02/ Ref - Centro de Documentación Judicial

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36-6CM-2011
CÁMARA PRIMERA DE LO CIVIL DE LA PRIMERA SECCIÓN DEL CENTRO: San
Salvador, a las once horas y cuatro minutos del día treinta de marzo del año dos mil once.
IDENTIFICACION DEL PROCESO Y PARTES.
Por recibido el oficio número 148, de fecha diez de marzo del presente año, junto con
pieza principal del Proceso Común, marcado bajo la referencia 2-PC-3-11, promovido por el
licenciado RAUL ERNESTO CHÁVEZ CARRANZA, en su calidad de apoderado general
judicial de los señores JULVIO HEBERTO BELLOSO RODRÍGUEZ, BLANCA ESTELA
FIGUEROA PÉREZ, RAFAEL VICENTE FLORES HERNÁNDEZ y ANTONIO MOISES GIL
GONZÁLEZ, en contra de la Sociedad FINANCIERA INDUSTRIAL Y COMERCIAL,
SOCIEDAD ANÓNIMA, que ha sido demandada como FINANCIERA COMERCIAL E
INDUSTRIAL, SOCIEDAD ANÓNIMA.
DE LA RESOLUCIÓN IMPUGNADA.
Se recurre en apelación del auto definitivo emitido por la Jueza “2” del Juzgado Segundo
de lo Civil y Mercantil de esta Ciudad, dictado a las quince horas y veinticuatro minutos del día
veintitrés de febrero del presente año.
La resolución de la que se apela en lo pertinente dice: “…DECLÁRESE IMPROPONIBLE
la demanda promovida por el licenciado RAÚL ERNESTO CHAVEZ CARRANZA, en su calidad
de Apoderado General Judicial de los señores JULVIO HEBERTO BELLOSO RODRÍGUEZ,
BLANCA ESTELA FIGUEROA PÉREZ, RAFAEL VICENTE FLORES HERNÁNDEZ y
ANTONIO MOISES GIL GONZÁLEZ, en contra de la sociedad FINANCIERA INDUSTRIAL Y
COMERCIAL, SOCIEDAD ANÓNIMA, que puede abreviarse FINCOMER S.A.”
EXAMEN DE ADMISIBILIDAD Y PROCESABILIDAD DE LA ALZADA.
El artículo 508 CPCM., en lo pertinente establece que "serán recurribles en apelación las
sentencias y los autos que, en primera instancia, pongan fin al proceso, así como las
resoluciones que la ley señale expresamente.
En el presente caso, el auto definitivo contra el que se interpone la alzada, reúne las
particularidades siguientes: a) Es un auto definitivo, en el que se declaró improponible la
demanda por considerar la jueza que se está frente a uno de los supuestos prescritos en el Art. 277
CPCM.; y b) Es un auto emitido en un tribunal de primera instancia, por el Juzgado Segundo de
lo Civil y Mercantil de San Salvador.
Corresponde realizar el examen de admisibilidad y procesabilidad, pues del estudio del
auto definitivo controvertido y del escrito de interposición del recurso de apelación, con base a lo
estipulado en los artículos 508, 511. 512 y 513 CPCM., a efecto de valorar si se cumplen los
requisitos formales y procesales para darle trámite a la alzada: A) Competencia. Se presentó ante
el Juez que emitió auto definitivo, siendo el Juzgado Segundo de lo Civil y Mercantil de San
Salvador; B) Plazo de interposición del recurso. El artículo 511 CPCM., dispone que el recurso
de apelación deberá presentarse a más tardar dentro del
plazo de cinco días hábiles contados a partir del día siguiente al de la comunicación de
aquella. En el presente caso el auto recurrido fue notificado el día uno de marzo del año en curso
e interpuesto el recurso respectivo el día siete de marzo de dos mil once, por lo que se desprende
después de realizar el cómputo del plazo, que el recurso ha sido interpuesto dentro del término
legal señalado para tal efecto y; C) Fundamentación del recurso. Pues tal como lo exige el
artículo 511 CPCM., la interposición del recurso se presentó debidamente motivado.
En consecuencia ADMITESE el recurso de apelación, y en virtud que no hay parte
apelada que se oponga a la apelación, omítase la audiencia que ordena el inciso último del Art.
513 CPCM., por ser inoficiosa.
El objeto de este incidente es determinar si está apegada a derecho la resolución que
declaró improponible la demanda incoada; por lo que se procede analizar el fondo de la cuestión
sometida a juzgamiento.
I.
ANTECEDENTES DE HECHO.
El abogado RAÚL ERNESTO CHÁVEZ CARRANZA, interpuso demanda, donde en
epítome manifestó: “La sociedad FINCOMER S.A., celebró escritura pública de Primera
Hipoteca Abierta, otorgada por SERVICIOS FINANCIEROS Y COMERCIALES, SOCIEDAD
ANÓNIMA DE CAPITAL VARIABLE, en el que sus representados RAFAEL MARTÍNEZ
SANTIAGO y el señor PABLO MARTINEZ GARCIA, actuando el primero en su carácter
personal en nombre y representación de la sociedad SERFICO S.A.,DE C.V., y el segundo en su
calidad personal, hipoteca que recayó sobre inmuebles de su propiedad. Por otra parte entre los
precitados otorgantes se celebró Escritura Pública de mutuo, por la suma de SEIS MILLONES
QUINIENTOS MIL COLONES. La sociedad FINCOMER S.A., fue legalmente disuelta y
liquidada, así inscritos los documentos en el Registro de Sociedades. Así, su representados
adquirieron los inmuebles hipotecados por medio de una Dación en pago otorgada a cado uno
por parte del señor RAFAEL MARTÍNEZ SANTIAGO, en su calidad de Representante Legal de
la Sociedad Servicios Financieros y Comerciales S.A., C.V., por lo que la respectiva inscripción
no se ha podido concretizar, afectando gravemente el patrimonio de sus representados. Por lo
que en base a que la sociedad FINCOMER S.A., ahora ya disuelta y liquidada, respecto a los
gravámenes dichos pide sean liberados y cancelados”.
II.
TRAMITACION EN PRIMERA INSTANCIA
Se tuvo por recibida la demanda y después de analizada que fue por la Jueza a quo,
invocando los arts. 340 C.Com., y 277 CPCM., haciendo una interpretación conjunta sobre que el
primero de los artículos prevé un trámite, derivado de las reformas hechas al mismo en el año dos
mil ocho, que establece la vía legal a seguir, por lo que es imposible tramitar dicha demanda por
esa vía, resultando el rechazo in limine de la precitada demanda por ser improponible, por estar
frente a uno de los supuestos prescritos en el Art. 277 CPCM.
III.
TRAMITACION DE INCIDENTE DE APELACION
Remitido a este Tribunal el escrito de interposición del recurso de apelación, tal como lo
requiere el artículo 510 CPCM., en el que la parte apelante hace una relación detallada de los
agravios que le causa la resolución del a quo, dejando constancia que no se procede a la
audiencia a que se refiere la Ley, en razón de no existir parte contraria.
IV.
ANALISIS DE CAMARA SOBRE FUNDAMENTOS PLANTEADOS EN EL
RECURSO.
Antes de exponer el fundamento jurídico, por el cual esta Cámara resolverá, es menester
puntualizar el punto apelado, ya que el recurrente hace recaer el perjuicio en que la jueza a quo
declaró improponible la demanda por considerar que la pretensión planteada por el ahora
apelante, padece de una imposibilidad para conocer por esa vía, pues se trata de una petición que
puede tramitarse por la ley especial, Art. 340 C.Com., lo que le produce agravios, manifestando
que la Jueza a quo hace una narración lacónica, en los que se ha expuesto consideraciones sin
entrar a ningún tipo de valoración que conlleve a una concatenación sobre los hecho narrados y lo
que le llevó a tomar la decisión al final de la resolución a declarar improponible, no tomando
ninguna consideración de las pruebas ofrecidas.
Manifiesta también que la Jueza a quo a partir del romano V, entra a examinar la procedencia
de la demanda planteada, retomando en primer lugar el principio de legalidad, principio el cual
vulnera en el sentido que el proceso debe tramitarse ente el Juez competente, ya que habla de una
tramitación especial al referirse al Art. 340 del Código de Comercio.
También manifiesta, que en el caso en comento, a todas luces la Jueza a quo no ha tomado en
consideración el Art. 18 CPCM., ya que ha interpretado indebidamente la ley, violentando así el
debido proceso.
Además sostiene que la Jueza a quo ha interpretado mal el principio de legalidad y el Art. 340
C.Com., que en lo medular se refiere a la expresión PODRÁ, que es potestativo y no imperativo
como lo fuera DEBERÁ, a demás menciona que la Jueza a quo yerra en decir que el Código de
Comercio es una ley especial.
Sostiene el apelante, que con la interpretación el derecho aplicado en forma equivoca por la
Jueza a quo, no solo viola el principio de legalidad y el debido proceso, sino también el Art. 11
de la Constitución. Por todo lo cual pide que se revoque la resolución venida en apelación por no
estar conforme a derecho y violentar el debido proceso.
V.- FUNDAMENTACIÓN JURÍDICA
Es preciso recordar, que es facultad y deber del juzgador realizar un examen de
proponibilidad de la pretensión en un proceso determinado. Así, la improponibilidad que padece
una pretensión, siempre nace de alguna patología sufrida por los requisitos de esta, y que trae
como consecuencia “defecto absoluto en la facultad de juzgar”, de parte del Órgano
Jurisdiccional. Es decir, que habrá improponibilidad de la pretensión cuando el órgano
jurisdiccional -luego de realizar el juicio de proponibilidad- determine que se encuentra
absolutamente imposibilitado para juzgarla.
Dicho defecto provocará la emisión de una respuesta discordante en cuya virtud el juzgador
rechazará in limine la pretensión, lo que acarrea la falta de tramitación de la demanda propuesta.
Se dice “defecto absoluto”, poniendo de relieve que el juicio de proponibilidad es severo y ante la
duda – por ínfima que sea - debe reputarse proponible a la demanda de que se trate;
consecuentemente de lo anterior se tienen como causas de improponibilidad las siguientes: Art.
277 CPCM., que la pretensión tenga objeto ilícito, imposible o absurdo; por carecer de
competencia objetiva o de grado, o que en relación al objeto procesal exista litispendencia, cosa
juzgada, sumisión al arbitraje, compromiso pendiente, o bien evidencie falta de presupuestos
materiales o esenciales y otros semejantes.
Por otra parte, corresponde a todo Juez, dentro de sus facultades jurisdiccionales, realizar un
examen de la pretensión contenida en la demanda, a fin de pronunciarse sobre aquellos defectos u
omisiones que afectan su procedencia, es decir, una vez verificado dicho examen puede el
juzgador si advierte algún defecto antes dicho, rechazar la demanda sin necesidad de prevención
por ser improponible, según lo establecido en el Art. 277 CPCM.
Lo anterior implica que es jurídicamente válido y correcto pronunciarse sobre la
proponiblidad o no de una pretensión sin entrar a valorar el fondo de la pretensión misma, o bien
sin valorar la prueba propuesta, pues declarada la improponibilidad queda expedito el derecho de
volver a proponer la pretensión de conformidad a derecho; por lo que no es cierto que esto
infrinja disposición legal alguna como sostiene la parte apelante.
Sobre lo argumentado por el apelante sobre la trasgresión a los principios constitucionales
enunciados, es de advertir que en suma todo radica al procedimiento administrativo que enuncia
el Art. 340 C.Com., el cual ha sido enunciado por la Jueza a quo como un trámite que establece la
ley especial y que la imposibilita conocer del caso en particular, argumento que el apelante ataca
como errado al entenderse de tal forma, adhiriendo a demás la palabra empleada en la redacción
de dicho artículo, es decir, la palabra podrá, que dice atribuye potestad y no obligación.
Sobre dicho punto es de destacar que la norma obedece a una intención reguladora creada
a través de métodos o técnica de redacción, atribuidas al poder legislativo de forma exclusiva.
Este método debe ser de tal manera que su interpretación resulte clara; lejos de inhibir al análisis
de su letra, es muy diferente indagar el “espíritu” del legislador a través de su redacción, a tratar
de conjeturar significados o conceptos implícitos en el tenor de la norma misma.
El derecho no escapa a la lógica de sus palabras y del lenguaje técnico como tal, a pesar
de tener un leguaje propio, en el que sus palabras son tratadas de conformidad a su propio
razonamiento, motivo por el cual, a veces les atribuye diversos y diferentes significados.
Cuando la ley es clara no cabe exégesis alguna para su entendimiento; no obstante, lo
anterior se perfila indubitable en el mundo del“deber ser”; partiendo del entendido sociológico de
la norma, y que obedece a una intención política, social y económica, las palabras son los
mecanismos idóneos para darse a entender, empleadas en la técnica legislativa para su
elaboración que muchas veces no satisfacen la claridad de su tenor.
Empero, las palabras rectoras también atribuidas a su contexto implican una lógica
sintáctica, que sirve como guía de la intención antes dicha.
Para el caso, la palabra “podrá”, conjugado en tiempo futuro, implica por sí sola, tener
expedita la facultad o potencia de hacer una cosa.
No obstante es indiscutible que las palabras deben interpretarse en su contexto, y no
aisladamente, pues es dentro de su contexto donde encuentran su lógica en el entendimiento.
Explorando el contexto en el que se sitúa la palabra podrá en el Art. 340 C.Com., que
para el caso establece: “En caso de gravámenes existentes a favor de sociedades liquidadas, el
interesado podrá solicitar su cancelación registral a la Oficina que ejerce la vigilancia del
Estado, la que publicará un extracto de la solicitud por una sola vez en dos periódicos de
circulación nacional, a costa del interesado. Transcurridos quince días contados a partir de la
publicación, sin que se haya presentado oposición, la Oficina que ejerce la vigilancia del Estado
otorgará los documentos necesarios para cancelar registralmente el gravamen correspondiente”
(el connotado es nuestro); puede advertirse que se configura dando paso a un procedimiento
administrativo, cuyo fin es la cancelación de los gravámenes existentes a favor de sociedades
liquidadas, cuyo interesado pretende. En él, puede también advertirse que no se trata de un
procedimiento que surte efectos solo a los interesados directos, sino que sus efectos pueden
alcanzar intereses de terceros, quienes pueden verse afectados en su esfera jurídica; por lo que se
prevé su posible oposición a dicho trámite.
Lo anterior implica que se trata de un procedimiento especial previsto para estos casos en
particular, en el cual además, se prevé que dicho supuesto jurídico de concretarse, no afecte
terceros de buena fe, por lo que se trata de un procedimiento que el legislador ha ideado a fin de
que el interés social quede salvo en estas circunstancias.
Así, ésta Cámara estima que se trata de una norma que padece una patología en su
redacción atribuible a la técnica legislativa, pues al tratarse de hechos cuyos efectos puedan
afectar a terceros, debe privar dicho interés sobre el interés individual, resultando imperativo su
trámite.
No obstante lo anterior y reconocido que ha sido en múltiples ocasiones por la
jurisprudencia salvadoreña el derecho del acceso a la justicia, el procedimiento administrativo
agotado sin alcanzar su fin no supone la única vía, pues agotada la misma puede pedirse tutela
jurisdiccional al respecto.
VI.- CONCLUSIÓN
En el caso subjudice, la Jueza a quo no ha violentado principio constitucional alguno, ni
reglas procesales, al pronunciar la resolución recurrida, como lo afirma el apelante; así como
también, podemos confirmar que el procedimiento administrativo previsto en el Art. 340 inciso
final C.Com., es imperativo por dar un tratamiento más adecuado y más apegado a los principios
del interés general, por lo que se comparte el argumento esgrimido por la mencionada funcionaria
judicial que “…Lo anterior deriva en un rechazo in limine de la demanda presentada por
improponible (…), por estar frente a uno de los supuestos prescritos en el Art. 277 CPCM.”
POR TANTO, Sobre la base de los razonamiento expuestos, disposiciones legales citadas
y de conformidad a lo establecido en los Arts. 18, 172 inciso 1° Cn., 212, 215, 216, 217, 218,
275, 515 inciso 2°, 517 CPCM., esta Cámara RESUELVE: CONFÍRMASE EL AUTO
DEFINITIVO, pronunciado por la Jueza “2” del Juzgado Segundo de lo Civil y Mercantil de
este distrito Judicial, a las quince horas con veinticuatro minutos del día veintitrés de febrero del
año dos mil once, venido en apelación, por estar apegado a derecho.
Devuélvase la pieza principal al Juzgado de origen con certificación de lo resuelto.
HÁGASE SABER.
Pronunciado por los Señores Magistrados que lo suscriben.-
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