MICROEDITORIAL El dictamen de la Defensa Pública y la responsabilidad del Poder Judicial. Edición No. 2 Publicación del Centro de Derechos de Mujeres • Septiembe 2004 El Sentido Común y las Investigaciones Científicas frente a las Aberraciones E ncontramos opiniones que no requieren de nosotras mayores conocimientos para saber que son incorrectas; desde el inicio, estas opiniones nos hacen sentir que algo anda mal y nos llevan a preguntarnos qué hay detrás de aquello que se nos presenta como verdad. En el ámbito de los juicios en materia penal, cuando se tiene acceso a un expediente de violación y se estudia el abordaje que algunos médicos dan a este tipo de casos, el sentido común no puede creer lo que ve, nos obliga a buscar otras fuentes más especializadas y profesionales y es entonces cuando no se encuentran explicaciones o fundamentos para tal abordaje. Y esta fue la experiencia que tuvimos con un caso en el cual dos jóvenes mujeres habían sido violadas por diez muchachos. El juicio está lleno de puntos oscuros y actualmente sujeto a una solicitud de nulidad, pero de manera especial nos llamó la atención el tratamiento y dictámenes del médico de la defensa pública. Las opiniones del médico dan elementos a la defensa para plantear que, como no hay lesiones paragenitales en las víctimas, hubo lubricación y por lo tanto, existió consentimiento: sin lesiones “porque hubo lubricación” hay consentimiento y no hay violación. Al respecto, y buscando opiniones más profesionales citamos lo que se establece en la publicación “Understanding Sexual Violence: Prosecuting Adult Rape and Sexual Assault Cases” (video library, volume 1: Presenting Medical Evidence in an Adult Rape Trial; Nacional Judicial Education Program; USA): “¿Es la lubricación el primer signo de la respuesta sexual en las mujeres? Alguna vez se pensó que ésto era cierto. Sin embargo, la gran cantidad de investigaciones realizadas en el área de la respuesta sexual humana nos permite saber que ésto no es necesariamente cierto. La lubricación puede ser un elemento de respuesta Es motivo de preocupación que una hipótesis, para llamarla de alguna manera, como “sin lesiones »porque hubo lubricación« hay consentimiento”, se constituya en uno de los argumentos preferidos de la Defensa Pública, instancia que depende del Poder Judicial, y permita establecer que no hay delito de violación. ¿Cómo el Poder Judicial permite un manejo tan inapropiado y carente de rigurosidad científica? En la defensa de los agresores sexuales basada en cualquier medio, como la utilización de este tipo de argumentos, se afecta la forma en la que se administra justicia en nuestro país y peor aun, se perjudica a muchas mujeres. El Centro de Derechos de Mujeres piensa que el Poder Judicial tiene la obligación de erradicar de sus oficinas influencias como la que exponemos. ¿Cuándo se hará algo? Continuamos esperando. sexual pero también puede ocurrir en forma independiente como una reacción física puramente automática. Es importante reconocer que la respuesta sexual consensual incluye componentes físicos y sicológicos. Una respuesta fisiológica es una respuesta corporal involuntaria a un estímulo sensorial que puede tener como resultado un mayor flujo sanguíneo hacia el área pélvica.” La lubricación NO necesariamente significa consentimiento como se puede apreciar en los ejemplos que se relatan a continuación: Caso 1: Personas Extrañas El cuerpo humano está preparado para responder a estímulos que re- Lea en este número: El juicio paso a paso–pág. 2 | Cronología de un proceso–pág.2 y 3 | Entrevista exclusiva: David Romero Ellner y sus contradicciones–pág. 4 cibe a través de los cinco sentidos. En el caso de un extraño que entra forzosamente a la casa de una mujer, la ataca y empieza a tocarla o a presionar sus genitales, en muchas situaciones como ésta el cuerpo responderá automáticamente al estímulo. La sangre comenzará a correr por los vasos pélvicos y empezará a darse algo de lubricación. Está teniendo una respuesta fisiológica puramente automática. Hasta es posible que el miedo pudiera incrementar la respuesta automática. En momentos de temor y amenaza de daño corporal, el sistema nervioso simpático se activa y moviliza las respuestas de “lucha, escape o parálisis”. Estas respuestas colocan a la persona en una modalidad de supervivencia. Cuando ello ocurre, se descargan neuroquímicos que estimulan al cuerpo para que éste envíe sangre a los grupos de músculos grandes y a la pelvis; también incrementan la presión sanguínea, la respiración y el pulso cardíaco. El aumento en el flujo sanguíneo hacia la parte baja del cuerpo podría incrementar aún más la vasocongestión y tener como resultado una mayor lubricación. Caso 2: Las partes han tenido algún contacto íntimo consentido La mujer experimenta tanto una excitación fisiológica automática como una excitación subjetiva -una respuesta emocional positiva- y éstas se refuerzan mutuamente. Su cuerpo empieza a lubricarse como parte de una relación sexual consentida. Si a la mujer se le exige un coito contra su voluntad, su psicología cambia. El temor, la cólera o la incredulidad impiden o desbaratan la respuesta emocional positiva. Pero este cambio en la respuesta emocional no impide la respuesta fisiológica automática. La bóveda vaginal no se seca cuando el hombre exige el coito. Ello no significa que la mujer haya seguido respondiendo sexualmente a él. El fluido lubricante ya estaba presente; comenzó como parte de la respuesta sexual consensual y no se detiene. El cuerpo continúa su respuesta fisiológica al estímulo físico.” Siguiendo la línea de pensamiento descrita, la lubricación vaginal no es un elemento o circunstancia que sirve para determinar si existió o no existió una violación. Sin embargo, con este argumento, el abogado defensor de los violadores solicitó revocatoria de auto de prisión al juzgado de letras de lo criminal; esta petición fue denegada bajo el argumento siguiente: “CONSIDERANDO: Que el argumento hipotético de la defensa en cuanto a que la lubricación de la vagina en la mujer es indicativa del consentimiento del acto sexual, a criterio de este Juez es una opinión subjetiva y no aplicable a todos los casos de violación; el consentimiento de un acto, cualquier acto que sea, no puede demostrarse únicamente cuando media una reacción corporal, el consentimiento obedece también a factores emocionales, intrínsecos de la persona. Es evidente que la lubricación en la mujer es una reacción corporal estimulada por diversos factores, pero ello no implica, en opinión del Suscrito, que necesariamente consienta un acto sexual, puesto que esta es una decisión que tiene que ver con la libertad sexual, la libertad que la ley otorga al individuo para consentir o no ese acto.” Parecía que con esta última opinión, confirmada por la Corte de Apelaciones, finalizaban las sorpresas contenidas en el expediente. Sin embargo, a la hipótesis anterior, el facultativo de la defensa pública agregó un elemento más: las dimensiones del pene de los violadores debieron de haber dejado “suficientes evidencias de lesiones por mecanismo de fricción sin lubricación (en contra de voluntad)”. Si esta afirmación es discutible por la ciencia y el sentido común, lo que ya no tiene sentido alguno es el hecho de que, además de estar considerando el tamaño del pene, los miembros masculinos fueron medidos dos años después de ocurridos los hechos. ¿Con qué fin? Entonces, ¿un agresor con un pene pequeño no es un violador? Expresamos un rotundo NO a este tipo de abordajes, que es validado cuando vemos estas opiniones circulando en los juzgados de lo criminal y en la Facultad de Derecho de la UNAH y cuando los defensores públicos se fundamentan en estos dictámenes periciales para absolver agresores sexuales, aumentando la bolsa de la impunidad en el tema de violencia contra las mujeres. Queda en manos de la Corte Suprema de Justicia dignificar la aplicación de la justicia en nuestro país. Los síntomas y efectos de la violación La naturaleza violenta de la violación se evidencia en daños físicos y emocionales que las mujeres viven como un acto brutal y atroz contra su integridad de ser humano. n Aparecen sensaciones de no sentirse a gusto con el propio cuerpo. Algunos de los síntomas físicos y psicológicos más comunes y que se presentan después de un evento traumático como la violación, el incesto y el abuso sexual, son: n Se presentan fobias y comportamientos compulsivos. n Sobreexcitación fisiológica que mantiene al cuerpo en estado alerta de forma permanente produciendo trastornos del sueño. n Incapacidad de confiar en otras personas o exceso de la misma. n Pensamientos, recuerdos o emociones que se dan en la vigilia y en el sueño a través de pesadillas; estos recuerdos se reexperimentan con la misma intensidad de cuando fueron vividos durante la violación. n Miedos y temores. n Muchas personas ante el ataque se paralizan y entran en “shock”; este estado no les permite reaccionar y defenderse. El miedo vivido paraliza a la persona. En especial, esta respuesta, tan presente en los abusos sexuales, no ha sido analizada y reflexionada adecuadamente en los procesos judiciales. n Se pueden dar alteraciones de la conciencia produciendo situaciones parecidas a las hipnosis: “es como una especie de auto-hipnosis, en donde existe una suspensión del juicio critico” (Herman, citado por Batres, l997 pág. 49). Es decir que se pierde el sentido del tiempo y de la ubicación corporal, es como si el evento ocurriera o se estuviera viendo fuera del propio cuerpo. n Las sobrevivientes de violación, a menudo, empiezan a recluirse después del evento traumático. Estos síntomas han mantenido a millones de mujeres dentro de su casa, inactivas y aisladas. n Se padecen desórdenes alimenticios. n Pensamientos e intentos suicidas. n Depresión. n Culpa y vergüenza. Los derechos de las sobrevivientes de violación y otros abusos sexuales Estos derechos deben ser exigidos por las sobrevivientes de una violación y ser garantizados por las autoridades que conocen de estos actos. Además, pueden ser una pauta importante para permitir el verdadero ejercicio de derechos y un camino para lograr cambios en los procedimientos policiales, judiciales, fiscales, forenses y hospitalarios. Algunos de los más importantes son: n Ser tratadas con dignidad y respeto especialmente por el personal de la Policía, del Ministerio Público, de Investigación, Judicial, Forense y de Salud. n Ser interrogada sobre aspectos relevantes para el proceso judicial o para el tratamiento médico. Las preguntas no deben cuestionar o referirse al comportamiento de la persona afectada, ni incluir prejuicios de índole moral o religioso o permitir una actitud que ya esté juzgando anticipadamente. n Es muy importante hacer las preguntas necesarias para establecer los hechos de la violación, evitar relatos repetidos y concernientes a la vida privada de la sobreviviente. n Ser considerada como sobreviviente de violación independientemente de la relación que se tenga con el agresor. Ser tratada con la misma credibilidad que un sobreviviente de cualquier otro delito. n Recibir información sobre procedimientos legales. n Recibir una pronta y efectiva acción policial para arrestar al agresor y acusar al agresor/es. n Tener las mejores posibilidades para recoger las pruebas que le servirán en los juzgados, especialmente de parte del personal de policía y del hospital. n Ejercer el derecho a reclamar una indemnización o responsabilidad civil del agresor/es. n Mantener su nombre e identidad fuera de los medios de comunicación. n Que se le brinde seguridad para que le puedan ayudar a sobrellevar sus miedos de otra agresión futura. Los juicios orales y el delito de violación El Código Procesal Penal en el Artículo 308, establece que cuando una víctima de violación considera que su intimidad personal o familiar o la de los testigos se podrá ver afectada por el juicio oral y público, el Fiscal o Acusador Privado que la representen podrán pedir una audiencia parcial o totalmente privada. Factores de Riesgo en Violencia Doméstica Armas • Amenazas • Estrangulamiento • Celos constantes • Relaciones sexuales forzosas La única manera segura de determinar la presencia de estos factores de riesgo es por medio de entrevistas minuciosas e integrales a la víctima. Si atiendes casos de violencia doméstica: Pregunta & Documenta Los cinco principales factores de riesgo Los números en paréntesis indican el factor por el cual aumenta el riesgo de homicidio de una víctima de violencia doméstica en relación con otras víctimas de violencia doméstica. Por ejemplo, si el abusador ha usado armas o amenazado con utilizarlas, el riesgo de que la víctima de violencia doméstica sea asesinada es 20.2 veces mayor que el riesgo de una víctima promedio de violencia doméstica. 1 ¿Alguna vez el abusador ha usado o amenazado con usar una pistola, un cuchillo u otra arma contra la víctima? (20.2x) 2 ¿Alguna vez ha amenazado con matar o lastimar a la víctima? (14.9x) Documenta citas completas y exactas de las amenazas. 3 4 5 ¿Alguna vez trató de estrangular (sofocar) a la víctima? (9.9x) ¿Es el abusador celoso en forma violenta o constante? (9.2x) ¿Alguna vez el abusador ha forzado a la víctima a tener relaciones sexuales? (7.6x) El Departamento de Justicia de los Estados Unidos ha recopilado varios estudios en una lista de evaluación de letalidad de 17 factores de riesgo para un homicidio por violencia doméstica. Siempre se debe recordar que todas las víctimas de violencia doméstica se encuentran en un mayor riesgo de ser asesinadas. n No se deben descartar como “simples palabras” las amenazas de matar o lastimar. A todas las víctimas se les tiene que preguntar sobre las amenazas que hayan recibido y todas éstas deben ser citadas exactamente y en detalle. Las amenazas de matar o lastimar constituyen un delito. n Con mucha frecuencia, los y las operadores de justicia que atienden víctimas no preguntan sobre la violencia sexual en la relación. La violencia sexual es un trauma grave y un alto factor de riesgo para un homicidio por violencia doméstica. Hay que dejar atrás la timidez. ¡Se debe preguntar! n La escala de letalidad del Departamento de Justicia de E.E.U.U. trata sólo los factores dentro de la relación. Otros estudios han encontrado que factores externos a la relación -como la calidad de la respuesta previa de las fuerzas de seguridad o de los tribunales- están vinculados a una futura letalidad. n De nuevo, la clave para descubrir estos factores es la misma: una entrevista minuciosa e integral a la víctima. Reservados © todos los derechos, Marie De Santis, Women’s Justice Center, www.justicewomen.com [email protected] Si desea conocer más, visite nuestra página web: http:// rds.org.hn/cdm Esta es una publicación del Centro de Derechos de Mujeres, organización que trabaja en la defensa y promoción de los derechos de la mujer. Col. Lara Norte, Calle Lara, No. 834, Apdo. Postal 4562, Tegucigalpa, Honduras. Tels/fax: (504) 221-0459 y 221-0657 e-mail: [email protected] Diseño: Comunica Los cinco principales factores de riesgo para un homicidio por violencia usualmente no dejan evidencias físicas. En realidad, de estos elevados factores de riesgo a menudo no queda siquiera una marca visible.