Aspectos relevantes en la crianza de terneros a pastoreo

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Ing. Agrónoma Mg. Sc. Claudia Mella F.
Departamento de Producción Animal, Universidad de Chile
I. Introducción
Un bovino adulto requiere del funcionamiento adecuado del retículo, rumen, omaso y
abomaso, para digerir una amplia gama de alimentos. Los dos primeros, albergan
millones de microorganismos capaces de fermentar y digerir el material vegetal que es
consumido. El omaso absorbe el agua y el abomaso permite la digestión acida de los
alimentos. En los animales adultos y recién nacidos, la digestión alcalina de los
alimentos se produce en el intestino delgado.
En los terneros recién nacidos, no obstante, el abomaso es el único estomago funcional,
por lo que la capacidad para digerir forraje, como es el caso de la pradera, es limitado.
El abomaso y el omaso representan el 70% de la capacidad del estómago. El rumen
tiene una capacidad que no excede los 2 L. A los tres meses de edad, sin embargo, éste
se ha convertido en la parte más importante del sistema digestivo, con una capacidad
de 25 a 30 L.
El crecimiento del rumen sólo ocurre bajo la presencia de productos finales de la
digestión ruminal, resultantes de la fermentación de alimentos sólidos, por medio de los
microorganismos ruminales. El desarrollo de las papilas ruminales es muy importante
para aumentar la superficie de absorción del rumen.
El ternero posee la capacidad de adquirir el hábito de pastoreo en forma rápida,
dependiendo principalmente de la cantidad y calidad de la pradera disponible, siendo su
conducta de pastoreo altamente selectiva. Sin embargo, la pradera presenta un bajo
contenido de fibra efectiva y es muy suculenta, sobre todo a inicios de primavera, lo que
en definitiva limita el consumo de energía disponible para un rápido crecimiento. Por
tanto, para lograr una adecuada tasa de crecimiento (0,5 a 0,8 kg día-1), es necesario el
apoyo con un concentrado de iniciación.
Se ha comprobado, mediante pruebas de digestibilidad, que los terneros que acceden a
pradera desde los primeros días de vida son capaces de digerir la fibra y rumiar a los 7
días de nacidos, además, pueden absorber ácidos grasos volátiles antes de cumplir 2
semanas de edad. Estos animales, al ser comparados con animales criados en sistemas
convencionales en base a concentrados y heno, alcanzan un mayor desarrollo y
capacidad del rumen. Esta situación es sumamente ventajosa cuando se trata de un
sistema de producción lechera en base a pradera, ya que las terneras de reemplazo
criadas de esta manera, pasarán su vida productiva bajo estas mismas condiciones,
pudiendo ser más eficientes en el uso de este recurso alimenticio.
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CIRCULAR DE EXTENSIÓN 2010
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ASPECTOS RELEVANTES EN LA CRIANZA DE TERNEROS A
PASTOREO
II. Resultados obtenidos en la crianza de terneros criados a pastoreo
Los trabajos desarrollados en la crianza de terneros en base a pradera establecen
períodos de suministro de leche o sustituto lácteo que varían entre 8 y 18 semanas,
previo aporte adecuado de calostro.
Un estudio realizado por Zea-Salgueiro y Díaz (1990) en España, comparó el
crecimiento de terneros nacidos en primavera, criados en pastoreo con animales bajo
estabulación permanente. Los terneros mantenidos en pradera (día y noche) se
destetaron a diferentes edades (8 y 10 semanas, respectivamente), y aquellos alojados
en cubículos individuales, a las 8 semanas. La descripción detallada del manejo de los
animales, así como de los resultados obtenidos fueron presentados por Mella (2002).
En términos generales, no obstante, se encontró que no existieron diferencias
significativas en las ganancias de peso individual durante el período de suministro
lácteo, entre las alternativas evaluadas. Es de destacar que el incremento de peso
superó, en todos los casos, los 680 g día-1. Los terneros con acceso a pradera
presentaron un menor consumo de concentrado (510 g y 496 g para el destete a 8 y 10
semanas, respectivamente), el que fue en promedio un 57% menor al consumido por
los animales estabulados. Resultados similares se han observado en otros ensayos,
donde la disminución de la ingestión diaria de concentrado ha alcanzado incluso hasta
un 60%. Los autores informan que, al existir condiciones favorables para la crianza en
pastoreo, los terneros tienden a presentar mayores incrementos de peso en
comparación a animales confinados, además, el estado general de los animales criados
bajo estas condiciones es muy bueno. Por otra parte, es necesario mencionar que los
terneros mantenidos en confinamiento, requieren de un período de adaptación gradual
para salir a pastoreo, lo que generalmente disminuye su tasa de crecimiento.
En un experimento posterior realizado por los mismos autores (Zea-Salgueiro y Díaz,
1990), se analizan diferentes sistemas de crianza para terneros nacidos en otoño con
destete a los 49 días. En este trabajo se comparó el crecimiento y consumo de
concentrado, al variar la forma de suministro de forraje; el cual estuvo constituido por
pradera en pastoreo directo o aportada bajo estabulación, como heno, ensilaje o soiling.
Se observo, en términos generales, que la forma de suministro de forraje no tuvo
influencia sobre las ganancias de peso vivo en el período pre-destete. Como era de
esperar, los animales en pastoreo consumieron una menor cantidad de concentrado que
los confinados, diferencia que se observó incluso respecto de los que recibieron soiling.
Sin embargo, sorprende que el consumo de concentrado de los terneros estabulados
haya sido, en promedio, sólo un 15% superior. La diferencia con respecto a lo ocurrido
en primavera puede explicarse principalmente por el mayor nivel de consumo de
concentrado de los terneros en pastoreo. Este hecho puede estar asociado a una
menor ingestión de pradera, producto de una menor disponibilidad, variaciones en la
composición y calidad alimenticia, así como a las condiciones climatológicas propias de
esta estación del año.
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El objetivo del presente trabajo es presentar resultados de diferentes aspectos
productivos obtenidos en sistemas de crianza de terneros con acceso a pradera. Estos
contemplan el periodo comprendido entre la primera semana de vida y el destete,
discutiéndose su repercusión en el comportamiento en la fase de recría.
Cuadro 1. Pesos e incrementos de peso en terneros hasta alcanzar 150 kg.
Tratamiento
Peso inicial
(kg)
Peso final
(kg)
Incremento de peso
(kg día-1)
I
39,10
153,08
0,767 a *
II
44,07
152,75
0,792 a
III
42,20
155,17
0,672 b
* Cifras con letras distintas en sentido vertical, son estadísticamente diferentes (P≤ 0,01).
Cuadro 2. Consumo de heno y concentrado promedio (kg) hasta los 150 kg y días
necesarios para alcanzar dicho peso.
Trat.
Nº días hasta 150
(kg)
Consumo de heno
(kg día-1)
Consumo de
concentrado
(kg día-1)
Consumo de
concentrado total
(kg)
I
146
3.307
1,015 a
140,3 a
II
141
2.694
0,957 a
139,5 a
III
169
-
0,856 b
144,9 a
Cifras con letras distintas en sentido vertical, son estadísticamente diferentes (P≤ 0,01).
Los tratamientos I y II fueron estadísticamente distintos al tratamiento III, el que
presentó un menor aumento de peso. Los autores comentan que, probablemente, el
comportamiento de los animales a potrero podría haber sido mejor si se les hubiera
provisto de algún tipo de protección para su resguardo. Por otro lado, el tratamiento III
fue el que tardó un mayor número de días para alcanzar 150 kg. Hay que destacar, sin
embargo, que las ganancias de peso alcanzadas por los tres tratamientos para el
periodo de crianza, son altamente satisfactorias.
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A nivel nacional, los estudios realizados en sistemas de este tipo, con acceso a pradera
desde la primera semana de vida, son escasos. González y col. (1977), realizaron un
trabajo en crianza de terneros, en la zona central, durante los meses de abril a octubre.
En esta experiencia se utilizaron 18 terneros machos, Holstein Friesian, de 4 a 5 días
de edad. A estos se les suministró sustituto lácteo a razón de 2 L dos veces al día,
hasta los 60 días de edad. Además, se les dio agua fresca, heno de alfalfa picado y un
concentrado con 16% de PC, este último ad libitum durante los primeros días,
limitándole posteriormente a 2 kg diarios. Los animales se distribuyeron al azar en uno
de tres tratamientos (Tratamiento I (En galpón cerrado) = sustituto lácteo + concentrado
+ heno. Tratamiento II (En corrales semi techados) = sustituto lácteo + concentrado +
heno. Tratamiento III (En pastoreo sin construcciones) = sustituto lácteo + concentrado
+ pradera). La pradera utilizada estaba compuesta de alfalfa y pasto ovillo, de dos
años. Se utilizó con pastoreo rotativo mediante cerco eléctrico. Los animales se
mantuvieron en los tres tratamientos hasta alcanzar los 150 kg de peso. Los principales
resultados se presentan en el Cuadro 1 y 2.
Curiquén (2007), realizó un ensayo de crianza de terneros a pastoreo, con animales
nacidos en otoño. El objetivo de dicho trabajo fue probar diferentes fuentes de
alimentación láctea sobre parámetros de crecimiento y salud de los animales. Esta
experiencia se llevó a cabo en la Estación Experimental Oromo de la Universidad de
Chile, ubicada en Purranque, región de Los Lagos. Se utilizaron 17 machos y 13
hembras con pesos promedios de 39,8 y 38,3 kg respectivamente, nacidos entre el 18
de marzo y el 24 de abril. Los terneros fueron asignados aleatoriamente a uno de los
tres tratamientos existentes de acuerdo a la alimentación líquida suministrada.
Tratamiento LE: Leche entera; tratamiento SC: sustituto lácteo + manano
oligosacárido; tratamiento SS: sustituto lácteo. Desde el séptimo día de vida hasta el
día 90, se les suministró la alimentación láctea, de acuerdo al tratamiento asignado, a
razón de 4 L animal-1 día-1. Además, a todos los animales se les aportó 200 g animal-1
día-1 de concentrado inicial. Se dispuso de 2 ha de pradera permanente, subdividida en
4 potrerillos de igual tamaño, cuyo pastoreo fue en forma rotativa.
Cuadro 3. Pesos, ganancias de peso, días necesarios para lograr los 80 kg de peso y
duplicar peso al nacimiento, en terneros nacidos en otoño, según tipo de dieta láctea.
Tratamiento
LE
SC
SS
38,3 a
41,7 a
98,4 a
39,1 a
41,3 a
94,9 a
39,7 a
41,6 a
93,8 a
0 a 35 días
35 a 90 días
0 a 90 días
431,0 a
797,9 a
658,0 a
372,4 b
747,3 a
612,7 a
345,6 b
747,9 a
595,1 a
Días para lograr 80 kg
Días para duplicar peso nacimiento
69,4 a
67,6 a
74,7 b
72,7 b
75,7 b
75,5 b
Peso vivo (kg)
Al nacimiento
A los 7 días
A los 90 días
Ganancia diaria de peso (g día-1)
Letras distintas en sentido horizontal, indican diferencias significativas (P≤ 0,05).
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No se encontraron diferencias entre los tratamientos I y II en cuanto al consumo diario
promedio de heno y concentrado. El tratamiento III fue estadísticamente inferior en
este aspecto. No obstante, el consumo total fue similar para los tres tratamientos,
debido a que los terneros a pastoreo se demoraron un mayor número de días en
conseguir los 150 kg de peso. Los autores concluyeron que es plenamente factible la
crianza de terneros a pradera, pudiéndose mejorar las ganancias diarias de peso,
proveyendo de algún albergue durante el periodo de invierno. Lamentablemente, el
artículo no menciona las condiciones de salud de los terneros criados bajo los distintos
tratamientos, ni de las pérdidas durante el periodo experimental.
A partir de estos resultados obtenidos, el autor concluye que es factible criar terneros
nacidos en otoño bajo un sistema pastoril, utilizando leche fresca o sustituto lácteo,
obteniendo ganancias de peso adecuadas y con un bajo aporte de concentrado. El estado
sanitario de los animales fue excelente, no registrándose muertes en ninguno de los
tratamientos.
González y Cortés (1988), evaluaron el efecto del sexo, aporte de concentrado y el mes
de nacimiento (agosto–septiembre) sobre diferentes parámetros de crecimiento en 78
terneros Holando Europeo, desde su nacimiento hasta los 180 días de edad. Estos se
asignaron a uno de dos tratamientos existentes: con y sin concentrado. A partir del tercer
día de vida, los animales fueron criados artificialmente en una pradera compuesta
principalmente por trébol blanco, pasto ovillo y ballica. Esta experiencia fue realizada en la
misma Estación Experimental de la Universidad de Chile.
Los animales presentaron un peso promedio al nacimiento 38,3 kg, los cuales se
alimentaron con leche entera, efectuado el destete al momento en que los terneros
alcanzaban 85 kg. El ofrecimiento de concentrado de iniciación, en esta etapa, fue de 0,8
kg día-1. Posterior al destete y hasta los 180 kg, se les ofreció 1 kg día-1 de concentrado
crecimiento.
Estos autores reportan que existió una reducción en 6,9 días (P ≤ 0,01) en la duración del
periodo necesario para el destete, en los animales a los cuales se les ofreció concentrado
de iniciación (78,1 días versus 85,0). La tasa de crecimiento, es este periodo, fue de 0,593
y 0,554 kg día-1 para los animales con y sin suplementación, respectivamente.
En la fase post-destete, los animales del tratamiento con concentrado pesaron, en
promedio, 17,4 kg más a los 180 días, que los criados sólo a pradera (P ≤ 0,01).
Respecto al mes de nacimiento, los terneros nacidos en el mes de agosto, pesaron en
promedio 6,6 kg más que los nacidos en septiembre a una edad fija de 180 días (P ≤ 0,05).
Esta situación se explica en los cambios nutricionales experimentados por la pradera a
fines de primavera, lo que afecta de manera más importante a los animales nacidos más
tarde dentro de la época de parto.
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Durante los primeros 35 días de crianza, los terneros alimentados con leche entera
exhibieron un aumento de peso de 431,0 g día-1, el que superó en un 15,7% y 24,7% a los
terneros de los tratamientos SC y SS, respectivamente. Posteriormente, la tasa de
crecimiento fue similar en los tres grupos. El número de días necesarios para alcanzar los
80 kg de peso y duplicar el peso al nacimiento, fueron menores para el grupo LE, con 69,4
y 67,6 días, respectivamente.
En este trabajo se utilizaron sólo las terneras criadas con y sin concentrado del ensayo
anterior (46 en total). El periodo de evaluación se extendió desde el 25 de marzo al 23 de
diciembre de 1985 (6 a 15 meses de edad aproximadamente). Estas se criaron, desde el
25 de marzo, bajo un sistema de pastoreo rotativo con alimentación exclusivamente de
pradera. Desde el 1 de junio, y durante 90 días, las terneras fueron mantenidas en un
potrero de sacrificio, proveyéndoles de ensilaje de pradera permanente de la primavera
anterior. Esta alimentación se mantuvo hasta el 1 de septiembre, fecha en la cual se
reinició el pastoreo rotativo. El encaste se inició la última semana de octubre hasta la
primera semana de enero. El peso de encaste requerido fue de 300 kg. Los resultados se
presentan en el Cuadro 4.
Como se puede observar, a cualquier edad, las terneras que recibieron apoyo con
concentrado hasta los 180 kg de peso, siempre presentan un mayor peso respecto a la no
suplementadas. De igual manera, ocurre para las hembras nacidas más temprano
(agosto).
Cuadro 4. Efecto del tratamiento y mes de nacimiento sobre pesos de vaquillas en
distintas fechas.
Fecha Pesaje
25 Marzo
14 Septiembre
5 Noviembre
11 Diciembre
23 Diciembre
Tratamiento
Con Concentrado
(hasta 180 días)
167,2ª**
189,1ª**
250,1ª**
290,1ª**
301,7ª*
Sin Concentrado
148,0b
171,3b
227,4b
272,7b
279,6b
Mes nacimiento
Agosto
172,6ª**
194,0a**
252,3ª**
294,1ª**
306,2ª**
Septiembre
142,6b
166,4b
225,2b
268,8b
275,0b
Letras distintas en sentido vertical, señalan diferencias significativas entre grupos.
*
(P≤0,05).
**
(P≤0,01).
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Posteriormente, se analizó el efecto de la suplementación con concentrado hasta los 180
kg de peso, sobre el desarrollo de las terneras y su peso de encaste a edad temprana.
Este aspecto es de suma importancia sobre todo en sistemas de producción de leche
estacional. No lograr un peso y desarrollo adecuado de encaste a los 15 meses de edad,
significa retrasar el primer parto hasta los tres años. De igual importancia, es que el primer
parto ocurra en una época adecuada. El atraso en la parición de las vaquillas, en relación
a las vacas del rebaño, puede afectar su fertilidad en el segundo encaste.
Entre los meses de septiembre a noviembre, se registran las tasas de crecimiento más
altas (1,1 y 1,3 kg día-1 para las hembras suplementadas y no suplementadas,
respectivamente), debido al aumento de producción de las praderas.
Los autores señalan que es factible obtener pesos adecuados para encaste a temprana
edad, en vaquillas a las cuales se les proveyó de concentrado además de la pradera,
durante los 6 primeros meses de vida. Sin embargo, la suplementación invernal sería
necesaria para lograr de manera efectiva, el peso requerido de 300 kg, al comienzo de la
época de encaste. Al mismo tiempo, se recomienda que el sistema de suplementación
debiera ser adaptado a la disponibilidad y calidad del forraje disponible.
Otros trabajos desarrollados en la Estación Experimental Oromo, respecto al mes de
nacimiento de las terneras sobre la posibilidad de encastarlas tempranamente (15
meses), confirman que aquellas hembras nacidas a fines de invierno (julio – agosto), por
su mayor edad y mejor crianza, logran superar los 300 kg de peso vivo. Este hecho
ocurre aproximadamente a los 15 meses de edad (Cuadro 5).
Cuadro 5. Efecto del mes de nacimiento sobre la posibilidad de encaste a los 15 meses
en vaquillas de la Estación Experimental Oromo.
Mes nacimiento
Julio
Agosto
Septiembre
Octubre
Noviembre
Vaquillas que alcanzaron peso de encaste a los
15 mese de edad (%)
100,0
100,0
84,9
22,2
7,1
Fuente: Hepp (1984)
Con el propósito de establecer ciertos pesos objetivos a diferentes edades, en el Cuadro
6 se presentan los rangos de peso vivo adecuados, producto de una buena crianza y
manejo, para vaquillas de las razas Friesian y Jersey.
Los pesos logrados en los trabajos revisados, son concordantes con los señalados como
adecuados para las vaquillas de la raza Friesian. Esto corrobora el hecho de que es
plenamente posible, con animales criados bajo estas condiciones, obtener pesos
promedios apropiados al destete y posteriormente al encaste.
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Hacia fines de la temporada de encaste (23 de diciembre), se observa que el grupo
suplementado hasta los 6 meses de edad y las nacidas en el mes de agosto, presentan
en promedio, el peso requerido para ser cubiertas. Sin embargo, la probabilidad que estas
vaquillas sean encastadas, para que paran dentro de la época adecuada en este tipo de
sistema (pastoril-estacional), es reducida. Esta situación se debe principalmente a los
bajos incrementos de peso logrados entre marzo y septiembre (0,127 y 0,135 kg día-1
para las suplementadas y no suplementadas, respectivamente).
Edad (meses)
3 (destetadas)
6
9
12
15 (encaste)
18
21
24 (Pre–parto)
Friesian
90 – 110
150 – 175
210 – 235
270 – 300
330 – 360
390 – 420
455 – 485
520 – 550
Jersey
65 – 85
110 – 130
155 – 180
200 – 230
245 – 275
290 – 320
335 – 365
380 – 410
Fuente: Moran (2002).
En sistemas estacionales de producción de leche, es muy relevante lograr pesos
adecuados al destete y a los 15 meses, debido a que es fundamental que las hembras
se encasten tempranamente y paran a los dos años de edad. De lo contrario, la hembra
deberá pasar un año completo improductiva. Además, es necesario que éstas paran
con una buena condición corporal, para no comprometer su comportamiento
reproductivo y productivo después de su primer parto.
III. Conclusiones
A partir de los antecedentes antes descritos, es posible concluir que:
- Es factible la crianza de terneros en base a praderas tanto en otoño como primavera.
- El estado sanitario de los terneros criados bajo condiciones pastoriles, desde los
primeros días de vida, es muy bueno, existiendo baja mortalidad.
- Las terneras nacidas a fines de invierno (julio-agosto) tienden a exhibir mayores pesos
de destete y pueden alcanzar sus pesos de encaste más tempranamente que aquellas
nacidas en los meses de septiembre a noviembre, debido a una mejor utilización de la
pradera.
- Para una adecuada ganancia de peso pre-destete, es necesaria la suplementación
con algún concentrado de iniciación. Esto ayudará, además, a un mejor
comportamiento productivo de la ternera en la etapa de recría hasta el encaste.
- Se recomienda la suplementación invernal con concentrado en aquellas vaquillas
nacidas a fines de invierno y que se requiere encastar en forma temprana, de manera
de obtener su primer parto a los dos años.
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Cuadro 6. Rango de pesos vivos (kg) para distintas edades para vaquillas Friesian y
Jersey.
IV. Literatura Citada
González, M., Casse, L. y CELIS R. 1977. Comparación de tres métodos de crianza de
terneros en la Zona Central durante el periodo otoño - invierno. Agricultura Técnica 37:
78-81.
González, H. y Cortés, C. 1988. Evaluación de la suplementación con concentrado en
terneros Holando Europeo criados bajo pastoreo. I. Periodo: Nacimiento – Seis meses.
Avances en Producción Animal 13 (1 - 2): 185-190.
González, H. y Cortés, C. 1988. Evaluación de la suplementación con concentrado en
terneros Holando Europeo criados bajo pastoreo. II. Periodo: Seis – Quince meses de
edad. Avances en Producción Animal 13 (1 - 2): 191-195.
Hepp, C. 1984. Factores no genéticos que afectan las características productivas de un
rebaño de la raza Holandes Europeo en un sistema con pariciones estacionales en la X
Región. Tesis Ing. Agr. Santiago, Chile, Universidad de Chile, Facultad de Ciencias
Agrarias. 122 p.
Mella, C. 2002. Crianza de terneros a pastoreo. Departamento de Producción Animal.
Facultad de Ciencias Agronómicas. Universidad de Chile. Circular de Extensión Nº 28.
pág. 22-29.
Moran, J. 2002. Calf rearing. A practical guide. 2ª Ed. Landlinks Press. Australia. 211 p.
Zea-Salgueiro, J. y Diaz, M. 1990. Utilización de pasto por terneros lactantes.
Cap. 5. En: Producción de Carne con pastos y forrajes. Ed. Mundi-prensa. España. 389
p.
.
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Curiquen, E. 2007. Efectos de la adición de manano oligosacáridos en el sustituto
lácteo, sobre el crecimiento y estado sanitario de terneros Hosltein Neocelandés criados
en pastoreo. Tesis Ing. Agr. Santiago, Chile, Universidad de Chile, Facultad de Ciencias
Agrarias. 56 p.
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