ASISTENTE TERAPÉUTICO Clase 24. Psicofarmacología La psicofarmacología es una disciplina científica que estudia el efecto de fármacos con especial atención a las manifestaciones cognitivas, emocionales/motivacionales y conductuales. En este sentido, puede estar relacionada con el estudio o tratamiento farmacológico de la psicopatología. Descripción Desde ciertas posturas, explicar el mecanismo de acción de un psicofármaco sobre la psicopatología mediante explicaciones basadas en neurotransmisores no es, realmente y en su sentido literal, una explicación. El cerebro es de gran complejidad neuroquímica, donde cada neurona se ve influida por la acción de otras miles en porciones de tiempo realmente cortas. Por ejemplo, se sabe que los más modernos antidepresivos (de inhibición selectiva) tardan unas semanas en hacer efecto, si bien no se conoce exactamente mediante qué proceso y por qué razón precisa exactamente ese tiempo. Por otro lado, que un trastorno esté relacionado (correlación) con alguna actividad excesiva electroquímica por parte de la amígdala del cerebro no implica que deban usarse necesariamente psicofármacos. Practicar deporte o la psicoterapia puede, de hecho, contrarrestar dicha actividad electroquímica excesiva, al potenciar el control del córtex sobre el resto de estructuras más primitivas. De hecho, desde la psicología de la conducta, la causa de la psicopatología está siempre en el ambiente. Alteraciones orgánicas o la acción de psicofármacos supondrían una base estructural sobre la que el ambiente determina la conducta y sus problemas psicopatológicos. Según la revista científica Psicothema, que realizó una revisión a la luz de recientes investigaciones en aquellos años, concluyó que tan sólo en el trastorno bipolar y en la esquizofrenia, la psicoterapia se ha mostrado menos eficaz que el tratamiento con psicofármacos. En todo el resto de trastornos (12 en este artículo) la psicoterapia se evidencia como el tratamiento más eficaz.1 Tipos de fármacos Los fármacos utilizados en psicofarmacología pueden clasificarse en cinco grupos que se enumeran a continuación: Antidepresivos Ansiolíticos Antipsicóticos Antirrecurrenciales Antiparkinsonianos Antidepresivos Inhibidores de la monoaminoxidasa (IMAO) Fenelzina Tranilcipromina (Parnate) Casa Central: Mitre 788 1° Piso – TE.: 4492535/0297 Consultá nuestras filiales en www.institutoicr.com.ar ASISTENTE TERAPÉUTICO Moclobemida Selegrelina Antidepresivos tricíclicos clásicos Imipramina (Trofanil, Elepsin CL) Clomipramina (Anafranil) Amitriptilina (Tryptanol, Uxen Retard) Nortriptilina (Karile) Protriptilina (Doxederm) Maprotrilina Amoxapina Doxepina Desipramina Trimipramina Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (IRSS) Fluoxetina (Prozac, Foxetin, Neupax, Saurat) Sertralina (Zoloft, Atenix, Irradial, Insertec) Paroxetina (Paxil, Aropax, Psicoasten, Meplar, Neurotrox) Fluvoxamina Citalopram (Seropram, Psiconor, Humorap, Zentius) Escitalopram (Lexapro, Meridian) Inhibidores mixtos de la recaptación de serotonina y noradrenalina Venlafaxina (Efexor, Elafax, Sesaren) Milnacipram (Dalcipran, Ixel) Duloxetina (Cymbalta, Duxetin) Inhibidores mixtos de la recaptación de noradrenalina y dopamina Bopropión (Wellbutrin SR, Odranal) Antidepresivos con otro mecanismo de acción Mianserina (Lerivon) Mirtazapina (Remeron, Comenter, Noxibel) Ansiolíticos (benzodiazepinas) Clonazepam Alprazolam Lorazepam Midazolam Bromazepam Diazepam Casa Central: Mitre 788 1° Piso – TE.: 4492535/0297 Consultá nuestras filiales en www.institutoicr.com.ar ASISTENTE TERAPÉUTICO Clordiazepóxido Oxazepam Antipsicóticos Antipsicóticos típicos (neurolépticos) Clorpromazina Levomepromazina Flufenazina Haloperidol Molindrona Pimozida Tioridazida Tiotixeno Zuclopentixol Triluoperazina Antipsicóticos atípicos Risperidona Olanzapina Quetiapina Zotepina Clozapina Ziprazidona Sertindol Raclopride Amisulprida Loxapina Amperocida Melperona Savoxepina Aripiprazol Antirrecurrenciales (o estabilizadores del estado de ánimo) Litio Valproato Carbamazepina Lamotrigina Oxcarbazepina Topiramato Casa Central: Mitre 788 1° Piso – TE.: 4492535/0297 Consultá nuestras filiales en www.institutoicr.com.ar ASISTENTE TERAPÉUTICO Ansiolítico Un ansiolítico o tranquilizante menor es un fármaco con acción depresora del sistema nervioso central, destinado a disminuir o eliminar los síntomas de la ansiedad. Fármaco ansiolítico ideal es aquel que alivia o suprime el síntoma de ansiedad, sin producir sedación o sueño. Índice 1 Importancia biomédica 2 Clasificación de los ansiolíticos 3 Consideraciones al uso de ansiolíticos 4 Véase también 5 Referencias 6 Enlaces externos Importancia biomédica Existe una clara tendencia a considerar el efecto ansiolítico como el primer paso de una línea continua de efectos progresivos: el de los ansiolíticos-sedantes-hipnóticos. Según ello, dosis crecientes de cualquiera de los componentes producirán sedación, sueño, anestesia, coma y muerte. Este concepto se fundamenta en la realidad impuesta por el desarrollo histórico de los fármacos: barbitúricos, meprobamato y benzodiazepinas. Los barbitúricos eran los agentes ansiolíticos por excelencia. Éstos se caracterizan por una mayor incidencia de efectos secundarios, ya que producen una depresión más generalizada del sistema nervioso. Los barbitúricos tienen un margen de seguridad muy estrecho; por esto se registraron en la literatura especializada numerosos casos de sobredosis accidentales. La intoxicación aguda por ingesta de barbitúricos se ha relacionado históricamente con una tasa de mortalidad inaceptable para los parámetros de la medicina actual. La evaluación riesgo-beneficio motivó su abandono definitivo como agente ansiolítico. Sin embargo, este balance resulta aún favorable en lo que respecta a su potencial terapéutico como anticonvulsivante, para casos específicos que no responden a la terapéutica convencional. Con los barbitúricos era difícil diferenciar en la práctica la acción ansiolítica de la sedante e hipnótica. El meprobamato significó un avance en la diferenciación entre ansiólisis y sedación. Las benzodiazepinas se acercaron al ansiolítico ideal porque, aunque a dosis elevadas producen sedación y sueño, es posible manejarlas con mayor eficacia y menor riesgo. Recientemente, la introducción de ansiolíticos no benzodiazepínicos, como la buspirona, cuyo mecanismo de acción no está relacionado con la transmisión GABA y que carecen de acciones sedante, anticonvulsionante y relajante muscular, ha supuesto un nuevo paso hacia delante en la definición de la acción ansiolítica. Además, el análisis de la acción molecular de los fármacos ansiolíticos está contribuyendo a revelar las anomalías neuroquímicas que acompañan los diversos cuadros de ansiedad y a conseguir su normalización o ajuste mediante moléculas farmacológicas. Casa Central: Mitre 788 1° Piso – TE.: 4492535/0297 Consultá nuestras filiales en www.institutoicr.com.ar ASISTENTE TERAPÉUTICO Clasificación de los ansiolíticos Desde un punto de vista funcional, los ansiolíticos se clasificaron de la siguiente manera: Los que producen, además, un efecto sedantehipnótico: benzodiazepinas, barbitúricos y meprobamato. La mayor parte de las benzodiazepinas producen ansiólisis, sedación, hipnosis, efectos anticonvulsivantes y miorrelajación central. Para la ansiedad generalizada inespecífica, parece tener poca importancia la benzodiazepina que se seleccione1 pero a la vista de su eficacia relativa para algunos de estos efectos y de sus propiedades cinéticas, algunas pueden tener una indicación más clara en una determinada circunstancia clínica. El grado en que se genera tolerancia a los efectos ansiolíticos de las benzodiazepinas es motivo de controversia. Sin embargo, hay pruebas de que no surge tolerancia importante a todos los efectos de estos medicamentos, porque algunos efectos de las dosis agudas en la memoria persisten en pacientes que los han usado durante años.2 Los agonistas parciales de los receptores 5-HT1A: las azaspirodecanodionas, que representan un nuevo grupo de ansiolíticos cuyo principal representante es la buspirona, junto con la gepirona y la ipsapirona. Su perfil farmacológico es distinto al de las benzodiazepinas, pues su mecanismo de acción no está vinculado al receptor GABA y carecen de acciones hipnótica, anticonvulsivante y miorrelajante. Más que sedación producen insomnio. No alteran la memoria, ni provocan trastornos cognitivos o psicomotores. No interactúan con el alcohol ni otros depresores del SNC. Los que producen, además, un bloqueo de algún componente vegetativo: antihistamínicos, neurolépticos, antidepresivos y bloqueadores beta-adrenérgicos. Son fármacos de muy diversa naturaleza química y farmacológica, cuyo nexo es ejercer en ocasiones una acción ansiolítica y sedante, y bloquear las manifestaciones de algún componente del sistema nervioso vegetativo. 1. Los antihistamínicos como la hidroxicina y la difenhidramina poseen cierta acción ansiolítica débil, aunque a dosis tan elevadas que producen intensa sedación.3 Su utilidad está limitada a los pacientes con personalidad proclive a la adicción, alcohólicos o enfermos que no responden a otros tratamientos. 2. Los neurolépticos en dosis diarias bajas tienen propiedades ansiolíticas; sin embargo, dados sus importantes efectos secundarios, incluida la discinesia tardía, debe restringirse su uso a los individuos que no responden a otra medicación, a los pacientes cuya ansiedad forma parte de un cuadro esquizofrénico y a ancianos que padecen primariamente de agitación. 3. Los antidepresivos tricíclicos, los inhibidores de la recaptación de 5-HT y los inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO) muestran eficacia ansiolítica en trastornos ansiosos cuyo síntoma principal consiste en ataques de pánico. 4. Los bloqueadores beta-adrenérgicos son útiles para controlar las manifestaciones somáticas de carácter adrenérgico (palpitaciones, sudoración, temblor, etc.) propias de la ansiedad. Su acción se limita a suprimir las manifestaciones somáticas sin interferir en los mecanismos cerebrales de la ansiedad; de hecho, los resultados son más evidentes para el médico que para el propio enfermo.4 Casa Central: Mitre 788 1° Piso – TE.: 4492535/0297 Consultá nuestras filiales en www.institutoicr.com.ar ASISTENTE TERAPÉUTICO Antidepresivo Los antidepresivos son medicamentos para el tratamiento de las depresiones mayores. Se dividen en tres clases: los inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO), los tricíclicos, y los antidepresivos de segunda generación, que actúan sobre la recaptación de los tres principales neurotransmisores que intervienen en la depresión, es decir, la serotonina, la dopamina o la noradrenalina, o de dos de ellas. Estos últimos fármacos se encuentran entre los más recetados actualmente en psiquiatría. La mayoría de los antidepresivos son eficaces también en el tratamiento de los trastornos de ansiedad, frecuentemente asociados a las depresiones. Otras patologías que pueden tratarse con antidepresivos son: los trastornos del control de los impulsos, los trastornos de la conducta alimentaria, y algunos síntomas de los trastornos de personalidad. Algunos antidepresivos se usan también para el tratamiento de otras dolencias. Así, por ejemplo, los tricíclicos y algunos de segunda generación se recetan en caso de dolor neuropático y de dolor crónico, aunque el paciente no sufra depresión o ansiedad. Para estos tratamientos se emplean dosis menores, y a menudo producen efectos más rápidos que otros medicamentos. Otros, se usan en el tratamiento del insomnio, también a dosis menores que las antidepresivas. Mecanismos farmacológicos Se cree que los efectos terapéuticos de los antidepresivos modernos están relacionados con una actividad sobre los neurotransmisores. En particular, por la inhibición de las proteínas transportadoras de monoamina de la serotonina, dopamina o noradrenalina (norepinefrina), o dos de ellas al mismo tiempo. Inhibiendo de forma selectiva la recaptación de dichos neurotransmisores por esos antidepresivos, se incrementa el nivel de éstos en las sinapsis, es decir los puntos de conexión entre las neuronas, o células nerviosas. Por el contrario, los primeros antidepresivos, los inhibidores de la monoaminooxidasa, bloquean la oxidación de los neurotransmisores por la enzima monoaminooxidasa, que los descompone. Desarrollados también antes de los antidepresivos modernos, los antidepresivos tricíclicos previenen al igual que éstos la recaptación de neurotransmisores, pero de forma no selectiva, por lo que actúan entre otros sobre la serotonina, la noradrenalina y la dopamina a la vez. Aunque estos medicamentos son claramente efectivos para tratar la depresión, la teoría actual aún deja algunas cuestiones sin respuesta. Por ejemplo, los niveles terapéuticos de concentración sanguínea se alcanzan en sólo unos pocos días y comienzan a afectar la actividad de los neurotransmisores en poco tiempo. Sin embargo, generalmente los cambios en el estado de ánimo tardan en aparecer cuatro semanas o más. Una explicación sostiene que la "desregulación" de los receptores para los neurotransmisores es aparentemente una consecuencia del exceso de señales entre las neuronas, y que por lo tanto el efecto tarda algunas semanas en notarse. Otra teoría, basada en investigaciones recientemente publicadas por los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos sugieren que los antidepresivos podrían derivar sus efectos de la promoción de la neurogénesis en el hipocampo. Investigaciones recientes apuntan a que los antidepresivos actuarían sobre algunos factores de transcripción llamados "genes reloj", los cuales también estarían involucrados en patologías situaciones de abuso de drogas y posiblemente en la obesidad. Estrategias de tratamiento En las mediciones de eficacia, un ensayo exitoso de antidepresivos requiere que al menos un 50% de los pacientes respondan a la medicación, lo que significa que se hayan reducido como mínimo un Casa Central: Mitre 788 1° Piso – TE.: 4492535/0297 Consultá nuestras filiales en www.institutoicr.com.ar ASISTENTE TERAPÉUTICO 50% de los síntomas depresivos. Sin embargo, diferentes formas de tratamiento pueden producir mejores resultados. Sustitución Las directrices de la Asociación Psiquiátrica Norteamericana del año 2000 para el tratamiento de pacientes con trastorno depresivo aconsejan que cuando no se obtenga respuesta con un antidepresivo después de seis a ocho semanas de tratamiento, se debe cambiar a otro, primero de la misma clase, y luego de una clase diferente. En una serie de estudios abiertos conducidos por el Dr. Michael Thase de la Universidad de Pittsburg se encontró que más de la mitad de los pacientes que no respondieron al primer antidepresivo, respondieron al segundo antidepresivo de la misma clase. En el año 2002, en un doble "estudio ciego", el mismo autor encontró beneficioso para los pacientes resistentes al tratamiento cambiar de un antidepresivo SSRI a uno tricíclico, o de un tricíclico a un SSRI. Asociación En caso de una respuesta insuficiente, la Sociedad Psiquiátrica norteamericana aconseja asociar un antidepresivo administrándolo con otro fármaco, para potenciar su efecto. Entre otros, estos fármacos pueden ser el litio, suplementos de hormonas tiroideas, un antipsicóticos atípico o los agonistas de la dopamina. En otros casos se combinan dos fármacos, formando uno nuevo, como es el caso del Symbyax, que es una combinación de fluoxetina y olanzapina (Prozac y Zyprexa), medicamento que ha sido aprobado en los Estados Unidos para el tratamiento de la depresión bipolar. Sin embargo, aún hay pocos estudios sobre las asociaciones de medicamentos utilizados para combatir la depresión. Combinación con psicoterapia Un estudio del año 2000 mostró que pacientes que tomaban nefazadona (Serzone) y acudían a sesiones de psicoterapia tuvieron una respuesta perceptiblemente mejor que aquellos que sólo tomaban Serzone. Prevención de recaídas En el año 2003 un meta-análisis de 31 ensayos de antidepresivos controlados con placebo encontró que el tratamiento continuado con antidepresivos redujo en un 70% el riesgo de recaídas en depresiones graves. Por su parte, la Asociación Americana de Psiquiatría aconseja en el caso de depresiones graves, que el tratamiento con antidepresivos se prolongue por varios meses después de la desaparición de los síntomas. En los pacientes con antecedentes de episodios depresivos graves, la Asociación Británica de Psicofarmacología recomienda mantener un antidepresivo al menos por seis meses, y hasta tanto como cinco años o incluso indefinidamente. Casa Central: Mitre 788 1° Piso – TE.: 4492535/0297 Consultá nuestras filiales en www.institutoicr.com.ar ASISTENTE TERAPÉUTICO Hábito y dependencia Se piensa que los antidepresivos no producen hábito, aunque la supresión brusca puede causar efectos adversos. Los antidepresivos crean pocos o ningún cambio inmediato en el estado de ánimo y requieren normalmente varias semanas para comenzar a tener efecto. Los antidepresivos no tienen las mismas características adictivas de otras sustancias, como la nicotina, la cafeína, y otros estimulantes. Sin embargo, existe controversia sobre la definición de la adicción en el caso de los antidepresivos. Algunos autores argumentan que los antidepresivos no cumplen los requisitos generalmente aceptados para esa definición. Aunque determinados antidepresivos pueden originar síntomas de privación (síndrome de abstinencia) al retirarlo, no acostumbran a producir impulsos de volver a las dosis anteriormente tomadas. A fin de evitar esos síntomas de privación, se disminuye lentamente la dosis en un periodo de varias semanas. No deben tomarse en ningún caso antidepresivos sin prescripción médica. La selección de un antidepresivo y de la dosis adecuada para un determinado caso y una persona específica, es un proceso largo y complicado que requiere el conocimiento de un profesional. Algunos antidepresivos pueden empeorar inicialmente la depresión, incluso con pensamientos de suicidio, así como inducir ansiedad o crear agresividad. En ciertos casos, un antidepresivo puede provocar también un cambio en la forma de manifestarse la depresión originando manías e hipomanías, acelerar el patrón de ciclos de estados de ánimo altos y bajos, o inducir el desarrollo de una psicosis en un paciente con depresión que no era psicótico antes de tomar el antidepresivo. Antipsicótico típico Estructura química de la clorpromazina, el primer medicamento neuroléptico. Los antipsicóticos típicos (también conocidos como antipsicótico de primera generación, antipsicótico convencional, neurolépticos clásicos o tranquilizantes mayores) son una clase de medicamentos antipsicóticos que se desarrollaron en los años 1950 para el tratamiento de la psicosis, en particular la esquizofrenia, y que por lo general han sido reemplazados por drogas antipsicóticos atípicos. Los antipsicóticos clásicos pueden ser indicados también para el tratamiento de la manía aguda, agitación y otros trastornos emocionales. El primero de esta clase de antipsicóticos de entrar a la práctica clínica fueron los fenotiazinas Clasificación Los antipsicóticos tradicionales se clasifican en dos grupos, dependiendo de su capacidad de ser de alta potencia o de baja potencia, (denominados asi debido a la cantidad de dosis necesarias para lograr un efecto): Potencia Ejemplos Perfil de efectos adversos mayor efecto secundario sobre el Sistema extrapiramidal y, Alta flufenazina, haloperidol, en menor medida, histamínicos (como la sedación), alfa potencia trifluoperazina y pimozida adrenérgicos (como la ortostasis) y efectos anticolinérgicos effects (como la boca seca). clorpromazina, Baja menor efecto extrapiramidal y mayores efectos histamínicos prometazina, tioridazina y potencia (H1), alfa-adrenérgicos (α1), y muscarínicos. levomepromazina Casa Central: Mitre 788 1° Piso – TE.: 4492535/0297 Consultá nuestras filiales en www.institutoicr.com.ar ASISTENTE TERAPÉUTICO Efectos secundarios Los efectos adversos de los antipsicóticos incluyen la resequedad bucal, rigidez muscular, calambres, tremores y ganancia de peso. Los efectos secundarios extrapiramidales incluyen signos como la acatisia, parkinsonismo, distonías y otros. Los medicamentos anticolinérgicos como la benztropina y la difenhidramina se usan con frecuencia para tratar estos efectos e Antipsicótico atípico Los antipsicóticos atípicos, también llamados antipsicóticos de segunda generación, son una clase de medicamento usado para el tratamiento de ciertos trastornos psiquiátricos. Algunos han sido aprobados para su uso en pacientes con esquizofrenia, otros se ven indicados para tratar la manía, Anorexia Nerviosa, desorden bipolar, agitación psicótica y otras. Mecanismo de acción Los antipsicóticos atípicos son un grupo heterogéneo de psicofármacos no relacionados entre sí, excepto por el hecho de que su mecanismo de acción difiere de los antipsicóticos típicos. Muchos tienen la facultad común de actuar sobre los receptores de serotonina, así como los receptores dopaminérgicos. Uno de los antipsicóticos atípicos, el aripiprazol, también tiene cualidades de antagonista de la dopamina, agonista parcial por el 5-HT1A y antagonismo por el 5-HT2A.1 No debe ser usado en pacientes con esquizofrenia leve a minimo Clozapina La clozapina fue el primero de una serie de fármacos diseñados para el tratamiento de la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos denominados antipsicóticos atípicos. Uso Actualmente la clozapina se considera el prototipo de antipsicótico atípico y un fármaco de reserva por su especial toxicidad. Sus principales indicaciones son esquizofrenias resistentes a otros antipsicóticos y esquizofrenias con graves efectos extrapiramidales con otros antipsicóticos. Se recomienda su inicio gradual, partiendo de dosis muy bajas, para mejorar su aceptación por el paciente, quien, además, debe realizarse un análisis de sangre semanal durante los primeros cuatro meses y mensual durante el resto del tratamiento. Además de usarse en esquizofrenias, también se ha utilizado en otros trastornos con síntomas psicóticos (trastorno delirante, trastornos bipolares y depresivos) y en diversas enfermedades neurológicas en las que aparecen síntomas psicóticos, complicando el cuadro orgánico (Parkinson, demencia con cuerpos de Lewy difusos) y que son especialmente sensibles a los efectos extrapiramidales de los antipsicóticos. La clozapina es el fármaco de elección en la esquizofrenia infantil, junto con tratamientos psicológicos: psicoterapia familiar y rehabilitación psicosocial (mejora en las habilidades escolares, evolutivas, sociales, y solución de problemas niño-familia-entorno) Casa Central: Mitre 788 1° Piso – TE.: 4492535/0297 Consultá nuestras filiales en www.institutoicr.com.ar ASISTENTE TERAPÉUTICO Olanzapina La Olanzapina es un antipsicótico atípico, aprobado por la FDA para el tratamiento de la esquizofrenia o algún otro trastono de agresividad patológica a partir del 30 de septiembre de 1996; episodios depresivos asociados con el trastorno bipolar como parte de la formulación de Symbyax el 24 de diciembre de 2003; episodios agudos de manía y tratamiento de mantenimiento del trastorno bipolar el 14 de enero de 2004. Las formulaciones de la olanzapina fueron fabricadas y distribuidas por la compañía farmacéutica Eli Lilly and Company, cuya patente expiró el 2011, actualmente se comercializa como fármaco genérico mundialmente. Farmacología La Olanzapina es estructuralmente similar a la clozapina, y se clasifica como una tienobenzodiazepina. La Olanzapina tiene una mayor afinidad por el receptor de la serotonina 5HT2 que por el receptor D2 de la dopamina. Como muchos de los antipsicóticos atípicos, en comparación con los típicos, la olanzapina tiene una menor afinidad por los receptores de la histamina, los muscarínicos y α-adrenérgicos. El modo de acción de la actividad antipsicótica de la olanzapina es desconocida. Puede implicar un efecto antagónico sobre los receptores de la serotonina. El efecto antagónico sobre los receptores de la dopamina se asocia con efectos extrapiramidales como la discinesia y también con los efectos terapéuticos. Al antagonizar los receptores H1 de la histamina se puede producir sedación. Casa Central: Mitre 788 1° Piso – TE.: 4492535/0297 Consultá nuestras filiales en www.institutoicr.com.ar