O-17: HISTORIA VOCACIONAL I. PRESENTACIÓN Ver a la luz de Dios la historia de la propia vocación. La vocación es un camino único, diferente en cada persona, y que se va haciendo o desarrollando poco a poco, como cualquier historia o vida humana. Lo importante es conocer cómo se ha ido fraguando mi propia historia, mi propia vocación. Muchas veces se desconocen muchos aspectos, quizá se van olvidando o se ven superficialmente, y para que una vocación pueda vivirse, hay que conocerla profundamente. II. MI PROPIA HISTORIA Describe la historia de tu vocación procurando ir al fondo y ser amplio. Antes de escribir reflexiónalo ante Dios; ten en cuenta las siguientes preguntas: • ¿Cuándo y cómo comenzó mi vocación? ¿qué año? ¿qué pasó? • ¿Cuáles son los momentos claves de mi vocación, aquellos que marcan las etapas importantes? • ¿Cuáles son las principales personas que, con su ejemplo o ayuda, han influido en mi vocación? • ¿Qué problemas u obstáculos he tenido? • ¿Qué cosas me han hecho dudar y cuáles me han dado certeza? III. ILUMINACIÓN Lectura de otras vocaciones El siguiente texto está tomado del diario de Lech Walesa, cuando él tenía alrededor de 24 años de edad. Había realizado estu- 1 dios de tipo técnico y se había especializado en mecánica, en lo cual era muy hábil. El POM era en Polonia un organismo dedicado a la promoción e industrialización del campo. ¿Cómo podríamos describir a un empleado del POM de esta época? Usaba pantalones de una tosca tela de algodón, con la raya perfectamente marcada, la inevitable boina ladeada en un ángulo elegante y siempre guardaba sus herramientas en los bolsillos, ya que de lo contrario era probable que se desvanecieran en el aire. La aldea pagaba "en especie", a menudo en alcohol, por todos los pequeños servicios que prestábamos. Mientras más hábil y versátil era un hombre más apreciado era (en especial por las jóvenes) por su "toque de oro" y su capacidad de ayudar a cualquiera. Dentro del POM adquiría la reputación de ser uno de los mejores técnicos en el distrito, es decir, en un radio de treinta y dos kilómetros. Aprendí a reparar todo, desde un escarificador hasta un aparato de televisión, desde motocicletas WFM y Jawa hasta lavadoras de ropa Frania. Me sentía muy importante y cuando llegaba a un baile, había una gran celebración: ¡aquí está Walesa! La orquesta se animaba y en la mesa aparecía un par de botellas de vodka. Tenía dinero y todos me conocían, porque a todos les había prestado algún servicio. A menudo hacía trabajos insignificantes que no me quitaban mucho tiempo y que a nadie más le interesaban. La gente iba a buscarme, o bien yo iba a sus casas. Era alguien y tenía la impresión de haber encontrado mi lugar en la vida. Pero una tarde tuve que alejarme de todo; de pronto experimenté un profundo disgusto hacia mi trabajo; el POM me parecía un callejón sin salida, asfixiante e incluso intolerable. Y de pronto, mi reputación como el mejor mecánico del POM y de toda el área me pareció algo irrisorio, absolutamente carente de importancia, ridículo, la clase de la cual uno mismo está consciente; experimenté una gran necesidad de que se tomen en serio mis acciones y mis esfuerzos, de que se les conceda cierta importancia. Simple orgullo, creo yo. Y aunado a todo eso, una relación amorosa que sostenía con una joven llegó a su fin. No era un verdadero amor, sólo una relación. No me sentía realmente triste, pero sí solitario y vacío. La gente pen- 2 saba que seguiríamos juntos y al final fue ella quien me abandonó; fue un golpe muy duro para mi orgullo. De allí mi decisión de abandonar mi hogar e irme lejos. También me sentía avergonzado porque mi madre parecía esperar de mí lo mejor del mundo y tenía que hacer algo. Ya tenía veinticuatro años de edad y no había logrado nada de importancia; creía que ya había desperdiciado demasiado tiempo. De manera que esa tarde hice todos los arreglos para abandonar el POM, sin el menor arrepentimiento. Puesto que aún no estaba seguro de mí mismo regresé a casa. Reacio a comentar con nadie que estaba a punto de tomar una importante decisión. Simplemente les informé que pensaba irme lejos, que necesitaba un cambio de aires. Tomé algún dinero y mi abrigo y me dirigí hacia la estación de Dobrzyn. ¿Por qué la costa del Báltico? En ese momento me pareció que simplemente el primer tren que salía iba en esa dirección: Gdynia vía Gdansk. Pero ahora comprendo mejor las cosas; las decisiones importantes jamás se toman así, por lo menos no en lo que a mí concierne. Allí estaba el mar; y el viaje de la escuela me había dejado el recuerdo de algo vasto, que se extendía interminablemente, quizá hacia la libertad. Una gran ciudad, un puerto, una aventura y de una manera similar a la de la anguila, que instintivamente se somete a la voluntad de la corriente, me dejé ir a la deriva hacia la región del Báltico, cerca del mar en donde al fin me encontraría a mí mismo... o me perdería. Subraya en el texto que has leído los elementos que más te llamen la atención en la experiencia de Lech Walesa. ¿Qué lo motivó a buscar un cambio, y cómo tomó su decisión? Lee con atención el siguiente texto bíblico que nos narra la vocación de Abrahán: Yahvé dijo a Abram: "Vete de tu tierra y de tu patria, y de la casa de tu padre, a la tierra que Yo te mostraré. De ti haré una nación grande y te bendeciré. Engrandeceré tu nombre; y tú serás una bendición. Bendeciré a quienes te bendigan y maldeciré a quienes te maldigan. Por ti se bendecirán todos las razas de la tierra" 3 Marchó, pues, Abram, como se lo había dicho Yavé, y con él marchó Lot. Tenía Abram setenta y cinco años cuando salió de Jarán. Tomó Abram a Saray, su mujer, y a Lot, hijo de su hermano, con toda la hacienda que habían logrado, y el personal que habían adquirido en Jarán, y salieron para dirigirse a Canaán. Llegaron a Canaán, y Abram atravesó el país hasta el lugar sagrado de Siquém, hasta la encina de Moré. Por entonces estaban los cananeos en el país. Yahvé se apareció a Abram y le dijo: "A tu descendencia he de dar esta tierra". Entonces él edificó allí un altar a Yahvé que se le había aparecido. (Génesis 12, 1-10) (Textos complementarios: Gen 15,1-18; Gen 17,1-5; Gen 21,1-5; Gen 22,1-18; Heb 11,8-19). Haz una reflexión contestando las siguientes preguntas: • ¿Cómo buscó Abrahán la voluntad de Dios y descubrió su llamada? • ¿Qué obstáculos encontró en la vivencia de su vocación y qué implicó para él responderle a Dios; qué exigencias tuvo que afrontar? IV. COMPROMISOS 1. ¿Cómo descubres la acción o la presencia de Dios en tu vida y en tu vocación? 2. ¿Qué aspectos de tu vocación has realizado mejor? ¿qué pasos piensas que has dado de una manera firme? 3. ¿Cuáles serían los siguientes pasos que tienes que dar para responder con mayor fidelidad? ¿qué decisiones tienes que tomar ahora? 4. ¿Qué obstáculos has encontrado y cómo los has enfrentado? 4