Capítulo 9 Hemorragia digestiva alta no varicosa: tratamiento Càndid Villanueva Unidad de Sangrantes. Servicio de Patología Digestiva. Hospital de la Santa Creu i Sant Pau. Barcelona. CIBERehd, Instituto de Salud Carlos III. INTRODUCCIÓN En los últimos años se ha producido un descenso de la mortalidad asociada a la hemorragia digestiva alta (HDA) no varicosa, que en la actualidad se sitúa en tasas inferiores al 5%. Este descenso puede atribuirse al desarrollo de la endoscopia terapéutica y a la mejora en las medidas de soporte en el marco de una atención multidisciplinar. La causa más frecuente de HDA sigue siendo la úlcera péptica (> 50%). Las lesiones erosivas de la mucosa gastroduodenal representan otra causa frecuente y generalmente se asocian con hemorragia de menor gravedad potencial, debido a que están confinadas a la mucosa donde no hay vasos de grueso calibre. La hemorragia por úlcera péptica cede de forma espontánea en más del 80% de casos sin ningún tratamiento específico. Aunque la persistencia o recidiva hemorrágica siguen siendo un factor determinante de mortalidad, en la actualidad la mortalidad se asocia con mayor frecuencia a otros factores como la edad avanzada y la presencia de comorbilidades. La definición de los estigmas endoscópicos de HDA ha permitido estratificar el pronóstico. La presencia de sangrado arterial activo se asocia con recidiva hemorrágica en más del 85% de los casos, mientras que la presencia de un vaso visible no sangrante se asocia con recidiva en un 35% al 55%. El tratamiento endocópico resulta útil y está por tanto indicado en presencia de estos estigmas. En contraste, la ausencia de estigmas de hemorragia comporta un riesgo de recidiva despreciable, al igual que ocurre cuando sólo se identifican signos indirectos de hemostasia (< 10%). En tal caso puede plantearse un tratamiento ambulatorio, salvo que existan comorbilidades relevantes o complicaciones que justifiquen el ingreso. 75 Manual de Emergencias en Gastroenterología y Hepatología MEDIDAS GENERALES ALGORITMO 1 1. El tratamiento de la HDA no varicosa incluye medidas genéricas para estabilizar la situación hemodinámica, y un tratamiento específico según la etiología. 2. La historia y el examen físico proporcionan información esencial para confirmar la hemorragia, evaluar su magnitud y orientar su etiología (ver capítulo 8). 3. La aspiración del contenido gástrico mediante SNG, puede ser útil cuando existen dudas sobre la presencia de hemorragia y en casos de HDA grave (especialmente cuando se exteriorizan en forma de hematemesis). La aspiración del contenido hemático puede ayudar a mejorar las condiciones para la endoscopia y atenuar el riesgo de broncoaspiración. Con idénticos objetivos se debe considerar la administración i.v de eritromicina previa a la endoscopia (por su efecto procinético) en caso de hematemesis, vómitos en poso de café o aspirado hemático por SNG. 4. La reposición de la volemia debe ajustarse a las siguientes recomendaciones: A. Disponer de un buen acceso venoso con al menos 2 cánulas i.v. cortas y de grueso calibre (16G o 14G) para una rápida infusión de líquidos. En casos de hemorragia grave es prudente monitorizar la PVC, especialmente en pacientes con riesgo de insuficiencia cardiaca. B. La volemia se debe reponer con cristaloides o coloides a un ritmo adecuado para evitar la hipoperfusión. Ello se consigue manteniendo PAS > 100 mmHg, PVC entre 0 y 5 mmHg y diuresis > 30 ml/hora. Una reposición excesiva de la volemia podría favorecer la recidiva hemorrágica. No es necesaria la transfusión de UCH para reponer la volemia (ver capítulo 12). 5. Cruzar y reservar al menos 4 UCH. La transfusión de UCH se debe indicar para tratar la anemia, cuando la Hb desciende por debajo de 7 g/dl, con el objetivo de mantenerla alrededor de 8 g/dl (Hto. sobre 24%). Dependiendo de factores como la comorbilidad (cardiopatía isquémica, insuficiencia cardiaca o respiratoria) se puede indicar la tansfusión de UCH con Hb < 8 g/dl. También en casos de hemorragia exanguinante debe ser más alto el umbral transfusional. 6. Debe corregirse cualquier deterioro de la hemostasia. En caso de politrans- fusión (6 o más concentrados en 24 horas) valorar la transfusión de plasma fresco, adecuando su indicación a las pruebas de coagulación. En pacientes anticoagulados se debe administrar 10 mg de Vit K i.v. En estos pacientes, en caso de hemorragia masiva, debe considerarse la utilización de crioprecipitados. La anticoagulación puede reiniciarse tan pronto como se controle la hemorragia, dependiendo del balance riesgo/beneficio. Hasta que se reinicie puede ser útil el empleo de heparina a dosis profilácticas. 7. El inicio precoz de una perfusión i.v. de IBP (p.e. omeprazol: bolus de 80 mg seguido de una infusión contínua de 8 mg/hora) disminuye la tasa de sangrado activo y el requerimiento de tratamiento endoscópico. 76 9 - Hemorragia digestiva alta no varicosa: tratamiento 1 Evaluación inicial urgente 2 2 • • • • • • Anamnesis Comorbilidades Hábitos tóxicos Hepatopatía crónica Fármacos gastroerosivos Anticoagulantes o antiagregantes Discrasias sanguíneas Determinaciones analíticas Hemoglobina (hemograma), urea, creatinina, PFH, coagulación (incluyendo INR y plaquetas) • • • • • Exploración Confirmar signos de HDA: tacto rectal y SNG TA y FC Evaluar signos de baja perfusión: nivel de conciencia Coloración de la piel Evaluar estigmas de hepatopatía crónica 3 SNG (casos especiales) Medidas terapéuticas iniciales 4 Reposición de la volemia • Acceso venoso apropiado • Cristaloides y coloides • Monitorización de la respuesta 6 Transfusión • Sangre en reserva en el banco de sangre • Transfusión restrictiva (Hto.< 21%, Hb < 7 g/l) • Utilizar UCH con pruebas cruzadas 5 Corrección trastornos de hemostasia (plasma/plaquetas/vitamina K) y hiperdescoagulación, politransfusión (≥ 6 UCH) y coagulopatías Medidas farmacológicas iniciales Sospecha de HTP Iniciar fármacos vasoactivos Profilaxis antibiótica Sospecha de úlcera péptica Iniciar IBP 7 77 Manual de Emergencias en Gastroenterología y Hepatología TRATAMIENTO ESPECÍFICO ALGORITMO 2 1. La endoscopia es imprescindible para identificar la lesión sangrante y es- tablecer el pronóstico. Permite aplicar tratamiento hemostático y ayuda a tomar decisiones sobre la pertinencia del ingreso (los pacientes con lesiones de bajo riesgo pueden ser dados de alta precozmente). Debe realizarse tan pronto como sea posible, tras obtener la estabilidad hemodinámica, e idealmente durante las 6-12 primeras horas. Por el contrario, en pacientes con síndrome coronario agudo o con sospecha de perforación puede ser necesario diferir la endoscopia. 2. El tratamiento endoscópico está indicado en úlceras con hemorragia activa o con un vaso visible no sangrante. En estos casos, el tratamiento endoscópico reduce el riesgo de resangrado, la necesidad de cirugía urgente y la mortalidad 3. Cuando se detecta un coágulo adherido debe aplicarse lavado con objeto de desprenderlo y realizar o no tratamiento según el signo subyacente. En caso de que el coágulo no se desprenda con el lavado, el tratamiento endoscópico es seguro y puede reducir la tasa de recidiva hemorrágica. 4. El tratamiento hemostático no está indicado en pacientes con lesiones de bajo riesgo, es decir aquellas sin estigmas o con presencia de manchas planas de hematina. 5. El tratamiento más empleado consiste en métodos térmicos y de inyección, habitualmente con adrenalina al 1/10.000. Con ellos se consigue el control del sangrado en más del 95% de los casos. También mejoran los requerimientos transfusionales, la duración de la estancia hospitalaria y la supervivencia. La monoterapia con inyección de adrenalina consigue resultados subóptimos y debe asociarse a un 2º método hemostático, como la inyección de un agente esclerosante, un método térmico de contacto o la implantación de clips. Otras terapias como el argón plasma pueden ser útiles en el tratamiento de lesiones que sangran de forma difusa como el watermelon o las lesiones actinícas. La revisión endoscópica electiva sistemática no es útil. Algunos estudios sugieren que pudiera serlo cuando el riesgo de fracaso del primer tratamiento es alto, como en úlceras de gran tamaño, localizadas en la cara posteroinferior del bulbo, o con importante pérdida hemática inicial. 6. La asociación de IBP en infusión endovenosa mejora la eficacia del trata- miento endoscópico. De hecho, en pacientes con estigmas endoscópicos de alto riesgo, el tratamiento combinado (IBP en infusión endovenosa contínua + terapia endoscópica) reduce el riesgo de recidiva hemorrágica y la mortalidad. 7. Cuando el tratamiento endoscópico fracasa (15-20% en casos con estigmas de alto riesgo), un 2º tratamiento endoscópico reduce la necesidad de cirugía, sin aumentar la mortalidad ni el riesgo de complicaciones. 8. Ante el fracaso de un 2º tratamiento endoscópico debe indicarse la cirugía. La embolización arterial percutánea es una alternativa especialmente en pacientes de alto riesgo quirúrgico. 78 9 - Hemorragia digestiva alta no varicosa: tratamiento Evidencia/sospecha hemorragia digestiva de origen ulceroso IBP e.v. (bolus 80 mg+infusión 8 mg/hora) 1 ENDOSCOPIA URGENTE hemorragia por úlcera estigmas de hemorragia 2 2 Sangrado activo Vaso visible no sangrante 3 5 Coágulo adherido Tratamiento endoscópico Inyección de adrenalina 1/10.000 junto con: método térmico, clips, inyección de trombina o de esclerosante 4 Desprenderlo Ausencia signos/ signos indirectos 6 + Mantener tratamiento con IBP 7 Control de la hemorragia Fracaso Valorar tratamiento ambulatorio con IBP v.o. 2º. Tratamiento endoscópico 8 Fracaso CIRUGÍA/Tratamiento angiográfico 79 Manual de Emergencias en Gastroenterología y Hepatología Figura. Técnicas endoscópicas de hemostasia: A) esclerosis de úlcera gástrica subcardial; B) termocoagulación; C) endoclip sobre el “vaso visible” en una úlcera duodenal; D) tratamiento con bandas elásticas de una lesión vascular gástrica subcardial. Errores comunes en la práctica clínica 1. A menudo existe una sobreindicación en las medidas correctoras de la anemia aguda posthemorrágica, abusando de la transfusión. La reposición de la volemia ha de realizarse siempre de una forma cautelosa. La presente edición de esta obra incluye un capítulo (capítulo 12) donde el lector puede consultar las indicaciones y riesgos de la transfusión sanguínea. 2. La inyección de adrenalina en monoterapia no alcanza las tasas de efi- cacia de un tratamiento endoscópico combinado (doble terapia) incluyendo la inyección de una sustancia esclerosante, la aplicación de un método térmico o la colocación de un clip. 80 9 - Hemorragia digestiva alta no varicosa: tratamiento 3. Ante el fracaso de un 1º tratamiento endoscópico, especialmente en pa- cientes con estigmas de alto riesgo de resangrado, debería establecerse comunicación con el cirujano, con independencia de que estos pacientes pueden beneficiarse de un 2º tratamiento endoscópico. Existe el riesgo de supravalorar las posibilidades del tratamiento conservador, y en determinadas circunstancias puede resultar más expeditiva la actuación del cirujano. Tabla 1. Medidas terapéuticas en la hemorragia digestiva alta Reposición de la volemia • Acceso venoso: 2 vías periféricas gruesa (16 o 14G) • Reposición rápida con cristaloides/coloides (PAS > 100 mmHg, PVC 0-5 mmHg, diuresis > 30 ml/hora) • Evitar una expansión excesiva de la volemia • Transfundir UCH con Hb < 7 g/dl a excepción de HDA exanguinante Prevención de complicaciones • Infecciones bacterianas – Iniciar antibióticos desde el ingreso en pacientes con cirrosis – Usar quinolonas, o ceftriaxona (o similar) si Child-Pugh avanzado • Insuficiencia renal – Reposión sucifiente de la volemia (PAS > 100 mmHg, PVC 0-5 mmHg, diuresis > 30 ml/hora) • Broncoaspiración – Valorar intubación traqueal (si coma o hemorragia masiva) sobre todo para gastroscopia – Uso de procinéticos (eritromicina) previo a la endoscopia (si hematemesis copiosa…) – Valorar uso empírico de sonda nasogástrica • Deterioro del estado nutricional – Aconsejable ayuno 12-24 horas tras tratamiento endoscópico – Reinicio inmediato de la dieta en caso de lesiones de bajo riesgo Tratamiento hemostático 81 Manual de Emergencias en Gastroenterología y Hepatología Tabla 2. Opciones de tratamiento endoscópico de la HDA no varicosa Métodos térmicos • Métodos de contacto: – Electrocoagulación monopolar – Electrocoagulación bipolar/multipolar – Termocoagulación: sonda de calor (heater probe) • Métodos que actuan a distancia: – Fotocoagulación con láser (argón láser, Nd:YAG láser) – Gas argón – Micro-ondas Métodos de inyección • Sustancias no esclerosantes: – Adrenalina, suero fisiológico • Sustancias esclerosantes: – Polidocanol, alcohol absoluto, etanolamina, tetradecil sulfato – Adhesivos tisulares (bucrilato, cianocrilato) – Inductores del coágulo de fibina (trombina, cola de fibrina [fibrinógeno + trombina]) Métodos mecánicos • Clips hemostáticos, endoloops, bandas elásticas BiblIografía 1. Villanueva C, Colomo A, Bosch A, Concepción M, Hernandez-Gea V, Aracil C, et al. Transfusion strategies for acute upper gastrointestinal bleeding. N Engl J Med 2013; 3;368:11-21. 2. Lanas A, Calvet X, Feu F, Ponce J, Pérez-Gisbert J, Barkun A, y en representación del Consenso sobre Hemorragia Digestiva por Úlcera Péptica. Primer consenso español sobre el tratamiento de la hemorragia digestiva por úlcera péptica. Med Clin (Barc). 2010;135:608–16. 3. Barkun A, Bardou M, Marshall JK, Kuipers EJ, Sung J, Hunt RH, Martel M, Paul Sinclair P, for the International Consensus Upper Gastrointestinal Bleeding Conference Group. International Consensus Recommendations on the Management of Patients With Nonvariceal Upper Gastrointestinal Bleeding. Ann Intern Med 2010;152:101-13. 82