Carnaval 4o cts - Hemeroteca Digital

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Carnaval
Año X X X I I .
Madrid, 1 de
Número 1.602.
marzo de 1930.
4o cts*
I m p r e n t a 2^oila A
M a r t í m ¿ « l o * Heroo» 6 0
P i a « vrtmm^mmmtoa. «•> l a m^gxufUmé 4 « « « « • •
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AGENTE
55
LECOQ
—'Kl juez soy yo—'rupuso el señor Segmuller.
—No...; el otro.
—¿ Qué otro ?.
—El que fué n. interrogarme ayer noche.
—-LÍ; híL .sucedido una desgracia; a poco de se¡líirárse de vos se rompió una pierna.
—¡Oh!...
—Y yo .soy quien le reemplaza....
Kl acusado ya no jiarecía oírle. A su frenética
e.-íaltación hahía seguido repeutínaniente un ahatiraiento moral. Sus facciones, contraidas por la
rahia. recohrahaii ]xx:o a JJOCO SU ser natural. Una
intensa palidcí*. .se extentlíó ¡x>r su fisononiia y su
ciu'r|H) se tambaleó...
—Tranquili/raos—le dijo el juez con Irondad—,
y si os sentis demasiado débil para permanecer
(le pie, coged una sillai...
Pero por un verdadero prodigio de energía, ya
el hombre .se había incorporado, y la satisfacción
cu sus ojos brillo como uu relámpago, que en se-'
¿.iiida desapareció.
—Muchas gracias i>or vuestra boudad, señor
juez—repuso—; pero creo que no será nada...;
he tenido un valiido, pero ya pasó.
—¿Tal vez haga niuciii) tiempo que no habéis
comido?...
—•En efecto; no he prohado bocado desde que
tstc—}• señalaba a Jx-cori—^nie llevó pan y jamón
a la prevención-—'¿Os sentis con necesidad de tnmar algo?
—'[Is'o!.... aum[ue.... si' me lo permitierais., bcbpría: un poco de agua.
—^¿La queréis con vino?...
,
—Prefiero agna sola.
Le trajeron lo que pedía; en seguida le ecli''
un vaso, que se bebió de un tirón, y luego otro,
que fué bebiendo lentamente.
Hubiérase dicho que Ijebía la vida. Parecia rei'acer.
XVIII
E kts veinte acasados que comparecen
ante d juez de Instrucción, diez y ocho
por lo nienos se presentan arjuados con
un sisíema completo de defensa, concebido y di.scuítido en el silencio de la
incomuiu'cación.
CiiI|Kdj]es o inocente han adoptado im papel
que eniipieza en ol momento en que. httiéndoíes
el corazón y con la garganta seca, atraviesan el'
imibrí^ílel temido dlespacho, en donde les espera
el magistrado que instruye el sumario.
Poii eso, en eí momento de la enitrada del acusado es <Iondc d juez pone en juegvv todo d poder de .su penetración.
T^ actitud del hombre debe revelar el sistema,
como el íiKlice resume las materias de un volumen.
Pero en aquella )Ocasión el señor Segmuller no
tenía per qué desconfiar de failsas apariencias.
Era evidente que el deteiu'do no había podido ipeiisar en fingir y í|ue la de.ses]>eración de su llegada era tan verdadera -como sti abatimiento de
después.
D
I-'or lo menos todos los ]ieligT0s de que hablaba
d director dd' Depósito habían desapai-ccido. El
juez, por consiguientte. fué a colocarse ante su
mesa de daspacho. en donde se hallaba más a su
gusto, y, ip&r decirlo así, más fuerte. Alíí daba
la espalda a la Iwz, su cabeza desapareda en la
sombiia y sí era ]>rccis(j sólo con bajarse podía
disimular una sorpresa, una impresión demasiado
viva.
El detenido, al contrario, k- daba la k\7. de
plano y ni un estremecimieuto de su rastro, ni im
movimiento de sus párpados podía escapar a una
profimda atención.
Pare-ía ya completamente repuesto y sus facciones habían recobraílo la indiforienle imnovilídad de la resignación.
—¿Os sentís ya mejor?...—le preguntó el señor S^muIIer.
—Ya estoy del todo bien.
—Supongo—priísigiuó patcraalineute el juez—
((iie ahora ya sabréis moderaros. Ayer tratasteis
de suicidaras. Ib que em tm gran crimen. :madirtío a 'los otros, un crimen que...
'Con un gesto l)ru,sco cl acnsadn le ii^lcr--'in¡i>ió:
—Yo no he cimctído crimen alguno—i.lijo con
voz ruda todavía, jrjro no amenazadora—. Atac'xio, he dcfcn^.lidn mí peU'::JL>, y de eso tcnciuos
derecho todos. Eran tres contra mí y estaban
furicisos... he uiüíado para íjue no me matairtm.
Es lUia gran desgracia v daría mi mano derejclia
por repararla si fuLra ¡cosible, ptTO mi conciencia no me acusa ni'i esto...
Esto... era el chasquido de la uña de su dedo
pulgar bajo sus dieníes.
1^
54
Biblioteca
—^Y, sin embargo, so me h,i detenido y tratado como a lui asesinio. Cuando me he visto soílo
en ese fénetro de piedra que llamáis calabozo de
inconmnicados he tenido miedo y he perdido la
cabeza. Me dije; "Hijo mío, te han enterrado
vivo; se trata de morir y pranto si no quieres sufrir." Y por eso traté de aJiorcarme. Al i muerte
no .perjudicaba a nadie; no tengo ni mujer ní
hijos que cuenten con el trabajo de mis brazos,
por consiguiente me pertenezco.
Eso nb fjuita para que después de la sangría
me hayan atado en un saco de híib como a un
loco... y loco he creido volverme. Toda Ja noche
han e-s^tado los carceleros junto a mí, como niños que atormentan a iira fiera encadenada. Me
tocaban, me miraban, me pasaban una vela pcf
los ojos...
Todo esto esta.i)a dicho' con un scutin>icnto de
profunda amaiigura, i>ero sin ira; ron violencia,
pero sin declamación, como todas las co.sas que
se sienten viv;nnentc.
E idéntica refíe.-íión se les ccurria al mismo
tiem¡>o al juez y al' joven agente de Policía.
—'liste—pensaban—es muy listo y no dará fácilmente su brazo a torcer.
Pasado \m minuto, de meditación el señor Segmidler prosiguió: ^.'>—-Hasta cierto punto puedo exjilicarme un
primer momeivto fie dcscsperlación en la cárcel;
pero luego, esta misma mañana, os habéis negadív a tomar los alimentos que os ofrecían.,'.
El sombrío rostro del hombre se despejo re•péiitinajnente al oír estas palabras, guiñó Tos
ojos de un modo cómico, y por fin se edhó a
'fíeír idon una rís^T a'lcgre, frrnca y .sonora,
—'Eso —dijo — es harina de otro cost:U. Es
cierto que lo he rehusaído todo, pero vais a saber por qué. Tenía las manos sujetas dentro del
saco y los guardias pratendían hacerme comer
como a uri rorro a qnicn su nodriza da la papilla...
¡ Ah! lo c|ue es eso.no Ib he consentido, he cerrado ilbs ilabios con todas mis fuerzas. Entonce.-:
hubo uno que trató de abrirme la boca a la fuerza para introducir la cuchara en ella, como se
abre el íiocico de un perro enfermo para .pbligarie a tomar ima medicinal...
iji
Lo qu*e es a ése. ;díanfre!, he tratado de morderle, no( lo, niego, y sí su dedo llega a estar entre mis dientes allí se queda. Y por esa razón
todos ban puesto el grito en el cielo y decían
.wñalándome: "[Ese es un malhechor terrible.
un bribón muy grande!" , , . ,,
Este recuerdo le parecía, m u y divertido, porr|uc volvió a soltar la carcajada, con gran cstuJKir de Eecoq y gran escáÍKlalo de Goguet, el escribano.
ALREDEDOR
DEL
Ai UN DO
Por su jKirte al señor Segmullcr le ccstalia trabajo el disimular completamente su soc(prcsa.
—.Supongo que soíis demiLsiado raránafile—dijo por fin—para guardar rencor a esos hcmbre.i
que al altaros obedecían a sus jefes y qiie por lo
deniíiis no-tnataban má.s que de saiVarod de vuestros proii>io5 furores.
—¡Huml...—'dijo el acu.sado moviendo la cabeza y poméiKltse serio—; todavía les guardo un
poco, y si yo cogiera a algmio por mi cuenta en
una esquina..., I^ero ya pasará, ¡xjrque me conozco y no tengo más hiél que un pichón...
—Además que de vos dqiende el que os traten
bien; estad tranquilo y no os volverán a iponer la
camisa de fuerza, i)eiro es prec'so cjue tengáis
calma...
El homicida movió tristemente la cabeza.
—^Bueno, seré juicio.so—dijo—. aunque sea terrib'emente duro el estar en la cárcel cuando na
se ha hecho nada malo. .Si a 1:> menos tuviera
camaradas hablaríamos y ]iasaría eil tiempo...
püiíoi estar solo, oomp'ota mente solo en aque.! frió
agujero, en donde no se oye ruido ailgimo... es
terrible, l-ucgo es tan hinnsdo i|Ue el agua corre
a k> largo de la pared, casi jurarla uno C[Ue son
verdaderas ilágiimas de hombre que síücn de la
piedra...
El juez de Instrucción .se había inclinado sobie
la mesa de despacho para tomar una nota. La palabra "camaradas" le había llamadt> la atención y
se proponía hacérsela explicar después.
—Si sois inocente—prosiguió—pronto se os
pondrá en libertad, pero es prcc Bo p'.obaí vue.^tnt inocencia.
—íQué debo hacer para eso?
—i^ccir la verdad, toda la verdiKl; contestar
con [toda sinceridad sin restricciones ní segunda
intención a his preguntas que yo os haga.
—En cuanto a eso podéis contar conmigo.
Y ya levantaba la mano Como para tomar a
Dit.s y a ilüs hombres por testigos de su buena
fe cuando el señor Segmuller le mandó que la
bajara, añadiendo:
—Los detenidos no prestan' juramento.
—¡Calle!—dijo el hombre con sorpresa—•, ¡es
raro!
Mientras parecía dejar que el preso hablara a
su gusto el juez no le perdía de vista. Lo que
había <|Uerido con todos esos prdiminares era
tranquilizarle, desechar en lo posible sus desconfianzas y pensaba que había conseguido ya el objeto que se proponía.
'•—Os ruego de nuc\'o—^prosiguió—que me prestéis toda vuestra atención y no olVidéis que de
vuestra franqueza dq>cnde vuestra libertad. ¿Cómo o« llamáis ?
Al
del
SoBcrípcí^n. i'apnfía, un .ifío, so peseta^; KI9
meses, 10 pesetas. América 7 Portugal, iin
flfio, 30 pesetas. Numera sucllo, 40 ceitiinios.
Direcciún y Administración:
M A R T I N DE LOS I I E R O S ,
Teléfono 31.136.—Apartado 8.083
M A D R I D
65.
P I op iet a ri •• Ge rtul e 1
Zoila A«casibar y A t i o l a
Afta X X X I I . V o l .
Fundada
t».
«n
1899
de dor
Mundo
POF D .
Manuel
M a d r i d . 1 de M a r x » da I f S O .
HOJAS
DEL
A l h a m .
M«.««i
Víúm. i . 6 « s
SÁBADO
|L- las primeras cosas que Ici cíe " F í g a r o " fué ^u
millones los h o m b r e s que murieron victimas de las trá;t(iiuiralj;c articulo " T o d o el año es Carnaval".
gicas carnavaladas d e unas pocas má.scaras. ¿ Q u é de
Ai|iiella prosa áfíil. vibrante, sarcástica, me pru'e x t r a ñ o tiene que se sienta malestar y prevención ante
(iujo una profuiula sensación. P e r o no UMI balla -sola sospecha de encontrarse frente a una m á s c a r a ?
(It; estaba mi despertar a la curiosidad Jiieraria, e n m a r c a d o en el cuadro violento y I)rutal de !a guerra europea. En el ciclo de "iJecar, liaccr penitencia y
luego vuelta ,a pecar", llegaba mt curiosiilad en la bora
¡Si viviera " F í g a r o " ! ¡Con qué satisfacción le m o s t r a trágica de la inexorable penitencia, merecida por los
ríamos esta nueva fase de la h u m a n i d a d , que él n o p u d p
pecados cometidos desde la otra
ver iii conocer! L e advertiríamos de
fuerte penitencia: la Revolución
uiifemano que no habían desaparefrancesa. E r a por aquellos ano.s en
cido por entero los grotescos figiique llevar careta era estar a dos
rones que él satirizó. P e r o las trapasos del fusilamiento; porque a
pacerías iban quedando, día por día,
la? máscaras se las llamaba espías.
para a n d a r por sus respectivas casas. V, luego, le iríamos m o s t r a n P o r todas estas razone.s, era nado el espíritu m o d e r n o que, en tantural (|uc junto a la impresión de
tas y tantas cosas, no es m á s que
lector, ante el admirable artículo
un balbuceo. P e r o ya es aígo. E s
de "Fijíaro", se uniese un sentido
m u c h o ' m á s que aquellas lágrimas
crítico qnc bacía c|iie sc me apareardientes ^ne él d e r r a m ó a solas,
ciese anticuado cl espíritu que inante la tristeza de no poder creer
forma a " T o d o , el año es Carnaen muchas cosas en las quei queval''. .'\lli había demasiado pesiría querer. Las generaciones postemismo pa-sivo; demasiado sarcasriores descubrieron que no \'a]ía la
mo estéril; demasiada reticencia
pena intentar, querer aquello que
mordaz.
no se debía querer; que era inútil
Kl Carnaval desenfrenado y alellorar por el cántaro roto. Ante es1 es un tóf'iea imh. La iiiic.'a era detiortiva
a r e había m u e r t o bacía muchos,
te hepbo, para tener a salvo nuesmuchos año,s. L a carnavalada, cruel
nspirilu grieso. Pero no ic. Irala de un tuino
t r a necesidad de beber, lo único
y baja, de toda la época moderna,
Retiiiciin-cn.i}. \o en baUc ¿crininó .v dio su.'
sensato era p r o v e e r s e . d e nueva vamaguifici'S frutos iml.i la i-ultiirn de Ociidenic.
estaba on aquella .sazón liqjídanlija. P r i m e r o es el agua. Después,
Más <!iie re!iai''inicnto, cí verdadera
suferacii'-n
do .sus cuentas y atraso.'!. Queda.le agitci csfSrilu de hfllcsa y de arnionta que
vcndrft el cántaro. P r i m e r o son los
ba, pues, una impresión de vejez y
earaclerisa el csl'lrta i/ricgo, pera que , no roidea'.es, impfecisc<s. cmbriagado.s.
'"- esterilidad ante los sarcasmos
uiviii el svfliti'a ür(t\
Después surgirán los moldes que
Slnlc.ns
¡idmiraHc
Je
toih
cl
espíritu
inodefde " F í g a r o - y i,na interrogación
los c o n t e n g a p . Desde luego, lo qt)é
ti, insertado en ¡a Grecia clásica, es cl odmiracatcgr.nca hacia el porvenir.
la humanidad no acepta e^ verter
,<!•• fonjuniK que iint acoititaüa. Bl solo es 11»
tuhmrahle Iraiado de Hstéliea. Si los huertos alee¡ vino nuevo en los odres viejos.
lí cir.ifj- íi'iíiíifíiruii lit ciibrsa. .rCnlirian celas de
¡Pobre " F í g a r o " ! " Y a lo ve^
niwslra época.,.
.
—
e
x c l a m a — ; en todas partes hay
F.l a g u d o espíritu de Osear Wilmáscaras todo eJ a ñ o ; aq,iiel m i s m o
(le escribió: " P ñ c a sinceridad, es
a m i g o <ilie te quiere hacer creer
l*<''¡fí'"'-'^«: mticba .sinceridad, es faque lo e.';: la esposa qua dice que te ama, la querida QUi"
I, "f .^''^>T "~ ''' • ' " ^ ^ ^''^ todo — escribió el calificatil e ' r e p i t e que te adora, ¿no te están etñbromando toda Ta
vo tatal. N o s o t r o s lo .sustituiríamos por este o t r o : inev i d a ? " Fl ,= í que tuvo la vida mal e m b r o m a d a . Su d r a m á xoratjle — para bien o para mal. E n t r e las in^iniías colico a n h e l o por ver, le cegó. A n t e un amigo desleal, vio
JILV
P'^'^'^'fon c " la gran g u e r r a . hy«-a u-i curioso
rlcsleal a la a m i s t a d ; ante una esposa liviana, yjó livianas
giiardarropas de la Immanidad. Allí acabaron curiosas
a las santas esposas que cruzaron i;ccaladas y bermosae
vestimentas, atributos, insignias. A p a r e c í . u n a mucbcpor su ciego camino.
uunilire edénica; pero después del pecado original. E r a
ü p u n t o y h o r a en que no podían seguirse m á s que
Carnaval anacrónico de 1930. ¿ T o d o el a n o es Carnanos c a m i n o s : o ser sinceramente impíidicos, o vestirse
val! ¡ P o b r e " F í g a r o " !
_
:
con el pudor de la sinceridad. Más tarde apareció una
" P o s t - e s c r i p t u m " . D a r e m o s , como final y síntesis, uii
teicera solución, intL-rmedia, ecléctica, que estaba llamatelegrama que la P r e n s a lia publicado estos d í a s :
( a a fomar la m a y o r í a entre la.=; dos minorías aimntaBerlín.—La " G a c e t a de W o s s " anuncia que e! Fiscal
las. h s t a forma m t c r m e d i a ora "la m a s a " . Aquí, cada
.._ Reich
. . lia
. . abierto un proceso por el delito de alta t r a i del
D Í . " \ n L / ° ^^ sentirse, m á s que cubierto, encubierto.
ción contra las f á b r i c a s ' K r u p p y T h v s s e n . a cousecucnr n h í n r f : '""'^P^' <=' e n c u h n m i e n t o en masa e.s má.s desria de la publicación del libro titulado ^'La Internaciíir n m e r t o que el encubrimiento individual. P a r a niras enna! Roía de la industria de hi'. armas*'
sas. esta dema.siado r e c e n t e la trágica niemnria. iMieron
HeHoJora
CmtplmUTo!
11
225
,«Ca o d i s e a c l e i m
-: pnaiunero
:-
se ha comprniíado que las
monedas datan de !a primera mitad del siglo XVf, y
debieron ser escondidas en la
pared durante la invasión dci
ejército . turco. El liallazgo
tiene un gran valor liisió"CO."
, ;J;
pi^L-strc dü 3.70U Ki" ióii[étr<!fe, joliann vania lui
rügrcsauo a i u liogar en KI
pucDio <lc Aüa (ici bailado
i^umganaj, ÜCI yuü iü.iuii,a
hace quiíicc aiios. Varna lüe
Xa deuda
inglesa
lieciio prisionero por los ruE lia publicado el dt;t;iíl-:;
hSOs en 11)15 y oUngaüO a ir
de lüi que cuesta anuala pie llanta un campo iiuiítar de conceiitntcjóu mi bi- mente la deuda pública iugt'..'sa. Resulta que se paga mi
beria. Hace aos anos clcciüiu
regresar a su hogar, y como millón diario de libras estercarecía de íoiiaos, empren- Jiiias para la amortización y
lo3 intereses de la dcuíla. J-oa
dió a pie la jornada,
intereses de la deuda ascien'Una iimcr/pcfóii de den a 310 injlknes de libras
itíuittti tuüt'e
^Virgilio esiterlinas.
Las pensiones a los "ex comuiUNTü la resiauracióu
de la galena de 'Os batíentes y a las viiíwhs y
Cü-üalleros de KoJcs, situada huérfanos de la guerra dísentre los mercados de 'Iiraja- niinuj-croii el año pasado en
110 y el foro de Augusto, se tres inülones de libras esterlia dcsciibicrto luiii curiosa linas. El númeto de personas
inscripción. Al pie de un re- que reciben pensión es de
trato de Virgilio se hallairon 1.476.000, y desde que termi• escritas astas lineas del Dante, en las que' Virgilio dice:
"iüii un poeta y canté ai hiFIGURA DE
j o justo de AiKiuises, que vino
de Troya después que la soberbia ilion íué destruida per
ol fuego".
Se cree que esta ínscTiiKÍón
íué escrita sobre el siniro liace !o ni e n o s cuatrocientos
años,
,,
nó la guerra esas pensiones
han costado al Tesoro inglés
la suma de 845 inÜlcties áü
libras esterlinas.
£1 censo ««colar alemán
D
URANTE el año 1928-29
liabia en A l e m a n i a
6.Ü06.OÜO alumnos en las escuelas p r i m a r i a s , contra
9.000.000 en I p i l . Esta es la
atuiseciiencia de la disminución de los nacimientos durante la guerra.
S
D
Clneitialogruiia
£ [ cultivo d e l lo
b a c o en f s p a i i u
C* N d i e z a ñ o s , tiempo
SLf transcurrido dcsdlc que
se inició su intensificación, el
os 850.000 líabitantes de
nijmero de cultivad res lia
Madrid coiisiimioroii el
.|>a.sado de 18 a 8.500; el de
p l a n t a s , de i .500.000 a año 1927 52.123.603 litros de
leclic. Una tercera parte de
88.000.000.
Lo invertido anualmente en esa cantidad procede de los
jornales i>asa de nueve millo- esitablos de la villa, y el rosnes de pesetas, y es de tener to, de los pueblos del orliitomo y de í í r a s provincias.
Soh, por lo tanto, poco más
de treinta y a i a t r o millones
de litros. Hl año 1927 hai>ía
LA SEBIAC^'A
cu Ma(h-id 496 establos con
unas fi.ooo vacas.
L
e i mriporfo d e IOK
E
itiántlaa
p I- doctor Jules Foris, injLé ventor, -que reside en
Gyula (Austria), lia coiistnido un curicso aparato, merced al cual se consigue una
proj'G c c i ó n cincinat;gráfica
plástica.
El invento del doctor Foris es tajíto más digno de
ser tenido en cuenta cuarto
que para conseguir esa proyección plástica son insignificantes las modificaciones que
liabrán de ser introducidas en
los actuales aparatos de pn>
yccción, y ,por tanto, no es
preciso efectuar grandes gastos.
,
Vlnneilnn
de oro
-• del «iffio Xtl -
U
NOS albañiles que derribaban una casa en la
aldea de Fcrtorakos (Hungría), han encontrado, escondida.^ en una pared, 800 monedas de oro antiguas. Llevadas- al Museo de Sopron,
Dav
ei] ciiciila que las faenas que
el lalxico requiere se hacen
cu éiKjca en qui; flojean las
de otros cuiltivos, de manera
que contribuyen a ilisminiuir
las crisis que iM;riódicajnente
se proditCeiii en algtuias znna§.
El taliaco es uji elenientidfe equiliJírio en aquellas regiones en que I>or depreciación de l i r o s i>roductcíS agrícolas la riqueza coimarcal lia
sufrido graves dañiKi, y, por
último, son uiKis So niilione;s
de ixísetas lo que se invierte
en compras de tabaco extranjero.
e l nonsuiiio de le: c h e «•• f i í a d r i d :
^rnniisco
Lambo.
fCaricatura de
226
Moníagiid,)
Mndcs
L emporio imiincral íncaScidaljlc de los Andes va
a ser pronto explotado inten •
samciite por el Gobierno de
la Nación. Con frecuencia de
ese pedazo de suelo argient'no se lia dicho, y ccm razón,
que es un ntusera de niincralys. Filones de inestimable valor esconde aquel territorio,
que, si lioy abarca una zona
desipoblaíki, no ha de tardar
eiij convertirse en un centro
industrial q u e asombrará a
l>ropios y extraños.
Las riquezas del subsuelo
son alli 'áiinensas. Aparte del
plomo, la mica, el amianto, el
cuarzlcl, c! oro, la plata, el estaño y el azufre, hay en el
territorio s-ilares tic bórax que
tienen hñsla un metro y die^
ccjitímalrüs de espesor. Todo
ello en afl-raniicntos 'cknsos y
ramificaciouea abuiwlantes ,quc
constituyen reservas grandiosas para el porvenir. Como
de licis Andes, puede decirse
lifeuaí cosa de todo el costado
orÍcnt;il andino. Desde Jujuy
liasta Ncuquen, ilos contrafuertes cordilleranos son Ecrtiles en substancia.^ valiosas.
L
A junción de tiempo purLcnece .'i (7
la categoría tic Ifis (jue no pui¿den definirse sin faltar a Ií)s
prcceptop de la buena lóf^rica: pero
cu camiíio podemos y sabemos establecer la igualdad de intervalos de
tiempo y !a expresión de un intervalo Ígva\ a la suma de otros dos;
cho lugar; pero la elección de dicho
y la Geometría, enseña (|nc las m a g punto, de m o d o que satisfaga a las
nitudes cnya igualdad y suma 6e pueexigencias de la ciencia y n o motive
de definir de una m a n e r a precisa,
dudas ni contradicciones en la prácpueden medirsiei, y quedan sometidas
tica, ofreció serias dificultades y dio
a todas las oijcraciones del cálculn.
lugar a la adopción de diversas esL a Física estudia a cad;i m o m e n t o
pecies de .tiempo, contadas desde orímagnitudes cuya esencia nos es y
genes distintos, aun cuando sea suacaso nos será siempre desconocida:
m a m e n t e fácil la reducción o conlas mide', las c o m p a r a , expresa nuversión (ic un tiempo en otro, Y para
méricamente sus relaciones, las sofamiliarizarse, con este noción d e lop
mete a las operaciones del cálculo
diversos tieiuptis se necesitan algumatemático, y deduce leyes y saca
nos desarrollos, que vamos a exponer, sin a b a n d o n a r el aspecto clemcmtal q u e ' n o s hemos propuesto dar a
este artículo.
En la figura 1.", P P ' representa el
eie del m u n d o o el de rotación de la
Tierra indefinidamente
prolongado;
Kq Eq. el ecuador celeste o círculo
m á x i m o t>erpeiulicnlar a P P ' ; Z N a ,
la vertical del nn punto de Ja superficit'
terrestre; S F. A, el horizonte o círct:lo m á x i m o perpendicular a Z N a .
y P Z P ' N, el meridiano- del. lugar,
círculo m á x i m o determinado P^r
F P ' y Z Na. Rl horizo"te cort^ o!
ecuador en los p u n t o s " E s t e y Oest e " , y al meridiano en los puntos
_ " N o r t e y .Sur", representados en hi
figura por la.s letras E . O, N y S.
Considerando todos los astros como
enclavados en una esfera tiólída ideal,
el movimiento uniforme de la Tierrn
consecuencias CIUB llevan su influenalrededor de su eje nos hará ver que
cia, a los usos prácticos de la vida.
dicha esfera crira en sentido contraL a Naturaleza nos ofrece fenómerio v con la m i s m a velocidad: :in
nos que se repiten sistemáticamente
punto cualnuiera A describirá " nn
y de nn m o d o uniforme; pues bien,
rírculo ncmendicular a P P', n parauno de estos f t n ó m e n o s servirá de
lelo a En Eq, en el sentido di" la fífunidad de medida para el tiempo, en
rha, V podemos t o m a r por origen del
tales términos, que un intcr\falo igual
día CJI instante físico en nue ocimn
a la duración del fenómeno será
'a nolición n. o pasa ñor e' meridiaigual a la unidad, y un lapso de
no del lugar en la rcpión superior del
tiempo en que el mismo hecho se
mismo, esto o<=. en In parte P Z S.
repita dos, tres, "n veces", será un
nuí- va del polo visible al cénit del
tiempo doble, triple y, en Rjeneral,
•-.1i=;'''ryador, T r a t á n d o l e dn ima c-" n " v c c ' s mayor que el primero.
frella nue describa el paralelo a' A
Desde loR tiempos má=; r e m o t o s se
n. n o d r m o s fiinr el m o m e n t o en que
tiene noción del movimiento aoarenocupa la posición ÍT. y cuando, en sn
te de la esíefra celeste alrededor d_e
movimiento jle rotación llecnie do
la Tierra, ocasionado por el movinuevo a' mísnio sitin. diremos que
m i e n t o de rotación de nuestro globo
ha transcurrido nn día. v así suceen sentido opuesto al anterior. E '
sivamente formarí'mni lo-; m.i'lltíplno
tiempo que e m p H i nuestro p ' a n e l a
de la unidad de tiempo. SÍ se consen efectuar este giro se llama día. v
truve un reloi. cuya acuta describa
se ha t o m a d o como unidad de m e ima circunferencia en el m i s m o tíemdida de la magnitud en cuestión.
nii que, la estrella describa sn p a r a
F o r m a n d o a nuestro antojo múltileío. V se hace nue ej reloi marnnc
plo-; y submijitinlos del esta tmidad,
cero horas, cuando el astro ocupe la
tendremos el tiempo 'expresado n:ioosición 17, cada ,vez nue In atru-a
méricamente y rcsuelfa la cuestión
vuelva al cero, ^a estrella volverá ?
desde un nunlo de vista teórico; pern
pasar por el meridiano, con las p^!a "unidad d í a " lia de t e ñ i r un orinuepac díccrcpancias inherentes a la
gen que nueda fijarse v comprobarse
imperfección de la=: obra<: human.as,
con precisión, en t é r m i n o s que -•siem• puesto ouri alfTo adelnntnrñ n rí^+rapre Be ptieda contestar catecrórícacnrá el rolor al cabo de nn día. P e r o
m e n t e a fa nrep-unta: ; c u á n d o cobien se r o m o r e n d c nue. siriTto iguamienza el día? Kl n a s o de un p i m t o
les, los intervalos cnrresnondíen'es n
fiio de la esfera celeste por el meric i d a dos pasos consetutivos do In
diano de un Juear dado, 'puede toe-itrella por el p u n t o a, podrán mem a r s e c o m o origen de^l día para rlidirse con el auxilio de un reloj, v
medida del tíempo
227
que no sería posible efectuar esla
medida si el astro emplease tiempos
diferentes en sus pasos sucesivos,
pues no habría máquina a l g u n a capaz de reflejar tales variaciones.
Si dividimos en un n ú m e r o cualquiera (le p a r t e s iguales la circunferencia descrita por la manecilla del
reloj, cada una de estas partes equivaldría al arco de igtial n ú m e r o de
grados descrito por la estrella en el
círculo A a a'; c vi den temen te ' / . , , de
(lia será el tiempo empleado por e!
astro en recorrer un arco 24 veces
menor que el descrito en un día
completo; ,es debir, que en un tiempo 24 veces m e n o r que el día, qne
es el submúltiplo llamado hora, el
arco descrito será 360": 24 = 15°, y
si dividimos la hora en 60 p a r t e s
iguales llamados minutos y el minuto en 60 segundos, y análogamente,
c] grado en 60 m i n u t o s de arco, el
J},.n
minuto en 60 segundos, etc., podremos escribir las igualdades lli = 15",
I m ^ 15'. Is = 15", que sirven para convertir el tiempo en arco, y significan que los t i e m p o s tic los priiriCTOP miembros son lo^ ei'ipteado.s
por el astro en recorrer los^ari'os escritos en los segundos, designándose
siempre los minutos y segundos de
tiempo con las iniciales m y s, y los
de arco con uno y dos acentos, respectivamente. Las igualdades a n t e riores pueden escribirse bajo esta
forma: 60m =: 15", 60s = .15',' Is =
IS", o, dividiendo por 15, 1» = ' 4 m ,
] ' = 4s, 1" = I s ; IS, que. se, utilizan para reducir arcqs a tiempo, o
para formar tablas de equi\'alenc¡a,
frecuentemente utilizadas en la p r á c tica con estos fines.
T o d a s las cslrecas d e s c r i b m circuios de la esfera celeste, paralelos j.l
ecuador, en el m i s m o espacio de
tiempo, que es la duración del día.
definido por el intervalo entre dos
pasos consecutivos pgr el meridiano,
y llamado .-día sidéreo; pero si se
imagina un astro 0, que describa el
paralelo a' A a, con movimiento uniforme, pero empleando un tiempo
mayor o menor que la estrella A, y
se construye un reloj cuya aguja recorra su esfera en el mismo tiemp o empleado por 0 en describir su
paralelo, t e n d r e m o s otro día de distinta duración que el sidéreo, y. que
deberá designarse con otro n o m b r e .
Y si ,»^Jj^íímievo día se divide, carpo
el yfYl^éffi,
t-n 24 partfi, llinimiVn;;'
horasV'^a; ''cada-.una de éslas correspondcrii':Ch el paralelo' a* A a : un
arco (le.rS". ü cíifía minutó de tiempo 15' de afeo, etc.; de m o d o r[Je
la distancia entre dos puntos, contada sobre nn par.ilelo ccifs'íe o terrestre, que es lo tine se llama diferencia de Ibngitudes. podrá cxprc-'
s a r í c por la graduación del arco correspondiente en el paralelo, o por
este arco expresado en tiempo,, sea
éste de la ciíspccic que <|niera: imeslo quo cada hora, de cualquier. especie y duración, equivale exactamente a 15". El olvido de esta cir-,
cUTistancia puede dar lii^ar en la
p r á c t i c a ' á lamoniablcs confjsioncs.
iQuó. falta ya para \itilizar el tieimpo s i d é r e o , ' que es el cnipleaclo casi
siempre en problemas astronómicos
y Reodcsicos. y el que registran muchos c r o n ó m e t r o s y t o d o s los péndulos m a g i s t r a k s , instalados en los
Observatorios junto a los anteojos
meridianos, de los cuales son compañeros inseparables? Elegir la es^
trella o punto de la bóveda celeste,
que ha de marcar el orÍRon del día
sidéreo, de m o d o que sea Oh Om Os
de tiempo sidéreo en un higar cual(juiera de la superficie de la Tierra,
cuando el p.mto elegido pase por el
meridiano del hiyar t-n cuestión. Mas
este asunto, que se enlaza con cuantos problemas se refieren al tiempo,
y ha de. llevarnos al esclarecimiento de las cuestiones suscitadas al
principio, rci|inerc una ligera digresión.
Ade'müs de movimiento de rota-•ion r,'rcdédor de .«ÍU eje, nuestro Globo posee un segundo ni.oviniÍcntn de
tr.'i«'•ación alrededor del Sol, «lUt da
liMrnr al movimiento aparente del Sol
alrededor de la Tierra en virtud ('el
ciml describe en la esfera celeste una
curva llamada "ecliplica", en un plazo- que nos da la primera noción del
año. que es el tiempo comprendido
desde que el Sol parte de un punto
fijo de la bóveda celeste hasta qyc
vuelve a coincidir con el mismo. L a
eclíptica no es paralela a| cenador,
sino que lo corta, formando con él
!••' •ip"nl'-* de 2.1" 27' y ViE n la figura 2.', P P ' y pp' - -i ' "
pi^loí de la ecliplica y del ecuador.
r-i-riilns máximos de la estera i-olestc ritie se cortan según el diá-iietr»
, cuyos extremos =,';. .'htiupn respectivamente, " p r i m e r punto de Aries
y primer punto de TJbra" y nmbos
"puntos equinocciales", designando^<e con el sicno
el punto en tiuc el.
Sol cruza el cenador para pa^^rr del
hemisferio S al N. y con el s'g'io
:.' "lint" en (]ti" 'e cruza p^ra volyor
;il hemisferio S.
Pues bjen: el punto
. llamado
' ' i ' - ' '••'"'ñioccio de primavera o
punto vernal", es el dne se tnm:i c'^m o origen del día ."iídcreo, 'síeu'lo Oh
Oin Os de tiempo fiid"fco cii un Ingár
cualquiera cuando e ' punto
qti<',
como todos l o s ' de la esfera celeste.
participa del movimiento diurno. '=,"
encuentra sobre el meridiano ?uperí'-r
•deV l^igar.en-pucstión, E l . m i s m o punió e" á la vez üriy;en'de las "ascensiones r e c t a s " o distancias de los astros al punfT>
, contadas sobre el
ecuador, y a partir de dicho punto en
el sentido de •©. a E .
• El flía 21 de marzo el Sol atraviesa el ecuador y hay un m o m e n t o en
que su ascensión recta es nula, como
i-JLiialmente sn declinación o distancia
al ecuador; a-nbas coortlonadas v a "
aumentando cuando el So! recorre el
arco de eclíptica
C; al llegar a este punto llamado "solsticio de veran o " , la declinación adquiere sn máyimo valor positivo C Q , medida de!
ái.gido C Q, ([Ue es la inclinación
de la eclijilica, y la ascensión recta
O e.í 9!t •'• r>h. Del 21 de junio al
;".! de s'"ii't"'rhro el a'^íro de) día recorre el arco C . la a-^censión recta
aunuíTila basta llegar a 180" ó 12h en
el ecpiinoccio de otoño y la declinación decrece hasta anularse en dích;!
fecha. D e s d e
h a s t a C , "solsticio
de invierno", la ascensión recta aumenta liasta 27(1" ó 18b, y la declinación pasa a negativa o austral, alcanzando en 22 de diciembre su mayor valor Q'C igual y de SÍRUO contrarío a QC. Por último, de C a
la ascensión recta aumenta hasta
360", 241i o cero, y 'a declinación se
anuía de nuevo el 21 de m a r z o ; ti Sfi
ha descrito la eclíptica y se encuentra en las condiciones iniciales. Sí el
punto
. intersección de la eclíptica
y el ecuador, permíinecicse absolutamente fijo en el espacio, como por
ahora admitiremos, el Sol habría demerito exactamente u n a circunferencia
en la bóveda celdste y el tiempo empleado sería í/ií año, puesto t¡ue este es e! !ntür\'ata entre dos pasos sucesivos por un m i s m o punto.
. D o s observaciones debemos h a c e
a propósito del movin>ien(o anare-itc:
del Sol alrededoi; de I--" T-Sí-rra. P r i m e r a : El aiitro n o describe arcos
riguales de la eclíptica en tiempos
iguales; la trayectoria real (fig. 3,"1'
es una eliose. en uno de cuyos foros e='!i '-i T i e r r a ; cl radio vector
T S dc'nrribc Áreas lííuales cu tiempos iguale-;, y los arcos de eclíptica
correspondientes serán mayores en
la proximidad • lid' 'n'-i-irreo n, "ue e-i
la región a del r o o p e o . 2," Aun cuan
do el Sol re-<u-i'^=" .'¡obre la e c j p t i -
228
C3 arcos iguales en .tiempos' iguales,
las proyecciones de eslus arcos Sobre cl ecuador serían distintas; insÍ)cccÍonan(lo j a figura. 2." se ,ve que
íiun cuando las " l o n g i t u d e s " , a distancias de
a los diversos p u n t o s
S ocupados por el Sol en el curso
dfl afu', aumenlíiran prupurciona'm e n t c al tiempo, las ascensiones rectas
M no guardarían tal jiroporcionalida'I; la'; m á s elementales nociones de la Geometría de la esfera
nos enseñan que cuando cl Sol csfá
en S,.
S,>
M ; al llegar a C.
G = Q. y .solamente hay ignahhid
entre las longitudes y las ascensiones rectas en cuatro épocas de,[ a ñ o :
los solsticios y los equinoccios. E s tas observaciones las tendremos en
cuenta más tarde para la buena inteligencia del cómputo del tiempo por
medio del Sol.
H e m o s visto (¡no e'íte otro, además del movimiento diurno, de E, -i
O., común ñ. todas las estrellas, tiene otro peculiar, de O- a K. En virtud de este último, si concebimív.
que, en un mismo instante, el Sol y
una estrella E pasan por el meridiano de u n a localidad (figura 2,""), ai
cabo de un día cl Sol halirá caminado un grado en el sentido tle la flecha, y como la rotación diurna SLadelantará nlros 4m al día siguiente, y así ocurrirá todos los días h a s la ganar 360". 24h o un día, en cl
término de tm año.
A h o r a bien: si cl pinito elegido para contar c' tiempo es el centro del
Sol, dicho tiempo se llamará "solar
v e r d a d e r o " ; será mediodía verdadero en cualquier punto de la T i e r r a
cuando el centro del Sol se encuentra sobre el meridiano del lugar, y
"día solar v e r d a d e r o " será cl intervalo de tiempo, comprendido entre
dos pasos consecutivos del centro de!
Sol por un mistno meridiano.
Si dividimos la esfera celeste en
360 busos por medio de otros tan
to.s horarios, círculos máximos trazados líor .el eje del m u n d o P P ' , éstos
determinarán arcos de un grado sobre el ecuador y sobre ios paralelos
al m i s m o : el Sol recorrerá su paralelo en 24h a cada una de las a i a l e s
corresponderá un arco de ! 5 " ; a cad;i
4m un arco de 1" y, en una palabra,
ctxistirá entre la división de la circunferencia en arco y en tiempo la
misma relación que si se tratara de
tiempo sidéreo, no obstante la desigual duración de las unidades de
tiempo .de «na y otra clase.
^túmero úc raúfoescucims en
S
i-Ldi'N las últimas estadísticas, él nt^ituero tic radioescuchaB e s , de
2O5-905 t'n Dinamarca, 2.776.75ÍI en Inghtterra, 25.381 en Irlanda, 70.000 en
halia, 59^.399 en t-l Japón, óij.ios en
Noruega, 131.642 en Holanda, 412.115
en SiKxia, 75.720 en Suiza y 241035 en
Cliec:esIovaqnia.
4
VIAJES Y AVENTURAS DE STEFANSSON
UN AÑO ENTRE E / Q U I M A L E /
(CtíH/ÍJHÍÜc/(5íi).
• I^JB cazad-i"cs de ballenas ác la i.sl^
Horscho! le liabían puesto ase a,pod"i
(-•11 1880. cuaiKÍo ('. :lav'a iTa un mozo
y itraíjajiiha en mi barco. 1~ rtli iiic aconsejó que me instalase en el l)í>tc ballenero (le Rnxy para los ;|no kilómetros
desde Macplierson a la isla Hei-schel.
V asi lo cíectnc, zarjíando el 30 de
jidio de iQofi.
Los ftsqiiiinales no usaii apell¡<lo d •
faiiriilia. Qiaudo un . luümhre se llama
Juan, se le dosipia .por Juan: y si Sii
mujer se llama María, se la dcisigna
tanbiéfi por este nombre. A la sazón
110 sabía yo esto, y así anoté en mi
diario que nuestra compnñía cslalm formada por el capitán Roxy. por la señora Ríiixy y por la hija N'avallun. entóneos de unos dioí; años de edad. Tíoxy era un h:inibre aUo, con nariz asiiileña: su piel no era más obscura i]\::
la de im euroijco: tenía cabello ir.'f;:de chino, como todos Kw csíiiiima.les. y
un poco de barba. Pocos cíí([iiimalfusan barbas; pero con Roxy Irabaja-'n
un bomhro rotíiisto y rcchonclio, llam'do Obíutok. ([ue llevaba una bavha hirsuta y negra,
,
u» barco que íes llevase a Nome y \uv
go a San Francisco.
Sin barca a remolque, avanzamo.'í bien
al principio. Pero luego estalló uii.'i rec'-i t rmenta, iiuc IKÍS enlretuvti, lustn
el punto de que para loí ino kilómetros necesitamos cinco• días eníeros. y
no pudimos ilcs.ir al puerto de la isla
Herschel híLSta las primeras horas dv
la mañana de! 9 cíe agosto.
Quien t o t l a v i a e s extraíío en el Ártico encuentra ]toT todas partes tante?
cosáis nuevas, que sus impresiones sv
confunden al principio, ,A.lírunas varlaci nes se efectúan tau despacio, que a!
principio ni se las advierte; otras, más
repentinas, se atro¡K.'llan en tal abundancia que. no se las disitinpiic con claridad.
Una di; las variacioueü. que se presentan al observador muy dcijiacio, c
la gradiml dcisaparicióui de; la mxlie. Al
abandonar ol ferrrcarril en Kdmonton.
el día dura.tia catorce o qyince horas
En el la^^o de los Esclavos habían llr
gado a ser diez y siete f diez y ocho
y 110 mnclio nms al Norte alcanzamo.
uu punto en que, :uni a niediíi noch"
siontpre haibía en til cielo un huero rfsplaiidor. Si ntls hiihiéi-amos trasladadAparte de mí, se encontraban en el
con la velocidad del' ferrocarril dirícbarco cinco pasajeros, entre i'llo?; d' r
tamente hacia el Norte, la uodie si
nn.inero.í. Ixis mineros se llamaban Suiiuientc hubiera sido en el río l.'^ ba.slli'ran y Wauffli. El uno era xm hnmbre
tanile clara para jwder leer a med'i
alto y n:il«tst<) de barba ncsra, qu? ivinoche un libro. Al comienzo del deii
rec'a muy agresivo; ol otro era más
dcil Mackenzie fué doiule por vez p;ÍIHiqueño y apocado.
. mera me sorprendió este fenómeu'
Él viaje, de 250 kilónietrcíi ]wr u n e ' NoPotrr.s creíamos poder contemplar • ^
de Icfi brazos del Mackcnzie, se hizo
sol de media noche, y ío cspera.iT»rs \n .
sin Tioveflad. A unos 150 kilómctroíí
dos sobre culiicita. Efectivamente, la lu.de dí^'ilaueia, los árboles eran lodavi'i
••:n' lau clara c-mo en las latitudes coRramdes; luepo vimrs de pronto árl'o
rrientes, cinco minutos después del ocales, que eran más .pequeños. Pocos kilómetros miLs abajo, ya no había á"fwles en ab.soliilo; las islas,, entre laíjí-ie seripca el Mackeuzic perez'-fwment
cu incontables vueltas, sólo están cubiertas (le bierba y de matas aclia-parrada
de mimbres. En el sitio donrle el braz
T~í STA coleccifir, única en su KÍnero, es b
del delta ii>o.r <lnudc navcfíábamos dr-" j iiiíts a iiropiísito i)ara premios y ra^~* E.ilos.'Todos los volúiti'cnc.i van adorcmJxKa en el mar. npis detuvimos, porindos
con veinte primorosoa fotograbadDH,
que el tiempo era malo y el mar estah'
en niaRiii Tico papel couclié: im mapa dr
picado, con fuerte .rompiente, Ann c-n
lofl lufinrcs recorridos por loa cicploradorüs,
y una artlatira cubierta a ircs colares.
buen tiempo, un viaje de ino Idlón-e
Iros desde el rít^ a Ta is^Ia TTersclu-l e
VOLÚMENES PUBLICADOá
pclig-rosn. sobre tmlo cuando mi IKI
I.—VILITJADMUR S P ^ F A N S E O N . Un
ballcnoro de vela lia de remolcar un
a fia entre CíflHÍiitiííi.
barca com ^pesadi'' cargamento. En ti^em
I I . — P I I I L I P P líERGES. Viajes
for
po malo, esto seria enteramente inco"
ct Orieníe.
III.—GlíRHARD R O H L F S . A
iravli
ccbíhlc. N(xs (lucdamos. p„c.s. nn par d
••!rl
Sahara.
días acanip.ados. Scliutzniann Walkcr.
I V . - ^ I I E N R l ' HOEK. Por las mwuaña.
filie cdn dos iiídio.s custodi.dian el carJe Boüviá.
V.—FKANCISCO DRAKE.
Piraieríaí
írajmento destmado a la p^hcía de la
en América,
i.íla Hcnsclicd. había de iiuedarse atiui
Precio de cada volumen, elegantemente
mientras que Roxy había de lleTOrnoi^
ene nade nia(io_ 3.50 DCSCtaS.
a iTosotrcíi tres a la isla. Y - estaba
Venia en tntlas Ins librerías
iniíacientc por coiitinuar. pues le había
Editor: B R U N O D E L A M O
¡iromctulo a LefruiírívHl 1]^,.^^ ^ l¡i
Toledo, 72.
A p a r t a d o 5.003.
isla Hcrscbel hacia el 10 de afrosto.
M
A
D
R I D
U B mineros esperaban encontrar allí
Viajcs y a v e n t u r a s
ántijíiios y modernos
229
)•
su, pero el sol ntisnio so quedó por debajo» del !K>rÍ7onte. Permanecimos tantv.
i:uup > en i'urt Macplierson, cjuc aun
en nuestro viaje más tardío a la isla
'Tcrsrbel el roí n.. ai>aroció ya en el
hotrizonte. Pero durante varias semanas hubo tanta luz ípie los viajes podían iiacerse durante la nodie lo mismo
qtic si el s.ril alnmbrase.
Después <lel sol fué el hielo polar \u
que más atrajo nuestra atención; |>or
cierto con sentimientos alRo coníiisos.
poríjiie la inipresión recog-ith en ios libros lias pnxUicía tanior. E n nuestro
camiiv desde la descmbcx:ad«ra deí río
ha.ita la isla Hersclxd .síRuía dominando la tempestad, cuando Roxy nos dijo:
"Allí delante está el hielo," K&ta noticia me dejó aterrado, pues había yovisto tantas ilustraciones de barcos y
iHvtes lanzadas jKir Vis témpanos de
un laílo liara ortro que creí sería ÍRual
que cuamlo una cnüjarcación se nictc
entro rocas. Pero proaito vi que los esquimales Iiablaljaii del hielo con alefírría. Roxy me lo explicó, respondiendo
a mis prcptnitas.
Había, esta<lo con I s blaiKCS en Ijarcos balleneros durante veinte años, y
sabía, poriilo tanto, la cau.sa de mi temor. CoinOiél decía, los blancos tienen
mietlo del liicJo. -pero los esquimales
bpn vivido tanto liemix> ya en el que
le han tcroado cariño y no están cont i'f'-s cnand-i lo oierdeñ mucho tiem'•• vi'ítn. Añad'a que el hielo ofrece también muchas ventajas para la
navegación a vela. Sí se necesita agua
para beber, no hay más que acercar"a un tímí>ano y cojíer .iRua dulce dsu suixsrficie, procedimiento mucho niAs
expetliiliva'quc el ir a tierra, aparte d^
que el apiia resirlta así más fresca y
mejor,
Al iiriucipio quedé asombrado, pero
una larga experiencia me enseñó que
t d o esto litne Í;II f'nidaincntn. Cuando
nn témpano es tan prande qiK- la esm r r a empujada p->r la tormenta no lleca a la mitad, se cncnentra en él im
alül'e con el aRua dulce más espléndida, Kl mar iMt^nr es naí'.iralmente tan
salol:re come. cu:i'qivier otro Océano, y
el hieln nuevo está muy saladíi inmediatamente desimé-í de su formación.
Pero iluranlc el primer im-ierno .«;c va
dulc'ficando, y p co a poco flota errante eii forma de bollo suelto, y al verano
sÍR-iÍente está tan dulce que casi no
se adviento ya ol tínsto de la saJ,
Roxy me dijo además que las olas
eran bastante altas y su hija estaba
mareada; así que se alegraba mucho de
c[uc hubiéramos dado con el hielo, donde nos libraríamíis de la molestia del
oleaje. Así fué. Los témpanos flotaban
Q5parcidí>y.
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Año XXXII-V«1. 6 i
Mudriil. 1 de m i ' r o de 1 9 3 0
IGNACIO
N ú m «r O I.60S
B O L Í V A R
laboratorio de la Universidad. Se h a ocupado especialmente cn el estudio de los o r t ó p t e r o s , hcmínteros y
crustáceos, publican(LT n u m e r o s a s M e m o r i a s en revisla-i
españolas v extranjeras sobre ellos, y IIH colaborado en
(í " G e n e r a I n s e c t o r u m " , q u e se publica en Bruselas
( P i r g o m o r f i t i o s ) ; se na i j n p a d o ei-. el resultado del viaje al Pacifico realizado por
una comisión enviada p o r
el Gobierno español; c n el
del conde Zichy, por el norte de Asia, publicado e n
Budapest; en los del doctor E a r r o i s y M. Escalera
por Siria, y de este úilimo
H e ai"|uí u n a nota sucinpor el Muni y M a r r u e c o s ;
t a de la vida y obra de
en el del señor Gadeau de
nnevítro sabio
naturalista:
K cr bi II e. p o r K r o u m iría;
Ignacio Bolívar nació en
cn el de Biró p o r N u e v a
Madrid el 9 tte noviembre
Guinea, y publicado varias
de 1850. E s licenciado en
monografías, como I a d e
D e r e c h o y doctor en Cienlos Pirgomorfinos, en los
cias. E n 1877 g a n ó por opoanale'^ de la Sociedad E s
sición la cátedra de E n t o pañola de H i s t o r i a N a t u mología de la Universidad
ral (1884); la de los T e l t i C e n l r a l , (|iie h a d e s e m p e ñ a ,gÍnos, en los de la E n t o do basta q u e se le jubiló,
mológica de! Bruselas (1887)
por edad, en 1922. L a cátey la de los Mccopodínos, e n
d r a cambió de n o m b r e , y
los del M u s e o h ú n g a r o de
fué flesignada con el d e
Budapest (1903). H a conZoografia
de articulados
trilniido al estudio de l a s
vivientes y fósiles.
colecciones ortopterológicas
Bolívar b a colaborado esríe los M u s e o s de Lisboa,
pecial inon le en !a reforma
París.
Bruselas,
Ginebra,
de la Facultad de Ciencias
Genova, A m s t c r d a m , Cnimde 1900, y es m i e m b r o h o hra. O x f o r d y otros varios,
norario d e i'íis 'sociedades
publicándose los resultados
•entomológicas de Bélgica,
de estos trabajos en varias
L o n d r e s y P r a g a , corresrevistas. T a m b i é n h a dado
pondiente de las de E s t o a conocer y .denominado un
colmo y Filadelfia, de la
n ú m e r o considerable de g é .Real Academia de- Ciencias
neros y especies nuevos. E n
y Arles de Barcelona, de
colaboración con l o s s e ñ o la Sociedad Zoológica f'o
res Quiroga y Calderón b a
L o n d r e s , de U Científica
escrito: " Manual de Z o o A r g e n t i n a de Buenos Aires
logía", a c o m p a ñ a d o de u n
y de uiiiiiero de o t r a s v a atlas
(1885);
"Elementos
rias. E s fund.i-.liir de la S o J e H i s t o r i a N a t u r a l " (1895);
ciedad E s p a ñ o l a de H i s " N u e v o s elementos de H i s ria Natural (1871), y de la
toria N a t u r a l " (1800). d e •de Física y Química. H a
/íjMíci'd
Búlíi'nr.
bieéndosele a d e m á s : " C u a representado a España en
dro sinóptico tiara el e s t u el C o n g r e s o de Argel de la
dio de las especies del génclro Grillus"' (1873). " A p u n t e s
Asociación francesa para el a d e l a n t o de las ciencias: cn
acerca de la caza y conservación de los i n s e c t o s " (1876),
el de Zoología de Berna y eii las fiestas en honor de
" A r t r ó p o d o s del viaje al Pacifico, insectos n e u r ó p t e r o s
D a r w i n . celebradas en C a m b r i d g e cn 1909. H a contriy o r t ó p t e r o s " (1884), " Essai s u r les Acredíents de la
buido a modernizar la enseñanza de la liistoria natural
tribu des T e t t i g i d a c " (1887), " E n i i m e r a t i o n des O r t l i o p en España con sus obras y su enseñanza en clase. T a n teres de I He de C u b a " (1897). " L e s bnlion á 1 ótudc
t o e n E s p a ñ a c o m o fuera de ella, es considerado entre
l o s distinguidos e n t o m ó l o g o s c o n t e m p o r á n e o s y su c o - des a c r i d e n s ' ' (2898), "Revisión de la Sect-Ommepcec h a " (1899 " C a t á l o g o sináptico de los arfópteros d e
laboración es buscada con e m p e ñ o p o r las más imporla fauna ibérica" (1900), " C o n t r i b u t i o n á l'étude des
t a n t e s revistas nacíonalcB y extranjeras. H a viajado m u M e c o p o d i n a e ' ' (1903), A d e m á s de las M e m o r i a s citadas
cíio por E s p a ñ a y c! n o r t e de África, liabÍcndo organise le deben los siguientes t r a b a j o s : cn los Anales d e
zado y formado l a s colecciones del gabinete e n t o m o l ó !a Sociedad E s p a ñ o l a de H i s t o r i a N a t u r a l , " O r t ó p t e r o s
g i c o del M u s e o de Ciencias N a t u r a l e s , de Madrid, y el
G
ran señor—en todos 1os órdenes de la palabra—
sí:bio vorfiadero, lííiiacin Bolívar rehuye ct aiilauso y Ja pulilicidad. Actualmente, sin solicitarlo, por
«.lerecho i-iropío, ha iiipre-iado en la Real Academia i£sp a f i o a . Bolívar es el trabajador ad ni i rabie cuya vida os
u n a estela luminosa de lal)or fecunda. Nadie le busque
fuera de sns cotidianos trabajos. Nadie le pida datos
biofíráTICOS, Bolivar. en la
a l t u r a serena de la inveetijíaeiún
cientiíica.
es e i
m a e s t r o insigne, el a m i g o
cordial, el fijan señor,
^1
de Espaüa, nuevos o poco conocidos"
(1873), "Sinopsis ele los ortópteros de
E s p a ñ a y P o r t u g a l " {1876), " A u a l e c ' t a ortiioptcrolügica" (1878). " E n u meración tic los hemípteros observados en E s p a ñ a y P o r l u t í a l " (1879).
" I l e m í p t c r o s nuevos doi Museo de
M a d r i d " (1879), " N o t a s entomolófí¡c a s " (1881), " E s t r u c t u r a de las patas prensoras de la Matispa p e r l a "
(1882), "Especies nuevas o críticas
de ortópte*ros" (1887); en el N a t u ralista de París, "Grillodes littorelus'^, (1885), "Dia^moses d ' O r t h o tc-res-noiiveaux" (1885); en los Anales de la Sociedad Entomológica <le
Fraiicia, " N o t e
sur les Locustin?;
cavdrnicolcs d'Europe"'
(18 79) .
"Description
d'ortUoplcrci et obpervatíon
synonymiqucs
di verses'*
(1883); en los Anales de la Sociedad E n t o m o l ó g i c a de Bclc;ica, " O b scrvations sur les o r t h o p l e r c s d'Eiirope et d'J hassin de la Mcditerran c c : o r t h o p t e r c s recueillis en P o r Iiipral et en Afrique", p a r M, C. V a n
V o l x e n " , "Acridicns d'A frique", de!
M u s e o Real de Bélgica. En el Dia
rio de Ciencias m a t e m á t i c a s , físicas. y naturales de T^isboa, " E l u d e s
rur les insectos d'Angoia qui se
trfliiycnt au Museuní national d e
Lisljonne" (1881); en la revista chilena (te Historia N a t u r a l , "Acrididos
nuevos
americanos:
algunos
coiipcefalinos
sudamericanos";
en
«^í*» «*fe £os
las Coi"«nicac¡ones del - M u s e o Nacional de Buenos Aires, " U n nue •
vo o r t ó p t e r o niismecófclo"; cu el
TermeszCitrajzi
Fü^ctcli.
" Contribu tions a l'étnde des Pliancropterinae de lá Nouvelle-Guinéc", advenías de o t r a s ya citadas; en e! Anuario del M u s e o Zoológico de lia R
Universita di Napoli, " O b s e r v a i o nes sobre la Epliíppigera c o r o n a t a " ;
en el Btilletiii de la Société e n t o m o logique sui.s.'ic, " L e s blattes myrm'Cco|jhiIes", en los Anales des Sciences naturclle de París, " Revisión
des EpiíLppigerinac"; en el D e u t s che E n t o m . Zeitschrift, " l l e b e r die
G a t t u n g Amorplioscelis S t a l " , etcé
tera etc.
El seiíor Bolívar t o m ó posesión
de su plaza de académico en la di'
Ciencias Exactas, Físicas y N a t u r a les, el 20 de junio de 1915, con un
notable discurso sobre " L o s Museos de Historia N a t u r a l " , al que
contestó, cii n o m b r e de la Academia, don Daniel de Cortázar. Sucedió allí en la medalla nú m e r o 2 a
don Marcos J i m é n e z de la Espada,
V fué elegido en 14 de diciembre de
1898.
E s a d e m á s académico lionorariii
de la de Medicina, director del Museo de Ciencias Naluraleis y de! J a r dín Botánico de Matlríd, socio de
h o n o r de casi todas las Sociedades
avances
T
ono lo interviene hoy c! aspecto
científico de los asuntos.
L a "cs[)ccial¡zacinn", el c s t u I . d i o adecuado a cada problema,
SL': lleva a un límite tal, que exige
la ,jjilen.'ención del técnico capacitado, para dictaminar sobre detalles q u í
habita hace, poco se consideraban secundarios, o al menos no se tomaban
en Consideración.
P o r e j e m p l o : se trata de construir
un. (id¡.ficto, un canal de riego, un
túnel;, un puente, cualquier obra de
a l g u n a importancia; pues el ingeniero,,
el arquitecto responsable de la seguridad futura, r e d a m a por anticipado
el iníürnifi. del geólogo, que e x a m i ne el terreno, reconozca la cstrucluracjoii del subsuelo, baga los sondeos
quc[,descubran lo que hay debajo, dé
luz flp la forma y m o d o que han de
practicarse las cimentaciones, para
evitar dudas y n o fiarse de las apariencias,
de
las
trieos, eléctricos, que al efecto traía,
materia} costoso, poco conocido, con
el cUal la ciencia se engalana para
iluminar los trabajos del h o m b r e .
E n o t r a ocasión vinieron a visitarme linos profesores 'de A l e m a n i a ,
que traían profusos elementos de exploración ' para dictaminar sobre los
lagos de altura del Bierzo y Cabrera, en León, de origen glaciar, de los
que apenas nos o c u p a m o s nosotros
y que tienen para las consecuencias
científicas g r a n interés. H a s t a una
casa desmontai)lc componía su "i)arq u e " , que llevaba un vagón ile ferrocarril,.
Ahora, hace pocos días nos enteramos dtí que para proyectar la instahtción de las centrales de energía
eléctrica v de las líneas de t r a n s p o r -
Xo recuerdo que una vez me pídicjTtjn , u n o s a m i g o s de I n g l a t e r r a
oniíijón aceirca de unas canteras de
pizarra, de clara y .secular explotación.
La, di amplia y razonada, y al poco •
tiempo la visita de im "geólogo", profesional,, ;inglés también, que venía, •
—jUsttd robó Kíiíi iiialncklctn ccw el freli-.i-hi ílc frnba^lai'
"."ii?/?.!lír3, c o m p r o b a r aquellos asertos,
•—NalnraUncnte,
íeiior catiiisario; la tnolosinp a a m p l i a r ,las investigaciones, i ciclela tenia -tin nvito
que ¡dcda:
"Probarli
conÍo\s a p a r a t o s magnéticos, gravimé^z es í¡ucdarsc con cüa".
232
entorno'(jgicas extranjeras, y, uno d e
los veinticinco ''ForcJng M e i n h c r s "
de la Suciedad Zoológica de L o n dres.
P o s e e el premio Echcíraray; q u e
sólo .se ha concedido hasta la fecha
a Cajal, T o r r e s Quevcdo, Einstein,
Lnrenz, Saavcdra y al Principe de
Monaco.
E s doctor "honoris c a u s a " par la
Universidad de Piítsburg- y m i e m bro honorario de la Academia Vaticana de los Nuevos Linces, de R o ma, y de las más afamadas Socie<les de zoólogos y e n t o m ó l o g o s del
cx.tranjero.
L a elección de la Rea! Academia
E s p a ñ o l a no puede ser, por consiguiente, m á s acertada.
El n o m b r e de! señor Bolívar m a r ca fecha en la liistoria de la t;ntomologia. y trac a la ma<lrc patria
tan k-gítima gloria. E! hecho de íiEurar como m i e m b r o de honor en la
í.imosa AcadeTuia r o m a n a de los
Nuevos Linces, establecida en la Ca.s;n:; de P¡o IV. en los jardintí; de'
\'Liricano. d e m u e s t r a la cstimacíoiT
que tienen por v\ señor Bolíva'-. sn
.«aVcr y sus actividades cientílicaa,
el Pepa, los cardenales y los roligtc\f<^. especialmente jesuítas, que íorman parte de aquella Acadcnna o
bien se interesan en su funcionamiento.
ci ene i as "^^ ^^^
te a distancia de la corriente, precede
el estudio de la naturaleza del t e r r e no, para descubrir las probabilíclades
d e ' q u e las descargas eléctricas afecten a la seguridad.
Esa especialidad afecta a la influencia de la naturaleza del terreno y
de las líncns eléctricas en los p u n tos de caída del rayo, y se refiere a
los corles geológicos, aná'isis geofísicos, la historia de los accidentes
fior descargas eléctricas en los a l r c dc-dnres, cuantas condiciones de seguridad aconseja la ciencia, desde la
la conductiliilidad del terreno basta
l;i rad.ioact¡vi<lad del Sol.
Y ese largo proceso no osla dedicado a servir tan só'o de elucubración científica; es. al contrarío, base
de medidas de precaución que salvaguardan intereses, defienden el capital
invertido, por la instalación de aparatos de segnridafl en los l u g a r e s
m á s a m e n a z a d o s por las t o r m e n t a s
atmosféricas, evílando, a ser posible,
que las líneas eléctricas crucen p o r
esos pararrayos, dcsviándolas de ellos
y liaciendo que las de baja tensión,
tenidas por inofensivas, estén a m p a radas contra las posibles superticmsiones.
El " g e ó l o g o " y d "geofísico" han
toiTladn puesto de p r i m e r a línea en
la ingeniería" m o d e r n a .
Severo G ó m e z
Núñcz
•
•
I
" R . i r :!!agw>''-A7^tat'wsf.vii'KyyA-T'-'.k.'-:'i'a;-.>. V'.'i^;
Xugitres de ^itristuó
Valenciana
V
Ai.KNCiA. la ]ILT1:I (k'l Turin. la
Ix'lla capilal del litoi-al moditcrráiico, la torcera capilal de Españ;; y nna TÍC las primeras para 'as
nitas del hirismo. i>:i- su IwIIa situación, hermoso clima y faciiliílad de conim-:¡caciones, nfrrc-j muchos ali-iciitcr;
ÍLI turista, como arte antigtio y nicderno. deportes y diversiones, biicnos hoteles. In.s encantos de una Rran urbe
niod-íTna junio a las reliquias de seculares monumento.';: la mejor luicrta de
Españn con Ja clásica barraca morunoyalcnciana; una plétoi-a de flores en sus
jardines: nna serie inacaljable de festejos peculiares, entre los (¡uc descuellan las fallas y la batalla de n r r c s :
un puerto ¡mporlanlc y unas píaj-as animadas, y. 'sohre toílo olio, la incomparable Albufera, _ separada del mar por
los bcIIís'iTios pina^res de la Dehesa.
I r a Valencia y no asomarse a la
Albufera es perdersi; un espectáculo
grandioso de la Naturaleza y una grata excirsión en anlcmóvil. de las que
]io se olvidan nunca, Por olio se va a
construir d'^sd" Valencia tma Rran pista por orilla del m a r ; y allá, restaurantes, campo de "tennis", balnearios, embarcaderos y d r o s atractivos.
¿Qué es la ./lííiiifiTn?
Así se denomina el lapi?, q-,ic. sitiTad<> junto al Morlitcrráneo. está a diez
kilómetros al sur de Valencia, siendo
ya tic su absoluta pr-piedüd,
Una
Un
fasco
La excursión a la Albufera (la mayor y más pintoresca dv España) puede
íiaccrsc si se quiere hrewmenlc en una
mañana, nwdniffando un pocicv o en una
uirdc. regresando al anochecer;, pero es
mejor dedicarle nn día completo para
jKiderse embarcar y visitar detalladamenle la Dehesa, kis poblados marítimos y los bellos alrededores. I.^ cc^íida
se hará en el Palmar, encargando la
clñsiai paella valerKÍana o mejor el
arroz a banda o a la marinera, el original a¡l y {•cbro y .ctros guisos de pescado, aves y anguilas del lago. Hasta
ahora liabía r|ue ir en tren o tranvía
eléctrico a Silla Cu kilómetros), allí
tomar la Ijarca-corre-T en el canal hasta el Palmar (viaje económico, poro algo
molesto), o mejor aún alquilar para
iodo el día. [)or veinte o treinta pesetas,
ÍHÍtTíJjiTJrtc •isla
di-i lagQ.
'•í'-¡!-..i:
233;
{•or ri
liiai'.
una barca iiarticnlar de veía, y tranquilamente y a voluntad recorrer todo
el lago ( I ? kilómetros). Ahora, desde
la cesión del lag-.-' a la ciudad y consiguiente airreglo de los caminos, es preferible ir en ceclie o en " t a x i " por
Mouteolivete (orilla derecha del T u r i a )
a Kazarct (playa del Sur) y seguir por
orilla del mar hasta la Dehesa. Seguramente no íanlará en ser un liecluí la
proyec tada pís ta. o pa-scn de Valencia
al lago, el tren eléctrico para llegar a
éí, la coiistnicc'ón <le Iwiíelcs para veraneante?, y buenr,s restaurantes y garaje i)ara I';s turistas.
Albufera signilica en árafx^ lago o
mar pequeño. Plinio La llamó estanque
ameno. ActuainKnte es ya una remini.scenc¡a de un gran lago Ac tiempos
remotos, pues por causas físicas y por
creciente usurpación de los terratenientes colindantes que aumentan sus camI)os de arroz aterrando el lago, éste
merma en progresión credeiíte; en 1760
ora d e 14.000 hectáreas su siipcnficíe,
f|ue al fÍna,IÍzar el siglo pasado ya n o
llegaba a .i.ooü. En ticm[>fí'í priirútivos
casi lindaría con \'alcncia y debió tener
vivierKias palatiticas o poblados lacustres. El i\\w\ de sus aguas dulces, aíluíflas por barrancos, lluvias y sobrantCN
de acequias de riego, dimanantes del
'['uria V del Ji'icar. es algo más subido
«)ue el nivel del mar. y a ésíie desagua
el lago ñor dos " g o l a s " deiKflninadas
el " P e r e l l ó " y cl "Pcnrllonct", Estos
desagües los cierran en noviembre los
cultivadores del arro!^. después de hacer Fas siembras en sus campos limítrofes, que quedan itiimdados al crecer el
nivel del lago El fondo de éste varía
de una a cinco metros, .siendo muy
escaso en las orillas y en las " m a t a s " ,
que son trece islotes cubiertos de espesos matorrales y esplénflida vegetación^
donde anidan las ánades reales y fúlicas (collverls
y foches).
R o d e a » el
lago siete términos municipales. E n ¡los
•,Altéroiis se catjstriiy^n '«Sin c a o a s , ^ íf>r.c^ -• rpntémplarf a, mK5tro ajrídcdor el graní
zas í'.s rliHÍitíuláílofl pMcsfos de t;ií:a,'riu¿
dioso panorama de intensa luz, con los
. se pagan en l;is stihastas. a precios, faleñejos de las harc;i.s en c\ agua, las
nianclias obsciira.i de los matorrales y
buV>sos, p-'ra lis tinicias re pía mentar ias
canavcrales, el incesante volar de mi(!•• . S^n M^i-''-! V San';i Catalin;!. La
'•larcs de patos y los típ¡c:s detalles de
abxuidancia de estas palmípedas voladofí'i. "--'• :n 'leí liíí^ y (1 • l^s zancudas las orillas, que cierran como marco
grandioso este cuadro encantador. En
mmítrrantc" •'" 'os pa''-'"S fríos de Enr<i>m islote del lago liay \m jiriblado In
pa, os iw>tabilísiina, convirtiendo el laFc
cistrc de pescadores, denominado el Palen inmenso c;iz.'idfra, conii) I • es tainm a r ; en las orillas rt-ñcjan sus b l a n c a
hicn ima tr-raii pi'^'-ina •r'e eiioniifíi anguir^siTÍos el Salcr y d Porello. Entre la
las y. sabuesos llovarros. Es dij^no dj
Alb'ifpra y el Mediterráneo se tiende
verse nna' " a r r a s t r a " o pesquería en
una pt^olongada lengua de tierra, de nuelanclia y más aún ".mi d- e^as fiestas
''e kilómetros de longitud ]x>r uiui ib'
cinegéticas a las qii^ lian concurrido
nn.~l'ura, cubierta de matorrales y espelos Alfonsos TIT •'- \ ' y mt'clios Ansses pinares. Es la Delicsa, que nos brintrias. y Borixiiies Iiasta m-estrn a u ^ i s da iin paseo en eocbe entre dos ai^uas:
to Monarca D. Alfonso X I I I . Desde
ía díl man- y la del lagDi
aptipuo !a organización de esta caza
tiene realas propias y es muy oflmpliFl Roy Conqiiistíidor se reservó j-^ira
cada, P e r o en todo ticmpfi se celebren
sí la Albufera por su caza mayor y m->
o no esas aniínatlas cacerías, ima visita
nor y abundante pesca, y permitía pesal lago "Iluent" es deliciosa cnandn en
car a sus súbdit:* con el pago del diezd'a tranquik. se desliza ía barca sobre
ino (le dicha pesca. P a r a gastos de cámara ccdicTon el usufructo de este lago
les cristales de la superficie y podemos
eí
c uUivo
E
l azafrán, r-zyo np-ihi-e c'enlífico es " Crocus S a t i v u s " , es
una planta in<lusirial. tintórea,
condimcnlicia y medicinal, perteneciente a la familia d':- las " I r i d c a s " ,
•y f'p;- originaria fie Orienle.
d é l a SÍ afr
importancia de la cosecha 3' el precio que se obtenga.
C o m o planta medicinal, el azafrán
es m u y usado en la terapéutica por
lur: i ' f i n i c ' n - ' " - tónicas, estimulantes.
antiespasmódicas, antihistéricas, para
Planta de Azuir-^*^
facilitar el sueño, para fricciones y
p a r a la p r e p a r a c i ó n dé varias composiciones farmacéu ticas, entre las
cuales la m á s usada es el láudano líquido.
C o m o nlanta tintórea es empleada
p a r a teñir tejidos finos y particularmente sedas y encajes; y como
planta condimcnlicia se usa en gran
escala en la cocina para dar m á s sab o r y m á s color, a los guisos; en la
t-tipostcría sirVe para colorear dulces, pasteles, bizcochos, Me*, sien-
ZM .
^
C a r i o * S n r ' I i o a Carrcrva
Án
','Plinio babla ya del azafrán, {|ue se
cultivaba en Asia, África y Sicilia.
F u é ínlVoducido en España por los
árabes, como Ío d e m u e s t r a su n o m bre, que se deriva de "z.Thafaran", palabra árabe que significa atnarillo.
E n E.spaña su cultivo está m u y dt^syt'rrolladn, sobre todo en la Mancha,
Alcarria, Murcia. líetiuena, Teruel y
^'áraguza. y los terrenos; m á s aprortiados son los calcáreos, areniscos y
afe-llopos. Ca''a flor, de un olor muy
•penetrante, posee tres ''cstienias de
cbior rojo de 2 a 5 c e n t i m e t r o s . d e
largo, • que disecados cDn.stituycn el
aíia'ffán del comercio,
' Su cultivo, la recolección de la flor,
')•. ••i>npr,Tctóii 'le lo-, ci-^tignias, su cla'sificación y su torrefacción requiei-cn el concur.ao de nn personal m n /
n u m e r o s o y m u y práctico.
L a operación de torrefacción es
ihuy delicada, y de ella depende en
•'grail parte el valor del azafrán y S'J
conpervaeión. El azafrán tostado p e sa una qi'int.i parte de lo que "lesa
•antes de tostar. Se considera que ta•da cinco hectáreas y medía de azaf r á n producet! dos kilo.s y medio de
azafrán en vf>rde v medio kilo de
'azafrán t o s t a d o ; esto explica su precio .tan elevado.
••.Eú
l a actualidad, E s p a ñ a es el
;ipals que produce m a y o r cantidad de
azafrán, que se exporta a todas par•tóBi y .se calcula que el promedio de
nlieslra Península oscila entre 15 y
] 20;,millones de pesetas, según sea la
!.U iproducción anual de azafrán en
a J?,. Reina, su ^ónyuge,, P e d r o . - I I y
Fernando I. Don Alfonso Í I l de V a lencia incorporó la Alb-.iíera y sn Dehesa
3 la Cormia, con juranu'nto de no enajenarla jamás (nrivilegiií de I4ifí. dado
en Valencia). En la Edad Media los
caljalleríis templarías y los mercerlarlos
percibían parte de los praluctos de la
Albufera. Felipe V la cedió a! conde
de laí Torres, con el marquesado de
Cullcra. hasta T7íir en que se incorporó
nuevamente a la Corona. También la
gozó Godíoy. el Prínc'iie de la Paz, y
en í^^2 el mariscal Soiichet, pivr concesión de Napoleón, con el título de duque
de La Albufera,, con goce de los dercdm.s <Ie- caza y nesca. Al volver al T r o no de España Fernando V i l volvió al
Estado el lauo liasta 19H. en que por
ley pasó a la ciudad de Valencia, pero
ctiii ciertas restriccionefí. Iwrradas ya
por el Gobierno, que recientemente concedió el absoluto dominio, sin limitación alguna, a la ciudad.
en
e s p
aña
do especialmente usado en la industria de líastas alimenticias, para dar
a éstas un color amarillento, parecido al de la yema de huevo.
C o m o consecuencia inmediata de
su Ldevado precio (t'l cual está sujeto a grandes oscilaciones, pues
m i e n t r a s en el año 1919 se pagaba a
lOS pesetas el kilo, en el año 1924
lleg') hasta 5S0 pesetas, siendo, sin
end>argo, el orccio promedio n o r m a l
de unas 140 pesetas kilo), y a causa de lo limitado que es su zona de
cultivo, de lo entretenido y costoso
de sus labores, del riesgo de malas
cosechas, especuladores de poca conciencia lian tratado desde hace mucho tiempo de adulterar el azafrá"
u s a n d o para ello diferentes procedimientos y diferentes sustancias, entre los cuales loa niás corrientes son
de teñir con azafrán mismo lilamcnto". ('e otras ílores, como de cardo,
de caléndula, etc., y hasta so ha llegado a falsificarlo con fibras de esparto bien machacado, y también han
intentado a u m e n t a r su peso con acci^ te, con productos químicos y hasta
con tierras, que se hacen adherir al
azafrán m e d i a n t e miel, aceite, glicerina, colas, etc., si bien estas sofistiíñcaciones son muy fáciles de descubrir por n-'.edio «le análisis químicos.
Curiosiüadcg
U
NA de las curiosidades más notables! de la flora del África del Sur
consiste en una orquídea cuya flor tiene
arrollada 'jna larga liana en foi'ma de
tulK), de la que .se sirve para beber
cuando tiene neccíxiad de agua, desarrollándola lentamente y slnnergiénd»la e,ii el liqulílo, del cual está siempre
c«rca, . -. ;
i
¿Cómo era en realidad el 3>araiso herrenal?
K H;i escrito y lwi}la;ík-, imiclio sobre cuál pudo ser ía situación
geoíín'iíicH tlol lidcu y de iiqvicl
(lelickiso jardín en él colocado, que g^iieraliiK^ule coiiooLiinos con el iv.pnbre de
Paraíso 'i'errcnal, sin que se haya llegado a un acuerdo sobre tan inte redante cuestión, } \ en aunbict, se ha. dicho
Eiuy .jíoco iiccrcíi de cónm di-'hió ser el
iisodxlio ja,rdín. GenL-rahionie, inos
éonlCTitamrs c:(ii saber lo ÍJUC de el dice
la n:trnic¡ón bíblica, o &c;i cjue liabia
aüi toda clase de árboles agradables a
fel-vista y buenos para comer, y en medio cl árbol de la vida y el de la ciencia, del bien y <M nial. Pero. ,3cóino
eraii esto$ árboles?; ¿ D e que manera estaban dispuestos? j l í r a el Paraíso un
jardín como los qi:c boy c-1iK*:einos,
cuidacl;A;iiniiete arreglado, o un;i especie <lc selva virgen, Ilcná de vegetacióii, inculla y exuberante ?
' Pesdc luego, en todos la^í lenguas
prientalcs el término "pjradcsba", " par'üts'!v ''firdauz", ," fardáis^)", de dond.procede el castellajio paraíso, signiilca,
ho un lugar dütcrniiiiiadi:^, sin'_) c'-ialt|uier jardín extenso y bien arreglad'),
clondc, además de árboles y florea, 5L
ven anintalc-s enjaulados o en libcrta^-l.
Viene a .SIT algo así como lo que n:isolros llamamos un parque. Con !.i maVor frL'cncncia ccbíúndense íes conceptos f ' é n y paraíso, pero son realmcnlr
das cosas diferaites, Edén era una rc•y,:ót\ geográfica, im país, y el Paraís')
no era SÍTW ".m parque, buerfo o jardín, situado en la parte oriental de diclia región.
.Milton, en su "ParaífiD) Perdklij". e^
ia.1 vez ol escritor que c(Jii más lujo de
flcl-allcs ha tratado de describir el jardín que sirvió de morada a nuestros
rr^'iujKros padres.. PinUlo situado en una
•eminecia y deíendid::. por una e.'^-'-icii'
de muro natural, de imipenetrablc Jxwcaje.
S'.-gi'in cl pncta mglés, el Paraíso debió ser un jardín debidaniicntc cu]Uvad'.\
P'-iesto que nos presenta a fa primera
pareja ícupatla cu pcidar los árboles >•
cu otros menesteres de jardíncriaV .=¡
bien se advierte (|ue los lak's tralJajo.<;
nr» lo eran. _\-a que no les i:icasi'Mia:han
disgustos ni fatí.iia de ningún género.
Loü jiwlias íalin'jjclistals ban imajííliRilo un Paraíso celeste, que parecí; in':piraidi £i|bre lo que deí terrestre dice I--'
"Biblia" y que eii cierto modo puede
tarríirse como dcscrij^ión de Cite ú l timo. Tiene cfiln mansión fié' rlclicias dos
puertas guardadas por setecientos mil
ángeles. i¡uc recÜK-n a los jiiMos' cánlando y danzando: "CoÍTie y goza". El
interior dtil jardín es una esiH-'cie d '
lauja. regado por ctratr.'1 rírjs; de- leClT",
de miel, de viino y de incienso. '
Crecen allí ochocientos íníl' 'Árbdl?s.
.bajo jos cuales Jiay mesaí de ijiedtTis
preciosas, y eii modio de todo se levanta
S
e! árbol de la vida, cuyo follaje cubre
cl jardín entero.
Con mucha, más frecuencia que k s
t5crit;|rc9, lian buscado los pintores en
cl jardín del ParaLso un asunto parrct
Mii obras, o n-iás bien diríamos pretexto para lucir sus habilidades en pirtttar
animales. El Bassano, Breugl-iel y Snydcrs pinta:ron Paraísos terrestres que no
MJii, en realidad. siiK> grnpos más o
menos bien combinados de toda clase
do bestias. Esta Iníinia de convertir e^
Paraíso en casa de fieras es c Jniún :
lodos los artistas, y, sin emixirgo, el
texto sagrado no dícc ni una sola ve2
(¡lio IOL-; am'ninles estiivJescn reunidos
en el jardín, sino sólo que Dos los presentó a Adán para que los ¡¡tisiesc nombre.
L'no de Jos' Pai^áísos pintad^is p'.r
'"••-"igliel se conserva ía-i uiía de lac;
salaí dé! 'Museo del Fijado, en "Madri
i.n l-íi Haj'ít se conserva otro p¡ntac!<.
por c! mismo artista en coULboraciú
c:n Rnlxins.. el, t u a l se •.í'í'presentó a sí
mi.-^ni'.) contó'Adán. E^te cuadro, que ha
sirio objeto de los mayores elogios por
parte de 'numerosias críticos, fué comprado en 1766, en Leydcn. por 7.350
florines. F,s también muy uMableel P a raíso de Snyders, del Lotivrc. donde se
ven, representados de tamaño natural.
una pareja de caballos, otra de perros,
r'ira d e cíenlos, un gato, una garduña.
un león, un avestruz y cín>s muclio:auÚTtiílefi, mieníras en último lérnru'i
se verificaba h creación de la -tnujer.
Los grabados que en alíímias obra;;
antiguas se encuentran repres?rilando cl
Paraíso, son. tal -vez yiús dignos de i::lerés que lO'S citados cuadros.
En la obra "paradisiis ¡n Solc", d"
REFLÜXIOh! .OPORTUNA
—'¡.o 'liic ,V(» deiic Jiactrr cslo lem/frradíi PT
mrícniíi: o empresario de teatros y cañaré dilu-i-íi fiirguc aii' lodos andan ¿^e Caoeísa, yode
cabv~i¡ •lio ando mdt. /
.'.•••
'•! •
,'if.f,-Kr
..::i'.
235
Parkínson, íarmacéutico inglés del siglo X \ T I , .se encuentra un gríibaclí del
jarílín de EdéiL en cuy» centro crecen
claveles y t i r a s flores de tanuxño verdadcramcmc colosal, Otru libro muy curios;', el "Schaízbehaller"' editado e n N u - '
remlierg, por Kolurger, a fines dfl siglo XV", Ikva mía lámina en donde se
ve en perspectiva lodo el Paraíso, -sin
fieras, p:-rrc'S ni caballos, í?ero coii una
fuente que jxira si la quisieran niuclios
jardines nuidenv:Éh, y un miim ailmenadu que recuerda el alcázar de Sevilla.
Innumerables avecillas cruzan el usriiacio, y niieiitras en el fondo se representa la cre.'ición de la imijcr, en primer ténrjio ?e ven a Adi'm y Eva , d e jámlo.se engañar por la serpicnle.
Húniúos
musculares
en el gramófouo
OR f': [: lionibrcs de ciencia, un^-» -dj
e'Ikfe el profi^or, AdHán de Caiiihrid.fíe, ha .*ido jmiprcsa rccientcinenle
una íle las .placas de gramófono, ttiós*
extrañ-'Ls que existen.
El ,prufe,s(ir Adrián se p e r f o r ' ^ c l
músculo del antebrazo con 111^1 laj"g-..
aguja de !a cual partía un .-il.-unbre fiiK-.
que iba a parar a im apjirato airípi.'d(br, de fantástico diseñe; de este aijBrato partía im ciible liasta un instnimenlo registnidor situada en luia saín
coiitig:ia. El" ¡ir.ríes T Adrián movió entonces el brazo y la contracción ,d
músculo quedó registrada en lérminrr
tie sonido ampliarlo 5.000 veces. Se produjeron una serie de golpes crepitan,
como de señales del telégrafo Mrirs-,
seguidos de ruido c:>mo el de una ametrallad'ra. A\ principio, td ruido era
tlcmasiado fuerte y hubo (juc cnmen?;i
de nuevo cl 1 rufes-;.ir Adrián fu-é niovienrlo el braz.-:' poc.l a pocn, prcxiitoiéiidosc una descarga ccjislant.? de s<jrtidos
M'cos. Después, cerrando y apretando l i
n:ia!no, no sólo aumentaron en frecuencia éstos, sino que pudo (Krse más. de
una pene de golpes secos.
Caíia múscul'> es ima esp-ític de batería eléctrica. reacciouEnd:; en mensajes
despedidos rapidi si mámenle desde cl cerebro a razón de uníw cincuenta, por
sogundu, y aplicando eslc nuevo ^.^arato a un píLcicnte, es po.íihíe descubrir la razón de Jos desórdenes musculares npr\'iosofi allí donde lia fallado
la diagnosis actual. E.ste método se e s tá empleando ya en la investigación de
cicrt' |-< cfccfí'Js precurwre.s ds la enfermedad del sueño, que causa ijia contracción nerv*Íosa de los múscti'os.
El experimento ha sido poisibV g—
cias a la perfección de la ampliación
del sonido por váH-Tjlas o lámparas.
El descubrimiento realizado por '' 1
d(k:Uyr Aflríán reviste una ín^wrlancir
inédita definitiva.
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Jl r I e
£1 escuifor Ofero
y eí eoncurso de
carteles del Circulo de aellas Jlrles
I
s. (líjüciosu visii^in iiif impreI
SÍDIK'I vÍv:'.nn;iiU\ «luedó su r c •*' ^ ciR'rdo pertinaz cu mi m e m o ria, entre I;is varias obras que guardo; aún 5U emoción soliresaie at|iK-l
(Icsnudilo femé niño, de belleza delicada e x t r e m a , tjue surge al IÜISO con
la seducción y encanto de la m á s
linda, m á s fina fior, en una de aquellas salas del Salón de Arte Motlerno de líarcelona. Su blanca silucla
menuda, cuya expresión suave encier r a un idealismo y fien ti miento exquisito, mjLi íií'jó e! sabor de una e m o tivíílad apacible; ia sensacivm de un
verdadero delcile en su contemplación, despertó en mí gran interés,
Otcr<), artista (|Ue de tal suerte
atrajo mi atención, satisface hoy m i
afán c interés por conocerle extens a m e n t e ; su esi)l¿ndi<la labor, en p!cn;i
sazón, fruto de alisoluto ílominio d''
facultades y energías, dcuiucslra con
toda intensidad AU y a afianzada personalidad,
Su espíritu exquisito Sc aparta de
esa cfervíDscencia de inquietud actual,
a b s t r a y é n d o s e en el clasicismo, poniendo su ideal en el logro de una
m á x i m a belleza serena, d,e suave sugestión. ÍLuamoratlo tal vez de los
e n c a n t o s Klcnícos dio a la forma esa
finura de linca, esa esbeltez y movilidad tan distiufíuida quL', la baco de
una flexibilidad y turgencia en sumo
Rr?.d<t delicada. E s t a condición es la
princ¡i>al virtud suya, es la caractcrislica que da relieve a su obra, el refin a m i e n t o la exquisitez de su linca; en
ella estriba y es la base de su e m o ción tranquila, especie de éxtasis deli'-í-'ío. Eli» '-s la que da t-ise m o vimiento o r i t m o elefante, scncincz
graciosa en la postura de un result a d o plástico de lo m á s armonioso.
A m o r profundo a la belleza idealizada, q u i n t a c s m c i a d a basta ser elevada a ' a sublimidad de! altar profano, nos revela este artista en
su e x p r e s i ó n ; su alma parece reconcentrarse en el anbelo de alcanzar
'•uanto .=ea posible aquellna cánones
h a s t a añora no solamente no mea»rados, ni siquiera igualados que al
t r a v t s del inconmensurable esi^acio
dp los tiempos, resistiendo inconmovibles toda la evolución, conservan
' a pauta, el imperio j a m á s extiuRnidn
dfl la forma soberana. Fiia su mirada en esta ambición de belleza perfecta, divinizada muchas veces y divina r e a l m e n t e , tan deseada como
sentida, ba dado calor, vida a su
"nsÜTnr,
mármol
<^x„<nsilo
co¡oc<nio en los jardines ,fe la Ros,th:l^
oripttal del artista Otero.
ol)r;L; hay en su creación un matiz
tan exquisito, de delicadeza tal, que
en su aliento de vita'idad cs como
un reflejo riel lejano ¡inperJo profundamente a d m i r a d o .
O t e r o , eiilrcRado p o r completo a
su .sentimiento ¡clásico, e m b r i a g a d o
en su idealismo de elevación y excclsitud ¡le la Forma, espiritualizand o la ríe-alidail, purificáudolii lia.sta
casi convertirla en ilivinidad pagana, nos ofrece una visión de belle;:a
íntegra; cuyo atractivo poder se
m a n t e n d r á firme, sea cual '^ca la evo--'
lución de las id'cas. Cuando se lofiran concebir v realizar alcanzando
el don inapreciable de idealidad. la
materia s/ci inmortaliza, adquiere una
suffestión irreiil entonces, cual si fuese un espíritu latente entre la h u m a nidad, de la que le separa su cxquísl236
,h ¡l/iííilj'inVJi,'
obni
tez y la proximidad de ló sobrenatural, que es s u ilusión, su m á s férvido afán; la i n m o r t a idad sostiene incólum.e en la obra el vigor, su lozana
juventud, haciéndola ctermí, deja r e tenida su vitalidad que alienta entre la
realidad y el ensueño.
E s t a obra, apareciendo en c! m o mciuto actual, tropel de m u y contrapuestas modalidades, de Inciuietudes (pie van ciegas tras el anhelo de
nuevas emociones buscando saciar su
sed en la oritíinalidad y exotismo. !:".in
urcocuparse casi de 'a belleza, acaso
para n^uchos resulte bibrida, también
fuera de lu'':ir: p e r o su preseníacif r
en ic'sta verdarlera orgía de expresiones, más de la inlclígencia que de^
sentimiento, ha impresionado, sin cnib.Trfío de manern honda; su expresión apacible^ serena, aunque ninguii?.
noveilad aporta, ni produce la c m o -
'Virgij\qr,
preeiosn cabrritir dh-a i<r\fi\nal tic!
artlsla Otero.
ción fiRTlc, coníiem.' c-l uricanto irresistible (le !o t[iic no iiíisa, de la llnr
p'rivikííiadn o inin^rcliila.
Insi>iránrloiii:i,'í en afine II a bellísi ma estrofa d c I poe ta, q ue (1 ico;
" M i e n t r a s exista una mujer liabrá
p o e s í a s " . (hJrcmns: " Mieniras haya
t a n sólo iin átnmn de scnliniiciUo,
,Ia hcllcza existirá; de todo y por
encima de todo, ella triunfará".
Kl conciirío de cnrte'cs para c-I
baile del Círcnln de Bellas Arles 1M
sitio este año algo fíojo; no obstante
la (ixtensa colección,, causaba un
líueii efecto^ p u e s había
balseante
bueno donde poder cscot^cr. La originalidad, virtud esencial del cartel,
n o 'tra ciertamente nota que sobresaliera, pero tampoco faltó, y aun<|.io anduvo parca, consiguió, a pesor
de ésto, hasta llevarse el segunda,
premio. Kl buen gusto era, nota corrjeiuc, tanto c o m o ej buen hacer,
en general respecto a la buena factura \' aniiLiinas brillantes de color,
Cu 11 los premios estamos coiilormes y no Lo estamos. Como e| cartel, a nuestro juicio, debe ser una
ex|.rejión original y alyu estilizada,
a :?iás de una a r m o n í a brillante <le
colur, por las dos primeras razones
no a c a b a m o s de estar del todo acoi^LÍí'3 con el primer premio, Tocajite
a tonalidad, el lema " J a - J a " es nota
<lc un grn vigor, aílmirablcmuntc armonizada y de una diafanidad extraordinaria; pero la idea está desarrollada de m a n e r a tan complicada qu*,acaba casi por desaparecer bajo el
brío de su entonación, resultando su
forma muy barroca e inconcreta su
(•^-presión. Con el s e g u n d o eoincidiiiiOft, porque " S e r p e n t i n a s " contiene por completo tof!as las virtudes;
necesarias, sobre todo la tan escn
i.iril de la originalidad:' ninguno como éste la posee; es la nota única
de verdad nueva en ¡dea y realización: arlcmás, hay en su estilizada
forma cierto sello etegante apropiad o al caso. Kl tercero, " F í o r e n z e " ,
nos gusta mucho, es cosa ñna^ de
gran distinción, ¡lero m á s que de cartel tiene dotes de ilustración; su lugar lo hubiera ocupado con mayor
afierto aquél, sin lema, del píerrot
bailando con 'a Minerva, idea qiis
la' vez va este tocada: m a s por su
forma tan del día parece original; o
también " J a l e o " n o hubiera lieclu.
mal papel en este sitio; este es otro
que aun cuando tampoco tenga y-T
novedad, aparece c o m o si la' tuviera. Y el cuarto premio, " C a b a r e t " ,
aunque reconocemos que e s ' uh cartel de factura excelente y bonito cié
entonación, con la lig^ura m u y b'icii
mcivifia, lio nos convence, iio acal ¡a
de llenarnos, pues le e n c o n t r a m o s un
t a n t o vulgar, lo misjno en esencia
que en la forma de suicxprcsión.
Después hallamos varios que nos
a g r a d a r o n , y recordamos con g u s t o :
" M e r i r ' , p o r ' s u bonita tonalidad:
" C a s c a b e l e s " , como n o t a de gran
brillantez y color; "1930". porque es
una silueta r o m á n t i c a modernizada
corj Inien gu-^tr •
E n . esta vez lian estado algo fjébiles nuestra Ic.gión de carteüslas. v
algnno que otro m á s débil: é s t o . s i g nifica iiidniencia o exceso Ú'Í> .producción; cualquiera que sea el m o í i y o , é s
niencster reaccionar un pocq,.,!:^.;:'
brar energías y sacudir la apatía ,o
jiereza para que este matiz de ¡nupstrn p.rte actual no empiece a perder
lo m u c h o alcanzado en cstur t e r r e n o ;
sería lástima que e s t a modalidad, ,IJ-|Pra c o m e n z a d a a estar en d^-Rlen;tud do au vigor, decaiga y pierda, ,fu
interés. Mas no nos alarmemos,, ^-^i
CL'inrusífi ni demos rienda sue! 1,7. a
n u e s t r a vehemencia pues es easj. -^tí-'.xTo que a 'a p r ó x i m a ocasigniiíodo
temor quedará desvanecido.. - 1.;;, •
LOS N U E V O S V A L O R E S
E
xiste, evidentemente, u n a g r a n corriente de interés hacia la juventud, P e r o — d i p á m o s i o con sinceridad—no se ayuda a la juventud en la medida que debiera hacerse.
Ouisidra A L R E D E D O R D E L M U N D O — d e tan vieja y noble hi"torial—•servir de medio nnra dar a conocer a ióven'!'; de valer positiv-^.
A fin de 'oi^rrario. A L R E D E D O R D E L M U N D O se dirige a la juvenU-"\ C'^tirdirsa y t r a b a j a d i r a . ofreciendo su:; cnlumnn" a cuantos no^ envíen trábalos (> vi''Ecari.''''ción científica y de n u - v - . inventos, de raK?s V co'-tumbrc:;: de trrbaj'-s, en fin, cine ccncucrden con e l ' e s p í r i t u
tradicional d e A L R - E i D E D Ó R D E L M U N D O .
Q u e d a n cKcIuídos los trabajos p u r a m e n t e lit?rarÍos (cuentes, peerías, etc.).
A L R E D E D O R D E L M U N D O ha constituido un Comité integrado por píirsonm competentísimas que han tenido )a d c r e n n c i a de hac r r r e cargt.J de misión tan delicada como es la de decidir la aceptación
o nn cíe Hs nrifT'n?. i'ís encomendados,
A L R E D E D O R D E L M U N D O no devolverá les originales que el
Comité rechace, ni m a n t e n d r á correspondencia acerca de los miamos,
CusntOT deseen enviarnos SU:Í trabajos, deberán dirigirlos a A L R E D E D O R D E L M U N D O , A p a r t a d o 8,082. Madrid, consignando en el
s o b r o : "Colaboración J u v e n t u d N u e v a " .
E l m e r o hecho de acudir a este llamamiento supone una absoluta
conformidad con el espíritu y letra del mismo,. ..•--r..-.,•••- ••,- -ni ci,^: ,,.
237
'7,11 •jri'íJn del casto",
'
"'
^
•
" •
bronce original del
Otero.
artiíla.
• ' ' • • I : -
,
'•wr;
fe llalla situad;! en la llanura de la Mancha, entro los ríos Guadiana y Jabalón. Su casería
blanco, sotirc ci que se elevan torres y chapiteles, ofrece a distancia una agradable perspectiva. E! Rey Don Alfonso el Sabio, descoso de
c o n t r a r r e s t a r el poder y pujanza de la temida Orden de
Calalrava. d c l c r m i n ó fundar una población en el Icnnitni
de Alarcos. antifíua ciudad de Orelania, ctn una dé sus aldeas, llamada Pozuelo de Don Oü, cuyo noni!)re cambió
por c! de Villa Real. Quiso el Monarca fundador de la
" g r a n d Villa e h o n a " , como él la llamara, (|uc tuviese un
Tuáximo apoRío, pr.ra lo cual le concedió el [am.oso Fuer o de Cuenca, con oíros muchos privilcKios.
Pocos años después de la fundación,
D o n F e r n a n d o , y sr hacía, fuerte en la villa D o n Sancho,
quien con la ayuda de don
L o p e Díaz de H a r o y otros caballeros, se proclamó heredero
del reino, a la vez que enviaba refuerzos a todas partes, para
atender a las necesidades de la
Ku:rra.
Según Garibay, en el año
1421 el Infante Don Enriqi:e se
apoderó de la persona de Don
Juan n , y logrando éste evadirse del castillo de Xíontalbán,
hizo un llamami'.'pnto a sus reinos, acudiendo solícitas las herm a n d a d e s de Castilla, y en primer t é r m i n o , la de Vill.i Real,
por lo qiie el Rey o t o r g ó a dicha
Villa el título de Ciudad, o r d e n a n d o que dftsdc entonces se llam a s e Ciudad Rea'.
L a historia de Ciudad Real en
la Edad Media, e-stá concentrada en la lucha porfiada y sangrienta contra la Or<]cn de Calatrava, hasta que ésta f|ié incorporada a la Corona. Desde
aquel m o m e n t o gai;.6 Ciudad
Real • de los beneficios de nnn
larga paz hasta la invasión francesa, ya que esta provincia su-
moría el
Iiifa::lc
frió una de las etapas más funestas de la Guerra de la.
Independencia.
Circundan a I?, población campos de c c r e a k s , virie(lo.s
V arboledas. D e sus antiguas murallas, sólo queda la
'•P.ucrta de T o l e d o " , con algunos metros <ie iii^nallas a
sus lados, que, a u n q u e ruinosas, permiten formarse idea
de l a ; a n t i c u a s defeui^as de la ciudad.
Ciudad Rea' tiene el aspecto general d^- los r e s t a n t e s
lugares de la M a n c h a ; sus calles son rectas v s-.r-, c o n s irucciones anchas y bajas. E n los interiores, d i 1;;.? cR.ias
vicias, son frecuentes los •patios y carrales, aim<|i:e ya la
n^.jderna'arquíteclurn va cambiando el aniig-io ¡uijíecto
de la ciudad. El centro de esta lo constituye In plaz.T llamarla cíe la Constitución, formada ¡lor nn r e , " ini;>;'ü d e
1?0 i-i-s r'c l:^r,'To. / un ancho
.:n poco ir-c:::T: ÍT:^ rie sus frentes están ocupados i)or Lialerias
salcdizr.s snbrc iopi-irv'^s de hierro, y el cuarto por la Casa
Aytmt.i.n!Í'^:n -. q\u c.^ un bonito edificio de estilo g r e c o r r o m a n o . Tiene dos paseo-; ]irinc:pa!cs, e! de! IVudo y el deCisncros. y el parque Gasset,
ry.l:ho *ecici:^ [•mente coi
todo
c m e r o , Tiene una h e r m o s a r o saleda, qm'o'xo de m ñ í ' 'a, bancos y fuentes de cerámica sevillana.
Una cata renacimiento.
238'
U n o lie los monunuMiios más
in ten-san tes de 'a p o i), r<.i'i ón es
la " P u e r t a de T o l r d o " , pre-rioía
resto de 1a arqnitei-fi- T i r i ü l a r
del siglo X I V . e m p ' a z a d a al final de la calle de ToVrlo. nue
e.s el ]>rincii)io dei antiL;. n i-aniíno que conduce a la imperial
ciudad. Está declarada monumento nr.cional, y se c o m p o n e
de seis arcos de variada forma,
tlaiK[uea<los por dos fuertes t o r r e o n e s de planta r e c t a n g u l a r ;
debió estar coronada de a l m e n a s
con sus correspondientes p a r a petos, aunque hoy se e n c u e n t r a
ruinosa en la parte superior. L o s
•'• u's T-ópex. Posee esta,
(las arcoí; cxlrciiicis HOLI
inlesia I?, belli-jima imapen
tic estilo ojival, los iicdiade tm N a z a r e n o , atribuido
neros de los l'amados de
a Montañés.
luTradura, del ¡irimcr | R ' Iglesia de S a n t i a g o . —
riodo de 1.1 arfp.iitcctiira
(ofrece l>a«1.''nlc n a f c i d o
aralf-j, y ]ns centrales de
Con la anterior. E n el síestilo tróticu.
ulo Xyi
fué r e s t a u r a d a
Parroquia d e
Santa
Rrlablo ifr San Prdrn
r'e un m o d o tan disparataMaría de! Prado.—Eii el
'lo 'uic lia nrrdido erran
pasco del P r a d o se eleva
parle de su carácter. El tcclio, cubierto hoy por casetones
esta _igl;lsir-„ hoy Cátedra', \í. de estilo pótico de la decade yeso, oculta un valioso a r t e s o n a d o con a r m a d u r a
deiicia,_ y está fahricada de ladrillos con arcos de sillares.
de lazo de a cuatro, tallada
en el HÍJÍIO X I V , con
El abeldé, que íuó d com¡ciiz:T de la ccnstniccicSn de la
l>intura,s moriscas, que deben estar ya deterioradas
ijílcsia. dala de principios del sit-ln XV, Tiene ima orna
por !a<; obras de restauración. Esta iplcsia conserva
retablo del altar mayor, atribuido a Giraldo de Merlo. El
'•'braí de inter-^s, ermio los cuadros de la P - r í s i m a y S a n
mentación modesta siendo lo más importante el magnífico
TIdefonFo. y el retablo del altar mayor, con una efÍRic
camarín está a d o r n a d o con una cabeza de San J u a n Bantisde Sanfiaiío.
la, pintada por Caxcs. y un cuadro de la Concepción de
L u c a s J o r d á n . P o r el M o n a s t e r i i de Vc'éf. fué donado el
P o r ' a c'udad existen dÍ5emÍna''a5 a l p c n a s obras arlísri(|uí'^inio imrtaiiaz qi:c po5e- y la silla de Uclcs, de estilo
lie.-i-, de interés. E n Ja casa n u m e r a 4 de la calle tlel L i trólico, c|ue liov sirve de a.'^icnto iio-ntifical en eil coro de
rio se p':ede apreciar un h e r m o s o are:i mudejar
la Catedral.
1 p P i n u t a c i ó n . in^'abT-'a en el mejor edificio de la ciuIglesia de San P e d r o A p ó s t o l . — E s el templo m á s vied.-'l. pos^e tina biblioteca y pinacoteca pr.iv'nciales. a s í
jo y m á s i m p o r t a n t e , de ('e el punto de vista m o n u m e n t a l .
r o m o c' Senr'nario conciliar con s e r v í ifi m a s m tico cuaque exiüte en la ciudad. Kn la. fachada principal se abre
dra de -San J e r ó n i m o pintado p o r Ribera.
una claraboya de estilo ojival, y debaio de ella, una p u s r t a
E x c u r s i o n e s . — L a s excursiones m á s interesantes d e s con cinco archivoUas scmicir-u",ares claveteadas de puntas
de Ciudad Real a lugares próximos s o n :
(le diamantes. Se conoce e-.ta punrla con el n o m b r e del Perdón por encontrarfic frente a la cárcel y entrar por ella los
.•\ Calatr.iva la Nueva Í4.^ k i l ó m e t r o s ) . donde se e n ajusticiados. Tiene esta iglesia otras dos i i i t r r d a ; laterar u e n t r a el f a m o s o Sacro Convento y vcstipio.s d&l Castillo
les, la llamada del Sol. de estilo pótico, cii la íacliada de!
dé Salvatierra: a Alarc.os (8 k i l ó m e t r o s ) . lujíar de la fasur, y 3a denominada U m b r í a , abierta al norte, de estilo
'"n'^a bntnlla. «iondc sobre un montíciilo se eleva e' h i s árabe. El interior del templo fe divide en trc-. naves. E n
tórico S a n t u a r i o : a A l m a g r o (26 kÜóniclros). una de las
la central e.xiste un r c l a b ' o churrigueresco, de escayola,
ciudadclí más interesantes de la provincia, rica en casas
notable en su estilo. El coro,- con sillería de talla, es obra
solariegas, a d o r n a d a s con magníficos e s c u d o s : una plaza
del SÍK'IO X V I . Debe mencionarse la capilla, fundada a e x típicamente española, de las m á s bellas de la península, y^
pensas del presljitcro Coca, que conserva el sepulcro de
el Convento de los Dominicos, notable por su claustro e
alabastro de! fundador, un retablo gótico y un cuadro de
interiores.—P. N , T .
239
S i a ti I o III ó r i J en
• r.rr.EDReeves, cl director g e n o .
r:il de la N'alioiial Aiilonioljilc
C h a m b e r of Comerce. acal);i (k- imhllcar los datos preliminares del boletín anual de la C á m a r a : " r a d í ; aiirl
figures"
atfío así como " H c c l u i s y
c i f r a s " de la industria
americana
en 1929.
Estadística, pero estadística de la
m á s alta clase áci más graíide iiileTés la de " F a c t s and fií;ur[!s". P a r a
conocer exactamente toda la fenomenal importancia del auto moví] en
los E s t a d o s Unidos y, por consecuencia, en el m u n d o eintcro. se liacc indispensable estudiar esos datos (¡uc
míster Reeves acaba de facilitan
y que publicamos a conliniiación. H •
así únicamente como sci pue<ic tenc:nn.', ide[! precisa y clara del p u e s t j
principal y destacado que ocupa la
industria de los V'C'liículos automóviles
éiitrc todas las industrias... P o r q u e
se trata de hechos y de cifras que tienen la m á s alta íí^ranta oficial. Y cp
este caso. la estadística se salva iW !a
a c o s t u m b r a d a aridez (|uc la coloca,
g e n e r a l m e n t e , fuera de toda oportunidad e interés perioíllslico, gracias a
la enorme sujíerencia de los grandes
hechos y de las grandes cifras que
•e:i.--;eiia.
1
PRODUCCIÓN
A u t o m ó v i l e s y autocamiones fabricados en los E s t a d o s U n i d o s y en el
Canadá, 5.651.000.
Automóviles, 4,846.000.
Autocamiones, 805.000.
Poducción de c o c h e s cí?rrados,
4.218.000.
Proporción de coches cerrados, 87
p o r 100.
I m p o r t e de los automóviles al por
m a y o r , ? 2.952.900.000,
I m p o r t e de 'os autocamiones al por
m a y o r . $ 531.000.000.
Tni'inrtc de los automóviles y a u t o camión r s
al por
mayor,
dólares
3.4ÍÍ3 yoo.ooo,
Prncio medio de los automóviles a1
p o r n'.^nor. $ R12.
Precio medio de los autocaníione,-:
ni por menor, $ 877.
Valor total de las piezas y accesorios de repuesto, así como el equipo
df ••--'"fío al por mayor, d ó ' a r t s
92fi f^n 000.
Pr-^'lTic-'ÓT de nfun'áticn.s cu les
E s t a d o s Unirlos. 75.000.000.
I m p u e s t o al por mavor de los netitnáticos de repuesto, $ 600.000.000.
M A T R I C U L A C I Ó N ' - ^ ' ' ' •'
Vehículos de m o t o r matriculados
«n los E r a d o s L'nídos, 26.400.000.
Automóviles. 23.030.000.
Autocamiones. 3.37O.O0O.
Matricuiación mundial dí^ v c h i b u - los de motor, 34.700.000.
Proporción del a u m e n t o de la ma-
IrlcuLición
los
sobre !•'
astados
1928, 8 pur
1 on.
Proporción de los automóviles del
minido en los Estados Unidos. 76 por
100.
Matricuiación de veliículofi de m o tor en el campo, 5.800.000.
Total de millas d e caminos pavimentado.s, 6CQ,000.
N ú m e r o total -de millas de camino;-,
en Ins Estados Unidos. .101(5.281.
Desembolsos para la ecMistrucción
de vías en 1929. $ 2.000.000.000.
N ú m e r o de ])crsnnas empleadas en
ol neiíocio de vehículos de mt>tor y
r a m o s aiiálog'os. 4.300.000.
I m p u e s t o de RasoUna, $ 415.000.0(10.
Total de impuestos sobre vehículos
de motor, $ 925.000.000.
RELACIÓN ENTRE LOS AUTOMÓVILES y OTROS NEGOCIOS
N ú m e r o de furgones de vehículos
de motor dcspaehado.s por ca^^^-l por
f e r r o c a r r i l e s durant-i el 1929,
3.r.oo.ooo,
Proporción del caucho consunn'do
por la industria de automóviles, 85
por 100.
Proporción del vidrio empicado en
la industria de automóviles, í)7 por 101).
Proporcii'in de hierro y acero eniideado icii la industria de automóviles,
19 por 100.
Proporción de .cobre empleado en
la industria de automóviles, 15 por
100.
Proporción de plonio empleado en
¡a indu.'itría de automóviles, 27 VÍT
100.
C o n s u m o de f^asolína en la ÍTUIUStria de automóviles, 80 por tOO.
Consumo de g a s o j u a por vehículos
de motor en 1929 en cajas (le •IS
fials), 297.000.000 cajas.
(-'oiistiino de c a n d i ó en bruto c[- la
i ' " h F ' r i n (le n.uInmóviles durante el
año 1929 (Ihs.), 913.920.000
C o n s u m o de tejidos para neumáticos d u r a n t p 1929 (Ihs.). 287.000.000.
AUTOCAMIONES
Y
AUTOBUSES EN S E R V I C I O S
.-^utoc.irnicnés en servicio. 3.370.000.
D u e ñ o s de autocamiones. 2.4i50.OD0.
Autobures en servicio, 95,000.
Escuelas asociadas quc militan el
rervicio de t r a n s p o r t e en vcbiculos de
motor. 16.500.
.'\utoliuses al servicio de escuelas
asociadas, 43.000.
Autobuses al servicio de 'as I£ml^rcsas de tranvías. 11.500.
Autobu.ses al servicio úc^ la? E m presas de ferrocarriles a vapor, 1.900.
'•" ••-••'—>'• •'. tranvías que ntt'liran
a u t o b u s e s , 30(1.
E m p r e s a s de ferrocarriles que utilizan autoI)uses, 70,
E m p r e s a s ferroviarias que ntÜiza'i
Unidos
autocíimionea como parte del servicio
de ir.'insporle, 75.
A u t o c a m i o n e s al servicio de la i
Envre.<:as de ferrocarriles a vapor,
7 000.
VENTAS EN
EL
EXTRANJERO
N ú m e r o de vehículos d-e motor vcudiílos fuera de los Estados Unidos
'exportaciones de los Estados Unidos y
iiroducción
del
Canadá)
!.015,000.
fir.norle de ]cs vehículos de motor,
r!e las piezas y de los n^raimáticos
• -'dido'; fuera ríe lo.^ Estados Unidos, $ 757.400.000.
P r o p o r c i ó n del a u m e n t o de vcnta.s
en el extranjero sobre las de 1928-
23 por lOq.^
Proporción d:( las ventas efectiiadaá
fuera de los Estados Lniidns, 18 por
100
N ú ' ' i e r o de vehícuos de motor importados. 710.
DE
VENTAS AL POR MENOR
VEHÍCULOS
DE
MOTOR
EN L O S EE. UU.
N ú n í c r o total de revendedores de
auiomóvi-es y autocamiones, 5Ó.3ÜÜ.
t.iarajes púhlicos, 51.200.
Estacinuicb; de servicia y talleres de
I eparacioncs, 95.800.
l'-stahlecimientos para la venta de
repue.Uos. 76.(iOÜ.
l'.siaciones para la venta de i-asQlina. 320.000.
Bombaíi de gasolina en uso, 610.000.
JCu responsabilidad del
anuncio
. I. Tnhunal de Gcmercio, de P a r i i ,
- 1 - , ..r^^bn de ver un prcceso muy original. On lector de un iK.'ii;dicu n... cit-rü, seducido jKir el a n m x w de c.cr..s
operaciones de B o l ^ , ix-rdió una u . . .
te ,^uma, c iuineilialanu-nte presentó una
demanda contra el i^chódiat, i)i-et,.'iidten(i'-' que ¿.Sie le iiideinniz^ise ([c| qu^c-brani•'O.- . , , r..ni:iai na hallado a favor de
la revista de finanzas.
Indiidabk-niente, el íiboyvid:. defúisi^r
se habrá apoj-ado en tni sencillo a.flumento. Si el letor realiza una brillaaite
operación financiera, sÍRiiiendo los conSí-'jos dul ainiiido,, ¿hubiera dado porticipación de la t^Lnancia .il periódico?
I-a -sentencia es nmy interesante iwra
l'.s periodistíis, pnea, de nsilltar adver.«^o el fallo, coiinienz^trían a Ilct-er fado
generi-. de reclamaciomc-s, y los directores de periódicos, antes de iitserlar
(-:'ak|uier reclamo, un ospccífioo para el
cr.'ciiniento del cabello, por oji-mplo, ;
verían fhlíga<Ios a ensayarle en su •
he:ía • ei; ¡a de un redactor alnpócir
para no e.-^p mersc al pago de daños y
i:erjuicios.
., > •. ,
EL SÉPTIMO ARTE •
lllllill»!'
»i
iiiiiiiiiitiiiiliiiiiiiiiiiiiiiiiii>.r..iii.
i<Miiiiiiniiitiiiiiiiiimiiiiii|iiiiiiiiiimiiliiiiii]iiiiiiiiiiiiiniiiMiiiii]i»iiiiiiiiNiii»iilllllliililllllillIIIIIIIIINilllllllIllim
n
iiiniiiiiiii.i
u
'ilotu» curiosas
Pero lo que más impresiona, lo que
transcurren entre una fuerte tempestad
lino no soñaría nunca, es el reparto;
—dice el ffran actor cómico—creí q'_'c
EÍISD;-: (|IIL' el ciu^ SíJiory hlza su apa.lohu Gilberl, Marión Davies, Norma
me dejarían permanecer " e n seco" dui-ición. íL" lian hcclio loda tlasc de
Shearer, William Haíncs, Jcan Crawrante algunos nramcntos...; per-;' mi incciiijctiiríis acL-ixa de cuál lia ác íord, Bi:sít.T ICea'ton, Bessíe Love, O i a r grata i>rofesióii no me permite tales voser su porvenir y desenvolví miento.
les King, Lioncl Barrymore, Marie
ruptuosidadcs."
Algunos, nuiy pocos, no alcanzando a
Üresler, CJus lul\vard»„. Karl Dañe y
iEíhvard Sedwínck, su director, !e
•divÍKir los vastos y luminosos horizontes
George K. ArCur. Slan l a u r e l y Olíhizo filmar, seguidamente, una escena
(juc se abrían a la inicva mcudalidad cinever Hanly, C:nrad Nag^d. ,-\.uita Page.
en la que se va de cabeza a una pismatografíe;!, llegaicii a negarle tixla iniPolly Moran v Gwen Lee.
cina de un club náutico, en la que pasa
jiortancia y sjgniñcación en el orden de
Todas estas estrellas det cinema se
graiKles apuros por no saber nadar, eslas aplicaciones. Otros, en núiner.i más
ren secundadas por los famosos actores
tando a punto de ahDgarse.
considera:!)le, pretendieron Cjiíc l&s grancV la escena liablada v del music-hall
Y como p:sln's tuvo que liacer otra
des films del ííéiicro dramático deberían
Clííf Edwards (líkulufe Ike). Nalacha
escena en ía que figura que •va en un
continiuir siendo silenciosos y c|ue la so- \at1ova, Jack Beiiny, Rrox Sisters, los
bote de mctor tomando las escenas de
noridad ([uediLría exclusivamente p;ira la
líounders y Albertina Rasen, btn,!ci.
una regata, j ' cae también aparatosa•opereta y la revista e¡neinatojír;tft«XH.
.'\.dem:Ls, esta revista ofrece la re\-clamente en el agua.
Bien pront^j la realidad se lia encargac'ón iiisc&pecha<ía. de Marión Davies,
" A s í es que ÍI-ÍÍ papel en esta pelícudo de desmentirles a ti.Klos; r-lumUimeiiJoan Crawíord y Q>nrad Nagel cw.r.o
la nn nucde ser más " húmedo,", termite a los unos, y a los otros en parte.
tres magtiificos caiiznmtistas.
na dicicntl:? Bi:ster ICiaton fiilosóficaHoy no es ya nada avciiUirado ;L-iegumente.
rar que -el cine sonoro ha triunfado en
Continúan
los
ensayos
para
empbar
el
todas sus maiiifefitacicnes. lüi el drama y
En una carta de S. Tristmi Webb al
color en IJÍ¡S películas, es decir, los coloen la comedia, ccuno un c:mplenicnto vaeditor deJ "Daily Telegraph": son. vi^
res naturales, que realzan notablemente
lisísimo que les dará mayor efectividad
iiU valar fotiígráfico. imprimiendo, al es- vamcnte criticadas algunas películas
y realismo, y en la opereta y en ía rcproyectadas en Ta India, en las cuales
cenario un vigoroso realismo,
visUi. com,:i iu propia razón de ser.
se da una falsa visión de la vida y de
.-\ ¡«sar de que eí calor no ha llegad':- a
Ciñéncioncs aliora a la revista cinemalas coslmnbres del Oodcíente. E l , auia perfección en su aplicación cincmatográfica, sus ¡MisÜiilidades son ilimitator cree que la visión de Í2.Ies pelícutográlica, mw atjievemos a a.segurar que
das.
las sea sumamente p : r ju<|iicia.l para la prontíi logrorán vencerse totUis las difiSi yn do tle^ipo liemos convenido en
impresirm y fa -influcucia qtie estas
c(ditades, pues I- I;. técnicos trabajan inque el cine g':za de enormes y múltiples
proj'ecciones pueden ejercer sobre las
Lesantemcnte para resolver tan íntiTi,'ventajas si Jire el teatro, en general, fájjoblaciones ind'.gei'Ki'j, poco instru'das.
íante asunto.
cilmente,se eclia de ver tjne es en la reijite ac.iban p . r considerar nv'.iy mal los
O
vista donde se liarán más notorias aque•pueblos del Occidente.
A vida de BuSt:r Kcatnn ^e reíujo
llas ventajas. |K>r tratarse de un género
•
a
un
constante
reniujón
diir;inte
la
teatral cuyas principales características
fiímación
de
su
última
película
"
E
l
caEn
Londres,
bajo
los auspicios'de la
son la riqueza en la preS'Clitación y los
meraman'*.
Film Societ\', ha dads- ua-i serie de
sorpreralcnilcs efectos de visualidad. Y
" D-sTJués de haber estado traba.jaiT:l'.".
ciinferencias sobre técnica cinematográen cst« asiwcto forzosamente hemos de
durante tres días en unas escenas que
fica el director ruso S. M. Eisenstcin.
convenir en que el cinema no tiene Tiva!
y que su enorme capacidad econóinxa y
su it-cnica adm¡r:d>U. habrán de depararnos grandes s r p r e s a s .
D
©
. --
En breve se proyectará una película
SCmora titulada HoUyivaod Rcvin'. que es
la primera irevísta verdadera, que ha producido el cinc sonoro y su demostración
•de las pitsihilia'ilfs q'jc pue<lcn alcanzar
en él las ¡deas de los graiKlcs ])otíiilados
neoyorquinos del iiiusic-Imll, los scñ'rrcs
Zi'jgfcld, Carrol! y Wliite.
Los dibujantes, escritores, modistos,
masajistas. pc,r:um.''stajs y los individuo.
de diversas profeíioiies que Ivm iitlerveniílo en la prcnarncióii de los :(rtii;tas y
(11 ej montaje <\'.' los cuadros llegan a la
í.ibnlosa suma de 2,000,
K\ <Itirecitor. Clmrles F . líii'sner, ha
mav'dado r"dar 7on.ono'irietros de iieÜcnla i>ara aprovechar .1.200, y de ncuerflo
con el jefe de modistos de M. G. M..
niandó confeccionar ,1.300 trajes, de los
cnr'cs han sido anrovechados solainxnte
T.Sofi. ,Er supervisar musical, Arthtir
T-angc. se hizo asistir-poír diez famosos
composit):res an-vcricaiios.
%
Li¡ cdchrada
estrdJa
Norma Shcarer
cu «iirt •"!'•—n > i-.tmin ¡if ¡a f-rlinila
suerte".
"I.a cliíoi 'le la
Xo s
L
progresos
O J
i Astrnncimía e s - u n a <le las creiicia'J cuya enseñanza niás necesita flci método intuitivo. L o s
movimientos ajiarcntes áa los astros
parecen estar en contradicción con los
moviniicnios r e a cu, establecidos por
cl sistema de Copérnico, y la piCrfccta
comprensión de estos movimientos
rcr.lcs n i í ) n l a para tjue !a imaginación se familiarice con los nioviminiit c ! auaroníe^, Di'sdc que Copcrnico
f-'r-h^r-i-tñ su sistema a t.«odiados del
sicílo X V I . nialem.áticos v mecánicos
re f)íi'—.rnn a cnnstrnir aparatos para cxn'icar a' viitpro n i á s t i c a m ' ' " ' ' ' dic'-n --'stcma. Tal es el origen del pla.n.'-'nrio. .
Eii la Aliadía de E s t r a s b u r g o funrínna constan temen te, desde el año
1843,. un magnífico reloj planetario,
obra ir.aostra de Sclnviljíués. En el
Mu^eo Alemán de ^í^^licl^ existe otro
planetario <Ie (íraiidcs di mcnis iones,
construídn por el inírenlero F. Meyer,
cuyo funcionamiento
mecánico
es
pcrfcctisimo. Y, desde niños, liemos
victo c:i la flscuela o t r o s iilnnctaríoí
m á s modestos, en que los ptaaetas,
rn-i^tos a varillaR. giran en torno al
Sol. y los satélites, en torno' a' los
plpnet^s.
Pero, -en rca'ídad; los planetario-í
escolr.res, como todos los planctario^s
piameiñrio de
mecánicos, sólo sirven i i a r a ' f o r n i a r s e
idea del t a m a ñ o relativo ríe los planetas, de su distancia y de su movimiento " r e a l " . A h o r a lii'jn, si en teoría interesan m u c h o los movimientos
reales, en la ]iráctica interesan m u •
d i o m á s ios movimientos aparentes.
Tyos movimiento.'! apañantes son los
ti'ie interesan al aviador y al marino.
Y de 'os movimientos aparentes de
los astro.'i no da idea cl planetario
mecánico. Explicad la Cosmografía a
un a l u m n o de Aviación o Marina vn
presencia de un planetario mecánico;
poned'c hieeo fren^-al rn--'Tn'"ilo e-iirellado, y veréis que su ima(íinacir¡ii
se de-;oricnta. que sus conocimientos
teóricos no le sirven en la práctica.
P a r a poder estudiar c ó m o d a m e n t e
los movimientos " a p a r e n t e s " de los
f.stror. lia^ria que disponer tina bóvr-rl? hemisférica, c o m o la del cie'ü,
donde los astros correspondientes a
cada linrÍ7ontc. representados
por
ptmtos luminosos, recorríeisen sus trayectorias aparentes con la suficiente
r^nidez. i)ara que el movimiento pu diera ser a r r e c i a d o a simple vista. E n tonces seria fácil familiarizarfie inf.iffivr.mcnte con el aspecto y situación
''e las constelaciones, con el rumli'i
de los planetas o estrellas errantes,
con la posición d : 's.n estrellas fijas
prospección
respecto de toiloií lüs Iiorízontcs,
Éste problema es precisamente el
que ha venido a. resolver el i^lanetario
de p n r e c c i ó i ! , construido por la casa Z c i - ' . (le Jena, bajo la direrción
oeJ ing-^niero Bauersleld, e instalado
ya en varias ciudades alemanas, co:no Berlín, Munich, Drt-,=den, Duc.-",-;-Idorf. ]-Iamburf;n, H a n n o v e r , Lcip/ií'. Mamiiieiiii. Nvrcinberff y Stuttgart.
El peiisamiedto fundamenta'
de!
lluevo )^'anetario, c o m o dice cl astr')jiomn Kluebcr en la revista a l e m a n a
"Dic 'Naturwi.ssenschafdcti'*—es el sicruieute: I.as estrella'^ fiir.s. e! ."íol, la
luiK' V ).T: e'ilrella»; errantes, visibles
a simple vista, se han de rcprt'scntar
m un firmamento artificial, de tal m o do "lie c' esi-c'-tador reciba en lo
pn^-'i'e Iri impre'íión de liallarsí; !)aio
ri f,-.nr. — ^.-i^ v'^rdadcro. L o s m o v i mientos de Ine a'ilros Cl cítc -firmanient-^ artificio' se lian de "-ticedifr en
íiistf-S pro"orcioncs cmnolóp-icas. per-, -TN-i f-ilís- vclcridad'":, nrhitrariam e n t e elerilíles. que el 'espectador
.-•ip-'n. rflf-tiV córrodarn"'*iite cl curso
r'.'*..ln-S-f'^nó'''"'no^. cnsmicos., en pcjneri1. ea-fra'>rd'ti;iriamen+í' 'e^tito- P a r a
nbteiier e~ta ihis-ói'. Wt iii"f!nioco noarnto de Rroyección, provi.sto de p o lentas focos, proyocia e! cielo estre-
liado sobre la cara blanca interior de
lilla jjiUii;. u.y>C(iú' jif.Ikijj'^lkTíii. iiÜK- -^•
iiciiiu L:.Í i ' i i i b u ^ o . í^t~^ «..iLi'Ciiuj a p i i rt;i.i;iJ' uoi'itu i.e<^ui:iitja ^^,¡t^a
iiiiiiin.^-
sus-aojjr-tf la- ijiHiica c<>nca.viaaa u u c riui". iiíi se iitiiie cLtiuadü ue qiii; la
visia uci ouáturvaüor no ciicueiiu'u Sist e m a s ut I eíi,-ii;.i.ia eu ti IIILL.Í.^.I' .,,;
lá cuT'-.iia, laiüi como pilastras; lámp a r a s , etc., evidentemente no seráiJOaiij.í :.,;rcciar i.ii aíH't^i esjiacio obscuro la vcrdaticra cli.stancia de esic
cielo ariiíicia , y el [cnóiiicno se localiza autoniiiticíimeiite, p o - asociación
de r^-cuerdus, en el esj'aLio libre. El
i";¡ t c l a d n r -sc fi^nra, [.crfcclamcnic
ilusionado, <¡iie está eonlcmplaiulo ,-;o¡,re .su cabtva el linnaii":ent<i n^al...
T'ur el mi?nio ]'rocc<lipiieiito .^e prtiyeflan sobre este firmamento artificial
1,1-; ••••líigenea del sol y de la Uina y
los d:scns m.i-^ pequeño'? fie los i)l;tr.el:;s. Si liicf-M se loRia l u r e r K'^ar
•en forma adecuada al aparato qtie
proyecta toda esla.s iniágcnt'is, se obt e n d r á la ilusión del movimiento diur3Ío de In bóveda eylrcUada. Y si lueg o se logra comunicar a los dislintos
provee lores, correspondientes a los
planetas, tales movimientos, <|nc las
imátíeiics proyectadas se muevan adccup.daincnle snbrt^ el cielo artiticia , se
habrá obten i th» el fin deseado.
Para comprender la multitud de
dificultades técnicas, con que tan artificiosa construcción !ia de tropezar,
Asfccro
Ijr.slará recordar on pocas palabras el
funcionamiento, de la máquina celeste^
Rn cl centro de nuestro propio sistema está cl sol, en torno al cual giran por trayectorias eliplicas, a di •
(ancias cada vez mayores, una serie
de estrellas errantes, los llamados
lilanetas, y entre éstos la tierra. Los
planetas visibles se snccdeu en este
orden a r r a n c a n d o del sol: Mercurio,
Venus, Tierra, Marte, Júpiter y Ss
t u r n o . L a s trayectorias de Mercurio
y Venus están encerradas dentro de
la órbita de la Tierra, y la de los
restantes pipnetas envuelven a dicha
órbita. T o d a s estas trayectorias se
hallan aproximadamcufc on un plano,
respecto del cna' sólo se inclinan algunos prailos en cl caso m á s extremo. Como plano ríe referencia en el
espacio se ba elegido arbitrariamente
el plano de la ó r b ñ a d^ la Ti'-n.-x.
que se llamo eclíptica. I.as ir-ívi'ctorias
de los planetas se
modifican lentamente
. en el curso de grand e s inlerva'os
de
tiempo en ^-aianto a
íoriT-.a y posición. P e ro estas modificaciones son tan pequeñas, que han de despreciarse en cl planetario.
Los
tiempo?
que los plan-elas invierten en su traslación en torno al sol,
crecen a medida que
crece la distancia del
astro central. Mercurio da la vuelta alrededor del Sol en 88
dias, la T i e r r a en un
año,
Júpiter en 11,
S a t u r n o en 29 años.
En torno a la T i e r r a
g i r a . la L u n a en 27
días y pico,' por nua
. ,, . ,
iraj'^eítoria
ligera•-••"•••'•u-'•'"•'•'••''líente dííitíca, que SÜ
'•1
-f'i
>>.''; .*'•" .••'.-j _E¡¡pt/inotffÍa
de
proyeccién.
de íii í'cWvrfo a¡ e-rli-ríor.
t.xJ!-j:J',-i'
••
•
243
.
•
inclina respecto de la elíptica unos
5 g r a d o s . L a velocidad de los planetas y de la L u n a no es constante en
todas las partes de su trayectoria.
M á s bien es función de la distancia
a! centro de] sistema, la cual varía
por la elipticidad de la trayectoria
planetaria. M á s allá de nuestro sistema, en el espacia infinito, vemos
el m u n d o de las estrellas fijas, d-:
las cuales a simple vista percibimos
u n a s 6.000. E n t r e ellas .se cuentan la
zona de la Via Láctea, las consteJaciones y las nebulosas. Este, cielo estrellado parece a s i m p e vista invaríablf; a través de los milenios. La
T i e r r a gira «n su rotación diaria en
t o r n o a un eje, que se inclina respecto del plano de la eclíptica unos
23 grados, y produce por esta rotación el movimiento a p a r e n t a diurno
de h Ijovctiu uci cíe) o. Ir'or otra
p r r t e . la dirección de este eje en t i
ec-pacio es variable, puer describe en
f-1 cur"/! de 26.000 afios (el llamado
' a ñ o p l a t ó n i c o " ' la fiju'fa de un cono, ''• al es --n po'MS pLlabras la descripción copcrnicana del m u n d o .
A h o r a bien, la misión del i)lanelar¡o
h l de ser reproducir el aspecto J e
isñz t-Ie'o estrellado desde cualquier
p u n t o de la superficie de la T i e r r a
y eit cualquier m o m e n t o , ya sea el
actual, ya otro anterior o posterior a
c! en miles de años.
La imaginación se a b r u m a al considerar la multitud de dificultades
técnicas, que habrán tenido que resolverse, para construir un aparato
que responda a tan m a g n a s exigencías. P e r o todas esas dificultades se
han venciilo. El planetario de proyección es acaso una de ^fis creaciones
de que el h o m b r e puede estar m á s
orgulloso. P u d i é r a m o s decir que el
a s t r ó n o m o que gobierna el funcionamiento de lan complicado aparato e i
la encarnación m á s sublime á^ la
h u m a n i d a d racional.
• • ,.
-.,;,.
. EMILÍO
R. . S Á t ) l Á •
X o s
Siac.ehaualia
o r í
g e n e s
:<
i.i-/\ en el hosque sagrado de
Stimiila, cercano a la enibocatkira <IeI Tiber, p r ó x i m o a
R o m a V aun más cL-rca de los muelles y atracaderos de Ostia, el p u e r t o
principal del comercio latino, óycnsc
de noche íjrilos afriidísinios y cstridiciiitcs, KC'Ip'-'í'f 'l*^ músicos iiislrninciit o s / t o d o el jaleo y la a'fjazara de las
g r a n d e s fiestas. L a s t r i r r e m e s . m c r caiilcs dudan en acercarse a la cofita,
donilc lal vez las llama con pérfidos
lialagos otra Circe; huyen en todos
sentidos las aves pobladoras del Ijos,que, consternadas ante c] e s t r u e n d o
inusitado que apaga el leve r u m o r de
las hojas y el tran<iuilo correr de las
fuentes; la luna, vista a través de
r a m a s y troncos, parece un a s t r o lied l o tri^ías cnyos pedazos p u g n a n por
juntarse.
A
F,n el interior del bosque celébrase
con luco regocijo, con furiosa alegría
rayana en la desesperación y m u c h o
m á s allá de los límites de la borrachera, las fiestas de líaco, e! Hernioso
(loncc' coronado de p á m p a n o s y hiedra, vencedor de los tirrcnos, hijo
rdofitivo de las ninfas, rival en belleza del m i s m o Apolo.
Fantástica iiroccsíún f|i]e parece
arrastrada por los huracanes, corre
por sendas y vericuetos en dirección
a la estaiua de " D y o n i s í u s " , y sólo
Se inlcrrunipcn las carreras frcnélic3í:
para dar lugar a bailes epilépticos y
a danzas i n en-ib I es. . \ m i a d a s con el
tirso, de cuya pifia d o r a d a penden
cintas y p á m p a n o s , marchan las bacantes, apenas veslldas con una piel
de fifrrc; otras hacen sonar los címbalos, los sis tros, las flautas y los
crótalos. H o m b r e s disfrazarlos di- s á tiros y silenos, coronados de hojas dr_vid y e m b a d u r n a d o el roslro con las
heces del vino, alumbran con antorchas la desordenada cabalp:ata o b'aiiíicn las aííujadas jabalinas, enfundadas
de flores: turbas de niños, próximos
a entrar en las iniciaciones dionisiacas,
corren a vanguardia y se extienden
por los flancos, sin m á s traje sobre
su cuerpo que un c i n t u r ó n con hojas
de parra. F a u n o s y fauncsas, m é n a des y sacerdotisas, hombres a píe o
cabalgando en b u r r o s , cierran el cortejo, y suelen a m e n u d o quedarse
a t r á s p a r a e x p r i m i r en las crátcra.s el
z u m o de las uvas.
Hl íiusto del ídolo aguarda impasibla sobre su pedestal a las víctimas
y a los sacrificadores. Cuando la turba de éstos llcRa y se esparce en torno suyo aimienlan la alfjarabía y el
bullicio; la (ichrc de la música y de
la danza contagia a los má?; reacios y
enardece, a los que y a estaban vencidos por la fatiga; el propio " D y o n í sius". pafeco dirigir bacía el suelo sus
d e l
ojos sin pupilas, buscando eu la hernia que le sustenta piernas que dancen y brazos que se agiten.
Cuando el alba r o m p e y a s o m a el
sol a flor de tierra, marcando en el
horizonte manchas cárdenas y sanguinolentas c o m o si r a s g a r a el cielc^
haciéndole daño, sólo el dios de piedra se mantiene en pie en medio de
los restos y postrimerías de la bacana!.
JCupercaUa
C
onuKs las calendas de marzo.
'r<KÍa,vía líos ví'eintos heladores
del invierno azotan los pórticos y
columnatas del F o r o ; los árboles de
la campiña rouiana extienden sus
brazoH desnudos c o m o imiílorando de]
ciclo las primeras hojas: aún hay nieve en las altas colinas que circundan
la ciudad de R ó m u l o , y sin e m b a r g o
los lupercos, desnudos como estatuas
grieg-as, untados "(fe aceite y sin m á s
adorno que una piel de cabra mal
su;ela sobre los ríñones, tlesafían !a
inclemencia del tiempo con su litúrgica desnudez, y preparan sacrificios
al dios P a n metidos en e! a n t r o famoso que se abre allá en la escarpadura occidental del monte P a atino,
sobnL' los vestigios y ruinas de los
muros |>elásgÍcos.
Pan. e! dios de los campos y de los
paslorcs, el dios cuya vida es un idilio
y cuyo cuerpo es una metamorfosi.s a
medio hacer, eleva sobre el pedestal
su cabezota de pelo crespo, arrima a
sus labios el dulce caramillo, y con
sus patas de cabra parece llevar el
comi)ás de la mri.sica. E s la provirleii.
cia camiieslre de Crecía y de R o m a ;
su meindica flauta congrega a los ganados y . a l e g r a a los arcaicos pastor e s ; su estentórea voz, que la ninla
F,co repite, ahuyenta a los lobos,
consterna a los malhechores, jione en
fuga a los enemigos de la reptiblica.
como sucedió en M a r a t ó n , donde lo-,
persas corrieron a la desbandada don^inados por un t e r r o r que se llainu
pánico por venir de P a n ,
¡ L u p e r c a ü a ! Todos !o.s sacrificios
son pocos para h o n r a r al m a t a d o r (le
los lobos feroces y h o n r a r a la única
loba buena, aquella quic a m a m a n t ó a
los gemelos R ó m u l o y a R e m o .
T.ns " l u p e r c o s " o sacerdotes de P a n
a g r ú p a n s e en t o r n o del dios y sacriíj.can una cabra y un ¡ierro; el sacrificador e m p u ñ a el cuchillo sagrado y
moja con sangne; la frente de t o d o s ;
q u i t a r s e luego la m a n c h a con lana
empapada en leche, y el pontífice m á x i m o reparte entre los circunstantes
la piel de las víctimas propiciatorias.
Abrense las puertas del templo, v
d e s b o r d a n d o hacia afuera la multitud,
i-omicnzari las Verdaderas "luperca¿44
e n r n a v a t
l e s " ; estupenda y fantástica procesión, ([ue no es lal, sino frenética y
loca carrera a través de las calles de
Roma, atropellando vendedoras
y
transeúntes, azotando con fustas y
látigos a las curiosas turbas y haciendo huir a los perros, cuyos ladridos son menos ingratos que el canto
gutural de los " l u p e r c o s " en h o n o r
del dios P a n .
T r e s días vive R o m a en íumuito y
bullicio inacabables. Divididos los lupercos en dos bandadas, corren frenético- dando al aire las palas y rabos
de las pieles de cabra con que apenas disimulan su desinidez; comenzados los himnos no <!an paz a las leucuas, V .eijiarbolaudo las fustas no d a n
paz a la mano. Jóvenes patricios de
las ^mejores Ifamilias de R o m a s e
uncu al cortejo lupcrcal, y apenas si
]>ude!i .'^eguir la desenfrenada carrera
;i ti>do galope de sus caballos. H u y e n
de los cruentos latigazos el m e d r o s o
niño, el pobre va'etudinario, el perro
vagabundo, pero las mujeres de R o ma buscan el golpe de los látigos,
cntiyendo que el fuslazo de las l u p e r cales hace fecundas a las estériles y
felices 3 las mal casadas.
El pueb'o rey se divierte; el pueblo
rcv es ilu'cño de la ciudad hasta caer
rendido y aporreado,
.'\ no ser en esta éjioca de libertad
frenética y licencia salvaje, ^cómo se
hubiera atrevido el pulciblo de R o m a
a silbar a César, el héroe de las Gallas, cuando Antonio, en medio d e
unas lupereales, quiso a d o r n a r las sienes del vencedor con la corona de
N u m a y de A n c o Marcio?
Saíiírnalia
L
A i»iebe, a m o n t o n a d a con ese hervor de las multitudes impacientc.«, aguarda en el F o r o la piresta del
sol y con ella el comienzo de las saturnales, las fiestas m á s e x t r a o r d i n a rias y estupendas que celebra R o m a ;
tan estup^endas y extraordinarias, que
el orden social parece resquebrajado
y roto durante siete días, las c o s t u m bres vueltas do arriba abajo, las condiciones civiles invertidas, y derogados t e m p o r a l m e n t e los d u r o s preceptos de la seca legislación decenviral.
Cuando c] sol enii»icza a ea'or y a
ponerse rojo, cuando las soberbias columnatas del F o r o , los arcos de triunfo, las columnas rostrales, los t e m plos y palacios que allá se asientan,
van a c e n t u a n d o su perfil entrle; \a5
s o m b r a s y parecen mía legión di?¡ fantásticos y negros titanes, un pontífice
de alba vestidura sale del templo de
.Saturno, dlcl templo m á s respetadt?
que ningún otro, porque desde q u e
Tillo H o s í i l i o le c o n s t r u y ó es el a r c a
santa del T e s o r o público.
Raja cl pontífice la grandiosa escalera, y al reunirse con mi pueblo
V07. e s t e n t ó r e a : "¡Saturnales!""' "¡ Saturnales!... "
Un ;ilts:re rugido clel pueblo acojíc
aquella r|c'dentora voz de libertad:
disemínase por las callea de la urbe
al grito de " ¡ l o safiirnalc!", y turbas
de esc'iavos corren a all)orotar y a
e m b r i a g a r s e llevando en la cabeza el
g o r r o de los manumitidos. M a n u m i sión temporal tan sólo, pero niuj- intensa por lo mismo que es corta;
siéntanse a la mesa do sus amos, y
éstos les sirven tCit vino y la comida;
cuelgan sobre íiis h o m b r o s aiiorrcados la tdga pretexta, y ÜUS dueños les
ayudan y visten; agarra el patricio
los bajos enseres riel esc'avo, y c¡ esclavo se sienta en las sillas cumies y
grita con afectación cómica: "¡Civis
roniainis s u m ! , , . "
Loca y frenética algarada de esclavos ebrios y de amos f|iie gozan
oyéndolos disparatar; ¡larodia ridicula
' U n solo r e m e d i o piieiic ciiríir
ri lü I liimaníii-'irl; I-.n F e . E s iltí
In F e »1P diinilc n a c e el n m o r . N o
Hmar a s u s ciieniiBtis es un .ininin B i o s . Ln ensi'ñnnzíi del i>ndr(.c« l i (.•iiscñ.Tii?-! i\i- C r i í l n r c l o v a d i
cu csf.n í-iHica por la F e , "
( L n aureiiln ik' I.T concieiici.T.l
F
t T, sonido lento y suave apenas
l>erceplib!e en la gran ciudad
-' lie una campana, atrajo mi
cur'i'sidad r."a m a ñ a n a tria y lluviosa de diciembre hacia una capilla d-,
aspecto h u m i ' d e en la calle de \*'crgnniaud.
I ' " pT.íici de c.-i,lialleros v.-^i'^:-;
de largí.s ¡evitas abotonadas bastn el
cuello y tncadn^ por amplios somhroro'í de borde plano y alta copa de
fieltro penetraban por una nucrfa románica t|ue precedía a u;i pe(|ueñn
ia'-din 'ine daba acceso a i.n gran salón de severo aspecto.
S.g'jiendo a los oscuros caballeros
i r e rffugíé en este lugar, ivi poco cttríosa de presenciar alguna cosa extraordinaria, ya que el aspecto de
m i s t e r ' o nue envolvía su porte y actitud decidieron mi atrevimiento, r e sultando ser arpifl lugar el punto de
i'eunión de los h e r m a n o s " A n t o ñ í s las ".
L a amplísima estancia está provista de u n a especie de cátedra, y por
encima de ella y adosada al muro, cu
i'ii cuadrante! de piedra se Ice la inscripción de "T,a aureola de la F e " y
que se resume !a doctrina que en
ella se profesa. A un costado del pulpito hay un gran cuadro que r e p r e senta el árbol de la ciencia del bien
y del mal, y al lado opuesto aparecr
en t a m a ñ o natural el r e t r a t o de] " P a dre Antonio".
_ E s esta figura principal de la iglesia antoñista la m á s extraordinaria
representación que en n u e s t r o s tiempos pueden lencr las teorías antifilosóíicas.
Nació el p a d r e Antonio, el prodigioso m a g p del siglo X I 5 Í , y él qué
- d e . ]a"-ciudBdaJiíaj^cchít-'pOr'H,C»5'^?;á[-'
• pitis d i i n m u t i o " ; comilonas i n t e r m i nables de, minuta estrambótica, d u rante las cuales el rey del festín, tilcgido entre los ^\sc]avos m á s humildes,
manda como mi déspota a sus comliaTieros y a sus a m o s ; coronan éstos
úii rosas a sus siervo.s y ]es llenan las
copas de los vinos mas caros; el es'clavo de un orador imita a su a m o en
la tribuna, c" de un magistrado administra justicia cómicaincnte, el de un
filósofo se pasea con gravedad sosteniendo con sus com]5Ínchcs larga y
])eripatética conversación.
F.n ios c a m p a m e n t o s , en los talleres, en las escuelas, en los tribunales,
en las villas del c a m p o r o m a n o co •
mo cu sus provincias y colonias, celéliranse de igual manera las saturnales desde el punto y bora en que el
pontilice saturnino anunció a la puesta del sol af|uclla " R o m a al r e v é s " .
Proliiliense las ejecuciones, condó-
Sedas
cristíanas
había de formar luego un culto tic
su recuerdo, en M o n s - C r o t t c u x , puebiccillü de la provincia de Lieja, en
Bélgica, eil año 1840. Desde los doce
años traiiajó con su i>adre, pobre minero, en la iniluslría metalúrgica, viviendo alternalivamcinlc en Alemania,
1'olonia y Bélgica, basta que se instaló definilivaiiienle en J e m o p p e - S n r Meuse, donde se casó con una dama
de 'listinguida pi>sición social.
Fué ciilonces cuando recÜnó la revelación del Señor, haciendo millones
de curaciones, t a n t o físicas c o m o m o rales, las que le valieron el título de
" c u r a d o r " , extendiéndose su fama rápidamente por la multitud de los prodigios que obraba con sólo apenas mirar a los enfermos y desconsolados.
Sin apenas tener noción tic las prinn-ras letras creyó firmemente en la
divina inspiración, conceptuando púl-lic;in-.enle innecesaria la ciencia pala conocer el verdadero objeto de la
vida, estimando sobre todo el perfeccionamiento moral de las almas, y así
logró marcar cii su cerebro y en su
corazón ciertos postulados que le sirvieron para la conquista de sus prosélitos,
" L a creencia en Dios resulta de la
inteligencia: la fií que en ello no se
opone !a hace palpable por el conoitimieiilo de s¡ m i s m o . "
L o que equivale a decir que n o es
en los libros donde se debe buscar
la existencia de Dios ni en el Univer'-0, sino únicamente en el e x a m e n de
la conciencia misma.
T.,a única niaiiifcslación doctrinal
del padre Antonio e.s el a m o r al p r ó jimo, completo, absoluto, a m o r uni
versal, la m á s pura exprcisión de confianza íiti^ se agota en cl seno de
•"'
245..,.
míseros mientras rfiiran aquellas fics+
' tas c(ue ponen la férula c n ' m a n o s del"*'
discípulo, el águila de los c a b a l l e r o s " ;
en el p u ñ o del más luiniiide legionario, la púrpura en el traje de los siervos, las haces del pretor al servicio y para salvaguardia del último de los '
esclavos.
Tales son la.s fiestas de Saturno, e n
las cuales los grandes señores de R o ma no sólo rien y celebran los a t r e vimientos y donaires de sus siervos '
e m b o r r a c h a d o s , sino c¡ue honran al
dios, al viejo Cronos, marido de C i beles y padre Júpiter, ofreciéndo'e
presentes y regalos, copas de plata,
crátera-;
labraílas. "corbcillcs"
de
aceitunas, higos de Libia confitados
y obras de los grandes poetas, t o d o
ello a c o m p a ñ a d o de misivas burlescas
o e x á m e t r o s fcistivos y disparatados,
Luia R o y o
Villanov».
Dios sin adición de d o g m a ni p r á c tica ritual determinada.
l'ara el ejercicio de estas doctrinas
de a m o r elevado se congregan ios
fieles en c?.\.^ gran sala de la calle
de V e r g n a u d . En breves m o m e n t o s
s',' reúnen m á s de doscientas personas de a m b o s s e x o s ; las mujeres vcslid-ns también de negro, con amplios
velos que les penden del s o m b r e r o
por la espalda.
El oficio comienza. N o hacen l a
señal de la cruz. Anles del recogimiento o la plegaria mcnlal, cierran
los ojos, tomándoseí las manos unos
a o t r o s en una cadena infinita, c o m o
si de esta forma hicieran el j u r a m e n to eterno de una amistad o de u n
amor, sosteniéndose de esta m a n e r a
varios minutos.
C o m o si obedeciesen a un espaciu
marcado de tiempo se sientan en los
amplios líancos del salón, y de entre
todos se levanta uno, el h e r m a n o a
q\iien corresponde cu t u r n o , y desde
la cátedra Ice con una unción singular la doctrina de a m o r y de paz que
predicó el padre Antonio y que fué
recogida por sus continuadores.
L a ceremonia que presencio a p e n a s
ha durado una media hora.
Silenciosamente van niarc liándose
de la iglesia los fieles, que deben r e unirsf periódicamente, q.uedando la
estancia cu la m á s profunda soledad,
t ' n o de los caballeros antoñistas se
deliene a colocar en un tablero a la
entrada de la sala un impreso indicador de cuál ha de ser el ejercicio
:L' 'ectura en la p r ó x i m a reunión.
^''i;,-amcntc me inforir.i •'[ este culto y me dice que cl padre Antoniose ha descarnado el a ñ o 1912, p e r o
su obra es continuada por su viuda,
la qnc " o p e r a " en su lugar en J c meiipe. Las curaciones de la m a d r e , ,
según me asegura cl caballero a n t o ñista, son sorprendentes y m a r a v i llosas,
.. !<• D o c t o r » C .
^or esos tnutidos
Staro y curioso
Xa v.ociiiit (Iv.l iiómnda
H
K ;;i|iií !;t e s t a i n ^ de un Imiiibr'.iiiúii'itti:'. (le las estepas ík Kbirg:ize en la Kiisia Asiática. Kn s-i: vida
de oc-iiTlioircí andar, han de ir provuitüLde todos los elementos necesarios para
•el vivir (le cada d'a. Viven en tieiidaí',
de fieltro impermeable y i)ruiito i n ^ r o visan su cocina. P e r o no su Ivjgar;
porque no lo tienen. Record<imt)'S—
bueno recirdairlioi con frecuencia-—i|nc'
1K> son sÍnónimo& hogar y C(K;ina. 1 .n
mayor parte de lo que llamamos li
garcs,- desciiRaficmonos, no son más i)iU'
cocinas. Y sus gentío viven espirituaimestilcs: Sin la qsiperanza de ell.:s,
meiite tan nómadas aimo estns qu"
tal Ve/, los iiiiiffüinos no fueran tan pu•cruzan las estepas tic a Rusia Asiática.
lirlos y rL-uiiratt:'s c . n sus ilustres visitas. Si lois pinsiiinos no se cond'.iccn
por tales móvikw. habrá que declararlos
•n'iuy superiores a muclios hombres...
üüil^Sísi
d^ara ios poetas
E
Jtacia las eslrellns
E
l. coríií es inia marttiria caJcárea segregada por iñuclus espacies de
zoófittjis, es decir, de seres qne constituyen el límite entre los animales j vegetales. \JÍS zoófitos qire pi"dncen el
ocral stfli animales que se nniltiplic.in
por una especie de geniíiíiion. De un
póliiK) bruta otro, que contribuye con
su j)orción de caliza que permanece fija, y dcs¡M]és protlucc un uiiev^o i>úlipü.
De estt; niodo los heníC'Sos corailcs
Se con-slituycn ]xjr un mcdicf natural;
cada capa rodea y corona otra, y en
ül todo toma la forma de una copa, un
í;banÍro, itn arbusto o una (n:txsa d_inusgo. Ksta especie de musg*;,' calcáreo
se fortalece con uníi mezcla de materia
animal cirnca.
s alñinms colcgi';s extranjer, r, \YÍ'
cc\\ú]K\ ballestero c|ue cultiva el
bello deiMjrtc del arco. Fie aq;n' ri •
Ixílla nuichacha cstudiatíte tied¡ci:da al
deporte. ¡ Bien apunta Itacia la.s estirelias I Como veis, además de d'-íporliva.
esta mncJiaclia es una ensoñadora (íel
ideal.
Es posihlc que no llegue la flcclri
hasta el blanco ideal. P e r o no c a b :
ducUi íle que la nuichaclm salx; mirar
serenamen¡te hacia h a]t:> y que será
una ballosU:ra admirable.
^ideilúaú ílv. un líen o
L
A fidelidad de los perros es un asunto viejo, |Kíró es tan noble y hermoso que -.'ix- u... se cau-;.. Je ctini •.\larlo. Mace |K3CO tiempo un automóvil
vulcó en lui camina y el pasajero que lo
conducía qnctíó gravemente
herido.
Ciiamlo uiwxs traseuntes vieron jxxo
despué-s a] veh.'culo destn-.7ado se apresuraroii a prestar su ayuda, y ahrienda
el coche vieron al hombre malherido y
a un jK'rrito (¡uc salió ileso,
Ellos condujeron al herido al hospital sin preocuparse del perro. Poco des¡niés vieron a! aninial c;iT¡endo descs]>crado CU) e! lugar del accidente. T r a t a ron de agarrarlo,, pem no lo consiguieron. Desde entonces el ainnial sigue en
el misinj hi.nar, escondiéndose cuando
ve que la gente quiere acercarse a él.
Un veterinario consultado sobre tiste
asmifo dij'O que era irn'itM tratar de s.'i
cario de allí, pues el perro no comería
en ninguna psirtc y niiíiiriria de hambre. El perro es el ñnicn aiii::nil tpi'j
mucre de tristeza al j u r d o r a su a m o .
v.\
!^^
Q^ingiiinos
F
INOS, -diplomáticos y estilizados pingüinos. Posen a macavilla el art e de la cortesía y bentileza. Ahora,
por ejemplo, ante la visita de la d a ma, todos saben adoptar cl aire distíntíuidü dci los fríos " c l u b i n a n s " , con
sus elcRanles fracs y las blancas y
almidonadas pecheras.
Entre la ceremoniosa cortesía la dama se siente halajíada. ¿Que extrañ a será que Uicgo corresponda ella
enviajKlo un bu$n cesío de golosos co-
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^
L I B R o S ;3
Catálogo de 3>rema Sspüfwla
dil<ul(' ¡mr h, Casa Rudolf
íiüilhl rcan popii (a res Cen o ules.
^
de su revolución, y describe d
despertar del pueblo más noblemetiie idealista rfe América con
rédos trazos.
p DiTAüos por ia t'ampafiía Ibe"
roaiiifricaiu
ele Publicaciones,
lian npnrcciílo dos nuevos
víih'imcntB r!e csln selecta bihÜOleca: "Milagros de Nues^a SeñiíTti", ultra íervicnte y devotu,
ilcl clcrigo poeta Ucrccs, g^randioso pncm'a de la literatura castclla.
na; y "RHiiar dcsimés tic ninrlr"
y "I,a luna de la S i e n a " , de
i uis Vílc/ de ("¡nevara. (|iic tepr«Kciiia cu «-'I Italrii i'si)afin] del Si
KIO de Oro alao esencial y viKor"Bíi, r]uc tiacc de él uiJa fitrura iliK^ia
<!e colocar junto a !a del mismo
I opi! de Vi'Ka; cl niá? eerlcrn. intcrprele del valor emolivo de las
leyendas iiopidares de los roninnces
y canciones.
COI! Apé»d!cc
Esfa
Pura
de Pn'usa
publicación,
única cu sil género
con que está editada,
Al pie de la Giralda, per Juan A,
Caves tan y,
se puede apreciar,
un cflemcnto
ICmociones andaluiias: el Guadalrjuivir, claveles, i>atios, guitarras,
la tierra del sur con sus Iielle/.as
ir.'anlillas, jacas, manzanilla. Tod.i
'iccliííOH, Kstc ts el libro, nntolDRia de una de las figuras más conipVtns Eii el cuadrri de las letras
ño
puesto
V /« Jndvsiria,
cos y revistas
tugal,
de España
hacer
gratuilamciUe
JiJAA' A.
flilPíE
CAVESTAW
DE l/i GlHAlDft
ci'omdn
de
qnc
pianíar
su.^ campañas
Ci-niiiU> v,i rsti' iruniiuüo. por Fn("pniií P'Oi's.
Inicia este librn la colecció-i ilc
OIJ.MS ciitnpletas de Eugenio D'Or:>.
c.ir.-eníada aliora bajo cl litma 'Ir
"Orbis Píctus". Aparecerán cuatro
vnti'iiiiencs por aiío. En todos ellos
campea lina ciiHurn prodigiosa, y
contri Unirán a difundir la enorme
íibi-n filosófica, literaria y crítica
del gran escritor catalán.
Mosse
estas,
S. A.,
que dicho
hecho
*t*- " - ' • -.
Mitología de Marli,
nández Cata.
a que
flU^S
Lydia
sucedió cu el trono a su
Aliantes
UM
Hora- tfndicf dr iilaflas ¡]a¡¡e¡ias. por Co
rrea Calderón.
El autor de este libro es una
Evoca este libro la vida y <! esde las grandes figuras del pcriopíritu de Galicia con justicia y
liamo hispanoamericano. Fervien- apasionamiento, fiando una idea
te defensor de .«uí'Stra cnmñn
exacta con sus temas de la mulcultura hispánica c india anle 1«
tiplicidad de valores gallego!. Temas todos ellos (ic Kran interés
y muchoSjde ellos nuevos. Por CFO
íst& destinado este tomo B una
am'plia difusión.
el
ai"io
acordes
rie puí-blñs que
que
en
flue
el
no
número
Creso
some-
aumentó
la
Casa
es mw
considerHÍjle-
Rudaíf
y
hacemos
de los. varios
la E,Tpos!eián
de
que le
Inferiiacional
y McduUn
Í'ÍCO
flfllC
preguntarle , pi
CveSO!
comrcía
otro
hombre m á s íe\'¡z, .contestó el
ateniense:
"¡Muchos!"
mayor
caudal—
interrogó amc&tazado e r aoberano.
—Xo,
más
dió
meiKs;
empero
dichosos...
cri
Y
se
cf-Ortunas
son
exten-
considera-
en guerras k-licos y humanaif.
dirle de que varón alguno, an-
le asigna cree Herodn-
to que pudieron per el
[ruto
(ic ciertas inínas inmediatas al
rio.
Pactoíb,
cuyas
aguas
arrrjstTabñYi arenas de oro, se;íi.in 'a
ííirnU:.
Después
df,
tes de su muerte
riesgo
pueda sin
\'anagloTÍarse
de
Y
ciertamente que la . for-
txma se niaaiiíestó más
conquÍ.stks
en una. cacería y fué d¡.'vpo-
inilitnres y de Tos tesoros nue
jado
prisionero
en
uarcn se pnidujo como el más
lialíilla
Timbrca,
liberal
dole <!c la hoguera ol
uiaguíificn
ile
su
corte
a k s sabios de lodos los países,
«deseoso de
aprovecharse
de sus conocimientos y de re:rear
tarde
muy adversa con Creso, pues
acunmíó. e^tr kgcJKlario nioy
su
ventura.
perdió ni heredero del tn>in
las
licTn]JO rilra>TÍ¿Io a su
su espíritu, nada
ofus-
bre
de
de
la corona • y
la
la
.Sclón,
que
libertán-
ineiitc pronunciara en lau t e rribles
momentos
recordando
SII5 Sabia.'; niáüúnas.
-A contar de tai desasiré, es-
dioses
enriqueciera
De
So-
tón fíuedósc admirado, cuajido
luEgo de - mostrarle
las
pre-
ciosidades de su morada y 'de
nom-
fcrvosa-
te rey que en tiempos
le oltirgaran.
heclio
riiTíJinlirada
cado en las mírccdes que 1''B
247
de
publicidad.
ciones encaminadas a persua-
fama
Hernández Cata, escritor representativo de las más puras
esencias cubanas, acaba de publicar un esplendido libro sobre Marti, cl glorioso creador de la nación de Cuba. Por el espíritu y
la acción,' Marti fué una de las
cúspides del mundo hispano, Pudtr
•cr un eran místico español, o _c!
iicscubridor más insigne La bisloria le hiío ser neso de amor
entre dos patria-s. Cerrando el Imperio con amor y ju^ticin. Tendiendo entre .Iis)iaña y Aincricn
cl puente de la tota! cnnlinuidad
histórica.
que
exigen-
mentc His heredados dominios
Las inmensas riquezas que h
por .\. Her-
a
esfitcrso,
— Tendrá
tió a su poder, com-ienen en
¡
/ fl.r nacionaiidadrx. por Friinuscí)
Pj y Margal!. Kdicioncs Mundo
I.iliiio.
Libro ya célebre. Rloriqso e inmortal, es éste de ennstanlc actua¡idad: inspirado en el tuás san"
federalismo, quiere la fraternidad
le los niicleos humanos, envueltos
wj la armazAn política, .pedagógica y juriiliea de un mi-^mo Estado.
Precursor de las niodcrnaa teorías
inteniacionalcB, es este libro de
uno de los españole* más-íntegros
y de espíritu noblemente liumano.
657
C
Jiistoriadores
E-stán
tengan
de las
la concediese, el Gran- premio
STE Último rey de
antes de J.
Paiiaramas tnciJconos, yor
cio Blanco Fombona.
necesi-
necesidad
cu virtud
en rrctimpeh.^a a sus métodos
p^dre
lo
cuando
de publicidad:
felicitamos
esfticrco
arasen populnren
E
en la ' emproporcio*iar
que
para
por su hahie
acreedora
de Barcelona
penrsulares del HÍKIO X|X y principios del XX. Cavcslany, poeta en
todos los monientos de su vida,
último_ retoño de la clásica escuela sevillana.
que
o iuduslral
i^mpivciablcs
columnas
Ibérica.
constar
oro,
elogio,
de Por-
publicidad.
comerciales.
Desde
han
Comerperiódi-
restiwen
de
nuk-U que el dé
al comerciante
dalos
por lo qnc
para cl
tarifas
cu su
otro
te,
cias
apar-
ulillúmo
cada día se hacc más conslanie
Helln ni'odnccÍfin li'-favii i!"1 '>
lili ir-ítirn. dnnde 1.1 i'ra'''.i ''•••• > ••iT s.illa. ''vprPFiada rn fnnnns fá,-:|,.s. iir'l.'i--. rasi ir-f-i'-l—'. ' N " fi'•11 ni ni tiiniíitna: colecció" modcrnn. T-a ñltinia edición oite ye IIIM
fii'- en 17"S, Los amantes de la*
\'-'-\s rcüihiráii en?' ^ll>oro?n nsfa
fl..-n casi inédiln , d d .prestigioso
isL-rilor.
'
en España,
consiiluyc,
y un estogido
constar,
presa no ha presidido
r
1930,
que conlÍe»e iodos los
cóH SUS coircspoiidicntes
¡Icbemos
S. . / . . ¡u-
de Hsfaña
Porlugai.
te del esmero
PústKri'x n BcU'-ii, ror T'inc de
W.i;a, Kilicioues •Rcnncimientn.
iUiKiia/ador.i [inrbaric del Norte,
cuyoH . -pelillos
dcnnnoió con
ini^stria y btio insuperables en su
libm anterior "Crín.taica del imjicj-idlisniD y,inqu¡".
('"' escribir cu defensa de la
Kipúhlica Dbminicaiia fué encar•-ulado'. y c^pulsadú. Se refugió
rn Cuba, y. Méjico, En Míjiro vivió durante varios anos la epopeya
Mossc JbiHca,
uiús rpcibido r! Catálogo
los
airas
templos
de
toda la Grecia, vióse obligado
a vivir de la g«iiertMJcla<! del
vencedor Ciro. '"'
CÓMICO/
AL
Coleecido lie aiiócdoiRB d'e actTices, Bctotes
DE/NUDO
y autores, con sos z&aioa de iníenio de ¡ánornncia
' r Q D O ' ' l ; 0 CONTRARIO
espectatbres eran flamencos de profesión, chulos de colmado, torteros y cíimtaf>res y bailaores de taljlaio,
IJoii Juüáii [^»mea, attor que fué de la clase <Ie dístínA pesar de eslía ¡íléyadc de incondicionales, hi obra
íínkiíis, en lo nue tocít, ;i IjonOittl ¡urtistica y educación
iba. de mal en peor, y eso i^wc tod:i la gitanería baci.i
l'iji'-sonal, autor de El ícñor Joiu¡ttut., lli padrino del nene
inauditos esfuerzos pafrai que la comedi;i llegase a puerto
y otras varias preciosas zarzuelas', y padre tlcl attuaí noíle salvación.
líiihilísijiio comediante Alberto Romea, tuvo en ciei-tfi ocasii'm lUHís amores fugaces con una primera tipit de su
Un espectador más sincero, y ajeno por completo a
compañía.
, intereses de amifitart'ni co(n,sÍderación, demos'trab-i su descontento golpeanil'o el suelo con los -pies, de una manera
O>mo !,;i actriz en cuestión no atesoraba iitás encantoá
poco dcliciiila y un tanto primitiva. A su lado estaba un
tiue luiít belleza nmy problemática, I>. Julián decidió
ílamenco (|ue sufnía lo índeciiblc viendo como aquel fío
rioinper a(iuelIos lazos», lo que consiguió al fin, a fuerza
parf-caba el fruto de .9U amigo el comediógira'fo.
íh frialdaíl c indiferencia.
Como en el acto seguiKlo el ^palteo continuase con más
Pero la tiple, que no se resignaiba fácilmente a tafuerza, ya el ílamenco no se jmdo contienen- y dijo a.su
niiifuL vejación iJe su 'amor propio, queriendo por todos
los meditís molestar a su infiel 'imiigo. b dijo un día en allxiroUiidor vecino:
—H¡ Giieiio, zeñó, ya está bien ! i Rezerve osté las otras
dos patas >pa( luego, que aún farta otro acto!
pleno .ensayo y dfelante •de todcrs los coinpaiñeros:
—'Oiga, don Juliúíi. Tengo entenidido que se va usted
alabando por ahi' de haber dhrtenido mis faivores...
Y Rííinea, que todo cuanto tenía de buen cómico teníalo de iiigiéniosf), resipondió:
—¿ AlaibaiKto?... Todo lo contrario, señora: i Acusántionie!
A R T E FTJR-0
UNA iCUENTA ^ N D ü E N T E
Un empresíirio de provincias, muy tnimposo, llamado
/o.sié Gome?, Rodrígnez y conocido más vulgarmente por
el apodo de el Buitre, en imo cíe sus accidfentaldos negocios había queda<ío a deber una muy res|)etable caaitidaíl
íi un pol1>re actor.
Esite i>crseguíá a sn deudo!' por todas partea, sin que
lograse ver un solo céntimo.
Pasaron mciws y meses—cerca tle dos años—, y ya
el infortunado comediante había dadto por perdido su
i:Hintíro, cuando una noclie se encontró en el café CnloniaJ con el diesaprensivo deudor.
El cómico, ü] ver al Buitre, le; saludó cordialniíentc, y
a renglón seguido, le dijo;
—Seííor Gómez, ¿cuándo me va ust'd a |)íigar a[¡i;cl
IJiquillO que me adeuda?
Y el Buitre, con su proverbial can\ clurn. responrlió:
—^¡ Qué ocurrenciate-tiene usted! i Cuándo le voy a pagalr! ¡Cuándo le voy a pagar! ;Usted se ha creído (lue
yo soy profeta?
Hn un teatro principal de Berlín se anmiciaron unos
UN MUDO QUIC HABLA
conciertos de obras de Hacndel, cxclusivatmente. y que
Dirigía el célebre actor T). José Mata pna excelente
el nu'isico famoso hiahríáde dirigir en porsoiia.
compañía cHi'aniática en la qu? figuraban, entre otros,
Como faltaran diez minutos pura empegar y se hu- tos notahilístlnos artísitas Concha Conslñn. Mantiel Esbiera vendido uii ñuiy reducildo número de localidades, .pejo y José Palacios.
el ^oi^ite dle la Empresa se áiihi a todos los diabios,
En sus andanaas por pueblos v capitales habían llegamás ([ue ijor el fracaso económico, pon el aji-tístico, pues
do a un' lugar de Andalucía, llamado AValá la R ' i l ,
se daJlial cuenta del disgusto que el gran compositor—que
donde en los úhimos dia.'^ de actuación, y para dhir n
aún no haibía llegado al teatro:—iba a experimentar al
atracción al cartel, se anunció el beneficio del prim.
ver la s a k vacía.
actor del elenco.
'Por fin, dos o tres minutos antes dte la hora antuiciaSiempre que D. José celebraba sn fn;ición de hoi'.or.
d;i, llegó llaendd, y el geirenite. qne esperaba cu la missolía! hacerlo con el populaír dn?..ma La aldea' de San Loma pulcrta. tras muchos rodeos se atrevió la comtmÍL-ar!e
renzo, en cuyo pa]íel de Cabo Simón estaba inimitable;
!a ttosagradail>lc noticia dci la escasez de público.
mas como su compañía era, aquella vez. ilé reciente for•Y el insigne maestro, lejos fdc enojarse, contestó sonmación, daba la ca.sualíílad <|ne n!ngu.no d-- los artista.riendo:
, ,,•„.„,• I
tenía hecha la obra.
—*¡ Magnitfico I Así .sonará mejor mi música.
,Como el cartel ya estaba becbo, y de una manera o
de otra, el ilriuna tenía.que( ir al d'a siguiente, el direcUN ES7^RE!N0 DK TAiNTOG
tor dijo a sus compañero&, parii Infundirles ánimo:
iCUando se estrenó la comedia D,c la AUiambra al Ave—iNo preoaiparse, EstiKÜad lo que buciiamfcnte pollano, original dt Jos^ María Granad:-, citsi toílos los
dáis, y, últimamente, como en la tíbra yo estoy ca.si
24fl
siempre en csíren-i con vosotros y me sé tmlos Ins p i peles (h cabo a i-aibo, lo que no oiffAis al iipuiitadDr y-a
os lo diré por lo bajo.
Y Ihgó la noche sifíuicnic y 'lió princijíio la olira, que
.wlo Iiahía tenido un m,i] ensayó.
'U primer acto pasó bien, y cada cual dijo lo que buenamente o^a (1 recortFaba; pero ya en el siguiente, que
es el más comprometido,, y en ,d cual el iCabo Simón se
vuelve nnilíb, los cómicos esta-bom más torpes y hacían
unas pausas tremendas.
A iD. José todo sie le volvíia apuntaír frases por lo bajito; maift sus azorados comiiiañerós se hacían u a lio, por
no Kibcr a <]juiéii pertcnlecíaiii los "'bocadillos".
y llcííó mi momento en que. a pesar rFc los bueims
nucios del Cabo Simón, el bache fué tan enorme, que
J), Manuel Uspejo, rIb#espen;ido y echándolo iodo a rodar, exclamó eii voz alta:
—.j Pii...ñaJe&! ¡Aquí el úmco que habla es el mudo!
LA ELOCUENCIA D E UNA RST.ATUA
El nunca bien ponderadíi actor D. Emilio Thuillier tenia a sus órtlenes, en cierta ocasión, un meritorio, polliito de la ariatocraoia, pei-fectanícnte estulto, que se
habita pro]niesto ser cómico con k férrea terquedad con
que los hombres nos empeñaiuo.s en coii5>cí?uir cualquier
iinposiíjle.
líl joven tenía, eso sí, mua educación e-.snier.adísiiina:
era nuie-'^tro consumado en saludos, parabienes, genufiexiiHies y frailes dc exquisita banalidad; dominaba, en
iin, cuantos conociniieutos constituyai la más imitil de,
todas las carrerafi; la carrera diiplomática. Pero, con
respecto al íu-te exotérico de Zíiniacois, tenía menos disposiciones (pie un Rencnal de bris'adn,
El mei-itorio molestall)a a Thuillier constantemente, d¡ciénidoile:
_
i
•
—JDOU Emilio, ,:cuáiido me va usted avtííir un papciilo? \Si ^dera usted quié gfanas tengo de-verme en esceiiEi, para poder denrostrar tmlo lo que valgo!
•
—Ya veremos, ya veranos—decía ev;ils¡vaínente el hoy
maestro íle cometí i antes—. En cuanto haya una ocasión.
Pero, claro' está, no se prem-ntaba uunoa, pues ThuilliuT, que ya en varios ensjiyos haibía .sometid'o a pi'ucba
ni ¡ispiívuite a conuco, suponía, y con m^ón, que el tal
era un caso perdiólo.
1^*05 actoi^es de la comipañía, hartos ya de las pretensiones del crethio, le decían tíi.mbién a Thuillier:.
—Hombre, si, don Emilio. ¿tPor qué no le da n.sted
un papel, a ver si le matan de una vez y nos dteja en paz?
El novel .histrión uo puío, cu verdatl, nuiv buena cara.
A(,iií!llo le parecía poco jiará sus mérii.os: xnrrs bii*u era
laibor propia dt un ooriiparsa. Pero D. Emilio, afectando
una seriedad que no stentia, le dio explicaciones:
—Ya &é yo—le dijo—tjue esto no es nada para usted; pero principio quieren las cosas. Además, el papel
de estatua, paiece aiSÍ, a p n m t r a vista, im papel msignírficartte; mas, Ibien mirado, no lo es. Claro está que la
estatua [de Don Gonzalo! no halbla^en este, cuarifo del cementerio; mas, por lo mismo, íes preciso que el público
vea en el gesto y en la íictitud'' um hálito de vida, una
sondira de humano simboli.smo, algo, en fin, que pudiéramos llamar la elocuencia áé silencio, y esto no lo
puede h;icer jamás un conip<'irsa.
^ S í , señor, ya me hago cargo ^—res])oiuIía el i¡K>llito,
yá aisi conforme al ver que su páp'él tenia' más importancia í\k h\ que habia supuesto.
—lUsttd procure, únicamente^ servir la situación, que
en ello estriba el mérito—aíiadíu 'hiuHlíer—. En esta
clase de papeles es ílondo ste desaibre la madera de los
gnnoides comedíiantes.
'*'. "
—'Sí. lUm Emilio, sí; yo procuraré...
—i¡ Cesto! ¡IVIucho gesto... y a llegar!
* * *
Seis días, con sus noches corre.spondÍentes. estuvo el
aspiríiiitc a Vico meditando qué gesto y qué actitud podrííii adoptar .Don Gonzalo convertido en pic<lra; y como
no dalna: en el qiiiíl. decidió dejarlo a la. inspiración del
nwiniento, como habia oído qiite solían hacer los grandes
aiiislas.
Y así llegó la noche de la función, y con ella, el acto
del cementerio, en el que, subido de roíbllas solirc el
marmóreo iK-dJcstiid, y con las-niaiios tmidaíí en actitud
dj orar, se encontraba inquieto y emocionado nuestro
incipiente actor.
—•;,Qué haré yo. Dios m í o ? ^ e pregnntíliKi—. ¿Qué
haré paira que don EnuTio vea qiíe hay mj un airtistiai?
Y cuando Don Juan, intrépítlo y gaJlanlo, le invitó
idiciendo: " ¡ Y si qníerteí;, te cóÜVído a ceiuar, comendaíforl", él, separando sus monas y adoptando un discreto
aire de humildad', respondió en voz alta:
—; Hombre, yo!...
SE JUGABA LA 'CABEZA
En el sajoncillo dte un teatro, y. en !a visperai de un
estreno, se discutía sobre las defectos y exceliencias cte
la nueva obra.
iHaibía -frw h reunión, a más del autor de la comcília,
x'ai'ios escritores de bien. proJwdo talento: líchegaray,
Chrín^ Ensebio Blasco, Vital Aza, Ramos í ^ r r i ó n , y
otros.
El más contrario a ¡a obra era el airtor <ie La Regenta.
que. fraiicaHicnte, sin amJbages ni tajpujos, exponía su
opiniíVn ajdVtS'ifia ante el propio.paídric ih fa criafiira.
Éste, ya fuera de isv, exicílfWnó encaráindose con D. Leopoldo:
—(¡ Pues \'o me j'Uego 3a ca3>eza á' que raí obrai obtiene
mañana un éxito!
—'^Que sle juega usted h. calieza? — repuso Clarín—.
i Eso és niaíturad !
• * +
-^; T-íonibre! ¿Y por qué es natural?
Y llegó \íi éi)oca .de los: '}\^iiorlos, y como el mentorio
—•; Porque .si yo tuviera su caibeza db iMt-Qcí, íaimbién
insistía en sus pretcnsiones, a Tlmillier se le ocurrió
nte
la jugaría!
repairtiiile una e.sti:itua en el acto del cementerio: la de .
Don Gonzalo, prcciisiuiiente. •
Enrían* Povedamo
niiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii[!iiiiiii]iiiiiiii[iiii[[iiii[iiii]i[iiiiii¡ii[i[ii]i^
CarriV
Cisa Ange
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O e s c r í p c i ó n d e l c í e l o e n loa p r i m e r o * d í a s d e m a r x o
Hortalesa. 6l,
y HcTnáni Coirtés, 21
Cerca iltl cciHt, pero ya nn poco a ia
|
MADR ID
I
Teléfono 11439
I
Recoucndantos vi- |
s i t e n «fita C A S A i
izquierda, iiurstoB cara al Norte, veremos
A Cochero, que representa, segUn los atiliguDa, R Kricton, fiijo de VuJcano y üí
Minerva, inventor del primer carrg terrestre de cuatro caballos, imitando al tie Apo
Ifi y piiesfo en el ciclo por Jviplter por este
flTnn deScuIjrmilenio. Utron Jaulorcn creen
ijiic este grupo de estrellas representa al
injortunado i'eatonte, nuicn, espantado {lor
la viata riel J^acorpidn, pcrecid en el n o
Lriclano. Hacia la iiquierda se ve a l'erseo,
lanopea, Andrómeda
y el Lantero. t-n el
CKLE'SOARIO
2. DOMINGO. Quincuag^aima (Carnaval). San Simplicio, San Pablo, Santa
Jenara, virgen, San Jovino y San Locío.
3. LUNES. San Emeterio y San Cecdonio, patrones de Calahorra, San Marino y San Ticiano.
4. J I A R T E S , San Casimiro, patrfin
d e los sastres, San Lucio, mártir.—Se
cierran las velaciones.
í. M1ERC0LES_ D E CENIZA. San
Ensebio, San Adrián, Nuestra Señora
de .áfrica.
6. J U E V E S . San Víctor, San Victorino. San Marciano, San Olegario y San
7. V I E R N E S . Santo T f o m á B de
Aquino, |3ttón de estudiantes, Sania FelliciU.
R, RAP.Ann. San Juan
de _ Dios,
ahogado contra la locura, San Cirilo y
^an [urbano.
Crecienld en Gcmints a las cuatro y nueve
minutos lie la madrugada.
*
PAPE
FUMAR
Tempiir.Tl h<f-ivt de primavera habrS carioa rilas Ikivi.isns, reinando vientos vanaMes de riii;tl'.i y íiicrjia; Jan madrugaiias
-rráii frías, ciin algunas escarchas; pero durante el din el ambiente será suave y liunicdc, bencricioso para los camjKJS.
Illelporología
popu1nr
METEOROLOGÍA POPULAR.—No es de
buen .lugurio, ni decir del pueblo, qtic la
Pascua caiga dentro de! mes de n^^rco. En
manera alguna:
Paícua marcclina.
Iiambre canina.
Pascua mnreal,
hambre mortal.
Y no son solamente éstos, aína que podríamos copiar a docenas los aforismos. Sobre todo l,ns refranes al lieiu[>D revuelto;
meridiano, del cénit al liorizontc, la insignificante Girafa, la Polar y Cefeo, La Polar,
conin la estrella más prdxim^ al polo (if:
las visibles a simple vista, dístanle de éste
actualmente l o - i i ' . describe un circulo muy
pcquci'io. La Tramontana es sinónimo de Hurte. lÍB realmente doble, pero su compaficra
es tan dciiil, de novena magnitud, que aolo
con un buen anteojo se puede descubrir,
A la derecha se ven la Usa mayor, el Dragón, quien «ruardaba las manzanns ¡le oro
del jardín tic l.is líCBliérides, la Corona y rl
¡Joyero.
Agua en marzo,
peor que mancha en paño.
En marzo,
cada gat^ quita un cuarto.
Pero todavía tiene un defecto este mes,
ttue no se le perdona, y es, la inconsciencia
del tiempo, sobre loHo en siis úllin.'os días.
De aquí el dicho;
Si marro vuelve el raba,
no deja pastor enzamarrado
ni cordero encencerrado.
Prediccione* astroIdji9c««
Pi&ct!.—Del a al 8 de marüo. Este signo
procura honores y
bifenes por los propios', esfuerzos, pero
da, en cambio, un
espíritu inquieto y
decontentatliio de todo -y de todos, con
marcada tendencia a
la terquedad y al
Jespotismb.
Las personas nacidas en marzo el
J Subirán, p e r o
tcndríín envidiosos y
celosos.
3 Fidelidad p o r
relaciones.
4 Serán condenadiis a trabajos penosos en acrricultura.
5 Viajes peligrosos.
f> Serán
prudentes en sus negocios
y saldrán cor bien.
7 Correrán grandes peligros por agua.
8 Aíicián a los deportes, poligros jxjr los
animales.
Ferlaa y mvrcailaa
Dia a.—En Sariñcna, Briviesca, Barco de
Avila.
j . — E n Ciudad Rodrigo. Oropcsa, Barco
¿t Avila y Cardona.
4.—Oropesa y Barco de Avila.
S.—Torqiiemada y Almirán.
7.—Sori*.
8.—AmÍBco y Soria.
IKai'so atff'icúla
A(¡lUCUl-T[IliA.—Se re;iliz;iii b>i lulwrtís
\iaiA lü sicnibi'u ílo primavera y se terminan
las sementeras de ci^rtalcíi. Rn lus tribales
lie inviernri [luedc seni¡ir;irsc alfalfji, trébol,
cslJurccC.'i y iiiL'zclaa - de Kraniiiic.iíi. pura la
formación
<h ¡iraiios lemporales. Se escardan los triiíos tli; ínvicrn". También se
.•iiemhra el lino, taliacn en el vivtro, plantas
oleaginosas, riatalas y patacas. Se dístriliiiye
en los seniliraiioB nitrato de sosa.
Se c'fecli'iati las siemlirns de yarliaiiíos, tratándolos con mía sdlnííón de siilfntu de cubre
al tnVflio jior iiid, ¡jara ¡ireservarloH dc líl
ri;/ii'a.
(.'omienzaii las .sicirlirás <le reniíilaeliaa a'.ncarera y forrajei-a, y en donde no son (le
lotner ¡os hielos, la <le maíz.
V I S A S . ^ S e u-r"iina la |Hjda, asi comu
Ins iiiicvaK plantiicInTies. 5c dan las laliore.s ile
eava. Coutini'ian cünfeccionárdo.'ic los ¡njerlus
de taller. Se tratan las cepas contra la aiiti'aciiOítís y se da [>rin«rt.|iÍQ a las opecacioneü
del injerto.
VINOS,—Prosiguen los trasicBos, con e¡
lin de separar los vinos de mía heces, lo i|ue
eon viene se haya re.-ilizodo antes <]Uc la
elevación' lie lu lenliier.'ttnra iif^ li.iKa revívii'
los Kérnieiies ijuc eun i-sta se iküarrollAii, IO<Í
L'Uale» son ta causa principal üe las alteraeiones ijuc sobrevienen a los vino.'i.
I'ittrdcii tandiién ésio.t claríHcaráe, si su
tras|iarenc¡a deja ijue desear. Se procede a
ctectuar las n i t e l a s o ajii/'apfs de las distintas clases dc vino. I^fl meses de mar/o
y septiembre son los nifis apropiados para
embotellar, Tt-iiK.oac presente i\\\e para esto
dehen haber sido previamente clarilicados los
linos das o lri.-.s veces, jiur lu mcnos, con
intervalos de seis a siete semanas, y que han
de calar ni alirÍKo dc toda clase de fernienlaeiones sccundariaf!. De no ser asi, fáeili.Vcnie se enturbiarán y furninriui los jiúsitos
desagradables «int desacreditan las hneims
marcas,
~-,.
t)r.,I\'.\K.—Sostener con las labores el mayor frescor dc I;>. tierra v la retención ilcl
agua, ya que ésta coii.slítnye el principal
íactnr dc una floración abimdanie.
r^i primera (juinccna' dc este mes es la
más apropiada para aplicar los abonos ^uiniicos a lo.H olivos; a.sí como en olnfio incorporar a las tierras los abonos urgínicos
y al sicinentc con abonos oniínicos. Ks esie
el mejor síatcnia para tener arli"Iado sano
y productivo.
SKLVK.L:LrURA,—Se terminan los «íe,;montcq. ,'5e acaba la monda de los álamos,
nances y la <\c los loimbres. Kmpíezan las
siembras de Jas scmillaB y especies resinosas
y se tra^'ldaiitan bis árlwics de éstas. Se
]iri)ieKen lus semille:IIH con ramas espinosas,
retama o jiiiii.'oS. Se terminan los trasplantes. Knipieza la extracción ik- la resina. Se
terminan las plantaciones de las moreras.
K R U T A M Í S . — S e van tirniinando las plantaciones de ínitnles, especialmente en los
terrenos arcillnsos y liiimedos. Se efcctiian
los iniLTlOH de pña y le.-mina la poda- Se
procede a sembrar las semillas dur;is, • ijue
habrán sido puestas en eslratilicación.
Ks la O|)ocíi dc someter los frutales extremadamente vigorosos a incisiones. Se pulverizan los iiCTíiies y manzanos con soluciones de sulfato dv cobre. Se hacen plantacÍDnes
de alícarnibos.
HL.'KR'i'.\¡,—E| niVs (le marzo es dc nmclias
actividades para H hortelano, liactendo sienibra.s numerosas y •variadas. Se dan Ügcras
binas a los csi)arr;ina1es y ,=t- rfeeliian plantaciones dc los mismos.
rontinú.in las siembras dc palaias y en
los fresales se reponen las Iiajaa Jiabidas.
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"Leyenda* del R b i n "
0€díáoa: ediioriat 'Saturnino Callcia; S, A,
falencia, í&,-Jíparlado UH7,-llladrid
251
—rT'
rjbi&AÍT^I6í^i¿
£1 sporl de lo» animales
Cómo ve ¡a mujer MVII ' a SH
espaso, que se rasó for Ut dote.
CPe The ¡hnnorisl,
l.imUt'sl.
3)e cocina
Arros con- ¡eche al hoiior,—Dtspuéa de remojar el arroz unos
minutos en aBii.i corrienlc si; pane
en tin cnlndor ni cnrin de, l¡i fuente; se If da un lioTvor fn agua
con un fiolvü de sal y sc cuece en
leche liien aiucaraiia,. agregando
lina pizca de vainilla.
Para ciiarlilln y iiicttio [|c Icclie,
cuarto lie kilu úv arroz y ocho
cucharadas grandes de azúcar mo.
lidn. De vninill.t. ijue es una csliecic de aziictir brillante n.Xiy fina.
Iiaatará la can .¡dad 'luc^cahe en un
cc'ntimito.
líl ,-irroz cocerá n fuego lento,
cuidando dc que no se pcnue al
fundí: del pe-'ól. y cuando el grano fsfí tríinsparcnic, se üi-para <ic
la Iiimlirc, y, nioviéndolii sin cesar, se le incorpii.an tres yemas
d[- lluevo Salidas,
. .'\clri Hcguidn s; celia en unos
eacharritos de pnreelann y se meten tn ci horno diirantt diez o
rjuince niiniitos. Iissla que cm|iÍL'í a a dorarse el arroz. l''nti]i|ccE sc
sacan y sc sirven.
Jlbc\ns úesmoraUstadJíN por el alcohol
Cuando u m
c o I m.F.n fi |ia
i|uedad(i liiiéríana, esto 'ca, HÍn
madre o. reina, y las nlicjas no
lian tenido la precaución dc pre]>nríir uiui nueva reina, la pohlacion dinminnye dc día en día,
.'•ucede tnlonccs 'iue las aliejas ve- I
fináis, :il ver <]t:c l;i_ cnlmena no se !
encuentra en condiciones de de- |
fciidursc, la atacan y la despojan. I
Ea muy ra-o fine las abejas sc dedinucii al robo;
i-sto no cuadra cu l.is eoslumbres tan justas y ordciiailas con'"o las suyas, y
sólo lo hacen bajo la ñifhienein de alguna círcuñslancia accidental, tal como
la embriaguez.
I.a absorción de ciertos
ni'ciarcB, ai'm ni.il conoeidos,
loa dulces fermentados n las
frutas son la causa mAs frecuente dc O B t a dcsmor.ilízaciÚR que se apodera de las
abejas en raras circUnsUincías. lí'adft ináa fácil que deí e m i n a r cslri ""embriaguez en
lina alwja, haciéndole absnriHrr miel a la riuo sc le liabrA aKregado una [icíiueña |
cantidad de ¡ilcolial.
,
L'n fajuliin del ejército tranciis. ilarnadu .\lix, ijut instaba cíccluando nianiubnis con üu rcBimientt> en los .\l¡ics, presenció un cslicctaciilu mu/ curioso.
Un' día iiue estaba libre buscando llores silvestres pai-a una
L'idección, *c jirejiaraLa a liajar poi*
una cuesUi em]>in:ida, y niicnlrjs
lircparaba las soyas ¡«ira hacerl'',
vio que sti perrü, nieneandü la cola
coa simonías de fran alegría, ¡o
mi rabil y luegu volvía la cabeza
hacia la cue.sta cubierta de tiicve
|ior liundc debijín bajar, como íiivitándolo a hacerlo. Mientras seunía sus Iralinjoa, advirtió con
aslinibro que el animal se colocaba dc lomo, crin las palilaa para
arriba y la cabcía para abajo, en
el si^ntido L-n 'ptc erecia sti pelo,
y sc deja lia caer hasta abajo.
Una ve/ allí se lev.-nitó, sacudió
la nieve y meneando r.ipirianiente la
cola miró hacia arriba a su ducfio, con la evidente Intención dc
animarlo a repetir la cpcración.
Vicndu <iue éste iio se rcholvia a
imitarlo, se sentó tranquilanieiiti;
Bobrc la nieve, esi>eraado que bajara.
C U III |J O 8 i C f Ú II
coilira lux
Jittéedoia.-Sucedida
XeitUüatl tf ficcláit
Un viajero, rebiaiiilo sUs aventuras a unos amijjos, les dijo que
él y sil criado habían liedlo coírer a cincucnia árabes. Sus amigos le miraron sorprendidii-s, ereyendo que sc hurlaba de ellos,
peni' el viajero ascRUró que no eia
nada extraordinario liara no pofler creerlo, explienndo:
—j Nosotros corriamos, y ellos
corriaii delrás dc noso[:'os!.,.
Sardinas rellüiiaii
Una vez limpias y sm cnlicna,
se les quita la espina y se cuiuean en uña fuente, la ciuc previamcníe se liahrá untado con un poco
lie aceite crudo. Sc corlan tiritas Je jamón del largo dc las sardinas y otras dc pimiento de lata,
las cuales sc colocan entre dos
inedias sardinas.
,Sc lleva al liorno la fuente, que
con anlerioridad se habrá rociado
«ron ¡wn rallado, sal lina t-n poca
c;mtidad y unas gotas de limón.
t'uanílo están doradas se sacan i se sirven calientes en la
misma fuente en i|ue se han <"'
'?idr>.
'Un bnen perro guardián
•.
de
pecas 'manera sorprendente
romper un baslún
rostr"
K.'^istc ¡lara suprimir del
las pecas, <|uc tanto lo afean, una
composición muy clíca/. £ s la si- '
yuienie; _
I
Leche virginal, joo B'<>">DB¡ tfb- 1
cerina neutra, u o ; ácido elorhi- I
drico medicin.il, ;u; clorhidralo de .'
amoniaco, 40 gramos.
.Mézclese minuciusmcnie y sc
•ncaráu en» esta mi Mura las pecast ead.n. mai^ana, piii' n.^dio dt'
nn pincel i to.
Ciiidailu de los ojos
Póuíían.sc bis dos e>;lrenins_ de
mi pnlo de esfoli.i en dos anillas
de pajiel, suspendidas dc dos cortes de hoja de cucbillns. listos cuchillos los aostrcntlr.'m dos espectadores,
Dando un golpe seco con cualqnier objclo en medio del palo dc
escoba, éste se romperá sin que
Ins anillas de papel padezcan lo
má.s mínimo.
Lo t|ue imporla es que el p i pe se dc con limpieza en la milad
del palo.
Kjercilado uno en este juego, I
¡lucdc modificarlo ajioyando los dos
¡Refranes extremos del palo en un soporte ;
I!u;.'n cjenii'lü y buenas razonen cualquiera; por ejemplo, en floa ,
copas puestas Sííbre dos taburetes,
ava>iallan los coiazuncs.
fon el misra'o golpe sc romiierá
Xi tras pared ni tras seto dieaS el
¡laln sin dctrmcnto de los vasos. |
tn secreto.
Cuidado dc I".í ojos.—Va se s:ibe que In exiircsion lie la vista
hace la mayor parle de la hellc,za dc los ojos; pero ca precini'
que no estén enrojecidos ni indamados, ni faltos dc pestañas. Ni>
es frotéis nunca los ojos. Cunndo
un cuerpo extraño sc inlriiduiicíi
en nn ojo, nn se inlenle sacarlo
imr mctlios violentos. Ciérrense
los párpados, y espérese un cuarto dc llora, si es menester: las iáxriiiias, naturalmente, echaran al
intruso.
—I Bandido! Llevo veinte mum>"s parado cu la esquina, crcynilio •:11c venía iin auio.
(De The
Humarits.)
L-'n perro ll.imado Rex, y sr
ducjJc. condujer.m unas ovejas al
mercado. j\lli estás fueron corr.pradas por otro colono, que pidió al vendedor perniilicra qUe su
perro lo ayudara a llevarlos bajita
sU casa, que quedaba a varios kilómetros de distancia.
—Dele QI^O de comer cuanrio
hayan llegado—•indicó el dueño del
animal—, y dígate que sc vuelva
a cíisa. Si lo hace asi, todo andará bien.
Pero cuando lícx Ileso, con sus
ovejas a la nueva casa era ya
Mrile, y al cam]jesiiin se le ocurrió que seria mejor darle de
coni'c" y dejarlo que pasara lu
noclic aili, ordenándole al dia s.guien-e que volviera a su casa, ¡
Kl homlire durmió l"da la n cli!', jieru cuando fué al ilia siguiente a ver a sus nuevas ovejas sc encHitró ron que ésias hablan desaparecido, lo miínio quc
el i,crro. l-'ste luiliia loiítado romjier la soga con que estaba ala1!':, y, una vc^ libre, arreó Jas
ovejas liaala su aiiLifítla tasa.
t/liiliiiales en caiilirldml
I.os animales cautivos emplean
en _ ejercicios de gimnasia la actividad que no les permite utilizar la estrechez dc su jaula. La
ninrta. por ejcmpld, se entretiene
ili'iarite larcas horas en hacer esIraños saltos, Salta en una dc las
extrcnndadcs de la jaula, rebola
dando vueltas sobre ella misma,
toca el suelo en medio de su prisión y repite nuevamente la ojieración. En pocas patabr.as, lince lo
que .se llama un ocho con lauta
rapidez que el especl^dor cree ver
realmente la cifra dibujada.
Equilibrio.
(D« LUt. HucvK Yorll}.
252
S£
AGENTE
LECOQ
55
—Mfíi.
fíaniente. también tenía una anrga que .se lo co—^d V vuestro nombre do pila?
,mió to<lo..,
—No le teng-o.
¿Se hurlaba o hablaba serianientc? Kra tan di—íKs iniposiljlé.
fícil el comprenderlo fjue e! ^fior Begmuller y
• Un moviinionto del acusado dcmmstrn una im- I.ecoq estaban igualmente ind^p^os^ Coguet. en
píicicncin, que en seguida dominó.
cambio, mientras esci'ibía «I interrogatorio, no
^Esta es—contestó—;la tercera vé» desde ayer dejalm de reírse.
^lue me cficcn esto nii^smo, y, no obííantc. es la
—¡Basta!...—internnnpió e!'jitojz—, ¿quK edad
verdad. Si fuera mentiroso, nada más /sen- t e n é i s ?
. '• •' •• '• •
cillo que deciros que me llamo Pedro, Juan o
—Cuarenta y cuatro o cuareitta y clncí años.
Santiago... ¡lero mentii' no es mi fuerte. La ver—¿En dónde habt-is nacitto?...
dad es que no tengo nombre de pila. Si se tratara
—Probablemente, en Bretaña.
die ajx)dos sería otra cosa; de éstos he tenido
El señor Segmuller creyó noíar en esa contes"nichos...
tación una intención irónica que era preciso repr.imir.
' '
—¿Cuáles?...
—\''amos a ver... para enipezan% cuaníio csíaba
—Os prevengo—dijo duramente—f|ue si conen •casa d¡el fio FousasAe, me llamaban el Afila- tinuáis así vuestra libertad está muy compromedor..
tida. Cada una de vuestras rcspuesta.s es una inconvenjenoia.
—í Quién era ese tib Fotigasse?
En el rostro del homicida se dibujó el más
—^El rey de Ins hombres tratándose de fieras,
señor ju€z. ¡Ah!..., bien podía envanecerse de te- sincero disgusto mezclado de iuquiettul.
iier una hermosa ca'bcción. Tigres, íléones, coto—¡ Ah!... no os ofendáis, señor juez^—re])uso—.
rras y loros de todas clases y colores, serpientes ^Te preguntáis y contcstn. Ya 'veréiis cómo digo
gi'uesas como el muslo, de todo tenía. Desgraciala verdad si me dejáis contaros "mi histniia.
XIX
CUSADO liablaflor, causa bien iiistTuída",
dice un antiguo provci-bio del Palíicio
de Justicia.
y es que parece inijiosilile, en efecto, que un culjíablt. espiado por el
juez, pueda hablar mucho sin que su lengua descubra su intvnción o su pensamiento, sin que stEvapore algo del secreto "que pretende guardar.
Los detenidos más listos han cornprendido esto; por eso, obligados a una prodigiosa contención de espíritu, son generaiímonte muy reservados.
Encerrados en su sistema de defensa, como una
tortuga en su caparazón, salen de él lo menos posible y con la mayor circunspección.
En ilbs interrogatorios responden jorque no
tienen más remedio, pevo tío hacen a disgusto,
br.°vemente y con ¡x)cos detalles.
En esta ocasión el acusado era pródigo de palabras. ¡Ah!... no parecía, temer el "cortarse".
No vacilaba como los otros que temen destruir
con una palabra la novela que se esfuerzan en
sustituir a la verdad.
A
En otras circunstancias esto habría sido unn
prueba a su favor.
,
—¡Explicaos, pues!—contesta'el señor Segmuller a la iX'tición del deteiiido. '
El' homicida no disimuló hábilmente la alegría ^
que le causaba la lil>eníad de hablar que le concc^lían.
El brillo de sus ojps reveló una satisfaicción
semejante a la del cantante de roinanziLs cuando
lo llevan al piano.
Colocóse en posición, con la cabeza echada hacia atTÓs, cual orador seguro de sus efeictos. humedeció con ib, lengua sus labios resecos y dijo:
—;T>G. modo que d^eáis saber mi historia? .
—Sí" ^,
': ^
—Pues bien, señor juez. U n día, hará de esto
aiarenta y cínco anos, el tío Triuglot, director
de una compañía de acróbatas, pasaba ]x>r la
caiTetera de Guingrjjnp a Saínt-Bríenc. Naturalmente, viajaba en sus dos grímdes carruajes,
con su mujer, .su materia.1 y sus artistas; pero a
poco de haber pasado por una gran aldea llamada Chatelandren, mirando a un lado y a otro vic-
,J.,.IEJ.. .
56
Biblioteca
ron en ©1 borde de un fi^sn una cosa blanca que
se movía.
"Es preciso que yo vea lo qtic es", dijo a su
csi>osa. Se ddiivo, bajó dol carruaje, fué al foso, tomó el objeto en cucvtióu y lianza Tin grito.
Me preguntaréis: ¿Qué liabía cncontradü aquel
boinbru? Pues muy sendlb. ¡Dios mío! Acababa de !ia]Iar a vuestro servirlor, que fintonces tenia unos diez mescfl.
Después de estas úkiinasi pa]al>r;i.s salu<ló a lodos los asistentes. ^
—Naturahneíite—prosiguií'i—, el tío Tringlot
me llevó a su esposa, que era verdadfcramenté
una buena mujer. Esta me cf^ió, me iniró, me
palpó y dijo: "Es fuerte este muñeco y no es
feo, es preciso quedarnos con él, puesto que la
madre ha hecbo la picardía de abandonario. Yo le
daré lecciones y dentro de cinco o seis años nos
bará honor,"
Luego empezaron a buscarnie un nombre. Entonc-es estaban a principios del mes de mayo y
se decidió que me llamarla Maí (i), y Mai soy
desde aquel día, sin más nombre de pila, ni apellido, ni nada.
Internmipióse y su mirada se detuvo siuccsivamente en sus treá oyentes como si hubiese mcnr
digado una señal de aprobación... pero como ésta
no venía prosiguió:
—(El tío Tringlot era un hombre sencillo c ignorante de las leye^s. No declaró su encuentro a
las autoridades, de modo que yo vivía, pero no
exis-tía. puesto que es preciso -estar, inscrito en
el Registro de Ta Alcaldía para existir.
Mientras fui niño esto nol me preociii]JÓ.
Luego, cuando llegué a los díez y seis anos y
comprendí la negligencia del buen hombre, me
alegré mucho de ello, porque me decía: "Mai,
amigo mío, no estás inscrito en ningún libro del
Gobierno, luego no tendrás que ser soldado".
Y como no me convenía el ser soldado no me
habría hecho inscribir, aunque me hubiesen pegado un cañonazo.
Mucho más tarde aún, pasada ya la edad de
!as quintas, un il'etra-do me dijo que sí reclamaba
para tener un estado civil me castigarían. Entonces me decidí a existir de contrabando.
El no ser nadie tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Es cierto que no be servido; iKro tampoco he podido tener nuncíi docuuiento alguno^
Esto me ha hecho estar algunas veces en la,
cárcel: ¡jcro como en último Ticsultado no me han
hallado íaJta alguna, en seguida nic han puesto en
libertad... Y he ahi por qué no tengo nombre
de pila y por que no sé con exactitud en dónde
he nacido...
Ci) Mai, en españoí niíiyn,
ALREDEDOR
DEL
,
MUNDO
Si la verdad tiene un acento part icudár, como
han escrito Jos moralistas, el homicida había ha^
liado esc acento.
Voz, gesto, mirada, expresión, tixlo estaba
niQordo, ni una pnbihra de su larga naírración había desentonado.
—Y ahora^—dijo fríaincnte el señor Scgmuller—. ¿cuáles son vuestros medios de existencia?
AI ver el rostro desconsolado dol homicida,
habríase jurado que contaba con que .su elocuencia iba a abrirlo Itis puertas de la cáricel.
—Tengo un oficio-—repu.so—, el que me enseñó Ja tía Tringlot, 1 ^ él vivo y he vivido en
Francia y en otros países.
El juez pensó hallar en este punto una falta en
la coraza.
—-¿Habéis vivido en el Exiraujcro?—^pregimtó.
—'¡lUn poco!..,. Hará unos diez y seis años que
trabajo ya en Alemania, ya en Tnglatorra. con la
compañía del señoi-, Siniflison.
—^¿De modo que sois saltimbanquis? ¿Cómo
tenéis tí>n este oficio las manos tan blancas y tan
cuidadas?
'
•
Lejos de parecer turbado, el detenido alargó
las manos y las examinó con visible complacencia.
—'La verdad es que son bonitas—dijo—; yo
soy quien me las he cuidado.
—¿Luego os mantienen para no hacer nada?
—¡ Ah!... i eso no!... ScVb que yo tengo el cargo de hablar ail público y "arengarlo'' y, sin que
esto sea alabarme, lo bago bastante bien.
. El señor Segmullor, se rascaba la barba, lo quiera su costumbre cuando suponía que d detenido
se atascaba.
—En ese caso, tenetl la bon<lad de darme una
prueba de vuestro talento.
¡Oh!... dijo el homicida, ¡xireciendo creer
que se trataba de una bronia—.^ ¡ Oh!...
,Qs ruego que obedezcáis—insistió al juez.
El homicida no se negó más. Un eegundo después su movible fisioiíjomía tomó una nueva expresión, mezcla singular de tontería, cinismo e
ironía.
A guisa de batuta, CÜÍ;ÍÓ una Tegla que había
sobre la mesa del juez, y con voz estridente y de
falsete, y entonaciones bufas, empezó:
—^"¡•Cálle.se la música!... ]Y tú, bombo, déjanos un poco en paz!... He aquí, señores y señoras, llegada la hora, el iiistante y el momento de
la grande y única representación del teatro de
los prestigios, sin igual en el mundo ^iara el tra]>ecío y el baile en la cuerda floja. Jas elevaciones, dislocaciones y otros ejercicios de gracia,
flexibiilidad y fuer;ía. con el concurso, de artistas
de la capital,.,"
—^¡Basta!—interrumpió el juez—; eso lo re-
' f ' I * ' ! ' ' ! ' i 'iTHr'g''l''B'Tr^''y'i''»''i''i'y^Hr^spHrT^nrTHr"^
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