Verosimilitud del derecho La verosimilitud en el derecho debe

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2. Requisitos de fundabilidad
Verosimilitud del derecho
La verosimilitud en el derecho debe entenderse como la probabilidad de que éste existe y no como una
incuestionable realidad que sólo se logrará al agotarse el trámite. Dicho de otro modo, no resulta necesaria
una prueba terminante y plena del derecho invocado. (CNTrab. S. III, febrero 23-1989; Lingeri, Marina y
otros c. Work House Servicios y Mandatos S.R.L.”)
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Las medidas cautelares no exigen el examen de la certeza sobre la existencia del derecho pretendido, sino
sólo de su verosimilitud. Más aún, el juicio de verdad en esta materia se encuentra en oposición a la finalidad
del instituto cautelar, que no es otra que atender a aquello que no excede del marco de lo hipotético, dentro
del cual, asimismo, agota su virtualidad. (CNTrab., S. II, diciembre 17-1991; TySS, T. XIX-27)
Peligro en la demora
Las cláusulas del convenio suscripto por las partes y la denuncia del mismo, que puede generar y consolidar
situaciones de despido que tornen ineficaz el derecho invocado por los trabajadores, configuran la
verosimilitud del derecho y el peligro en la demora que hacen procedente la medida cautelar -en el caso, su
alcance se limitó a la cláusula que veda despedir- (Sentencia de 2a. Instancia; del voto del doctor Lescano).
(CSJN, diciembre 26-1991, TySS, T. XIX-303)
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El examen de la concurrencia del peligro en la demora pide una apreciación atenta de la realidad
comprometida con el objeto de establecer cabalmente si las secuelas que lleguen a producir los hechos que se
pretenden evitar puedan restar eficacia al reconocimiento del derecho en juego, operado por una posterior
sentencia. (CSJN, julio 11-1996, “Milano c. Estado Nacional-Ministerio de Trabajo y Seguridad
Social”).
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El "peligro en la demora" como requisito de procedencia de una medida cautelar, sólo es procedente cuando
aquélla es solicitada en el proceso de conocimiento, donde el derecho del acreedor todavía puede generar
dudas sobre su reconocimiento; pero cuando el juez ya ha declarado el derecho las dudas han desaparecido
y el acreedor puede resguardar la percepción de su crédito sin que ello genere perjuicio para el deudor, quien
en tal hipótesis, tiene el derecho de reclamar su levantamiento o sustitución (CNTrab. S. III, abril 30-1991;
TySS T. XVIII.-906).
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El perjuicio alegado para que proceda el dictado de una medida cautelar debe ser de tal naturaleza que no se
confunda con el daño genérico que pueda subsanarse con la tutela jurisdiccional. Por ello, corresponde
denegar la prohibición de innovar solicitada si no se acredita el peligro de la(CNASS,
demora. S. I,
diciembre 20-1991; "Tesone de Andrade, Flora c. Caja Nacional de Previsión de la Industria,
Comercio y Actividades Civiles").
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El peligro en la demora es el que señala el interés jurídico del peticionante, la justificación de la existencia de
las medidas cautelares; se trata de evitar que el pronunciamiento judicial, reconociendo el derecho de aquél,
llegue demasiado tarde y no pueda cumplirse el mandato definitorio de su posible triunfo.
(CNTrab. S. VII,
marzo 30-1992; TySS, T. XIX).
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No existe peligro en la demora cuando se trata de un caso de responsabilidad del Estado Nacional, en razón
de ser absolutas su solvencia y responsabilidad patrimonial (CNTrab. S. III, diciembre 28-1992; “Hoyos c.
Encotel”).
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El requisito del peligro en la demora es procedente cuando se trata de una medida cautelar solicitada en el
proceso de conocimiento, donde el derecho del acreedor todavía puede generar dudas sobre su
reconocimiento. Pero cuando el juez ya ha declarado el derecho, las dudas han desaparecido y el acreedor
puede resguardar la percepción de su crédito sin que ello genere perjuicio para el deudor, quien en tal
hipótesis tiene el derecho de reclamar su levantamiento o sustitución.
(CNTrab. S. III, abril 30-1994;
“Masotta, Guillermo c. Cablevision S.A.”).
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El caso de solicitud de embargo preventivo cuando el deudor no tiene domicilio en el país se halla
contemplado en el art 209 CPCCN (art. 155 LO.), sin la obligación de acreditar la verosimilitud del derecho
o el peligro en la demora (Conf. Medidas Cautelares de E. de Lazzari, pág. 226).Es decir, que la acreditación
prima facie del derecho invocado queda reducida a la justificación de la condición de deudor del eventual
cautelador. Ello cumple una adecuada función de autodefensa del patrimonio de los habitantes de la
República frente al riesgo que emana de obligaciones asumidas por quienes no ostentan ese carácter, razón
por la cual lo único que hay que demostrar es la vero - similitud del derecho y la distinta residencia. (CNTrab.
S. X, julio 19-1996; “Field, Roberto c. Societe Internationale de Telecomunications Aeronautiques
SITA”).
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Si de las declaraciones testimoniales que obran en la causa surge acreditado prima facie que la demandada
estaba próxima a la convocatoria de acreedores,(con graves irregularidades económico financieras), tal
situación es suficiente para que exista un peligro en la percepción del crédito de los trabajadores y por ello,
corresponde que se haga lugar a la medida cautelar solicitada. Esto es así, toda vez que en el tema de las
medidas cautelares es necesario tener un criterio amplio pues en el caso de que el actor se hubiera excedido
en el ejercicio de sus derechos, queda para quien ha sufrido el exceso, la posibilidad de solicitar se deje sin
efecto la medida.(CNTrab. S. X, “Alvarez Valladares, Horacio c. Sociedad de Beneficencia Hospital
Español”).
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En acciones de contenido patrimonial existe una relación entre el peligro en la demora como presupuesto de
la medida cautelar y la solvencia patrimonial del deudor. Pero en el caso del Estado, se presupone que no
puede ser insolvente ni carecer de responsabilidad económica, por ello, contra él no pueden decretarse
medidas cautelares que aseguren la ejecución de una sentencia. (Conf esta Sala sent. 55.136 del 29/12/87
"Bruni, Osvaldo C/ Empresa Flota Fluvial del Estado Argentino").
(CNTrab. S. III, “Dadon, Carlos c.
PEN”).
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