En las bodas de Tetis y Peleo DISCORDIA arroja una manzana d

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TROYA: LOS HORRORES DE LA GUERRA
De Alicia Esteban Santos
SINOPSIS:
En las bodas de Tetis y Peleo DISCORDIA arroja una manzana de oro que será
el trofeo para la más bella de todas las diosas invitadas al festejo. HERA,
ATENEA y AFRODITA, se disputan el presente. La decisión recae en el mortal
PARIS, príncipe troyano, que otorga la victoria a la diosa del amor, Afrodita. En
recompensa, la diosa le concede el amor de la mujer más hermosa, HELENA,
esposa del rey MENELAO de Esparta. Como fruto de este amor incontrolado,
obra de la diosa, Helena huye en los brazos de Paris viajando hasta Troya.
Menelao por su parte, al descubrir la traición, convoca a todos los ejércitos
griegos y a sus principales jefes: AGAMENÓN, AQUILES, ULISES, etc... El objetivo
es tomar la ciudad de Troya y matar la adultera Helena, limpiando de este
modo el honor ultrajado del griego. Comienza así la famosa guerra de Troya,
cuyo desarrollo y consecuencias serán causa de grandes males para griegos y
troyanos...
COMPOSICIÓN:
Escenas que son breves pinceladas, en esbozo de lo más significativo del
tema. Se va desarrollando la trama de manera que los dramas particulares de
los diversos personajes van envolviendo y dejando en el centro la gran escena,
la decisiva para el desenlace incierto de la guerra: la batalla entre Aquiles y
HÉCTOR. Y, enmarcando, envolviendo a su vez el todo, en los extremos, se
evidencia el más fuerte de los contrastes, el mundo feliz e intocable de los
dioses, que son en definitiva quienes mueven los hilos y “envuelven”, en
efecto, todo. Aunque incluso ellos mismos son también manejados por una
fuerza superior (el Azar, la Fatalidad)…
En el prólogo, fuera de la acción, PANDORA, la primera mujer, se muestra, por
una parte, como símbolo del humano manipulado, y, por otra, como la mujer
sentida como culpable, víctima, sin embargo. Ella, germen provocador del
mal, como también Helena…
SIGNIFICADO:
El tema último es la GUERRA, y todo lo que la violencia ocasiona en el
hombre, desatando sus más bajos instintos, y reclamando la sangre cada vez
más sangre. Y eso, desgraciadamente, no ha cambiado a lo largo de los siglos.
Así, somos testigos de todo tipo de atrocidades: no sólo las muertes
“inevitables” (por llamarlas de algún modo), colectivas, que la guerra en sí
conlleva, sino incluso otros muchos actos salvajes y atroces producto de la
barbarie individual, del ensañamiento desencadenado, y que recaen lo más a
menudo sobre los más inocentes e indefensos: sacrificios humanos,
venganzas, violaciones, infanticidios, esclavitud, destrucción de toda una
civilización, total aniquilamiento de un pueblo.
El montaje contó con la proyección de imágenes de iconografía griega, en las
que está inspirada en gran parte la escenografía y vestuario. Por otro lado, con
música original (compuesta expresamente para la obra) y canto en directo.
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