Ostiraleko artikuluak Ostirala, 2009ko maiatzak 29 ¿Qué pasa en la Unión Europea? Vicenç Navarro Elecciones, pero ¿para cuál Europa? Tito Pulsinelli El Tribunal Constitucional y la ilegalización de II-SP Jaume Asens y Gerardo Pisarello El liberalismo y las crisis: aprender y responder Torres López y Garzón Espinosa El hundimiento del dólar Immanuel Wallerstein Diruz lagundutako autoak, kontrako bidean Juan Mari Beldarrain Oleada de delincuencia empresarial y de violaciones del derecho laboral Gaur hasiko da greba orokorra Dave Lindorff Ivan Santamaria Movimientos, crisis, movimientos Raúl Zibechi Educación infantil, no guarderías Jorge Calero Descanso obligatorio o cómo claudicar sin ayuda y sin esfuerzo ¿Cómo lograr que una enorme mentira sea asumida por toda una sociedad? Santiago Alba Rico Enrique Dans Dokumentazio Zentroko proposamenak ¿Qué pasa en la Unión Europea? Vicenç Navarro Público 2009/05/21 Todas las encuestas señalan que la abstención en las próximas elecciones europeas va a ser muy elevada. Tal abstención, por cierto, no es una novedad. En realidad, ha ido aumentando en los últimos años, y precede a la crisis económica y financiera actual. Las causas de esta elevada abstención son fáciles de ver. Para ello se tiene que entender qué está pasando en la Unión Europea. Veamos: 1. El desempleo en el promedio de los países de la Unión Europea de los Quince (UE-15) ha ido aumentando desde la década de los ochenta. Europa, que históricamente (19601980) se había caracterizado por tener un desempleo más bajo que EEUU, pasó a tenerlo más alto a partir de los ochenta. 2. Las condiciones de trabajo de la población activa se han ido deteriorando en la mayoría de países de la UE-15. El porcentaje de la población que dice trabajar en condiciones estresantes pasó a ser (en el promedio de los países de la UE15) del 32% de la población trabajadora en el año 1991 al 44% en el año 2005. 3. La tasa de crecimiento anual del gasto público en transferencias y servicios públicos del Estado del bienestar (como pensiones, sanidad, servicios de ayuda a las familias, vivienda, y otros componentes de la protección social), utilizados predominantemente por las clases populares, ha ido descendiendo en el promedio de los países de la UE-15, pasando del 6,2% en 1990 al 4,8% en 2004. La tasa de crecimiento de las necesidades sociales, sin embargo, ha ido aumentando. 4. La cobertura e intensidad de los beneficios laborales (en caso de enfermedad, discapacidad o desempleo) ha disminuido en la mayoría de países de la UE-15. Esta disminución ha sido, en general, más acentuada en los países gobernados por partidos liberales y conservadores que en aquellos gobernados por partidos socialdemócratas. Pero, en todos ellos, tales derechos sociales han disminuido. 5. Las rentas del trabajo (lo que se llama masa salarial, que depende del nivel de salarios y del número de asalariados), como porcentaje de la renta nacional, han descendido en el promedio de los países de la UE-15 (y ello a pesar de que el número de asalariados ha aumentado), pasando de representar un 68% de las rentas nacionales en 1975 a un 58% en el año 2005. Tales hechos son indicadores del deterioro de la situación social y laboral de las clases trabajadoras y otros componentes de las clases populares en la UE-15, lo cual ha estado ocurriendo a la vez que las rentas del capital han 1 crecido de una manera exuberante. Los beneficios empresariales han crecido (en el periodo 1999-2006) un 33% en el promedio de los países de la UE-15 y un 36,6% en los países de la zona euro, mientras que los costes laborales han aumentado sólo un 18%. Consecuencia de esta situación es que las desigualdades sociales han crecido enormemente, alcanzando cuotas sin precedentes. A los ricos nunca les había ido tan bien, y ello a costa del bienestar de todos los demás, es decir, las clases medias y las clases trabajadoras que vieron sus estándares de vida disminuidos. Y las encuestas muestran que la población europea es consciente de ello. El 78% de la población en la UE-15 dice que las desigualdades sociales en su país son excesivas. Nunca se había visto un porcentaje tan elevado de desaprobación de las desigualdades sociales en la mayoría de países de la UE15. Esta polarización social de rentas ha sido facilitada por las políticas públicas promovidas por el consenso de Bruselas (que es la versión europea del consenso liberal de Washington), llevadas a cabo por las instituciones europeas, tales como la Comisión Europea (encargada de vigilar el cumplimiento del Pacto de Estabilidad, que ha sido responsable de la austeridad del gasto público) y el Banco Central Europeo (cuyas políticas monetarias han beneficiado enormemente al capital financiero a costa del estímulo económico y la producción de empleo). Y la población es consciente de ello. Tanto la Comisión Europea como el Banco Central Europeo están entre las instituciones europeas menos valoradas. El establishment europeo (el conjunto de instituciones que lideran la Unión Europea) ha estado promoviendo políticas liberales, que incluyen desde la desregulación de los mercados laborales y financieros a la reducción del gasto público y de los impuestos. De ahí la decepción, cuando no enfado, de las clases populares hacia la Europa que se está construyendo y que afecta más a los partidos de centroizquierda que a los partidos de centroderecha y derecha, puesto que los grupos sociales más afectados negativamente por estas políticas liberales han sido las bases electorales, históricamente más fieles a los partidos de centroizquierda, tales como las clases trabajadoras. La identificación de los partidos de centroizquierda gobernantes con las políticas liberales ha sido la causa de su enorme crisis. No hay que olvidar que la mayoría de gobiernos europeos habían sido de centroizquierda. La decepción creada por su liberalismo ha sido la causa de que sus bases electorales se hayan desplazado a partidos más radicales (de izquierda y de derecha), aun cuando la mayoría se ha ido absteniendo, quedándose en casa. Tales partidos de centroizquierda tendrán que hacer una autocrítica muy fuerte, abandonando el socioliberalismo si quieren recuperar el voto perdido. En cuanto a las derechas, su éxito se debe a la lealtad de sus bases electorales, constituidas por los grupos de renta superior, beneficiados por las políticas liberales, y la de aquellos sectores de las clases populares atraídos por el mensaje nacionalista y anti inmigrante, consecuencia de su gran inseguridad. No es racista el más ignorante sino el más inseguro, y hay mucha inseguridad en la UE. Por otra parte, son estas mismas derechas (como el Partido Popular Europeo, al cual pertenece el PP español) las que trasladan a la Unión Europea (que tiene un enorme déficit democrático) aquellas medidas impopulares, como son el retraso de la edad de jubilación, que bien saben no podrían aprobar en sus parlamentos. Elecciones, pero ¿para cuál Europa? Tito Pulsinelli Selvas / Rebelión 2009/05/28 “Cuando el enemigo concentra sus fuerzas pierde territorio” (V.N.Giap) En la víspera de las elecciones europeas, los electores no están mostrando interés en un Parlamento de funciones limitadas y confundidas. Dominado por una “comisión” que funge de gobierno autocrático, cuyos inamovibles representantes son designados por los gobiernos. Ningún elector jamás ha elegido a Solana o Barroso, pero es real el riesgo de que sus cargos se conviertan de vitalicios a hereditarios. Asimismo, el desinterés es reforzado por la tragicómica vicisitud de la Constitución europea, dos veces reprobada en las urnas por los electores, pero el resultado ha sido olímpicamente ignorado. Será aprobada por los diputados nacionales, con triquiñuelas y maniobras muy al oscurito. La única cosa clara en la Unión Europea (UE), ocupada con las heladas ráfagas de una caída del 5% de la producción, es la indiscutible y total autoridad del Banco Central Europeo: se impone a los parlamentos nacionales, al de Estrasburgo y a todos los electorados. Éste es el verdadero gobierno del bloque europeo, que ha sido reducido a la esencia demacrada de la utopía ultraliberal: mercado y moneda. Nada más. No tiene una política social, mucho menos una línea internacional coherente porque carece de una visión geopolítica nítida. Sin una defensa autónoma propia, porque eligió la sumisión a los Estados Unidos, cuando reforzó la camisa de fuerza de la OTAN, tras la implosión de la Unión Soviética y la desaparición del Pacto de Varsovia. La integración europea, desde que pasó de las manos de pocos estadistas de espesor que la fundaron a la de los tecnócratas de las finanzas, se ha reducido a mera aplicación de “5 macrodogmas liberales”, dando un atrevido salto acrobático de 6 a 27 Países. Grandes cantidades, estadísticas, PIB, triunfalismos inmotivados y cero visión estratégica. Justo en el momento en que está decayendo el unipolarismo y, con él, la supremacía “occidental”. El furor globalista ha impuesto a las economías del Este europeo, integralmente estatalizadas, el pasaje a tapas 2 forzadas a la deregulation, denacionalización, privatización a favor de las multinacionales europeas y norteamericanas. Un electroshock doctrinario del monopolismo estatal al privado, sin preservativos amortiguadores. Hoy, el área del este es un conejillo de Indias para la reingeniería darwinista del FMI, que se dispone a mandarla en bancarrota irreversible, con el mismo modus operandi que hundió a Brasil, los pequeños y medianos dragones, etc. Ayer el fulmíneo y veleidoso “agrandamiento” hacia el este había merecido los aplausos exaltados de los halcones de Washington. Envalentonados, brindaban a la “nueva Europa” con el plomo en las alas, rellenada de vasallos con agudas fobias antirusas y deseosos de capitalizar su vocación de “caballos de Troya”. De esta forma, el utopismo de las elites, de la BCE y de Bruselas ha engendrado una entidad sin forma, un meta-Estado con un proceso decisorio contradictorio y paralizante, sobre todo en esta fase de deglobalización tra los cracks de la borrachera ultraliberal. Europa no cuenta con materias primas y ni siquiera energía. Para el petróleo depende de los Países árabes y para el gas de Rusia; sin embargo, promueve una política exterior antiárabe y agresivamente antirusa. La dependencia energética es un hecho del bloque europeo, así como la necesidad de la cooperación con los rusos para los abastecimientos de gas. ¿Cómo se explica, entonces, la veleidad de incorporar a Ucrania y Georgia en la OTAN? ¿Cómo se justifican las provocativas maniobras de la OTAN en curso en el Cáucaso? Es una contradicción esquizofrénica entre objetivos e instrumentos para obtenerlos, entre proyección geopolítica e iniciativa militar que –ay de nosotros- no es soberana ni autónoma. La UE es rehén de las fobias antirusas no sólo de polacos y checos, sino también de las microrepúblicas del Báltico. Además, la versión atrevida del atlantismo no ha variado desde la época de los Bush. Es como si nada hubiera pasado. No han asimilado que el jaque de Estados Unidos en Irak ha conllevado la pérdida definitiva del feudo sudamericano. ¿Qué perderá la UE con la tambaleante aventura atlantista en Afganistán? Con buena probabilidad, el regreso a la cuestión social al centro del debate público y la reactivación de la lucha de clase. La “Comisión” de Bruselas es inestable y no logra conjugar los intereses concretos de Europa con los de un tambaleante hegemonismo absoluto que Estados Unidos intentan resucitar con la OTAN. Los Estados Unidos Occidentales o “grande mercado transatlántico” son una quimera de pesadilla. Hay un conflicto de intereses entre el bloque europeo y el anglosajón, reforzado por un anacronista proceso decisorio basado en la rotación semestral. Baste pensar que el actual maniobrero de la UE –el checo Vaclav Klaus- está convencido que el crack financiero se ha generado por demasiadas limitaciones impuestas por los Estados (sic) y por el excesivo interventismo público (sic-sic). Y es un ferviente partidario de la instalación de armamento estratégico de Estados Unidos en la República Checa. Europa está en un estado de confusión, se complace de las amputaciones realizadas por las elites a su peculiar estadosocial, deindustralización acelerada y expatriación del sistema productivo. Las subvenciones estatales al banco y a la bolsa de valores responsable del desastre es la última arrogante respuesta de los “banqueros centrales”. Atrincherados tras la muralla ideológica de su “autonomía”, ejercen el poder de disponer a su gusto de los erarios y de los recursos de las naciones. Así como la “Comisión”, no han sido elegidos por nadie y se atribuyen el derecho de imponer unilateralmente las terapias para curar las enfermedades que ellos mismos crearon. Pero curiosamente los Países mejor equipados para enfrentar la inevitable deglobalización son aquellos en los que la “autonomía” de los bancos centrales y de las finanzas no es un dogma. Entre todos, valga el ejemplo de China. El Tribunal Constitucional y la ilegalización de Iniciativa Internacionalista: luces y sombras de una decisión Jaume Asens y Gerardo Pisarello Sin Permiso 2009/05/24 La sentencia del Tribunal Constitucional que anula la ilegalización de la candidatura europea de Iniciativa Internacionalista-La Solidaridad entre los Pueblos (II-SP) por parte del Tribunal Supremo es una buena noticia. Al menos para quienes durante los últimos años contemplaban con preocupación cómo, en nombre de la lucha contra el terrorismo, la Ley de Partidos Políticos de 2002 se convertía en un peligroso instrumento de limitación de la libertad ideológica, del pluralismo político y de otros principios básicos ligados a la idea del Estado de derecho. Entre otros extremos, el Tribunal Constitucional ha desautorizado la pretensión del voto mayoritario de la Sala Especial del Tribunal Supremo, secundada por Fiscalía y por la Abogacía del Estado, de que cualquier opción política que pudiera simpatizar con la ilegalizada Batasuna debía considerarse instrumento de ésta y, por consiguiente, de ETA. A pesar, sin embargo, de las credenciales garantistas de algunos de estos argumentos, la decisión deja en pie una parte sustancial del problema: la propia Ley de Partidos. Efectivamente, lo que en términos formales fue presentado de entrada como una norma abstracta y general, dirigida a “cualquier partido”, se reveló, muy rápidamente, como algo distinto: como un recurso dirigido a silenciar, según las conveniencias del momento y sorteando garantías procesales básicas, cualquier opción electoral más o menos vinculada a aquellos sectores de la izquierda abertzale no dispuestos a 3 distanciarse de la estrategia de ETA en los términos predispuestos por los partidos mayoritarios de ámbito peninsular. Primero fue la disolución de Batasuna, que la Sala Especial del Tribunal Supremo se apresuró en identificar en su totalidad con ETA, a pesar de que muchos de sus miembros y buena parte de sus votantes rechazaban el uso de métodos terroristas, como bien recordó en su momento el periodista Javier Ortiz. Entonces, el Tribunal Supremo llevó adelante un procedimiento caracterizado por la poca consistencia de las pruebas aportadas y por las dificultades con las que los afectados tuvieron que ejercer su derecho de defensa. El Tribunal Constitucional dio por buena estas actuaciones e insistió en que a un procedimiento de ilegalización no se le podían exigir las mismas garantías de defensa que a un proceso penal o administrativo. Naturalmente, y a pesar de que existía asentada jurisprudencia según la cual en un sistema democrático “todas las ideas tienen perfecto acomodo”, el núcleo de argumentos favorables a la ilegalización estaba ligado a la ausencia de condena de atentados terroristas. Poco y nada importó, por ejemplo, que tras unos atentados que habían tenido lugar en Santa Pola, algunos miembros de Batasuna expresaran su “solidaridad con las víctimas y sus familiares” o su “deseo de impulsar mecanismos que pongan fin definitivamente a los lamentables acontecimientos que causan tanta pena y dolor a nuestro pleno”. El Tribunal Supremo entendió que se trataba de una condena tibia, introduciendo así una singular guía de valoración de las pruebas en juego. Los argumentos utilizados para disolver el “complejo” Herri Batasuna-Euskal Herritarrok-Batasuna levantaron la veda político judicial y muy pronto se extendieron a otros partidos y agrupaciones de electores que, en razón de sus relaciones más o menos remotas con miembros del mismo, pasaron de inmediato a considerarse soporte o complemento de ETA. Muy pronto, la ilegalización de un partido fue el pretexto para extender sus efectos a otros diferentes que no habían sido parte en el proceso de ilegalización del primero y de los cuales ni siquiera se decretaba su disolución. En ese contexto, las garantías procesales y el derecho a la tutela judicial efectiva se fueron degradando progresivamente en un proceso sumarísimo o express que generaba abiertas condiciones de indefensión. Unas listas “contaminadas” por candidatos más o menos ligados al mundo abertzale “contaminaban” a su vez a otras, en una sucesión imparable de ilegalizaciones fundadas, no en la realización subjetiva de actividades contrarias a los principios democráticos, sino en la simple ocupación objetiva de un espacio ideológico. Tampoco importó mucho que los partidos considerados “sucesores” de Batasuna hubieran renunciado explícitamente a la violencia en sus estatutos, como ocurría con el octogenario ANV, o que hubieran apostado explícitamente por vías políticas para impulsar sus principios, como pasaba con el PCTV. Bastaba con que hubiera contactos con miembros de la izquierda abertzale ahora arrumbados a la clandestinidad y privados de derechos políticos básicos, y, sobre todo, que no hubieran “condenado” hechos de violencia en los términos preestablecidos por el Partido Socialista y el Partido Popular, para que el veto electoral se desencadenara fulminante. La ilegalización de D3M y Askatasuna, en las últimas elecciones vascas, engrosó la lista de desterrados políticos, convirtiéndose en preludio de un seguro paso por la Audiencia Nacional bajo la acusación de terrorismo. Pero también consiguió perfeccionar uno de los objetivos no confesados de la Ley de Partidos: impedir que la izquierda abertzale mayoritaria tuviera representación en el Parlamento vasco y facilitar, de ese modo, un cambio en el gobierno autonómico. A diferencia de los casos antes referidos, la pretensión de ilegalizar la candidatura de II-SP a las elecciones europeas suponía, por primera vez, una utilización de la Ley de Partidos fuera del ámbito específico de la Comunidad Autónoma Vasca. Por primera vez, se incluía a una coalición electoral sin candidatos vascos y promovida por dos partidos de ámbito castellano -Izquierda Castellana y Comuneroscuya legalidad nadie cuestionaba. Entre sus filas destacaban sindicalistas, escritores o intelectuales de diferentes partes del Estado, ajenos, en muchos casos, al mundo abertzale. Tan solo uno de ellos, el dramaturgo Alfonso Sastre, había concurrido, sin ser miembro de ningún partido, en listas ya disueltas. Los escollos jurídicos para dictar una sentencia de ilegalización con visos mínimos de ilegalidad eran evidentes. Pero la Sala Especial del Tribunal Supremo, alentada por la connivencia entre el Partido Socialista y del Partido Popular –supuestos archirrivales en las elecciones europeas- decidió dar un paso adelante y, pese a discrepancias internas, anuló la candidatura. Las pruebas de “contaminación” por parte de organizaciones ilegalizadas, y con ello, de la propia ETA, eran de una ostensible fragilidad, por no decir inexistentes, lo que obligó al Tribunal a colocar la ausencia de condena explícita al terrorismo como argumento casi exclusivo de la ilegalización. Tratándose, sin embargo, de unas elecciones que no ponían en peligro el mapa político autonómico o estatal, una parte importante del establishment comenzó a cuestionar la decisión. Algunos juristas que habían aprobado las ilegalizaciones anteriores o que, en general, consideraban la Ley de Partidos perfectamente compatible con la Constitución española y con el Convenio Europeo de Derechos Humanos, comenzaron a agitar el fantasma de un posible fallo adverso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. La “prensa respetable” dio cobertura a este tipo de posiciones y sostuvo, en sus editoriales, que se había llegado demasiado lejos, encomendando al Tribunal Constitucional la restauración del “sentido común”. En ese contexto, el veredicto constitucional representa, sin duda, un severo varapalo no sólo para los partidos mayoritarios que, al unísono, habían impulsado o aceptado el veto electoral, sino también para quienes, desde la izquierda, se limitaron a anunciar el acatamiento acrítico de la sentencia, cualquiera fuera su sentido. El peligro, ahora, es que los argumentos del Tribunal Constitucional pretendan convertirse en expresión de un nuevo “sentido común” en el que la Ley de Partidos, “debidamente interpretada”, aparezca como un horizonte incuestionable e irrebasable. La legalización de la nueva candidatura, en efecto, significa 4 para muchos salir del limbo electoral y volver a poder ejercer el derecho al sufragio activo negado en los últimos años. Pero también es una oportunidad para recordar, esta vez en el espacio europeo, las razones por las que la propia Ley de Partidos sigue siendo parte importante del problema. El liberalismo y las crisis: aprender y responder Juan Torres López y Alberto Garzón Espinosa Altereconomía 2009/05/23 La ideología liberal domina casi sin fisuras los ambientes sociales y, especialmente, los académicos. Aunque su visión de cómo pueden funcionar en realidad las cosas sociales está claramente fantaseada y los principios en los que se basa (el universo mercantil como orden natural de los seres humanos) no deberían casar muy bien con los anhelos fundamentales de las personas, lo cierto es que calado muy hondo en la sociedad y que actualmente no son pocos los ciudadanos de todas las clases sociales que no han interiorizado sus mismos principios y propuestas de actuación. Es la consecuencia de que su versión más impura y oportunista, pero la más combativa, el neoliberalismo de los últimos treinta años se haya impuesto tan generalizadamente frente a las ideologías progresistas. El liberalismo se presenta públicamente como la gran ideología de la eficiencia, del equilibrio, de la competencia y de los mercados perfectos, ... pero al materializarse en prácticas políticas concretas no ha hecho otra cosa que lo contrario de lo que dice defender. En España lo vemos cada día en aquellas comunidades gobernadas por el PP, donde la Administración pública es el instrumento en el que toman forma las tramas de corrupción más amplias y groseras, las privatizaciones de los bienes públicos, las concesiones a los empresarios amiguetes y el acceso más sectario a los medios de comunicación desde donde se manipula y se engaña a la ciudadanía como en ningún otro sitio. Y en el resto del mundo los liberales siguen los mismos procedimientos. Lo hemos visto recientemente en la administración Bush, con las prácticas de socializar las pérdidas de los grandes bancos quebrados o a punto de hacerlo, mientras que durante años y años las ganancias fueron a parar a los accionistas privados y a los sueldos millonarios de los directivos. El liberalismo realmente existente es, en realidad, una ideología a la hora de la verdad muy intervencionista en favor de los ricos y de aquellos para quien el fin, su fin, el afán de lucro, justifica los medios. No debe extrañar, de hecho, que las contundentes y pioneras medidas de choque liberales tras la caída de la rentabilidad a finales de los años sesenta tuvieran que necesitar una dictadura para implantarse. Sólo en un contexto de autoritarismo y eliminación de disidentes, como en el Chile de Pinochet, los gurús de la ideología neoliberal, con Milton Friedman a la cabeza, pudieron llevar a la práctica sus políticas a favor de un mercado que solo resultaba libre en apariencia porque a la postre lo organizan en torno a grandes oligopolios, privatizando por doquier y repartiendo la riqueza nacional entre unas pocas manos privadas. La propia extensión del "libre mercado" por el mundo ha necesitado siempre de la sangrienta intervención del Estado y de sus ejércitos, y aunque el colonialismo es tal vez la mejor demostración de ello también las dos recientes guerras del golfo ilustran ejemplarmente este fenómeno. Con las políticas liberales nunca han aparecido mercados equilibrados y perfectos sino más concentrados y oligárquicos, porque sencillamente se ha buscado desde siempre hacer dominante la ley de la selva, la norma de no tener norma, la legalización de la posibilidad de que los poderosos machaquen a los desfavorecidos. Las continuas medidas privatizadoras y desreguladoras llevadas a cabo por gobiernos liberales han permitido a unas pocas pero grandes corporaciones alcanzar un poder extraordinario que supera en muchos casos al de los propios Estados. Hacen y deshacen a su antojo, sin apenas responsabilidades, y en sus manos queda el devenir de la economía mundial y de las millones de personas que la integran. Y todo en nombre de la libertad de elección, de la que solo los poderos gozan en sentido pleno. Y precisamente por el carácter contradictorio de este sistema y de esta ideología dominante el resultado final siempre es el mismo: dramáticas crisis que arrasan con la exigua riqueza de los más desfavorecidos, el desempleo de la mayor parte de la población pero nunca de los responsables últimos de las crisis, y la acentuación de la pobreza, la desigualdad y el hambre en todo el mundo. La Gran Depresión que siguió al crack del 29 en Estados Unidos y la actual crisis económica, ya denominada por algunos como la Gran Recesión, son ejemplos claros de todo esto, pero no los únicos. Desde que el neoliberalismo volvió a reorientar la economía mundial se han sucedido graves crisis a lo largo de todo el mundo: la crisis asiática, la crisis de las puntocom en EEUU, las crisis latinoamericanas que culminaron con el hundimiento de la economía Argentina… El liberalismo está en el origen de las más grandes sacudidas que ha sufrido la economía mundial. Nada como las políticas liberales para favorecer el beneficio pero nada tampoco como el liberalismo para provocar después crisis gigantescas. Pero la vigencia del liberalismo a pesar de sus constantes fracasos es también algo sobre lo que conviene reflexionar. Es la muestra de que la derecha sabe perfectamente lo que hay que hacer para poder gobernar en su interés: generar pensamiento, lograr la hegemonía ideológica y convicción social, civilizar a partir de sus principios morales. Es verdad que, basado en la mentira y en la tergiversación de los hechos sociales, el liberalismo tiene esa enorme capacidad de regeneración y de legitimación gracias a los medios que ponen a su servicio los poderosos. Las miles de 5 instituciones privadas, fundaciones y otras organizaciones que el neoliberalismo ha articulado mundialmente en torno a unas cuantas sencillas ideas han servido para que los poderosos pudieran dotarse de discursos legitimados socialmente con los cuales acrecentar su poder y dinero. Y con ellos la derecha ha aplastado sutilmente a toda la oposición. Y eso es lo que debería servirnos de lección. Frente a esa dominación ideológica, la izquierda necesita despertar y comenzar a recuperar el espacio social del pensamiento y de los principios morales que guían la acción social que ha cedido a la derecha en las últimas décadas. Una tarea que tiene que comenzar por la denuncia sistemática de las falsedades del pensamiento liberal. Es urgente que la izquierda dedique su tiempo y esfuerzo a desvelar las mentiras y falacias que componen el ideario liberal y explicar paralelamente a los ciudadanos los fenómenos sociales de forma clara y precisa, partiendo de conceptos elementales y bajando a la realidad. De lo contrario, la salida a esta crisis, como en otras ocasiones, tomará será una vuelta de tuerca más, donde de nuevo los salarios serán los que padecerán las consecuencias y con ellos todos los trabajadores que necesitan de ellos en todo el mundo para subsistir. Las gentes necesitadas, los desposeídos, las personas humildes, los trabajadores, las mujeres y los hombres de todo el mundo necesitan alternativas que pongan en pie un nuevo tipo de relaciones sociales y respuestas distintas, más justas e igualitarias, a los problemas que ha creado la dominación de los grandes capitalistas y financieros. Pero nada de eso podrá alcanzarse sin el pensamiento, sin la reflexión constante, sin la inteligencia colectiva de partidos, sindicatos, organizaciones, movimientos y personas de todas las corrientes de izquierdas. De un pensamiento del que ha de nacer la denuncia, la movilización y la acción. Todo lo demás, es hoy día accesorio. Y la unidad de todas las izquierdas en ese objetivo un presupuesto esencial para poder avanzar. El hundimiento del dólar Immanuel Wallerstein La Jornada 2009/05/24 Cuando el premier Wen Jiabao de China dijo en marzo de 2009 que estaba un poquito preocupado por la situación del dólar estadunidense, se hacía eco de los sentimientos de estados, empresas e individuos por todo el mundo. Él hizo un llamado a Estados Unidos para que mantenga su buen crédito, honre sus promesas y garantice la seguridad de los activos de China. Apenas hace cinco años, esto habría parecido una petición muy presuntuosa. Ahora parece entendible aun para Janet Yellen, presidenta del Banco de la Reserva Federal de San Francisco, pese a que considera que las propuestas de China acerca de la divisa mundial de reserva está lejos de ser una alternativa práctica. Hay sólo dos maneras de almacenar riqueza: en estructuras físicas concretas y en alguna forma de dinero (divisas, bonos, oro). Ambas implican riesgos para el poseedor. Las estructuras físicas se deterioran a menos que se utilicen, lo que implica costos. Utilizar tales estructuras para obtener ingresos y como tal ganancias, depende del mercado –es decir, de la disponibilidad de compradores que deseen adquirir lo que las estructuras físicas puedan producir. Las estructuras físicas son, por lo menos, tangibles. El dinero (que se denomina con cifras nominales) es meramente una reclamación potencial ante las estructuras físicas. Si varía un pequeño monto, casi nadie lo nota. Pero si varía considerablemente y con frecuencia, sus poseedores pueden ganar o perder mucha riqueza, en ocasiones bastante rápido. En términos económicos una divisa de reserva es la forma más confiable de dinero, la que varía menos. Es entonces el lugar más seguro para almacenar cualquier riqueza que uno tenga, que no asuma la forma de estructuras físicas. Desde por lo menos 1945, la divisa mundial de reserva ha sido el dólar estadunidense. Es todavía el dólar estadunidense. El país que emite la divisa de reserva tiene una ventaja singular sobre los otros países. Es el único que puede legalmente imprimir la divisa, siempre que piense que es a favor de su interés hacerlo. Todas las divisas tienen una tasa de cambio con las otras divisas. Desde que en 1973 Estados Unidos puso fin a su tasa fija de cambio con el oro, el dólar ha fluctuado con respecto a otras divisas, subiendo y bajando. Cuando su divisa ha bajado con respecto a otra, se ha vuelto más fácil vender sus exportaciones porque el comprador de las exportaciones requiere menos de sus propias divisas. Pero también ha hecho más cara la importación, debido a que requiere más dólares para pagar el artículo importado. En el corto plazo, una divisa debilitada puede incrementar el empleo al interior de un país. Pero esto es, cuando mucho, una ventaja de corto plazo. En el mediano plazo, hay mayores ventajas de contar con una divisa considerada fuerte. Esto significa que el poseedor de tales divisas tiene más control de la riqueza del mundo medida en productos y estructuras físicas. Más allá del mediano plazo, las divisas de reserva son fuertes y quieren seguir siéndolo. La fortaleza de una divisa de reserva se deriva no sólo de su control sobre la riqueza del mundo sino del poder político que le ofrece al sistemamundo. Es por eso que la divisa mundial de reserva tiende a ser la divisa del poder hegemónico en el mundo, aun si se trata de una potencia hegemónica en decadencia. Así que, ¿ por qué está un poquito preocupado el primer ministro Wen? Es claro que es porque durante las últimas cuantas décadas, la tasa de cambio del dólar estadunidense ha estado fluctuando bastante pero a fin de cuentas va descendiendo lentamente. Uno de los factores principales ha sido la deuda global increíblemente creciente del gobierno de 6 Estados Unidos. Existen dos modos principales mediante los cuales Estados Unidos ha podido balancear su contabilidad. Imprime dinero y vende bonos del tesoro estadunidense, primordialmente a otros gobiernos (los llamados fondos soberanos de inversión). No es secreto que en años recientes el mayor comprador de bonos del tesoro estadunidense haya sido China. No es el único. Japón y Corea del Sur, Arabia Saudita y Abu Dhabi, India y Noruega, han comprado, todos, bonos del tesoro de Estados Unidos. Pero China es hoy el mayor comprador, y dada la presente contracción del crédito, China es uno de los pocos probables compradores en el futuro inmediato. El dilema para China, como para otros que invirtieron en bonos del tesoro estadunidenses, es que si el dólar baja aún más o si hay una inflación significativa por el hecho de que Estados Unidos imprime dinero, su inversión en bonos del tesoro puede hacerlos perder dinero. Por otro lado, ¿qué alternativas tienen China o los demás? La conclusión de políticas que China (y otros compradores) sacan es que hay un discreto desposeimiento constante. No quieren que sea tan rápido que ocasione un pánico bancario, pero que tampoco sea tan lento que uno termine siendo el último fuera de la puerta antes de la estampida, como tituló su artículo Joseph Stroupe en el Asia Times. China está reduciendo la cantidad de bonos del tesoro estadunidense que está comprando, y ahora prefiere comprar unos de plazo más corto en lugar de aquellos de plazo más largo. China incursiona en el cambalache o trueque de divisas con otros países, como Argentina, de tal modo que ninguno tenga que usar dólares en sus transacciones. Y China está haciendo un llamado a la creación de una divisa de reserva alterna basada en los Derechos Especiales de Giro (DEG) creados por el Fondo Monetario Internacional, con base en una canasta de monedas. Rusia ya respaldó el llamado. Estados Unidos no está seguro de cómo responder. Cuando el secretario del Tesoro Timothy Geithner dijo que el gobierno estadunidense está bastante abierto a la propuesta de China de incrementar el uso de los DEG, de inmediato bajó el dólar en el mercado de divisas. Así que Geithner clarificó entonces lo que había dicho. El dólar permanecería como divisa de reserva dominante en el mundo y es probable que continúe así por un periodo prolongado de tiempo. Aseguró que hará lo necesario para garantizar que mantenemos la confianza en nuestros mercados financieros, y en la capacidad productiva de este país y en nuestros fundamentos de largo plazo. ¿Será que Geithner sólo está aparentando calma? Y más importante, ¿quién cree que lo que dice es plausible? La clave de la fuerza de una divisa no son los llamados fundamentos sino la fe en la realidad de esos fundamentos. Todos los actores principales están confiando que pueda haber una aterrizaje suave, una transición ordenada hacia algo que se aparte del dólar estadunidense. Nadie quiere precipitar una caída libre, porque nadie está seguro de salir adelante si eso ocurre. Pero si el estímulo de Estados Unidos resulta ser la última de las burbujas, el dólar bien puede desinflarse repentinamente en la forma más caótica. El modo de decir estampida en francés es “sauve-qui-peut”, que se traduce literalmente como sálvese quien pueda. Diruz lagundutako autoak, kontrako bidean Juan Mari Beldarrain, Eguzkiko kidea Berria 2009/05/27 Espainiako gobernuburu Jose Luis Rodriguez Zapaterok duela egun batzuk krisiari aurre egiteko Parlamentuan iragarri zituen neurrietako bat erositako auto berri bakoitzeko 2.000 euroko diru-laguntza izan zen. Hori esan eta berehala Iraunkortasun Legea ere iragarri zuen. Iraunkortasunik ezaren edo ezin eutsizkoaren sektore paradigmatiko bat baldin bada, hori autoen sektorea da. Baina, tira, egia esan, ez gintuen harritu Rodriguez Zapaterok gauza bat bestearekin nahasteak; izan ere, agintariek horrelakoetara ohituta gauzkate; horiek, badakizue, basoa bota eta gero bertan parke natural bat egingo dutela esateko gauza dira. Harritu gaitu, berriz, 2.000 euroko diru-laguntza horien inguruan iritzi kritikorik entzun ez izanak. Gure ustez, horrelako neurri batek gutxieneko gogoeta kritikoa merezi du, batez ere -baina ez derrigorrez soil-soilik- ezkertiar edo aurrerazaleen aldetik. Bai, badakigu oso neurri «popularra» dela, autoarekiko sentitzen dugun tira ia-ia gure DNAn txertatuta baitago. Alabaina, egin diezaiogun geure buruari pare bat galdera: auto berri bat erosteko diru publikoz laguntzea zuzena al da? Ez ote da neurri diskriminatzailea? Beste modu batean esanda: zergatik lagundu diruz auto berri baten erosketa eta ez herritarrek beharrezkotzat jo dezaketen beste edozein produktu edo zerbitzu? Baina galdera horrek irekitzen duen gogoeta-bidea zabalegia da, beharbada. Horregatik, bide hori estutze aldera, gogoeta garraio edo mugikortasunaren arrastora ekartzea proposatzen dizuegu. Galdera honako hau litzateke: zergatik lagundu diruz auto berri baten erosketa eta, aldiz, autobus edo trenbideko zerbitzuen prezioak urtero-urtero igotzen jarraitu? Sarri KPIaren gaineko igoerak dira, gainera; gogoan izan, bestela, aurten bertan RENFEko aldiriko zerbitzuena. Krisiak ez ote du eraginik garraio publikoa erabiltzen duten herritarrengan? Eta, baldin badu, zergatik diskriminatu? Krisiaren eragina txikiagoa al da garraio publikoaren erabiltzaileengan autoekoizleengan baino? Autoen sektoreak pisu handia du ekonomian eta horren inguruan lanpostu pila bat dago, bai, horretaz ez dago duda egiterik. Baina krisia dela eta, edo krisiaren aitzakian, hartzen diren neurri guztiak, edozein direla ere, akritikoki 7 onartu behar al dira? Esaterako, Bankari (are) diru gehiago ematea ez zaigu zuzena iruditzen, ezta hainbat eta hainbat enpresek enplegu erregulazio dossier iruzurtiak aurrera eramateko aprobetxatzea ere. Bada, modu berean, ez ote genuke autoak erosteko diru-laguntzen inguruan gogoeta kritikorik egin behar? Lakuako Gobernuak esan du bere gain hartuko duela dagokion diru-laguntzaren zatia, 500 euro, alegia. Iruñekoak, berriz, Rodriguez Zapaterok berak baino lehenago proposatu zuen auto berrien erosketa diruz laguntzea, eta 500 euro beharrean 700 emango omen ditu. Gauzak horrela, eta garraio publikoaren erabiltzaileak nolabait konpentsatze aldera besterik ez bada ere, bi gobernuon mende dauden autobus- edota tren-zerbitzuak aurten, behintzat, ez dira garestituko, ezta? Ez esan asko eskatzea denik! Bukatu aurretik, aurrezteko eta, ondorioz, krisiari aurre egiten laguntzeko neurri berri baten inguruko eztabaida proposatu nahi dugu: Autorik gabeko Egunari eta antzekoei begira erakunde publikoen aurrekontuetan dauden diru guztiak kentzea. Azken batean, administrazioek garraiopolitika hain modu nabarmenean kontrako bidetik gidatzen dutela ikusirik, zertarako ibili dirua Autorik gabeko Egunaren eta antzekoen propagandan xahutzen? Una verdadera oleada de delincuencia empresarial y de violaciones del derecho laboral Dave Lindorff CounterPunch / Rebelión 2009/05/25 Un estudio de 1004 campañas de organización sindical emprendido por la directora de investigaciones en educación laboral de la Escuela de Relaciones Industriales y Laborales de la Universidad de Cornell ha descubierto que dos tercios de las empresas observadas violaban el derechos laboral vigente en los EEUU con prácticas como el interrogatorio uno a uno de los trabajadores, amenazas por apoyar a los sindicatos, despidos de organizadores sindicales o uso de otra media docena de tácticas ilegales para desbaratar las campañas de sindicalización. La profesora Kate Bronfenbrenner, autora de No Holds Barred: The Intensification of Employer Opposition to Organizing [La intensificación de la resistencia empresarial a la organización de los trabajadores], dice que esas tácticas ilegales de la patronal se han empleado para rebajar la representación sindical en las empresas norteamericanas del nivel de un 22% que tenía hace 30 años al actual de un 12,4%. Si se descubriera un volumen parecido de comportamientos empresariales ilegales en punto a, pongamos por caso, falsificar las facturas presentadas a los clientes, redactar informes engañosos para los accionistas o violar leyes medioambientales, se levantaría por doquiera un clamor de indignación exigiendo la intervención del Congreso y la reacción de la opinión pública. Pero, hasta ahora al menos, no se ha movido protesta contra esa contumaz violación del derecho laboral nacional. Puede que una de las razones de ello sea que nadie, salvo los sindicatos mismos y las empresas violadoras de las leyes, supiera nada de esta ola de delincuencia empresarial. El único artículo que yo he conseguido ver referido a este estudio fue publicado por el New York Times, pero aparecía en una página interior de la sección que este diario dedica al mundo de los negocios, una sección ignorada por el grueso de los lectores. ¿Por qué reservar para la sección de negocios un artículo sobre los trabajadores? ¿Sólo interesa a los hombres de negocios y a los inversores? Desde luego que no. El autor de la pieza, Steven Greenhouse, uno de los últimos periodistas norteamericanos que mantiene vivo el interés por el mundo laboral, es un fino reportero, y no escribe sus artículos con la jerga del periodismo de negocios, sino con un estilo llano, fácilmente accesible a todo tipo de lectores. Su artículo, intitulado: “Un estudio sostiene que las tácticas antisindicales están cada vez más generalizadas”, habría merecido, sin duda, figurar en la cabecera de la sección, y lo cierto es que, dadas las pruebas y los asombrosos indicios presentados de delitos cometidos en masa por parte de la patronal en toda la nación, debería haber sido titular de primera plana del periódico, si los editores se molestaran en juzgar las noticias con criterios honrados (¿cuánta gente se ve afectada? ¿Hasta qué punto resulta impactante la noticia?). Pero otra de las razones podría ser el que los propios sindicatos no airean suficientemente el tema. Precisamente ahora, el movimiento sindical norteamericano se halla en una brega desesperada por lograr que se apruebe la Ley de Libre Elección de los Empleados (EFCA, por sus siglas en inglés), la cual, si se aprobara tal como está formulada –con artículos de largo aliento—, permitiría enfrentarse a algunos de los problemas planteados en el estudio de la profesora Bronfenbrenner, al eliminar la necesidad del voto secreto en los sufragios sindicales. Porque, como han aprendido desde hace mucho tiempo las empresas y sus abogados, esas elecciones con necesidad de voto secreto pueden aplazarse por años, mientras la patronal socava a su antojo las bases de apoyo sindical. Pero, puesto que las uniones sindicales lo que buscan ahora es mantener el apoyo de un Presidente Obama tan vacilante como los Demócratas en el Congreso en la aprobación de la EFCA, acaso amedrentados por la masiva actividad desplegada en Washington por los lobbies granempresariales, lo que hacen es evitar cualquier tipo de política que pase por salir a la calle y convertir el asunto del delito empresarial en un gran escándalo público. 8 Pero lo que debería haber son marchas masivas en las grades ciudades de la nación, especialmente en Washington, exigiendo la aprobación de la EFCA. Con el Presidente Obama y la mayoría de Demócratas en ambas Cámaras del Congreso haciendo campaña y proclamando su apoyo a la EFCA. En cambio, muchos, ahora, lo que están es echándose atrás de sus promesas. Un millón de trabajadores encolerizados, concentrados en masa y gritando por las calles de Washington, les helarían la sangre, lo mismo que manifestaciones gigantescas en las mayores ciudades del país. La acción de masas forzaría también a los grandes medios de comunicación a interesarse por el modo en que la patronal, sencillamente, se cisca en las leyes laborales nacionales; les llevaría a interesarse por la ilegal intimidación a que someten los patronos a los trabajadores, a interesarse por los despidos ilegales de activistas sindicales y a interesarse por la necesidad de garantizar elecciones verdaderamente libres referidas a la cuestión de si ha de haber presencia sindical en el puesto de trabajo. Ni que decir tiene: un tercer problema es el suscitado por el hecho de que los trabajadores norteamericanos han venido resignándose desde hace mucho a trabajar de manera desindicalizada. Las encuestas muestran que una mayoría de norteamericanos desearían la presencia de los sindicatos en sus lugares de trabajo, pero muy pocos parecen dispuestos a luchar por ese derecho. Tal vez ahora que las encuestas muestran que más de un 50% de norteamericanos están preocupados por la posibilidad de ser despedidos, y con una patronal manifiestamente dispuesta a aprovecharse de la crisis económica para librarse de trabajadores, se ponga punto final a esa inveterada resignación. La única vía de salida para el movimiento obrero es la movilización en la calle. No es momento de ser educados con los políticos, y no es momento de limitar la acción política a escribir correos electrónicos, firmar peticiones y hacer llamadas telefónicas. Es momento de denunciar a los ejecutivos empresariales que están tratando las leyes laborales de este país como si fueran papel higiénico: es tiempo de boicots, de marchas, de manifestaciones y de sentadas. ¡Acabemos con la ola de delincuencia empresarial y con las violaciones impunes del derecho laboral! ¡Exijamos castigos ejemplares para la violación de las leyes laborales! ¡Apoyemos a las empresas sindicalizadas y boicoteemos a las empresas hostiles a los sindicatos! ¡Apruébese la EFCA, sin mayores componendas! Gaur hasiko da greba orokorra Ivan Santamaria Berria 2009/05/22 Sindikatu abertzaleek gizartearen parte esanguratsu bat mobilizatzeko gai direla erakutsi zuten atzo Hego Euskal Herrian. Jarraipenari buruzko ezadostasunak ala arrakastatsua edo porrota izan den dioten iritziak hor geratuko dira, ohi bezala. Baina, hortik haratago, greba orokorrak utzitako argazkia enfokatzea komeni da. Lehenik eta behin, greba egiteak berak duen esanahia aintzat hartu behar da. Azken finean, lana edo ikasketak alde batera utzi eta protesta kolektibo batean parte hartzeko erabakia norberak hartu beharrekoa da, eta, trabak traba, milaka pertsona kalera atera izanari behar duen garrantzia aitortu behar zaio. Kaleratze arrisku bizia dago, eta arrazoi ideologikoengatik aukeratua izateko beldurra ere hor dago, Nafarroako Koxka lantegian gertatu dena gogoratu bestela. Ez dela orokorra izan errepikatuko dute behin eta berriro grebaren aurka zeudenak. Idatzitako gidoia da, eta arrazoiaren parte bat eman behar zaie, gutxienez. Batasun sindikalaren faltak protesta are handiago bat egitea ezinezko bihurtu du. Euskal Herria osorik gelditzea helburua bazen, bistan da zonalde edo sektore batzuetan ez dela oihartzun handirik lortu. Deialdiaren mezua ondo komunikatu den edo une egokia zen hausnartu beharko dute antolatzaileek, halaber. Baina horrek alferrikakoa bihurtzen du deialdia? Ez du ezertarako balio izan? Finantza krisia abiatu zenean, langileek eta soldatek ez zutela horren errurik behin eta berriro adierazi zuten gobernu eta aditu gehienek. Batzuek mea culpa esan, eta eredu ekonomikoa moldatu behar zela onartu zuten. Bada, krisia hedatu eta sektore produktiboetara heldu den neurrian, aldaketa ezinbestekotzat jotzen zuten ahots asko itzali dira. Langileak hasi dira orain krisiaren faserik krudelena pairatzen, eta dramak biderkatu dira. Kontratua berritu ez zaion eta kalean geratu den behargina, erregulazio gogorra onartu duten enpresak, besterik gabe ixteko bidean dauden lantegiak, eta beste hainbeste. Orain arte pertsona bakoitzak eta bere ingurune gertukoak soilik bizi izan duten arazoak dira. Atzoko greba, besterik gabe, egoera horiek ikusarazteko bozgorailua izan bada, eta okerren daudenei indarrak emateko balio izan badu, ez da oharkabean pasako. Greba babestu ez duten sindikatuek - UGT eta CCOO - eta Patxi Lopezen Eusko Jaurlaritza berriak gizarte elkarrizketa bidea dela diote. Langilea arazo guztietatik libratuko duen botika izango da elkarrizketa hori. Denborak esango du egia den edo ez, baina orain arte eredu horrek Espainian eman dituen emaitzak ikustea baino ez dago. Azken hamarkadan hazkunde ekonomikoa pilatu da eta enpresen etekinak biderkatu dira. Tarte horretan, nolako abantailak edo hobekuntzak egon dira langileen baldintza oinarrizkoetan? Ongi etorriak prekarietatearen erreinura: mila euroko soldatak edo txikiagoak eta gizartearen ia heren bat aldi baterako kontratuekin. Kaleratzea librea da, legeak ezarritako dirua ordainduz gero, eta erregulazioen bidez lana malgutzeko aukerak handiak dira. Bitartean, langileen prestakuntzan edo enpresa lehiakorragoak ezartzerako tenorean ezer gutxi aurreratu da. 9 CCOOko idazkari nagusi Unai Sordok esan du sindikatu abertzaleen deialdiak lanuzte masibo baterako aukerak zapuztu dituela, aurrera begira lan erreforma bat onartuz gero. Sindikalgintza ulertzeko modu bitxia da. Alegia, gaur egun lan baldintzak onargarriak direla onartzen du, era inplizituan, jarrera horrek, eta soilik txarrerako moldaketa bat balego erantzun beharko litzateke. Boxeolari batentzat ez da nahikoa aurkariaren kolpeak gelditzea; borrokaldia irabazi nahi badu, erasotu beharko du. Baina sindikalgintzaren parte batek - hemen eta Europa osoan - aspaldi zokoratu zuen langileentzat eskubide gehiago lortzeko ofentsibara jo behar deneko ideia. Hurrengo erreformaren esperoan, Europako Batasuneko langabezia tasarik handiena du dagoeneko Espainiak. Horra hor gizarte elkarrizketaren ereduak baimendu duen sistema. Eskubideen atzeraldian bada salbuespen bat. Duela hamar urte 35 orduko lan astearen aldeko greba bultzatu zuten sindikatu guztiek Araba, Bizkai eta Gipuzkoan, eta abertzaleek Nafarroan. Hamarkada baten buruan helburu orokorra ez da gauzatu, baina lanuztearen ondotik makina bat sektore eta enpresetan lanaldia murriztea lortu zen. 1999ko greba orokor horren emaitza onari, akaso, ez zitzaion etekin guztia atera, baina mugimendu esanguratsu bat aktibatzeko balio izan zuen. Horregatik ez da hain garrantzitsuena atzoko lanuztearen emaitza. Asteon jakin dugu Euskal Herriko ekonomia atzeraldi sakon batean sartu dela. Etorriko dira erreformak, etorriko dira enpresen itxierak, etorriko dira kaleratzeak, eta horiei aurre egiteko aliantza sindikal zabal, eraginkor eta aldarrikatzaileak eraiki beharko dira. Greba orokorra, hortaz, gaur hasiko da. Movimientos, crisis, movimientos Raúl Zibechi La Jornada 2009/05/22 Luego del monumental trabajo coordinado por Giovanni Arrighi y Beverly Silver, Caos y orden en el sistema mundo moderno, hay argumentos suficientes para concluir acerca de la relación entre las crisis y las luchas sociales y alumbrar algo más la situación actual del sistema capitalista. En efecto, el estudio sostiene, con abundante información comparativa, que la crisis (mal llamada) económica comienza a raíz de una oleada de militancia obrera fabril en los años 60, que fue capaz de pulverizar el modelo fordistataylorista de sujeción y control de los trabajadores. La actual coyuntura puede leerse, bajo esa óptica, como una consecuencia de larga duración de aquella oleada de movimientos que forzaron al capital a mudar, convirtiéndose en capital financiero especulativo. Más allá de un debate, siempre necesario, sobre cuestiones teóricas, vale la pena detenerse en ese enfoque, ya que puede contribuir a una mejor comprensión del movimiento real que está sucediendo ante nuestros ojos, como apuntaba Marx. La primera cuestión es que no son las crisis las que motivan la acción social sino al revés: la movilización, la ruptura de los controles, es lo que provoca reacomodos en el modo de dominación, forzando a los de arriba a introducir cambios no sólo en el terreno de la economía sino cambios societales que abarcan todos los terrenos de la vida. Por eso mismo no podemos hablar, en rigor, solamente de crisis económica. En la década de los años 60, la oleada de militancia obrera fue apenas una expresión, importante, decisiva, pero una más, de una profunda oleada nacida en el subsuelo de las sociedades que pugnaba por la transformación. Mujeres, niños, jóvenes, campesinos sin tierra, obreros no calificados, indios, negros, y un largo etcétera, jaquearon los modos de dominación establecidos en la familia, la escuela, la localidad rural y urbana, la fábrica, la hacienda, la universidad... La crítica al patriarcado se manifestó también en el rechazo al poder del profesor, del capataz, del varón blanco de clase media, en fin, un proceso democratizador antiautoritario que minó los modos de dominación y, por tanto, de acumulación. En segundo lugar, esa oleada nació y se manifestó por fuera de los cauces establecidos y de las instituciones, entre ellos los partidos comunistas y los sindicatos. André Gorz hablaba, en el terreno fabril, de la existencia de una verdadera guerrilla obrera fuera del control sindical, que provocó ingentes pérdidas a los empresarios. En América Latina no sólo fueron desbordados los partidos de derecha e izquierda sino los propios sindicatos y las centrales burocratizadas. Algunos de los momentos más críticos de la lucha obrera en Argentina, por poner apenas un ejemplo, entre el cordobazo de 1968 y las Coordinadoras Fabriles de 1975, se dieron no sólo por fuera sino contra las estructuras sindicales. Al parecer, una verdadera oleada capaz de subvertir el orden no puede canalizarse a través de lo ya establecido y debe crear otros cauces, como fueron la CUT (central de trabajadores) y el MST (movimiento sin tierra) en Brasil, y decenas de nuevas organizaciones en todo el continente. En tercer lugar, los ciclos de protesta y de movilización no sólo cambian el escenario político-social sino también a los propios movimientos. Por eso, los movimientos que protagonizan un ciclo suelen ser un obstáculo en el ciclo siguiente, ya que se han institucionalizado, pasaron a formar parte de la cultura del poder, han incrustado sus mejores cuadros en el sistema que un día combatieron. Un verdadero ciclo rebelde crea nuevas organizaciones, pero también nuevos modos de luchar y, sobre todo, nuevos paradigmas para concebir el cambio social, o la revolución, o como cada uno quiera llamarle. Los procesos profundos y verdaderos nacen de y en las periferias, nunca en el centro del sistema, tanto a escala planetaria como en cada país. Los zapatistas han acuñado el concepto del más abajo para referirse a ese sector social donde nace la revuelta. Así como en los años 60 fueron los 10 obreros no calificados, las mujeres y los jóvenes la fuerza motriz de las luchas, en América Latina en el periodo neoliberal fueron los sin (sin derechos, sin tierra, sin trabajo, etcétera) los que estuvieron a la cabeza de la deslegitimación del modelo. En el lenguaje de Marx, los que no tienen nada que perder. ¿Quiénes serán los principales protagonistas durante la actual crisis? Aquí aparece un nuevo tema, ya que el sistema ha trasladado los modos de control fuera de los espacios de disciplinamiento tradicionales, como forma de dominar los territorios de la pobreza, allí donde no llegan los estados, ni los partidos, ni los sindicatos. Estas nuevas formas de control, por lo menos en América Latina, se llaman planes sociales. Son herederos de las políticas focalizadas hacia la pobreza creadas por el Banco Mundial para contrarrestar el desmontaje de los estados benefactores durante el periodo más crudo de las privatizaciones. Ahora se han ampliado y perfeccionado. Alcanzan a alrededor de 100 millones de personas sólo en Latinoamérica (50 de ellas en Brasil), o sea el núcleo de los más pobres, de los que ahora tienen para perder miserables bonos de 30 a 60 dólares mensuales, suficientes para no morir de hambre pero no para salir de la miseria. Los gestores de esos planes son a menudo cientos de miles de ONG que conocen en detalle los territorios de la pobreza, que son a menudo los territorios de la resistencia. Son la punta de lanza de estados capilares que buscan desorganizar e impedir levantamientos y sublevaciones sociales. Por lo tanto, serán aquellos colectivos y sujetos capaces de neutralizar el control que ejercen los planes sociales, los que vayan a protagonizar las nuevas, necesarias e imprescindibles oleadas de protesta, porque, bien sabemos, la crisis no tiene salidas económicas sino políticas. Una política desde abajo, enraizada en las periferias urbanas y rurales; una política diferente, no institucional, asamblearia, tumultuosa, incierta. Educación infantil, no guarderías Jorge Calero, catedrático de Economía Aplicada Público 2009/05/25 En el ámbito de la educación, todo lo que sucede en un momento determinado tiene explicaciones que se remontan a muchos años atrás. Los procesos educativos se caracterizan por una muy fuerte inercia, relacionada con la transmisión del capital cultural entre generaciones. Esta inercia explica en parte, por ejemplo, las dificultades que existen en España para que los jóvenes continúen estudiando después de la educación obligatoria: sus padres y madres pertenecen a generaciones donde el nivel educativo también era bajo. Por este motivo la educación es una inversión a largo plazo, cuyos mayores rendimientos se alcanzan décadas después de efectuado el esfuerzo inversor. El mismo carácter inercial que he mencionado, referido al conjunto del sistema, se da en el caso de la educación de cada persona. Lo que sucede en los años muy iniciales de la vida va a ser determinante para las trayectorias educativas. Queda poca duda acerca de la importancia de la familia en ese periodo inicial, al transmitir (de forma muy desigual, sin embargo) capacidades y actitudes que luego serán muy importantes en la escuela. Y, desde hace ya algún tiempo, la investigación educativa nos viene señalando la importancia de la educación infantil en los recorridos educativos. Efectivamente, existe un consenso generalizado en la comunidad educativa en apuntar a la educación infantil, especialmente entre 1 y 3 años, como una pieza clave para complementar (en algunos casos contrapesar) la incidencia de la familia en esos primeros años, permitiendo una buena inserción en el sistema educativo. Se insiste en el carácter educativo de la educación infantil. Esto no parece haberse extendido al conjunto de la población; no es casualidad que el término guardería, que parece aludir al pupilaje que se efectúa en los parkings, sea el más extendido para referirse a la escuela infantil. La función específicamente educativa, que depende mucho de la calidad del servicio, pasa todavía a un segundo plano con relación a otras funciones no desdeñables, vinculadas a la conciliación entre vida laboral y familiar. Al hablar de educación infantil nos referimos a la etapa comprendida entre 0 y 6 años. En España, desde 2002, el segundo ciclo de educación infantil (de 4 a 6 años) es gratuito pero no obligatorio, aunque de hecho la escolarización en esas edades es prácticamente universal. El primer ciclo, el comprendido entre los 0 y los 3 años, no es gratuito y presenta muchísimas irregularidades, al menos, en cuatro aspectos: disponibilidad de oferta, presencia de centros públicos (depende enormemente de la Comunidad Autónoma e incluso del municipio), precio y calidad del servicio. La educación infantil de calidad, especialmente cuando llega a los grupos sociales más desfavorecidos, es un excelente instrumento para mejorar e igualar las oportunidades de las personas a lo largo de la vida. Un instrumento cuya disponibilidad debemos cuidar especialmente si pretendemos moderar la inercia de los procesos educativos. 11 Descanso obligatorio o cómo claudicar sin ayuda y sin esfuerzo Santiago Alba Rico La Calle del Medio / Rebelión 2009/05/24 “Maneje su carro con un solo dedo”, “conozca el mundo sin salir de casa”, “endurezca sus glúteos sin levantarse del sillón”, “hágase millonario sin esfuerzo”, “compre desde su hogar”, “lo hacemos todo por usted”, “hable más tiempo, más lejos, más barato”, “beba, coma, duerma, rásquese, mire”, “no lo piense más: haga daño”, “nosotros disparamos mientras usted descansa”, “produzca diez toneladas de basura con un solo euro”, “mate más niños a menos precio”, “mutílese gratis”, “destruya el planeta desde la pantalla de su ordenador”, “no lea, no piense, no luche, no se canse, no viva: vea la televisión”. Con poco dinero y casi sin ningún trabajo, es verdad, se puede renunciar a la libertad e incluso a la supervivencia. Lo único que no cuesta nada es la esclavitud; lo único que no requiere esfuerzo es la derrota; lo más cómodo de todo es dejarse destruir. Sin manos, desde casa, con un solo dedo, dejando resbalar apenas la mirada sobre una superficie plana se introducen muchos más efectos que levantando piedras o cortando leña (o, claro, construyendo escuelas o curando heridas). Los monjes y eremitas medievales se retiraban del mundo, y lo contemplaban desde fuera, para no intervenir en él; las clases medias capitalistas, al contrario, se refugian en la contemplación como en la más eficaz y destructiva forma de intervención. Por eso, y no por nostalgias reaccionarias o cristianas vocaciones de martirio, hay que desconfiar de todo lo que puede hacer uno mismo sin ayuda y de todo lo que podemos lograr sin demasiada fatiga. En una sociedad que da tantas facilidades para perder el juicio, que hace tan llevadero matarse y tan irresistiblemente placentero dejar caer las cosas al suelo, que proporciona tantas comodidades para que aumentemos nuestra ignorancia y concede tan generosos créditos y subvenciones para que despreciemos a los otros o hagamos ricas a las multinacionales, podemos tener la casi total seguridad de que si algo nos da pereza –si algo nos molesta- es porque vale la pena. En una sociedad que nos obliga precisamente a no hacer ningún esfuerzo, que nos impone la pasividad más divertida, que nos fuerza a no sentirnos jamás incómodos, perturbados o vigilantes, que nos constriñe tiránicamente a estar siempre satisfechos, podemos estar casi seguros de que precisamente todo aquello que no queremos hacer nos vuelve un poco más libres. En una sociedad tan totalitariamente favorable, tan poderosamente benigna, tan dictatorialmente confortable, he acabado por adoptar este principio: si algo no me gusta, es que es bueno; si no lo deseo es que es bello; si no tengo ganas de hacerlo, es que es liberador. Cada vez apetece menos leer, ser solidario, mirar un árbol: he ahí el deber, he ahí la libertad. Cada vez nos cuesta menos ver la televisión, conectarnos a Internet, usar el celular: he ahí una manifestación tan feroz del poder ajeno y de la propia sumisión como lo son la explotación laboral o la prisión. Eso que el filósofo Bernard Stiegler llama “proletarización” del consumidor, privado del control sobre su ocio al igual que el obrero está privado del control sobre su trabajo, no puede separarse de ciertos medios – las nuevas tecnologías- que conviene juzgar también desde este punto de vista antes de incorporarlas acríticamente a nuestra existencia como instrumentos de emancipación. He dicho otras veces que la diferencia entre un martillo y una conexión a Internet es la que existe entre una herramienta, prolongación del cuerpo en el mundo, y un órgano, que es siempre, por el contrario, la intromisión del mundo en el propio cuerpo. Es más fácil manejar el propio riñón que el propio martillo y por eso es más difícil vivir sin un riñón que vivir sin un martillo. Pero es más fácil imponer nuestra voluntad a un martillo que a un riñón y por eso es más difícil ser esclavizado por un martillo que por un riñón. La facilidad tecnológica, como la facilidad consumidora (y por razones muy parecidas), es una dictadura orgánica frente a la cual nuestra única libertad posible consiste en defendernos de ella. Frente a un martillo somos libres cuando nos decidimos a usarlo; frente a un riñón, sólo seríamos libres si pudiésemos decidir no usarlo. Por la misma razón, somos libres cuando abrimos un libro; pero sólo somos libres cuando cerramos el ordenador (o el celular o la televisión). Ahora bien, una libertad sólo negativa frente a un órgano vivo es una locura; es casi un delito; es, en cualquier caso, una autolesión. No es libertad. La evidencia de esta limitación de la voluntad introducida en nuestras vidas por la televisión o por Internet, tanto más restrictiva cuanto más se multiplican los canales y las páginas digitales, se manifiesta en el hecho de que la única opción verdaderamente libre frente a ellas (el off) es la violencia. En la antigua Roma, el fuego del templo de las vestales debía mantenerse siempre encendido como condición misma de la continuidad de la vida; y su extinción, castigada de la forma más severa, era al mismo tiempo una catástrofe y la causa de nuevas catástrofes. Hoy, la continuidad de la vida está garantizada por los flujos de imágenes ininterrumpidos de las redes informáticas y televisivas; mientras nosotros dormimos, nuestro riñón funciona; mientras nosotros dormimos, la CNN sigue emitiendo; mientras nosotros dormimos, Internet sigue activo. La Vida no está ya en los templos ni en las fábricas metalúrgicas ni –por supuesto- en el ojo siempre vigilante del Dios omnipotente; las nuevas tecnologías, frente a cuyas imágenes manufacturadas pasamos muchas más horas que frente a nuestras montañas, nuestros hijos o nuestros novios, han sustituido y concentrado todos estas funciones biológicas y religiosas. Ellas son la Vida, de la que 12 intermitentemente, en ratos ciegos, cuando nos apartamos de la mesa o del salón para preparar la comida, ir al trabajo, frecuentar a los amigos o sencillamente tomar el sol, quedamos trágicamente fuera. ¿Desconectarnos de Internet? ¿Apagar la televisión? Distintos estudios sociológicos han llamado la atención sobre la angustia que, sobre todo en los sectores más vulnerables, produce una pantalla oscura. La única decisión verdaderamente libre que podemos tomar una vez las nuevas tecnologías han entrado en casa (la de apagarlas) se parece bastante a una eutanasia. Es como si todos los días tuviésemos que asumir la responsabilidad de dejar morir a un pariente hospitalizado; como si todos los días se nos exigiese el gesto repetido (castigo griego, como el de Sísifo o Prometeo) de desconectar nuestro cuerpo de los cables y aparatos que lo mantienen conectado a la Vida. Demasiada responsabilidad para que la asuman los ancianos, los niños, los solitarios, los deprimidos, los abandonados, los cansados, que son la mayoría en este mundo. La ilusión de la Vida habrá que combatirla recuperando la sociedad misma en el exterior. Pero la tecnología audiovisual no es sólo una ilusión: es también un formato, un aparato. Y si la memoria política y moral de la humanidad puede borrarse de un plumazo, no ocurre lo mismo con la memoria tecnológica. La humanidad futura sabrá fabricar la bomba atómica; la humanidad futura tendrá televisión y telefonía móvil y riñones informáticos que no se dejarán nunca manejar del todo. Precisamente por eso es necesario recuperar la sociedad misma; porque la única manera de frenar la tecnología, e incluso de usarla a nuestro favor, es que la gestione una sociedad consciente y libre y no la voluntad individual de miles de apetencias y gustos y caprichos activados –y emocionados- por la facilidad inmensa, y el placer insuperable, de hacerlo todo pedazos sin moverse del sillón. ¿Cómo lograr que una enorme y obvia mentira sea asumida por toda una sociedad? Enrique Dans Extremadura Progresista 2008/05/27 ¿Cómo lograr que una enorme y obvia mentira sea asumida por toda una sociedad? En una conversación razonable y civilizada, nadie en su sano juicio es capaz de sostener que el actual planteamiento de los derechos de autor sea sostenible en plena era digital, o que una industria organizada en torno al concepto del número de copias no tenga que redefinirse en una época en la que las copias carecen de valor añadido porque pueden ser realizadas por absolutamente cualquiera. Sin embargo, cuando pulsamos la opinión de determinados segmentos de la sociedad, todavía encontramos personas que se sienten “obligados a colaborar” en el sostenimiento de un modelo de negocio inviable, o que sienten que de alguna manera “hacen algo malo” cuando descargan algo de la red, a pesar de que el ordenamiento jurídico español insiste de manera clara en que no es así. ¿En qué pilares se asienta lo que podríamos calificar como una de las más formidables operaciones de intoxicación informativa de nuestra época? En primer lugar, en un habilísimo uso de los medios de comunicación. Las noticias que hablan de los derechos de autor, que hacen referencia a la “piratería”, a las supuestas “condenas” a usuarios o empresas, o que interesada y torticeramente mezclan delitos reales con descargas de materiales de la red perfectamente legales y sin ánimo de lucro mantienen una cadencia constante y machacona, y son enviadas a los medios a través de una amplia variedad de canales. Si pasa un cierto tiempo sin noticias al respecto, se utilizan sucesos anteriores (incluso con más de cinco meses de antigüedad), o directamente se genera una, como sucede con los supuestos “estudios sobre el impacto de la piratería” que periódicamente son enviados a los medios. La idea es generar un clima constante que vaya calando en la mente del ciudadano que lee un periódico o ve un telediario, y que cada muy poco tiempo recibe un bombardeo con un tono siempre manipulado en la misma dirección. En segundo lugar, y mucho más en “modo siembra”, las actuaciones en los colegios: auténticas campañas de adoctrinamiento similares a aquella “formación del espíritu nacional”, que pretenden incidir sobre los más jóvenes machacando de manera insistente los conceptos de propiedad intelectual. Un invitado de una sociedad de gestión, a veces acompañado por algún personaje conocido del mundo del espectáculo o la canción, acude al colegio, es presentado por el profesor y, aprovechando la natural candidez infantil, desarrolla paralelismos incidiendo en todas las falacias habituales: comparación de propiedad intelectual y propiedad física, vinculación de la creación cultural con la industria dedicada a la explotación de sus derechos, planteamientos apocalípticos de “se acabará la cultura”… conceptos que no aguantarían ni cinco minutos de discusión son utilizados para deformar mentes infantiles, que tras la sesión “formativa”, o mejor, “deformativa”, acaban representando felizmente una obra de teatro. En tercero, la mismísima judicatura: a través de cursillos de verano y seminarios diversos, los jueces reciben “instrucción” de supuestos “expertos en propiedad intelectual” con la excusa de que el rápido avance tecnológico hace precisa la actualización de sus conocimientos, para que puedan estar preparados ante las nuevas formas de delincuencia. No es preciso mencionar que absolutamente todos los ponentes de ese tipo de seminarios sostienen las mismas tesis, y tampoco es preciso explicar cuáles son éstas. En una ocasión, fui invitado por un Vocal del Consejo General del Poder Judicial y lector del blog tristemente fallecido muy poco tiempo después, a impartir 13 una jornada en la Escuela Judicial de Verano sobre “Incidencia de las Nuevas Tecnologías en la Justicia”, específicamente dedicada a los temas relacionados con la propiedad intelectual: yo era el único de todas las jornadas con una visión abiertamente contraria a la de las sociedades de gestión de derechos de autor. Huelga decir que la experiencia no volvió a repetirse, y me consta por el feedback recibido que no fue debido a ningún tipo de insatisfacción de los asistentes. A lo largo de varios años impartiendo este tipo de cursos y seminarios, el número de jueces que han pasado por los mismos es muy elevado: en algunos países, se hace verdaderamente difícil conseguir un juez que no sea considerado abiertamente parcial en este tipo de temas. El último punto, pero no por ello menos importante, es la labor de lobby sobre los diferentes estamentos políticos. Las sociedades de gestión de derechos y las asociaciones que representan a los intereses de la industria de los contenidos llevan a cabo un constante goteo de peticiones sobre los políticos, con los que desarrollan acciones que van desde el adoctrinamiento hasta la amenaza directa de “sacar a los famosos a la calle”. En algunos casos, estos lobbies tienen un nivel de influencia sobre el político de turno que llegan incluso a determinar la composición de comisiones o a introducir cláusulas o enmiendas en leyes que pasan directamente a la redacción final, saltándose los procedimientos parlamentarios. ¿Qué determina la evidente eficiencia de esta industria a la hora de influenciar su entorno? Fundamentalmente, su nivel de organización. Toda una infraestructura de recursos bien pagados puesta al servicio “de la causa”, de un conjunto de intereses de un grupo pequeño de empresas que, siendo sobre el papel competidores, han vivido muchísimos años en un mercado que no es tal mercado, en el que fijan precios y se reparten ingresos con total impunidad sin que ningún tipo de legislación les toque un pelo de la ropa. Viven literalmente al margen de unas leyes que retuercen y redefinen a su antojo. Al otro lado, una masa de personas que simplemente dedica a la defensa de sus intereses los llamados “ciclos ociosos“: su tiempo libre. En el típico juicio de la RIAA norteamericano se enfrenta normalmente unos abogados carísimos por el lado de la acusación, y uno con mucha menos experiencia, mal pagado o actuando pro-bono por el lado de la defensa, que como mucho en ocasiones cuenta con la asesoría de algún académico brillante o de algunas organizaciones como la Electronic Frontier Foundation (EFF). Al final, la estrategia de intoxicación masiva se mantiene por una razón evidente: funciona. Y es capaz de prolongar, incluso, la mismísima sinrazón. Dokumentazio Zentroko proposamenak --------------------------------------------------------------------------PROPOSAMENAK – Propuestas DOKUMENTAZIO ZENTROA – Centro de documentación Barrainkua 13, 48002 BILBO Tel. 944037769 [email protected] Dokumentazio Zentrotik proposaturiko liburu eta aldizkariak eskuragarri dituzu Bilboko egoitzan Los libros y las revistas propuestas desde el Centro de Documentación están a tu disposición el la sede de Bilbao Pascual Serrano, Desinformación. Cómo los medios ocultan el mundo. Madrid, Ed. Península. 2009. “Zenbat eta ohiko komunikabide gehiago irakurri, entzun edo ikusi, are eta desinformatuago biziko gara”. Hau izan daiteke Pascual Serranoren liburuak aditzera ematen diguna. Komunikabide talde handiek beraien jabeen eta defendatzen dituzten interesen arabera munduan eta gure inguruan gertatzen dena estali, moldatu edota aldatu egiten digutela agerian uzten digu egileak. Salaketaz gain, ordea, komunikabide hauen aurrean egin dezakegun irakurketa kritikoa eta manipulazioari aurre egin diezaioken jarrera aurkitzen ere laguntzen digu. Komunikabideetaz baliatuz botere nagusienak kontrolatu eta egituratzen saiatzen ari diren mundu honen aurrean askeago bizitzen lagun diezaguken liburua izan daiteke. La mayoría de los ciudadanos considera que, después de leer la prensa o ver los telediarios, está informada de la actualidad internacional. Sin embargo, la realidad dista mucho de ser la imagen unívoca ofrecida por los medios. Este libro recorre los principales acontecimientos de los últimos años mostrando que lo sucedido no es lo que nos han contando. El autor, con una incisiva mirada, desentraña el funcionamiento de los grandes medios de masas para hacernos comprender que la desinformación es una constante. Lo que creemos que está sucediendo en el mundo es sólo una falsa composición al servicio de unos intereses que van, poco a poco, conformando la opinión pública. La obra, además, propone técnicas y hábitos de lectura para fomentar una nueva actitud, independiente, ante la información y promover así una ciudadanía resistente a la manipulación. "Este nuevo libro de Pascual Serrano establece de modo definitivo, con un catálogo abrumador de hechos, datos y ejemplos, la prueba del ADN de que los medios desinforman" (I. Ramonet) 14