
(también llamados aqueos en las
obras homéricas). Tras la caída de la
ciudad regresa con su marido a Esparta. Hay variantes en la tradición mitográfica y literaria: la más novedosa es
Segundo GES
una que alude que Helena nunca estuvo en Troya ni fue causante de la guerra, sino que permaneció retirada en
Egipto, donde fue localizada por Menelao al regresar de la guerra.
Helio/Sol
Hijo de Hiperión, pertenece a la
generación de los pre-olímpicos. Se le
representa conduciendo diariamente
su carro por el arco del cielo, de oriente a poniente. Tuvo siete hijos los que
pasaron a llamarse los Helíadas. El relato mitológico más conocido es el que
lo vincula a su hijo Faetonte.
Heracles / Hércules
Hijo de Alcmena y de Zeus. Autor de innumerables hazañas y aventuras, como los Doce Trabajos. Considerado como el héroe helénico por antonomasia su primera proeza la realizó
al estrangular las dos serpientes que
en despecho la diosa Hera, cónyuge
de Zeus, enloquecida por la traición de
su esposo, envía para que maten al
recién nacido. Heracles realizó muchos otros trabajos y tras su muerte se
casó con la diosa Hebe, la eterna juventud. La iconografía le suele representar ataviado con la piel de Nemea,
su maza, y su formidable arco. Heracles es el símbolo del héroe esforzado, al que en cierta medida se atrajo a
su causa el estoicismo posterior.
Hermafrodito
Divinidad bisexual. Se enamoró
de él la ninfa Salmácide, fusionándose
ambos en un solo cuerpo. Se le suele
representar con atributos de su doble
naturaleza: como un hermoso joven
con los pechos desarrollados o como
una Afrodita con genitales masculinos.
Las Hespérides
Ninfas de seductora voz que
habitan en Occidente junto a un fabuloso jardín. Su número oscila entre
tres y siete. Son las guardianas de un
árbol de manzanas doradas del que
supuestamente procedían las tres
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manzanas de oro con que Hipómenes
consiguió vencer en la carrera a Atalanta. También Heracles tuvo como tarea apoderarse de las manzanas del
jardín de las Hespérides.
Las Híades
Portadoras de la lluvia, son
unas estrellas que aparecen en Octubre y en primavera, en las dos épocas
más lluviosas del año.
Hiperión
Uno de los Titanes, padre de
Helio/ el Sol, Selene/La Luna y Eos/
La Aurora.
Hipodamía
Hija de Enómao, rey de Pisa.
Este retaba a los pretendientes de su
hija a una carrera de carros por las
proximidades de Olimpia. Muchos jóvenes habían encontrado la muerte en
el intento. A pesar de tan macabros
precedentes, Pélope aceptó el reto.
Sobornó primero al auriga de Enómao,
Mírtilo, que sustituyó la clavija de las
ruedas del carro de su señor por otras
de cera y ganó la apuesta. Ambos fueron los padres, entre otros hijos, de
Atreo y de Tiestes.
Hipólita
Reina de las Amazonas. Uno de
los trabajos de Hércules fue arrebatarle el cinturón que le había regalado
Ares. Según una versión, Hipólita atacó el Ática en tiempos de Teseo como
represalia por haber sido desposeída
del cinturón. Según otros autores, Hipólita murió a manos de Hércules.
Hipólito
Hijo de Teseo, rey de Atenas y
de la Amazona Hipólita, de la que heredó su carácter agreste y algo montaraz. Su desprecio por Afrodita y por
todo lo que esa diosa representaba
fue causa de su ruina. Durante una
larga ausencia de Teseo, se despierta
en Fedra una violenta pasión por su
hijastro, a la que él no corresponde. Al
verse despechada, Fedra calumnia a
Segundo GES
Hipólito ante su padre y luego se suicida. Teseo maldice a su hijo y le causa
la muerte. EL joven Hipólito ha desatendido su débito con la diosa del
amor, y esto es también imperdonable
en un mortal, porque todos los dioses
merecen veneración.
Hipsípile
Reina de las mujeres de la isla
de Lemnos. La diosa Afrodita, enojada
con las mujeres, hizo que éstas despidieran un nauseabundo olor que alejaba a sus maridos. Ellas reaccionaron
matando a todos los hombres de la
isla, excepto Hipsípile que se compadeció de su padre y le salvó la vida.
Más tarde fue descubierta y pretendieron matarla. Tuvo gemelos con Jasón,
el jefe de los argonautas.
Ícaro
Hijo del famoso escultor y arquitecto, Dédalo. Según cierta tradición
fue el primer hombre que trabajó la
madera. Fue encerrado en el laberinto
de Creta junto a su padre, de donde
pudieron salir gracias a que éste fabricó para ambos unas alas. Debido al
impulso de sus pocos años, Ícaro no
pudo sustraerse al vértigo de la velocidad y de poder volar a su antojo por el
cielo. Finalmente murió al precipitarse
sobre el mar de Icaria.
Ifigenia
Hija de los reyes de Micenas,
Agamenón y Clitemnestra. Cuando la
flota de los griegos se encontraba en
el puerto de Áulide a la espera de
vientos favorables que les condujera a
Troya, el oráculo vaticinó que debía
ser sacrificada Ifigenia como víctima
propiciatoria. Su propio padre la hizo
venir, bajo el engaño de que desposaría a Aquiles. La joven Ifigenia descubre la verdad, pero en vez de huir,
acepta generosamente brindar su vida
por la colectividad aquea y así permitir
que los vientos soplaran en contra de
los troyanos que hasta ese momento
se veían privilegiados por el Olimpo. Al
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final, los dioses la perdonan y evitan
su muerte haciendo que un animal sea
la víctima.
Jasón
Héroe tesalio a quien su tío Pelias había arrebatado el trono de Yolcos. Sin duda su hazaña más famosa
fue participar como jefe de la expedición de los Argonautas que fueron a
buscar el Vellocino de Oro, empresa
casi imposible de realizar y en la que a
buen seguro podría encontrar la muerte. Embarcó, pues, en la nave «Argo»
tras haber reunido a los más valientes
héroes de Grecia. Con ayuda de la
maga Medea consigue el Vellocino de
Oro y emprende su regreso a Grecia.
Se casó con Medea a quien más tarde
abandonó aunque ella se resarciría
luego de esta afrenta.
Lábdaco
Fue rey de la ciudad de Tebas.
Abuelo de Edipo; de él arranca toda su
saga mítica, a través del padre de
éste, Layo.
Laertes
Rey de la isla de Ítaca, padre de
Odiseo/Ulises, aunque en alguna otra
versión éste pudo haber sido hijo de
Sísifo. Su figura aparece nebulosamente en «La Odisea», ya viejo, apenado por ver pasar los días sin esperanzas de vivir para asistir al día del
regreso de su hijo. Entretanto, vive
modestamente apartado del palacio.
Layo
Padre de Edipo. Enamorado de
Crisipo, lo raptó y se atrajo así la maldición. No debería tener hijos, pues de
lo contrario el destino había dispuesto
que muriera a manos de su propio
hijo. Layo, desoyendo el oráculo, concibe con Yocasta(o con Euriclea, de
acuerdo a otras versiones) a Edipo. Finalmente el oráculo se cumple y Layo
muere de manera accidental a manos
de Edipo en una encrucijada de caminos cerca de la ciudad de Tebas.
Segundo GES
Leda
Estuvo casada con Tindáreo y
fue la madre de Clitemnestra y de Helena Según otras versiones, fue Zeus
quien enamorado de Leda se transformó en un cisne (motivo repetido en el
arte numerosas veces) e hizo que
Leda pusiera un huevo del que nació
Helena: también fue la madre de los
Dioscuros.
Leto / Latona
Una de las Titánides. Su leyenda y su culto estuvieron estrechamente vinculados a la isla de Delos. Amada por Zeus, aguardaba el momento
en que debían nacer sus dos hijos, los
dioses Apolo y Ártemis. Pero Hera (la
legítima esposa de Zeus) a causa de
los celos había ordenado que en ningún lugar de la Tierra se acogiera a
Leto cuando le llegara la hora de parir.
Zeus hizo surgir desde las profundidades del mar una nueva tierra, la isla de
Delos, isla errante para que Hera no
pudiera enterarse del nacimiento de
sus hijos con Leto.
Medea
Princesa de la región de la Cólquide, nieta del Sol y sobrina de la
maga Circe. Su destino está unido al
del jefe de los Argonautas, Jasón, de
quien se había enamorado y a quien
con sus artes mágicas ayudó a hacerse del Vellocino de Oro: Despechada
por él, degüella a sus hijos y escapa
en un carro de fuego. Como hechicera
llevó a cabo varios otros prodigios: así,
devolvió la juventud a Esón, su suegro, introduciéndolo en un caldero de
agua hirviendo con yerbas o drogas
medicinales.
Meleagro
La diosa Ártemis, dolida porque
no le habían tributado los honores debidos, hizo aparecer un jabalí salvaje
en las proximidades de Calidón. El
príncipe Meleagro reunió a los más valerosos jóvenes de la zona, con cuya
ayuda cazó a la bestia. Según una tra-
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dición, entre los participantes se hallaba Atalanta, de la que se enamoró el
héroe. La cacería del jabalí de Calidón
inspiró muchos artistas posteriores.
Menelao
Hermano de Agamenón, hijo del
rey Atreo. De todos los pretendientes
de Helena fue él quién consiguió casarse con ella. Durante una visita a la
isla de Creta, Paris, un pastor que venía de Troya rapta a Helena, episodio
que desencadena la guerra de Troya.
Menelao promueve con su hermano la
expedición en contra los troyanos. Fue
uno de los guerreros que se introdujo
en el Caballo de Troya y aunque iba
dispuesto a matar a Helena, causante
de tantas desgracias para los griegos,
cuenta la leyenda que al desnudarse
ella en su presencia fue incapaz de
ajusticiarla.
Memnón
Héroe etíope, hijo de Eos (La
Aurora) y de Titorio. Acude en defensa
de Príamo, rey de los troyanos, y muere a manos de Aquiles, aunque Zeus
lo transformó a continuación en inmortal. Su culto se expandió por Egipto, y
las estatuas colosales de Memnón, de
las que se decía que entonaban un
canto cada mañana al salir la aurora,
son buena prueba de su difusión por
las tierras del Nilo.
Metis
Una Titánide, representa la prudencia elemental y es la consejera de
dioses y mortales. Primera esposa de
Zeus. Fue la madre de Atenea, aunque antes de darla a la luz, Zeus engulló a la criatura que estaba a punto
de nacer para evitar el destino de ser
destronado por uno de sus hijos. Más
tarde, Atenea nacerá ya adulta, de la
cabeza del propio Zeus.
Minos
Al pretender el trono de Creta,
le promete a Poseidón, el dios del mar
sacrificar un toro en su honor. Ante su
Segundo GES
perjurio, el dios hace que Pasifae, mujer de Minos, se enamore del toro y
engendre con él una bestia terrible, el
MINOS: Minos encargó al más celebre
de los artesanos, Dédalo, que construyera un laberinto para encerrar en él al
animal. Minos pasaba por haber sido
el inventor de la pederastia así como
uno de los jueces de las almas de los
muertos.
Minotauro
Criatura nacida de Pasifae y el
Toro de Creta. El ateniense Teseo le
dio muerte, liberando a su ciudad del
penoso tributo de tener que enviar
cada año a siete jóvenes varones y a
siete muchachas para ser devoradas
por el Minotauro.
Las Moiras (Cloto, Láquesis, Átropo)
En su origen son divinidades relacionadas con la vida del hombre.
Significan «la que hila», «la que asigna el destino» y «la inflexible» y como
tales aparecen representadas por artistas plásticos: la duración de la vida y
el destino fijo que corresponde a cada
mortal. En el poeta Hesíodo se las
considera hijas de Zeus y de Temis, y
se las vincula a los momentos de especial felicidad para los mortales. Más
tarde su personificación se transforma
en abstracción: la Necesidad, el Destino.
Las Musas
Las ninfas de las aguas, dotadas de virtudes proféticas y de la inspiración poética. Se las denominó también Piérides. El Dios Apolo es el que
preside su coro. Su número es variable, según versiones. Corresponden a
cada una de ellas las siguientes Bellas
Artes: a Urania la Astronomía, a Clío,
la Historia, a Talía la Comedia, a Melpómene la Tragedia, a Terpsícore el
Drama, a Euterpe la Flauta, a Erato la
Lírica, a Polimnia la Pantomima y a
Calíope la Épica.
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Nausícaa
Princesa hija de Alcinoo, rey de
los feacios, a cuya isla llegó Odiseo
cuando intentaba regresar a su patria.
Fue la propia diosa Atenea la que en
sueños indujo a la joven a acercarse a
la playa, donde acababa de desembarcar náufrago el astuto Odiseo. Al
punto quedó enamorado del héroe,
aunque no pudo impedir que éste
reemprendiera su viaje de retorno a su
amada patria, Ítaca.
Neoptólemo
Hijo del valeroso Aquiles, había
nacido en la isla de Esciros. A la muerte de Aquiles Troya aún no había sido
capturada, y según se decía no caería
en manos de los griegos sin el concurso del joven Neoptólemo: «joven guerrero».
Las Nereidas
Grupo poco individualizado de
divinidades marinas. Todas ellas son
hijas del viejo señor de los mares, Nereo. Se han catalogado más de setenta. No obstante, algunas generaron
ciertos mitos y hazañas propias, por
ejemplo, Tetis, la madre de Aquiles, la
bella Galatea, compañera del Tosco
Polifemo, entre otras.
Néstor
Célebre y venerable anciano
que aparece ya en «La Ilíada» y «La
Odisea» homéricas como sereno consejero. Su palacio se encontraba en la
apacible bahía de Pilo. De joven, intervino en la lucha contra los Centauros,
en la cacería del jabalí de Calidón y,
ya anciano, en la expedición a Troya.
Níobe
Casada con Anfión, tuvo siete
hijos y siete hijas, lo que la hizo ufanarse de su prole. Llegó así a considerarse más feliz que la diosa Leto,
quien solamente había tenido dos hijos: Apolo y Ártemis. SIn embargo, éstos hicieron justicia a su madre, Leto,
pues asaetearon sin compasión a los
Segundo GES
catorce hijos de Níobe. Zeus la transformó finalmente en la roca de Sípilo.
Odiseo / Ulises
Protagonista de «La Odisea»,
varón provisto de una aguda astucia
por excelencia manejaba a su arbitrio
decenas de artimañas para combatir la
guerra y para su propia supervivencia.
Es un nuevo tipo de héroe, muy diferente del carácter monolítico de Aquiles, por ejemplo. Participa en la expedición a Troya en tanto que rey de la
isla de Ítaca. Sufre mil peripecias y
desventuras durante los diez años que
tardó en regresar de Troya a Ítaca. Visitó a los legendarios cíclopes, bajó al
reino infernal para entrevistarse con el
adivino Tiresias, cruzó el mar por donde viven las hechiceras sirenas cantoras, transita entre Escila y Caribdis,
entre otros sitios. En fin, mientras duran estos vagabundeos, su único hijo,
Telémaco, ha salido en su busca. Ulises se presenta finalmente en Ítaca
disfrazado de mendigo, ya que quiere
comprobar quiénes de sus servidores
le continúan siendo fieles. Es reconocido por su vieja aya Euriclea, y con la
ayuda de su hijo castiga a los pretendientes de su esposa Penélope que en
su ausencia aspiran a ser esposos de
ésta además de dar de baja gran parte
de los bienes de Odiseo.
Orestes
Hijo del rey de Micenas, Agamenón. Cuando era pequeño su madre Clitemnestra asesinó a Agamenón
que acababa de regresar de Troya. Su
hermana Electra logra que el niño encuentre refugio en Crisa, donde se
hizo amigo de Pílades. Acude al santuario profético de Delfos a preguntar
cuál es su deber tras la muerte de su
padre. Por orden del oráculo mata a
su madre Clitemnestra y a su amante,
Egisto, tío en segundo grado suyo con
la ayuda de Electra y de su inseparable amigo Pílades. Pero no acaban allí
sus problemas. Las diosas de la locu-
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ra, las siniestras Erinias, le persiguen
noche y día. Orestes llega a enloquecer y sólo encontrará el sosiego si resulta absuelto ante el tribunal ateniense del Areópago. Los votos resultan
empatados, y sólo la diosa Atenea lo
exculpa deshaciendo con su voto de
calidad el empate.
Orfeo
Príncipe tracio, famoso poeta y
músico. Tocaba la lira, con la que según la tradición atraía a las fieras y encantaba a quien le oía. Inventó o perfeccionó la cítara y participó en la expedición de los Argonautas como timonel de la nave Argo, aunque la leyenda más famosa es la que lo enlaza
con su mujer Eurídice, quien mordida
por una serpiente, hubo de descender
al mundo infernal. De allí la rescata
Orfeo, aunque su intento se frustra al
final. En torno a su persona se generó
toda la teología órfica.
Palamedes
Héroe famoso por su astucia y
su aguda inteligencia. Comparte (o
disputa) con Cadmo el haber inventado las letras del alfabeto. Otros le atribuyen la invención de la balanza, los
dados, las medidas y las monedas.
Cuando estalló la guerra de Troya,
Odiseo se finge loco para no tener que
acudir al combate, pero Palamedes
descubre su engaño. Más tarde Odiseo lo calumniará diciendo que los troyanos habían pactado con Palamedes.
Este muere finalmente lapidado.
Pandora
Deseoso Zeus de castigar
ejemplarmente a los hombres, encarga al dios artesano Hefesto que fabrique una figura de arcilla con forma de
mujer. Así nació, según algunas versiones, Pandora. Se la ofreció como
esposa al necio titán Epimeteo, hermano del astuto Prometeo. Llevada de
su curiosidad destapó una tinaja en la
que estaban encerrados todos los males y calamidades, que empezaron a
Segundo GES
esparcirse sobre la tierra. Sólo permaneció en su interior la preciada ESPERANZA. El arte ha representado esta
leyenda con diversas variantes iconográficas.
Paris
Príncipe troyano, hijo de Príamo
y de la reina Hécuba. Fue el protagonista del famoso Juicio que lleva su
nombre y en el que se granjeó los
odios de la diosa Atenea y Hera. Sedujo a Helena y la raptó -aunque existen algunas versiones que difieren de
este hecho- desencadenándose así la
guerra de Troya. Aunque su comportamiento como guerrero no es muy brillante fue quien dio muerte finalmente
al invencible Aquiles con una flecha insertada en su único sitio vulnerable: su
talón.
Pasífae
Junto con su hermana Circe y
su sobrina Medea es el prototipo de
magas y hechiceras. Casada con el
rey cretense Minos, concibió una pasión antinatural por el Toro de Creta.
Unida a este animal fue como engendró al Minotauro.
Patroclo
El mejor compañero de Aquiles.
Cuando los griegos están sufriendo un
serio revés ante los muros de Troya
porque Aquiles les ha retirado su apoyo indignado porque Agamenón se
apropió de su amante, es entonces
cuando Patroclo, viendo lo desesperado de la situación, le solicita a Aquiles
que le preste sus armas para acudir a
la primera fila de combate con la esperanza de que el enemigo huirá sólo
con ver la imagen de «Aquiles» reincorporado a la lucha. Disfrazado con
ellas Patroclo se enfrenta a Héctor y
muere en combate. Es la muerte de su
querido amigo y compañero lo que finalmente decide a Aquiles a incorporarse al combate para ultimar al príncipe heredero de Troya, Héctor. Luego
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se organizaron unos majestuosos funerales en homenaje a Patroclo.
Peleo
El más justo de los mortales.
Obtuvo por ello la mano de la nereida
Tetis. Ambos fueron los padres del héroe, Aquiles. Participó en la cacería
del jabalí de Calidón y en la expedición de los Argonautas. Después de
muerto se volvió a reunir con Tetis,
quien consiguió hacerlo inmortal.
Penélope
Fiel esposa de Odiseo/Ulises, a
quien aguarda tejiendo el sudario de
Laertes, anciano padre del héroe. Penélope deshace durante la noche la labor tejida durante el día. Mientras
transcurren estos veinte largos años
de ausencia de su marido es acosada
por múltiples pretendientes, cuyos requerimientos desoye. Finalmente regresa Ulises disfrazado de mendigo y
tras una famosa escena de reconocimiento ambos se reencuentran.
Pentesilea
Reina de las Amazonas, que
acudió en ayuda de Troya tras la
muerte de Héctor. Se enfrentó a Aquiles en cuyas manos muere. La tradición embelleció este trágico encuentro
entre estos dos grandes protagonistas.
Perséfone / Proserpina
Hija de Zeus y de Deméter.
Mientras recogía flores un día acompañado de la ninfa Liana fue raptada
por el dios del mundo subterráneo Hades. Su madre la localiza en los Infiernos y suplica a Hades que se la devuelva. Al negarse éste, Perséfone deberá compartir su existencia entre ambos mundos: medio año a la luz del sol
y otro medio en el mundo de las sombras. Su culto estuvo asociado a los
ciclos de la vegetación y a los Misterios de Eleusis. En Roma se la conoció con el nombre de Proserpina.
Segundo GES
Perseo
Hijo de Dánae, hija del rey Acrisio. Un oráculo había advertido a éste
que moriría a manos de un hijo de Dánae, por lo que había advertido a ésta
fue encerrada en una cámara de bronce. Mas el enamorado Zeus la visitó
en forma de lluvia de oro con la que
fecunda a Dánae, de quien nace `Perseo. Arrojadas al mar la madre y el
niño por orden de Acrisio, fueron rescatados por el pescador Dictis. Siendo
ya joven Perseo consigue cortar la cabeza a la Gorgona Medusa ayudado
por la diosa Atenea y rescata a Andrómeda. Lanzando el disco en unos juegos deportivos mata accidentalmente
a su abuelo Acrisio, cumpliéndose así
el oráculo.
Pigmalión
Enamorado de una estatua de
Afrodita que el mismo había fabricado
con mucho cariño le solicitó a la diosa
que le diera por esposa a una mujer
que se asemejara lo más posible a su
estatua. Afrodita accedió de una manera singular al ruego de este artista
enamorado: insufló vida a la figura que
él mismo había modelado. Pigmalión
la llamó a partir de entonces Galatea
(distinta de la ninfa del mismo nombre,
amada por Polifemo). La literatura y el
arte posteriores se hicieron eco repetidas veces de esta hermosa leyenda.
Las Pléyades (Alcíone, Celeno, Estérope, Electra, Maya, Mérope, Taigete)
Eran hijas de Atlante. Compartieron con la diosa Ártemis la afición
por la caza y una cierta aversión a los
hombres. Orión (otro personaje que
aparece vinculado a la astrología,
pues él mismo fue transformado en la
constelación que lleva su nombre) las
persiguió durante cinco años hasta
que Zeus las metamorfoseó en constelaciones. En otra versión se convirtieron en palomas.
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Polifemo
Uno de los Cíclopes, salvajes
gigantes de «un solo ojo» que habitan
en la isla de Sicilia. Durante su viaje
de regreso, Odiseo y sus compañeros
se topan con el siniestro Polifemo, que
los encierra en el interior de su gruta y
va devorando de dos en dos a los
hombres de Odiseo hasta que éste
consigue, con su astucia, emborracharlo y dejarlo ciego tras haberle clavado el tronco de un inmenso pino en
su único ojo. Según otra tradición más
erudita, el agraz Polifemo se enamora
de la delicada ninfa Galatea.
Polinices
Uno de los hijos/hermanos de
Edipo. Tras haberlo maldecido Edipo,
ambos hermanos habían pactado reinar alternativamente cada uno un año
sobre la ciudad de Tebas. Habiendo
transcurrido el primer mandato de
Eteocles, correspondía entonces el
reinado a Polinices. Como Eteocles se
negara a ceder el poder, Polinices
marchó a Argos en busca de ayuda.
Ambos hermanos se dieron muerte
ante los muros de la ciudad. El nuevo
soberano de Tebas, Creonte, tío de
los descendientes de Edipo, prohíbe
dar sepultura al cadáver de Polinices.
Sólo su hermana Antígona se preocupó de darle fraternal sepultura a su cadáver.
Políxena
La menor de los hijos de Príamo, rey de Troya, y de Hécuba. En algunas de las versiones posteriores a
los poemas épicos de Homero, se la
sacrifica en la tumba de Aquiles, probablemente haciéndose eco de una leyenda romántica en la que el héroe se
había enamorado de Políxena.
Príamo
Reinaba en la ciudad de Troya
cuando ésta fue atacada y destruida
por los griegos acaudillados por Agamenón. En los poemas homéricos se
nos presenta como un anciano bondaSegundo GES
doso, padre de múltiples hijos. Hace
gala de una gran humanidad cuando
se entrevista con el joven Aquiles, a
quién acude para suplicarle el cadáver
de su hijo Héctor, olvidando su rango y
prestigio soberano. No sobrevivió a la
caída de su querida ciudad.
Prometeo
Su nombre significa «el previsor». Sin duda fue el Titán más benefactor de la humanidad. Robó a Zeus
el fuego de los dioses para regalarlo y
distribuirlo a los hombres. Aquí el fuego no es un elemento meramente físico, sino que tras él subyace todo el
símbolo de la inteligencia y del progreso (el fuego permite cocinar los alimentos, fundir los metales, cocer el
barro de las vasijas en los alfares entre otras cosas). No es de extrañar por
tanto que Prometeo fuera el patrono
de las artes en el barrio ateniense del
Cerámico. Tras el robo del fuego, que
por sobretodo simboliza la sabiduría,
la inteligencia pura, Zeus quiere castigar espectacularmente a Prometeo
por lo que decide encadenarlo en las
montañas del Cáucaso, donde un
águila roerá a diario el hígado del Titán (hígado que se regenerará en la
misma proporción por las noches) hasta que Heracles finalmente lo libere.
Para castigar a los hombres, Zeus maquina crear a la primera mujer, Pandora, una suerte de Eva de la mitología
griega.
Prometeo es el protagonista de
tres obras o de una trilogía de Esquilo
de la cual sólo una ha llegado hasta
nuestras manos: «Prometeo Encadenado».
Psique
Joven de extraordinaria belleza
que despertó los celos de la propia
diosa Afrodita. Envió ésta a su hijo
Eros/Cupido para que le disparara con
su amoroso arco, y fue él mismo quien
cayó presa del amor de Psique, hasta
el extremo de que tuvo que acudir
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ante Zeus para pedirle que le permitiera casarse con una mortal. Se la representa frecuentemente en arte como
una mariposa. Este personaje pertenece más a la tradición latina que a la
griega.
Radamantis
Hermano del rey Minos, fue legislador en Creta. Oficia en los Infiernos como juez de las almas de los
muertos en Asia y África, mientras que
a Éaco corresponden los de Europa, y
a Minos aquellos que solicitan una revisión o recurso de su caso.
Selene / Luna
Hija del Titán Hiperión y de Tía,
hermana por tanto de Helio/ El Sol y
Eos/Aurora. Sus rituales eran mágicos. Tuvo amores con Endimión, un
mortal que mientras dormía fue raptado y conducido a la Luna.
Semele
Hija del rey de Tebas, Cadmo,
fue la madre del dios Dionisio. Hacía
alardes de mantener relaciones con un
dios que la visitaba de incógnito. Fue
inducida por Hera a verificar la identidad de su amante supuestamente divino. Apareció el propio Zeus, quién
con su rayo fulminó mortalmente a Sémele. Antes de que una nueva tragedia se llevara a efecto, intervino el dios
Hermes (Mercurio para los latinos),
quién logró salvar al hijo que estaba
esperando Sémele y lo transplantó en
el muslo de Zeus. De allí que el hijo de
Sémele y de Zeus, Dionisio (o Baco, el
dios del vino y de la alegría) lleve el
epíteto frecuente de «dos veces nacido».
Sísifo
El más astuto de los hombres.
Fundador de la ciudad de Corinto y de
los juegos Ístmicos que en ella se celebraban. Vio cómo Zeus raptaba y seducía a la ninfa Egina y se lo contó
todo al padre de ella, el dios Asopo, a
cambio de que ésta hiciera brotar en la
Segundo GES
rocosa y adusta acrópolis de Corinto
un manantial de agua potable. Zeus,
encolerizado, le impuso un castigo
ejemplar y eterno: empujar una roca
hasta la cima de un monte, desde donde continuamente se precipita por la
otra ladera. Según algunas versiones
fue padre del no menos astuto héroe
Odiseo/Ulises.
Tántalo
Reinaba en la región del monte
Sípilo, en la región de Lidia. Sometió a
prueba la sabiduría de la diosa ofreciéndoles la carne de su hijo Pélope.
En otras versiones Tántalo robó a los
dioses su divina comida y tras haberla
probado el mismo-se la regaló a los
mortales. Fue castigado a sufrir eterna
sed y hambre. Los dioses lo maniataron con el agua hasta el cuello en un
bosque cuyos árboles, cuajados de
fruta, alzaban sus ramas cada vez que
Tántalo trataba de alcanzarlas; cuando
intentaba sorber el agua, ésta se filtraba por la tierra hasta bajar de nivel.
Telémaco
Hijo del héroe Odiseo y de Penélope. Viendo que su padre no regresaba cuando ya lo habían hecho otros
supervivientes de la guerra de Troya,
decide partir en su busca siguiendo los
consejos y bajo la protección de la diosa Atenea. Se entrevista con los héroes Néstor y Menelao, quienes le relatan múltiples aventuras de su desaparecido padre. A su regreso a Ítaca
tiene que evitar la emboscada que le
han tendido los pretendientes de su
madre; encuentra a su padre disfrazado de mendigo, se reconocen y entre
ambos traman la muerte de aquellos.
Temis
Divinidad primitiva relacionada
con la diosa de la Tierra, Gea. Algunos
relatos la vinculan a la época más antigua de Delfos como sede profética de
la adivinación y los oráculos. Más tarde personifica el concepto de la Justicia. Fue madre del astuto Prometeo,
Cultura Clásica
Página 122
así como de las Estaciones, de las
Moiras y de las Hespérides (según
versiones).
Tereo
Rey de Tracia. Fue transformado en abubilla como castigo por lo que
hizo a Procne y Filomela.
Teseo
Rey héroe nacional ateniense,
hijo del rey Egeo(o del dios Poseidón).
La tradición le hizo amigo y compañero de aventuras de Heracles/Hércules.
Una de sus más notables hazañas fue
castigar al bandido Procrustes, quien
disponía de dos lechos (uno de talla
grande y otro de talla pequeña) en los
que hacía acostarse a los viajeros que
pasaban por sus dominios: a los que
eran altos los reducía hasta que cupieran en la cama pequeña, y a los de
baja estatura los estiraba hasta ajustarlos a la grande. Teseo lo castigó
aplicándole este mismo método. Más
tarde acude a Creta, da muerte al Minotauro y se casa con Ariadna. Luchó
también contra las Amazonas, y ayudó
a Pirítoo en su combate contra los
Centauros.
Tetis
Nereida de singular belleza, de
la que enamoraron tanto Zeus como
Poseidón. Quienes sin embargo renunciaron a casarse con ella por temor
a que se cumpliera el anuncio del oráculo. Vaticinaba éste que el hijo que
de ella naciera sería muy superior a su
padre. Dicho vaticinio resultaba muy
peligroso para Zeus quien había desalojado del poder a su padre,
Crono/Saturno. En compensación Tetis se casó con el más justo de los
hombres, Peleo, con quien fue la madre de Aquiles. Por múltiples medios
(según algunas versiones) buscó conferir la inmortalidad a su hijo, al que introdujo en las aguas de la laguna Estigia. Sólo el talón de Aquiles quedó sin
entrar en contacto con las aguas in-
Segundo GES
mortales. Sólo en esa parte del cuerpo
iba a resultar vulnerable el héroe.
Tiresias
Adivino tebano, ciego de legendaria fama. Las fuentes antiguas dan
como causa de su ceguera diversas
versiones: contempló un día a Atenea
bañándose desnuda y la diosa lo castigó con la ceguera; según otros, vio un
día dos serpientes copulando en el
campo, las golpeó con su bastón y se
vio transformado en una mujer; al
cabo de siete años se repitió el incidente, y ahora fue restituido a su carácter de varón. Por eso era la persona más adecuada para dictaminar si
es el hombre o la mujer quien goza
más en el acto sexual. Afirmó que era
la mujer. La diosa Hera, indignada, lo
cegó, aunque Zeus lo compensó con
el arte de la adivinación. Padre y
abuelo de adivinos famosos, profetizó
hasta en el Hades.
Titono
La Aurora, Eos, enamorada de
Titono pidió a Zeus para su amante la
inmortalidad, pero olvidó solicitar para
el también la juventud. Titono envejeció hasta convertirse en cigarra. El
mito refleja como ningún otro la tristeza de la vejez, cuando ésta se hace
peor que la muerte.
Urano
Personificación del cielo como
primigenio elemento masculino. Fue
destronado por su hijo Crono/Saturno,
que lo emasculó cortándole los genitales con una hoz gigantesca (en griego
drépanon). Los genitales de Urano fecundaron el mar, de cuya espuma
salió la diosa Afrodita.
Yocasta
Princesa y reina tebana. Su
destino estuvo fatalmente vinculado al
de su hijo Edipo. Ella es la primera en
darse cuenta de que Edipo, su actual
marido y padre de sus hijos, era también al mismo tiempo hijo suyo, y más
Cultura Clásica
Página 123
aún, que Edipo es el asesino de su
propio padre, Layo. Intenta ayudarle
en su tragedia, pero al no conseguir
Segundo GES
nada, decide suicidarse en el interior
del palacio de Tebas.
Cultura Clásica
Página 124
El Mundo Mediterráneo
2. Mapas
Segundo GES
Cultura Clásica
Página 125
Alturas superiores a
500 m ▲
Mapa
Físico
Mapa
Político
Segundo GES
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Página 126
Segundo GES
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Página 127
Segundo GES
Cultura Clásica
Página 128
3. Expresiones Latinas
A continuación exponemos las principales locuciones latinas que podemos
encontrar en cartas, documentos oficiales y en cualquier otro ámbito, pues son
expresiones que todos solemos utilizar en algún momento de nuestra vida. Algunas
son muy conocidas y otras no lo son tanto.
A contrario sensu: en sentido contrario
A posteriori: a posteridad, después
de.
Anno Dómini: en el año del Señor.
Abreviatura: A.D.
Ab initio: desde el principio.
Ab intestato: sin dejar testamento.
Ad hoc: para un fin determinado (especializado, no en general), especialmente para (sin consideración para el resto), improvisado.
Ad infinitum: al infinito.
Ad interin: provisionalmente.
Ad livitum: a voluntad, a elección.
Ad pedem literae: al pie de la letra.
Ad valorem: según el valor.
Ad fortiori: por fuerza, con mayor
fuerza.
Ad latere: del lado, de cerca.
Ad maiórem Dei glóriam: a mayor
gloria de Dios. Abreviatura: A.M.D.G.
A priori: con anterioridad, antes de.
Ante merídiem: antemeridiano, antes
del medio día. Abreviatura: A.M.
Apud: apoyado por. Abreviatura: AP.
Bona fide: de buena fe.
Ceteris paribus: estando igual lo demás.
Circa: próxima, cerca de, alrededor
de. Abreviatura: CA.
Cogito, ergo sum: pienso, luego existo.
Conditio sine qua non: condición sin
la cual no (necesaria).
Segundo GES
Confere: confronte, confróntese, compárese. Abreviatura: cf./cfr.
Corpus delicti: cuerpo del delito.
De facto: de hecho.
De jure: de derecho, jurídicamente.
Dura lex sed lex: dura es la ley, pero
es ley.
Erga omnes: ante todos.
Errare humanum est: es propio del
hombre equivocarse.
Et alteri: desde ahora.
Et alii: y otros. Abreviatura: et.al.
Et sequens: y siguientes. Abreviatura:
et.seq.
Ex nunc: desde ahora.
Ex post facto: después de haberlo hecho.
Ex tunc: desde entonces.
Ex profeso: a propósito, con particular
intención..
Exemple gratia: por ejemplo. Abreviatura: e.g.
Fecit: hizo. Abreviatura: fec.
Grosso modo: a grandes rasgos,
aproximadamente.
Ibidem: allí, en el mismo lugar. Abreviatura: ib. ó ibid.
Idem: el mismo, lo mismo. Abreviatura: id.
Id est, ita est: esto es, en otras palabras. Abreviatura: i.e.
In abstracto: en lo abstracto.
In anima vili: con ánimo vil, de mala
intención.
In dubio pro reo: en la duda se favorece al reo.
In extenso: por entero, con todos sus
pormenores.
Cultura Clásica
Página 129
In extremis: en los últimos instantes
de la existencia, en desesperadas condiciones.
In fine: al final.
In fraganti, in flagranti: al momento en
que se comete el delito, con las manos en la masa.
In loco: en el mismo lugar.
In memoriam: en recuerdo de.
In mente: en la mente, en la cabeza.
In procedendo: en el procedimiento.
Iesus Nazarenus Rex Iudaeorum: Jesús de Nazaret Rey de los Judíos. (Se suele colocar en la
parte de arriba de la cruz). Abreviatura: INRI.
In situ: en el mismo sitio.
Inter alia: entre otras cosas.
Inter vivos: entre vivos.
In re: sobre la cosa, a propósito de.
In vitro: en probeta, en el laboratorio.
Ipso facto: inmediatamente, en el
acto.
Item: también, además. Abreviatura: it.
Ius cogen: derecho imperativo.
Ius gentium: derecho de gentes.
Ius puniendi: derecho de castigar.
Lapsus calami: error de pluma, de escritura.
Lapsus linguae: error de palabra.
Lato sensu: en sentido lato, sentido
amplio.
Lex posterior derogat priori: la ley
posterior deroga a la anterior, la
ley más reciente substituye a la
más vieja.
Locus citatus: lugar o locución citada.
Abreviatura: l.c. ó loc.it.
Magister dixit: el maestro ha dicho.
Meridiem, meridies: mediodía. Abreviatura: m.
Modus vivendi: modo de vida.
Mortis causa: causa de muerte.
Segundo GES
Motu propio: de propia, libre y espontánea voluntad.
Mutatis mutandis: cambiando lo que
se debe cambiar.
Non liquet: no está claro.
Non plus ultra: no más allá.
Nota bene: nótese bien. Abreviatura:
n.b.
Numerus clausus: número cerrado.
Opus citatus: obra citada. Abreviatura: op. cit.
Pacta sur servanda: los pactos deben
cumplirse.
Passim: aquí y allá, en varias partes.
Per se: por sí, por sí mismo.
Per capita: por cabeza, por cada persona.
Post data: después de lo dicho, igual
que post scriptum. Abreviatura:
P.D.
Post scriptum: después de lo escrito,
igual que post data. Abreviatura:
P.S.
Praxis: práctica.
Per analogiam: análogo.
Prima facie: a primera vista.
Pro forma: por la forma, formato.
Quod erat demostrandum: lo cual
había que demostrar (probar).
Abreviatura: Q.E.D.
Quod videm: el cual vemos. Abreviatura: q.v.
Ratio legis: la razón de la ley, la raíz
de la ley.
Ratione materiae: en razón de la materia, basado en la materia.
Rebus sic stantibus: estando así las
cosas.
Requiescat in pace: descanse en
paz. Abreviatura: R.I.P.
Sic: así, de esta manera.
Sine data: sin fecha [de edición o de
impresión]. Abreviatura: s.d.
Sine qua non: sin la cual (necesaria).
Cultura Clásica
Página 130
Societatis Iesus: Sociedad de Jesús,
Jesuita. Abreviatura: S.J. ó S.I.
Status quo: en el estado en que (están, las cosas).
Stricto sensu: en sentido restringido.
Sui generis: de su propio género, único.
Suo tempore: a su tiempo.
Supra: arriba, encima, más que.
Ultima ratio: la razón última, la razón
absoluta (Dios, Rey).
Segundo GES
Ultra vires: por encima de las fuerzas.
Ut supra: como arriba.
Vox populi, vox Dei: voz popular, voz
de Dios.
Veni, vidi, vinci: vine, vi, vencí.
Verbi gratia: por ejemplo. Abreviatura:
v.gr.
Vide: véase. Abreviatura: vid.
Versus: en dirección a, hacia, opuesto
a. Abreviatura: v.s.
Cultura Clásica
Página 131
4. Actividades de Mitología y Gramática
Actividades sobre el Universo Religioso
1) Relaciona las palabras de una columna con las de la otra:
báquico:
bien formado, adonis:
Caos (1)
Crono (2)
Politeísta (3)
Gea (4)
Urano (5)
Teogonía (6)
Genealogía (7)
4) Compara el ritual de una misa con
el de un sacrificio realizado a un
dios griego.
5) ¿Qué semejanzas y diferencias
puedes encontrar entre un sacerdote católico y uno pagano?
6) ¿En qué se parecen los cultos mistéricos a las actividades de las
sectas actuales?
7) Los nombres de los dioses romanos
están presentes en muchas palabras usuales. Averigua qué nombres de divinidades romanas son
elemento importante de las palabras siguientes:
( ) Todos los dioses.
( ) Tierra.
( ) Cielo.
( ) Desorden.
( ) Que cree en varios dioses.
( ) Linaje.
( ) Origen de los dioses.
2) Comprueba si las atribuciones de
las divinidades siguientes se corresponden con las que aparecen
en la columna de al lado. Pon V si
está bien, F si está mal.
Atenea: diosa de la guerra.
Gea: esposa de Zeus.
Hades: dios de los seísmos.
Poseidón: dios del vino.
Deméter: diosa de la agricultura.
Hermes: dios de los muertos.
Dionisio: dios mensajero.
Maya: hija de Atlas.
Hera: diosa de la tierra.
3) Averigua cuáles son los nombres de
las divinidades griegas que se
usan, aisladas o formando parte
de una palabra, como sinónimos
de las siguientes:
club, tertulia:
excitante, estimulante:
andrógino, bisexual:
secreto, cerrado:
celestial:
confusión, lío:
descripción de la Tierra:
Segundo GES
At...........
…………síaco
............afrodita
............tico
..............nico
C.......
.......grafía
..............íaco
ap.............
vulcanismo:
junio:
cereal:
plutonio:
venéreo:
marcial:
jovial:
marzo:
neptúnico:
saturnino:
bacanal:
apolíneo:
8) Asocia los símbolos siguientes con
el correspondiente nombre de las
divinidades romanas y griegas:
Cultura Clásica
rayo:
llama:
pavo real:
hoz y espigas:
Página 132
casco y lanza:
sol, lira y laúd:
tenazas y martillo:
tridente:
lechuza:
caduceo y sandalias aladas:
carcaj:
LATÍN
Dies
Lunea
Dies
Martis
concha:
9) Haz un resumen de las principales
hazañas de alguno de los dioses
mencionados.
10) Completa los espacios en blanco
del cuadro:
Dies
Mercurii
Dies
Iovis
Dies
Veneris
Dies
Saturni
Sabbatum
Dies
Solis
Dies
Dominica
CASTELLANO
CATALÁN
GALLEGO
Divendres
Luns
FRANCÉS
ITALIANO
Xoves
Mercredi
Lunedi
Domenica
Montag
Sonntag
INGLÉS
ALEMÁN
11) ¿Por qué los astrólogos eran populares en Roma y lo continúan siendo?
12) Haz una colección de signos del
zodíaco y escribe el nombre de
cada signo y el tiempo del año que
corresponde a cada uno.
13) ¿Por qué crees que la gente más
culta encontraba más ayuda en la
filosofía que en la religión?
14) ¿Por qué los cultos mitraicos eran
tan populares entre los romanos?
15) ¿Qué opinión tenían los romanos
de los judíos?
16) ¿A qué crees que es debida la rápida expansión del cristianismo por
todo el ámbito del Imperio Romano?
MATERIAL
ro; Diálogos, de Platón; La ciudad
de Dios, de S. Agustín; Odas, de
Horacio; Historia, de Tácito; Cartas
a Lucilio, de Séneca; Bucólicas, de
Virgilio; Anales, de Tácito; Diálogo
de los dioses, de Luciano; Metamorfosis, de Ovidio; Anfitrión, de
Plauto; El asno de oro, de Apuleyo; Eneida, de Virgilio; Odisea, de
Homero; El Banquete, de Platón.
- Diapositivas: Guía didáctica elaborada por el Museo del Prado sobre
cuadros de tema mitológico.
- Audiciones: «Júpiter», de Mozart,
Sinfonía nº 41 en Do mayor; «Los
planetas», de G. Holst; «Lamento
de Ariadna», de Monteverdi; «Orfeo y Eurídice», de Gluck.
- Películas: «Furia de Titanes», Desmond Davis.
- Libros: Teogonía, de Hesíodo; Historia, de Herodoto; Ilíada, de Home-
Segundo GES
Cultura Clásica
Página 133
Actividades sobre la Repercusión en la Cultura
Occidental de la Mitología Clásica
1) La siguiente relación de palabras o
expresiones hace alusión a algún
mito. Todas ellas aparecen en el
lenguaje publicitario. ¿Serías capaz de establecer la relación?
«eres un arpía»:
«talón de Aquiles»:
«manzana de la discordia»:
«caballo de Troya»:
«tirios y troyanos»:
«fue una odisea»:
«cantos de sirena»:
«la caja de Pandora»:
«sembrar dientes de dragón»:
«estar entre los brazos
Morfeo»:
Titanlux – Titanic – Clío – Pegaso
– Orión – Ajax – Harmonía – Dafne –
Amaltea – Júpiter – Parabellum - Lacryma Christi – Vita – Albal – Lenor –
Politos – Sponte(x) – Vim – Andros –
Estivalia – Lux.
2) Intenta averiguar con qué nombres
mitológicos están relacionados los
siguientes elementos químicos:
Niobio – Promecio – Tantalio – Titanio
– Cadmio.
6) Proyección de la película «Orfeo»,
de Cocteau. Establece un debate
después de la misma.
7) Sobre el texto del Soneto XV de
Garcilaso de la Vega contesta a
las siguientes preguntas:
3) Intenta averiguar con qué astros están relacionados los siguientes elementos químicos:
-
Mercurio – Paladio – Plutonio – Selenio – Uranio.
4) Explica las siguientes metonimias:
-
Vulcano: fuego.
Baco: vino.
Ceres: pan.
Venus: amor.
Marte: guerra.
de
¿Quién es el personaje cuyas quejas y lamentos enfrenaron el curso de los ríos e
hicieron que los tigres y peñascos escucharan?
¿Qué son los reinos del espanto? ¿Quién bajó a ellos y
por qué?
Explica de dónde viene el dicho «la música amansa las
fieras».
8) Audición de «Penélope», de Joan
Manuel Serrat.
5) Intenta explicar las siguientes expresiones del lenguaje coloquial:
Segundo GES
Cultura Clásica
Página 134
Actividades sobre Tecnicismos y Cultismos
Españoles Derivados del Griego y del Latín.
Locuciones Latinas.
1) Observa las siguientes palabras y
subraya el elemento que tienen en
común. ¿Qué significado tiene ese
elemento?
Paleografía – Demografía – Etnografía
– Criptografía – Pornografía – Historiografía – Megalomanía – Mitomanía –
Cleptomanía – Toxicomanía – Antropofagia – Antropología – Antropopiteco – Antropoide – Misántropo – Filántropo.
...................: horror al agua.
...................: arte de leer la escritura antigua.
...................: descripción de las razas.
...................: escritura secreta o en
clave.
4) Completa las siguientes definiciones: Ej.: Aerolito: ....piedra......
que cae del ...aire..(cielo)...
Aeronáutica: ................. de la navegación por ..............
Dinamita:
sustancia
de
gran ................ explosiva.
Termodinámica: ciencia que estudia la ..................... producida por
el ....................
Cosmografía: ...................... astronómica del mundo.
....................: mundo pequeño.
Macrocosmos: mundo ................
o universo.
Geología: ciencia que estudia la
formación de las capas de
la ................
Microscopio: aparato que sirve
para
................
objetos .......................
Astronomía: ciencia que estudia
las ..................... de los .................
...................: comunicación escrita
con signos convencionales a larga
distancia.
Antropomorfo: que tiene forma de
.................
2) Escribe el significado de los siguientes elementos:
Demo-:
Filo-:
Clepto-:
Miso-:
Antropo-:
Xeno-:
-cracia:
-fobia:
Megalo-:
Paleo-:
3) Escribe la palabra técnica que corresponda a cada significado. Ej.:
Monarquía: gobierno en manos de
una sola persona.
...................: culto o adoración a
las imágenes.
...................: relativo a la Edad de
piedra nueva o pulimentada.
...................: estudio de las razas.
...................: matrimonio de un
hombre con una sola mujer.
Segundo GES
5) Utiliza la palabra técnica para cada
proposición según su contexto: Ej.:
Cultura Clásica
Página 135
Los ....cosmonautas..... viajaron al
espacio sin ningún contratiempo.
a) cosmonautas
b) viajeros
c) tripulantes
- Para conocer el grado de
temperatura de un enfermo
los
médicos
utilizan
el .....................
a) barómetro
b) sismógrafo
c) termómetro
- Los ................... con frecuencia destruyen ciudades enteras por la enorme fuerza de
sus vientos en forma de círculo.
a) terremotos
b) maremotos
c) ciclones
- El ....................... es muy empleado en la astronomía.
a) telégrafo
b) microscopio
c) telescopio
- Amorfo
significa
sin ....................
a) forma
b) imagen
c) color
- El ........................ es una
doctrina que predica la existencia de muchos dioses.
a) politeísmo
b) monoteísmo
c) ateísmo
- Es famosa la .......................
nacional por su gran variedad de cuadros.
a) hemeroteca
b) biblioteca
c) pinacoteca
- En Europa muchas personas
son ......................... ya que
la cercanía de su país con
otros los hace aprender muchas lenguas.
a) políglotas
b) polimorfas
c) monótonas
Segundo GES
-
Voy a hacer una ...................
de Benito Juárez.
a) coreografía
b) autobiografía
c) biografía
6) Selecciona la respuesta correcta:
Ej.: Un cambio cuantitativo se refiere a: a) Cantidad; b) Calidad; c)
Aspecto.
- Un cambio cualitativo se refiere
a: a) Cantidad; b) Calidad; c)
Aspecto.
- Un aspecto cognoscitivo se refiere a: a) Memoria; b) Conocimiento; c) Voluntad.
- Sustancia blanquecina parecida a
la clara del huevo: Albúmina; b)
Tripsina; c) Bilirrubina.
- En forma de cabello: a) Auriforme; b) Cauliforme; c) Capiliforme.
- Entre las costillas: a) Subcostal;
b) Intercostal; c) Supracostal.
- Que se alimenta de frutos: a)
Herbívoro; b) Frugívoro; c) Vermívoro.
7) Sustituye lo subrayado por otra expresión más técnica. Ej.: En la
Edad Media se practicaban exorcismos: MEDIEVO.
Cultura Clásica
o Ricardo siempre ha manifestado
enemistad para con los ricos:
o El que mató a su padre no debe
andar lejos:
o Se hace necesario construir más
conductos artificiales de agua
para incrementar la productividad agrícola del país:
o Los que pertenecen al signo simbolizado por un flechador, tendrán hoy éxito en sus relaciones
comerciales:
Página 136
o Guadalajara, cabecera del Estado de Jalisco, es una ciudad muy
hermosa:
o La marcha mortuoria se detuvo
para bajar el cadáver:
o El trabajo diario mantiene el
cuerpo en buen estado de salud
física y mental:
o Las noches de luna llena son
bastante hermosas:
o Los restos fósiles se convirtieron
en piedra, en el transcurso de
varios miles de años:
o La región del sur del país se
mantendrá con escasas lluvias
por la mañana y tarde:
8) Relaciona ambas columnas:
1) (d) Bacilo
2) ( ) Genuflexión
3) ( ) Óseo
4) ( ) Cruento
5) ( ) Acerbo
6) ( ) Capilar
7) ( ) Rótula
8) ( ) Subcostal
9) ( ) Virulento
10) ( ) Cápsula
b) Cedere: «moverse»
c) Caedere: «matar»
- INDUCCIÓN:
a) Ducere: «conducir»
b) Ferre: «llevar»
c) Laedere: «herir»
- LESIÓN:
a) Vacare: «descansar»
b) Laedere: «herir»
c) Audire: «oír»
- LOCUTORIO:
a) Loqui: «hablar»
b) Fugare: «fugarse»
c) Laedere: «herir»
10) Relaciona la columna de la izquierda con la de la derecha formando
palabras (sólo las que creas que
existen en el diccionario).
a) Agrio
b) Cajita
c) Relativo a los huesos
d) Bacteria en forma
de bastón
e) Hueso de la rodilla
f) Relativo al cabello
g) Venenoso
h) Sangriento
i) Flexión de la rodilla
j) Debajo de las costillas
Bi
Co-con
Ex
Pro
De-des
Re
In
9) Busca el significado de las siguientes
palabras y precisar el verbo latino
del
cual
se
originan.
Ej.:
BACTERICIDA:
«Que
mata
bacterias»
a) Audire: «oír»
b) Caedere: «matar»
c) Videre: «ver»
- ANTECEDENTE:
a) Audire: «oír»
b) Ferre: «producir»
c) Cedere: «ceder»
- EXCEDERSE:
a) Vacare: «descansar»
Segundo GES
spirar
forme
vivir
cidir
volver
vestir
clamar
lingüe
lateral
estructurar
halar
vocar
mover
ligar
ceptor
meter
11) Anota Falso (F) o Verdadero (V) en
las traducciones de las siguientes
locuciones:
-
Cultura Clásica
Divide et vinces: Anticipadamente
Casus belli: Caso de guerra
Página 137
-
Dura lex, sed lex: Dorada
medianía
Ad valorem: Según el valor
A priori: Con experiencia
R.I.P.: se murió
In situ: en el lugar
Homo sapiens: hombre astuto
Cogito, ergo sum: Pienso,
luego existo
Nota bene: Buena calificación
12) Escribe Bien (B) o Mal (M) en las
locuciones usadas en las siguientes oraciones:
Segundo GES
Cultura Clásica
- El Tribunal Supremo anunció que
aplicaría toda la ley, ya que dura
lex, sed lex ( ).
- El alumno entró a su examen diciendo: alea iacta est ( ).
- Inusitadamente el locutor dijo:
«he tenido un imperdonable lapsus linguis» ( ).
- Terminando su carta, Alejandra
olvidó un asunto importante y
anotando al final, R.I.P., escribió
lo que había olvidado ( ).
- Al comprobar la existencia de un
sujeto pensante, Descartes dijo:
«Cogito, ergo sum». ( ).
Página 138
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