Número de registro: 19493 Novena Época Instancia: Tribunales

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AMPARO DIRECTO 1988/2006.
Número de registro: 19493
Novena Época
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: Tomo XXIII, Mayo de 2006
Página: 1652
AMPARO DIRECTO 1988/2006. SECRETARÍA DE HACIENDA Y CRÉDITO PÚBLICO.
CONSIDERANDO:
QUINTO. Son inatendibles en una parte, infundados en otra, e inoperantes en un tercer
aspecto, los anteriores conceptos de violación.
Corresponde la primera calificativa a los argumentos relativos a que: "... es importante
precisar que si alguien incumplió con su obligación fue el actor, pues si bien no estaba de
acuerdo con el cambio de adscripción, podía impugnarlo como lo hizo, pero nunca dejar de
presentarse a laborar, pues con su actuar sólo ha incurrido en abandono de empleo; sin
embargo, la quejosa no ha realizado acción alguna a pesar de que el actor con su omisión ha
causado perjuicio a esta dependencia. Lo anterior se refuerza con el siguiente criterio
jurisprudencial: (cita datos de localización) ‘ABANDONO DE EMPLEO. CAMBIO DE
LUGAR DE ADSCRIPCIÓN.’ (la transcribe y cita precedente) ..."; derivando lo inatendible
de lo así alegado, del hecho de que en su contestación a la demanda la hoy quejosa no
manifestó que con su actuar el accionante hubiese incurrido en abandono de empleo, pues en
términos generales se excepcionó afirmando que el actor ocupaba un puesto de confianza,
que nunca ostentó un nombramiento de base y que por ello no tiene derecho a la
inamovilidad; por ello, si lo que ahora alega no formó parte de la controversia laboral,
tampoco puede serlo de la litis constitucional, de acuerdo con la jurisprudencia de la Séptima
Época, sustentada por la entonces Cuarta Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
consultable en el Semanario Judicial de la Federación, tomo 72, Quinta Parte, página 53,
cuyos rubro y texto son como sigue:
"LITIS CONSTITUCIONAL, MATERIA DE LA. Si las cuestiones que alega el quejoso no
fueron materia de controversia ante la Junta, tampoco pueden serlo de la litis constitucional,
en virtud de que la sentencia de amparo que se pronuncie sólo debe tomar en cuenta las
cuestiones planteadas ante la autoridad jurisdiccional."
En los mismos términos son inatendibles los conceptos de violación en donde se afirma que:
"La responsable determina procedente el pago de la prima vacacional, siendo obvio que si no
se disfrutaron las vacaciones no procede el pago de la prima en comento, así lo establece el
artículo 40, último párrafo, de la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado.
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Causa perjuicio al hoy quejoso determinar procedente el pago de la prima adicional, siendo
claro que el tercero perjudicado no disfrutó de las vacaciones, por ende, es claro que no
procede el pago de la prima vacacional, lo anterior de conformidad con el artículo 40, último
párrafo, de la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado, que establece que los
trabajadores que en los términos del artículo 30 de la referida ley disfruten de los periodos de
vacaciones percibirán una prima adicional del treinta por ciento (30%), sobre sueldo o salario
que les corresponda durante dichos periodos ...". Lo anterior es así, porque el aspecto de que
se trata tampoco se hizo valer en la contestación a la demanda, pues lo único que dijo al
respecto fue que las prestaciones accesorias son improcedentes porque corren la misma suerte
de la principal, como se ve de la siguiente transcripción: "Es improcedente también el
reclamo de las prestaciones accesorias, como son vacaciones, primas vacacionales, aguinaldo
e incentivos, toda vez que si las prestaciones principales son improcedentes las accesorias
corren la misma suerte, por lo que en su momento se deberá absolver a mi representado del
pago de todas y cada una de las prestaciones que se reclaman, y en virtud de que un cambio
de adscripción para un empleado de confianza no implica de ninguna manera la terminación
de la relación de trabajo por parte de mi representada." (fojas 40 y 41); sin señalar en algún
momento que "si no se disfrutaron las vacaciones no procede el pago de la prima". Por tanto,
si tal aspecto no formó parte de la controversia laboral tampoco puede serlo de la litis
constitucional, de acuerdo con la jurisprudencia antes transcrita, de rubro: "LITIS
CONSTITUCIONAL, MATERIA DE LA."
Merecen igual calificativa de inatendibles los argumentos que vierte la quejosa en relación
con la competencia de la Sala del conocimiento, consistentes en que: "... la autoridad
responsable constituye el acto reclamado violando en perjuicio de mi representada las
garantías de legalidad y seguridad jurídica contenidas en los artículos 14 y 16 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, al no cumplir con las formalidades
esenciales del procedimiento, así como no fundar ni motivar su actuación, al hacer una
inexacta e indebida apreciación de la competencia, al señalar lo siguiente: ‘Esta Sala del
Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje es competente para conocer y resolver la
presente controversia, atento a lo dispuesto por los artículos 2o., 124, fracción I y 124 «B»,
fracción I, de la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado.’. Del texto
anteriormente transcrito se desprende que la Sala responsable hace una inexacta aplicación de
la competencia derivada del artículo 124, fracción I, de la ley burocrática, el cual en su parte
conducente señala: (lo transcribe) ... es totalmente arbitrario, unilateral y dogmático que
funde su determinación para declararse competente de un asunto que por su naturaleza debió
declararse incompetente, toda vez que al tratarse de un trabajador de confianza y no de base,
no existe controversia alguna, dado a que, como ya se dijo, no cuentan con estabilidad en el
empleo, ni mucho menos le es aplicable la inamovilidad ..."; sin embargo, previo a demostrar
que corresponde la citada calificativa a dichos argumentos, es necesario establecer lo
siguiente:
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Mediante escrito de fecha veinticuatro de mayo de dos mil dos, la Secretaría de Hacienda y
Crédito Público dio contestación a la demanda en donde también promovió incidente de
incompetencia en los siguientes términos: "Incidente de incompetencia de previo y especial
pronunciamiento. Con fundamento en lo dispuesto en los artículos 139 y 141 de la Ley
Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado, promuevo incidente de incompetencia
para que conozca ese H. Tribunal de la presente controversia laboral, toda vez que el actor
del presente juicio laboral es un empleado con la calidad de confianza, tal y como se
desprende de la simple lectura que se realice de la constancia de nombramiento y/o
asignación de remuneraciones con número 728-10005, de fecha 15 de mayo del 2005, en el
puesto de profesional ejecutivo de servicios especializados, nivel 27 C, así como el prefijo
CF, que única y exclusivamente se refieren a los trabajadores de confianza y la clave del
puesto referido, cuya denominación es la de CF21864, por lo que tanto el cambio de
adscripción, no necesariamente debe encontrarse fundado y motivado, ya que los trabajadores
de confianza no tienen estabilidad en el empleo, habida cuenta que el actor se encontraba
habilitado para desempeñar funciones de manejo y/o custodia de fondos federales." (foja 38);
respecto de lo cual la Sala del conocimiento se pronunció mediante acuerdo plenario de fecha
cinco de junio de dos mil dos, declarándose competente para conocer del juicio laboral que
nos ocupa, como se ve de la siguiente transcripción: "Respecto al incidente de incompetencia
a que se refiere el demandado, porque el actor se desempeñaba en un cargo de confianza;
dígase al promovente que en jurisprudencia visible a fojas 383, marcada con el número 1970,
del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación, Segunda Parte, Volumen II, de la
compilación 1917-1988, que el Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje es competente
para conocer de los conflictos derivados de la relación laboral de los trabajadores al servicio
del Estado, no pudiendo declarar su incompetencia, porque el trabajador quedaría en estado
de indefensión, ya que no se podría probar los extremos de su demanda y, por consiguiente,
no se podría remitir el expediente a otra autoridad, porque el tribunal es el único competente
para dirimir los conflictos laborales de los trabajadores al servicio del Estado, además de que
el argumento de que el trabajador se desempeñaba en un puesto de confianza, no constituye
un presupuesto procesal de incompetencia, sino una excepción de fondo que se resolverá al
dictarse el laudo respectivo; consecuentemente, se desecha la excepción de incompetencia
que interpuso el titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público en el escrito de cuenta,
y este tribunal se declara competente para conocer del presente juicio, todo ello con
fundamento en los artículos 123, apartado ‘B’, de la Constitución General de la República,
124, fracción I y 124-B, fracción I, de la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del
Estado." (fojas 69 frente y vuelta).
Ahora bien, lo inatendible de los argumentos antes transcritos deriva del hecho de que la
quejosa, Secretaría de Hacienda y Crédito Público, consintió la resolución incidental de fecha
cinco de junio de dos mil dos (foja 69), en donde la Sala del conocimiento declaró
improcedente el incidente de incompetencia promovido por dicha secretaría; consentimiento
que se establece en virtud de que ésta no promovió juicio de amparo indirecto en contra de la
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citada resolución, como correspondía, por haberse fijado en ella la ley y el trámite conforme a
los cuales se resolvería el conflicto; aspectos que ya no pueden ser materia de estudio en este
juicio de amparo directo, de conformidad con la tesis aislada de la Séptima Época, sustentada
por la entonces Cuarta Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, publicada en el
Semanario Judicial de la Federación, tomo 22, Quinta Parte, página 13, que a la letra dice:
"COMPETENCIA JURISDICCIONAL, INCIDENTE DE. CONTRA SU RESOLUCIÓN
PROCEDE EL AMPARO INDIRECTO. La resolución pronunciada en un incidente de
competencia jurisdiccional, constituye un acto dentro del juicio, susceptible de ser atacado
por medio del amparo indirecto, en los términos de la fracción VII del artículo 107 de la
Constitución Federal, ya que su ejecución es inmediata e irreparable, pues no existe recurso
ordinario en su contra y sus efectos consisten en que la Junta de Conciliación y Arbitraje o la
de Conciliación únicamente, ante quien se presentó la demanda laboral, se abstenga de
conocer del conflicto y de actuar en él."
Por otra parte, son infundados los conceptos de violación consistentes en: "La actuación de la
autoridad responsable, a través de lo que hoy constituye el acto reclamado, viola en perjuicio
de mi representada las garantías de legalidad y seguridad jurídica contenidas en los artículos
14 y 16 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, al no valorar
correctamente la excepción de prescripción planteada por la quejosa en el sentido de que el
C. Amatón Díaz Ramón tenía un mes, con fundamento en el artículo 113, fracción I, inciso
a), para solicitar la nulidad del cambio de adscripción o bien del nombramiento ... la
autoridad responsable emite el acto reclamado no cumpliendo con las formalidades esenciales
del procedimiento al no estudiar fehacientemente la excepción de prescripción, por lo que al
dictar el laudo que hoy se combate no está dictado a verdad sabida y buena fe guardada, tal y
como era su obligación ... la responsable hace una mala y deficiente apreciación y estudio de
la excepción de prescripción hecha valer por mi representada en el escrito de contestación a
la demanda, porque la excepción planteada fue en el sentido que el puesto consignado en la
constancia de nombramiento y/o asignación de remuneraciones, mismo que ostentaba para
realizar sus funciones y que no estaba de acuerdo con las condiciones del nombramiento
señalado, es decir, que si desempeñaba un puesto de confianza la hoy quejosa tiene facultades
de cambiar de adscripción a su personal cuando por necesidades del servicio, señalado es así
en el oficio del cambio de adscripción, se requiera, cabe señalar que no es aplicable el
razonamiento lógico-jurídico empleado por la autoridad responsable, el cual causa grave
perjuicio porque el artículo 16, fracción I, de la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio
del Estado señala que cuando sea por necesidades del servicio debe justificarse; en el caso
que nos ocupa, tratándose de trabajadores de confianza, con fundamento en el artículo 8o. de
la ley de la materia, señala que los trabajadores de confianza quedan excluidos del régimen y
aplicación de la ley mencionada, luego entonces, es claro que el artículo en el cual funda su
determinación la responsable, en el precepto 16, fracción I, de la ley burocrática, no es
aplicable al trabajador de confianza al excluirlo del régimen de la ley, en ese sentido, es claro
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que el acto reclamado no está dictado aplicando el principio de congruencia, por ende, se está
ante la presencia de un laudo incongruente violatorio de las garantías de legalidad y
seguridad jurídica al no fundar y aplicar correctamente la Ley Federal de los Trabajadores al
Servicio del Estado. Por otra parte, el tercero perjudicado a partir de la fecha en que firmó la
documental multirreferida debió haberlo combatido dentro del término de un mes, tal y como
lo señala el artículo 113, fracción I, inciso a), de la Ley Federal de los Trabajadores al
Servicio del Estado, consintió el acto en el sentido de que el puesto de profesional ejecutivo
de servicios especializados que ostentaba y desempeñaba, es de los catalogados de confianza,
por ende, al ser de confianza no es aplicable las condiciones generales de trabajo, ni la
aplicación de la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado ... si bien es cierto
está solicitando la nulidad del oficio de cambio de adscripción, ello por no tener el derecho a
la inamovilidad del artículo 6o. de la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado,
ello por desempeñarse en un puesto con funciones de confianza, por ende y al no tener el
carácter de trabajador de base, es claro que no tiene derecho a solicitar la nulidad del oficio
antes mencionado, en ese orden, por ese motivo, es aplicable la excepción de prescripción,
toda vez que si no hubiera estado de acuerdo al firmar su nombramiento de confianza, tenía
un mes para solicitar su nulidad con fundamento en el artículo 13, fracción I, inciso a), de la
Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado, por ello es aplicable, por analogía,
porque el cambio de adscripción deriva del nombramiento, en virtud de ser trabajador de
confianza y no de base, situación que no toma en consideración la responsable al momento de
analizar la excepción planteada ...". Lo infundado de lo así alegado deriva de que, contra lo
que aduce la secretaría quejosa, es justificado que la Sala del conocimiento declarara
infundada la excepción de prescripción opuesta por la demandada en los siguientes términos:
"... desde este momento se opone la excepción de prescripción contenida en los artículos 112
y 113, fracciones I, inciso a) y II, inciso a), de la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio
del Estado, ya que si no estaba conforme con el tipo de nombramiento expedido debió de
haber solicitado su nulidad dentro del término de un mes contado a partir de la fecha de
expedición del primero, que fue el 15 de mayo de 2000, en el cual se estableció que era
personal de confianza, con una clave presupuestal de igual índole." (foja 39); inoperancia que
determinó bajo los siguientes argumentos: "IV. En cuanto a la excepción de prescripción que
opone el demandado (foja 39), contenida en los artículos 112 y 113, fracción I, inciso a) y II,
inciso a), de la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado, ya que si no estaba el
actor conforme con el tipo de nombramiento expedido debió de haber solicitado su nulidad
dentro del término de un mes, contado a partir de la fecha de expedición del mencionado
nombramiento, que fue el 15 de mayo de 2000, en el cual se estableció que era personal de
confianza. Es de estimarse que la citada excepción de prescripción es inoperante, toda vez
que vistas las prestaciones solicitadas por el actor en su escrito inicial de demanda, se
desprende que en ninguna de ellas solicita la nulidad de su nombramiento, razón por la cual
no es aplicable el artículo 113, fracción I, inciso a), de la Ley Federal de los Trabajadores al
Servicio del Estado." (foja 187). Ahora bien, se dice que lo alegado al respecto es infundado,
porque tal como lo sostuvo la autoridad responsable, si el actor no demandó la nulidad de su
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nombramiento es evidente que no podía operar la excepción de prescripción prevista en el
artículo 113, fracción I, inciso a), de la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del
Estado, que a la letra dice: "Artículo 113. Prescriben: I. En un mes: a) Las acciones para pedir
la nulidad de un nombramiento."; o sea, que si la disposición legal en cita es clara en el
sentido de que la prescripción en ella prevista opera tratándose de acciones para pedir la
nulidad de un nombramiento, no es válido pretender, como lo hace la quejosa, que tal
prescripción opere aun en los casos en que no se ejerza la referida acción, pues ello es
contrario a lo que establece la disposición legal en cita; de ahí lo infundado de lo que se alega
al respecto.
También son infundados todos los conceptos de violación que vierte la solicitante del amparo
tendientes a convencer de que se encuentra acreditada la calidad de confianza del puesto de
trabajo que ocupaba el actor, así como de que éste tenía la carga de probar que ostentaba un
puesto de base; argumentos que se resumen en lo siguiente: "... al no estar exento de la carga
de la prueba, con fundamento en el artículo 81 del Código de Procedimientos Civiles, de
aplicación supletoria a la ley de la materia, el actor del juicio, el C. Amatón Díaz Ramón,
debió acreditar con prueba idónea y fehaciente que el puesto que desempeñaba es de base y
no de confianza, por lo que al no ofrecer medio de prueba que robustezca la calidad de base,
de manera unilateral y sin soporte de documental alguna, no se puede determinar que se trata
de un trabajador de base cuando nunca fue acreditado ... no valora a conciencia la probanza
consistente en la constancia de nombramiento y/o asignación de remuneraciones que obra a
fojas 63 de autos del juicio natural, dándole valor probatorio para acreditar que la relación
laboral, con vigencia del 1o. de enero al 31 de diciembre de 2000, con adscripción a la
Aduana de Ciudad Juárez, Chihuahua, tipo de empleo de confianza, en el puesto de
profesional ejecutivo de servicios especializados, situación que al momento de dictar el laudo
no tomó en consideración, dejando en completo estado de indefensión, dado a que si lo
hubiera tomado en consideración, adminiculando entre sí con las demás pruebas, llegaría a la
conclusión que se trata de un trabajador de confianza y, por lo tanto, no se trata de un despido
injustificado del que se duele el actor por el oficio de cambio de adscripción, lo anterior es
así, dado a que al tratarse de un trabajador de confianza no cuenta con estabilidad en el
empleo e inamovilidad en el mismo, por tal motivo, al ser de confianza la quejosa, si requiere
de sus servicios en otra aduana es procedente se cambie de adscripción ... ‘el que afirma está
obligado a probar’ y si el actor del juicio no acredita que el puesto que desempeña es de base,
luego entonces, por demás endeble, la responsable no debió condenar a mi representada a las
prestaciones reclamadas ... el actor desde su ingreso fue trabajador de confianza y las
funciones a desarrollar de igual forma son de confianza, mismas que se encuentran previstas
en el artículo 5o., fracción II, inciso c), de la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del
Estado, por lo cual conforme al artículo 8o. de la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio
del Estado y, por lo tanto, no es aplicable ni la ley de la materia ni las condiciones generales
del trabajo vigentes en la dependencia ...". Lo infundado de lo así alegado deriva de que,
contrario a ello, no correspondía al actor acreditar que ostentaba una categoría de base, pues
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aparte de que éste no introdujo ese aspecto como parte de la litis laboral, lo cierto es que a la
secretaría demandada correspondía demostrar que dicho actor efectivamente se desempeñaba
en un puesto de confianza y que entre las funciones que realizaba se encontraba la de
"manejar fondos y valores", dado que fue ella quien afirmó esos aspectos en la contestación a
la demanda; aspectos que la Sala del conocimiento estimó no fueron acreditados por la
secretaría con ninguna de sus pruebas; y aunque tratando de combatir esa determinación de la
responsable la inconforme alega la demostración del carácter de confianza invocando diverso
material probatorio, lo así alegado resulta inoperante, si se toma en cuenta que habiendo
establecido finalmente la responsable que el carácter de confianza no se acreditó porque "...
el titular demandado no demuestra su afirmación de que el accionante manejaba fondos y
valores federales y además que ello implicara la facultad de disponer de ellos, disponiendo su
aplicación y destino, como lo señala el artículo 5o., fracción II, inciso c), de la Ley Federal de
los Trabajadores al Servicio del Estado. Siendo insuficiente para demostrar esos extremos el
contenido del oficio 326-SAT-IV-2.3, pues si bien es cierto que de su contenido se desprende
que se comisiona al actor ‘para desempeñar funciones de manejo y/o custodia de fondos
federales’, también lo es que del mismo no se infiere que se le esté otorgando la facultad
legal de disponer de estos valores ...", es el caso que la quejosa ningún argumento produce
tendiente a combatir esas consideraciones de la responsable, esto es, no alega que con alguna
de las pruebas existentes en autos se hubiese demostrado que el actor, en sus funciones de
manejo y/o custodia de fondos federales, contara con la facultad legal de disponer de dichos
fondos; en virtud de lo cual es inoperante todo lo que alega en torno al carácter de confianza
del actor, precisamente porque la omisión en que incurrió origina que subsista y siga rigiendo
en el laudo reclamado la consideración de la responsable en el sentido de que no se demostró
que el actor contara con la facultad de disponer de los fondos cuyo manejo y/o custodia se le
encomendó; circunstancia omisiva esa que, sin embargo, no impide a este Tribunal Colegiado
advertir que, si bien es cierto: a) que de los recibos de pago exhibidos por el actor y que la
demandada hizo suyos, no aparece que el actor aportara cuota sindical; b) que del
nombramiento respectivo (foja 63) aparece que el nombre del puesto es: "profesional
ejecutivo de servs. espdos." y en donde dice: "tipo de empleo", se encuentra marcado: "De
confianza"; y c) que del catálogo de puestos (foja 64), se desprende que al de "profesional
ejecutivo de servicios especializados" le corresponde el código "0 CF 21864", nivel salarial
27C (anterior y actual), no menos cierto lo es también, que como lo asentó la autoridad
responsable: "lo que demuestra la confianza de un trabajador es la naturaleza de las funciones
desempeñadas" (foja 190 vuelta), atento a lo establecido en la jurisprudencia número P./J.
36/2006, sustentada por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, publicada en
el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXIII, febrero de
2006, página 10, que a la letra dice:
"TRABAJADORES AL SERVICIO DEL ESTADO. PARA DETERMINAR SI TIENEN
UN NOMBRAMIENTO DE BASE O DE CONFIANZA, ES NECESARIO ATENDER A
LA NATURALEZA DE LAS FUNCIONES QUE DESARROLLAN Y NO A LA
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DENOMINACIÓN DE AQUÉL.-De la fracción XIV del apartado B del artículo 123 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos que establece que ‘la ley determinará
los cargos que serán considerados de confianza’, se desprende que el Poder Revisor de la
Constitución tuvo la clara intención de que el legislador ordinario precisara qué trabajadores
al servicio del Estado, por la naturaleza de las funciones realizadas, serían considerados de
confianza y, por ende, únicamente disfrutarían de las medidas de protección al salario y de
los beneficios de la seguridad social y, por exclusión, cuáles serían de base; lo que implica,
atendiendo a que todo cargo público conlleva una específica esfera competencial, que la
naturaleza de confianza de un servidor público está sujeta a la índole de las atribuciones
desarrolladas por éste, lo que si bien generalmente debe ser congruente con la denominación
del nombramiento otorgado, ocasionalmente, puede no serlo con motivo de que el patrón
equiparado confiera este último para desempeñar funciones que no son propias de un cargo
de confianza. Por tanto, para respetar el referido precepto constitucional y la voluntad del
legislador ordinario plasmada en los numerales que señalan qué cargos son de confianza,
cuando sea necesario determinar si un trabajador al servicio del Estado es de confianza o de
base, deberá atenderse a la naturaleza de las funciones que desempeña o realizó al ocupar el
cargo, con independencia del nombramiento respectivo."
Incluso, así lo ha sostenido este Tribunal Colegiado en la tesis aislada número I.8o.T.10 L,
publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XX,
septiembre de 2004, página 1894, cuyos rubro y texto son como sigue:
"TRABAJADORES AL SERVICIO DEL ESTADO. REQUISITOS PARA PROBAR SU
CARÁCTER DE CONFIANZA.-El carácter de confianza de un trabajador al servicio del
Estado no depende de la denominación del puesto o de la clave que ostente el mismo, así
como tampoco de que el puesto esté en los catálogos incluido como de confianza, sino del
hecho de que el trabajador desempeñe funciones que, conforme a los catálogos a que se
refiere el artículo 20 de la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado, sean de
confianza; en consecuencia, cuando el titular de una dependencia se excepciona afirmando
que un trabajador al servicio del Estado es de confianza, resulta necesario que en la
contestación a la demanda precise cuáles son las funciones que el trabajador venía
desempeñando, así como que en el juicio laboral pruebe, en primer término, que
efectivamente desempeñó las funciones que señaló; y, en segundo lugar, que las mismas
estén catalogadas como de confianza, ya que de no cumplir con lo anterior la Sala resolutora
considerará, ipso facto, que se trata de un trabajador de base, pues el artículo 4o. de la Ley
Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado sólo establece dos categorías: de base y de
confianza, y si no se prueba que el trabajador hubiera tenido este último carácter,
evidentemente que debe ser considerado como de base."
Por tanto, aun cuando de acuerdo con los documentos mencionados con anterioridad,
exhibidos por la demandada, el puesto de "profesional ejecutivo de servicios especializados"
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se encuentre contemplado como puesto de confianza y que, incluso, como afirma la quejosa,
en el artículo 5o. de la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado estén
establecidas las actividades que afirmó desempeñaba el actor (manejar fondos y valores),
como se ve de la siguiente transcripción: "Artículo 5o. Son trabajadores de confianza: ... II.
En el Poder Ejecutivo, los de las dependencias y los de las entidades comprendidas dentro del
régimen del apartado ‘B’ del artículo 123 constitucional, que desempeñan funciones que
conforme a los catálogos a que alude el artículo 20 de esta ley sean de: ... c) Manejo de
fondos o valores, cuando se implique la facultad legal de disponer de éstos, determinando su
aplicación o destino. El personal de apoyo queda excluido.", ya se ha dicho, y aquí se reitera,
que es justificado que la Sala del conocimiento determinara que no se acreditó la naturaleza
de confianza del puesto del actor, porque para tener por acreditado tal aspecto es insuficiente
el oficio número 326.SAT.09.700-IV.1.2.1, de fecha seis de junio de dos mil, ya que del
mismo únicamente se desprende que se comisionó al actor "para desempeñar funciones de
manejo y/o custodia de fondos federales", pero no se le está otorgando la facultad de disponer
de esos valores, lo cual era necesario para que, en su caso, pudiera establecerse que el actor
se encuentra en el supuesto establecido en el inciso c) del apartado II del artículo 5o. de la
Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado antes transcrito; debido a que el citado
carácter de confianza, para los que realizan actividades de manejo de fondos o valores, se
encuentra condicionado al hecho de que esas funciones impliquen la facultad de disponer de
dichos fondos, determinando su aplicación o destino, que es precisamente lo que no se
encuentra acreditado en autos, el documento de que se habla es del siguiente tenor (foja 65).
Ver documento
En otro aspecto, también son infundados los conceptos de violación en donde afirma que: "...
la hoy quejosa no se está obligando a demostrar las necesidades del servicio porque son
subjetivas y no objetivas, por tal razón, al tener el carácter de trabajador de confianza el C.
Amatón Díaz Ramón, es claro que no tiene estabilidad en el empleo e inamovilidad, por
ende, se podrá solicitar sus servicios en la aduana que así lo requiera, ello para poder cubrir
las necesidades del servicio que debe cumplir mi representada con las funciones, objetivos,
entre otras funciones a realizar en la Administración General de Aduanas, siendo ésta la
general, destacando que la misma tiene diversas ciudades ... el acto reclamado es violatorio
de garantías de legalidad y seguridad jurídica al no fundar y motivar las razones particulares
y causas inmediatas para no considerar el artículo 1o., de la que se desprende que las
mencionadas únicamente son aplicables a los trabajadores de base y no de confianza, por lo
que tratándose de un trabajador de confianza no es tutelar ni de aplicación al caso concreto,
por lo tanto, debe negarse valor probatorio o indicio a favor del C. Amatón Díaz Ramón, en
virtud de que no es un trabajador de base sino de confianza.-La autoridad responsable, y no
apegada a derecho, toma en consideración otorgándole valor probatorio, cuando apegado a
derecho no debió darle valor o indicio alguno a favor del actor del juicio, reiterando que las
condiciones generales de trabajo son tutelares y aplicables a los trabajadores de base ... el
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cambio de adscripción no debe de estar fundado y motivado como lo pretende hacer valer el
actor del juicio, ya que no se trata de un acto de autoridad, siendo que la quejosa no actúa
dentro de la esfera del derecho público, sino en su calidad de patrón del derecho privado,
específicamente del derecho laboral; en el documento se dieron las instrucciones precisas
para hacer del conocimiento del actor del juicio que por necesidades del servicio se
requerirían sus servicios de profesional ejecutivo de servicios especializados en la Aduana de
Salina Cruz, Oaxaca, concediéndole días para que preparara su traslado y el actor continuaría
prestando sus servicios para la Administración General de Aduanas, o de haberse dado el
caso de que el actor del juicio laboraría en otra aduana, llevando a cabo las mismas
funciones, ostentando el mismo nombramiento y percibiendo las correspondientes
retribuciones.". Lo infundado de lo así alegado deriva de que, si como ya se evidenció, la
Secretaría de Hacienda y Crédito Público no acreditó que el actor desempeñara actividades
consideradas como de confianza, es evidente que tampoco demostró que dicho actor
estuviese excluido del régimen de la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado y
de las condiciones generales de trabajo; de ahí que tenga que seguir rigiendo en el laudo
reclamado la consideración de la Sala responsable en el sentido de que el puesto que ocupaba
el actor de profesional ejecutivo de servicios especializados, debe ser considerado como de
base, pues de acuerdo con el artículo 4o. de la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del
Estado, sólo existen dos clases de trabajadores, como se ve de lo siguiente: "Artículo 4o. Los
trabajadores se dividen en dos grupos: de confianza y de base."; por tal razón, contra lo que
afirma la quejosa sí era necesario que demostrara cuáles son esas "necesidades del servicio"
que se invocan en el oficio donde se informa al actor del cambio de adscripción, que es el
siguiente (foja 21).
Ver oficio
pues de acuerdo con lo establecido en el artículo 16 de la propia Ley Federal de los
Trabajadores al Servicio del Estado, que a la letra dice: "Artículo 16. Cuando un trabajador
sea trasladado de una población a otra, la dependencia en que preste sus servicios, dará a
conocer previamente al trabajador las causas del traslado, y tendrá la obligación de sufragar
los gastos de viaje y menaje de casa, excepto cuando el traslado se hubiere solicitado por el
trabajador ...", era obligación de la parte demandada que previamente a notificar al trabajador
el cambio de su adscripción por medio del oficio de fecha veintinueve de enero de dos mil
dos (foja 21), le diera a conocer las causas del traslado, las cuales, de acuerdo con el propio
numeral, pueden ser por lo siguiente: "Artículo 16. ... Solamente se podrá ordenar el traslado
de un trabajador por las siguientes causas: I. Por reorganización o necesidades del servicio
debidamente justificadas; II. Por desaparición del centro del trabajo; III. Por permuta
debidamente autorizada; y IV. Por fallo del Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje.", y
como se advierte de las constancias de autos, la parte demandada en ningún momento
acreditó haber comunicado al trabajador "previamente" sobre su traslado a la Aduana de
Salina Cruz, Oaxaca, ni tampoco demuestra que tal cambio de adscripción fuera por alguna
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de las citadas causas, pues si bien es cierto que en el oficio referido se le manifestó que la
causa era "por necesidades del servicio", no menos cierto lo es, también, que en ningún
momento justificó cuáles eran esas necesidades por las que se ordenó al actor ese cambio, tal
como lo prevé la primera fracción del numeral transcrito, el que de manera clara dice:
"necesidades del servicio debidamente justificadas"; de ahí que la responsable estuviera en lo
correcto al ordenar la reinstalación del trabajador en la Aduana de Ciudad Juárez, Chihuahua,
pues la demandada no probó que las necesidades del servicio que refirió en el citado oficio
estuvieran debidamente justificadas.
De igual forma son infundados los argumentos vertidos por la secretaría quejosa, consistentes
en que: "La autoridad responsable al momento de estudiar y darle valor probatorio a la
probanza relativa a la documental del oficio 326-SAT-R2-A16-01929, de fecha 29 de enero
de 2002, exhibida en original con firma autógrafa para el efecto de demostrar que el C.
Amatón Díaz Ramón se le comunicó su cambio de adscripción a la Aduana de Salina Cruz,
Oaxaca y no fue cese ni baja para determinar erróneamente la responsable que se trata de un
despido injustificado ... La responsable le otorga valor probatorio a un acta notarial de fecha
12 de febrero de 2002 ofrecida por el actor, para acreditar que se presentó en las oficinas de
la aduana fronteriza de Ciudad Juárez y se le negó la entrada y la firma de las listas de
asistencia, sin tomar en cuenta que en la misma sólo se contienen manifestaciones que fueron
vertidas unilateralmente por el actor, las cuales carecen de valor probatorio al no tener medio
de prueba, además de que las manifestaciones están encaminadas a sus propios intereses.". Lo
anterior es así, porque con independencia de que lo que consta en el acta notarial que refiere
la quejosa fueran hechos narrados solamente por el actor, así como de que no se actualiza
algún despido, lo cierto es que resulta innecesario analizar si se configura o no el aludido
despido, así como si son ciertos o no los hechos narrados por el actor en la aludida acta
notarial, pues aun cuando no se actualizaran tales circunstancias, lo cierto es que de acuerdo
con las consideraciones anteriormente expuestas, quedó determinado que el cambio de
adscripción de mérito no se realizó de la forma establecida legalmente, causándole perjuicio
al trabajador, pues el hecho de que éste hubiera dejado de presentarse a su centro de trabajo
no fue por causas imputables a él, sino a la secretaría demandada, razón por la que
correctamente la Sala ordenó su reinstalación en la Aduana de Ciudad Juárez, Chihuahua.
Finalmente, también son infundados los conceptos de violación en donde afirma que el laudo
reclamado carece de fundamentación y motivación; lo anterior porque de las consideraciones
emitidas por la autoridad responsable se advierte que citó criterios jurisprudenciales y
preceptos legales con los que fundamentó sus argumentos, exponiendo los motivos por los
que los consideró aplicables al caso concreto, así como aquellos por los cuales otorgó o negó
eficacia a las pruebas que ofrecieron las partes, y lo que se acreditó con las mismas, por lo
que no se actualiza la falta de fundamentación y motivación que alega la quejosa.
Consecuentemente, no siendo el laudo reclamado violatorio de las garantías individuales
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contenidas en los artículos 14 y 16 constitucionales, procede negar el amparo y la protección
de la Justicia de la Unión que se solicitan.
Por lo expuesto y fundado, y con apoyo además en los artículos 76, 77, 78, 79 y 158 de la
Ley de Amparo, y 37, fracción I, inciso d), de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la
Federación, se resuelve:
ÚNICO.-La Justicia de la Unión no ampara ni protege a la Secretaría de Hacienda y Crédito
Público, contra el acto que reclamó de la Segunda Sala del Tribunal Federal de Conciliación
y Arbitraje, consistente en el laudo de veintiséis de septiembre de dos mil cinco, pronunciado
en el expediente del juicio laboral número 1696/2002, seguido por Ramón Amatón Díaz, en
contra de la secretaría quejosa.
Hágase constar la fecha del engrose de esta sentencia; notifíquese a la autoridad responsable
con testimonio de esta resolución; anótese lo correspondiente en el libro de gobierno de este
tribunal y, en su oportunidad, archívese el expediente.
Así, por unanimidad de votos, lo resolvió el Octavo Tribunal Colegiado en Materia de
Trabajo del Primer Circuito, que integran los Magistrados: presidente J. Refugio Gallegos
Baeza, José Guerrero Láscares y Víctor Ernesto Maldonado Lara, siendo ponente el primero
de los nombrados.
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