84 CIENCIAySALUD CALEIDOSCOPIO José María Fernández-Rúa SÍNDROME X FRÁGIL G racias a un ingenioso método de screening y a la mosca de la fruta (Drosophila) —tan querida por los investigadores de cualquier disciplina—, un equipo de científicos estadounidenses de la Universidad de Emory , en Atlanta, ha conseguido identificar algunas drogas que revierten el síndrome de X frágil. Este síndrome es un trastorno hereditario del cromosoma X y es la causa más común de retraso mental, aunque también está asociado a la aparición de autismo. Estos investigadores, coordinados por Stephen Warren, fueron los protagonistas del hallazgo, hace ya más de diecisiete años, del gen defectuoso que origina este síndrome (FMR1). Según estimaciones no oficiales, una de cada seis mil mujeres y uno de cada cuatro mil varones en el mundo sufren retraso mental debido a la pérdida funcional de una proteína que resulta afectada por las alteraciones de ese gen. Sin esta proteína conocida por las siglas FMRP, las conexiones neuronales no se realizan de forma adecuada y los niños afectados no llegan a desarrollar algunas funciones cognitivas. Aunque hay que dejar muy claro que este estudio del profesor Warren, publicado en «Nature Biology», es una investigación básica, de lo que no hay duda es de que abre las puertas a la consecución de un posible tratamiento terapéutico para esta enfermedad para la que, por el momento, no existe ninguna medicación. Cerca del 80 por ciento de los casos están aún sin diagnosticar. SÁBADO 4Š10Š2008 ABC A vueltas con la menopausia En el tratamiento de la menopausia puede que los riesgos estén más relacionados con la vía de administración que con el fármaco. Esa es la propuesta de un estudio que concluye que la aplicación vaginal de hormonas protege frente al infarto N. R. C. MADRID. Durante años muchas mujeres encontraron alivio a los síntomas de la menopausia con la ayuda de la terapia hormonal sustitutiva. Con ella se reducían los sofocos, los cambios de humor, el riesgo de fractura ósea y las alteraciones de la libido. Pero desde que se conocieron las primeras sospechas sobre sus riesgos muchas mujeres han quedado en el limbo de la indecisión. Dudan entre mejorar su calidad de vida o sumar más peligro de cáncer de mama o enfermedad cardiovascular. El estudio más importante que levantó las sospechas fue el «WHI» («The Womens´s Health Initiative»), un trabajo realizado en Estados Unidos. Los ginecólogos europeos advierten que los fármacos prescritos en Europa tienen menos riesgo. Pero el miedo y la incertidumbre persisten. Ahora un nuevo estudio añade más confusión a un tema que aún no ha logrado el acuerdo de todos los médicos. Esta vez se trata de una investigación europea, realizada en Dinamarca con casi 700.000 mujeres sanas entre los 41 y los 69 años. Durante seis años (entre 1995 y 2001) se siguió su evolución, aunque no fue presencial. Los autores del estudio, publicado en la revista de la Sociedad Europea de Cardiología. no vieron a las pacientes. La investigación se elaboró con la información de los registros de la administración sanitaria. Al término del estudio no se halló un mayor riesgo de tener un infarto en las mujeres que seguían el tratamiento hormonal de la menopausia, al compararlo con las que no lo tomaban. Pero, sobre todo, el dato más sorprendente es que comprobaron que las mujeres tratadas con hormonas con parches a través de la piel o por vía vaginal redujeron el riesgo de infarto en un tercio. No sólo no suponía un riesgo sino que, de alguna manera, estaban más protegidas. Resultados «sorprendentes» El ginecólogo Javier Ferrer, presidente de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia, califica estos resultados de «sorprendentes». «Son datos que debemos tomar con todas las cautelas. Para empezar no se trata de un ensayo clínico, no especifica el tipo de tratamiento y, por último, la absorción vía vaginal es muy pequeña», dice. El estudio danés coincide también con los datos más recientes que maneja la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia. «Las mujeres con tratamiento hormonal sustitutivo de menos de 60 años no asumen más riesgos de enfermedad cardiaca que en el resto». Ferrer sí reconoce que existe más riesgo de sufrir un tromboembolismo, la formación de un coágulo de sangre en el interior de las venas que puede viajar hacia el pulmón. «Es excepcional, pero el riesgo existe. Como sucede con los accidentes de aviación. Es muy raro que se caiga un avión, pero a veces ocurre». Tomar o no tratamiento hormonal, he ahí el dilema ABC Disminución del deseo sexual y extirpación de los ovarios La falta del deseo sexual no sobreviene sólo con la llegada del climaterio. Las mujeres más jóvenes que pasan por una cirugía para extirpar los ovarios también sufren alteraciones de la líbido. Es lo que se conoce como menopausia quirúrgica. La falta de deseo se produce en siete de diez cada mujeres, según acaba de comprobar el estudio Diana. En este trabajo, presentado esta semana en el X Congreso Nacional de Menopausia, han participado 1.083 mujeres con menopausia quirúrgica. Detrás del desinterés por el sexo, de los problemas para excitarse y de llegar al orgasmo está la caída en picado de los estrógenos por la ausencia de ovulación y la aparición brusca de molestias vaginales. Los ginecólogos quieren sacar a la luz estos casos porque «pese al gran impacto que tienen en la mujer, la gran mayoría de los trastornos sexuales femeninos pasan desapercibidos en las consultas de ginecología», asegura el presidente de la AEEM.