SALMO 51 Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa

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SALMO 51
Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa.
Lava del todo mi delito, limpia mi pecado.
Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado.
Contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces.
En la sentencia tendrás razón,
en el juicio resultarás inocente.
Mira, en la culpa nací,
pecador me concibió mi madre.
Te gusta un corazón sincero
y en mi interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;
lávame: quedaré más blanco que la nieve.
Hazme oír el gozo y la alegría,
que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta de mi pecado tu vista,
borra en mí toda culpa.
Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu;
devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso.
Enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti.
¡Líbrame de la sangre, oh Dios, Dios, Salvador mío!
y cantará mi lengua tu justicia.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.
Los sacrificios no te satisfacen;
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado,
un corazón quebrantado y humillado Tú no lo desprecias.
Señor, por tu bondad, favorece a Sión,
reconstruye las murallas de Jerusalén:
entonces aceptarás los sacrificios rituales,
ofrendas y holocaustos,
sobre tu altar se inmolarán novillos.
ESTRUCTURA
1. Verso síntesis, apelación a la misericordia (3)
2. El reino del pecado (4-11)
3. El reino de la gracia (12-19)
4. Adición posterior (20-21)
INTRODUCCIÓN
Siempre se ha querido conocer al gran devoto de Yavé, al que la
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humanidad debe este precioso poema. Hay diversidad de opiniones.
La tradición Judía designa a David por autor, después de haber pecado con
Betsabé. Pero el poema parece posterior ya que el estilo conecta muy bien
con los profetas, sobre todo, con Isaías y Jeremías.
"Los seres que son genios son contemporáneos del futuro más que del
propio tiempo" (Pascal).
El Salmo 51 fue escrito por "un David típico que representa a cualquier
pecador" (P. Schákel). En este sentido podemos decir que es el salmo de
cada uno de nosotros: el tuyo y el mío.
DESARROLLO
v.3. "Misericordia, Dios mío, por tu bondad. Por tu inmensa compasión
borra mi culpa"
Desde el principio el salmista no busca justificaciones ni apela a la justicia
sino a la misericordia, a la gran misericordia de Dios. Desde el principio el
salmista busca dejar su pecado en el gran mar de la infinita bondad de Dios.
Esto le hace abrirse a la esperanza y perder todo miedo.
"Ahora el miedo por los pecados que descubro en mí mismo me desespera;
ahora la esperanza de tu misericordia me sostiene. Y porque tu
misericordia es más grande que mi miseria yo no cesaré de esperar"
(Savonarola).
v 4-5. "Lava del todo mi delito, limpia mi pecado. Pues yo reconozco mi
culpa, tengo siempre presente mi pecado"
Comienza el reino del pecado. Estos pocos versículos están llenos de la
palabra pecado, culpa. Estoy envuelto en pecado. Estoy empecatado. Soy
pecador de nacimiento.
Frente a esta realidad apabullante del pecado sólo cabe el reconocimiento
del mismo. Sí, he pecado, lo reconozco y no intento justificarme. Aquel
fariseo de la parábola que intentaba justificarse a sí mismo y despreciaba al
publicano salió del templo con todos los pecados que tenía y uno más: el de
soberbia. Se justificaba a sí mismo. Por eso Dios no lo pudo justificar.
Pero ¿qué ocurre cuando uno reconoce su pecado? Reconoce que Dios es
justo, que Dios es santo. Que Dios no ha fallado en la alianza sino que toda
la culpa está en el que ha pecado. Dios entonces le justifica es decir, aplica
sobre él la justicia salvífica y le hace justo, le hace bueno.
"Cuando el hombre dice: "he pecado" ningún ángel de destrucción puede
ya tocarle" (Schechter).
"Dar gloria a Dios es aceptar que Él tiene razón. He aquí la condición
previa para la fe" (Lutero).
v 6. "Contra ti, contra ti solo pequé, cometí la maldad que aborreces"
El pecado, antes de ser injuria a un hombre es traición a Dios. David pecó
con Betsabé y, sin embargo, dice "He pecado contra Ti".
Cuando el Faraón oprime a los israelitas en Egipto es Dios quien se da por
ofendido (Ex 9, 27).
"Puesto que todos somos miembros de Cristo ¿cómo no pecar contra
Cristo si pecas contra los miembros de Cristo? Que nadie diga: puesto que
yo no he pecado contra Dios sino contra mi hermano yo sólo he pecado
contra un hombre: mi falta es ligera o nula" (San Agustín).
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v 8. "Te gusta un corazón sincero y en mi interior me inculcas
sabiduría"
De una parte aparece la sinceridad desde lo íntimo del hombre. Y eso le
agrada a Dios. Por otro lado está esa zona misteriosa y secreta en la que
Dios mismo trabaja como Maestro interior. Y de ahí surge la confluencia
entre la sinceridad del hombre y la sabiduría de Dios. Dios provoca la
verdad de la conciencia con su gracia. "Entonces los hombres serán
amaestrados interiormente por Dios" (Is 54, 13). El fruto será el abrazo del
hombre con Dios.
v 9. "Rocíame con el hisopo: quedaré limpio; lávame: quedaré más
blanco que la nieve"
El hisopo es una planta aromática que se usaba para las purificaciones
rituales (Lev 14, 4). El blanquear más que la nieve alude a la blancura del
Líbano, deslumbrante bajo el sol. Aquí no se trata de una purificación
externa como mantienen los protestantes: "los pecados se encubren, se
raen, no se imputan". Es decir, quedan ahí en el hombre aunque Dios, con
vistas a la justicia de Cristo en la Cruz, no se les tenga en cuenta. Por eso la
frase de Lutero es clara: "el hombre es, al mismo tiempo, justo y pecador".
La teología católica es distinta. Apoyándose en éste y otros muchos textos
bíblicos decimos que el hombre justificado queda totalmente nuevo por
dentro. Su alma blanquea como la nieve. Dios arroja los pecados a lo
profundo del mar, o los echa a la espalda para no verlos más. Más adelante
insistiremos en esto.
"No es suficiente que la gracia divina sea imputada. Es necesario que sea
implantada" (Card. Newman).
v 10. "Hazme oír el gozo y la alegría, que se alegren los huesos
quebrantados"
Es una consecuencia lógica de todo lo dicho. El juicio divino (que no es
jurídico sino bíblico, es decir, salvífico) restituye al pecador la alegría de
vivir que el pecado le había arrebatado. Al pecador le han quedado los
huesos rotos por el pecado. Y esos huesos rotos tienen que ser recreados
para ser de nuevo una criatura viviente.
v 12-14. "Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro
con espíritu firme... no me quites tu santo espíritu; devuélveme la alegría
de tu salvación, afiánzame con espíritu generoso"
"Crea en mí" Es la palabra que aparece en el Génesis en la creación de las
cosas, bará. Se habla de una nueva creación. El salmista no le pide a Dios
que cambie su corazón de piedra en un corazón de carne. Su oración es más
atrevida: le pide que le cambie el corazón viejo por uno nuevo. Ese corazón
ya está cansado y hay que sustituirlo por otro. Y, como el crear sólo es obra
de Dios, por eso le pide al Espíritu Santo, una y otra vez, que le dé un
espíritu firme, un espíritu generoso, para hacer este prodigio de la gracia.
Se trata de una especie de "comunicación del corazón de Dios al corazón
del hombre en vistas a instalar allí el amor que se había perdido" (A.
Carré).
Por eso convertirse es algo más que cambiar de ruta o cambiar de actitudes
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morales. Es un cambio radical. "Es entrar en el Océano de un amor que
tiene orilla por todas partes y por ninguna tiene fondo" (M. Blondel).
Como efecto inmediato viene la alegría que ha resonado con timidez en la
primera parte y ahora estalla. Ahora entendemos las palabras del Señor:
"Habrá más alegría en el cielo por un pecador que se convierta que por
noventa y nueve justos que no tengan necesidad de conversión" (Lc 15, 7).
Esa alegría inmensa, indescriptible, que siente Dios por nosotros cuando
nos convertimos de corazón, deberemos tenerla nosotros cuando, de
corazón, nos perdonamos.
v 15. "Enseñaré a los malvados tus caminos, los pecadores volverán a ti"
Otro efecto admirable de la conversión es el celo por la salvación de los
pecadores. El que ha sido así perdonado por Dios se convierte en
predicador entusiasta del perdón. Y predica un perdón gratuito, alegre,
creador. El que ha hecho experiencia del perdón de Dios dedica su tiempo a
hablar de ese perdón. Él era un pecador y ahora es un ser nuevo. Invita a la
alegría del nuevo nacimiento e invita, con fuerza, a dejar para siempre
aquellos viejos rencores, aquellos prejuicios, aquella manera tan ramplona
y mezquina de ver a los hermanos.
v 18. "Los sacrificios no te satisfacen"
Más que inmolar víctimas de reemplazo como ordena la ley (Lev 1, 4) es
mejor renunciar a las costumbres pecadoras y saber "inmolarse uno
mismo".
"La humilde contrición de los pecados es para ti el sacrificio que te place,
un perfume mucho más suave que el humo del incienso... allá se purifica y
lava toda iniquidad" (Kempis, Imitación de Cristo).
v 20-21. Estos versos fueron añadidos después del destierro... Es todo el
pueblo el que pide a Dios que se olvide de sus transgresiones. Dios puede
reconstruir las murallas de Jerusalén, las externas y, sobre todo, las de la
comunidad purificada en el destierro.
ORACIÓN
Misericordia, Señor, por tu bondad"
¡Misericordia! ¡Qué palabra tan rica de contenido! Está compuesta de
miseria y cordia. Es decir, corazón. Lo nuestro es la miseria. Y el corazón
es de Dios, ¿y qué ocurre cuando se encuentra el corazón de Dios con
nuestra miseria? Pues que la miseria desaparece como desaparece la
escarcha a la salida del sol.
"Yo reconozco mi culpa"
Ante Ti, Señor no quiero buscar excusas ni justificaciones. Como el
publicano de la parábola me postro ante Ti para decirte lisa y llanamente:
he pecado. Reconozco que soy pecador y esto de nacimiento. "En pecado
me concibió mí madre". Toda mí existencia viene marcada por el pecado.
Pero sé que mirando y remirando mi pecado no voy a salir del mismo. Por
eso yo necesito mirarte a Ti, necesito encontrarme contigo para que me
devuelvas la alegría de sentirme salvado, de sentirme querido por Ti.
"Crea en mí un corazón puro"
Yo no te pido simplemente que cambies mi corazón, sino que me des un
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corazón nuevo. Con este corazón viejo yo he fracasado y, desde ahora, yo
quiero emprender una vida nueva. Que mí conversión sea un nuevo
nacimiento. Haz que sepa estrenar el amor, estrenar la esperanza, estrenar
la alegría de vivir en tu amor.
Y, con estos ojos nuevos del amor, haz que ame a mis hermanos sin
prejuicios. Que no me fije en su pasado negativo. Que sepa mirarlos como
si hoy los conociera por primera vez.
"Mi lengua cantará tu justicia"
Desde esta nueva situación yo quiero ser el cantor de tu bondad. Quiero
pregonar al mundo entero tu amor misericordioso. Haz de mí, Señor, un
apóstol de tu amor perdonador.
FRASES
"Aunque nuestros pecados fueran negros como la noche, la misericordia
divina es más fuerte que nuestra miseria. Una cosa sirve: que el pecador
deje entornada la puerta del propio corazón. El resto lo hará Dios".
(Faustina Kowalska, mística polaca)
"Hacer agua pura con el agua mala, hacer agua joven con el agua vieja;
hacer agua nueva con el agua usada... hacer almas frescas con las almas
viejas, hacer almas claras con las almas turbias. Almas impuras que llegan
a ser puras... Es el más bello secreto que hay en el jardín del mundo".
(Peguy)
"Dios es excelso y tiene 100 misericordias. De éstas, 99 se las retiene
dentro y sólo una la ha manifestado al mundo terreno. En virtud de ésta, las
criaturas se muestran recíproca compasión: la madre se enternece del hijo y
el animal es afectuoso con su criatura. Y cuando llegue el día de la
Resurrección, Él juntará esta misericordia con las 99 y las pondrá sobre las
criaturas y cada una será amplia como el cielo y la tierra". (Al-Ghazali,
maestro místico del s. XI)
PREGUNTAS
1. Cuando Dios me perdona me crea de nuevo. ¿Sé crear yo también un
corazón nuevo en relación con las personas a quienes perdono? ¿Quito
todos los prejuicios? ¿Las miro como si ahora acabara de conocerlas?
2. Cuando Dios me perdona pone dentro de mí una alegría que me cala
hasta los huesos. ¿Siento esa alegría cuando perdono y me siento
perdonado por mis hermanos?
3. Una vez que he experimentado la maravilla del perdón, ¿me hago
pregonero, propagandista de este mismo perdón que yo he recibido
gratuitamente?
SALMO 52
¿Por qué te glorías de la maldad
y te envalentonas contra el piadoso?
Estás todo el día maquinando injusticias,
tu lengua es navaja afilada, autor de fraudes;
prefieres el mal al bien,
la mentira a la honradez;
prefieres las palabras corrosivas,
lengua embustera.
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Pues Dios te destruirá para siempre,
te abatirá y te barrerá de tu tienda;
arrancará tus raíces del suelo vital.
Lo verán los justos, y temerán,
y se reirán de él:
"Mirad al valiente que no puso en Dios su apoyo,
confió en sus muchas riquezas,
se insolentó en sus crímenes".
Pero yo, como verde olivo, en la casa de Dios,
confío en la misericordia de Dios
por siempre jamás.
Te daré siempre gracias porque has actuado;
proclamaré delante de tus fieles:
"Tu nombre es bueno".
ESTRUCTURA
1. Acusación contra el malvado (3-7)
2. Los justos preven su ruina total (8-9)
3. Confianza en el favor divino y acción de grcias (10-11)
INTRODUCCIÓN
Aparentemente se podría pensar en un poema de carácter sapiencial. Pero
este género es frío y el tono de este salmo es cálido, emotivo, pasional. El
salmo contiene elementos de acusación profética, con actos de confianza y
de acción de gracias.
Algunos autores han pensado que el salmo aludiría a David. Otros, en
cambio, hablan de un simple hombre de Dios muy relacionado con el
templo: un levita, un sacerdote, que ha sufrido afrentas por un competidor
pérfido.
DESARROLLO
v 3. "¿Por qué te glorías de la maldad y te envalentonas contra el
piadoso?"
El autor entra ex abrupto en escena. En este caso no se dirige a Dios, sino a
un hombre malvado que maquina constantemente contra el piadoso y se
gloría de los resultados que le proporciona el mal.
Nunca es bueno gloriarse de las cualidades que uno tiene. Todo lo que
tenemos lo hemos recibido de Dios. Pero aquí el malvado se está gloriando
del mal. Se trata de una persona que ha prescindido de Dios y encuentra
satisfacción en obrar el mal. Se ha enriquecido prescindiendo de todo freno
moral. Diríamos que los negocios sucios van mejor sin Dios. Y se ríe del
justo, del honrado, del que paga sus impuestos.
v 4. "Estás todo el día maquinando injusticias, tu lengua es navaja
afilada, autor de fraudes"
Triste situación: emplear todas las horas del día en hacer el mal. Ése es su
trabajo. Ése es su oficio. Aquí no se trata de fallos morales. El obrar el mal
es una vocación, un modo de vida, algo que conforma y estructura su
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persona. Todas las energías de su vida las tiene orientadas hacia la
destrucción. Su lengua se ha convertido en navaja afilada. Notemos que la
navaja es un instrumento doméstico en manos del barbero. Y ella se
convierte en arma mortífera. Así la lengua, doméstica y social, que la
empleamos para la conversación entre familiares y amigos y para dialogar
con otras personas extrañas, la convertimos en instrumento de muerte.
Cuántas veces hundimos a las personas con la lengua.
v.5-6. "Prefieres el mal al bien, la mentira a la honradez; prefieres las
palabras corrosivas, lengua embustera"
Por ser libres podemos optar por el bien o por el mal. A veces el bien ejerce
sobre nosotros una fuerza de atracción. Podemos quedar seducidos por la
verdad, la belleza, el amor. Pero, en el caso del salmista, es el mal el que
ejerce sobre él una especie de seducción. El opta por el mal y prefiere la
mentira a la verdad. Parece decirnos: con la verdad no vas a ninguna parte.
Todos te comen. Todo el mundo se te ríe. En cambio, con la mentira tú
puedes amasar grandes fortunas.
Para estas personas no cuenta para nada ni la dignidad de la persona, ni los
derechos humanos. Todo vale con tal de conseguir sus objetivos. El fin
justifica todos los medios.
v. 7. "Pues Dios te destruirá para siempre, te abatirá y te barrerá de tu
tienda; arrancará tus raíces del suelo vital"
Dios debe intervenir. No puede dejar que el mal triunfe sobre el bien. El
malvado, que se había metido como un intruso en la casa de Dios, será
arrojado como basura que se barre y se bota. "Barreré de ella hasta el
polvo y la dejaré como roca desnuda" (Ez 26, 4).
Te arrancaré de la tierra a cuajo. Como el leñador saca de la tierra el árbol
muerto. Arrancado de la casa de Dios ya no tendrá sitio donde habitar.
Fracaso existencial: se le quita el suelo donde apoyarse. Es Dios la casa y el
suelo; la tierra y el aire. El que prescinde de Dios va a la ruina total.
v. 8. "Lo verán los justos y temerán, y se reirán de él"
Del castigo sacará el justo un reconocimiento a Yavé. El temor hay que
traducirlo por admiración y asombro.
Ciertamente hay unos aspectos de venganza propios de esa época. Tendrá
que venir Jesucristo a limar todas esas asperezas del Antiguo Testamento y
elevar la moral a cumbres insospechadas: "Yo les digo: amen a sus
enemigos y oren por quienes los persiguen. Así serán hijos de su Padre que
está en el cielo; pues él hace salir el sol sobre buenos y malos y manda la
lluvia sobre justos e injustos" (Mt 5, 44-45).
v 10. "Pero yo, como verde olivo, en la casa de Dios, confío en la
misericordia de Dios por siempre jamás"
Conviene tener presentes los contrastes entre la conducta del malvado y el
piadoso salmista.
EL MALVADO:
a) Es excluido de la tienda de Dios.
b) Se ha confiado a sus riquezas.
c) Tiene una lengua dañina.
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EL SALMISTA:
a) Está enraizado en el Templo.
b) Se ha confiado en el Señor.
c) Con su lengua alaba a su Señor.
"Como verde olivo". La vida del salmista está creciendo junto al Señor.
Hunde sus raíces "al borde de la acequia" (Sal 1) y de ahí chupa la savia, la
vida. "El Señor te había llamado olivo frondoso, cargado de hermosos
frutos" (Jer 11, 16). El verdor es símbolo de juventud. Su vida no envejece.
No hay lugar al cansancio, a la rutina, al desmayo. Mantiene siempre la
frescura de sus compromisos, de su Alianza, de su amor primero.
La cercanía de Dios es fuente perenne de ilusión, de gozo, de felicidad. La
fe no es algo al margen de la vida. El hundir las raíces en Dios es enraizarse
en la vida con todo lo que ésta tiene de debilidad, de fragilidad. Confiar en
Dios es confiar en alguien que nunca te va a dejar, que jamás te va a
abandonar.
El justo permanecerá en el Santuario. La casa de Dios será su propia casa.
Allí experimentará su cercanía y su amor.
v. 11. "Te daré siempre gracias porque has actuado; proclamaré delante
de tus fieles: Tu nombre es bueno"
El salmista da gracias a Dios porque ha actuado en favor suyo. Pero el
salmista lo que realmente quiere celebrar es la obra de Dios en el gobierno
de este mundo.
Ni el impío o el tirano aquí en cuestión es un individuo definido, ni el yo
del salmista un justo aislado. Ambos son representantes de un diverso
género de hombres: los que confían en sí mismos y siguen su propio
capricho y los que confían en Dios y se rigen por su ley.
Lo que el salmista nos quiere inculcar es la confianza en el Señor. Dios
sólo busca nuestro bien. Por eso debemos darle gracias en todo tiempo.
Nuestra lengua no está hecha para la mentira, la calumnia, la crítica
destructiva, la murmuración. Nuestra lengua nos la ha dado Dios para
proclamar su Nombre, para decir al mundo lo grande, lo bueno, lo
maravilloso que es nuestro Dios.
El apóstol Santiago ha profundizado bien en este órgano tan pequeño que
puede hacer grandes cosas para bien o para mal. "¡Qué bosque tan grande
puede quemarse con un pequeño fuego! Y la lengua es ese fuego" (Stgo 3,
5-6).
"El hombre es capaz de dominar toda clase de fieras, de aves, de
serpientes... pero nadie ha podido dominar la lengua" (v. 7-8). Y termina
diciendo: "De la misma boca salen bendiciones y maldiciones... De un
mismo manantial no puede brotar, a la vez, agua dulce y agua amarga" (v.
10-11).
El salmista ataca la lengua fanfarrona, la que se siente orgullosa de poder
hacer el mal.
Podríamos acabar con esas bellas palabras de Pedro acerca de jesús:
"Él no cometió pecado ni se halló engaño en su boca; injuriado, no
devolvía las injurias; sufría sin amenazar, confiando en Dios, que juzga
con justicia" (1 Pe 2, 22-23).
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ORACIÓN
"Prefieres el mal al bien"
Para mí, Señor, el único bien eres Tú. Y el gran mal la ausencia de Ti. Y, a
pesar de todo, muchas veces prefiero mis gustos, mis caprichos, mis
egoísmos antes que a Ti. Perdona mi obcecación y mi pecado.
De aquí en adelante Tú serás siempre mi bien, mi único bien. No quiero
bienes que no tengan la raíz en Ti. Son pasajeros y engañosos. Todas las
fuentes de la felicidad están en Ti.
"Pero yo, como olivo verde, en la casa de Dios"
Yo quiero llevar una vida llena de verdor, es decir, llena de alegría, de
ilusión, de felicidad. Aunque vaya teniendo años yo quiero mantener
siempre mi alma joven, quiero disfrutar de tu eterna juventud.
"Confío en la misericordia de Dios"
Cada día, Señor, tengo menos confianza en mí mismo. Me veo pequeño,
débil, limitado. Desde esta experiencia de pequeñez me alzo a Ti. Sé que
eres bueno, indulgente, acogedor. Sé que perdonas y olvidas. Traigo ante Ti
el pequeño río de mi miseria para que desemboque en el gran mar de tu
Misericordia.
"Yo te daré gracias siempre"
Yo, Señor, quiero aprender a darte gracias siempre. Hasta ahora só lo me
acuerdo de darte gracias cuando las cosas me salen bien, como yo quiero.
Cuando se cumple mi voluntad. Ayúdame a cumplir en todo tu voluntad y a
fiarme de que lo que Tú quieres es siempre lo mejor para mí.
Ayúdame también a saber darte gracias por Ti mismo, por lo grande que
eres en la Naturaleza y en la Historia. Que mi acción de gracias brote de mi
corazón y sea la mejor expresión de mi amor a Ti.
FRASES
"Este salmo nos hace despertar ante la justicia divina tan largo tiempo
oculta y desconocida". (F. Delitzsch)
"En el Antiguo Testamento la certeza de que Dios reina y juzga con justicia
se adquiere en medio de la vida cotidiana. En ella es donde se decide si
Dios es Dios, si Dios interviene y se preocupa de los seres humanos".
(Kraus)
"Probar que yerra el que insensato fía sólo en la fuerza, el cálculo y el
nombre; que la justicia es fuerza y mejor guía; que en lo alto Dios existe
todavía y en nuestra tierra, el hombre". (Himno litúrgico)
PREGUNTAS
1. A veces prefiero el mal al bien. Pero, ¿acaso el obrar el mal me ha
aportado felicidad?
2. ¿Qué estoy yo haciendo de positivo en la comunidad en la que estoy
viviendo?
3. ¿Me preocupa el estar alegre para poder aportar alegría a los demás?
¿Me preocupa vivir con ilusión para poder dar ilusión a los demás? ¿Caigo
en la cuenta de que estoy llamado a ser un evangelio vivo para la gente?
El Salmo 53 es repeticíón del Salmo 14. Lo encontrará en
el Tomo 1, en la página 111.
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SALMO 54
Oh Dios, sálvame por tu nombre,
sal por mí con tu poder.
Oh Dios, escucha mi súplica,
atiende a mis palabras;
porque unos insolentes se alzan contra mí,
y hombres violentos me persiguen a muerte
sin tener presente a Dios.
Pero Dios es mi auxilio,
el Señor sostiene mi vida.
Devuelve tú su maldad a mis contrarios
y destrúyelos, por tu lealtad.
Te ofreceré un sacrificio voluntario
dando gracias a tu nombre que es bueno
porque me libraste del peligro
y he visto la derrota de mis enemigos.
ESTRUCTURA
1. Llamada de Dios (3-4)
2. Exposición del peligro en que se encuentra (5)
3. Profesión de confianza en Dios (6-7)
4. Acción de gracias (8)
INTRODUCCIÓN
Este salmo queda considerado por todos como un lamento individual. Por
la confianza en que se apoya en Dios como el único que puede hacer
justicia sobre él y salvarle de sus enemigos, atisbamos que se trata de un
hombre de una fe profunda. El salmista nos invita a la confianza en Dios.
Él va escribiendo las líneas de nuestras vidas que no ven nuestros ojos
humanos.
"El salmo presenta reminiscencias de Jeremías y de la teología del
Deuteronomio acerca del nombre de Yavé. Debe ser considerado de la
época del post-exilio" (Deissler).
DESARROLLO
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v 3. "Oh Dios, sálvame por tu nombre, sal por mí con tu poder"
El salmista comienza con un vocativo llamando a Dios con confianza. No
ha llamado a las puertas de nadie ni le interesa que le abran otras puertas.
Quiere que le salve Dios. Acude al nombre de Dios. El nombre indica el
poder de Dios actuando. Dios se hace presente por la fe del que le invoca.
"El nombre del Señor es como una torre fuerte" (Prov 18, 10).
"Por tu nombre" significa por esa fama que tienes, conseguida a pulso, de
hacer justicia al que no se puede defender. Lo tuyo es mantener siempre ese
buen nombre.
v 4: "Oh Dios, escucha mi súplica, atiende a mis palabras"
El salmista le pide a Dios que le escuche. Que no se limite a oírle. Que
tenga tiempo para él a pesar de sus infinitas ocupaciones y esto crea ya un
clima de confianza.
v 5. "Unos insolentes se alzan contra mí, y hombres violentos me
persiguen a muerte sin tener presente a Dios"
Ahora describe a sus enemigos. Son unos extraños, es decir, unos que no
actúan como vecinos, como próximos. Sólo me buscan para herirme y
hacerme daño. Son violentos. Literalmente: se echan al cuello (donde está
la respiración) para matarme.
Y lo hacen sin tener presente a Dios, es decir, sin poner delante a Dios.
Huyen de la realidad de Dios. Les falta el sentido religioso de la vida. Por
eso actúan de esa manera. ¿Quién sería capaz de obrar el mal si pusiera a
Dios por delante? La falta de Dios trae esas malas consecuencias.
v. 6. "Pero Dios es mi auxilio, el Señor sostiene mi vida"
¡Pero ahí está Dios!... Es una frase que contrasta con la negación anterior.
El salmista parece que quiere mostrar a Dios como algo que se pudiera
ver... Y es que Dios para él es una realidad viviente.
Notemos que en el salmo aparecen tres nombres de Dios: ELOHIM (Dios),
ADONAY (mi Señor) y YAVÉ (Señor).
Ese Dios del inicio se transforma ahora en mi Señor, justamente en el
centro del salmo y en el centro de su oración íntima. "No temas porque yo
estoy contigo. No lances alrededor de ti miradas angustiosas porque yo soy
tu Dios. Vengo en tu ayuda. Yo te hago fuerte. Yo te sostengo con la
derecha de mi justicia" (A. Deissler).
"Él sostíene su vida". El salmista se siente seguro en Dios, como pisando
una tierra firme. Sin El se desmoronaría todo su ser. Sin Él la vida sería el
sin sentido, el caos, la nada.
El tema de Dios no lo podemos plantear a niveles teóricos sino
existenciales. Cuando nos piden razones de nuestra fe debemos contestar
no con las palabras, sino con la misma vida.
Dios debe ser para nosotros: el suelo en que nos afirmamos, el aire que
respiramos, el pan con que nos alimentamos, el agua con que saciamos la
sed de eternidad que anida dentro de nuestro corazón.
De vez en cuando nos debemos hacer este tipo de preguntas: ¿Quién está
sosteniendo actualmente mi vida? ¿Quién sostiene la vida de mi grupo, de
mi comunidad?
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v 7. "Devuelve tú su maldad a mis contrarios y destrúyelos por tu
lealtad"
Una de tantas frases de los salmos que nos hacen daño a nuestros oídos
habituados a las dulces palabras del Sermón de la montaña. Estamos dentro
de la ley del talión donde se pide para el enemigo el mismo mal que éste
pretendía hacerte a ti.
Yavé devolverá contra los malvados el mismo mal que ellos han tramado
contra el orante. Dios ha empeñado su palabra de atender al desvalido. Por
eso apela a la lealtad.
Notemos que en la venganza hay algo más que un instinto pasional. Se
mira a la liberación que va a tener el oprimido y la satisfacción de la
exigencia de justicia. Más que venganza se pide justicia. Recordemos que,
en estos tiempos, no está elaborada la teología de la otra vida. La justicia se
tiene que realizar aquí en este mundo.
v. 8. "Te ofreceré un sacrificio voluntario dando gracias a tu nombre que
es bueno"
El sacrificio voluntario es el espontáneo, el que sale del corazón, el que no
es forzado ni obligado, el que se hace a gusto y con el fin de complacer a
Dios. Esas obras enteramente libres son las que más agradan a Dios. Y para
que pudiéramos obrar de esa manera Dios nos ha hecho libres.
"Dios ha querido dejar al hombre en manos de su propia decísíón para que
así busque espontáneaxr.,rlte a su Creador y, adhiriéndose libremente a
éste, alcance la plena y bienventurada perfección" (Gaudium et Spes).
Cuando el salmo habla de sacrificio voluntario habla del que está fuera de
catálogo. Fuera de lo mandado o exigido. En una pura complacencia
interna. Como decía Santa Teresa "contentos de poder contentar a Dios".
Ésta es la mejor manera de agradecer a Dios.
v 9. "Porque me libraste del peligro y he visto la derrota de los enemigos"
Ver la derrota de los enemigos supone constatar, a todas luces, la acción de
Dios en favor del salmista. Así aparece que Dios es Dios y ha hecho honor
a su buen nombre, a su fama de salir en defensa de los humildes e
indefensos.
En este salmo se aprecia que Dios es más grande que nuestra necesidad. A
veces nosotros queremos presionar a Dios con nuestras necesidades. Y
Dios nos da mucho más de lo que nosotros pedimos.
Este salmo nos invita también a mantener la fe en la adversidad. Es ahí
donde uno da la medida de la talla de su fe. Es ahí donde uno dice con la
vida lo que dice creer con las palabras. El creyente de verdad, en
situaciones de dificultad, constata un verdadero crecimiento en la fe.
"He visto la derrota de los enemigos". Notemos que muchas veces los
enemigos peores los llevamos dentro de nosotros mismos. En muchas
ocasiones hemos luchado nosotros inútilmente. Hemos querido liberarnos y
no hemos podido. Pero también hemos constatado que, en la medida que
perdíamos nuestras propias seguridades humanas y nos afirmábamos del
todo en Dios, hemos experimentado en nosotros verdaderas maravillas.
Hemos de buscar en nuestra vida espiritual los llamados milagros del
corazón. Éstos son los más importantes. El dejar de ser egoístas, el poder
amar como nos manda Jesús, incluso a los enemigos, el poder estar siempre
12
disponibles para el servicio desinteresado a los demás, etc., esto es un don,
un regalo de Dios, un verdadero milagro interior.
Dice San Agustín que la conversión de Pablo fue más milagro que la
resurrección de Lázaro. Y ciertamente, con la conversión de Pablo se han
dado unas ininterrumpidas conversiones en cadena. Lázaro volvió a morir y
fue sepultado. Pablo sigue vivo: llamando, sugiriendo, incitando a
convertirnos a Dios.
ORACIÓN
"Oh Dios, escucha mi súplica"
Hoy, Señor, no te pido que me hables, sino que me escuches.
Lamentablemente en este mundo hay poca gente que quiera escuchar. Hay
mucho ruido, muchas prisas, muchas ganas de hacer cosas... pero nadie
tiene tiempo para escuchar. De hecho, hay mucha gente enferma por falta
de comunicación. Pero Tú, Señor, eres distinto. Siempre nos escuchas,
siempre tienes tiempo para nosotros. Cuando nos invitas a la oración, ¿qué
otra cosa buscas, sino nuestro encuentro y el deseo de que pongamos en Ti
todas nuestras preocupaciones?
"Sin tener presente a Dios"
En este mundo secularizado en que vivimos cada día, Tú, Señor, cuentas
menos. La gente se está acostumbrando a vivir prescin diendo de Ti.
Luchan, trabajan, hacen planes y proyectos pero sin tenerte presente a Ti.
Y es por eso que abundan tanto los mentirosos, los violentos, los farsantes,
los corruptos. Hazte, Señor, presente en nuestro mundo. Te necesitamos.
Hoy más que nunca. Aunque nosotros nos apartemos de Tí, Tú nunca te
separes de nosotros.
"El Señor sostiene mi vida"
Yo, Señor, no quiero hablar de Ti de una manera fría, puramente
teórica. Quiero hablar de lo que Tú supones en mi vida, de lo que Tú haces
en mí. Tú eres mi roca, mi fundamento. Sin Ti, mi vida se derrumba.
Vengo a ser como esa casa edificada sobre la arena. En cambio, contigo,
me siento fuerte, soy como la casa bien edificada sobre roca.
"Te ofreceré un sacrificio voluntario"
Sí, quiero ofrecerte un sacrificio de alabanza y de acción de gracias nacido
del corazón. No quiero darte nada forzado ni obligado. Quiero hacer de mi
vida una donación libre y espontánea. Quiero experimentar el gozo de las
obras libres como las de Adán en el paraíso.
FRASES
Para el cristiano este salmo es una oración llena de grandeza y Je fuerza
pero enriquecida con una resonancia nueva". (Deíssler)
"Yo domino a los demonios desde lo alto y no les hago más caso que a las
moscas. Los encuentro singularmente flojos. Desde que se ven
despreciados, todo coraje les abandona. Atacan a los que se rinden a su
discreción". (Santa Teresa de Jesús)
"Estos (los impíos) florecen con la felicidad del siglo, perecen por la fuerza
de Dios. Florecen para el tiempo, perecen para la eternidad. Florecen con
falsos bienes y perecen con verdaderos males". (San Agustín)
PREGUNTAS
13
1. ¿Tengo presente a Dios en mi vida? ¿En qué se nota? ¿CVento con Dios
en mis determinaciones personales?
2. ¿Me siento distante de alguna persona de mi comunidad? ¿Qué hago
para acercarme?
3. La gente de la calle, ¿ya nota que es Dios quien está sosteniendo mi
vida?
SALMO 35
Dios mío, escucha mi oración,
no te cierres a mi súplica,
hazme caso y respóndeme:
me agitan mis ansiedades.
Me turba la voz del enemigo,
los gritos del malvado;
descargan sobre mí calamidades,
y me atacan con furia;
se me retuercen dentro las entrañas,
me sobrecoge un pavor mortal,
me asalta el temor y el terror,
me cubre el espanto;
y pienso: "¡Quién me diera alas de paloma
para volar y posarme!
Emigraría lejos,
habitaría en el desierto,
me pondría en seguida a salvo de la tormenta,
del huracán que devora,
Señor, del torrente de sus lenguas".
Veo en la ciudad violencia y discordia:
día y noche hacen la ronda sobre sus murallas;
en su recinto, crimen e injusticia,
dentro de ella, calamidades;
no se apartan de su plaza la crueldad y el engaño.
Si mi enemigo me injuriase, lo aguantaría;
si mi adversario se alzase contra mí,
me escondería de él;
pero eres tú, mi compañero, mi amigo y confidente,
a quien me unía una dulce intimidad;
juntos íbamos entre el bullicio por la casa de Dios.
Que los sorprenda la muerte,
que bajen vivos al Abismo,
pues la maldad anida entre ellos.
Pero yo invoco a Dios, y el Señor me salva:
por la tarde, en la mañana, al mediodía,
me quejo gimiendo.
Dios escucha mi voz:
su paz rescata mi alma de la guerra que me hacen,
porque son muchos contra mí.
Dios me escucha, los humilla
14
el que reina desde siempre,
porque no quieren enmendarse ni temen a Dios.
Levantan la mano contra su aliado,
violando los pactos;
su boca es más blanda que la manteca,
pero desean la guerra;
sus palabras son más suaves que el aceite,
pero son puñales.
Encomienda a Dios tus afanes, que él te sustentará;
no permitirá jamás que el justo caiga.
Tú, Dios mío, los harás bajar a ellos
a la fosa profunda.
Los traidores y sanguinarios
no cumplirán ni la mitad de sus años. Pero yo confío en ti.
ESTRUCTURA
1. Introducción (2-3)
2. Lamentación (4-9)
3. Súplica contra los enemigos (10-16)
4. Expresión de confianza (17-22)
5. Exhortación final (23-24)
INTRODUCCIÓN
Se trata de un salmo de lamentación y súplica en un peligro grave. El
orante se entretiene en describir larga y confusamente, como confuso está
su interior, una situación donde la perfidia y el mal campan por todas partes
hasta anidar en el mismo corazón de la ciudad.
El salmista vive en un clima de un natural abandono en Dios. "Alma tierna,
extremadamente impresionable, no tiene nada de combativo" (E.
Podechard). Todo lo que piensa es poder decir: "Oh Dios mío, escúchame,
no te ocultes". El salmista más que un justo es un santo.
Los versículos 19ab-24 parecen cánticos diferentes: "Restos de un poema
insertado aquí sin razón" (H. Gunkel).
El P. Alonso Schókel dice que en el salmo se da un movimiento de vaivén:
entrar y salir; recogerse y asomarse; expandirse y concentrarse.
¿En qué época fue escrito? Nos atenemos a la opinión más general de que
se trata de época tardía. "El estilo y la lengua del salmo sugieren más una
época posterior al exilio que una época anterior" (W. Oesterley).
DESARROLLO
v.2. "Dios mío, escucha mi oración, no te cierres a mi súplica"
El salmista le pide a Dios algo tan sencillo como que le escuche, que le
atienda. "Que no se cierre"... Cerrarse es un modo de desentenderse. A
veces Dios cierra los ojos para no ver. Se tapa los oídos para no escuchar
(Is 1, 15).
En realidad se trata de una estrategia por parte de Dios para hacer cambiar
la conducta del pueblo. "Hacen subir a su corazón sus ídolos y los ponen
de tropiezo, ¿y voy a escucharles? (Ez 14, 3).
Pero Dios siempre tiene abiertas las puertas del corazón. "Él es la puerta"
(Jn 10, 9). Es Él quien, con infinito amor, llama a nuestras puertas: "Estoy a
15
la puerta y llamo" (Ap 3, 20).
v.3. "Hazme caso y respóndeme: me agitan mis ansiedades"
La situación del salmista es tan dura que teme el perder la cabeza. "Vago de
acá para allá, reflexionando y meditando, dando vueltas sin descanso, de
un pensamiento a otro" (Delitzsch).
v 4. "Me turba la voz del enemigo"
Hay un barullo de multitud, me siento mareado en medio de los
apretujones, y las voces hostiles son gritos de guerreros en combate.
vv.5-6. "Se me retuercen dentro las entrañas... me cubre el espanto"
Lo mismo que existe un amor entrañable, nacido de las entrañas, hay
también un dolor que sale de dentro, de lo más hondo, de lo más profundo.
Y tiene tanta fuerza que es como un río desbordado que me arrolla y me
anega.
vv.7-10. "Y pienso: ¡Quién me diera alas de paloma para volar y
posarme! Emigraría lejos, habitaría en el desierto, me pondría en
seguida a salvo de la tormenta, del huracán que devora, Señor, del
torrente de sus lenguas"
Decimos que el miedo es malo. Y el salmista tiene mucho miedo. Por eso
su imaginación está pensando en la huída. Envidia la capacidad de volar
que tiene el ave: alas de paloma. ¿Se inspira en la paloma del arca que se
aleja de los hombres aprisionados en el arca, cercado de aguas hostiles?
El pájaro quiere reposo después del vuelo... Esto le sirve al autor para
expresar sus sentimientos: huir de los hombres y pedir al desierto un lugar
de acogida. Pero se encuentra con un huracán que todo lo aniquila. Es
como una fiera que todo lo devora.
"Torrente de lenguas", es decir, palabras y discursos de los enemigos que
fluyen amenazadores. Normalmente los canales son benéficos, sirven para
"alegrar y fecundar la ciudad" (Sal 46, 5), pero aquí se han vuelto
perniciosos. La lengua que debería ser instrumento de convivencia se ha
vuelto factor de división.
v. 11-12. "Veo en la ciudad violencia y discordia: día y noche hacen la
ronda sobre sus murallas; en su recinto, crimen e injusticia... no se
apartan de su plaza la crueldad y el engaño"
En las murallas, signo de seguridad ciudadana, hacen la ronda día y noche
la violencia y la discordia. Han suplantado a los centinelas. Esta es la
situación al exterior.
En el recinto, donde antes habitaba el derecho (Is 1, 21), se han instalado el
crimen, la injusticia y las calamidades.
En la plaza del mercado, lugar de convivencia y donde se administra la
justicia, se violan todos los derechos.
Pensemos en nuestras comunidades cristianas. Cuando ha desaparecido el
amor, la fraternidad, la solidaridad... sobran todas las murallas y los
centinelas. Cuando se enfría la caridad todos los enemigos están al acecho.
v.13-15. "Si mi enemigo me injuriase lo aguantaría... pero eres tú, mi
16
compañero, mi amigo y confidente, a quien me unía una dulce intimidad;
juntos íbamos entre el bullicio por la casa de Dios"
Con el enemigo siempre hay distancias. Al amigo se le abren todas las
puertas: las de la casa y, sobre todo, las del corazón.
Se le deja que pase hasta dentro. Nos hemos entregado a él saliendo de
nosotros mismos. La traición del enemigo es comprensíble, pero la del
amigo nos duele en lo más íntimo.
Los enemigos del salmista no son extranjeros, sino de Jerusalén. Gente que,
a pesar de estar en la ciudad santa y en el Templo, han perdido el sentido de
Dios. El amigo que le traiciona es alguien de la misma mentalidad, de la
misma naturaleza afectiva, el que ha compartido con él el mismo celo por
Yavé: es un sacerdote o un levita. Ha tenido con él comunión de culto.
Es la traición del sacerdote amigo o de la hermana religiosa. ¡Cómo duele!
Jesús llamó a Judas amigo. Le lavó los pies y le dio a comer del mismo
plato... Los evangelistas remarcan con asombro: ¡era uno de los Doce!
v. 17-18. "Pero yo invoco a Dios, y el Señor me salva: por la tarde, en la
mañana, al mediodía..."
No es la huída lo que salva al salmista. Tampoco los amigos. Sólo la
oración a Dios intensa y repetida: por la mañana, la tarde y la noche.
Esta oración alude a la oración de los patriarcas: oración con Abrahán que
se levantaba pronto para orar en el lugar donde antes había estado con el
Señor (Gen 19, 27). Oración con Isaac que salía a meditar en el campo al
atardecer (Gen 24, 63). Con Jacob que se dispuso a pasar la noche orando
(Gen 28, 11).
v 19. "Su paz rescata mi alma de la guerra que me hacen..."
La paz no es ausencia de guerra. Para un judío la paz, shalom, es el cúmulo
de todos los bienes mesíánicos, es la felicidad plena. Esa paz interior es un
don de Dios, fruto de su oración.
v 23. "Encomienda a Dios tus afanes, que él te sustentará; no permitirá
jamás que el justo caiga"
Una voz interrumpe el discurso. ¿Qué es esa? Hay dos interpretaciones:
a) litúrgica, a la parte de un salmista responde un oráculo oficial por parte
de un funcionario del templo.
b) psicológica: el orante escucha una voz interior. Dios se hace oír en lo
íntimo del corazón del salmista. Éste le habló a Dios con el corazón abierto.
Por esa misma puerta del corazón se ha colado Dios.
v 24. "Pero yo confío en ti"
La confianza del salmista se halla inconmoviblemente asentada en Yavé. El
salmista no ha confiado en las instituciones, en los decretos, en las leyes.
Se ha fiado, como en otras ocasiones aparece en los salmos, de una
persona. Y esa persona es Dios.
ORACIÓN
"Se me retuercen por dentro las entrañas"
En la Biblia, Señor, se nos habla de amor entrañable, el que viene de
dentro, el que nace de las entrañas. Hoy el salmista nos habla de dolor
17
entrañable, dolor íntimo, que sale de las entrañas y que no deja descansar ni
vivir.
Tú no has creado este dolor pero lo has padecido cuando todo tu cuerpo se
retorcía en la cruz. Dame fortaleza en esos momentos. Haz que no pierda la
fe. Y sepa poner en Dios Padre toda mi confianza.
"¡Quién me diera alas de paloma!"
Sí, dame alas, no para huir del mundo ni desentenderme de los problemas.
Dame alas para cobijarme dentro de Ti. Dame alas para saber elevarme por
encima de las circunstancias y situaciones difíciles y encontrar en Ti la
auténtica solución. Dame alas para volar a mis hermanos que sufren como
yo y poder ayudarles desde mi propia experiencia de dolor.
"Pero Tú eres mi amigo"
Nadie como Tú conoce la traición de los amigos. La has vivido en
tu propia carne, Judas ha sido tu apóstol, tu confidente. Ha compartido
contigo mesa y trabajo. Y, sin embargo, se ha servido de tu amistad para
clavarte el puñal de la traición. Haz, Señor, que yo nunca te traicione. Haz
que sepa responder con fidelidad a la amistad que me has brindado.
"Pero yo confío en Ti"
Déjame decir con tu apóstol: "Sé bien de quién me he fiado".
Otros pueden confiar en la plata, en sus propias cualidades, en los
amigos de este mundo. Yo prefiero confiar en Ti. Como María, tu
madre, quiero abandonarme en Ti y poder decir: "Yo siempre he
confiado en el Señor y me ha ido muy bien".
FRASES
"Las alas son la contemplación, con la cual pasamos de las criaturas al
reposo en la Santísima Trinidad". (Orígenes)
"El autor de este salmo es un jeremías destinado a sufrir en un mundo
donde la intriga y la injusticia le aseguran el éxito". (E. Kissane)
"Por la tarde el Señor en la Cruz; por la mañana en la Resurrección;
al mediodía en la Ascensión. Contaré por la tarde la paciencia del
que muere, anunciaré por la mañana la vida del que resucita, pedi
ré al mediodía que escuche al que se sienta a la derecha del Padre".
(San Agustín)
PREGUNTAS
1. ¿Me he visto alguna vez traicionado por los amigos? ¿Cuál ha sido mi
reacción?
2. ¿Quiénes son los centinelas que rondan las murallas de mi comunidad?
¿El amor... el servicio.... la fraternidad? ¿O tal vez el enojo, la mentira, la
mediocridad?
3. Mi experiencia de vida comunitaria, ¿me capacita o me frena a la hora de
crear nuevos lazos de amistad con las personas de afuera?
SALMO 56
Misericordia, Dios mío, que me hostigan,
me atacan y me acosan todo el día;
todo el día me hostigan mis enemigos,
me atacan en masa.
Levántame en el día terrible, yo confío en ti.
18
En Dios, cuya promesa alabo,
en Dios confio y no temo:
¿qué podrá hacerme un mortal?
Todos los días discuten y planean pensando sólo en mi daño;
buscan un sitio para espiarme,
acechan mis pasos y atentan contra mi vida.
Resérvalos para el desastre,
derriba con tu ira a los pueblos, oh Dios.
Anota en tu libro mi vida errante
recoge mis lágrimas en tu odre, Dios mío.
Que retrocedan mis enemigos cuando te invoco,
y así sabré que eres mi Dios.
En Dios, cuya promesa alabo,
en el Señor, cuya promesa alabo,
en Dios confio y no temo:
¿qué podrá hacerme un hombre?
Te debo, Dios mío, los votos que hice,
los cumpliré con acción de gracias:
porque libraste mi alma de la muerte,
mis pies de la caída;
para que camine en presencia de Dios a la luz de la vida.
ESTRUCTURA
1. Petición de ayuda (2-4)
2. Exposición de' la situación (6-10)
3. Acción de gracias; (13-14)
INTRODUCCIÓN
Salmo de lamentación y súplica en la persecución. Un hombre agobiado
invoca a Dios como testigo de la injusticia que sufre. Apela al juicio de
Dios. Con su fe profunda descubre que una oración bañada en lágrimas va
a tocar el corazón de Dios y se confía a Él.
En este salmo habla la sed de justicia que ha abrasado el interior del
hombre de todos los tiempos. Por eso hay que saber leerlo con toda
reverencia relativizando los términos en que se expresa. La verdad última
es que Dios sigue la pista de los sufrimientos y dolores humanos.
DESARROLLO
v 2-4. "Misericordia, Dios mío, que me hostigan, me atacan y me acosan
todo el día... Levántame en el día terrible, yo confío en ti"
El salmista comienza con la palabra misericordia. El Dios de Israel no es
un Dios insensible como los dioses paganos, sino extremadamente
compasivo. Es ésta la riqueza de la fe judía. ¿Qué se entiende por
misericordia? Existe una bella paráfrasis parenética del judaísmo: "Señor,
sé tentación; pero si yo pecare sé misericordioso conmigo a fin de que yo
me arrepienta".
La misericordia no sólo tiene una restauración cuando uno ha pecado, sino
también ejerce un poder preventivo. Para no pecar, lo mejor es poner por
delante de nosotros todo el amor misericordioso de Dios.
El verbo "acosar" aquí significa aspirar con fuerza el aire: es el que jadea o
19
resuella. Con la misma avidez con que un luchador respira ruidosamente
antes de entablar pelea, así están los enemigos sobre mí.
Los enemigos son muchos: agresivos, incansables, ocupan las alturas. Son
encrespados, con una superioridad física y con una actitud de orgullo frente
al salmista.
El salmista no niega el miedo~ lo tiene bien justificado ya que él está solo
frente a muchos. El es pacífico y los enemigos son violentos. Pero la
confianza está todavía más justificada ya que ellos son sólo hombres pero
el Señor, en el que ponen toda su confianza, es Dios.
v 5. "En Dios cuya promesa alabo, en Dios confío y no temo: ¿qué podrá
hacerme un mortal?"
Este estribillo tiene tres elementos: a) alabanza a la palabra de Dios, b)
confianza en Dios, c) no temer al hombre.
El estribillo acaba con una pregunta: ¿qué podrá hacerme un mortal?
Ciertamente el hombre puede hacer mucho daño. Lo más terrible no es el
elemento cósmico, sino la crueldad y violencia del hombre. "La naturaleza
hiere pero no se ensaña, no carga de odio los golpes" (P. Schókel). Con
todo define el ser entero como mortal, en contraste con Dios: fuerza, vida,
eternidad.
Por eso decía Jesús: "No tengáis miedo a los que matan el cuerpo y ya no
pueden hacer más" (Mt 10, 28).
v 6. "Todos los días discuten y planean pensando sólo en mi daño"
Triste y lamentable situación: se pasan el día pensando cómo hacer daño,
cómo más daño, cómo verle más hundido, cómo poder desprestigiarlo más.
Qué contraste con la vida de Jesús de quien se dice que "pasó por la vida
haciendo el bien".
v 7. "Buscan un sitio para expiarme, acechan mis pasos y atentan contra
mi vida"
Así como el cazador persigue su presa y va siguiendo las huellas que deja
el animal en su huída, así también los enemigos están al acecho, siguiendo
todos los pasos que da el perseguido. Es el acecho, ocultamiento, rastreo,
silencio, espionaje la parte más peligrosa de la guerra. Los enemigos no
dan la cara, rastrean las huellas hasta que se da con la persona.
Psicológicamente una persona no puede vivir sintiéndose expiada. Entra en
juego lo más sagrado de la persona: su libertad.
v 8. "Resérvalos para el desastre, derriba con tu ira a los pueblos, oh
Dios"
Aquí, ciertamente, se pide venganza. Así como se guarda la cizaña hasta
que llegue el fuego, aquí se pide a Dios que su ira reaccione contra los
enemigos.
Detrás de estas palabras duras hay un deseo de justicia de muchas vidas de
hombres que han sufrido en sus carnes la opresión y la muerte injustas.
El salmista quiere dejar claro que está vivo en la historia el Dios que hace
justicia sobre esta tierra.
v 9. "Anota en tu libro mi vida errante, recoge mis lágrimas en tu odre,
Dios mío"
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Este es el verso más bello del salmo. El P. Schókel lo traduce de esta
manera: "¿Conducen las andanzas del hombre a alguna parte? Pues Dios
va a registrarlas en un libro suyo, convirtiéndolas en trayectoria vital con
sentido. ¿Para qué sirven las lágrimas? Desahogo del alma, solidaridad
del cuerpo con la pena del espíritu. Dios va a recogerlas y almacenarlas
como algo valioso, que hace suyo".
Todas las andanzas, el océano inmenso de la humanidad entera no se
pierden para Dios. Cristo peregrinó con nosotros y oró con gemidos y
lágrimas.
"Él mezcló sus lágrimas con las nuestras, como una esencia que diluye su
aroma en una masa de agua. Él consagró nuestras andanzas y lágrimas
dándoles un valor nuevo, permanente" (A. Schókel).
v 10. "Que retrocedan mis enemigos cuando te invoco, y así sabré que
eres mi Dios"
La derrota del enemigo injusto es una manifestación de poder y
misericordia de Dios a favor del salmista. Los enemigos retroceden. Los
que contemplan el triunfo de la justicia por la que han sentido sed y han
rezado, ven que todo ha sido obra de Dios. Dios está vivo y presente en la
historia de los hombres. Esta tierra no puede quedar más en dominio de los
perversos.
v 13. "Te debo, Dios mío, los votos que hice, los cumpliré con acción de
gracias"
El salmista ha hecho alguna promesa al Señor. Él está feliz de poder
cumplirla. El salmista es agradecido y es feliz de poder ofrecerle a Dios un
sacrificio de acción de gracias.
Todos nosotros estamos entrampados con Dios. Constantemente derrama
beneficios sobre nosotros. La palabra gracias no debería caer de nuestros
labios.
v. 14. "Porque libraste mi alma de la muerte, mis pies de la caída; para
que camine en presencia de Dios a la luz de la vida"
Caminar en la presencia de Dios es la alternativa de las andanzas. Caín
tenía que alejarse de la presencia de Dios para andar errante y sin destino.
El orante devana su vida en presencia y compañía de Dios.
El hombre sigue caminando en esta vida pero abierto a la trascendencia "en
la presencia de Dios". Ésta es la vida del orante: penas y alegrías; gozos y
lágrimas, pero siempre en compañía de Dios.
En el salmo ha habido una ascensión. Del sufrimiento se ha pasado a la fe.
De la fe, a la confianza. De la confianza al abandono total en Dios. Esta es
la mística del hombre de todos los tiempos.
Este salmo nos invita a orar por la justicia. Ahora bien, una oración por la
justicia debe estar respaldada por una vida preocupada por las injusticias
del mundo. Una vida que no quede interrogada por el cúmulo de injusticias
que cada día nos rodean, difícilmente puede hacer creíble su oración.
Nos deben doler en carne viva todos los atropellos a inocentes. Nosotros
debemos recoger el grito de los que sufren y ofrecerlo a Aquel que murió
víctima de la injusticia más grande que ha cometido la historia: clavar en
una Cruz, al Santo de Dios.
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ORACIÓN
"Buscan un sitio para espiarme"
Señor, no me gusta que me espíen, que me controlen, que sigan mis pasos
para sorprenderme en mis fallos y poder acusarme.
Tú me has hecho libre y me has dado anchura para caminar. Y no es que
quiera hacer mi capricho, mi gusto abusando de mi libertad. Quiero vivir
mi libertad con anchura de corazón. Quiero, sobre todo, vivir en el ancho y
espacioso océano de tu amor. Quiero gozar de esa libertad que Tú me has
conquistado.
"Anota en tu libro mi vida errante"
Mi vida errante es mi vida de peregrino con mis aciertos y mis errores, con
mis luces y mis sombras. Mi vida errante es esta vida humana de penas y
sufrimientos de gozos y esperanzas.
Esta vida es la que yo quiero que tomes en tus manos y la peses en una
balanza. Pero que seas Tú el Juez y no otra persona.
Anota, suscribe, conserva mi vida en tu libro y dale un vistazo de vez en
cuando. No me importa que leas mis fallos y mis errores. Lo importante es
que Tú la mires con cariño.
Escríbeme en tu libro. Méteme en tu libro. Llévame en tu libro. Tú eres un
Dios que conviertes en amor todo lo que tocas.
"Recoge mis lágrimas en tu odre"
Que nuestra vida es una valle de lágrimas no es una bonita metáfora que
cada día recitamos en la Salve. Es una realidad. Es una definición.
Recoge mis lágrimas en tu odre. Haz que no se malogren mis lágrimas.
Ellas son expresíón de mis propios sentimientos. Lágrimas de dolor en las
horas amargas. Lágrimas de emoción y júbilo en las horas felices.
Guarda mi vida con amor. Recuérdala con cariño. Repásala con gozo.
Toma mis lágrimas. Es todo lo que tengo para ofrecerte.
FRASES
"Cristo es la luz de los vivientes". (San Agustín)
"Alabo la Palabra que se ha hecho carne débil y de esta manera ha hecho
presente a Dios entre nosotros. En Él se apoya mi confianza a pesar de la
carne ajena que me ataca; a pesar de la carne propia que me asedia y
desanima. Por su resurrección me consta de que está conmigo, puedo
caminar aquí en su presencia, a su luz, y esperar la victoria definitiva de la
vida sobre la muerte". (P. A. Schókel)
"En el Antiguo Testamento la carne es siempre lo que distingue
cualitativamente al hombre y lo diferencia de Dios, no en el sentido de un
dualismo materia-espíritu, sino de una oposición entre la fuerza y la
debilidad". (E.Jacob)
PREGUNTAS
1. ¿Vivo con paz, con gozo, con libertad... sabiendo que camino en la
presencia del Señor?
2. ¿Sé anotar en el libro de mi comunidad todos los valores, cualidades y
aspectos positivos de cada uno(a) de mis hermanos (as)?
3. ¿Sé guardar en mi corazón las lágrimas de mis hermanos para mezclarlas
con las mías en un gesto de solidaridad?
22
SALMO 57
Misericordia, Dios mío, misericordia,
que mi alma se refugia en ti;
me refugio a la sombra de tus alas
mientras pasa la calamidad.
Invoco al Dios Altísimo,
al Dios que hace tanto por mí.
Desde el cielo me enviará la salvación,
confundirá a los que ansían matarme,
enviará su gracia y su lealtad.
Estoy echado entre leones devoradores de hombres;
sus dientes son lanzas y flechas,
su lengua es una espada afilada.
Elévate sobre el cielo, Dios mío,
y llene la tierra tu gloria.
Han tendido una red a mis pasos,
para que sucumbiera;
me han cavado delante una fosa,
pero han caído en ella.
Mi corazón está firme, Dios mío,
mi corazón está firme.
Voy a cantar y a tocar:
despierta, gloria mía;
despertad, cítara y arpa,
despertaré a la aurora.
Te daré gracias ante los pueblos, Señor,
tocaré para ti ante las naciones:
por tu bondad que es más grande que los cielos,
por tu fidelidad que alcanza a las nubes.
Elévate sobre el cielo, Dios mío, y llene la tierra tu gloria.
ESTRUCTURA
1. Súplica y confesión de confianza (2-4)
2. Descripción de la situación del salmista (5-7)
3. Acción de gracias (8-12)
INTRODUCCIÓN
Una serie de pequeños detalles aproximan este salmo al anterior:
- idéntico modo de comenzar: misericordia,
- súplica individual,
- el mismo ambiente litúrgico.
Todo ello nos podría hacer pensar que el salterio recoge en estos salmos
(53-58) alguna pequeña colección de salmos empleados en las
celebraciones litúrgicas de acción de gracias.
Este salmo concreto suena a Miserere y Eucaristía. Miserere porque
implora la misericordia de Dios y Eucaristía porque da gracias al Señor por
23
los beneficios obtenidos.
El salmo alude a la oración de la mañana, cuando el cuerpo y el espíritu
están descansados, cuando reina en el ambiente un remanso de silencio y de
paz. Y cuando la misma naturaleza nos invita a una frescura paradisíaca.
El estribillo que aparece en los v. 6 y 12 interrumpe la descripción de la
situación y cierra el salmo.
DESARROLLO
v 2. "Misericordia, Dios mío, misericordia, que mi alma se refugia en ti;
me refugio a la sombra de tus alas mientras pasa la calamidad"
El salmo comienza con un grito de angustia moderado con la expresión de
confianza. Busca asilo en el Santuario. Es una posible referencia al Templo
y a su derecho de asilo. No olvidemos que unos querubines cubrían el arca
con sus alas.
Por otra parte es una imagen conocida en la Biblia: "Como águila que
revolotea sobre el nido y anima a sus polluelos a volar, así el Señor
extendió sus alas y, tomándolos, los llevó a cuestas" (Dtn 32, 11).
"La sombra de las alas es una visión cotidiana del hombre próximo a la
naturaleza: pequeñas cabecitas en el borde de un nido, bajo las plumas; un
grupo de pequeños patitos con las alas desplegadas que llaman... es casi
una sensación de la fe" (Brillet).
El mismo Jesús alude a esta imagen al hablar de Jerusalén: ¡Cuántas veces
te he querido cobijar como la gallina a sus polluelos y no has querido!...
Aquí parece que la fe consiste precisamente en eso: en dejarse cobijar bajo
las alas de Dios y la no-fe el rechazar ese cobijo.
v 3. "Invoco al Dios Altísimo, al Dios que hace tanto por mí"
El Dios Altísimo no significa lejanía, sino contraste. Este Dios que es tan
importante y está tan encumbrado es el que baja a protegerme. Una
anécdota rabínica nos cuenta: "Dios envió una araña para tejer una tela y
ocultar a David en la cueva".
"Al Dios que tanto hace por mí". Es bueno recordar al Dios de cada día, al
que cada día nos abruma de beneficios, nos cerca con su bondad. Lo que
Dios ha hecho a través de toda la vida por nosotros eso es algo que sólo
Dios y cada uno de nosotros conocemos.
v 4. "Desde el cielo nos enviará... su gracia y su lealtad"
En la mitología cananea los dioses eran acompañados por dos intendentes.
La bondad y la lealtad de Dios es la escolta que Dios envía para acompañar
a sus fieles.
v 5. "Estoy echado entre leones devoradores de hombres; sus dientes
son lanzas y flechas, su lengua es una espada afilada"
Describe la crítica situación con la imagen frecuente de unos leones. En la
boca exhiben una lengua no carnosa, sino afilada como una espada, y unos
dientes que son lanzas y saetas. Destrozan, descuartizan, consumen. A
pesar de todo, el salmista vive tranquilo. Rescatamos unas bellas palabras
de un libro del Qumrán: "Tú no me has abandonado en medio de los leones
que muerden los huesos y chupan la sangre... Tú has cerrado la boca de
los leones cuyos dientes eran como espadas... Tú has amordazado sus
dientes de modo que no pueden despedazar el alma.... Has metido su
24
lengua como una espada en la vaina".
v 6. "Elévate sobre el cielo, Dios mío, y llene la tierra tu gloria"
Aquí en este estribillo aparece Dios como un juez, puesto en pie en el cielo,
para dictar sentencia justa. Y al levantarse, toda la tierra se llena de gloria
como se llena de luz cuando se levanta el sol.
Notemos que gloria en hebreo es el peso de un ser, su valoi. Cuando Dios
se levanta, toda la tierra se postra en adoración ante su poder, su majestad.
v. 7. "Me han cavado delante una fosa, pero han caído en ella"
Este versículo forma parte de la ley del talión. La teología yavista afirma
que debe recaer sobre los enemigos el mal que éstos están preparando para
los amigos de Dios.
v.8-9. "Mi corazón está firme, Dios mío, mi corazón está firme. Voy a
cantar y a tocar despierta, gloria mía. Despertad, cítara y arpa, despertaré
a la aurora"
Frente a los enemigos que caen en la fosa, él está firme, decidido, animoso.
Su firmeza nace de la confianza en Dios.
Ahora se convierte en el gran despertador. Tiene que despertar a su propia
alma, debe sacudir su sueño él, el primero para estar bien despierto.
Después debe despertar a los instrumentos musicales a quienes personifica.
Deben haber quedado dormidos.
"Cuánta nota dormía en sus cuerdas, como el pájaro duerme en la rama"
(Bécquer).
Estos instrumentos, como señal de duelo, se habían dormido. Ahora
vuelven a sonar. Finalmente tiene que despertar a la misma aurora antes de
que llegue su hora.
Visión grandiosa que personifica a los instrumentos musicales como si
fueran miembros de un coro y a la aurora como personaje celeste que puede
adelantar su cita.
Y es el hombre el despertador y el cantor de la naturaleza que está
expectante para unirse en alabanza al Creador.
v.10. "Te daré gracias ante los pueblos, Señor, tocaré para ti ante las
naciones"
La acción de gracias es un acto público que proclama a Dios, más allá de
los límites del pueblo escogido. Es Yavé el verdadero rey de todos los
pueblos.
v.11. "Por tu bondad que es más grande que los cielos, por tu fidelidad
que alcanza las nubes"
¿Quién es bastante grande para abarcar el cielo? ¿Y quién bastante grande
para abrazar la tierra? El salmista tiene dentro de sí una alabanza y una
gratitud que le rebasa, le estalla... Quiere comunicarla incluso a los seres
inanimados
Aprendamos, con el salmista, a ser agradecidos con Dios. Toda nuestra
vida está hilvanada de favores, tejida de beneficios divinos y nuestro ser es
un recipiente vacío y profundo donde Dios vierte incesantemente sus
gracias. Nuestro agradecimiento debe ser intenso y constante.
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Este salmo nos marca ya la dirección del verdadero creyente. Es propio de
la fe el tener tiempos de prueba. Precisamente por eso es fe.
Para nosotros los cristianos, la fe en Jesús es algo más que confiar en Dios,
propio de toda alma religiosa.
No es propio de cristianos el sentir constantemente la desazón de la fe sin
sentir la presencia cercana de Jesús. De ahí que el creyente puede llegar a
vivir en medio del mayor sufrimiento con una auténtica sensación de paz.
"Yo les aseguro que ustedes llorarán y estarán tristes, mientras que la
gente del mundo se alegrará. Sin embargo, aunque ustedes estén tristes, su
tristeza se convertirá en alegría" (Jn 16, 20).
En cada una de nuestras victorias, debemos entonar un himno de gratitud a
quien nos ha ayudado a conseguirlas, a quien acrecienta nuestra fe,
esperanza y caridad e instaura su reino sobre la tierra.
A la fidelidad de Dios a través de nuestra vida responderemos con una fe
sostenida y mantenida hasta el final.
ORACIÓN
"Me refugio a la sombra de tus alas"
Señor, cada día que pasa me siento más limitado, más débil, más frágil. Tú
me hiciste de barro. Por eso me rompo a cada paso. Pero, al mismo tiempo
que palpo y experimento mi fragilidad siento que una fuerza interior me
sostiene. Es tu soplo. Es tu espíritu. Yo quiero vivir y crecer a la sombra de
tu Espíritu. Como vivió tu madre María.
Como la gallina protege y cobija a sus polluelos así yo quiero estar siempre
protegido por Ti, cobijado en tu infinito amor.
"Invoco a Dios que hace tanto por mi"
Quisiera, Señor, tener los mismos sentimientos de gratitud que tenía el
salmista. Él es consciente de todo lo que has hecho por él por eso te alaba,
te invoca, te agradece.
Repaso mi vida, mi pequeña historia. Toda ella está tejida de favores y de
gracias. Toda ella está hilvanada de tu amor. Me pregunto: ¿quién soy yo
sin Ti? ¿Qué queda en mí si tú, Señor, retiras de mi vida tu presencia?
Gracias por haber hecho tantas y tan maravillosas cosas en mí.
"Tu bondad es más grande que los cielo"
Los cielos son altos, anchos, inmensos. No los puedo abarcar. Así de
grande e infinita es tu bondad. Hazme comprender, Señor que tu amor es
incomprensible. Me supera. Me rebasa. Dame esa capacidad de admiración
que has puesto en los niños para quedar asombrado, sobrecogido ante la
inmensidad de tu amor.
En la vida, Señor, hay días oscuros, momentos difíciles en los que uno
comienza a dudar de todo. Que en esos momentos jamás dude de la
grandeza de tu amor.
"Tu fidelidad alcance alas nubes"
Qué bonito es en la vida el poder fiarse de las personas. Mucho más lindo
el poder fiarse de Dios. Un amigo tuyo, Pablo, dijo en cierta ocasión: "yo sé
de quien me fío". Y jamás se sintió defraudado por Ti.
Haz que yo sepa confiarme en Ti como se confía la palmera al viento, y el
esposo fiel a su esposa enamorada.
FRASES
26
"Mi alma durmió en medio de leones feroces. Tan tranquilo estaba que
dormía cuando quería". (S. Jerónimo)
"Yo despertaré a la aurora. No la aurora a mí". (Quínchi)
"Toda la estancia de Cristo en la tierra fue una aurora... hasta que el sol se
acostó para levantarse de nuevo y despejar la aurora con el resplandor de
una nueva luz... De la Resurrección recibió el sol un esplendor nuevo, una
luz más serena... Entonces el sol se alzó sobre el cielo, difundió sus rayos
sobre la tierra".(San Bernardo)
PREGUNTAS
1. ¿Vivo sereno y tranquilo sabiéndome amado de Dios?
2. ¿Sé fiarme de las personas de mi comunidad?
3. Ante tanta gente insegura que camina sin saber adónde va, ¿sé crear
espacios de seguridad, de sosiego y de paz?
SALMO 58
¿Es verdad, poderosos, que dais sentencias justas?
¿Que juzgáis rectamente a los hombres?
Al contrario, en el corazón planeáis delitos,
y en la tierra, vuestra mano inclina la balanza a favor del violento.
Se extravían los malvados desde el vientre materno,
los mentirosos se pervierten desde que nacen:
llevan veneno como las serpientes,
son víboras sordas que cierran el oído,
para no oír la voz del encantador,
del experto en echar conjuros.
Oh Dios, rómpeles los dientes en la boca,
quiebra, Señor, los colmillos a los leones;
que se derritan como agua que se escurre,
que se marchiten como hierba pisoteada;
sean como babosa que se deslíe al andar,
como aborto que no llega a ver el sol.
Antes de que broten como espinas de un zarzal,
que los consuma el fuego como a los cardos.
Y goce el justo viendo la venganza,
bañe sus pies en la sangre de los malvados;
y comenten los hombres:
"El justo alcanza su fruto,
porque hay un Dios
que hace justicia en la tierra".
61
27
ESTRUCTURA
1. Contre los jueces malvados (2-6)
2. Imprecaciones (7-10)
3. Conclusiones (11-12)
INTRODUCCIÓN
Este salmo va contra los jueces inicuos que tratan de violar, en detrimento
de raza y religión, las prescripciones más sagradas de la ley natural y el
yavismo.
"Un salmo de violencia tejido de invectivas pero un salmo de alta
inspiración moral y social" (G. Brillet).
El salmista sufre por el corrompido orden de cosas que hay en el mundo.
No duda en hablar alto y fuerte. Se trata de un saneamiento moral. Pide un
cambio de valores.
Por otra parte está en juego lo supremo. ¿Es Dios el Señor y Juez del
universo? ¿O rigen el mundo otros poderes demoníacos?
Al final (v. 11) dirá con vigor profético: ¡hay un Dios que juzga en la
tierra!
En cuanto a su estilo poético podemos decir con F. Delitzsch: "En ningún
otro salmo se hallan en tan estrecho espacio tantas imágenes exuberantes".
DESARROLLO
v. 2. "¿Es verdad, poderosos, que dais sentencias justas? ¿Que juzgáis
rectamente a los hombres?"
El comienzo es un apóstrofe irónico e hiriente: hay hombres en la tierra que
tienen por oficio el hacer justicia. Para ello han recibido un poder. ¿Lo
emplean, realmente, para su fin?
Las palabras no se dirigen a los jefes de pueblos enemigos. Van dirigidas a
los nobles de Israel, a los jueces que han olvidado sus deberes.
Según la mitología cananea el ejercicio de la justicia lo tenían los dioses
inferiores, y si lo ejercían mal, incurrían en la censura de su jefe superior.
El verdadero Dios, ¿sería menos exigente en relación a los que ejercen la
justicia en su nombre?
"Bañar los pies en sangre" pertenece al lenguaje imaginativo de la pasión
más que a un rito vengativo y cruento.
A nosotros nos escandalizan estas frases. Y no debemos olvidar los
cristianos que, en la cruzada de 1099, la sangre de los prisioneros
28
masacrados subía hasta las rodillas de los caballos. Y comenta muy bien N.
Daniel: "Es la peor profanación de los lugares santos conocida por
nosotros".
"Para presentarse en testimonio de la conciencia y de Dios ellos mismos
deberían ser hombres de Dios y de conciencia" (G. Brillet).
v 3. "...en la tierra, vuestra mano inclina la balanza a favor del violento"
Dios quiere una justicia recta, es decir, inflexible e irrevocable. No puede
tolerar una mano enemiga que incline la balanza en favor de nadie, y
menos del violento.
"A veces en nuestras Iglesias, los representantes de Dios, cuando se trata
de dar un veredicto de inocencia o culpabilidad, no saben rechazar las
coimas que les ofrecen" (A. Maillot).
v 4-6. "Se extravían los malvados desde el vientre materno, los
mentirosos se pervierten desde que nacen: llevan veneno como las
serpientes, son víboras sordas que cierran el oído, para no oír la voz del
encantador..."
Estos son malos por naturaleza, no por fragilidad o desviación posterior. Su
malicia es congénita, está en la misma raíz de su existencia.
"Tienen una malicia tan profundamente enraizada que se manifiesta en la
vida y se remonta al nacimiento... tienen como un veneno que conduce a la
desmesura final" (L. Ligier).
Su malicia es como un río desbordado que no se puede detener. "Cuando el
mar brotó del seno de la tierra ¿quién le puso compuertas para
contenerle?" (Job 38, 8).
Lo peor de todo es que parece que no hay posibilidad de cambio, ni
voluntad del mismo. "¿Puede un negro cambiar de color? ¿Puede un
leopardo quitarse sus manchas? Pues tampoco ustedes, acostumbrados al
mal, pueden hacer lo bueno" (Jer 13,23).
Parece que conscientemente cierran sus oídos a toda voz de cambio de
conducta. Cuenta la leyenda que las serpientes pegan un oído a tierra y se
obturan el otro con la cola para no oír al encantador.
Dice un himno del Qumrán: "¡Cuántas malicias hay en el corazón. Son un
veneno de serpiente!"
El encantador sabe un conjuro para amansar a la serpiente, para hacerla
inofensiva por un tiempo. Pero estos malvados no quieren perder su
veneno.
v. 7. "Oh Dios, rómpeles los dientes en la boca, quiebra, Señor, los
colmillos a los leones"
El salmista no anda por las ramas. Pide a Dios que desaparezcan del mapa.
Que acaben ya de dar dentelladas a los buenos.
v 8-9. "Que se derritan como agua que se escurre, que se marchiten
como hierba pisoteada; sean como babosa que se deslíe al andar, como
aborto que no llega a ver el sol"
"Como agua que se escurre". Es algo que desaparece... "pasa el deshielo y
se secan los arroyos; viene el calor y se acaba el agua" (Job 6, 17)
"Como hierba pisoteada". Alude al marchitarse, al desaparecer de una flor:
29
"La hierba se seca y la flor se marchita cuando el soplo del Señor pasa
sobre ellas" (Is 40, 7).
"Como la babosa que se deslíe al andar". Alude a la creencia popular de
que la baba, que el limaco deja al andar, es la disolución de su sustancia.
"Como aborto"... debería anularse su existencia. De judas dijo el Señor:
"Más le valiera no haber nacido".
"Es preciso que se borre toda huella. Hasta el recuerdo del mal. Es preciso
que sobre la faz del mundo que Dios construye, la maldad del perverso no
deje ninguna arruga" (E. Beaucamp).
v. 10. "Antes de que broten como espinas de un zarzal, que los consuma el
fuego como a los cardos"
No hay que dar tiempo a que crezca la mala hierba. Hay que arrancarla
antes de que pueda hacer daño. Alude a que esos jueces inicuos deben ser
arrancados en pleno vigor.
v 11. "Y goce el justo viendo la venganza, bañe sus pies en la sangre de
los malvados"
Sólo en este versículo aparece la palabra venganza. Y comenta Santo
Tomás: "Se alegrarán no de la venganza, sino por ella y por la justicia
divina".
v 12. "Y comenten los hombres: "El justo alcanza su fruto porque hay un
Dios que hace justicia en la tierra"
Sentencia en la que el justo expresa su legítimo consuelo. En definitiva es
el Dios de toda justicia el que debe tener la última palabra.
Dios no puede ver indiferente el triunfo de las fuerzas del mal, sino que ha
dispuesto aplastar la cabeza hostil de la serpiente. Con la intervención de
Dios las aguas volverán a su cauce: los malvados habrán recibido su
merecido; los justos podrán alegrarse. El justo juez no deja impunes las
injusticias humanas y premia la conducta honrada y limpia.
Por sus imprecaciones este salmo no se reza en la liturgia de las horas. Pero
podría incluirse dándole su explicación y, sobre todo, viéndonos nosotros
mismos incluidos en él de alguna manera.
Quiero acabar con unas palabras luminosas del P. Alonso Schókel a
propósito de este salmo. "El peligro al leer este salmo está en identificar
los malvados con los otros y el justo e inocente con nuestro grupo. Si
somos capaces de leer el salmo dirigiéndolo de modo que también nos
alcance a nosotros, este salmo puede ser muy importante en la vida
cristiana.
Puede contrarrestar el peligro de pietismo y privatismo. Puede alimentar la
sed de justicia."Cuando el impío maldice a Satanás, se maldice a sí mismo"
(Sir 21, 27)".
ORACIÓN
"¿De verdad, poderosos, que dais sentencias justas?"
Señor, cuando echo una mirada al mundo que me toca vivir, siento
malestar, enojo, turbación. A veces, hasta me da hastío. Los poderosos
aplastan a los humildes; los ricos a los pobres; los grandes a los pequeños y
los jueces ponen su mano pesada sobre la balanza para inclinarla a favor de
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los malvados y violentos.
Tú también, cuando vivías en este mundo, eras muy sensible al tema de la
injusticia. Con qué amargura interior pronunciaste aquellas palabras: "Los
jefes gobiernan con tiranía a los súbditos" (Mt 20, 25).
"Se extravían los malvados desde el vientre materno"
El vientre materno es lo más íntimo, lo más tierno, lo más sagrado. En ese
lindo taller trabajas Tú la vida. Pero hay personas que absorben el mal
desde la misma cuna. Y lo mismo que existe el amor entrañable, el nacido
de las entrañas, existe también el mal fontal y radical, nacido en la misma
raíz de la existencia.
Me duele y me da pena el pensar que haya personas que pasan por la vida
haciendo el mal. Y esto como por inclinación innata. Todo lo contrario de
lo que hiciste Tú. Ellos siempre llevan en su corazón el veneno de la
maldad. Tú, en cambio, siempre llevas contigo un manantial de bondad.
¡Señor, enséñanos a vivir!...
"Hay un Dios que hace justicia en la tierra"
Gracias, Señor, por estas bellas palabras del salmista. La injusticia, el odio,
la corrupción tienen tal fuerza y tal magnitud que nosotros nos sentimos
impotentes para combatirlos.
Pero Tú, Señor estás con nosotros, trabajas a nuestro lado, luchas codo a
codo con tantas personas de buena voluntad que quieren un mundo justo,
más limpio, más transparente. Gracias, Señor, porque asumes
personalmente los compromisos
sociales en favor de los pobres, los pequeños y los indefensos.
FRASES
"La prevaricación del juez es uno de los más grandes pecados del hombre".
(Emmanuel)
"Los topos excavan la tierra pero raramente se elevan hasta la luz del día".
(Santo Cura de Ars)
"Un peregrino sin albergue llega a su país y no lo reciben: él entonces
llama inhumana a esa ciudad, dice que entre bárbaros habría hallado
acogida. Siente la injusticia porque la padece; tú quizás no la sientes. Has
de considerarte peregrino para comprender cómo te duele que te nieguen lo
que tú niegas al peregrino. Padeces hambre. Otro tiene pan en abundancia y
le sobra; sabe que tú necesitas y no te lo da. Te enfadas porque sientes
hambre. Enfádate también cuando estás saciado y sabes que otro pasa
hambre". (San Agustín)
PREGUNTAS
1. ¿Te molesta, te inquieta, te quita el sueño la falta de justicia en nuestro
mundo actual?
2. ¿Sabes descubrir injusticias dentro del grupo, de la comunidad en la que
vives? ¿Tienes valor para afrontarlas?
3. Ante un mundo de tanta corrupción, ¿trabajas por ser honesto y
transparente?
SALMO 59
Líbrame de mi enemigo, Dios mío,
protégeme de mis agresores;
31
librame de los malhechores,
sálvame de los hombres sanguinarios.
Mira que me están acechando,
y me acosan los poderosos.
Sin que yo haya pecado ni faltado, Señor,
sin culpa mía, avanzan para acometerme.
Despierta, ven a mí encuentro, mira:
tú, el Señor de los Ejércitos, el Dios de Israel.
Levántate y castiga a las naciones,
no tengas piedad de los traidores.
Vuelven por la tarde, ladrando como perros,
y vagan por la ciudad:
mira cómo sueltan la lengua,
sus labios son puñales: "¿Quién nos oye?"
Pero tú, Señor, te ríes de ellos,
haces burla de los arrogantes.
Estoy velando contigo, fuerza mía,
porque tú, oh Dios, eres mi alcázar;
que tu favor se adelante, oh Dios,
y me haga ver la derrota del enemigo.
Dales muerte, Dios mío,
para que mí pueblo no lo olvide;
dispérsalos y derríbalos con tu potencia,
Señor, escudo nuestro.
Cada palabra de sus labios es un pecado de su boca;
queden prendidos en su arrogancia,
en las mentiras y maldiciones que profieren.
Que tu cólera los acabe,
que los acabe, y no dejen rastro;
para que se sepa que Dios gobierna en Jacob
y hasta el confín de la tierra:
Vuelven por la tarde, ladrando como perros,
y vagan por la ciudad:
dan vueltas buscando comida,
y hasta que no se hartan, van gruñendo.
Pero yo cantaré tu fuerza,
por la mañana aclamaré tu misericordia;
porque has sido mi alcázar y mi refugio en el peligro.
Y tañeré en tu honor, fuerza mía,
porque tú, oh Dios, eres mi alcázar.
32
ESTRUCTURA
1. Petición de socorro (2-10),
2. Intervención divina sobre los enemigos (11-18)
3. Cada una de las partes acaba con la proclamación de confianza en la
liberación (v. 7 y 17).
INTRODUCCIÓN
Salmo de lamentación y súplica por parte de un hombre injustamente
perseguido. Es tenebrosa y abominable la imagen de unos enemigos
ansiosos de dar muerte. El salmista pide a Dios que intervenga como "Dios
vivo".
El salmista es un individuo ultrajado que debe tener un rango elevado en
Israel. Es un representante de los fieles de Israel. Más que de extranjeros
parece que aquí se trata de los propios israelitas infieles. La situación
obedece a una crisis interna de Israel.
Debido a la temática y vocabulario muy próximo a Isaías y Jeremías, el
salmo habrá que situarlo en torno a la época del exilio.
DESARROLLO
v 2-3. "Líbrame de mi enemigo, Dios mío, protégeme de mis agresores;
líbrame de los malhechores, sálvame de los hombres sanguinarios"
Hay una acumulación de adjetivos in crescendo para designar a los
adversarios: agresivos, malhechores, sanguinarios. El salmista hace una
invocación apremiante a Yavé.
"Llamada a Yavé formulada en términos que dan a entender que está en
juego la vida del que suplica" (Podechard).
La petición que le hace a Dios es ésta: Sálvame. Al pie de la letra significa
encarámame, es decir, ponme en una altura donde no puedan llegar los
enemigos; hazme inaccesible a ellos.
Bonita oración: elévame hacia Ti, ponme por encima de las cosas, de mis
problemas; muy cerca de ti y ¡defiéndeme!
v 45a. "Mira que me están acechando, y me acosan los poderosos. Sin
que yo haya pecado ni faltado, Señor, sin culpa mía, avanzan para
acometerme"
El salmista muestra la injusticia de su persecución que aquí es descrita
como un ataque militar. ¡Sin tener ninguna culpa! El salmista no dice que
no haya cometido nunca ningún pecado. No es un presuntuoso. Él afirma
categóricamente que no ha cometido el delito que se le acusa.
v. 5b-6. "Despierta, ven a mi encuentro, mira: tú, el Señor de los
Ejércitos, el Dios de Israel. Levántate y castiga a las naciones, no tengas
piedad de los traidores"
"Despierta". Hace salir al Señor de su sueño, su silencio, su inactividad. El
salmista tiene certeza de que Dios va a intervenir: "Porque el Señor va a
salir de su palacio para castigar por sus pecados a los habitantes de la
tierra" (Is 26, 21).
En los ritos cananeos se habla de clamores para despertar. Con ellos se
instaba a una divinidad agonizante a que despertara y volviera a la vida. En
33
el salmo ha desaparecido el trasfondo mitológico. Los clamores sólo sirven
para exhortar a Yavé a que intervenga.
El salmista apela a títulos solemnes del Señor: el Dios de los ejércitos
estelares o soberano cósmico es el mismo Dios de Israel o soberano
histórico.
El Señor no puede mostrar piedad con los criminales que no quieren
arrepentirse. Tener piedad con éstos significaría crueldad con las víctimas
inocentes. Así el propio jeremías dice: "No me dejes perecer con tu
paciencia" (Jer 15, 15).
v 7. "Vuelven por la tarde, ladrando como perros, y vagan por la ciudad"
Este estribillo se va a repetir en el v. 15. Estos perros a los que alude el
salmo no son los perros domésticos, amigos del hombre. Son perros
salvajes, famélicos, peligrosos. Habitan en descampado y acceden a la
ciudad para apagar el hambre con los desperdicios de la comida. Su boca
babea y asoman colmillos relucientes como puñales. Su aullido suena a
amenaza.
Esos perros significan hombres ávidos, despiadados, con un hambre
insaciable de devorar.
v 8. "Mira cómo sueltan la lengua, sus labios son puñales: ¿Quién nos
oye?"
Aquí hay una arrogancia blasfema contra Dios. ¿Quién nos oye? ¿Acaso
hay alguien que escuche? ¿Acaso no está demasiado alto para atendernos?
Es una faceta del ateísmo. En aquella época es impensable el ateísmo
teórico. Pero sí se daba el ateísmo práctico, es decir, el que piensa que Dios
no tiene que ver nada con nuestras cosas. Es un Dios apartado totalmente
de nuestra historia.
v. 9. "Pero, tú, Señor, te ríes de ellos, haces burla de los arrogantes"
Se ríe. Se trata de un antropoformismo propio de los salmos. Colocan a
Dios actitudes de los hombres. Se intenta destacar el dominio de Yavé
sobre el Universo y la soberanía absoluta de Dios que no sale aún de su
ocultamiento pero que repele ya toda resistencia.
v. 10. "Estoy velando contigo, fuerza mía, porque tú, oh Dios eres mi
alcázar"
Lo normal en el salterio es que Dios vele por el salmista, por su vida. Aquí
los papeles se invierten audazmente: el que vela por su Dios es el salmista
y tendrá que gritarle para que despierte. Los israelitas tenían organizadas
sus velas nocturnas en el templo, recordando la noche en que el Señor
estuvo vigilante para sacarlos de Egipto: "Esa noche el Señor estuvo
vigilante para sacarlos de Egipto. Esa es la noche del Señor, la noche en
que, en su honor, los israelitas también deberían estar vigilantes,
generación tras generación" (Ex 12, 42).
La noche en vela es memorial de la vela que hizo el Señor al liberarlos.
Pensemos en aquella noche de la Cena Pascual y del huerto de los olivos
donde el Señor, con su sangre, nos otorgaba la salvación definitiva. Hay
aquí un fuerte llamado a nuestra oración en la noche, nuestras adoraciones
nocturnas, para mantener vivo en nosotros lo que hizo Jesús.
34
v. 12. "Dales muerte, Dios mío, para que el pueblo no lo olvide"
El v. 12 no expresa un impulso inhumano, sino el ardiente deseo de que se
haga visible en todas partes la demostración de la intervención de Dios y
que esta intervención tenga efectos duraderos.
v. 13-14. "Cada palabra de sus labios es un pecado de su boca; queden
prendidos en su arrogancia... que tu cólera los acabe y no dejen rastro;
para que se sepa que Dios gobierna en Jacob y hasta el confín de la tierra"
La conducta de los malvados se concentra en el uso y abuso de la palabra.
Pues bien, lo que dicen se vuelva contra ellos y así serán víctimas de su
arrogancia. Así se revelará la justicia de Dios que gobierna a su pueblo y a
todo el mundo.
v 16-17. "'(Los enemigos) dan vueltas buscando comida, y hasta que no
se hartan van gruñendo. Pero yo cantaré tu fuerza, por la mañana
aclamaré tu misericordia"
El yo del salmísta contrapone enfáticamente al ellos. La mañana es tiempo
de reconocimiento gozoso. La mañana clausura con júbilo la experiencia
dramática. Se acabaron los gruñidos y aullidos. Es hora del canto.
Cantando a Dios siente y expresa su liberación. Para ello selecciona dos
atributos divinos ya mencionados: la fuerza para desbaratar a los agresores
y la lealtad para proteger a su devoto inocente. Dios en persona ha sido su
verdadero refugio.
v 18. "Y tañeré en tu honor, fuerza mía, porque tú, oh Dios, eres mi
alcázar"
"Y tañeré..." Hace poco había dicho velaré. Ahora dice: tañeré. Este cambio
minúsculo y superficial del salmista revela un cambio profundo. Ahora el
salmista estalla en una alabanza. No sólo vela, sino que canta, agradece,
alaba.
La oración es expresión de nuestra vida y debe expresar lo que llevamos
por dentro. Si tenemos un ánimo apagado hacemos una oración de súplica,
de lamento. Si nuestro ánimo está jubiloso entona un himno de gratitud y
de alabanza.
ORACIÓN
"Despierta, ven, mira"
A veces, Señor, me da la impresión de que estás dormido y quiero que
despiertes. Me da la impresión de que estás lejos y quiero que te acerques.
Me da la impresión de que estás distraído y quiero que me mires y me
atiendas. Yo sé que es sólo una impresión. Porque si Tú pudieras dormir
despertarías sin cosas. Si Tú te alejaras, mi corazón se quedaría frío, si Tú
dejaras de mirarme, me moriría de pena. Si vivo es porque Tú estás
despierto. Si vivo es porque Tú estás dentro de mí. Si vivo es porque Tú no
te has cansado de mirarme. ¡Gracias, Dios mío!
"Tú eres mi alcázar"
Vivo en la ciudad. Paseo por las grandes calles y avenidas. Respiro por
todas partes aire de libertad. ¡Qué hermoso es poder vivir tranquilo y en
paz!
35
Pero, de pronto, unos intrusos desconocidos asaltan la ciudad y perturban el
orden. Por todas partes cunde el miedo y la opresión. ¿Qué hacer? ¿A quién
acudir? Señor, en esos momentos levanto mis ojos hacia Ti, que eres mi
refugio y mi alcázar. Contigo me siento seguro y recupero la paz.
"Señor, que tu favor se adelante"
Señor, permite que te pida que seas Tú quien se adelante. En realidad Tú
me tomas la delantera. Me adelantas en sabiduría, en poder, en santidad...
Pero, sobre todo, me adelantas en amor. Tú nos amaste primero. Haz que
yo asuma siempre mi rol de ir por detrás. Quiero seguirte donde Tú vayas.
Y bien amarrada mi mano al arado, yo no quiero volver la vista atrás.
"Tañeré en tu honor"
Señor, cuando Tú no estás todo suena a silencio mortal. Cuando Tú
apareces todo se llena de música. Yo quiero cantar para Ti y hacer de mi
vida una alabanza de gloria. Tú te mereces todo. Acepta esta pequeña flauta
de mi vida y llénala de tu música para que nunca deje de alabarte.
FRASES
"La fe no arregla automáticamente la vida... si así fuera esto sería el fin de
la fe". (G. Brillet)
"Si el alma no está en guardia... peor para ella". (Garrone)
"La destrucción del hombre invalidaría la obra de Dios". (Gregorio de
Nisa)
"Con la boca, no con las manos, han dado muerte a Jesús". (Orígenes)
PREGUNTAS
1. ¿A quién suelo acudir en los momentos de dificultad?
2. ¿Sé encontrar en mi comunidad un alcázar seguro donde yo recobro la
paz del corazón?
3. Constantemente vienen a mí personas inseguras: con problemas, con
desesperación. ¿Qué respuestas les estoy dando?
SALMO 60
Oh Dios, nos rechazaste
y rompiste nuestras filas,
estabas airado, pero restáuranos.
Has sacudido y agrietado el país:
repara sus grietas, que se desmorona.
Hiciste sufrir un desastre a tu pueblo,
dándole a beber un vino de vértigo;
diste a tus fieles la señal de desbandada
haciéndolos huir de los arcos.
Para que se salven tus predilectos,
que tu mano salvadora nos responda.
Dios habló en su santuario:
"Triunfante ocuparé Siquén,
parcelaré el valle de Sucot;
mío es Galaad, mío Manasés,
Efraín es yelmo de mi cabeza,
Judá es mi cetro;
36
Moab una jofaina para lavarme,
sobre Edom echo mi sandalia,
sobre Filistea canto victoria".
Pero ¿quién me guiará a la plaza fuerte,
quién me conducirá a Edom,
si tú, oh Dios, nos has rechazado,
y no sales ya con nuestras tropas?
Auxilianos contra el enemigo,
que la ayuda del hombre es inútil.
Con Dios haremos proezas,
él pisoteará a nuestros enemigos.
ESTRUCTURA
1. Lamentación ante una derrota nacional (3-7)
2. Oráculo del poder de Dios sobre los pueblos (8-10)
3. Complemento de la lamentación y búsqueda de motivos de esperanza
(11-14)
INTRODUCCIÓN
En este salmo hay que distinguir tres etapas: La primera sería de una
súplica comunitaria con probable alusión a la invasión de un país extranjero
procedente del Norte y derrota de Israel. En un segundo lugar, un salmista
añade a esta lamentación unos versos que completan y modifican su óptica:
es mejor quedarse con Dios que huir sin él. En la tercera parte, para
confirmar este planteamiento de fe el compositor recurre a un oráculo
antiguo que habla de la soberanía de Dios sobre los pueblos y lo inserta en
el centro de la lamentación (v. 8-10).
El oráculo apoya un cambio de visión teológica: lo importante ya no será
huir sino apoyarse en Dios.
Se puede y se debe contar con Yavé y sólo con Él. Magnífica reacción de
fe ante los cálculos humano.
DESARROLLO
v 3. "Oh Dios, nos rechazaste y rompiste nuestras filas, estabas airado,
pero restáuranos"
Como el pueblo es propiedad de Dios que lo protege, la gran catástrofe
bélica indica que Dios ha rechazado a su pueblo. El salmista pide que esa
situación no sea definitiva, sino que sea Dios mismo quien restaure a su
pueblo.
Notemos que el pueblo de Israel no deja a su Dios ni aunque lo vea alejado
y enojado. Espera una restauración que sólo Dios se la puede dar.
v. 4. "Has sacudido y agrietado el país: repara sus grietas que se
desmorona"
La catástrofe bélica tiene una resonancia cósmica: la tierra, el país ha
sufrido la catástrofe. "La tierra temblará terriblemente, se sacudirá, se
hará pedazos"(Is 14, 19).
También San Pablo nos hablará de las repercusiones cósmicas del pecado:
"Sabemos que hasta ahora la creación entera sufre como una mujer
37
dolores de parto" (Rom 8,22). Cuando yo peco la tierra se pone a temblar.
v. 5. "Hiciste sufrir un desastre a tu pueblo, dándole a beber un vino de
vértigo"
El salmista insiste en que ese castigo no ha sido para el enemigo sino para
tu pueblo. Es tu aliado a quien has hecho sufrir desgracias.
Nos has dado a beber un vino que perturba, que tortura, que enloquece. Un
vino de castigo.
"Despierta... Jerusalén, tú que has bebido de la mano del Señor la copa de
su cólera; el cáliz del vértigo lo has bebido hasta las heces".
v. 6. "Diste a tus fieles la señal de desbandada haciéndolos huir de los
arcos"
Una señal de desbandada. La bandera izada en un alto o lugar visible
usábase para indicar el sitio donde los combatientes pudieran concentrarse
y huir.
Es como decirle a Dios: Tú has favorecido nuestra huida...
v. 7. "Para que se salven tus predilectos, que tu mano salvadora nos
responda"
Los que acusan a Dios, los que se lamentan ante él, ellos mismos son los
que dicen: Somos tus predilectos. Se consideran personas para quienes
Yavé es una realidad viva, saben que son amados por él incluso en el
juicio.
"La mano salvadora". Es la mano derecha y es gesto de protección y, de
parte de Yavé indica seguridad de salvación.
v.10. "Dios habló en su santuario: Triunfante ocuparé Siquén, parcelaré
el valle de Sucot; mío es Galaad, mío Manasés, Efraín es yelmo de mi
cabeza, Judá es mi cetro; Moab una jofaina para lavarme, sobre Edom
echo mi sandalia, sobre Filistea canto victoria"
En estos versículos encontramos la respuesta de Dios. Se trata de un
antiguo oráculo que se repite en la presente ocasión.
La tierra prometida es propiedad de Dios. Efraín representa al reino
septentrional y Judá el reino meridional. Moab, Edom y Filistea son los
reinos vasallos en tiempo de David. Aquí aparece Yavé como vencedor que
ha conquistado grandes territorios y que ahora los reparte como botín.
Reclama su derecho de posesión.
Se presupone que los territorios de Israel septentrional enumerados en los
versículos 8-9 habían caído en manos extranjeras en el año 722 a. C. Por
tanto, se decreta que el antiguo orden de posesión y dignidad, tal y como
existe desde tiempos antiguos, no ha sido abolido. Canaán es el país de
Yavé.
El reino del norte (que se halla en manos extrañas) es propiedad de Yavé.
Efraín no ha sido rechazado. Como el yelmo pertenece a quien protege con
él su cabeza en la lucha, así Efraín pertenece a Yavé quien se presenta aquí
como guerrero.
Los estados vasallos rebeldes de Edóm, Moab y Filistea quedan también
bajo la jurisdicción de Yavé. En una imagen atrevida dice que el mar Moab
(Mar Muerto) es la jofaina de Yavé.
38
Arrojar el zapato es una expresión simbólica que designa la toma de
posesión de algo. Dios ha comprado a Edom. Toda la tierra está sometida al
poder de Dios. El salmista al oír este oráculo divino, ¿va a perder la
esperanza?
Nosotros, aunque pecadores, seguimos siendo propiedad de Dios. Él nos ha
comprado pero "no con oro ni plata, sino con la preciosa sangre de su
Hijo" (1 Pe 1, 18-19).
v 11-12. "Pero, ¿quién me guiará a la plaza fuerte, quién me conducirá a
Edom, si tú, oh Dios,... no sales ya con nuestras tropas?
Huir a Edom ya no tiene sentido si Dios no lo quiere, si él no apoya esa
fuga, huir sin Dios al frente es una temeridad, una locura. Lo mejor es
quedarse y luchar amparados en el auxilio único de Dios.
A veces, también nosotros tenemos tentaciones de huída. Unas veces es
hacia fuera, creyéndonos todo lo que el demonio nos sugiere de libertad, de
felicidad al margen de Dios.
Otras veces la huída es interna. Nos atrincheramos dentro de nosotros
mismos, huimos de las exigencias del evangelio. No queremos saber nada
de la fe como riesgo y aventura. Dios no puede estar en esa huida.
v. 13. "Auxílianos contra el enemigo, que la ayuda del hombre es inútil"
El salmista no quiere decir que no sirva la ayuda humana. Constantemente
la Biblia nos invita a ayudarnos y solidarizarnos unos con otros.
El salmista afirma categóricamente que la ayuda del hombre, al margen de
Dios, no sirve para nada. El pueblo tiene que poner su confianza
plenamente en Dios.
v 14. "Con Dios haremos proezas"
El salmo termina poniendo toda su esperanza en Dios. El que ha llevado al
pueblo de la esclavitud a la libertad, el que tantas maravillas ha hecho en el
pasado, seguirá haciéndolas en el presente si le somos fieles.
¡Si nos fiáramos de Dios!... Cuántas maravillas podríamos hacer a lo largo
de toda nuestra vida. Toda nuestra pequeña historia de salvación ha estado
apoyada en él, sostenida por él.
"Es de destacar el espíritu de fe del salmista que, en medio de las
actividades militares de los enemigos, atribuye a Dios los acontecimientos
que se van sucediendo" (E. Podechard).
Encontrar la esperanza en la Palabra: esa ha sido la solución del orante del
salmo. Para que la Palabra engendre esperanza hay que tomarla como algo
dicho directamente a mí, como libro de mi alianza. Hay que hacer el largo
camino de adhesión a Jesús.
La esperanza viva no es algo, sino alguien. Alguien que va delante de mí,
que está metido dentro de mí, que ocupa el centro de mi corazón.
ORACIÓN
"Oh Dios nos rechazaste... pero restáuranos"
Señor, Tú nunca abandonas ni desprecias. ¿Cómo puede decir el salmista
que nos rechazaste? ¿No será que fuimos nosotros los que te olvidamos y te
rechazamos? Tú eres el sol que siempre alumbra e ilumina. Fuimos
nosotros los que cerramos los ojos a la luz. No te canses, Señor, de
39
acercarte aunque nosotros nos empeñemos en alejarnos. No te canses,
Señor, de rehacernos, aunque nosotros nos empecinemos en destruirnos.
No te canses, Señor, de ser bueno con nosotros aunque nosotros, a veces,
no seamos buenos contigo.
"Mío es Galaad, mío Manasés"
Todo es tuyo, Señor, y todo te pertenece. Nosotros no podemos presentar
ante Ti ningún título de propiedad. Tú nos has creado y somos tuyos. Haz
que nos sintamos orgullosos de pertenecerte. Haz que siempre nos sintamos
felices de poder servirte.
"¿Quién me conducirá a Edom si Tú no sales ya con nuestras tropas?"
Tú, Señor, das seguridad en la vida. ¿Adónde podemos ir sin Ti? Todos
nuestros planes, proyectos, iniciativas fracasan si Tú no caminas a nuestro
lado. Quítanos, Señor, el orgullo de querer caminar solos.
"Auxílianos, que la ayuda del hombre es inútil"
El salmista no habla en teoría. Es un hombre que ha vivido mucho, que ha
experimentado mucho. Ha constatado la fragilidad del ser humano y lo
poco que vale la ayuda del hombre. Aunque quiere, muchas veces no puede
dar solución a muchas cosas. Haz, Señor, que nos apoyemos en Ti y
sintamos la ayuda de tu brazo poderoso.
FRASES
"Nosotros lucharemos y Él dará la victoria". (Juana de Arco)
"Cristo está siempre preparado 'para correr como vencedor hacia la victoria'
(Ap 6, 2) con el fin de que los fieles le supliquen como el salmista".
(Cardenal G. Saliege)
"La Iglesia ha conocido momentos donde parecía que llegaba su fin: en el
s. III con las persecuciones sangrientas reiteradas; en el s. IV donde
triunfaba el arrianismo; en el s. X donde el clero se avergonzaba; en el s.
XVI donde renacía el paganismo y donde el protestantismo separaba la fe
de la mitad de Europa... Y sin embargo, Dios, por mano de sus santos, ha
colocado todo en orden". (J. Weber)
PREGUNTAS
1. ¿Me he sentido alguna vez rechazado por Dios?
2. ¿Soy consciente de que mi comunidad es posesión de Dios? ¿Caigo en la
cuenta de que obrar contra la comunidad es ir contra algo que le pertenece
a Dios?
3. Cuando hago una tarea, una misión, una obra de apostolado, ¿en quién
me apoyo?
SALMO 61
Dios mío, escucha mi clamor,
atiende a mi súplica.
Te invoco desde el confín de la tierra
con el corazón abatido:
llévame a una roca inaccesible
porque tú eres mi refugio
y mi bastión contra el enemigo.
Habitaré siempre en tu morada
40
refugiado al amparo de tus alas;
porque tú, oh Dios, escucharás mis votos,
y me darás la heredad de los que veneran tu nombre.
Añade días a los días del rey,
que sus años alcancen varias generaciones;
que reine siempre en presencia de Dios,
que tu gracia y tu lealtad le hagan guardia.
Yo tañeré siempre en tu honor,
e iré cumpliendo mis votos día tras día.
ESTRUCTURA
1. Súplica de un exiliado (2-5)
2. Oración po (6-$)
3. Conclusión, con promesa de cumplir sus votos (9)
INTRODUCCIÓN
Este salmo se refiere claramente al género de súplica. En él encontramos
dos estratos: el primero trata de una súplica individual de un exiliado de
Jerusalén que añora la ciudad. En el segundo estrato se ha insertado una
oración litúrgica por el rey. Si el salmista abriga la firme seguridad de ser
escuchado individualmente, ¿por qué no pedir por una
institución tan querida entonces, como era la monarquía? Y eso
precisamente ha hecho la mano del liturgista amante de la monarquía
davídica. Lo que uno aprecia de verdad trata de transformarlo en oración.
La fecha de composición es incierta, pero habría que situarla antes del
exilio, cuando la monarquía alcanzó su esplendor.
DESARROLLO
v 2. "Dios mío, escucha mi clamor"
El salmo comienza con un verso de introducción invocando a Dios.
Psicológicamente necesita afianzar su confianza en el poder salvador de
Dios. Por otra parte, al decir Dios mío hace referencia a una intimidad.
En toda oración es muy importante crear un clima de intimidad, de
confianza, de seguridad en Dios. Y esto más cuanto mayor es la
inseguridad que nosotros sentimos. Este tiempo es ya parte de la oración.
En algunas catedrales el pórtico es tan importante como lo que hay dentro.
v 3. "Te invoco desde el confín de la tierra con el corazón abatido:
llévame a una roca inaccesible"
"Desde el confín de la tierra". Teóricamente puede referirse a un extremo
del territorio o un país extranjero, como en el salmo 42. Pero aquí, por el
contexto significa un símbolo de lejanía espiritual. Es un amante del templo
y su ciudad. Lejos de allí su corazón desfallece, le falta suelo, se hunde. De
ahí que pide la roca inaccesible de Dios. Allí se sentirá seguro.
"El corazón abatido" es el corazón desmayado, es decir, se siente inseguro
e impotente.
Notemos que la cercanía o lejanía no es cuestión de kilómetros. Es cuestión
de amor. Yo puedo estar muy cerca de mi mamá aunque viva físicamente
muy lejos de ella. Por el contrario, un matrimonio puede vivir en la misma
casa y en el mismo lecho y estar muy lejos por la falta de amor.
41
"Sin el amor que encanta, la soledad del ermitaño espanta. Pero es más
espantosa todavía La soledad de dos en compañía". (Campoamor)
Sentir la lejanía de Dios como falta de aire, falta de suelo... es una bonita
experiencia religiosa. Equivale a decir: yo no puedo vivir sin él. A esta
experiencia se refiere el salmista cuando
dice: "Te invoco desde el confín de la tierra".
v 4. "Porque tú eres mi refugio y mi bastión contra el enemigo"
El "Tú eres mi refugio" puede tener dos traducciones:
a) Puede significar que el salmista ya ha encontrado una zona segura donde
refugiarse. Sus enemigos, aunque le persiguen, ya no le pueden hacer daño.
"El nombre del Señor es una torre poderosa a la que acuden los justos en
busca de protección" (Prov 18, 10).
b) Puede expresar la confianza apoyada en experiencias precedentes. Por
eso es tan importante tener experiencias positivas de Dios para los
momentos de dificultad.
v. 5. "Habitaré siempre en tu morada refugiado al amparo de tus alas"
"Habitaré siempre". El que está a gusto con una persona quiere perpetuar la
experiencia. Cuando se trata de humanos esa experiencia se desea hasta la
muerte. Por eso los enamorados se dicen: te querré hasta que la muerte nos
separe. Cuando se trata de una experiencia con Dios no hay límite. Pablo,
lleno de emoción, exclama: "Y así estaremos siempre con el Señor" (1 Tes
4, 17).
Las alas aluden a los querubines del arca que sirven de pedestal a Yavé y
significan protección salvadora para los que están cerca de Dios.
Se lee en el libro del Éxodo: "Pon dentro del arca la ley que te voy a dar.
Allí me encontraré contigo y, desde lo alto de la tapa, de entre los dos
seres alados que están sobre el arca de la alianza, te haré saber todas mis
órdenes para los israelitas" (Ex 25,21-22).
Las leyes de Dios no son normas frías, externas a la persona. Las da Dios a
los israelitas en un encuentro personal con él. Todas las normas cristianas
dimanan de un encuentro vivo y personal con Jesús.
v. 6. "Porque tú, oh Dios, escucharás mis votos y me darás la heredad"
La heredad es la parte correspondiente en la tierra prometida. La que
entregó Dios a las tribus. No olvidemos que la tribu de Leví se quedó sin
heredad porque Dios era su herencia (Sal 23). El salmista se siente feliz con
su suerte. Y es que, de vez en cuando, los cristianos nos debemos hacer esta
pregunta: ¿Estamos contentos con nuestro Dios?
v.7-8. "Añade días a los días del rey, que sus años alcancen varias
generaciones; que reine siempre en presencia de Dios, que tu gracia y tu
lealtad le hagan guardia"
Son varias las peticiones por el rey y conviene desglosarlas.
Se pide una larga vida. Una vida que sobrepase la media normal. Hay que
tener presente que, en esta época, no existe perspectiva de vida futura. La
señal de la bendición de Dios será una vida larga aquí en este mundo.
Se pide que reine siempre en presencia de Dios. En la mentalidad del
salmista sólo un reino concebido según el proyecto de Dios tiene garantías
42
de perpetuidad. El rey debe plegarse constantemente a la voluntad de Dios.
Y esto lo debe hacer todos los días de su vida.
En el reino de Israel ha habido de todo. Pero han abundado los reyes que no
han gobernado según el corazón de Dios.
Todavía pide más para el rey: que le guarden la gracia y la lealtad de Yavé.
Con esta escolta privilegiada el rey podrá ir a cualquier parte y todo le
saldrá bien. ¿A quién podrá temer en el camino?
Lo que en realidad está pidiendo el salmista para este rey es que se
cumplan las promesas davídicas: que el rey no sea depuesto, que su reinado
sea vitalicio, que la dinastía no sea amenazada. Las conjuras de palacio y
los manejos extranjeros son hechos bien conocidos en la historia.
v. 9. "Yo tañeré siempre en tu honor, e iré cumpliendo mis votos día tras
día"
El salmista tiene un alma muy sensible, muy delicada. Le promete a Dios
cantar siempre en su honor. Parece que ha encontrado en la alabanza una
fuente de felicidad. Honrar a Dios, glorificar a Dios, darle gusto en todo...
esa es su vocación, su razón de ser.
Lejos del salmista los así llamados compromisos por un tiempo. El salmista
cumplirá con Dios todos los días. Todos los días le ofrecerá sacrificios,
pero sobre todo, le ofrecerá el regalo de su corazón.
Hoy día asustan a los jóvenes los compromisos de por vida. También
tratándose de Dios. Hay que saber conectar con el salmista y descubrir con
él, el gozo de un servicio de amor.
"El cristiano puede rezar este salmo, añorando la presencia de Dios en el
templo. Pero llegado al templo terreno, siente una nueva nostalgia por
aquel templo celeste, donde el rostro de Dios se manifiesta. Allí podrá
habitar por siempre junto a Dios, allí tendrá la heredad de los que veneran
el nombre del Señor Jesús" (P. Schókel).
El salmista nos invita a rezar por nuestros gobernantes, por nuestros
superiores, por todos los que están constituidos en autoridad. Pero hemos
de pedir que todos los que tienen autoridad la ejerzan, según el plan de
Dios.
Ojalá que todos entendamos la autoridad como un buen servicio a Dios y a
los hermanos.
ORACIÓN
"Te invoco desde el confín de la tierra"
A veces, Señor, me siento lejos de Ti. Me parece que estoy en el fin del
mundo. Todo me parece extraño y desconocido. No encuentro tierra donde
afirmar mis pies. ¡Y me hundo!
Desde esa lejanía, desde ese abismo, yo, "Señor, te grito: 'Escucha mí
clamor". Yo no puede vivir sin Ti. Me falta suelo. Me falta aire. Me falta
luz. Me falta pulso. ¡Me faltas Tú! Ven cerca de mí ahora que yo estoy
lejos.
"Me refugio al amparo de tus alas"
Las alas, además de servir para volar, también sirven para proteger, cobijar,
anidar. No pretendo, Señor, volar demasiado alto porque me podría caer.
Simplemente quiero que tus alas me protejan, me den cobijo y me ayuden a
crear un nido de amor. Y en ese templo no tengo necesidad de piedras, sino
43
de alas. Las piedras dan frío. Las alas calientan. Haz que yo viva siempre
en esa abrasadora cercanía de tu presencia.
"Cumpliré mis votos día tras día"
Es muy fácil y hasta resulta bonito cumplir los votos en el día de la
profesión religiosa. Lo difícil es guardarlos cada día.
Y lo que te pido, Señor, es mantener la ilusión de mi entrega todos los días
de mi vida. Que no me canse de servirte, que no me canse de quererte. Que
sepa estrenarte cada día y nunca te hagas viejo entre mis manos.
Haz que no pierda el amor primero. Que no caiga sobre mí la rutina. Que
cada día sepa descubrirte como novedad.
Cumpliré mis votos día tras día.
FRASES
"En este salmo todo gravita alrededor de un deseo". (Manati)
"El cristiano, ¿no hará una oración constante para evitar la locura de los
hombres que viven el gran sufrimiento y la gran angustia de estar lejos de
Dios? (G. Garrone)
"En este salmo aparecen la misericordia y la verdad. La misericordia para
prometer y la verdad para cumplir". (San Agustín)
"Puedes decir lo que quieras de la eternidad, y puedes decir cuanto quieras
porque, por más que digas, dirás de menos. Pero algo has de decir para
pensar en lo que no puedes decir". (San Agustín)
PREGUNTAS
1. Mi cercanía física de Dios (Bíblia, capilla, rezos), ¿me está llevando a
una cercanía en la fe y en el amor?
2. ¿Sé llevar a mi oración a todos los miembros de mi comunidad? ¿Estoy
mirando a todos y cada uno de los miembros de mi comunidad con una
mirada de fe?
3. Mi presencia física, ¿es signo de la presencia de Dios? Cuando las
personas están conmígo, ¿tienen la sensación de haber estado cerca de
Dios?
SALMO 62
Sólo en Dios descansa mi alma,
porque de él viene mi salvación;
sólo él es mi roca y mi salvación,
mi alcázar: no vacilaré.
¿Hasta cuándo arremeteréis contra un hombre
todos juntos, para derribarlo
como a una pared que cede o a una tapia ruinosa?
Sólo piensan en derribarme de mi altura,
y se complacen en la mentira: con la boca bendicen,
con el corazón maldicen.
Descansa sólo en Dios, alma mía,
porque él es mi esperanza;
sólo él es mi roca y mi salvación,
mi alcázar: no vacilaré.
44
De Dios viene mi salvación y mi gloria,
él es mi roca firme,
Dios es mi refugio.
Pueblo suyo, confiad en él,
desahogad ante él vuestro corazón,
que Dios es nuestro refugio.
Los hombres no son más que un soplo,
los nobles son apariencia:
todos juntos en la balanza
subirían más leves que un soplo.
No confiéis en la opresión,
no pongáis ilusiones en el robo;
y aunque crezcan vuestras riquezas,
no les deis el corazón.
Dios ha dicho una cosa,
y dos cosas, que he escuchado:
"Que Dios tiene el poder
y tú, Señor, la gracia;
que tú pagas a cada uno según sus obras".
ESTRUCTURA
1. Declaración de confianza e imprecación á los enemigos (2-8)
2. Invitación al Pueblo a que, tenga canfianza (9-11)
3 Oráculo conclúsivo (12-13)
INTRODUCCIÓN
Todavía es éste un canto de perseguido pero muy diferente de los
anteriores. Ni un grito, ni un gemido, ni una censura. Una atmósfera de
serenidad, de reposo. Nada que ver con los poemas de este género.
G. Brillet, con su alma poética, describirá al salmo de esta manera: "Un
lago alto, oculto entre las montañas; ningún viento en el rostro. La paz
casi en silencio".
En este salmo se mezcla la enseñanza y la experiencia. Lo que aquí se narra
es fruto de la paz que brota del corazón del salmista.
El yo del salmista no habla desde un púlpito elevando, ni desde la cátedra
de maestro. Su lenguaje es cercano y emotivo y eso que viene de un
ambiente de persecución y aflicción. Por eso es más convincente.
El salmista ha descubierto la paz del corazón, la disfruta y la ofrece a tantos
corazones inquietos. Él ha buscado la paz sólo en Dios.
¿Quién es el autor? "Poco importa si es el yo de un rey o de un hombre
cualquiera. No lo dice y, al ocultarse, hizo de su experiencia un menaje
universal" (A.González).
Un salmo muy querido por los autores: "Sí, todos los puntos apuntan
alrededor de la idea de confianza" (G. Brillet). "Este salmo expresa el acto
de fe más explícito de todo el salterio" (J. Goldstein). Por.las afinidades
con Ezequiel y II Isaías había que datarlo del tiempo del exilio.
DESARROLLO
v.2-3. "Sólo en Dios descansa mi alma, porque de él viene mi salvación;
45
sólo él es mi roca... mi alcázar: no vacilaré"
"Sólo en Dios" experimenta el creyente la paz y el sentido de la lucha. Lo
repite machaconamente a lo largo y ancho de todo el salmo. Es una
afirmación solemne, enérgica. No quiere ni oír otros razonamientos que le
vienen de fuera.
"Descansa" es decir, se tranquiliza, se calma. Implica una fatiga
precedente. La confianza es un resultado. Ya la introducción plantea el
tema que será centro de su ulterior desarrollo: afirmar la confianza en Dios
como valor vital supremo. Y esto se hace con la energía de quien sabe que
nada ni nadie podrá hacerle caer en vacilación, zozobra o inquietud. El
salmista corta cualquier tentativa que intente desviarle de una decisión
existencial.
El salmista se serena mirando a Dios. Refuerza su actitud acumulando
posesivos: "mi descanso", "mi salvación", "mi roca", "mi fuerza", "mi
esperanza". "El alma del salmista descansa en Yavé; encuentra paz cuando
se vuelve hacia Él; se serena mirando hacia Él" (Kraus).
v 4-5. "¿Hasta cuando arremeteréis contra un hombre, todos juntos para
derribarlo como a una pared que cede o una tapia ruinosa? Sólo piensan
en derribarme de mi altura, y se complacen en la mentira: con la boca
bendicen, con el corazón maldicen"
"¿Hasta cuándo?" Encierra un matiz de inutilidad de todo ese trabajo que
se toman los impíos. Es como decir; ¿hasta cuándo vais a perder el tiempo?
El salmista (un solo hombre) se dirige a sus perseguidores (que son
muchos). Arremeten contra él como los ejércitos asaltan con ímpetu las
murallas de una ciudad. Se trata de una operación conjunta, bien pensada,
de constantes arremetidas para derribar un muro que ya se cuartea. Pero ese
muro ruinoso, al confiar en el Señor, se ha convertido en muro
inexpugnable. El mismo Dios va a convertir a jeremías en "una muralla de
bronce" (Jer 15, 20).
"Derribarme de mi altura". La altura que ha conseguido el salmista no es
de orden social o político sino religioso. Los enemigos con mentiras y
patrañas intentan tirarlo de la altura de Dios, de la altura adquirida con su fe
inquebrantable. Dicen bonitas palabras con la boca y en su corazón habita
el veneno. Maquinaciones con apariencia de amabilidad, incluso de
amistad.
v. 6-7. "Descansa sólo en Dios alma mía... sólo él es mi roca y mi
salvación, mi alcázar: no vacilaré"
Repite el mismo estribillo pero llenándolo de un nuevo contenido. Al
principio era espontáneo. Ahora hay una afirmación total en la confianza a
Yavé. Dios no es un muro que se tambalea, sino una roca bien firme y
segura.
v. 8-9. "De Dios viene mi salvación y mi gloria, él es mi roca firme, Dios
es mi refugio. Pueblo suyo, confiad en él; desahogad ante él vuestro
corazón, que Dios es nuestro refugio"
Es notable el paso que hace del singular al plural. Del refugio mío al
refugio nuestro. Ahora está la asamblea reunida. El salmista se siente fuerte
con la meditación que ha hecho sobre Dios. Y desde la propia experiencia,
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exhorta al pueblo a fiarse de Dios. Todos deben contar con Yavé.
Invita al pueblo a desahogarse ante Dios. Al pie de la letra significa
derramar el corazón en Dios como si el corazón fuese un recipiente de
sentimientos. "Estoy desahogando mi pena delante del Señor". Una frase
parecida de Ana (1 Sam 1, 15). Y es ésta una bonita oración cuando
estamos cargados de problemas y angustias: nos ponemos delante del Señor
y vamos derramando, volcando nuestras preocupaciones ante él. Es lo que
dirá Jesús en el Nuevo Testamento: "Vengan a mí todos ustedes que están
cansados de sus trabajos y cargas y yo los haré descansar" (Mt 11, 28).
v. 10. "Los hombres no son más que un soplo, los nobles son apariencia:
todos juntos en la balanza subirán más leves que un soplo"
Los hombres, sin distinción de plebeyos y nobles, no sólo son mentirosos,
sino que son una mentira radical. Parecen ser algo y no son nada: "Habitan
en casas de arcilla cimentadas de barro: entre el alba y el ocaso
desaparecen" (Job 4, 19).
No son más que un soplo. Se pueden colocar a todos los hombres del
mundo juntos en un platillo de la balanza y en el otro platillo un soplo y el
platillo de los hombres subirá. Un soplo pesa más que toda la humanidad
junta.
¿Es una hipérbole pesimista? Se supone que el salmista está hablando así
porque está comparando la humanidad con relación a Dios. En su presencia
son nada. "Mirad, las naciones son gotas de un cubo y valen lo que el
polvillo de la balanza. En su presencia las naciones todas son como si no
existiesen" (Is 40, 15-16).
v. 11. "No confiéis en la opresión, no pongáis ilusiones en el robo; y
aunque crezcan vuestras riquezas, no les deis el corazón"
La confianza en Dios excluye el poner el corazón en otras cosas. No hay
que poner las ilusiones en las cosas injustas: robo, violencia. Pero ni
siquiera hay que poner el corazón en las justas: la riqueza. El salmista no va
contra la riqueza, sino que condena el confiar en ella. "El que confía en sus
riquezas, se marchita" (Prov 11, 28).
v. 12. "Dios ha dicho una cosa y dos cosas, que he escuchado: Que Dios
tiene el poder y tú, Señor, la gracia"
"Dios ha dicho una cosa". Se trata de un proverbio numérico. Proverbios
de numeración ascendente cuyas cifras se llenan de contenido en función
de la última. Aquí lo que quiere decir el salmista, de una manera y otra, es
que toda su confianza se apoya en el poder y la gracia. Es como decir: Dios
sí que es poderoso, en contraste con la debilidad humana. Dios sí que es
fiel y justo en contraste con la infidelidad y la injusticia de los hombres.
"En la reunión de la fuerza y la gracia se expresa la esencia de la fe en el
Dios del Antiguo Testamento" (A. Weiser).
El salmista ha sido un hombre inflexible en sus afirmaciones. Ninguna
duda, ninguna vacilación. Nadie ha sido capaz de bajarle ni un milímetro
de la altura que había adquirido con Yavé. "Dice la fe: Dios sólo. Y la
experiencia dice: los hombres también y los medios humanos también.
Dice el salmista: Mi experiencia dice que 'sólo Dios'. ¿Los hombres? Un
soplo. ¿Los medios humanos? ¿La fuerza? ¿La riqueza? ¡Nada!" (G.
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Brillet).
Insistimos en esto: el salmista no desprecia al hombre y a los medios
humanos. Sólo dice que ellos, sin Dios, son apariencia. No son nada. Con
Dios todo tendría sentido.
ORACIÓN
"Sólo en Dios descansa mi alma"
Señor, en mi cuerpo finito y limitado has puesto un alma semejante a Ti,
con capacidades infinitas. Mi cuerpo puede descansar en la tierra, en la
hierba o en el lecho. Pero mi alma, con aspiraciones tan altas, con deseos
tan profundos, con anhelos tan sublimes sólo puede encontrar reposo en Ti.
Sólo se harta con tu pan. Sólo se sacia con tu agua. Sólo se embriaga con tu
vino. Sólo se llena con tu presencia.
"Sólo piensan en derribarme de mi altura"
Señor, no por mi esfuerzo ni por mis méritos, pero sí por tu gracia y tu
favor, he conseguido alcanzar la cima de tu presencia, la altura de tu
cercanía. Mis enemigos me ven y sienten envidia; me miran y quieren
derribarme. Pero yo sé que Tú eres mi roca y contigo me siento seguro. En
la altura me lleno de tu Espíritu, del aire puro y limpio que, como suave
brisa, me abraza y acaricia. Dame fuerza para permanecer siempre en esa
altura de tu amor.
"Desahogad ante él vuestro corazón"
Mi corazón es como una vasija que se va llenando de inquietudes,
zozobras, angustias y ansiedades. A veces siento que voy a reventar... y
digo: ya no puedo más.
Es entonces cuando más me apetece estar contigo y escuchar de tus propios
labios esas palabras tan lindas: "Venid a mí todos los que estáis cansados y
agobiados y yo os aliviaré". Es como derramar mi corazón en el tuyo y
sentir que el peso desaparece. Entonces una inmensa paz se apodera de mí.
"Y tú, Señor"...
El salmista ha estado hablando en tercera persona. De repente, le ha
embargado un sentimiento profundo. Entonces ha dejado en suspenso el
hilo de sus razonamientos y se ha quedado a solas contigo, saboreando tu
inefable compañía.
Haz, Señor, que tu persona, tu presencia, llene mi corazón de alegría y de
emoción hasta el punto de perder súbitamente la noción de las cosas que
me preocupan. Esos instantes fugaces pero intensos son los que llenan de
plenitud esta precaria vida humana que no es más que un soplo.
FRASES
"Es una gran revelación, en su aparente simplicidad, una revelación que
renueva la vida y el mundo: que el Todopoderoso es bueno y que el Todobueno es poderoso". (G. Brillet)
"Dios es la única esperanza porque, en toda la historia, los hombres
frecuentemente han demostrado que no pueden contar con ellos mismos.
Visión pesimista pero realista de la historia de la humanidad". (Rabíno Josy
Eisenberg)
"El muro que se cuartea o se inclina es la naturaleza humana viciada por el
pecado, y las potencias malignas arremeten con él para derribarlo".
(San Atanasio)
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PREGUNTAS
1. En mi oración personal, ¿he experimentado a Dios como des
canso? ¿Acudo a Él cuando me siento fatigado o agobiado?
2. ¿Siento necesidad de contar a mi comunidad mis experiencias de fe
cuando hacemos oración comunitaria?
3. Ante tanta inseguridad de la gente que me rodea, ¿sé ofrecerles
seguridad desde mi fe arraigada en Dios? La fe de Jeremías era como una
muralla de bronce, ¿se parece en algo a la mía?
SALMO 63
Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agotada, sin agua.
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida
Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos.
En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti, porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti y tu diestra me sostiene.
Pero los que buscan mi perdición
bajarán a lo profundo de la tierra;
serán entregados a la espada,
y echados como pasto a las raposas.
Y el rey se alegrará con Dios,
se felicitarán los que juran por su nombre,
cuando tapen la boca a los traidores.
ESTRUCTURA
1. Busqueda ardiente del salmista por su Dios (2-3)
2. Necesidad imperiosa de una intImidad (7-9)
3. Acción de gracias por el bien suprmo (41-6)
4. Seguridad del rey frente a sus enemigos (10-12a)
5. Adición litúrgica (12b)
INTRODUCCIÓN
Este salmo alcanza una de las cumbres de la espiritualidad del Antiguo
Testamento. Todas las afirmaciones apuntan a una aspiración definitiva de
todo hombre de fe: vivir solamente dependiendo de Dios.
"Este salmo es un canto de amor místico" (Delitzsch). "Es la expresión
religiosa de un alma tomada totalmente por Dios" (J. Calés).
Para el salmista Dios lo es todo. El bien que sobrepasa a todo lo demás. El
único que compensa, con creces, todos los infortunios de la existencia.
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Este salmo es como el encuentro de dos sedientos: Dios y el hombre.
Encuentro de la sed infinita de Dios por darse en amor al hombre. Y la sed
del hombre por responder a ese amor.
Se realiza aquí una célebre frase de San Gregorio Nacianceno: "Dios tiene
sed de que el hombre tenga sed de Dios".
DESARROLLO
v.2-3. "Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo, mi alma está sedienta
de ti; mi carne tiene ansia de ti, como tierra reseca, agotada, sin agua.
¡Cómo te contemplaba en el santuario viendo tu fuerza y tu gloria!"
Se cambia el nombre común de Dios por Elohím, nombre de la Alianza.
Ésta estará presente en el centro del salmo. El salmista no le reza a Dios,
sino a mi Dios. Quiere decirle claro desde el principio: "Tú eres mi Dios".
Se recargan los pronombres personales o posesivos en un tuteo amoroso:
mi Dios, te busco. Tengo sed de ti. Quiere vivir en Dios como en su propio
hogar.
"Para vivir no quiero islas, palacios, torres; qué alegría más alta vivir en
los pronombres" (Pedro Salinas).
La nostalgia de Dios la experimenta como necesidad biológica. El salmista
se parece a una tierra abrasada por el sol implacable.
Necesita humedad, necesita agua. La tierra está reseca, agrietada. En el
salmo 42-43 el salmista estaba en un país rocoso y este ambiente le hablaba
de su sequedad interior. Ahora el alma está agrietada, hecha grietas, como
los labios resecos de la tierra. Es una imagen viva que habla del deseo de
Dios que siente el salmista. Notemos que el mayor acercamiento a Dios es
ya el deseo de acercarse. "No me buscarías si no me hubieras encontrado"
(San Agustín).
Y así lo han deseado los santos: "La sed despierta tal deseo que morimos si
nos vemos privados de él. Muero porque no muero" (Santa Teresa). "Es
como un fuego como yo os deseo" (Teilhard de Chardin).
"Viendo tu fuerza y tu gloria". La gloria en la Biblia no es como en el
mundo griego la fama. Es el peso de una persona. Y esto contempla el
salmista: el peso que Dios tiene en su vida...
v. 7-9. "En el lecho me acuerdo de ti y velando medito en ti... y a la
sombra de tus alas canto con júbilo; mi alma está unida a ti y tu diestra
me sostiene"
La nostalgia de Dios se ha convertido en una pesadilla, en una grata
obsesión, hasta llegar a quitarle el sueño.
"Mientras estoy acostado, las voluntades de mi Dios están en mi corazón.
Me levanto por la mañana para hacer lo que Él desea" (inscripción
egipcia).
Cerca del arca se acurruca como un pequeño pájaro y allí se siente seguro.
Y comenta San Agustín: "¿Queremos crecer? Permanezcamos como
pajaritos pequeños bajo esas grandes alas de Dios... Seremos grandes si,
bajo El, quedamos siempre pequeños".
"Mi alma está unida a ti". La imagen es viva y plástica. No se trata
simplemente de agarrarse a Dios como con la mano. Tiene un sabor
deuteronómico: aquí el estar unido a Dios expresa una intimidad conyugal.
El salmista está unido a Dios con el ardor y la fusión del abrazo amoroso.
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No podía el místico elegir una imagen más certera para indicar su situación
respecto a Dios que la del amor esponsal.
"Eres Tú. Soy yo. Yo te adoro. El tiempo, el espacio se evaporan... Yo
olvido el universo y a mí mismo. Pero esta necesidad del éxtasis, este fuego
sagrado que me abrasa, este peso divino que me aplasta eres Tú, Dios mío,
yo estoy en Ti. De nuevo, Tú" (Lamartine).
El salmista expresa un amor de enamorados. Para el tiempo... se pierde la
noción del espacio... Se olvida de todo... y de sí mismo. Experiencia de
éxtasis: de salir de sí mismo para abandonarse en el Otro.
v 4. "Tu gracia vale más que la vida, te alabarán mis labios"
No es la vida como tal, sino la comunión con Yavé lo que constituye el don
supremo que el hombre puede recibir. Y dice, a este respecto, el gran
especialista bíblico Gerhard von Rad: "Esta comprensión de fe del salmista
nos hace comprender la honda transformación de todos los valores de la
vida que se han llevado a cabo en esta experiencia. Para Israel, la vida y
su prolongación había sido el mayor de sus bienes. La distinción entre la
gracia y la vida era algo completamente nuevo en Israel. Significaba el
descubrimiento de lo espiritual como una realidad más allá de la
caducidad de los bienes temporales".
Una vez más es la experiencia de Dios la que ha ido haciendo teología en el
pueblo de Dios. ¿No estamos nosotros lejos de ese modo de hacer teología?
¿Dónde aprendió Sor Isabel tantas cosas tan bellas y profundas de la
Trinidad?
v 5. "Toda mi vida te bendeciré y alzaré las manos invocándote"
Si Dios vale más que la vida, toda la vida es corta para alabarle, bendecirle,
adorarle, glorificarle. En esto consiste la razón suprema de su vida. El alzar
las manos a Dios, como aparece en 1 Tim 2, 8 no es signo de imploración,
sino de glorificación.
v. 6. "Me saciaré como de enjundia y de manteca, y mis labios te
alabarán jubilosos"
La enjundia y la manteca significa la mejor comida (Jer 31, 14). En el
Levítico se prohíbe comer grasa porque se la reserva para los sacrificios de
Yavé (Lev 7, 23-25). Significa metafóricamente la abundancia y plenitud
de Dios y esto en una experiencia casi táctica y gustativa. San Agustín nos
comentará este versículo diciendo que se trata de una lujuriante santidad
espiritual.
Esta experiencia interna el salmista la expresa externamente a través de
unos labios llenos de canciones.
El salmo parecería terminado aquí dejando al poeta inmerso en una
experiencia gratificante. No obstante, a partir de ahora, aparece un ataque
inesperado contra el enemigo.
v. 10-11. "Pero los que buscan mi perdición bajarán a lo profundo de la
tierra; serán entregados a la espada, y echados como pasto a las raposas"
Algunos autores incluso han pensado que estas estrofas son ajenas al texto
original. Pero esto es desconocer el sentido profundo del salmo. ¿Qué
decir?
51
a) La mayor parte de los salmos de intimidad tienen estrofas contra los
enemigos. La plena realización del amor a alguien pide que desaparezcan
aquellos que están haciendo mal a quien se ama. La felicidad de estar con
Dios no es una huída, un refugio perezoso, sino un compromiso de luchar
día a día contra el mal.
b) El salmista ha venido a orar con un problema concreto. Se trata de un
infortunio que proviene de los adversarios. Pero se ha metido tanto en la
oración y se ha sentido tan feliz con Dios que su problema ha pasado a
segundo término.
Ha hecho de su problema un trampolín para acercarse más a Dios y
perderse en Él. Ha trascendido el problema. Y precisamente en este sentirse
tan amado por su Dios es donde ha encontrado la verdadera solución a su
problema.
"Echados como pasto a las raposas". Es un gesto de mucha crueldad. La
mayor ignominia es un cadáver insepulto, expuesto a los animales. "El
muerto que no encuentra sepultura, no tiene reposo. Está condenado a
errar sin fin en el mundo infernal" (E. Podechard).
No saben distinguir entre pecado y pecador. Lo que se desea es que
desaparezca de raíz el mal.
v. 12. "Y el rey se alegrará con Dios, se felicitarán los que juran por su
nombre"
El rey es símbolo del pueblo, representante del mismo, con promesas y
privilegios especiales. Jurar por el rey es ponerle a él como garantía. Todos
se felicitan. Júbilo de todos que dependen única y exclusivamente de Dios.
ORACIÓN
"Oh Dios, Tú eres mi Dios"
Señor, Tú no eres para mí el Dios de los filósofos y los sabios, sino el Dios
de la Alianza: el Dios de Abrahán, Isaac y Jacob. El Dios de la historia, el
Dios de mi historia. Tú eres mi Dios. Tú eres mío. Más que mi
pensamiento, eres Tú. Más que mi corazón, eres Tú. Más que mi vida, eres
Tú. Sin mí, eres Tú. Pero yo sin Ti no soy yo. Mi alma está apegada a Ti.
Tú me sostienes, Tú eres la razón de mi vivir.
"En el lecho me acuerdo de Ti y velando medito en Ti"
Tú, Señor, estás en mi corazón. Y el corazón nunca deja de latir: por la
mañana y por la noche. Levantado y acostado. Yo quiero vivir contigo a
ritmo de corazón. Mis días han de ser para alabarte y mis noches para
adorarte. Mis días para servirte y mis noches para soñarte. Déjame
derramar mi vida ante Ti en un bello canto a dos coros.
"A la sombra de tus alas canto con júbilo"
Un pájaro canta tranquilo sobre la rama cascada porque sabe que tiene alas
para volar. Yo no soy un pajarillo. No tengo alas para volar, pero canto
tranquilo sobre la frágil rama de mi existencia porque Tú, Señor, me
prestas tus propias alas que me protegen, me cobijan y me lanzan a la
altura. Hazte presente en mi corazón y toda mi vida será alegría y júbilo.
"Tu diestra me sostiene"
Tu diestra Señor, es fuerte, poderosa. Con tu diestra abriste el mar en dos
partes y hundiste en él a carros y caballos de los egipcios. Con tu mano
poderosa creaste el cielo, la tierra, el mar y cuanto contiene.
52
Hoy, Señor, busco tu brazo. No tu brazo poderoso, sino tu brazo amoroso.
Más que ser fuerte, apoyándome en tu poder, quiero hacerme débil
descansando en tu amor.
Déjame terminar mi oración con esos bellos versos de tu gran
amigo San Juan de la Cruz:
"Entrada sea la esposa en el ameno huerto deseado, y a su sabor reposa;
el cuello reclinado sobre los dulces brazos del Amado".
FRASES
"Tengo hambre de Él. Él es quien excava los abismos en mi alma. Abismos
que sólo Él puede llenar". (Sor Isabel)
"Simplemente juntos estamos felices... Es vuestra propia felicidad la que
vibra en mí. Me haces vivir tan cerca de ti que se acrecienta mi nostalgia de
la vida eterna". (Abbé Thellier)
"Lo que amenaza, lo que esteriliza la vida religiosa es no ser atentos con
Dios; no desear encontrarle, no desear verle. Dios tiene alegría de
manifestarse en nosotros pero sólo puede manifestarse a los que tienen
hambre y sed de Él". (Evely)
"En el salterio nada parecido a esta hambre de Dios innata en el hombre
recto; nada parecido a esta búsqueda del Señor y del reposo en Él, que
constituye la piedad profunda". (J. Weber)
PREGUNTAS
1. ¿He sentido alguna vez en mi vida sed de Dios? ¿En qué se ha
manifestado? - Cada uno(a) puede contar sus experiencias personales.
2. El salmista evoca tiempos en que ha sido feliz en el Santuario, en las
celebraciones con sus hermanos. ¿En qué momentos yo me siento a gusto
con mi comunidad?
3. ¿Qué puedo aportar yo, desde mi experiencia personal y comunitaria, a
la gente de la calle?
SALMO 64
Escucha, oh Dios, la voz de mi lamento,
protege mi vida del terrible enemigo;
escóndeme de la conjura de los perversos,
y del motín de los malhechores.
Afilan sus lenguas como espadas,
y disparan como flechas palabras venenosas,
para herir a escondidas al inocente
para herirlo por sorpresa y sin riesgo.
Se animan al delito,
calculan cómo esconder trampas,
y dicen: "¿Quién lo descubrirá?".
Inventan maldades y ocultan sus invenciones,
porque su mente y su corazón no tienen fondo.
Pero Dios los acribilla a flechazos,
por sorpresa los cubre de heridas;
su misma lengua los lleva a la ruina,
53
y los que lo ven menean la cabeza.
Todo el mundo se atemoriza,
proclama la obra de Dios,
y medita sus acciones.
El justo se alegra con el Señor,
se refugia en él,
y se felicitan los rectos de corazón.
111
ESTRUCTURA
1. Introducción invocatoria (2-3)
2. Acusación de los enemigos y revelación de sus planes (4-7)
3. Intervencion de Dios (8-9)
4. Cónclusión y reaecíón de 1a multitüd (11-12)
INTRODUCCIÓN
Se trata de un salmo de súplica individual pero con una novedad: tiene una
dimensión profética con una clara evocación al juicio de Dios. Por eso
algún autor prefiere clasificarlo entre los salmos de exhortación profética.
Se trata de una profecía de carácter yavista: ante el problema del mal se
profetiza, con una fe inquebrantable en Yavé, Dios justo, que la verdad de
Dios y el triunfo de la moral serán una realidad.
"El poema compuesto con arte no carece ni de originalidad ni de vigor" (E.
Podechard).
DESARROLLO
v.2. "Escucha, oh Dios, la voz de mi lamento, protege mi vida del terrible
enemigo"
La queja brota de la amargura interior y se lo manifiesta a Dios. Orar es
poner delante de Dios nuestra vida tal y como la estamos viviendo. Así han
orado los hombres de Dios: "Por eso no cerraré la boca, voy a quejarme en
la amargura de mi alma" (Job 7, 16).
La oración de Ana está regada con lágrimas, se desahoga ante Dios y no se
calla: "Lo que me hace hablar es el gran dolor y la amargura que siento"
(1 Sam 1, 15-16).
Quejarse, lamentarse, gritar... ante Dios en los momentos de dolor y
sufrimiento es una bella oración que Dios acepta con gusto.
54
v. 3. "Escóndeme de la conjura de los perversos y del motín de los
malhechores"
El salmista se ve amenazado por un conjunto de enemigos. Quiere
ocultarse, esconderse. ¿Dónde encontrará mejor refugio? Ha pensado tal
vez en el templo. Pero a veces ni siquiera el templo se respeta (Sal 11). Lo
tiene claro: no hay mejor refugio que Dios mismo, su persona. Ahí va a
sentirse seguro.
v. 4-5. "Afilan sus lenguas como espadas, y disparan como flechas
palabras venenosas, para herir a escondidas al inocente, para herirlo por
sorpresa y sin riesgo"
Son imágenes sacadas de la caza y de la guerra para caracterizar los tratos
pérfidos de los enemigos. La espada es símbolo de la lengua tajante y las
flechas representan las palabras hirientes y amargas. En varias culturas las
armas de caza y guerra llevaban veneno. También lo llevan las palabras de
los enemigos.
El versículo 5 tiene un matiz especial: el tomar a la víctima por sorpresa.
Apostados sobre escondites estratégicos, pueden actuar sin riesgos y sin
miedo.
No se trata de una batalla abierta, dando la cara. Tienen guardadas las
espaldas y la sorpresa es factor ventajoso.
¿Cómo es el inocente? La raíz tmm indica algo circular, completo. Como
queda definido un día o un año. Lo que quiere decir que este inocente es un
modelo de equilibrio humano y religioso.
v. 6. "Se animan al delito, calculan cómo esconder trampas y dicen:
¿quién lo descubrirá?"
"Se animan..." se enfervorizan, se estimulan para hacer el mal. Calculan
cómo hacer más dañinas sus trampas. Y dicen: ¿quién lo descubrirá?
Niegan a Dios el poder de descubrir lo oculto, lo secreto. Es un modo de
ateísmo: "El Señor no lo ve, el Dios de Jacob no se entera" (Sal 94, 7).
Si peco nadie me verá; si miento a escondidas, ¿quién se enterará?
Hay una especie de oposición: frente a la perfección del justo se opone la
perfección del crimen. ¡Qué bien saben hacer el mal!...
v. 7. "Su mente y su corazón no tienen fondo"
Puede tratarse de un proverbio. De hecho jeremías dice: "Es insondable el
corazón de una persona" (Jer 17, 9). Pero aquí no se está haciendo un
análisis del ser humano, sino que les sirve a los perseguidores para probar
que el delito está tan profundo que no lo puede ver ni Dios.
v. 8-9. "Pero Dios los acribilla a flechazos, por sorpresa los cubre de
heridas. Su misma lengua los lleva a la ruina, y los que lo ven menean la
cabeza"
"Pero Dios..." Sin ningún tipo de preparación aparece Dios disparando
flechas. Los malvados no pueden ocultarse, de repente ahí están las heridas.
El contra ataque, por parte de Dios, está tan bien preparado que sin
necesidad de silbar las flechas, han quedado heridos los enemigos. Fueron
vencidos con las mismas armas que ellos combatían. Y para ellos está
reservado el trato que la perfidia humana reservaba al inocente.
55
Mover la cabeza es un acto de desprecio. Así se lo hicieron a Cristo (Mt 27,
39). El enemigo que se ilusionaba de que nadie lo viera ahora es visto por
todos. Y ahora todos, al verlo, mueven la cabeza burlándose de él.
En el espíritu de la ética yavista, el pecado contra el débil es pecado contra
Dios que es su defensor.
No nos olvidaremos de recordar que, en esta época donde no hay una
perspectiva del más allá, el castigo debía darse en esta vida. Así aparece la
justicia de Dios y cómo Él es el que realmente defiende a los pobres,
inocentes e indefensos.
v. 10. "Todo el mundo se atemoriza, proclama la obra de Dios y medita
sus acciones"
El temor es el asombro ante el proceder de Dios. Es la admiración de la
gente ante un Dios tan grande y poderoso. Se afianza la fe en Yavé y se
reflexiona sobre sus acciones.
La meditación no es abstracta. No se trata de reflexionar sobre los atributos
de Dios, sino sobre el actuar de Dios. Meditar es pasar por delante de los
ojos todo lo que Dios ha obrado en favor del inocente. Hay que ser buenos
para que Dios nos ayude. Como el salmista.
v. 11. "El justo se alegra con el Señor, se refugia en él, y se felicitan los
rectos de corazón"
El justo es aquel que siempre está con el Señor. Sabe estar con el cuando
todo le sale mal, cuando los enemigos están acechando ahí a la vista de
todos. Él se refugia en Dios.
Y sabe dar gracias en los momentos de júbilo, cuando Dios ya ha
intervenido en favor suyo. El justo sabe llenar su corazón de esperanza
cuando el triunfo es todavía incierto, y sabe llenar su corazón de gozo
cuando Dios se manifiesta como el triunfador.
El salmo nos hace una fuerte llamada a la oración, a saber contar con Dios
en los momentos de gozo y de dolor. Y parece que hay una
correspondencia entre la oración y la vida. Hay una oración intensa cuando
es intensa la vida que llevamos entre manos. Vidas mediocres y oraciones
altísimas de contemplación parece que son cosas incompatibles.
La excelencia de la oración se mide por la vida y no al contrario. Dios nos
impulsa a una vida de entrega total, de amor totalmente desinteresado, de
exigencias cada vez más fuertes. Para eso necesitamos una oración
especial. Nosotros, por nuestros propios medios, no podemos amar tal y
como Dios nos lo pide. Por eso la exigencia de la oración brota de la
indigencia para vivir el amor y los compromisos de la Alianza.
También el salmo nos invita a la fraternidad. Hay una especie de increencia
fraterna: es el hablar de espaldas a nuestros hermanos. No se trata
solamente de un fallo moral o una falta de lealtad a otra persona. Es la
manifestación más clara de que Dios no está con nosotros, de que su
Espíritu ha desaparecido.
En la comunidad se deben dar espacios para decir las cosas de una manera
fraterna, buscando siempre el bien del otro. También debemos de estar
preparados para encajar una crítica constructiva cuando se dice en la
comunidad, estando presente la persona interesada, y con la recta intención
de conseguir una superación en el camino de nuestra perfección.
"Dichoso aquel que ama y respeta a su hermano tanto cuando está lejos
56
como cuando está con él, y no dice a sus espaldas nada que no pueda decir
con caridad delante de él" (San Francisco).
ORACIÓN
"Escucha, oh Dios, la voz de mi lamento"
Señor, hoy mi oración brota de lo más profundo de mi ser. Quiero que
escuches lo que está sucediendo en lo más hondo de mi corazón. Mi herida
es profunda y mi dolor intenso. Toda mi alma es una llaga. Mírame primero
y escúchame después. Que sea mi propio sufrimiento el que llame a tus
puertas y conmueva tu corazón compasivo.
"Su corazón no tiene fondo"
Tú, Señor, has puesto en nosotros un corazón sin fondo. Y nos has dado la
libertad para que podamos almacenar en él el bien o el mal, el odio o el
amor. Si optamos por el bien podemos alcanzar un amor sin límites, sin
medidas... Pero si optamos por el mal, podemos llegar a la crueldad más
refinada. Este corazón sin fondo nos da miedo. Señor, haz que nosotros
sólo sepamos emplearlo para el bien.
"El justo se alegra con el Señor"
Yo no quiero otra felicidad, sino la que viene de Ti, Señor. Las otras
felicidades son vanas y falsas. Rozan la piel pero no llegan al corazón. Son
superficiales y pasajeras. Yo no quiero saciar mi sed con un vaso de agua.
Quiero que me des el manantial. Quiero saciarme de Ti. Quiero bañarme en
Ti. Quiero sumergirme en tu amor.
"Se felicitarán los rectos de corazón"
En este mundo lleno de corrupción y de injusticias da la impresión de que
son los malos los que triunfan. Son los que más hablan, los que más gritan,
los que más llenan las plazas y celebransus victorias.
Pero Tú nos aseguras que habrá fiesta para los honrados, los sencillos, los
de corazón recto y sano. Gracias, Señor, porque nos garantizas el triunfo de
los buenos.
FRASES
"Llega el hombre de corazón profundo, el hombre de verdad perfecta, que
conserva la imagen de Dios. Contra él las flechas son impotentes, como
arañazos infantiles". (Eusebio)
"Que se acerque el hombre a la cima más alta de su corazón y Dios será
ensalzado". (P. Monsabré)
"Si el impío pudiera volverse contra Dios, lo haría. Impotente se vuelve con
furor contra el inocente que manifiesta a Dios sobre la tierra". (A.
Chauraqui)
PREGUNTAS
1. ¿Acostumbro a rezarle a Dios desde mi vida? ¿Me presento ante Él con
mis problemas vivos?
2. Muchas veces nos reunimos en la comunidad para acusarnos de nuestras
faltas y reconciliarnos. Pero, ¿nos solemos reunir para celebrar juntos lo
bueno que Dios ha depositado en el corazón de cada uno?
3. ¿Sé cortar drásticamente una conversación en la que se está hablando
mal de una persona ausente?
SALMO 65
Oh Dios, tú mereces un himno en Sión,
57
y a ti se te cumplen los votos,
porque tú escuchas las súplicas.
A ti acude todo mortal a causa de sus culpas;
nuestros delitos nos abruman, pero tú los perdonas.
Dichoso el que tú eliges y acercas,
para que viva en tus atrios:
que nos saciemos de los bienes de tu casa,
de los dones sagrados de tu templo.
Con portentos de justicia nos respondes,
Dios Salvador nuestro;
tú, esperanza del confín de la tierra y del océano remoto;
tú que afianzas los montes con tu fuerza, ceñido de poder;
tú que reprimes el estruendo del mar,
el estruendo de las olas y el tumulto de los pueblos.
Los habitantes del extremo del orbe se sobrecogen ante tus signos
y a las puertas de la aurora y del ocaso las llenas de júbilo.
Tú cuidas de la tierra, la riegas
y la enriqueces sin medida;
la acequia de Dios va llena de agua,
preparas los trigales:
riegas los surcos, igualas los terrones,
tu llovizna los deja mullidos,
bendices sus brotes;
coronas el año con tus bienes,
tus carriles rezuman abundancia;
rezuman los pastos del páramo,
y las colinas se orlan de alegría;
las praderas se cubren de rebaños,
y los valles se visten de mieses que aclaman y cantan.
ESTRUCTURA
1. Cercanía de Dios en el Templo (2-5)
2. Presencia de Dios en la creación y la historia (6-9)
3. Presencia- de Dios en lo diario y pequeño (10-14)
INTRODUCCIÓN
El salmo 65 es un himno de alabanza al Dios Creador y ordenador del
Universo, que perdona pecados y provee para que la tierra dé su frutos.
La alegría y la gratitud llenan esta poesía. Se hace una primera aclamación
al Señor que habita en Sión. En este lugar privilegiado Dios recibe el culto
y otorga el perdón. Luego el horizonte se ensancha hasta los confines de la
tierra. Finalmente se eleva la gratitud por la buena cosecha.
Algunos autores, al ver la diversidad de motivos, han dudado sobre la
unidad del salmo. Pero, con la mayoría de autores, hay que mantener la
unidad por encima de todo. Precisamente en esta unidad está la grandeza
del poema.
DESARROLLO
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v 2. "Oh Dios, tu mereces un himno en Sión, y a ti se te cumplen los
votos"
Hay una invitación al agradecimiento. Algunos autores dan una
traducción que, aunque se aparte del pensamiento bíblico, es muy
sugerente, traducen así: "Para Ti el silencio es alabanza".
Es lógico que esta traducción haya fascinado a los místicos y hayan hecho
bellas explicaciones. "Como en el caso de una perla de gran valor, todo lo
que se pueda decir del silencio sería despreciable" (Baya Paguda, místico
judío, s. XVI).
El célebre pensador judío del s. XII, Moisés Maimónides, dice: "No hay
verdadera oración sino en el silencio".
Otro judío, Emmanuel, dirá: "No hay que hablar nunca de Dios, sino callar
en Dios. El silencio ante Dios no es inmovilidad o incomprensión, sino
admiración, sorpresa".
Pero la traducción de los LXX parece la más probable: "Tú mereces un
himno en Sión". Sión es el monte santo donde está el templo, lugar
privilegiado donde se reza a Dios y se cumplen los votos. Este lugar es el
quicio sobre el que gira toda la vida religiosa en Israel. Pues bien, este
lugar merece ser honrado, ser alabado.
v 3. "Porque tú escuchas las súplicas. A ti acude todo mortal"
Todos los seres humanos se dirigen a Dios que recibe un título sugerente: el
escuchador de súplicas. La humanidad sabe que sus lamentos no caen en el
vacío.
Asentado en medio de las alabanzas que suben de la tierra, no se olvida de
los gritos de dolor de esa misma humanidad desgarrada.
v 4. "Nuestros delitos nos abruman pero tú los perdonas"
El peso del pecado es más fuerte que nosotros y dobla nuestras espaldas.
"Mi iniquidad es tan grande que yo no la puedo soportar" (Gen 4,13). Así
hablaba Caín.
"He pecado entregando sangre inocente" (Mt 27, 4) Así se expresaba
judas. El peso de su pecado le llevó a la desesperación.
Pero hay que destacar los dos pronombres antitéticos del salmo: el nosotros
de la primera parte y el yo de la segunda. Nuestros pecados son enormes,
pesados, numerosos. Pero Dios es más grande que nuestros pecados. Pero
Él los perdona.
"Aunque sus pecados sean como el rojo más vivo, yo los dejaré blancos
como la nieve; aunque sean como tela teñida de púrpura, yo los dejaré
blancos como la lana" (Is 1, 18).
v. 5. "Dichoso el que tú eliges y acercas... que nos saciemos de los bienes
de tu casa, de los dones sagrados..."
Un aspecto positivo del perdón es la cercanía con Dios. Se restablece la
Alianza que se había roto. Todos tienen ahora una residencia bajo la
sombra protectora de Yavé.
Se habla de saciedad espiritual y corporal. Se alude a los sacrificios de
comunión. Los sacerdotes también comían de los mismos. "Haré que los
sacerdotes coman los mejores alimentos y que mi pueblo disfrute en
abundancia de mis bienes" (Jer 31, 14). Pero no sólo los sacerdotes, sino
59
todo el pueblo debe disfrutar de
los bienes de Dios.
"Las víctimas ofrecidas en sacrificio se han convertido en cosas santas,
pero no por eso han perdido su sabor y su poder nutritivo... así se aprecia
mejor la prodigalidad de Dios" (Bonard).
v. 7. "Tú que afianzas los montes con tu fuerza, ceñido de poder"
El poeta se remonta a la creación. Como un obrero o albañil Dios se ciñe
para el trabajo, toma en sus manos piedras o ladrillos y los va colocando en
sus puestos para cimentar un edificio o levantar sus muros. Así Dios,
constructor gigantesco del orbe, toma en sus manos montañas enteras y las
coloca aplomadas y resistentes, cada una en su puesto.
v. 8. "Tú que reprimes el estruendo del mar, el estruendo de las olas y el
tumulto de los pueblos"
El mar siempre ha sido para el israelita algo terrible. El mar concentra las
fuerzas rebeldes y levantiscas que intentan, en vano, contrastar el poder de
Dios. En lo cósmico, el océano con su oleaje; en lo histórico, las naciones
con sus ejércitos. Ambos poderes se asocian. Y los dos son vencidos por
Dios.
Dios no sólo vence el poder cósmico, sino la violencia histórica. "Ruido de
pueblos inmensos, ruido como bramido de mares, fragor de naciones como
el estruendo de aguas que corren vehementes. Las naciones retumban
como el fragor de muchas aguas, pero Yavé las amenaza y ellas huyen
lejos" (Is 13, 4).
v. 9. "Los habitantes del extremo del orbe se sobrecogen ante tus signos,
y a las puertas de la aurora y del ocaso las llenas de júbilo"
Ahora, reconstruida la armonía del cosmos y de la historia, todas las
criaturas van a postrarse ante Él, como ante un Pantocrátor.
Los habitantes del mundo hasta sus extremos, al presenciar la intervención
salvadora de Dios, se llenan de júbilo y temor. Expresión clásica de la
experiencia bipolar de la divinidad: el Dios tremendo y fascinante.
Sobrecogimiento y fascinación. Las puertas del oriente y el ocaso son
puertas por donde los astros salen y retornan. Ellas se llenan de júbilo. El
poeta introduce una especie de orquesta cósmica o tal vez danza en la que
participan a dos coros: el de la mañana (oriente) y el de la tarde (occidente).
Es decir, todo el horizonte cósmico.
Oriente, país de sol; occidente, tierra de luna y estrellas. A dos coros y en
un canto frenético se entregan al gozo de la danza. ¿Quién es el director de
esta fiesta? Dios. Es una especie de danza litúrgica en el gran Templo
cósmico.
Es Job quien nos dice que, mientras Dios pone la piedra angular del
Cosmos "las estrellas de la mañana cantan a coro y los hijos de Dios
gritan su gozo" Qob 38, 7).
Una gran asamblea constituida por personas y criaturas personificadas
celebran las acciones de Dios en la creación y la historia. "Hasta los
embriones en el seno materno cantan tu alabanza" (Talmud).
v. 10-14. Cambio repentino. En vez de visiones gigantescas el poeta acerca
60
a Dios a lo menudo, lo ordinario, cualquier detalle le detiene.
v. 10. "Cuidas de la tierra, la riegas... la acequia de Dios va llena de
agua"
Visitas la tierra. Aspecto amoroso de Yavé. La embriaga de lluvia de amor.
Lluvia que empapa y penetra...
v. 12. "Coronas el año con tus bienes"
Lo llena de plenitud. La corona la forman la lluvia, el trigo y toda
vegetación... Los carriles son las marcas que los carros hacen al pasar
muchas veces por el mismo camino; lo cual es signo de buena cosecha.
v. 14. "Las praderas se cubren de rebaños, y los valles se visten de mieses
que aclaman y cantan"
Dejemos la explicación de este texto al P. Luis A. Schókel: "Las colinas se
orlan de alegría que es el verdor de viñedos y frutales; las praderas se
revisten de rebaños, que ilustran en blanco el verdor de la hierba; los
valles se ponen un manto de mieses. Al coronarse el año, vestidos todos de
fiesta, con sus trajes policromos, entonan un canto de júbilo".
Y lo maravilloso es que el Dios que deposita a plomo montañas y reprime
océanos, se pone a regar y esponjar la tierra. Es como si el Dios de la
segunda parte del salmo se hubiera retirado de la vida pública y cósmica
para dedicarse ahora a las tareas agrícolas menudas. Esta es la belleza y
grandeza de este salmo.
"En el arco de los meses la tierra se vuelve tan bella y digna de ser
saludada como a una reina; desde el invierno hasta el otoño, pasando por
la primavera y el verano, cada estación ha cincelado un festón de su
diadema" (Bonnard).
ORACIÓN
"¡Oh Dios, Tú mereces un himno en Sión!"
El himno es la oración más sublime por ser la más desinteresada. Tú, Señor
mereces que en mi oración yo sólo piense en Ti. En estos momentos yo no
quiero estar para nada ni para nadie. Sólo me interesas Tú. Hoy no vengo a
suplicarte ni siquiera a darte gracias por los beneficios recibidos. Vengo a
hundirme en Ti en un silencio profundo. Vengo a perderme en Ti. Tú sólo
mereces que yo te alabe no tanto por tus dones, sino por Ti que eres el
Supremo Don para mí.
"Con portentos de justicia nos respondes"
Tu justicia, Señor, es gracia, es salvación. Nosotros muchas veces nos
vemos aplastados por nuestros delitos y, sin embargo, Tú nos respondes
con beneficios. Hoy me quiero sentir ante Ti pequeño y avergonzado.
Avergonzado no tanto por mis pecados sino por no haber sabido responder
a tu inmensa bondad.
"Con grandes favores castigabais mis delitos". Eso decía de Ti una gran
amiga tuya, Santa Teresa. Ese es el modo tan original que Tú tienes de
castigar. Señor, que sepa responder con amor a tu gran amor.
"La acequia de Dios va llena de agua"
Tu acequia, Señor, la llenan tantas vidas de hombres y mujeres que han
vivido en plenitud. Son los santos. Tu acequia se ensancha con María, la
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llena de gracia. Y tu acequia queda desbordada
con la vida de tu Hijo Jesús de cuya plenitud todos hemos participado.
Una acequia maravillosa llena de fe, de esperanza, de amor. En esa acequia
quiero sumergirme. Por esa corriente yo quiero ser arrastrado...
"Tus carriles rezuman abundancia"
Lo mío, Señor, es lo mezquino. Lo tuyo la sin medida. Yo todo lo mido,
todo lo cuento, todo lo calculo. Tú te das del todo. Eres un derrochador, un
despilfarrador. ¿Cuándo, Señor, me entregaré del todo? ¿Cuándo sabré y
aprenderé a perder mi vida para salvarla?
¿Cuándo me fiaré plenamente de Ti? y... ¿cuándo será ese cuando?
FRASES
"Dios nos bendice y nosotros le bendecimos. Primero nos bendice a
nosotros el Señor, después bendecimos nosotros al Señor. Aquella es la
lluvia; éste es el fruto. Así se devuelve el fruto a Dios, que llueve sobre
nosotros y nos cultiva. Cantemos con devoción no estéril, no con voces
vacías, sino con sincero corazón. Por algo se llama a Dios Padre, el
labrador". (San Agustín)
"La adoración es el supremo esfuerzo del alma que sobreabunda y no puede
decir más". (Lacordaire)
"Como un perro que ladra a la luna, yo había quedado fascinado por un
rayo... ¡Renacer en el momento de morir!" (F Mauriac)
PREGUNTAS
1. ¿Sé alabar a Dios... darle gracias... decirle a boca llena que estoy
contento y feliz con Él?
2. La oración con ese Dios tan grande e inmenso... ¿me impide dedicarme a
las cosas más pequeñas de cada día y a los detalles con mis hermanos(as)?
3. ¿Caigo en la cuenta de que la Creación es una bonita escuela de
teología? En mis grupos de apostolado, ¿les enseño a descubrir a Dios en la
Naturaleza?
SALMO 66
Aclamad al Señor, tierra entera,
tocad en honor de su nombre,
cantad himnos a su gloria;
decid a Dios: "Qué temibles son tus obras,
por tu inmenso poder tus enemigos te adulan"
Que se postre ante ti la tierra entera,
que toquen en tu honor,
que toquen para tu nombre.
Venid a ver las obras de Dios,
sus temibles proezas en favor de los hombres:
transformó el mar en tierra firme, a pie atravesaron el río.
Alegrémonos con Dios,
que con su poder gobierna eternamente;
sus ojos vigilan a las naciones,
para que no se subleven los rebeldes.
Bendecid, pueblos, a nuestro Dios,
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haced resonar sus alabanzas:
porque él nos ha devuelto la vida,
y no dejó que tropezaran nuestros pies.
Oh Dios, nos pusiste a prueba,
nos refinaste como refinan la plata,
nos empujaste a la trampa,
nos echaste a cuestas un fardo:
sobre nuestro cuello cabalgaban,
pasamos por fuego y por agua,
pero nos has dado respiro.
Entraré en tu casa con víctimas
para cumplirte mis votos:
los que pronunciaron mis labios
y prometió mi boca en el peligro.
Te ofreceré víctimas cebadas,
te quemaré carneros, inmolaré bueyes y cabras.
Fieles de Dios, venid a escuchar,
os contaré lo que ha hecho conmigo:
a él gritó mi boca, y lo ensalzó mi lengua.
Si hubiera tenido yo mala intención,
el Señor no me habría escuchado;
pero Dios me escuchó,
y atendió a mi voz suplicante.
Bendito sea Dios, que no rechazó mi súplica,
ni me retiró su favor.
ESTRUCTURA
1. Himno comunitario de alabanza (1-7)
2. Acción de gracias comunitaria (8-12)
3. Acción de gracias individual (13-19)
4. Conclusión (20)
INTRODUCCIÓN
Este salmo se compone de dos piezas pertenecientes a dos géneros
emparentados entre sí: el himno y la acción de gracias. La primera parte es
un himno entonado por una comunidad que se manifiesta en el uso de la
primera persona del plural. La segunda parte de acción de gracias está
pronunciada por un individuo, al parecer, en presencia de una comunidad.
Hay que salvar la unidad del salmo aunque el principio (v.1-4) y el final (v.
20) pudieran ser tomados de algún documento anterior. El principio, para
crear un clima de alabanza y el final, para que sirviera de epílogo.
El salmo, como la contemplación de un paisaje presenta dos miradas
distintas: una de tipo general y la otra baja a lo más concreto. Pero en todo
Dios merece ser alabado.
DESARROLLO
v. 1-4. "Aclamad al Señor, tierra entera, tocad en honor de su nombre...
decid a Dios: qué temibles son tus obras... que se postre ante ti la tierra
entera"
63
El primer cuadro trata de una invitación que hace el salmista a que toda la
tierra alabe al Señor. Y se trata de una aclamación, es decir, una
publicación a gritos, con fervor, con entusiasmo.
Israel es un pueblo, en una comunidad de naciones, que no puede
encerrarse para gustar y saborear los privilegios de Dios. Su experiencia
religiosa debe compartirla con otros pueblos.
Tocad indica el acompañamiento musical. Todo lo que tiene relación con
Dios no es sólo para ser dicho, sino para ser celebrado, para ser cantado. El
salterio, que recoge las alabanzas del Señor, es como la fiesta del corazón
de todo un pueblo.
"Qué temibles son tus obras". Hay una exclamación ante las obras de Dios
tanto en la creación como en la historia. Lo que motiva la alabanza no es la
mera trascendencia de Dios, sino su presencia activa en medio del pueblo.
v 5-6. "Venid a ver las obras de Dios, sus temibles proezas en favor de los
hombres: transformó el mar en tierra firme, a pie atravesaron el río"
"Venid a ver". El poeta piensa en el paso del mar Rojo y en la marcha de
Josué al atravesar el Jordán. Aquellas acciones del pasado están siempre
presentes. Y estos hechos sobre Israel tienen significación universal.
"Más maravillosa todavía que la travesía del mar Rojo es la maravilla de
tantas personas que atraviesan sanas y salvas el mar pernicioso del mundo
puesto en las manos del maligno y que, rompiendo las olas siempre
agitadas de esta existencia temporal, llegan, llenos de vida, a las orillas de
las promesas eternas, para gozar de Dios mismo, contemplado cara a
cara" (San Roberto Belarmino).
v. 7. "Con su poder gobierna eternamente; sus ojos vigilan a las
naciones, para que no se subleven los rebeldes"
Aquí hay un elogio al poder soberano de Dios. En forma sugestiva viene
representado como un gran príncipe encerrado en una fortaleza inatacable
puesto sobre una cumbre altísima. Desde allí, como un centinela, abarca
con su mirada a las naciones y nada se escapa de su control. Su mirada no
sólo abarca en extensión sino en profundidad a todo el ser. Sobre todo a los
enemigos rebeldes. Esta mirada de Dios les impide elevarse sobre sí
mismos. El salmista, en esta situación, invita a los pecadores a que acojan
la invitación a la alabanza y adoración. Que se vuelvan sensatos y humildes
servidores del Creador. Así todo les irá bien.
v 10-12. "Oh Dios, nos pusiste a prueba, ...nos empujaste a la trampa,
nos echaste a cuestas un fardo: sobre nuestro cuello cabalgaban,
pasamos por fuego y por agua, pero nos has dado respiro"
Para Dios el sufrimiento tiene un valor pedagógico, educativo. "Acuérdense
de todo el camino que el Señor su Dios les hizo recorrer por el desierto
durante cuarenta años para humillarlos y ponerlos a prueba a fin de
conocer sus pensamientos y saber si iban a cumplir o no sus
mandamientos" (Dtn 8, 2).
Trampa es alusión a la caza pero también se puede traducir por cárcel, es
decir, angustia, miseria.
Fardo algunos traducen por el dolor, aflicción. Dios había golpeado los
lomos, la energía vital de Israel.
64
Cabalgar sobre el cuello. Hace alusión al triunfo militar. La escena toma
movimiento como si se tratara de la caballería enemiga que todo lo aplasta
y allana.
Pasar por agua y fuego es el símbolo clásico de la prueba intensa.
De todas las pruebas sabe sacar el Señor. "Si tienes que atravesar las
aguas, yo estaré contigo, los ríos no te sumergirán. Si tienes que pasar por
el fuego, no te quemarás, la llama no te podrá quemar porque yo soy Yavé,
tu Dios, el Santo de Israel, el Salvador" (Is 43, 2-3).
Dios nos puede poner a prueba, pero al final siempre nos da respiro,
siempre nos abre un camino y nos da salida. Siempre nos lleva a un espacio
abierto, hacia una tierra de libertad.
v 13-15. "Entraré en tu casa con víctimas para cumplirte mis votos, los
que pronunciaron mis labios... te ofreceré víctimas cebadas, te quemaré
carneros..."
Ahora el silencio rodea al coro solemne y comunitario de la asamblea
litúrgica que ha profesado solemnemente su fe. Y se eleva ahora la voz del
solista que, representando a todo el pueblo, quiere cumplir sus votos hechos
en momentos de peligro.
El salmista es un hombre agradecido a Yavé. Quiere ofrecer los mejores
sacrificios, los animales cebados, y el holocausto donde se quemaba todo
ante Yavé. Es el reconocimiento total a Dios. Todo el templo está lleno del
humo del sacrificio, un sacrificio agradable a Dios.
La escena es delicada, llena de ternura. Como Abel que escogía lo mejor de
sus carneros para Dios. A Dios no hay que darle lo bueno, sino lo mejor.
v 16. "Fieles de Dios, venid a escuchar, os contaré lo que ha hecho
conmigo"
El salmista invita ahora a los fieles a escuchar. Tiene necesidad de decir, de
contar, de narrar lo que Dios ha hecho con él. No lo puede decir a
cualquiera, sino a aquellos fieles que sintonizan con él y se van a alegrar de
su experiencia.
Hay aquí una bonita pincelada para afirmar el auténtico valor de nuestra
participación comunitaria. Se trata de contar experiencias, vivencias,
sensaciones, emociones y de lo que Dios hace en el corazón de cada uno, y
esto para enriquecimiento mutuo. También la Virgen cantó lo que el
poderoso hizo en élla.
Para eso es necesario que la comunidad sintonice. Que se haya creado un
clima de una gran confianza, donde uno goce del don del otro.
v. 18. "Si hubiera tenido yo mala intención, el Señor no me habría
escuchado"
La palabra intención viene del latín in-tendere, tender hacia otro. Cuando se
trata de Dios hay que ir con la verdad por delante, con una transparencia
total. Con una coherencia entre lo que dicen nuestros labios y lo que se vive
en el corazón. Con Dios siempre hay que jugar con limpieza.
v. 20. "Bendito sea Dios, que no rechazó mi súplica, ni me retiró su
favor"
La oración es cercanía, comunión, elimina toda distancia. Es un puente
65
entre Dios y nosotros. Nosotros subimos a Dios con nuestra plegaria y Él
baja a nosotros con sus dones, con su misericordia.
Cuando nuestra oración es de alabanza, entonces Dios se siente orgulloso y
feliz de nosotros. No le buscamos sino por Él mismo. Descubrimos que
nuestra felicidad está en relación con la felicidad de Dios. Atisbamos que el
hacer las delicias de Dios es la cumbre de nuestra oración.
Jesús solía decir: "Yo hago siempre lo que agrada al Padre" (Jn 8, 29).
Éste debería ser el verdadero programa de un cristiano, de una persona que
quiere seguir a Jesús en todo.
ORACIÓN
"Venid a ver las obras de Dios"
Señor, hoy me siento llamado a ser tu colaborador, tu mensajero, tu
apóstol. No pretendo dar lecciones de alta teología. Mas bien quiero
acompañar a la gente sencilla a contemplar y disfrutar de tantas maravillas
que Tú has creado para nuestro recreo.
Haz, Señor, que yo sea un buen catequista. Que a través de tantas obras
visibles a los ojos, la gente sepa descubrir tu mano invisible. Todo lo has
creado por amor. Concédenos la gracia de sentirnos atraídos por la belleza
de tus criaturas y poder entonar, con ellas, un himno de alabanza a tu santo
Nombre.
"Alegrémonos con Dios"
Hay muchas personas que no saben disfrutar de la vida. Creen que para ser
felices hace falta tener mucha plata y ser un privilegio de la fortuna. Son
pocos los que saben gozar de la vida sencilla: de un amanecer, de una
puesta de sol, de un día de campo, de un encuentro con la familia o con los
amigos.
Pero son muy pocos aquellos que saben gozar con Dios. No con los dones
de Dios, sino con Dios mismo. Ese manjar exquisito sólo lo disfruta un
grupo privilegiado de personas: son los santos.
"Os contaré lo que Dios ha hecho conmigo"
Lo que Dios ha hecho con cada uno de nosotros, eso sólo Dios y nosotros
lo sabemos. Pero todos tenemos nuestra pequeña historia de salvación: una
linda historia tejida con hilos invisibles de amor. ¿Qué hubiera sido de mí
si Dios no hubiera estado presente en mi vida? Y actualmente, ¿qué sería
yo sin Él?
Si yo estoy aquí y vivo es porque Él me ama. De todo esto yo quiero
hablar. Necesito hablar. Quiero salir a la calle para gritar a la gente el
inmenso cariño que Dios nos tiene. Yo quiero ser misionero, pero
misionero de su amor.
FRASES
"Te damos gracias por tus misericordias de sangre, por tu redención de
sangre. Porque la sangre de tus mártires enriquece los lugares santos.
Porque donde un santo murió, allí el suelo es santo y la santidad no se
alejará de aquel lugar aunque lo pisoteen los ejércitos, aunque los turistas
vengan a visitarlo con sus guías. Desde aquel suelo surge lo que siempre
renueva la tierra... Por eso le damos gracias a Dios".
(Del libro: Asesinato en la Catedral de Milán)
"Padre celestial, Tú tienes todos los dones en las manos. Danos la certeza
66
de que todo viene de ti: que el gozo no nos separa de ti... y que ningún
dolor pone una barrera entre nosotros y Tú; sino que en el gozo podemos ir
en busca de ti y en el dolor podemos quedamos contigo.
Así que, cuando nuestros días estén terminando y el hombre exterior caiga
en la ruina, la muerte no nos alcance con su nombre frío y terrible, sino que
venga serena y amiga, con tu saludo y anuncio, con el testimonio de ti,
nuestro Padre que estás en el cielo". (Kierkegaard)
"Ante Dios esté nuestro deseo de embriagarnos de la riqueza de su casa y
de beber del arroyo de su delicia; porque con Él está la fuente de la vida y a
su luz veremos la luz, cuando nuestro deseo quede saciado por aquellos
bienes y no haya lugar de buscar entre gemidos sino sólo poseer todo en el
gozo". (San Agustín)
PREGUNTAS
1. ¿Sé hacer de mi sufrimiento un lugar teológico donde descubro a Dios?
¿O más bien, el dolor me aparta de Dios?
2. La comunidad de Israel sabía releer el pasado actualizándolo en los
acontecimientos presentes. ¿Hasta qué punto esta influyendo la vida de
Jesús en la marcha histórica de mi comunidad?
3. venid.., os contaré. ¿A qué convocamos en nuestras catequesis?
¿Simplemente a que se informen sobre un tema religioso? ¿O a que
escuchen lo que Dios hace en nuestras vidas?
SALMO 67
El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros:
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación.
Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud,
y gobiernas las naciones de la tierra.
Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
La tierra ha dado su futuro,
nos bendice el Señor nuestro Dios.
Que Dios nos bendiga; que le teman hasta los confines del orbe.
ESTRUCTURA
1. Oración deprecatoria (2-3)
2. Estribillo (4-6)
3. Juicio de Dios (5)
4. Frutos de la tierra (7)
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5. Bendición de conclusión (8)
INTRODUCCIÓN
Este salmo es difícilmente clasificable. Se trataría de una oración de la
comunidad que implora la bendición de Dios. Invocación y alabanza son
dos registros fundidos en una gran armonía.
El salmo quiere unir a otros pueblos a esta tarea de la alabanza que Israel
ha asumido como consecuencia de su fe, o sea, quiere asociar a los pueblos
a la misma fe. Un soplo de universalidad atraviesa todo el salmo.
Si es verdad, como dice Gunkel, que el salmista no se cansa de proclamar
que la bendición de Dios descansa sobre Israel, es también verdad que la
bendición israelita es como una semilla plantada en el mismo corazón de la
historia y está llamada a convertirse en un árbol enorme y universal.
DESARROLLO
v.2. "El Señor tenga piedad y nos bendiga, ilumine su rostro sobre
nosotros"
El salmista tiene presente la poderosa actividad vital de Yavé en la famosa
bendición del libro de los Números: "Que el Señor te bendiga y te proteja;
que el Señor te mire con agrado y te muestre su bondad; que el Señor te
mire con amor y te conceda la paz" (Num 6, 24-26).
Lo que pide el salmista es que esa bendición magnífica se haga realidad
aquí y ahora. Le pide que le mire con agrado, que se manifieste como un
Dios, fuente inagotable de amor y de paz.
Según la mentalidad judía la bendición de Dios da intensidad a toda la vida
concedida por Dios. Cuando Dios me bendice crece en mí el deseo de ser
cariñoso, amable, honrado, servicial. Cuando yo recibo la bendición de
Dios es como si mi vida creciera hacia adentro, tuviera más profundidad...
"Ilumine su rostro". Es como decir, irradia luz como el sol en un día
sereno. ¿Nos detenemos a pensar lo que sería una vida iluminada por el
rostro de Dios? Habría paz, alegría, serenidad, equilibrio, amabilidad,
dulzura... Nada más hermoso y gratificante que vivir con una persona a
quien le ha tocado un rayo de luz derivado del rostro de Dios.
La misma sabiduría humana, reflejo de la luz de Dios, serena al hombre y
le hace cambiar: "La sabiduría ilumina la cara del hombre y hace que
cambie su duro semblante" (Qoh 8, 1).
v 3. "Conozca la tierra tus caminos, todos los pueblos tu salvación"
Israel es una tierra privilegiada, una tierra amasada por las manos de Dios.
Pero hay otra tierra, la de los gentiles, que por estar lejos de Dios, vive
todavía en caos primitivo (Gen 1, 2). Esta tierra debe acercarse a Dios,
debe conocer los planes de Dios y el actuar de Dios sobre el pueblo de
Israel. Este camino se puede hacer patente para todos aquellos que desean
también recibir la bendición de Dios.
v. 4 y 6. "Oh Dios, que te alaben íos pueblos, que todos los pueblos te
alaben"
El estribillo es un medio didáctico para manifestar el deseo intenso, la
petición ferviente, la invitación calurosa a todos los pueblos a que
agradezcan los inmensos beneficios a Dios.
68
El salmista es un forofo, un entusiasta de Dios. Ha experimentado
personalmente todo lo que Dios ha hecho con su pueblo de Israel. Dios ha
derrochado maravillas y las naciones deben conocerlas para que se unan al
himno de alabanza y glorificación que Israel tributa a Dios, el único Dios.
El salmista no busca un proselitismo. La alabanza a Dios, la acción de
gracias, la glorificación es algo que le brota del corazón. Y eso le hace
plenamente feliz. Esto mismo le ocurre a este pueblo privilegiado. ¿Por qué
no invitar a otros pueblos a que tengan a Yavé por Dios? ¿Por qué dejarlos
en sus esclavitudes? ¿Por qué acallar esa hambre y sed que tienen en sus
almas profundamente religiosas? El salmista no obliga, no conmina,
simplemente expone y ofrece a otros pueblos su fe.
v 5. "Que canten de alegría las naciones, porque riges el mundo con
justicia, riges los pueblos con rectitud, y gobiernas las naciones de la
tierra"
Los caminos que suscitan la alabanza de Israel y que ínvolucran a los
demás pueblos en una misma dinámica laudatoria quedan concretizados en
la justicia de Dios. La gran tarea de Dios, del Dios auténtico, es hacer
justicia. En efecto, si Dios es justo, el hombre encuentra su sitio en el
mundo. El hombre puede vivir tranquilo sabiendo que los malvados, los
corruptos, los aprovechados, no van a triunfar.
Si Dios es justo ya no se levantará el hombre contra el hombre, ni habrá
pueblos humillados ni hombres y mujeres aplastados en sus derechos
humanos. Y esto es lo que estimula al canto, a la alegría profunda, a la
alabanza.
El salmista hace suya la oración del rey de Salomón en la dedicación del
Templo: "Que estas cosas que he pedido al Señor nuestro Dios, las tenga
él siempre presente, día y noche, para que haga justicia a su siervo y a su
pueblo Israel y para que todas las naciones de la tierra conozcan que el
Señor es Dios y que no hay otro" (1 Re 8, 59-60).
El gozo del que habla el salmista es tan grande que abarca al hombre
entero. Si se trata de lo interior, ese gozo se vive interiormente como
exultación. Si se exterioriza, recibe el nombre de exaltación.
Con el cuerpo y el alma; con la mente y el corazón; con silencios y
aclamaciones debe alabar el salmista y su pueblo Israel a su Dios. Y así los
otros pueblos se unirán en una alabanza común.
"Nosotros llevamos la imagen de Dios. Es para hacerla resplandecer sobre
los paganos, y las naciones vengan a conocer la salvación y a marchar en
un camino auténtico" (San Agustín).
v. 7. "La tierra ha dado su fruto, nos bendice el Señor nuestro Dios"
Lo que se pedía en el v. 2 ya es algo palpable, visible y observable: La
tierra ha dado sus frutos, y esto como manifestación palmaria de la
bendición de Dios.
Nosotros apenas nos hacemos idea de lo que significa una cosecha
abundante para un pueblo agrícola que vive del campo. De ahí va a venir la
paz en las familias, el bienestar económico y la confianza en un futuro
halagüeño.
Por otra parte la fecundidad de la tierra siempre ha sido en Israel prueba de
elección y de bendición. "A ti y a ellos (los descendientes) les daré toda la
69
tierra de Canaán donde ahora vives, como su herencia para siempre; y yo
seré su Dios" (Gen 17,8).
Esta tierra que Dios ha dado a Israel es rentable, da una buena cosecha. Es
normal que los pueblos vecinos, ante unos argumentos tan tangibles,
quieran unirse a Israel y así quedar protegidos por un Dios tan justo y tan
dadivoso.
v. 8. "Que Dios nos bendiga; que le teman hasta los confines del orbe"
Con esta última bendición de Dios, todos los confines de la tierra van a
venir a reconocer y venerar al Dios de Israel.
Si en algo ha insistido este salmo es en abrir puertas y ventanas a Israel. Es
un salmo de corte universal. Es expresión de un hebraísmo abierto, de
marco profético, bien lejano de la segregación a la cual Esdras y Nehemías
destinarán al Israel del post-exilio y que quedará como una pesada herencia
mental y cultural del judaísmo.
La famosa carta de Aristea (s. II/I a.C.), escrito judío muy notable porque
nos habla de las vicisitudes por las que pasó la traducción de los LXX,
contiene un párrafo que dice así: "Teniendo en cuenta el culto idolátrico de
los pueblos, el legislador, dotado por Dios en su sabiduría de una ciencia
universal, nos ha circundado con un recinto sin brechas y con muros de
hierros para evitar también la mínima mezcla de otros pueblos con
nosotros que, puros en el cuerpo y en el alma, adoramos al único y
poderoso Dios, libres de creencias absurdas".
Tendrá que venir el Nuevo Testamento para rescatar ese aire fresco de
universalidad que respira el salmo que acabamos de comentar. Tendrá que
ser Cristo, clavado en una cruz, el que "rompa el muro de separación, es
decir la enemistad... para crear de los dos un sólo hombre nuevo" (Ef 2,1416). Así en la gran casa de nuestro Padre Dios nadie se sentirá huésped ni
peregrino (Ef 2, 19).
ORACIÓN
"El Señor tenga piedad y nos bendiga"
Hoy, Señor, quiero hacer mía la oración del salmista. Quiero pedirte dos
cosas: piedad y bendición. Piedad para que perdones mi vieja vida de
pecado: mi pecado de orgullo, de autosuficiencia, de creer que puedo llevar
una vida honesta prescindiendo de ti. ¡Perdóname, Señor!
Pero, sobre todo, vengo a pedirte que me bendigas, es decir, que hables
bien de mí, que me mires con cariño, que me recuerdes con ternura.
"Ilumine su rostro sobre nosotros"
La tierra, cuando llega la noche, está oscura y fría. Por la mañana, sale el
sol y todo se calienta, todo se ilumina. Hoy llego hasta ti como tierra oscura
y fría que necesita de tu luz y tu calor. Tu luz que ilumine mi inteligencia;
tu calor para que abrase mi corazón en tu amor. Con mi corazón abrasado
en tu amor quiero que todas las gentes te descubran como el Padre lleno de
bondad.
"Que canten de alegría las naciones"
El salmista lleva para todas las naciones un mensaje de canto y de alegría.
Así quiere presentar a Dios ante ellos, como el Dios de la alegría, del júbilo
y la fiesta. Y yo me pregunto: ¿Qué Dios estoy presentando a la gente? ¿El
Dios del miedo? ¿El Dios de la tristeza? ¿El Dios de la lejanía?
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Señor, hoy quiero pedirte perdón por lo mal que he predicado de ti. Muchas
veces no he sido testigo de tu Resurrección. No he sabido presentar tu
mensaje como una explosión de alegría y de felicidad.
"La tierra ha dado su fruto"
Señor, lo reconozco. A veces he perdido la esperanza en el futuro. He
hablado más de las dificultades de la siembra que de la alegría de la
cosecha. He pensado más en la simiente que se pierde al borde del camino
o se ahoga entre cardizales, que en la espiga llena y dorada que da el
treinta, el sesenta o el ciento por uno en una magnífica cosecha.
FRASES
"Dios no aumenta con nuestra bendición ni disminuye con nuestra
maldición. Es el hombre el que aumenta bendiciendo a Dios y disminuye si
le maldice". (San Agustín)
"Cuando nosotros tomamos el pan para comerlo con alegría es bueno
pensar en el Creador que nos ha dado la tierra con sus fuentes, y darle
gracias". (W. Oesterley)
"La tierra ha dado su fruto. La tierra es la santa madre de Dios, María, que
viene de nuestra tierra, de nuestra semilla, de este barro, de este terreno, de
Adán... Ella ha dado su fruto... ¿Quién sabe qué fruto?. Una virgen desde
una virgen; el Señor desde una esclava; un Dios desde el hombre; el Hijo
desde la madre, el fruto de la tierra, el grano de trigo caído en la tierra y
resucitado en muchos hermanos". (San jerónimo)
PREGUNTAS
1. ¿Sé agradecer a Dios los frutos de la tierra que, con tanta generosidad me
regala? ¿Me gusta bendecir a Dios cuando me pongo a la mesa para comer
los alimentos?
2. ¿Simpatizo con el espíritu abierto y universal del salmo? ¿Vivo a gusto
en el grupo o comunidad que Dios me ha asignado?
3. ¿Me dejo iluminar la vida por Dios para transmitir luz, serenidad,
confianza y alegría al mundo que me rodea?
SALMO 68
Se levanta Dios, y se dispersan sus enemigos,
huyen de su presencia los que lo odian;
como el humo se disipa, se disipan ellos,
como se derrite la cera ante el fuego,
así perecen los impíos ante Dios.
En cambio, los justos se alegran,
gozan en la presencia de Dios, rebosando de alegría.
Cantad a Dios, tocad en su honor,
alfombrad el camino del que avanza por el desierto,
su nombre es el Señor:
alegraos en su presencia.
Padre de huérfanos, protector de viudas,
Dios vive en su santa morada.
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Dios prepara a los desvalidos,
libera a los cautivos y los enriquece,
sólo los rebeldes se quedan en la tierra abrasada.
Oh Dios, cuando salías al frente de tu pueblo
y avanzabas por el desierto, la tierra tembló,
el cielo destiló, ante Dios, el Dios del Sinaí,
ante Dios, el Dios de Israel.
Derramaste en tu heredad, oh Dios, una lluvia copiosa,
aliviaste la tierra extenuada;
y tu rebaño habitó en la tierra
que tu bondad, oh Dios, preparó para los pobres.
El Señor pronuncia un oráculo,
millares pregonan la alegre noticia:
"Los reyes, los ejércitos van huyendo, van huyendo,
las mujeres reparten el botín.
Mientras reposabais en los apriscos,
las palomas batieron sus alas de plata,
el oro destellaba en sus plumas.
Mientras el Todopoderoso dispersaba a los reyes,
la nieve bajaba sobre el Monte Umbrío".
Las montañas de Basán son altísimas,
las montañas de Basán son escarpadas:
¿por qué tenéis envidia, montañas escarpadas,
del monte escondido por Dios
para habitar, morada perpetua del Señor?
Los carros de Dios son miles y miles:
Dios marcha del Sinaí al santuario.
Subiste a la cumbre llevando cautivos,
te dieron tributo de hombres:
incluso los que se resistían a que el Señor Dios tuviera una morada.
Bendito el Señor cada día,
Dios lleva nuestras cargas,
es nuestra salvación.
Nuestro Dios es un Dios que salva,
el Señor Dios nos hace escapar de la muerte.
Dios aplasta las cabezas de sus enemigos,
los cráneos de los malvados contumaces.
Dice el Señor: "Los traeré desde Basán,
los traeré desde el fondo del mar;
teñirás tus pies en la sangre del enemigo,
y los perros la lamerán con sus lenguas".
Aparece tu cortejo, oh Dios,
72
el cortejo de mi Dios,
de mi Rey, hacia el santuario.
Al frente marchan los cantores,
los últimos, los tocadores de arpa,
en medio las muchachas van tocando panderos.
"En el bullicio de la fiesta
bendecid a Dios, al Señor, estirpe de Israel".
Va delante Benjamín, el más pequeño,
los príncipes de Judá con sus tropeles,
los príncipes de Zabulón, los príncipes de Neftalí.
Oh Dios, despliega tu poder,
tu poder, oh Dios, que actúa en favor nuestro.
A tu templo de Jerusalén traigan los reyes su tributo.
Reprime a la Fiera del Cañaveral,
al tropel de los Toros,
a los Novillos de los pueblos.
Que se te rindan con lingotes de plata:
dispersa las naciones belicosas.
Lleguen los magnates de Egipto,
Etiopía extienda sus manos a Dios.
Reyes de la tierra, cantad a Dios, tocad para el Señor
que avanza por los cielos,
los cielos antiquísimos,
que lanza su voz, su voz poderosa:
"Reconoced el poder de Dios".
Sobre Israel resplandece su majestad,
y su poder, sobre las nubes.
Desde el santuario Dios impone reverencia:
es el Dios de Israel
quien da fuerza y poder a su pueblo.
¡Dios sea bendito!
ESTRUCTURA
1. Introducción (2-4)
2. Invocación hímnica (5-7)
3. Del Sinaí a Sión (8-17)
4. Invocación himnica (20-21)
5. Oráculo (22-24)
6. Cortejo hacia el santuario (25-32)
7. Conclusión - hímnica (33-36)
INTRODUCCIÓN
"Este salmo se parece, en su idea general, a una grandiosa catedral, rica
en detalles y con partes en ruinas y adornos borrados... En su esplendor,
todavía deslumbrante es, en efecto, el salmo más difícil del salterio, pero
una de las más bellas obras del lirismo religioso" (G. Brillet).
El tema general sería el siguiente: Dios se reveló en el Sinaí, y desde allí se
pone en marcha delante de su pueblo conduciéndolo por el desierto hasta
73
introducirlo en la tierra prometida, hasta llevarlo a Sión donde está su Santo
Templo.
Oda dedicada al Dios rey. La ambientación es de una fantástica fiesta de
victoria. El rey entra en su capital escoltado por un pueblo alborozado que
va al Templo a dar gracias.
Escuchemos el canto como una marcha heroica, como una gloriosa
epopeya que arranca a Israel de la atmósfera ordinaria de todos los días. Es
el salmo ideal para procesiones hacia el Templo.
DESARROLLO
v.2-4. Introducción
"Se levanta Dios y se dispersan los enemigos". El punto de arranque del
salmo está tomado del libro de los Números: "Cuando el arca se ponía en
marcha, Moisés decía: 'Levántate, Señor` (Num 10, 35).
¿Para qué se levanta Dios? Para que desaparezcan los enemigos. La
aparición luminosa e incendaria del rostro divino, en los justos es fuente de
esperanza; en los impíos es causa de terror. Como el humo desaparece en la
nada, así Dios dispersa a los enemigos; como la cera se derrite ante la
llama, asimismo los impíos son aniquilados.
"Cantad a Dios, tocad en su honor"... A la victoria responde un himno que
se entona en la procesión por el desierto. Los justos entran en la tierra
prometida. Los rebeldes se quedan en la tierra calcinada. Este es el otro
éxodo, el que va de Babilonia a Jerusalén. Es Dios que, como buen padre,
prepara una casa al país roto por tanta dispersión.
v. 8-9. Gran procesión del Sinaí a Sión
Es Dios quien libera a su pueblo marchando a la cabeza. Su aparición en el
Sinaí hace temblar los cielos y la tierra. Por otra parte Dios manifiesta una
condescendencia paternal. Al pueblo hambriento lo colma de maná o
codornices; al pueblo sediento le brinda agua que mana de una roca; al
pueblo menesteroso y errante le brinda patria.
El cielo destila lluvia menuda. No es el agua de aguacero o chubasco
repentino que daña la tierra. Es lluvia fina y abundante que riega la tierra de
cultivo. En realidad, la frase original es mucho más expresiva. Dice así:
"agitas una lluvia generosa". No es la lluvia que cae por el peso de la
gravedad, sino una lluvia que desciende por el movimiento que le imprime
una mano invisible y cariñosa.
Para el pueblo de Israel, todos los dones naturales son regalos ofrecidos por
un Dios bueno, que cuida de su pueblo.
"Las palomas batieron sus alas de plata". Frase de difícil traduc
ción. Para unos sería el emblema de un Israel exaltado después de la
victoria de Débora. Para otros, significaría los estandartes militares de los
que se apoderaron los israelitas. Sería una señal de victoria.
En el botín había materiales de oro y plata. En ellos se reproducían
imágenes de divinidades. Y esto, ¿qué quiere decir? De una manera
sarcástica, se ríe de las divinidades de los paganos que no sólo no han
podido liberar al pueblo, sino que han caí
do ellos mismos como objeto de botín.
"Las montañas de Basán son altísimas". Los habitantes de Basán creen que
Dios va a elegir esas montañas por ser las más altas. Pero Yavé ha escogido
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para instalarse el monte Sión, de cumbre modesta.
La altura de un monte o de una persona no la dan ni la orografía ni la
estatura física, sino Dios. Por eso el profeta Isaías había dicho: "En los
últimos tiempos quedará afirmado el monte donde se halla el templo del
Señor. Será el monte más alto, más alto que cualquier otro monte" (Is 2, 2).
Para un cristiano el monte más alto fue el del Calvario donde murió
Jesucristo. No hay mayor altura. Nunca el amor ha escalado una cima más
alta. Ese es el monte que debemos imitar nosotros si queremos dar la talla
como cristianos.
v. 20-21. Invocación hímnica
El salmista bendice a Dios porque sabe estar a nuestro lado, caminar con
nosotros y echarnos una mano levantando nuestras cargas de cada día.
Pero, sobre todo, sabe darle gracias porque se pone en la puerta de la
muerte para liberarnos y salvarnos de sus garras.
v. 22-24. Oráculo
Ahora se escucha un nuevo oráculo. Dios traerá a sus enemigos desde los
últimos extremos, cumbre.s y abismos para derrotarlos. Para expresar que
esta victoria es completa, el autor nos la presenta con un imagen forzada e
hiperbólica: como una terrible carnicería en la que el vencedor enrojece sus
pies en la sangre y las lenguas de los perros lamen esa sangre de los
enemigos.
v. 25-32. Cortejo hacia el Santuario
El pueblo se dispone a dar gracias a Dios con procesiones vibrantes y
entusiastas. Allí está el coro de cantores. Un grupo de instrumentos de
cuerda. Detrás las muchachas con sus panderetas y tamboriles.
Naturalmente, en esta procesión no pueden faltar las tribus. Ha elegido a
las más representativas: Judá, Zabulón, Neftalí y los innumerables fieles.
"Va delante Benjamín, el más pequeño". Este detalle no puede pasar
desapercibido. Dentro de esta gran procesión, el protocolo de Dios manda
que el pequeño, el más insignificante, vaya el primero abriendo la
procesión. Ese pequeño es el más importante a los ojos de Dios. Es lo que
más tarde dirá Jesús: "Yo te bendigo, Padre, Creador del cielo y tierra
porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has
revelado a la gente sencilla. Así te ha parecido mejor" (Mt 11, 25-26).
Desde su templo Dios despliega su poder irresistible contra sus enemigos.
El reprime hasta la Fiera del Cañaveral. Es el hipopótamo que simboliza a
Egipto, esa gran potencia a orillas del río Nilo.
También refrena la manada de Toros, es decir poblaciones de oriente,
caracterizadas por sus rebaños. Ellos deberán declararse vasallos y venir a
Sión a ofrecer sus presentes. Un día, los países más retirados simbolizados
por la lejana Etiopía, vendrán a adorar a Yavé.
v. 33-36. Conclusión hímnica
El cantor invita a todos los reyes, indicando que el Señor es el rey. Su
marcha por el desierto fue una imagen de su marcha celeste, como Señor
del universo. Él está en los cielos, el área intocable, lo no tangible de la
divinidad. Todo el mundo debe saber que hay un caballero de las nubes,
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envuelto en el manto de la transferencia, fuente de vida y salvación para el
cosmos.
El Dios del universo se manifiesta de modo especial al pueblo escogido y a
través de él a los demás pueblos. Y no sólo manifiesta su poder, sino que
hace a su pueblo Israel partícipe de esa fuerza y poder.
La conclusión que cierra el salmo amplía los horizontes del actuar divino
hasta un futuro en que todos los pueblos de la tierra verán lo que sólo Israel
ve hoy: que Dios es salvador de Israel y, a partir de ahí, de todo hombre.
En este salmo Dios aparece metido en la historia humana. El Dios grande y
soberano que cabalga por las nubes, no se queda en las nubes, sino que baja
hasta las chozas de los hombres para consolarles y salvarles.
"Porque el Señor, su Dios, es el Dios de los dioses y el Señor de Señores;
él es el Dios soberano, poderoso y terrible, que no hace distinciones ni se
deja comprar con regalos; que hace justicia al huérfano y a la viuda, que
ama y da alimento y vestido al extranjero que vive entre vosotros" (Dtn
10,17-18).
ORACIÓN
"Dios prepara casa a los desvalidos"
Señor, tú quieres que todos tengamos nuestra casa, ese lugar acogedor
donde nos sentimos seguros y a gusto, y donde pasamos gran parte de
nuestra vida.
A ti, Señor, te duele ver tantos hombres y mujeres sin casa, tantos niños de
la calle que no tienen hogar. Señor, mueve los corazones de los ricos y
poderosos de este mundo para que den abrigo y cobijo a los pobres y
desvalidos.
"Derrama en tu heredad una lluvia copiosa"
Señor, yo soy tu heredad. Me la has dado gratis, como un bonito regalo que
me has hecho. Yo te pido que la riegues con una lluvia suave, copiosa y
penetrante. Te pido, como Isaías, que la lluvia de tu palabra empape mi
corazón y lo disponga a obrar según tu voluntad.
"Bendito el Señor cada día"
Señor, Dios mío, es fácil alabarte y darte gracias en un día solemne y
festivo, cuando todo invita a la alegría y el corazón salta de gozo. Hoy
vengo a pedirte otra cosa; quiero bendecirte y darte gracias cada día. Todos
los días me das la luz, el sol, el aire, el agua, la vida. Todos los días me das
tu amor y tu perdón. Tú nunca te cansas de mí. Haz que yo sepa estrenar mi
alabanza y mi acción de gracias cada día, como mi mejor música, para ti.
"Dios lleva nuestras cargas"
Señor, déjame que te diga que eres maravilloso. Tú sabes bienque, a veces,
esta vida se hace dura, difícil, pesada. La carga es demasiado grande y nos
aplasta. Pero tú mismo te ofreces a compartir la carga, a ponerte nuestro
fardo en tus espaldas. Contigo la vida se hace menos pesada y más
llevadera. Tú mismo nos animas a que vayamos a ti con todos nuestros
problemas y dificultades. "Venid a mí todos los que estáis cansados y yo os
haré descansar" (Mt 11, 28). Que tú seas siempre nuestro descanso.
FRASES
"El huérfano está unido a Dios por sangre". (Corán)
"Si subimos al cielo, si descendemos al infierno, nuestra cabeza sigue
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estando en sus manos". (Carta de Amarna)
"Eres tú el padre del huérfano; el esposo de la viuda; el hermano de la
divorciada y el protector del que está sin madre". (Escrito egipcio a su
Dios)
"¡Oh Dios! ¿Qué armas utilizarás para derrotar los escuadrones furiosos de
los enemigos? Yo no veo ni tus rayos, ni tus relámpagos, ni aquella
majestad terrible ante la cual las altas montañas se derriten como cera.
Yo veo solamente la carne asesinada y la sangre derramada con violencia y
una muerte infame y cruel, una cruz y una corona de espinas.
¡Esta es tu armadura bélica! Esto es todo lo que tú opones a tus enemigos".
(Bossuet)
PREGUNTAS
1. El salmo habla de una historia de salvación. ¿Voy caminando desde
Egipto, tierra de esclavitud, a Israel, tierra de Dios, tierra de libertad?
2. Israel es un pueblo que sabe celebrar su historia. ¿Tengo en mi
comunidad espacios para dar gracias a Dios por tantos beneficios que ha
realizado con cada uno de nosotros?
3. Yavé es el único Dios. Desde esta experiencia, ¿sé ayudar a la gente a
liberarse de tantos ídolos?
SALMO 69
Dios mío, sálvame,
que me llega el agua al cuello:
me estoy hundiendo en un cieno profundo
y no puedo hacer pie;
he entrado en la hondura del agua,
me arrastra la corriente.
Estoy agotado de gritar,
tengo ronca la garganta;
se me nublan los ojos de tanto aguardar a mi Dios.
Más que los pelos de mi cabeza
son los que me odian sin razón;
más duros que mis huesos,
los que me atacan injustamente.
¿Es que voy a devolver lo que no he robado?
Dios mío, tú conoces mi ignorancia,
no se te ocultan mis delitos.
Que por mi causa no queden defraudados
los que esperan en ti, Señor, Señor de los Ejércitos.
Que por mi causa no se avergüencen
los que te buscan, Dios de Israel.
Por ti he aguantado afrentas,
la vergüenza cubrió mi rostro.
Soy un extraño para mis hermanos,
un extranjero para los hijos de mi madre;
porque me devora el celo de tu templo,
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y las afrentas con que te afrentan caen sobre mí.
Cuando me aflijo con ayunos, se burlan de mí;
cuando me visto de saco, se ríen de mí;
sentados a la puerta cuchichean,
mientras beben vino me sacan coplas.
Pero mi oración se dirige a ti,
Dios mío, el día de tu favor;
que me escuche tu gran bondad,
que tu fidelidad me ayude:
arráncame del cieno, que no me hunda,
líbrame de los que me aborrecen
y de las aguas sin fondo.
Que no me arrastre la corriente,
que no me trague el torbellino,
Que no se cierre la poza sobre mí.
Respóndeme, Señor, con la bondad de tu gracia,
por tu gran compasión hacia mí;
no escondas tu rostro a tu siervo:
estoy en peligro, respóndeme en seguida.
Acércate a mí, rescátame,
librame de mis enemigos:
Estás viendo mi afrenta,
mi vergüenza y mi deshonra,
a tu vista están los que me acosan.
La afrenta me destroza el corazón, y desfallezco.
Espero compasión, y no la hay,
consoladores, y no los encuentro.
En mi comida me echaron hiel,
para mi sed me dieron vinagre.
Que su mesa les sirva de trampa,
sus manjares, de lazo;
que sus ojos se nublen y no vean,
que su espalda siempre flaquee.
Descarga sobre ellos tu furor,
que los alcance el incendio de tu ira;
que sus terrenos se vuelvan un desierto,
que nadie habite en sus tiendas;
porque acosan al que tú has herido,
cuentan las llagas del que tú has lacerado.
Acúsalos, culpa tras culpa,
no los declares inocentes;
bórralos del libro de los vivos,
no sean inscritos con los justos.
Yo soy un pobre malherido,
Dios mío, tu salvación me levante.
Alabaré el nombre de Dios con cantos,
proclamaré su grandeza con acción de gracias;
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le agradará a Dios más que un toro,
más que un novillo con cuernos y pezuñas.
Miradlo, los humildes, y alegraos,
buscad al Señor, y vivirá vuestro corazón
Que el Señor escucha a sus pobres,
no desprecia a sus cautivos.
Alábenlo el cielo y la tierra,
las aguas y cuanto bulle en ellas.
El Señor salvará a Sión,
reconstruirá las ciudades de Judá,
y las habitarán en posesión.
La estirpe de siervos la heredará,
los que aman su nombre vivirán en ella.
ESTRUCTURA
1. Grito de socorro y exposición de su situación (2-13)
2. Súplica (14-22)
3. Imprecaciones (23-29)
4. Acciónde gracias (30-37)
INTRODUCCIÓN
El P. Alonso Schókel se recrea describiendo la intensidad lírica y la
capacidad imaginativa del salmo: El salmista se cansa de esperar, se
indigna porque le exigen devolver lo que no ha robado, toma a Dios por
testigo, se siente devorar por el celo, se le rompe el corazón, estalla en una
invectiva contra los enemigos. El texto está sentido y formulado en
caliente. Lo sentimos buscando compasión, casi como una limosna, y lo
compadecemos.
Por otra parte las descripciones son al vivo: La garganta le quema de gritar;
para encarecer un número dice más que los pelos de la cabeza, mira cómo
cuentan las heridas; nos habla de ojos nublados y espaldas vacilantes. Todo
está contado con un gran realismo. No nos cuesta asistir a las escenas.
DESARROLLO
v. 2-13. Grito de socorro y exposición de su situación
v.2-5. El salmista pide a Dios que le salve. La imagen de las aguas que van
subiendo de nivel y de hundirse en el cieno, visualizan la situación de
apuro. El agua arrolladora expresa el peligro extremo.
Y lo que más le duele al salmista es el sentimiento de abandono por parte
de Dios. La garganta enronquece gritando hacia el salvador; arden sus ojos
esperando al Señor... ¡Y nada! Un tropel de enemigos le persigue sin causa.
Le acusan de haber robado y eso es totalmente falso.
"Probablemente en esta lamentación quedaron reunidos el llanto y la
oración de dos afligidos: uno tal vez acusado de robo (v. 5); el otro,
atormentado por su religiosidad y burlado por su fe. El pantano en el que
se hunde y las aguas que lo sumergen todo, son las imágenes del hombre al
límite de la muerte" (Los salmos explicados para el pueblo).
79
"El dolor tiene su semejanza con las aguas amargas... Es preciso entrar
hasta el fondo del alma. Tiene sus olas impetuosas que empujan con
violencia y se eleva por las olas; así como el mar, cuando se le cree
calmoso se agita a menudo con una nueva furia" (Bossuet).
v.8-13. El silencio de Dios le atormenta ya que Dios le hace pasar ante los
demás como un gran pecador. Él reconoce que ha pecado, pero de ninguna
manera se le pueden imputar tales delitos. De ahí su humillación, los
insultos y los menosprecios de los que están a su alrededor, de sus propios
hermanos.
Además, su celo por la causa de Dios, su fervor, su piedad y su fidelidad en
el Templo le proporcionan nuevos sufrimientos. Quienes insultan a Dios le
incluyen en sus insultos, los bebedores le mezclan en sus canciones,
mofándose de sus prácticas piadosas. La multitud se burla de este solitario
que siente celo y entusiasmo por las cosas de Dios y Dios no lo escucha.
Se siente atormentado y desgarrado en su interior por parte de aquellos que
llevan una vida frívola y liviana. "Pero Dios tiene que hacer quizás que de
vez en cuando se alcen tales personas para que sean señal y para que,
como Elías, en medio de su aparente fracaso, den testimonio de Dios, un
testimonio que ya no se olvidará jamás" (Gerhard von Rad).
v.14-12. Súplica
El salmista está tranquilo. Dirige de nuevo su oración a Dios. Si no le
responde ahora sabe que un día le escuchará. No duda de su amor
misericordioso y de su piedad paternal. Por otra parte Él es el Salvador. Le
pide que le libre de la inundación, de hundirse en el cieno, del naufragio
que le amenaza precipitarse en los abismos que conducen al seol.
Dios conoce perfectamente el oprobio del salmista y la afrenta que le
ocasionan los enemigos. No le tienen piedad. Entonces era corriente aliviar
un poco a los gravemente atribulados, dándoles una comida, un pan de
consolación. Pero al salmista, que está amenazado de muerte, se le da
veneno y vinagre, alimento que no alivia los tormentos, sino que los
acrecienta.
v. 23-29. Imprecaciones
Según la opinión de entonces, la retribución debe realizarse en la tierra, por
eso la maldad de estos adversarios debe recibir su justo castigo.
Por eso se impone la ley del talión: ojo por ojo. Sin esto, Dios no sería
justo. Se impone la venganza de los enemigos. No se trata de una venganza
desenfrenada.
Se trata de que el triunfo del justo sobre el malvado, de la verdad sobre la
mentira, se producen en este mundo. Ahí es donde se ve si Dios es el Señor
y Juez.
Se habla, pues, de una sarta de imprecaciones. Todos los males que los
enemigos querían para el salmista ahora deben recaer sobre ellos. Por eso
pide que sean traicionados esos traidores con venenos en la mesa; con la
ruina en la propiedad; con la ceguera en sus ojos, con sus riñones (símbolo
de la fuerza) imposibilitados. Que Dios diezme sus rebaños y familia por
haberse encarnizado contra un amigo de Dios. Que, en definitiva, sean
80
borrados del libro de la vida.
Los enemigos (disimulando que son religiosos) quieren celebrar en el
santuario un festín sacrificial, con el cual quieren manifestar su comunión
con Dios. Pero Dios no lo consentirá.
v 30-37. Acción de gracias
v 31-32. Acción de gracias en futuro
El salmista alabará el nombre de Dios con cantos. Normalmente se ofrecían
a Dios, en un buen sacrificio, toros de tres años. Pero Dios prefiere
sentimientos de reconocimiento, de amor verdadero. Prefiere las
disposiciones del alma a la sangre de los animales.
v. 33-34. Acción de gracias en presente
Acción de gracias por los pobres. Está motivada por el hecho de que Dios
no desprecia el grito de los cautivos. "¡Cielo, grita de alegría! ¡Tierra,
llénate de gozo!... porque el Señor ha consolado a su pueblo, ha tenido
compasión de él en su aflicción" (Is 49, 13).
v. 35. Y todo el universo es invitado a la alabanza
Todas las cosas creadas acompañarán con un himno de alabanza a aquel
que ha sido salvado. Así se demuestra que Dios cumplió, cumple y
cumplirá su promesa de una manera completa y eficaz. Aquel que estaba
anegado en el dolor, empieza a encontrar salida y horizonte en la confianza
que brota de la fe.
Ese siervo de Dios que ha sufrido, que se ha encontrado abandonado y que
ha sido afrentado, es ejemplo y testimonio para todos los que, como pobres,
buscan y aguardan la ayuda de Yavé.
Algunas aplicaciones del salmo Oración existencial
Hay un momento en el salmo en el que el orante ya no puede más. Sus ojos
están nublados para poder ver a Dios y su garganta se le ha quedado ronca
de tanto invocarlo. ¿Qué puede hacer? Entonces es la persona entera del
salmista la que se convierte en oración. Todo él es un suspiro. Todo él es
un grito. Todo él se abandona a Dios. Al final todo él será un himno de
alabanza y de acción de gracias. La oración llega a su culmen cuando es
toda la existencia humana la que se abre a Dios.
El celo por las cosas de Dios
El salmista tiene celo por Dios. Lo que más le preocupa es que, por su
causa, Dios perdiera honor, gloria, poder, justicia. No le importaba su
humillación, sino el que Dios se sintiera humillado; no le preocupaba su
ultraje, sino que Dios quedara ultrajado.
A veces nosotros entendemos el celo de Dios por las cosas externas, por el
culto, por el cumplimiento de leyes litúrgicas. Está bien, pero el verdadero
celo de Dios se cumple en la continua opción por lo serio de un camino
cristiano. Celoso es el que pone la fe en lo más vivo de su persona; el que
sabe encajar el silencio de Dios en su vida; el que sabe esperar contra toda
esperanza.
La verdadera alegría
Lo que al salmista le embargó de una inmensa alegría es el haberse visto
salvado por Dios. La gran tristeza de nuestra vida es el no haberse dado la
adhesión al Jesús que salva. Por el contrario, la verdadera alegría consiste
en saberse salvado por Jesús. La verdadera alegría es algo muy profundo
81
que nadie nos puede arrebatar. No es cuestión de hormonas ni de
situaciones anímicas. No está fuera de nosotros, sino en lo más hondo del
alma. La verdadera alegría brota del misterio pascual. La resurrección de
Cristo nos llena de una alegría desbordante. Pero antes hay que pasar por la
Cruz. No hay seguimiento de Cristo sin Cruz. El salmo nos invita a saber
esperar la hora de Dios, una hora llena de luz.
ORACIÓN
"Dios mío, sálvame, que me llega el agua al cuello"
Señor, a veces me encuentro mal, muy mal. Siento un cansancio vital. Todo
me pesa; no encuentro sentido en nada. Estoy de vuelta de todo. A veces
me pregunto: ¿Para qué seguir viviendo así? Miro al cielo y lo encuentro
nublado. Tú, que en otras ocasiones me has dicho tanto, ahora no me dices
nada. Tu silencio cae sobre mí y me oprime como una losa. No sé qué
hacer, y sin embargo, yo sé que sólo Tú puedes salvarme.
"Me arrastra la corriente"
Sí, debo confesar que no soy libre. Me siento arrastrado por la corriente del
mundo. Me atrae el placer, la plata, la satisfacción inmediata. Percibo que
la corriente no sólo me lleva, sino que me arrastra. Me lleva más allá de
donde yo mismo quiero ir. Y lo que es peor: no tengo fuerza para luchar ni
para remar hacia arriba. Me dejo guiar por los valores y criterios del mundo
que son totalmente opuestos al evangelio. Señor, lo reconozco: si Tú no me
ayudas yo no puedo salir de este remolino del mundo que me hunde cada
vez más adentro. Ayúdame, dame fuerza para gritar con San Pedro:
"Sálvame, que me hundo".
"Soy un extraño para mis hermanos"
Señor, Tú también has sentido, en tu propia carne, el golpe frío y seco de la
ingratitud. Camino de la cruz todos los discípulos te han abandonado y te
han dejado solo. Yo también, a veces me siento solo. Acudo a aquellos que
llevan mi propio apellido; aquellas personas por las que corre mi misma
sangre... y siento extraños.
Y es precisamente en esos momentos cuando más necesidad siento de Ti,
de Ti sólo y de nadie más. Te necesito. Necesito tu voz cercana, tu mano
amiga, tu gesto acariciante. Señor, aunque todos me abandonen, Tú ¡no!.
"Buscad al Señor y vivirá vuestro corazón"
Hoy, Señor, tu palabra me da consuelo. Tú mismo dices que vivirás en el
corazón del que te busca. Ninguna casa, ninguna mansión, ningún palacio
me pueden ofrecer mejor que un corazón habitado por ti. Yo soy un eterno
buscador de ti. Habita, Señor, en mi corazón y tendré alegría y paz.
FRASES
"Busco socorro y nadie me da la mano; lloro y nadie viene en mi ayuda;
grito y nadie me oye". (Lamentación babilónica)
"Solo, solo, completamente solo solo sobre un inmenso, inmenso mar. Ni
un santo tiene piedad de mi alma en agonía". (Coleridge)
"En Cristo no solamente no hay nada robado sino que Él lo poesía todo sin
usurpación. Es despojado para venir a nosotros; con su muerte paga lo que
no ha robado: lo que Adán y Lucifer trataron de arrebatarlo. Ellos quisieron
robarle la divinidad; perdieron la felicidad". (San Agustín)
"No hay duda de que el salmo contiene en figura la pasión de Cristo. Pues
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el apóstol Juan, al decir que bebiendo vinagre se cumplen las escrituras y al
citar el recuerdo de los apóstoles del dicho `el celo de tu casa me devoró',
quita toda duda, y confirma que dichos y hechos se refieren a él".
(San Hilario)
PREGUNTAS
1. A veces parece que Dios se ha olvidado de mí: no me habla, no me
escucha, un muro de silencio me separa de Él. En esos momentos, ¿sé
esperar con fe? ¿Sigo poniendo en Él toda mi confianza?
2. ¿Sé compartir con mi comunidad, mi grupo, todas las experiencias
profundas de fe? ¿Me da miedo comunicarlas? ¿Por qué?
3. Mi actual vida cristiana, ¿tiene alguna influencia en la gente con la que
convivo?
El Salmo 70 es repetición, con ligeras variantes, de la última parte del
Salmo 40 (Sal 40,14-18). Lo encuentra en el Tomo II, en la página 137.
SALMO 71
A ti, Señor, me acojo:
no quede yo derrotado para siempre;
tú que eres justo,
líbrame y ponme a salvo
inclina a mí tu oído, y sálvame.
Sé tú mi roca de refugio,
el alcázar donde me salve,
porque mi peña y mi alcázar eres tú.
Dios mío, líbrame de la mano perversa,
del puño criminal y violento;
porque tú, Dios mío, fuiste mi esperanza
y mi confianza, Señor, desde mi juventud.
En el vientre materno ya me apoyaba en ti,
en el seno, tú me sostenías,
siempre he confiado en ti.
Muchos me miraban como a un milagro,
porque tú eras mi fuerte refugio.
Llena estaba mi boca de tu alabanza
y de tu gloria, todo el día.
No me rechaces ahora en la vejez,
me van faltando las fuerzas,
no me abandones;
porque mis enemigos hablan de mí,
los que acechan mi vida celebran consejo;
dicen: "Dios lo ha abandonado;
perseguido, agarrado, que nadie lo defiende".
Dios mío, no te quedes a distancia;
Dios mío, ven aprisa a socorrerme.
Que fracasen y se pierdan los que atentan contra mi vida,
queden cubiertos de oprobio y vergüenza
83
los que buscan mi daño.
Yo, en cambio, seguiré esperando,
redoblaré tus alabanza;
mi boca contará tu auxilio, y todo el día tu salvación.
Contaré tus proezas, Señor mío,
narraré tu victoria, tuya entera.
Dios mío, me instruiste desde mi juventud,
y hasta hoy relato tus maravillas;
ahora, en la vejez y las canas no me abandones, Dios mío,
hasta que describa tu brazo a la nueva generación,
tus proezas y tus victorias excelsas,
las hazañas que realizaste:
Dios mío, ¿quién como tú?
Me hiciste pasar por peligros
muchos y graves;
de nuevo me darás la vida,
me harás subir de lo hondo de la tierra;
acrecerás mi dignidad, de nuevo me consolarás;
y yo te daré gracias, Dios mío,
con el arpa, por tu lealtad; tocaré para ti la cítara, Santo de Israel;
te aclamarán mis labios, Señor,
mi alma, que tú redimiste;
y mi lengua todo el día
recitará tu auxilio,
porque quedaron derrotados y afrentados
los que buscaban mi daño.
ESTRUCTURA
1. Invocación general (1-3)
2. Súplica en la desgracia (4-13)
3. Afirmación de confianza (14-21) .
4. Acción de gracias (22-24)
INTRODUCCIÓN
Después de una vida de fidelidad a Dios, un anciano piadoso se encuentra
sumergido en una gran angustia. ¡No me rechaces en la vejez! Ésta es la
súplica conmovedora y muy actual del salmista.
Uno es estimado mientras tiene salud, mientras es rentable, mientras pue de
ser útil a la sociedad.
Después se le tira como un objeto ya gastado o se le retira al rincón de una
amarga soledad. Pero este anciano, que siempre ha vivido con Dios, sabe
poner en Él su confianza. Las canas no sólo son signo de vejez, sino de
experiencia. Todavía desde esa altura puede ser maestro de vida para
muchos jóvenes de hoy.
"El poema, en lo que se refiere a la piedad y al espíritu de religión, es una
de las más bellas producciones del salterio" (W. Oesterley).
84
DESARROLLO
v.1-3. "A ti, Señor, me acojo: no quede yo derrotado para siempre... mi
peña y mi alcázar eres tú"
El salmista no pide refugio sino acogida. El refugio lo dan las cosas, las
instituciones. La acogida la dan las personas. El salmista se acoge en Dios.
Él es su roca que le da firmeza a sus pies vacilantes. Él le da cobijo en un
alcázar puesto en la altura, donde no pueden subir los enemigos.
Él nunca ha quedado fracasado ni derrotado. Ha llenado su vida con su
trabajo honrado y su estilo peculiar de saber hacer bien las cosas. Pero si
los enemigos se empeñan en arrebatarle esta etapa final y de todo lo que
aún le queda pendiente por hacer, ciertamente se malogrará
lamentablemente esta parte última tan importante.
v 4-13. Súplica en la desgracia
v 5-6. "Tú, Dios mío, fuiste mi esperanza y mi confianza, Señor desde mi
juventud. En el vientre materno ya me apoyaba en ti, en el seno, tú me
sostenías, siempre he confiado en ti"
El anciano repasa su vida pasada. El primer salto lo da a la juventud. Es el
tiempo de la rebeldía, de la independencia, de la locuras. Incluso del
apartamiento de lo religioso. Pero él ha pasado una juventud tranquila y
serena con su Dios. Le ha entregado, muy a gusto, lo mejor de su vida. El
mismo Dios le puede decir como a jeremías: "Recuerdo que, cuando eras
joven, me eras fiel" (Jer 2, 2).
De la juventud salta al nacimiento. Dios ha estado allí desde el primer
momento. Fue su cuna antes de nacer y, en el nacimiento, el mismo Dios
hizo de comadrona.
El salmista se maravilla de que Dios lo ha sido todo para él desde siempre.
Bien le puede decir: "Tú, mi esperanza; el objeto de mis deseos; sobre ti yo
me he apoyado; tú, mi fuerza; tú, mi bien; para ti ha sido siempre mi
alabanza".
v. 7. "Muchos me miraban como a un milagro..."
Algunos autores presentan esta frase en sentido negativo. Él con su
ancianidad y su enfermedad, se ha convertido en signo terrible,
manifestación de la cólera de Dios. Según la mentalidad de entonces el
anciano que ha vivido una vida con Dios goza de paz y tranquilidad. Si a
éste le ocurre una enfermedad se considera que Dios ya no está con él. Por
eso le persiguen los enemigos.
Pero algún autor, como Ravasi, interpretan esta frase en sentido positivo.
"Yo fui, para muchos, uno de tus prodigios, he sido un verdadero milagro
de tu amor". Y así parece indicarlo el contexto. Él, sin ser profeta, con su
vida, se ha convertido en
un signo de fe para todo el pueblo.
v. 9. "No me rechaces ahora en la vejez"
Si el Señor lo ha protegido en la niñez y en la juventud, ¿cómo lo va a
rechazar en la vejez, cuando más lo está necesitando?
En la vejez vienen los problemas y las dificultades. Uno se siente estéril.
Nadie se acerca, nadie le comprende.
"Yo estoy en declive; ya no soy digno de confianza: soy un extraño, un
bizarro; vivo en soledad y ya no puedo entenderme con los otros" (J.
85
Newman).
v.14-21. Afirmación de confianza
v. 14. "Yo, en cambio, seguiré esperando, redoblaré tus alabanzas"
El anciano no sólo espera que Yavé le libre del complot que los enemigos
han tramado contra él de una manera injusta, sino que sigue esperando en
la vida. Él no da la vida por acabada. Todavía le quedan muchas cosas por
hacer.
En la vida del rey David se cuenta que un fiel siervo llamado Barzilay,
estando ya entrado en años, le pidió al rey que lo jubilase y le dejara ir a
morir tranquilo. "Pero, ¿a mi edad voy a subir con el rey hasta Jerusalén?
¡Cumplo ya ochenta años! Cuando tu servidor come o bebe, ya no
distingue lo bueno de lo malo, ni tampoco si oye a más de su majestad...
Déjame volver a mi pueblo, y que al morir, me entierren en la sepultura de
mis padres" (2 Sam 19, 35.38).
No cabe duda de que es un bonito ejemplo de honestidad pedir la jubilación
cuando uno ya no se encuentra con fuerzas para seguir adelante.
Pero no es éste el caso del viejo salmista. Todavía se siente con ánimo y
con fuerzas. Por otra parte, el tipo de lecciones que puede dar se acomodan
perfectamente a su edad. Se va a dedicar a redoblar las alabanzas a Yavé.
El anciano puede dedicar siempre sus buenas horas a la oración, a la
adoración, a la alabanza.
Además este anciano ha tenido un maestro muy especial: Dios. Le toca
poner al servicio de los otros lo que él directamente ha aprendido de Dios.
v. 15. "Mi boca contará tu auxilio, y todo el día tu salvación"
El salmista quiere prolongar su vida no por el simple deseo de vivir, sino
por la satisfacción de poder vivir contando y cantando. Contando todas las
maravillas que Dios ha hecho en él y cantando porque esta narración la
quiere hacer en un tono alegre, festivo, celebrativo. Y en este empeño el día
se le hace corto.
v. 18. "Ahora, en la vejez y las canas no me abandones, Dios mío, hasta
que describa tu brazo a la nueva generación"
El anciano debilitado y frágil se fija en el brazo fuerte y poderoso de Dios.
Ha desplegado poder con su fuerza. Por eso, aunque débil, se siente fuerte
con la fuerza de Dios. Él no puede morir todavía. Debe contar a las nuevas
generaciones quién es el Dios de sus padres.
Ese ancianito se siente un privilegiado. Toda su vida ha estado trenzada por
el cariño de su Dios. En la vejez todavía ha podido cumplir su misión, su
tarea. Esa mano fuerte y poderosa de Dios lo librará del seol y lo
introducirá en su casa. "Con tu amor vas dirigiendo a este pueblo que
salvaste; con tu poder lo llevas a tu santa casa" (Ex 15,13)
v 22-24. Acción de gracias
v 22. "Yo te daré gracias, Dios mío, con el arpa, por tu lealtad; tocaré
para ti la cítara, Santo de Israel"
La alabanza de Dios ha llenado la vida de este hombre. El tiempo de su
vida lo consumió en los cánticos de alabanza entonados por Israel; cantó
las grandes hazañas de Dios y tomó parte, como poeta instruido por Dios,
86
en la tradición sálmica de la comunidad.
Como es la vida, es la muerte. Si el salmista ha vivido toda su vida
alabando a Dios es lógico que se muera cantando, echando una mirada,
llena de nostalgia, a esos instrumentos que tantas veces ha manejado y le
han proporcionado tanta satisfacción: el arpa y la lira.
"La lira que se deja tocar en su tono sublime. La lámpara que se enciende
y, de golpe, se apaga y se reanima con una luz más pura antes de expirar.
El cisne ve el cielo en su última hora" (Lamartine).
El salmista se muere cumpliendo el deseo mayor de todo anciano: quedar
joven de espíritu y de corazón.
La plenitud de sus años, con sus inevitables consecuencias físicas y
psíquicas, no han sido signo de abandono de Dios, sino de una vida
colmada de beneficios, mimada por el cariño del también Anciano (Dn 7,
9) que vive para siempre (Ap 4, 10).
ORACIÓN
"A ti, Señor, me acojo, no quede yo derrotado por siempre"
Gracias, Señor, porque siempre me escuchas, siempre me atiendes, siempre
me cobijas. Mi vida siempre ha estado empapada de ti.
Mi mamá, al mismo tiempo que me enseñó a andar y a comer, me enseñó a
rezar. Con qué facilidad yo pasaba de sus brazos a los tuyos. Me fiaba de
ella y comencé a fiarme también de ti.
Yo nunca me he sentido defraudado por ti. Yo sí te he abandonado muchas
veces pero Tú siempre me has acogido. Por eso me siento orgulloso de ti.
"No me rechaces ahora en la vejez"
Parece que fue ayer cuando yo era un niño que iba a la escuela, me
preparaba para la primera comunión y jugaba con otros niños en la plaza
del pueblo. De esto ya han pasado muchos años. Yo entonces veía a la
vejez muy lejana y, casi de repente, me sorpren de su proximidad, su
cercanía.
Las canas ya cubren la cabeza; el paso es corto y vacilante; las manos
tiemblan; va faltando la memoria; mis sentidos pierden agudeza. Me
entristece el quedarme solo sin apenas nadie con quien poder compartir. La
vida, esa vida que saltaba de júbilo en los años de la juventud, ahora se me
hace dura, pesada. ¿Qué hacer?
Señor, en estos momentos te pido que no me rechaces, pues es cuando más
te necesito. Tú eres siempre joven. Eres el único por el cual no pasan los
años. Vives en una eterna juventud. Haz que mi alma se sienta joven a tu
lado, cada vez más joven en la medida en que me voy acercando más a ti.
Como el salmista no doy mi vida por perdida ni por gastada. Todavía
puedo ofrecerte el sacrificio vespertino, la ofrenda de la tarde, mi vida
convertida en sacrificio de adoración y alabanza.
"Dios mío, no te quedes a distancia"
Como Moisés en el desierto yo necesito acercarme a ti que eres una zarza
que arde sin consumirse. Eres fuego. En la medida que me acerco a ti, me
caliento; en la medida que me separo de ti, me enfrío. En la medida que me
acerco a ti, vivo. Y en la medida que me separo de ti, muero. Haz que
nunca me separe de ti.
FRASES
"Hasta la vejez eres tú el que me sostiene".(Qumrán)
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"En la tarde, todavía acuérdate de la luz a fin de que nuestra vida no
desfallezca jamás; y cuando aparezca en el horizonte la gloria eterna,
tengamos presentes los méritos de la muerte sagrada de Jesús". (Weber)
"La muerte ha sido expulsada como entró en el mundo: por un hombre
entró, por un hombre fue expulsada. El hombre nuevo ha anulado la
muerte. Bajó al abismo en su pasión para levantar consigo al hombre caído
en el abismo". (Gregorio de Nisa)
PREGUNTAS
1. ¿Sé escuchar a los ancianos y tratarlos con cariño? ¿Estoy convencido(a)
de que puedo aprender mucho de ellos?
2. En mi grupo, en mi comunidad, ¿qué lugar ocupan las personas
mayores? ¿Se sienten desplazadas, arrinconadas, anuladas?
3. En mi vida concreta, ¿sé aprender del libro de la vida, del libro de la
experiencia? ¿Doy oportunidad a las personas mayores de que me cuenten
sus historias?
SALMO 72
Dios mío, confía tu juicio al rey,
tu justicia al hijo de reyes:
para que rija a tu pueblo con justicia,
a tus humildes con rectitud.
Que los montes traigan paz
y los collados, justicia.
Que él defienda a los humildes del pueblo,
socorra a los hijos del pobre
y quebrante al explotador.
Que dure tanto como el sol,
como la luna, de edad en edad;
que baje como lluvia sobre el césped,
como llovizna que empapa la tierra,
que en sus días florezca la justicia
y la paz hasta que falte la luna;
que domine de mar a mar,
de Gran Río al confín de la tierra.
Que en su presencia se inclinen sus rivales,
que sus enemigos muerdan el polvo;
que los reyes de Tarsis y de las islas le paguen tributos,
que los reyes de Saba y de Arabia le ofrezcan sus dones,
que se postren ante él todos los reyes,
y que todos los pueblos le sirvan:
porque él librará al pobre que clamaba,
al afligido que no tenía protector;
él se apiadará del pobre y del indigente,
y salvará sus vidas de los pobres;
él rescatará sus vidas de la violencia,
su sangre será preciosa a sus ojos.
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Que viva y que le traigan el oro de Saba,
que recen por él continuamente
y lo bendigan todo el día.
Que haya trigo abundante en los campos,
y susurre en lo alto de los montes;
que den fruto como el Líbano,
y broten las espigas como hierba del campo;
que su nombre sea eterno,
y su fama dure como el sol:
que él sea la bendición de todos los pueblos,
y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra.
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
el único que hace maravillas;
bendito por siempre su nombre glorioso,
que su gloria llena la tierra. ¡Amén, amén!
ESTRUCTURA
1. Invocación(1-2)
2. -Paz y justicia (3-7)
3. Vasallaje y tributos (8-11)
4. Defensa de los pobres (12-14)
5. Tributos de fertilidad (15-16)
6. Conclusión (17)
7. Doxología;conclusiva del 2' libro de salmos (18-20)
INTRODUCCIÓN
El salmo es una especie de carta magna para aquellos que quieren reinar en
nombre de Dios: un reino de
dicado a las obras de justicia y paz, marcado por el esfuerzo de liberar a los
pobres y oprimidos.
"El último salmo que compuso David antes de su muerte y que cantó
cuando con sus ojos vio a su hijo Salomón sentado en su tro
no" (A. Calmet).
DESARROLLO
v 1-2. Invocación: "Dios mío, confía tu juicio al rey"
Se pide que Dios comunique su juicio, su arte divino de saber gobernar con
justicia, a su nuevo representante; legítimo heredero del trono. Así hará
prevalecer los derechos del pueblo, especialmente de los pobres y débiles,
casi siempre víctimas de los caprichos de los jueces corrompidos y
despiadados.
Este salmo es una súplica a favor del rey. En él se describe, con imágenes
muy expresivas, la función vital del rey en el seno de la comunidad. La
nación no podría gozar de bienestar y prosperidad si el rey no aseguraba el
orden social mediante un gobierno justo.
Israel jamás cedió a la tentación de divinizar a sus reyes. Son
representantes de Dios. Hay que ayudarles por medio de la oración.
v. 3-7. Paz y justicia
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v. 3. "Que los montes traigan la paz y los collados justicia"
Estando Israel gobernado por un rey justo, el salmista describe las felices
consecuencias que se seguirán de ello y lo hace en un lenguaje poético: la
tierra, bien trabajada por este rey, se cubrirá de esas dos plantas raras y
preciosas: la paz y la justicia. Las colinas, incluso las montañas, las
germinará. La acción de un rey justo tiene tanto poder que incluso hará
echar raíces de paz y de justicia.
v. 5-6. "Que dure tanto como el sol; que baje la lluvia"
La lluvia siempre es signo de las bendiciones de Dios. El salmista sabe que
el rey, lugarteniente de Dios, tiene poder de enviarla sobre la tierra. "El
rostro sereno del rey trae lluvia, su favor es como una nube" (Prov 16, 15).
El salmista pide una vida tan larga como el sol... y así seguirá el pueblo
recibiendo bendiciones.
v. 7. "Que en sus días florezca la justicia"
Es una de las metas del rey: hacer justicia. En esto debe poner todo empeño
puesto que ésta es la voluntad de Dios a quien representa: "Cuidado con lo
que hacéis, porque no juzgaréis con autoridad de hombres, sino con la de
Dios, que estará con vosotros cuando pronunciéis sentencia" (2 Cro 19, 6)
v 8-11. Vasallaje y tributos
v.8. "Que domine de mar a mar, del Gran Río al confín de la tierra"
El celo del rey por la justicia se extiende, en primer lugar, sobre Palestina
en sus límites ideales: el Mar Mediterráneo y el Mar Muerto: el río Éufrates
y la península del Sinaí.
Pero el salmista sueña con una soberanía mucho más ancha. Piensa en los
países más lejanos: Tarsis (España); Saba, en Arabia y Seba en el Alto
Egipto... Está pensando en un reinado de extensión universal, es decir, que
llegue a ser el gran rey del mundo. El rey terreno recibe el poder propio de
Dios. Este es el sueño hiperbólico del salmista. El salmista tiene derecho a
soñar porque se trata de un rey amparado por Dios, representante de Dios.
Tratándose de Dios, todos nuestros sueños se quedan cortos. Dios nos da
horizontes amplios, nos abre perspectivas maravillosas...
v. 12-14. Defensa de los pobres
v. 12. "Porque él librará al pobre que clamaba, al afligido que no tenía
protector"
Esta soberanía no es ansia de poder, dominación tiránica, sino un extender
el reinado benéfico de la justicia a favor de pobres, afligidos, indigentes,
oprimidos. El rey es el brazo extendido de Dios. El rey no estará dispuesto
a sacrificar a sus súbditos más humildes por otros intereses. La vida de los
humildes es prioridad.
v. 14. "Él rescatará sus vida de la violencia, su sangre será preciosa"
Este rey ha apostado por la vida, por la paz, por la no violencia. Aprecia la
sangre, símbolo de la vida, como el don supremo. Estamos llamando a las
puertas del Nuevo Testamento. "En estas palabras se esboza
probablemente la imagen más perfecta de la fraternidad que aparece en el
Antiguo Testamento" (G. von Rad).
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"Esta solicitud de Dios por los pobres se expresa una vez más en quienes
aguardan al Mesías, el ungido de Yavé, que hará que se cumpla la
voluntad de Dios en la tierra, que cuidará de los pobres y velará porque se
les haga justicia" (G. von Rad).
v. 15-16. Tributos y fertilidad
v. 16. "Que haya trigo abundante en los campos"
El trigo es el fruto más precioso de toda la recolección. Este trigo cubrirá a
Palestina, hasta las montañas más áridas, un trigo bien granado como la
vegetación del fértil Líbano o la hierba temprana de las llanuras desérticas.
El rey se convierte en canal de las bendiciones divinas.
Esta experiencia tan maravillosa de este rey se convertirá en objeto de
atención de los pueblos vecinos. Todos querrán tener para ellos un rey
semejante. Estos mismos reyes le pasarán tributos. Ahí está, por ejemplo, el
oro de Saba.
v. 17. "Que su nombre sea eterno, y su fama dure como el sol: que él sea
la bendición de todos los pueblos, y lo proclamen dichoso todas las razas
de la tierra"
El nombre y la fama perpetuarán la vida del rey. Pero más importante es
que el rey se hace heredero de la promesa hecha a Abrahán de ser
bendición para todos los pueblos: "Y todas las naciones del mundo serán
bendecidas... porque me has obedecido" (Gen 22, 18).
Los hombres pronunciarán ese nombre bendito como cifra y síntesis de
felicidad y ese nombre será, realmente, fuente de bendición divina para
todos los pueblos.
¿Qué más se puede pedir? Que dure muchos años y que los pueblos del
mundo se beneficien de esta felicidad.
v. 18-19. Doxología: "Bendito sea el Señor, Dios de Israel, el único que
hace maravillas; bendito por siempre su nombre glorioso, que su gloria
llene la tierra. Amén, amén"
Estas palabras no pertenecen al salmo. Es una doxología. El salterio estaba
dividido por libros. Aquí acababa el segundo libro, es decir, los salmos
incluidos entre e141 y e171.
La palabra repetida amén no significa simplemente así sea. Es una palabra
muy rica y muy difícil de traducir. Poco más o menos querría decir esto:
Digo que sí, de todo corazón, a todo lo que tú me dices. Con esta
afirmación se cerraría este librito del salterio aprobado con buena gana y
con todo el corazón lo que en estos salmos se ha dicho.
La doxología es el modo concreto de alabar a Dios, de desear que el honor
y la gloria de Dios llene toda la tierra. Y éste ha sido siempre el deseo de
las almas santas.
"Todas las oraciones y cantos imploran la manifestación de la gloria
celestial en el mundo. Mas, si un día ocurriera que toda la tierra estuviera
llena de su gloria, entonces ya no sería necesario orar" (M. Buber).
ORACIÓN
"Bendito sea el Señor, el único que hace maravillas"
Oh Señor, tú mereces todo honor, gloria y alabanza. Tú eres la fuente
91
suprema de todo bien. Todas las bendiciones nos las envías tú, desde lo
alto.
Tú haces maravillas todos los días para todos: haces salir el sol cada
mañana y llenas la tierra de su esplendor. Nos das gratis la lluvia y el aire.
Recreas nuestros ojos con miles de flores de mil colores, y recreas nuestros
oídos con la dulce melodía de los pajaritos.
Tú eres el único que sabe hacer estas maravillas visibles, palpables para
todos. Pero todavía sabes hacer obras más maravillosas en el corazón de
cada uno. Estas son invisibles a los ojos de los demás pero bien palpables
para aquellos que las viven. Desde mi propia experiencia personal déjame
que dé gracias, a boca llena, por la maravilla de tu amor.
"Que los montes traigan la paz y los collados, justicia"
La paz que aquí pedimos no es la ausencia de guerra, ni la mera
tranquilidad de los pueblos. Pedimos una paz que sea fruto de la justicia.
¿Cómo puede haber paz en una tierra tan mal repartida? Mientras unos se
hartan, otros se mueren de hambre. Danos esa paz que viene de los montes,
de la altura, de la esfera donde estás Tú, Dios mío, y haz que baje hasta el
mismo corazón de los hombres.
"Que haya trigo abundante en los campos"
Sí, que las mieses ondeen en los campos y los graneros se llenen de trigo.
Que haya cosechas abundantes y que de ellas se beneficien los pobres. Que
haya pan para todos; hospitales para todos; escuelas para todos; viviendas
dignas para todos. Que los pobres puedan vivir con dignidad teniendo
cubiertas las necesidades más elementales.
Que la principal preocupación de los gobiernos sea la atención a los más
necesitados. Quita, Señor, de los cargos políticos a los corruptos, los
egoístas, los que aspiran a subir a los altos cargos para conseguir sólo sus
intereses personales. Que los gobiernos den leyes justas, equitativas. Que
aquellos que tienen la responsabilidad suprema de las naciones creen
espacios de equidad y fraternidad.
FRASES
"Honrad la condición de los pobres a causa del desprecio que el mundo
hace de ellos". (Bossuet)
"Como la lluvia significa claramente la generación humana, sin ruido y en
secreto. Nadie escucha caer el rocío sobre la tierra o sobre el vellón. Así
fue la concepción del Señor: el mismo José no se enteró, y un ángel hubo
de instruirlo". (Teodoreto)
"El sol es el Hijo de Dios, la Palabra del Padre. La luna es la Iglesia, que
refleja la luz del sol, que parece crecer y decrecer en las persecuciones y en
la paz". (Casiodoro)
PREGUNTAS
1. Todas las personas tenemos algo de poder. ¿Sabemos usarlo en beneficio
de los más necesitados?
2. En mi grupo, en mi comunidad, ¿hacia donde se dirigen mis ojos?
¿Hacia aquellas personas que más saben? ¿Hacia las que más cualidades
tienen? ¿O siento una inclinación, una propensión espontánea hacia las
personas más humildes y desprotegidas?
3. ¿Me caen bien e incluso sé colaborar con tantas personas de nuestro
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tiempo que trabajan por la paz y la justicia ... aunque no
sean de los nuestros?
SALMO 73
"Qué bueno es Dios para el justo,
el Señor para los limpios de corazón".
Pero yo por poco doy un mal paso,
asi resbalaron mis pisadas:
porque envidiaba a los perversos,
viendo prosperar a los malvados.
Para ellos no hay sinsabores,
están sanos y orondos;
no pasan las fatigas humanas
ni sufren como los demás.
Por eso su collar es el orgullo,
y los cubre un vestido de violencia;
de las carnes les rezuma la maldad,
el corazón les rebosa de malas ideas.
Insultan y hablan mal,
y desde lo alto amenazan con la opresión.
Su boca se atreve con el cielo,
y su lengua recorre la tierra.
Por eso mi pueblo se vuelve a ellos
y se bebe sus palabras.
Ellos dicen:
"¿Es que Dios lo va a saber,
se va a enterar el Altísimo?".
Así son los malvados:
siempre seguros acumulan riquezas.
Entonces, ¿para qué he limpiado yo mi corazón
y he lavado en la inocencia mis manos?
¿Para qué aguanto yo todo el día
y me corrijo cada mañana?
Si yo dijera: "Voy a hablar como ellos",
renegaría de la estirpe de tus hijos.
Meditaba yo para entenderlo,
pero me resultaba muy difícil:
hasta que entré en el misterio de Dios,
y comprendí el destino de ellos.
Es verdad: los pones en el resbaladero,
los precipitas en la ruina:
En un momento causan horror,
y acaban consumidos de espanto.
Como un sueño al despertar, Señor,
al despertarte desprecias sus sombras.
Cuando mi corazón se agriaba
93
y me punzaba mi interior,
yo era un necio y un ignorante,
yo era un animal ante ti.
Pero yo siempre estaré contigo,
tú agarras mi mano derecha,
me guías según tus planes,
y me llevas a un destino glorioso.
¿No te tengo a ti en el cielo?
Y contigo, ¿qué me importa la tierra?
Se consumen mi corazón y mí carne
por Dios, mi lote perpetuo.
Sí: los que se alejan de ti se pierden,
tú destruyes a los que te son infieles.
Para mí lo bueno es estar junto a Dios,
hacer del Señor mi refugio;
y contar todas tus acciones en las puertas de Sión.
ESTRUCTURA
1. Introducción (1-3)
2. Conducta de los malvados (4-12)
3. Conducta del salmista (13-16)
4. Destino de los malvados (17-20)
5. Destino propio (21-26)
6. Conclusión (27-28)
7.
INTRODUCCIÓN
El salmista plantea una cuestión muy actual: ¿Qué hacer cuando la propia
experiencia desmiente los planteamientos de la fe? La fe dice: Dios es
bueno para los limpios de corazón, pero cada día observamos que
prosperan los malvados y los que viven al margen de Dios. En la práctica
ellos nos dicen: Se vive mejor sin Dios. Esto provoca en el salmista una
crisis fuerte de fe. Y le hace sufrir terriblemente. Parece que en él se
condena el sufrimiento de su pueblo:
"El salmista ha explicado poéticamente el sufrimiento de Israel bajo la
cobertura de su propio sufrimiento".
Sin embargo, después de una experiencia fuerte de Dios, ha descubierto
que aquellas personas que permanecen al margen de Dios, no tienen futuro.
El salmista se ha unido a Dios visceralmente. "Corazón es la palabra que
domina en todo el salmo" (Buber). El salmista ve con claridad que sus
razonamientos humanos no le dan la solución. Y escoge el de la
contemplación. Esto hace que sea "uno de los más grandes genios
religiosos de la humanidad" (Grossow).
DESARROLLO
v 1-3. Introducción
v.1. "Qué bueno es Dios para el justo"
El salmista, que como veremos en seguida, está en una profunda crisis de
fe, quiere dejar bien clara su postura con relación a Dios. La bondad de
Dios con el justo es algo incuestionable.
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v. 2. "Pero yo por poco doy un mal paso"
Aparece la debilidad del hombre. Por poco resbala en su fe. Ha aceptado
peligrosamente en su mente razonamientos humanos, incluso ha tenido
envidia de los perversos que, sin contar con Dios, prosperan.
"El mal es el escándalo del mundo. Y para nosotros el problema mayor es
aquel que hace del mundo un problema. Nos impone su presencia sin que
nosotros la podamos rechazar. Exige que no busquemos, a la vez, el
explicarlo y quitarlo" (L. Lavelle).
v. 4-12. "Conducta de los malvados"
Aparentemente ellos son los que triunfan: están rebosando salud, no tienen
amarguras. Se dan el lujo de abrir sus grandes bocas al cielo en señal de
desprecio. El pueblo está arrastrado por ellos y se bebe todas sus palabras.
Ese Dios que está más arriba de las estrellas no se entera de nada. Su
formulación sería ésta: ¿Piensas que Dios se ocupa de los de aquí abajo? Él
se pasea en la bola del cielo sin enterarse de lo que nos ocurre.
A los ojos de los hombres están felices, pero Dios está al tanto de todo lo
que pasa y van a ser derrotados: "¡Ay de aquellos que se esconden del
Señor para ocultar sus planes, que hacen sus maldades en la sombra y
dicen: nadie nos ve. Nadie se da cuenta! (Is 29,15).
v 13-16. Conducta del salmista
El salmista se siente salpicado por la conducta de los malvados. Y piensa:
¿De qué me ha servido a mí el ser bueno? ¿De qué me ha servido todo lo
que yo he luchado por conseguir la virtud? ¿Qué clase de Dios es ese en
quien creo? Fuerte sacudida a su fe. "¿Es que la virtud sólo es un fantasma
y un sueño sin fundamento?" (W. Oesterley).
Pero el salmista pronto se da cuenta de que no puede seguir pensando como
un pagano. El no puede renegar de su pueblo y de la dignidad de ser hijo de
la Alianza. Por eso intenta dar un giro a su modo de pensar y opta por lo
que optó Tobías en momentos de apuro: "Desolado hasta el fondo del alma
yo gimo, yo lloro y comienzo en los dolores, a rezar" (Tob 3, 1).
v. 17-20. Destino de los malvados: "Hasta que entré en el misterio de
Dios"
Todo esfuerzo humano para comprender el misterio del mal termina en
fracaso. El giro se produce en el Santuario de Dios, en el lugar donde Dios
está cerca. La reflexión humana comparada con la contemplación
iluminada por Dios es como el animal comparado con el hombre: "Yo soy
un necio, menos que hombre, no tengo inteligencia humana" (Prov 30, 2).
La contemplación confiere al hombre una racionalidad nueva y superior.
Desde esta nueva luz, comienza a ver la conducta de los malvados. Es
como un sueño. "Con frecuencia, el sueño y la noche tratan de realizar lo
que se espera durante el día. Se cree tener un imperio; otro una esposa
codiciada; se despierta y no hay nada. Para los impíos el sueño es el
desvanecimiento de todo en la muerte" (Casiodoro).
v. 21-26. Destino propio
v. 23. "Pero yo siempre estaré contigo, tú agarras mi mano derecha"
En el santuario siente una presencia cercana, arrolladora. Y descubre, en el
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fondo de su ser, la alegría y satisfacción que esto comporta. Por eso la frase
suena a admiración: ¡Siempre contigo! Yo sé que nunca me vas a
abandonar. Allá lejos quedan las dudas, las preocupaciones, los temores,
ese dolor que punzaba mis entrañas. Todo está curado con tu presencia.
Además me agarras con tu mano derecha, signo de poder. Además esa
acción supone un puesto de dignidad. Aunque para mí la mayor dignidad es
estar contigo.
"Sois familia, amigo, casa, en ti tengo vida y alegría. Yo dejo lejos de mí
los falsos bienes del mundo. Oh perla, oh fortuna, Tú eres todo" (Poeta
hindú).
v. 25. "¿No te tengo a ti en el cielo? Y contigo, ¿qué me importa la tierra?
Dice el P. Schókel: "Este verso es una cumbre espiritual del Antiguo
Testamento que ha de ser relacionada con la lucha de Jacob (Gen 32) o la
experiencia de Elías en el Horeb (1 Re 19)". Toda la serie de bienes que ha
visto disfrutar a los malvados y que ha llegado a envidiar pierden su valor
comparados con poseer a Dios. La tierra no importa. El encuentro personal
desborda y anula todo lo demás.
"Unir el precio a los bienes de la tierra es bajarse a nivel de los niños que
no se acuerdan de su valor, sino de sus juguetes. La verdadera grandeza es
aquella que menosprecia lo que los hombres admiran" (S. Juan
Crisóstomo).
Aquel hombre que sufría amargamente ya no busca ser sanado. Lo que le
importa es Dios. Dios es mi roca y mi porción.
Yavé ha llegado a ser para el orante la razón de su existencia.
Poseer a Dios y gozarlo - he aquí la clave de la felicidad terrestre y la
solución al problema de la retribución. Cielo y tierra, con sus maravillas y
sus riquezas, no ofrecen interés alguno para el salmista. Es la posesión de
Dios en la que encuentra todas las cosas.
"Por encima de lo que Dios da a los buenos y malos, de lo que a veces
quita a buenos y malos, por encima de todo esto, reserva algo para los
buenos... ¿Qué les reserva? A sí mismo" (San Agustín).
¿Habla el salmo de la felicidad eterna? No olvidemos que el problema del
salmo se plantea porque, en aquella época, no existía la creencia en la vida
futura. El salmo, ¿resuelve el tema?
La fe robusta, que renuncia gozosamente a todo para agarrarse a Dios, en el
amor puro, que aprecia esta posesión más que el cielo y la tierra, son más
admirables colocados en este horizonte estrecho.
Desde que el salmista ha tenido esta experiencia fuerte de Dios todo,
absolutamente todo: salud o enfermedad, vida o muerte, ha quedado
relativizado. Al salmista sólo le interesa Dios: ¡Nada más! ¡Y nada menos!
La leyenda medieval habla del monje que, escuchando cantar un pájaro, cae
en éxtasis, y cuando vuelve en sí, han pasado trescientos años. Algo así,
dice el P. Schákel, sucede en este salmo: al gozar de una experiencia
altísima, profundísima de Dios, descubre vagamente que eso tiene que
superar el tiempo. Poseer a Dios de esa manera supera los límites de lo
imaginado.
"En medio de una vida natural, caduca y pecadora, ha comenzado por
dentro una nueva vida entregada a Dios; es prenda de que como Dios, con
quien está unido, no puede perecer, tampoco él puede perecer" (Delitzsch).
96
v. 27-28. Conclusión
Reafirma el verdadero destino de los malvados y el suyo propio. Y reafirma
también su decisión de continuar refugiándose en el Señor y proclamar sus
maravillas, de las que ha vuelto a ser, en su experiencia reciente, testigo
privilegiado.
ORACIÓN
"Qué bueno es Dios para el justo"
Señor, salgo de mi casa, voy al campo, subo la montaña, me interno en la
noche y descubro millones de estrellas... Todo me habla de tu poder.
Gracias porque eres tan grande tan poderoso.
Me miro a mí mismo. Bajo hasta el fondo de mi propio corazón y te
encuentro a Ti: llamándome, atrayéndome, arrastrándome hacia ti. Y digo:
Señor, ¡qué grande es tu bondad! Déjame cantar las maravillas de tu
bondad dentro de mí.
"Pero yo..., por poco doy un mal paso"
Sí, Señor, te lo confieso: soy débil, soy frágil. Muchas veces he estado al
borde del abismo y Tú, por tu misericordia, me has salvado. Haz que yo
reconozca siempre mi debilidad, mi impotencia. Que nunca crezca en mí la
mala hierba de la vanidad, el orgullo, la autosuficiencia, el creerme mejor
que los demás. Haz que nunca pierda el miedo a caer. Y que este mismo
miedo me guarde deresbalar y de dar un mal paso.
"Hasta que entré en el misterio de Dios"
El misterio es lo indefinido, lo no controlado, lo inabarcable, lo in
menso, lo infinito. El misterio, Señor, eres Tú.
Mientras yo me mantengo fuera del misterio, dando vueltas a su castillo
interior por fuera, tengo muchas dudas; me acosa la incredulidad; me
amenaza la envidia de los malos que prosperan en este mundo y viven al
margen de Dios.
Pero cuando Tú, por pura gracia, me introduces dentro del misterio, dentro
de tu persona, dentro de tu propio corazón, todas las dudas desaparecen; el
tiempo corre veloz y ya sólo me queda un deseo ardiente de permanecer
siempre a tu lado.
"Pero yo siempre estaré contigo"
No es una promesa ni un deseo. Es la convicción más profunda de mi ser:
el estar contigo es la única fuente de alegría y de felicidad para mí.
Busquen otros otras fuentes. Yo sólo beberé de la fuente de la felicidad que
eres Tú.
FRASES
"Los judíos edifican en el alma, edifican en el tiempo. Sus verdaderas
catedrales son interiores; están en su corazón humano y son consustanciales
a la historia". (R. Aarón)
"Tú llevas a Dios por todas partes contigo y desgraciadamente lo ignoras.
No creas que te hablo de un dios exterior de oro o de plata. Eres tú quien lo
llevas". (Epícteto)
"¿Por qué mi corazón está tan impaciente? Aquel que cuida de los pájaros,
las bestias y los insectos. Aquel que tiene cuidado de ti cuando estás en el
seno de tu madre, ¿no te conservará en el presente del que tú has salido?
97
Oh corazón mío, ¿cómo puedes tú olvidarte de sonreír a tu Dios y de errar
tan lejos de Él? Tú has abandonado a tu bien amado para pensar en otros.
He aquí por qué tu boca es vana". (Híndú, s.XV)
PREGUNTAS
1. ¿Tratas de buscar a Dios con la razón o con el corazón?
2. En tu grupo o comunidad, las experiencias fuertes de Dios de una
persona, ¿suponen una riqueza para todos?
3. Hay muchas personas que ante la vida de prosperidad de los malvados y
corruptos sienten una especie de envidia. ¿Estás preparado para dar razones
profundas de tu fe en el Dios que nunca defrauda? ¿Estás contento y seguro
con tu Dios?
SALMO 74
¿Por qué, oh Dios,
nos tienes siempre abandonados,
y está ardiendo tu cólera
contra las ovejas de tu rebaño?
Acuérdate de la comunidad
que adquiriste desde antiguo,
de la tribu que rescataste para posesión tuya,
del monte Sión donde pusiste tu morada.
Dirige tus pasos a estas ruinas sin remedio:
el enemigo ha arrasado del todo el santuario.
Rugían los agresores en medio de tu asamblea,
levantaron sus propios estandartes.
En la entrada superior
abatieron a hachazos el entramado,
después, con martillos y mazas
destrozaron todas las esculturas;
prendieron fuego a tu santuario,
derribaron y profanaron la morada de tu nombre.
Pensaban: "Acabaremos con ellos",
e incendiaron todos los templos del país.
Ya no vemos nuestros signos,
ni hay profeta:
nadie entre nosotros sabe hasta cuándo.
¿Hasta cuándo, Dios mío,
nos va a afrentar el enemigo?
¿No cesará de despreciar tu nombre el adversario?
¿Por qué retraes tu mano izquierda
y tienes tu derecha escondida en el pecho?
Pero tú, Dios mío, eres rey desde siempre,
tú ganaste la victoria en medio de la tierra.
Tú hendiste con fuerza el mar,
rompiste la cabeza del dragón marino,
tú aplastaste la cabeza del Leviatán,
se la echaste en pasto a las bestias del mar.
Tú alumbraste manantiales y torrentes,
tú secaste ríos inagotables.
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Tuyo es el día, tuya es la noche,
tú colocaste la luna y el sol;
tú plantaste los linderos del orbe,
tú formaste el verano y el invierno.
Tenlo en cuenta, Señor, que el enemigo te ultraja,
que un pueblo insensato desprecia tu nombre;
no entregues a los buitres la vida de tu tórtola
ni olvides sin remedio la vida de tus pobres.
Piensa en tu alianza:
que los rincones del país están llenos de violencias.
Que el humilde no se marche defraudado,
que pobres y afligidos alaben tu nombre.
Levántate, oh Dios defiende tu causa:
recuerda los ultrajes continuos del insensato;
no olvides las voces de tus enemigos,
el tumulto creciente de los rebeldes contra ti.
ESTRUCTURA
1. Súplica y lamentación (1-11)
2. Himno a Dios Creador (12-17)
3. Nueva súplica (18-23)
INTRODUCCIÓN
Ante el Templo devastado y profanado por los enemigos de Israel, la
comunidad, desconcertada, suplica al Señor que se acuerde de la Alianza y
se apresure a reparar las afrentas por las que está pasando su pueblo. Para
hacer más apremiantes las súplicas se evocan las proezas que realizó el
Señor cuando rescató a Israel de la esclavitud y la convirtió en su herencia.
En medio de la súplica hay un himno al Dios Creador que tiene por
finalidad contraponer el poder manifestado en el momento de la creación y
su desconcertante momento presente.
DESARROLLO
v.1-11. Súplica y lamentación
v.1. "¿Por qué, oh Dios, nos tienes siempre abandonados?"
Este interrogante es el grito del pueblo afligido que, ante la actuación de
Dios, está desconcertado. Es una pregunta llena de estupor con tintes de
rebeldía. El pueblo no puede entender a Dios. La imagen que siempre ha
dado no se compagina con la que actualmente está dando. Parece que
quiere deshacer lo que tanto trabajo ha costado construir. Él aceptó una
morada y ahora ha permitido que se incendiara y profanara. ¿Acaso ya no
somos ovejas de tu rebaño?
La creencia de que el Señor había elegido vivir en el Templo de Jerusalén
se iba transmitiendo de generación en generación entre los fieles. El
Templo era el centro de la piedad, pero también el símbolo de la estabilidad
de Judá.
v. 2."Acuérdate de la comunidad"
Antes estábamos dispersos. Pero en el Sinaí tú hiciste un pacto con
nosotros. Nos constituimos como pueblo de tu propiedad, nos tomaste por
99
posesión tuya. Nosotros te pertenecemos.
Para nosotros tú siempre has sido nuestro Dios. Ahora nos sentimos
huérfanos y muertos de frío.
"Se prepara un universo sin fuego.Y el jardín no tiene flores; inútil andar
por las calles, no hay nadie. Ni tierra que te ame" (Turoldo).
v.3 "Dirige tus pasos a estas ruinas sin remedio"
Dios como un Señor olvidadizo y despreocupado, es invitado a
inspeccionar personalmente el Templo en ruinas. No son ruinas recientes,
sino viejas. El mismo orante se ofrece de guía y le cuenta, con las ruinas a
la vista, todo lo que pasó.
La situación no puede ser más calamitosa: en lugar de las alabanzas de los
suyos, se oyen ahora los rugidos blasfemos de los enemigos: en lo que era
esplendor de arte y fe se está cebando el hacha destructora como si se
tratara de un bosque lleno de árboles y dedicados al exterminio. En donde
estaban los símbolos sagrados hay ahora insignias profanas. En lo que era
el lugar de la asamblea, domina ahora el fuego. Está ardiente tu pueblo, ¿y
tú permaneces impasible?
Por si fuera poco, quieren arrasar todos los templos del país (v.8). No
quieren dejar ni huella de tu presencia.
v. 9. "Ya no vemos nuestros signos, ni hay profeta: nadie entre nosotros
sabe hasta cuándo"
Somos un pueblo acostumbrado a las señales. La llegada del nacimiento del
Emmanuel (Is 7, 14) garantizó al desamparado Acaz la pronta intervención
de Dios. Y, cuando el destierro de Babilonia, allí había una voz de profeta
que levantaba los ánimos caídos y predecía el tiempo de la duración de la
prueba: "El Señor dice: cuando se cumplan a Babilonia los setenta años,
actuaré en favor de ustedes y les cumpliré mi promesa favorable de
hacerlos regresar a este lugar" (Jer 29, 10). Pero ahora nadie de nosotros
sabe hasta cuándo va a durar esta terrible situación.
"Desde que han muerto Ageo, Zacarías y Malaquías que son los últimos
profetas, el Espíritu Santo ha cesado en Israel" (Talmud).
"Un silencio denso, extraño, aplastante ha caído sobre todos nosotros y ha
penetrado en la tierra" (Hab 2, 20).
v.11. "¿Por qué retraes tu mano izquierda y tienes tu derecha escondida
en el pecho?"
En otros tiempos tú vencías al enemigo con brazo fuerte y mano poderosa.
Ahora ese mismo brazo lo tienes en reposo. "El oriental extiende la mano
para agarrar o polpear y la retira en el repliegue de su vestido cuando está
en el descanso" (E. Podechard).
v. 12-17. Himno a Dios Creador
v. 12. "Pero tú, Dios mío, eres rey desde siempre, tu ganaste la victoria en
medio de la tierra"
La inactividad o indiferencia actual de Dios contrasta de una manera
especial con la actitud anterior de Yavé que se hizo rey y salvador de Israel
favoreciéndoles con su ilimitado poder de creador, especialmente en el
éxodo. Esta fue la edad de oro del amor de Dios a Israel, epopeya tan
100
prodigiosa que se la puede comparar a la creación.
Realmente Yavé, en tiempos del Éxodo, dividió el Mar Rojo de la misma
manera que dividió las aguas superiores de las inferiores cuando la creación
(Gen 1, 1-2. 6).
v. 14. "Tú aplastaste la cabeza de Leviatán"
Dios dominaba todas las fuerzas y nada se le ponía por delante. Incluso
aplastó a Leviatán, ese monstruo marino mitológico, símbolo de todos los
poderes hostiles.
v. 18-23. Nueva súplica
v. 18. "Tenlo en cuenta, Señor"
Israel es un pueblo con memoria. El mismo Dios le ha enseñado a recordar.
Ahora es el pueblo el que le pide a Dios que recuerde. Para Dios recordar
algo es tomarlo en consideración y tratar de solucionarlo.
Que Dios se acuerde de las blasfemias lanzadas contra él por esos
insolentes e impíos enemigos vencedores. Que los someta.
v. 19. "No entregues a los buitres la vida de tu tórtola ni olvides sin
remedio la vida de tus pobres"
El salmista ahora ataca a Dios por su parte más débil: la del corazón. Pide
que defienda a su pueblo. Es como una tórtola sencilla, humilde, indefensa.
Le acecha el buitre, ese pajarraco impuro que, con su pico en forma de
lanza, amenaza devorarla. Esa tortolita: ¡es tu pueblo!...
Por otra parte Dios siempre ha sido el gran defensor de los pobres, aquellos
que acuden a él porque no hay otro que los defienda: ¡son sus pobres!...
v. 20. "Piensa en tu alianza"
Lo que está pasando al pueblo no es algo de tipo moral, sino teológico.
Dios siempre ha sido fiel a su Alianza aunque el pueblo haya fallado de
todas. El pueblo siempre ha confiado en el Dios de la Alianza. ¿Acaso Dios
puede dejar de ser fiel? ¿No es como negarse a sí mismo?
Yavé debe mirar misericordiosamente y con mirada de salvador a su aliado
Israel que se halla en el paroxismo de la angustia. Los mismos habitantes
de Jerusalén han tenido que buscar refugio en las cuevas. Dios quiera que
no se vean obligados a volver a sus casas con las cabezas bajas, con la
humillación de los vencidos. Al contrario, deben regresar como vencedores
de estos inicuos enemigos que lo han arrasado todo. ¿Todo? Menos la fe de
un pueblo en su Dios.
v. 22. "Levántate, oh Dios, defiende tu causa"
Dios ha estado demasiado tiempo sentado, es decir inactivo. Es tiempo de
que se levante y entre en acción contra los enemigos que no dejan de
blasfemar contra él.
El salmista quiere poner un contraste entre este levantarse de Dios como en
un juicio final grandioso, triunfante, y el levantarse de los impíos que osan
desafiar a Dios.
Con todo, la forma con que termina el salmo deja aún las cosas en la
penumbra. El salmo no dice que Dios se levantó. La única esperanza está
en las salvaciones del pasado que siempre se pueden reproducir porque
101
Yavé no puede dejar de ser fiel y salvador.
ORACIÓN
"¿Por qué, oh Dios, nos tienes abandonados?"
Señor, el silencio, la soledad, el abandono son cosecha nuestra. Tú has
creado la palabra, la cercanía, la amistad. Tú, puesto a crear, has hecho un
paraíso con flores, con ríos, con pájaros. La tierra con sus espinos y abrojos
es obra nuestra.
Pero Tú has querido hacerte hombre en situación caída para hacer
te solidario con todos nosotros. Por eso has experimentado la soledad y el
abandono del Padre. Pero no te dejaste vencer ni abatir por la tristeza.
Sacando fuerzas de debilidad tuviste el coraje de abandonarte en Dios, de
ponerte en manos de tu Padre. Haz que yo también sepa convertir tu
abandono en cercanía y confianza.
"Tuyo es el día; tuya la noche"
Me levanto, abro la ventana y siento que un aire puro y fresco acaricia mi
rostro. Una luz mañanera ilumina mis ojos y yo me dejo bañar por ella. Y
digo: ¡Es de día! Y, a veces, no caigo en la cuenta de que ese día eres Tú.
Sí, Tú, la brisa, el aura, la luz.
Al atardecer, poco a poco, me voy internando en la noche. Me dejo
impresionar por el silencio, el parpadeo de las estrellas, la intimidad. Y, a
veces, no caigo en la cuenta de que esa noche, cuajada de misterios, eres
Tú. Perdón, Señor, por mi ingratitud.
"Que el humilde no se marche defraudado"
Tú, Señor, tienes una bienaventuranza para los humildes y sencillos. Tú
mismo dijiste: "Aprended de mí que soy manso y sencillo de corazón".
Cuida a los humildes. Guárdalos como a las niñas de tus ojos. Que se
sientan a gusto en su sencillez. Que no deseen ni anhelen cambiarse por
nadie. Ellos han soportado los golpes de los soberbios y los poderosos de la
tierra. Que cuando tengan que dejar este mundo, no se sientan defraudados
por ti.
FRASES
"Para un judío el Templo no sólo estaba considerado como lugar donde se
invocaba el Nombre de Yavé, o donde se desarrollaba su culto, sino el
lugar de residencia efectiva de Yavé sobre la tierra, lugar de su presencia
personal". (E.Jacob)
"Señor, tomad la defensa de vuestra propia causa". (Santa Teresa de Jesús)
"Penetrad en la estancia del pueblo, encontraréis a unos hombres que hacen
leer un libro misterioso a los niños... Lo que hacía hace cinco mil años, el
pueblo lo hace ahora. Ha asistido 17 veces a la ruina de Jerusalén y nada le
impide volver sus miradas sobre Sión. Los persas, los griegos, los romanos
han desaparecido de la tierra y un pueblito que procedió de los grandes
pueblos existe todavía sin mezcla, en los escombros de su patria. Si alguna
cosa ante las naciones lleva el carácter de milagro, nosotros pensamos que
este milagro está aquí". (Chateaubriand)
PREGUNTAS
1. ¿He sentido, a veces, la ausencia de Dios con la amargura exis
tencial que la vivió el pueblo judío, reflejada en este salmo?
2. La comunidad es comparada en este salmo como una avecilla humilde y
102
sencilla, incapaz de defenderse por sí sola. ¿Cuál ha sido la reacción
cuando nos han calumniado sin motivo?
3. Nosotros sentimos la ausencia de Dios. Y tratamos de buscarle con
fuerza. ¿Qué hacer con tantas personas que no echan de menos a Dios en su
vidas?
SALMO 75
Te damos gracias, oh Dios,
te damos gracias,
invocando tu nombre, contando tus maravillas.
"-Cuando elija la ocasión,
yo juzgaré rectamente.
Aunque tiemble la tierra con sus habitantes,
yo he afianzado sus columnas".
Digo a los jactanciosos: no jactaros;
a los malvados: no alcéis la testuz,
no alcéis la testruz contra el cielo,
no digáis insolencias contra la Roca.
Ni del oriente ni del occidente,
ni del desierto ni de los montes,
sólo Dios gobierna, a uno humilla, a otro ensalza.
El Señor tiene una copa en la mano,
un vaso lleno de vino drogado:
lo da a beber hasta las heces
a todos los malvados de la tierra.
Pero yo siempre proclamaré su grandeza
y tañeré para el Dios de Jacob:
derribaré el poder de los malvados,
y se alzará el poder del justo.
ESTRUCTURA
1. Introducción (2)
2. Oráculo divino (3-6)
3. Reflexíón (7-9)
4. Concluslón(10-11)
INTRODUCCIÓN
Este salmo canta a Dios que viene como Juez Supremo. Esta venida ya
próxima es motivo de alegría y de acción de gracias para los buenos y un
aviso decisivo para los malos.
El salmo está dominado por la certeza de que el juez va a actuar. La venida
del juez trae consigo un cambio completo de cosas. Los que se alzan
arrogantemente van a ser humillados y los humildes exaltados.
Para dar más tono a su poema el salmista le confiere una forma literaria
original: combina los géneros hímnico, profético y sapiencial.
"Este salmo puede ser la respuesta del Señor a la tensa oración contenida
103
en el salmo precedente" (A. Calmet).
DESARROLLO
v.2. "Te damos gracias, oh Dios, te damos gracias, invocando tu Nombre,
contando tus maravillas"
El salmista canta las maravillas de Dios. Estas maravillas son aquellas que
van a acompañar al juicio de Dios sobre los impíos. Y esto dará honor y
gloria a su nombre.
"Invocar el nombre de Yavé es reconocer en él al Santo que no deja que
exista el mal; el justo juez va a ejercer el juicio" (M. Mannati).
En la Biblia Dios aparece unas veces como el lejano y otras como el
cercano. "El Señor afirma: Lejos o cerca, yo soy Dios" (Jer 23,23).
En el salmo anterior ha aparecido como lejano. Ahora aparece como el
cercano. Contra la ilusión del impío, convencido que Dios está lejos e
indiferente a las acciones humanas, el poeta recalca que Yavé es un Dios
cercano. Más aún, su nombre es: el cercano.
Esta cercanía no sólo se manifiesta en las acciones salvadoras para Israel,
sino también en el juicio de los impíos y de los injustos que desafían su
aparente silencio.
v. 3-4. "Cuando elija la ocasión, yo juzgaré rectamente. Aunque tiemble
la tierra... yo he afianzado sus columnas"
En el tiempo que Dios considere oportuno intervendrá para restablecer la
justicia. La misericordia no puede coexistir con la permanente violación de
la justicia.
El juicio se realiza en la historia y en el tiempo y tiene resonancias de tipo
cósmico. Yavé, que es el autor y conservador del orden cósmico del
mundo, es también el autor y conservador del orden moral.
Existe un paralelo entre el mal y la nada; entre la justicia y el ser. Si Dios
ha llamado al mundo y a la humanidad al ser, Dios los convoca también a
la justicia.
Y, aunque el hombre trate de arruinar este orden y esta armonía con su
pecado, Dios mantiene bien firmes las columnas cósmicas que son también
columnas morales.
El contraste entre terremoto de la tierra y estabilidad de las columnas es
una metáfora cósmica para hablar de la inestabilidad de la historia humana
y la inquebrantable estabilidad del proyecto divino.
v 5-6. "Digo a los jactanciosos: no jactaros; a los malvados: no alcéis la
testuz contra el cielo, no digáis insolencias contra la Roca"
Hay unas apelaciones directas de Dios a los impíos: son necios, locos,
arrogantes y perversos. Es un vano esfuerzo el pretender echar por tierra
ese maravilloso orden que Dios ha puesto en la creación. La injusticia es un
ataque frontal a ese orden.
El cuerno es una vigorosa metáfora oriental que sirve para indicar el poder,
en este caso, orgulloso y blasfemo.
Dios es el verdadero "cuerno de salvación" (Sal 18, 3). Los malvados
quieren arrebatarle el poder a Dios. Hasta ahí llega su insolencia.
Hay un contraste entre el ponerse en alto de los soberbios y cielo, símbolo
de la altura de Dios. El alto por excelencia es Dios.
104
Esta actitud desafiante del hombre es ya vieja. Desde el orgullo de Adán de
querer ser como Dios o el de aquellos que querían levantar una torre que
llegara hasta el cielo, hasta la actitud del hombre moderno que quiere
construir un mundo sin
necesidad de Dios.
Es como la pretendida libertad absoluta y soberana que quiere reivindicar el
hombre al margen de la voluntad de Dios.
"¡Yo soy mi libertad! Desde que me creaste yo ya no te pertenezco... No
volveré bajo tus leyes; yo soy condenado a no tener otras leyes que no sean
las mías... porque soy hombre, Júpiter, y cada hombre, Júpiter, debe
inventar su propio camino" (Grito de Dresde a Júpiter).
El cuerno de los locos de todos los tiempos trataría neciamente de chocar
contra la Roca indestructible que es Dios, en la vana tentativa de romperla.
La firmeza de la justicia divina es parecida a aquellas columnas cósmicas
que no pueden ser erosionadas por el mar del caos y de la nada.
v. 7-8. "Ni del oriente ni del occidente, ni del desierto ni de los montes,
sólo Dios gobierna: a uno humilla, a otro ensalza"
Alusión a los puntos cardinales. Para los impíos Dios está ausente tanto del
horizonte cósmico como del horizonte histórico, y se creen con fuerza para
continuar su carrera hasta el poder y la opresión.
¡Vana ilusión! La suerte de los hombres no va a surgir de ningún poder
terrestre que venga de cualquier punto del horizonte. "La rosa de los
vientos no tiene ninguna influencia sobre los destinos de los hombres" Q.
Weber).
Por encima de todos los poderes humanos se alza Dios, el supremo juez,
que asigna a cada uno su puesto en la escala del mundo. Sólo Dios juzga a
los hombres. El juicio tiene dos aspectos: uno negativo - humilla a los
soberbios e insolentes. Y otro, positivo - ensalza a los humildes.
v. 9. "El Señor tiene una copa en la mano, un vaso lleno de vino
drogado: lo da a beber hasta las heces a todos los malvados de la tierra"
"La copa de la ira". Se trata de un vino de mezclas variadas y que bebido en
cantidad, hasta la última gota con sus residuos, provoca náuseas y
vómitos... hasta quedar, el que lo bebe, reducido a la nada. El juicio ha
entrado en su fase ejecutiva. La copa ya ha pasado por los labios de los
impíos de la tierra. Hay que beberlo totalmente porque el juicio es eficaz y
total.
En Jer 25,15-17 el juicio hiere a las naciones que oprimían a Israel. En el
salmo es a nivel universal. Yavé debe retomar entre las manos a todo el
mundo desde el punto ético y humano. Un mundo que parece escaparse de
su autoridad. "Nosotros hemos dado a beber a los enemigos la copa de
muerte que provoca la confusión, la desgracia y el oprobio" (poeta árabe).
En el salmo anterior el silencio de Dios había hecho mella en el alma del
salmista. Daba la impresión de que Dios les había abandonado
definitivamente. Los enemigos se estaban aprovechando de esta situación.
"Una noche reté a Dios a que, si existía, se declarase. Quedó mudo y
nunca volví a hablarle... Yo estaba muy contenta de que no existiera" (S.
de Beauvoir).
Dios se ha manifestado en este salmo haciendo justicia. Por eso el salmista
105
está feliz y contento.
v. 10-11. "Pero yo siempre proclamaré su grandeza y tañeré para el Dios
de Jacob: derribaré el poder de los malvados, y se alzará el poder del
justo"
El salmista no dejará de cantar a este Dios justo, protector de Jacob, pueblo
de Israel, que sabe restablecer, en el momento oportuno, la justicia al
ensalzar a los oprimidos y al humillar a los opresores injustos.
En cuanto este juicio implica un orden nuevo, universal, es siempre del
futuro. Pero la fe y la esperanza lo adelantan al presente. El salmista en su
devoción, como Ana en su cántico (1 Sam 2, 1-10) y María en el
Magníficat (Lc 1, 45-55), vive ya en su momento la experiencia de la
justicia futura. Y con él, como en prenda, lo viven también los justos. Y el
reino de la justicia se va realizando, lentamente y en silencio.
ORACIÓN
"No alcéis la testuz contra el cielo"
El cielo es la esfera donde Tú estás, el lugar de tu presencia. El cielo no es
algo distinto de ti, eres Tú mismo. Ese cielo maravilloso tiene un pórtico
que llamamos firmamento: con el sol, la luna y millones de galaxias en el
espacio. ¿Quién no se ha estremecido alguna vez en el silencio de la noche,
contemplando el parpadeo de las estrellas? ¿Quién no se ha conmovido al
constatar que todas esas criaturas son obra de tus manos?
Y sin embargo hay personas a quienes el cielo no les dice nada. Ni se
asombran, ni se admiran, ni se motivan. Incluso algunos, más osados, alzan
la cabeza en actitud altiva y en plan desafiante. Son unos insensatos. Señor,
haz que caigan en la cuenta de su error para que se conviertan y cambien de
actitud.
"El Señor tiene una copa en la mano"
Señor, me llena de pavor el pensar que esa copa, como en el caso del
salmo, está llena de ira y de cólera, preparada para darla a beber a los
malvados.
Recuerda que Tú bebiste en Getsemaní la copa de la amargura hasta las
heces. Tú has bebido esa copa con amor para evitar que los pecadores la
bebieran con dolor. Tú has tomado en tus manos la copa de la salvación y
la has ofrecido a tu Padre-Dios en satisfacción de los pecados del mundo.
Un día resucitaste y alzaste sobre el mundo la copa de la auténtica
felicidad. Tú nos llamas a beber de esa misma copa en el cielo. Mientras
tanto danos cada día fuerza para beber la copa del amor sincero y
desinteresado; la copa de la solidaridad; la copa de unas vidas ofrecidas y
derramadas en favor de nuestros hermanos.
"Yo siempre proclamaré tus grandezas"
Hay días en los que me siento feliz y contento. Me dan ganas de alabarte,
de darte gracias, de proclamar tu gloria. Pero otros días no tengo ganas de
nada. Me cansa la vida; me aburre, me hastía. En esos momentos ni
siquiera me acuerdo de ti. Dame, Señor, ganas de alabarte todos los días; de
agradecerte todos los días y de proclamar por siempre tu grandeza.
FRASES
"Este salmo opone al influjo del orgullo el remedio de la humildad;
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consuela a los humildes con la esperanza". (S. Agustín)
"La historia de la humanidad hasta el tiempo presente es la historia de la
adoración de los ídolos, desde los primitivos ídolos de arcilla y de madera,
hasta los modernos ídolos del estado, del jefe, de la producción y del
consumo, santificados por la bendición de un Dios idolizado". (E. Fromm)
"Dios opera ante todo y en esto Él revela ser Dios, haciendo suya la causa
de los oprimidos, de los últimos, de los olvidados. Dios se revela como
quien suscita y crea a un pueblo que antes no era pueblo. Mientras otros
dioses avalan las victorias de sus pueblos, es propio del Dios único
intervenir en el corazón del abandono y del olvido. Así, la revelación se
inicia con el más aplastado de los pueblos que pasa proféticamente desde la
opresión hasta la libertad". (J. Cardonnel)
PREGUNTAS
1. El salmista nos habla de un Dios en quien hay que saber esperar. En los
momentos de duda, de oscuridad, ¿sé acudir a Dios con confianza?
2. En el grupo o comunidad en la que vivo siempre hay cosas que me
parecen injustas. ¿Sé descubrir la verdad en un encuentro sincero y
comunitario con la palabra de Dios?
3. Desde mi experiencia de fe, ¿qué les digo a tantas personas que dudan de
Dios porque no actúa de un modo inmediato y fulminante en este mundo?
ÍNDICE
Salmo 51: "Yo reconozco mi culpa" 10
Salmo 52: "El amor de Dios dura por siempre"
18
Salmo 54: "El Señor me sostiene'
26
Salmo 55: "He puesto en ti mi confianza" 34
Salmo 56: "En Dios confío y no temo"
44
Salmo 57: "En Yahvé me cobijo"
52
Salmo 58: "Hay un Dios que hace justicia" 60
Salmo 59: "Dios mío, líbrame de mis enemigos" 68
Salmo 60: "Con Dios haremos proezas"
78
Salmo 61: "Te invoco desde el confín de la tierra"
86
Salmo 62: "Sólo en Dios descansa mi alma" 94
Salmo 63: "Mi alma está sedienta de ti"
102
Salmo 64: "Protege mi vida del enemigo" 110
Salmo 65: "Tú mereces un himno en Sión" 118
Salmo 66: "Qué admirables son tus obras" 126
Salmo 67: "Que todos los pueblos te alaben"
136
Salmo 68: "Nuestro Dios es un Dios que salva" 144
Salmo 69: "Con el agua al cuello"
154
Salmo 71: "No me abandones ahora que soy viejo"
164
Salmo 72: "Que defienda a los pobres"
174
Salmo 73: "Mi felicidad es estar siempre junto a Dios" 184
Salmo 74: "Acuérdate de tu comunidad"
194
Salmo 75: "Dios - Juez Supremo"
204
107
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