Auxiliares de intubación endotraqueal ante una vía aérea difícil Dr. Alfredo Vetencourt Médico adjunto, Servicio de Anestesiología del Centro Médico de Caracas. San Bernardino. Presidente del Capítulo de Vía Aérea MI-VÍA Dra. Julieta M Arroyo E Médico Adjunto, Servicio de Anestesiología, Anestesiólogo Cardiovascular Instituto de Clínicas y Urología Tamanaco. Caracas. Venezuela Es importante tener siempre un plan alternativo ante una posible intubación fallida para evitar múltiples intentos de intubación con un mismo dispositivo, con lo cual podría aumentar de forma significativa la morbilidad y progresar más fácilmente a un escenario de paciente “No intubable/no ventilable” 1, 2. Con cada fracaso de intubación puede haber un incremento del riesgo, por lo que el segundo o tercer intento se deberá realizar sólo si se utiliza una técnica diferente y hay una sospecha razonable de éxito3,4,5. Es importante estar prevenido con el fin de evitar o disminuir los riesgos de una intubación difícil, por lo que debemos realizar una exploración detallada de los distintos predictores de vía aérea difícil, que puede resultar útil y poner sobre aviso de la posible aparición de dificultades y complicaciones antes de proceder a la intubación, con la utilización de técnicas estandarizadas en beneficio de los pacientes, teniendo en cuenta que el valor predictivo de solo uno de estos predictores continúa siendo muy pobre6, 7,8. Un aspecto importante en la solución y prevención de estos problemas son el trabajo en equipo, la comunicación y la realización y aplicación de protocolos9,10. Debemos considerar diversas estrategias para minimizar los incidentes en la intubación traqueal como: 1. Valorar previamente a todos los pacientes para identificar el riesgo de intubación difícil. 2. Individualizar las estrategias en el manejo de pacientes con una posible vía aérea difícil. 3. Tener estrategias para el manejo de la vía aérea difícil inesperada, tanto en el manejo rutinario como en la inducción de secuencia rápida en función del conocimiento y a la experiencia.11 Estudios de metaanálisis afirman que más importante que la predicción de la vía aérea difícil es la capacidad de responder adecuadamente ante la aparición de problemas, lo que requiere la disponibilidad de un equipo adecuado y de personal con experiencia12, 13,14 . En los últimos años se han desarrollado diferentes dispositivos para acceder a la vía aérea de manera segura y poder resolver las diferentes situaciones de intubación fallida prevista o imprevista, pero no están disponibles en la mayor parte de los centros quirúrgicos por el alto costo de los mismos15. Aunque la mayoría de las técnicas de intubación propuestas por diferentes autores tienen como parámetro ideal la visualización directa o indirecta del orificio glótico, existen otras técnicas de intubación guiadas por parámetros anatómicos, lumínicos, sin que en algún momento se busque su visualización directa. Estas técnicas se han denominado “técnicas de intubación a ciegas”. Las técnicas de intubación a ciegas se mencionan desde 1880, cuando Sir William MacEwen (pionero de la intubación laríngea por vía oral) describió la intubación a ciegas guiada por palpación interna en pacientes despiertos, y fue complementada por Joseph O‘Dwyer quien inventó el mandril que se coloca dentro del tubo traqueal. Posteriormente en 1901, Franz Kuhn realizó intubaciones orotraqueales a ciegas con tubos metálicos y estiletes curvados, ayudándose con los dedos. Esta técnica no requiere laringoscopia directa y el trauma a los tejidos es mucho menor, al no generar un fuerte estímulo doloroso por compresión o estiramiento16, 17. Es importante tener en cuenta que la efectividad de la técnica está directamente relacionada con las habilidades del operador, que deberá tener un conocimiento claro de las estructuras anatómicas de la vía aérea superior e inferior. De esta manera, se puede lograr la identificación adecuada de los parámetros anatómicos buscados, y facilitar una intubación orotraqueal exitosa. Los auxiliares de intubación utilizados con mayor frecuencia con el fin de alcanzar una intubación exitosa son: I. Estiletes o guías metálicas flexibles II. Estilete luminoso III. Pinza de Magill IV. Introductores e intercambiadores de tubo I. Estiletes o guías metálicas flexibles Estos dispositivos transglóticos nos facilitan la intubación endotraqueal. Son de un metal maleable que permite darle la forma y angulación necesaria al tubo endotraqueal ajustándose mejor a la anatomía de las vías respiratorias superiores de cada paciente. (Fig. 1). Fig. 1 Técnica de intubación con guía metálica flexible y laringoscopio Preparación, selección del tubo y técnica. 1. Tamaño del tubo orotraqueal adecuado para ventilar el paciente dependiendo del sexo y talla. 2. Carro de vía aérea 3. Preparación: Introducir la guía metálica flexible en el tubo endotraqueal (previa lubricación para facilitar su deslizamiento dentro del tubo), dejando la punta de la guía a nivel de la punta del tubo sin sobresalir el orificio distal, para evitar lesión de los tejidos blandos. Darle la angulación precisa al extremo distal del tubo para facilitar la intubación. (Fig. 2) 4. Intubación orotraqueal: Paciente en decúbito supino con posición de olfateo. Preparar para una intubación convencional con hoja de Miller y seguir el trayecto de la vía respiratoria superior e inferior, evitando el deslizamiento de la guía fuera del tubo y una vez colocado el tubo orotraqueal en el orificio glótico, se desliza manteniendo fija la guía metálica. Posteriormente, se retira la guía confirmando la intubación correcta con los métodos utilizados rutinariamente (inspección, auscultación y EtCO2) 18. (Fig. 3,4 y 5) Fig. 2 Fig. 3 Fig. 4 Fig. 5 Intubación Digital (ID)19 Es una técnica de intubación a ciegas, reconocida como el primer método que se usó para realizar intubación orotraqueal, pero también ha sido usada como técnica de rescate para una vía aérea fallida y en la escena pre hospitalaria. Es por esto que se propone que la intubación digital sea tenida en cuenta nuevamente como técnica de rescate para ser aplicada en nuestros servicios de urgencias cuando otros dispositivos no estén disponibles para tal fin, así como por los equipos de cuidado extra hospitalario. Esta técnica es una opción en el manejo de pacientes con vía aérea difícil 20,21 . En un estudio realizado por Young SE y col. 22 concluyeron que aunque el estándar de oro para la intubación endotraqueal de rutina sigue siendo la laringoscopia directa, su eficacia en ciertas situaciones puede ser limitada, por lo que la intubación digital proporciona a los médicos de emergencia otra opción de asegurar la vía aérea. Su aplicabilidad depende de las habilidades y del conocimiento por parte del equipo médico23. Fue descrita muy claramente la maniobra de intubación orotraqueal a ciegas, digitalmente dirigida por primera vez en 1796 por Herholdt y Rafn 19 , los cuales proponen su utilización en salas de cirugía, y MacEwen24 suministró anestesia con cloroformo guiando de manera táctil un tubo metálico a través de la tráquea, técnica ampliamente difundida por Franz Kuhn17, 25. A pesar que no se han encontrado reportes sobre la intubación digital como técnica de rescate en vía aérea fallida, en los últimos años las guías de atención de vía aérea difícil (VAD) y vía aérea (VA) de emergencias proponen la ID como una técnica adicional que las personas en entrenamiento deben tener en mente ante verdaderas emergencias médicas24, 26. Puede ser considerado como método alternativo para el control de la vía aérea cuando no se tiene a la mano otras herramientas27, 28. Técnica de intubación Digital (ID) 1. Preparación del tubo orotraqueal con la guía metálica flexible en su interior previa lubricación interna adecuada con una angulación en 90º o en palo de golf.(Fig. 6) 2. Paciente en decúbito supino con posición de olfateo y a la altura de la cintura del anestesiólogo. Con la mano izquierda se introduce el primer dedo en la boca y se realiza una tracción de la mandíbula hacia adelante y arriba generando una apertura oral adecuada y por la comisura labial derecha y con la mano ipsilateral del anestesiólogo, se introduce el tubo en la cavidad oral, se avanza hacia cavidad orofaríngea y se redirecciona la punta del tubo hacia la línea media por encima del cartílago tiroides.( Fig.7) 3. Se introduce el tubo en el orificio glótico con la mano izquierda, fijando el guiador con la mano derecha y retirándolo posteriormente. Se debe confirmar la intubación correcta con la inspección, auscultación y la capnografía.(Fig. 8 y 9) Fig. 6 Fig. 7 Fig. 8 Fig. 9 Intubación con guía metálica flexible con el operador ubicado al lado izquierdo del paciente y de frente Es una técnica que puede ser de utilidad como estrategia para rescatar una vía aérea fallida, con o sin laringoscopia tipo Cormack-Lehane IV. Sobre todo si hay abundantes secreciones, sangrado o contenido gástrico que impidan la adecuada visualización. Además, por la mínima movilización cervical requerida, puede ser usada con tranquilidad en el paciente con trauma vertebral cervical sospechado o confirmado29, en los servicios de urgencias, para rescatar una vía aérea fallida, debido a la ausencia de logística adecuada y variada para el manejo de la vía aérea30. Se debe evitar en el paciente que no esté en adecuada inconsciencia o con riesgo previsto de trismos, por la posibilidad de mordeduras y lesiones tanto en los dedos del operador, como en la cavidad oral del paciente19. Técnica de intubación con guía metálica flexible con el operador ubicado al lado izquierdo del paciente y de frente 1. Se prepara el tubo orotraqueal insertándole la guía metálica flexible previamente lubricada y se le da al tubo una angulación formando una curva en C. (Fig10) 2. El operador se ubica de frente, se introducen en la boca del paciente los dedos índice y medio de la mano izquierda del operador, por la línea media hasta palpar la epiglotis y la desplaza. (Fig11) 3. Se lleva el tubo orotraqueal hacia la glotis teniendo como guía el dedo índice y al dedo medio, una vez se inserta el tubo dentro de la tráquea, se solicita el retiro de la guía sin permitir la salida accidental del tubo y se confirma la adecuada intubación de manera también táctil. (Fig12y13). 31 Si el paciente es un lactante o un niño, toda la maniobra será realizada con un solo dedo, siendo éste el índice y, según la destreza del operador, se ubicará sobre la epiglotis o en la escotadura interaritenoidea 32 . Incluso se pudiera utilizar en conjunto con dispositivos como un introductor Eschmann o un estilete luminoso, para guiarlos digitalmente 33, 34. Fig. 10 Fig. 11 Fig. 12 Fig. 13 Técnica de inserción de la máscara laríngea (LMA) Proseal guiada con un estilete maleable [Fig. 14] Esta técnica fue descrita por Yodfat en 199935. Se inserta el estilete maleable en el tubo de ventilación por el extremo proximal sin que sobresalga en el tazón de la LMA ProSeal doblándolo para evitar que se deslice más el estilete a la punta de la máscara, dándole una curvatura en el tubo ventilatorio en la forma fastracoide o de “Fastrach”, dado que fue este dispositivo el primero en adoptar una forma anatómica (Fig14). Con la mano sujetando la máscara ProSeal se avanza en la boca y se coloca justo detrás de la lengua lo suficiente para asegurar la punta en ángulo caudal en la faringe (Fig15). Cuando la profundidad de inserción es correcta36 desplazamiento anterior de los cartílagos tiroides en el cuello, el estilete se puede retirar (Fig16). Es una técnica aconsejable cuando los dedos del operador chocan con los dientes inferiores en una vía aérea difícil37. Fig. 14 II. Fig. 15 Fig. 16 Estilete luminoso En el año de 1957 los Doctores Macintosh y Richards describieron los principios de la transiluminación para intubación orotraqueal con el uso del Estilete Luminoso. Se trata de una técnica fácil de aprender y de gran utilidad cuando fracasa la intubación mediante laringoscopia directa. La facilidad en el aprendizaje y en la aplicación de la técnica del uso del estilete fue documentada por Hung y col.38,39. Actualmente, la guía luminosa hace parte del contenido recomendado para las unidades portátiles de manejo de vía aérea difícil. Fue validado en pacientes con signos predictivos de intubación difícil, el porcentaje de éxito fue de 80 % en la primera tentativa y de 99 % luego de varios intentos. El principio de la intubación por transiluminación se basa en introducir el estilete luminoso en el tubo endotraqueal e intentar pasar el orificio glótico, para facilitar la transiluminación es necesario disminuir la luz ambiental. Se define bien un globo rojizo circunscrito en la región anterior del cuello, visible a nivel del cartílago tiroides cuando el tubo entra en la glotis abierta. Los buenos resultados dependen de muchos factores, como: características de los tejidos (espesor), características de la luz (calidad, intensidad) e iluminación ambiental. No requiere manipulación de la cabeza y cuello, ni tampoco abertura bucal mayor de 6mm. Existen guías por vías nasal y por vía oral. El estilete luminoso puede ser combinado con otras técnicas de manejo de la vía aérea: ayuda a la laringoscopia directa, intubación a través de mascarillas laríngeas clásicas y de intubación y facilitación de la intubación retrógrada. Se han realizado muchos estudios para comparar la técnica estilete luminoso con los métodos tradicionales de intubación traqueal. Nishikawa K1 y col.40 compararon los efectos de la técnica por transiluminación en las respuestas hemodinámicas, en tiempo a la intubación, el número de intentos y las complicaciones durante la intubación traqueal con laringoscopios de visión directa en pacientes normotensos (grupo LN y TN; n = 20, respectivamente) e hipertensos; (n = 20, respectivamente grupo LH y TH). La intubación traqueal con estilete luminoso o laringoscopia se realizó después de la inducción de la anestesia con fentanilo, propofol y relajación muscular con vecuronio y se llegó a la conclusión de que la técnica por transiluminacion atenúa significativamente los cambios hemodinámicos después de la intubación en comparación con la técnica de laringoscopia directa en pacientes normotensos. Un estudio clínico prospectivo41 con setenta pacientes adultos, diseñado para evaluar la viabilidad, seguridad y eficacia de intubación traqueal despierto, en donde se utilizó el estilete luminoso después de la anestesia tópica de las vías respiratorias únicamente en pacientes con vía aérea difícil arrojó que: Todos los pacientes mostraron condiciones de intubación excelente o aceptable. La monitorización cardiovascular reveló que los cambios de la presión arterial sistólica y la frecuencia cardíaca en cada etapa de manipulaciones de las vía aérea fueron menos del 20% de los valores basales. El seguimiento postoperatorio mostró que el 95,7 % de los pacientes no recuerda o recuerda muy poco toda la instrumentación de las vía aérea y la incidencia de complicaciones leves postoperatorias de la vía aérea fue de 38,6 %. Se concluyó que la técnica de intubación por transiluminacion en paciente despierto puede ser efectiva, segura y exitosa. Xue FS y col 42 en su trabajo combinaron el Trachlight ™ y MADgic® atomizador (Fig. 17) antes de la intubación orotraqueal despierto en 18 pacientes adultos, ASA I, con edades 18-59 años, con intubación difícil prevista [13 con apertura oral limitada (distancia inter incisivo 15-22 mm), tres eran Mallampati grado 4, y dos tenían micrognatia (distancia tiromentoniana de 5 cm o menos)], prrogramados para cirugía maxilofacial con anestesia general. El tiempo medio requerido para la pulverización supraglótica (36 veces en total) fue de 39,3 (9,8) s, con un rango de 32-53 s. La intubación traqueal se completó con éxito al utilizar un Trachlight ™ en el primer intento, en un tiempo medio de 23,7 (8,2) s. Se observó tos ligera en cuatro pacientes durante la inserción del tubo traqueal. La experiencia de los autores sugiere que una combinación de Trachlight ™ y el atomizador MADgic® puede proporcionar una excelente anestesia tópica de las vías respiratorias para la intubación orotraqueal despierto. La técnica es fácil de realizar, bien tolerada por el paciente y útil en pacientes con intubación difícil. Nong He y col 43 también realizaron un estudio en donde se utilizó una unidad combinada del estilete luminoso y el atomizador MADgic y concluyeron que el uso del estilete luminoso puede completar con éxito la intubación traqueal en pacientes con vía aérea difícil. Fig. 17 (Xue y col. Br.J. Anaesth. 2007; 99:920-921) Fu-Shan Xue, Nong He y col 44 realizaron un estudio clínico aleatorizado con ochenta pacientes adultos con vía aérea difícil que fueron asignados al azar a uno de dos grupos de estudio para recibir anestesia tópica en la vía aérea mediante pulverizadores de lidocaína con el estilete luminoso (grupo LW) o fibrobroncoscopio (grupo FOB). Después la intubación traqueal también se realizó con las técnicas transiluminación y de fibra óptica, respectivamente. En comparación con la técnica de fibra óptica, el uso de la técnica por transiluminación para proporcionar anestesia tópica de las vías respiratorias es más fácil para los anestesiólogos experimentados, requiere un menor tiempo de preparación, mejora las condiciones para la intubación traqueal y no da lugar a complicaciones postoperatorias en pacientes sedados con vía aérea difícil. En los trabajos realizados en pacientes con deformidades en las cavidades orales, la intubación traqueal con el estilete luminoso (Trachilight), bajo sedación consciente con la administración continua de remifentanilo, es una opción: los pacientes pueden estar conscientes de estar intubados, pero recuerdan los procedimientos después de la operación45. Intubación por transiluminación. Preparación. 1. Seleccionar el tubo endotraqueal con un diámetro no menor de 5.5mm. 2. Verificar el bulbo de iluminación. (Fig. 18) 3. Aplicar lubricante e Insertar la luz dentro del tubo endotraqueal. (Fig19) 4. Colocar el Estilete en un ángulo de 90º (En palo de jockey). (Fig. 20) 5. Antes de la inserción se transilumina la mejilla del paciente. Esto sirve para revisar la luz ambiental y ayuda a predecir la intensidad de la luz faríngea (Fig21) Fig. 18 Fig.19 Fig. 20 Fig. 21 Técnica de intubación oral por transiluminación 1. Con la cabeza del paciente en posición neutra, con la mano no dominante levantar la mandíbula. Sostener el TET/Estilete con la mano dominante e introducirlo perpendicularmente dentro de la boca del paciente (Fig22). 2. Rotar el TET/Estilete en posición media y avanzar sobre la base de la lengua hasta identificar la luz en la prominencia laríngea, se tracciona la mandíbula para facilitar el paso del tubo entre la epiglotis y pared posterior de la faringe. Identificándose una circunferencia bien definida en la parte anterior del cuello (Pre-traqueal) (Fig23y24). 3. Llevar el TET con la mano dominante al final de la tráquea. Se retira el estilete quedando el tubo colocado en la tráquea. 4. Confirmar la intubación con los métodos utilizados rutinariamente (inspección, auscultación y EtCO2)18. Fig. 22 Fig. 23 Fig. 24 Técnica de Intubación nasal a ciegas por transiluminación (Trachlight) La técnica de intubación rinotraqueal mediante transiluminación constituye una alternativa válida a la fibroscopia flexible en la intubación traqueal difícil prevista. La principal complicación que puede aparecer con el uso de este instrumento es la hemorragia nasal, que no representa ningún obstáculo a la eficacia de la intubación, siempre que no sea demasiado abundante. Las contraindicaciones de esta técnica las constituyen: obstrucción por cuerpo extraño, desórdenes importantes en la coagulación, epiglotitis, grandes abscesos y fracturas faciales. Su disponibilidad, en quirófano, es recomendable en casos de intubación difícil prevista o no. La intubación nasotraqueal guiada por transiluminacion Trachlight podría ser clínicamente factible sin complicaciones traumáticas sin retirar el estilete o guiador y es un método útil para la intubación nasal. En los pacientes de cirugía maxilofacial, la incidencia de una vía aérea difícil es hasta 15,4 a 16,9%, la Intubación nasal a ciegas sigue siendo una técnica segura para el manejo de la vía aérea difícil en donde un broncoscopio de fibra óptica no siempre está disponible. El estilete luminoso es un dispositivo fácil de usar, muy económico, y puede facilitar la intubación nasotraqueal a través de la iluminación en el cuello. En algunos trabajos la intubación nasotraqueal por transiluminacion es considerada superior a la intubación a ciegas en pacientes con vía aérea difícil, con una mayor tasa de éxito, respuestas hemodinámicas más estables y menos complicaciones postoperatorias 46,47. El Trachlight se compone de un mango con una fuente de luz (pilas), unido a un guiador dentro de la guía luminosa al que se le puede modificar su forma (Fig.25). Fig. 25 Preparación y técnica de Intubación traqueal difícil prevista (Fig. 26) 1. Una vez lubricado adecuadamente se puede introducir en un tubo endotraqueal. El guiador actúa como guía indirecta del tubo en el trayecto faringolaringotraqueal con el fin de proteger la vía aérea. 2. Se inserta el tubo en la fosa nasal con el mango Trachlight en un plano sagital y se avanza hasta que la luz se observa en la orofaringe. 3. Se sigue avanzando hasta observar la luz brillante en la membrana cricotiroidea (Fig. 27) 4. Se retira el estilete y se avanza el tubo orotraqueal en la tráquea (Fig. 28) 5. La colocación adecuada se confirma por capnografía. Fig. 26 Hay trabajos que demuestran Fig. 27 que la intubación Fig. 28 nasotraqueal despierto por transiluminacion puede realizarse con éxito para proporcionar anestesia general en un paciente con espondilitis anquilosante grave, en forma segura y útil48. Técnica de intubación con el estilete luminoso a través de la máscara laríngea de intubación Fastrach (ILMA) La intubación a ciegas presenta ventajas con el uso ILMA, pero la combinación del estilete luminoso e ILMA puede ofrecer una ventaja sobre el uso de la ILMA sola. Nijima y col.49 describen la técnica de intubación con una guía luminosa a través de la ILMLA. Fan KH y col.50 utilizaron la guía luminosa en 172 pacientes quirúrgicos electivos que requerían anestesia general con intubación endotraqueal para determinar si el estilete luminoso (Trachlight) podía facilitar la intubación a través del Fastrach con un éxito de intubación del 95 %, aunque la intubación traqueal es eficaz con el uso de un Fastrach solo (76 % de éxito), es más eficaz cuando se utiliza el Fastrach en conjunto con el Trachlight. Fig. 29 Fig. 30 Fig. 31 Fig. 32 Hung y Fan51en un estudio con 152 pacientes consiguieron una tasa de intubación “a ciegas” con la MLI del 73 % que mejora hasta el 96 % utilizando la guía luminosa citada anteriormente. Dimitrou y Voyagis52 realizaron un estudio al azar para detectar la colocación correcta del tubo traqueal después de la intubación traqueal guiada con el estilete luminoso, a través de la máscara laríngea de intubación (ILMA) y determinar la eficacia de un protocolo para corregir la intubación esofágica. Consiguen una alta sensibilidad, especificidad y valor predictivo positivo. Técnica de intubación con el estilete luminoso a través de la máscara laríngea convencional El estilete luminoso puede ser utilizado a través de una máscara laríngea convencional, avanzándolo 1,5 centímetros más allá de sus bandas, transiluminando así la membrana cricotiroidea. Se ha evaluado su uso, mostrándose que en 114 máscaras laríngeas puestas in situ, en el 97 % de los casos se consiguió una buena transiluminación de la membrana y el tubo pasó por una máscara laríngea corriente sin problemas y en 3 % fue imposible lograr transiluminación. El autor concluye que el estilete de luz "es una ayuda como guía de óptima posición de la máscara” 53. Fig. 33 Fig. 34 Fig. 35 Se ha desarrollado un estilete de luz guiada, a la vez estéril y desechable, para la intubación endotraqueal y tiene una tasa de éxito reportado tan alto como 99 % cuando es utilizado por personal con experiencia (Fig. 36). Debido a que permite la iluminación de los tejidos blandos en el cuello, es útil para los pacientes con vía aérea difícil con presencia de sangre, o en ambientes con pobre luz. Puede utilizarse con o sin laringoscopio, a los 3 minutos de agitar el estilete la luz es eficaz, puede ser doblado fácilmente en forma según sea necesario, no posee baterías, no posee bombillas incandescentes, emite luz blanca, no es tóxico y viene estéril 54,55. Fig. 36 La transiluminacion ha demostrado ser una opción muy útil en el caso de una intubación difícil o imposible para las dos situaciones (previstas e imprevistas). III. Pinza de Magill La pinza de Magill (Fig. 37) introducida por sir Ivan Magill (1888-1986), se utiliza para dirigir la punta del tubo a la tráquea. Es una pinza acodada en la parte izquierda, diseñada para personal diestro, ya que se maneja con la mano derecha. Estas pinzas siguen manteniendo la forma original diseñada en 1920. Su uso de alguna manera ha disminuido con el desarrollo de los aparatos de intubación. Fue creada para sostener un tubo o una guía y avanzarlo dentro de la glotis bajo laringoscopia directa, sin embargo, presenta un índice de fallos de hasta un 50 % con laringoscopias indirectas (Fig. 38). Fig. 37 Fig. 38 La pinza Magill fue modificada por el Dr. Ehrensperger. Optimiza las condiciones de trabajo para los médicos y aumenta la seguridad del paciente durante el proceso de la intubación para la anestesia en la medicina intensiva o en caso de emergencias. Una pinza modificada parece ser más eficaz en caso de intubaciones difíciles. Tiene la ventaja de evitar la lesión de la mucosa y del cuff, y se logra un posicionamiento rápido y seguro. En un estudio aleatorio diseñado para comparar las pinzas de Magill estándar (rectas) con pinzas de Magill modificadas (inclinadas o curvadas) durante la intubación con laringoscopia indirecta en pacientes con intubación nasotraqueal difícil prevista, con la ayuda de tres laringoscopios indirectos (Airtraq®, C-MAC® y Glidescope®) en pacientes con vía aérea difícil conocida (VAD) por vía nasotraqueal, se concluye que las pinzas modificadas de Magill introducen una guía de Eschmann con más frecuencia y rapidez que las pinzas de Magill convencionales durante la laringoscopia indirecta, 56 independientemente del tipo de laringoscopio indirecto que usemos . Otro estudio prospectivo realizado para comparar la Magill recta y la curva Boedeker en intubación para extracción de cuerpo extraño en un maniquí con una vía aérea difícil usando el videolaringoscopio, las puntuaciones obtenidas utilizando las pinzas de Magill y Boedeker no fueron significativamente diferentes (P = 0,3984). Sin embargo, las diferencias en las tasas de éxito de la extracción del cuerpo extraño utilizando la pinza estándar (0 = éxito, 17 = fallo) y pinzas Boedeker (0 = fallo, 17 = éxito) fueron fuertemente significativas (p <0,0001). Los autores concluyeron que la curva de la Boedeker permite que tanto la punta de la pinza y la apertura glótica pueden ser visibles simultáneamente durante la videolaringoscopia, logrando mayor facilidad en la extracción de cuerpos extraños de la glotis57. Hoy en día estas pinzas todavía se conocen como "las pinzas de Magill” sobre todo por parte de los cirujanos y anestesiólogos de cabeza y el cuello. Su uso de alguna manera ha disminuido con el desarrollo de aparatos de intubación. Técnica de intubación nasal convencional con laringoscopio La intubación nasotraqueal es una técnica utilizada para los pacientes con imposibilidad de apertura bucal (traumatismos etc.) y en pacientes con intubaciones prolongadas. Se introduce el tubo lubricado en la narina después de colocar lidocaína con vasoconstrictor para evitar sangrado con un ángulo perpendicular a la cara y el bisel del tubo orientado hacia los cornetes. Posteriormente, bajo visión directa con el laringoscopio, se avanza el tubo hacia la tráquea con la pinza de Magill que es una alternativa para dirigir la punta del tubo endotraqueal al orificio glótico al mismo tiempo que lo empuja, y facilita el paso de este a través de las cuerdas vocales. Numerosas alternativas en una intubación difícil son utilizadas solas o en combinación y han demostrado su eficacia y éxito en la intubación traqueal cuando la laringoscopia directa (LD) no tiene éxito. Sin embargo estos dispositivos alternativos deben complementar y no sustituir necesariamente la LD. “Independientemente de la técnica elegida, el dominio exige experiencia”. IV. Introductores e Intercambiadores de tubo endotraqueal: Bujías Originalmente el Gum Elastic Bougie (GEB) consistía en un catéter utilizado para la dilatación de las vías urinarias. En 1949, Sir Robert Macintosh lo utilizó por primera vez como introductor de tubo endotraqueal (TET). En su escrito al British Journal of Anaesthesia (BJA), Macintosh refiere que después de trabajar durante dos años con distintos tubos endotraqueales observó que algunos obstruían la visión glótica, por lo que se le ocurrió usar este catéter más delgado, que al introducirlo en la vía aérea lograba desplazar con mayor facilidad el tubo endotraqueal58. A comienzo de los años 70, Paul Hex Venn, asesor de anestesia de Eschmann Bros y Wolish en el Reino Unido, diseña el GEB utilizado en la actualidad. En 1973 esta compañía acepta el diseño con un material diferente: tubo de cuerpo rígido, de poliéster trenzado con capa de resina por fuera que le aporta rigidez, flexibilidad y una superficie deslizante para montar el tubo traqueal, con una longitud de 60 cm y la punta curva de 35 grados para poder dirigirlo y esquivar obstáculos59. De esta manera, el nombre “bujías” se origina del término “Gum Elastic Bougie”. Otras denominaciones para estos dispositivos son: introductores, nombres como las marcas comerciales que representan (Eschmann, Frova, etc) e intercambiadores de tubo. También reciben el nombre de guías. Diferencia entre los introductores y los intercambiadores de tubos endotraqueales (TET) El introductor (Fig. 39) es un tipo de estilete especializado para facilitar la intubación difícil. Tal sería el caso, por ejemplo, de un paciente con Cormack y Lehane (CL) III, donde se visualiza la epiglotis y no se observa la glotis. El introductor se caracteriza por tener un extremo distal curvo con una angulación entre 30 y 40 grados. Esto permite que cuando se introduzca a ciegas, se puedan sentir los clicks del contacto de la punta del introductor con los anillos traqueales. El intercambiador de TET (Fig. 39) es un catéter de 56 a 81 cm de tamaño, que se puede utilizar para el retiro y/o sustitución de los tubos traqueales sin la necesidad de realizar una laringoscopia. Se utiliza en casos como los pacientes con intubación difícil en donde el tubo es de menor tamaño o cuando hay rotura del manguito del tubo y hay que cambiarlo. Es recto en ambos extremos y hueco en el centro, a diferencia del introductor, y se puede oxigenar al paciente a través de conectores de tamaño universal para conectar a circuitos de anestesia o específicos para ventilador jet. Introductores Intercambiadores Fig. 39 Características importantes de las bujías: Las bujías son largas (entre 60 y 80 cm de longitud, por lo menos el doble de tamaño de un tubo traqueal) para permitir la introducción o el intercambio de tubos traqueales sin dificultad, ya que no obstruyen la visión de las cuerdas vocales al pasar el tubo a través de ellas. Además, vienen calibradas con marcas cada 5 o 10 cm desde el extremo distal, que nos permiten conocer la profundidad a la que se encuentran a nivel de la comisura labial. El extremo distal de los introductores se encuentra angulado entre 2 y 3 cm y entre 30 y 40 grados, con el fin de que cuando se pasa el introductor a ciegas por la cara posterior de la epiglotis, se presenten con mayor probabilidad los signos de colocación positiva en vía aérea, como son los clicks del choque de la punta con los anillos traqueales o que se detenga el avance por la disminución del diámetro de las vías aéreas (hold up). Punta Coudé Fig. 40 Para favorecer el éxito en la colocación de la bujía se recomienda realizar una curvatura adicional, en el tercio medio con el distal. La memoria es el tiempo que mantiene esta curvatura sin perderla. Fig. 41 Tanto los intercambiadores como algunos introductores desechables son huecos en el centro y tienen orificios en el extremo distal que permiten ventilar u oxigenar al paciente a través de conectores universales de 15 mm para circuitos anestésicos y otros conectores especiales para ventilador jet (Fig.42 y Fig. 43). Fig. 42 Fig. 43 Con respecto al tamaño, se encuentran disponibles en diferentes medidas de French (Fr) como diámetro externo. Para saber qué tubo le corresponde al paciente debemos dividir entre 3 los Fr. Por ejemplo, si tengo una bujía de 15 French, lo divido entre 3 y resulta 5, estos quiere decir que el tubo traqueal a utilizar tiene que ser mayor de 5,0 y por lo tanto, utilizaría uno del 6 a 7,5. Si la bujía es de 10 Fr, utilizo el tubo traqueal de 4,0 a 5,5. Tipos: Reutilizables o multiusos: son más flexibles, de punta redonda atraumática, memoria superior y punta en j (Coudé). Ejemplo: Introductor de Eschmann. Desechables o de un solo uso: de material más rígido, rectos, con canal en el centro para aspiración o suministro de oxígeno y tienen menos memoria. Por ejemplo: Introductores Frova y Portex. Caseros: son hechos de pasador de cables, son huecos, de nylon, y deben ser limados en la punta para evitar traumatismos. Tienen una longitud de 60 cm y se deben realizar todos los procesos de esterilización pertinentes antes de su utilización. En el 2004, Hodzovic y Latto61 compararon los introductores desechables Frova y Portex con el Eschmann multiuso en maniquí CL III. Determinaron la tasa de éxito y la fuerza que ejerce la punta del introductor, y obtuvieron los siguientes resultados: Tasa de éxito de Frova y Eschmann 65 y 60 %, respectivamente, y del Portex 8 %. La diferencia fue significativa (p<0,0001). Se determinó que los desechables ejercen 2-3 veces más fuerza en la punta que el multiuso, siendo más traumáticos. Concluyen que el multiuso (Eschmann) tiene una alta tasa de éxito y es menos traumático que los desechables. La alta tasa de éxito en el Frova y el Eschmann, a diferencia del Portex, puede explicarse debido a su mayor memoria y mantienen la curvatura deseada por el usuario (a diferencia del Portex que la pierde rápidamente). Estos autores sugieren que sostener el introductor a 20 cm de distancia de la punta permite obtener un mayor control, mayor rapidez de colocación y una menor presión en la punta, por lo que se hace menos traumática su colocación. Técnica de intubación con introductores 1.- Realice una curvatura en el tercio distal de la bujía y asegúrese que el extremo distal tenga forma de j (Coudé). Recuerde que es importante la lubricación con gel hidrosoluble en la zona del introductor. 2.- Efectúe la laringoscopia y trate de obtener la mejor vista glótica posible. Debería visualizar al menos la punta de la epiglotis y, de manera ideal, los cartílagos aritenoides. 3.-Introduzca la bujía, observando continuamente el extremo distal, con la concavidad hacia la cara anterior (punta hacia arriba) 4.-Visualice la punta de la bujía, pasando posterior a la epiglotis y, de ser posible, anterior a los cartílagos aritenoides. 5.- Una vez haya pasado la epiglotis, continúe avanzando en línea media y siempre en dirección anterior. 6.- Cuando la punta penetra la apertura glótica, se pueden sentir ya sea los clicks cuando la punta hace contacto con los anillos traqueales o la punta se detiene (hold up) contra las paredes de la vías aéreas cuando éstas disminuyen su calibre. 7.- Sostenga la bujía firmemente y mantenga la laringoscopia. 8.- Pida a quien lo asiste que pase el tubo sobre el extremo proximal de la bujía. Como ese extremo queda expuesto, el asistente lo sostendrá cuidadosamente, asumiendo el control de la bujía mientras que el operador toma el control del tubo traqueal. 9.- El TET será desplazado a lo largo de la bujía hasta pasar la apertura glótica. Si hay resistencia, retire unos cm el tubo y rótelo 90° en sentido antihorario y vuelva a intentar pasarlo, seguramente la punta del TET se impactó en el cartílago aritenoides derecho. 10.- Una vez el tubo está en posición, asegúrelo y retire tanto la bujía como el laringoscopio. Realice las pruebas confirmatorias del correcto posicionamiento del tubo traqueal con auscultación pulmonar, expansión del tórax y capnografía. En los casos en que se necesite intercambiar un tubo traqueal por otro, como por ejemplo por ser de un diámetro inadecuado o por ruptura del manguito de tubo, se recomienda la siguiente técnica: 1.- Introduzca el intercambiador en el tubo que se va a retirar. Es importante hacer que coincidan los números de calibración tanto del tubo como del introductor, de esta forma se evitarán lesiones a nivel de la carina con el extremo distal por exceso de profundidad. 2.- Desinfle el manguito del tubo endotraqueal, luego retire el tubo sujetando firmemente el extremo proximal del introductor, manteniéndolo en su lugar. Se debe evitar introducir más el intercambiador al extraer el tubo traqueal, ya que aumenta la probabilidad de lesiones. 3.- Realice una laringoscopia principalmente para levantar la base de la lengua y continúe a partir del paso 7 de la técnica de los introductores. Signos de colocación traqueal exitosa61 Visualizar su paso a través de las cuerdas vocales. - Tos en el paciente relajado inadecuadamente. - Sensación de click cuando la punta de la bujía hace contacto con los anillos traqueales (65 a 90%) - La bujía se siente rotar cuando entra en una rama principal bronquial. - La bujía se detiene (hold up) a los 24 a 40 cm cuando se estrecha la vía aérea 13% Indicaciones y usos 1. Intercambio de tubos traqueales 2. Intubación de pacientes con vía aérea difícil inesperada y/o predicha (CL III). En el 2003, Castañeda y col.62 refieren el uso del introductor de Eschmann en dos casos clínicos con vía aérea difícil predicha: un caso de tumoración en cuello con síntomas de obstrucción y el otro con tumor recidivante de maxilar inferior y limitación de apertura bucal, siendo ambos intubados exitosamente con la ayuda de la bujía. En el 2004, Combes y col.63 documentaron cuatro casos de intubación traqueal exitosa con el uso del GEB en pacientes con compromiso grave de vía aérea superior, con inducción de secuencia rápida, sin reconocimientos anatómicos de referencia por presencia de tumor (a ciegas), con sensación de hold up a los 40-45 cm en pacientes con asfixia. 3. Orientación de broncoscopio rígido (Fig. 44). En algunos pacientes puede haber dificultad en la introducción del broncoscopio, sobre todo cuando se requieren múltiples accesos de la vía aérea, como por ej. cambios de aparato, dilatación traqueal y la intubación final del procedimiento. Con el sangramiento y edema se dificultan las repetidas intubaciones, y en estos casos las bujías han demostrado su eficacia60. Fig. 44 4. Auxiliar de colocación de tubos supraglóticos. Preparación (Fig. 45) 64: Se introduce la bujía en el tubo de drenaje de la LMA Proseal, donde el extremo recto es distal y el curvo es proximal, permitiendo que el extremo curvo protruya unos 5 cm y lo pueda sostener el asistente (D), y el extremo recto sobresalga del tubo de drenaje aproximadamente entre 15 y 20 cm (C). Fig. 45 Técnica guiada (Fig 46)64: a. Bajo una laringoscopia gentil (solo para levantar la base de la lengua) y la cabeza en posición de olfateo, se introduce la porción distal de la bujía de 5 a 10 cm dentro del esófago, mientras el asistente sostiene el extremo proximal y la LMA Proseal. b. Se retira el laringoscopio y se inserta la LMA Proseal con la técnica de inserción digital mientras que el asistente estabiliza el extremo proximal de la bujía, evitando que penetre más al esófago. c. Finalmente, se retira la bujía mientras que la LMA Proseal se sostiene en posición. Fig. 46 En el 2002 Howarth y col.65 utilizan esta técnica guiada de inserción con bujía por primera vez con 100% de éxito en 100 pacientes. Posteriormente en el 2004, Eschertzhuber y col.64 demuestran que la técnica guiada con bujía es más frecuentemente exitosa en el primer intento que la técnica digital o con una herramienta de introducción (con forma de Fastrach), con 100% de éxito de inserción en el primer intento (técnica guiada con bujía) vs. 64% con la técnica digital y 61 % con el introductor (p< 0.0001). 5. Auxiliar de colocación de tubos doble lumen (TDL) Técnica (Fig.47): Se avanza el GEB bien lubricado a través del lumen bronquial hacia el bronquio principal elegido, mientras que con el fibroscopio en el lumen traqueal se visualiza el extremo distal del TDL y la carina, lo que posibilita la visualización directa del TDL cuando pasa al bronquio. El GEB ofrece la ventaja de servir como guía por su relativa rigidez66. GUM ELASTIC BOUGIE Fig. 47 6. Intubaciones nasales Fibros-­‐ copio Arisaka y col.67 en el 2010 documentan la aplicación de intubación nasal con GEB en 16 de 632 pacientes sometidos a procedimientos dentales o cirugías orales, quienes no pudieron ser intubados por vía nasal con la técnica convencional, siendo exitosa en los 16 pacientes. Los autores recomiendan el uso de GEB como primer intento para intubación por vía nasal en pacientes con vía aérea difícil. Cuando la técnica de intubación nasal convencional falla, el tubo se coloca en una fosa nasal, mientras que la otra fosa y la boca se ocluyen con la mano y conectamos el tubo traqueal al circuito anestésico para ventilar al paciente, hasta alcanzar una adecuada oxigenación. Después se desconecta el circuito y realizamos una laringoscopia directa. El tubo nasal se retira hasta que sólo la punta del tubo se visualice en la faringe. Insertamos el GEB dentro del tubo traqueal hasta que la punta protruya de 4 a 5 cm del tubo, lo que hace más fácil su maniobra (Fig. 48). La punta del GEB es dirigida hacia la glotis o el área donde debería estar y se avanza a través de las cuerdas vocales con ayuda de la pinza Magill. Finalmente la bujía se retira y se confirma la correcta posición del tubo endotraqueal. G.E.B Punta del TET Mango del TET Pinza de Magill Fig. 48 En el 2006, Xavier Combes y col.68 reportan un caso de intubación difícil extrahospitalaria en un paciente de 30 años, de 120 Kg de peso, cuello de búfalo y con apertura bucal limitada, quien presentó paro cardiorrespiratorio y no pudo ser intubado con laringoscopia directa ni con LMA de intubación (Fastrach). El GEB permitió realizar satisfactoriamente una intubación nasotraqueal rápida y no traumática. 7. Inmovilización cervical En un estudio realizado por Nolan y Wilson en 1993, compararon la intubación asistida con bujía en intubación endotraqueal tradicional en pacientes en quirófano con situaciones que simulaban inmovilización de espina cervical. La bujía demostró ser superior a la intubación tradicional. En el 2010 Messa y col.69 también comparan ambas técnicas pero lo hacen en un escenario de vía aérea difícil, en maniquí con movimiento cervical mecánicamente limitado (collarín cervical rígido y fijación de cuello) y CL III. Los autores concluyen que la intubación asistida con bujía tiene un éxito superior sin aumentar el tiempo de intubación que la intubación traqueal tradicional. 8. Uso de Aintree, fibrobroncoscopio y supraglóticos El Aintree es una adaptación del intercambiador Cook, con mayor diámetro interno de 4,8 mm que puede ser precargado con un fibroscopio de hasta 4,0 mm. Su diámetro externo es de 6,5 mm, lo que permite su uso con un tubo endotraqueal con diámetro interno mayor de 7,0 mm. Tiene 56 cm de largo, que una vez cargado con el fibroscopio (Fig. 49), tiene aproximadamente 3 cm que sobresalen de la punta dirigible del fibroscopio. Fig. 49 En el 2011, Berkow y col.70, realizaron un estudio retrospectivo, donde incluyeron 128 de 500 pacientes de la base de datos de vía aérea difícil, cuyo objetivo era determinar si la intubación con catéter de intubación Aintree, fibroscopia y LMA es una técnica segura y efectiva para pacientes difíciles de intubar después de la inducción de anestesia general. El 93% de los pacientes se intubaron con ésta técnica concluyendo que si es segura y efectiva. En el 2006, Doyle y col.71 reportan el uso de ésta técnica, con LMA Proseal en un paciente de 980 libras (444.52 kg), luego de varios intentos con intubación nasal y oral con fibroscopio. Concluyen que el uso de Aintree ensamblado en conjunto con fibroscopio y LMA Proseal puede ser útil en la intubación traqueal de algunos pacientes extremadamente obesos. Estudios de eficacia y efectividad La eficacia del GEB es del 90 % en laringoscopias difíciles y se ha posicionado progresivamente su uso prehospitalario. Este dispositivo fue utilizado en 276 de 301 intubaciones difíciles con una tasa de éxito de 99 %72. Combes y col.73 evaluaron la efectividad del GEB en intubación difícil en el ámbito prehospitalario. En 1442 intubaciones, 41 pacientes (3 %) requirieron GEB, que permitió una intubación exitosa en 33 casos (78 %). No se reportaron eventos adversos con su uso. En 1996, Gataure y col.74 comparan el GEB con estilete en 100 pacientes, en los cuales se realizó una laringoscopia directa que permitía que la epiglotis cayera hacia faringe posterior, obstruyendo la visión de las cuerdas vocales (CL III). El GEB resultó ser superior al estilete (96 % vs. 66 %). Cuando se comparó con el fibrobroncoscopio para la intubación en pacientes con vía aérea difícil conocida, se demostró que es menos eficaz75. En al año 2002, Latto y col.76 realizaron uno de los estudios prospectivos más importantes sobre el uso del Gum elastic bougie en la práctica clínica en 200 pacientes, de los cuales en 199 casos la bujía fue exitosamente insertada en la tráquea y los pacientes fueron intubados (178 casos en el primer intento). Ese mismo año, Weisenberg y col.77 evaluaron la eficacia de intubación con el uso de GEM, al comparar la técnica tradicional a ciegas vs. laringoscopia indirecta con un espejo laríngeo. Fue un estudio prospectivo con 60 pacientes distribuidos aleatoriamente en dos grupos que presentaron laringoscopia directa grado III y IV inesperada. Los resultados fueron 8 pacientes con intubación fallida (esofágica) en el grupo a ciegas y una intubación fallida en el grupo con el uso del espejo laríngeo (73 % vs 97 %). Concluyen que la intubación con el GEB tuvo una tasa de falla menor con el uso de laringoscopia indirecta con el espejo laríngeo que con la técnica tradicional a ciegas (Fig. 50). Fig. 50 Vista del espejo laríngeo del GEB pasando a través de las cuerdas vocales Hay referencias y reportes de casos que demuestran la eficacia de asociar el uso de videolaringoscopios con introductores de tubo, situaciones en las que a pesar de visualizar las estructuras glóticas total o parcialmente, no se puede pasar el tubo traqueal a través de las cuerdas vocales. Takenaca y col. en el 200978 reportan la combinación del Airway Scope (AWS) y el bougie, para la intubación exitosa de un paciente con estómago lleno, con intubación difícil no prevista, que requirió maniobra de Sellick. A pesar de la distorsión anatómica por la presión ejercida, se pudo intubar con GEB. Además, se reportó que con el uso del Glidescope en pacientes con vía aérea difícil en quienes no funcionó el estilete GlideRite (diseñado con la misma curvatura de la hoja del videolaringoscopio), el introductor de Frova permitió intubar exitosamente a los pacientes79,80. Factores que afectan el desempeño de los GEB multiusos Hodzovic y col.81 en un estudio realizado en maniquíes con CLIII, demostraron que la punta en J (Coudé) hace mucho más probable una intubación exitosa que la punta recta. Fu-Shan Xue en el 201182 hace referencia al hecho de que tanto pasar el tubo traqueal sobre la bujía dentro de la tráquea como retirar el GEB vía tubo traqueal, permite gradualmente reducir el ángulo óptimo de la punta en J de la bujía, lo que afecta su desempeño. En este caso, puede ser difícil avanzar el GEB detrás de la epiglotis y alinearlo con la glotis. Además, esta pérdida del ángulo de la punta, reduce o elimina las posibilidades de la sensación de click al hacer contacto con los anillos traqueales. Estas pueden ser algunas razones por las cuales las compañías que manufacturan las bujías, recomienden un máximo de 5 usos de los introductores reutilizables. Complicaciones A pesar de su amplio uso a través de los años, han sido reportadas muy pocas complicaciones, las cuales pueden ser por falla de material, traumáticas y biológicas60. Se ha descrito ruptura del bougie con o sin pérdida de fragmentos en la vía aérea. En el 2002, Gardner83 describió desconexión del extremo distal durante la intubación con posterior utilización de broncoscopio para retirarlo. Casos similares se reportaron en 1995 y 1999. Esto obliga a la necesidad de una inspección del material previo a su uso y es la razón por la cual se recomiendan no más de cinco usos en el reutilizable, ya que posteriormente se reseca y se debilita con posibilidad de fracturas60. Con respecto a las complicaciones traumáticas, se han reportado sangramiento intenso de la vía aérea con introductor desechable, perforación laríngea, laceración esofágica y neumotórax. En el 2008, Arndt84 reportó un caso de perforación de la mucosa traqueal con un introductor desechable, que dio lugar a obstrucción completa intratraqueal. El paciente no se podía ventilar, ni intubar, y el caso se resolvió mediante cricotirotomía de emergencia. La transmisión de enfermedades infecciosas se describe principalmente con el uso de introductores reutilizables, lo que da lugar a cuidados adecuados en cuanto almacenaje y desinfección60. Recomendaciones Cuando utilizamos la bujía es importante obtener la mejor vista laríngea posible y doblarla con una curva que permita que pase detrás de la epiglotis y dentro de la tráquea. Hay que reconocer el paso de la bujía a la tráquea, desplazar el tubo sobre la bujía y confirmar su correcta colocación. Cuando hay un pobre visión glótica, se debe colocar al paciente en posición de olfateo y realizar presión laríngea externa (maniobra de BURP). En CLIII, la bujía se pasa a ciegas por detrás de la epiglotis. Es importante reconocer los clicks con los anillos traqueales o el hold up. Los clicks se sienten más si se dobla anteriormente el extremo distal de la bujía. Es importante realizar un avance continuo de la bujía hasta detectar algún signo de colocación traqueal. Si los clicks están presentes, proceda con la intubación. Si no, avanzar la bujía hasta que se detenga (hold up) entre 24 y 40 cm, siendo éste el último un signo de la colocación traqueal. Si al avanzar el tubo traqueal, éste choca, retirar levemente y rotar 90° antihorario, siempre utilizando el laringoscopio. No se recomienda hacer uso de estos dispositivos frente a un paciente con un Cormack Lehane IV, ya que la introducción a ciegas puede conducir a raras complicaciones, como por ej. rotura de vías aéreas, enfisema mediastínico y neumotórax, entre otros72. Bibliografía 1. Murphy MF, Walls RM. Identificación de la vía aérea difícil y fallida. En: Walls RM, Murphy MF, eds. Manual para el control urgente de la vía aérea. 3 a ed. Barcelona: Wolters Kluwer Health España S.A.; 2009:81-93. 2. Sakles JC, Chiu S, Mosier J, Walker C, Stolz U. The importance of first pass success when performing orotracheal intubation in the emergency department. Acad Emerg Med. 2013; 20:71–78. 3. Hasegawa K, Shigemitsu K, Hagiwara Y, et al. Association between repeated intubation attempts and adverse events in emergency departments: an analysis of a multicenter prospective observational study. Ann Emerg Med. 2012; 60:749–754. 4. Griesdale DE, Bosma TL, Kurth T, Isac G, Chittock DR. 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