LAS DIFICULTADES DEL APRENDIZAJE Una de las mayores preocupaciones para muchos padres son las dificultades del aprendizaje que puedan tener sus hijos porque, además de afectar al rendimiento escolar, interfieren también en las relaciones interpersonales que mantienen. El diez por ciento de los niños en edad escolar presenta algún tipo de problema específico del aprendizaje. En la mayoría de los casos, el nivel de inteligencia general es normal, sin embargo, los patrones de percepción son poco habituales. Suelen esforzarse por portarse bien y realizar las tareas que les encomiendan pero, al captar y procesar inadecuadamente las informaciones, tienen dificultades para desarrollarlas. Según la Learning Association of América, las deficiencias más frecuentes que pueden provocar dificultades del aprendizaje son las siguientes: • Audición y lenguaje: Suelen tener problemas de las vías respiratorias superiores con frecuencia (resfriados, otitis, etc.), alergias y asma. Respiran por la boca, pueden sentirse mareados, con problemas de equilibrio y sufrir dolor de cabeza. Pronuncian mal las palabras, hablan muy alto, pueden quedarse en blanco cuando están transmitiendo un mensaje, ponen la televisión muy alta y les cuesta seguir instrucciones con más de un mandato. • Lectura: Suelen estar relacionadas con problemas de limitación visual. Los niños se acercan mucho al texto y leen las palabras en voz alta. Invierten, sustituyen u omiten palabras. No leen con fluidez y tienen poca comprensión de la lectura. Pueden ver dobles las letras, saltan y leen dos veces la misma línea, no leen las consonantes finales, pestañean excesivamente, bizquean al leer, se quejan de picor y se frotan los ojos con frecuencia. • Escritura: Invierten y cambian la altura de las letras, no escriben encima de las líneas y no dejan espacio entre las palabras. No se definen como diestros o zurdos, tienen poca habilidad agarrando el lápiz, colocan mal el papel y lo mueven demasiado. Organizan mal el pensamiento y el control postural es muy pobre. • Matemáticas: Con frecuencia tienen poca comprensión y memoria de los números además de invertirlos. No responden a los datos matemáticos y les cuesta interpretar las horas del reloj. • Emocional y social: Problemas de atención, hiperactividad, baja autoestima, depresión infantil, etc. El retraso en la coordinación psicomotriz también repercute negativamente en el resto de aprendizajes escolares. La incorrecta lateralización dificulta orientar las letras adecuadamente lo que provoca inversiones, omisiones y confusiones que impiden el correcto aprendizaje de la lectura y la escritura. La desorientación espacial y temporal, la mala organización del esquema corporal, la inadecuada coordinación viso motriz, etc. son otros aspectos psicomotrices que pueden afectar al nivel madurativo de los niños. Las dificultades del aprendizaje deben detectarse a tiempo y tratarse adecuadamente porque, de no ser así, aumentan y se agravan con el tiempo. El niño con dificultades se esfuerza por aprender, pero vive fracasos y frustraciones constantes que afectan a su equilibrio emocional y a su evolución general, pudiendo desembocar en fracaso escolar. Muchos niños con dificultades del aprendizaje suelen comportarse mal debido a las constantes frustraciones que sienten, porque prefieren que les consideren “malos” a que les crean “tontos”, o bien porque no consiguen atención a través de sus éxitos escolares y la buscan a través del mal comportamiento. Cuando los padres sospechen que su hijo pudiera presentar algún tipo de dificultad con el aprendizaje, el primer paso que deben dar es hablar con su educador y, juntos, decidir si es conveniente la valoración de un especialista infantil. No obstante, la mayoría de dificultades desaparecen cuando el ámbito familiar y el escolar proporcionan un clima de seguridad, comprensión y confianza para el niño. Otros consejos sencillos que ayudan a superar las dificultades son: • Asegurarse de que el niño duerme el número de horas adecuadas a su edad y necesidades. • Consultar con el pediatra para descartar cualquier problema de visión, audición, equilibrio, etc. • Cuidar la respiración, enseñándole a tomar el aire por la nariz y expulsarlo por la boca. Cuando el organismo está bien oxigenado disminuye el cansancio, aumentando la capacidad de atención. • Procurar que siga una dieta de alimentación equilibrada y completa. No pedirle que realice tareas que requieran gran atención y concentración después de una comida abundante. • Facilitarle un tiempo para el ocio y la relajación entre tarea y tarea. • Motivarle para realice las tareas y procurar que obtenga pequeños éxitos. • Reforzar los pequeños logros con aprobaciones y alabanzas. • Asegurarle vuestra aceptación y amor incondicional con independencia de su rendimiento en los aprendizajes escolares.