D o m in g o marzo del domingo »Colombiano Etter: WtsoN Darío Daza Restrepo D im e q u é visa tie n e s y te d iré qu ién eres U n s ig l o d e l M A p re n d a a m a n e ja r los m e d ic a m e n to s El le c to r p re g u n ta A p re n d a có m o guardarlo s para q u e n o se d e te rio re n . El m e jo r botiquín n o es el m e tá­ lico, es el de m adera. C o n o zc a las particula­ ridades de cie rto s rem e dios que necesitan condiciones especiales para to m a rs e. Tenga siem pre en cu enta los riesgos d e la a u to m e dicación. ■ C o n s u lto rio resp ondido p o r e x p e rto s que aclaran in quie­ tudes. o n a s t e r io de Sa n Jo s é , d e B El ajo co m o re m e d io para la fie bre . C o lu m n a fu tu rista. la s C a r m e l it a s D El Papa, p e re g rin o e n T ie r r a S a n ta Junto a la paz, o t r o tem a de este viaje s e r* c ó m o m e jo ­ r a r las relacio nes e n tre las tr e s g ra n d e s r e lig io n e s m onoteístas: judaismo, cris­ tianism o e i iamismo e s c a lza s E l p a lo m a r H A B IA R DE clausura en el año 2(XX) I v en la era de ¡aglobalización I suena absurdo, pero es una ' realidad que viven las Carmelitas Descalzas de SanJosé -con sede en Girardota-. Hasta su encierro saturado de oracióny silencio llegan ecos de la violenciay de los problemas mundanos d e la c o n te m p la c ió n afianzó mis pies sobre roca y aseguró mis pas«»s". Ore, ore, y ore: por los sacerdotes, por los qui­ no rezan, por las necesidades del m undo. Y para crear el am biente propicio., silencio y soledad en grandes cantidades. ¡ A la b a d o s e a J e s u c r is t o ! ¿Pero es que 437 años después del nacim iento U s cinc» monjas partieron de Medellín, a las cinco de la orden, y en un planeta que habla de apertura de la mañana, en tres coches de caballos. “Dieron el y com unicaciones, ese estilo de vida no está m an­ último adiós a su querido monasterio, evocando dado a recoger? ¿No^se m uere uno de tedio o aquella frase- de Santa Teresa: Ya es hora de tristeza en esc encierro? caminar". las acompañaban sacerdotes, m m , Es cuestión de inclinación por algunos familiares y bienhechoras de la la vida contem plativa (requiere orden. Salieron por la carrera Palacé. En un enorm e equilibrio sicológico). LA V IIIA cL trayecto contemplaron el encanto de De creer en el poderde la oración ilt‘ o r a c ió n “la corriente de agua del Kío Medellín y (la gente llama a pedir «pie recen p o rm a n m hermosas casa de campo", Una hora o a confirm ar «pie l«»s ruegos dan después llegaron a su nueva residencia, in ta c ta . p o ro a resultado). De percibir «pie la v«taún sin terminar, en la calle 10 de El cación (todavía la hay) capacita y p a r t i r tlol «pie Dios llena el vacío «pie dejan Poblado. Ilulx>Tc Dcum. misa, renova­ ción de votos, coplas al Sagrado Cora­ V a tic a n o I I lilS las renuncias terrenales. zón y notas al órgano. c a r m e lit a s E l destape Fue hace cien años. IJn 18 de m ar/». Con la m adre María Rosa Y ¡ V d l S il “Dichoso el hom bre que ha puesto de San Juan de la Cruz al frente del su confianza en el Señ«tr..." p ro p io s ¡ Dichos«». ¿Pero c«>n clausura grup». I '11 m anuscrito, con tinta y cncahador, lo relata. ••doslapt*** papal y aislam iento a Unía pruc ha? ¿Ilasta cuándo? . Al día siguiente inauguraron ese "palomarciio de la Virgen" de las la esencia nocámbia. Sin em bar Carmelitas IX-scalzas de San José (así lla- g«>. gracias al Concilio Vaticano II y a sus aires de malta Sania Teresa, la fun<ladora. los claus­ renovación, estas carmelitas lian vivido su propio tros). Tendría 11 patios y muros de tapia “destape". pisada. Por crecimiento de la ciudad, y Se despejaron las caras. Desapareció el velo «pu­ después de una mudanza (al barrio l*ro-‘ las cubría y estim ulaba, años ha, la pregunta de un venza), se localizaría -en l‘W2- en una niño: “¿cuál es el lado derecho suyo, madre?" colina de Girardota. No existían comu­ Se enterraron los cilicios y las «iisciplinas. ,\bnidades contempla! ivas en esa diócesis. negaciiui mas n<> m ortificación, “caridad frater­ na, m isericordia y no sacrificio", es la clave. ¡A e s t a s a l t u r a s ! Se acabaron las escenas de religiosas aterroriza Descalzas... por pertenecer a la re­ das por el ruido para ellas no identificable- de un forma de la Descalcez, iniciada |>or avión. Y la posibilidad «Ij- qué una inoiija m uriera l-'elipc II y el Cardenal Cisneros, en de peritonitis -como «le hecho sucedi«>, m ientras Ivspaña. Visten hábito y sandalias llegaban los perm isos para trasladarse a un ceñ ­ cafés, son tic clausura y practican I; ir«» hospitalario. iim en forma perniatici! “El \sv indinó y escuchó mi grito. .M A R G A R IT A IN É S RESTREPO S A N T A M A R lA D o m i n g o m a rzo 1 9 2 0 0 0 del domingo . . 2D Clausura sin velos Con tanto silencio se ven más lar­ gos los corre­ dores. ► (imtinuarión Llegaron... El teléfono -para lo indispensable-. El computador -apoya tareas de contabilidad, por ejemplo-. Los periódicos El Catolicismo y L’Osservatore Ro­ mano. La internet -ya tienen e mail-. Los videos de formación, música vidas de santos. Y la televisión, pero no para Betty la fea, sino "pata anoticiarse", en dosis semanales. Además, hay asambleas, intercambios y bo­ letines, entre monasterios co­ lombianos. Una reja blanca ocupa el lugar del tomo o especie de ventanúa de contacto con el exterior, que permitía el paso de la voz pero no de la imagen. A la estereotipada oscuridad conventual, se le sobreponen montones de luz y de zona ver­ de que “se asoman" por los ven­ tanales. Y a ese vivir sólo de limosnas (todavía existen donantes) y de dotes aportadas por cada her­ mana (ya no son requisito), se le agregó un "hay que rebuscarse la papa". Saben que de salmos y meditaciones nadie se sostiene. Siembran parte de los alimen­ tos. Hacen ornamentos -bordados o con aplicaciones-, escapu­ lario^, imágenes religiosas, tar­ jetas, pergaminos. Era de fama su parva -los “calaos" o tostadas. pero era tal la avalancha de pedidos que tuvieron que sus­ penderla para no robarle tiempo a la oración. T o d o ba jo co n t r o l ¿El estrés lo mata? ¿De hacer fuer­ za por destacarse está a punto de infarto? En el impecable monasterio del norte del Aburrá -con muros de ladrillo, paredes blancas y corredores en calma- es menor la velocidad de las palabras, los movimientos y los desplazamien­ tos. Junto a iconos religiosos (San.José, Santa Teresa, las Vír­ genes del Ebro y del Carmen). En las salas de atención al públi­ co, con rejas en el medio. En la biblioteca. Y en un pequeño patio interior con bifloras y un bronce de San José con el Niño que -al igual que la campana que convoca- hace un siglo las acompañan. En ese claustro la naturaleza empata a la perfección, el acelere y el desespero no caben y los predicadores de fórmulas tipo “cómo ser el número uno en..." no tienen status. Las 21 integrantes de la co­ munidad se turnan los trabajos y cada una aporta lo que sabe (cantar, interpretar un instru­ mento, cocinar, pintar, hacer manualidades). Todo parece bajo control -in­ clusive las visitas de la muerte- en ese “palomar" por el que sólo han pasado cincuenta religiosas en cien años. “Defended al pobre y al indi­ gente... Haced justicia al humilde y al necesitado", se escucha... Más allá de la huerta, con yuca, naranja, mandarina, aguacate, maíz, chirimoya, cebolla, habi­ chuelas, moras y matas de parra. Del gallinero. Y de una quebrada v de una Virgen con los pastorcitos de Fátima. Sobrevuelan carpinteros, car­ denales, canarios, mayos, tomi­ nejos, colibríes, tórtolas, azulejos; y andareguea Toby, el perro ne­ gro, siempre en guardia. Fuentes de consulta Religiosas María Elena Bemol Gabriela Rodríguez y Marta Lucia Cadavld. Documentos: Las Carmeli­ las Descalzas en El Poblado y Glrardota ■primer centenario-, de Rafael Mejta Maya, padre carmelita. Memorias del Monasterio de las Carmelitas de SanJosé. Esa compono lleva un siglo con las carmelitas del Monasterio de San José. Ella es la que convoca. Existen espacios de encuentro individual con la Biblia y otros de oración comunitaria, en el coro. Oración, silencio y soledad son constantes en la vida de clausura. Pero también hay momentos para recrearse en contacto con la naturaleza y la palabra. S ie te veces siete tolo Ju an A n t o n io SAn cm ez Hay que rebuscarse la papa. ¿Una fórmula? Vender manualidades. Hacen ornamentos e imágenes religiosos. ¿Qué hace uno en un monasterio de páginas espirituales-. clausura todo un dia? La oración es la base. • ¡No hay tregua! ¡Actividades a la vista! De • Son las 4:55 de la mañana. ¡Es hora de 3.05 a 5:30 p.m. Luego, a rezar Vísperas en levantarse, hermanas! la iglesia. Una hora de oración. Maitines. La • 5:30 am. Las esperan en el "coro" cena, a las 7:00. Y entre 7:30 y 8:30. (capilla) para cantar los Laudes. Empa­ segundo espacio para la recreación. ten oración y misa. • La noche llega. En el coro se entonarán • Desayunen. Y hacia las 7:45 u 8:00, Completas. Habrá 30 minutos de recogi­ tiempo para diversas actividades (co­ miento individual y una última aparición en cina, costura, pintura, aseo del edificio, la iglesia, a las 9:30. atención a la gente). Desde la priora • La jomada concluye a las 10. en una celda hasta la recién entrada. que es el espacio donde la religiosa ora. • Vuelvan a! coro a rezar Tercia. Y trabaja, descansa, y recuerda su espíritu de empaten con media hora para la Biblia, 'ermrtaña... Junto a una tarima con cruz en en las celdas. la cabecera, una silla, una mesa y una • A las 9:35, regresen a sus oficios. Y a las ventana que la conecta con la naturaleza. 11:40, pasen al templo, para entonar la • Esa rutina se repite, con pequeños cam­ Sexta e invertir cinco minutos en exa­ bios el domingo. Los siete días incluyen men de conciencia. siete sesiones de rezo comunitario y silen­ • 12 en punto: almuerzo listo. “Frieguen" cio en abundancia platos. Y. de 12:30 a 1:30, ¡a recrearse! • Y hay días especiales... El "franco", con Hablar, caminar por la zona verde, jugar permiso para hablar durante el almuerzo. ping pong, voleybol y badmington. El del aniversario de bautismo o de la • Visiten el Santísimo y retírense a sus profesión -en solitario-. Y el del "desierto” habitaciones -lectura, descanso-. En­ -cuando después del desayuno, ninguna cuéntrense, una vez más. en la capilla, vuelve a ver al resto de hermanas-. para la Hora de Nona. Y vuelvan a sus Tal parece que en el monasterio no queda aposentos -las espera un menú de tiempo ni para malos pensamientos. V 2 8 3 8 3 8 3