LA INMIGRACIÓN FRENTE AL MERCADO DE TRABAJO SEGMENTADO. Etnificación de la mano de obra y subjetividad Leonor Gimeno Giménez y Maguemati Wabgou1 CONTENIDO Mercado de trabajo y subjetividad. España: país destino de inmigración. La segmentación del mercado de trabajo. Relaciones intergrupales y la asignación étnica dentro de un mercado segmentado. Relevancia de los modelos del mercado segmentado para comprender la situación de hombres y mujeres inmigrantes. Pertinencia de la segmentación del mercado de trabajo para interpretar las políticas de control de flujos migratorios en españa.conflictos de intereses reales o percibidos y prejuicio racial. La relación entre mercado de trabajo segmentado y racismo. El correlato subjetivo de la etnificación del mercado segmentado: la versión autóctona. El correlato subjetivo de la etnificación del mercado segmentado: la versión de las poblaciones inmigradas: a) la experiencia de la segmentación del mercado laboral; b) experiencias, interpretaciones y expresiones de sentimientos sobre etnificación del mercado segmentado. Conclusiones. 1 Leonor Gimeno Giménez: Departamento de Psicología Social, Facultad de Ciencias Políticas y Sociología, Universidad Complutense de Madrid. Correo electrónico: [email protected]. Maguemati Wabgou: Departamento de Cambio Social, Facultad de Ciencias Plóticas y Sociología, Universidad Complutense de Madrid. Correo electronico: [email protected] Página -1- MERCADO DE TRABAJO Y SUBJETIVIDAD En este trabajo estudiamos como la segmentación del mercado de trabajo y la asignación que en ella se produce de la población inmigrante es acompañada por procesos en la subjetividad de la sociedad española donde esto tiene lugar, y prestamos especial atención a la versión de la población trabajadora inmigrada. Esos procesos tienden a producir la etnificación y una estructuración racista del mercado de trabajo. Por esto en primer lugar explicaremos el concepto de mercado de trabajo segmentado y el papel de la inmigración laboral dentro de esos mercados, las relaciones intergrupales étnicas que producen y la pertinencia de este modelo analítico para estudiar la situación española. A continuación estudiaremos la relación entre mercado segmentado y procesos socio-subjetivos: la producción de creencias y discursos que legitiman y reproducen esas condiciones de trabajo, para terminar con el estudio del correlato subjetivo de la etnificación del mercado segmentado en la sociedad española, donde revisamos brevemente los estudios hechos sobre los discursos autóctonos y luego pasamos a describir nuestro trabajo aplic ado, la versión de las poblaciones inmigradas. Según la lógica de la etnificación de la mano de obra, la población inmigrada de los países de la periferia del sistema capitalista (Wallerstein, 1974) va siendo racializada por las sociedades del centro, derivando en la construcción de la categoría “inmigrante”, que opera en la vida cotidiana como una pseudo raza (Balibar, 1988/91: 217-227). El autor (Ibíd.) señala que la categoría inmigrante es un término omniabarcante, que combina criterios étnicos y clasistas en los que se amontona a los distintos colectivos inmigrados indiscriminadamente. Este término estructura discursos y conductas proporcionando a la lógica racista un “objeto ilusorio”, una homogeneización en un sólo grupo. Este conjunto de población se va autopercibiendo como exogrupos racializado fundamentalmente a través de las experiencias de racismo y discriminación cotidianos en general, y la segmentación laboral en todas sus consecuencias en particular. Las poblaciones inmigradas o diferenciadas en términos racistas son el objeto de dichas prácticas y discursos ideológicos racializantes y por ello son quienes las experimentan directamente en su vida diaria. Aquí hacemos visible la experiencia vívida de estas personas en lo que se refiere a segmentación del mercado de trabajo y la etnificación de la mano de obra. Consideramos que el conocimiento (su definición y percepción directa) que tiene la población inmigrada de lo que son el racismo y la discriminación es socialmente pertinente y especialmente rico, por la experiencia directa que tienen de esas situaciones y por conocer o incluso compartir los significados de sentido común de lo que es el racismo de la sociedad receptora. España: país destino de inmigración Hasta el inicio de la crisis económica a mediados de los años sesenta, España era un país emisor de emigrantes. Los españoles emigraban hacia varios países de Europa principalmente y otros países del mundo: en 1984, se contaba en total 103.410 españoles fuera de sus fronteras de los cuales 87.840 residían en países europeos. En 1994 estas cifras de emigrantes españoles han bajado en 12.110 (en todos los países del mundo) y 6.602 (en Europa). Al contrario, la evolución rápida de la población extranjera en España en los últimos diez años ha pasado de 241.971 en 1985 a 609.813 en 1997 provocando una cambio estructural esencial en la composición demográfica de este país. De hecho España se ha convertido en un país acogedor de inmigrantes tanto comunitarios como extra comunitarios (en 1994 se contaba 461.364 extranjeros en España) 2 . De este modo, no cabe duda que España ha pasado de ser un país de emigración a un país de inmigración. Pero es cierto que sólo lo es en pequeña medida, ya que toda la población extranjera no sobrepasa en la actualidad el 2% del total de la población autóctona. Esta transformación demografica provoca un cambio en la percepción de los propios nativos hacia la inmigración. En las encuestas de 1993 realizadas por el CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) nada menos que un 37% de los españoles piensa que hay demasiados extranjeros que trabajan en España y alrededor de un tercio de los entrevistados ven en España tantos inmigrantes como en Francia y Alemania. Además un 30% opina que en los próximos años el número de extranjeros aumentará mucho. Estos datos reflejan una cierta "psicosis de invasión" de los inmigrantes por parte de la población autóctona porque se produce una "sobre-extranjerización" en sus conciencias (Izquierdo, 1996: 168-169). Desde 1994 sólo una cuarta parte de los entrevistados piensa que los extranjeros residentes en España no son muchos, una proporción similar opina que son demasiado y alrededor del 40% creen que son muchos. En 1997 un 41% dice que hay muchos extranjeros en el país (ASEP, 1998: 45). De este 2 Fuente: Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. Dirección General de Migraciones 1984-1994. Página -2- modo pensamos que la opinión pública española tiene una percepción irreal de la inmigración a España, considerando el pequeño porcentaje que representa el número de inmigrantes en España en compaaración con el de otros países europeos. Esta actitud se puede explicar por el crecimiento repentino y brusco que se produce en el número de inmigrantes en estos últimos años y también el empeoramiento de la situación económica de la población española (crisis económica, desempleo). Estos cambios han marcado la pauta de la producción de representaciones autóctonas sobre la población inmigrada trabajadora, las que varían entre el rechazo sistemático y la defensa de los inmigrantes, articulándose en torno a tres lógicas principales: la diferencia nacional, la discriminación cultural y el igualitarismo (Colectivo Ioé: 1995). I. SEGMENTACIÓN DEL MERCADO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN La segmentación del mercado de trabajo La relación existente entre el mercado laboral y la incorporación de la fuerza de trabajo migrante al mismo parte de la idea según la cual el mercado laboral contiene mercados o esferas no competitivos entre sí. Villa (1990:25-29) considera que el mercado de trabajo no se debe concebir como un “fenómeno que pueda agregarse sino un conjunto de mercados distintos, caracterizados por estructuras diferentes” (Ibíd: 50). Esta premisa explica la variación del trato de los trabajadores en función del sector en que están empleados, independientemente de sus propias características (Ibíd: 295); ellos circulan en el interior de los segmentos del mercado de trabajo. Por lo tanto, se debe analizar el mercado laboral como un mercado segmentado con la estructura de los puestos de trabajo, las condiciones de empleo (condición de trabajo, salario 3 , etc.) y las normas que determinan el reclutamiento, la formación, la carrera y la movilidad, etc. sólo pueden comprenderse en función de los factores institucionales, económicos (situación del mercado de productos, la estructura industrial, etc.) y tecnológicos (la naturaleza de la tecnología utilizada, cambio técnico, etc.). Dice la autora que estos factores (institucional, económico y tecnológico) definen el “campo de posibilidades en el que se interrelacionan las empresas, los trabajadores y los sindicatos” (Ibíd: 296). Según ella, la teoría de la SMT se entiende en la medida en que “los procesos de asignación, formación, ascenso, determinación de salarios, etc. así como los rasgos de conducta de los trabajadores y los patronos, son cualitativamente diferentes conforme pasamos de un segmento del mercado a otro. Y esa es exactamente la hipótesis según la cual los segmentos del mercado de trabajo no son uniformes (...)” (Ibíd: 48-49)4 . 3 Puesto que “los salarios son determinados por el puesto y, por tanto, por los factores económicos, tecnológicos e institucionales que definen las características de estos puestos” (Íbíd: 298). 4 Citado por Cachón (1995: 108). Página -3- Cabe señalar que la SMT se inserta en el marco general del Mercado Dual de Trabajo elaborado por Doeringer y Piore (1985)5 quienes defienden la partición del mercado de trabajo en sectores 6 primario y secundario. Según estos autores, el segundo sector ofrece puestos de trabajo generalmente mal pagados: los empleados (que suelen ser mujeres, jóvenes y grupos minoritarios étnicos y raciales) tienen pocas posibilidades de ascender y mantienen una relación muy personalizada con los supervisores, lo que ocasiona favoritismos y una disciplina laboral caprichosa; son poco cualificados y suelen padecer inestabilidad en el empleo y una rotación frecuente (Doeringer y Piore, 1985: 13). En cambio, el primero ofrece puestos de trabajo con salarios relativamente elevados, buenas condiciones de trabajo, posibilidades de avance, equidad y procedimientos establecidos en cuanto a la administración de las normas laborales y estabilidad en el puesto de trabajo (Piore, 1983a: 194-195)7 . Así, si el sector primario del mercado de trabajo se identifica generalmente con empleos oficiales y formales del Estado, el secundario está compuesto de actividades sucias o de carácter servil de la economía marginal o informal. En este sector secundario algunos grupos desfavorecidos, como los inmigrantes, se convierten permanentemente en segmentos más débiles y más vulnerables de la población trabajadora al desempeñar tareas 8 mayoritariamente del sector secudario que les asigna el mercado laboral. No obstante, no puede aislarse este proceso del sistema de reproducción social y del trabajo: la familia representa la unidad de reproducción social y la empresa, la unidad de producción del trabajo (Villa, 1990: 299-309)9 . 5 Villa (1990: 38-50) se sirve del enfoque del MDT para explicar su teoría de la SMT. Pero lo cierto es que los términos de segmentación y dualismo del mercado de trabajo son subproductos del funcionamiento de los mercados internos de trabajo (Doeringer y Piore, 1985: 14). 7 Los sectores del mercado de trabajo de que se t rata aquí son distintos de los sectores de actividad económica. 7 Sobre las características de ambos segmentos de trabajo, léase Villa (1990: 37), Portes y Börocz (1992: 28), Edwards (1975: 16) y Cachón (1997: 67). 8 Este proceso de asignación a puestos d e trabajo que, en nuestra opinión, es una marginación de la mano de obra extranjera, se percibe por algunos trabajadores españoles como un favor o una ayuda a los inmigrantes: califican estos empleos de solidarios (Véase Gimeno, 1999: 61). 9 Para evitar esta desvinculación entre sistema social y análisis de la estructuración del mercado de trabajo Piore (1983a: 195196) propone un modelo de segmentación más complejo al ampliar el número de segmentos del mercado laboral Califica la hipótesis del MDT de e xcesivamente enfocada a los problemas de los trabajadores desfavorecidos y estudia la estructura Página -4- del sector primario del mercado de trabajo. Según el autor, se observa que el sector primario se divide en un segmento superior y otro inferior. Contrariamente al segmento inferior del sector primario, el superior se caracteriza por sus puestos de trabajo ocupados por profesionales y directivos, con sueldos y status elevados y con mayores posibilidades de ascenso. También los empleos del segmento superior ofrecen una mayor seguridad económica y una mayor variedad de oportunidades para la creatividad e iniciativa individuales. La educación formal parece ser un factor esencial para obtener empleo en el segmento superior. No existe una fuerte discontinuidad entre ambos segmentos como entre los sectores primario y secundario del mercado de trabajo donde la movilidad de los trabajadores es totalmente imposible. Página -5- Relaciones intergrupales y la asignación étnica dentro de un mercado segmentado Adicionalmente, las condiciones de trabajo prevalecientes en los segmentos del mercado de trabajo, influyen sobre las relaciones de distintos grupos étnicos. Aplicando la teoría de segmentación del mercado laboral en los EE.UU. de los años 1930 y 50, Bonacich (1976: 35-37) muestra cómo los trabajadores negros están expuestos a mayor explotación y discriminación, en comparación con otros colectivos como los blancos. Con el objetivo de dividir y debilitar la clase obrera, los empleadores marginan a trabajadores negros americanos que sufren una superexplotación y un fuerte desempleo10 . El período situado entre la primera guerra mundial y el New Deal se caracteriza por una segmentación racial del mercado de trabajo al favorecer el empleo de la mano de obra negra y barata. En el sur estadounidense es frecuente que un trabajador negro cobre menos que un blanco con quien desempeña la misma tarea (o que desempeñe más horas de trabajo). En este sentido se ha hablado de “la discriminación racial de los salarios” que se inscribe en el contexto general de “la segmentación étnica” en el mercado laboral. Es decir que el precio de la mano de obra varía en función de su pertenencia a determinados grupos étnicos o minoritarios; lo que genera en algunos casos conflictos. La hipótesis central de esta tesis es que “lo que provoca conflictos entre grupos étnicos en el mercado laboral es su propio carácter segmentado” (Bonacich, 1972: 547). En la misma línea de pensamiento se observa que “el capitalismo, como sistema, engendra el racismo”, entendido como “etnificación” de la fuerza de trabajo. De esta manera, el racismo se convierte en un instrumento utilizado por los empresarios para mantener el capitalismo como sistema, al jerarquizar la fuerza de trabajo en segmentos profesionales a los que corresponden diferentes remuneraciones, siempre en función de ciertos criterios sociales (origen, raza, cultura de los trabajadores): se les asigna salarios muy inferiores a los que podría justificar el criterio meritocrático. Del mismo modo “la etnificación de la fuerza de trabajo tiene como fin hacer posibles unos salarios muy bajos para sectores enteros de la fuerza de trabajo” (Wallerstein, 1991: 56-59). La etnificación de la mano de obra desempeña el papel suplementario, identificando empleos con grupos étnicos. En síntesis, la etnificación de la mano de obra permite (Solé , 1995: 60-61): a) aumentar o disminuir la mano de obra disponible según la demanda del sistema económico; b)jerarquizar la mano de obra en sectores laborales por criterios distintos de la meritocracia; c) crear castas laborales y reproducirlas mediante la socialización de los hijos de esas castas bajo el estigma racista; d) pagar menores salarios a sectores de la mano de obra disponible mantenida en una situación marginal y precaria. Más tarde Cummings (1980) estudia el nivel de tolerancia entre varios colectivos de trabajadores en el mercado americano segmentado en función del grado de la competencia existente entre ellos. Su objetivo es contrastar la hipótesis según la cual el prejuicio racial y el conflicto existentes entre grupos étnicos seleccionados de blancos y negros en América, surge de las condiciones que ofrece el mercado laboral segmentado. Esto lleva a Cummings (1980: 944) a afirmar que la intolerancia existente entre varios grupos étnicos está directamente relacionada con la situación en que actúan estos trabajadores. Con ello se construye una interpretación del conflicto realista de intereses económicos. Los grupos que compiten directamente con los negros tienden a adoptar actitudes más intolerantes, y eso ocurre más en el sector secundario del mercado de trabajo. Los más tolerantes hacia los negros son los trabajadores nativos blancos que no entran en competencia con ellos. Aunque también es cierto que, al no existir una posibilidad de pasar del sector secundario al sector primario, los trabajadores de este último son los más tolerantes porque no se sienten laboralmente amenazados por los negros. El autor (Ibíd: 945) concluye en los términos siguientes: “Según la interpretación del mercado de trabajo segmentado, los protestantes irlandeses, europeos orientales, e italianos son más racialmente intolerantes porque ellos se concentran en parte en mercados de trabajo secundarios dentro de industrias integradas, y en competición directa con negros, y otros grupos para los trabajos, la paga, y la promoción. Por otro lado, grupos que muestran tolerancia racial están financieramente bastante alejados de los negros, ocupacional, e industrialmente. Ellos pueden ser empleados dentro de los mercados de trabajo secundarios pero en industrias del mercado segregado, o empleado dentro de los mercados de 10 Coincide aquí con Piore (1983b: 226) que señala la dualidad del mercado laboral como inherente a la propia economía capitalista en la medida en que, para los empleadores, se convierte en una estrategia de dividir “una clase trabajadora unida e impedir así la revolución”. Página -6- trabajo primarios (...) Sin embargo, si la interpretación del conflicto intergrupal en el mercado de trabajo segmentado es correcta, el prejuicio racial y la competición entre los grupos deberían desaparecer cuando las condiciones que producen un mercado de trabajo segmentado estén controladas o eliminadas”(traducción nuestra). Relevancia de los modelos del mercado segmentado para comprender la situación de hombres y mujeres inmigrantes En el presente estudio, la teoría de la SMT sirve para explicar los fenómenos de inserción laboral del inmigrante puesto que “por una parte, la comunidad inmigrante constituye la unidad social de reproducción del trabajo; por otra, la obra, con su interrelación de empresas y cuadrillas que trabajan mediante el sistema de la subcontratación, constituye la unidad de producción” (Villa, 1990: 299). Pero lo cierto es que “el proceso de reproducción social de trabajo se produce fuera del sistema económico que emplea esa fuerza de trabajo. Como consecuencia, el coste económico y social de reproducción del trabajo no es pagado por el sistema económico que consume la fuerza de trabajo” (Ibíd: 300). Se produce una flexibilidad del mercado de trabajo como consecuencia del “doble mercado de trabajo” permitiendo así la inestabilidad del mismo. Los trabajadores extranjeros se convierten en grupos explotados en el sector secundario donde están empleados en períodos de crecimiento, incluso invitados como gastarbeiter (Portes y Börocz, 1992: 30), y rechazados en momentos de “coyuntura económica mediante la detención o el freno de la emigración y la no-renovación de los contractos a una parte de los trabajadores que ya están en el lugar” (Meillassoux, 1989: 174). Ante la flexibilización del mercado de trabajo (subcontratación, trabajo a domicilio, etc.) provocada por la incertidumbre inherente a la actividad económica, al capital y a los empresarios, los trabajadores se ajustan en dicho mercado, por una parte, en función de “las oportunidades de empleo de que disponen y, por otra, del nivel de aceptación por su parte de las condiciones de trabajo”, es decir su poder de negociación (Villa, 1990: 312). De la misma forma, los trabajadores extranjeros, constituyendo la fuerza laboral migrante, se caracteriza por tener un poder de negociación demasiado flexible y débil; lo que incrementa su vulnerabilidad en el mercado laboral. Al estar dispuesto a desempeñar tareas de bajo nivel y ganar bajos salarios y por no tener amplias oportunidades de empleo los inmigrantes aceptan condiciones laborales muy precarias; convirtiéndose asimismo en “categorías parecidas de trabajadores a precios mínimos radicalmente diferentes, independientes de su productividad potencial/real” (Ibíd: 313). El estatus del trabajador (estatus económico y social) no permite al inmigrante tener una mayor variedad de oportunidades de empleo, restringiendo asimismo su margen de maniobra para elegir mejores condiciones y, “definiendo su nivel de aceptación por debajo del cual tendería a considerar sus oportunidades de empleo socialmente inaceptables” (Ibíd: 312)11 . En este sentido, y como lo menciona Cachón (1995: 108-109), las oportunidades de empleo, “vienen determinadas desde el punto de vista de la oferta de la mano de obra por las características básicas de los trabajadores (sexo, edad, estado civil, nivel de estudios, cualificaciones, origen ético, etc.) y por sus pautas de conducta (fiabilidad, diligencia y otros rasgos del carácter); estas características tienden a ser utilizadas por los empresarios como elementos discriminantes (no necesariamente discriminatorios) de selección en el proceso de asignación de los trabajadores en el sistema de reproducción social tanto en la familia como en la estructura de clases”. Posteriormente, Cachón (1997: 65) reitera la noción de “nivel de aceptación” de los trabajadores, agregando un nuevo concepto de “carrera en el trabajo”, prestado de Sabel (1985). La idea es que cada trabajador tiene su “visión del mundo” laboral, según la cual concibe una percepción diferente del éxito o de la carrera en el trabajo, es decir, “que discrepa en cuanto a las capacidades que definen la dignidad, los puestos de trabajo que se consideran una deshonra y los que se consideran un logro”. Es precisamente en función de esta aprehensión de la dignidad, del logro y de la deshonra que los grupos sociales determinan lo aceptable y lo inaceptable para los miembros del grupo. En el mismo orden de ideas y refiriéndose a Segenberger (1988: 353-355), el autor (1997: 65-66) considera que “tanto la estructura del mercado de trabajo como la posición de los trabajadores, su ‘poder social de negociación’ y su ‘carrera 11 Recomendamos la lectura de Villa (1990: 308-313) para tener amplios detalles sobre la posición de los trabajadores en el mercado de trabajo. Página -7- en el trabajo’ varían a lo largo del tiempo y son muy sensibles a las fluctuaciones cíclicas del sistema económico; estas variaciones no sólo producen cambios en la demanda de empleo de los diferentes segmentos, sino que modifican las características de los segmentos y la amplitud de los mismos”. Igualmente, los trabajadores inmigrantes adoptan la misma actitud dentro de sus límites, aunque suelen ser objetos de numerosos prejuicios y de todo tipo de discriminación laboral (Portes y Börocz, 1992)12 . A priori, se les considera como una mano de obra no cualificada para desempeñar algunas tareas. Sin embargo el inmigrante acepta, padece y asume estas condiciones de vida porque todavía son “preferibles a la situación en que se encontraba en su país de origen” y sobre todo con la esperanza que “sus hijos tengan más éxito” en caso que decidan quedarse (Doeringer y Piore, 1983: 316). Pues resulta que, generalmente, la mayoría de los inmigrantes realizan trabajos en su destino que nunca desempeñarían en su sociedad de origen, teniendo en cuenta su nivel de calificación académica y profesional, su positiva capacidad de trabajo y su origen social entre otras razones. Por eso se deduce que es “su bajísimo nivel de vida en su lugar de origen”, lo que incita a los trabajadores extranjeros a emigrar y a ofrecer su fuerza de trabajo fuera de las fronteras de sus países respectivos (Villa, 1990: 300). Esta actitud de los inmigrantes se explica más bien en función de sus recursos y motivaciones, es decir sus necesidades económicas y de sus planes. Por eso, independientemente de las condiciones de trabajo (horas, salario, etc.), el inmigrante se encuentra en la obligación de desempeñar el primer empleo cuando le urge ganar dinero. En el caso contrario, esperará una mejor oportunidad tras su búsqueda de empleo. Aquí también, es cierto que el nivel de formación o de calificación de los inmigrantes no es determinante del puesto de trabajo que ocupa (Bonacich, 1972: 550-551). En el caso de la inmigración temporal, el trabajador extranjero tiende a aceptar malas condiciones de trabajo y de vida. Si la vida sindical es muy dinámica en donde trabaja, no se implicará en actividades de sindicatos para luchar en favor de la mejora de las condiciones laborales; pues su principal objetivo es trabajar, ganar dinero y satisfacer las necesidades de su familia durante su breve estancia. Cuando encuentre rápidamente un trabajo, su mayor objetivo es acumular ahorros para poder mejorar su situación socioeconómica en su sociedad de origen; sino se queda en su destino hasta alcanzar esta meta (Meillassoux, 1989: 169). Y si tampoco lo logra, el inmigrante cambia de lugar de residencia dentro del mismo país de destino (cambiando de región) o fuera del mismo (dirigiéndose hacia otro país de destino). 12 Los autores (Ibíd: 28) mencionan el caso de los inmigrantes mexicanos en EE.UU. que son estereotipados como “fuente de trabajo degradante y mal pagado”. Página -8- Hasta ahora hemos hablado de situaciones dentro de la “legalidad”13 , dado que la situación es más grave cuando el inmigrante es indocumentado. Está más expuesto a los abusos de la explotación del mundo laboral, puesto que no sólo se encuentra en condiciones de vida muy difíciles sino también está privado de algunos derechos; lo que le sitúa en una postura político-legal inferior a la situación de los demás trabajadores autóctonos. En muchos casos las propias instancias políticas (políticas migratorias, de canalización de flujos migratorios, legislaciones laborales, etc.) de la sociedad acogedora, contribuyen con ofertas de puestos de trabajo secundario reforzando así la fragmentación de la clase obrera. Por eso Phizacklea (1984: 208), refiriéndose a Castells (1975), Portes (1978) y Carchedi (1979), afirma lo siguiente14 : "La posición politico-legal inferior del trabajo migrante, al negar ciertos derechos civiles y políticos, y vincular contratos laborales y derechos de residencia, es reforzada por el Estado y se menciona como uno de los determinantes principales de la mayor explotación del trabajo migrante”(traducción nuestra). La situación de la mujer inmigrante es aún más preocupante al respecto; forman una categoría de trabajadores extranjeros constantemente explotados y marginados. Sin emigrar, la mujer, siempre tiende a ser objeto de explotación tanto en sociedades tradicionales agrícolas como las modernas capitalistas. Al colocarse en las relaciones de explotación y de subordinación en las sociedades agrícolas, la mujer está sometida, por un lado, a una explotación de su trabajo, dado que su producto pertenece al esposo y, por otro, a una explotación de sus capacidades de procreación porque la filiación se establece siempre entre los hombres (Meillassoux, 1989: 112). Conjuntamente en ambas sociedades, a pesar del papel importante que desempeña en trabajos domésticos y a veces en la agricultura, “no es admitida al estatus de productora” (Ibíd: 113). Respecto a esta misma idea, Wallerstein (1991: 58-59) afirma que la discriminación por el sexo que padecen las mujeres en el mercado de trabajo, las obliga a “trabajar para crear plusvalías para los propietarios del capital, que ni siquiera les pagan lo más mínimo”; esta práctica “consiste en proclamar que en realidad su trabajo no es tal”. De la misma forma, “inventamos el concepto de ‘ama de casa’ y afirmamos que no trabaja, que se contenta con ‘llevar la casa’. Y así cuando los gobiernos calculan el porcentaje de mano de obra activa, las amas de casa no figuran ni en el numerador ni en el denominador de la operación”. 13 Cuestionamos el término legales para designar a los inmigrantes que no responden a las exigencias administrativas del Estado-nación moderno acogedor de los mismos. Porque creemos que las personas no pueden ser ilegales por no tener papeles requeridas, por lo tanto el inmigrante no puede ser ilegal. En este sentido coincidimos con José Saramago, el Premio Nobel de la Literatura 1998, en lo siguiente: “Ningún ser humano es humanamente ilegal, y si, aún así, hay muchos que de hecho lo son y legalmente deberían serlo, ésos son los que explotan, los que s irven de sus semejantes para crecer en poder y riqueza (...)”. Preferimos el uso los términos indocumentados o sin papeles (“sans-papiers”) para nombrar a los trabajadores extranjeros en situación irregular, como bien lo hace el Colectivo IOE (1990). 14 Phizacklea (1984: 211, 212 y 215) expone una síntesis de dichos estudios: Carchedi (1979) ilustra la forma rotativa de la mano de obra extranjera y el papel que juega el Estado en la regulación del sistema rotativo basado en datos estadísticos. Desde una perspectiva estructuralista, Portes (1978) estudia la inmigración ilegal. Antes de enfocar sus estudios sobre las funciones políticas y económicas de la fuerza de trabajo inmigrante, Castells (1975) afirma que, a parte de la falta de mano de obra, existen otros factores de la inmigración. La internacionalización de la explotación de la mano de obra es una necesidad del capitalismo de la Europa occidental. Página -9- Pertinencia de la Segmentación del Mercado de Trabajo para interpretar las políticas de control de flujos migratorios en España La discriminación de la mano de obra extranjera y de las minorías étnicas se inscribe en un marco institucional y en relación con las políticas migratorias en España. El análisis de Cachón (1995: 111-116) nos sirve para explicar cómo los factores institucionales junto a la discriminación15 hacia los inmigrantes vienen a reforzar las líneas generales del condicionamiento de su inserción laboral en el mercado laboral segmentado, como decíamos anteriormente. Se trata de analizar cómo influye la “discriminación en la asignación de los puestos de trabajo asalariado” a nivel institucional, es decir que la colocación de los trabajadores inmigrantes en el mercado laboral está regulada por un marco legal fuera del cual todo inmigrante cae en la irregularidad. Además, respecto a los inmigrantes regulares, existen otros variables en función de las cuales se realiza una diferenciación de los mismos a la hora de posicionarse en el mercado segmentado que conllevan las políticas migratorias. En este sentido, el autor (Ibíd.: 111) considera que “Estas ‘variantes’ constituyen el ‘marco constitucional de la discriminación’ de los inmigrantes en el mercado de trabajo, marco previo a las posibles discriminaciones concretas de que pueden ser objeto los inmigrantes en la asignación de puestos o condiciones de trabajo”. En España entonces, la Ley de Extranjería de 198516 es la que configura el marco institucional de la política migratoria discriminatoria (de la mano de obra y de los grupos étnicos minoritarios) por su propia naturaleza, al atribuir a los inmigrantes específicos puestos de trabajo según categorías legales 17 ; al consagrar la prevalencia de la situación laboral del conjunto de los autóctonos sobre los extranjeros junto con la cláusula sobre la situación nacional de empleo que estipula que “la autoridad laboral denegará el permiso de trabajo: a) cuando lo aconseje la situación 15 Según el artículo 1 del Convenio 111 de junio 1958 de la OIT la discriminación se define como “cualq uier distinción, exclusión o preferencia basada en motivos de raza, color, sexo, religión, opinión política, ascendencia nacional u origen social, que tenga por efecto anular o alterar la igualdad de oportunidades o de trato en el empleo y la ocupación” (c itado por Cachón, Ibíd.). 16 Para más detalles sobre derechos y libertades de los extranjeros en España (Ley Orgánica 7/1985, de 1 de julio), véanse BOE, 3 julio 1985. 17 Asimismo, la estructura legal de los permisos de trabajo viene definida de la siguiente forma: a) permiso de trabajo por cuenta ajena; b) permiso de trabajo por cuenta propia. Para más detalles, véase Cachón (1995: 112). Página -10- nacional de empleo, a juicio de la autoridad laboral (...)”18 ; al establecer un cupo o contingente anual de inmigrantes cuyo objetivo es canalizar y controlar los movimientos migratorios en función de las exigencias (Oferta y Demanda de la mano de obra) del mercado laboral nacional19 y al conceder permisos de trabajo según un “sistema de preferencias” elaborado en función de tres criterios: “tener ascendencia o familiares españoles o en España; el tiempo de residencia en España; ser iberoamericano, filipino, andorrano, ecuatoguineano, de origen sefardí u originario de Gibraltar, Ceuta y Melilla” (Cachón, Ibíd: 115-116). 18 Según la misma Ley de Extranjería, “para la concesión y la renovación del permiso de trabajo, se apreciarán las siguientes circunstancias: a) La existencia de trabajadores españoles en paro en la actividad que se proponga desempeñar el solicitante; b) la insuficiencia o escasez de mano de obra española en la actividad o profesión y zona geográfica en que se pretenda trabajar; c) el régimen de reciprocidad en el país de origen del extranjero”. 19 La política de contingentes en 1995 ofrece 25.000 puestos de trabajo regulares a los trabajadores extranjeros: se presentaron 37.214 solicitudes de las cuales se admitieron 19.946; en el mismo año el número total de los extranjeros legales llegó a 499.773. En 1998 el cupo se ha limitado a 28.000 permisos de residencia y trabajo temporal para inmigrantes de los que 16.836 corresponden al sector servicios, 9.514 a ganadería, 1.069 a la construcción y 941 a otros servicios. Página -11- En resumen, los inmigrantes se insertan esencialmente en el sector laboral secundario porque tienen los puestos de trabajo que han quedado vacíos al ser abandonados e indeseables por los activos nativos. También es evidente que el sistema capitalista necesita explotar a fuerzas de trabajo marginadas para poder funcionar y ser productivo; por eso obliga a las capas trabajadoras desfavorecidas e inestables a emigrar y vender su fuerza de trabajo servilmente. Del mismo modo, es cierto que “los movimientos de mano de obra, bajo su aparente anarquía, su clandestinidad querida y tolerada, se organizan de acuerdo con las necesidades del capitalismo internacional, y en su beneficio” (Meillassoux, 1989: 178)20 . II. SEGMENTACIÓN Y ETNIFICACIÓN: PROCESOS SUBJETIVOS Conflictos de intereses reales o percibidos y prejuicio racial Dos modelos de interpretación de las relaciones intergrupales relacionados habitualmente con el sistema productivo y la situación económica de una sociedad son, por un lado, el prejuicio racial como producto de un conflicto real de intereses, y por otro el racismo como correlato ideológico de una situación de etnificación de la mano de obra. En este último el prejuicio se daría más abiertamente en algunas capas sociales como producto de una percepción irreal de amenaza a los intereses de los grupos implicados. Es decir, prejuicio racial por conflicto realista de intereses frente al racismo como discurso ideológico interesado. Allport (1951/1991: 229-232) en su insuperado clásico sobre “La naturaleza del prejuicio” afirma que cuando el cambio social se traduce en el empeoramiento de las condiciones de vida, los lazos intergrupales tienden a tensarse, el extraño se vuelve sospechoso y se le excluye, pero cuando ello ocurre es porque previamente se ha dado un proceso de diferenciación y rechazo intergrupal, para que la competencia sea percibida como intergrupal más que interpersonal. El autor (Ibíd.: 230) sostiene lo siguiente: "Se dice a menudo que los negros constituyen una amenaza realista a las clases bajas de personas blancas, desde que los dos están compitiendo por los trabajos de la clase baja. Hablando estrictamente, por supuesto, la rivalidad no es entre grupo y grupo, sino entre los individuos. Nunca es el grupo negro el que impide a un obrero blanco obtener un trabajo, sino sólo una persona (blanca o de color) que llegó allí primero" (traducción nuestra) Este punto de vista muestra cómo sobre una experiencia concreta se van elaborando procesos subjetivos colectivos. También evidencia la relación que hay entre la formación y desarrollo de los procesos de prejuicio intergrupal y las condiciones objetivas de supervivencia y reproducción de las poblaciones. Además, Allport (Ibíd.) establece un orden temporal: la diferenciación intergrupal es necesariamente anterior a la situación de conflicto de intereses. Sin embargo, como se verá más abajo, nosotros discrepamos con esta ordenación pues consideramos que los límites intergrupales -así como los estereotipos y prejuicios sobre esos grupos- no son estables ni fijos, sino que varían de una formación social a otra, son procesos históricos fluctuantes. El prejuicio racial acompaña la toma de conciencia del grupo mayoritario de una amenaza potencial a sus intereses e identidades, achacada al sujeto diferente. En virtud de la defensa de intereses e identidades se desarrollan mecanismos de identificación como grupo, a la vez que se etiqueta al otro, el diferente, el forastero o extranjero, atribuyéndosele características naturales y sociales generalmente negativas (Miles, 1989: 77). 20 Piore (1983c: 274-276) defiende la misma idea: “De hecho, la mayor parte de los países industrializados ha empleado trabajadores inmigrantes para este tipo de trabajo (secundario) casi desde el comienzo de la revolución industrial (...) El verdadero determinante de los flujos de emigración es el proceso de desarrollo de la sociedad industrial, especialmente el número y las características de los puestos disponibles”. Página -12- Según las teorías de intereses, el racismo y el prejuicio son producto del deseo de beneficio social, económico o político del propio grupo. Blumer (1960) sostiene que el prejuicio no es más que una máscara protectora de la posición dominante de un grupo sobre otro. Por su parte, Wellman (1979) va más lejos y sostiene que la discriminación es una opción racional al conflicto intergrupal por recursos escasos sociales y económicos. Este autor insiste en que el intento de perjudicar al otro que subyace a cualquier actitud discriminatoria puede no ser fruto necesariamente de prejuicios sino más bien estar ligado a la protección de los intereses políticos y económicos propios. Posteriormente, Bobo (1983) señala que la discriminación de un grupo por otro se justifica ante estos mismos como una protección de sus intereses y privilegios que el discriminador siente haberse ganado. Una situación de conflicto real de intereses supondría un acceso igualitario a recursos escasos como los empleos en un mercado de trabajo único semejante al de la definición tradicional de mercado de trabajo (Hicks, op. cit.: 7)21 . Sin embargo, en condiciones legales como las existentes en España desde las primeras leyes de extranjería22 , tal “opción razonada” por el rechazo y el prejuicio no parecería tener fundamento objetivo. La asignación legal desigual del acceso al empleo así como a beneficios y derechos, privilegiando a unos grupos sobre otros, difunde y legitima una estructura de idoneidad y valía de unos sobre otros y sitúa a la población inmigrada en una posición subordinada y complementaria a las tendencias del mercado de trabajo autóctono. En este sentido, la percepción de amenaza atribuida a los trabajadores extranjeros en el mercado laboral, a quienes se percibe como competidores por los cada vez más escasos y precarios puestos de trabajo y recursos sociales, es un síntoma más bien de la precarización laboral y aumento de desempleo, que de un conflicto directo de intereses. La relación que hay entre mercado de trabajo segmentado y racismo El racismo es el conjunto de creencias negativas que mantiene el grupo que identifica y mantiene apartado o segregado a otro grupo al atribuir relevancia diferenciadora a algún o algunos rasgos biológicos u otras características inherentes al grupo segregado, rasgos y características que son evaluadas negativamente y se asocian deterministicamente con algún tipo de conductas. La visibilidad de los rasgos físicos de algunos colectivos permite la categorización en grupos de esas personas, sobre criterios biológicos -como los rasgos físicos- o sociales, como el sector laboral en el que participan o sus creencias religiosas. La atribución de estas características puede servir para justificar el impedimento del acceso libre o igualitario por parte del grupo segregado a recursos económicos y sociales y a derechos políticos (Miles, 1982:113-119). El racismo tiene componentes intra e intersubjetivos: los primeros son los llamados prejuicios, con sus componentes emotivos, evaluativos y conductuales, mientras que los segundos son las creencias, valores e imágenes socialmente compartidas, las ideologías que circulan dentro de los distintos sectores de la sociedad y que explican y dan sentido a la realidad. Tales construcciones y explicaciones sociales organizan las categorías cognitivas de la población, llegándose a dar procesos tales como la igualación del concepto de raza con el de inmigración. El racismo es una forma de discurso ideológico (Guillaumin, 1980; Miles y Phizacklea, 1982; Miles, Op. Cit. 1989; Wallerstein, op. Cit, Essed, 1991, Van Dijk, 1987, 1991; Goldberg, 1993; etc.). El discurso ideológico racista no es un discurso homogéneo o sistemático sino que se elabora de distintas maneras, acorde a la heterogeneidad de la vida social y se transmite mediante distintas herramientas de socialización: las instituciones educativas, los medios de comunicación de masas o la toma de decisiones políticas. 21 Citado por Villa (1990: 25), vease la página 5 de nuestro trabajo. 22 Cuando se reguló explícitamente el acceso de la inmigración a puestos de trabajo no cubiertos por la población española y se limitó estrictamente la movilidad tanto laboral como espacial de la fuerza laboral inmigrada (Cachón, 1995: 108-109). Página -13- Para Wallerstein (Op. Cit.:31-32) el racismo jerarquizante o desigualitarista23 es parte de la ideología que sostiene al sistema capitalista. El capitalismo para sustentarse divide a la humanidad en subespecies, jerarquizables en base al sistema productivo. Y emplea categorizaciones raciales, nacionales y sexuales para diferenciar entre grupos de trabajadores, dividiendo la mano de obra y permitiendo la superexplotación de algunos de ellos. La etnificación de la mano de obra y el racismo dentro del proceso de acumulación capitalista se relaciona directamente con la regulación y asignación de la mano de obra dentro del mercado de trabajo (Ibíd.:32). Siguiendo esta línea, cabe señalar que un sistema capitalista en expansión necesita toda la fuerza de trabajo que pueda encontrar. Pero, para maximizar la acumulación de capital es necesario, simultáneamente, minimizar el costo de producción (es decir, los costos de la mano de obra, entre otros) y el costo de la inestabilidad política. En esa situación el racismo es la formula que satisface ambas necesidades, permitiendo el abaratamiento de la mano de obra y justificándolo ideológicamente (Ibíd.: 58). En un contexto de mercado de trabajo segmentado el racismo opera como un proceso de etnificación de la fuerza de trabajo basado en lo que, según Solé (1997: 17), Martínez Veiga (1995: 257) llama la “división étnica del trabajo”. Solé (Ibíd) describe esta situación como aquella que se da “cuando dentro de un abanico de trabajos muy reducido respecto a los países emisores de emigración, se produce una concentración de cada grupo étnico en algún tipo de trabajo determinado”. Esta asignación tiene que ver con la estructura de la demanda en el mercado segmentado, con las redes sociales de reclutamiento de esa mano de obra y con el marco legal. Ello induce al reforzamiento de la segmentación del mercado laboral, asignando a las poblaciones inmigradas a lugares específicos, limitando su movilidad dentro de esos mercados e institucionalizando su vulnerabilidad y sumisión laboral. La etnificación de la mano de obra sería parte del proceso de racialización (es decir, de construcción social de las razas), pues implica la racialización de las actividades en las cuales participan los colectivos a racializar (Miles, 1989: 73-77). Lo que significa que se racializan tanto los colectivos como las actividades. El destino de las poblaciones inmigradas a los sectores abandonados por la población autóctona se convierte en etnificación de la mano de obra cuando las propiedades del puesto de trabajo son atribuidas a las personas o grupos que los desempeñan. Es decir, el estatus o estigma de una actividad económica se hace transitiva al colectivo más visible que lo realiza. III. EL CORRELATO SUBJETIVO DE LA ETNIFICACIÓN DEL MERCADO DE TRABAJO EN LA SOCIEDAD ESPAÑOLA: Las estructuras sociales en que se realiza la convivencia de la población autóctona y los colectivos inmigrantes se construyen sobre relaciones sociales que mediatizan las condiciones materiales de existencia de la población en general. Dichas relaciones sociales tienen un correlato en la subjetividad de las personas que en ellas participan: en su sistema de creencias, ideologías y explicaciones de sentido común (Essed, Op. Cit.). Más aún, los hechos sociales macro o las estructuras se producen en interacciones. A su vez, la dimensión subjetiva de las relaciones sociales contribuye a la reproducción y renovación de las relaciones sociales y, por ello, de las estructuras en las que se organiza el encuentro entre la población autóctona e inmigrantes. De este modo, la producción de un mercado laboral segmentado en el cual la población inmigrada tiene espacios limitados tiene un correlato intersubjetivo en la sociedad más amplia en la que se produce. Este correlato se constituye en la forma de creencias, valoraciones y conocimiento de sentido común disponible reflejándose en discursos sociales. Ellos darán cuenta de la realidad social de la etnificación del mercado de trabajo segmentado, explicándolo, legitimándolo o reproduciéndolo. El estudio del “correlato subjetivo de la formación de un mercado segmentado” se enmarca dentro de las “actitudes de españoles hacia la inmigración en general”. Por eso, antes de centrarnos en las posturas discursivas de los propios inmigrantes, nos hemos interesado brevemente en la manera que los propios autóctonos (empresarios y trabajadores) reproducen la marginación de la mano de obra extranjera mediante sus discursos. El correlato subjetivo de la etnificación del Mercado Segmentado: la versión autóctona Iniciando el análisis de la actitudes discursivas de la población autóctona hacia la inmigración, coincidimos 23 Es decir, aquel que no busca la mutua exclusión sino que establece jerarquías. Página -14- con Gimeno (1999: 64) quién, al destacar “los aspectos subjetivos con que [los trabajadores nativos] interpretan las relaciones entre empleo, inmigración y economía”, afirma que tales aspectos: “ (...) se forman a traves de razonamientos tipo de comparación social intergrupal y de relatos de privación relativa, nuevamente. Estos procesos conducen a que se afirme que los extranjeros quitan empleos, perjudican el mercado de trabajo, agravan la situación económica y perjudican directamente el mercado de mano de obra autóctona.” Además, el Colectivo Ioé (1995) observa que el “nacionalismo” destaca en los discursos de los españoles sobre los extranjeros respecto a la actividad económica de los extranjeros. Los españoles que más están en contra de la inmigración de los extranjeros, sobre todo de los no comunitarios son los que defienden el estado-nación. Para ellos las fronteras de España deben estar defendidas y protegidas porque “lo normal” es que cada población resida en su espacio estado-nacional; lo que significa que las migraciones internacionales introducen una anomalía en este orden. Pero esta postura se inscribe en varios niveles dependiendo de la categoría profesional del español. En este orden, una categoría de empresarios españoles piensan que es lógico que los sindicatos y el Estado defiendan a los obreros españoles frente a la “invasión” de los trabajadores extranjeros pobres porque las condiciones laborales vigentes en España son conquistas de los propios obreros. En el mismo orden otro grupo de empresarios admite una flexibilización del mercado laboral y un menor proteccionismo estatal respecto a los trabajadores españoles. Pero señalamos la contradicción que se introduce en esta forma de razonar: se acepta la presencia de los inmigrantes en la medida en que no disminuye las oportunidades de los autóctonos españoles. Lo más importante es que los intereses de los españoles sean salvados y sanos: “El problema está cuando te quitan algo de tu parcela (...) nadie somos racista hasta que te toquen”. Es en este contexto que se asume la práctica del “dumping social” de los inmigrantes: “hay unas cosas adquiridas y viene una gente que está dispuesta a currar más por menos dinero” no se puede rechazarlos. Esta postura se refleja en la declaración de un entrevistado del Colectivo Ioé (Ibíd.: 25): “... si llegan tantos fontaneros que nuestros fontaneros se quedarán en paro. Yo pienso que el gobierno español debería ser suficientemente chauvinista, o proteccionista y decir: ‘ojo, primero los españoles, después veremos a ver’. Que estamos en España, coño!”. El Colectivo Ioé (Ibíd.) llama “nacionalista liberal” a este discurso contrariamente a la postura proteccionista del primer grupo de empresarios. Sin embargo ambas actitudes coinciden en tener un carácter proteccionista fundado en consideraciones nacionalistas (los españoles tienen prioridad indiscutible sobre los extranjeros) y económicas (su presencia quedará sujeta a la abundancia o escasez de recursos y empleo). Pues en fin, estos discursos condicionan actitudes diferentes, en función de las dificultades que encuentre el empresario para contratar mano de obra: "será más receptivo a la inmigración cuanto más posibilidades tenga de emplear a dichos trabajadores, o de captarlos como consumidores solventes; de lo contrario se mostrará indiferente o reacio a aceptarlos" (Colectivo Ioé : Ibíd.)24 . 24 En otras palabras, la inmigración se percibe como un fenómeno normal en período de intenso crecimiento y como problema en situación de crisis. Página -15- Cabe señalar que estos discursos no son exclusivos a ambos grupos de empresarios que acabamos de mencionar. También se difunde en la inmensa mayoría de las franjas sociales medias y de españoles en situación de dependencia laboral. Para ellos, se establece necesariamente un orden de prioridad respecto al mercado laboral español que gira en torno al concepto de la familia: primero la propia familia; segundo la "familia nacional" (los españoles) y tercero la "familia humana" (los trabajadores foráneos). El criterio imprescindible de aceptación de los inmigrantes procedentes de países pobres es que ocupen sólo puestos de trabajo rechazados por los españoles; lo que supone la ausencia de toda posibilidad de competencia entre los extranjeros y autóctonos (Cummings, 1980)25 . Eso implica que mientras que los trabajadores extranjeros se mantienen en el sector secundario de trabajo no sufrirán rechazo por parte de los nativos. Este discurso es más característico de los españoles de la clase media, quienes defienden una inmigración controlada, recluida en ciertos nichos laborales y subordinada a la dinámica de empleo de los autóctonos. Los trabajadores españoles en situación de dependencia no admiten la lógica de competitividad y de libre mercado donde manda la ley de la demanda y la oferta de la mano de obra. Por eso requieren una intervención reguladora y protectora del Estado en el mercado laboral para que los inmigrantes no tengan la posibilidad de deteriorar las condiciones laborales españoles al trabajar por debajo de los mínimos establecidos. Además, les impedirá apropiarse de parte del salario de los españoles diferido a través de su mayor acceso a las prestaciones sociales (sean estatales o de organismos no gubernamentales). En todo caso la inmigración se percibe como una amenaza de los intereses de los trabajadores autóctonos ("los de la casa"). Wieviorka (1993) denomina a este discurso "nacionalismo de ‘pobres blancos’". Al respecto, la observación de Gimeno (op.cit.: 65) nos parece relevante: “Este esquema interpretativo les permite [a los nativos] dar legitimidad a las prácticas discriminatorias y el rechazo: son racistas por necesidad económica, o son tolerantes porque si no, es peor para ellos mismos. Se hacen explicaciones económicas de la discriminación, que ellos laman racismo: son racistas cuando escasean los empleos debido a la competencia lógica. La protección de la economía es razón suficiente para rechazar la entrada de la inmigración y además una justificación válida para decir que no se rechaza al otro grupo como tal . Ello naturalmente lleva al racismo (...) ” Lo cierto es que, en este contexto, la inmigración está percebida como medio de detorioro de las condiciones de trabajo de los propios nativos, pero los inmigrantes también tienen su visión. El correlato subjetivo de la etnificación del Mercado Segmentado: la versión de las poblaciones inmigradas Según Du Bois (1969) los negros de los Estados Unidos desarrollan una doble consciencia, porque conocen las interpretaciones del grupo dominante sobre la vida social, sobre ellos mismos y sobre las estructuras y prácticas discriminadoras. Es decir, tienen consciencia directa de experiencia de racismo, por un lado, y por otro conocen y hasta comparten la perspectiva de la sociedad receptora sobre su situación. Además, obtienen de la población dominante una visión reflejada de sí mismos a través de los ojos del otro. Esta visión traspasa toda la sociedad pues se difunde tanto en las estructuras de discriminación directa como en los medios de socialización ya mencionados. A la vez, los negros tienen experiencias personales y vicarias de racismo y conciencia de que eso es racismo, pues comparten la definición de racismo parte del conocimiento social disponible, así como suelen proponer 25 Dice Cummings (1980: 938) expresamente lo siguiente: “Generally the data confirm the idea that ethnic groups which directly compete with blacks for employment opportunities in secondary labour markets are more racially intolerant than ethnic groups employed in primary labour markets. Racial tolerance and intolerance among white groups are explained as social psychological products of labour market conditions”. Página -16- una identidad alternativa de sí mismos distinta a la impuesta. Investigación aplicada En este trabajo adoptamos la idea de la conciencia dual de Du Bois como hipótesis. La población racializada inmigrante ocuparía un lugar en la sociedad europea en general y española en particular, semejante al de los negros en los Estados Unidos en lo que a conocimiento social y experiencia de racismo y discriminación se refiere. Los inmigrantes producen información privilegiada sobre el proceso de etnificación de la mano de obra y el racismo desigualitarista porque disponen de experiencia empírica y herramientas de interpretación de las situaciones compartidas con toda la sociedad receptora. Estos instrumentos no suelen ser empleados con la misma destreza por el grupo dominante, porque sus consecuencias les afectan de manera indirecta. Realizamos un grupo de discusión en los locales de Murcia Acoge (citado en el análisis con la sigla GMA), en otoño de 1995, en el que participaron diez personas, ocho de ellos de origen marroquí y dos argelinos, todos de sexo masculino, algunos con permiso de trabajo y otros sin él, casi todos trabajando sin contrato, y que se dedicaban principalmente a las actividades agrícolas o la construcción. La discusión tuvo una duración de dos horas y fue realizada en el lenguaje del país de acogida, es decir, en español, lo cual plantea tanto la dificultad del dominio desigual de esta segunda lengua por las personas que formaron parte de la discusión grupal, como la relación de poder que implica el tener que emplear la lengua en la que se organiza toda su vida de inmigrados, la lengua de los otros, la lengua impuesta por los/as investigadores. Asímismo se llevaron a cabo cuatro entrevistas a representantes de asociaciones de inmigrantes en Madrid: a una representante de una asociación de mujeres dominicanas (citada como EAMD), a una representante de asociación de acogida de inmigrantes filipinos (EAFT), a un sacerdote polaco de la capellanía polaca, que lleva el apoyo a inmigrantes polacos (ECP), a un participante camerunés de la asociación Karibu (ECK). El análisis se centró fundamentalmente en la discusión grupal y las tres entrevistas tuvieron un caracter más bien complementario, para ampliar testimonios sobre el acceso al mercado de trabajo de las poblaciones inmigradas. Análisis de la información El análisis se ha guiado por los siguientes objetivos: t Detectar formas de reproducción de las relaciones sociales de trabajo racializadas y de la lógica de la segmentación del mercado de trabajo; t recoger testimonios de experiencias de segmentación del mercado de trabajo y etnificación de la mano de obra; t Identificar procesos de interpretación, interiorización , legitimación o rechazo a tales estructuras así como a los prejuicios y estereotipos que circulan en la población autóctona, siempre en relación con la cuestión laboral y el desempleo. En este apartado presentamos el análisis de la información recogida a través del estudio aplicado a colectivos inmigrados. Obedeciendo a los objetivos antes mencionados, hemos organizado este apartado en dos partes: en primer lugar describimos la forma en que estas personas experimentan la segmentación del mercado de trabajo en sus experiencias cotidianas, es decir, el análisis de las narraciones sobre hechos que les han ocurrido a ellos o a personas de su entorno26 ; en segundo lugar presentamos el análisis de la forma en que las personas participantes dan cuenta, interpretan, cuestionan y argumentan sobre las experiencias de discriminación, etnificación o racismo. A) La experiencia de la segmentación del mercado laboral El panorama de la situación obtenido desde la perspectiva de los inmigrantes entrevistados se organiza sobre unas coordenadas que establecen el marco de experiencia. Estas coordenadas son: en primer lugar la situación laboral, el marco legal y un sistema de prácticas discriminatorias existentes en las condiciones e trabajo. Estas tres coordenadas son los presupuestos en los que se enmarca su realidad al entrar y permanecer en la sociedad española, pese a ser sustancialmente distintas unas de otras, están 26 Pues esta información, aunque indirecta, también es parte del conocimiento social disponible en su diario acontecer. Página -17- íntimamente relacionadas, pues las variaciones en cualquiera de ellas repercuten en las demás. Ø La Situación laboral27 : En general, el trabajo es la cuestión más problemática de su vida en España: ni la violencia, ni los problemas de vivienda, lo primero que contestan cuando se les pregunta sobre problemas es la cuestión del empleo, ella sirve para definir el resto de su vida, es lo que la organiza. Con esto no queremos decir que no tengan otro tipo de problemas, sino que ellos aparecen en la discusión de grupo en un segundo lugar de importancia. La situación laboral condiciona toda su forma de existencia en España: sino tienen permiso de trabajo no tienen contrato, si no tienen contrato no tienen permiso de trabajo, y si no tienen permiso de trabajo están indocumentados, por lo tanto, al margen de la ley, lo cual les hace vulnerables a cualquier tipo de tratos vejatorio por la policía. Además, más allá de estar o no empleado, también pueden estar trabajando como jornaleros, es decir, sobre una base de empleo diario, donde el acuerdo es que se les pague por día trabajado, esta es una de las situaciones de mayor vulnerabilidad para el trabajador, pues no tienen garantías ni de que efectivamente se les pague, o se les pague lo convenido al final de la jornada, ni sobre la duración efectiva de esa jornada, saben cuando empiezan pero no cuando terminan. También pueden estar empleados durante una temporada, para campañas de recogida en la agricultura o trabajo doméstico, sobre la base de un acuerdo verbal, sin ningún tipo de contrato o protección social, o pueden estar contratados. Como este grupo de discusión se realizó en 1995, el estar contratados les abría las puertas a la regularización de su situación en España. Tener contrato era la clave para conseguir algún tipo de permiso de trabajo. Ø Situación legal: El marco legal es experimentado -con fundamento, como ya vimos en el marco conceptualcomo uno de las causas de sus problemas y es considerado como uno de los principales mecanismos de discriminación en España. Como dicen en la entrevista ECP: “Con la ley española -y no me refiero a los polacos, sino a cualquier emigrante - un emigrante es un Don nadie” (ECP: 9). Cuando hablan del marco legal se refieren principalmente a tener o no permiso de trabajo y por consiguiente permiso de residencia y, en algunas de las entrevistas, a los convenios de reconocimiento de estudios que hay entre España y los países de orígen de las personas participantes en el estudio. Estos últimos influyen tanto en las posibilidades hipotéticas como en las expectativas de movilidad social de aquellas personas que tienen una cualificación mayor que la requerida por el trabajo que se ven obligados a desempeñar. El marco legal les divide en dos categorías sociales que trascienden a sus características de origen: las personas “con papeles” y las “sin papeles”. Estos últimos están en condiciones de indefensión absoluta frente a los órganos de control y represión del estado, así como ante empleadores y compañeros de trabajo. Las fechas de realización del trabajo de campo son significativas porque la situación laboral de la población entrevistada está determinada por el régimen legal vigente entonces en España. Seguramente, de realizarse esas entrevistas en la actualidad habría pequeñas variaciones debidas a los cambios en la legislación que tuvieron lugar en 1997. Estos cambios han revertido sobretodo en lo que se refiere a la indefensión ante los empleadores. El grupo magrebí entrevistado dice que da igual tener o no tener papeles, o contrato, pues “al empresario le da igual, si tienes papeles no te da el alta en la seguridad social, si no tienes más prefiere él, lo que le importa es coger su fruto.” (GMA: 11), también cuentan que el tener o no papeles no influye en el sueldo que les paguen sino que en la cantidad de tiempo que los tienen trabajando, aunque otros sostienen que sí hace que les paguen menos y los tengan trabajando más. Hay quienes dicen que realmente los empleadores prefieren a los que no tienen permiso de trabajo para pagarles menos, poder exigirles más horas de trabajo y garantizarse que no exijan mejoras en sus condiciones de trabajo “Les exigen trabajar mucho y no protestan, y los que tienen papeles siempre exigen algo más, entonces tienen esa preferencia por los que no tienen permiso de trabajo.” (GMA: 11) Son numerosos los casos en los que el empleador no les ha pagado o que están pendientes de que se les paguen jornadas de trabajo. Algunos incluso consiguen que el entrevistado siga trabajando con él, con la promesa de que se le pagará más adelante, aunque la 27 Siempre según los grupos entrevistados. Página -18- base de la relación salarial sea diaria. El reconocimiento de estudios y la homologación de títulos contribuye a la segmentación laboral, tanto por la falta de convenios como por la lentitud en el reconocimiento de los mismos , estos problemas revierten situaciones como la siguiente: “Conozco el caso de una polaca, doctora de medicina, especialista en Ginecología y Pediatría que trabaja como asistenta” (ECP: 9). Esta información confirma lo que sostiene el colectivo Ioe (1997: 17) sobre la situación de los polacos en el mercado laboral de la construcción en Madrid y Barcelona28 . Ø Prácticas discriminatorias: Se experimentan como prácticas discriminatorias todas aquellas que infligen un trato desigual o arbitrario a la persona objeto de la misma, por ejemplo, aquellas situaciones que no corresponden con lo estipulado previamente, con el trato dado a autóctonos en las mismas condiciones o que les sitúan en una posición de desventaja en comparación con otros sectores de la población, sean autóctonos, personas del otro sexo o de otra nacionalidad. Son numerosos los casos narrados de experiencias de discriminación en cuanto a horas trabajadas y sueldos hasta un cincuenta por ciento inferiores a los de la población autóctona, así como las larguísimas jornadas de trabajo en el campo. Este es un cuadro análogo a la llamada “discriminación racial de los salarios” estudiada por Bonacich(Op. Cit.: 547) en los Estados Unidos y rasgo típico de un mercado segmentado. Los miembros de este grupo de discusión experimentan exigencias que consideran ilegítimas de horas de trabajo (GMA: 1) y dicen que se les exige más trabajo no sólo en horas sino que en cuanto a esfuerzo que a sus compañeros autóctonos presentes en el lugar de trabajo. La interrelación entre estos tres aspectos tiene tres consecuencias fundamentales: la asignación en el mercado de trabajo a un conjunto limitado de puestos de trabajo y en condiciones precarias (característic as estas, propias de un mercado laboral segmentado), la asignación étnica a estos empleos, como se deduce de los relatos de las personas participantes, y un cuadro de indefensión y vulnerabilidad general en sus condiciones de vida. Ø Asignación en el mercado de trabajo: No tienen problemas para encontrar trabajo en el campo, (recogida de verduras y carga o descarga de camiones) aunque la situación regular en el empleo, “con contrato”, es algo reciente: “no tengo problemas de trabajo, siempre trabajo... ahora trabajo con contrato” (GMA: 2). los problemas están, más bien, en las condiciones en las que se les emplea: desigualdad de paga con los autóctonos frente a mayor cantidad de horas exigidas (GMA: 2-3). No queremos pasar por alto que en estas entrevistas hay indicios de que la segmentación laboral también repercute en la localización urbana de grupos de inmigrantes, por ejemplo, según dice el representante de inmigrantes polacos, mientras una parte de la inmigración polaca vive en Leganés o Getafe, y el sur de Madrid, gran parte de los inmigrantes que trabajan en el trabajo doméstico viven en el norte de Madrid porque trabajan internas o en las fincas (EAP: 3). Ø La segmentación étnica del mercado de trabajo: En las tres entrevistas y el grupo de discusión de población inmigrada se observa nítidamente una diferenciación sectorial por grupos nacionales. Así, según los testimonios recogidos (GMA y ECK) la población africana trabaja mayoritariamente en labores agrícolas y eventualmente en la construcción o El 72% de los inmigrantes polacos en la construcción ha acabado estudios secundarios y representan una anomalía dentro del perfil tradicional de la mano de obra de la construcción “las expectativas sociales de este núcleo exceden el marco de posibilidades que les ofrece su actual inserción laboral. Si a medio plazo sus miembros no consiguen desarrollar procesos de movilidad laboral ascendente, estaríamos ante la constatación de que su condición de inmigrantes extranjeros los recluye en un ‘nicho’ laboral, impidiéndoles competir por empleos más acordes con sus calificaciones.” (Colectivo Ioe, 1997:16-17) Página -19- la limpieza; las dominicanas en Madrid trabajan en el servicio doméstico, mientras que sus compañeros parecerían abocados a la marginación, aunque también hay relatos de que se dediquen eventualmente a la construcción (EAMD: 8-9); los inmigrantes polacos de los que se habló se colocaban sin mayores dificultades en la distribución de gas butano “el chofer es español y el distribuidor es el polaco”, por ser blancos y no despertar sentimientos de amenaza en las consumidoras, en el trabajo doméstico, jardinería y construcción (ECP: 3); las filipinas inmigran para trabajar en el servicio doméstico en España, dándose algunos casos aislados de enfermeras filipinas en España, mientras que los filipinos, cuando no se colocan como guardeses con su pareja, suelen encontrar trabajo en la hostelería como cocineros en restaurantes chinos, que según la entrevistada, son admitidos en esos trabajo tanto por su capacidad de cocinar ese tipo de cocina como por su aspecto físico, dándose así una selección étnica también desde los colectivos de inmigrantes. De las entrevistas se desprende que hay una notoria concentración de inmigrados masculinos racializados en función de un aspecto físico históricamente estigmatizado - negros africanos o caribeños y magrebíes - en sectores agrícolas y de la construcción -y en los puestos que exigen menor cualificación de esos sectores-sin querer implicar que la única población que se encarga de esas labores son ellos. Los trabajadores pertenecientes a dichos colectivos por ahora no tienen acceso a puestos de trabajo que sí consiguen inmigrados centroeuropeos, o filipinos, como es por ejemplo, la distribución de butano o las funciones de guardeses (ECP: 3). Esto vendría a coincidir con la información proporcionada por el Colectivo Ioe (1997) sobre el lugar subordinado de la población magrebí respecto de otros colectivos como la población polaca en la construcción en Madrid. Los salarios de los magrebíes son menores que los de los polacos y españoles lo que suele correlacionar con la asignación de esta población a categorías ocupacionales de menor calificación e influencia en la toma de decisiones y responsabilidades en el trabajo. La frontera en el acceso a determinados puestos de trabajo parece dibujarse en el contacto con el público autóctono y la toma de decisiones. Ø Vulnerabilidad e indefensión: Nuestros interlocutores experimentan indefensión principalmente porque no tienen ningún poder de negociación. Ante la percepción de injusticia relativa y el exceso de horas de trabajo exigidas , a veces prefieren abandonar ya que la situación se les hace insoportable (GMA: 3). También ocurren casos en que un empleador les puede hacer trabajar para otro, “enviarles a trabajar”, en estas condiciones la relación con el empleador es aún más anónima y descontrolada, de modo que los abusos son mucho más frecuentes: trabajan en jornadas de trece horas, no se les paga, se les llama para trabajar pero luego no se les recoge, etc. Mientras que la vulnerabilidad ante los compañeros de trabajo se refleja en la comparación con la buena convivencia con autóctonos en otros aspectos de la vida29 , experimentan rechazo de parte de sus compañeros autóctonos, quienes les cuestionan el venir a trabajar a España y le acusan de quitarle el trabajo a sus familiares. En otro caso (GMA: 3) se cuestiona también la presencia del entrevistado en España, sobre la base de que “en su tierra” no hay necesidad, hay buena producción agrícola 30 , mientras que aquí hay necesidad y hay hambre. El entrevistado de este caso se queja de que se le hagan muchas preguntas sobre sí y sin saber porqué, se desprende de su relato que los diálogos son desiguales entre autóctonos y extranjeros. Otras ocasiones en las que experimentan lo vulnerable de su situación es cuando se les exige el silencio frente a irregularidades en el trabajo, mediante amenazas de sus compañeros o denuncias y expulsión. B) Experiencias, interpretaciones y expresiones de sentimientos sobre etnificación del mercado segmentado La comprensión que hacen los distintos colectivos y personas inmigradas participantes en 29 Que probablemente tenga una función retorica, para subrayar su amargura. 30 Este es un reproche claramente condicionado por la percepción de competencia en el mercado de trabajo agrícola. Página -20- nuestro estudio de campo de las experiencias de discriminación y racismo en lo que respecta al mercado de trabajo se basa fundamentalmente en una explicación sentido común basada en lógica del conflicto de intereses realista, es decir, la competencia por recursos escasos. Ello repercute en una autoimagen de colectivo amenazador para la población autóctona. Es decir, interiorizan el rechazo y sus justificaciones del mismo que desarrolla la población de acogida en términos económicos y de escasez de recursos. Dentro de este gran marco interpretativo de su situación se tratan distintos temas que relacionan con la cuestión de la etnificación de la mano de obra: la relación que perciben entre mercado de trabajo y racismo; la imagen de sí mismos y de la población autóctona que surgen de sus encuentros en el contexto del mercado de trabajo; demandas de reconocimiento social en términos de apelaciones a la igualdad; las justificaciones para inmigrar a España; sus estrategias ante el racismo que experimentan y su visión de la violencia racista. A continuación pasaremos a comentar brevemente como dan cuenta de estos temas las personas que participaron en nuestro estudio. Ø Definición de la situación general como un conflicto de intereses realista, autoimagen de colectivo amenazador e imagen de la población autóctona: En el grupo de discusión de inmigrantes magrebíes se comparte una percepción de las relaciones entre autóctonos e inmigrados en términos afines a la teoría del conflicto realista de intereses (GMA): niegan cualquier responsabilidad en el rechazo al inmigrante en las personas de las clases económicas superiores con quienes no existiría concurrencia de intereses y sitúan el conflicto en la misma clase social, con personas de la misma situación “la guerra no está entre pobres y ricos, está entre pobres y pobres” (GMA: 7): “O.- Si es una persona culta, ya, te entiende, no le importa que seas negro o blanco o de otra raza. Si uno que no se..., un abandonado porque la guerra nuestra no está entre pobres y ricos está entre pobres y pobres, por ejemplo yo hablando de una persona aquí, nunca un bancario me ha dicho, ¿tú que haces aquí?, pero un huertano y dice vete a tu tierra, entonces la guerra está en la planta más baja de los ciudadanos.” (GMA: 7) “O.- Hombre, el racismo nunca está entre ricos, porque el empresario siempre, nunca anda con empresarios, hay empresarios, todos, muy pocos que son racistas, lo he dicho antes, la guerra está... con la gente obrera que se pelea...” (GMA: 17) Esto también muestra una evitación por enfrentarse con las élites. Los ejemplos que citan -un bancario o un huertano - tampoco son fortuitos, claramente el sector agrícola es su espacio en el mercado laboral local y de ahí que sea un espacio construido como territorio de conflicto. Sin embargo, esta explicación sólo se aplica al ámbito laboral, y pierde validez cuando se la compara con la experiencia en el mercado de la vivienda, donde experimentan el rechazo de los propietarios de las mismas. Vuelven a emplear una interpretación jerarquizante de los prejuicios al hablar de Alemania, donde parecen justificar el rechazo que atribuyen los alemanes -a quienes sitúan por encima de la población inmigrada- hacia los inmigrantes: “O.- Hombre, en Alemania hay racismo, hay racismo. Hombre si voy a Alemania, son racistas, es que tienen razón, vamos está claro, tienen razón, porque ya... vamos a hablar de los alemanes del este o de los del oeste, porque antes, el problema del racismo, antes no era, se ha venido cuando se han unido las dos Alemanias. E1.- Entonces, ¿por qué dices que tienen razón?. O.- Hombre, lo digo por mi punto de vista, porque no me gusta ver a una mayoría que no trabaja y a unos extranjeros cobrando el paro durante un año o dos años o toda la vida, un subsidio también.” (GMA: 16-17) Curiosamente, Alemania figura como referente constante en este hablante31 , guardando cierta similitud con el papel que la imagen de este país desempeña en el discurso de algunos grupos racistas (Fernández Villanueva et al.1998). En los grupos de jóvenes estudiados por estos autores, Alemania 31 Que intentaba tener un papel de liderazgo en ese grupo. Página -21- aparece como un país mítico, baremo de comparación para su propia nación32 . Coincide este informante con los grupos extremistas estudiados por Fernández Villanueva et al.(Ibíd.) al considerar a Alemania como una sociedad modelo de los bienes que pueden desear para un pueblo, que en el caso de estos grupos skinheads consisten en tener homogeneidad étnica y exclusión sistemática, mientras que en el caso de este interlocutor entrevistado en nuestro grupo, en su desarrollo económico y cultural: “O.- Hombre si voy a Alemania, son racistas, es que tienen razón, vamos está claro, tienen razón, porque ya... vamos a hablar de los alemanes del este o de los del oeste, porque antes, el problema del racismo, antes no era, se ha venido cuando se han unido las dos Alemanias. E1.- Entonces, ¿por qué dices que tienen razón?. O.- Hombre, lo digo por mi punto de vista, porque no me gusta ver a una mayoría que no trabaja y a unos extranjeros cobrando el paro durante un año o dos años o toda la vida, un subsidio también.” (GMA: 16-17) La concepción de la relación autóctonos- inmigrados como una competición construida en el discurso del grupo entrevistado en Murcia (GMA) revierte en el rechazo de la parte de la población autóctona situada en los estratos inferiores de la estructura social, y que se refleja en sus razonamientos sobre quienes son los racistas. Evitan así el enfrentamiento o cuestiona miento de las élites y contribuyen a la legitimación de la jerarquización social. La disculpa del rechazo del extranjero en Alemania que dan tiene repercusiones en la interiorización del estereotipo negativo que mantiene la población autóctona, aunque sólo sea formalmente, de cara a entrevistadores autóctonos, por ejemplo, justificando la actuación discriminatoria de la policía para con ellos porque, dicen, están defendiendo a la población autóctona, con lo cual admiten en cierto grado la atribución de amenaza que hace parte de la sociedad de acogida: “...lo que quiere la policía es que la situación sea muy tranquila y no haya problemas contra la gente, los habitantes de Murcia.” (GMA, p.7) Ø Justificaciones para inmigrar 32 La retorsión del discurso racista skinhead llega a asociar discriminación con desarrollo: " A.- De todas formas, v as tu a Alemania y allí también te echan. E.- Ahí hay problemas también, ¿no?. O.- A mí me gusta, pero no quiero ir a Alemania, porque igual que me molestan a mí los moros, allí molestaré yo, es verdad. A.- Cada uno en su sitio y punto. E.- Cada uno en su sitio y punto. A.- Sí.”(Fernández Villanueva et al., 1998: 278) “O7.- Es como en Alemania. Allí los que no son alemanes, si no eres alemán vives como un desgraciao, pero los que son alemanes viven de puta madre, pues aquí igual. O5.- Alemania después de la guerra que ha pasado está mas avanzada mucho mas avanzada Alemania que España” ((Fernández Villanueva et al., Ibíd.: 319) Página -22- Hemos puesto esta palabra en cursivas para subrayar el carácter dialógico de la justificación, las personas entrevistadas se ven en la necesidad de explicar su presencia aquí y sus motivos para inmigrar, porque son acusados de perjudicar a la población autóctona con su presencia, acusación ante la cual responden aduciendo motivos que consideran justos ( es decir, justificados) como: la mejora del nivel de vida para su familia, el acceso al progreso para su país o la deuda histórica de España con los países otrora destino de emigración como Marruecos: “O.- (...) venimos de Marruecos, del Norte de Africa para buscar trabajo. Es verdad que nosotros allí en Marruecos tenemos trabajo, pero la cosa que tenemos mal es que tenemos trabajo pero eso cuesta poco dinero, se paga con poco dinero, y con este poco dinero no puede ser para alimentar toda una familia de tres personas, de cuatro personas, sobre todo si tienes al padre o madre a cargo, por eso salimos de nuestro país para buscar trabajo aquí en España, lo mismo en Francia o en Italia.” (GMA: 4) El problema de estas justificaciones es que entra dentro de la lógica del enfrentamiento intergrupal por un supuesto conflicto realista de intereses: si se justifican es porque se conforman a que se les cuestione, reflejando una vez más un cierto grado de interiorización de la imagen de grupo amenazador que les atribuye la población autóctona. Ø Demandas de reconocimiento social y apelaciones a valores igualitarios Reclaman igualdad de trato por empleadores en base a igualdad física y de conducta (GMA: 34), la única diferencia que admiten es la religiosa, y la consideran secundaria. Apelan a la equidad en el trato, es decir, consideran que el ser iguales físicamente y en conducta les hace iguales como personas, mientras que la religión es una opción personal, no es algo central que defina su naturaleza ni sus derechos como seres humanos. Ø Relación entre mercado de trabajo y racismo Reconocen super-explotación sustentada por el racismo: “...lo más triste que he observado ya no es el hecho de que te exploten o no, te superexplotan, sino que te tratan con desprecio, que eso también nos hace mucho mal, ya separando lo material de lo humano, de lo espiritual.” (GMA: 12) En el discurso de esta persona se evidencia la distinción entre las condiciones materiales, -la disposición de la relación de trabajo-, y las prácticas etnificantes. Estas se reconocen en el trato humillante, en el tratamiento en términos intergrupales y estereotipado o en el escarnio: “O.- Sí, que te tratan con desprecio, te llaman malamente, tú dices yo me llamo por ejemplo Omar, Omar, Omar, y se lo repites tantas veces, y saben tu nombre, entonces te llaman paisa o te llaman: ¡eh! moro o ese, sientes que te tratan con desprecio, son cosas que yo no sé, siempre, y además te das cuenta, ves que se cachondean de ti hablando con otro español, y esas cosas pues duelen...” (GMA, p.12) Asimismo, han experimentado directamente la explicación etnificantes de sus condiciones de trabajo discriminatorias. Es decir, tienen experiencias directas en las que al pedirle cuentas al empleador del porqué de las diferencias en sus condiciones de trabajo este le han respondido en términos esencialistas: “O.- Por ejemplo yo he trabajado en una cuadra con los caballos, con un jefe y le digo, ¿cuánto voy a trabajar al mes?, y me dijo: el mes entero, y he dicho:¿por qué?, porque tú eres un extranjero y no te hacen falte días de descanso tú estás aquí para trabajar y ya está. Y yo digo que también tengo derecho a descansar un poco y tal, y dijo que no, tienes que trabajar todos los días y eso no puede ser, y yo soy un hombre igual que él, aunque él sea jefe. E1.- Y qué hiciste, ¿trabajaste con él?. O.- Claro, porque no había trabajo, entonces tenía que trabajar y aguantar. Al final no me ha pagado.” (GMA: 14) También se quejan de la estereotipación sobre la base de la diferencia cultural y su influencia en el trato que se les da en el empleo que les hace sentir un gran aislamiento de la sociedad da acogida: “...por las características del trabajo que ejercen aquí los filipinos y por las dificultades del idioma, es fácil llegar a la conclusión de que no saben más de lo que están haciendo. Página -23- Entonces hay un poco esa cosa...paternalista de que son como críos. Hay que tratarles de forma un poco infantil porque primero están haciendo un trabajo socialmente no muy bien considerado -que es el servicio doméstic o- y por otro lado, como les cuesta expresarse, a la mayoría, pues parece que no eres capaz de más.” (EAFT: 5-6) En este párrafo queda claramente expresado como la estereotipación de la persona inmigrada contribuye a mantenerla en una posición subordinada en la sociedad. Ø estrategias de afrontamiento del racismo Ante la discriminación adoptan estrategias de sumisión para evitar conflictos y conservar el empleo, lo que va asociado a expresiones de resentimiento, y expresiones de privación relativa que se traducen en la percepción de que los españoles tienen más derechos que ellos. Es una sumisión externa pero no interiorizada, sino que meramente instrumental: “tenemos que buscar la transigencia, a no luchar contra cualquier persona, pero no somos aquí solamente para trabajar.” (GMA: 5) Ø interpretaciones de la violencia racista Hay quienes la explican en términos de contagio, de influencia europea, de falta de identidad nacional: “O.- Yo creo que los chicos estos de las cabezas rapadas, yo creo que porque está de moda, los españoles, sin intención de ofender no tienen personalidad suficiente como para actuar por sí solos, van siguiendo lo que hacen otros países, fenómenos que surgen en Estados Unidos, en Europa, entonces, pues aparecen aquí en España, siempre surgen después de que se hayan producido en otros países , no, por eso suceden aquí, porque los van imitando, pienso que es así, España durante el régimen franquista, no, estaba aislada, y pienso que los españoles padecen un complejo, no, padecen un complejo y ahora como España ha entrado en la Comunidad Económica Europea, ahora se sienten ya europeos y lo que hacen los europeos lo hacen ellos, y estamos aquí los norteafricanos y bueno, pues, ¡dabuten!, ¿no?, vamos a practicar la moda.”(GMA: 19) Otra de las explicaciones empleadas para dar sentido a las diferencias en rechazo al extranjero entre provincias españolas que cuentan es el número de inmigrantes en la zona. Señalan que a más presencia, más rechazo. Ø Racismo y género: Señalan que la mujer es blanco de racismo con menos frecuencia que el hombre magrebí y que consigue empleo con mayor facilidad: “O.- La mujer siempre es respetada por todo el mundo, no es solamente aquí, también en Italia, en Francia. Hay respeto por la mujer. Con esto quiero decir, al hombre que no tienen respeto, que tiene problemas de racismo, problemas de trabajo. La gente dice que los hombres son para la guerra...,eso no es verdad, pero la gente hace esa diferenciación.(GMA: 22) CONCLUSIÓN En este trabajo hemos estudiado la relación dialéctica que se da entre unas prácticas existentes, la segmentación del mercado de trabajo y la etnificación de la mano de obra fruto de las relaciones en ese mercado- y la elaboración subjetiva de dichos procesos por la población que la experimenta. Específicamente hemos analizado cómo la población inmigrada da cuenta y se explica tales procesos. Ello nos ha permitido confirmar la realidad de unas prácticas conducentes a la consolidación de un mercado de trabajo segmentado étnicamente. Así encontramos que el panorama de la segmentación del mercado de trabajo desde la perspectiva de la población inmigrada entrevistada se organiza sobre unas coordenadas que establecen el marco de experiencia. Estas coordenadas son: en primer lugar la situación laboral, caracterizada por la irregularidad precariedad en los contratos especialmente en el sector agrícola; el marco legal, que subordina a la población extranjera a la posibilidad de abandono de algunos sectores laborales por parte de la población autóctona y dificulta el reconocimiento de las calificaciones Página -24- de los trabajadores inmigrados; y un sistema de prácticas discriminatorias existentes en las condiciones de trabajo, entre las cuales mencionamos la desigualdad en las horas de trabajo exigidas, la discriminación salarial y algunos indicios de especialización étnica por sectores, en algunos casos debido a su apariencia física o estereotipos. Estas tres coordenadas son los presupuestos en los que se enmarca su realidad al entrar y permanecer en la sociedad española y pese a ser sustancialmente distintas unas de otras, están íntimamente relacionadas, pues las variaciones en cualquiera de ellas repercuten en las demás. Su interrelación tiene tres consecuencias fundamentales: la asignación en el mercado de trabajo a un conjunto limitado de puestos de trabajo y en condiciones precarias (características estas, propias de un mercado laboral segmentado), la asignación étnica a estos empleos, como se deduce de los relatos de las personas participantes, y un cuadro de indefensión y vulnerabilidad general en sus condiciones de vida. También hemos explorado las formas en que la población inmigrada objeto de las prácticas etnificantes y racistas experimentan tales situaciones tanto en sentido cognitivo como emocional. En este sentido consideramos que la comprensión que hacen los distintos colectivos y personas inmigradas participantes en nuestro estudio de campo de las experiencias de discriminación y racismo en lo que respecta al mercado de trabajo se basa fundamentalmente en una explicación de sentido común basada en la lógica del conflicto de intereses realista, es decir, la competencia por recursos escasos que viene a legitimar la discriminación hacia ellos mismos, al situarse como colectivo competidor y amenazador de la mano de obra autóctona, sin serlo objetivamente. Es decir, interiorizan el rechazo y sus justificaciones del mismo que desarrolla la población de acogida en términos económicos y de escasez de recursos. Dentro de este gran marco interpretativo de su situación se tratan distintos temas que relacionan con la cuestión de la etnificación de la mano de obra: la relación que perciben entre mercado de trabajo y racismo; la imagen de sí mismos y de la población autóctona que surgen de sus encuentros en el contexto del mercado de trabajo; unas demandas de reconocimiento social en términos de apelaciones a la igualdad; la necesidad de justificar su presencia aquí; sus estrategias ante el racismo que experimentan y su visión de la violencia racista como un producto de la influencia europea. En síntesis, podemos decir que en España se está dando un proceso de segmentación del mercado de trabajo que lleva asociado la etnificación de la mano de obra extranjera que participa en esos mercados. Asimismo, la etnificación va unida al desarrollo de un discurso racista desigualitario compartido en mayor o menor medida tanto por la población autóctona como por la población inmigrada. Este discurso racista define la situación en términos de conflicto intergrupal debido a un enfrentamiento supuestamente real en el mercado de trabajo, pero la realidad es que ni la estructura legal ni la productiva proporcionan las condiciones para que se dé dicha competencia. Tanto autóctonos como inmigrados legitiman la explotación y segmentación dentro del mercado laboral al interiorizar y reproducir ese discurso racista en mayor o menor medida. De esta manera se traslada la conflictividad social hacia aquella parte de la población que está en el sector secundario del mercado de trabajo -sean inmigrados o autóctonos-, se evita el cuestionamiento de la jerarquización de las posibilidades de acceso a los puestos más privilegiados y en definitiva se legitima el orden social abusivo. En este contexto, la población inmigrada indefensa elabora percepciones que son condicionadas por la propia estructura del mercado laboral segmentado. BIBLIOGRAFÍA ALLPORT , G. 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