INSTITUTO TECNICO MARIA INMACULADA Ciencia, Virtud y Labor Formando líderes estudiantiles para un futuro mejor Coordinación Vo. Bo. TALLER Área: sociales SOCIALES Periodo: 02 SOCIALES Estudiante: Estándares: Asignatura: sociales Grado: 09 Docente: Judith Jaimes-Adela García Tiempo: 1 horas Los Estados Unidos: la gran potencia occidental Estados Unidos salió de la segunda guerra mundial como la indiscutible gran potencia mundial. El esfuerzo bélico había sacado a su economía de la depresión y sus rivales en el concierto económico global, Europa y Japón, habían salido destrozadas del conflicto. Solo la URSS de Stalin, que muy pronto arrebató a EEUU el monopolio nuclear, ensombrecía la preponderancia americana. La evolución de la democracia americana Hasta los años setenta, el legado de Franklin D. Roosevelt y el New Deal determinaron los grandes rasgos de la política interior norteamericana. En mayor o menor medida, las fuerzas políticas estaban de acuerdo en mantener las grandes transformaciones de los años treinta: Un gran incremento en el papel y el poder del estado. Un papel significativo de los sindicatos en la marcha de la economía. Un compromiso con el estado de bienestar (welfare state), aunque en una versión más reducida que la de su equivalente europeo, como lo prueba el que Estados Unidos siga en el siglo XXI sin tener un sistema sanitario universal. Una aceptación a regañadientes de la necesidad de resolver los problemas de las minorías. La influencia de estas políticas se confirmó con la elección de los presidentes demócratas Harry Truman(1945-1952), John F. Kennedy (1960-1963) y Lyndon B. Johnson (1963-1968). Incluso durante el período en el que gobernó el republicano Dwight Eisenhower (1952-1960) no hubo ningún cambio esencial en la política general. El consenso era tan general que el propio Eisenhower afirmó en 1954 “Si algún partido político intenta abolir la Seguridad Social y eliminar las leyes laborales (…), ese partido desaparecerá de nuestra historia política”. Fueron años de prosperidad económica y grandes cambios sociales. La sociedad se terciarizó y, en 1979, el 47% de la población trabajaba en el sector de servicios. Las ciudades se extendieron y muchos norteamericanos se fueron a vivir a las zonas suburbanas, conformando un mundo de casas con jardín y enormes centros comerciales (malls). El automóvil se convirtió en el bien esencial para unas familias que se rodearon de múltiples electrodomésticos de todo tipo. La opulencia económica de gran parte de la población no impidió las tensiones sociales y políticas. La bomba atómica soviética y la victoria comunista en China propiciaron la extensión de una sensación de pánico ante la posibilidad de infiltración de elementos comunistas en puestos clave de la sociedad norteamericana (Red Scare). Este miedo fue impulsado por políticos demagogos como el senador Joseph McCarthy quien lanzó una verdadera “caza de brujas” contra cualquier persona de ideas izquierdistas o, en algún caso, meramente liberales. McCarthy dio finalmente un paso en falso al tratar de incriminar a altos oficiales del ejército y, en 1954, el Congreso censuró su actividad al frente del Comité de Actividades Antiamericanas. Una vez superada esta amenaza para el sistema norteamericano de libertades, el centro de atención de la política norteamericana se desplazó a la situación de las minorías raciales y la población más pobre que había quedado fuera de la opulencia general. El Partido Demócrata llevó la iniciativa en esta cuestión. El impulso reformista interrumpido por el asesinato del presidente Kennedy en 1963, se vio reforzado con su sucesor, Johnson quién lanzó el programa de la Gran Sociedad (Great Society). Johnson declaró la “guerra a la pobreza” y aprobó diversas leyes de apoyo a los sectores más desfavorecidas (asistencia sanitaria para los jubilados, alimentos para los necesitados, casas sociales, reformas educativas…). El problema social siempre se ha entremezclado con la cuestión racial en Estados Unidos. La población negra protagonizó desde los años cincuenta una larga serie de protestas para acabar con su marginación legal y la segregación racial en la educación y la vida cotidiana. En 1954, el Tribunal Supremo dio un paso histórico y falló contra la segregación en el sistema educativo. Hasta ese momento, los niños negros y blancos acudían a diferentes escuelas. Un año después, un pastor protestante, Martin Luther King, se dio a conocer al encabezar un boicot contra la separación de las razas en los autobuses de Montgomery, Alabama. En agosto de 1963, King dirigió una masiva manifestación en Washington en la que pronunció su célebre discurso “Tengo un sueño” (I have a dream), en el que hizo un vibrante alegato contra la desigualdad racial en su país. Finalmente, el movimiento por los derechos civiles triunfó cuando el presidente Johnson se decidió a actuar legalmente. En 1964, se aprobó la Ley de Derechos Civiles, que puso fin a la segregación y discriminación en los centros de trabajo y en las instalaciones públicas, y en 1965, la Ley de Derecho de Voto que eliminó los obstáculos a los que se enfrentaba la población negra para ejercer el voto en los estados del sur. Las reformas de Johnson, sin embargo, no aplacaron el descontento social. Dos grandes líneas de protestaconfluyeron en la segunda mitad de los años sesenta. Por un lado, en los “ghettos” negros de las grandes ciudades la juventud era más receptiva a los líderes nacionalistas radicales negros como Malcolm X que a las prédicas pacifistas de Martin Luther King; por otro, la escalada militar en Vietnam y el consiguiente alistamiento obligatorio engendraron un amplio resentimiento en una juventud que buscaba una nueva forma de vida alejada del modelo de sus padres (música pop, movimiento hippie, libertad sexual, extensión del uso de drogas) Ambas corrientes terminaron por desencadenar violencia en el país. En el verano de 1965, estallaron serios disturbios raciales en el distrito de Watts, en Los Angeles. En los años siguientes, los disturbios se extendieron a otras grandes ciudades y llegaron a su apogeo en 1968, tras el asesinato de Martin Luther King. Aunque las grandes manifestaciones contra la guerra del Vietnam buscaron su inspiración en la ideología pacifista: “Make love, not war”, en 1970, cuatro estudiantes murieron en la Universidad de Kent a manos de la Guardia Nacional del estado de Ohio. Los “años de protesta” cambiaron aspectos esenciales de la sociedad norteamericana, pero, a la vez, desencadenaron una reacción que llevó a que una parte importante de la población abrazara la causa de “la ley y el orden”. Muchos blancos del sur, que tradicionalmente habían votado al Partido Demócrata, cambiaron su opinión política ante el avance social de la población negra. Algunos veían con aprensión la presencia de banderas del Vietcong en las manifestaciones antibelicistas. Otros, en fin, observaban consternados los avances en la emancipación de la mujer, la libertad sexual o el consumo de drogas. Había llegado el momento del conservador Partido Republicano. Con el presidente Richard Nixon en la Casa Blanca (1968-1974), los republicanos pusieron freno a las reformas de Johnson. Sin embargo, el Tribunal Supremo, en una muestra de la efectiva separación de poderes que ha caracterizado el sistema político estadounidense, tomó importantes decisiones que contrariaron profundamente al nuevo presidente. El caso más sonado fue cuando, en 1973, el tribunal legalizó el aborto, respondiendo a las demandas del movimiento feminista. Los demócratas, Kennedy yJohnsonn, habían llevado una política reformista en el interior del país que había contrastado con una agresiva política exterior. La crisis de los misiles en Cuba o la guerra de Vietnam son los mejores ejemplos. Nixonhizo lo contrario. Planteó una actitud claramente conservadora en asuntos internos, pero en política exterior adoptó una posición muy pragmática. En 1972, no dudó en viajar a Beijing e iniciar la normalización de relaciones con la China Popular. Al año siguiente, inició negociaciones con Vietnam del Norte que llevaron a la salida de las tropas norteamericanas del país en 1975. Pese a ser reelegido en 1972, la carrera política de Nixon acabó de forma abrupta dos años después. Tras demostrarse que agentes de la administración habían espiado a la Convención Demócrata en el hotel Watergate en Washington, Nixon se vio forzado a dimitir en agosto de 1974. Fue el “Escándalo Watergate”. Estados Unidos se hallaba en uno de los momentos más complejos del siglo XX. A la crisis política y al descontento social se le vino a unir una profunda crisis económica agravada por el alza del precio del petróleo acordado por la OPEP en 1973. El estancamiento económico, la inflación y el paro explican el fracaso del republicano Gerald Ford (1974-1976) y del demócrata Jimmy Carter (1976-1980). La sensación de malestar aumento con la serie de reveses que sufrió la política exterior norteamericana: desde la precipitada salida deVietnam en 1975 hasta el asalto y la toma de rehenes en la embajada estadounidense en Teherán, tras el triunfo de la revolución de Jomeini en Irán en 1979. El malestar se saldó con un fuerte giro político a la derecha. Ronald Reagan (1980-1988), representante del ala más derechista del Partido Republicano, ganó de forma abrumadora en las elecciones de 1980. Inició una nueva política económica que ponía en cuestión el consenso en torno al estado del bienestar nacido con el New Deal y lanzó una política de rearme militar que precipitó la perestroika de Gorbachov. Reagan, uno de los presidentes más populares del siglo XX, dejó un país mejor preparado para hacer frente a los nuevos tiempos, aunque más desigual. Fue sustituido por George Bush, padre (1988-1992), también republicano, quien tuvo que hacer frente a una fuerte recesión económica, agravada por el enorme déficit que le legó Reagan. Las dificultades económicas explican que, pese a que Bush contempló como presidente el fin de la URSS, el gran enemigo durante décadas, el presidente republicano fracasara en su intento de ser reelegido en 1992. Los demócratas, con Bill Clinton, retornaron a la Casa Blanca. La nueva sociedad La sociedad norteamericana sufrió cambios radicales en las décadas que siguieron a la segunda guerra mundial. Nuevos aparatos tecnológicos como la televisión, los reactores, los avances médicos o los ordenadores alteraron totalmente la vida social en Estados Unidos. La prosperidad económica llevó al crecimiento de la clase media, la expansión de la educación superior y al rápido incremento en el consumo de masas. La construcción de la red de autopistas, la gasolina barata y la universalización del automóvil llevaron a EEUU a convertirse en la sociedad más móvil del mundo desarrollado, en la que, como media, una familia se muda de residencia una vez cada cinco años. La nueva sociedad consumista creó el prototipo de una familia de clase media con una casa con jardín en las afueras de la ciudad, dos automóviles y una gran capacidad de gasto. Aunque en los ghettos negros de las ciudades la realidad era bien diferente, un creciente número de americanos alcanzó un alto nivel de vida. Además de más rica, la sociedad americana se hizo más permisiva. La extensión de los anticonceptivos, especialmente la píldora en los años sesenta, llevó a que el sexo prematrimonial se convirtiera más en la regla que la excepción. Esta mayor libertad sexual llevó al aumento de la tasa de divorcios y a una actitud más comprensiva hacia fenómenos como la homosexualidad, el sexo extramarital o los hijos nacidos fuera del matrimonio. Por supuesto, esta actitud más permisiva caló especialmente en las grandes urbes. En el campo o en las pequeñas ciudades la mentalidad tradicional pervivió ligada a las múltiples iglesias del país. Estados Unidos consolidó en este período su condición de país de inmigrantes. Tras la restrictiva ley de 1924, que dificultaba la inmigración de países que no fueran de la Europa septentrional, la nueva ley de inmigración de 1965 abrió el país a nuevas corrientes migratorias procedentes de Latinoamérica, especialmente México, y Asia. La nueva oleada de inmigrantes cambió la composición étnica de la población y, en 2003, la población de origen hispano superó a la población de origen africano como mayor minoría del país. El fenómeno de inmigración ilegal creció de forma considerable, dando lugar a un creciente debate nacional. Al igual que en Europa, el cambio en la situación de la mujer ha sido la gran transformación de la segunda mitad del siglo XX. Pionera en el movimiento sufragista en el siglo XIX, la sociedad norteamericana alumbró un poderoso movimiento feminista. Figuras como Betty Friedan, la autora del libro The Feminine Mystique, y organizaciones como NOW (National Organization of Women) alentaron la consecución de una posición cada vez más igualitaria en el terreno social y laboral. La legalización del aborto en 1973 fue una de sus grandes conquistas, aunque sigue encontrando un poderoso movimiento de oposición en las organizaciones “pro-vida”. También en los años sesenta nació una nueva sensibilidad ecologista en un país que llevaba décadas siendo la primera potencia industrial. El libro de Rachel Cason “Primavera silenciosa” (Silent Spring) tuvo una gran repercusión en el país y a menudo se le señala como el momento seminal del movimiento ecologista en los EEUU. Muy pronto, las diversas administraciones adoptaron medidas de protección del medio ambiente que, ya en la década de los ochenta, encontraron la oposición de grupos de presión que consideraban que estas medidas eran lesivas para el desarrollo económico y el empleo en el país. Pese a ello, al igual que en el resto de las sociedades posindustriales, la conciencia medioambiental se ha extendido por la sociedad norteamericana. Economía La Segunda Guerra Mundial tuvo para los EEUU un coste económico diez veces superior al de la Primera. Sin embargo, la economía norteamericana salió reforzada del conflicto. Por un lado, puso fin a la recesión de los treinta. Por otro, revitalizó la industria y estimuló el progreso técnico-científico en campos innovadores (aeronáutica, electrónica y energía atómica). Finalmente, otras economías (europea occidental, japonesa y soviética) sufrieron grandes daños que crearon necesidades de reconstrucción. La expansión de la economía de guerra motivó la emigración masiva hacia los grandes centros industriales del norte y del oeste. En esos movimientos migratorios tomó parte destacadamente la población negra del sur agrícola y pobre, cuyas estructuras socioeconómicas comenzaron a cambiar a raíz de ello. Así, en 1950, el PIB norteamericano equivalía a más del 27% del mundial, mientras que, en 1913, no llegaba al 9%. El PIB per capita de los norteamericanos era bastante más alto que el de los habitantes de los países beligerantes. EEUU salió de la Segunda Guerra Mundial convertido en el indiscutible líder económico mundial. Sin embargo, el resto del mundo capitalista más desarrollado pronto logró recuperarse e incluso acortar distancias respecto a EEUU. Las décadas de los cincuenta, sesenta y comienzos de los setenta constituyen la “Edad de Oro” de la economía capitalista. Los años 1950-1973 contrastan llamativamente con el período de entreguerras: la economía mundial creció a una tasa tres veces superior y ningún continente quedó al margen del mismo. El crecimiento de Europa Occidental y, en particular, de sus países meridionales más atrasados, así como el de Japón, fue especialmente intensos. Por comparación EEUU creció poco, pero partía de un nivel mucho más alto hacia 1950 y todavía a comienzos de la década de 1970 tenía un PIB per capita casi un 50% mayor al de Europa Occidental y Japón. El papel de EEUU en la reconstrucción europea, primero, y, algo más tarde en la japonesa, resultó decisivo. En la destrozada Europa de posguerra, el Plan Marshall, el más conocido, pero no el único, de los instrumentos de la ayuda norteamericana, contribuyó a: 1) resolver problemas urgentes; 2) crear las condiciones que hicieron posible el relanzamiento económico posterior. Probablemente de más importancia para el crecimiento económico generalizado de la “Edad de oro” fue el papel líder de los EEUU en la creación de un marco general de cooperación económica internacional que difirió sustancialmente del poco cooperativo juego al que los ganadores de la Primera Guerra Mundial se entregaron. La esencia del conjunto de instituciones y reglas conocido como Sistema de Bretton Woods se diseñó en la conferencia internacional –asistieron representantes de más de cuarenta países- celebrada en 1944 en la localidad norteamericana del mismo nombre. De Bretton Woods surgieron el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco internacional para la Reconstrucción y el Desarrollo (BIRD) Mundial (BM) y el Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio (GATT). Estas instituciones carecían de precedentes y reflejan la preocupación por la cooperación económica internacional de los dirigentes políticos y económicos del momento. Su contribución al crecimiento con estabilidad durante la “Edad de Oro” fue muy importante. El BIRD concedió préstamos a largo plazo para la reconstrucción posbélica –el primero por nada menos que 250 millones de dólares se le concedió a Francia- y el desarrollo económico de los países más pobres. El FMI se ha ocupado de sostener un sistema monetario internacional. El GATT ha impulsado el comercio internacional mediante la reducción del proteccionismo. Una poderosa influencia keynesiana tuvo también la política económica dominante en el mundo desarrollado durante la “Edad de oro”. La política económica, más en Europa que en EEUU, complementó el objetivo tradicional de la estabilidad de precios con el pleno empleo. El Estado creció en tamaño en respuesta al aumento de sus funciones: regulación de la economía (Hacienda, inspecciones bancarias, transporte aéreo, etc.) y oferta de servicios públicos y de protección frente a la adversidad (seguro de desempleo, pensiones, etc.). En EEUU su proporción respecto al PIB pasó del 21,4% en 1950 al 31,1% en 1973. Los sindicatos, que en EEUU siempre tuvieron menos inclinaciones revolucionarias que en Europa, gozaban de un reconocimiento que fue acompañado de un pacto implícito: mejoras en los niveles de vida de los trabajadores a cambio de subidas salariales moderadas y de reinversión de beneficios por parte de los empresarios para asegurar que el crecimiento no se interrumpiese. La “Edad de oro” de la economía norteamericana e internacional finalizó abruptamente a comienzos de los años setenta. En 1973, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), presentándolo como represalia por el apoyo occidental a Israel en la guerra del Yom Kippur, decidió incrementar el hasta entonces durante décadas estable y bajo precio del petróleo (2-3 dólares por barril). Los grandes perjudicados no fueron los EEUU, que contaban con un cierto grado de independencia energética, sino Europa Occidental, Japón y los países menos desarrollados. A la crisis energética vino a sumarse la del sistema de Bretton Woods. El déficit comercial norteamericano y el abandono de la convertibilidad en oro del dólar introdujeron inestabilidad en el sistema monetario internacional. El desempleo y la inflación se instalaron permanentemente en el escenario económico. Un gran aumento adicional del precio del petróleo en 1979 agudizo los problemas. Un nuevo término económico se hizo popular: stagflation (estancamiento con inflación). En 1979-1981, los incrementos del IPC superaron el 10%, lo que, desde 1950, sólo había ocurrido en 1974. Para combatir la inflación, se adoptó una política monetaria restrictiva que acabó venciéndola, pero al precio de un aumento del desempleo, que llegó a casi el 10% en 1982-1983, y de un crecimiento del PIB per cápita negativo (-1%) en 1980-1982. A partir de 1983, la economía norteamericana recuperaría la senda del crecimiento. Para entonces, el keynesianismo había sido desplazado por la “regeanomia”, la política económica aplicada por el presidente Reagan: una curiosa combinación de recortes en los impuestos, especialmente para las rentas más altas, desregulación de los mercados y aumento del gasto en defensa junto a control de otras partidas de gasto público. Conteste las siguientes preguntas 1. En que consistió la política del New Deal de Franklin D. Roosevelt 2. Que aspectos de esta política se mantuvieron hasta los años 70 en Estados Unidos 3. Que presidentes Norte americanos demócratas implementaron esta política 4. En que consistió los cambios sociales y la prosperidad económica de estados unidos en esta época 5. Que situaciones políticas y sociales enturbiaron la opulencia económica de estados unidos en esta época 6. En que consistió la llamada “CAZA DE BRUJAS” y quien la protagonizo 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. 16. 17. 18. 19. 20. 21. 22. 23. Que acontecimiento histórico y doloroso para los estados unidos interrumpió las reformas que se estaban llevando a cabo en los años 60 en estados unidos Que características tuvo el gobierno del presidente Lyndon Johnson y que reformas llevo a cabo En que consistió el movimiento de los hettos Quien fue Martin Luther King y porque trascendió en la historia Que política desarrollo en estados unidos el presidente Richard Nixon fue positiva para los estados unidos si o no? Y porque? Quien fue Jimmy Carter. Que aspectos significativos para estados unidos presento su gobierno. En qué año ejerció el gobierno de los estados unidos Ronald Reagan Que características presento su periodo de gobierno? Que presidentes gobernaron a Estados Unidos después de Ronald Reagan Que cambios radicales sufrió la sociedad norte americana después de la segunda guerra mundial Escriba las familias de clase medias norte americanas de esta época Que características presento la población norte americana de 1924 hasta el 2003 Que papel jugo la mujer norte americana la transformación de la sociedad en el siglo XX Que provoco en norte américa la sensibilidad ecologista en los años 60 Porque razón la economía de los estados unidos salió reforzada después de la segunda guerra mundial A que se le conoce como “la edad de oro“ y que características tuvo esta época Qué consecuencias trajo para la economía norte americana e internacional la edad de oro