inmigrantes latinoamericanos en los estados unidos de america

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INMIGRANTES LATINOAMERICANOS
EN LOS ESTADOS UNIDOS DE AMERICA:
DESAFÍOS Y OPORTUNIDADES
Óscar A. Chacón1
Nota: Este documento es de uso estrictamente personal; queda prohibida cualquier forma de copia, difusión y
distribución sin autorización expresa del autor o de la Organización del Congreso
Note: This document is of strictly personal use; there remains prohibited any form of copy, diffusion and
distribution without express authorization of the author or of the Organization of the Congress
1
Uno de los fundadores y actual tesorero nacional de NALACC. Funge también como director de Enlaces America, un
proyecto de la Alianza del Medio Oeste para las Necesidades Humanas y los Derechos Humanos, dedicada a la
capacitación y el asesoramiento de organizaciones de inmigrantes latinoamericanos en los Estados Unidos. Para mas
información sobre NALACC, por favor visitar el siguiente sitio web: www.nalacc.org
Línea I. Migraciones y Desarrollo
Inmigrantes latinoamericanos en EE.UU.: desafíos y oprtunidades
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Los inmigrantes originarios de America Latina y el Caribe se han convertido en el grupo mayoritario de la
población extranjera de hoy. La persistencia de prejuicios xenófobos y racistas, combinados ahora con el
creciente patrón de inseguridad económica que afecta a amplios sectores de la sociedad estadounidense,
producidos por el modelo económico global vigente; han venido empeorando el proceso de inserción política,
económica y social de los nuevos inmigrantes. La falta de entendimiento de la migración como un fenómeno
engendrado por el mundo cada vez mas globalizado en el que ahora vivimos, combinado con lo obsoleto de los
mecanismos de deliberación y adopción de política publica vigentes hacen muy difícil poder encontrar
soluciones justas y sustentables. Sin embargo, los inmigrantes de America Latina y el Caribe tienen un enorme
potencial de contribuir a soluciones innovadoras a los múltiples desafíos generados por las migraciones y los
migrantes de hoy; tanto en el país de origen, como también en el país de destino.
Como lo ha venido documentando el Buró del Censo en los Estados Unidos de América (EUA), la población nacida en el
extranjero de origen latinoamericano (y caribeño) ha venido creciendo continuamente a lo largo de los pasados veinte
años. De acuerdo al Centro Hispánico Pew, un centro de investigación sobre temas relacionados a las comunidades de
origen Latinoamericano, para el año 2005 se estimaba que la población total de extranjeros residiendo en los EEUU
ascendía a 35.8 millones de personas. De ese total, ellos estiman que 18.9 millones eran personas nacidas en America
Latina y el Caribe.
De acuerdo al Buró del Censo de los EEUU, el total de población extranjera que se estima que vivían en dicho país a
finales del 2005 representaba el 12.5% del total de la población, siendo el grupo de nacionalidades de America Latina y
el Caribe el mas grande segmento. Del universo de población extranjera que residía en los EEUU para finales de 2005,
el segmento latinoamericano y caribeño representaba aproximadamente el 55%. Del universo de nacionalidades
latinoamericanas y caribeñas, los mexicanos representaban aproximadamente el 58%.
Sin embargo, al combinar los extranjeros de America Latina y el Caribe que viven en los EEUU con los ciudadanos por
nacimiento de esta misma descendencia, el significado combinado de esta población con relación a la población total de
los EEUU asciende a 14.5% en términos porcentuales o a cerca de 43 millones de personas. El tamaño actual de esta
población le ubica como el segundo grupo étnico/cultural más numeroso después de la población blanca de
descendencia europea.
El crecimiento numérico neto de la población extranjera latinoamericana ha sido acompañado de una tendencia
descentralizadora en cuanto a lugares de asentamiento. El resultado de estas tendencias ha conllevado a que haya muy
pocos lugares en los EUA donde la presencia de población extranjera, especialmente latinoamericana (particularmente
de México), no sea obvia. Nuevamente, de acuerdo a datos del Buró del Censo estadounidense, a finales del 2005
habían al menos 40 estados o provincias que registraban al menos 3.5% de población extranjera. El estado de California
encabezaba la lista de estados con población extranjera con aproximadamente 27.3% de su población total. Virginia del
Oeste era el estado que reportaba la mas baja tasa de extranjeros, con el 1.2%.
Además de su impacto demográfico general, el impacto de la población extranjera en la población económicamente
activa es aun más marcado. De acuerdo al Instituto sobre Política de Inmigración (MPI, por sus siglas en Ingles), de cada
nuevo trabajador en las edades entre 24 y 55 años que ingreso a la fuerza laboral entre 1990 y el 2000, los extranjeros
representaron 50%. El mismo instituto hace una proyección para el periodo 2000-2020 en la cual se prevé que 100% de
los nuevos trabajadores en el rango de edad mencionado antes serán extranjeros.
El significado económico de la población de descendencia latinoamericana, incluyendo los nacidos en el extranjero, es
muy importante. De acuerdo a la revista “Hispanic Business,” la cual monitorea el significado económico de este
segmento de la población, el mercado latino significo cerca de $700 mil millones de dólares en el 2004. La misma revista
proyectaba en el 2004 que dicha capacidad de consumo rebasaría un millón de millones para el año 2010. La capacidad
de compra de la población hispana (extranjeros, al igual que los nacidos en los EEUU) es mayor que el Producto Interno
Bruto de muchas naciones incluyendo la India y Brasil; y muy cercano al PIB de Canadá. Indudablemente, este
segmento del universo de consumidores en los EEUU de America es muy codiciado, y explica el hecho que la vasta
mayoría de compañías proveedoras de servicios diversos ofrezcan servicios de atención al cliente en Español. Un
derivado de los ingresos y capacidad de consumo de la población hispana en los EEUU es la transferencia de miles de
millones de dólares de los Estados Unidos que sucede en la forma de remesas familiares a múltiples países de America
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Inmigrantes latinoamericanos en EE.UU.: desafíos y oprtunidades
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Latina. De acuerdo al Banco Inter-Americano de Desarrollo, America Latina recibió más de 45 mil millones de dólares en
remesas, principalmente de migrantes latinoamericanos que residen en los EEUU.
Nuevos extranjeros como amenaza cultural
A pesar de los múltiples impactos positivos que la población extranjera tiene en un país como los EEUU, el patrón de
crecimiento de esta población ha venido generando una fuerte reacción xenófoba y racista por parte de grupos que
aunque numéricamente pequeños, han logrado ejercer una gran influencia en el debate político nacional. La propaganda
anti-inmigrante tiende a enfatizar primeramente elementos de carácter cultural, enfatizando la dicotomía “nosotros/ellos.”
La premisa básica es que con tantos nuevos inmigrantes que no son como “nosotros,” se amenaza contra “nuestra”
identidad. Intelectuales tales como Samuel Huntington han venido promoviendo el concepto de salvar “nuestra”
identidad de una eventual decimación si continuamos permitiendo que cada día llegue más gente que no son como
“nosotros.”
El enfoque xenófobo y racista que con frecuencia se le da al tema de los extranjeros de hoy en los Estados Unidos de
America tiende a favorecer la noción que la cultura y las costumbres existentes en el país de destino de los migrantes
son superiores a la cultura y las costumbres que los extranjeros traen desde sus países de origen. Sin embargo, al
hablar de valores familiares, ética de trabajo, religiosidad, etc., los extranjeros tienen mucho en común con la idea
prevaleciente de lo que significa ser estadounidense. Lo que esta sucediendo en los EEUU de America de hoy es un
nuevo proceso de redefinición de lo que significa ser estadounidense. En la medida en que este proceso vaya
sucediendo, seguramente se conjugaran los mejores aspectos de la cultura anfitriona, con los mejores aspectos de las
culturas extranjeras. Sin embargo, este proceso es muy propenso a temores sociales basados en el desconocimiento
mutuo que existe entre poblaciones extranjeras y poblaciones nacionales en los EEUU de America. Lamentablemente, la
sociedad estadounidense no cuenta con espacios efectivos a donde ir superando la segregación racial que ha dificultado
las relaciones raciales a lo largo de la historia del país.
Un aspecto con frecuencia obviado en el debate político nacional acerca de extranjeros en los Estados Unidos es que a
diferencia de política de inmigración, legislada por primera vez de manera estructural en 1924, nunca se ha contado con
una política sobre inmigrantes. Esta situación ha conllevado a que sean los gobiernos locales y estatales los que
absorban la presencia o no de poblaciones extranjeras, sin apoyo alguno del gobierno federal.
Esta situación no represento mayor dificultad hasta mediados de la década de los 80’s, ya que la población extranjera
tendió a concentrarse en aproximadamente 5 estados de la nación: California, Texas, Nueva York, Florida e Illinois. Sin
embargo, a partir del fenómeno descentralizador de los lugares de asentamiento de la población extranjera que se inicia
precisamente a mediados de los 80’s, la carencia de una política nacional sobre inmigrantes ha contribuido a incrementar
el clima de tensiones en torno a extranjeros y política de inmigración.
A pesar del crecimiento numérico de la población extranjera en los EEUU, el grado de apoyo logrado hasta ahora a favor
de la organización genuinamente nacional en los ámbitos político y social de estas comunidades ha sido limitado. Las
organizaciones que avanzan la agenda anti inmigrante han tomado ventaja de la limitada capacidad organizativa de las
comunidades inmigrantes para atacarles de manera continua, a sabiendas de su limitada capacidad para responder.
El ataque anti-inmigrante se ha venido expresando por medio de iniciativas legislativas locales y/o la aprobación de
ordenanzas locales llanamente anti-inmigrantes. Solamente durante el año en curso se han registrado iniciativas de este
tipo en al menos los estados de California, Georgia, Colorado, Arizona y Pennsylvania. Además, desde al menos
mediados de la década de los 90’s la ley de inmigración se ha venido tornando cada vez mas restrictiva y punitiva.
A juzgar por estos desarrollos, es obvio que en cuanto a política pública hacia extranjeros se refiere, como también en
cuanto a ley de inmigración, se ha venido obrado desde una premisa que sugiere que los extranjeros representan una
amenaza para el país. En consistencia con esa premisa se ha buscado restringir al máximo sus derechos, expulsar del
país a tantos de ellos como sea posible, a dificultar al máximo las vías no autorizadas de acceso al país y a restringir
mucho mas la ley de inmigración de manera que sea cada vez mas difícil poder llegar legalmente a los Estados Unidos
de América (EUA). Una extensión futura muy probable dentro de esta lógica de pensamiento seria dificultar mucho más
la vía hacia la naturalización para los extranjeros que son residentes permanentes.
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Inmigrantes latinoamericanos en EE.UU.: desafíos y oprtunidades
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Al analizar la evolución del eje extranjeros y política de inmigración en los EUA a lo largo de la última década, es
importante notar que precisamente el 30 de septiembre de 2006 marcó el décimo aniversario de la aprobación de la Acta
contra la Inmigración Ilegal y la Responsabilidad del Inmigrante (o IIRIRA, por sus siglas en inglés). En su momento de
aprobación, dicha ley significó el retroceso más agudo a lo largo de setenta años en cuanto a derechos de extranjeros en
los EUA. Desde su aprobación, el número de extranjeros que han muerto en la frontera Sur del país ha ascendido a más
de 3,000, principalmente mexicanos. El número de extranjeros formalmente deportados o removidos, principalmente de
origen latinoamericano, ascendió a casi 1.4 millones en el periodo 1997-2004. Ese número representa un incremento de
aproximadamente 343% con relación a las deportaciones reportadas para el periodo 1987-1996.
Por el otro lado, al revisar el número de extranjeros admitidos como residentes permanentes en los EUA para el periodo
1987-1996, el número total fue de aproximadamente 1 millón de extranjeros por año. Sin embargo, para el periodo 19972004, el promedio anual de los admitidos como residentes permanentes fue de 841 mil personas por año, a pesar que el
universo de solicitantes era lógicamente más grande. Estos datos ilustran parcialmente los efectos de la ley de
inmigración aprobada en septiembre de 1996.
Los cambios en la ley de inmigración afectan principalmente a la población de origen latinoamericano ya que como ha
sido mencionado, los latinoamericanos representan el porcentaje más alto del universo de extranjeros, la mayoría de
ellos de México. En cuanto a la población de extranjeros que residen en los EEUU sin autorización migratoria alguna, el
significado de la población latinoamericana es aun más severo. Se estima que de la población de extranjeros que residen
en los EEUU sin autorización migratoria alguna, 75% son de America Latina y el Caribe. Nuevamente, la mayoría de
ellos de México. Debido a estas proporciones, todos los cambios relacionados con extranjeros en el país, al igual que en
cuanto a ley de inmigración, afectan principalmente a la población latinoamericana que reside en los EEUU. Sin
embargo, hay que recordar que a pesar de la promoción que sectores xenófobos hacen de la idea que estamos siendo
inundados por extranjeros, el porcentaje actual de extranjeros con relación a los nacidos en los EUA es de
aproximadamente 12.5, a diferencia del entre 14 y 16% que represento entre 1890 y 1910.
Atentados del 9/11 trucaron esperanzas de cambios
En retrospectiva, los primeros seis meses del año 2001 fueron verdaderamente extraordinarios en cuanto a las
expectativas que se generaron en cuanto a inmigrantes y política de inmigración. Los resultados electorales de México y
de los EUA del año 2000, y en particular la elección de George W. Bush, un ex-gobernador del estado fronterizo de
Texas, parecía prometer una nueva dirección en la manera en que se abordaría el tema migratorio, al menos en su
dimensión bi-nacional México/Estados Unidos. Lamentablemente, el grado de organización de las comunidades
migrantes sería nuevamente un factor decisivo de desventaja en cuanto a empujar una concretización de las muchas
expectativas que se generaron en los primeros seis meses de ese año. Ya para el verano del 2001, las expectativas
habían comenzado a bajar y para el 5 de septiembre del 2001, en el marco de una visita del presidente mexicano
Vicente Fox a la Casa Blanca, el tema de una reforma migratoria había perdido momento.
Hay dos problemas estructurales en la manera en que se debaten temas de extranjeros y política de inmigración en los
EEUU que dificultan el poder llegar a soluciones sensatas, morales y funcionales. Los problemas son los siguientes: En
primer lugar, la premisa estrictamente domestica desde la que se aborda el debate, el cual describe el desafió como uno
que comienza a partir de la presencia de extranjeros en territorio estadounidense. Dicha premisa ignora plenamente las
causas de los flujos migratorios, al igual que los nuevos factores coadyuvantes a los flujos migratorios que la revolución
tecnológica y la globalización le imprimen al fenómeno.
El segundo problema, que en cierta forma se deriva del primero, es la insistencia en querer resolver el desafío de las
migraciones desde una lógica exclusiva de control y castigo, sin traer a cuenta la necesidad de ver las migraciones a la
luz de la política exterior, la política económica internacional, la globalización de la cultura, y por sobre todo; las
asimetrías que existen entre un país como los Estados Unidos y los países de su periferia geográfica que es de donde la
mayoría de los extranjeros de hoy provienen. La relación iniciada a principios del 2001 entre los gobiernos presididos por
George W. Bush en el lado estadounidense, y por Vicente Fox en el lado mexicano, ofrecieron una luz de esperanza en
cuanto a buscar soluciones transnacionales y multidisciplinarías al fenómeno migratorio en el mundo de hoy.
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Inmigrantes latinoamericanos en EE.UU.: desafíos y oprtunidades
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Los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 pusieron definitivamente en coma los prospectos de una reforma
a la ley de inmigración de los EUA y vino a complicar mucho más el entorno político para la población extranjera
residiendo en los Estados Unidos de América. A pesar que los tristes sucesos de ese día constituyeron una evidencia
abismal del fracaso de los servicios de inteligencia y de la política de seguridad nacional hasta entonces vigente, los
ataques políticos desde el otoño del 2001 se han enfocado en los extranjeros y en la política de inmigración,
particularmente en cuanto a temas de control fronterizo.
En la medida en que se han venido vinculando cada vez mas los ejes extranjeros/política de inmigración por un lado, con
el eje terrorismo/seguridad nacional por el otro; nos hemos venido alejando de caminos de solución sensata ante los
desafíos que cada uno de esos ejes significan para los Estados Unidos de America. Lamentablemente, las poblaciones
inmigrantes organizadas en los Estados Unidos de America, al igual que las organizaciones de sociedad civil dedicadas
a incidir a favor de leyes de inmigración justas y sensatas; no han tenido la capacidad de influir decididamente en la
manera en que se ha venido desenvolviendo el debate publico y legislativo sobre inmigrantes y política de inmigración.
Para las comunidades inmigrantes latinoamericanas, la realidad prevaleciente sugería una necesidad imperativa de
buscar maneras de fortalecer su capacidad organizativa. De igual manera se volvía importante ir sentando bases de
coordinación nacional entre organizaciones trabajando en diferentes localidades del país. Específicamente, se llevaron
acabo varios encuentros de líderes de organizaciones de inmigrantes latinoamericanos de los Estados Unidos en el
marco de delegaciones que participaron en eventos internacionales tales como los Foros Sociales Mundiales de los años
2002, 2003 y 2004. Además, hubo varias reuniones formales de intercambios entre organizaciones de inmigrantes
centroamericanos, al igual que entre organizaciones mexicanas y centroamericanas. Todos esos encuentros sentaron
una base mínima de trabajo de intercambio y coordinación entre organizaciones representativas de comunidades
inmigrantes latinoamericanas.
Sin embargo, en enero de 2004, fue precisamente el presidente George W. Bush quien provocaría un aceleramiento en
las relaciones de trabajo de múltiples organizaciones de migrantes. Precisamente el día 7 de enero, el presidente hizo un
llamado al Congreso y a la nación entera en cuanto a la necesidad de reconocer los múltiples aportes que las
comunidades inmigrantes hacen al bienestar y al progreso de los EUA. De igual manera el presidente hizo un llamado al
Congreso a tomar acción para corregir lo que el presidente caracterizó como una ley de inmigración injusta y disfuncional
y en particular abogó por una solución al caso de los millones de personas que viven y trabajan en los EUA, sin
autorización migratoria alguna. A pesar que el diagnóstico del problema era bueno, la solución prescrita por el presidente
era sumamente limitada: La creación de un programa masivo de empleo temporal como la piedra angular de la solución
al mal descrito.
La idea de convertir en trabajadores temporales a los extranjeros que residen en los Estados Unidos de America sin
autorización alguna ha marcado un giro cualitativo en la manera en que los Estados Unidos de America ha resuelto su
relación con tales extranjeros a lo largo de la historia. Hasta mediados de los años 80’s, la manera de solventar esta
situación era por medio de la creación de programas de legalización que conllevaban a que tales extranjeros pudieran
solicitar la condición de residentes permanentes. Como regla general, un extranjero que acumula cinco años o más en
calidad de residente permanente en los Estados Unidos de America tiene la opción de solicitar la ciudadanía
estadounidense. En el caso de extranjeros que alcanzan la residencia permanente a razón de su relación matrimonial
con un ciudadano o ciudadana de los Estados Unidos, la solicitud de naturalización puede iniciarse después de tres años
de residencia continua. Una vez que un extranjero pasa a ser ciudadano de los Estados Unidos de America, dicho
extranjero tiene los mismos derechos y obligaciones que un ciudadano por nacimiento, con la notable excepción de ser
inelegible para servir como presidente de la nación.
A diferencia de las oportunidades que un extranjero tiene como resultado de alcanzar la condición de residencia
permanente, el convertirles únicamente en trabajadores temporales les negaría la posibilidad de llegar a ser residentes
permanentes y consecuentemente, la opción hacia la ciudadanía por medio de un proceso de naturalización queda
también invalidada. Esta es la esencia del cambio mas importante en cuanto al debate político sobre que hacer con una
población de extranjeros, mayormente trabajadores, que son muy necesarios para el funcionamiento de muchos sectores
de la economía estadounidense, pero que son vistos como personas que no encajan con los preceptos dominantes
acerca de identidad nacional.
El debate político que se generó a consecuencia del anuncio presidencial del 7 de enero de 2004 conllevó a que muchos
de los líderes de organizaciones de inmigrantes latinoamericanos que habían venido trabajando pacientemente en
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Inmigrantes latinoamericanos en EE.UU.: desafíos y oprtunidades
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procesos de conocimiento mutuo y acercamiento acordaran reunirse en la ciudad de Washington para analizar
conjuntamente el significado del anuncio presidencial y articular una respuesta que hiciera eco a las aspiraciones de sus
respectivas bases sociales.
Surgimiento de Alianza Inmigrante Latinoamericana
Precisamente el 10 de febrero de 2004 se celebró un encuentro de líderes de organizaciones de inmigrantes mexicanos,
salvadoreños, guatemaltecos, hondureños, dominicanos, belicenos y colombianos; en la ciudad de Washington. Después
de hacer un análisis exhaustivo del significado del anuncio presidencial del 7 de enero, se acordó formular una respuesta
que le tomara la palabra al presidente y que presentara de manera clara un mínimo de demandas que las comunidades
inmigrantes latinoamericanas representadas en dicha reunión ofrecíamos como alternativas de solución. La plataforma
articulada en esa reunión consistía de los siguientes puntos:
1. Un programa de ajuste migratorio que permita a los inmigrantes, que viven y trabajan en los Estados Unidos,
obtener la Residencia Permanente y consecuentemente la ciudadanía Estadounidense.
2. Una ampliación a los límites numéricos actuales, como el sistema de cuotas y preferencias; que actualmente
conllevan a listas de espera de muchos años de duración en la obtención de residencia permanente. La
reunificación familiar y la protección humanitaria deben continuar siendo pilares de nuestra política de
inmigración. Un componente de esta reforma debería ser el fijar un periodo máximo de seis meses para el
procesamiento y resolución de cualquier solicitud de beneficios migratorios. Finalmente, las reglas previas a
1996 deben ser restituidas para efectos del procesamiento de solicitudes de residencia permanente y
ciudadanía.
3. La creación de un programa de carácter nacional que facilite la integración y participación plena de nuevos
inmigrantes a la vida política, económica y social, de los Estados Unidos.
4. Un programa dirigido a trabajadores extranjeros que en un futuro deseen venir a trabajar a los Estados Unidos.
Dicho programa deberá tener como piedra angular los derechos humanos y laborales de futuros trabajadores
extranjeros. Deberá también reconocer la necesidad de contar con mecanismos que permitan la transición de
trabajador extranjero a residente permanente a quienes participen en programas de este tipo.
Además de estos cuatro puntos propiamente relevantes al tema de política de inmigración, la declaración hecha por
líderes inmigrantes latinoamericanos introdujo de manera clara la necesidad de abordar la causa estructural de los
continuos flujos migratorios del Sur hacia el Norte: La falta de oportunidades de vida digna en los países de origen. En
cuanto a esto, la declaración emitida puntualizaba lo siguiente: “…consideramos que las condiciones económicas
actuales, en los países con mayores patrones de emigración, constituyen la razón más poderosa que empuja a muchas
personas a emigrar hacia los Estados Unidos, como ultima alternativa para poder alcanzar una vida mejor. Por lo tanto,
es imperativo abordar de manera paralela las políticas económicas de desarrollo en el ámbito internacional.”
El enfoque transnacional de NALACC, que refleja la vocación cívica binacional y global de sus miembros, es una de las
características principales que diferencian a NALACC de las organizaciones hispanas tradicionales de los EUA, como
también de las organizaciones tradicionales que se enfocan exclusivamente en el trabajo de incidencia en cuanto a
política de inmigración se refiere. En el caso de NALACC, la vivencia de la experiencia migratoria de sus líderes, explica
la insistencia de NALACC en cuanto a abordar las causas de la migración. Para NALACC, es imperativo ir mas allá de
obtener residencia permanente para la población extranjera que carece de autorización migratoria alguna. Es imperativo
abogar por un nuevo orden económico internacional que permita resolver las condiciones de exclusión económica en las
que viven la mayoría de la población de México y el resto de America Latina. De lo contrario, los factores principales que
empujan a tantas personas hacia la migración como única manera de solventar la aspiración por una vida mejor,
continuará indefinidamente, y consecuentemente, habrá siempre un creciente numero de extranjeros viviendo en los
EUA sin autorización alguna.
Seguido de la jornada de trabajo en Washington, que incluyó actividades de prensa y comunicaciones, al igual que
reuniones con legisladores federales con el fin de dar a conocer los contenidos antes mencionados, se acordó convocar
a una reunión más amplia para el mes de mayo. El propósito explicito de dicha reunión sería explorar la viabilidad de
fundar una nueva organización nacional de carácter asociativo, capaz de actuar como vocera nacional de las
organizaciones de las comunidades inmigrantes aglutinadas en su seno y de servir como vehículo a través del cual ir
desarrollando la capacidad de actuar como un solo cuerpo en el orden nacional.
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Esa segunda reunión se llevó acabo en la ciudad de Washington los primeros días de mayo. Además de realizar visitas
legislativas y actividades de prensa, los líderes migrantes asistentes a dicha reunión acordaron unánimemente iniciar un
proceso de conformación de la nueva organización la cual se fundaría con el nombre de Alianza Nacional de
Comunidades Latino Americanas y Caribeñas, o NALACC por sus siglas en inglés. Además, los reunidos conformaron
un cuerpo transitorio de conducción a quienes se les encargó sentar las bases orgánicas y programáticas para la nueva
organización.
Es muy importante destacar que el proceso organizativo que se inició decisivamente con la reunión de febrero de 2004
fue un acto genuino de interés común, inspirado a partir de un intercambio entre líderes de organizaciones de
inmigrantes latinoamericanos con larga trayectoria de trabajo en sus respectivas comunidades. El anuncio hecho por el
presidente Bush en enero de 2004 aceleró el proceso que se había iniciado algunos años atrás. Además, este proceso
no gozaba de acceso a recursos financieros, ni estaba motivado por una promesa de acceso a recursos a cambio de
actuar juntos. Algo más determinante era el deseo de maximizar en un plano nacional e internacional, las acciones que
individualmente se llevaban acabo desde localidades individuales.
Otro factor clave de motivación era la promesa de crear una verdadera expresión nacional representativa de
organizaciones dirigidas por y en función de comunidades inmigrantes latinoamericanas. El comité ejecutivo provisional
que se conformó en mayo de 2004 comenzó inmediatamente a trabajar en una propuesta conceptual de programa de
trabajo, como también en una serie de criterios que ayudaran a ordenar el funcionamiento y el proceso de toma de
decisiones dentro de la naciente alianza nacional.
El primer bosquejo de programa de trabajo identificó dos planos principales de acción para la nueva organización:
1. El plano doméstico en los Estados Unidos, dentro del cual se ubican dos sub-planos de trabajo. El ámbito local
en los múltiples lugares donde hayan organizaciones miembros de NALACC; y el ámbito nacional,
principalmente en cuanto a impactar en la ciudad de Washington. Y
2. El plano transnacional. Las organizaciones miembros de NALACC reconocen la necesidad de impactar en
nuestros países de origen, como también en ámbitos de carácter internacional donde se toman decisiones que
impactan la vida de nuestros lugares de origen.
Además, desde su inicio NALACC reconoció que si bien es cierto que la lucha por una ley de inmigración justa,
humanista y visionaria es un tema ineludible para una organización de su tipo, el bienestar y progreso integral de
nuestras comunidades va más allá de la política de inmigración. Además de esta definición amplia de los planos de
acción para NALACC, se identificaron algunas estrategias programáticas que debían ser fortalecidas. Entre ellas
estaban: La necesidad de fortalecer el trabajo de organización de bases, el trabajo de fortalecer y formar líderes, la
necesidad de impactar los medios de prensa a todos los niveles, la necesidad de buscar acercamientos y alianzas de
trabajo con otros sectores sociales y políticos, etc.
El trabajo elaborado por el comité ejecutivo provisional a partir de mayo de 2004 fue validado en una asamblea general
de miembros celebrada en la ciudad de Los Angeles, CA en noviembre de 2004. Además la asamblea decidió extender
la validez del comité ejecutivo provisional hasta noviembre de 2005, fecha en la que se adoptarían los estatutos de
NALACC y se elegiría el primer comité ejecutivo ordinario de la organización. Otro acuerdo importante de la asamblea de
noviembre de 2004 fue el articular una campaña nacional de educación acerca de los impactos nocivos en las familias
inmigrantes de las leyes de inmigración actual. La esencia de la campaña sería evidenciar el costo humano de la ley de
inmigración actual.
La campaña nacional Familias Unidas se lanzó públicamente en marzo de 2005, por medio de conferencias de prensa
simultáneas en siete ciudades de los EUA. Además, en el mes de mayo de 2005, con motivo del día de las madres, se
evidenció el impacto humano negativo que la ley de inmigración actual ha tenido en las madres migrantes, por medio de
una serie de acciones coordinadas nacionalmente. En adición, las organizaciones miembros de NALACC llevaron acabo
desde el verano de 2004 una serie de actividades de educación comunitaria, desarrollo de liderazgo, cabildeo y
relaciones institucionales por medio de las cuales se sentó una base importante para lo que sería la jornada de
movilizaciones masivas sin precedentes que sucedieron en la primavera de 2006.
En noviembre de 2005 se llevó acabo, en la ciudad de Chicago, la segunda asamblea general de miembros de NALACC.
Durante esta asamblea de aprobó el programa estratégico de trabajo para los próximos tres años. Se adoptaron también
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los estatutos que rigen, la naturaleza, el funcionamiento y la gobernabilidad de la organización. La asamblea general de
miembros quedó establecida como la máxima autoridad de NALACC. Además, se realizó la primera elección de
liderazgo. Todas las organizaciones debidamente registradas como miembros de NALACC participaron en un proceso
democrático y transparente de toma de decisiones. Once líderes migrantes fueron elegidos para ocupar los cargos de
presidente, vicepresidente, secretario y tesorero. Además, se eligieron también 7 posiciones vocales. El comité ejecutivo
refleja la diversidad geográfica y de origen nacional de las organizaciones miembros. Además, de las once posiciones
elegidas para ocupar cargos dentro del comité ejecutivo, siete de ellas son ocupadas por mujeres, incluyendo las
posiciones de presidenta, vicepresidenta y secretaria.
A pesar de los avances hechos por las organizaciones de inmigrantes latinoamericanos y demás comunidades
inmigrantes en los EUA –y de NALACC en lo específico- todavía queda mucho por hacer. Las propuestas concretas
hechas por organizaciones como NALACC sobre como reformular la política de inmigración de los EUA, como también
sobre como mejorar las políticas hacia poblaciones de inmigrantes, han sido mayormente ignoradas hasta la fecha.
Sectores políticamente poderosos, especialmente en el seno del partido republicano, decidieron desde principios de
2005 que los temas extranjeros y política de inmigración deberían convertirse en un eje central de contención política en
el camino hacia las elecciones legislativas de noviembre de 2006.
Un momento simbólico muy importante de esa decisión sucedió en el mes de Agosto de 2005, cuando el presidente del
Comité Republicano Nacional, Ken Mehlman, viajó al estado de Colorado para respaldar la reelección del representante
Tom Tancredo, quien ha sido una voz de extremismo en cuanto a ley de inmigración se refiere. Ese hecho fue
interpretado como una aprobación tacita de las máximas esferas de poder político dentro del partido republicano de
elevar el eje extranjeros y la política de inmigración al mismo nivel de otros ejes temáticos de contención política
anteriores, tales como el aborto, el matrimonio entre homosexuales y las leyes de acción afirmativa en cuanto a igualdad
racial.
La campaña anti inmigrantes y a favor de una ley de inmigración más restrictiva y punitiva alcanzó su momento pico en
el Congreso de los Estados Unidos con la aprobación de la propuesta H.R. 4437 el 16 de diciembre de 2005. La
aprobación de esa ley, un hecho en el que muchos legisladores del partido demócrata fueron cómplices, marcó el inicio
de un momento de mucha preocupación en las comunidades inmigrantes en los EUA, especialmente las de origen
latinoamericano. Los muchos sentimientos que fueron despertados por la aprobación de esta propuesta, al igual que la
percepción de amenaza contra intereses múltiples, conllevó a una jornada de movilizaciones masivas que sorprendieron
a todo el mundo, incluyendo al liderazgo de las organizaciones de inmigrantes y ciertamente al liderazgo de NALACC.
Sin embargo, ahora que la jornada de movilizaciones masivas ha pasado, es importante reflexionar acerca del rol de
entidades nacionales tales como NALACC. No hay ninguna duda que si antes de la primavera de 2006 la necesidad de
contar con organizaciones nacionales bien cimentadas, capaces de potenciar la capacidad organizativa de las
comunidades inmigrantes latinoamericanas en los Estados Unidos de América, era una necesidad obvia, en el periodo
posterior a estas movilizaciones masivas, es imperativo contar con organizaciones de este tipo.
En el ámbito de políticas anti-inmigrantes, el daño hecho por quienes decidieron hacer del eje extranjeros/política de
inmigración un eje central de contención electoral, ha sido enorme. En el último año se han aprobado nuevas
regulaciones y leyes locales que buscan atacar a los extranjeros por considerarlos los causantes de los miedos y las
ansiedades que amplios sectores de la sociedad estadounidense en general están sintiendo a consecuencia del modelo
económico vigente. No hay ninguna duda que la urgencia de hacer un trabajo de relaciones comunitarias muy amplio,
que permita ir eliminado sistemáticamente los mitos que existen acerca de los extranjeros, es hoy mucho más importante
que antes.
En el ámbito de política de inmigración, hoy pareceríamos estar más distantes de una solución que verdaderamente
responda a los intereses de las comunidades inmigrantes latinoamericanas, al igual que a los intereses del país entero.
Hoy más que antes se vuelve necesario que una entidad con la representatividad que NALACC tiene pueda asumir un
rol aun más beligerante en el campo de propuestas de solución.
La jornada de movilizaciones masivas ha dejado evidenciado también la necesidad de fortalecer mucho más la
capacidad organizativa de las comunidades inmigrantes, al igual que el grado de entendimiento de las comunidades
inmigrantes latinoamericanas acerca de cuanto se requiere para incidir efectivamente en los procesos políticos en los
Estados Unidos de América. Si algo hemos aprendido muy bien, es que se requiere de mucho más que simplemente
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Inmigrantes latinoamericanos en EE.UU.: desafíos y oprtunidades
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marchar para cambiar las mentes y los corazones del público; y para incidir en los oficiales electos federales de ambos
partidos políticos para que legislen con sabiduría, humanidad y visión de futuro.
Los resultados electorales del pasado 7 de noviembre abren una luz de esperanza acerca de un debate más sensato y
soluciones verdaderamente funcionales, y apegadas a los mejores principios y valores de la nación de inmigrantes por
excelencia. Sin embargo, el que el partido Demócrata haya ganado el control de ambas cámaras legislativas del
Congreso no significa una garantía de cambios positivos. Va a ser muy importante que organizaciones tales como
NALACC redoblen sus esfuerzos de incidencia y educación publica sobre mejores maneras de abordar y resolver los
desafíos de la migración en el mundo de hoy. El triunfo de los candidatos del partido Demócrata significo la derrota de al
menos 12 de los políticos Republicanos más anti-inmigrantes. Esta situación ha evidenciado al menos dos cosas: Al
votante estadounidense en general no le mueve el mensaje anti-inmigrante de la manera que si le mueven otros temas
de interés nacional. La otra es que los votantes de origen latinoamericano si castigaron al partido Republicano otorgando
al menos el 70% de sus votos a candidatos del partido Demócrata. Esto ultimo vuelve muy obvio que si el partido
Republicano espera ganar las próximas elecciones presidenciales, mas vale que dejen atrás el ataque contra los
extranjeros y se dediquen a buscar soluciones dignas del país que se enorgullece de describirse a si misma como una
nación de inmigrantes.
NALACC va a entrar a un periodo de consolidación organizacional y programática, aprendiendo de las múltiples
lecciones que la jornada histórica de la primavera de 2006 nos enseñó. Dadas las bases sentadas desde el 2004, es
previsible que NALACC va a seguir su ruta hacia convertirse en un punto cada vez más fuerte de referencia acerca del
trabajo organizativo, de fortalecimiento de liderazgo, de alianzas amplias, de impacto en los medios de comunicación y
de incidencia política nacional e internacional; a partir de los intereses de las comunidades inmigrantes latinoamericanas.
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