Carta abierta a los jóvenes

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2 | El Rosacruz. julio, agosto, septiembre 2013, No. 351
El
ROSACRUZ
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Orden Rosacruz, AMORC
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Roland Brisson,
Gran Maestro
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Alejandro Ruvalcaba Rábago
Editor:
Rubén Colomo Badillo
Traductora del Francés:
Marta Eugenia López Subirós
Publicada e impresa trimestralmente por la
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a Los Naranjos No. 102, San Pedro de los
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índice
Carta abierta a los jóvenes |
3
Serge Toussaint, F.R.C.
Leyendas y Sueños |
13
Nicholas Roerich, F.R.C.
La Búsqueda |
19
José David Belmontes Beltrán, F. R.C.
Especulaciones acerca del ser humano, parte 1 |
24
Cándido Mirón, F.R.C.
La Búsqueda de la Mente | El Cielo es Real |
32
Eben Alexander III.
Carta a la redacción |
Francisco David Colomo Muñúzurri.
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Carta abierta a los jóvenes
Por Serge Toussaint, F.R.C.
Traducción URCI.
« Más que nunca, el mundo de mañana será lo
que los jóvenes de hoy hagan de él individual y
colectivamente…»
6 de Enero de 2013 – Año R+C 3365
Desde hace tiempo, deseaba dirigirme a los jóvenes por medio de
una carta abierta, pero aplacé constantemente este proyecto, por temor
de que tal iniciativa les pareciera presuntuosa o de que la juzgaran
«anticuada»; sin hablar de los que podrían ver en ella la obra de un
“gurú” que desea llamar la atención. Pero todo mundo conoce el
adagio: « ¡el miedo no evita el peligro!» Por otro lado, siempre pensé
que había que tener la valentía de expresar sus opiniones, a riesgo
de ser incomprendido, mal juzgado o hasta ridiculizado. Así que me
decidí a escribir esta carta, habida cuenta que mi fin no es en ningún
caso alimentar la menor polémica, sino, posiblemente, suscitar la
reflexión de unos y otros.
En preámbulo, me gustaría decirles que sinceramente amo a los
jóvenes, lo que no tiene nada de original en sí, más aun cuando pocas
personas se atreverían a pretender o a reconocer lo contrario. Sin
embargo, jamás cedí ante el «juvenilismo», que constituye para mí
una forma de demagogia y una confesión de «viejísmo». Aunque me
sienta joven de espíritu y haga lo posible para conservar mi alma de
niño, soy perfectamente consciente que lo esencial de mi vida presente
3
está detrás de mí y que mi juventud es ahora parte de mis recuerdos.
Si preciso «de mi vida presente», es porque, como la inmensa mayoría
de los Rosacruces, me adhiero al principio de la reencarnación. Pero
ese es otro asunto…
Sin querer hacer un juego de palabras, me parece preferible amar
más bien a los jóvenes que a la juventud. En efecto, muchas personas
dicen amar a los jóvenes, mientras que en realidad, aman a través de
ellos los recuerdos que tienen de su propia juventud. Sin embargo,
es natural, cuando tuvimos la oportunidad de tener una infancia feliz,
de sentir una cierta nostalgia. No obstante, el amor hacia los jóvenes
significa tener empatía por ellos, lo que implica escucharlos y desear
su felicidad, preferiblemente con ellos y no a pesar de ellos. Este es
mi caso, esto no quiere decir que yo apruebe o aprecie todo lo que
dicen y hacen, lo que los «juvenilistas» tienden a hacer o a hacer creer,
para parecer jóvenes ante los ojos de los demás.
Teniendo la oportunidad de viajar mucho en el marco de mi función,
querría primero decir a los jóvenes cuán feliz soy de comprobar
que la gran mayoría de ellos no es racista ni nacionalista, lo que
es muy apreciable. Además, están abiertos a todas las culturas. Es
probablemente la primera vez en la historia que la juventud, en el
plano mundial, es tan universal. Esto se explica en gran parte por el
hecho de que los medios de transporte y de comunicación, a los cuales
vino a añadirse la Internet, hicieron de la Tierra un solo país. Hay otra
explicación para el surgimiento del universalismo: ya sea que estén
conscientes de eso o no, y a veces más allá de las apariencias, los seres
humanos evolucionan interiormente de generación en generación, por
no decir de encarnación en encarnación.
Por el hecho de que los jóvenes tienen una apertura de espíritu cada
vez más grande ante el mundo, son mucho más pacifistas de lo que eran
las generaciones pasadas. Antaño, el patriotismo, el nacionalismo, el
miedo al otro, los prejuicios raciales, etc., favorecían la guerra. Una
vez puesta en marcha, la espiral del odio, alimentada por el deseo de
venganza, conducía hasta a los menos belicosos a matar y asesinar.
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En nuestros días, la inmensa mayoría de los jóvenes son, si no
necesariamente antimilitaristas, por lo menos «antiguerra», lo que es
más positivo en sí. Podemos sólo regocijarnos con eso, porque la paz
es uno de los ideales más nobles que existen. De hecho, es un arquetipo
que forma parte integrante del alma humana. Esto quiere decir que
cuanto más evolucione la humanidad mental y espiritualmente, este
ideal se expresará más a través de los comportamientos individuales
y colectivos.
Bajo el efecto, no sólo de la evolución que opera de generación
en generación, sino también de la multiplicación de los fundamentos
del saber, del conocimiento y de la información, los jóvenes son más
cultos y menos ingenuos de lo que eran a su edad sus padres, abuelos
y bisabuelos. Es lo que explica por qué las religiones perdieron
claramente su influencia sobre ellos. De una manera general, sus
dogmas no están más adaptados a las mentalidades de nuestra época,
y esto, tanto en el plano moral como el doctrinal. A principios de este
siglo XXI, ¿cuántos jóvenes creen que la humanidad es el resultado
de una pareja original, en este caso Adán y Eva, que habrían sido
echados del paraíso por haber comido del fruto prohibido? Del mismo
modo, ¿cuántos se adhieren a la resurrección de los cuerpos y piensan
que Dios, al final de los tiempos, tomará parte entre los buenos y los
malos? No vean allí un ataque o una crítica de las religiones. Tuvieron
y todavía tienen su utilidad, porque permiten a millones de personas
vivir su fe en lo cotidiano.
Si comprendo la indiferencia de los jóvenes con respecto a la
religión, particularmente en Occidente, lamento no obstante que
esta indiferencia los haya alejado de la espiritualidad. En efecto,
este alejamiento va en contra de su bienestar, porque crea un vacío
en lo más profundo de ellos mismos. Dado que «la naturaleza se
horroriza del vacío», muchos de ellos colman éste con actividades
que acaparan e incluso exacerban sus efectos físicos y mentales, a
veces hasta el extremo, en detrimento de su vida interior. El resultado
es un desequilibrio síquico que explica en gran parte por qué muchos
no son verdaderamente felices y sufren de un malestar evidente.
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Para convencerse, basta con recordar que en los llamados países
desarrollados, el número de suicidios entre los jóvenes no cesa de
aumentar, hasta el punto de volverse muy preocupante. ¿Cómo no
estar afectado por tal constatación?
Pero ¿cómo reprocharles a los jóvenes su falta de espiritualidad,
mientras que sus mayores contribuyeron a hacer la sociedad cada
vez más materialista? En nuestros días, y como cada uno sabe, es
el dinero el que dirige al mundo. Por cierto, él siempre ejerció una
gran influencia sobre los seres humanos, pero esta influencia parece
haber alcanzado su paroxismo y da lugar a una avidez y a una codicia
aparentemente sin límite. Venerado como un dios, sirve de fundamento
para una religión sin alma, con sus fieles y sus servidores. Su credo no
puede ser más simple y se resume en una palabra: «tener» (siempre
más). Sobre su altar, los valores morales más elementales son
sacrificados: honestidad, integridad, equidad, generosidad, compartir,
etc. Sin embargo, necesitamos dinero, de modo que no es a él a quien
tiene que culparse, sino a la gran importancia que le es concedida
hoy. De «servidor» que debería ser, se volvió un “mal amo”, y esto,
en todas las categorías sociales.
¿En qué consiste pues la espiritualidad que falta a la inmensa
mayoría de los jóvenes y de la que podrían sacar una fuente de
bienestar? Precisemos en primer lugar que no hace falta seguir una
de las religiones que existen actualmente, tanto más, como dije
anteriormente, que ellos tienden a alejarse de ellas. En resumen,
ella está fundada sobre la idea de que todo ser humano posee un
alma y que el fin de la vida es convertir esta alma en mejor. ¿Cómo?
Trabajando libremente en su desarrollo personal, o más exactamente,
en el perfeccionamiento de su personalidad. Es en el trabajo de
perfeccionamiento que se encuentra el fundamento de la espiritualidad,
con sentido, no religioso del término, sino místico. Visto desde este
punto de vista, Dios no es solamente la Inteligencia, la Conciencia,
la Energía, la Fuerza (poca importancia tiene el término) que obra
a través del universo y la naturaleza; reside también en el hombre,
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bajo la forma de lo que nosotros llamamos comúnmente “la voz de
su conciencia”.
La creciente influencia del dinero en la sociedad ha generado una
subcultura de la cual la televisión es actualmente el principal vector.
¡Cuántas emisiones tontas, vulgares y envilecedoras, sin hablar de
la violencia que se exhibe continuamente en las pantallas! Muchas
de ellas están diseñadas para los jóvenes, lo que sugiere que los que
las financian, las realizan, las programan y animan, consideran que
la juventud se complace en la tontería y la vulgaridad, y que toma
placer en envilecerse. Ante tal desprecio, ¿qué esperan para hacer
valer sus derechos y optar por programas dignos de su sensibilidad
e inteligencia? ¿No se engrandecerían negando y hasta oponiéndose
a esta manipulación desvergonzada de los espíritus? A semejanza de
la Internet, la televisión es el reflejo de la sociedad; ella expresa lo
mejor y lo peor. ¡Que todos en general, y los jóvenes en particular,
hagan de la televisión un soporte de elevación cultural y moral más
bien que de atontamiento!
Entre las manipulaciones más perniciosas a la cual se entrega la
telerrealidad ante los jóvenes, está la exaltación de la celebridad. Con
gran cantidad de exhibicionismo y con gran cantidad de voyeurismo,
les hacemos creer que uno de los fines mayores en la vida es volverse
célebre, y de allí ser admirado y adulado, por no decir venerado. ¿A
qué puede llevar tal culto del ego, sino a la desilusión y al desencanto?
Así como lo muestra la experiencia, la celebridad no basta para
sentirse realizado y feliz; en numerosos casos, hasta es una fuente
de angustias, de temores y de estrés. No es en la mirada de los otros
que debemos buscar la felicidad, sino en la que nos dirigimos hacia
nosotros mismos. Eso quiere decir que ante todo una persona debe
aprender a ser una buena compañía para sí mismo. Cualquiera que
lo logre no siente para nada el deseo de volverse célebre, tampoco
se abandona a adular a esta u otra «estrella», hasta el punto de dar la
apariencia de vivir a través de ella.
¿Qué decir también de las modas que se les impone regularmente
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a los jóvenes o que se imponen entre ellos, ya sea en el ámbito de la
música, la vestimenta, del lenguaje, las costumbres, etc.? Allí también,
¡que se planteen la cuestión de saber a quién o qué beneficia esta
manipulación! Es natural el querer individualizarse y afirmarse, pero
la personalidad, no está en imitar a los demás o seguir la moda, en
cualquier área que sea. Tampoco es «llevar la contraria» y desmarcarse
exageradamente de otros en una preocupación de marginalidad. Se
trata simplemente de ser uno mismo y vivir de acuerdo con sus propios
valores y gustos personales. Y al contrario de lo que muchos jóvenes
parecen pensar, nada es más respetable e incluso admirable que quedar
conformes con nuestras propias decisiones, incluso si son «normales»,
en lugar de adoptar las que nos son impuestas desde el exterior, para
ser o parecer estar “de moda”.
Como es el caso de la religión, la relación de los jóvenes con la
política también ha cambiado mucho. Precisemos que es una parte
integral de la sociedad y es una necesidad para gobernar el estado
como la ciudad, y desde el pueblo más pequeño a la más grande
megalópolis. Todavía hace unos pocos decenios, ella era el centro
de las conversaciones entre los jóvenes, cada uno se sentía un alma
“contestataria”, a veces también sin saber si lo que se cuestionaba
era realmente cuestionable. Hoy en día, muchos pierden el interés.
¿Por qué? Porque ellos sienten que la política no logra resolver los
problemas de los ciudadanos ordinarios y es incapaz de mejorar el
mundo. Por ello, en muchos países, el porcentaje de voto de abstención
es muy importante para los jóvenes, excepto tal vez en las elecciones
locales, donde se sienten más involucrados.
A la imagen de los hombres, la política es imperfecta; por tanto
está sujeta a la crítica. Pero si se admite que en toda democracia
verdadera se tiene a los dirigentes que se merece, la política es una
fiel imagen, ciertamente de quienes nos gobiernan, pero también de
los que son gobernados. Frente a los problemas que se plantean a la
colectividad, es a la vez demasiado simple y demasiado fácil pues
responsabilizar exclusivamente a los y a las que ejercen funciones
políticas. Independientemente del hecho de que somos libres de
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nuestro voto, podemos y debemos hacer un uso de nuestro libre
albedrío y actuar para que la sociedad mejore. ¿Cómo? Esforzándonos
en hacernos «seres humanos realizados», para recuperar los términos
de Comenius, eminente Rosacruz del siglo XVII, considerado como
el padre espiritual de la U.N.E.S.C.O. En esto, siempre creí que la
política, en el sentido filosófico del término, era primero y ante todo
el arte de gobernase a sí mismo.
Desde mi punto de vista, la solución a la crisis actual reside más en
la ética que en la política, sin que una excluya a la otra. Pero, ¿qué es la
ética? En pocas palabras, es la actitud de respetarse a sí mismo, respetar
a los demás y respetar la naturaleza, lo que no es nada moralizante.
Desgraciadamente, este respeto falta cruelmente en nuestros días,
porque los padres y los adultos en general no se lo transmitieron
a los hijos. Durante las últimas décadas, los hemos condicionado
a reivindicar derechos. Esto no sería dañino si, paralelamente, los
hubiéramos familiarizado con los deberes correspondientes. Esto
no se hizo, de allí el desequilibrio actual y sus consecuencias en la
sociedad: violencia, corrupción, intolerancia, robos, violaciones,
tráficos de todo género, etc.; como de comportamientos negativos
que se traducen en la ausencia de no violencia, de integridad, de
tolerancia, de honestidad, de benevolencia, etc. Se vuelve pues urgente
volver a estos fundamentales, y pertenece a los jóvenes aceptar este
desafío. Dado que son más bien víctimas que culpables del laxismo
que actúa con rigor desde hace muchísimo tiempo en este campo, su
mérito solo sería mayor.
En relación con la noción de deberes, los jóvenes que leerán esta
carta abierta encontrarán posiblemente una guía en la «Declaración
rosacruz de los deberes del Hombre», propuesta por la Antigua
y Mística Orden Rosacruz en 2006. Tengan en cuenta que esta
declaración ha sido publicada a página completa en revistas y
periódicos de primer plano, y que su aparición ha sido aclamada por
numerosas personalidades civiles, políticas y religiosas. El Epílogo
habla por sí mismo: «Si todos los individuos cumplieran estos deberes
fundamentales, quedarían pocos derechos por reivindicar, porque
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cada uno se beneficiaría del respeto que le es dado y podría vivir
feliz en la sociedad. Esta es la razón por la que toda democracia no
debe limitarse a promover un “Estado de Derecho”, en cuyo caso
el equilibrio mencionado en el Prólogo no puede ser mantenido. Es
imprescindible también que predique un “Estado de deberes”, para
que todo ciudadano exprese en su comportamiento lo que el hombre
tiene de mejor en él. Sólo basándose en estos dos pilares es que la
civilización podrá asumir plenamente su estatuto de humanidad.»
Ciertamente, tales proposiciones no tienen nada de reaccionario, sino
traducen lo que debería parecer evidente para todos.
De lo que precede, deducimos que la política no es asunto
exclusivo de los partidos y de las corrientes que se dedican a eso, todas
tendencias confundidas. Como gobierno de sí mismo, implica a todos
nosotros y tiene que poner lo mejor de nosotros mismos al servicio de
los demás y de la sociedad, lo que nuevamente nos lleva a lo antes
dicho sobre la espiritualidad. Visto desde este ángulo, la forma más
alta de política es el humanismo, ideal filosófico que consiste en poner
el bienestar de todo individuo en el corazón de las preocupaciones de
los gobernantes y de los gobernados, sin distinción. Esto equivale a
hacer a otros lo que nos gustaría que nos hagan, pero igualmente a
no hacerles lo que no nos gustaría que nos hagan. Esto naturalmente
recuerda el mandamiento superior del Maestro Jesús, el cual no es
propiedad moral o espiritual de ninguna religión, sino una fuente de
inspiración para quien quiera, cristiano o no, creyente o ateo, que se
adhiere a este mandato. Entonces, a falta de ser espiritualistas, insto
a todos los jóvenes a ser humanistas.
Pero no se puede ser humanista sin participar también en la
salvaguardia y la protección de la naturaleza. Sin embargo, todos
sabemos que nuestro planeta está amenazado: calentamiento climático,
deforestación excesiva, destrucción generalizada de ecosistemas,
desaparición de muchas especies vegetales y animales, contaminaciones diversas… De toda evidencia, la ecología se convirtió
en el desafío más importante del siglo XXI. Lamentablemente, la
crisis económica y social que afecta al mundo desde hace varios
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decenios oculta este desafío a riesgo de que se no se haga lo necesario
para evitar lo peor. Ciertamente, este es el legado de generaciones
anteriores, pero si los jóvenes de hoy no se movilizan, parece evidente
que la tierra, obra maestra de la creación, pasará a ser inhabitable para
millones, quizás incluso para miles de millones de seres humanos. Así
que apostamos por su sentido de la responsabilidad y su movilización,
con la idea de que sus hijos y nietos hereden una Madre Tierra
regenerada, con la que la humanidad será finalmente reconciliada.
Otro peligro que amenaza la estabilidad de la sociedad y lo que
comúnmente se llama el «vivir juntos», a saber, es el individualismo.
En efecto, es cierto que la Internet es una gran fuente de información
y una gran manera de comunicación, lamento, sin embargo, que su
uso se ha vuelto demasiado excesivo hasta el punto de que muchos
jóvenes admiten que no pueden estar sin la red. ¿Qué decir también
de su adicción a los celulares y otros teléfonos inteligentes? Paradoja
de los tiempos modernos: los seres humanos se comunican durante
todo el día de un lugar a otro del planeta, pero muchos de ellos dicen
que se sienten muy solos. En este sentido, esto es lo que podemos leer
en la «Positio Fraternitatis Rosae Crucis» Manifiesto que la AMORC
publicó en 2001 mundialmente: «comprobamos, por otra parte, que
en la era de la comunicación, los individuos ya no se comunican.
Los miembros de una misma familia ya no dialogan entre ellos,
tan ocupados como están en escuchar la radio, mirar la televisión o
navegar en Internet...»¿No sería hora de (re)privilegiar los contactos
directos y (re)humanizar la sociedad?
En razón del estado caótico del mundo, muchas personas,
especialmente los jóvenes, son pesimistas sobre su futuro y el de la
humanidad. Los Rosacruces, a su vez, son y siguen siendo optimistas,
lo que no quiere decir que no sean realistas. Así, en el texto titulado
«Las profecías de los Rosacruces», publicado en 2011, se encuentra
lo siguiente: «En vista de nuestra enseñanza y nuestra filosofía,
somos optimistas sobre el futuro, aunque la situación actual pueda
dejar temer lo peor. Más allá de las apariencias, el período turbulento
que atravesamos constituye un “paso obligado” que debería permitir
11
a la humanidad trascender y renacer en sí misma... En conjunto,
ella está destinada a instaurar una sociedad ideal, que numerosos
sabios del pasado han predicho, y que numerosos individuos esperan
más o menos conscientemente.» ¡Entonces confiemos! En lugar de
limitarnos a decir que «la esperanza permite vivir» actuemos con la
idea de que la vida está llena de esperanza.
En la introducción a esta carta, mencioné mi temor de que se
perciba como «pasada de moda», sobre todo por los jóvenes que
la leerán. Sin embargo, yo no creo que sea «pasado de moda»
animarles a ser espiritualistas, humanistas y ecologistas, que se
comprometan a no ser manipulados por aquéllos que comercian la
estupidez, el voyeurismo y otros derivados de la «mediatización» de
las costumbres, de advertirles contra el individualismo que generan
las nuevas tecnologías, de recomendarles despertar y expresar lo
que hay de mejor en ellos, etc. En lo que me concierne, apelo a su
conciencia y hasta a su alma, con el fin de que no pasen al lado de
su existencia y hagan de la humanidad lo que está destinada a ser:
la expresión sobre Tierra de lo mejor que la vida puede ofrecer a las
generaciones presentes y futuras. También, que ellos se pregunten:
¿qué sociedad, qué humanidad, que mundo desean para sus hijos?
Un adagio que ustedes conocen enuncia: «Si juventud supiera y si
vejez pudiera», lo que deja suponer que los jóvenes tienen la energía
apropiada para mejorar el mundo, pero no tienen la experiencia
necesaria. Estoy convencido de que si ellos tienen la voluntad, ellos
pueden alcanzarla, incluso más allá de nuestras esperanzas. Entonces,
tengamos fe en ellos…
Es con estas palabras de esperanza que concluyo esta carta, no sin
expresar mis mejores deseos de felicidad y éxito a todos los jóvenes
que la lean, sea que la hayan apreciado o no.
Con mis mejores deseos.
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Leyendas y Sueños
Un mensaje especial de un eminente Filósofo y Artista
Por Nicholas Roerich, F.R.C.
(Enviado desde su Sánctum en los Himalayas)
De: “The Rosicrucian Digest” Julio 1931
EL PROFESOR ZELINSKI, en su muy interesante trabajo
acerca de los mitos, llega a la conclusión de que los héroes de
estos mitos no sólo son figuras legendarias, sino que realmente
existieron. Muchos otros autores llegaron también a la misma
conclusión, derrocando así la tendencia materialista del siglo
pasado, que algunas veces realmente intentó probar que incluso
figuras históricas eran sólo mitos.
Por tanto Senard, el erudito francés, intentó probar que Buda
nunca existió y fue nada más que un mito académico. Asimismo
hubo intentos por negar incluso la existencia de Cristo, ignorando
13
que tenemos pruebas muy cercanas a la época de su existencia,
además que también se descubrió la inscripción romana con el edicto
contra los primeros cristianos en Siria, muy cercana al tiempo de la
gran Manifestación. En esta lucha entre aquéllos que reconocen y
aquéllos que niegan, se revela un rasgo de la psicología universal.
Resulta instructivo ver en esto cómo quienes niegan son derrotados
gradualmente y quienes defienden el heroísmo, la verdad y la realidad,
encuentran apoyo en los propios hechos.
Además, aquéllos que han aparecido como soñadores de
héroes y mitos de repente aparecen como los realistas, mientras que
los escépticos, gradualmente ocupan la posición de soñadores que
confiaron en la difamación de una fuente falsa. Así, lenta pero segura,
gira la rueda de la evolución, llevando consigo la revelación de la
verdad olvidada.
Miremos hacia atrás y veamos cómo
rápida y fácilmente la humanidad olvida hasta
los acontecimientos y personalidades recientes.
Sólo recientemente personalidades tales como
Paracelso y Tomas Vaughan -ambos Rosacruces
eminentes- estaban puestas en una lista como
impostores, hasta en las Enciclopedias. Pero
entonces, aquéllos que tenían una posición
imparcial se comprometieron en leer sus
trabajos y encontraron, en lugar de pronunciados charlatanes,
profundos eruditos de cuyos descubrimientos la humanidad se
benefició. Recuerdo cómo en mi infancia quedé fascinado con el
libro de Gaston Tissandier, “Los Mártires de la Ciencia”. Aquéllos
que fallecieron como un holocausto, por torturas o en el cadalso,
son considerados ahora como grandes científicos. Pero el falso
escepticismo continúa su trabajo y en lugar de aquellos mártires, se
apresura para crear nuevos, y así de un modo seguro honrarlos con
monumentos y celebraciones.
En años recientes se ha hecho aparente una manifestación
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social que nos da esperanza que en algún tiempo –quizás el tiempo
esté cercano- los perjudiciales desmentidos serán frenados y puestos
en el lugar que merecen.
Las personas se han vuelto deseosas de leer biografías. Aquí
realmente incluso los escépticos intentan no conceder. Encogiéndose
de hombros, dirán, “¿Cómo podemos estar seguros acerca de las
verdaderas intenciones de las acciones de los personajes descritos?”
o “¿Cómo podemos estar ciertos que no fueron accidentes los que
crearon los acontecimientos, marcando la vida de los personajes
descritos?” o “¿cómo podemos estar seguros de la imparcialidad del
biógrafo?”
¡Concedamos que estos comentarios sean verdaderos hasta
cierto punto! ¡Debemos adjudicar una cierta parte del ánimo personal
del biógrafo! Pero, no obstante, la colección de documentos históricos,
nos ofrecen exactamente los mismos hitos de la verdadera realidad.
Del mismo modo, hasta hace poco algunas crónicas se consideraron
documentos inadecuados que no merecían una seria consideración.
Pero un estudio detallado de las crónicas contemporáneas, documentos
y descubrimientos, han demostrado qué las crónicas merecen mucha
más estima de la que generalmente se supone. Ciertamente también
tengo la esperanza que la humanidad no pase por alto siglos enteros
antes de prestar atención a las manifestaciones excepcionales.
Mediante la lectura de biografías, la humanidad aprenderá también
a inscribirlos. Por supuesto, es erróneo pensar que los héroes podrían
ser sólo atributo de la antigüedad. La síntesis de nuestra era cristalizará
igualmente sus héroes y podemos esperar que los holocaustos, las
prisiones y las ejecuciones, ya no sean parte de estas grandes almas.
Habiéndonos cerciorado que los dioses de la antigüedad fueron
personalidades heroicas grabadas en la memoria de los pueblos,
debemos afirmarnos en el conocimiento de que en nuestros días su
individualidad y la personalidad igualmente siguen imponiendo sus
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manos sobre el timón de la humanidad. Determinando la existencia
de estas personalidades, aprenderemos, al igual que los antiguos, a
acompañarlos en una exposición positiva de sus vidas. No debemos
olvidar que en el futuro estas descripciones de vida deberán llegar
a las escuelas como antorchas de la historia. De ahí que nuestra
juventud no solamente guste de leer biografías, sino también aprender
a escribirlas, o más bien, discernir cuáles de las manifestaciones de
sus contemporáneos se vuelvan historia.
A través de la lectura de leyendas, los jóvenes también
aprenden a soñar. Y esta es una gran capacidad: saber soñar, llenando el
corazón con el mejor fuego. Con estos fuegos del corazón los jóvenes
aprenderán también a discriminar cuál es verdad. Ningún cálculo
deberá facilitar a la verdad, no es sino el lenguaje del corazón que
sabe dónde permanece esta gran verdad, que, a pesar de todo, guía a
la humanidad hacia arriba.
Las leyendas, ¿no son la colección de las mejores flores? De
lo pequeño, de lo insignificante, la humanidad no crea leyendas. A
menudo, en aparentes leyendas negativas, figura una gran parte de la
reverencia al poder. En cualquier caso, cada leyenda contiene algo
inusual. ¿Y no nos conduce esta singularidad más allá del crepúsculo
del estándar mecánico? Pero la leyenda que nos libera más allá de los
límites de la opresiva rutina cotidiana, refresca nuestra tendencia de
pensamiento y nos permite fundirnos en nuevas profundidades del
conocimiento, con un eterno, inextinguible ardor juvenil.
Pregunte a un gran matemático, un gran físico, un gran biólogo,
un gran astrónomo, si él sabe soñar. No mencionaré a los artistas,
músicos, poetas, ya que su ser entero está formado de la capacidad
para soñar. Y un gran científico, cuando es realmente grande y no se
aturde por la presencia de un testigo, le dirá bellamente cómo sabe
volar en sueños y cómo muchos de sus descubrimientos tienen su
fuente no sólo en cálculos, sino precisamente en un sueño.
Hemos recordado entonces que las leyendas no son
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abstracciones, sino usualmente la realidad misma. También debemos
recordar que los sueños no son signos de analfabetismo, sino
capacidades de almas refinadas. Alentemos constantemente a los
jóvenes al esfuerzo de la llamada y creativa leyenda, y permaneciendo
jóvenes junto con ellos, rindamos homenaje a los sueños como el
principal y edificante medio de nuestra regeneración y perfección.
Esfuerzo, la Jerarquía, Infinidad y Belleza –sólo bajo estos
hitos progresamos indiscutiblemente–. Todo lo que consiste en la
actividad de nuestras sociedades debe aplicarse inmediatamente en
la vida. Rindiendo homenaje a los sueños no nos haremos soñadores.
Seamos los sueños de un Creador. En este sueño no habrá
intoxicación, ni vacilación, sino el conocimiento inmutable se reunirá
en la profundidades de nuestro espíritu. Y en primer lugar recordemos
que la palabra “Cultura” significa Cult-Ur o culto a la Luz.
Pintura de Nicholas Roerich, Bandera de la Paz.
17
El Propósito de la Orden Rosacruz, AMORC
La Orden Rosacruz, AMORC, presente en todo el mundo, es
una fraternidad no sectaria de hombres y mujeres dedicados
a la investigación, estudio y aplicación práctica de las leyes
naturales y espirituales. El propósito de la Organización
es ayudar a todos para vivir en armonía con las fuerzas
cósmicas creativas y constructivas, para el logro de salud,
felicidad y paz. La Orden es conocida internacionalmente
como la Antigua y Mística Orden Rosae Crucis y tanto en
América como en otros continentes, constituye la única
forma de actividades Rosacruces integradas en una sola
institución. La A.M.O.R.C. (por sus iniciales) no vende sus
enseñanzas. Las da libremente a sus miembros afiliados
junto con otros beneficios. Para información completa
acerca de las ventajas de la afiliación Rosacruz, escriba
una carta al domicilio citado abajo y pida el folleto gratuito
titulado «El Dominio de la Vida».
Diríjase a:
Escribano R.E.R.
Orden Rosacruz, AMORC,
Apdo. Postal No. 827, Oficina Centro,
C.P. 37000, León, Gto. - MÉXICO
Jerarquía Esotérica
A todos los miembros de la Jerarquía Esotérica se les pide participar en los
«Períodos Especiales de Meditación» que se efectuarán en las siguientes fechas:
Jueves 15 de Agosto , Jueves 21 de Noviembre de 2013. Jueves 20 de Febrero
y Jueves 15 de Mayo de 2014 a las 20:00 horas de su localidad. Sus informes
deberán enviarlos a la atención del Gran Maestro a esta Gran Logia AMORC,
Jurisdicción de Habla Hispana para las Américas, en León, Gto, México.
18 | El Rosacruz. julio, agosto, septiembre 2013, No. 351
La
Búsqueda
POR JOSÉ DAVID BELMONTES BELTRÁN, F.R.C.
El presente son reflexiones y meditaciones personales, que no representan necesariamente
la opinión de la Orden Rosacruz AMORC. No escribo para todos, sin embargo, todos
son invitados a leer.
La realidad absoluta es consciencia pura. Nuestros sentidos
perciben el universo circundante y nuestra consciencia le da
comprensión asignándole: sentido, valor, forma y contenido entre
otras cosas; el conocimiento es “algo” muy propio del hombre,
porque el conocimiento como tal, sólo puede existir en la mente y
consciencia.
Todo es un reflejo de nosotros mismos. Objeto y sujeto se vuelven
uno en el fenómeno de la manifestación; El objeto está ahí como una
masa de energía atómica y subatómica, de hecho no existe como
un objeto sólido con las cualidades físicas que el hombre común
conoce, es nuestra consciencia quien le da existencia y cualidades
“objetivas” y subjetivas.
El hombre busca en la vida algo o a alguien que le confirme su
valor y existencia. De hecho, la ausencia de esta confirmación es
causa de ansiedad y angustia. En los ancianos la ausencia de valor
19
utilitario es causa de muerte anticipada. El hombre necesita de algo
o alguien que le confirme su valor, porque él sabe instintivamente
que en la naturaleza todo lo que no tiene valor tiende a desaparecer.
La existencia del hombre radica en su propia consciencia, y ésta
se esfuerza constantemente en ser consciente de ella misma para
confirmar su propia existencia, pero es difícil “verse” ella misma,
necesita del espejo donde su imagen reflejada le confirme que aun
está ahí.
El hombre desde su infancia busca consciente o inconscientemente
por diferentes medios su propia confirmación, en este esfuerzo se une
a grupos que refuercen su propia apreciación de valor existencial,
inclusive busca a Dios por medio de religiones y otros grupos para ser
aceptado por él, y cubrirse de “algún” modo con el valor de Dios. El
hombre busca fuera de él a Dios y no lo encuentra, porque la realidad
ultima y cierta para el hombre, sólo puede existir en el interior de su
consciencia.
El hombre porta en su interior a Dios como el modelo o ideal
del hombre a ser. Pero sólo se vuelve parcialmente consciente de
él por sus impulsos apremiándolo a alcanzar el valor de su propia
realización.
El hombre es un ser con consciencia, mente y razón, y comprende
consciente o instintivamente que su realidad como ser, no radica
exactamente en el cuerpo físico finito y corruptible, sino que encuentra
en su consciencia que le confirma su existencia. También comprende
que la muerte física es inevitable y que su existencia depende de la
conservación de su consciencia que es donde ubica su verdadera
identidad, de ahí que busca conocer y ampliar su consciencia más
allá de su cuerpo físico no solamente como el hombre perfecto, sino
también divino e inmortal.
El hombre posee varios “cuerpos”, como el físico, emocional,
psíquico y espiritual entres otros. La consciencia al experimentar la
20 | El Rosacruz. julio, agosto, septiembre 2013, No. 351
experiencia, valga la redundancia, se mueve o instala en el cuerpo
o los cuerpos por el cual está experimentando; el hombre no puede
experimentar “algo” fuera de él, sólo puede hacerlo en el interior de
él mismo, tomemos un ejemplo como: una flor, una rosa hermosa en
forma, color, aroma, textura y armonía con su entorno, el hombre
la percibe por sus sentidos y la forma en su consciencia, la mente
la conceptualiza con atributos y cualidades objetivas y subjetivas
comprendiendo lo que es la flor, pero, ¿Dónde se lleva a cabo esta
experimentación y comprensión de lo que es la flor? En el interior
del hombre, o sea en consciencia el hombre se ha convertido en la
flor y la experimenta en sí mismo. Pero la percepción y comprensión
de la flor fue formada por la percepción del objeto externo y la
consciencia humana proyectó en ella su propia naturaleza y el bagaje
de conocimientos que ya portaba desde antes dándole existencia en
ella misma, en la consciencia humana, de acuerdo a su naturaleza
y conocimiento. Ahora bien, cualquier otro conocimiento nuevo y
diferente al ya adquirido anteriormente, que pudiera surgir al ver una
flor distinta a la anterior, surgiría con base al conocimiento anterior,
y las relaciones que nuestra mente y consciencia pudieran formar de
una nueva conclusión como nuevo conocimiento.
Místicos, teúrgos, religiosos entre otros, todos tienen su ciencia
y ceremonias teúrgicas, todos poseen una parte exotérica y otra
esotérica, y todos buscan por igual todo lo anterior expresado por
diferentes fórmulas como: rituales, ceremonias, meditaciones,
oraciones y arquetipos expresados en forma de dioses, santos,
cartas del tarot, u otros símbolos, llegando a convertirse por fugaces
momentos en los héroes o semidioses del ceremonial en el plano de
su propia consciencia. El todo es consciencia y mente, donde esté la
consciencia del hombre, ahí estará él.
Cuando el ritual o ceremonial tiene éxito, ángeles y dioses
acuden presurosos a la convocación, pero de ningún modo se
espera la presencia real de tales deidades, porque son personajes
simbólicamente alegóricos, y arquetipos que contienen grandes
potenciales energéticos que explota o son liberados en manifestación
21
dentro de la consciencia de los participantes del ceremonial. El
hombre se convierte igual que la flor, en los personajes del ceremonial
y la consciencia cobra una expansión y agudeza sobre el drama
ritualístico atrayendo ideas afines a las expresadas en el ceremonial,
el cerebro hace conexiones neuronales al mismo tiempo que la mente
humana hace relaciones de ideas que confluyen y emergen en nuevas
conclusiones no expresadas exactamente en el ceremonial, sino que
emergen en un estado de paroxismo ritualístico ante la conjunción de
ritual, mente y consciencia.
En realidad, poco importa si estos rituales son fantasía de mentes
alteradas o no, como tampoco importa si el hombre cree en la
existencia de dioses o no, porque mientras los actos y propósitos
del hombre sean constructivos y propositivos en beneficio de la
humanidad y estén sustentados por el amor, algo bueno brotará de él
y Dios emergerá dentro de sus propósitos.
Cada ser o individuo que poblamos la tierra es diferente al resto,
y en esta multiplicidad de cuerpos, mentes y consciencias que
experimentan cada segundo y suceso de nuestra propia vida, son
en realidad una manifestación del alma universal, la mente cósmica
que observa, de hombre a hombre, de consciencia a consciencia
experimentando, aprendiendo y evolucionando a través de ellos.Somos
en última instancia conocimiento de nosotros mismos, que nos revela
¿qué somos?, o ¿quiénes somos? ésta es la misma búsqueda del alma
y mente cósmica.
Nuestros cuerpos como los grandes conjuntos estelares, fueron
formados por polvo de estrellas o soles. La energía solar que
conocemos como luz son pequeños soles que han emanado de un
sol mayor. El vacío o espacio interestelar es oscuro y frío, la energía
solar sólo cobra manifestación cuando entra en contacto con cuerpos
“sólidos” convirtiéndose en luz y calor revelador del universo
manifiesto de formas y sentidos… La luz es un símbolo alegórico de
la consciencia.
22 | El Rosacruz. julio, agosto, septiembre 2013, No. 351
La búsqueda del hombre, es la búsqueda de su propia identidad,
su realidad original y pura, el “Yo soy Yo”, es encontrar la realidad
última en este plano y la libertad del ser. Buscamos fuera lo que está
dentro. Ésta es la ansiedad inconsciente que el hombre siente y es
impulsado en una búsqueda “ciega” por el ego y las pulsiones básicas
del hombre.
“El propósito general de la meditación es el mismo para todos:
aprender a relacionarse con la consciencia, el nivel más puro de la
experiencia” (1). Desplaza tu consciencia a través de todo tu cuerpo
físico y después, relájate y olvídate de él, inhibe tus sentidos físicos,
silencia tu diálogo interior y sumérgete en el universo oscuro de
tu propia mente, mantente solamente “receptivo”, no razones, no
pienses, analices o juzgues, eso lo harás después, sólo permanece
atento a cualquier manifestación, cuadros, palabras escritas u orales,
símbolos, lo que sea, este es tu universo interior y tú eres su centro,
su dios, observa al pensador, vuélvete consciente de quien observa,
percibe tus niveles de mente y consciencia e identifica: ¿Quién piensa?
¿Quién observa? ¿Quién eres? o ¿Qué eres?
La búsqueda consciente o inconsciente del hombre, tiene como
objetivo final encontrar su verdadera y original identidad, su verdadero
“Yo Soy Yo”, donde se reúnen e identifican en el plano de consciencia
pura tanto el Hombre, el Universo y Dios… volviéndose todos uno
solo.
“El Todo es mente; El universo es mental” (2)
¡Oh! Hombre, conócete a ti mismo y conocerás al Universo
y a los Dioses.
Pax Vobiscum.
Bibliografía:
(1).- El Libro de los secretos.- Deepak Chopra.
(2).- El Kybalión.
23
Especulaciones acerca
del ser humano
Parte 1
Por Cándido Mirón, F.R.C.
Sin ánimo de escribir en términos cabalísticos, se puede decir que
en la mente de la mayoría de las personas permanece la imagen de un
Dios Todopoderoso, que todo lo puede, todo lo sabe y que está en todas
partes, con algunas diferencias de apreciación.
No obstante lo especulativa que pudiera ser esta premisa que
parece correcta, no todas las personas se interesan en pensar cuál es la
edad de ese Dios o, dicho de otra manera, desde cuándo Dios existe,
y muchas veces, porque esta pregunta la consideran ilusoria.
La mayoría de quienes han sido preguntados sobre este
particular, se han conformado en contestar: que no saben; que desde
siempre, o sea desde el eterno; y otros recurren a documentos de carácter
sagrado, y dan la contestación, según ellos, completa y la mejor o más
correcta, pero queda en las mente de muchas personas la inquietud e
inconformidad de tales respuestas.
Para dilucidar el dilema referido, más adelante se encuentran
algunos razonamientos que, para unas personas parecerán aceptables
24 | El Rosacruz. julio, agosto, septiembre 2013, No. 351
por su sentido común y sencillo, y para otros, sin importancia.
Si de credos se trata -que los hay en abundancia- y que aquí
no se van a discutir para evitar discrepancias. Sólo se conjeturarán
algunos conceptos para refrescar algunas mentes que podrían estar
necesitando ventilación y luz del Paráclito para desarrollar su
potencial.
Independientemente del significado que se le da a la palabra
“espíritu” de los tantos que se usan, si es que se está hablando de
manera esotérica o exotérica. Aquí en este artículo sólo se harán
referencias, para que el acucioso e inteligente lector deduzca de su
significado el mayor provecho posible.
Es bien sabido que los seres humanos acrecientan sus
conocimientos a través de sus sentidos objetivos, que son los
receptores de todos los acontecimientos que alcanzan a captar gracias
al grado de percepción que le permite su respectiva inteligencia, que
para cada uno es diferente a la de sus semejantes.
De ahí, que se piense que el destino ya viene definido para
cada persona, determinando lo que cada quién será en su existencia y
que, aun cuando se trate de cambiarlo nunca puede lograrlo, aunque
parezca que sí.
Es evidente que los niños, al momento de nacer, no saben
si Dios existe o no existe; no temen a la muerte; no todos intuyen
el peligro, por lo cual, es normal que actúen inocentemente ante las
circunstancias de su existencia que están comenzando a sentir; y en
la medida que aumentan sus edades adquieren los conocimientos
correspondientes. Dios Todopoderoso que los ha traído a este
planeta, sin que ellos lo hayan solicitado, los cuida inmensamente.
De acuerdo a su edad y su crecimiento espiritual y al
entendimiento que su Creador les provee, van comprendiendo la
existencia de Dios durante su vida y en su manera en que se la van
25
acomodando sus semejantes y sus experiencias.
Estas creaturas siguen aprendiendo en infinidad de
circunstancias, de las costumbres de su entorno, las modas y todo
lo que vienen alcanzando a ver, oír, oler, saborear y palpar, de
conformidad al grado de desarrollo de estos sentidos y también de
los sentidos síquicos que son muy importantes.
Las personas que están en su entorno, no importando la edad,
desempeñan un papel significativo en la vida de cada creatura, cuando
directa o indirectamente los motivan para lo que hay o no hay que
hacer, y además para las cosas inherentes a determinados objetivos
y naturalmente gracias al instinto y la intuición de esas crecientes
creaturas, van aprendiendo y conformando su personalidad, la
cual es la viñeta fundamental de cada una de ellas. Así mismo van
identificando al Dios en el que han de creer o no, ya sea temporal, o
todo el tiempo que vivan en o alrededor de este globo terráqueo.
Las personas con su mente agudizan su imaginación e intuyen
sus pensamientos seleccionando y absorbiendo los conocimientos que
les interesan y que satisfacen su ego y favorecen su subconsciente para
que su consciencia, que es atributo del alma, permanezca tranquila y
manteniendo la fuerza vital de vida estable y, consecuentemente esta
alma, que es la sostenedora del espíritu de la persona que está viva
y normal, se desarrolle naturalmente de acuerdo al fin para el cual
Dios la ha hecho aparecer en este mundo tal como se le conoce.
Las personas, antes de nacer, ya sea segundos, horas, días,
meses o más, no recuerdan nada de lo que han sido o sean en sí
mismas, es decir, no tienen memoria y, si la tienen, parece que no
pueden usarla, lo cual es evidente, porque cuando vienen entrando de
cabeza por el “túnel” llamado vagina y salen por la puerta de la vulva
haciendo ruidos sin saber su significado, sencillamente se mueven
recibiendo atenciones de adultos encargados de enseñarles directa o
indirectamente lo que deben o no deben hacer en aquellos momentos
de su desarrollo inicial.
26 | El Rosacruz. julio, agosto, septiembre 2013, No. 351
Así, sucesivamente crecen pudiendo alcanzar la edad que
tienen los hipotéticos lectores de este mensaje, quienes ya saben lo
suficiente como para decir que tiene o no tiene sentido.
Para algunos lectores, únicamente por favor, sería ideal que
observen sin acerbo, cómo es que se va enriqueciendo el acervo de las
personas, en este mundo siempre convulsionado. El hombre -léase la
gente- siempre ha querido y quiere hacer lo mejor, no importándole
su esfuerzo, siempre que ello esté satisfaciendo su consciencias, su
instinto o sea, que él hace lo que él cree que es debido. Sus acciones,
haciendo o no, reflejan lo que es cada persona, la cuál es única y nunca
igual a otra; por lo tanto ellas son producto de sus actitudes.
De lo anterior se colige que cada individuo actúa en fiel
concordancia a lo que sus sentidos captan, ya que estos se conectan
con su mente, que es la rectora de sus imágenes que a gran velocidad
intuyen sus pensamientos de acción o no acción. Todo lo cual balancea
su consciencia que como ya se dijo, es atributo de su alma.
Hasta aquí se comprende claramente lo expuesto. Más adelante
se tratará de explicar un poquito de uno de los incontables casos que
hay en la historia de la humanidad.
Bien, en el área geográfica donde se considera que fue
desarrollada la historia sagrada más relevante de la Humanidad,
allí, hay infinidad de acontecimientos, algunos pocos conocidos y la
mayoría desconocidos, aunque hipotéticamente se pueden escribir
abundantes páginas, recurriendo por supuesto a tradiciones, libros,
imprenta, etc.
Al aumentar la edad de los acontecimientos, más lejos va
quedando la información de los mismos, por lo cual las personas
más esfuerzo hacen para indagarlos y se exponen a no encontrar la
autenticidad que buscan.
Siendo la Biblia un documento importante para hablar de la
27
historia del hombre y de los múltiples hechos que ha experimentado
y está experimentando este planeta, sería interesante escribir diversos
tópicos, pero son tantos que muchos de ellos ya han sido expuestos
por expertos en la materia, por lo cual, en este mensaje sólo se hacen
limitadas referencias.
Según la historia, Moisés escribió cinco libros, todos antes
de la era cristiana. Tres de ellos en el desierto. Génesis. “desde el
principio” hasta 1,657, habiéndolo completado en 1,513: Éxodo,
en 1657-1,512, Levítico, durante un mes de 1,512; Números, en el
desierto y llanuras de Moah, en 1,512-1,473 y Deuteronomio, en
Llanuras de Moah durante dos meses, en 1,473. Eso dice la Biblia.
Considerando la época durante la cual Moisés escribió, y las
circunstancias que pudo haber experimentado haciendo su trabajo,
se estima que fue un hombre extraordinario. Así también ha habido
y hay otros hombres famosos por sus capacidades literarias y otros
atributos y dones que Dios les ha conferido.
En el Antiguo Testamento estos 5 libros forman el Pentateuco,
llamándolo a veces Tora, o sea, leyes de Moisés, las cuales fueron
interpretadas y enseñadas por personas mayores, especialmente
autorizadas, porque solamente ellas debían hacerlo, desde el punto
de vista de la Hermenéutica Jurídica y Hermenéutica Religiosa.
Explicaban el Antiguo Testamento y las leyes inherentes a la vida
de la Humanidad.
A través del tiempo han venido desapareciendo tales
limitaciones, al grado que ahora cualquier persona que puede leer,
tiene acceso a lo que dice el Pentateuco, como a los demás libros de
la Biblia, que ha aumentado la cantidad de sus palabras, al ser escrito
el Nuevo Testamento.
Ha habido otros documentos como la Misna y los Gemaras,
que son elementos constituyentes del Talmud; y otras normas tales
como el Código Canónico, etc.
28 | El Rosacruz. julio, agosto, septiembre 2013, No. 351
También existe el Corán, libro sagrado de los musulmanes.
Contiene la revelación que el único Dios Alá, transmitió a Mahoma
por el Arcángel Gabriel (612-632), primero en la Meca y después
en Medina. Está escrito en árabe y se compone de 114 capítulos o
azoras (suras). Y según los principios islámicos, sólo se debe predicar
en árabe, para que sean efectivas sus enseñanzas y/o filosofía.
Se puede notar que, siendo el hombre un ser racional
especialmente creado por Dios a su manera y voluntad y, dicho sea
de paso, nunca a su semejanza, porque Dios no ha de ser semejante
a la persona tal como se le conoce, manejada por su Creador, y tan
desobediente. Sin embargo, este punto es discutible, por cuanto, las
personas aducen argumentos aparentemente axiomáticos.
Consecuentemente con lo anterior, el ser humano es
domesticable por excelencia de tal manera que se adapta a cualquier
ambiente social como lo hace el agua adecuándose al recipiente que
la contenga, manteniendo su nivel sin importarle la forma del espacio
que ocupe, así es la persona, viva donde viva, siempre permanece
manteniendo su identidad.
Todos los conocimientos que se han venido descubriendo
a través de lo que Dios pone de manifiesto al alcance de los seres
humanos, tales como la Ciencia, en sus diferentes órdenes; Tecnología,
Arte y Misticismo y otras disciplinas que funcionan en el diario vivir
de la Humanidad, son precisamente la substancia o substancia de la
vida y es, naturalmente lo que Dios da a sus creaturas conforme a su
voluntad.
La muerte es un hecho natural y consecuente, como el acto de
nacer, crecer, multiplicarse, aprender, enseñar y actuar. Todo lo que
las personas descubren y saben, es gracias a la voluntad de Dios, por
ello, nadie debería decir: “lo que yo soy es sólo mi propio esfuerzo”
Nada, absolutamente nada, se mueve o funciona sin el poder de Dios.
Es comprensible el esfuerzo del ser humano el cual lo hace superarse
y alcanzar sus propósitos u objetivos, pero nunca es autónomo.
29
Ahora bien, ¿cómo se interpreta a Dios? Las personas lo
interpretan de diferente maneras, y aquí no se trata de discrepar con
nadie, sencillamente, a continuación se harán algunas reflexiones,
para quienes quieran aprovecharlas.
Estas acotaciones -permítase usar este vocablo- acerca de la
vida del ser humano, podrían ser útiles para explicar las realidades que
se están viviendo y, que de ellas hay muchas desconocidas, porque
no se está usando adecuada luz y entendimiento eficaz.
(continuará)
DONACIONES Y LEGADOS
De las contribuciones y del apoyo de los miembros y amigos
dependen las actividades culturales y educativas de una organización
no lucrativa como la Orden Rosacruz AMORC. El crecimiento
y el digno trabajo de muchas organizaciones meritorias se han
extendido como resultado de legados dejados a ellas por aquellos
que los estipularon en sus testamentos. Si usted desea contribuir
con esta noble obra, puede solicitar información acerca de la
manera de realizar su testamento, así mismo, sugerencias relativas
a cómo estipular una donación a la Orden. Por favor, sírvase dirigir
su petición a:
Tesorero AMORC GLH,
Apartado Postal 827, Oficina Centro, C.P. 37000, León, Gto.,
México, Tel. 477-104-42-76, fax 477-104-49-08 y 104-49-76.
Por e-mail: [email protected].
30 | El Rosacruz. julio, agosto, septiembre 2013, No. 351
Comité de Ayuda Espiritual
“Consejo de Solaz”
El Comité de Ayuda Espiritual de la Gran Logia AMORC Jurisdicción de
Habla Hispana para las Américas, imparte ayuda metafísica desde el Gran
Templo, de lunes a viernes a las 13:00 hrs. tiempo central de México (12:00
hrs. P.M. tiempo astronómico), a través de un grupo de miembros locales
que trabajan en esta humanitaria labor, siguiendo las instrucciones indicadas
por el Imperator para todas las Grandes Logias de la Orden.
Los miembros estudiantes de AMORC visitantes en la sede de esta Gran
Logia, pueden unirse y participar en dicho Comité, siempre que acrediten
su afiliación activa. Quienes deseen hacerlo así desde otras localidades,
pueden unirse al Comité de Ayuda Espiritual, a cualquier hora del día, desde
sus lugares de residencia, integrándose así a este noble trabajo a través del
Consejo del Silencio.
GLH
Centro Cultural Rosacruz AMORC GLH
León, Gto., México
Misión:
Somos una institución de servicios para el desarrollo
de las potencialidades del ser humano, a través de
mecanismos de autoaprendizaje, utilizando para
esto la tecnología más avanzada en la generación y
distribución del conocimiento rosacruz de A.M.O.R.C.
NUESTRAS CUBIERTAS
PORTADA: Puesta del sol. En el Oeste el sol de la vida se abandona lentamente
al final de su jornada y, en radiante esplendor, va a descansar en los “brazos de la
Madre” (paz y quietud). El Oeste en nuestras Logias es aquel punto donde los Fratres
y Sorores buscan paz, descanso y armonía con el Cósmico, por medio de silenciosas
plegarias y meditación.
CONTRAPORTADA: Anuncio de Difusión Rosacruz.
31
LA
LA BÚSQUEDA DE
DE LA
LA
Mente
Trabajos e Investigaciones realizados por Miembros
Rosacruces y por Investigadores del C.I.I.R.
El Cielo es Real...
La experiencia de un doctor con la vida
después de la muerte.
Por Eben Alexander III
Colaboración de Pedro Raúl Morales, F.R.C.
Cuando un neurocirujano se encontraba en coma,
experimentó cosas que nunca creyó posibles —un viaje a la
vida después de la muerte—.
“Como neurocirujano, yo nunca creí en el fenómeno de las
llamadas experiencias cercanas a la muerte. Crecí en el mundo
científico como hijo de un neurocirujano y seguí el camino de mi padre
convirtiéndome en un académico y enseñando en la escuela médica
de la universidad de Harvard y en otras universidades. Entiendo lo
que le pasa al cerebro en esas experiencias cercanas a la muerte y
siempre había creído que había buenas explicaciones científicas para
esos viajes fuera del cuerpo, hacia el cielo.
32 | El Rosacruz. julio, agosto, septiembre 2013, No. 351
El cerebro es un mecanismo impresionantemente sofisticado
pero también extremadamente delicado. Si reducimos la cantidad de
oxígeno que recibe en una mínima cantidad, va a reaccionar. Para mí
no era una gran sorpresa que la gente que ha sufrido traumatismos
severos pudiese retornar de su experiencia con historias extrañas, pero
no significaba que en verdad hubiese ido a alguna parte.
Aunque me consideraba un cristiano fiel, lo era más de la boca
para afuera que en la realidad de mis creencias. No me molestaba con
la gente que quería creer que Jesús era más bien un buen hombre que
sufrió en las manos del mundo. Me compadecía profundamente de
aquellos que querían creer que había un dios en algún lugar allá afuera
que nos amaba de manera incondicional. De hecho me daba envidia
la gente que estaba tan segura de sus creencias, pero como científico
simplemente no creía que era posible. Sin embargo en el otoño del
2008 después de siete días en coma durante los cuales la parte humana
de mi cerebro, la neurocorteza, estuvo inactiva, experimenté algo tan
profundo que me dio razones científicas para creer que existe una
consciencia después de la muerte.
Ahora sé cómo pronunciamientos como el mío les suenan a
los escépticos, así que contaré mi historia en el lenguaje científico
que es el que manejo.
Muy temprano, una mañana hace cuatro años, me desperté con
un intenso dolor de cabeza. En pocas horas mi corteza cerebral -la parte
del cerebro que controla el pensamiento y las emociones y en esencia
nos hace humanos- se había desconectado totalmente. Los doctores
del Lynchburg General Hospital en Virginia, donde yo trabajaba como
neurocirujano, determinaron que había contraído una extraña bacteria
que causa meningitis y que en su mayoría ataca a recién nacidos. La
bacteria E.cola había penetrado mi fluido cerebroespinal y estaba
“comiéndose” mi cerebro.
Cuando entré en la sala de emergencia esa mañana mis
posibilidades de supervivencia por encima de un estado vegetativo
33
eran muy bajas y pronto bajaron a inexistentes. Por siete días estuve
en un coma profundo, mi cuerpo sin respuesta, y mis funciones de
mayor orden a nivel cerebral totalmente desconectadas. Luego en la
mañana del día siete, mientras los doctores analizaban la posibilidad
de descontinuar el tratamiento, mis ojos se abrieron repentinamente.
“No tienes nada que temer, no hay nada que puedas hacer
mal. El mensaje me inundó con una vasta y loca sensación de alivio.”
No hay explicación científica
para el hecho de que mientras mi
cuerpo estaba en coma, mi mente,
mi consciencia, -ser interior- estaba
viva y en buen estado. Mientras las
neuronas de mi corteza cerebral
estaban inmovilizadas a una
completa inactividad por la bacteria
que las había atacado, mi consciencia “libre-de-cerebro” viajó a una
dimensión mayor del universo: una dimensión que nunca soñé que
existiera y que mi ser anterior al coma hubiese negado totalmente
como si fuese imposible.
Pero esa dimensión -en pocas palabras, la misma descrita por
los miles que han experimentado experiencias cercanas a la muerte o
estados de consciencia místicos- está allí. Existe, y lo que vi y aprendí
allí me ha colocado literalmente en un mundo Nuevo: Un mundo
donde somos mucho más que nuestros cerebros y cuerpos, y donde
la muerte no es el final de la consciencia, sino un capítulo más en un
vasto e incalculablemente positivo viaje.
No soy la primera persona en descubrir que la consciencia
existe más allá del cuerpo. Cortos, maravillosos vistazos de esta
dimensión son tan antiguos como la historia del ser humano. Pero
por lo que sé, nadie antes que yo ha viajado a esta dimensión con la
corteza cerebral totalmente desconectada y mientras su cuerpo estaba
siendo observado por doctores todos los siete días de mi coma.
34 | El Rosacruz. julio, agosto, septiembre 2013, No. 351
Todos los argumentos principales en contra de las experiencias
cercanas a la muerte, sugieren que son el resultado de un mal
funcionamiento de la neurocorteza cerebral así sea mínimo, transitorio
o parcial. Mi experiencia tomó lugar, no cuando esa parte de mi
cerebro estaba funcionando mal, sino cuando estaba simplemente
apagada. Esto queda claro por la severidad y duración de esa
meningitis y por el comportamiento de los CT scans y los exámenes
neurológicos que me fueron practicados. De acuerdo al entendimiento
de la ciencia moderna sobre el cerebro y la mente, no existe ninguna
posibilidad de que yo hubiese experimentado una mínima y limitada
consciencia durante mi tiempo en el coma, mucho menos la odisea
“híper-vívida” y coherente que experimenté.
Me tomó meses poder reconciliarme con lo que me pasó. No
sólo con la imposibilidad médica de haber estado consciente durante el
coma, sino de una manera más importante, con las cosas que pasaron
durante ese tiempo. Hacia el comienzo de mi aventura estuve en un
lugar de nubes, grandes, infladas, rosadas, blancas que se movían en
contraste a un cielo profundamente azul oscuro.
Más arriba de las nubes, inmensurablemente más arriba, volaban formaciones
de seres transparentes y brillantes que se
arqueaban a través del cielo dejando largas
marcas a su paso. ¿Pájaros? ¿Ángeles? Estas
palabras se registraron más tarde cuando
estaba escribiendo sobre lo que recordaba.
Pero ninguna de estas palabras hacen justicia
a los seres que observé, que eran muy
diferentes de cualquier cosa que haya visto
en este planeta, eran formas más avanzadas y
elevadas, superiores.
Un sonido imponente y penetrante como un canto glorioso
venía desde arriba y yo me preguntaba si esos seres con alas los
producían. De nuevo, se me ocurrió después que la dicha que
35
transmitían estas creaturas mientras se elevaban era tanta, que
tenían que emitir ese sonido pues simplemente no serían capaces de
contenerlo. El sonido era palpable y casi material, como una lluvia
que puedes sentir en tu piel, pero que no te moja.
Los sentidos de la vista y el oído no estaban separados en esta
dimensión donde yo estaba. Podía escuchar la belleza visual de los
cuerpos plateados de esos seres que brillaban arriba, y podía ver la
perfección de la dicha en lo que cantaban. Parecía que no podías ver
ni escuchar nada en ese mundo sin sentirte parte de él, sin unirte a él
en una manera misteriosa. Desde mi perspectiva presente sugeriría
que no podías mirar nada en ese mundo porque mirar es de alguna
manera separar y allí no existía la separación.
Todo era distinto pero al mismo tiempo todo era parte de algo
más, como los diseños ricos e intercalados de una alfombra persa o
el ala de una mariposa.
Todavía se pone más extraño todo. En la mayor parte de mi
viaje alguien más estaba conmigo, una mujer, era joven y la recuerdo
con todo detalle. Tenía pómulos altos, profundos ojos azules y rizos
dorados que enmarcaban su hermosa cara. La primera vez que la vi
estábamos juntos moviéndonos en una superficie que tenía un patrón
y que por un momento pude reconocer como el ala de una mariposa.
De hecho había millones de mariposas a nuestro alrededor, ondas de
mariposas adentrándose en un bosque y retornando hacia nosotros
de nuevo. Era un río de luz y color moviéndose a través del aire.
La ropa de la mujer era sencilla, como de una campesina,
pero los colores, —azul pastel, índigo y naranja-durazno— tenían la
misma, súper-vívida sensación de vida que tenía todo lo demás. Me
miró de una manera que vista por un par de segundos podría hacer
que toda tu vida valiese la pena, sin importar qué hubiese pasado
hasta ese momento. No era una mirada romántica, no era una mirada
de amistad, era una mirada que estaba más allá de todo eso, mucho
más allá de todos los compartimientos del amor que tenemos aquí
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en la tierra. Era algo más alto que contenía todos esos tipos de amor
dentro de sí mismo, al mismo tiempo que era más elevado que todos
ellos.
Sin usar palabras, ella me habló. El mensaje llegó a través de
mí como un viento, e instantáneamente entendí que era verdad. Lo
supe de la misma manera que sabía que ese mundo alrededor nuestro
era real y no una fantasía pasajera y sin sentido. El mensaje tenía tres
partes y si fuera a traducirlo en lenguaje terrenal sería algo como:
“Eres amado y cuidado, con amor, para siempre.”“No tienes
nada que temer.”“No hay nada que puedas hacer mal.”
El mensaje me inundó con una loca sensación de alivio. Era
como si me hubiesen entregado las reglas de un juego que venía
jugando toda mi vida sin entenderlo.
“Te enseñaremos muchas cosas aquí,” dijo la mujer, de nuevo,
sin decir exactamente las palabras sino direccionándolas en su esencia
conceptual directamente hacia mí. “Pero eventualmente volverás”.
Hacia estas afirmaciones solo tenía una pregunta:
¿De regreso adónde?
El universo que experimenté en mi coma era el mismo descrito
por Einstein y Jesús de maneras muy diferentes.
Un aire cálido se sintió soplar, como ese de los días más
perfectos del verano, moviendo las ramas de los árboles y fluyendo
como agua del cielo, una brisa divina, lo cambió todo, cambiando el
mundo a mí alrededor en una octava más alta, una vibración mayor.
Aunque yo mantenía algo de mi función del lenguaje, por lo
menos como lo pensamos en la tierra, comencé sin palabras a hacerle
preguntas a este viento y al ser divino que sentí estaba detrás o dentro
de él.
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¿Qué es este lugar? ¿Quién soy yo? ¿Por qué estoy aquí?
Cada vez que en silencio preguntaba, la respuesta venía de
inmediato como explosión de luz, color, amor y belleza que soplaba
a través de mí como una ola que revienta en la orilla. Lo importante
de estas reacciones energéticas es que no sólo me hacían sentir
totalmente sobrecogido, sino que me respondían a las preguntas de
una manera que sobrepasaban el lenguaje. Los pensamientos entraban
en mí directamente, pero no era el pensamiento como el que tenemos
en la tierra, no era vago, inmaterial o abstracto. Estos pensamientos
eran sólidos e inmediatos, más calientes que el fuego y más mojados
que el agua, y mientras los recibía podía entender al instante y sin
esfuerzo, conceptos que me hubiesen tomado años entender en mi
vida terrestre.
Me continué moviendo y me
encontré entrando en un inmenso
vacío, completamente oscuro,
infinito en tamaño pero también
infinitamente confortable. Tan negro
como era, también había una luz
brillante allí, una luz que parecía
venir de una órbita brillante que ahora sentía cerca. La órbita era como
un intérprete o mediador entre esta vasta presencia que me rodeaba
y yo. Era como si estuviese naciendo a un mundo más grande, y el
universo por sí mismo fuese como una matriz cósmica gigante, y la
órbita con la que de alguna forma me sentía conectado, o igual a ella,
la mujer en el ala de la mariposa, me estaba guiando en el proceso.
Después, cuando estuve de vuelta, encontré una nota del
poeta cristiano del siglo 17, Henry Vaughan que llegaba a describir
este lugar mágico, este vasto y negro centro que era el hogar del ser
divino:
“Algunos dicen que hay en Dios una profunda pero brillante
oscuridad”
Eso era exactamente: una completa oscuridad que también
estaba llena de una luz desbordante.
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Yo estoy bien consciente de cuan extraordinario, cuan
francamente increíble suena esto. Si alguien, inclusive un doctor,
me hubiese contado esta historia como en los viejos tiempos, yo
hubiese estado muy seguro de que estaban bajo el hechizo de alguna
alucinación. Pero lo que me ocurrió estaba muy lejos de ser ilusorio,
era real o más real que cualquier cosa que me hubiese ocurrido en la
vida. Eso incluyendo el día de mi boda y el nacimiento de mis dos
hijos.
Lo que me ocurrió amerita una explicación. La física moderna
nos dice que el universo es una unidad, que es indivisible. A pesar
de que parecemos vivir en un mundo de separación y diferencia, la
física nos dice que por debajo de la superficie cada objeto y evento
en el universo está completamente unido a cada otro objeto y evento
sin que exista una separación verdadera.
Antes de mi experiencia estas ideas eran abstracciones. Hoy en
día son realidades. No sólo este universo está definido por la unidad
sino también por el amor. El universo que experimenté en mí como
es, como he llegado a verlo con ambos shock y alegría, el mismo
universo del cual ambos Einstein y Jesús habían hablado en sus muy
diferentes maneras.
He pasado décadas como neurocirujano en las más prestigiosas
instituciones médicas de nuestro país. Sé que muchos de mis
compañeros sostienen, como yo lo hice en mi momento, la teoría de
que el cerebro y en particular la corteza cerebral generan consciencia
y que vivimos en un universo separado de cualquier emoción, y que
no existe el amor incondicional, que ahora sé que Dios y el Universo
tienen hacia nosotros. Pero esa creencia, esa teoría, ahora queda
derrumbada ante nuestros pies. Lo que me sucedió la destruyó, y
pienso pasar el resto de mi vida investigando la verdadera naturaleza
de la consciencia y explicando el hecho de que somos más, mucho
más que nuestros cerebros físicos, de la manera más clara que pueda
39
tanto a mis compañeros científicos como a la gente en general.
No espero que esto sea una tarea fácil por las razones descritas
anteriormente. Cuando el castillo de una vieja teoría científica
comienza a resquebrajarse, nadie presta atención en un principio. El
viejo castillo simplemente fue muy difícil de construir en primer lugar
y si se cae, uno completamente nuevo debe ser construido en su lugar.
Yo aprendí esto de entrada después de estar lo suficientemente
bien como para volver al mundo y hablar de lo ocurrido con otras
personas, además de mi esposa Holley que ha sufrido mucho y
nuestros dos hijos. Las incrédulas miradas políticamente correctas,
especialmente de los amigos médicos, me confirmaron que sería
una tarea difícil el que la gente entienda la enormidad de lo que vi y
experimenté en esa semana que mi cerebro no funcionó.
Uno de los pocos lugares donde no tuve problemas en lograr
que entendiesen mi historia, y donde iba muy poco, fue la iglesia.
La primera vez que entré a una iglesia después de mi coma vi todo
con ojos frescos. Los colores de los vitrales me recordaban la belleza
luminosa de los paisajes que había visto en el mundo superior. Las
notas bajas del órgano me recordaron cómo los pensamientos y
emociones en ese mundo son como
olas que se mueven a través de ti. Y
más importante, un cuadro de Jesús
compartiendo el pan con sus discípulos,
evocó el mensaje que estaba en el
corazón de mi viaje: que somos amados
y aceptados incondicionalmente por
un Dios, incluso mucho más grande y
glorioso que el que aprendí a conocer en la escuela del domingo.
Hoy en día muchos creen que vivir las verdades espirituales
de la religión es una pérdida de tiempo y que la ciencia y no la fe es
el camino a la verdad. Antes de mi experiencia esa era mi manera
equivocada de verlo.
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Pero ahora entiendo que ese punto de vista es demasiado
simple. El hecho simple es que la imagen materialista de que el cuerpo
y el cerebro son productores, más que los vehículos de la consciencia
humana, está caduca. En su lugar una nueva visión del cuerpo y la
mente van a emerger y está emergiendo ya. Esta mirada es igualmente
científica y espiritual y valorará lo que los más grandes científicos de
la historia siempre han valorado: La verdad.
Esta nueva imagen de la realidad va a tomar tiempo en
ensamblarse, no estará completa en mi tiempo, e incluso, sospecho que
tampoco en el tiempo de mis hijos. De hecho la realidad es demasiado
vasta y compleja y demasiado irreduciblemente misteriosa para
lograr ver la película completa o incluso llegar a ésta absolutamente
completa. Pero en esencia, se va a mostrar que el universo está
evolucionando y es multi-dimensional, y conocido hasta su más
pequeño átomo por un Dios que nos ama de una manera más profunda
y más fiera de lo que cualquier padre podría amar a un hijo.
Yo todavía soy un doctor, todavía un hombre de ciencia tanto
como lo era antes de mi experiencia. Pero en un nivel muy profundo,
soy muy distinto de la persona que era antes, porque he captado una
visión de esta realidad emergente. Y usted puede creerme cuando le
digo que va a valer la pena todo el esfuerzo que hagamos para lograr
llegar allí y para que los que vengan después de nosotros lo puedan
captar correctamente.”
“Entre todo el conocimiento, el más cierto es que tienes Alma, ésta es para ti la
más clara de todas las verdades. Sé manso, sé agradecido por eso. No trates de
sentirla a la perfección, sino entra en comunión con ella.
¡No llames Alma al pensamiento, a la comprensión, al razonamiento, a la
voluntad! Éstos son actos de ella, pero no son su esencia.
Busca el Alma por sus facultades, conócela por sus virtudes. Son más numerosas
que los cabellos de tu cabeza; con ellas no pueden contarse las estrellas del
cielo”.
En Vos Confío, libro octavo, capítulo 3
“El Alma del Hombre, su Origen y sus Efectos”
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Carta a la redacción
Por Francisco David Colomo Muñúzuri.
A continuación publicamos una carta enviada
al comité editorial de esta Revista “El Rosacruz”
por el hijo de una familia Rosacruz muy querida y
apreciada por quienes laboramos en esta GLH y por
un gran número de miembros de la Jurisdicción .
“Es posible que lo más difícil de estas líneas sea darles un poco de
cronología, aunque pensándolo bien, saldría sobrando, ya que son las
acciones las que cuentan, no importando el tiempo y el espacio. Incluso
si nos vamos más al extremo, el tiempo y el espacio son relativos, ya lo
decía un gran Rosacruz, el buen Einstein.
Una vez mencionado el Dr. Albert Einstein, estimado Lector, lo
primero que te puede brincar a la cabeza es si seré capaz de compararme
con él, o si lo que estás a punto de leer será tan frío y matemático.
Nuevamente, sin hacer caso a la cronología, te puedo decir que pecaría de
soberbia al quererme comparar con él o con muchos otros, todos tenemos
nuestro tiempo y espacio y, espero que lo que estás a punto de leer no
llegue a ser frío ni calculado
Entremos rápido al tema ya que son pocas líneas las que se nos
tienen permitidas y, por extraño y bizarro que parezca, intentaré definir
un número: el 80. Correcto: “ochenta”. Una maestra podría decir: ocho
decenas. Para los Romanos: LXXX, para una computadora: 1010000, algo
así como
para los mayas, no es un número primo y, para algunos
idiomas sería complicado, ya que lo traducen como 60 + 20. En fin, puedo
traer distintas definiciones de Internet y todas las Wiki´s conocidas y la
definición sería tan fría como lo ya descrito.
En este punto agradezco la descripción del 80 como 60+20 y
entrados en gastos podemos agregar los sustantivos de “años”, “vida”
y “miembro Rosacruz”. Ahora la definición buscada empieza a tomar
forma: 80 años de vida y 60 años de miembro Rosacruz. ¡Cierto! ¿En qué
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momento saltamos del 80 al 60? Agradecemos a la relatividad y a los
saltos cuánticos esta facilidad.
Luego de este trompicado inicio, intentaré –de nuevo-, describir
el propósito de esta carta en unas cuantas líneas – ahora menos que al
principio-. Puedo empezar diciendo que soy hijo de una Familia Rosacruz.
Con mi Padre viajé desde pequeño a muchos estados de la
República Mexicana, con el solo propósito de acompañarlo, pasarla bien
y, de vez en cuando, perder uno o dos días de clases. Él, sin embargo, iba
de trabajo y luego de sus jornadas convivíamos unas horas, ya sea en la
cena o viendo la tele en algún cuarto de Hotel. Durante estos viajes conocí
mucha gente con distintos “títulos”: Oficiales, Monitores, Maestros, Matres,
Columbas, Tesoreros, un par de Grandes Consejeros y, a un sinnúmero
de Fratres y Sorores activos y por activarse. Asistí al nacimiento de varios
Capítulos y Pronaos así como al de alguna que otra Logia.
¿Amigos? Muchos, especialmente de mi Padre. Escaso era el lugar
en dónde comíamos o cenábamos solos, siempre había un tercero o cuarto
o más invitados a la mesa.
Con mi Madre y mi Hermana asistíamos cada primer domingo
de mes a la Logia ubicada en calle 4, en México, D.F. Ahí cada quien
tenía sus actividades. Ya sea como Maestro, Capellán, Matre, Columba,
Instructora de Columbas, Maestro Martinista o simplemente, asistente
a la “Hora de los niños”. Los recuerdos de estos domingos son variados,
especialmente por la cantidad de familias con las que ahí convivíamos.
Asistimos a comidas de Fin de Año, Posadas y Pastorelas, Años Nuevos,
Iniciaciones, Imposiciones de Nombre, etc. Nombra una actividad y ahí
estábamos.
Llega ahora el momento en donde la memoria es una peligrosa
aliada. Recuerdos de familias que difícilmente olvidaré, como los Figueroa,
Díaz, Nicoli, Matuk, González Alonso, Gutiérrez, Marroquín, Moreno,
Chévez, Bósquez, Karosuo, y algunas otras que en este momento se me
escapan, pero que, al leer estas líneas, sabrán que no las he olvidado.
Familias todas llenas de virtudes y defectos. Familias todas que han dejado
una gran huella en los cimientos y estructura de la actual Orden Rosacruz.
Familias todas de Fratres, Sorores, Columbas y Jóvenes Rosacruces.
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Especialmente Fratres y Sorores que regalaron, con gusto, años de su
vida a esta organización. Maestros y Matres que vieron crecer a sus hijos
en armonía, creando una fraternidad.
Sospecho que con esta torpe retórica la definición ha cobrado
vida y calidez. Este es un iluso intento de describir en unas líneas 60 años
de trabajo de un miembro Rosacruz.
Como diría W. A. Mozart, otro buen místico:
“Lo más necesario, difícil y principal en la música,
es el tiempo” y aunque el tiempo y el espacio son
relativos, las líneas se me están terminando
No puedo más que confirmar que es
arrogante querer definir 60 años de actividad
Rosacruz y 80 años de vida en unas líneas
y, estimado Lector –incluso tú que no
habías nacido-, para no caer en ese abuso,
simplemente te invito a recordar y felicitar
al Fráter Rubén Colomo
Badillo en sus 60 años
de continua actividad.
Por enseñarnos a ser
Miembro, Fráter, Maestro,
Tesorero, Capellán, Maestro
Martinista, Monitor, Gran Consejero,
Colaborador de la Gran Logia, en fin... Pero
más que nada por ser el Esposo, Abuelo, Padrino,
Hermano y un Padre que día a día nos recuerda
que los Rosacruces son hombres y mujeres que,
a través de sus estudios, descubren la íntima
armonía que existe en todo el Universo, del cual
son parte, y manifiestan el poder que les confiere
dicha armonía.
¡Felicidades Papá!”
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