Editorial E n materia de Relaciones Laborales estamos evidenciando que el Derecho Laboral requiere adaptarse y adecuar sus normas a la realidad contemporánea. Por supuesto que sin cercenar los derechos de los trabajadores. Entre esos necesarios y cada vez más urgentes ajustes, se encuentran en primer lugar los impulsados por los organismos de control de la OIT. Ya se han cumplido más de cuatro años desde que en la Conferencia Internacional del Trabajo, el Ministro delegado gubernamental anunciara en su discurso ante la Asamblea -donde estaban acreditados más de 180 países-, que en Uruguay en esos días se habían reunido representantes de 24 cámaras empresariales con el Presidente de la República para plantearle sus diferencias con el capítulo de "Prevención de Conflictos" que consagraba las ocupaciones, inserto en el proyecto de ley de Negociación Colectiva. El grupo de empleadores además transmitía su preocupación respecto a que en el proyecto no se establecía un tratamiento diferencial para las Pymes, entre otros aspectos. En la OIT, cuna del Tripartismo, se comunicaba oficialmente que el proyecto de ley había sido enviado al Parlamento sin discusión tripartita porque el sector empresarial se había retirado de las conversaciones, debido a discrepancias con la Ley sobre Tercerizaciones, y se anunciaba -a modo de primicia- que se retiraría íntegro el capítulo sobre "Prevención de Conflictos" del proyecto de Ley, sin mencionar que se mantendría su texto vigente, pero por la vía de un Decreto. El sector empleador, siguiendo las instancias que ofrece la OIT, presentó una queja que se transforma en el caso "Uruguay 2699" promocionado por la Organización Internacional de Empleadores. Al año siguiente, el Par- lamento convierte en Ley el proyecto sin el capítulo de Prevención de Conflictos y Ocupaciones, manteniendo las importantes observaciones de OIT. El caso Uruguay determinó recomendaciones que son un mandato hacia nuestro Estado. Mientras que no haya cambios, el caso seguirá siendo revisado por la OIT por contravenir con el emblemático Convenio núm. 98, uno de los ocho fundamentales. En el año 2011, por primera vez los presidentes de las cámaras más representativas (Cámara Nacional de Comercio y Cámara de Industrias) concurren a la OIT con el único fin de volver a Uruguay con un Acuerdo, al que finalmente se arribó haciendo concesiones, acuerdo tripartito de alto nivel que rechazó el PIT-CNT desde Montevideo. La situación llegó a un extremo que el gobierno debió aceptar recibir una misión que encabezó la Directora del Departamento de Normas de la OIT. Desde entonces los presidentes de las dos cámaras más representativas se han brindado una vez más a un diálogo directo tripartito de cúpula. La realidad indica que la aseveración gubernamental a nivel internacional: “surge claramente que no son iguales las posibilidades de los empresarios y las de los trabajadores”, es compartida. Los Derechos de los Empleadores son ignorados y vulnerados, lo que se podrá apreciar en los temas que se desarrollan en el Dossier. Esperamos que el Dossier Laboral de Espacio Industrial sea una herramienta de utilidad para nuestros asociados, pero también para la difusión de visiones y políticas que contribuyan a la construcción de un mejor diálogo social. Por ello, nuestro especial agradecimiento a los autores que han aceptado el desafío de compartir aquí sus opiniones y experiencias. 1 295 / OCTUB RE 2012 SUMARIO / AÑO 1 / Nº DOSSIER Negociación colectiva y sus efectos en los negocios industriales - Cr. Sebastián Pérez PÁG. 8 La posición de la Organización Internacional de Empleadores sobre el Derecho de Huelga y la OIT - Organización Internacional de Empleadores (OIE) A ÉPOCA L DOSSIER N DOSSIE R LABORAL EDICIÓ RIAL IO INDUST ESPAC PÁG. 4 LABORA OCTAV Editorial - Sr. Andrés Fostik LOS DE RE LOS EM CHOS DE PL EADORE La legi S. slación y la prá ctica NEGOCIACI SUS EFECT ÓN COLEC TIVA Y NEGOCIOS OS EN LOS INDUS TRIALES LA ACTIV LOS ASPECIDAD EMPR TOS PENA ESARIAL OCUPACION LES DE Y LAS ES Opinan relev acto a la diná antes vinculadres mica actu os relacione al de las s laborales LA POSIC IÓN DE INTER LA ORGA NACIO SOBRE EL DEREC NAL DE EMPL NIZACIÓN EADORES HO DE HUELG A Y LA OIT PÁG. 21 NOTA DE PORTADA LOS DERECHOS DE LOS EMPLEADORES. LA LEGISLACIÓN Y LA PRÁCTICA - Dra. Nanci Corrales; Dr. Edgardo Ettlin; Dr. Nelson Larrañaga; Dr. Gonzalo Irrazabal PÁG. 10 PÁG. 39 Relaciones laborales y ocupaciones: la experiencia del sector metalúrgico - Dr. Miguel Oliveros Los convenios salariales y el contrato individual del trabajo: ¿qué prima ante la reclamación de un trabajador contraria a un convenio? - Dr. Leonardo Slinger PÁG. 14 PÁG. 44 La actividad empresarial y los aspectos penales de las ocupaciones - Dr. Miguel Langon Las observaciones de la OIT y su vigencia - Dr. Pelayo Scremini PÁG. 18 PÁG. 48 El empleo en la industria: una mirada desde el capital humano - Ec. Valeria Cantera Un enfoque sobre la igualdad de género en el sector empresarial - Dra. Laura Acuña PÁG. 37 PÁG. 51 ¿Qué esperan los trabajadores de su trabajo y los empresarios de los trabajadores? - Lic. Federico Muttoni 2 Tendencias y políticas sobre salud y seguridad laboral - Dr. Raúl Damonte SUMARIOSUMARIO Octava Época - Año 1 - Nº 295 - Octubre 2012 Consejo Directivo Presidente Sr. Washington Burghi Vicepresidente Sr. Gabriel Murara Vicepresidente de Desarrollo Institucional Sr. Elbio Fuscaldo Vicepresidente de Micro y Pequeñas Empresas Sr. Aníbal Bresque Secretario Sr. Nelson Penino Pro-Secretario Sr. Andrés Fostik PÁG. 54 El ruido en la Industria - Sr. Ángel Machado PÁG. 57 Capacitar: la clave para la prevención de riesgos en el trabajo - Sr. Gerardo Garbarino; Ing. Mauricio Cattáneo PÁG. 59 Consejos para el empresario: buenas prácticas y prevención para la salud del trabajador - Dr. Gastón Moratorio; Dr. Raúl Barañano PÁG. 60 Empleo, necesidades de capacitación e INEFOP. Importancia de la participación empresarial - Ing. Fernando Carpentieri. Tesorero Sr. Washington Corallo Protesorero Sr. Enrique Clérici Titulares Sr. Ruben Donnángelo Ing. Quím. Roberto González Gil Dr. Gonzalo Leániz Ing. Quím. Ruben H. Ordoqui Sr. Juan Otegui Ec. Juan Ignacio Tastás Sr. Álvaro Rodríguez Cr. Ricardo Zerbino Comisión Fiscal Titulares Ing. Agr. Javier Carrau Sr. Juan Carlos De León Sr. Rafael Sanguinetti Suplentes Sr. Carlos Barreira Sr. José Picorell Sr. Delfino Álvarez Suplentes (Respectivos) Ing. Agr. Álvaro Ambrois Sr. Ramón Cattáneo Sr. Jacob Stawsky Sr. Ricardo Kunin Sr. Eduardo Pietra Sr. Manuel Romero Sr. Mario Radesca Sr. Francisco Tucci Sr. Alejandro Biasiolli Dr. Juan José Fraschini Sr. Carlos Calzá Cr. Guzmán Barreiro Cr. Daniel Carriquiry Redactor Responsable Sr. Miguel Vilariño Gerente BUZÓN DEL LECTOR El Buzón del Lector es una forma de comunicación directa para recibir sugerencias y comentarios sobre nuestra publicación. Los lectores pueden enviar sus inquietudes a: [email protected] NOTA Coordinación y supervisión Dirección de Relaciones Institucionales – CIU Dr. Pelayo Scremini Sra. Laura Fernández Lic. María José Etchegoimberry Edición y corrección de textos Lic. María José Etchegoimberry [email protected] www.ciu.com.uy Diseño a cargo de: Las opiniones de los autores y/o entrevistados incluidas en ESPACIO INDUSTRIAL no expresan necesariamente la opinión institucional de la Cámara de Industrias del Uruguay, y son únicamente responsabilidad de los autores o entrevistados. 3 Negociación colectiva y sus efectos en los negocios industriales Las relaciones laborales pasaron a representar buena parte de la preocupación de diversos actores de la economía, particularmente de los empresarios industriales. Este hecho se produjo porque se introdujo una modalidad de negociación, en el marco de nuevas leyes y normas asociadas, que tuvo efectos económicos muy importantes, no solo a escala sectorial sino para cada unidad productiva. A diferencia de los demás sectores de la economía, la industria es un buen ejemplo para medir la eficiencia del nuevo sistema de fijación de remuneraciones y de los demás aspectos vinculados a las relaciones laborales, no solo en períodos de bonanza sino también de retracción productiva. En efecto, el sector industrial fue de los principales sectores afectados por la crisis internacional que se inició en 2008 y que se 4 Cr. Sebastián Pérez (Asesor Económico de la CIU)1 fue propagando hasta la actualidad. Tras este período, la industria muestra un comportamiento distinto al resto de los sectores, ya que inicialmente redujo fuertemente su producción y actualmente se encuentra produciendo apenas por encima de los niveles pre crisis. En tanto, las demás actividades económicas, consideradas en conjunto, alcanzan niveles de actividad bastante superiores a los registrados en 2008 (aproximadamente 20% más). Este contexto estaba presente cuando se inició la última ronda de Consejos de Salarios, que principalmente transcurrió durante 2010. La Cámara de Industrias y las gremiales que la integran abogaron, entre otros aspectos, por aumentos salariales moderados y por la introducción de cláusulas de salvaguarda automáticas para enfrentar lo que se sabía era inevitable que ocurriese. Finalmente no se logró ninguna de las dos aspiraciones, y por el contrario, en algunos sectores, lejos de alinearse a los aumentos de salarios promedio de la economía, los incrementos laudados resultaron excesivos para las posibilidades de las empresas, con la consecuente destrucción de puestos de trabajo. En términos agregados, los salarios en la industria crecieron prácticamente lo mismo que en el sector privado considerado en conjunto. Se trató igual a los desiguales. Si bien se podría decir que en la definición de salarios, y particularmente en épocas de muy bajo desempleo, operan razones “de mercado”, ya que la competencia por los talentos excede los límites sectoriales, existe consenso entre las empresas de que la presión ejercida por los nuevos mínimos laudados y los aumentos otorgados, tuvieron una incidencia fundamental en tal comportamiento. También dentro de la industria, a nivel de sectores, los resultados de la ronda no reflejaron adecuadamente la heterogeneidad, medida por ejemplo por variables como precios de venta, producción o exportaciones. Dicha dinámica tendió a aumentar en los últimos años y se prevé que se profundice de aquí en más, ya que no todos los sectores enfrentan un mismo mapa de riesgos. O sea que al interior de la industria también se trata igual a los desiguales. Desde el Poder Ejecutivo se ha insistido en que los resultados muestran que la mayoría de los convenios terminan con acuerdo entre empresarios y trabajadores, y que por tanto no se justifica esta reflexión. Todos quienes participan de las negociaciones conocen las implicancias de no alcanzar un acuerdo, siendo que la alternativa implica paros, medidas distorsivas, ocupaciones o decretos del Poder Ejecutivo, que no necesariamente reflejan las posibilidades de los sectores involucrados. Si se analiza a nivel de empresas, ocurre algo similar respecto a que no se reconocen las diferencias. Tal circunstancia es más difícil de demostrar cuantitativamente por problemas de desagregación de la información. Lo que es indiscutible es que muchas veces en un mismo subgrupo conviven empresas que fabrican bienes con dinámicas comerciales muy distintas, aunque pertenecen a un mismo sector (p.ej. sillas y envases plásticos comparten un mismo subgrupo). El dato más representativo al respecto seguramente sea el hecho de que los descuelgues o desenganches fueron muy inusuales o casi inexistentes. El resultado era fácil de predecir: caída del empleo. En tal sentido, la industria muestra un descenso en los niveles de ocupación del 4% en los últimos doce meses, aun incrementando la producción en volumen físico. Si se compara con 2008, la caída de empleo aumenta al 5%. Y lo que es más elocuente, es que el nivel de ocupación actual en la industria es similar al de fines de 2006. Se podrá decir que es el efecto de la productividad. Lamentablemente no es así. Nuestras estimaciones nos indican que en los últimos años la productividad en la industria ha decrecido significativamente2 . Y en buena medida eso ocurre porque la producción actual es muy baja con relación al stock de capital que se logró alcanzar tras un período de fuertes inversiones como el de los últimos años. También podría argumentarse que la caída del empleo responde a otros problemas, y parcialmente eso es cierto. Las restricciones para las exportaciones a Argentina, algunas dificultades para vender a Brasil, así como cierta debilidad en la demanda internacional de algunos productos que Uruguay coloca en mercados extra-regionales, también están detrás del comportamiento del empleo industrial. Pero quienes estamos cerca de las empresas y sectores manufactureros sabemos que los efectos del esquema actual de relaciones laborales también tienen mucho que ver con estos resultados, y para ello nada mejor que poner ejemplos, aunque habría muchos más para agregar a la lista. 5 Negociación colectiva y sus efectos en los negocios industriales Inexistencia de cláusulas de salvaguarda automáticas. Empresa textil ubicada en Pando, cesó sus actividades a fines de 2009 despidiendo a más de 250 trabajadores, la mayoría del sexo femenino. Cabe recordar que pagó todas las indemnizaciones correspondientes. En junio del mismo año el Poder Ejecutivo negaba la aplicación de una salvaguarda para el sector, que no había sido definida como automática. Sabemos que no fue lo único que motivó tal decisión pero constituyó una de las razones determinantes de la misma. mos quince años (incluso con elevados índices de conflictividad), y que la rentabilidad sobre activos en 2012 será sustantivamente inferior a la del promedio de los últimos años. Permisividad de las ocupaciones en el ámbito privado y fijación de aumentos salariales por decreto. Empresa multinacional metalúrgica dedicada a la producción de autopartes, decidió levantar la operación fabril en Uruguay a inicios de 2012 y despedir a todo el personal, en este caso la mayoría de media y alta calificación. Un año antes, el Poder Ejecutivo fijaba por decreto importantes aumentos en el sector metalúrgico (entre otros aspectos) y se produjo una ocupación que el Poder Ejecutivo no impidió aunque el Poder Judicial luego la consideró inconstitucional. En ese sentido, los nuevos lineamientos que se explicitaron para la nueva ronda de Consejos de Salarios expresan, por ejemplo, que los acuerdos deberían contemplar cláusulas automáticas de salvaguarda y facilitar los descuelgues. Será necesario evaluar los resultados para confirmar que tal aspiración se concrete, ya que los acuerdos no siempre reflejan lo propuesto en los lineamientos o en las pautas que emanan del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, y del Ministerio de Economía y Finanzas. Otros resultados referidos al sector industrial justifican la decisión empresarial de disminuir el personal ocupado. En tal sentido, todas las estimaciones que hemos realizado a través de distintas metodologías y fuentes de información muestran que los márgenes en la industria siguen reduciéndose, que la masa salarial tiene la mayor participación en el PIB industrial de al menos los últi6 va institucionalidad vinculada al sistema de relaciones laborales en los próximos años. Porque con el paso del tiempo, como en general ocurre en nuestro país, prima el equilibrio. Aunque con una demora que dejó empresas y trabajadores por el camino, y que deterioró innecesariamente el clima de negocios, algunos representantes del Poder Ejecutivo comenzaron a reconocer la conveniencia de incorporar ciertos planteos que ha realizado el sector empresarial. Enhorabuena. En el cuadro que se incorpora a este artículo, se sistematizan y sintetizan los principales efectos negativos de la modalidad de negociación colectiva en Uruguay, que impactan en la eficiencia del mercado de trabajo. También se explicitan algunas sugerencias para evitarlos. Muchas de estas ideas, como otras que parecería que ya se estarían incorporando en la próxima negociación, posiblemente serán parte de la nue- 1 El autor agradece los comentarios y aportes de los empresarios y técnicos de la Cámara vinculados a la temática laboral de quienes estos conceptos se nutrieron. 2Medida a través de la metodología de cálculo de la Productividad Total de Factores (PTF), sin considerar refinería de ANCAP y empresas industriales en zonas francas. Dicha exclusión se justifica porque dichos sectores tienen condiciones productivas y dinámicas de negocios muy distintas al cerno del sector manufacturero. NEGOCIACIÓN COLECTIVA EN URUGUAY EFECTOS SITUACIÓN DESEADA Impactos desiguales en las empresas, particularmente en las de menor productividad como las Pymes, nuevos microemprendimientos y empresas del interior. Las empresas pierden margen de maniobra para diferenciar capacidades y rendimientos a través de sus políticas de remuneraciones. Creación de incentivos para empresas que acuerden bipartitamente pagos por productividad (el Foro Económico Mundial utiliza este indicador para medir competitividad). Reduce los espacios para la instrumentación de convenios de productividad por empresa. El Poder Ejecutivo a través del MTSS tiene incentivos para equilibrar sus votos entre empresarios o trabajadores por subgrupo de negociación, lo cual no necesariamente atiende a la realidad y necesidades de los sectores involucrados. No se introducen indicadores de desempeño en la negociación salarial. Como en los últimos años la economía siguió creando empleos, los sectores y empresas que tienen una coyuntura de acceso a mercados o de precios relativos desfavorables (tipo de cambio real ha estado en mínimos históricos), realizan ajustes por empleo mayores a los "de mercado" (caso curtiembres, vestimenta, textiles, metalúrgicos). Se negocian tripartitamente aspectos no salariales. La segmentación por tamaño y tipo de empresa no siempre es adecuada. Propender a una negociación que atienda a la dinámica sectorial e institucionalice y facilite los descuelgues. Negociación bipartita de aspectos no salariales. Propender a acuerdos que segmenten las obligaciones por tipo de empresas. Afectación a empresas de menor productividad o en problemas, profundizando las diferencias competitivas. No se facilitan los descuelgues. Cambio en la orientación de la política laboral del MTSS en esta materia, e institucionalizar los descuelgues. Se favorece la concentración empresarial, acelerando innecesariamente dicho proceso. No se incluyen cláusulas de salvaguarda "automáticas" sectoriales ni por empresa. Aumenta la incertidumbre y por tanto se afecta la inversión y el clima de negocios. Se establecen reglas iguales para desiguales. Salvo en pocos casos (ej. faena), las dinámicas de los negocios son heterogéneas incluso dentro de los sectores, máxime en un país tan chico como el Uruguay (ej. sillas de plástico vs. envases PET). La regulación de las relaciones laborales y la aplicación de la legislación vigente por parte del Poder Ejecutivo no cumple principios de la OIT, llevando a los empresarios a negociar bajo condiciones inadecuadas. Cambiar la ultra actividad preceptiva de los convenios porque genera desincentivos para asumir compromisos de largo plazo en un mundo cada vez más cambiante. Crear mecanismos ágiles y automáticos para desenganchar empresas, usando indicadores simples (Ej. Nómina / Ventas) y no necesariamente la exigencia de estados contables. Inclusión de cláusulas de salvaguarda "automáticas", tanto frente a afectación sectoriales (ejemplo efecto barreras Argentinas) como por empresas (ej. sector plásticos). Revisión de los subgrupos donde existe importante heterogeneidad. Propender a aumentos y mínimos por categoría relativamente bajos en subgrupos con mayor heterogeneidad (ej. alimentos). Facilitar descuelgues y aplicación automática de cláusulas de salvaguarda. 7 La posición de la Organización Internacional de Empleadores sobre el Derecho de Huelga y la OIT ¿Por qué tiene importancia esta cuestión para las empresas? Numerosos países cuentan con disposiciones jurídicas internas relativas al derecho de huelga. Los empleadores no tienen nada que objetar; cada país es libre de legislar como le parezca oportuno, pero se trata de una dinámica interna del país, y no de ninguna obligación internacional emanada de un Convenio de la OIT. Es importante establecer la distinción entre el contenido de un Convenio de la OIT y la evolución jurídica nacional respecto del derecho de huelga. Los tribunales nacionales y los parlamentos son los encargados de la legislación nacional, pero, en un mundo globalizado, otros acto8 Organización Internacional de Empleadores ¹ res, entre ellos las empresas, podrían considerar de manera equivocada que las opiniones emitidas por la Comisión de Expertos constituyen la referencia jurídica internacional en lo que respecta a las obligaciones derivadas de los Convenios de la OIT. El Convenio núm. 87 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que trata de la libertad sindical, no contiene ninguna referencia explícita o implícita a un derecho de huelga. No se trata de una omisión: no existe en el plano internacional ningún derecho legal a la huelga acordado en un Convenio de la OIT. En el momento de negociarse el Convenio núm. 87, los miembros de la OIT excluyeron deliberadamente este derecho, y no han alcanzado ningún acuerdo ulterior para incluirlo. No obstante, y a pesar de ello, la Comisión de Expertos independiente (creada por los miembros de la OIT) ha seguido ampliando y definiendo el derecho de huelga y la aplicación del mismo en el marco del Convenio núm. 87. Esto resulta inaceptable. El mandato que se acordó para los expertos consiste en que proporcionen un informe sobre la aplicación de los Convenios ratificados a la reunión anual de la Comisión de Aplicación de Normas de la Conferencia Internacional del Trabajo, y no en que interpreten o creen obligaciones jurídicas respecto de ningún Convenio. Hace muchos años que los empleadores vienen rechazando este “sesgo” dado al mandato de los Expertos. tos representan un texto acordado por los miembros de la OIT. Dichos Informes se facilitan a la Conferencia Internacional del Trabajo de la OIT para que los mandantes de la Organización (gobiernos, trabajadores y empleadores) se refieran a ellos en el contexto de sus debates. dos respecto de lo que significan los Convenios de la OIT en realidad y, en lo que se refiere al derecho de huelga, de reconocer el derecho soberano de los Estados a la hora de determinar su propio enfoque jurídico de las huelgas en el plano nacional. El único mensaje definitivo de la OIT es aquel que acuerdan sus mandantes. Los informes de los Expertos no son textos acordados ni tienen carácter definitivo. En junio de 2012, el Grupo de los Empleadores instó a que se pusiera fin a esta práctica y reaccionó con firmeza como consecuencia directa de los comentarios formulados por los Expertos en su Estudio General de 2012 en relación con el Convenio núm. 87. Así pues ¿qué hicieron los empleadores? Solicitaron que se incluyera una fórmula de redacción en el texto de los informes de los Expertos que dijera simplemente que los Informes se facilitaban para uso de la Comisión de la Conferencia, y que no eran en sí mismos un texto jurídicamente definitivo ni que reflejara un consenso de los miembros de la OIT. No se logró un acuerdo al respecto, por lo que la labor de la Comisión de Aplicación de Normas quedó bloqueada. Permitir que el mundo considere como definitivos desde el punto de vista jurídico los comentarios formulados por los Expertos en el Estudio General de 2012 en relación con el derecho de huelga socava la autonomía de los Estados para desarrollar su propia legislación en relación con la huelga, y también conduce a los lectores del Estudio a creer erróneamente que los informes de los Exper- En el futuro habrá que seguir haciendo esta aclaración a fin de conservar la función parlamentaria de la Conferencia Internacional del Trabajo, cuyas decisiones son las adoptadas conjuntamente por los gobiernos, los representantes del sector privado y los sindicatos, de poner fin a la “externalización” de la política internacional a manos de actores no constitucionales, de evitar malentendi- La Organización Internacional de Empleadores (OIE) es la organización reconocida para representar los intereses de los empleadores en las cuestiones de política social y laboral a nivel internacional. Entre sus objetivos, se encuentra el promover el entorno de la política económica, laboral y social necesario para propiciar el desarrollo de la libre empresa y el de informar a la opinión pública y promover la comprensión de los puntos de vista de los empleadores. 1Informe de la OIE difundido en el mes de agosto de 2012 9 Relaciones laborales y ocupaciones: la experiencia del sector metalúrgico Dr. Miguel Oliveros (Presidente de la Cámara Metalúrgica) "Se llama a la resistencia pacífica de las ocupaciones” El sector metalúrgico propiamente dicho, o metalmecánico, -a pesar de haber sido una rama que ha tenido una tradición negociadora aun antes de la instalación de los Consejos de Salariosha sido de los sectores más castigados por medidas gremiales y fundamentalmente por ocupaciones de las fábricas en forma masiva. Esta modalidad de enfrentamiento comenzó siendo aplicada luego de alguna negociación que se entendió había sido agotada en alguna fábrica, a pasar a ser la primera medida sindical, y a realizarse en todas las empresas que tenían representación sindical, en forma conjunta. Hemos tenido situaciones en las cuales no quedaba claro por parte de la empresa que había sido ocupada, cuál era el reclamo o el planteo no contemplado. Generalmente la medida tenía una duración no mayor a dos días, 10 por el temor del sindicato de que se produjeran fallos judiciales adversos frente al pedido de desocupación en sedes judiciales. En el mes de enero de 2011, el Poder Ejecutivo, frente a la falta de acuerdo en Consejo de Salarios, emite un decreto que regiría desde el 1º de julio de 2010 hasta el 30 de junio de 2012, contemplando buena parte de los petitorios del sindicato. No obstante lo cual, en el mes de julio el sindicato vuelve a la carga para llevarse el resto del botín que no había sido decretado por el Poder Ejecutivo, a pesar de tener una norma vigente que regulaba los aumentos salariales. La batería de medidas sindicales fue realmente dura, en la medida que se hicieron todo tipo de detenciones de actividades con los nombres más diversos: asambleas, paros perlados, paros con regreso a las actividades, paro por todo el día, paros por solidaridad, etc. Dentro del menú de provocar perjuicios a las empresas también estaban las ocupaciones que fueron anunciadas desde el principio, y que por razones estratégicas de la central sindical, se ubicaron en el mes de octubre con el rótulo: “por tiempo indeterminado”. La saturación que había provocado la negociación, y la reiteración de medidas que había sumido al sector a una de las crisis más graves de los últimos tiempos -con pérdidas de mercado y de competitividad-, hizo pensar en una estrategia diferente de la que se seguía hasta ese momento: soportar estoicamente cualquier clase de perjuicios. Es así que en una reunión donde estaba presente el Presidente de la República, se anunció que frente a posibles ocupaciones masivas, el sector iba a resistir dichas ocupaciones. La prensa entendió que la resistencia iba a ser de hecho y con uso de la fuerza, a lo cual se aclaró que la resistencia iba a ser pacífica. Y esa resistencia pacífica solo la entendíamos recurriendo a la Justicia. Ocupaciones masivas Efectivamente, en el mes de octubre de 2011 se producen ocupaciones de fábricas del sector metalmecánico en muchas menos empresas que las que el sindicato anunciaba con bombos y platillos, derivado de que la mayoría de las empresas metalúrgicas, son PYMES que no tienen afiliación sindical. Sin embargo, a diferencia de otras ocupaciones, en esta instancia el grado de violencia fue muy importante, impidiendo, en varias, el ingreso de los trabajadores que quisieran acceder a su puesto de trabajo, e impidiendo en muchos casos el acceso a los directivos de las empresas con empujones, golpes de puño y en algún caso roturas de vidrios, portones o candados. Existía una suerte de piquetes móviles que se desplazaban con vehículos de empresas de servicios y que reforzaban la actitud de hostigamiento hacia las personas y los bienes. El Ministerio de Trabajo fue un espectador de todas estas situaciones sin tomar ninguna posición al respecto, solamente instándonos a que ne- gociáramos una salida, naturalmente que concediendo más de lo que estaba establecido por el decreto aprobado por el propio Poder Ejecutivo. Caminos legales frente a las ocupaciones al Poder Judicial; (hago esta mención porque a veces, como si fuera un pecado, se critica que se han judicializado estos temas). El propio Decreto del Poder Ejecutivo imponía concurrir a la Justicia. A diferencia de lo que había acontecido en otras ocasiones -cuando las ocupaciones eran de una sola empresa, o de todas pero se trataba de horas o unos pocos días-, en este caso la medida se extendió más que lo imaginable. El problema que se planteaba era determinar cuál era la Sede competente y la vía procedimental. No existe en nuestra legislación una acción de desocupación desde el punto de vista de la justicia, que logre buscar el objetivo de que los propietarios se reencuentren con su bien ocupado por medidas gremiales. La Cámara Metalúrgica estudió el régimen legal a efectos de poder asesorar a sus socios sobre el mejor camino para resolver el tema que nos imponían los hechos. Lo primero que se aconsejó fue formalizar lo mejor posible los hechos a través de actas notariales de solicitud, constatación y declaración de lo ocurrido, para dar fecha cierta y una objetivación legal de cuanto estaba sucediendo. La Justicia Laboral no es competente en la medida que entiende en conflictos individuales de trabajo, pero no existe una Justicia especializada en conflictos colectivos de trabajo. Sin embargo había derechos que se violaban desde el punto de vista constitucional, y frente al vacío de una norma procesal concreta podía recurrirse a la Acción de amparo. Hay que recordar que el 2 de mayo de 2005 se había resuelto por Decreto 145/005 la derogación de los decretos 512/966 y 286/000, por los que se facultaba la desocupación a través de la fuerza pública de -entre otros- los locales comerciales e industriales. En el Considerando II del citado Decreto 145/005 se estableció que las contiendas entre particulares deben resolverse ante el Poder Judicial. Por consiguiente, la Administración no iba a resolver el tema de las desocupaciones, había que concurrir Acciones de amparo A partir de esto último que se mencionaba, se aconseja la presentación de Recursos de Amparo, siempre y cuando existieran dos situaciones: a) trabajadores que pretendieran trabajar y que la ocupación impidiera el ejercicio de ese derecho; y b) propietarios que no pudieran acceder al dominio de sus bienes. Derechos consagrados en los artículos 7, 32 y 36 de la Constitución. Nos basábamos no solamente en los artículos de la Constitución, sino 11 Relaciones laborales y ocupaciones: la experiencia del sector metalúrgico en la Doctrina recibida a través del Informe del Comité de Libertad Sindical de la OIT para el caso 2699, presentado por los empleadores de Uruguay y la Organización Internacional de Empleadores (OIE), que claramente establecía que en las ocupaciones se debe respetar la libertad de trabajo de los no huelguistas y el derecho de la dirección de la empresa de penetrar en las instalaciones de la misma. También nos basábamos en antecedentes jurisprudenciales de fallos de Juzgados Letrados de Primera Instancia en lo Civil, de Juzgados Letrados de Salto, de Durazno, y de algún Tribunal de Apelaciones en lo Civil. A partir de estas bases se presentaron más de quince acciones de amparo que tuvieron varios resultados. En la mayoría de los casos, frente a la notificación del oficio para la audiencia de estilo, los ocupantes procedían a desocupar y se instalaban con carpas en la puerta de las fábricas impidiendo el acceso de cualquier persona al predio, y evitando llegar a una sentencia judicial. En otros procedimientos de amparo -suponemos que por olvido- se realizaron las audiencias y se procedió a intimar el desalojo de la empresa, en algunos de estos casos con la prohibición de instalar piquetes en las puertas de las fábricas. El conflicto no terminó allí porque, como decía antes, los desalojados se instalaron en las puertas de las fábricas e impidieron el acceso tanto a los trabajadores que quisie12 ron trabajar como a los propietarios que quisieron ingresar al establecimiento, esto último con algunas excepciones. La recomendación fue realizar la denuncia ante el Ministerio del Interior, el que no tomó cartas en el asunto ni aun ante fallos judiciales que impedían estar obstruyendo la entrada del establecimiento fabril. De cualquier manera se trató de "leading cases" que abrieron el camino para otras empresas u otros sectores que puedan estar en la misma situación que la que tuvimos que enfrentar desde nuestro sector. El día después Siempre se ha dicho que lo más difícil es el día después de un conflicto, a veces más difícil que el propio conflicto. Porque aquellos que estuvieron confrontando, y sobre todo con el tenor de estos conflictos, tienen que volver a retomar la actividad normal, como si nada hubiera pasado. Se estuvo todo el mes de octubre sin trabajar y había que remontar actividades, comprar, vender con el recelo de clientes, y lograr la financiación de una cadena que se había roto durante todo un mes; y sobre todo, un sector que venía en franca disminución de sus actividades que había disimulado en parte por el acondicionamiento técnico de ANCAP, pero que estaba llegando a su fin. A partir de allí se producen envíos de trabajadores a seguro de desem- pleo, y posteriormente el despido de ellos luego del período de amparo, y el cierre de varias empresas, algunas de ellas de capital extranjero atraídas por el país pero decepcionadas por la relación sindical, estando al día de hoy en un entorno de pérdida de puestos de trabajo del 15% del sector, pero básicamente con pérdidas de mercado y de credibilidad en cuanto a cumplimientos de contrato sin que existan conflictos de por medio. Análisis final Lo ocurrido en el año 2011 fue una mancha para el sector del que no hay antecedentes, pero además las consecuencias del mismo las estamos pagando y seguramente van a tener más repercusiones negativas de futuro. La falta de una legislación seria en materia de negociación colectiva, la no regulación de la huelga, y los desbordes de acciones que no se pueden considerar ejercicio del derecho de huelga sino acciones de hecho que tienen más de ilícito e inconstitucional que de protección de un derecho, tienen consecuencias importantes en la generación de empleo de calidad. Luego de lo vivido y a pesar de los vacíos legales, el camino frente a las ocupaciones está claramente definido, aunque haya sido a costa de perder una buena parte de un sector relevante en el país, como el metalmecánico. 13 La actividad empresarial y los aspectos penales de las ocupaciones Es muy interesante la evolución de la legislación uruguaya referente al delito de usurpación por ocupación pacífica de inmuebles, como figura protectora de la propiedad. En su origen, probablemente se tuvo en cuenta la protección de los fundos rurales de la “invasión”, que suponía un acto violento y multitudinario, lo que se complementaba un poco confusamente en el Código viejo de 1889, con figuras que tenían en cuenta la “remoción de mojones” o el “desvío de las aguas”, aunque desde siempre, y porque el texto lo permitía, se entendió aplicable la figura en orden a la protección de toda propiedad inmobiliaria, incluso fincas particulares (viviendas) o locales comerciales o empresariales. No estaba en el horizonte de ideas de aquel entonces la ocupación 14 Dr. Miguel Langon Cuñarro (Catedrático en Derecho Penal) de casas particulares o locales empresariales, debiendo tenerse presente también que las leyes civiles permitían -y permiten todavía-, un modo legítimo de adquirir (el de la prescripción adquisitiva), para lo cual, como es natural, es necesario ocupar pacífica, públicamente, y durante un largo período, la propiedad para convertirse al cabo de ello, con o sin “justo título”, en propietario de la misma. Al cabo del primer año de ocupación se adquiere un derecho real de posesión sobre el bien, que solo puede ser controvertido con éxito por el verdadero propietario a través de un juicio ordinario de reivindicación, con el que se logra hipotéticamente restituir al dueño la propiedad en plenitud. Precisamente por eso, no estaba prevista como delito la llamada “ocupación pacífica de bienes in- muebles”, lo que se trató de resolver a través de la ley de alquileres de 1974 (núm. 14.219), que eliminó la expresión “invasión”, refiriendo solamente al hecho de “ocupar” total o parcialmente el inmueble ajeno, con fines de apoderamiento (de hacerse propietario sin derecho originario) o simplemente de obtener un “ilícito aprovechamiento” (es decir, lograr una ventaja, un beneficio cualquiera). Pero como ocupar pacíficamente, primer escalón del proceso de prescripción, no era delito, se estableció que lo sería, no por ocupar, sino por hacerlo a través de algunos medios prohibidos, por lo que solo era delito ocupar, si se hacía con “violencia, amenaza, engaño, abuso de confianza o clandestinidad”. Es decir que había desde 1974, delito por: a) ocupación violenta, como siempre hubo sin discusión (empleo de violencia física o moral, vías de hecho o amenazas), aunque no fuera multitudinaria (un solo individuo podía ahora ser actor del delito), o, b) pacífica (siempre que fuera engañosa, abusiva o clandestina), que era lo verdaderamente novedoso de la reforma. Esta ley de 1974, además, previó la “desocupación del inmueble” en plazo perentorio de 24 horas, existiera o no procesamiento, lo que pareció garantizar a los propietarios suficientemente respecto de la obtención, más que de un procesamiento o una condena, de la recuperación del bien, o sea el resarcimiento del mal volviendo las cosas a su estado natural anterior al delito. Esta modesta reforma, fue un gran logro respecto de lo anterior, sin embargo no solo no fue a fondo en la consagración de un auténtico respeto a la propiedad y al orden social, sino que vino a debilitarse, y en definitiva a fracasar por múltiples razones. Entre otras, en primer lugar por el hecho social de la pobreza (la exclusión), la ideología de muchos, la complacencia de otros, la demagogia también, y las presiones que este tipo de acciones colectivas, coordinadas y planificadas en no pocos casos (ejemplo: ocupación masiva de viviendas populares construidas por el BHU u otros colectivos, a punto de ser entregadas a los beneficiarios legítimos de las mismas); en segundo lugar, por la complacencia de algunos jueces y fiscales (natural resistencia a criminalizar la pobreza o la necesidad); y tercero, por la exigencia legal de medios típicos de discutible consumación en los casos concretos (se hacían ocupaciones públicas, durante el día, con publicidad, con lo que se descartaba el elemento engaño o la clandestinidad que exigía el tipo penal). Así, lo más que se podía lograr en la realidad ante una ocupación de inmueble, era obtener la famosa desocupación en 24 horas, que nunca se cumplían en ese plazo y que derivaban en una inconveniente negociación o transacción entre policías, jueces, ocupantes y abogados, donde, sin marco legal que lo amparare, en realidad se negociaba con la aplicación o no de la ley penal, dejándose de lado toda imputación penal a cambio de la desocupación. Esto se hizo intolerable con el correr de los años, sobre todo en zonas balnearias -comenzando por Maldonado-, donde el propietario (creo que fue la ocupación de Torre “Lobos” sobre playa Brava, nada menos, el disparador de la reforma) no pudo obtener la desocupación en plena época estival, con desprestigio para la actividad turística, porque si acudía a la Intendencia Municipal le decían que era un problema policial, si concurría al Ministerio del Interior le indicaban la vía judicial, y si formulaba la denuncia penal ante el Juzgado, el juez declaraba que no habiéndose incurrido en delito, 15 La actividad empresarial y los aspectos penales de las ocupaciones por falta del medio típico indispensable, lo que debía hacer era ir a la vía civil para obtener el desalojo por ocupante precario; lo que llevó a los diputados de todos los partidos de aquel departamento, seguidos luego por todas las intendencias -tanto las del frente marítimo como del litorala reclamar por este tipo de situaciones, una reforma de la ley, una nueva “huida” hacia el derecho penal, del que se piensa (probablemente es un “mito”) que puede resolver problemas sociales complejos todavía. Es así que en 2007 (Ley núm. 18.116), se modificó el tipo penal, estableciéndose como delito la mera “ocupación en forma arbitraria” de inmueble ajeno (artículo 354.1 Código Penal). De la lectura del texto legal (interpretación literal) resulta, inequívocamente, que toda ocupación “arbitraria” es de naturaleza criminal, lo que inmediatamente replanteó el problema que vimos antes respecto de la resistencia de los operadores, con diferentes motivos o pretextos, para aplicar la ley, haciendo uso del poder discrecional que, de hecho, ellos tienen. Y de argumentos tales como el evidente y crucial de determinar qué es “arbitrario”, lo que dio lugar a la polémica sobre si la ocupación de lugares de trabajo es o no una extensión del derecho de huelga (lo que la 16 haría legítima y no arbitraria), lo que ha dividido las opiniones y ha paralizado a la justicia, o por lo menos ha habilitado pronunciamientos diferentes sobre asuntos sustancialmente iguales, lo que, como siempre que esto ocurre, pone en riesgo la certeza y la seguridad jurídicas, valores esenciales en un estado constitucional de derecho. No existe, por lo menos en la enorme mayoría de estos casos, ánimo de apoderamiento, pero no es tan claro que no concurra el fin de “ilícito aprovechamiento”, pues para unos sería lícito el aprovecharse de la ocupación en orden a obtener las metas que persigue la huelga, y para otros habría ya allí, porque no es extensión de la medida constitucional, la finalidad de obtener ventaja ilícita se obtuviera o no el fin. La situación debe verse, además, a la luz de los otros derechos constitucionales tan valiosos como el de huelga, el de trabajar -tanto de obreros como de empresarios-, el de mantener los establecimientos produciendo en beneficio propio y de la comunidad toda, así como los de libertad de industria y el de propiedad, que indudablemente se ven conculcados (¡y a qué extremo!) con la ocupación (¿arbitraria?) de empresas y locales comerciales. Cuando se plantea este tipo de situaciones sería bueno que el le- gislador dilucidara, en un sentido o en otro la cuestión, con control de constitucionalidad del Poder Judicial, como es natural, para que sepan todos a qué atenerse y cuál es el régimen jurídico en que desean vivir los orientales. El obrero debe saber claramente si comete delito o no cuando ocupa un lugar de trabajo, el empresario también debe tener claro, en orden a su inversión y respeto de sus derechos, si va a tener que soportar o no, sin amparo del derecho, la ocupación de su empresa, con todo lo que ello significa, y los magistrados deben conocer cuál es el sentido de la norma, para evitar el caos de la libre interpretación según el parecer individual de cada cual. 17 El empleo en la industria: una mirada desde el capital humano En vista de la próxima ronda de Consejo de Salarios, el comportamiento del personal ocupado del sector industrial se torna una variable clave para analizar la evolución que deberían seguir los salarios en la industria, ya que el mismo determina, junto con el factor capital, el desempeño de la productividad del sector. Según la teoría económica, la evolución de los salarios debería tener una trayectoria similar al comportamiento de la productividad de la mano de obra, de forma tal de retribuir económicamente al trabajador el aporte que el mismo realiza a la producción. Si bien esta premisa se encuentra ampliamente aceptada, el punto clave está en cómo medir la contribución de la mano de obra en la producción de un sector a nivel agregado. 18 Asimismo, al analizar el comportamiento de la productividad resulta relevante contar con una buena estimación de los factores productivos que contribuyen en la producción. En este sentido, al considerar la evolución del factor trabajo no solo se debería tener en cuenta la cantidad de trabajadores involucrados en la producción, sino también la calidad de su trabajo, así como el grado de formación (conceptos que en la literatura económica se asignan al capital humano). En efecto, el capital humano es un factor de producción que se asemeja al factor trabajo pero que depende tanto de la cantidad de trabajadores como de la calidad de los mismos. La calidad puede medirse a través del nivel educativo, de experiencia o de habilidad Ec. Valeria Cantera (Departamento de Estudios Económicos de la Dirección de Investigación y Análisis de la CIU) de los trabajadores, factores que determinan en última instancia la productividad de los mismos. Una de las formas de incrementar el capital humano, sin incrementar la cantidad de trabajadores, consiste en que los mismos aumenten su nivel educativo de forma de mejorar la formación de recursos humanos involucrados en la producción. Resulta interesante analizar entonces cuál ha sido el desempeño del capital humano en el sector industrial uruguayo. Gráfico 1- Evolución del capital humano (Índice base 2006=100) En efecto, en la industria manufacturera uruguaya, el capital humano mostró una tendencia descendente en el período 1992-2003, con algunas excepciones como es el caso de los años 1996 y 1997. A partir del año 2004, retomó su senda de crecimiento, lo que evidencia que este factor ha contribuido positivamente al buen desempeño de la producción industrial de los últimos años. 140 130 120 110 100 90 80 70 Fuente: Departamento de Estudios Económicos en base al INE 65% 60% 11 Asimismo, como puede apreciarse en el gráfico 1, en la actualidad el capital humano permanece en niveles similares a los registrados en la década de los ‘90, con lo que cabe preguntarse si este magro desempeño se explicó únicamente por la dinámica de la variación en la cantidad de trabajadores en el sector u obedeció también al factor calidad. Gráfico 2- Variación del capital humano por componente 80% 20 09 20 07 20 05 20 03 20 01 20 99 19 97 19 95 19 93 19 19 91 60 El número de ocupados también cayó fuertemente en la década de los ‘90, mostrando a partir del año 2004 altas tasas de crecimiento, lo que explicó por lo tanto parte de la trayectoria del capital humano, con expulsiones e incorporaciones de nuevos trabajadores en cada período. 59% 40% 12% 20% 4% 0% Capital humano -20% Personal ocupado -40% -60% -41% -47% Calidad -80% 1992 - 2004 2005 - 2011 Fuente: Departamento de Estudios Económicos en base al INE 19 El empleo en la industria: una mirada desde el capital humano ¿Qué sucedió con la calificación de los trabajadores en el sector industrial? Al analizar el desempeño de la calificación del personal ocupado del sector en los últimos 20 años, puede apreciarse una disminución importante de los trabajadores de menor calificación. En este sentido, mientras a inicios de la década de los ‘90 los trabajadores industriales sin educación formal representaban el 1%, en 2011 dicho guarismo descendió al 0,3%. Gráfico 3- Personal ocupado en la industria por tipo de calificación 1999 6% 2011 9% 14% 23% 11% 12% Secundaria Básica Completa Sin Educación Formal 20 7% Secundaria Superior Incompleta En línea con lo anterior, se evidencia también un descenso importante en la cantidad de trabajadores que como máximo contaban con primaria completa, ya que dicho ratio pasó del 37% en 1991 al 17% en 2011, ganando participación los ocupados que contaban como máximo con educación secundaria básica y superior. En lo que refiere a los trabajadores con secundaria superior completa, los mismos representaban el 5,6% en 1991, mientras que en 2011 4% Secundaria Superior Completa Secundaria Básica Incompleta A su vez, los empleados que contaban con secundaria básica completa aumentaron 1,4 puntos porcentuales en el período considerado, mientras que los trabajadores con secundaria superior incompleta pasaron de representar el 14,4% al 22,6% del empleo industrial, en igual comparación. 4% Terciaria Incompleta Por su parte, el personal ocupado del sector con primaria incompleta disminuyó 6,8 puntos porcentuales en igual comparación, pasando de representar el 11,7% en 1991 al 4,9% en 2011. En efecto, mientras que en 1991 el personal ocupado que contaba con educación secundaria básica incompleta alcanzaba el 13,5%, en 2011 dicho ratio trepó al 22,3% de los ocupados industriales. 2% Terciaria Completa 14% 22% Primaria Completa 37% 17% 12% Primaria Incompleta 5% 1% 0% 0% 10% 20% 30% 40% Fuente: Departamento de Estudios Económicos en base al INE dicho guarismo ascendió al 9,3% de los ocupados del sector. En cuanto a la educación terciaria, también se observó un incremento del personal ocupado en dicha categoría, aunque menor de lo verificado por los niveles más bajos de educación. En efecto, los empleados que contaban con educación terciaria incompleta representaban el 4,2% en 1991, mientras que alcanzaban el 7,3% en 2011. Asimismo, el personal ocupado con educación terciaria finalizada aumentó 2,4 puntos porcentuales en igual comparación. Con los resultados que surgen del análisis de la calificación de los empleados del sector, podría concluirse que el magro desempeño que mostró el capital humano en el período 1991-2011 obedeció al comportamiento de la cantidad de trabajadores del sector (que disminuyeron considerablemente hasta el año 2003, para luego comenzar su proceso de recuperación), ya que la calificación de los trabajadores mejoró respecto a inicios de la década de los ‘90. Dadas las características del mercado laboral actual, con una tasa de empleo extraordinariamente alta y una tasa de desempleo baja en la comparación histórica, resulta poco probable que en el futuro se alcancen nuevos incrementos en la cantidad de ocupados del sector, con lo que la posibilidad de mejora del capital humano dependerá de las mejoras que puedan realizarse en cuanto a la calidad de la mano de obra y la calificación de los trabajadores del sector. En tanto, resulta importante la mejora en la capacitación y formación de los trabajadores para potenciar el capital humano del sector y alcanzar tasas de crecimiento sostenibles en el largo plazo. DOSSIER LABORAL NOTA DE PORTADA Los derechos de los empleadores. La legislación y la práctica En las Primeras Jornadas sobre Derecho de los Empleadores, que tuvieron lugar en la CIU en el mes de mayo de 2012, se conoció la visión de destacados panelistas sobre este tema de suma importancia para la actividad empresarial. Para desarrollar su opinión en el Dossier Laboral, la Cámara invitó a los tres especialistas que expusieron en las Jornadas: Dr. Edgardo Ettlin (Ministro de Tribunal de Apelaciones en lo Civil), Dra. Nanci Corrales (Ministra de Tribunal de Apelaciones del Trabajo), y Dr. Nelson Larrañaga (Experto en relaciones laborales), junto al asesor jurídico de la CIU, Dr. Gonzalo Irrazabal. 21 Dra. Nanci Corrales (Ministra de Tribunal de Apelaciones de Trabajo 2º Turno) Derechos del empleador I. Introducción y fuentes El tema será tratado desde el punto de vista de la jurisdicción o competencia de la Justicia del Trabajo. En nuestro derecho laboral encontramos dos áreas bien marcadas: los “conflictos individuales de trabajo” (reclamo individual o grupal), y el derecho colectivo (área de la negociación colectiva, convenios colectivos). 22 Con referencia a las normas que rigen los vínculos que llamamos relación laboral -vínculo que dan al empleador su calidad de tal-, debemos tener presente que a partir del año 2005, con la convocatoria por el Poder Ejecutivo a los Consejos de Salarios, surgen negociaciones de las que derivan variantes importantes en las normas que regulan las relaciones laborales. Los laudos, resultado de lo anterior, significan variaciones en las normas con las cuales empleadores y trabajadores deben regirse, y de las que deben tener conocimiento. En nuestro país los juzgados con competencia en materia de Trabajo y los tribunales de Apelación del Trabajo entienden “en conflictos individuales de trabajo”, no en derecho colectivo, a pesar de la inclusión de intervención judicial de la nueva Ley de Negociación Colectiva. Tema que excede este trabajo. Las negociaciones significaron cambios en los grupos de actividades, y además se ampliaron a otros ámbitos de las relaciones laborales que con anterioridad no se regulaban, como en la actividad rural, lo que no tenía antecedentes en el país. Quedando claro esta división será desde el punto de vista de la justicia de trabajo, que me voy a referir a los derechos de los empleadores. También ha existido una gran actividad a nivel legislativo, por ejemplo se aprobó la ley que regula las relaciones del servicio doméstico, la ley sobre fuero sindical, la ley sobre acoso sexual, la responsabilidad solidaria o subsidiaria de las empresas, y otras. Como consecuencia de toda esta actividad, se produce una mayor cantidad de normas, leyes o acuerdos de cambio periódico, de lo cual surge la necesidad de un mayor diálogo entre las partes, por todo lo cual es indispensable que la información sobre estas pautas que deben regir las relaciones, sean de conocimiento de empleadores y trabajadores. Debe el empleador conocer efectivamente las normas que rigen sus relaciones para cumplir con sus obligaciones, pero además saber hasta dónde el trabajador puede exigir o tiene derechos. ¿Qué entendemos por empleador? “Se considera empleador a la persona física -o conjunto de ellas-, o jurídica -tenga o no personalidad jurídica propia-, que requiera los servicios de un trabajador”. Empleador puede ser una persona física o una persona jurídica. Se suele hacer mención en forma general de los derechos de los trabajadores, lo que muchas veces lleva a la falsa convicción de la inexistencia de derechos de los empleadores, en nuestra jurisdicción. Para ingresar al tema tenemos presente que desde la óptica de los derechos tenemos: 1) derechos individuales de los empleadores; 2) las derivaciones que hacen a los derechos colectivos, interpre- tándoselos como la posibilidad de negociar en forma colectiva, y eventualmente instrumentar pro- cedimientos para contrarrestar paros y otras medidas gremiales. Fuentes Los derechos de los empleadores se encuentran consagrados en diversos cuerpos legales. Su expresión puede ser positiva, existiendo una disposición expresa que delimite el ejercicio de un derecho o, por el contrario, ante la ausencia de una prohibición expresa, dentro del amplio margen que otorga el derecho de propiedad y en ejercicio de una actividad lícita los derechos empresarios existen per se. Las fuentes del derecho empresario no son otras que las propias del derecho laboral, las que enumeramos: a) Constitución Nacional; b) tratados internacionales (Convenios OIT); c) leyes, decretos y reglamentos; d) laudos arbitrales; e) voluntad concurrente de las partes. Prevé nuestra Constitución: Art. 7 “Los habitantes de la República tienen derecho a ser protegidos en el goce de su vida, honor, libertad, seguridad, trabajo y propiedad. Nadie puede ser privado de estos derechos sino conforme a las leyes que se establecieren por razones de interés general”. Art. 8 “Todas las personas son iguales ante la ley no reconociéndose otra distinción entre ellas sino las de sus talentos y virtudes”. Art. 32 “La propiedad es un derecho inviolable sujeto a lo que dispongan las leyes que se establecieren por razones de interés general”. Art. 36 “Toda persona puede dedicarse al trabajo, cultivo, industria, comercio, profesión o cualquier otra actividad lícita salvo las limitaciones de interés general que establezcan las leyes”. Fundamentalmente en materia de derechos colectivos, se adoptan los convenios de OIT como normas de aplicación en el derecho nacional. 23 NOTA DE PORTADA Dentro de ellos: el Convenio 87 relativo a la libertad sindical y a la protección de los derechos de sindicación, y el Convenio 98 sobre el derecho de sindicación y negociación colectiva, fueron ratificados el 18 de marzo de 1954. En el caso del Convenio 98, dice en su artículo 2º, numeral 1º: “Las organizaciones de trabajadores y de empleadores deberán gozar de adecuada protección contra todo acto de injerencia de unas respecto a las otras, ya se realice directamente o por medio de sus agentes o miembros, en su constitución, funcionamiento o administración”. Por tanto, existe una protección amplia a todo tipo de organización, ya sea de empleadores o de trabajadores contra todo acto de injerencia de unas sobre otras. En el Convenio 87 se consagra en su artículo 2º, la libertad de asociación para toda organización de trabajadores y empleadores “sin autorización previa” así como el de afiliarse a estas organizaciones. Asimismo, se consagra la libertad absoluta en cuanto al derecho de elección, redactar sus estatutos y formular su programa de acción, así como organizarse desde el punto de vista administrativo (artículo 3, numeral 1). A nivel regional Declaración Sociolaboral del MERCOSUR Art. 7 “El empleador tiene 24 derecho a organizar y dirigir económica y técnicamente la empresa en conformidad con las legislaciones y las practicas nacionales”. Art. 8 “Todos los empleadores y trabajadores tienen el derecho de constituir las organizaciones que consideren convenientes así como de afiliarse a esas organizaciones, en conformidad con las legislaciones nacionales vigentes”. Luego de este breve análisis de la normativa vigente en Uruguay, corresponde a la luz de dichas normas precisar los derechos de los empleadores en materia de derecho laboral. Por tanto, realizamos un análisis de los derechos que corresponden a los empleadores separando en derechos individuales y derechos colectivos. Tomamos esta clasificación de la declaración social del MERCOSUR, porque entendemos que resume muy bien los distintos puntos de análisis del tema. Derechos individuales: • los derechos a constituir la empresa; • los derechos a dirigir la em- presa; • los derechos a dirigir econó- micamente la empresa y, por último, • los derechos a dirigir técni- camente la empresa. Colateralmente ya se ha hecho referencia a los derechos de propiedad y el derecho al trabajo. II. Se afirma frecuentemente que tanto en su formulación legal como en la doctrina, el derecho del trabajo ha sido omiso en considerar al empleador como un titular de derechos. No comparto que el empleador no tenga derechos y solo obligaciones. Entiendo que ambas partes (trabajador y empleador) tienen derechos que se generan en el cumplimiento de sus obligaciones. El trabajador generará los derechos que la normativa laboral le concede, siempre que cumpla con sus obligaciones; debe realizar su trabajo, cumplir el horario, actuar de buena fe, tener buen comportamiento, tener cierto rendimiento, especializarse, etc.; lo mismo sucede con el empleador. El camino para que surjan los derechos del empleador en la relación laboral, para ejercer estos derechos, se funda en adquirir y cumplir obligaciones, al igual que el trabajador. La aplicación de los principios como “primacía de la realidad” se da cuando la realidad no coincide con la formalidad que se pretende hacer pasar, para una u otra parte. Expresamente en materia laboral, y como ya manifestara en conflictos individuales de trabajo, el empleador tiene su derecho de defensa. Y la mejor herramienta para obtener y presentar en juicio este derecho de defensa, es el asesoramiento y la prevención. Este derecho es aquel por el cual ante un reclamo de la aplicación de normas que protegen a los trabajadores, el empleador tiene en el proceso laboral la posibilidad de ejercitar su defensa. Procesalmente tiene las mismas facultades que el trabajador, tanto que ante la aprobación del nuevo proceso laboral, fueron declaradas inconstitucionales ciertas previsiones en desmedro del empleador que afectaban esta igualdad procesal. Asesoramiento y prevención a las cuales el empleador puede acceder en base a las normas legales antes mencionadas, y la facultad de organización y agremiación que puede realizar. III. En una referencia más específica a las medidas de prevención, entiendo que es imprescindible tener en cuenta: 1. la documentación laboral en forma (Decreto 108/2007), planilla, recibos de salarios, etc.; 2. en las subcontrataciones, ejercer el derecho de información (artículo 4º de la Ley 18.251), y en caso de que no se cumpla, retener el precio; 3. ejercer un correcto contralor del cumplimiento de las normas de seguridad e higiene (artículo 7º, Ley 16.074); 4. tener un buen diálogo social con los dirigentes sindicales, teniendo en cuenta la libertad sindical; 5. fiel cumplimiento de los laudos, lo que abarca también a las empresas subcontratadas, intermediarios o suministradores de mano de obra; 6. informar a los mandos medios que se abstengan de reiterar hechos que puedan ser considerados como acoso laboral, sexual, discriminatorios, o que hieran la integridad física y moral de los trabajadores; 7. el control del horario y de asistencia, en caso de pagar horas extras que se estampen en los recibos (desde la gran empresa, pequeña, hasta el servicio doméstico); 8. un manejo razonable del poder de dirección y contralor del uso de los bienes de la empresa (incluye el uso de los medios informáticos), con la información en el contrato de trabajo; 9. suscribir contrato de trabajo a prueba, a término o por obra determinada; 10. enviar telegramas de reintegro o de presentación de documentación que acrediten el amparo de seguro por enfermedad, maternidad o de paro; 11. tener en cuenta las licencias por estudio, fallecimiento, casamiento, etc.; 12. si por el giro de la empresa hay que trasladar al trabajador de un lugar a otro o cambiar el horario, dejarlo asentado en el contrato de trabajo; 13. manejar la relación con la diligencia media de un buen padre de familia. Cuando el empleador ha cumplido con estas mínimas obligaciones tiene la tranquilidad que frente a un reclamo tendrá la oportunidad de hacerlas valer, con la posibilidad de obtener una condena en costas y costos al reclamante que lo hace sin fundamento. Para contar con el asesoramiento y aplicar la prevención es muy importante el trabajo de los profesionales y agremiaciones que, como vimos, la ley ampara al empleador a integrar. Agradeciendo haber participado como exponente en las Primeras Jornadas sobre Derechos del Empleador, este trabajo pretende ser una recopilación de lo que en ellas expresé. Si se cumplen estos extremos, con seguridad se evitarán o se dejarán rápidamente sin efecto conflictos individuales de trabajo y conflictos colectivos por incumplimientos. Una cosa son conflictos colectivos por reclamo de aspiraciones de mejoras, y otros los que se fundan en incumplimientos del empleador. 25 NOTA DE PORTADA Dr. Edgardo Ettlin (Ministro de Tribunal de Apelaciones en lo Civil)1 Generalidades Como todos los habitantes de la República Oriental del Uruguay, el empresario -tanto persona física como jurídica (arts. 21 del Código Civil y 2º de la Ley No. 16.060)- tiene derecho a ser protegido en su vida, honor, libertad, seguridad, trabajo y propiedad dentro de los requerimientos del interés general (arts. 1º, 7º, 32, 36 de la Constitución Nacional), como también posee el deber de aplicar su iniciativa, creatividad y esfuerzo en una actividad productiva que redunde en beneficio propio y de la sociedad (art. 53 inc. 2º de la Constitución Nacional). El empresario que vive honestamente no perjudica a nadie y cumple con sus obligaciones fiscales y laborales, está tutelado por el Derecho y tiene todo el derecho a ser amparado por el ordenamiento jurídico nacional. El llamado “Bloque de Derechos Humanos” que conforman las normas fundamentales, más otras de derecho interno y de derecho internacional (Constitución Nacional, Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Convención Interamericana sobre Derechos Humanos 26 Los derechos de los empleadores. La legislación y la práctica y Protocolo Adicional sobre Derechos Económicos, Sociales y Culturales, -ratificados estos Pactos por las Leyes Nos. 13.751, 15.737 y 16.519-, Convenios de la Organización Internacional del Trabajo), protege no solamente el desenvolvimiento de una actividad industrial, comercial y agraria productivas, sino también el derecho de utilizar bajo la contraprestación de una debida remuneración (art. 53 de la Constitución; arts. 1834 y 1836 del Código Civil) la labor de otras personas para la consecución de los fines de toda empresa. En el curso de su actividad productiva y creativa, el empresario necesita auxiliarse del esfuerzo humano de terceras personas; de ahí su condición de “empleador”. La facultad (lícita) de valerse de personas a través de diversas modalidades (subordinación, arrendamiento de servicios, tercerizaciones, por citar algunos ejemplos sobre diversos regímenes de empleo) para el propósito empresarial, traerá como efecto un sinnúmero de relaciones entre “empleadores” y “empleados” no siempre armónicas. La necesidad de desarrollarse y de realizarse es el motor de la Historia; la actividad empresarial permite este objetivo en lo individual. Pero en otro aspecto, la actividad empresarial se desenvuelve entre diversos intereses ajenos y paralelos. En el ámbito de la competencia y del consumo impone desafíos constantes, y en lo laboral (relaciones entre empleadores y empleados) implica frecuentes pujas entre los intereses de los empleadores que desean aumentar sus beneficios y los trabajadores que pretenden mejores condiciones retributivas y de calidad. El Derecho intentará que todos los derechos e intereses puedan ejercerse libremente sin interferirse; a tales efectos ha dispuesto toda una batería de leyes de trabajo, tributarias, de defensa de la competencia y del consumo. Veremos en las líneas siguientes algunos “derechos de los empleadores-empresarios”2, con especial referencia a la actividad privada. Derechos de los empleadores a ser reconocidos en el desarrollo de una actividad lícita, a no ser afectados en su ejercicio y a que se les otorgue la debida protección por esa actividad Para abordar los derechos esenciales de los empleadores creemos conveniente partir de los deberes. Quien cumple bien sus obligaciones tiene autoridad moral para reclamar y ser acreedor de derechos. La existencia de deberes no es una valla contra las libertades, sino que permite que coexistan y jueguen armónicamente todos los derechos. La actividad empresarial es lícita e indiferente al orden jurídico mientras no menoscabe los derechos de los demás (arts. 10 de la Constitución y 1321 del Código Civil); es lo que rememora el art. 32.2 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos (o “Pacto de San José”) cuando preceptúa que “los derechos de cada persona están limitados por los derechos de los demás, por la seguridad de todos y por las justas exigencias del bien común, en una sociedad democrática”. sustento para muchos individuos y rentas para el Estado), armónicamente y sin necesidad de menoscabarse entre sí. Vivir honestamente. El empleador tiene derecho a vivir honestamente y a que su labor sea reputada como digna. Puede reclamar que el Estado reconozca y que los demás respeten su integridad y la posibilidad de ejercer una actividad lícita, que se comprenda su importancia y que se lo proteja como motor del desarrollo de la Nación. Tiene la posibilidad de desarrollar empresas sostenibles sin trabas, y de asociarse con otros para lograr fines útiles sin imposiciones ni obstáculos. El empleador como trabajador y en su derecho a trabajar No dañar a nadie. Como contrapartida, el empleador tiene derecho a ser protegido en su seguridad, en la propiedad de su empresa y en el ejercicio de su labor. Los derechos que interrelacionan con la empresa (derecho fiscal, derecho laboral) pueden coexistir respetando los derechos del empresario (que después de todo es el que brinda fuente de Dar a cada uno lo suyo. Así como el empresario-empleador cumple y se le exige cumplir con sus cargas fiscales, puede reclamar que se le brinden reglas claras comerciales, laborales y procedimentales, a que no se le sobreexceda con requerimientos tributarios o de seguridad social que afecten la viabilidad de su labor y producción. En otro aspecto, el Estado debe proteger y promover al empleador en el desenvolvimiento de su actividad productiva a través de políticas de estímulo y desarrollo, y otras atendibles para conseguir el bienestar empresarial. El empresario y el industrial, también es un trabajador; tiene derecho al trabajo y a que se le respete tanto su labor como los bienes que utiliza en el desarrollo de su labor. Toda actividad económica pretende fin de lucro para sostenerse, evolucionar y gratificar a su creador. El empleador tiene derecho no solo a desarrollar una actividad honrada, sino a obtener una ganancia por su actividad y a generar riqueza en forma lícita. En ese marco puede organizarse, dirigir estratégica y económicamente su actividad y su propiedad, seleccionar y determinar con quiénes trabajará, establecer el régimen de actividad, variar en la adecuada medida las condiciones de trabajo y determinar la justa remuneración de sus trabajadores; puede ejercer controles, disciplina y sanciones respecto a sus em- pleados o contratados, e inclusive rescindir la relación con quienes no observen el perfil, rendimiento o lealtad que el emprendimiento empresarial requiere. Leyes de negociación colectiva y normas sobre condiciones laborales (horarios, descansos y vacaciones, feriados, accidentes de trabajo y enfermedades profesionales, condiciones de la trabajadora grávida, despidos, fueros sindicales, normas antidiscriminatorias y sobre tercerizaciones) restringen estos derechos, pero se mantiene la potestad patronal de seleccionar, determinar la organización de trabajo y la forma de cese con los dependientes en relación de subordinación o de arrendamiento de obra o servicios. No podría imponerse una cogestión de los trabajadores en la empresa sin una Ley (no basta un Decreto o Resolución del Poder Ejecutivo) fundada en apreciables razones de interés general (arts. 7º y 32 “in fine” de la Constitución). Dentro del derecho de agremiación o asociación, el empleador puede unirse con otras personas, empresas o sociedades para la vigilancia y consecución de sus intereses. 1Las manifestaciones vertidas por el autor en este trabajo, de carácter teórico-científico, no comprometen las opiniones que pueda adoptar en su labor profesional, y no están comprometidas con intereses sectoriales. 2Dado las limitaciones impuestas por los requerimientos de extensión máxima y a los efectos de este trabajo, la enumeración de los derechos de los empleadores que se formulará es necesariamente enunciativa y abierta. 27 NOTA DE PORTADA Derechos del empleador en caso de conflictos con sus trabajadores El ejercicio de los derechos inherentes a la actividad empresarial suele friccionar o inclusive colisionar con otros derechos, como los de los trabajadores. La Legislación apuesta a resolver los conflictos mediante el diálogo y los instrumentos de negociación colectiva, pero ocasionalmente el conflicto es inevitable. La huelga es una actividad lícita y protegida constitucionalmente (art. 57 de la Constitución), pero en ocasiones ciertas medidas de fuerza suelen ejercerse contra los empleadores-empresarios en forma desproporcionada al reclamo o con un fin extorsivo, sin tener en cuenta las condiciones o realidad de la empresa y eventualmente desconociendo condiciones de tregua o de paz expresamente pactadas; una sobre-utilización del derecho de huelga que violente no solo los derechos de los empresarios sino los de los trabajadores que no estén -en mayoría o en minoría- de acuerdo en seguir el conflicto, debería recibir una acción del Estado para restablecer el equilibrio de los derechos de todos. En caso de ocupaciones de los establecimientos por los operarios (o secundados por otros colegas del gremio), los empleadores privados pueden recurrir a los instrumentos previstos en el Decreto del Poder Ejecutivo No. 165/006. Mucho mejor resultado ha tenido acudir a la protección de la Justicia a través de acciones de tutela urgente como el Amparo (Ley No. 16.011). Inicialmente estas acciones procuraban una protección contra la ocupación que se agotaba en el retiro de los ocupantes, pero ante un cambio de las maniobras estratégicas en la medida (por ejemplo, durante la acción judicial o luego de la sentencia se 28 liberaba el establecimiento pero la ocupación se reinstalaba en el exterior de la empresa o se emplazaba en un determinado radio impidiendo o constriñendo el acceso), la protección por amparo comenzó a operar en forma provisional o definitiva con carácter también de futuro y contra cualquier clase de maniobra ocupacional (arts. 11.3 del Código General del Proceso; arts. 1º, 9º, 13 de la Ley No. 16.011). ¿Puede el empresario en conflicto con sus trabajadores disponer el cierre o “lock out” de su empresa? Los arts. 3º lit. “f” y 4º de la Ley núm. 13.720 más el 9º del Decreto-Ley No. 14.791 reclaman que estas medidas deben hacerse con un “preaviso” de siete días, pero al igual que con la huelga (que también requiere teóricamente ese “preaviso”) la omisión de “preavisar” en la práctica no tiene sanción. Por ende, el “lock out” puede ejercerse libremente aun sin preaviso y aunque ilícito, no es sancionable. Derechos del empleador respecto al Estado Obtener ganancias para los agentes privados hace a la productividad, genera fuentes de trabajo y también rentas para el Estado. El empleador tiene derecho a gozar de la protección del Estado porque si éste no propicia la riqueza y la actividad productiva no podrá luego cumplir, por vía de percepción de tributos, sus cometidos de protección social para todos los grupos y estamentos de la sociedad. El empleador no tiene por qué ser sacrificado ni ser obligado por el Estado sin recibir una justa compensación, a asumir cargas o prestaciones que naturalmente le corresponderían a este segundo, ni tiene por qué ser el sufragante de las llamadas “políticas de justicia social”, ni la sempiterna fuente de recursos a que echa mano el Estado cada vez que quiere expandirse en tiempos de bonanzas o que desea cubrir sus déficits o crisis; ni tiene por qué ser el empleador perjudicado en el ejercicio lícito de su actividad por el Estado (art. 24, 32, 35, 231 y 232 de la Constitución). Además, los empresarios tienen derecho a no sufrir impuestos ni contribuciones de seguridad social expropiatorios o tan desmedidos que comprometan la viabilidad de la explotación. Las empresas no pueden ser pasto de la usura privada o fiscal (art. 52 de la Constitución); además, tienen derecho a gozar de estímulos por su productividad o por sus políticas de promoción laboral, y a estar protegidas contra la actividad monopólica y “trustificada” (art. 50 Inc. 2º de la Constitución). Las políticas de Estado no deberían optar entre trabajadores o empleadores, o preferir unos u otros según circunstancias o criterios, porque todos, todos, tienen derecho a ejercer dentro del sistema democrático republicano de gobierno (arts. 4º, 72 y 82 de la Constitución) su ámbito de posibilidades para llegar al bienestar y a la felicidad. Derecho de los empleadores a un proceso judicial razonable y a una tutela jurisdiccional integral y efectiva El empleador tiene derecho a una Administración y a una Justicia accesible, ágil, imparcial, transparente, independiente, eficiente y eficaz para la protección de sus inversiones, para poder recuperar en el menor tiempo posible los créditos y obtener el cumplimiento de los contratos, para protegerse y conjurar los ataques contra los embates del Estado, los abusos de los derechos de clase o de la competencia desleal; para obtener la protección de sus bienes y vidas contra los ataques de la delincuencia. El empleador también puede ejercer los reclamos administrativos y jurisdiccionales correspondientes contra la competencia desleal, o las acciones de daños y perjuicios contra cualquiera que pretenda lesionar o haya menoscabado ilícitamente su actividad y la propiedad de su empresa. Todo habitante de la República tiene derecho a pedir lo que entiende es suyo y se le debe, y para lograr la persecución y satisfacción de sus derechos, a un proceso administrativo o judicial de duración razonable. La necesidad de que los procedimientos de resolución de conflictos de intereses sean de calidad hace a la seguridad, bienestar y desarrollo de cualquier país. Y por supuesto, al buen desenvolvimiento de las empresas. En ocasiones los conflictos empresariales están tutelados por los mecanismos de composición privada y arbitraje. Pero en defecto (inclusive para lograr la ejecución de las decisiones de composición privada y de arbitraje) siempre es la Justicia estatal la que debe actuar. El Estado tiene pues, el deber de dotar al empleador de adecuados procedimientos administrativos y judiciales (v.g. arts. 2. y 14. del PIDCP; arts. 1 y 25 de la CIDH). Que los procesos tengan una duración razonable no significa que necesariamente deban ser sumarios o breves. La demora es denegación de justicia, pero la brevedad también es fuente de injusticias ya que no permite que el decisor se instruya o estudie adecuadamente el problema. Empero, el desideratum de lo que debería ser la “duración razonable de los procesos” es un tema todavía no laudado. En una época el Código General del Proceso intentó equilibrar los intereses de empleadores y empleados a través de un mecanismo global de tramitación de los conflictos a través del sistema del juicio ordinario en el Código General del Proceso. Posteriormente la legislación se inclinó por un procedimiento laboral abreviado a través de la Ley No. 18.572. Este procedimiento inicialmente adolecía de indudables desequilibrios en desmedro de los empleadores y motivaron numerosos procesos de inconstitucionalidad que fueron acogidos por la Suprema Corte de Justicia. La Ley No. 18.847 intentó corregir esas falencias pero las perplejidades continúan. Un trabajador tiene cinco años para reclamar (art. 2º Ley No. 18.091), pero el empresario tiene solo quince días para contestar una demanda laboral (art. 9º Ley No. 18.572 en su actual redacción). En el ámbito del procedimiento administrativo o tributario, el empleador tiene derecho a un trato igualitario, a que se le dé conocimiento de las actuaciones en su contra y a los recursos correspondientes contra los actos que entienda contrarios a una regla de derecho o dictados con abuso de poder (v.g. arts. 66 de la Constitución, 43 del Código Tributario, 5º y 75 Decreto No. 500/991). Conclusiones vida, honor, libertad, seguridad, trabajo y propiedad dentro de los requerimientos del interés general. El empresario y el industrial, también es un trabajador; tiene derecho al trabajo y a que se le respete tanto su labor como los bienes que utiliza en el desarrollo de su labor. Los empresarios tienen derecho a no sufrir impuestos ni contribuciones de seguridad social expropiatorios o tan desmedidos que comprometan la viabilidad de la explotación, y a recibir estímulos e incentivos para su producción y para la ocupación de mano de obra. El empleador tiene derecho a una Administración y a una Justicia accesible, ágil, imparcial, transparente, independiente, eficiente y eficaz para la protección de sus inversiones, para poder recuperar en el menor tiempo posible sus créditos y lograr el cumplimiento de los contratos, para protegerse y conjurar los ataques contra los embates ilícitos del Estado, contra los abusos de los derechos de clase y de la competencia desleal, y contra la delincuencia. El empleador no debe ser combatido sino que por lo contrario, requiere y merece la protección del Estado. La empresa debe revalorizarse como instrumento de bienestar general y de inclusión ciudadana. Tiene por ende derecho a la paz, al buen gobierno y a una economía sustentable, a no ser discriminada políticamente y a participar en el diálogo social. Por su misma condición de habitante y de su sola pertenencia al orden social y jurídico uruguayo, el empleador (tanto persona física como jurídica) tiene derecho a ser tutelado en su 29 NOTA DE PORTADA Dr. Nelson Larrañaga Zeni (Director del Departamento Laboral y Seguridad Social de FERRERE Abogados)³ Derechos fundamentales En las relaciones laborales aplican algunos de los derechos fundamentales reconocidos en la Constitución, las Declaraciones y Pactos Internacionales, y los Convenios de la OIT. Estos derechos son desarrollados por leyes y otras normas. Derechos individuales La Constitución reconoce derechos fundamentales a todas las personas, que alcanzan a los empleadores, como ser la libertad en todas sus manifestaciones (de trabajo, de acciones privadas, de conciencia, de expresión, de circulación, etc.); la seguridad (física y jurídica); la igualdad ante la ley, y el derecho de propiedad4 . También se reconoce la libertad de empresa, que significa el derecho a fundar libremente un emprendimiento lícito, asumir los riesgos, ejercer todos los actos de dirección y gestión de la misma, y obtener una rentabilidad5. 30 Los derechos de los empleadores. La legislación y la práctica Además, comprende la libertad de contratación de los trabajadores, el cese de los mismos, la dirección y gestión de su actividad laboral, pudiendo aplicar sanciones, la inversión en la formación profesional, la realización de los cambios tecnológicos y operativos necesarios para que el trabajo sea productivo y de calidad. La protección de estos derechos fundamentales de los empleadores, así como las garantías para su ejercicio efectivo, constituyen pilares esenciales de la Nación y del ejercicio de la democracia real. Por tanto, no pueden ser anulados o limitados, por acciones u omisiones de hecho, que no tienen ningún respaldo en el Derecho. Derechos colectivos La Constitución y el Convenio núm. 87 de la OIT establecen algunos derechos colectivos de los empleadores. El Convenio reconoce el derecho de los empleadores a fundar organizaciones para la defensa de sus intereses profesionales y a formular su programa de acción, sin injerencias de otras organizaciones y del gobierno, con el límite del respeto del Derecho. Los Convenios núm. 98 y núm. 154 de la OIT reconocen el derecho de los empleadores a desarrollar con la organización de trabajadores, una negociación colectiva libre y voluntaria, sin injerencia del gobierno. La Constitución prevé la necesidad de mecanismos de prevención y solución de conflictos. La Ley confió a las partes laborales la tarea de resolver sus diferencias. Si no hay acuerdo, pueden recurrir a la mediación del Ministerio de Trabajo. La Constitución reconoce a la huelga como un derecho gremial. A su vez, la Ley 13.720 reconoce el derecho del empleador a adoptar medidas defensivas (cierre del establecimiento). Derecho de Negociación Colectiva El derecho de los empleadores a una negociación colectiva libre, voluntaria, bilateral y sin injerencia del gobierno, no fue respetado por la Ley 18.566 de negociación colectiva del sector privado6. Este punto fue señalado en marzo de 2010 por el Comité de Libertad Sindical (CLT), que instó al gobierno a modificarla, previa consulta con las organizaciones profesionales. Hasta ahora no fue modificada ni existe Proyecto de Ley. El mecanismo de los Consejos de Salarios vulnera la Constitución y los Convenios de la OIT. Las Leyes 10.449 y 18.566 instalan una negociación colectiva obligatoria, tripartita y a nivel de rama, con una injerencia preponderante del gobierno. Éste asume dos calidades incompatibles: es parte de la negociación, y si no hay acuerdo, es el juez del diferendo. Derecho de huelga y cierre defensivo de la empresa La Constitución solo reconoce al derecho de huelga. La Ley 13.720 reconoce el derecho de los empleadores al cierre defensivo de la empresa. La Ley no reglamentó estas dos medidas. Solo se estableció la obligación de un preaviso de siete días para su adopción. En la práctica, los sindicatos no cumplen con el preaviso para el ejercicio de la huelga y el gobierno no lo exige. El paro de actividades imprevisto configura una ilicitud según la Ley. Afecta el derecho de los empleadores a la organización del trabajo y el cumplimiento de sus compromisos. La Ley también reglamentó la huelga en los servicios públicos, de forma de asegurar su continuidad. Los servicios públicos se detienen cada vez más por paros, sin que se organicen servicios mínimos. Esto afecta el derecho de los empleadores, cuya actividad depende de la continuidad de los servicios públicos (servicios de la banca pública, aduana, puertos y otras oficinas públicas). Si bien no hay un concepto legal, entendemos que el derecho de huelga es una decisión de abstenerse de trabajar, adoptada por el colectivo de trabajadores en defensa de su interés profesional. Este derecho no comprende a las ocupaciones de lugares de trabajo y a los piquetes laborales. Son medidas ilícitas que no son huelga y vulneran derechos fundamentales del empleador y de los trabajadores. Tampoco el derecho de huelga comprende las medidas que implican verdaderos incumplimientos del contrato de trabajo (trabajo a reglamento, a desgano o bajo rendimiento y selectivo -hacer algunas tareas y dejar de hacer otras-). Otras medidas distorsivas del trabajo, que obedecen a un plan que se prolonga en el tiempo (paros intermitentes, paros rotativos o paros en sectores estratégicos) son ilícitas, porque configuran un abuso en el ejercicio del derecho de huelga e incumplen el contrato laboral7 . En el derecho comparado se admite que el empleador ante una situación caótica del trabajo y de la producción, pueda adoptar legítimamente la medida defensiva de cierre, sin incurrir en responsabilidad8. En Uruguay, si bien la Ley 13.720 admite como lícito el cierre defensivo, es mirado por los otros actores (sindicatos y gobierno), como una medida extrema y fuertemente cuestionada. Los gobiernos de marzo de 2005 en adelante adoptaron un concepto expandido del derecho de huelga. Se hace entrar dentro del mismo cualquier medida de conflicto, aun cuando técnicamente no sea huelga. En este marco, el gobierno dictó el Decreto 165/006, que legitimó a la ocupación del lugar de trabajo. Este Decreto vulnera la Constitución y corresponde que sea derogado. El Comité de Libertad Sindical separó el derecho de huelga y la ocupación. Por tanto, la ocupación no forma parte del derecho de huelga. El Comité dijo que en caso que ocurra una ocupación, el gobierno debe garantizar efectivamente el derecho de los empleadores y de los trabajadores a ingresar al local a trabajar. En otros dictámenes, sostuvo lo mismo respecto de los piquetes laborales. La experiencia de estos últimos siete años indica que en los conflictos con ocupación del lugar de tra31 NOTA DE PORTADA bajo en el sector privado, el gobierno no ha garantizado el ejercicio efectivo de estos derechos. En cambio, desde finales del 2010 en adelante, los garantizó en el caso de ocupaciones de locales públicos, procediendo a la desocupación inmediata por la Policía. Esta dualidad vulnera la igualdad. Los empleadores y trabajadores recurrieron a la justicia, promoviendo acciones de amparo. La justicia dictó más de veinte fallos. Dijo que las ocupaciones y los piquetes laborales son ilícitos por vulnerar derechos fundamentales reconocidos en la Constitución. Acciones del empleador Dentro del acotamiento de los derechos de los empleadores, que se ha producido por vía legal, reglamentaria y de hecho desde marzo de 2005 a la fecha, algunos temas todavía quedan bajo el área de actuación de aquellos. A vía de ejemplo, los señalamos a continuación: a. Elaboración y práctica de un proceso de inducción sobre la misión-visión de la empresa al ingreso de los trabajadores: valores y objetivos, producto o servicio final y su calidad, lo que se espera del trabajador y su posición en la etapa del proceso, sus derechos y obligaciones, etc. b. Diseño y firma de un contrato de trabajo con condiciones gene32 rales y especiales, y sus cambios posteriores. c. Elaboración del reglamento de trabajo, que se entregará junto con el contrato de trabajo. Debería existir una aplicación racional y documentada de las sanciones. d. Diseño de un esquema de remuneraciones variables asociadas al cumplimiento de objetivos productivos, siempre que lo permitan las obligaciones económicas de los Consejos de Salarios. Deberían diseñarse, comunicarse y aplicarse procesos de mejora continua, con capacitaciones y diálogo. e. Aprobación y comunicación de políticas sobre confidencialidad, no competencia, uso de los medios informáticos de la empresa y acceso a las redes sociales en el horario de trabajo, prohibición y denuncia de prácticas de acoso laboral y sexual, etc. f. Diseño y aplicación de procesos de contratación, control y auditoría de las empresas que son contratadas para realizar obras o prestar servicios, haciendo uso de las facultades legales. g. Administración de los datos personales de los trabajadores en atención a que la nueva regulación establece restricciones en el suministro de esos datos a terceros. h. Diseño de una política de expatriación de empleados o de acogida laboral de éstos en Uruguay, con especial atención a las normas migratorias y los convenios de seguridad social con traslado. ³ Profesor de Derecho del Trabajo y Seguridad Social (1983-2002). Su último libro publicado: “Derecho de Huelga y Negociación Colectiva”, Edit. Amalio M. Fernández, 2011. 4Arts. 7, 10, 32 36, 53, 54, 72 y 332 de la Constitución. 5Arts. 7 y 36. 6Ver más ampliamente en nuestro libro “Derecho de Huelga y Negociación Colectiva”, Edit. Amalio M. Fernández, 2011. 7Ídem, ídem, nota anterior. 8 Por ejemplo, España. Un derecho postergado. Una necesidad empresarial El empleador y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) Culminada la Primera Guerra Mundial, los Estados en conflicto suscribieron, en 1919, el Tratado de Paz de Versalles, y es allí mismo que en su parte XIII, los Derechos de los empleadores, al igual que los de los trabajadores, comienzan a encontrar una regulación y respaldo normativo en la era moderna, a partir de este pacto multilateral que pone fin a la Primera Gran Guerra. Es precisamente en ese Tratado de Versalles que se crea la Organización Internacional del Trabajo (OIT) como organización tripartita, con la finalidad de impulsar la justicia social y mejorar las condiciones de trabajo en el mundo entero. La novedad en ese entonces y ahora, es que la OIT es la única organización internacional de carácter tripartito y en ella están representados los intereses y visiones tanto de los empleadores como de los trabajadores. Como organización que forma parte de las Naciones Unidas (con más de 170 Estados miembros), la OIT legisla dictando normas internacionales que regulan las relaciones de trabajo. Uno de los tres grupos de “legisladores” son precisamente los empleadores. Y vaya si es un acierto. Los empleadores son una de las dos partes vitales e imprescindibles de una relación o vínculo laboral que es por definición bilateral. La existencia de una parte depende de la existencia de la otra. Bien se expresa, no hay empleadores sin empleados, ni empleados sin empleadores. Son los dos, necesarias partes de la existencia de un vínculo laboral. Suscribimos la trascendencia del tripartismo como instrumento válido para la articulación de soluciones y canalizaciones de diferentes visiones e intereses. “El tripartismo se explica por la convicción de que las organizaciones de empleadores y de trabajadores son actores sociales privilegiados en el plano internacional y en el plano nacional, para la toma de decisiones políticas relativas a las cuestiones que les interesan, en particular en el terreno económico y social, y sobre todo en los asuntos laborales” (Cf. “Las Organizaciones de Empleadores y los mecanismos Dr. Gonzalo Irrazabal (Asesor Laboral de la CIU) de control de la OIT”, Oficina Internacional del Trabajo. Ginebra. 2005.) Es aquí donde se debe tomar la verdadera dimensión de esta integración. La incorporación de los empleadores a una protección del trabajo nacida hace casi 100 años, no debe implicar justamente un cercenamiento de sus derechos. Esa lectura no resiste el menor análisis. En ese contexto, era impensable hace más de 90 años -y lo es hoy con más razón-, que se legisle o se administre justicia a espaldas de la visión empresarial. El equilibrio, la ponderación, la contemplación de los legítimos intereses de las dos partes deben teñir una norma, una sentencia o una resolución, solo así podremos transitar el siglo XXI con reales posibilidades de competir en un mundo cada vez más complejo en sus relaciones comerciales. Sin políticas estables, sin certeza jurídica, sin reglas de juego claras, no hay inversión, no hay mercados, no hay competitividad, y fundamentalmente no se está respetando ni el espíritu, ni la letra de lo que se plas33 NOTA DE PORTADA mó hace casi 100 años en el Tratado de Paz de Versalles que ponía fin no solo a una guerra sino a una época de la humanidad. Un derecho postergado En este devenir histórico, fáctico y normativo, nos preguntamos siempre cuáles fueron las razones que llevaron y llevan a reglamentar y regular solo los derechos de una sola de las partes de la relación bilateral emanada de una relación laboral. La necesidad de colocar y vender nuestros productos y servicios hará imposible vivir en una especie de autismo, legislando de espaldas a la realidad empresarial. Toda empresa necesita un marco normativo equilibrado y sistémico para funcionar como un verdadero mecanismo de relojería, cuyo único objetivo será el bienestar de nuestra comunidad. Pero para ello es necesario que se comprenda que ha llegado la hora de regular, reglamentar y aplicar los derechos, sin necesidad de cercenar los derechos de nadie, los derechos de los empleadores, para volver sistémico al sistema y darle orden a las numerosas normas aisladas haciendo del equilibrio entre derechos y obligaciones de trabajadores y empresarios, el marco ideal para nuestro desarrollo. El amparo normativo del sector empresarial se ha vuelto una necesidad impulsada por urgencia de nuestro país de ser competitivo. La ausencia de normas que reglamenten los derechos consagrados en 34 la Constitución Nacional, ha determinado en cierta forma la negación misma del Derecho. El desconocimiento ha llevado en muchas ocasiones a una verdadera desprotección del empleador y de su empresa. El derecho de los empleadores podrá parecer novedoso pero seguramente no es nuevo. Normas internacionales de trabajo como los Convenios Internacionales de Trabajo Nros. 87 y 98, el Pacto de San José de Costa Rica entre otros, además de nuestra Constitución de 1967 (y en algunos derechos antes de esta fecha) consagran los derechos de los empleadores con una claridad meridiana. Así por ejemplo, el art. 7 refiere al derecho de los habitantes a ser protegidos en el goce de su vida, honor, libertad, trabajo y propiedad; el art. 8 que refiere a la igualdad de las personas ante la ley, el art.32 consagra la propiedad como un derecho inviolable, sujeto a las leyes que se establezcan por razones de interés general, el art. 36 que refiere a la actividad comercial e industrial, y el art. 53 sobre la protección de la ley al trabajo. Estas normas de carácter constitucional, que refieren también al empresario como trabajador, son normas que se deben -y merecen- una reglamentación a los efectos de regular su ejercicio de forma protectora, cuidando que los mismos no queden solo en un enunciado. El núcleo duro de los derechos de los empleadores está constituido entonces por el derecho de propiedad y la libertad de comercio e industria, bases de nuestro sistema Republicano Democrático de gobierno. Si bien el derecho de propiedad y el derecho al trabajo tienen una limitación definida como el interés general, éste no puede ser la excusa bajo cuyo indefinido manto se abriga el no cumplimiento de los preceptos constitucionales. Ha llegado la hora de legislar y aplicar lo ya legislado en garantía de la propia existencia como país. Sin empleador no hay empresa y sin empresa no hay trabajadores, y es allí donde se debe poner foco. Reglamentación vs. Limitación: una falsa oposición Los derechos no son absolutos, deben articularse ya que integran un Sistema Normativo que debe regular los Derechos y Obligaciones de todos quienes forman una comunidad. Confundir regulación y reglamentación, con cercenamiento de los derechos, pasa por tener una visión miope y cortoplacista del futuro. En una sociedad moderna, la regulación de los derechos, y la articulación con los derechos de los demás son parte de la necesaria articulación democrática de los derechos de todos. La articulación, canaliza el conflicto de intereses permitiendo compartir y compatibilizar visiones diferentes. Donde aparece la limitación de los derechos de una de las partes es precisamente cuando se regula solo a una de ellas. Las Relaciones Laborales implican elementos de conflicto y elementos de colaboración lo que hace imprescindible el dictado de normas que regulen la relación. Sostener que luego de dictadas más de 40 normas laborales en escasos siete años, bajo la no creíble excusa de que se está protegiendo a la parte más débil de la relación laboral, es, cuanto menos, tener una visión parcial de la realidad cuando no sesgada. Se impone el sano equilibrio que permita la visión compartida de los diferentes y legítimos intereses. El propio art. 57 de la Constitución Nacional consagra la huelga como derecho gremial; establece a texto expreso que “se reglamentará su ejercicio”. El propio constituyente ya se expedía sobre la necesidad de la reglamentación. Y es aquí donde está el centro de la cuestión: todo derecho debe ejercitarse con el límite del ejercicio de otro derecho, y sin reglamentación los conflictos de intereses -más allá de su legitimidad o no- salen de su cauce. legal, por lo que hemos realizado solo una enumeración de algunos. En definitiva, ha llegado la hora de la reglamentación de los derechos de los empleadores en algunos casos, cuando no de la efectiva aplicación y protección de los mismos. El Derecho Laboral debe adaptarse al ritmo de un mundo globalizado adecuando sus normas a la realidad empresarial, no para cercenar los derechos de los trabajadores sino para evitar que éstos dejen de tenerlos si pierden el empleo. La verdadera confrontación no debe ser entre la empresa y sus trabajadores, sino por los mercados donde colocar los bienes o servicios. En un mundo globalizado el objetivo principal de los países -y así lo ha subrayado la OIT- debe ser el empleo, y solo revalorizando el concepto de empresa dimensionaremos su papel. Es la empresa la fuerza generadora del empleo. Conclusiones Las limitaciones de este trabajo, producto del objetivo fijado, han implicado un desarrollo esquemático de los derechos de los empleadores, tanto de los colectivos como de los individuales, tanto en su consagración constitucional como 35 36 ¿Qué esperan los trabajadores de su trabajo y los empresarios de los trabajadores? ¿Qué esperan los trabajadores de su trabajo? Según la Encuesta de Planificación de Carrera y Cambio Laboral que realiza Advice cada trimestre, un 60% de los candidatos que buscan cambiar de empleo están trabajando, y más del 60% está en su cargo hace menos de 5 años. Esto es un indicador de que muchas empresas no están pudiendo brindar “lo que los trabajadores esperan” en sus trabajos. Hay tres cuestiones clave que surgen del estudio de Advice en relación a lo que esperan los trabajadores. En primer lugar una paga justa. Si bien es difícil establecer qué es una paga justa, es posible que una remuneración de mercado sea considerada justa. Por eso recomendamos a las empresas cuestionarse sobre el modo en que fijan las remuneraciones para su gente, revisar sus criterios y tener a mano encuestas de remuneraciones que les permitan obtener datos objetivos y confiables para retener a sus trabajadores, al menos a aquellos que son clave para la compañía. En segundo lugar los trabajadores esperan poder desarrollarse en la empresa. Necesitan que la organización les ofrezca algún tipo de plan de carrera (en el mejor de los casos) u horizonte de mediano y largo plazo. Necesitan ver que existe movilidad interna, progreso, desarrollo de las personas. No se quieren sentir estancados. Quizás una persona pueda buscar el crecimiento vertical dentro de la empresa, ascender. Pero otra podría estar entusiasmada por la posibilidad de conocer las diferentes áreas de la organización, aprender otras cosas, o hacer algo relacionado a su carrera pro- Lic. Federico Muttoni (Gerente Advice) fesional. Cualquiera de las dos opciones implica desarrollo, y es lo que quieren los trabajadores. Finalmente, como tercer factor vinculado a qué quiere un trabajador en su trabajo, surge la motivación. Este es un factor amplio que incluye a otros. Está vinculado a qué satisface al trabajador. Para muchos la relación con su jefe y sus pares, que es relevante. Para otros el reconocimiento por su trabajo. Algunos necesitan que su cargo les dé estatus (y piden que su cargo se nombre de tal o cual forma). El lugar de trabajo, el equipamiento, los beneficios adicionales, etc. son elementos que motivan más a unos que a otros. En Advice recomendamos realizar al menos una vez al año una encuesta de clima laboral a la interna para detectar algunos de estos factores y obtener una medida de satisfacción de los empleados. 37 ¿Qué esperan los trabajadores de su trabajo y los empresarios de los trabajadores? CANDIDATOS SEGÚN MOTIVACIÓN PRINCIPAL SECUNDARIA Fuente: Encuesta de Planificación de Carrera y Cambio Laboral de Advice 2do trimestre 2012 Las nuevas generaciones (“Y” por ejemplo) de trabajadores buscan para ellos y sus colaboradores oportunidades para aprendizaje continuo. Les gusta alinear las metas y objetivos personales con las de sus trabajos y con las tareas que realizan para darle sentido a las mismas. Buscan ser colaboradores positivos y optimistas, se sienten cómodos siendo parte de un grupo con el objetivo de conseguir alguna meta o de desarrollar habilidades específicas. Se quieren comunicar de manera más informal (por e-mail, Messenger o incluso en pasillos) y evitan la relación por “autoridad”, aunque se pueden amoldar a ésta. Buscan mayor flexibilidad. Quieren ser escuchados. Y que no haya restricciones en el uso de las tecnologías (smartphones, redes sociales). ejecución y pasión en el trabajo. Pero quizás lo más valorado/esperado sea (desde mi punto de vista) la capacidad de ejecución. Hacer. Realizar. Ejecutar. Con eficiencia y eficacia. ¿Qué espera el empresario de sus trabajadores? 1. Las destrezas que los empleadores consideran más relevantes y útiles se encuentran dentro del conjunto de las habilidades blandas o aplicadas, y son: i) profesionalismo y ética; ii) trabajo en equipo y colaboración, iii) comunicación oral; iv) pensamiento crítico, y v) resolución de problemas. Dependiendo de las diferentes posiciones que ocupen los trabajadores, las empresas esperan de ellos liderazgo, colaboración, comunicación, motivación, y adaptación al cambio. Y también compromiso, 38 También esperan energía, ideas nuevas, recibir conocimiento (de su formación y experiencia) y que lo trasladen a la empresa. Las empresas no siempre necesitan “estrellas” en todas las áreas. Necesitan balance y profesionales comprometidos. Esto hace que los equipos rindan mejor. Según la asociación norteamericana Partnership for 21st Century Skills, más de 400 directivos de corporaciones norteamericanas aportaron sus visiones y sugerencias, concluyendo lo siguiente: 2. A su vez, consideran que las habilidades que cobrarán mayor relevancia en el futuro mediato también corresponden al conjunto de las habilidades blandas: i) pensamiento crítico; ii) resolución de problemas; iii) aplicaciones de las tecnologías de la información; iv) trabajo en equipo y colaboración; v) creatividad e innovación, y vi) diversidad. Algunos trabajadores están acostumbrados a ver a la empresa como proveedora, como una fuente inagotable de recursos, sin darse cuenta de que como todo negocio tiene sus buenos y malos momentos. Y el empresario espera que también se tenga en cuenta ese aspecto por parte del trabajador a la hora de hacer reclamos o plantear reivindicaciones. www.advice.com.uy Los convenios salariales y el contrato individual de trabajo: ¿qué prima ante la reclamación de un trabajador contraria a un convenio? A efectos de responder la pregunta objeto de este trabajo debe atenderse a la forma en que se encuentra regulada la articulación entre los convenios colectivos y el contrato individual de trabajo en nuestro derecho positivo. Desde la sanción de la ley 18.566 en el año 2009, que regula la negociación colectiva en el sector privado, la legislación laboral cuenta con normativa sobre el tema. Al respecto la ley en los arts. 15 y siguientes prevé que las partes podrán negociar a distintos niveles. A saber, por rama o sector de actividad, empresa, establecimiento o cualquier otro que estimen oportuno. Asimismo, la ley dispone que la negociación de los niveles inferiores no podrá disminuir los niveles adoptados en los convenios de nivel superior. Y que los convenios colectivos no podrán ser modificados por contrato individual de trabajo o acuerdos plurisubjetivos en perjuicio de los trabajadores. Dr. Leonardo Slinger (Socio de Guyer & Regules) La regulación también prevé que en los Consejos de Salarios se determinarán los salarios por categoría laboral y se actualizarán las remuneraciones de todos los trabajadores de la actividad privada. De lo expresado resulta que la negociación colectiva constituye “el piso” a la negociación individual entre trabajador y empleador. A través del contrato individual de trabajo, empleador y trabajador pueden completar y mejorar las condiciones previstas en 39 ¿Qué prima ante la reclamación de un trabajador contraria a un convenio? el convenio colectivo aplicable al trabajador de que se trate, pero no pueden reducirse los beneficios del acuerdo colectivo. Mientras un convenio colectivo está vigente, los beneficios contenidos en el mismo solo pueden ser dejados sin efecto o reducirse a través de otro convenio colectivo suscrito por las mismas partes que celebraron el referido acuerdo laboral. La solución legal no distingue en función del tipo de beneficio que regule el convenio, ni en función de la jerarquía del trabajador. En consecuencia, al tenor del texto normativo, ningún beneficio de un convenio -salarial o no salarial-, puede ser renunciado o disminuido a través de un contrato individual de trabajo. Y esta prohibición alcanza a todos los trabajadores alcanzados por el ámbito subjetivo del convenio colectivo. Lo descrito es la solución que se desprende de la simple lectura del texto legal. En caso de que igualmente las partes -trabajador individual y empleador- acuerden una solución diferente y pacten en el contrato de trabajo condiciones menos favorables, dicho pacto será nulo en mérito a lo previsto por el principio de irrenunciabilidad que rige en el derecho del trabajo. Y, en base a las proyecciones o reglas que se derivan del principio de irrenunciabilidad, las cláusulas del contrato individual de trabajo violatorias del convenio colectivo serán automáticamente sustituidas por las previsiones del acuerdo colectivo. Y el trabajo cumplido al amparo de la cláusula nula deberá ser apreciado y 40 retribuido conforme a las previsiones del convenio colectivo. En base a la solución a la que se afilia la normativa vigente cuando, por ejemplo, a través de un contrato individual se pacta que el empleado no tendrá derecho a un determinado beneficio previsto en el convenio colectivo, es claro que dicho acuerdo no será válido. La consecuencia, en este caso, será que el empleado podrá reclamar la aplicación del beneficio contenido en el convenio laboral. Cabe preguntarse si de algún modo puede suavizarse la consecuencia legal, o si existe alguna alternativa para validar el acuerdo de partes. No nos referimos a situaciones en las que el trabajador fue privado de un beneficio existiendo un consentimiento no libre, sino al escenario en que el trabajador libremente pactó reducir o privarse de un beneficio de convenio colectivo, y transcurre un tiempo prolongado entre el acuerdo referido y un reclamo. Dicho de otro modo, lo que nos preguntamos es si el hecho de que el trabajador no cuestione lo pactado o no lo haga contemporáneamente a la firma del contrato de trabajo, puede modificar la conclusión detallada. Al respecto son dos las soluciones posibles. La primera es que el trabajador no pierde la posibilidad de reclamar la aplicación de los beneficios contenidos en el convenio mientras no prescriba tal posibilidad, conforme lo previsto por las normas que regulan el instituto de la prescripción. La otra solución posible sería sostener que resulta aplicable al caso la existencia de la llamada teoría de los actos propios, o la existencia de un consentimiento tácito del trabajador (adicional al expresado al momento de firmar el contrato de trabajo) que se manifiesta en el hecho de haber cumplido durante largo tiempo lo pactado sin plantear reclamación alguna. En esta alternativa se podría rechazar el reclamo invocando que la tolerancia del trabajador (sumada al consentimiento expresado en el contrato de trabajo) y la no reclamación de su parte convalida lo pactado y le hace perder la posibilidad de reclamo ulterior. La doctrina mayoritaria en nuestro país rechaza la aplicación de la teoría de los actos propios en el derecho del trabajo, por entender que la misma viola el principio de irrenunciabilidad que rige en este derecho. Nosotros entendemos que, si bien la solución de principio es que el trabajador siempre puede reclamar el beneficio renunciado en contrato individual, puede haber casos en que dicha solución puede variar. En tal sentido consideramos que deberá apreciarse el contrato de trabajo en su conjunto y la capacidad de negociación que tuvieron las partes. Pensamos que el “no reclamo” durante largo plazo de un trabajador integrante del personal superior, con capacidad de decisión en la empresa, no puede ser apreciado del mismo modo que el de un empleado de inferior posición en la estructura de la empresa. Creemos que en caso de conflicto el Juez debería tomar en consideración los datos que resultan de la realidad, el contexto en que se suscribió el acuerdo, y el hecho de que el empleado superior no haya reclamado un beneficio durante largo tiempo; así como el que expresamente haya pactado en su contrato individual de trabajo una solución distinta a la del convenio colectivo. Asimismo, pensamos que debe distinguirse el caso en que en un contrato de trabajo simplemente se estableció la supresión de un beneficio de convenio colectivo, o en el que se redujo un beneficio de convenio colectivo sin más, de aquel contrato en el que se suprimió o redujo un beneficio de convenio colectivo pero simultáneamente las partes pactaron otros sustitutivos. En este caso pensamos que debe apreciarse la solución globalmente. Es decir, no estar limitado únicamente al hecho de que se suprimió o redujo un beneficio contenido en un convenio colectivo, sino comparar todos los beneficios contenidos en el contrato individual de trabajo versus el beneficio del convenio colectivo suprimido o reducido. Al efecto, podrá recurrirse a la regla de la norma más favorable y entender que, si las partes consideran que globalmente es más favorable lo pactado en el acuerdo individual que lo resultante del convenio colectivo, debe primar el acuerdo individual. Otro aspecto que cabe abordar es si las partes pueden pactar una forma de ajuste de salarios diferente a la del convenio colectivo o acuerdo de Consejo de Salarios, y en tal caso el valor de dicho acuerdo. Concretamente, por ejemplo, si las partes pueden pactar un salario en moneda extranjera y establecer que no serán de aplicación los ajustes del convenio o laudo. Nosotros pensamos que ello es absolutamente legítimo. Entendemos que las cláusulas de ajuste previstas en los acuerdos de Consejos de Salarios son aplicables solo a los salarios en moneda nacional. Los salarios en moneda extranjera tienen una forma propia de ajuste, a saber, la variación del tipo de cambio. Esta es la consecuencia natural de admitir que las partes libremente pueden pactar salarios en moneda extranjera. Lo que hace al orden público es el salario mínimo previsto por el laudo o convenio para la categoría laboral de que se trate, pero no el procedimiento de ajuste. El salario en moneda extranjera solo estará limitado por el monto del salario mínimo de la categoría. En tanto, por efecto de la variación del tipo de cambio, el salario se mantenga en un valor no inferior al mínimo de la categoría, el trabajador no tendrá derecho a reclamar otro tipo de incremento. A manera de conclusión podemos afirmar que la solución legal de principio es que el contrato individual de trabajo no puede reducir o suprimir beneficios del convenio colectivo salvo que, naturalmente, el propio convenio contemple la posibilidad. Pero que debería admitirse atemperar dicha regla, para ciertos casos, a través de la aplicación al derecho del trabajo de la teoría de los actos propios o del consentimiento tácito. 41 42 Salomón Grúas empresa de grúas y transporte profesional de cargas especiales socio de la Cámara de Industrias del Uruguay SISTEMA DE LA CALIDAD CERTIFICADO Nº CS 276 UNIT-ISO 9001 ISO 9001:2008 GESTIÓN DE LA SEGURIDAD Y SALUD OCUPACIONAL CERTIFICADO Nº SYSO 020 UNIT-OHSAS 18001 OHSAS 18001-2007 UNIT ISO 9001 - OHSAS 18001 Telefax (598) 2313 4040* | Haití 1500 PTI-Cerro www.salomongruas.com Montevideo - Uruguay 43 Las observaciones de la OIT y su vigencia Antecedentes Sobre fines del año 2008, la Cámara Nacional de Comercio y la Cámara de Industrias presentaron a la Oficina Regional de la OIT una serie de comentarios sobre el desarrollo de las relaciones laborales en nuestro país, lo cual preocupaba a todo el sector empresarial. El planteo refería a diversos temas, entre ellos se hizo mención a: a. el proyecto de ley de Negociación Colectiva, que en ese momento se encontraba a consideración del Parlamento; y b. el proceso de modificación de la legislación laboral en Uruguay, que tuvo lugar a partir del año 2005, y las ocupaciones de los lugares de trabajo. En lo que refiere al proyecto de ley de Negociación Colectiva, se comunicó a la Oficina Regional que algunas de sus disposiciones violaban convenios internacionales del trabajo ratificados por nuestro país1 y se expli44 Dr. Pelayo Scremini (Secretario de la Comisión de Relaciones Socio-Laborales de la CIU) caron las razones que llevaban a esa conclusión. Proceso en la OIT: el tripartismo avala al sector empresarial Respecto a la legislación laboral, se señaló que en el proceso de modificación de las normas había estado ausente el diálogo social y el tripartismo tal cual lo entiende la OIT, sus principios y su sistema normativo. Desde esa fecha en adelante el proceso es mayormente conocido. La Organización Internacional de Empleadores, la Cámara Nacional de Comercio y la Cámara de Industrias, presentan una queja ante la OIT en base a los fundamentos antes mencionados. El proceso contó además, con el expreso respaldo de las principales cámaras empresariales de nuestro país. La gravedad de los temas planteados mereció una rápida respuesta del Departamento de Normas Internacionales de la Oficina Internacional del Trabajo2. En el mes de diciembre dicho Departamento ya había comunicado su opinión al Gobierno, al Parlamento y a las cámaras empresariales. Ese primer informe de carácter técnico fue el prólogo de un largo proceso iniciado poco después por las cámaras empresariales ante los órganos de control de la OIT, proceso que aún no ha finalizado. Las cámaras buscaron obtener un pronunciamiento institucional de la OIT, organización internacional que tiene como uno de sus mandatos velar por los derechos fundamentales del trabajo, de los cuales gozan tanto trabajadores como empleadores. Quien primero se expidió fue el Comité de Libertad Sindical, órgano tripartito (integrado por gobiernos, trabajadores y empresarios) con la función específica de estudiar los casos de violaciones de principios y normas que protegen la libertad sindical. Su informe, aprobado por unanimidad en el Comité fue luego adoptado por otro órgano tripartito, el Consejo de Administración de la OIT. Posteriormente se obtuvo el pronunciamiento de la Comisión de Expertos, órgano integrado por destacados juristas, de diversas nacionalidades, que cuentan con total independencia técnica para su labor. Más tarde, la Comisión de Aplicación de Normas -que funciona cada año durante la Conferencia- seleccionó el caso uruguayo para ser tratado en sus sesiones plenarias del año 2011. A nivel de la OIT esta situación es equivalente a colocar al país en el “banquillo de los acusados”. En sus sesiones pueden intervenir -con voz y voto- los representantes de gobiernos, trabajadores y empresarios de todo el mundo. La Comisión de Normas escuchó a todas las partes y en sus conclusiones destacó el hecho de que Uruguay recibiría ese mismo año, una misión encabezada por la Directora del Departamento de Normas de la OIT. La Comisión también señaló que esperaba “...que con el objetivo de poner la legislación plenamente de conformidad con el Convenio, se tomen sin demora las medidas necesarias para preparar un proyecto de ley que refleje los comentarios de los órganos de control.” En el mes de junio de este año, Uruguay volvió a estar presente en la Conferencia de la OIT, pues figuró en la lista preliminar de casos que se podrían analizar en la Comisión de Normas. Finalmente, diversas circunstancias imposibilitaron un acuerdo sobre una lista final y no se trató ningún caso sobre violaciones de normas internacionales del trabajo, de ningún país del mundo. mité había señalado que “el ejercicio del derecho de huelga y la ocupación del lugar del trabajo deben respetar la libertad de trabajo de los no huelguistas, así como el derecho de la dirección de la empresa de penetrar en las instalaciones (…) el Comité pide al Gobierno que vele por el respeto de estos principios en las normas reglamentarias que se dicten y en la práctica.” Más allá de opiniones que presentan matices, podría afirmarse que los órganos de control de la OIT avalaron los principales planteamientos del sector empresarial. Es preciso destacar que la mayoría de ellos tiene carácter tripartito, y son los representantes de gobiernos, trabajadores y empleadores, quienes opinan y aprueban cada uno de los dictámenes o conclusiones emitidas3. Sobre la ley de Negociación Colectiva, el Comité había realizado observaciones en cuanto a: Al día de hoy, la queja empresarial atravesó todas las instancias de control dentro de la OIT y el proceso continúa su curso. Observaciones de la OIT: velar por la legislación y la práctica Luego del tiempo transcurrido y ya conocidas las múltiples instancias en que se pronunció la OIT, cabría repasar sintéticamente las observaciones del Comité de Libertad Sindical -el primero de los órganos de control que se expidió sobre el planteo empresarial- para observar si se han logrado avances en el sentido indicado por la OIT. Sobre las ocupaciones y el ejercicio del Derecho de Huelga, el Co- - la responsabilidad de todas las partes en la negociación, ante eventuales violaciones del derecho de reserva de las informaciones que reciban en el marco de la negociación colectiva; - la integración y presidencia del Consejo Superior Tripartito, para que se establezca “un número igual de miembros por cada uno de los sectores y la presencia de un presidente independiente, preferentemente nombrado por las organizaciones de trabajadores y de empleadores conjuntamente, que pudiera desempatar en caso de una votación”; - los niveles de negociación, para que sean establecidos por las partes (trabajadores y empresarios) y no sea objeto de votación en una entidad tripartita; - la promoción de la negociación bipartita de las condiciones de trabajo; - el establecimiento de los sujetos de la negociación colectiva bipartita, 45 Las observaciones de la OIT y su vigencia cuando no exista organización de trabajadores; abuso de un derecho legítimo como el de huelga. - la vigencia de los convenios colectivos y su ultractividad, como materia que en primer término corresponde definir a trabajadores y empresarios; y A esta altura de los acontecimientos, llama la atención que se extienda innecesariamente el proceso seguido ante la OIT, cuando podría ponerse un rápido punto final al tema dando cumplimiento a las observaciones recibidas. Llama también la atención, pues el sector empresarial ha reiterado que solo aspira a que se cumpla con las indicaciones que han dado los órganos tripartitos de la OIT, que refieren a los aspectos legislativos y prácticos, y no se pide ni más ni menos de lo que ya ha propuesto la OIT. - en general, la OIT pidió al Gobierno que “en consulta con las organizaciones de trabajadores y de empleadores más representativas, tome medidas, incluida la modificación de la Ley 18566...” para dar curso a las conclusiones anteriores, a efectos de “asegurar la plena conformidad de dicha ley con los convenios ratificados por Uruguay en materia de negociación colectiva.” Como se podrá observar, si bien en nuestro país continúan las negociaciones, no disponemos de avances concretos para exhibir. Por el contrario, en algunos aspectos de las relaciones laborales -como en materia de ocupacionesse ha perdido la capacidad de asombro ante la gravedad de las situaciones vividas, que alcanzan también al sector público. Los excesos y/o ilegalidades son tolerados, mientras que una autorregulación sindical demuestra día a día que es ineficaz e insuficiente para controlar el uso y 46 La experiencia que Gobierno, trabajadores y empresarios han adquirido en estos años, debería ser un incentivo más que suficiente para solucionar estos aspectos, como un primer paso para construir un sistema de relaciones laborales proactivo al país. 1Convenios Internacionales del Trabajo núm. 87, 98, 144 y 154, ratificados en Uruguay por las leyes 12.030, 15.857 y 16.039. Los Convenios 87 y 98 junto a otros convenios han sido declarados como fundamentales por la OIT y son conocidos bajo el término "normas fundamentales" en el trabajo. 2La sigla OIT identifica tanto a la Oficina Internacional del Trabajo como a la Organización Internacional del Trabajo, lo que podría dar lugar a confusión. La Oficina es un órgano de apoyo de la Organización, cuyos pronunciamientos son de carácter técnico. La Organización es la OIT propiamente dicha, su máxima expresión es la Conferencia General, integrada por gobiernos, trabajadores y empresarios. ³Por ejemplo, no tienen integración tripartita la Comisión de Expertos y la Oficina Internacional del Trabajo. 47 Un enfoque sobre la igualdad de género en el sector empresarial La Organización Internacional del Trabajo (OIT) considera que dentro del concepto de trabajo decente para todas las personas, la igualdad entre los sexos es un elemento clave para que los cambios sociales e institucionales generen igualdad y crecimiento. El enfoque principal o áreas temáticas de la OIT en cuanto a la igualdad de género coincide con los cuatro objetivos estratégicos de la organización, es decir, promover los principios y derechos fundamentales en el trabajo; crear más empleo y oportunidades de ingresos para los hombres y las mujeres; mejorar la cobertura y la eficacia de la protección social, y fortalecer el diálogo social y el tripartismo. 48 Dra. Laura Acuña (Delegada de la CIU en la Comisión Tripartita para la Igualdad de Oportunidades y Trato en el Empleo e integrante de la Comisión de Relaciones Socio-Laborales) Alianzas estratégicas para la igualdad En acciones concretas, el sector empresarial uruguayo ha demostrado compartir y estar consustanciado con los objetivos planteados por la OIT, recepcionando las recomendaciones de la Organización. Desde el año 1997 el sector empresarial ha integrado la Comisión Tripartita para la Igualdad de Oportunidades y Trato en el Empleo (CTIOTE) en el ámbito del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), organismo integrado por el gobierno, por el sector trabajador (PIT-CNT), y el sector empleador (Cámara de Industrias del Uruguay y Cámara Nacional de Comercio y Servicios del Uruguay). Esta Comisión funciona al amparo de la OIT en temas de género e igualdad de oportunidades en el ámbito laboral. La participación de las cámaras empresariales -con delegados permanentes- radica desde su nacimiento hace ya más de 15 años. Éste ámbito de conformación tripartita, adopta las directivas y recomendaciones proporcionadas por la OIT, en tanto trabaja en concientizar sobre la necesidad de establecer cambios culturales que acompasen los cambios sociales e institucionales en el país. Como organismo asesor del MTSS, es receptor de permanentes consultas sobre la temática de género en asuntos laborales. Es un organismo promotor de legislación sobre la igualdad de oportunidades y normas que desalienten actitudes que se consideran lesivas de las relaciones laborales. Asimismo, difunde y sensibiliza sobre la aplicación de la normativa nacional e internacional sobre género e igualdad de oportunidades. Interactúa con distintos organismos públicos y privados, en la esfera nacional e internacional, para el diseño de alianzas estratégicas para el abordaje del tema de su competencia. En definitiva, la participación de las cámaras empresariales en la CTIOTE refleja la importancia que le asigna el sector a este tema y cumple con el compromiso asumido con el organismo internacional en temas de empleo, diálogo social e igualdad de oportunidades. Negociación colectiva Como en todo órgano tripartito, las instancias de negociación no resultan fáciles, las partes defienden los intereses que representan y luego de marcar los puntos inflexibles para cada una buscan un acuerdo en aquellos puntos donde prima el interés colectivo al interés individual, priorizando el resultado consensuado frente al interés impuesto. Sin perjuicio del esfuerzo de los sectores en defender sus intereses, y a pesar de las resignaciones de cada parte, no siempre es posible arribar a un acuerdo consensuado, a veces porque el contexto no es propicio, o porque factores externos condicionan el abordaje de los temas. Esto se ha constatado en los últimos tiempos en la CTIOTE, que como organismo tripartito no pudo mantenerse ajeno a las dificultades que vienen atravesando las relaciones laborales en nuestro país, por la simple razón de que sus interlocutores están inmersos en esas mismas dificultades. Uno podría pensar que con negociaciones obligatorias por rama de actividad (en los Consejos de Salarios), donde se supone que cada convenio recoge las particularidades propias del sector de actividad, de- bería ser ése el ámbito natural para que se negocien aspectos relativos al género y a la igualdad de oportunidades para ese sector específico. Partiendo de esa premisa y cumpliendo con las líneas de trabajo de la Comisión, en el año 2008 la Comisión acuerda una cláusula que recogía el compromiso de las partes por el cumplimiento de las normas nacionales e internacionales sobre igualdad de oportunidades y que fue sugerida a la Dirección Nacional de Trabajo (DINATRA), para que se trasladara a los sectores que optaran por asumir ese compromiso y lo recogieran en un convenio colectivo. Si bien la cláusula fue recogida por la gran mayoría de los grupos de actividad que no contaban con una, se han detectado aisladamente algunos convenios que han avanzado a nivel de sus cláusulas, pero la realidad indica que con el transcurso de las negociaciones y la firma de nuevos convenios, no hay una ampliación o aterrizaje del tema, ni se han ejecutado acciones concretas. Seguramente eso obedezca no solo a que las discusiones son de tanta complejidad que los temas de género quedan desdibujados en un segundo plano, sino que además nuestra sociedad no está preparada culturalmente para discutirlos ni para asimilarlos. 49 Un enfoque sobre la igualdad de género en el sector empresarial Acoso sexual Una segunda línea de trabajo de la Comisión fue el abordaje de un proyecto de ley para prevenir el acoso sexual en el ámbito laboral. Desde que las partes asumieron el compromiso de tratar el tema hasta la redacción del proyecto que se presentaría al Parlamento pasó mucho tiempo, sobre todo en que los sectores definieran los puntos que no estaban dispuestos a conceder y en cuales accedían a hacerse recíprocas concesiones. Desde el comienzo hubo un punto de partida compartido por ambas partes (trabajadores y empresarios), el reconocimiento de que estas conductas existen como una patología en todos los ámbitos y que en particular, en el mundo del trabajo, lesiona las relaciones laborales tal como son concebidas en nuestro país. Es en ese postulado que el sector empleador asume el compromiso -arduo y complejo por cierto- de discutir tripartitamente un proyecto de ley que prevenga, desaliente y sancione el acoso sexual en el ámbito laboral. El resultado de esa negociación es la Ley de prevención y sanción del Acoso Sexual (Ley 18.561), que ha sido muy criticada, seguramente por el temor de cómo poder ins50 trumentarla en organizaciones con las características de las empresas uruguayas; por desconocimiento del tema, y además por lo innovadora que resultaba esta ley, en un escenario muy complejo para las relaciones laborales de nuestro país. En el contexto en que fue concebida la ley, sin duda que el resultado demuestra una madurez -por parte de los actores sociales- en asumir los temas que nos impone la sociedad, para el sector empresarial el deber cumplido de un valor ético-moral y la promoción de una cultura empresaria comprometida con aspectos sico-sociales. De acuerdo a los datos manejados por la Inspección General del Trabajo (IGTSS) sobre el aumento de las denuncias de acoso sexual, proceso bastante natural si se concibe esta ley como una herramienta nueva en el ordenamiento jurídico, se puede destacar que un porcentaje muy importante de las denuncias fueron presentadas por las empresas; que los casos más destacados y frecuentes se detectan en el sector público; que el acoso se denuncia tanto por mujeres como por hombres, y que hay un alto porcentaje de denuncias a delegados sindicales. La Ley de Acoso Sexual constituye una herramienta que forma parte de nuestro ordenamiento jurídico y que le permite al empresario actuar frente a una denuncia de acoso en su empresa; exonerarse de responsabilidad -si es que no tuvo conocimiento de que esa conducta se llevó acabo-; le permite además exonerar su responsabilidad si recibe una denuncia y lleva acabo una investigación interna o deriva la misma a la IGTSS; le permite además despedir por notoria mala conducta al trabajador que acosó sexualmente, así como al que -con intención de obtener un beneficio propio- denuncia a la empresa sin que se haya configurado el acoso. En definitiva, existe un compromiso asumido por el sector empleador en abordar los temas de género e igualdad de oportunidades, y un convencimiento de que los mismos sean consensuados a través del diálogo social tripartito, de conformidad con los objetivos expresados por la OIT y ajustados a la realidad de nuestra sociedad. De lo contrario, obtendremos normas impuestas no negociadas o normas que aunque negociadas sean inaplicables, porque culturalmente no son asimilables. Tendencias y políticas sobre salud y seguridad laboral Como introducción corresponde hacer una aclaración importante en cuanto al contenido y alcance de los conceptos Seguridad y Salud. En efecto, cuando se reinstaló el CONASSAT en el 2006, creado por Decreto 83/96, se aclaró por parte de las autoridades del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), que el organismo llamado CONASSAT cambiaría de Consejo Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo a Consejo Nacional de Salud y Seguridad en el Trabajo, y que esta inversión de los conceptos obedecía a que la Salud estaba antes que la Seguridad. Y efectivamente así ha sido la tendencia desde entonces. Tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la Organización Internacional del Trabajo (OIT), establecen que la Salud en el trabajo no debe medirse solamente por la ausencia de ac- cidentes o enfermedades profesionales, alcance tradicional del concepto, sino por un enfoque más amplio: garantizar un equilibrio físico, psíquico y social de las condiciones de vida y de trabajo en el medio ambiente laboral. Y este concepto amplio introduce todo el tema de las enfermedades psicosociales y sus factores de riesgo (abuso, mobbing, estrés, acoso en cualquier modalidad, hostigamiento, etc.), las adicciones (alcohol y drogas) como consecuencia de múltiples factores como la rotación de turnos, el estrés laboral, las tareas repetitivas o rutinarias, las cargas y ritmos de trabajo, etc., y sus consecuencias: ausentismo, incidentes y accidentes, baja productividad, problemas de calidad, entre otras. En suma, toda una temática muy diferente y compleja, al tradicional enfoque de la prevención de Dr. Raúl Damonte Viroga (Miembro titular del CONASSAT y de la Comisión de Relaciones Socio-Laborales de la CIU) accidentes de trabajo o accidentes profesionales, aspectos estos, que seguramente serán motivo de preocupación empresarial en el corto plazo. En la última semana de mayo del corriente año, se celebró en Bilbao (España) el 10° Congreso Internacional de prevención de riesgos laborales (ORP 2012) organizado por el Instituto Vasco de Seguridad y Salud Laborales (OSALAN). Nuevamente tuvimos el honor de participar en representación de la CIU, y en nuestro carácter de delegado titular en el Consejo Nacional de Salud y Seguridad en el Trabajo (CONASSAT) como lo hemos hecho en años anteriores en distintos Congresos de Prevención de Riesgos Laborales, en las ciudades de Cádiz (2007), Santiago de Chile (2009), Granada (2010) y 51 Tendencias y políticas sobre salud y seguridad laboral Cartagena de Indias (2011), ámbitos desde los cuales, hemos venido observando esta evolución de los conceptos, o tendencia en el enfoque de los temas de Salud y Seguridad en el Trabajo (SST). Y precisamente hacemos mención a esta última actividad no solo porque el concepto de prevención fue el eje de toda la temática del Congreso, sino porque estuvo asociado a considerar, por un lado, que la gestión preventiva así como las políticas de Salud y Seguridad de las empresas deben ocupar el mismo rango de importancia que las restantes áreas u objetivos empresariales y por el otro, que dichas políticas deben incluir el concepto de Salud y Seguridad Laboral desde un enfoque cada vez más amplio de variables, factores y consecuencias que inciden directamente en las condiciones y ambiente de trabajo, y que por tanto, acorde a la diversidad de causas, amerita un enfoque multidisciplinario, de trabajo en equipo y participación de diversos ámbitos de la organización. Partiendo de la base del concepto de prevención, clave para la gestión en SST, integrado a las políticas generales de las empresas como parte de su gestión de negocios, y considerando que en nuestro país se está avanzando rápidamente en la actualización normativa y reglamentaria en esta materia, -citando a título de ejemplo el Decreto 291/07 reglamentario del Convenio Internacional 52 de Trabajo núm. 155 sobre Salud y Seguridad en el Trabajo; el Decreto 268/05 declarando el ambiente laboral como libre de humo de tabaco; el Decreto 210/2011 que establece con carácter obligatorio el listado de enfermedades profesionales de la OIT del 2010; el Decreto 143/2012 que baja el límite de exposición de contaminación acústica, ruido; reglamentación de los telecentros (Call Center), la regulación gradual de cargas máximas, actual negociación en el CONASSAT sobre la reglamentación del CIT 161 (Servicios de Salud y Seguridad en el Trabajo), y la propia Ley de Negociación Colectiva núm. 18.566 que introduce el concepto de negociación sobre “condiciones de trabajo”-, es que debemos incorporar el tema en la agenda de los responsables de la gestión preventiva de la SST en las empresas, pero no solo a nivel de los especialistas sino de todos aquellos quienes toman decisiones relacionadas con la organización del trabajo, las condiciones de trabajo, la salud y la seguridad. Hablamos de los responsables de Recursos Humanos, Técnicos Prevencionistas y Médicos Laboralistas, y además de las especialidades conexas como psicólogos, fisioterapeutas, abogados. Pero por otro lado, aclarando que esta responsabilidad a la vez que multidisciplinaria no es exclusiva de la empresa, es que debe integrarse el tema de los sistemas de gestión integrados a la agenda de las comisiones bipartitas, a los ámbitos de negociación, a las instancias de participación de los trabajadores, del delegado obrero de seguridad, de los organismos del Estado, de asistencia técnica como OIT, OISS, OMS, etc., y también como ocurre en otros países, por así determinarlo su esquema normativo, de los especialistas en Seguros, los Sistemas Nacionales de Salud, Aseguradoras de Riesgos (ATR en Argentina), Mutualidad en Chile, etc., por señalar algunos de los ejemplos más cercanos. Es una tarea conjunta y cada uno tiene su rol o cuota parte en el sistema, sea previniendo, regulando, sancionando, asesorando, divulgando información, estadísticas, formación o capacitación. Analizar los riesgos, planteándose el objetivo de “riesgo cero”, no es hoy un objetivo de trabajo relacionado con los niveles de siniestralidad, sino que está vinculado al respeto a las personas, pasando a ser un principio básico de comportamiento y ética empresarial, y relacionado con el concepto de trabajo decente. En Chile por ejemplo, se está replanteando todo su esquema normativo en materia de regulación en SST a partir del accidente de la mina San José. Está bien que así se haga, pero la opinión generalizada es que hubiera sido más lógico analizar los riesgos y condiciones en las que se trabajaba antes del derrumbe (“el accidente se veía venir por las condiciones en las que se trabajaba en la mina…”) y haber modificado la normativa o hacer más rigurosos los controles antes del accidente. Por suerte para los chilenos, no hubo víctimas fatales y el rescate fue un éxito. Lo curioso es que el evento que fue noticia en el mundo fue el procedimiento de rescate, no el accidente. Nadie se preguntó si se podría haber evitado. Pero lo positivo, dentro de todo, -además de que no hubo víctimas fatales- es que el accidente “disparó” los cambios que hoy Chile está implementando en materia de sistemas de gestión en SST y en su normativa. Y este es un análisis autocrítico que hacen los propios interlocutores sociales chilenos, con quienes tuvimos oportunidad de compartir un Taller organizado por OIT Chile, sobre estrategias, programas nacionales y políticas de SST, en el pasado mes de junio, conjuntamente con el Inspector General de Trabajo y de la Seguridad Social y el representante y responsable de Salud y Seguridad del PIT-CNT, por tanto, es bien válido el ejemplo. A propósito de lo dicho, transcribimos parte del abstract de la conferencia del Prof. Dr. Ricardo Fernández García, responsable EHS Momentive Specialty Chemicals Barbastro S.A., sobre el tema “Sistemas de Gestión en SST, su integración al resto de los sistemas de la empresa”, extraído del Congreso Internacional antes mencionado, que recoge el concepto del enfoque preventivo, asociado a un modelo de gestión y de responsabilidad global de la empresa (concepto de sostenibilidad) que marca las tendencias y políticas sobre la Salud y la Seguridad Laboral. “…Se pretenden mostrar dos conceptos básicos. Por un lado los modelos de gestión que aplican a la prevención de riesgos laborales. Por otro lado un sistema de gestión de calidad, medio ambiente, prevención de riesgos laborales y responsabilidad social corporativa, que aprovecha al máximo las sinergias de las distintas áreas de la empresa integrando aspectos como políticas, objetivos, estructura y responsabilidades, formación y cualificación, documentación y control, control de equipos, control de procesos, acciones correctoras, registros, auditorías, revisión por la dirección, etc. Para entender mejor este sistema es necesario incorporar el concepto de “sostenibilidad”, equilibrio entre el medio ambiente, la productividad y el trabajador. El objetivo fundamental de la empresa es mejorar su rentabilidad. Por tanto (…) cualquier mejora que se haga en términos preventivos o de medio ambiente ha de mejorar la productividad o la calidad o ambas. Esto es lo que se ha venido a llamar sostenibilidad. Entonces la sostenibilidad tiene una triple dimensión: económica, social y medioambiental: económica significa que las generaciones futuras tengan un mejor ingreso y una mejor calidad de vida; social que tengan más oportunidades que las generaciones anteriores. Para ello hay que mejorar la prevención de riesgos laborales, la racionalización de horarios, favorecer la conciliación laboral o el apoyo a los dependientes, entre otras, y finalmente la medioambiental pretende legar a las generaciones futuras un entorno natural igual o mejor que el actual, reduciendo las emisiones contaminantes, una mayor eficiencia en el uso del agua, el suelo o los recursos naturales”. Un sistema de gestión integrado debe cubrir los tres aspectos para garantizar el beneficio de la sostenibilidad y al mismo tiempo el beneficio económico y rentabilidad de la empresa para en definitiva, sostener cualquier programa de gestión o política de RRHH. 53 El ruido en la industria El ruido es el contaminante que comúnmente hallamos en las instalaciones industriales. Es un fenómeno acústico que produce sensaciones auditivas desagradables, que afectan nuestra salud. El límite higiénico es de 80 decibeles (dbA) para una exposición de 8 horas de trabajo. En las empresas ya establecidas, el primer paso para abordar este tema es realizar una medición en las diferentes áreas que se produce el ruido. Se utilizará un aparato que mide la presión sonora (decibelímetro o sonómetro), y para realizar una correcta toma de muestras y posterior evaluación del nivel sonoro debemos tener en cuenta algunos factores, entre ellos: - comprobaciones previas del 54 equipo de medición; - datos a tomar durante el releva- miento; - forma de efectuar la medición; - precauciones con los campos eléctricos y magnéticos; vien- tos, etc.,que pueden desvirtuar la medición. Es aconsejable realizar las mismas con técnicos en la materia, ya que la medición tiene muchas implicancias técnicas y podemos obtener resultados, y en base a ellos decidir inversiones que no van a tener mucha efectividad. El Instituto de Mecánica de los Fluidos e Ingeniería Ambiental (IMFIA) perteneciente a la Facultad de Ingeniería cuenta con técnicos que pueden brindar un apoyo importante en esta área, con costos accesibles para el empresario. Sr. Ángel Machado (Delegado ante el CONASSAT y miembro de la Comisión de Relaciones Socio-Laborales de la CIU) Reducción de ruidos En el caso de nuevas instalaciones, el sitio de la colocación de una máquina puede provocar muy diferentes niveles de ruido, dependiendo de su ubicación, orientación y características del local donde se instale. El diseño de los equipos de última tecnología disminuye la emisión sonora, con referencia a diseños anteriores. La sustitución de equipos o procesos ruidosos por otros que generen menos ruido, no siempre es fácil, pero se consiguen buenos resultados -por ejemplo- cuando se sustituye: - el remachado por la soldadura; - las prensas mecánicas por las prensas hidráulicas; - los martillos neumáticos por los martillos de acción electromag- nética; - las herramientas portátiles neumá- ticas (si no disponen de silencio- sos en los escapes de aire) por las herramientas eléctricas; - ventiladores helicoidales por otros centrífugos; - engranajes rectos por otros heli- coidales; - las piezas desgastadas, y engra- sando y lubricando adecuadamen- te las partes móviles, etc. energía sonora del campo acústico, absorbiéndola en los repetidos choques de las ondas contra las paredes. La onda sonora viaja y se traslada en el ambiente y va rebotando, mientras que el panel absorbe la onda y la transforma en onda calorífica. Para entenderlo mejor, cumple el mismo proceso que cuando vamos a pintar nuestro dormitorio y sacamos los muebles. Cuando hablamos se produce un eco, colocamos los muebles y ya no se produce el eco, los muebles actúan de absorsores. Una vez realizadas algunas de las acciones anteriormente descritas, seguirían dos pasos. En nuestro medio existen pocas empresas que brindan asesoría en esta materia, y lleva tiempo lograr cotizaciones y ejecuciones rápidas, con la contraparte que la espera vale la pena por sus resultados exitosos. El primero sería dirigirnos al “foco emisor” encapsulando la fuente con diferentes tipos de materiales que nos ofrece el mercado. Cabe destacar que hemos tenido experiencias muy positivas con inversiones de muy bajo costo. En muchos de los casos debe trabajarse empíricamente, a base de ensayos, modificaciones y correcciones, hasta lograr los resultados deseados realizados por el propio personal de la empresa. Hemos tenido éxito con la reducción de ruidos en galpones de considerables dimensiones, colgando paneles insonoros, que tienen como finalidad extraer El segundo paso -si hemos agotado todas las aplicaciones técnicas en la fuente y en el medio, no logrando bajar el nivel sonoro- es recurrir a nuestra protección, a la vigilancia de nuestra salud mediante la realización de audiometrías, por las cuales se establece el nivel o umbral de audición de cada persona y se obtiene información sobre posibles lesiones. Se deben tomar acciones para protegerse y los equipos de protección personal que se vayan a utilizar en la empresa deberán cumplir con las normativas existentes al respecto. Los efectos del ruido excesivo sobre la salud son lentos y progresivos: sordera progresiva no reversible, irritabilidad, efectos cardiovasculares, digestivos y alteraciones en el sistema nervioso, entre otros, por lo que la protección es fundamental. Cultura preventiva Si bien es necesario tener implantado un sistema en materia de salud y seguridad ocupacional, por el cual se brinde capacitación y entrenamiento para conocer los riesgos y el cómo y por qué se deben usar los equipos de protección, debemos trabajar sobre la cultura en esta materia, y la verdadera cultura preventiva no es otra cosa que la asunción de las propias responsabilidades por todas las partes implicadas. Existen tres factores muy importantes que en forma resumida explicaré: 1º factor - Gente. Estamos hablando del mantenimiento de nuestra salud, no de los equipos o de los edificios, que también tenemos que cuidar. El ser socialmente responsable hacia nuestra familia, el volver a casa sanos después de una jornada laboral. Esta responsabilidad es de todos los que integran la empresa. 55 El ruido en la industria El desarrollo de esta cultura exige el empleo de todos los medios disponibles para incrementar la sensibilización, el conocimiento y la comprensión general respecto al concepto del peligro y riesgo, así como la manera de prevenirlos y controlarlos. El proceso dinámico y progresivo que mejores resultados da, en lo que atañe a crear una cultura de la seguridad, tiene muchas características comunes con los procesos necesarios para desarrollar una organización eficaz. Si bien hay un acuerdo general en que no existe una fórmula de aplicación obligatoria para crear una cultura de seguridad, hay un consenso emergente en cuanto a algunas características y prácticas comunes de mejora continua, que podemos adoptar para lograr avances. La responsabilidad es de todos. La existencia de leyes no es suficiente para asegurar la protección de la salud y seguridad en el trabajo, y el rol de cada persona es indispensable para el éxito de la prevención. No se comparten aquellos acuerdos o leyes por los cuales se pone por delante la compensación económica o acumulación de años para la 56 jubilación, eludiendo la responsabilidad de actuar sobre la fuente para eliminar el riesgo. 2º factor - Legal. A partir de 1988 el Decreto 406 nos dice en forma tangible qué acciones debemos tomar para cada situación laboral de riesgo. A su vez, el Decreto 291 estableció grupos de trabajo en materia de salud y seguridad en las empresas, y la conformación de tripartitas en algunos sectores, con resultados exitosos y otros no tan exitosos, pero los resultados llegarán a medida que desarrollemos la confianza entre las partes. 3º factor - Costos. No me voy a explayar en este tema y los impactos negativos que presenta la inseguridad laboral. Solamente destacar que invertir en salud y seguridad es rentable, está dirigido al primer factor que hablamos anteriormente: la gente. Utilizaremos la figura del iceberg para explicar cómo se comportan los costos en Salud y Seguridad Ocupacional: técnicamente la proporción sobre lo que se ve (sobresale del agua) contra lo que no se ve (sumergido), es de uno a siete. Si son 100 metros de altura, 700 metros están debajo del agua. Los costos se comportan de la misma manera: existen costos visibles y costos invisibles (tangibles o intangibles). Según algunos estudios -y dependiendo el tipo de industria-, se calcula que existe una relación que: por cada peso de costo visible (tangible), existen costos invisibles por 29 pesos. Para finalizar, debemos trabajar este tema de salud y seguridad ocupacional a nivel escolar; así como se ha logrado un éxito muy importante en la cultura de nuestros hijos con el tema del medio ambiente. Ing. Mauricio Cattáneo (Área Técnico-Científica FISO) Sr. Gerardo Garbarino (Jefe del Departamento de Capacitación y Asesoría en Gestión Empresarial de la CIU) Capacitar: la clave para la prevención de riesgos en el trabajo La Fundación Iberoamericana de Seguridad y Salud Ocupacional (FISO) conjuntamente con la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU), promueven espacios de intercambio en formación técnica y profesional sobre seguridad y salud en el trabajo, con el fin de brindar herramientas y conocimientos que faciliten la prevención de riesgos en el mundo laboral. FISO es una alternativa institucional orientada al desarrollo de actividades de investigación, capacitación y seguimiento de los sistemas de salud ocupacional y riesgos profesionales, para alcanzar la mejora integral de las condiciones laborales de los trabajadores de Latinoamérica y Península Ibérica. Desde el año 2010, se ha celebrado un convenio entre FISO y CIU como aliados estratégicos para ofrecer capacitación en materia de seguridad y salud en el trabajo en Uruguay, poniendo el foco en la capacitación a distancia, a través del Campus FISO. ¿Qué es la capacitación a distancia? Es la única modalidad de capacitación con alcance regional que se brinda a través de una misma plataforma virtual: Campus FISO. Este sitio virtual de formación ofrece beneficios vinculados a: flexibilidad y disponibilidad en tiempos y espacio, e intercambio internacional con profesionales y expertos del ámbito; entre otras ventajas. Los destinatarios de estas capacitaciones a distancia son en general personas que están vinculadas al área de Higiene y Seguridad, o empleados a los que se capacita en temas básicos, con cursos cortos y de nivel medio. Los temas están relacionados a la Higiene y la Seguridad, contando con un amplio listado de acuerdo a las necesidades y requerimientos de los interesados. 57 Capacitar: la clave para la prevención de riesgos en el trabajo La CIU, a través de su Instituto de Formación, es la encargada de difundir y comercializar las actividades de capacitación del Campus FISO para todo el territorio nacional. Capacitación presencial como complemento estratégico Según las tendencias del mercado, las empresas buscan hoy programas de capacitación integrados y focalizados, que impacten en el comportamiento de sus empleados. Desde ese enfoque, tanto FISO como el Instituto de Formación de la CIU desarrollan planes de capacitación a medida para cada organización. Se apuesta a la capacitación de formación innovadora para construir la Cultura Preventiva en el ámbito del trabajo. Según artículos de actualidad en materia de capacitación empresarial, el mercado apunta a la formación como clave para el éxito: el recurso humano es fundamental. Por esta razón, se contribuye a satisfacer las necesidades del mercado actual con programas flexibles y adaptables según los requerimientos de las organizaciones, a través de diferentes tipos de capacitaciones, 58 ya sea “a distancia” (virtual), “presencial” o “in company” (dentro de la empresa). De esta manera, se posibilita el contacto directo con cualquier persona, una incidencia más efectiva y más inmediata, siempre desde la perspectiva de llevar adelante un complemento de la capacitación a distancia o virtual, ninguna es excluyente de la otra. Las empresas son las conocedoras de sus necesidades particulares, por ese motivo son las más acertadas para elegir los temas de capacitación de su propia agenda. De todas maneras, luego de ese primer contacto, la CIU inicia un proceso de análisis de las necesidades para definir los temas que se incluirán en cada capacitación. Ambas instituciones impulsan la capacitación como herramienta clave para promover la prevención de riesgos laborales, y de este modo continuar apoyando la calidad de vida de los trabajadores a través de la seguridad y salud ocupacional. El desarrollo de los recursos humanos es un elemento básico ante los constantes desafíos que las empresas enfrentan en este mundo competitivo y cada día más globalizado. La capacitación del personal es una estrategia empresarial funda- mental, que debe estar alineada a los demás esfuerzos de cambio que las organizaciones impulsan para mejorar su competitividad. En ese contexto, generamos planes de capacitación en las diferentes áreas de la gestión empresarial fomentando el aprendizaje permanente, con el objetivo de desarrollar los conocimientos, las aptitudes profesionales y el saber hacer del personal operativo y jerárquico de las empresas uruguayas. Consejos para el empresario: buenas prácticas y prevención para la salud del trabajador Es más que obvio considerar que las PYMES constituyen la principal fuente de ocupación de los trabajadores en nuestro país. Por lo dicho, resulta importante, imprescindible y de visión empresarial, considerar que la implementación de buenas prácticas laborales en seguridad y salud, así como de sistemas preventivos eficaces, no es tarea fácil en las mismas. Las principales dificultades radican en que éstas enfrentan situaciones complejas de exigencia en la búsqueda de competitividad y de eficiencia; postergando o no pudiendo percibir con claridad que la prevención de riesgos laborales -además de ser hoy día una exigencia cada vez más estricta de la normativa- es una vía determinante de contribución a la excelencia. En el diseño de un sistema preventivo eficaz, lo primero que hay que considerar es la voluntad de hacerlo por parte de la Dirección, y aquí radica una diferencia sustancial entre una PYME conducida por una persona que se limita a contratar trabajadores y otra dirigida por un empresario. Este último tendrá una misión y visión, donde incorporará y se adelantará a las necesidades de satisfacción y salud de sus trabajadores, y como resultado redundará en el buen equilibrio de la salud de la organización; a diferencia del primero, que exclusivamente emplea trabajadores. Un segundo aspecto y coherente con el anterior es poder realizarlo. Es decir, se deberá contar con los recursos necesarios. Dr. Raúl Barañano (Director de MEDILAB) Dr. Gastón Moratorio (Miembro de la Comisión de Relaciones Socio-Laborales de la CIU y Director de MEDILAB) en seguridad y salud, pueden realizarse con los propios materiales y recursos humanos de la empresa. Y por último, habría que demostrar que lo planificado y ejecutado es útil en la mejora de la calidad de vida laboral, esta utilidad también serviría para encaminar ciertos cambios de actitudes de la organización en su conjunto, personal del trabajador y del colectivo, asentando una verdadera cultura preventiva. Por último, entonces y con estos objetivos, será necesario establecer una política preventiva, con directrices y objetivos, funciones y responsabilidades en todos los niveles jerárquicos, y el compromiso y participación del trabajador. Muchas veces se piensa que se necesitarán recursos económicos elevados, y en la realidad la mayor parte de las actividades preventivas 59 Ing. Fernando Carpentieri (Delegado de la CIU en el Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional - INEFOP) Empleo, necesidades de capacitación e INEFOP. Importancia de la participación empresarial La formación de los recursos humanos es un atributo clave de nuestra economía como pilar básico de la competitividad de las empresas, y por ende de nuestro país. El empleo se caracteriza hoy día por ser una exigencia de conocimientos específicos y transversales, combinados además de una mayor autonomía profesional y autocontrol de los procesos productivos. Los recursos humanos que aplican a tales empleos se deben adaptar a constantes transformaciones impulsadas por la innovación y la tecnología. Adaptarse a los cambios es clave, y la formación una necesidad. 60 Para ello, las personas tienen una demanda concreta de formación para adquirir los conocimientos y habilidades que las empresas necesitan. Resulta una decisión personal iniciar el camino de aumentar la competencia laboral a través de la formación. Pero favorecer y propiciar una estructura nacional que atienda tales demandas parece ser un espacio de responsabilidad de otros niveles de decisión. Es por ello que, para contribuir a cumplir este objetivo, fue creado el Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional (INEFOP). El INEFOP fue creado por la Ley núm. 18.406 del 24 de octubre de 2008 como Persona Pública no Estatal, de carácter tripartito. Comenzó a funcionar el 25 de mayo de 2009. Posee como principal cometido ejecutar políticas de formación profesional y fortalecimiento del empleo de los trabajadores y trabajadoras de nuestro país. Está dirigido por un Consejo Directivo integrado en forma tripartita por representantes del Poder Ejecutivo y los sectores sociales empresarial y sindical. Los recursos provienen en forma sistemática por el aporte de empresarios y trabajadores (Fondo de Reconversión Laboral) y últimamente con aportes del sector público. Los mismos se aplican para cubrir las necesidades específicas de formación de empresas, de grupos de empresas y de colectivos de nuestra sociedad (desempleados, jóvenes, discapacitados, etc.). En general, cada demanda resulta en una solución específica, a medida, donde los proyectos formativos deben adecuarse a características sociales, locales, tecnológicas especiales. Las estadísticas muestran una evolución cualitativa y cuantitativa a destacar. Las personas capacitadas aumentaron de unas 3000 en 2008 (bajo el antiguo sistema JUNAE), a 4800 en 2009, 7000 en 2010 y unas 13000 personas en 2011. Todo esto acompañado por una importante disminución absoluta de la inversión por persona y por hora aplicada a la capacitación. El INEFOP viene impulsando una estructura de organizaciones de formación en todo el país, generando empleo en docentes, supervisores, desarrolladores de contenidos y administradores, para cubrir las necesidades presentadas. Aquí también se genera empleo y, por supuesto, bien calificado. La Cámara de Industrias del Uruguay (CIU), como integrante del Consejo Directivo del INEFOP desde su creación, ha impulsado una serie de estrategias y acciones concretas. Algunas de ellas han sido alcanzadas: un programa específico de asistencia técnica para el sector empresarial, un programa de capacitación para mandos medios y superiores, o impulso de proyectos de capacitación para un sector de actividad específico. Otras han sido propuestas en forma concreta: la creación de un programa de formación de formadores, el desarrollo de sistemas o subsistemas de competencias laborales, cursos básicos transversales (que contemplen elementos como informática, prevención de riesgos, seguridad laboral, medio ambiente, emprendedurismo y actitud hacia el trabajo, etc.), capacitación a través de simuladores y otras medidas específicas para la necesaria mejora de la gestión interna del Instituto. más eficaces, y de este modo obtener una estructura empresarial consolidada y más competitiva. Por esta vía solo buscamos formar personal más competente, que conduce al desarrollo de procesos 61 62 Robots industriales al alcance de las empresas uruguayas. Una herramienta para rentabilizar la operativa Los robots industriales dejaron de ser algo reservado para los países desarrollados o para las grandes empresas. Hoy en día las industrias uruguayas, tanto grandes como PYMES, pueden acceder a ellos gracias a la estrategia de una empresa nacional. Para conocer más sobre este tema conversamos con los tres directores de KPM, empresa especializada en instalaciones, montajes y robótica industrial. Nosotros estamos en el rubro industrial desde hace veinte años y hace nueve que conformamos la empresa para dar servicios en cuanto a instalaciones, montajes y mantenimiento de plantas. Esto nos permitió conocer diferentes rubros con sus particularidades, las necesidades para optimizar procesos y las dificultades con las que se enfrentan día a día. Notábamos que estábamos instalando cada vez más automatismos y que la industria se canalizaba por ese lado. Concretamente lo vivenciamos al realizar el montaje de la nueva planta de envasado de Acodike, donde se pasó del trabajo manual a la operativa totalmente automatizada. Allí nos surgió la inquietud de los robots como forma de mejorar la operativa. ¿Cuáles fueron los pasos siguientes? Hicimos un sondeo en la industria y luego del análisis respectivo llegamos a la conclusión de que para que la propuesta sea viable debería contemplar 3 aspectos: ser accesible hasta para una PYME; contar con garantía, y con servicio técnico en nuestro país. Esto le permite una gran versatilidad de movimientos los cuales se pueden programar para hacer las tareas que uno necesite y con una precisión milimétrica. Comenzamos a buscar alternativas y finalmente obtuvimos la representación exclusiva para Uruguay de la empresa europea Eurobots afincada en España, y enviamos a nuestros técnicos a capacitarse allí. A propósito, el año pasado en la Feria de la Construcción presentamos un robot que dibujaba caricaturas, mostrando la precisión y suavidad de sus movimientos. Habitualmente asociamos un robot con forma humana ¿Los robots industriales son así? Un robot industrial no se parece en nada a lo que estamos acostumbrados a ver en la televisión con forma humana. Básicamente es un brazo articulado multifunción que consta de hasta 6 ejes sobre los que gira. Para hacer un paralelismo con el brazo humano, los ejes serían: el cuerpo que puede girar 360°, el hombro, el codo y la muñeca que posee 3 ejes de giro. A esta se le agrega una “mano” que puede consistir en varios dispositivos, como por ejemplo: una torcha para soldar, una garra para palletizar, una pistola para pintar, un gancho para levantar pesos, una pinza, un láser y hasta un lápiz para dibujar. Las claves del robot radican en su programabilidad y la repetitividad de movimientos. El robot realizará la tarea programada todas las veces que sea necesaria y exactamente igual, lo que le permite asegurar la calidad de los productos o procesos que realice. ¿Cuáles son sus aplicaciones? Son múltiples, se puede utilizar para soldar, cortar, pintar, manipular objetos pesados o delicados, pulir, aplicar selladores, maquinar piezas, palletizar, manipular productos nocivos, trabajar en ambientes asépticos, etc. Un mismo robot puede programarse para hacer diversas tareas; puede hacer un proceso, moverse hacia otro ángulo o dirección y hacer otro. 63 ESPACIO CONTRATADO ¿Cómo surgió la idea de incursionar en la robótica industrial? Si mañana se desea cambiar el proceso se reprograma y se adecua a lo nuevo. La operativa es muy sencilla, solamente se necesita encenderlo y asegurar la alimentación de materia prima para que trabaje. ¿Qué ventajas ofrece un robot? En primer lugar el robot puede trabajar 24 horas los 365 días del año y es altamente confiable. Permite realizar tareas que no podrían ser realizadas por el ser humano, ya sea por operar en ambientes viciados, por el peso a manipular o por materiales peligrosos. Y fundamentalmente permite aumentar la producción sin incrementar los costos y proveer la misma calidad sistemáticamente. Uno piensa que un robot es una maquinaria de alto costo, ¿cómo pueden hacerla accesible para una PYME? KPM es líder mundial en robots de segunda mano. Son robots que operaron durante algunos años y se cambiaron por planificación de las fábricas, pero poseen una larga vida útil. En la planta se ponen a punto y quedan prácticamente como nuevos. ESPACIO CONTRATADO La ventaja es que el costo de un robot en estas condiciones es como mínimo un 60% más barato que el costo original, lo cual lo hace atractivo y accesible en nuestro mercado. A su vez, los robots tienen garantía y les proveemos de servicio técnico especializado de manera de asegurar su operativa. Por otro lado ponemos a disposición diferentes marcas de primer nivel mundial como ser KUKA (Alemania), FANUC (Japón) o Stäubli (Suiza) entre otras. 64 ¿Qué pasa si alguien tiene dudas sobre la utilidad de un robot? En este caso le damos la oportunidad de alquilarlo durante un tiempo para que pruebe el funcionamiento. Esto es único en el mundo y permite tomar contacto y evaluar los resultados antes de hacer la compra. ¿Qué experiencias han tenido en nuestro país? Hemos instalado robots para diversas aplicaciones. Por ejemplo para el pulido de piezas de grifería, manipulación de productos corrosivos o pesos, y para mecanizado de piezas y procesos metalúrgicos. Recientemente acabamos de instalar un robot en una planta de Conaprole para el palletizado de las cajas de manteca. Esto implicó la confección de la cinta transportadora para alimentar el robot, los sensores para el conteo de tiempos, y dispositivos para posicionar automáticamente cada caja en la cinta. El robot toma cada caja y la ubica en el pallet en la posición preprogramada con la separación y giro que se desee. De esta manera todos quedan armados de la misma forma y sin errores. de leña a gas y el espectro es cada vez más amplio. Esto ayuda a introducir la robótica, ya que una vez que realizamos alguna instalación o montaje, surge automáticamente el interés por los robots para algún proceso. Para facilitar la operativa el sistema cuenta con un tablero de control con pantalla táctil que permite elegir incluso la cantidad de cajas que se desea por pallet. ¿Cómo ven el futuro? Muy promisorio en todas las unidades de negocios de la empresa. Instalaciones y montajes -que es la principal- está creciendo mucho. Acabamos de reparar una turbina en Baygorria para UTE, estamos realizando muchas instalaciones de estructuras en el agro, montajes y mantenimiento en plantas de celulosa, reconstruyendo plantas hormigoneras, reconvirtiendo quemadores Molinos de Raffo 550 Tel.: 2307 8803 [email protected] Contacto: Ademar Perdomo - Director Comercial www.kpm.com.uy 65 66