Prevalencia de Factores de Riesgo asociados a Anorexia en

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Prevalencia de Factores de Riesgo asociados a Anorexia en deportistas femeninas que asistan al laboratorio de
Actividad Física y Salud. Buenos Aires, 2006
Dr. Bazan, Nelio E. - Lic. Dumont, María Mercedes
[email protected] - [email protected]
Resumen
Introducción: La anorexia y la bulimia nerviosa son los trastornos alimentarios mas graves que conocemos hoy en día, que
se caracterizan por alteraciones graves de la conducta alimentaria.
El principal motivo por el cual se decidió realizar dicha investigación fue el encontrar un cúmulo creciente de evidencia que
sugiere que la prevalencia de desórdenes alimentarios y excesivo interés acerca del peso corporal se está incrementando en
ciertas poblaciones especiales, como es el caso de las deportistas femeninas.
Si bien hay deportes considerados de riesgo para trastornos, se encontró que hay deportistas con trastornos alimentarios en
muchas disciplinas deportivas.
Objetivos: Este trabajo tuvo como objetivo detectar la prevalencia de algunos de los factores de riesgo asociados a la
anorexia en mujeres deportistas.
Población: Se estudiaron 55 deportistas femeninas que asistían al Laboratorio de Actividad Física y Salud (LAFyS) del
Instituto Superior del Deporte (ISDe), de Buenos Aires, para ser evaluadas durante los meses de Septiembre y Octubre del
año 2006.
Los factores considerados fueron:
Factores predisponentes: edad de 13 a 20 años y cuando refería Obesidad materna.
Factores precipitantes: críticas sobre el cuerpo (distorsión de la imagen corporal).
Factores perpetuantes: consecuencias de la inanición (amenorrea).
Otro aspecto considerado fue el grado de concordancia entre la percepción del peso y el peso real en las mujeres deportistas
(tomado de las evaluaciones antropométricas).
Resultados y conclusiones: Es de esperar encontrar un alto porcentaje de deportistas con algún factor de riesgo asociado a
la anorexia, lo que nos hace pensar en los motivos por los cuales suceden y cuales deberían ser las acciones a realizar para
afrontar dicha problemática desde lo alimentario-nutricional y psicológico.
Trabajar con las deportistas y para las deportistas en el marco de un equipo interdisciplinario es esencial para encarar dicha
problemática.
Categoría de presentación: Trabajo Científico: Presentación Oral.
Objetivos
1.
Estimar la prevalencia de Factores de Riesgo asociados a anorexia nerviosa en mujeres deportistas (hockey - cestobol)
2.
Estimar el grado de concordancia entre la percepción del peso y el peso real en mujeres deportistas.
Introducción
Un cúmulo de evidencia creciente sugiere que la prevalencia de desordenes alimentarios y excesivo interés acerca del peso
corporal se está incrementando en cierta subpoblación de deportistas femeninas.
Para millones de mujeres el someterse a planes alimentarios restrictivos se tornó un modo de vida. Se estima que
habitualmente el 40% de todas las mujeres estadounidenses están tratando de perder peso. Esta obsesión nacional por la
pérdida de peso es alimentada primariamente por el valor desmedido que la sociedad le da a la perfección física y las
subsecuentes presiones inexorables sobre las mujeres para lograr el arqueotipo de la perfección, un físico delgado y esbelto.
Por ende, durante las últimas tres décadas hubo una marcada tendencia en incremento hacia un ideal delgado, casi irreal, de
belleza de la mujer. Consecuentemente, la presión está puesta sobre las mujeres jóvenes para restringir sus ingestas de
alimentos “hacer dieta” para lograr esa delgadez consumada.
La anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa son los trastornos alimentarios más graves que conocemos hoy en día, que se
caracterizan por alteraciones graves de la conducta alimentaria.
Anorexia quiere decir literalmente falta de apetito, y es un término habitual para designar un síntoma que aparece en muchos
otros trastornos y enfermedades, como la depresión. Cuando hablamos de anorexia nerviosa nos encontramos en un caso en
el que la persona, lejos de carecer de apetito, se comporta como un “organismo hambriento”; no come pero no deja de
pensar en cuáles son los alimentos idóneos que debe ingerir para no aumentar de peso. En el caso de los deportistas, estudios
de casos ilustran la intensa angustia emocional que muchos atletas tienen en relación a los alimentos, el peso corporal y la
imagen corporal.
La anorexia nerviosa se caracteriza por el rechazo a mantener el peso corporal en los valores mínimos normales, un miedo
intenso a convertirse en obeso y una alteración de la imagen corporal.
Se han propuesto diversos modelos explicativos para dar cuenta de la etiología, desarrollo y mantenimiento de la anorexia
nerviosa. A continuación se muestra una relación de la interacción de factores predisponentes, precipitantes y de
mantenimiento de la anorexia nerviosa según Toro y Vilardell (1987).
Interacción de factores predisponentes, precipitantes y de mantenimiento
de la anorexia nerviosa (Toro y Vilardell, 1987)
Factores genéticos
Edad 13 a 20 años
Trastorno afectivo
Introversión/ inestabilidad
Sobrepeso en la pubertad y
adolescencia
Factores Predisponentes
Nivel social medio/ alto
Familiares con trastorno afectivo
Familiares con adicciones
Familiares con trastornos de la
ingesta
Obesidad materna
Valores estéticos dominantes
Cambios corporales
Separaciones y pérdidas
Rupturas conyugales con el
padre
Contactos sexuales
Factores Precipitantes
Incremento rápido de peso
*Críticas sobre el cuerpo
Enfermedad adelgazante
*Traumatismo desfigurador
Incremento en la actividad física
Acontecimientos vitales
Consecuencias de la inanición
Interacción familiar
Aislamiento social
Cogniciones anoréxicas
Factores Perpetuantes
Actividad física excesiva
Yatrogenia
*Distorsión de la Imagen Corporal: Las críticas sobre el cuerpo y traumatismo desfigurador.
La alteración de la imagen corporal ha sido recogida como uno de los criterios diagnósticos de la anorexia nerviosa en los
trastornos de la conducta de la alimentación (American Psychiatric Association, 1994). Dado su importante papel de inicio y
mantenimiento de la enfermedad, su recuperación es crucial en la intervención (Bruch, 1962).
Se entiende como alteración de la imagen corporal la presencia de juicios valorativos sobre el cuerpo que no coinciden con las
características reales. La imagen corporal es la representación mental que uno tiene de su propio cuerpo y la sensación que se
tiene de él.
La imagen corporal está integrada por componentes perceptivos, cognitivo-afectivos y conductuales. Una revisión de la
literatura empírica nos muestra las dos maneras principales con las que se ha tratado de evaluar los diferentes componentes,
creando para ello una variedad de técnicas. Estas dos maneras son:
La precisión en la estimación del tamaño corporal del sujeto, basada en juicios puramente perceptivos. Una de las
principales formas de evaluarla es midiendo la anchura de determinadas partes del cuerpo, para obtener un índice de la
imagen corporal, que relaciona el tamaño estimado por el sujeto con el tamaño real medido por un antropómetro.
La actitud y sentimiento del individuo hacia su propio cuerpo, que refleja variables actitudinales, afectivas y cognitivas.
Este enfoque se ha desarrollado a través de cuestionarios diseñados para medir la actitud ante el peso y la forma del cuerpo,
así como la actitud ante la comida, proporcionan un Indice de Insatisfacción Corporal. Existen cuestionarios más específicos de
la imagen corporal como el BSQ (Cooper, Taylor, Cooper y Fairburn, 1987) y otros más generales, como el EAT (Garner y
Garfinkel, 1979).
Trastornos alimentarios en el deporte
La presión sobre las atletas femeninas para mejorar sus performances y físicos, unida a la demanda sociocultural puesta en
todas las mujeres para ser delgadas, generalmente resulta en intentos para lograr objetivos de tamaño y pesos corporales
irreales. Para algunas atletas femeninas la presión para lograr y mantener un bajo peso corporal conduce a patrones
potencialmente perjudiciales de alimentación restrictiva o dieta crónica.
Los deportes son con frecuencia iniciadores de trastornos del comportamiento alimentario. Muchos deportistas de elite, o que
están en camino de serlo, sufren irregularidades y disfunciones alimentarias de gravedad variable (Toro 1996).
En el ámbito deportivo se pueden mencionar algunos factores de riesgo específicos para el desarrollo de trastornos
alimentarios. Los factores predisponentes pueden ser genéticos, sociales, biológicos y psíquicos, los cuales interactúan para el
desarrollo de estas patologías en personas vulnerables.
Los factores o situaciones de riesgo más observados en la población de deportistas son:
1.
Deportes de mayor riesgo: aquellos que enfatizan una apariencia delgada, que requieren un porcentaje bajo de
grasa para un rendimiento deportivo óptimo o que requieren un peso determinado para clasificar.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
La hipótesis de la atracción por el deporte sugiere que algunos deportes específicos atraen a los individuos que
tienen la patología o alto riesgo de desarrollarla ya que estos encontrarían en esa actividad la forma de gastar calorías
y justificar su bajo peso o su forma anormal de comer. Por ejemplo, un deporte de resistencia como la maratón, con
énfasis en la magrez y caracterizado por un alto grado de entrenamiento, sería el elegido por estas personas, o tal vez
un deporte cuyo estándar de a forma corporal esté estereotipado y aceptado como delgado, de esta manera pueden
ocultar el problema.
Ciclos de dietas y peso corporal: los ciclos de peso por lo general se dan en deportistas que desean mantener bajo
pero tienen dificultades para conseguirlo. Un ejemplo puede ser un taekwondista que desea competir en una categoría
menor y cuando termina la temporada recupera su peso. Estas personas suelen estar presionadas por el tiempo, lo que
constituye un factor de riesgo adicional.
Comienzo precoz del entrenamiento específico en un deporte: se sabe que la forma corporal de una persona
puede orientar a la elección de un deporte determinando y que cuanto mayor es la desviación del cuerpo con respecto
al ideal para ese deporte más alto será el riesgo de desarrollar trastornos alimentarios. Se ha comprobado que cuanto
más jóvenes (edad prepuberal) comienzan un entrenamiento específico, sin tener aún la forma corporal definida, el
riesgo y la prevalencia de los trastornos alimentarios es mayor.
Rasgos determinados de la personalidad: entre las deportistas y las personas con trastornos alimentarios hay
rasgos comunes. Por ejemplo, ambos tienden a ser perfeccionistas, a tener expectativas de grandes logros, son
persistentes e independientes. Estas cualidades en un deportista le facilitan el éxito pero también lo exponen a un
riesgo mayor.
Impacto de los técnicos o entrenadores: muchos deportistas pueden acatar la recomendación de su entrenador de
disminuir el peso corporal en forma demasiado estricta como única forma de alcanzar el éxito en ese deporte. En
individuos vulnerables esta situación puede activar o exacerbar un problema de la conducta alimentaria. Las mujeres
corren mayor riesgo de desarrollar un trastorno alimentario, porque la sociedad ejerce mas presiones sobre ellas que
sobre los hombres por la delgadez. Tanto la perdida del entrenador como una enfermedad o lesión pueden
considerarse acontecimientos traumáticos y también disparadores de trastornos alimentarios.
El aumento súbito del volumen de entrenamiento o el entrenamiento inadecuado pueden activar o exacerbar este
problema en individuos vulnerables.
Prevalencia:
En el ámbito del deporte se detecta una prevalencia de trastornos del comportamiento alimentario superior a la hallada en la
población general, especialmente en algunas especialidades deportivas, y variable según los autores y con la herramienta de
diagnóstico utilizada para medir desórdenes alimentarios. Para Sundgot-Borgen la prevalencia de desórdenes alimentarios en
atletas femeninos varía del 1 al 62%. Para Resch (1997) y Sánchez Molina, Ibáñez Salmerón y García Pérez-Carro (2001) la
prevalencia varía desde el 15 hasta el 62%, afectando, en más del 90% de los casos, a muchachas adolescentes o mujeres.
Sin embargo, Wilmore y Costill (1998) estiman la prevalencia en un 50% para las deportistas de elite.
Los problemas nutricionales alcanzan su grado máximo en mujeres que participan en actividades de danza (Garner, Garfinkel,
Rockert y Olmsted, 1987) y en deportes como la gimnasia, los saltos de trampolín y el patinaje artístico, donde la imagen
corporal entra a formar parte del juicio subjetivo (Teitz, 1998), además de las corredoras de fondo o las jugadoras de
balonvolea (Gould, Jackson y Finch, 1992; Squire, 1994), no obstante se encuentran deportistas de sexo femenino con
trastornos de la ingesta en la práctica totalidad de las disciplinas deportivas, ; y a pesar de la dramática pérdida de
peso que supone para el deportista, niegan a menudo que estén sometidos a dieta.
En Argentina se realizó un trabajo de investigación con 270 mujeres deportistas, de 11 a 24 años, que practicaban la actividad
con una frecuencia no menor a tres horas semanales. Fueron evaluadas mediante un cuestionario de preguntas cerradas y el
Eating Disorders Inventory (EDI) adaptado, con el propósito de determinar síntomas de trastornos alimentarios y los factores
que podrían predisponer a ellos. Los resultados fueron que el 31% estaba insatisfecha con su imagen corporal y un 21% tenía
conductas perfeccionistas. La prevalencia de todos los trastornos fue mayor en el grupo de edad de 15 a 18 años. No se
comprobaron diferencias significativas de síntomas de anorexia entre el grupo que practicaba deportes de mayor riesgo
(atletismo, gimnasia artística, danza, etc), y el de las que practicaban deportes considerados sin riesgo de padecer trastornos
alimentarios (hockey, voley, etc), abarcando ambos grupos de riesgo.
Hay individuos que sufren desordenes alimentarios pero que no reúnen el criterio estricto de anorexia o bulimia nerviosa, pero
no obstante, presentan serios problemas alimentarios y una preocupación excesiva acerca del peso corporal. A este tipo de
desordenes se los considera Desórdenes alimentarios subclínicos recientemente identificados en atletas femeninas o
“Anorexia atletica o deportiva”.
Criterios para desordenes alimentarios subclínicos y Prevalencia de desordenes alimentarios subclínicos:
Smith adaptó el concepto de anorexia subclínica en deportistas. El anoréxico subclínico fue descrito originalmente como un
joven atleta masculino que estaba fuertemente sometido a su deporte y, como tal, pasó por medidas extremas de pérdida de
peso como medio para mejorar sus chances de éxito. La sorprendente pérdida de peso y aversión a los alimentos del atleta,
desarrollados consciente y voluntariamente en ausencia de toda enfermedad orgánica, como tal, terminaron en anorexia
nerviosa.
Sundgot-Borgen, más recientemente, propuso algunas características distintivas de una forma de anorexia subclínica a la que
ella se refirió como “anorexia atlética”. De acuerdo con Sundgot-Borgen, la deportista femenina con anorexia atlética
demuestra un miedo intenso a ganar peso o volverse gorda, aunque su peso esté bajo (al menos 5% menor al peso normal
esperado para la edad y altura de la población femenina general). Este bajo peso corporal, está acompañado por una
reducción en la ingesta total de energía (<1200 Kcal/día), ejercicio excesivo o ambos. Frecuentemente la deportista con
anorexia atlética también reportará comidas excesivas, vómitos auto inducidos, uso de laxantes o diuréticos, o las tres
conductas a la vez.
La atleta con un desorden alimentario subclínico como la anorexia atlética puede presentar signos de alimentación
desordenada pero falla en reunir el criterio estricto del DSM.
Deportes con mas riesgo de padecer trastornos:
Aunque como hemos dicho anteriormente, en todos los deportes existe el riesgo de presentar trastornos en la conducta
alimentaria, encontramos fundamentalmente cuatro grupos de deportes donde surgen, con mayor frecuencia,
comportamientos alimentarios patológicos (Otros: Daluiski, Rahbar y Meals, 1997; Teitz, 1998; Sundgot-Borgen, 1994;
Sykora, Grilo, Wilfley y Brownell, 1993; Wilmore y Costill, 1998):
Deportes que establecen categorías de peso: boxeo, lucha, halterofilia.
Deportes en los que un peso bajo resulta beneficioso para la mejora del rendimiento en la competición:
remeros, piragüistas y jockeys.
Deportes de resistencia: fondo, mediofondo y maratón.
Deportes en los que un peso bajo resulta beneficioso para el desarrollo de los movimientos y que requieren
buena presencia ante los jueces: ballet, gimnasia, patinaje artístico y aerobic.
El grupo de deportes de resistencia es un grupo donde se produce una gran incidencia de trastornos alimentarios. Existe una
gran presión por parte de los entrenadores para mantener un bajo peso y un porcentaje bajo de grasa corporal, en estos
casos una pérdida inicial de peso produce una mejor marca, lo que supone una gran motivación para continuar con la
reducción de peso.
Pero existe un punto a partir del cual la reducción de peso tiene efectos nocivos para la salud y el rendimiento del deportista,
el cuerpo no recibe la cantidad suficiente de nutrientes para llevar una vida normal y menos aún para realizar carreras de
fondo, empeoran las marcas, se produce una fatiga constante y las lesiones tardan más en recuperar. El trabajo de Clark,
Nelson y Evans (1988) es claro en este sentido, ya que descubrieron la existencia de anorexia nerviosa en el 13% de 93
fondistas femeninas de elite.
En otro de los grupos señalados anteriormente, donde la figura delgada y atractiva son aspectos que se juzgan en la
ejecución, las gimnastas se enfrentan al dilema de estar a la vez más fuertes y más delgadas que las adolescentes de su
edad, y soportan una gran presión para adelgazar. Dado que en los entrenamientos consumen poca energía, a nivel aeróbico,
el recurso más utilizado es recurrir a dietas restrictivas pero que intentan ser completas para mantener un peso corporal bajo.
La tremenda presión que sufren les lleva a consumir dietas bajas en calorías y menos nutrientes de los necesarios para su
edad y a desarrollar conductas patológicas para el control del peso, tales como el consumo de píldoras dietéticas, diuréticos y
laxantes.
Entre los estudios realizados en este deporte podemos destacar:
Rosen, McKeag, Hough y Curley (1986) pusieron de manifiesto que el 74% de las gimnastas de los colegios
universitarios vomitaban más de dos veces por semana, consumían laxantes, diuréticos, pastillas para adelgazar o
hacían ayunos.
Rosen y Hough (1988) hallaron que todas las gimnastas de sus investigaciones practicaban dietas restrictivas. La mitad
de estas deportistas intentaban aumentar el rendimiento, pero la otra mitad pretendían mejorar el aspecto físico. El 62%
practicaban por lo menos una forma de control patógeno del peso: vómitos autoinducidos, píldoras adelgazantes, ayuno,
consumo de diuréticos, restricción de líquidos y uso indebido de laxantes.
Sundgot-Borgen (1996) con 12 mujeres del equipo nacional noruego de gimnasia rítmica (algunas de ellas cumplían los
requisitos establecidos por el DMS III-R para el diagnóstico de la anorexia nerviosa), muestra los siguientes resultados:
todas las gimnastas estaban a dieta a pesar de estar extremadamente delgadas, presentaban retraso en la madurez,
irregularidades menstruales, déficit energético, alta frecuencia de lesiones y un alto volumen de entrenamiento.
Existen fundamentalmente tres posturas que intentan explicar el porqué de la incidencia de este tipo de trastornos en el
deporte (Blasco, García-Merita y Balaguer, 1993):
Algunos autores atribuyen a la influencia de la presión social como factor responsable del desarrollo de los trastornos
(Garfinkel y Garner, 1982; Garner y Garfinkel, 1980; Pérez, Rodríguez, Esteve, Larraburu, Font y Pons, 1992; Rosen y
Hough, 1988).
Otros, defienden que los deportes que exigen un control de peso, son elegidos por aquellos individuos que poseen
determinadas características de personalidad que los hacen ser susceptibles de desórdenes alimentarios (Eisler y le
Grance, 1990; Leon, 1984).
La tercera postura es la defendida por Epling, Pierce y Stefan (1983), quienes concluyen que para el caso de la anorexia
nerviosa, existe un subtipo anoréxico denominado anorexia basada en la actividad o anorexia por hiperactividad.
Plantean que el exceso de ejercicio físico puede provocar el inicio de la anorexia nerviosa. Sugieren que la actividad
física y la ingesta de alimentos se relacionan recíprocamente; de tal manera que la disminución de la ingesta produce
aumento de actividad, y ésta produce, a su vez, una disminución de la ingesta, y así sucesivamente.
Consecuencias o efectos de Trastornos de la conducta alimentaria:
Efectos sobre la performance y la salud:
Teóricamente, la restricción crónica de energía o la inadecuada ingesta de macronutrientes, o ambas, combinadas con el
ejercicio excesivo podrían reducir la performance deportiva. Desafortunadamente, es difícil medir los efectos de la ingesta
inadecuada de energía/ nutrientes sobre la performance atlética debido a que muchos atletas no son cuidadosamente
monitorizados durante un periodo de tiempo extenso. Además, es difícil hacer asociaciones causales entre inadecuancia de
nutrientes a largo plazo y la performance, debido a la dificultad de controlar los factores llamados confundidores. No obstante,
generalmente se reconoce que no se puede mantener la performance optima en un atleta que esta entrenando
rigurosamente, mientras está en un estado deficiente de energía o nutrientes.
Ingestas inadecuadas de nutrientes privan al cuerpo de la energía para ejecutar un evento, los carbohidratos necesarios para
la restitución de glucógeno, las proteínas necesarias para la construcción y reparación de tejidos, y los micronutrientes
necesarios para el metabolismo y mantenimiento de la homeostasis corporal.
Además de la reducción en la performance, la ingesta inadecuada de energía y/ o macronutrientes puede afectar
adversamente el estado de salud directamente, como consecuencia del bajo peso corporal, o indirectamente a través de
efectos de practicas de conducta, de dieta o de ejercicio, utilizadas para mantener un bajo peso corporal. Algunas potenciales
consecuencias de la deficiencia crónica de nutrientes incluyen fatiga crónica, incremento de la susceptibilidad a la infección,
curación y recuperación de lesiones pobre o retrasada, anemia, disbalances electrolíticos, y cambios cardiovasculares,
anomalías endocrinas y osteoporosis.
Población y muestra
Se entregaron encuestas auto administradas a 59 deportistas femeninas en competencia (referencia de deporte de
competencia) de hockey y cestobol cuyas edades estuvieran comprendidas entre los 13 y 30 años. Las mismas asistieron al
Laboratorio de Actividad Física para evaluación antropométrica durante los meses de septiembre y octubre de 2006. Todas
las encuestadas aceptaron participar de ésta investigación, pero posteriormente se eliminaron los datos obtenidos en 4
encuestas por no haber respondido al menos el 80% de las preguntas.
En cuanto al peso y la talla, fueron evaluados en el instituto por Licenciadas en Nutrición utilizando para evaluar peso una
balanza CAM de capacidad 150 Kg y precisión 100g, y para evaluar el talla un estadiometro de pared, en cinta milimetrada.
Muestreo
Fueron incluidas en forma consecutiva todas aquellas deportistas que asistieron al Instituto y que accedieron a completar el
cuestionario.
Definición de Términos:
Anorexia Nerviosa: Trastorno psiconeurótico que se caracteriza por un rechazo prolongado a los alimentos que da lugar a
emaciación, amenorrea y trastornos emocionales en relación con la imagen corporal y que se asocia a un miedo anormal a la
obesidad.
Criterios Diagnósticos:
a.
rechazo a mantener el peso por encima de lo normal para talla y edad.
b.
miedo intenso a ganar peso o a convertirse obeso.
c.
alteración de la percepción del peso.
d.
ausencia de 3 o más ciclos menstruales consecutivos (APA 1994).
Riesgo de Trastornos alimentarios: Factores de riegos que incrementan potencialmente el desarrollo de un trastorno
alimentario. Por ejemplo: alta preocupación por el peso, uso de comportamientos compensatorios de reducción de peso,
determinadas características de la personalidad, etc.
Desórdenes alimentarios subclínicos: desórdenes alimentarios no específicos; individuos que manifiestan serios problemas
de padecer un trastorno alimentario pero que no reúnen todos los criterios de diagnóstico de anorexia o bulimia nerviosa (APA
1994).
Deporte: situación con reglas de juego y con realización de competencias.
mujeres deportistas:
que realicen………hs por semana de entrenamiento
que participen en competencias
Menarca: Primera menstruación que supone el comienzo de la función menstrual cíclica.
Amenorrea: ausencia de menstruación.
Imagen Corporal: percepción y sentimientos que tenemos sobre nuestro propio cuerpo.
IMC:
Reparos éticos:
La investigadora se compromete a mantener la confidencialidad de los datos personales de aquellas personas que desean
participar del estudio.
Diseño: Materiales y Métodos
Para responder al objetivo 1 se llevó a cabo un estudio prospectivo, descriptivo, observacional y transversal, mientras que
para el objetivo 2 el diseño aplicado fue de comparación a muestras independientes, prospectivo, observacional y transversal.
A cada deportista se les entregó una encuesta que constaba de las siguientes partes:
Datos generales: Nombre y apellido, Fecha de nacimiento, edad desde que practica deportes.
Preguntas cerradas: padres obesos, preguntas de percepción de la imagen corporal y de menarca (Ver anexo N°1).
Nota: Todas los datos y preguntas las completaba la deportista, según lo que ella manifestaba. Excepto peso y talla que
fueron evaluados por el equipo de trabajo del LAFyS.
Las variables en estudio fueron:
Factores de Riesgo asociados a anorexia: se agruparon en
1.
Factores Predisponentes:
a.
Cuando la deportista respondía edad de 13 a 20 años
b. Cuando la deportista refería Obesidad materna
2.
Factores Precipitantes
a.
Críticas sobre el cuerpo: se consideró que había críticas sobre el cuerpo cuando respondió a la pregunta 1 con
siempre, casi siempre y frecuentemente, y/o a la pregunta 2 con pocas veces, rara vez, casi nunca y nunca.
3.
Factores Perpetuantes
a.
Consecuencias de la inanición: cuando responde a la pregunta 3.2 de manera afirmativa (si).Concordancia entre la
percepción del peso y el peso real
Percepción de peso: se valoró por la pregunta 1 y 2. Se consideró que era inadecuada cuando respondió a la
pregunta 1 con siempre, casi siempre, frecuentemente y muchas veces y/o a la pregunta 2 con pocas veces, rara vez,
casi nunca y nunca.
Peso real: Se determinó si el peso real era adecuado o inadecuado a través de la medición de peso y talla estimando
IMC y estableciéndose el punto de corte para bajo peso cuando el IMC era inferior a 18,5.
Para calcular el IMC se utilizó la siguiente fórmula:
IMC = PESO ACTUAL (Kg)
TALLA (metros)2
1.
2.
PESO: El peso se midió utilizando una balanza de pie, marca CAM, de 150 Kilogramos de capacidad y con presición de
100g. La deportista debía estar descalza, con la mínima cantidad de ropa y pararse sobre la balanza en el centro de la
plataforma, derecha, mirando al frente, con los brazos al costado del cuerpo y luego se realizaba la lectura.
TALLA: La talla fue evaluada colocando a la deportista sobre el tallimetro de pared, con los talones, glúteos y espalda
tocando la pared, en plano de Frankfurt, y utilizando una escuadra Rosscraft se procedia a hacer la lectura, con
precisión en milímetros.
Categorización del IMC
IMC
Clasificación
Menos de 18,5
Bajo Peso
18,5 – 24,9
Peso Normal
25,0 – 29,9
Sobrepeso grado 1
30,0 – 39,9
Sobrepeso grado 2
FUENTE: Torresani M.E., Somoza, M. I. Lineamientos para el cuidado nutricional.
Buenos Aires. Ed. Eudeba. 1999, 573 pág.
Variables de Caracterización
Edad: a partir de fecha de nacimiento y fecha al momento de ser evaluadas se estimó la edad decimal en años.
Deporte de competencia que actualmente practica: si indicaba hockey o cestbol
Edad en que comenzó ese deporte: en años según lo referido por la encuestada.
Horas de entrenamiento: cantidad de horas semanales promedio que la encuestada dedicaba a las actividades deportivas,
incluyendo los partidos.
Método de almacenamiento y Análisis Estadístico
Se utilizaron los datos recogidos de las encuestas auto administradas entregadas a las deportistas. Los mismos fueron volcados
en una base de datos (Microsoft Excel 97) y luego analizados empleando el paquete estadístico (Medcalc y VCCSTAT). Para
todas las variables se establecerá la distribución de frecuencias y/o porcentajes en relación con el total de casos. Para aquellas
medidas en escala ordinal o superior, se computaron las siguientes estadísticas: numero de casos, valor mínimo hallado, valor
máximo hallado, media aritmética, desvio estándar. Se estimaron los intervalos de confianza del 95% y se estimó el grado de
concordancia a través de la estimación del coeficiente Kappa.
Descripción de la muestra:
Se estudiaron los datos obtenidos de 55 deportistas femeninas encuestadas. 43/55 practicaban hockey (78.2%) y el resto
(21.8%) cestobol.
El promedio de edad fue 19.96 ± 3.48 años (mínimo 15.40, máximo 28.51)
El tiempo promedio de años de practica deportiva fue 13.01 ± 3.2 años (mínimo 4.4, máximo 21.5 años)
La media de horas de entrenamiento por semana referidas por las encuestadas fue de 8 ± 2 (mínimo 3, máximo 14 horas)
En la tabla 1 se detallan los valores obtenidos de peso y talla de las jugadoras.
Tabla 1: Medidas antropométricas en las encuestadas
media DE mínimo máximo
Peso 57,8
5,7 48,2
72,3
Talla 1,60
0,1 1,4
1,7
IMC
1,9 18,1
26,1
21,7
Resultados
En la tabla 2 se detallan las distribuciones de frecuencias de los diferentes factores de riesgo asociados a anorexia y valorados
en este estudio.
Factores de riesgo Asociados a Anorexia (n=55)
Predisponentes:
n
PREVALENCIA IC 95%
Edad (13-20)
43 78.2%
64.6 - 87.8%
Obesidad Materna
0
0%
0 – 6.5%
9
16.4%
7.8 – 28.8 %
15 27.2%
16.5 - 41.2%
7
5.3 – 24.5%
Precipitantes:
Criticas sobre el cuerpo:
sentirse diferente
Criticas sobre el cuerpo: conformidad con su propio peso
Perpetuantes:
Consecuencia de la inanición (retraso menstrual superior 3 meses)
12.7%
De los factores precipitantes relacionados con las auto-criticas hacia el cuerpo 22/55 (40% IC95% 27.3-54.1) respondieron en
forma riesgosa a una o ambas preguntas.
En la tabla 3 se detalla el grado de concordancia hallado entre la percepción del peso y el peso real en las mujeres deportistas
encuestadas.
Tabla 3: Concordancia entre el peso real y la percepción del mismo
Peso real
Percepción
Total
Alterado Normal
Alterada
0
22
22
Normal
2
31
33
Total
2
53
55
Coeficiente Kappa = -0.07
(IC95% -0.39 – 0.25)
De las 53 deportistas con peso normal según IMC, 22 (41.5% IC95% 28.4-55.8%) refirieron una percepción alterada del
mismo.
Conclusiones
Estos resultados apoyan la hipótesis que:
La prevalencia de los diferentes tipos de factores de riesgo asociados a anorexia en la población podrían llegar a ser de
máxima un 54.1%. El factor de riesgo mas prevalente hallado fue la inconformidad con su propio cuerpo (41.2%)
El grado de concordancia entre la percepción del cuerpo y el peso real fue no significativo, indicando que no existe acuerdo
entre estas comparaciones (coeficiente kappa -0.07, IC95% -0.39 a 0.25). Esto significa que las deportistas tienen en muchos
casos una percepción distinta a su peso real.
Los profesionales que trabajan con deportistas especialmente adolescentes y adultos jóvenes, ya sea que participan en los
deportes considerados de riesgo o no, deben estar alertas a los síntomas precoces de trastornos alimentarios ya que pueden
ocasionar consecuencias en la salud de estas atletas. Algunas preguntas simples de sondeo acerca del peso, posible
insatisfacción con la apariencia, amenorrea y la ingesta nutricional del día antes de la evaluación, pueden ayudar a identificar
el desarrollo de una patología alimentaria.
La intervención precoz tanto médica, nutricional como psicológica son claves para la pronta recuperación, y la educación en
nutrición y apoyo psicológico dentro de un equipo interdisciplinario es clave para la prevención, permitiendoles llevar adelante
el deporte de manera saludable.
Discusión
A la vista de los resultados expuestos, fruto de la revisión de la literatura existente sobre el ejercicio físico, deporte y
trastornos alimentarios, podemos concluir que cada vez son más frecuentes los estudios sobre trastornos alimentarios de los
deportistas.
Los resultados de dicha investigación muestran una importante prevalencia de factores de riesgo de anorexia en las
deportistas. Sin embargo, esta prevalencia es muy variable según el instrumento de medición utilizado. Para dicho trabajo se
eligió el FAST (Female Athlete Screening Tool), el cual es un instrumento que fue desarrollado y validado en forma específica
para uso en mujeres atletas, utilizando algunas preguntas solo para la valoración de la percepción de la imagen corporal
adaptándose para mejor interpretación de los resultados.
No se pudo hacer una valoración más completa, utilizando por ejemplo la totalidad del instrumento FAST u el uso de algún
otro instrumento o valoración; Esto fue debido a que los investigadores no tenían conocimiento previo de las deportistas y
considerando que trabajar con trastornos de la alimentación es un tema muy delicado que requiere de mucho cuidado a la
hora de evaluarlo, no era apropiado para dicha población. Tampoco disponíamos de suficiente tiempo, por el acortado
contacto que tuvimos con las deportistas para trabajar.
Sin embargo, mas allá del instrumento utilizado, encontramos factores de riesgo asociados a anorexia y percepción alterada
de la imagen corporal.
Un estudio de Perpiñá y cols, que tenía como objetivo también comprobar las diferencias entre el peso real y el peso
percibido, clasificando la percepción del peso en “kilos de menos percibidos”, “peso justo percibido” y “peso de más percibido”,
encontró que del total de las que se clasificaron dentro del grupo “peso justo percibido” (es decir, que se veían con un peso
normal), el 73,9%, estaban por debajo de su peso ideal; y el 23,25% de las mujeres que se clasificaron dentro de la categoría
“peso de más percibido” tenían en realidad un peso por debajo de lo normal. Nuestro trabajo encontró que de las 53
deportistas, el 41,5% de ellas, a pesar de tener un IMC normal, estaban disconformes con su peso.
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