Estados Unidos 1900-1945 En el S. XIX se empezaron a vivir fenómenos propios de la modernidad, como las revoluciones industrial y agrícola, la democratización, la centralización y la urbanización. El efecto de estos cambios fue que ya antes de 1900 EEUU estaba equipado para hacer frente a todos los desafíos que le presentara la nueva era. La historia de EEUU en la primera mitad del siglo XX es la continuación de un proceso ya en marcha pero obstruido por una resistencia. Se descolonizaron a sí mismos con la Revolución Americana y tuvieron que inventar un tipo de gobierno apropiado, que les llevo de 1774 a 1788. Esto fue posible porque en 1774 una población esparcida a lo largo de toda la costa atlántica con una élite educada era lo suficientemente reducida y homogénea para compartir una misma concepción en casi todos loas cuestiones importantes. A comienzos del XIX los estadounidenses hicieron de sus instituciones un verdadero fetiche donde dominaron políticamente los elementos más reaccionarios, precisó una guerra civil, había conflictos de obreros debido a la industrialización… A finales de siglo XIX, se extendía imperialmente desde el Atlántico al Pacífico ya que emergía rápidamente como la mayor potencia industrial del mundo y, tecnológicamente como la más innovadora. Donde hay que destacar una cultura urbana original (Ej. Béisbol). El progreso no se aceptó con facilidad. En el primer decenio del siglo XX la opinión pública parecía confusa, los problemas nacionales eran difíciles y costosos y se hicieron más visibles al ir creciendo el país. También existía una diversidad regional y numerosos grupos étnicos. Las ciudades habían crecido rápidamente en el medio siglo anterior, y estaban mal administradas y diseñadas donde había aglomeraciones de gente, por lo que la reforma urbana era una necesidad urgente. En los espíritus conservadores había inquietud por las manifestaciones de la vida moderna, entre las cuales se consideraban más alarmantes el excesivo consumo de bebidas alcohólicas y comercialización del sexo que estaban presentes en los estados del sur, acompañados de un crecimiento lento de la economía. Estos problemas determinaron la política interior del siguiente medio siglo. El modo como se enfrentaron a estos problemas, estuvo determinado por las ideas e intereses del pueblo americano y por el impacto de dos guerras mundiales. En 1913, una enmienda constitucional dio al Congreso el poder de fijar impuestos sobre la renta, y otra, que los senadores debías ser elegidos por le pueblo y no por las legislaturas de los distintos estados. En 1920, por medio de otra enmienda constitucional se extendió el derecho a voto a todas las mujeres adultas. En 1919, la decimoctava enmienda, trataba de prohibir la manufactura, venta o transporte de bebidas alcohólicas, ante la existencia de familias desunidas, obreros alcohólicos y corrupción política relacionada con los bares. Pero llegada la paz, la prohibición resultó imposible de aplicar y fomentó el crimen organizado. En 1933 se anuló la enmienda. La estabilidad de la estructura política se debió al éxito práctico de la misma. Daba lo prometido y, si no lo hacia, lo daba el sistema industrial y se atribuía el merito a la democracia. Los sistemas político y económico se han apoyado mutuamente, y en la incesante lucha de ideas e intereses que ambos sistemas entrañan explica la adaptabilidad de Estados Unidos. Cuando el gobierno estadounidense apartó al imperio británico para encargarse de la empresa de construir en solitario el canal de Panamá fue un ejemplo del surgimiento de la potencia norteamericana; así como la represión de la rebelión de las Filipinas que siguió a la anexión de este archipiélago después de la guerra con España. Comercialmente, EEUU fue el mercado extranjero más importante de Gran Bretaña. En el siglo XIX se les unieron inmigrantes procedentes de todos los Estados y naciones de Europa (en 1914 hubo 1.218.480 inmigrantes). El año 1913 fue el de la Exposición de la Armoni de Nueva York, que introdujo en Norteamérica la escuela pictórica de París. Entre 1900 y 1913, las exportaciones estadounidenses a Europa crecieron en casi el 50 % y las importaciones se duplicaron. El impacto de esta guerra en Estados Unidos fue inmenso. El Estado Norteamericano se organizó de modo ejemplar para la guerra, adquirieron mucha experiencia jóvenes oficiales como George C. Marshall y Dwight D. Eisenhower y jóvenes funcionarios como Roosevelt. Para la mayoría de norteamericanos, la experiencia fue, en su conjunto, odiosa. El costo de la vida se dobló y aunque los sueldos en su conjunto se mantuvieron a la par con la inflación, los salarios no lo hicieron. El reclutamiento para la guerra se llevo de las granjas a los jóvenes, y las mujeres y los predicadores se preocupaban por el efecto de la guerra sobre su moral. También se llevó a obreros blancos de las industrias del norte, cuyos directores contrataron a mujeres e inmigrantes negros del sur, lo cual suscitó problemas cuando regresaron los soldados. Las noticias sobre la revolución bolchevique reavivaron el viejo temor al socialismo. Diversos episodios marcaron el final de la guerra: desde motines en Chicago a la negativa a ingresar en la Sociedad de Naciones, desde la adopción de la enmienda sobre la Constitución sobre la ley seca, hasta una abrumadora victoria republicana en las elecciones presidenciales de 1920. La Ley sobre Inmigración de 1924, redujo drásticamente el número de inmigrantes que podían ser admitidos (suspendió por completo la entrada de japoneses). La recesión económica de la posguerra hundió al sector agrícola en dificultades de las que no pudo salir hasta la II Guerra Mundial. Más aún: la ruina durante la guerra de todas las economías desarrolladas dejó a EEUU en una situación de peligrosa preeminencia para la cual no estaba preparado ni política ni institucionalmente. Woodrow Wilson (presidente de 1913 a 1921), el mundo moderno necesitaba una política exterior activa de alcance global. Creía que el comercio libre y las instituciones libres traerían la paz y la mejora de toda la humanidad. Entró en la guerra porque los submarinos alemanes hundían buques mercantes americanos y Berlín amenazaba con formar una alianza con México para apoderarse de Arizona y California. En la década de los años 20 empieza a notarse la transformación consumista de la economía del siglo XX donde los grandes fabricantes de autos pusieron lo que había sido un lujo al alcance de millones de personas, y sentaron la economía nacional sobre una nueva base: el sector más importante de la industria fue el automóvil y también destacó el cine. La música popular adquirió nueva importancia tanto cultural como económicamente. El país continuaba preso de dislocaciones sociales y de problemas económicos donde las dificultades del sector agrícola necesitaban una especial atención. Todavía en 1940 la mitad de la población norteamericana vivía de la tierra o en pequeñas localidades rurales. La guerra había provocado una reacción, tanto de los hombres de negocios como de la población en general, cuyo objetivo principal era una rebaja de los impuestos. Se buscaban a toda costa los beneficios y cuando se lograban, se invertían en la Bolsa. No se tomaba en consideración que la producción superaba el consumo. La crisis de la bolsa de 1929 no habría tenido resultados tan catastróficos si la economía de EEUU no hubiese sido la única, desde hacia años, prospera del mundo. Todas las demás naciones dependían del éxito de Norteamérica y se hundieron cuando aquel se acabó. La gran crisis desencadenó males de toda clase, incluyendo el hambre y la tiranía. En 1932-1933, el desempleo era del 24% de la fuerza del trabajo, lo que derivo la Republica de Weimar en Alemania y abrió paso a la dictadura nazi. Al profundizarse en la crisis, no se desesperaron del todo ni se entregaron al comunismo, sino que, abandonaron al presidente Hervert Hoover y en 1932 eligieron a Franklin D. Roosevelt. Este nuevo presidente prometió un “nuevo trato” (New Deal) para el pueblo norteamericano “Ayuda, recuperación y reforma”. Se produjeron victorias de los demócratas en las selecciones de 1934 y 1936. El New Deal dio nueva fuerza a grupos de la sociedad norteamericana anteriormente menospreciados (sindicatos, indios norteamericanos), hizo entrar en la política a los católicos y judíos, sometió a las Bolsas a normas establecidas por el gobierno, ilegalizo el trabajo infantil y aumentó la participación de negros en el gobierno. Los años 30 fueron un decenio de inmensas obras públicas. La Tennessee Valley Authority (TVA) canalizó las aguas del sureste para generar electricidad, se construyó el que era entonces el mayor embalse del mundo, el Gran Coulee. En 1933, después de una gran batalla política, Roosevelt consiguió que el Congreso aprobara una ley que reorganizaba la presidencia misma, y anteriormente, tras otra lucha todavía más dura, logró quitar al Tribunal Supremo el poder de tomar decisiones económicas. Roosevelt consideraba que el Congreso y el Tribunal debían tener funciones subordinadas y distintas, dejando el poder y la iniciativa al presidente. Esta medida era demasiado radical por ello fue derrotado, en 1940, por una coalición de republicanos y demócratas. Este mismo reanimó a los sindicatos y con la Ley de Seguridad Social de 1935 fundó el Estado del bienestar norteamericano. En 1939 los años de penuria quedaban ya muy atrás. Los resultados de todos estos cambios se vieron con la II Guerra Mundial. El bombardeo japonés de la base naval de Pearl Harbor en Hawai (7 de diciembre de 1941) puso término al apasionado debate entre aislacionistas e internacionalistas acerca de si los EEUU debían entrar en guerra.