Così fan tutte - Salamanca.com

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Così fan tutte
de Wolfgang Amadeus Mozart
Semyon Bychkov | Jan Philipp Gloger
Così fan tutte | de Wolfgang Amadeus Mozart
En directo desde la Royal Opera House de Londres / 17 octubre 2016
Director musical: Semyon Bychkov
Director escena: Jan Philipp Gloger
Decorados: Ben Baur
Vestuario: Karin Jud
Iluminación: Bernd Purkrabek
Dramaturgia: Katharina John
Maestro del coro: William Spaulding
Orquesta y coro de la Royal Opera House
Artistas, personajes y voces
Corinne Winters | Fiordiligi, prometida de
Guglielmo | soprano
Angela Brower | Dorabella, prometida de Ferrando
| mezzosoprano
Daniel Behle | Ferrando, oficial del ejército | tenor
Alessio Arduini | Guglielmo, oficial del ejército |
barítono
Johannes Martin Kränzle | Don Alfonso, filósofo
| bajo
Sabina Puértolas | Despina, doncella | soprano
• Dramma giocoso en dos actos
• Estrenado el 26 de enero de 1790 en el
Burgtheater de Viena
• Música de Wolfgang Amadeus Mozart, libreto de
Lorenzo da Ponte
• En italiano con subtítulos en castellano
• Duración: 3h 35 min [I: 95 min | descanso: 25 min
| II: 95 min]
En 1790, el emperador José II encargó a Mozart y
al libretista Lorenzo da Ponte una ópera basada
en una anécdota de la época: dos hombres
apuestan sobre la fidelidad de sus prometidas.
Così fan tutte (“así hacen todas”) supuso el primer
libreto completamente original del poeta italiano
(Las bodas de Fígaro se basaba en Beaumarchais
y Don Giovanni, en Tirso y El burlador de Sevilla),
aunque el tema de los celos y las pruebas de
lealtad de la pareja aparecían ya en el Decamerón
de Boccaccio o en El curioso impertinente, relato
incluido en El Quijote.
La apariencia de frívola comedia de enredo
encubre la profundidad psicológica de un argumento muy complejo, análisis de lo impredecible
de las emociones y de la naturaleza frágil de la
felicidad. En su tercer y último capítulo de su fructífera sociedad con Mozart, Da Ponte dio protagonismo a un elemento que ya usó en Fígaro y Don
Giovanni: los disfraces. Pero antes servían para que
unos personajes burlen a otros; aquí, para que
manifiesten sus verdaderos sentimientos escondidos. No pocos ensayos han considerado que el
viejo Don Alfonso, instigador del engaño, es una
especie de Don Giovanni sabio y desencantado
que propone una historia de enseñanza.
Sinopsis
Acto I
Acto II
En la obertura, la orquesta presenta la frase musical
que pronunciarán los hombres en el segundo acto:
“Così fan tutte”. Dos militares, Ferrando y Guglielmo,
alaban a sus prometidas, pero un amigo, el viejo
filósofo Don Alfonso, replica: “La fidelidad de las
mujeres es como el ave fénix”; todos hablan de ella,
pero nadie la ha visto. De hecho, les propone un
reto: si cumplen todo lo que él les indique, comprobarán la deslealtad de las jóvenes en un solo día.
Despina convence a las hermanas de que el
coqueteo no hace daño: “Fingir la risa, contentar
a cientos, dar esperanza a todos” (Una donna).
Otra lección más de la “escuela de los amantes”.
Dorabella, muy receptiva, elige “al morenito”
(Prendero quel brunettino), es decir, a Ferrando, el
novio de la otra. Deciden “divertirse un poco” hasta
que regresen sus amados.
Don Alfonso anuncia a las hermanas Dorabella y
Fiordiligi que a sus novios los llaman a la guerra.
Guglielmo y Ferrando aparecen para despedirse
(Sento), y reafirman su confianza en ellas al verlas
tan tristes. El viejo ríe, escéptico.
Un barco militar recoge a los oficiales (Bella vita).
Conforme se alejan mar adentro, sus amadas y Don
Alfonso les desean buen viaje en el trío Soave sia il
vento, de música celestial y texto sosegado.
Las hermanas comparten impresiones con Despina,
su doncella. Dorabella, muy dada al melodrama, se
duele exageradamente (Smanie implacabili). ¿Para
qué llorar?, dice Despina: ¡remplazadlos por otros!
“En hombres, en soldados, ¿esperáis fidelidad?” (In
uomini).
Para ganar la apuesta, Don Alfonso se compincha
con la criada. ¿Su estrategia? Disfrazar a Guglielmo
y Ferrando de dos empresarios de Albania. Cuando
el filósofo presenta a sus “mejores amigos” (sexteto
sublime, Alla bella Despinetta), las hermanas se
indignan por la llegada de invitados no autorizados:
“¡Hombres en nuestra casa! ¡En un día como hoy!”.
Guglielmo mete baza desde el principio: “Somos
fuertes, estamos bien hechos”. Frente a la voluble
Dorabella, Fiordiligi proclama su fidelidad, “como
una roca contra la tempestad”, en Come scoglio, un
aria encendida.
Los soldados comentan la jugada y se ven vencedores. Ferrando canta al “corazón alimentado con
esperanzas” en la preciosa aria para tenor Un’aura
amorosa. Entonces, Don Alfonso deja que Despina
tome las riendas del plan. La doncella sienta
cátedra: “¿Qué es el amor? Placer, gusto, diversión…
ya no es amor si resulta incómodo”.
Al día siguiente, los dos “albaneses” amenazan
con suicidarse si las hermanas siguen dándoles
calabazas. Simulan beber un veneno, pero sobreviven gracias a un supuesto doctor (Despina disfrazada). Dorabella y Fiordiligi los cuidan con cariño
y empiezan a sentir la tentación (“¡qué tipos más
interesantes!”), aunque ellos meten la pata cuando
les piden un beso. ¡No tan deprisa!
Los “albaneses” las esperan para un paseo
(Secondate, bella serenata de viento madera). Están
orgullosos de la lealtad de sus novias, pero también
decepcionados por no lograr seducirlas (para algo
son italianos). Guglielmo corteja a Dorabella, que
le acaba entregando un colgante donde guarda
el retrato de su amado, en el sensual dúo Il core vi
dono. Fiordiligi se resiste a Ferrando, aunque eso le
atormenta: “Estoy ardiendo (…) mi valor destruirá
el deseo” (Per pietà, con solo de trompa).
Cuando Guglielmo relata a su amigo el escarceo
con su prometida, Ferrando se enfurece: “¿Cómo ha
podido olvidar en tan poco tiempo?”. El barítono se
pavonea de la fidelidad de Fiordiligi, lo que espolea
a Ferrando para volver al acecho. Se presenta ante
ella en el último momento, cuando está a punto de
ir a buscar a su prometido al ejército. Él se declara
(Fra gli amplessi) y ella no aguanta más: “Haz
conmigo lo que quieras”. Don Alfonso ha ganado la
apuesta.
Al verlos, Guglielmo se tira de los pelos, pero el viejo
solo da un consejo: que las perdonen y se casen con
ellas. “Aceptadlas. Jóvenes, viejas, hermosas y feas,
todas hacen lo mismo”. Così fan tutte. Mientras Despina prepara la boda, las dos parejas
se sientan a brindar con vino y coquetean en el
insuperable cuarteto E nel tuo. Los violines reflejan
cierta embriaguez, y las voces se persiguen en
un canon, salvo Guglielmo, que va apostillando:
“¡Ojalá bebieran un veneno!”.
Entra un notario –Despina, de nuevo disfrazadacon el contrato. Nada más firmar, se oye un coro
militar: ¡vuelven sus prometidos! Las hermanas
esconden a los albaneses. Ellos, al rato, regresan
con la apariencia de Guglielmo y Ferrando, y se
hacen los ofendidos cuando descubren la boda.
Finalmente, van a “buscar” a los extranjeros… y
regresan con sus disfraces en la mano. Las mujeres
no dan crédito: ¡las han engañado todo este tiempo!
Don Alfonso resuelve que las parejas se reconcilien,
y juntos cantan una moraleja sobre el lado bueno
de las cosas. No obstante, Da Ponte deja enigmas:
¿quién debería estar más enfadado: ellos, por la
infidelidad, o ellas por la mentira? ¿Volverán a
confiar? Ni siquiera aclara quién acaba con quién.
Mozart y su mujer, Constanze, solían discutir por celos.
Ella desconfiaba de las cantantes jóvenes, mientras
que él reprobaba su conducta “frívola y coqueta”.
En el libreto que le sugirió Lorenzo da Ponte vio una
oportunidad de predicar un mensaje de comprensión
matrimonial (aparte de que, según escribió su biógrafo
Franz Xaver, “económicamente no podía rechazarlo”).
El exitoso estreno, en 1790, parecía suponer su definitiva aceptación en Viena, pero la mala fortuna hizo
que pocas semanas después falleciera el emperador
José II: el luto general obligó al cierre de los teatros
durante meses, y a la vuelta ya no se repuso en cartel.
El siglo XIX la condenó al ostracismo: pese a que
critica las debilidades de ambos sexos, se la consideró
inmoral y machista (su título proviene del primer acto
de Las bodas de Fígaro, cuando el personaje de Don
Basilio sentencia: “así hacen todas las mujeres bellas”).
Wagner, Beethoven y otros románticos, idealistas de la
pureza femenina, denostaron el texto.
La música de Mozart
“No se puede elegir un momento álgido de Cosí fan
tutte: cada nota está conectada con la anterior y con
la siguiente, funciona como un todo desde la obertura
al final”, afirma Semyon Bychkov. El director ruso está
en lo cierto. Aquí no hay un gran hit popular como
en La flauta mágica. Pero tampoco un solo momento
de relleno: Mozart desplegó todo su talento tanto en
las arias (destaca Un’aura amorosa, de Ferrando) como
en los abundantes conjuntos: seis dúos, cinco tríos, un
cuarteto, dos quintetos y tres sextetos.
La música diferencia a las tres parejas protagonistas
y las caracteriza: Fiordiligi y Ferrando, profundos y
nobles, son prototipos de ópera seria; los descreídos
Despina y Don Alfonso se vinculan a la comedia y a
su tradición de travestismo. La pareja restante está a
medio camino. La evolución de cada uno se muestra en la partitura.
Fijémonos en Dorabella. Su primera aria (Smanie
implacabili) parece trágica –su prometido se acaba
Por suerte, el siglo XX recuperó esta tragicomedia incó- de marchar a la guerra-, pero Mozart se ríe de esa
histeria sobreactuada: entrecorta su rapidísimo canto
moda y “de inquietante ambigüedad, sutil juego de
emociones verdaderas y fingidas”, incide el musicólogo con respiraciones nerviosas. De hecho, ella es la
Javier Pérez Senz. La partitura completa un retrato de primera que cae en la tentación. ¿Cómo? Haciendo
caso a Despina; y dado que la criada le canta sus
la condición humana más hondo y realista de lo que
consejos en compás de 6/8, la joven adopta ese ritmo
parece. Todo invita a dobles lecturas: la estructura es
ternario en su siguiente aria (E amore un ladroncello),
simétrica, de modo que cada escena del primer acto
señal de que ha asumido su filosofía.
tiene su réplica en el segundo; por ejemplo, al inicio
Don Alfonso defiende que la fidelidad es una mentira, El genio de Salzburgo, sin abandonar el perfecto
y al comenzar el Acto II, Despina persuade a las dos
clasicismo de su obra, siempre elegante y organizada,
hermanas de que sean infieles. Incluso la armonía está sorprende por su modernidad. En el segundo acto,
calculada. El acorde de La Mayor vincula a Fiordiligi
Ferrando invade el aria de Fiordiligi, que se convierte
y Ferrando: cada uno canta su primera aria en esa
en inesperado dúo. Fra gli amplessi confirma la conetonalidad, que no vuelve a sonar hasta que se besan
xión entre acción y música de esta ópera: la soprano
en el dúo.
-que decide huir a la batalla a por su amado- no
Al joven compositor alemán Jan Philipp Gloger, que
se estrenó como regista con Las bodas de Fígaro, le interesaba no solo el título (aunque cambia tutte por tutti,
“todOs”, no solo ellas), sino sobre todo el subtítulo: La
escuela de los amantes. “Los cuatro jóvenes creen saber
lo que es el amor, pero luego se ven zarandeados”. Su
producción nos sorprende al principio con unos actores
vestidos de época… que representan una obra a la que
asisten los cuatro cantantes, con atuendos actuales y
hasta smartphones. Teatro dentro del teatro para enfatizar el artificio de la propia trama. Gloger juega con
los límites entre lo real y lo imaginario, con referencias
al cine (la estación de tren de Breve encuentro).
solo se viste con ropa de hombre, sino que canta una
melodía masculina y heroica. En cambio, el tenor
logra conquistarla con lo contrario: un ruego muy
lírico, Volgi a me, delicado y en cierto modo femenino.
Mozart, a los 35 años, ya había escrito sus grandes
sinfonías, y su dominio de la orquesta asombra.
Cada instrumento aporta algo, en especial los de
viento: en Per pietà, la soprano dialoga con la trompa
y la flauta. También experimenta combinaciones de
timbres para crear ambientes, como la serenata de
viento madera en Secondate aurette; o, en el cuarteto
final, las cuerdas que se tambalean de embriaguez,
igual que los jóvenes, que beben vino y se van
Semyon Bychkov, quizá la batuta que más partido saca calentando. El mejor resumen es el trío Soave sia il
vento, uno de los más bellos jamás creados. Los dos
de la Royal Orchestra después de Antonio Pappano,
hombres se alejan en barco; sus amadas los despiden.
está acostumbrado al peso de Strauss o Chaikovski,
pero se esfuerza en mantener un aire ligero y dejar que La orquesta, ondulante, imita las olas; el texto invoca
las voces se escuchen. Merece la pena, en especial la de la calma, y la armonía de las voces nos eleva.
Daniel Behle, en su debut londinense.
Textos: Javier Heras
Torres Villarroel, 40. 37005 Salamanca
Tfno.: 923 243 538 | www.cinesvandyck.com
Salamanca, 17 de octubre de 2016.
Notas a la producción
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