El algodon y los algodoneros - Ministerio de Agricultura y Ganadería

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~ Dr. ú'KOIS~S -SANTIAGO BERTONI JtI
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EL ALGODON
C&
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LOS c.ALGODONEROS
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Deade los Puntos de Vista ~2. 'f
Botánico y. Económico L.
Con especial aplicación a las coodiciones eJe ~q
estos. palies 11-
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====FPUERTO BERTONII=====
Imprenta y Edición "Ex Sylvil"
1927
BIBLIOTECA KACIOtlAL O,
AGRICULTURA (BHlj)
. Dr. M.lsú S. Berloni.
c,n
UNA EXPLICACION NECESARIA
escribí esta obrita, era mi intención compleCUANDO
tarla con una segunda parte, dedicada a los metodos y práctica del cultivo. Pero habiendo tenido que
suspender la impresión 'para atender a la de «Agenda y
Méntor Agrícola J, corrió un lapso de tiempo más que
suficiente para que se produjera lo qué en la rimera
parte impresa había yo previsto, esto es, a. eca enCla
delcültivo del Álgodonero en la :Argentnia como-errel
Paraguay.
'.
Lejos de mí la pretensión de haber sido profeta.
No hice más que observar los errores que ya habían
sido denunciados por las más altas autoridades en esta
. materia, e indicar las consecuencias a que tale¡ errores
. Pnniln~i,.íl\n fatalmente, siempre guiándome por aque-'
¡¡v:j lUaestros y los más serios y recientes estudios de la
peligrosísima cuestión de las hibridaciones, y selección
de la semilla y de las variedades con relación al clima.
Es de extranar como en Argentina se iniciara el
cultivo del Algodonero en grande ~cala con tan escaso
conocimiento de la cuestión, y al parecer; tan completo
desconocimiento de los aludidos peligros y de las caJurosas recomendaciones de indiscutibl~ autoridades
cientificas y técnicas. Y es de lamentar que en el Pa- -'.
rag"~a creído J>üéñCOnsejo el imItar alo que
eñArfrentina -senaaa:-1Jel'l!sU1t:ts;<nnbas-naciU1íes
incurrieron en los mlsmos errores iniciales y persistieron sobre la falsa ruta, no tardando la 'decadencia en
producirse. Durante el último año agrícola, en aque=-'
na nación, la extensión de este cultivo se reducía de
más de 40000 hectáreas, siendo escusado decir lo que
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1
INTRODUCCION
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E TODOS LOS GRANDES CULTIvos del mundo, no hay nin~o que como el del tAlgodonero presente reurii-
"t7 das las ventajas de la in~ns~.!!!-~~
de su producto, del uso universal, y de
la!Jósij)ilidad de oblener¡o eñ- tan amplia zona geográfica ~ en ·contraste con el estricto· cérco
dCeondICiones naturales, sociales y económicas que exige
- con el problema de la elección de los tipos y la dificultad de su conservación - con la posibilidad de grandes
c:ambios de paises productores y en el comercio universal
- y por tanto, con el peligro constante de la competencia,
yo las posibles sorpresas de los mayores intereses en lucha.
u.ii.. UUlIU" encuentra condiciones favorables,ningún
cultivo ·es tan accesible a todas las personas y a todas las
condiciones. Tal vez ninguno exige menor capital Y" pocOspemiten obrar tan independientemente, sin auxilio ni
colaboración de nadie. Pero ninguno exige mayor vigilancia por parte del Estado, prudencia en los directores,
conocimiento en los maestros y atención en los obreros.
y tal vez como ningún otro, exige escrupulosa honestidad
en la natureleza del producto a la entrega. Esto es decir
cuan grande es la responsabilidad de los que están llamados por su situación en el mundo- directivo, a imprimir
rumbos a las actividades agrícolas. Y es apenas necesario advertir, que a pesar de todo el cuidado que uno ponga en imponerse de las diversas cuestiones, no es sin cierta
reserva que en algunas de éstas puede pronunciarse.
Por 10 pronto, es preciso advertir que las conveniencias del momento están a veces lejos de ser las del próximo
Dr.
6
MO/SES S. BERTON/
p~sa en'la nuestra.
, '
, "La baja lTlundial de los precios - que en realidad
no fue sino la prevista normalización - no basta para
justificar el actual fracaso... Pl!.es la v.uelta de los
cios a su estado normal, aun CJerta depresIón a ajo
ael nivel normal, no ¡m i e,n¡-¡rr¡peau:a nunca la cor~
cación ven Josa e os categonas e a go ones, que.
!ion los de -hebra larga y los de hebra corta, y aun muy
corta, pero pareja.
,
,~,
PrecIsamente son éstas las categorías que fueron'
'práctícamente elJm¡nadas de los cultivos en am1>oS
aíses, debIdo a la desordenada mezcla de numerosos,
tI os y
'osa u I Iza
iBa e as
a
cre-
~fubl~~m~o:~equed~bíAe~:~:;:;?:~::
'wstá,comprobado
c teamen
remediables sin 'un cambio r wal.
que en trantandose de Algodoneros
e
'la selección es incapaz de purificar y fijar un tipo deter~
minado, partiendo de una gran mezcla de tipos. Para
. ?wsotros, hay un medio sólo, en mi concepto; empezar
de nuevo~
-,
El Paraguay puede y debe ser país a!godonero...
Sus condiciones de clima y brazos exigen, sin embargo,
ciertas precauciones" complicando el proq)ep:a. Además no tenemos la 'posibilidad de' que"la"s industrias
naci~nales absorban, en un próximo porvenir, una par¡ _ o,.. r,,-,;·t;:.nte de la producción.
Es por tanto necesar'Ü>
tener -por único objeto la exportación, cultivando tipos
expoJ..tables. y en la elección que de estos se haga, la
demanda mundial debe ser.]a principal guía; pero no
la que las estadíSticas indican - pues un buen artículo
a veces no se p\lede vender precisamente porque los
otros productores ya venden mucho, y lus mercados de
compra no se cambian fácilmente - sino la demanda
que los mejores centr.os de ~nformaci.ón y. los importadores indiquen como ~~ufic~entemente satwfecha y probablernente duradera.
o
EL ALGODON y l.OS ALGODONEROS
-
7
Una Vf!L elegido el tipo, o los tipos convenientes
- y adaptables, habrá que pensar en conservarlos tales
como son, en producir la ún-iea semi/In q/le se debe permitir y en evitar rigurosamente torios los peligros de
incurrir en los errores del pasado. En esto, habrá que
adoptar las leyes y reglamentos de los países mejor
organizados y de parecidas condiciones, tomandó me• didas especiales y severas para su aplicación.
Entónces solamente se podrán definir e indicar
detalladamente los métodos y las prácticas del cultivo.
Pues esto varía mucho, según la especie que se cultive,
herbácea o arbórea, perenne o anual, y además, la cualidad de la hebra, que es lo esencial, exige frecuentemente cuidados especiales para ciertos tipos. Hacerlo
ahora ya, es exponerse a que mucho de lo que se diga
no resulte aplicable y más de un consejo resulte malo.
Por otra parte, se puede decir que los agricultores
paraguayos, en general, ya conocen el cultivo del Algo_donero. Ciertamente, el nuevo difiere del antiguo y se
necesitan hoy día precauciones que antes se descuidaban, o se ign::-:¡::':l c::::;'~~~~·l·l"íi~..... ;:'tlV ~a.S instrucciones impartIdas durante estos últimos años por la
Dirección de Agricultura y Defensa A¡~rícola, y sobre
todo la -éSéfiahza práctica dada en todos los departamentos algodoneros por la sección de Defensa Agrícola, con el fin principal de combatir las graves plagas
que aquí, como en todos los países, pueden aniquilar
la producción en cuanto haya descuído -- todo esto hace también menos urgente la redacción de un tratado
práctico del cultivo.
10
D..
MOlSES S. BERTONl
porvenir, que debe tener en vista quien sólo procura el
interés de la colectividad. Fácil es aconsejar procedimientos lucrativos, sobre cualquier ejemplo que se tenga a
la vista. Pero lo que nuestra agricultura y la nación necesitan, es una fuente perenne.
¿ Qué ganaríamos,. si
después de unos años de bonanza, tuviéramos que abandonar uno de los mayores cultivos, con todo el trastorno
que esto siempre produce en la economia nacional, yo la
consiguiente necesidad de reorganizar la chácara sobre
bases nuevas ?
La necesidad de estudiar el problema nacional desde el punto de vista mundial, prima sobre todas las cuestiones. Considerando que ni el Brasil - con su grande y
antigua industria de tejidos, que produce todo lo que el
país necesita - no pudo eximirse de tomar muy en cuenta el abasto mundial para asegurar el porVenir de su
algodón, podemos comprender cuán peligroso seria el tener en vista únicamente las conveniencias nacionales del
momento o las de nuestro limitado comercio, o fundar
cálculo~ de porvenir en la incipiente industria de tejidos'
de c.Argentina, pais que podrá fácilmente producir todo
el algodón que necesite para su consumo.
'.' y 'de todos los problemas agrícolas mundiales, en esta
época seguramente no hay ninguno tan complicado y debatido. Desde que la producción de los Estados Unidos
inclinó a disminuir - sobre todo relativambu<c, ..... ';c...;, ,
comparada con el aumento de la demanda universal - en
todós los otros paises templado-cálidos o tropicales se trató de establecer o ampliar bl cultivo. Fue con verdadero afán que todas las naciones coloniales buscaron paises
nuevos, aptos para para producir algodón, invertieron
grandes sumas, y repitieron ensayos con una constancia
e interés nunca visto. Muchos países menores hicieron
10 mismo. Sin embargo, elresul.tado general fue negativo..
El estudio detallado de los numerosos fracasos y limitados triunfos seria en extremo interesante yo lleno de
enseñanzas.' No nos es permitido hacerlo en este breve
EL ALGODON y LOS ALGODONE'.ROS
11
resumen. Pero es en buena parte de ese estudio que manan varias indicaciones y consejos que creo poder"" consignar". El conjunto de esos hechos constituye la mejor""
fuente de información y la más necesaria. Pues como
lo indica el subtítulo, las cuestiones fundamcntllles del cul·vo en el Paraguay no pueden ser"" tratadas sino desde el
punto de vista del mercado universal. Proceder"" de otra
manera, seria seguir un camino muy peli¡:roso, pues el
país no tiene Industria ni gran población quc pucdan absorber"" la producción, ni podrá tenerlos en brcve.
Las causas de los malogros a que :.l1udo, constituyen
- desde nuestro punto de vista práctico
lo mis interesante de la cuestión; pues encierran en cada paso una enseñanza para subsanar- a las dificultades que se nos presentan, y evitar- en lo posible las que pueden presentarse.
Con este fin, recomiendo con insistencia a los hom~es del
gobierno" a los mayores interesados, que ten"g.an la mirada fija sobre lo que suceda en el Brasil principttlmente.
Pues este gran país, que en todas sus regiones algodoneras
presenta condiciones naturales y humana muy semejantes
o idénticas a las nuestras, cometió idénticos errores, y se
ve en presencia de idénticos problemas, con la diferencia
de haberse adelantado en la organización necesariA V"
emprendido con claro conocimiento y enérgica ac!:.':", ¡:."
refonnas necesarias para lo presente y lo porvenir".
Dos circunstancias sumamente favorabl.es favorecie~
ron al Brasil en esa vía, y me permitieron imponerme de
cuestión algodonera en sus varias faces: la exploración
y minucioso estudio de las regiones algodoneras por"" una
autoridad suma, y el Congreso Internacional AlgOdonero,
celebrado en Rio de ]anelTo, en 1922, durante mI est~a
en esa metrópoli. ~LOs tres antenores congresos internacionales algodoneros hace años habian ser'ialado la
necesidad de un estudio de las condiciones y posibilidades
godoneras en todo el mundo, hecho por competentes per3QTlaS y con todos los elementos necesarios.
Ese gran
pensamiento fue realizado mediante el nombramiento de
una comisión internacional, constituida por"" t:specialistas
BIBLIOTECA NACIONAL D~
1.:~:CljLTU:::~ (gl!IA).
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A.~n:~és
S. Bert~D1
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·D,. .MO/SE5 S. BERTON/
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eminentes en cada una de las faces del problema, li¡ científica, la comercial, la industrial, la agrológica, la practi. camente agrícola y la social o humana, Durante varios
años esta gran comisión recorrió todos los paises del mundo, productores de algodón o posiblemente capaces de
producirlo, y terminó su histórica tarea estudiando muy
detenidamente todas las correspondientes partes del Brasil. Yal terminar su trascendental gira, celebrábase en
Río el mencionado congreso, en el que, naturalmente, los
eminentes especialistas fueron los más escuchados, Y' determinaron las principales, resoluciones. ~ tal'
manera la luz necesaria sobre el camino arecorrer", como
tUera urgente el emprender lasretoiTIlaSTndicadas, acto
continuo los gobiernos del Brasil dictaronrasro~Qñer?S ~vas, cuya aplica~i~~~ue
~nerg¡a actualmente se persIgue.,
~. bajo la influencia de tales acontecimientos~ que
diSP(lOgO a reunir los elementos de la cuestión espar. CI os en los más recientes estudios, con el fin de que,
im:l? alas observaciones personales y los datos de mimoefesta experiencia, pueda cumplir con erlloñroso encargo,
deI8iñefor manera que me sea posIble.
.., ,
3
CAPITULO
EL FACTOR HUMANO
,;,i!:i.. ...... E LA HISTORIA ALGODONERA DE TODOS LOS
[~~países
resulta claramente evidenciado, que todo lo
.0JB\
que se implante y organice sin previo estudio del
~4'~ factor humano, carecerá de solidez y no tendrá mu-
~'<;)i~ cha duración. El cultivo del Algodonero está ligado
-..1/ a determinadas condiciones sociales, que prudentemente se pueden venir completando, pero que ninguno pudo
crear allá donde no existían. Exige, como base, una población
sedentaria y permanente, relativamente numerosa, de índole
pacifica y modesto vivir, deferente y cuidadosa, y de hábitos moralizados. Sólo en estas condiciones puede organizarse la 'vida
rural algodonera', que pasará a costumbre arraigada y capaz de
resistir a los quebrantos que no han de faltar, y a las vicisitudes
de la competencia mundial.
La vida algodonera no puede formacse con elementos escai!OS y aventureros, con mano de obra cara y exigente, con personal mercenario o inmigraci6n «golondrina., y no resiste Clo~ ~­
blaciones de costumbres desarregladas, de carácter levahl.i&<.u v
de hábitos industriales. Es cultivo propio de familia, y exige
la familia como condición. Es cultivo democrático, autónomo,
de iniciativa personal, especialmente para chacareros y colonos
de tradición agrlcola, los que saben cuanto vale el poder consernr su independencia. Conviene también especialmente a las
des masas humanas, a las poblaciones rurales muy densas,
ue suelen ser sobrias ':1 poco exigentes. laboriosas y previsoras. o bien sumisas y atentas a toda imposición inteligente.
En Estados Unidos, la población negra esclava tralda para
ucir algodón y azúcar, libre ahora. continúa en las mismas
Caenas en que ha nacido y formado cuerpo, con lo cual permite
ener la economía de un cultivo en regiones de poco rendimilo y en un país de altos salarios. Millones de trabajadores
ay sobrios y arreglados. contentándose con un jornal mínimo,
pt:rmiten a la India una gran producción, aunque del más feo de
b,.
MO/SES S. BERTONI
los algodones, en condiciones ¡H.turaks des¡'avoraLles. Equiva'
lente l'csu!tacio¡:rcrmite-en-elrtmnffl,n ,oLI:Iéión - rural inmensa,
'que a la vida muy sobria y arreglada, reúne una laboriosidad y
una minuciosidad de atenciones casi sin igual. El laborioso,
honesto e inteligente fcllah. cjipcio, llegó a conquistar el primato
de los algodones de más alto precio.
MM cerca de nosotros, con tierras, climas, gente y costumbres rurales muy parecidas a las nuestras, un gran país está desarrollando poderosamente el cultivo que nos interesa. La inmensa. zona ,algodonera del Brasil, se extiende desde Rio Grande
del Sud hasta el Pará: pero su parte principal empieza con el
, Estado de S. Paulo, e incluyendo al de Minas y jl1a cue,nca del
San Francisco, se extiende sobre casi toda la parte interior de
los Estados de Bahía, Pernambuco. Río Grande del Norte, Cea·
rá. Piauhy y Marafi6n. Todo ese país. que es la más extensa
regi6n algodonera que existe en el mundo. es poblada en gran
mayoría por descendientes puros o mestizados de la raza guaraní. Es una población muy sobria, de vida sencilla y arreglada,
muy buenas costumbres. laboriosa y bastante euidadosa, enér·
gica en las luchas de la naturaleza, pero de trato muy suave y
sumamente educado, y la más buena y generosa que se pueda
encontrar en el mundo'. Esto explica cómo en esa población
de múchos millones de habitantes, abunden brazos para recoger
todo el algodón que se quiera en razón de un centavo oro el kilo
y aun menos ": pues trabajan hombres, mujeres y nifios. la
vida es frugal, las exigencias del clima son pocas, las ocasiones
de malgastar no son frecuentes ni habituales como entre nosotr6S r.J',la familia es unida y tr<;lnquila, en 1¡¡ !"ás apacible de las
'v!I¡ás.:.':" '
¡
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-.
,.
. Una de las ventajas' fundamBntales del cultivo algodonero oa el
Paraguay. es que cabe bien dentro de la estructura ecúnón¡iCl!- pe
nuestra clase agrícola, población sin capitales, ~:~ ::::':;:::;n~ ~.
sin hábitos cooperativos; pues es económico y ;::'t:.II.':;~~v, Vu~ü~
hacerse en cualquier escala, sin exigir instalaciones ni aparatos
costosos, ni otra erogación previa, y permite a cada uno obrar
sin ayuda de nadie, ni depender de otro para la elaboración de su
• .He viajado en muchos países, pero nunca encontré gentede tan buen
corazón y tamaña generosidad como en el BrasiL En el Seridó en particular
(centro de la gr8D región algodonera) los pequeños cultivadores nos mostraron una cordialidad conmovedora que nunca olvidaremos. (Mr. A. PEARSE,
presidente d~ la Misión Intt:rnacionül AIg(..doneT8. o. c.• p. 28). Casi en todo
me hiw recordar. esa población, a nuestros viejos campesinos, tal como loa
encontré hace cuarenta años .
•• De 0,7 a 1,2 milreis la arroba de 15 o 16 kilos.
Una mujer, con 1.1
variedades M~k? "i Qutobradij',o. Jlega a recoger un maximun de 60k. por día.
EL ALGODON y LOS ALGODONF;ROS
producto. Se trata. además. de un articulo CII~''1 nrt'l'io .... iene
siendo establecido por el mercado universal. y l11i'no:-t ~1I.iI.t(}. por
tanto. a fluctuaciones que desorientan. ya la, hai,,, rcpcntinas
que muchas veces no tienen otromotivoqu~ la cotli,:ia ,lc lo, especuladoresgrandes y pequeños. La impreYisión. 'I"" ,'S ,'llraclcr[stica principal de nuestro pueblo. el exag'~ran,) indi\'iduali$mo.
que es otra, y las muchas ocasiones de mal¡':llstar. Sl'I:lIramente
dificultan y se llevan la mayor parte de la I~llnllnt'ia: I"'ro el que
quiere reaccionar contra esos malos hábitos. tit'nc l'n el algod6n
.1 producto que más le ayudará.
Conviene sin embargo indicar ciertos hechos o tendencias
que disminuyen o pueden disminuir naturalmente las veotajas
del factor humano bajo este punto de vista. ~llhemos que el
ugod6n exige una mano de obra segura. cllidadosll y ec'On6mi·
ca. Ahora bien. los obrajes de madera y los yerhales se llevan
n.na proporcion enorme de nuestros mejores brazos. con la agravante de que la gran mayoria va al extmnjeru. donóe gasta sus
fuerzas y su salud en beneficio de capitalistas <le otros paIses.
Estos pueden pagar salarios mucho más altos. porque s610 ex·
traen la riqueza natural de nuestros montes. realizando elevadl·
'mas ganancias. y por otra parte. si se consincran en conjunto.
TUelven a reembolsar la mayor parte del dinero que invierten.
De resultas. son dos inconvenientes: disminución de braceros
a¡¡r1colas y aumento de salario. A estos se agregan otros más.
E. campesino que se va a los trabajados de manera y yerba. pier¿" el hábito yel gUS~J :: ::: ~:::::;:: :,:;: ;'v:..... ,', ."w~umbra al
mando absoluto y rig>~r(,"o. a lOS trab:lJos gro'eros. Violentos Y
D her6icos. al descuido de todas sus cosas y de su persona:
rde el amor a la familia. que muy lejos quedó. y no le es po'b1e hacerse de un hogar; pierde su salud en trabajos excesi\'os
J expuesto a todas las intemperies. o la arruina con todos los
ncios que forzosamente aprende en la promiscuidad de vetera·
corrompidos. o en las ciudades. donde va a consumir sus gacias y a renovar su esclavitud por el .anticipo.. en tantas
\estas y orgías como dlas tiene de. p'ermiso.. Y si un dla vuela su hogar - que no sea para curar sus reumatismos y demás
lermedades contraidas en la más antihigiénica de las vidas .de llegar tan pobre como saliera. y sin crédito ni protecpara empezar de nuevo. habrá perdido el hábito de las cui-,
faenas agr[colas, ni familia tendrá para emprender un
'vo que supone dinero o familia.
La extracción de yerba mate, dentro o fuera del pals. ocupa
8~0 miles de b''8ceros. Mayor número emplea laextracci6n
madera y el tanino. con la circunstancia agravante de que
16
las eJ'plotaciones forestales siguen en aumento, y pediran más
obreros, para trabajos en que el brazo paraguayo y correntino
es insubstituible. Agréguese que el corren Lino, mejor aconsejado, en ¡(mn parte se dirige actuamente a los algodonales del
Chaco, o vuelve a la agricultura en su provincia. Y teniendo
en cuenta que, a más de eso, nuestra clase rural sigue emigrando a la Argentina y al Brasil, no es difícil prever que la mano
de obra irá siendo más escasa y más cara, no pudiendo ser conpensación suficiente la siempre escasa inmigración.
.
En ta/& ci'rcunstancias está la razón M orden interno, que
.obligando a SeI' prwisO'l'cs, i1nplme la adopción M las medidas
que tiendan sobre todo a manten"r alto y finne el precio M nuestro algodón. No quedíll'án, Memás, sin alb'IÍn r~sultado.los esfuerzos inteligentes que las Autoridades hagan para rebmer y
fijar al terruño nuestra clase rural, reduciendo al malhadado
fenómeno, único en América, de nuestra emigración.
No dejará tampoco de tener resultados todo esfuerzo que
los directores de la instrucción pública y el clero nacional
hagan por conservar y restaurar la moralidad y buenas costumbres de nuestras clases rurales, ni los que el obrerismo haga por
despertar en ella el sentimiento de la solidaridad y ayuda mútua.
Pero sobre todo - como la altura y la firmeza del precio del algodón estarán arreglados principalmente a la ~alidad y a la demanda mundial - será necesa,;o tomar las precaw:iones debida.&
~ra que nunca nuestro producto pueda carecer de mercado por
'·914.Monder lriempre a la ckmanda. Es lo que mejor veremos
'¡{¡·hllblar de las diferentes variedades y de su recolección y clasificación.
-CAPITUl.O
n.
-:~ _EL ASPECTO ,COMERCIAL GENE~~.
oCér4PW;rENCrA-- DE PAISES PRODUCTORES.
RANDES CAMBIOS HAN SOBRÉVENIDO DU~
ranteeste cuarto de siglo en la producción, consumo y precio del algodón, y no es prudentesuponer que
¡~il
el punto en que bemos lIegodo ropreseot. uno estobill1;¡¡¡i::
loción definitivo, ni tompoco uoo normollloclón de lor- ~~
go duroción, El producto mundial', de 'l:l693 000 balas en 1915, cayó á 16863 000 en el año que termin6 el 31 deJulio
De 1922, Pero desde 1922 volvió a aumentar nuevamente. Esto
ya no hubiera mantenido la firmeza de los precios. Pero la producci6n de los Estados Unidos, que a causa de las plagas y anos
de mal tiempo, habla bajado a menos de 9000000 de balas. des.de aquel aJ10 también volvi6 a aumentar. llegando a 18000000
en 1925. De manera que, no obstante la disminuci6n de cier_tos paises, nos encontramos en .el periodo de desinflaci6n de los
:,P"CU"inc: v nA tFmdencia a condiciones normales» que los especia-
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'::! CJr.~cso de 1922 habian previsto-.
Hoy podemos prever algo más. La disminuci6n o el no
aumento de la producción de ciertos países es debida a circunstAncias de carácter pasajero. Y para ciertos otros paises se
abren probabilidades de notable aumento. Ciertamente, el
aumento obtenido por los Estados Unidos debe ser considerado
más bien como un máximum que comó 'una altura normal; pero
...10 parece indicar una reacci6n durable. De manera que debemos temer una nueva disminución de precios. y un periodo
b-normal para los productores. Es bueno tener presente también, que los precios actualmente desinflados, siempre son notablemen te superiores a los antiguos.
De los 6 grandes productores de algodón, el mayor. Estados
Unidos, tiene probabilidades de mantener su producci6n a una
altura próxima a la más alta que alcanzara. en 1912 a 1915, o
euando menos, a la mediana, obtenida de 1915 a 1919. Como
• IRWlNG BULLARD a. H. C. MESEllVS. .Industrial a. ~mmercial
..ltpec.t of tbe World Callan lndustry., p.l3..
18
n..
UD/SES S. BERTDN/
consecuencia, es probable que el precio de su algodón (casi todo
de las variedades herbáceas y de cultivo anual). cayendo de las
alturas muy excepcionales de 1917 a 1920 (20 a 25 peniques la libra) se normalice alrededor de 12 peniques, 9 menos, pues fue
de 6 peniques entre 1898 y 1915.
De los otros 5 paises, la India, que sigue en importancia,
vió su producción detenida en su ascenso, y más bien disminuida, desde 1915, al intensificarse el deseo de independencia, y adoptarse por los Indios la actitud de no-cooperación con los Ingleses, predicada por Ghandi. Como ese deseo es cada vez más
general, y por varias otras circunstancias, es probable que no
pasen muchos años sin una solución, después de la cual, la producción volverá a aumentar. En cambio, el precio del algodón
indio se mantendrá bajo (probablemente alrededor de 8 pen.l,
debido a la extrema abundancia de brazos, sobriedad del pueblo,
amejoramiento progresivo de la clase (que ya se nota) y relati·
va baratura de los fletes.
En China, la producción exportable habia subido rápidamente hasta 2000000 de balas en 1913; pero desde ese año se estancó en esta cifra hasta 1919, y luego disminuyó notablemente,
debido a las conmociones internas y guerras civiles, consecuen·
naturales del gran cambio de régimen político y administrativo.
Pero los 450 millones de habitantes constituyen la abundancia
mayor de trabajadores en el mundo; éstos son sobrios yarreglados, hacendosos y muy cuidadosos, apegados a la tierra, y
las condiciones naturales de la China, como su admirable sistema ae'riego, son en ·ext.reiñb"rá~orables íI~ra la producción de
algodón, especialmente de seda corta. Las circunstancias que
han detenido Ji esa producción siendo de carácter transitorio, 10
que es prudente suponer, para un próximo porv~nir .... mi Qllmento notable, tal vez muy rápido, y cuya lim;~~;:.. _::~ ~~;L~
ser ¡¡jada por una correspondient-e baja de los precios de los algodones cortos.
Parecida cosa sucedió en Rusia, siendo el cambio mayor aún.
Entre 190'2 y 1915 su producción subió de 342 000 a 1480000
baJas. La gran guerra, la revolución, la gran reforma rural y
la autonomía de las repúblicas soviéticas, la redujo a menos de
200 000 balas en 1922. Parece, sin embargo que ya hay reacción, y es probable que la haya en breve, como ya la hubo en la
producción en general. El mayor desarrollo fue alcanzado en
el Turquestán, pals extenso y de mano de obra económica, pero
cuyo invierno frío no permite sino el cultivo anual de algodoneros de seda corta. No parece muy probable que los agricultores
del Turquestán - boy república autónoma, libre del tiránico
EL ALGODON y LOS ALGODONEROS
19
pulso del gobierno de los czares y organizada flllcra ele! rél\'in capitalista ,- vuelvan a dedicarse con la intensidad dI! ana! cultivo del algodón. Pero si esto sucediese, ejercerla !leramente alguna acción depresiva sobre las coti7.acioncs de las
Jedas cortas.
El Egipto, a pesar de tener una superficie cultivahle muy
uefta, gracias a la intensidad y perfección de sus métodos de
ltivo, llegó a ocupar el tercer puesto en la producción muntal. y el segundo por el valor de la exportación, pues desde el
¡n-incipio se dedicó exclusivamente a la producción de las fibras
W"gas, y detiene siempre el primer puesto en la exportación de
.:lS algodones de alto valor, cuyo precio. comparado al de los cc>r- ....
ros, aumenta continuamente desde 1916, habiendo 1I<'I>:ado a ser
de 2 a 3 veces mayor. Pero la producción del EI-';ipto no au·
menta más, ni puede aum~ntar, ydesde 1915'sufrió disminución.
El no aumentar, se explica fácilmente por la exigtiidad de la
uperficie cultivable, el Egipto siendo un desierto de arena y
piidras en toda parte donde no alcance el riego, cuya única
fuente es el Nilo. Y la disminuaión se atribuye en bucna parte al
empeoramiento de la irrigabilidad del Delta, y en parte también
• la degeneración de ciertas variedades de cruzamiento. algunas
de las cuales tuvieron que ser substituidas. Aquí tencmos, por
tanto, estas probabilidades: no aumento de producción de los al·
godones largos y firmeza de sus precios.
El Brasil ha suplantado a Rusia en el quinto puesto, desde
1923. Su región algodonera es sin comparación la más grande
del mundo. En la primera mitad del siglo XVI el Bl'asil ~r::. 1.::10
de los mayores exportadores de algodón, cuyo cultivo fue intr~'
ducido en Estados Unidos más de un siglo después, También
se, adelantó de mucho el Brasil a la America del Norte en el
establecimiento-de fábricas de tejidos. Esta industria adquirió
en el siglo pasado tales proporciones, que llegó a fabricar el 75 %
de los tej idos necesarios, en más de cien fábricas, con setenta y cinco millones de pesos oro de capital. De esta manera,
absorbió toda la producción, no figurando ese pals en las esta·
dlsticas del abasto mundial.
Pero la producció rápidamente superó al consumo, y desde
algunos aftos el Brasil se hizo pals exportador. El año 1922 ya
se exportaron 2600 000 kilos, en 1923, 34 000 000. y se calculó
que la cosecha de 1924 fue de un 30% más elevada que la ante·
rior, y que la de 1925 tuvo un aumento mayor aún. No hay
ninguna probabilidad de que este aumento se detenga. en vista
de lo que expuso la Comisión Internacional. y del hecho que
ese movimiento se ¡n'oduce Bin ningún perjltici.o 1Ja'ra 108 otr08
20
Dr.
MO/SES S. J/ERTONI
cultivos mayores. Efectivamente, mientras en el Paraguay el
aumento de la producción algodonefa se produjo paralelamente
a la disminución de varios otros cultivos principales, en el Brasil
ese aumento fue paralelo a un rápido progreso en el cultivo del
Arroz, al resurgimiento de la Caña de azúcar, a sensibles progresos en el cultivo del Tabaco, Cacao. Vid, Fruta~ y Te, en la
exportación de Yerba :/orate, yen la "reprise" de la producción
del caucho, ahora absorbido en buena parte por la creciente in·
dustria nacional.
Las posibilidades de la producción algodonera ¡lel Brasil son
prácticamente ilimitadas. Pues a más de poseer un clima muy
favorable, variedades especiales de gran valor, costumbres algo.
doneras muy antiguas y una grande industl'ia nacional como
garantia par.a el caso de obstáculos internacionales imprevistos
- tiene una extensi6n de tierras aptas y un número de brazos
también prácticamente ilimitados. Por eso los miembros de las
misiones y éomisiones internacionales que lo estusliaron, fueron
unánimes en asignar un gran porvenir a la producci6n algodonera de ese pals, y por consecuencia, una notable influencia en
los precios. Pero ¿cual será esa influencia?
La contes~ci6n parece obvia, y sin embargo, es dificil. Pues
aquella influencia dependerá en gran parte de la orientaci6n
hacia los algodones largos, o los medianos y cortos. Los espe·
cialistas de la Misi6n Internacional, admirados ante la belleza
de ciertas variedades indigenas, 'que igualan al mejor egipcio
en largura y cualidades., recomendaron con mucha insistencia
el cultivo de los Algodoneras. Perennes de. seqa .l¡¡rg~.. Es pro. bable que tan autorizado consejo sea generalmel)~~y
lo será seguramente en las regiones de clima más favorable;:BObre todo las tropicales. Pero en San Paulo y Minas, regiones
templadas. nreriommar. r.lücnu ia,; \'''r;~';",,''~ extranjeras o indl- .
genas de fibras cortas o medijlnas, y éS probable que los Algodoneros.cortos substituyan pocp a poco al Café en las tierras por
éste' esquilmadas. Además, este cultivo puede extenderse por
los estados de Paraná y Rio Grande del Sud, de clima aún más
templado. Por otra parte, la industria nacional hasta ahora
prácticamente ha empleado sedas cortas, por el hecho deplorable de que, hasta hace poco, todas las desmotadoras eran de sie·
rra, las cuales destrozan a las sedas largas, destruyendo su mejor
cualidad y reduciendo su precio de exportaci6n a la mitad y aún
a menos. La poderosa industria nacional de hilados y tejidoscuyo mayor producto y uso son los hilos de 12 a 40 para los géneros y costuras de mayor consumo - seguirá empleando algodones cortos y medianos en máxima parte. Por otro lado, la
EL ALGODON y LOS ALGODONEROS
111
quema inconsiderada de los bosques y capueras ya ha esquilmado en el Brasil grandes extensiones de tierras, las cuales ya
no presentan las primitivas ventajas para el cultivo de los algodoneros de seda larga, En resumen, el Brasil, siguiendo el insistente y unánime consejo de los especialistas, dará notable
impulso a la producción de sedas largas, pero a la vez producirá cantidades crecientes de sedas cortas. Pero, como aquéllas
tienen creciente demanda y precios relativos cada vez más altos,
siendo pocos los pafses que pueden producirlas, probablemente
será sobre el precio de los de seda corta que la exportación brasilera podrá influir mayormente.
La producción probable de los otros países no puede ejercer
influencia mundial sensible. Méjico, que sería el principal de
ellos, está completamente invadido por el Picudo (Anthonomus
gran di.), plaga absolutamente destructora, y cada vez más extensa, la que en 1921 ya habia reducido a 269 kilos el rendimiento medio de las 113000 bectáreas ,""cogidas. La ya citada
Misión Internacional tiene alguna esperanza seria en el Perú.
Pero califica al movimiento algodonero de Argentina de mero
experimento.
Considero necesario reducir a la realidad lo que la prensa
vino propagand'o al respecto del cultivo del algodonero en Argentina, pues en el Paraguay muchos han querido presentar a
ese pafs como modelo a imitar a ese respecto, cuando al contrario nos presenta el ejemplo de varios graves errores que debemos evitar con el mayor cuidado, errores que iré indicando en su
lugar respectivo. De hecho, el rápido progreso inicial .. 'n" ~o_
teniéndose en estos últimos años etre 20000 y 25000 hecoo'.&, )
el verdadero rendimiento medio, que pudo ser de 300 a 350 kg.
por hect. al principio(l), bajó a más o menos 270 kg., presentándose ya el caso de agricultores que han dejado este cultivo
por ser muy bajo el rendimiento. A esto se agrega que la cali·
dad general - a p¿sar de las hermosas muestras premiadas en
en Jos concursoS-e¡¡ comercialmente inferior, debido principalmente a su notable falta de uniformidad.
Un especialista, el corresponsal comercial del periódico
.Manchester Guardian' en Buenos Aires, 'dice que los distritos
en que se realiza pueden considerarse potenciales, pero no real..; en cuanto a la clase del suelo y los pronósticos hechos, agrega que los de la prensa argentina sobre la producción son muy
interesantes, pero impracticables, a lo menos durante la gellera(1) No bubo control exacto. Se aceptaban las declaraciones de loa pro·
pietariol, los que llegaron a denunci:ll' hasta 4000 kilos lXlr hect., o lean 1250
1r:1'. IimpioH
BIBLIOTECA NACIOIlAL D::
r-'ClilTURA (EII'A)
(Ir. r;c·:~::> s. Be;t~nj
Dr.
22
ción actual.
MOISES S BERTONI
En el interior del país, añade el corresponsal, por
el momento las transacciones son algo exageradas, lo cual, uni.
do a la casi general indiferencia por la calidad del algodón obtenido y la ansiedad de obtener cualquier cosa que.pueda ,llamar.
se algodón, son los motivos en máxima parte. responsables
por las quejas que se reciben respecto a la diversidad en el largo de las hebra.~. "El algodón d~1 Chaco se clasifica sencilla·
mente, en primero y segundo; de tal modo es casi imposible que
compre el exportador de la Argen tina, a no ser que lo haga corriendo un albur de la suerte en cuanto a la calidad. Se espera que el futuro desarrollo de la industria algodonera en la Ar·
gentina dependerá en gran parte del empleo local"; pero añade
luego: "Como el consumo de algodón es limitado en la Argentina, el porvenir del cultivo en conjunto, depende de su habilidad
en hacer que el precio pedido ofrezca ventajas para las hilandenas europeas" (1).
Esta última información equivale decir que Argentina sólo
podrá exportar su algodón si logra producirlo en condiciones muy
económicas que le permitan venderlo muy barato. Tales son las
consecuencias de los errores acumulados(").
El lector que haya tenido la paciencia de seguir atentamente el desarrollo de este (}apitulo - por más que no se haya podido hacer aquí sino un breve resumen - ya se habrá dado cuen·
ta de lo fundamental que es el saber darse una buena orienta·
ción, Yde que ésta sólo podrá resultar acertada si tomará en
cuenta todas las probabilidades del mercado mund ial, y se so.J1!e~r~, .~r lo p;onto, a su~ exigencias.. En .los capitulos siguien.
~'ra: 'orlentaclón convemente, las eXigencias y la consecuente
.6'rganliación oficial y paticular necesaria, aparecerán más clarait\ilnte.
\~:
Ue LA NACIÓN 20
•
Un ilustre agrónomo argentino, autor de
Fe~r. 1925.
.
UD
gran tratado del cultivo
del Algodonero, CÁRLOS D. GIROLA, advirtió el peligro hace ya algunos
añoa. aconsejando oportunos medios para eviwlo. .Nos hallarnos hoy escríbía en 1922 - donde estábamos bace 20 años, eon los mismos problemaa
a resolver. con las mismas dudas a despejar ... Si se hubiera ejecutado el plan
y la organización aprobada (oficialmente), mejorándola si bcaso, pero no
eambiándola sin saber lo que se hacia y In que se debe hacer... )os agriculto·
res obtendrían del cultivo del algodonero beneficioa considerablea. Por gran·
de8 y numerOS08 que fuesen los errores que se hubiesen cometid(', algo que·
darla de bueno, algún resultado se habría alcanzado... Be sabría algo de lo
mucho que 8~ ignora todavía, después de más de 20 años de tanteos inirue·
tu0808 ...• (E.l CultiCJO del A/6Honero .n lo R. Arlle/?t¡"o. But!nos Aires 1922,
página 16).
CAPITULO III.
.
.
.
CUALIDADES DETERMINANTES DEL PRECIO
·
_""m
W
DE LOS ALGODONEROS.
,
ft
elW
O PRIMERO QUE DEBIERA HA I.l P.RS E SABIDO.
fue precisamente lo último que se 'uro. no diré en
el Paraguay, SinO en los granrlrs pai"cs quc nos
rodean. La grande inflaciún de los precios dp.
.
hace pocos afios pudo restar imporlancia a la eues...
tión de las cualidades intrinscc"s dI'! articulo: todo
valla; lo esencial era producir un algodón cua1'luit'ra. Hoy, esto ha cambiado. y más va cambiando. y maliana nos cncontraremos ante el problema opuesto: Producir bW:tlUli ul!l"r]fJues, o re
lIvnciar ",.producir.
La Unifonnidad. A pesar de que la brgnra dc la seda
sea la condición que mayormente influye en d nrcl'io comercial
de los algodones, la uniformidad es una exigcnc-ia m:hl ~('ncral y
constante, impuesta a v·eces. importante en tocio:-; los casos. Y
fue desgraciadamente la que en el Br"",il y Argcntina mé.: 71".-;· .
dada fuera.
Bueno es reconocer que su cau:-:a pri'ncinai ~ ~¡
cruzamiento e hibridación - no fue puesta muy .'n claro sino
en tiempos relativamentes muy recient"".
.'
la falta de ulIlformldad en la largura de la fibra .. el má. rulro,o
•• los dchct05. Téngase presente que .el comprador dl'he hacer
BU precio según la fibra más corta (que entre "n la n1<'7ol'ia), y por
esto ellabraclor 'no recibe un precio remunerador llOr su al·
godón; pues habiendo Hedas de 20 milímctro" jllllto a otr:\.. de 40
en la misma partida, el precio que obtendrú PSt' prodlldo será
naturalmente el que corresponde a 20 mm.•;<A. S. I '''·:I'''E. Conferencia., p. 11). Es decir que, en este caso. d "hn!ad,,, recibirá un precio ínfimo por una partida que en ~u c"llljllllll) "n'sentará muy lindo aspecto, Mientras si apartasl' {'''liS l';:pllllo~ de 40
mm., <el precio de venta (de este aparte) ."ri:. no:I' d('1 doble.
(l. c.l.
la falta de uniformidad podró llegar a Impedir lo venl •. cIlando
baya mucha oferta, De hecho, aun en tit'llll'n~ t!" 1I\'ll'ha de·
manda, esto ha alejado del Brasil, p. e.. al.." ""II1"r:lllores de
~ ,
~
~
4
24
Dr.
MO/SES S. BERTON/
las hilanderias inglesas, que preferían comprar algodones menos
bellos, pero más uniformes; y ahora, como hemos visto arriba,
los aleja de la Argentina. Pues es sabido que'a una partida.
conteniendo sedas de 22 a 28 milímetros (como muchas' de las
nuestras). prefieren una que no contenga sino de'22 a 24. Y no
solamente no aprecian la mezcla con fibras más largas, sino que'.
en general la consideran como un defecto, que denuncian a ve.
ces con expresiones :irritadas.
Esta falta es debida al imprudente cruzamiento de ~ariedad .. y'
a la falta de selección de las semíllas, doble error. tan grave como general. En 1922 escribía A. S. PEARCE: En los algodones
del Brasil se observa ausencia completa de uniformidad de fibra; ¡
y habiendo visitado más de 1000 plantaciones, puedo asegurar
que no encontré 10 en que se haya hecho algún esfuerzo para
apartar las semillas; 3 y hasta 5 variedades se encuentran mez·
cIadas en-el mismo campo, dando lugar a fibras largas y cortas,
ásperas Y sedosas" (1. c.). Pues no es sólo en largura que difieren las fibras de tales mezclas, sino en fil1iJra y sedosidad,
lo que agrava el defecto. Igual cosa sucede ahora con el algodón argentino. Igual sucedió en Norteamérica, y hasta en Egipto, cuando no se tenían los conocimientos que hoy se tienen, y
cuesta tanto hacer entrar en nuestros países.
La largura de la seda: Se puede decir que, en general, el precio del algodón es proporcional a su largura. De
manera que, toda vez que las condiciones naturales sean favo. f.~I@.¡¡,. el cultivo 'de variedades de hebra larga es preferible.
~resentan esfas ventajas: la, 'tener todas las aplicacio-.
~ne!l'de 'Ias de hebra corta, mientras la viceversa ¡lO es admisible
- 2~, tener aplicaciones especiales en las que son insubstituible!l
- ga, téi·~:'~· ~ri' :r.:.~¡".:.:.=z ::'::'h':':::l Y :::.-.::r...:~kJ.l - 4$, ser de mayor
rendimiento, SIempre q lt~ \ati cuuuiduut:lS uilturales les sean fa- .
vorables - 5~, poseer en general mejores cualidades intrlnsecas,
co~o de sedosidad y finura.
.
La a, Iicación de la hebra corta es universal, pues de ésta
es que 3e hacen todos los tejidos corrientes. Pero es siempre la
misma. En cambio la hebra larga va recibiendo nuevas e importantes aplicaciones, estando actualmente la mayor en la industria automobilísta. Los hilos muy delgados, que son los números 60 a 120, vienen siendo cada vez más empleados en varias
industrias y aplicaciones, y sólo se pueden obtener mediante
algodones de seda proporcionalmente larga.
La resistencia de
fibra es frecuentemente un
carácter de la variedad de Algodonero que se cultive. Pero una
falta notable de resistencia, solamente' puede ser causada por
la
EL ALGODON y LOS ALGODONEROS
25
·mala prepaTación. Asi, p. e., pierde su resistencia <'1 algodón
que se haya recogido no perfectamcnte seco de rodo y de lluvia
y almacenado sin suficiente ventilación; asi cumo el que se haya
extraido a la fuerza de capullos no maduros, y el que se haya
enfardado sin estar bien seco. Esto desmerece, y au n puede
resultar desastroso.
La sedosidad o suavidad es cualidad muy arreciada.
Su falta estorba o impide ciertas aplicaciones, yen ",ene"al es
un defecto. Parece depender únicamente de la variedad o tipo
cultivado. Su falta debe remediarse p<lr una oportuna elección
de tipo, o mediante la selección de las semillas.
La blancura también es cualidad muy apreciable'. Las
regiones en Que el rocío persiste en verano sobre el capullo hasta las 9 a. m., y los aguaceros veraniJes estorban a la recolección, tienen en estos inconvenientes una ventaja para la blancura de su algodón, Que llega a ser más pura y uniforme Que en
los paises donde la recolección se opera en un amhiente seco,
como en Egipto. Es práctica antigua y muy usual el mojar las
telas y exponerlas a los rayos solares más intensos para hacerlas
blanquear. Lo mismo pasa con los capullos abiertos en los paises de abundantísimo rocío e insolación muy fuerte como gran
parte del Paraguay y Alto-Paraná. En cambio, el aire muy seco,
eon poco o ningún roc~o yel consecuente polvo atmosférico, con
la otra consecuencia, que es una menor insolación, no es condición favorable a la blancura.
Pero la blancura pierde su .entaja si no es uniforme, Laralta
'.le UJl;¡vlll1i~i:lci, cuando no se trate de manchas. es defecto de
ciertas variedades de Algodonero, natural, o debido a cruzamiento inoportuno o casual. En cuanto a las manchas, la causa
principal es la Chinche Algodonera, insecto muy común, Otras
Iltonosias las pueden producir. Los··aguaceros violentos pueden
hacer saltar la tierra, ensuciando a ios capullos bajos. El algodón manchado puede ser recogido, pues tiene sus aplicaciones.
Pero es necesario separarlo rigürosamente. De donde se infiere
la necesidad de que al recoger ya se separe el algodón en tres
clases. Con el manchado se debe poner también el que esté
sucio de fragmentos secos de la infiorecencia u otros, lo Que sucede con frecuencia cuando se demora la recolección, o el recolector no es hábil.
los precios de los algodones de hebra largo, "c1ativo7nente a los
• La perfecta blancura. Esta ha hecho prt'fcrir por los industriales.
• "('Ces, algodones muy cortos y aun rugosos, como el dt'1 Dahomey, p. e"
roo el cual obtubieron en Francia algunus hilados l'iupt'ríore~ a los del corri.
tnte algodón norteamericano.
26
D,. MOISES S. 8ERTONI
de los algodones cortos, han venido aumentando en la forma que
indica el cuadro siguiente, que deduzco de las estadisticas más
exactas ':
PRECIOS MEDIOS EN LIVERPOOL
Años
1894-1899
1899-1904
1904-1909
1909-1914
1914-1919
1919-1921
1920-1921
Fibra corta
I(1st Unidosf Indias)
3,38
5,02
5,34
6,56
11,96
15,87
10,05
Fibra larga (Egipcio)
Absolut-o--¡- Relativo
5,22
7,40
8.85
10,53
19,63
45,34
30,34
155
147
166
160
173
I
• JOHN A. TODD: 711. WorlJ. ColfOll Crop y Supp/i..
Loe precios &00 en peniques por libra.
I
286
302
0' R. . CottOll.
La última columna indica el precio
del algodoo de fibra larga. siendo 100 el del algodón corto. La taita de
datos completos me im9ide de tontinuar el cuadro hasta hoy (1926). Pero
toIlIta que la diferencia a layar de la seda larga le ha mantenido.
CAPITULO IV.
ESPECIES Y VARIEDADES.
ENSAYO DE CLASIFICACION
METOmCA DE LOS ALGODONEROS.
NA importancia práctica notable tiene todo estudie
relativo a la clasificación botánica de los Algodoneros;
y si posible fuera llegar ya a una delimitación exacta, natural y definitiva de todas las especies y variedades, ésta presentaria indiscutiblemente el mayor
valor práctico, al lado del cientifico. ha razón de
esta importancia tan especial, la veremos más adelante al bablar
de la bibridación y cruzamiento, fenómenos que en este género
de plantas producen consecuencias muy especiales, que en agricultura pueden llevar al triunfo o a la ruina. y de hecbo a ésta
han llevado mucho más frecuentemente. Hasta la cuestion jerárquica - de saber si una forma dada es especie o variedad tiene en este caso una importancia particular, cuando en otroa,
y muy generalmente, es en la práctica indiferente. Pue. '.'~"~
lIlOll como la hibridación entre especies es de consecuencias in·
dustriales distintas a las del cruzamiento entre variedades, formas o tipos. De modo que, al querer introducir un Algodonero
nuevo, es necesario poder reconocer previamente a que especie
o variedad botánica pertenece, para saber si conviene con relación a las variedlldes que ya se tienen. Y no es menos necesario el saber, si dos formas que se cultivan en la misma localidad, o se pretende cultivar en ella, pertenecen a una misma
especie, y aun a una misma variedad, o bien son distintas; pudiendo en este último caso ser más o menos parecidas (afines),
o muy alejadas una de otra, en cuyos casos el juicio será muy
distinto.
El problema, para una solución clara y completa, presenta
todavla algunas dificultades y varios puntos obscuros. De las
dificultades, no es la menor la insuficiencia de las descripciones,
extrema y desesperante en los autores antiguos, cuya prioridad, por las leyes de la nomenclatura, debemos no obstante
28
respetar. Otra. probablemente la mfts grave. estft en que la
mayoría <le los aulores - en al~l1nos casos cuando meno::; - ha
cstablccillo su cl:1sificación y de5cripción sobre simples muestras
de heruario. sin poder examinar las plantas vh':ts (:11 su ambiente natural. Y en este género. las muestras de herbario - de
venir de un paí~ árido o de uno muy húmedo, o de terreno muy
pohre o muy fértil. o provenir de una planta joven o de otra de
varios mios. o por fin. del vigoroso retoño de la poda. o de las.
ramillos de un arbusto viejo - pueden presentar tales diferencias, flue no solamente del mismo tipo. sino del mismo individuo
pu(·den salir falsas variedades botánicas. O subvariedades aparentrmcnlc muy distintas.
La elasifica~:ión y la nomenclatura botánica de los Alg-odone·
ros no tm·jeTon suerte, y parece que aun falta mucho para que
sean delinitivas. LINNED, en su edición capital de 1753, establece 3 especies; pero más tarde admitió otras d~s. y WILDENDW, en su edición linneana de 1800, ya admite 10. No tarda·
ron en agreg:írseles otras más. y elevándose al rango de especies
simples variedades y aun fonnas instables, Ilegóse a dos o
tres docenas, y aun 54 supuestas especies. de las cuales, a veces
sería posible encontrar 2 o 3 en el mismo individuo, según su
estado. su edad y el medio ¡lmbiente. Por fin, queriendo poner
ténnino a este desorden, SCHUMANN, en la grande obra magistral
,Pjlarl2e1¡familien. pasó al otro extremo, reduciéndolas a 3, y
~un a 2 solamente.
Hubiera sido ésta la última palabra de la
ciencia oficial, si poco después, el mismo ENGLER, director de
esa ob~1l, no las hubiese vuelto a elevar a 5, y si jlll{Unos .autores
máS recientes aunque de menor renombre, no hubiesen indicado
. ,
los.inconvenientes de aquella severa reducción. - .,
Lo cierto es, que las especies generalmente admitidas muchl)
se parecen. No
pstaría
muy fltera de razón el
('{\n~;{I~l'~rJ~R tn~
das como subespecies, de una especie linneana única. No dudo
que, si Linneo hubiera conocido todas las formas intermedias, no
hubiera admitido sino una sola especie. Pero el proceder asi,
o como SCHUMANN, no conviene desde los puntos de vista fisiológico, geográfico, genético y cultural. Por tanto, no seria natural.
y en la práctica agricola, así como en la técnica agronómica e
industrial, resultaría inconveniente.
Considero posible que se trate de un congÚl'me1'ado de espe.
cies, que el cultivo universal ha complicado y hecho casi inextri.
cable. En eso tendria su origen - por hibridación desordenada - la multiplicidad. multifonnidad y la instabilidad de los
productos del cruzamiento. En este caso también. una reduc·
ción excesiva' de tituladas especies no facilitaría la solución
EL ALGODON y LOS ALGODONEROS
Z9
del conglomerado en elementos originarios.
Por otra parte, la diferencia entre especies y subespecies
resultada prácticamente insignificante, y aun carecerla de verdadera importancia desde el punto de vista cientlfico. Y desde
el genético - que tanto nos interesa por la cuestión capital de
las hibridaciones y sus consecuencias en los Algodoneros - no
habría casi ninguna diferencia.
Advierto que he tenido muy poco tiempo - relativamente
al que hubiese necesitado ._- para construir el cuadro siguiente.
y por esta razón, como por el objeto principal utilitario de esta
obrita, me preocupó prindpalmente el estudio de las especies y
variedades neogeas, de.iando para mejor oportunidad varias
cuestiones y detalles referentes a las asiáticas, polinesias yafricanas.
.
.
Mas, cualquiera sea el criterio que se adopte, en la delimItación de los Gossypium en especies y variedades botánicas, no
debe predominar nunca en eso un carácter solo, ni ciertos caracteres de elección, sino el conjunto de todos los caracteres.
y de este conjunto no debemos excluir a ninguno porque nos
parezca de poco valor, porque el valor de un carácter siempre
es relativo, y puede variar mucho de un grupo a otro. Por eso
- contrariamente Iflaopinión de un pontífice de la botánica - no
creo que se deba aceptar la separación de un grupo de variedades americanas del G. religiosum [,. para unirlo a la especie
asiática G. herbaceum, porque la semilla de tales variedades
presenten mayor o menor pelusilla corta (lanuf/o); pues es un
tr&Slado que repugna a otros caracteres botánicos, y al C".' ~",,,,.
geográfico - que tiene influencia genética indiscutible - asl
como a la técnica industrial y agrícola. Agrego otra razón, que
es la prMencia, entre los Algodoneros, de un gran número de hibridos de todos los grados: Y precisaq¡en te, en el caso citado,
la presencia de mayor o menor "estidura de pelos cortos en las
eroillas es caus:¡.da - almenos en muchos casos - por la hibridación, lo cual puede ser demostrado experimentalmente.
G08sypium barbadense L.
Sinónimos; G. suff1'uticos1tm BERTERO (non TODARO); G. glabntm LAM. G. vitifolútm CAVAN. (non LAMARCK). Nómina vulg.: Sea Island, Perenne, Arbustivo, Barbadense, Egipcio, Georgia Largo.
Arbusto perenne, de na 4m. de altu1'a, con ramificación ab'ierta o muy abierta (patentísima), glabro o de
muypocapilosidad, esparcido dc glándulas puntiformes.
Hojas de 3 a ti lóbulos, el! corazón 1IIuyabie'rto (late-
30
co'rdata), de Jo 5 nervios; sobre II 11. peciolo ele longitud
úifel'iur al l-imbo; las extremas inferiol'es y superioTes
intt'9ras; lú¿ulos .'<ie-mpl'e Imu'eolados. Estípulas de las
hojas Ú1Ü'[JI'US o laciniadas, erecto-patentes, arqtwadas.
Pedúnculo más ¿,'e're, o en longitud ca.si igual al peciolo.
IIlt'óll/cl'O ca'lenlo grandc, 4 a 6 <;111. long., po'r 3 al, cm.
tle al/Gil nra. Flurcs amarillas con el fundo eolOl'ado
atro-pltrpú reo.
Ova"io o-val-"edúlIdeado; cápsula algo
aeuminada, tan alta como el invólucro. Semillas pequelias (5 a 8 mi/l.), libTes, negras, sin pelusilla y limp':as,
11110 vez separadas las hebras, que son muy' largas (3~ a "
51 cm,), ji11.ísimas y suaveme'lte sedosas. Cotilédones
con pW/llos amarillos, Gl.ándulas nUlyo1'es: 3 al invóluau, 1 (a 1:CCCS J) a los nervios de las hojas. Patria de
origen: Antillas y costas del Mar de Caríbes. Cultivado especialmente en Antillas, América Central, Sea Islands, Georgia, Egipto.
VARIEDADES:
1 varo maTitimum (TOD.). Sinón., G. maritimum TOD. (como especiel. Ca....aeteres de la especie, ut supra. Semillas muy
peque"as, pcs(t1Ido 1 decígramo, absolutamente sin pelos cortos,
cpn hebras de ~;¿ a 55 mm. de longitud, extremamente fi7UL8,
blancas. Nomina vulg.: Sea (sland, Georgia Largo. Culto en
1¡J'>.:/!,n!JlIas y pocos otros países cerca del mar. .
.":':":·.No fue aclimatado en el Brasil (A. de ANDRADE), ní en Paraguay. MORONG yerra al llamar G. maritimu1n Tod. al que
encontró semi-silvestre en el Delta del Pilcomayo, Islas del Aquídabán y ru~rw ~\¡un.iujL;';. ..a.;<.;:. ~;;¡,.c C~ C:. religio8u;ln L., que·
herborizó también el Dr. HASSLER. El n9 33 de G. NIEDERLEIN,
hallado.en Misiones, provenía de antiguos cultivos, y no es Sea
Island, ni probablemente pertenece a la especie G. barbadens" L.
aunque M. GÜRKIl (MARTIUS.•Flora Bras.• ) lo acepte como tal.
II fa. g/abTatum (TOD.).. Sinón.: G. glabratum TOD. (como especie). Forma completamente glabra o lampíña.
III varo Jume/ianum (TOD.). Tipos egipcios derivados, de
hebra amarillc?,ta o lltás o menos colorada (le(mada), y algo alterados por o,daptación o hibridación. Tales los tipos Jumel antiguo, Majo, Ashmouni, etc.
.
IV fa. Aba•• i m. Tipos egipcios de hebra blanca, de 27 a· M
mm. long. Derivados en parte de 10sJumel. recruzados con Sea
Island. Tales son: Abassi. Abiad, Mít-Atifi Long Staple, Ya-
EL ALGODON y LOS ALGODONEROS
31
nnovitch, Assili, etc.
V varo "r"ctum m. Tallo erguid,o. derecho, de rama.. coro
/1Ul y aspecto semejante al del Combo o Quiabo (H ibisct~, esculentus)
3 m/!tros. Mutación aparecida en Egipto. Nom. vulg. Bamiah.
VI fa. spurium m., ad lnterim. Acervo. Formas derivadas esencialmente de la varo G. b. marUimum, con estos caracte·
res comunes: hebra más corta (generalmente 30 a 40 mm" l. algo
mda gruesa y menos sedosa; semillas mú., grande.. (generalmente
8 a 11 mm. Umg.), algo lanuginosas o con alq",7tOs pelos cortos
adherentes. Pubescencia 11 divi..ión folia.r variabliJ. Se encuen·
tran cultivadas en casi todos los países donde el Sea Island fue
i"traducido con el fin de aumentar la longitud y valor de la hebra.
Casi siempre bajo los nombres de Sea Island, Goorgia Long Stapie y Egipcio, que generalmente llevan con poca propiedad.
Tendencia a degenerar. Tales. el Sea Island de Rio de Janeiro,
el Pernambuco, el Sea Island Egipcio, el Gallini (Egipto) y muchos otros menos conocidos.
VII varo CarauonicaX. Híbrido que tuvo gran renombre
hace unos 20 años; pero fue degenerando. Según s.. asegur6,es
G. barbadensexperuvianum. Swb.arbóreo, robustf.simo, fertiHrimo; hebras de muy diferente longitud en la misma semilla, o
ca¡mllo, o planta; f.aci.a y sedosa, o bien, crespa y lanosa. Obtenida en Australia.
Goss:ypium ,eligiosum L."
Sinonimia: = G. arooreum AUBL. = G. arbóreum
G. peruvianumCAv. = G. ac-uminatum Rox1l.
= G. brasilianum SLOANE.
Vide infra, la sinOTi¡;;~ ;;.
correspondiente a algunas variedades o grupos. Nómina vulg.: Perenne, Peruano, Criollo, Brasiliense, Riñón,
Rins de Boi, Kidney. Pierre, Marañón. Mocó, Mosoró y
Algodóí.
VELL. =
• Bajo este nombrp. recon!ltituyo la especie. por tantos autores ya rp.coaoelda (aun posteriormente a la separación que de ella hizo un gran botáDico) por considerarla homogénea en el conjunto, aunque se divida - bajó
eierto punto de vista - en 2 grupos naturales. Las razones que ENGLER
tuYo para 8eparar al C. "ligio.um del C. peruuianum C,\.V. e incluirlo en 8U
C. A.t-6óceam. no resultan suficientes. pues se hM3n en caracteres mú bien
teeU.ndarios, que además variaD notablem~nteen los tipos que no 80n de una
pareza absoluta, vale decir, en la gran mayoría de los casos.
Loe Uplands (G. ,.¡....atum) presentan también y muy frecuentemente
f1"1ror pelos muy adherentes_ Por otra parte, varios tipos del C. 6orbo.JClln..
- huta el mismo S.. r.lud - pueden presentar raros pelos cortos, aunque
lftÚ racilmente separable~.
Es lo que se observa. por ejemplo. en el Alg.
clelM.rañ6n (G. reii6io.."n ac.minGtum), tan cultivado en los Estados braaile-
BIBLIOTECA NACICht.l 1):;
AG::ICUlTURA (B!IIA)
I)r. Moisés S. Bertool
32
D,.
MO/S,S S. BE:RTONI
---
"A 1'/;'uslo O árbol; '-dl!:i a; G Tir. dc altura, uc:.,lalltc erguido; ramos p7ime1'amentc erguidos (erccl,)s); }Jubescente, peludo, o glabrescente, sembrado de gla mIa litas p1"ilijin-¡nes pwrpúreo-ncgras. Hojas de pecivlo de 'igaal o
mayor longit1¿d que el limbo, dc 3 a 5 d¡:vlsio'nes y 5 a 7
nervios; divisiones <lóbulos) aovadas con lJ"ll1ll.a ayuda u
oval-acuminada, u oval-lanceoladas, siempre anchas,
fOl'mando un limbo o palma aco1"azonada; de corazón cerrado; 3 glánd1tlaB en la faz úifcriúr sob7'e los 3 nervios
centTales. Estípulas lanceoladas ú NlIeal'cs, ínteg1"al!.
Pedúnculos bre1'es, mucho más cortos q/.re el peciolo, erguidos, Invólucro con 3 glándulas, gl'ande como en la
especie precedente, de lacinias generalmente más numel'osas y con los ápices remachados a la m.ad1¿rez. Pétalos como los del G. barbadense, pero exterwrmente pubescentes. Ovario oval-acuminado, punteado como el
estilo. Cáps'ula aguda y muy mucronatla. Semillasfrecuentl,mente reunidas en un grupo cerorado (¡'ú1ón), o libres; con hebras largas y sedosas como las de la especie
precedente, que se separan fácilmente, pero dejando pelos
mucho más COJ'tos y adherentes, que lW obstante, lW formanun.a verdade¡'afelpa (excepto en los tipos impuros).
. .. Especie sudamericana, encontrada en estado al paj;éééi·silvestre en Brasil, Paraguay, Perú y Gllayanas;
cultivada por los Indios Guarañíes,1'eruanos, Chibchas,
Aruakos y parte de CaralbeS;Q'gde muy atig-uo; actualmente preferidc. en toda ¡aparte calie~~'? ,l~ ':'.1~~~'''­
Ac;,~.~poco cultivada en otros países.
.
'VARIEDADES:
VIII varo peruvianum (CAV.), str. s. Sinón, Gossypium
peruvianum CAVo (como especie). Es la forma que se acerca
ros del Norte tA. de ANDRADE}; así como en el mu"~linum. otra variedad
del G. rcliaitUam. En cambio, las variedades qu~ pertenecen verdaderamente al C. herbáccum presentan la semilla cubierUl. de una verdad.ra ., den.. t.lp.
de pelos cortos muy adherentes.
Por otra parte, ni el C. re/i6iCMum stricto aeosu puede ser reunido al G.
h.rbác~um, ni el G. pcruvionam str. s. puede 8~r anexado Id G. hGr6odc....
sin introducir confusión, y una gran dificultad, sino imposibilidad d~ c&l'8c·
terizar y delimitar suficientemente D. estas 2 grandel:l especit's.
U
ALGODON y LOS ALGODONEROS
mds al G. oorbadcnse; las di11isio1wl de la.~ hojas son bastante lan-
_ladas (late-laneeolata) , ¡'-ccuenwrnente glabrescen.tes o la'rnpi/\as; las sernüla¡¡ son casi iotalmente desprovi3tas de pelos cortos
o tienen. muy pocos, y s'u hebra es de bastante lon.gitud. Es el G.
religiosum PARL., lámina; esta lámina puede ser comparada con
la de GORKE (en MARTIUS FI. Bras.) que corresponde al G. bm-baderule L. ; ambas son muy fieles y dan una idea bastante exacta de la diferencia entre las dos especies, no obstante la analogla indicada - El Peruana típico es muy resistente a la sequia.
Se prefiere en el Perú (Piura, etc.); algo se cultiva en otros paises, inclu8ive las Islas del Mediterráneo (Baleares, Malta, Santorin) , no necesitando de una temperatura muy elevada.
IX varo uitifolium (LAM.). Sinónimos: G. vitifolium LAMARCK l,y STo HlLAIRE, .Ft Bras. Merid.• ), como especie, y G.
l"itifolium (CAV.)? idem. Variedad importantísima.' PecWlo
alargado; limbo foliar profundamente acorazonado (optime strieteque cm'dato), S a 5 lobos, 5 a 7 nervios, 1 aJ-gla71dtLloso, glabre8CC1Ite, con similitud al de la Vid (Viti3 vinlfera). Pétalos de
base marcada por mancha intensamente purplÍrsa, sulfúreos,
por marcescerteia pu'¡nlrascentes. Semillas libres, minúsculas o
mtnimas, 11.0 lanugin.osas, con hebra muy blanca y fina, de lon~
!ud mediana o ma¡¡pr. Tropical. Convienen la.~ 2 subvariedades
naturales siguientes:
X subvar. lI"riJo"n." m., subvar. n. Nom. vulg. Mocó (mbokó). Caracterización general de la variedad (No IXl. SemilJ.tu
mUlIlwre8, casta'lo-.tegras, muy peqtte1ias (4 ¡J(}r 7 rnm.• pesando
un decigramo), limpias y l,iBas una ve< separada la hebre;.. ~:: ~:::
tiene 40 a 50 'nm. de longitud, y es sumamente fina (17 ,nii=",,,.
de mi1tmetro de grosor) y muy rC8i3t.ente. La cáscara o piel de
la semüla se di3tingue por ser más delgada o .fina r¡,.te en las demás variedades, mientras la almendra es la· de ""'llar. proporción
relativa (67% del peso). La hebra es tan fina, que no obstante
su gran largura, sólo representa el 24';;' del peso del algodón
con semilla, y aun el 23~ %, pasándole en esto al Sea Island. Cau_
sa la limpieza y finura de la cáscara, el aceite puede ser extraído por simple compresión, como en el Sea bland. y representa
la rara proporción del 23% de la semilla entera Cultivada
desde muy antiguo por los Guaraníes y desde el primer cuarto
del siglo XV por los Portugueses del Brasil: actualmente es más
cultivada en los estados de Rio Grande del Nort('. Parahyba y
Ciará. Las imprudentes o involuntarias hibridacion"ó hacen que
actualmente sea muy dificil encontrarlo puro.
En el valle del
Seridó (interior de Rio Grande del Norte) es donde mejor se conservó y predomina. Ss tropico.l; '·r_,;.~te {a "OJ"fOl; IJl'llduce:t a
34
Dr.
MO/5ES S. BERTON/
9 vece¡¡ .nás que el Sea lsland, 1/2 '/leees má" lJue el ellipcio.
XI subvar. paTaguaT;ense m. subvar. n. Criollo Paraguay.
Caracterización general de la variedad (N9 IX).. Distinta por
sus peciolosfi'eC1IC1lte?nente más largos (:20·::;0 cm. en 1,1. jÓ'/lenes)
que la anchura de la hojas (l5·f!2 C1n. de lat., ibidem) ([/te es trío
glandu/<>sa;por los ló/mlosful'icl?'esnoÚlblem.ente ,n¡¡c'ronados; po'"
el iTI'Vólucro ,·.tativamente b"C'Ve (longitud 9·4 Cfll.) y de bráctea.,
numos amplias (f-9 C?n. de lat.); por el estilo más p'rol<>ngado y
sobresaliente y sembrado de plintos pnrplíreos inclusive SllS lóbulos;
por SUS sC1l,illas, que presentan un minúsculo pincel-ito de pelos
lanuginoso.• muy cortos y algo leonados (fulveseentes); y pOr 811
hebra relativamente corta, aun']ue de mediana 101lrrit1,d, densa,
sedosa, 'muy "esistente y de un blanco muy pm·o. Cultivada desde muy antiguo por los Guaraníes del Sud, especialmente en el
P~ subspontánca en varias partes pero frecuentemente
impura. Es tropical y.""btropieal; resiste más a lluvia y a la
humedad del aire que a la seqnía.; prefiere tiC1-r08 natu1'Oles muy
fértiles, donde puede llegar a la producción máxin'LU de todo el
género. Actualmente, parece que s610 puede existir pura entre
los Indios de raza guaraní y en el Norte del Paraguay. Puede
ser considerada como buena variedad botánica.
XII varo mustelinum HORT. Sin6nimos: G. religiosu,n L.
(Syst. Veg. 522) • ; G. religiosmn ROXB. - Distinta por su limoo foliar frecuente?nente 9·lobo y la hebra color pardo, desde leonado
hasta color café, lanosa, densÍ3Íma, y de 25 a 9Q mn.. Planta casi lampiiw.(glabra) , n a9 met·ros. S=iUa de 10 altmm., no
lq,ll:Y41j.nosa, o sea sin felpa. pero con algunos pelos adhere1ltes.
SU'~¡i.inérica tropical, Perú, Alto Paraná, principalmente Brasil".
N61Ílina vulg.: Mandiplhtá(Paraguay), Pardo, Fulvo, Ganga y
principalmente AJg'3dó¡ (BrasIl). Cultivado en toda parte por
,~~ T·~..iios Guaraníes, y comercialmente en en Noreste del Brasil
:t ~ C" ú.. Introducido antiguamente en Asia.
XIII varo CTóceum (HAMILT.) = G. cróceum HAMILT. =
G. relil/Íosum lana pallide crócea WILLD. lJI 806. Hebra corta,
azafranada (amarillo claro). Limbo foliar grande, gener8tmente di'lfidido en 9 lóbulos, con 5 di'Visiones en las hojas más grandes solamente, pero con 1 sola' glán4ltla. Glabrcscenie - Posiblemente es 5610 una forma de la varo precedente. Sólo el cultivo en idénticas rondiciones lo dirá - Brasil Asia. -«Algudao
amarello', iGelbe Baumwol1e., etc.
.
__o
• SWARTZ, .Act. Holm••, 1790, p. 21 & .Sp. PI.. 111. 806.
•• El Prof. GREEN la encontró en ~8tado silvestre cerca de Caic6(Esta·
do de Rio Grande do Norte), donde ya fuera enconlnda 100 años antes por
otro botánico lA. A. dc ANDRADE, O. c. 196).
EL ALGODON y LOS ALGODONEROS
35
XIV var: monosperma, m. ad int.- Nom vulgo Quebradi"ho, Quebrnrlizo. Di3tinta por sus semillas, reducidas a muy
sola, li..a y negra. Hebra corta.
Cultivado en el Norte y Noreste del Brasil. Cualidad apenas
",¡n¡lar, pero productiva. Fáltanme datos para cacterizarla
deLidamente.
XV varo brasiliense (MACF.) - Sinónimo G. brasilie?Ule
IACF., como especie = G. acl.I.,winat117n AUCT. N6mina vuJ.:
¡_ón, Rins de Boi, Kidney, Pierre, Arbóreo, lnteiro - Distinta
por presentar las semillas reu.n-idas en dcnso grupo, 8/J'mejante a
Hn riMn, o a los cascabeles de u.n Cj'6talo; li-mpias dc felpa, pero
roll pocos velos adherentes cortos. Planta muy rollllsta, arbórea.
Hebra baslante laTga (92 a 36 m,n.) -11 uniforme, ""'I/"esisten,te,
fJ'!1'o algo áspera. T1'Opical. -Muy cultivada en el Brasil, donde
se la prefiere para la indústria doméstica, por ~er muy fácil deacarozarla con rodillo, sin romper.la hebra, que es muy fuerte y
de largura igual. Preferida desde antiguo para la confecci6n
de hamacas. Se paga un 20% menos, por la mayor proporción
de semillas, descuento compensado por el mayor rendimiento,
pues es muy productiva, madura desde los 4200 grados, y resisle mejor a las enfermedades. La plantaci6n dura 10-12 años,
pero produce menos desde el 40. Para la exportaci6n a Inglaterra no se le estima mucho, debido a la asperidad de la hebra.
Brasil, Puerto Rico, Jamaica, Cuba.
XVI subvar. apo.permum (SPRAGUEl. Sin6n. G. 'brasi/'
MACF. varo aposperm'um SPRAGUE. Nom. vulgo Cáuto,
CAuto Tree Cotto~ - ~·.!b·!?.·:i~~aJ. üt:i ;JH::\.\:~'ClI~C, "';'ct que se
di3tingue especialmenl-e por la l-impieza de /.as sem-ttf.a8 (clea... 8eeded), gran resistencia a la sequia y una -/,0.,'0. adaptabilidad a 108
terreno8 muy calcáreos y dUTos. Netamente perenne y muy productiva, en terrenos regulares puede producir econ6micamente
duranle buen número de años, habiendo dado, en terrenos calcáreos duros y áridos de Jamaica, impropios para otros cultivos,
de 240 a 300 kg. de hebra. Descubierta en los matorrales de
Cuba, donde es silvestre, por W. W. Vl'HELER, fue seleccionada
en Jamaica e introducida en Puerto Rico.
XVII varo acuminatum (RoxB) "" G. aCluninatum ROXD.
(como especie) - Nom. vulg. Marañón, que le corresponde propiamente - Distinta poT las divisiOlle.. foliares, termi1UUÚUl en
pv.nf.a estrocha y alargadas; también po1. las semillas reniform.es,
cuya f0T1l1a recuerda las del caje. La3 hebra..~ son de 28 a 92 m.,
y se separan fácilmente, dejando,l" semilla limpia, con raros
pelos adherentes. Cultivada en el Norte del Brasil, donde parece que se ha encontrado silvestre. Otro tipo de ese país, l1a-
,.,'n,' o, .egú.n se afirma, 1
36
Dr.
MOISES S. BERTONI
mad~ Mosor6, podrfa ser un híbrido de esta variedad.
XVIII val'. frútescens (PLUK.)? Variedad dudosa; hoja..
mayo,'es a las de la Vid, según PLUKENET, que observó sólo
plantas «anuales", que supongo serían de 1 año de' edad. 'Anti-'
Ilas.
."
XIX val'. racemosum (POIR.)? Variedad dudosa, aunque
aceptada por TOOARO (naturalmente, como especie). Las flore3
en racimos podrían indicar una simple forma aberrante.
XX val'. • y/vestre m. val'. n. 'Algodonero silvestre del
Paragua:i. Es un fenómeno general en as p antas cultivadas,
que a variedad que por abandono vuelve al estado subspontáneo,
adquiera caracteres muy semejantes al tipo verdaderamente silvestre. Por tanto, la cuestión de si el Algodonero de que trato
es verdaderamente natural, no tiene mayor importancia en el
caso actual. Planta menor, reducida en casi todas 8'lUl partes.
Hojas trila/nt/ares numerosas, frecuentemente con 1 glándula sola, pubescentes. Cápsula. pequeña; semillas relativamente grandes,
de hebra C07-ta, áspera y a veces de 'un blanco impuro, más adherente, quedando algunos pelos cortos frecuentemente Uwnn.dos.
Herborizada por MORONG (como G. marltimunt) , HASSLERyyo,
resp. en el Delta del Pilcomayo, Concepci6n, Puerto Murtinho
(Matto Grosso), 'Chacol e islas cerca de Colonia Penal.
~.", ..Gollllypium pubescens SPLITG. Algodonero Silvestre' ·del Pará o Herbáceo del Surinam.· Fruticoso o
arbusto de 0,80 a 2 metros. Ramos purpúreos {JJOT
(J¡IYl~oximaC'ién de las glandttlitas puntiformes ?), muy
peludós cuando jóvenes. Hojas de 5 a 7 lóbulos," algo
cenicientas, inferiormente velludas, con 3 glá'ndulas so.(¡,.fi i:Js nervios y puntuación purpúreo-negra; lóbulos
laterales auriculiJormes; peciolo breve y peludo. Stípulas lineares. Invólucro de brácteas inciso-dentadas.
Cáliz integérrimo, brevísimo. Flores (pétalos) purpúreas (siempre?>.
Hallada en las Guayanas, donde se cultivaba como curiosid.ad, fue más tarde encontrada en su estado silvestre en el Pará
- PARLATORE y GÜRKE creyeron ver en ella alguna analogía
con el Gossypium arbóreum, aun considerándola especie muy distinta, como K. SCHUMANN y otros confirmaron. Veremos al hablar del G. arbóreum L., que existen analogías evidentes y sugestivas.
EL ALGODON y LOS ALGODONEROS
3.,
Gos.ypium arbóreum L.
Sinónimos: G. nigrum HAM.
G. rubicundum
ROXB. = G. rub1"Um FORSK. Nom. vulgo Algodonero
arbóreo, que no siempre le conviene. Planta de 1 a 6
metros, arbórea, fl"Uticosa, o anual subherbácea, de tallo
generalmente erguido y ramas peludas, freC'!tentemente
rojizas, como los peciolos y nervios. Peciolos peludos,
mucho más cortos que el limbo. Limbo de la hoja muy
ahierÚlmente palmada y acorazonado; dividido en 5 o 7
lóln¿los angostos y lanceolados; separados por senos obtusos, y éstos a veces po1. un lobulillo 11t·uy b1·eve. Brácteas
del inv6htcro de dientes cortos y un poco remachados, perBistentes. Cáliz sublobado. '. Flores relativamente pequeñas; de pétalos purpúreos, rojos, rosados, blancos o
amarillentos con una mancha a la base. Estambres poca mayores que el estilo. Cápsula aovada, agud,/)" generalmente colgante a la madurez; 3 a valvas, con 5 o 6
semillas amarillentas, angulosas y vestidas de algodón
blanco.
Las numerosas variedades difieren mucho en cuanto al producto; la hebra es larga, mediana, o corta, y
más o menos abundante. Pero casi siempre es muy blanca, r;;;:;;~:Cr.t;: y fina. Mas es muy adherente, lo que
dificulta al descarozar. Contrariamente a la opinión de
Engler, quien la supone africana, esta especie par~e
indígena de Sudamerica. Los botánicos exploradbiJs'
POHL, PETERS y TAMBERLINK la citan como silvestre
en el Norte del Brasil. Las analogías evid::mtes con la
especie anterior (G. pubescens), indígena del Pará, corroboran a este indigenato. GARTNER, FOSSEL, BLANCHET y MARTIUS, la encontraron cultivada (seguramente desde antiguo) en el Noreste del Brasil; muchos otros
botánicos, en Minas Geraes y Rio de J aneiro (A. de ANDRADE), Y JUMELLE afirma que fue en este país y en
China donde fue más extensamente cultivada, mientras
en los otros países lo fue un poco en todas partes, pero
limitadamente - Es especie tropical; pero se adaptó
*
38
en Asia a climas subtropicales, produciendo variedades
subherbáceas anúales o de cultivo anual, aunque de me·
nor rendimiento.
VARIEDADES:
La multiplicidad de los países en que fuera desde antiguo
introducida - l¡ls grandes diferencias de clima y de terrenoel nÚln.ero elevado de botánicos que la estudiaron, principalmente en Africa y en la India - asi como otras circunstancias que
facilitaron la multiplicación oportuna o excesiva de formas admitidas y de nombres _. hicieron consignar de esta especie, en
las obras de botánica sistemática o aplicada, un gran número de
variedades o tipos más o menos diferentes. Empero, como mucbos de esos tipos fuesen mal limitados, mal descritos. o imperfectamente caracterizados, o establecidos sobre caracteres insuficientes como el color de la fior o de la hebra. resultó no poca
confusión, que con los limitados recursos de que dispongo fuera
imposible poner en claro. Y apareciendo muchas de tales variedades como pretendidas especies. que pocos o ninguno de los
grandes botánicos aceptó, y otros a especies de todo punto inaceptables, es razón para que yo no juzgue útil el ofrecer aquí
una enumeración escueta, que de poco serviría. y eventualmente podría aumentar una sinonimía ya muy recargada·. Siendo
otra razón ésta: que para nuestro caso práctico tal enumeración de nada serviría, pues creo que ninguno de esos tipos se
ha de introducir en estos países, por no presentar ventaja sobre
los ya etJull)ej'ado~Y'losbuimos que más adelante indico; siendo
sigl\l"1lcativo que en' el Brasil, donde se cultivaron en otros tiempo los mejores, en su ambiente natural, sean hoy casi abandonados..
Lv.., ~ ... 11"':"~'", u'.:'.:. lL..q~,":r ~ ... ~ ...:¿...J;... .......elen ser naturalmen:'
te tropicales como el arb6reum (BELLON.), el Roxburgii (TOD.).
el cérnuum. el bani de la India. elobtusifoliurn, el soudanemepor tanto. deben ser muy sensibles a nuestros fríos. Otros son
poco productivos. o de seda corta y sin ventajas sobre el G. hirsutum. o económicamente poco conocidos: tales el G. a. tw.nking
y sus otras formas húnalayanum y rubicundum; el assámicum;
el negll}Ctu'm y el t'óseum, varo subfruticosas de la India; el albijlnrum. de flores blancas que enrojecen al mareh,itarse; el sangufneum. el cifricanum y el Wighti<l.llurn de Africa, y otros
más.··
• Por esta ruón ('.f'lnsi~o Jos siguienf.toJ" nombrl:8 t;in d del Autor.
•• TiJXMl a los que correRponderían los N08. XXI a X:XXVII.
EL ALCODON y LOS ALéoDONEROS
Gonypium herbáceum L.
Esta especie siempre fue conocida con este nombre
que no le convenga más que el de G. arbóreum a la
respectiva especie, pues, como el G. a1'b6reum, es herbáaarb6reo según el medio en que crece, o la variedad,
siendo casi nu,nca propiamente herbáceo. Planta de
a :J metros, erguida o echada, de pelos cortos o glabra
mpiña). Hojas generalmente de 5 divisWnes o lóbulos,
reces 3 o 7. Lóbulos anchos y cortos, orbiculares o re-
deados, o aovados, o en ancha cuña, obtu.~os o con bre-'
punta, frecuentemente mucronados, sin glándulas o
1. Inv61ucra de 3 a 4 brácteas con 5 a 9 dientes C01'a muy cortos. Cáliz obscummente dentado. Pétaamarillos con la mancha a la base. Cápsulas 'IIUÍ.'lo
ws globulosas. Semillas, 5 a 7 en cada laja, dispuesen Z series, globulosas con base aguda, cubiertas de
ttSilla generalmente blanca. Hebra corta. Subtro. l. Nom. vulgo Herbáceo. Indígena de Asia. Cul. ;ado en Asia y Africa, principalmente en la India, y
go en el Sud de Europa.
XXXVIII varo índicum(CAV.). Sinón.: G. índicum CAVo
roo especie:' así LAMARCK y DE CANDOLLE). Vulg. Herb&c.o
.. I.dia. TaJ1.os y ramas hirsul.a... Hojas genn-almente de S /I¡.
m/Po .""'. I>7'""es, en ancha cuña redondeada. y sin glándulas.
pwuia aovada. Flores grandes. PI.anta hurniMe (frecuentem.
. o meno.•), tenida por anual. Hebra muy corta (gener. liO a
mm.). Muy cultivada en la India tropical. En Argelia queen 45 a 60 cm. de altura. Bengala; Scindi, Broach, etc.
XXXIX varo micranthum(CAV.). Sinón. G. micranthum
. O. Flor pequeño. Variedad poco conocida. pero bien dis_
por SUS pétalos más cortos 'lIte et invólucro.
Tatto glabro,
,...miado. Hojas co'" 1 gtándnta. Persia. Subtropical.
XL varo borboni"n•• (Too.)? Por sus cápsnlas colgantes,
""""sa hebm y Jiterte producción. se acercan al G. hirsulum.
P ni. baja; cápsltlas mUll pequeñas ymlmerosas. Rústica y tema. Borbón, Lucayas. Empieza a madurar por 37000.
XLI varo punctatum (GUlLL. & PERR.). Según varios aues pertenece a esta especie el Algodonero llamado 'Indígena.
el Senegal (JUMELLE. O. c., 7). Una suhvariedad llamada
.Guineo'. es de hebrafulvp-"cenle, o color nankín.
40
Dr.
MO/5E5 5. BERTONJ
XLII val'. album (HAMILT.) Sinón. G. alblt1lt Hamilt. , 'Vulg. Síam !llanco - Planta peqi<eña, ten'ida por anual, subherMeea, mtiY p"eeoz y ,·ú,;/'ica,. Hebra bastante regular. El más
temprano; madura desde 35009; por eso ~e cultiva también en
las islas del Mediterráneo y Sud de Europa. Japón, Corea, China, Indochina, Persia, Azerbaidjan, etc.
,
XLIII val' .iamen.e TEN. - Siam Pardo. - Es simple subvariedad de la precedente según CANTONl, distinta por el color
pardo de la helrra(rufao rttfCseente). Igualmente precoz. Calidad mediocre.
XLIV val'. normale m., ad. int. --, Algodonero Herbáceo común.
Tal vez acervo. Las variedades precedentes siendo las quP. difieren de alguna manera notable del Herbáceo Normui, corresponde reunir aquí los tipos que mejor correspondan a la descripcifm
que de la especie arriba se hace. Tiene helrru. blanca, COt·ta, pero no tanto, generalmente entre 23 y 2S mm., relativamente
gruesa, a veces algo gris, no muy sedosa. Tipos numerosos,
cultivados generalmente en la India, China, Japón, Turquestán,
Asia menor y África. Entre los mejores, el Smyrna y el Yerli
de) Asia Menor y Grecia, el M.h6 del Senegal, el Hinghenhaut
y el Bengala de la India, el Cay-bung de Indochina y el Herbáceo Egipcio, el más largo (28 a 34 mm.) y el más 6,no, pero probablemente híbrido.
'
Gouypium hirsqtum L.
Sinónimo: G. barbadense L. varo hirsutum W. J.
Hook. (vide los sinónimos de las variedades). Nombre
,Yulg~"Upland, - Plantafruticosa y casi perenne, aun<¡lli
generalmente de cultivo anual, más o menos cubierta de
pelos y puntitos gladulosos. Tallo erglli~~, !:~":: ,:,cmcs
,abiertas (patentes). Peciolo peludo, aigo mas corro que
el·limbo. Limbo fOliar anchamente acorlLZO'lUUio (tate
cm'dato), de 5 o 3 lóbulos oval-acuminados, arriba gtabrescentes, abajo cenicientos, 5 o 3 nervios, el central
con 1 glánduta, frecuentemente con hojas infciwes íntegras. Estíputas suba?'queadas, 10-15 mm. Pedúnculo erguido o erecto-palente, en algU1ws tipos doblado
a la madurez, anguloso. Invólucro 3-glarululoso, de
brácteas casi tan tal'gas como tos pétalos, peludiLs por
fuera, tampi1"ias y lust¡'osas por dentro, grande. <4 a 6
cm. pot" 2-.H de ancho) he?Ulidas en 11-13 puntas ínteg1'a3
EL ALCODON y LOS ALCODONE:ROS
'"
o dentadas. Cáliz de 5 dientes. Pétalos amarillo claro,
rara vez con mancha a la base, enrojeci(los al marchi-farse. Ovario redondeado, obstuso. Estilo con 3 o 5
lóbulos marcado3 por glándulas puntifor1llcs. Cápsula
nofoveolada, lisa, aovada. Semillas relalit'a111ente grandes (9 a 12 mm. long. por 5 a 64 de diám.J, libres, cubiertas por U'1UL pelusilla blanca o verdc dcnsa y muy
adherente. Hebra media'1UL o C01·ta, ycnel'lIlmcnte muy
bla.nca. Cotil¿dones con glándulas amar-Was.
Es subtropica1. Originaria de Méjico y Centroamérica, se extendió por el cultivo a todas las partes del
mundo, especialmente a los países templadu-c:.ilidos o
subtropicales. Es de mucho la preferida en los Estados
Unidos de A. y bastante cultivada en las rej!iones templadas del Brasil Central y Meridional, Ar¡.:entina, Paraguay, Africa, etc. FROELlGH la encontró cultivada
desde antiguo en el Brasil, y WULLSCHLAEGI·;C en la Guayana Inglesa. Lo es mucho actualmente en las regiones
templadas del Brasil (Minas Geraes y San l'aulo principalmente). Es la especie que ha sido objeto de mayores
estudios y ensayos, y los tipos preferidos ahora, son el
resultado de una minuciosa y constante st'!ecl'Íón. l:l
número de los tipos, que vulgarmente se llaman .vn";...
dades., es enorme, alcanzando a más de (;00, scg-üu TTLOR, de las que 67 importantes para el cultivo(cn 1910).
'''''' 'VÁ'RIEDADES:
XLV var microcarpum (Too.), Sinlm. G. W;(·furn.rrm:m
TOD., como especie - Distinta principalmente por ~1I~ (·fÍ.JIll"Ulaa
relativamente muy chicas. Se le podria adjudic~r ('on,o derivado
el tipo .Peterkín., de sC1nitla•• negruzcas. Al'hu,lns (mndosos.
Puerto Rico. Tal vez le pertenezca un Algo'Mk,""", ~il\'l'stre de
esta isla.
XLVI val'. caespitosum(ToD.) Aunque 'I'U"AI((I la haya
dado como especie. no parece diferir escnc.:ialnll'llll'. No creo
<,ue haya Algodoneros verdaderamente ct.>~pilo~·lI~. a nu ~('r que
~e tengan por tallos las ramas largas que nan'n a la ba:-:f' del
tronco. como en ciertos tipos del grupo • Bi~ HolI '. 1l1lJ) t'ultiva~
do en San Paulo.
XLVII
Vegetación fuerte.
yar. purpura.cens(POIR.).
~i'llíll. (;·I'llr¡,",'UIC"'.•
BIBLIOTECA N~CIOflAL D~
AQ~ICULTURA (BII~A)
Dr. Moisés S. Bertnnl
Dr.
MO/SES S. BERTON/
_4:1
_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __L_
Poir.
Aceptada también por TODARO, y como especie, se puede
pos su coloradú" purpurcscente. Isla de Borbón.
XLVIII varo púnctatum(R¡CH.). Un desarrollo "''l/y notable de los glandlltitas 1'11'111 iflYl'1ne., y plgunos otl'OS caracteres
distinguieron a esta variedad abisínica. poco conocida. , . .
XLIX varo tTicuspidatum (LAM.). No dispongo por el
momento de su caracterización necesaria. Pero fue darla como
especie por LAMARCK y SPACH., lo Que me obliga a incluirla.
S. N. varo siamense(TE:-l.). Ya enumerada como variedad
de la especie precedente.
L varo nigTum (HooK.). Variedad atribuida por algunos
al G. h.e-rMcewn L. África, Sudán, Alto Egipto. HOOKER la
dió como especie.
LI varo chaco GIR. - Nom. \'Ulg. Choco·, Tallo erguido
y robuslo.
Ramas relativamente I>reves, las in/m-iIYl'cs cortas,
todas Hemi-erectas. Hojas bien acltmina.das. Semillas medianas
en general. Pelusilla blanca. Hebra 26 mm. media, bll\nco
bastante puro. Precoz. Se acerca al tipo .Dicksoll>. Cluster.
Derivada del Upland de Luisiana introducido hace más de 50
años en Argentina.
UI subvar. nanum - Nom. vulg. Bush Cotton - Planta
herMcea anual, de 30 a 60 cm., poco ramificada. Semillas pequeñas (verdes). Het>ra muy oorta, áspera, de calidad inferior.
Se puede cultivar, en el Hemisferio Norte, bajo el 409 de Latitud Y en ciertos puntos hasta al 419, pero más. bien como curiosidad.
LIII - El acervo de tipos del G. hirsutum Que pueden considerarse como norma/e., con el título general de Uplond. fue
clasificado según la fórmula siguiente, que es nniY'-práetfca; '1
tiene a la vez alguna base cientifica. de modo Que algunós'deesh"lU ~r1tpOS vienen a corresponder a subvariedades botánicas:··
:;., Clú,hr - Tipo Dick,on .- Arbustos altos y erguidos.
Ramas inferiores cortas. Cápsula con tendencia a crecer en racimos, Semillas pequeñas, blancas. Tempranos. La hebra
constituye el 32 a 34'/0 del peso cen semilla.
29 Seml-Clú,ter - Tipo Peerle" - Ramas inferiores de
tamaño regular. Madurez mediana. Porcentaje de hebra,29-35
3° Rlo Grande - Tipo Petcrkin - Arbustos muy frondosos.
Cápsulas pequeñas. Semillas negras. Madurez mediana. Hebra 35% en' general.
49 Short Llmb - Tipo Klng - Arbusto pequeño aunque
r~conocer
• CARLOB D. GIROLA.
El caitiuo d.1 AI..,do".ro.n la R. Ar....'¡"••
Buenoa Aire. 19'.22., ¡ámina y ligo
•• .Boleüm da Agricultura', Sao Paalo 1917, pág. 266.
EL ALGODON y LOS ALGODONEROS
muy frondoso·al pie y superiormente; ramas cortas. Cápsula
pequel\a. Semillas regulares. Mad. temprana. Hebra, 32 a34%.
59 81g-8011 - Tipo Duncan (y Truitt) - Plantas grandes,
robustas y muy ramificadas a la base. Cápsula grande. Semillas grandes. Tardías. Heura, 24 a 29%.
69 Long Limb Upland -- Tipo Petit liulf - Planta muy gran·
de. Ramas alargadas y abiertas. Cápsula de dimensión regu·
lar. Tardías. Hebra. 30 a 32%.
79 Long Stople Upland .- Tipo Allen - Planta alargada y
pesada, exigiendo suelo húmedo. Ramas inferiores largas y Qbicr~as.
C1ipsula de dimensiones regulares. Semillas idem..
Tardlas. Hebras largas, de 25 a 29'1<.
Esta clasificación, aunque en ciertos casos resulte arbitraria,
es útil para la elección de grupós y tipos. Pues, como veremos,
no se deben cultivar en las mismas localidades AIlrodoneros per·tenecientes a grupos diferentes, aunque pertenezcan a la misma
especie.
000
Los otros especies de Go&.ypium no deben detenernos en este
estudio de aplicación a la agricultura, por ser .silvestres. y
cultivadas únicamente a título de experimentación o colección.
Tales, principalmente, el G. tahiten.e PARL. y el G• • anJwi.
chen.e PARL. de Oceanla, y el G. janiphaefolium BRITTON
llamado .Yuca. en Puerto Rico,
Uno especie o variedad cultivada dudosa, igualmente omit!.. Es
..1 r:nuvn;um latifolium MURR. Su caracterización IWILLD.
"Si'. rl.:; !!! ~05): Hojas agudas f.==-l.nbos IU#t<'f"o/udm·e. a~u:m,ina­
dos?), las illj'erio,'es integras, las otras t'dlo/'a.'. <'' .' I !//lintlttlano permite orientarse con seguridad - y la no i"dicación de patria o localidad de origen, aumenta la dificultad. No se-.trata
del· G. Ú1.tifolium RUMPH.; mas parece lo m{,s prohable que se
trate de una forma del G. ,·e/.igiosum J,. La cUI,,:tión no tielle
importancia pr1ictica.
Una observación general me permitiré al:n'~a... Tuve que
hacer este estudio sin tener a la vista cil'rt;L~ obras descriptivas;
esto sin querer, por escasez de tiempo Y recursus; p"ro prescindí de otras voluntariamente. Entre los "utOrt'S dd si~lo pasa, do, algunos de lus que más escribieron, como TIIIIAHO, introdujeron en varias partes más confusión que claridad. y su criterio
general no es siempre aceptable. Entr<' los 111'" ,uuuemos, algunos fueron criticados por los mi.mos dercclt,s u ut'·UR. Se espera una nueva revisión de todo el g-éllero, plll'S la de l;. WATT'
• .Tbe Wild and Cultivated ("...otton I'lanL~ of :.h.· "",,ti.!. A Hcvi8ion of
the. Genu8 Couyp;unt,.
44
Dr.
MOISCS S. JlERTONI
--------------------- --:'no satisfizo ~ botánicos ni a otros hombres de ciencia interesados en el asunto, pues su clasificación, "siendo basada sobre especlmenes de herbario, numerosos errores fueron cometidos en
su trabajo"*- cita y confirma el Dr. Alfredo A. de ANDRADE.
a quien debemos excelente estudio de los Algodoneros del Brasil
y otros paises.
Siento no haber podido consultar aún ciertos trabajos referentes a la parte botánica. En cambio mucho aproveché excelentes obras y diferentes datos muy interesantes de cientistas y
técnicos bl'asileros, que los autores del otro hemisferio muy
frecuentemente ignoran, con menoscabo de sus trabajos. Con
todo, opté por mucha reserva en la admisión de especies y varíedes y en la creación de nuevas o de nuevos nombres, y he propendido siempre hacia la conservación de la nomenclaturaanterior
y usual, respetando la prioridad según las leyes de la nomenclatura botánica estrictamente aplica.das. En otra ocasión tal vez
pueda yo completar y hacer mejor.
,.
•
lt09,
J. LEWKOV1TSCH, ,Technololfie et Analyoe Chimique, ele., Pari»
'.
v. 11. '125.
CAPITULO V.
HIBRIDACION & CRUZAMIENTO
PROCEDIMIENTOS
DE
SELECCION.
ASO AQul A LA CUESTIÓN MÁS GRAVE DEL
cultivo del Algodonero, a la que ha producido
yores trastornos, pérdidas de tiempO y aun fracasos lamentables. Advierto sin demora. que no
hay que confundir la vordadadera hibridación, la cual
s610 puede tener lugar entre especi~s diferentes.
eon el slmplo cruzamlonto, o sea cruza o cruco que llamarse quiera.
el cual sucede entre variedades de la misma especie. o entre formas o tipos pertenecientes a una misma variedad.
Pues los
productos. en estos dos casos. se portan de una manera muy
distinta, bajo el punto de vista de la conservaci6n o fijeza d.
los caracteres.
Los productos do la hlbridatlón de dos especies son esencialmente instables; en las generaciones sucesivas varian continua'I.i"'la~"" b:6"¡¡'Ca.l~v las leyes mendelianas, pel'O t:on variantes Que
• veces Be substraen a ellas. y responden a causas conocidas o
desconocidas. Resultando muy dificil fijar UllO de esos productos. aun por medio de la selección más constante y minuciosa.
porque en cada generaci6n aparecen constantemente formas
nuevas, o bien. formas regresivas, que son lag qUE" S~ parecen a
las especies primitivas, o reproducen alguno de "US caracteres.
Este es inconveniente general; pues se presenta en todas
las hibridaciones. Pero se vuelve de una gr.lVedad muy especial
. al tratarse de los Algodoneros. pues. como no debe cansarse un"
de repetirlo - la; uniformidad es en toda cia." dr n/yadones U"l.t
00Ildici6n indÜtpensable para obtener btunos lJTO"'W,. 11 sobre todo.
Vil nurcado '''Il',ro.
Los productos do lo. cruzamIentos entre variedades de la misma especie, no presentan ese inconveniente ~ino en un grado
mucho menor, de manera que es posible remerliarl" I",r medio de
la seleeci6n, 13 cual, como veremos. permite lijar la ¡orma o tipo
que más convenga. Y la fijeza o uníformi<1ao1 de este tipo es
tBl\to mayor y más fácil de obtener. cuantn m:is parecidos sean
ma-
D,.
.f1J
MOlSES S. BERTONl
.lqs caracteres de las dos formas que entraron en el cruzamiento
- o bien-cuanto más parecidas sean aquellas formas en los
caracteres especiales cuya uniformidad necesitamos. En el caso del algodón, el carácter especial que más 'necesitamos que sea
siempre uniforme es la largura de la hebra. De aqu! la regla
de 1W el·tlZar sino variedades qu.e presenten la misma largura 11
1lat"ra!eza. de h'lbra, o llmy parecida, pudiendo ser bastante distintas en olros caracteres menos importantes y en los vegetativos.
Es cierto qua a veces se han ,podido obtener. algunos bueno,s
resultados d. los productos d. lo hibridatión. Pero fueron relativos,
exigieron continua selección e igual atención por parte de autoridades y agricultores, y con todo eso, no· fueron permanentes,
y siempre fueron de muy corta duración económica. En Egipto
se considera que una variedad de más o menos alejado cruzamiento, no suele durar más de 16 anos. Se indica como una
rara excepción el Ashmouni, que sirvió durante más de 60 anos
como tipo principal o de primera clase; es mucho menos cruzado:
no parece que se trate de un verdadero cruzamiento.
Se explica la actual completa decadencia del antes famoso
egipcio Mit-Añfi, tipo obtenido por cruzamiento en 1887. Hacia
1915, este algodón presentaba hebras tan irregulares, que iban
de 15 a 36 mm. en la misma cápsula. y aun de 19 a 36 mm. en el
mismo carozo'. Ya se nota alguna decadencia en el Sakellaridis
y en el Noubari, variedades egipcias creadas en 1906 y 1909.
El Mit-Afifi de hebra larga, de 1897, presenta mayor irregularidad. En 1921 ya se hablaba de la próxima supsgtu~ión del
.•espléndido Sakelláridis., que sólo tenia 15 anos de ~'':'_Se
observa que el Egipto introdujo su 'algodonero en 1822 del BJoasil,
y en 1827 el Sea Island, pero continuó importando semilla brasilera
ha.~t.a IXhU.
conrinuancio :.;;
c¡,~~a;a;;.;.~~.··
El Mit-AMi du.ró unos 20 afios: después de ocupar el 70 a
77'i~ de la superficie cultivada con Algodoneros, se retrajo a 66%
en i907 y al 36';' en 1913, para caer al 8% en 1916 y al 2% en
1918: hoy prácticamente abandonado···. El Yannovitch apareció
a fines del pasado siglo, tuvo su apogeo entre 1908 y 1912 y desapareció de los grandes cultivos en 1915. Noto que, por costumbre, un tipo se sil,'Ue cultivando durante varios afios despuéa
de ser declarado decadente. El más hermoso de todos los egipcios, el Sakelláridis. entró en el gran cultivo en 1911, tuvo su
• Estudios dt: la Estación Botánica de Zaguig.
•• Fritz. J~ItII)I, .ChanC\.eristic oí Egyptian Cottnn., p. 7.
••• H. A. BALLOU: "Cotton a. thc Pink Bollworm in Eg1Pt", in "Welt
lodian Bul\." XVIl, N: 4, 1919.
EL ALGODON y LOS ALGODONE.ROS
4T
-------
apogeo en 1918, y ya está en decadencia. por má. <¡ue .us excelentes cualidades y la dificultad de substituirlo le a,i",nen todavla alguna vida. Sólo el Ashmouni sig'Ue siemrre ocupando su
puesto. al rededor del 20'ió del área cultivada. ,in d''l.·ae,· todavfa. Pero el Ashmouni es variedad bol:iinica. G. ¡'rll'/lUdrll.<C J/l.
melia71mn (TOD.), adartación a clima muy distinto (v. pa~. 30).
aun<¡ue con 1J0ca variación •. y si hubo cruzamiento, r'\I'('ce <¡ue
fue con una subvariedad de la mi~ma.
Ya hemos visto (pág. 31) que el earavónica dcca.'",·, rlcsrué.
de obtener gran fama. Ningún híbrido rlc,pertó i!{uall'ntu,iasmo en todo el mundo·'. Pero nunca 8e pudo out"n"r la uniformidad de su producto. nunca pudo ohtener un ruesto p....minen·
te entre la.¡ variedades de mayor cultivo. " hoyes casi olvidad".
y obsel"\"o que el G. reliY'iostl1n pe.'Uviannm e. una vari('¡\ad
vecina del G. barbade/13e, tanto que con esta 'última ""rl'ci" Jo
incluyeron varios botánicos. Lo mismo sucedi,; ('00 los tiro.
Wool, Silk y Alpaca, sus derivados, a pesar de dar adlllirahles
algodones, Asl también con el Mámara. híbrido obten id" 1'0 ¡as
islas Salomón, de gran prod!lcción y seductoras cua.lidad,'s (menosla largura, de sólo 25 mm.).
• "West Indian Bull." 1919, N0 4, lig. 5.
•• Y realmente. el Caravónica reunía c8~i tod:l~ las cualid:tlf.II·~ "~en--:­
dales para semejante triunfo: ¡:-ran producción. b('l1eza de fibra. nolahlt·lar·
~r. y economla del cultivo.
Produjo desde el 50í, hastA. má~ d(·l clohle que
el Sea leland; dió fibra muy larga, del mejor a~lwcto. Y en do!' ~uLJ\·:\ri,·,Jadt·9.
una brillante para imitación a seda y otra a b~lIi~ima lana, para Iml tejidos
de mezcla; y el cultivo. st!gún informe generRJ. es ~('ncillo y e:til~" ......,......
euidnd08 que el de las \'ariedadescomunes. pudicndodurnr la mi~l11a I'lantllciulI
muchos años en buena producción. Era casi el ideal. y no ~ólo lft:t plan lndo4
re8, lino varios indu~triales llegaron a entusia8maTse.
Pero le faltó una cosa: In uniformidad del producto. y etLo h:t~t,j ¡i:II::a !lU
roina. La cualidztd de híbrido, hizo Que sus proouctt>¡;z variR.."u·n e,.nl inu'ulI n,
te. 'en la misma plantación y aun en la misma planta y el mt!"-nn nl'ullo; el
conjunto era siempre atrayente, pero la libra variltba entrl' 21 .Y ·I:! lIlilinlP·
tras, y no erR siempre de igual e~tructurH. Aun la prO'luctividall "ra rnuy
variable; tanto que, para perpetuar la productividaJ de lo~ mcjtJr"~ Intl':4.
en Hawai se intentó la multiplicación por estacas - que t'xijc tnlh·hn.. cui.
dlldos y una kml)erie muy favorable - y la Estacion Expl,.'rimenl.l,t d,' llqul'l
pab crey6 un tiempo haber resuelto el pt"oblema por ml',dio fi,·I .... inj,·ril!.
(operación (deciase) que si se hace en plantas de I",('a fflad. e.,l f;il'il "!' da lu~
mejores resultados.. Es apenas necesario decir que l<tlt~ solucilln.·~ dt.·j:lh:U1
prácticamente el problema generall'ín solución. La s... lt.'cci.in nn 1'110 fllu('hu
mis felil; porque. si permitió obtE'ner productos inm,~dialu~
flllll'ho mt!ritAJ. nunca coneiguió que éstos fueflen durables, ni pudo fijKr un ti!,,, flU" nu
rl!~ultase variable.
"t'
41/
Dr.
AlO/SES S. BERTON/
La hibridación produce irregularidades de todo orden. Entre ellas, la irregularidad en la madurez, no sólo en la misma
plantación y postura, sino en la misma planta. Óbservo que lo.
t'ipo:; h-fh1-idos producC'II. también una proporción mayor de hebraa
'fl/) mOOu'ro« y hebras .muertas., que llega a una cuarta, y aun a
una tercera parte de aquéllas, ya un 5 u 8% de éstas. Para la
industria de hilado y tejido, semejante proporción trae la ruina
del negocio.
El cruzamiento desordenado - o sea el entrecruzamiento múl·
tiple y continuo de cierto número oe variedades - produce consecuencias parecidas a las de la hibridación, aun cuando la mezcla se produzca elu"e va";eda.cUs de una misma especie. Si se
trata de diferentes especies y numerosas variedades, es la ruina
a breve plazo. Pues no hay cosa peor. Sin embargo, es 10 que
ha sucedido en el siglo pasado en varios paises, y aun recientemente en paises vecinos.•
• En el Brasil se cometió el mismo error. En ese pala eultivahan desde
antiguo loa¡ Guaraníes las variedades perennes, que ¡>odian competir COD 1u
más beBas del mundo, y el Mocó superar a todaa. Sobre esa bue, loa in~
dustriosos Brasilero8 establecieron tempranas explotaciones comereialea.
Desde 1530 ya exportaban algodón. y no poco. En 1760 eurglan las primeras fábricu de tejidos de ambas Américas, en el Maranhao. Tanto prosperó la nUt:va industria, que el gobierno de Porllugal temió por 1a8 del reino, ,
en 1780 ordenó cerrar las fábricas. Cuando el impedo quiso fomentar de
nuevo esa industria, tuvo la mala ocurrencia de introducir las variedadea
herbácea-. qu~ Be mezclaron con laa perennes y causaron la degelleración en
ulla multiplicidad de tipos varíables. El cu1t,i.~ se salvó mediante el podaroso renacimiento da la industria de tejidos; pero la J!xpOrí~:íón quedó nula
hllSta este. ~iglo. pues las hilandérías inglesas Be negabtm a recibir un .pro~
dueto tan blto de unitormidad.
Sin embargo, la causa de eso permanecfa inadvertida, y el error ofieial
fue repetido. En el Estado de Minas. 'cnp.1 vl'Jll.. del San Francisco como en
el NordesT.e. na SIDO uno ce lO. I:;~ ÍLl"... u"'~d 0::(, , .. r';''::C la ignorancia e inexperiencia, el cultivar indiferentemente mezclad.. variatl clases de algodón.
Ese desorden ya sucedia desde mucho tiempo, pero fue agn,vado por 1&(ou..
va)diBtribución oficial de semilhu) extranjeras, principalmente americanaat(l).
Tanto que hoy, en una de las grandes regiones algodonerall, San Franoiaco.
el rendimiento medio e6Casamt!nte llegA a 300 kg. por hectárea, y el cultivo
Me SOBtiene sólu por la baratura de la recolección (un centavo oro el kilo y aun
menos), y la de todos loa servicios, y por la costumbre, en las pequehaa plu~iones, de asociarles el cultivo del Mafz, que psga 101 KaBt.os, con mayor o
menor excedente.
En Argentina - aun más reeientemente y hasta ahora - ocurrió lo ro...
mo. No ob6tante las advertencias de un ilu6tre agrónomo argentino (véase
p. 21 Y 22), se dejó que cad:! plantador introdujese libremente las variedad.
lo) e8Jkoieli qut' le parecieran, no se organizó ningún
inatituto de 1>~h..'Cción,
(l) In... BARBOSA. CARNElRO, ••A Cultura do A1~ ". Br.r· po. 66.
EL ALCODON y LOS ALCODONEROS
49
Sin embargu, no faltaron agrónomos y especialistas que
diesen la voz de alarma, con relativa anticipación. Un agrónomo de grande y merecido renombre, así se expresaba hace 10
años - "Muy raros son los cultivadores que saben que el inten·
~ de fijar los caracteres del híbrido obtenido (de 2 especies),
no pasa de un vano esfuerzo e irrealizable esperanza.... El carácter fijo del hibrido, en el género en cuestión, es su propia
inexistencia, por eso de que va mudando de generación en generación, e influenciado por el medio, vuelve de prisa al tipo
rústico y mejor adaptado. De esto deben compenetrarse aque1I0s que entre nosotros tanto han hablado de hibridación de
nuestros Algodoneros indígenas con el fin de mejorarlos. Viene de molde decirles aquí que los Americanos del Norte procuraron en tiempos pasados multiplicar las hibridaciones, no solamente con el intento de amejorar los fibra-corta por medio del
Sea Island, sí también para fijar en los tipos obtenidos ciertas
rualidades particulares de los precíosos Algodoneros egipcios.
Todas esas intentonas, empero, se malograron, por la razón de
que los hlbridos obtenidos presentaban simultáneamente todos
los caracteres de los dos progenitores, no habiendo, en ninguno,
caracteres botánicos nítidos y precisos, y siendo de notar que en
algunos individuos los carozos eran nudos y lisos, mientras otros
eran cubiertos de pelusilla, y con hebras variables infinitamente.
Hoy ya no se insiste en tal práctica, y ni se habla más de laa
causas que motivaron su abandono, tanto se compenetraron los
prácticos del error en que por algún tiempo reincidieron los experimentadores... ~~~'J_ a!!!"!!J}.l'...lU eu l.enuiuu::s J..n~n~lJlUrjos, nos
induce a recomendar a los agricultores, que se abstengan de la introducción - en una. región en que el algodón cultivado es de
hebra corta - de variedades de hebra larga, porque esto, por la
via de la hibridación natural, modificaría enteramente las buenas cualidades del tipo cultivado..•.
Un cruzamiento puede ser de.eable, pero en raros casos, y no
hay que proceder a él sin previo conocimiento del asunto, y sin
las precauciones necesarias. Con todo, el resultado puede ser
ni se pu!110 limite alguno al antojo de cada agricultor n industrial y con eso
se abrió el má~ ancho camino aJ fatal cruzamiento desordenado. La
contratación de un director técnico extranjero no pudo evitar la fatal eonaeeuencia, cuando el mismo Ministerio de Agricultura. por ejemplo, ordenaba
que ~e cultivasen. contemporáneamente y una al lado de otra. 25 variedades
dif~r~lItes en la Escuela de Agricultura de Posadas. dónde. para mayor del'Iastre, nada es tuba organizado en vista dE' la selección. la cual, por otra
parte nada hubiera podido sacar de aquella enorme confusión .
• GUSTAVO R. P. d'UTRA: .Condigócs d. Cultura do Algod1lo DO 1:8tado de 8'0 Paulo e seu Futuro'. S. PBulo 1916.
Dr.
50
MOl5E5 S. l1F.RTONI
negativo. sobre todo si U'la de las variedades es de reciente In·-frooucción. 'lue es el caso más frecuente. Pues es de retener que
el oclimotomiento de un tipo O voriedod no sucede sin alguna alteración por el mismo hecho del cambio de clima, temperie o te- .
rreno. Esa alteración puede ser más O menoS profunda; puede
ser favorable; pero puede ser también desfavorable o ruinosa.
Esto viene a complicar el problema y a hacer más aleatorio el
re~ultado.
Pongo como condición generol que el cruzamiento Q'lle se Q'lliera
intentar, debe ser operado ent?'e las formas 71'ás vccinas Q'lle el caso pln'1níta. La mayor o menor vecindad o afinidad. sólo. puede '
ser establecida mediante el concurso del estudio botánico. Por
eso tiene tanta importancia la botánica de los Algodoneros. Pero
en el caso de las cualidades de la hebra, es al examen técnicoIndustrial que hay que recurrir principalmente.
El objeto, O finalidad que se propone el cruzamiento, debe ser
claramente establecido. Hacer cruzamientos sin objeto definido.
solamente por ver de amejorar el conjunto, o por tentar la suerte. es perder tiempo y dinero, con la probabilidad mayor de
empeorar su situación y perjudicar a la colectividad.
Floolldodes ilusorios son las que han causado el estado de
confusién que aún se nota en ciertos paises. y del cual van saiiendo los paises mejor organizados solamente. En primera línea
hay que indicar los cruzan.ientos hechos ccm el fin de aumenta... la
longitud de la hebra.
Que no se d.eben hacer: he ahí la cmtclusi6n ge1teTal a que han permitido arribar.
Pues lo que casi
siempre se obtuvo, fue perder la uniformidad de la largura. es
decir. el carácter más precioso.
Este fue el error más general
y el que ha causado peores consecuencias en todo el mundo.
Otros objetos errados fueron. por ejemplo. el de aumentar el
rendimiento, o producción ~nitaria -la resist",nl'ia g Inlll ~v"l3¡;,n,"
del clima- la resistencia a las enfermedades.
. Flnolldodes plouslbles: Como se vé, no quedan muchas. Indico, como ejemplos, el cruzamiento que tenga por objeto una
..ayor finura(delgadez) de la hebra - el que se proponga aumentar la 'resistencia de la misma - o purificar el color del algodón.
Pero siempre con las. reservas ya expuestas, y con las precauciones ya indicadas, y las que el caso especial aconseje:
Lo selección es el gran medio. el procedimiento necesm-io. de
resultados sie-mpre favorables, el gran rlnnedio para el des01'den
11 los males causados por la hib,-idacwn y el cruzamiento, naturales
o inconsiderados.
Es siempre útil, porque si"nó se' obtiene por
ella el ideal, .siempre se obtiene una mejora, una ventaja, ua
progreso. No tiene peligro alguno, por poco que se baga atina-
¡---
I/el/OTE: \ ,. ":;:-~
AG"ICUtTUnA
Dr~ "'al,i, S..
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EL ALGODON y LOS ALGODONEROS
61
damente. Cualquiera la puede hacer, y todos deben hacerla. Y
hoy se impone, porque todos los paises grandes productores ya
la hacen, o la hacen cada día más atenta y minuciosa, y es necesario progresar, porque en la lucha de competencias cada vez
más áspera, ya no basta el conservar lo que se tiene: quien no
se adelanta, se atrasa y va a la ruina. Por tanto, lo principal es
organizar la selección. Empero. uuturalmente, se deben tomar
todas las medidas necesarias para únl,edir el cruzamientn natu.ral, y reducir, bajo estr·icta vigilancia, elcr'lI,zamiento experimental, el cual no debe ser permitido a pa,·ticlIlares, bajo ningún
pretexto ni control.
Institutos científicos no hacen ya verdadera falta para todo
eso. Las condiciones y resultados del cruzamiento son muy conocidos, y los procedimientos de la selección no lo son menos. El
campo para nuevas investigaciones cientificas con finalidades
prácticas, se ha restringido. Ya casi no se notan progresos debidos a tales investigaciones, ni en los países de mayores recursos científicos. Aun se puede decir que nunca fueron muy notables, habiéndose tenido que registrar más insucesos que conquistas'. Lo mismo cabe decir de institutos técnicos centrales
con programa de institutos científicos. Su instalación fue desaconsejada hasta en grandes países como Brasil, en ocasión de la
Conferencia Internacional Algodonera de 1922, que .hizo época.
en la cuestión algodonera".
.
. Estacloaes Elperim.ntales Algodoneras, es lo que se· neéesita
organizar, con programa y utilaje de instituto técnico, no cientifico. Estas tienen !.!'';:''~ ,,'JI....."'" 1-!.l:I~'.JII!~IILU;t5,:,.
19 Fonnación y amejol·amier.to continuo del tipo que
más convenga y se haya elegido para la región, por medio de
la selección~
29 Selección y .estandardización» de las semillas, '/ produc~
ción de toda la semilla necesaria.
3° Distribución de la semilla en la respectiva región.
Selección, producción y reparto exclusivo de semillas. Mediante eso. el tipo se purifica, se mejora y se mantiene. Esto no
• De mediocres o negativos resultados de talE's investigaciones cienUlicu, hemos tenido notables ejemplos ~n paises poderosos y maravillosa·
mente dotadOR de todo lo necesario para llevarlos a cabo. Tales. los Estados 'Unidos y la India. Tanto. que los progr~.ros y·amejorami~nto8obtenidos
en e8QS paises. fueron d~bidos exelu5ivam~nte a 108 procedimientos perfeccionados de selección de la semilla, a los experimentos prácticos de fertiHzación. y • otros ensayos y procedimientos de orden técnico y práctico,
•• W. IRYING BUI,LARD and H. C. MESERYE: .The Industrial and
Commercial A~pects oí the \Vorld Cotton lndustry.; Rio de Janeiro 1922.
BIBLIOTECA N~CIONAl O~
A'::~!C I~, ,,~
Dr. 1"0'_"
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(e,,·t)
Cc~~:;:j
5:1
Dr.
!>ID/SES S. BERTON/
excluye que se encarguen a tales Estaciones ciertas otras funciones inherentes, tales como el Inspectorado y la vigihmcia por el
cumplimiento de las prescripciones legales algodoneras, la~ con',
fereneias, cátedras ambulantes, etc. peben ser naturalmente
provistas de todos los instrumentos necesarios el estudio del clima,
local y regional.
Deben ser regionales: y no puede ser de otro modo, visto que
los tipos de Algodoneros a cultivar no pueden ser sino regionales
en todo país medianamente extenso, y donde haya tierras y c1i,
mas diferentes; y no puede ~er tampoco de otro modo, pqr ser
prácticamente imposible seleccionar dos ,o más tipos a 1¡J. vez en
la misma localidad, porque, aun cuando se pudiese cultivarlos a
grande distancia uno de otro, seria imposible p"itar mezclas de
semillas, errores de rótulo o de señas, y semejantes descuídos
del personal subalterno o de servicio. Todo esto es perentorio.
Sería absurdo pretender, p. e., escoger y seleccionar en el Chaco Argentino un tipo para el territorio de Misiones, ni en el Alto
Paraná uno para el Chaco, ni en Asunción uno para las regiones
forestales húmedas, o para los terrenos calcáreos del Norte.' En
cuanto a pretender formar y seleccionar varios tipos en una
misma b>calidad, seria volver a los errores lamentables del siglo
pasado.
El programa de las Estaciones Experimentales Regionales debe
ser esencialmente práctico, proponiéndose únicamente fines económicos, con arreglo a las instrucciones que recibirán oportuna,
mente de la dirección superior. Pero deben ser directamente
Tesp<nI8ahtes del estricto cumplimiento de las leyes y reglamentos sancionados por los poderes públicos, que la dirección superior
tampoco tiene el derecho de modificar, Pues tales instituciones
no responderán a sus fines si su organización no es muy severa,
y si las 1C:;;OpvU04"u;:;~Ol_~C~ \..' ;-;.;l:~ ... ~:..:.:. .. :::.:.. ¡..:~;!.~.les no son hechas
efectivas con estrIcto arreglo a la ley. 1',;1 abuso es demasiado
fácil, y lino infracción puede tener largas consecuencias.
Por eso no es prudente - en nuestros países - que sean
instaladas en predios particulares, por más que medien controles
y el propietario declare acatar los reglamentos - ní permitirles
que reciban semillas de particulares para expurgar, sino únicamente muestras para análisis, ensayo de germinación e informes
relativos a la pureza y clasificación. Su número debe ser proporcionado a la superficie y naturaleza del país y a III extensión del
cultivo *. Mas es indispensable que tengan una superficie sufi•. El Estado de San Paulo - con una extensión de 250 000 kilómetros
cuadrados, decretó en 1923 la fundación de 20. El Paraguay, con uns extensión notablemente mayor, con una producción mucho menor. pero con De-
EL ALGODON y LOS ALGODO"'EROS
53
ciente de terreno apto para el culti\'o, pues el objeto principal
de su fundación es el fornecimiento de la semilla necesaria para
la región·,
Y deben sostenerse económicamente a sí mismas··.
Las Estaciones Experimentales Regionales pueden servir
también para la descentralización de la enseñunzu prácticu de la
agricultura, enseñanza que es imposible dar de llna manera verdaderamente práctic..... en un solo instituto central. No hay inconveniente en que sean a la "ez escuelas prácticas de agricultura, a condición de que el servicio al¡rodonero funcione aparte,
como entidad propia y directamente responsable. También pueden ser aprovechadas con ventaja para la descentralización del
servicio técnico de la Defensa Agrícola o policía sanitaria vegetaL Con más razón, en cuanto debe necesariamente incumbir
a tales Estaciones la policía sanitaria algodonera.
El resultada de lus Estuciones Experimentales regionales,
cuando no es completo. es indiscutiblemente favorable.
Para
ser completo se requiere tiempo, La selección, la purificación
de un tipo y su amejoramiento, exigen varios allOS. y se puede
decir que es un trabajo que no acaba nunca, por aquello de que
hay que buscar siempre nuevos progresos. Mas los efectos no
demoran en notarse. En la Escuela de Agricultura de Piracicaba (Brasil), se obtuvo un aumento de rendimiento del 20%, s6lo
empleando el procedimiento de apartar para la siembra los primeros capullos que maduraban. Es un ejemplo. entre muchos,
de la enorme importancia de tales Estaciones y de la selección···.
De no menor proyección - principalmente para la exportación es ." UO<1"" ¡;,,><.. r al modelo tipico. o estandardización de las semillas. Recientemente, Rusia tiene que apelar a este mt.'dio
para salir de la confusión en que el error de los cruzamientos
iba a hundir la explotación algodonera····.
.
ce!idad de aumentarla mucho. necesitaría 6 u 8, o podría empeznr con menos.
Es. necesario tener por lo menos una para cada formación agro-il,!;iogr:ifica.
•
La ley de 192"2 del F..stado de San Pauln estabtec~ una extensión de
250 hectáreas para cada Estaci6n, de la cual debe ser: plantada con Algodonero una superficie mínima de 50 hectárE"aJi anualmente; y el restante reservado para la renovación, rotación o alternada de otros cultivos, y para forrajee y p88toreo necesarios al servicio. La mayor parte ya funcionan, coo muy
bueno!t fesu 1tados.
El Jefe de la Misión Internacional, ARNO PEARSE, decluraba en
Río de Janeiro, que las Estaciones Experimentales Algodoneras
deben de poder 80stenerse con sus propia.s eotradas, y que el director d~
aquella que no sepa. sostenerse, al fin de 2 aJ"los, debe st:r substituido.
No
solamente, sino que deben. "dar un lucro regular en dinero" (Conferencia p.
l3l. Se entiende, en cuanto no Be les cargue con otras funciones.
••• De otras Estacione", como 185 de Siridó, Igarap¿>'-Bssú, Carauatá,
etc., he tenidQ informaciones igualmente favorables, t'n varios sentidos.
•••• .Boletín Jnttc"rnacional de Agrieultura' Roma; JI. 837.
----_.__
..•
/),.
MO/Sn S. BERTONI
Lo~ JTI~lItUtlOllrl (.cntrulu convenientes y aun necesarias, son
tlt'll"JI POI" ',! •.ido la preparación del pcrson~l nece-
aQ~C'lJa. . 11th'
sano 11:lr<.l. ,·1
"¡ll 11 111lIl,j\l!l;lInil!Jlto oc las Estaciones l\eglOnales.
ES('111'i~¡J1I1"f:lI" .... llli.·titutos-dccnseüanza. No se b~scaen~llas
)tjn~úlI fl': lllt;hill I'CHlll"llliro directo. Tales la .Sección del Al·
gOdúlI1 dl,j Jn ::lllld Ag'l'onúmico de Campinas (Brasil), y la
Escuda lk ,.!:.
d,') al¡.:odón tie San Paulo, En ellas se
en::-;cl'lan h..... Ilwtlld'l~, r:h·junalcs de cultivo. abono y rotación, el
modu dt· l':,llldlar 1,1 <"lillla. el manejo de los mecanismos e ins·
trum"lIluS, la l·b. i,i,':Il'iún y enfardamiento d~1 producto, Jos
mú<ho:-: II.u'a rn'o!lOI't'r y pcr5~guir las enfj!nnedapes, y sobr~
todo, Iv... PI-OCI't!lllllrlltos de selección. A no ser que dispongan
de CStal"iUllt',; 3lJl'ur:--a!t's 'HUY distantes una de otra·, no pueden
cultivar :-.ill ifh'UII"t'nil'nlcs las diferentes especies. variedades y
tipos t.:sl'u~~id¡¡:" Jlar~ las diversas regiones, de ensayol o de colección lJara la [,.. I:'lIIi..a, Pcro como su objeto no es la distribución
de scmillas (¡>vr lo contrario, deben evitar el hacerlo), el soJo
inCOllVClliclltl' "s i:l dilicultad de conservar tipos puros, inconvenientc quc l'lI l') ..a'o no es grave, y constituye también ense·
ñanza, por si, )' por los medios que constantemente hay que
empicar ¡mrH relllediarlo.
""'",i"1I
• Corno laij lil'Jll' el ln8tiluto Agronómico de Campinaa t!'n Santa EJiaa y
Monjolinho. Pero eKlIi. compUcación exige una vigilancia muyespecial,_,.
condicione. de pl'r~onal wale8. que me obJiglUl • delaconlejarJo p~a este pata,
CAPITULO VI
EL MERCADO FUTURO Y LA ELEccrON
DE LAS VARÍEDADES.
~~-.,G'v.ODO LO
QUE HE VENIDO EXPONIENDO HAS·
~m'C~ ta aquí, ya habrá venido fonnando en el lector pa·
,d,{j ~
~~i\
"0";'.'.
ciente la persuasión de que el problemo de los vorle·
dados que convengo cultivar es uno de los principales.
si no el principal de todo los cuestiones algodoneros. Y
J'"
. para los países de cultivo incipiente. es el más difi·
cil, y su solución, es la más decisiva. Por tanto, el Estado no
debe dejar esta solución a los particulares. Éstos, sobre carecer
muy generalmente de los conocimientos y de los medios necesa·
rios, no llegarían a un acuerdo sino después de una serie de
errores lamentables; y por otra parte. momentáneamente pue·
den tener un interés distinto al de la nación. Pues ellos están
en ·su derecho, buscando el mayor lucro inmediato; mas el Esta·
do debe ser más previsor; la vida de un hombre es breve, mien·
tra~ la de la nación !'.!':. ~!:~lr::~!'I
I ~l1nnrl.'l ~p nlvH1~ c.dl), se va
derecho a una crisis.
No basta ir vendiendo, por ahora. Es necesario asegural'l'e
un merr.ado para lo futuro. El algodón no es un articulo al que
pueda dársele cualquier otra salida, ni aprovechamiento venta·
joso en caso de no poder exportarlo. Por tanto, es preciso
asegurarle un mercado amplio y permanente. Sin esta condición.
no podrá incluirse definitivamente en los grandes productos na·
cionales. Por ahora. la producción paraguaya encuentra como
pradores. Pero es aún de pocos millones de kilos. Para que
ingrese entre aquellos productos, es preciso que llegue a ser
mucho mayor. - ¿Tendrá entónces mercado seguro y remune·
rador? - Sí y no, según sabremos contestar satisfactoriamente
a estas otras preguntas: ¿Cuál puede ser ese mercado?-¿Cómo
conquistarlo y conservarlo?
El Paraguay no tiene industria do hilado. Para organizarla
sobre vasta escala sería preciso poder competir con la extranje
''Q, y contar con un gran consumo, condiciones por ahora ine"is·
o
56
Dr.
MO¡= S. BERTONI
tentes.
.
.' El establecimiento de fábricas de tejidos, en el país, es posible,
y es deseable para evitar la importación de los de mayorconsumo. Si los Brasileros las establecieron desde 1749, comenzandQ
en una provincia muy alejada·(Maralión), contando sólo con el
personal indígena y el capital brasileJlo, y para todo auxilio, la
hostilidad abierta y pertinaz del Gobierno' ¿por qué no ha de
poder emprenderla el Paraguay 177 años después, con la posibi·
Iidad de conseguir capital extranjero, y con la protección que el
gobierno no dejaría de conceder?
L. exportación - no pudiendo la industria nacional, en nin~
gún caso, absorber una gran producción - quedará siempre
como principal colocación. ¿A qué mercado? Sería un error
el pensar que como para otros productos, pueda ser la R. Argentina. Primeramente, porque no es probable que la industria de
tejidos, en ese país, llegue en un próximo porvenir a un desa·
rrollo comparable al que alcanzó en el Brasil, pues el earácter
general de la organización económica es muy distinto ••: y las
condiciones para la industria aludida son mucho menos favorables •••. Por otra parte, Argentina puede producir el algodón
que necesíte, y si por un tiempo le conviniere comprar parte en
el Paraguay, nuestro comercio estaría siempre expuesto a los
caro bios de tarifas aduaneras.
.
•
De"sde 1730 hasta 1808,
UDa
larga serie de reales decretos vinieron
prohibiendo caai todas las industrias del Brasil.
Una dé las más heride fue
la. de tejidos; ·pues lo único que el gobierno de Portugal permitió, en 1786,
[lle la fabricación de 108 géneros más ordinarios para uso excluaivo de loa
e~a';OB. Pero a principios -de este 8i~lo ya Be contaban··como 100 fábric.&a,
con trece millones de libratl esterlinas de capital. La industria siguió en aumento, siempre contando sólo con el consumo del paía y el brazo. nacional,
':t~t1J..,,::lo a absorber de 80 a 100 millones de kilos de hebra.
Actualment.e,
wu.. "t.11;:' ias fábricas produce por año más ~e dos millones de kilos de hilo y
seis romanes de metros de paños anchos; otra tien~ 2230 .telares y 3000 ohreros; ambas en San Paula; pero centenas de fábricas se extienden desde el
Sud hasta el Pará, producen todo el hil3 corriente hasta el muy fino (N0 100),
Y el 85 a 90 ~ de los tejidos que necesitan los 36 millones de habitantes.
El Paraguay, proporcionalmente. consumiría el produccto~de media dOC&na de fábricas cuando menos, ablorbiendo algo más que Ja producción actual
de algodón."
•• Argentina es país que trata de exportar lo más que puede de 8UI
prndut"t,o(;, para poder importar mucho; con eso el monto de su movimiento
comercial internaciomu es enorme; los obreros ~n en gran mayona extran.
jeros y fluctuantes. y los salarios altos. Brasil es pais que trata de utilizar y
elaborar él mismo todo lo que puede de tiua productos, con el fin de bastarse
a al mismo e importar poco; con e80 el monto del comercio internacion81 e8
notablemente disminuido; sus obréroa BOn en gran mayoría jn~igen.s y muy
I
,
¡
EL ALCODON y LOS ALCODONEltOS
liT
La uportación a Europa - y eventualmente a alguna otra
porte del mundo - quedará como única solución definitiva y
firme de la cuestión colocación. Parecerá a muchos que la CUelltión ya está resuelta, dado que hasta aqul se ha vendido. Y sin
embargo, para un muy próximo porvenir, no lo está. Acabamos
de salir de una época de precios excepcionales, en la que todo
lo que podla llamarse algodón se vendía. Los precios ya han
bajado notablemente, y como es natural, la eXIgencia respecto
a la clasi Cicación, ha subido al compás. Sin embargo, es de prever
que el precio de los algodones medianos o inferiores baje algo
más, y que algunos no puedan sostener más la competencia mundial. Esto último lJUelÚ! S'ltCeder aun cua·ndo el algodón se mantengaenlacalegorÚl.de mediano (midliny) , pero otras circunstancias sean desfavorables; p. e., gastos de transporte más elevados que los de otros paises, inseguridad de bodega, y escasez
de intercambio comercial. Y este puede ser, y es, el caso del
Paraguay. De ahl, la necesidad que tiene este pals de hacer
todo lo posible para producir un artículo más que mediano. o superior - y no pudiendo producirlo exclusivamente - la necesidad de que el artículo mediano que produzca sea uniforme, bien
separado y bien preparado.
La alta convonloncia d. producir un ortículo-H11lrlorresulta de
las condiciones que asoman en el mercado mundial. Ya hemos
visto (P. 17-22) cómo en los principales países productores del
mundo, las probabilidades estén por un aumento de la producción
de algodones de hebra corta'. A lo dicho se puede agregar que
la reacción se acentuó últimamente en la Rusia Asiática tambíén.
y que el Congo produjo en 1925 6750 toneladas más que'~T, 1":'>.',
y que el cultivo se extiende ahora por Uganda y Kenia, mediante el esfuerzo inglés, doblemente interesado. Todos son productores, ,en máxima parte, de heb~ corta, oscilando,en torno
fijo!!, y los salarios relatÍ\'amenle muy bajos ($ 1,00 a $ ],30 moneda argentina por dIa). Sin contar la amplia aui.onomía de los Ebtados del Brasil, que
les permite organizar su propia ~conomía. y el número elevado de grande.
puertos de importación directa.
••• En 192-1-25, Argentina importaba de lnglaterra 17000000 de yardas
mú, de tejidos de algodón, que el año económico anterior. Su gT'&D comercio con Iglaterra y otro! paises, no bace probable que Arg~ntina trate de
independentizarse en un articulo que tan fácilmente paga con su exportaci6D.
• Hasta en Egipto, la tendc:J.cia lque desde 1924 se acentuó} 8 abandonar el Sakelláridis y substituirlo por el Zagora y el viejo Ashmouni, hace
que la producción de las hebras más largas disminuya, favoreciendo a la de
hebras medillJlBS. que son mAs productivas fel Ashmouni rinfie un 50% m"
que t'1 Sakelláridis y se vende sólo un 16 o 20ft más bara.to)- tBoletiA [8ternacional de Agricultura. 11. 1102.
58
Dr.
M015E5 S. BERTONI
de la midling; pues los ensayos de Sea Island y Egipcios no
dieron el resultado que se esperaba, o muy limitadamente.
Debemos agregar otro comp('tidor temible: lo sedo ortificiol,
o glos, como ahora se llama. Su fabricación está en progreso.
Se puede pensar que el gran resurgimiento 'de la industria' de
Alemania - pais que. por otra parte, no tiene más interés en
producción de algodón, habiéndosele arrebatado sus colonias 'dará un grande impulso a esa nueva industria.
Todos los pois.s intentaron o intenton producir hebra lorga, en
vista de la probabilidad que claramente marcan tantos indicios
concordantes. Los resultados fueron o van siendo negativos o
dudosos en el mayor número de casos: pero esto no hace sino
aumentar los precios, pues la' demanda y el consum!' aumentan
notablemente, debido principalmente a las nueva~ aplicaciones
de I~ hebras largas, omedianas pero muy resistentes y elásticas.
Por lo demás, los malogros se explican, y sus causas no son de
tal naturaleza que nos aconsejen a desistir, sino, por lo contra·
rio, deben estimularnos en ensayar el cultivo de los Algodoneros
de calidad superior, sin dejar por esto de extender el de los
-buenos medianos-, que a falta de un precio de venta muy elevado, tienen un gran mercado, y lo conservarán, si sabremos
someterlos a metódica selección, amejorándolos a medida de las
exigencias.
'
'
Contrariamente acierta opinión, hablandoPEARsE de climas
y tierras cqmo :1¡¡¡¡ nllestras, declara terminantemente: - -La
especie hérbácea (Upland = G. hirsutum) es excelente para SAo
Paulo; pero en los otros Estados sólo puedo recomendarla cuando la especie Riquez;a I\O,.IliQduce bien-o ;.l\..l.hablar del estado
de S. Paulo, ese relator se refiere a la parte meridional y central,
donde se cultiva el Algodonero, región templada, con tempera·
turas como las de Entrerrios, Santa Fe, Corrient..., v R~,i,tencia,
con promedios anuales de 17 l\ 21 grados, lIu\-;::.: ;:::: :t':;.:r.:hn
y generalmente no muy violentas: y heladas sensibles. Para
las regiones más calientes que tienen de 21 a 24 grados de temperatura como el Paraguay, con verano muy caliente y aguaceros a veces muy violentos - PEARSE insiste en recomendar el
Mok6 y el Riñón o Rins-de-boy, variedades del G. religiosum '.
Por lo demás, he visto que en Sao Paulo y RioJaneiro se cultiva
también con buen resultado el G. barbadense, y buellos agrónomos paulistas o sudistas lo recomiendan, as! como al -Riquezauno de los más bellos y apreciables algodones " .
• ARNO S. PEARSE (Jefe de la Comisión Internacional Algodonera):
"Conferencia" p. 9, 14, 21, 22. 23. Aoonseja también para v'arias regiones.
el "Riqueza", el mejor G. Ainahnn• .ROr tener buena largura 1 alcanzar el
EL ALGODON y LOS ALGODONEROS
6'
Los algodones de hebra larga, y en general t,.I,u lo~ nlltodones superiores, convienen especialmente para 1", 1',,10.,'" ""lien·
tei. Pero no es sólo en los tropicales que Se 1," d" la 1"'" r,'ren·
cia cuando las demás condiciones lo permiten, ,'ino "n l"da la
zona mundial algodonera. Y las demás con<lieiulh',.n",·"",,·ias
pueden resumirse en suficiente cantidad de lIul'ia, o irri¡:al'iún.
En los Estados Unidos mismos se viene notan<lo qUe "n la parte
subtropical de California y Arizona - con ml'U'" eal"r v m:'s
heladas que en el Paraguay, convienen los egipeiu,;. y "o¡'r~ l"do
el 'Pima.; tanto que, de 111 hectáreas en l!/Ili, la "",,'rlieie
plantada con esa variedad en esos Estados, subi" a 1'""""' heel.
cuatro años después. obteniéndose un algodúlI de l""'"'i,larl v
elasticidad especial para aeroplanos (R. H. W11.1.1 s, ""''''ciali,;l;l
del Bureau of Plant Industry), con un brillo pal'eeido al <Id :i".
kelláridis y Sea Island, y una largura semejante.
En algunas partes de la zona templadl>-cálida: en Ar¡:l'lia.
p. e., la Estación Experimental de Ferme Blanehe ol<l<', IH,r las
variedades del Egipcio, cuyas semif!as distribuye oli .. ialmenl"
en las regiones de Ol'léansville y Perregaux, cuya8..l"'1I1"·ralura~
son las de la Provincia deBuenosAíres.- La prooueei<in fue
hasta 585 kilos por hectárea (TRABUT).
Un algodonero Perenne es preferido en las islas de ~lalt... y
Gozzo, yen Grecia, en la isla de Santor;n - paises en que sc'le
deja 5 o 6 años. Son paises que tienen la temperatura lIlcdia
de la provincia de En trerrios, y conocen la nieve, y las heladas
cada invierno varias veces.
En Argentina, es cierto, las variedades Egipcias y S"" '.J"n.l
no dieron hasta ahora el resultado que algunos espel'ab.,,;, :o~::
el ahastardamiento consecuente al cruzamiento nalural de va,riedade_, no permite hacer ninguna deducción se¡:ura. Mas es
~'notable que en Argelia los Egipcios den buen resulwdo, con una
temperatura más baja que la del Chaco Argentino, '''g'ú'na nieve
en invierno y heladas tardías. Este contraste s<ilo puede ser
explicado por la diferencia de sistema.
En cambio, .los Upland, de cultivo anual, piel'den a veces
algunas de sus buenas cualidades en los países tropicales o de
verano muy caliente. En el Cambodge, país netamente tropical
o ecuatorial, se introdujo el G. hirsutum y es el qu" domina
ahora. Pero el valor de su fibra fue muy discutido: lo, hiladores
franceses la encuentran demasiado corta y prefieren los al¡:udones
producidos en Estados Unidos pertenecientes a las mismas vamáximum de la st!dosidad (p. 21).
•• Vide también: ARNO S. PEARSE. "Cotton in :'-:f1rlh Urazil",
Manchesh'r 1924. Con ¡ntrod. del Dr. Migut!1 Calmon.
1"lO'
Dr.
/ID
MD1SES S. BERTDNl
riedades bot{micas. En Toga se observó lo mismo, e igual cosa
en la India. Frecuentemente se altera también su sedosidad.
haciéndose más·áspero y grueso. Creo que esto debe ser atribuído a la violencia de la insolación. Pues A. S. PEARSE declara
que la hebra de un capullo abierto durante dos o tres dias' puede'
resultar en parte inutilizada (o. c., 16). De donde la necesidad
de recoger mucho más frecuentemente que en países más templados, y un aumento de costo que no es compe.nsado por un alto
precio como en el caso de los Perennes de hebra larga.
Hay que hacer una importante excepción para el 'Riqueza-,
llamado también -Verdao- aunque este nombre puede ser dado
a otros tipos del G. hirsuturn, pertenecientes a la variedad común
cuyas 'semillas llevan pelusilla verde. Es del Centro y Noreste
del Brasil, natural de pals caliente, y produce una de las más
he!1'!osas hebras, a más de ser muy productivo y robusto. Semill& «mnde. 'No conozco algodón más sedoso que él-(PEARSE
o. c. 21); y 'es muy resistente, a más de ser bastante largo(1. c.). Tan autorizado juicio escusa todo comentario. Es variedad especial para regiones tropicales, o subtropicales de verano largo y muy caliente, pues se adapta muy bien al cultivo
anual.
Los Algodoneros de producto superior pertenecen casi todos a
las especies G. barbadense y G. religiosum. De las variedades de la primera especie cabe citar sólo al Sea Island, que es.
por lo demás, la más valiosa de todo el género, siguiéndole el
Mocó brasilello, que pertenece a la segunda especie, y los Egip·
cios...Son Algodoneros Perennes, aunque el Egipcio se preste bien
para la 'sieJJ:1bra anual.
'.
.. ..
El Sea Island, a primera vista, parece el que merece la pre·
ferencia entre todos los Algodoneros dc he!Jra larga o perennes.
Ha sedur~r!~ ~ ro"'P(·r ..... co • :' ~·I·:.:·n!"'""'...."l'\nt(' f .. p ~! objeto de loe más
numerosos ensayos de aclimatación. No era para menos. A
más de sus méritos, la ruinade su cultivo en los Estados Unidos,
vino duplicar el interés. De 117559 balas (de 500 libras) en
1916, la producción de ese pals bajó a 785 balas en 1923, vale
decir que desapareció, debido sobre todo al gorgojo de la cápsula (boll weevil). La actividad norteamericana se mudó a
Puerto Rico; pero allí la producción paró en poco más de 1000
balas, porque las tierras y el clima no le convienen. Algo se·
mejante pasa en otras colonias. En el Brasil no parece que se
aclimatara *.
a
• Asi declara A. A. de ANDRADE. La Misión Internacional Algodo·
nera casi no habla de él. En los cuadros del primer autor hay urt Sea ls18nd
COD algo de pelusilla verde, lo que indicaría hibridación con un C. ltir.utvm.
_ _ _ _ _ _E_L_A_L_GOOON
y LOS ALGOOONEROS
61
Es que presenta dos inconvenientes :¡enerales: el de ser
delicado y el de ser poco productivo. Para nosotros tiene un
tercero; el de preferir la costa del mar y las islas, de donde su
nombre. Exige tierras aluvionales fértiles Y. generalmente.
abono. Por, ventarrones y fuertes 1IU\'ias durante la madurez.
sé apeligra perder parte de la hebra. y la insolación muy violcnta
perjudica a las cualidades de ésta. Por tanto, exige en el cul·
tivo, recolección. c1asificaciún y prcparación un cuidado que no
es para nuestra gente. Por fin. aun cuando produce satisfactoriamente, su rendimiento es mooerado: 250 o 300 kilos en gene·
ralo raramente 400 o mús, pero muchas veces 200 y 150. Su alto
precio lo compensa; pero no es fácil remediar a los inconvenien·
tes aludidos. y muchas veces, imposible. Por fin, parece que
sólo muy excepcionalmente da buenos resultados lejos del mar'.
. Una muestra proveniente del valle del Jaguarive (Brasil),
tl:nla de 50 a 55 mm, de largura, la hebra", Pero el Noreste
del Brasil es un pals previlegiado, para el algodón .... y semejantes ac1imatamientos son raros. aun en el Brasil.
Los Algodoneros Egypcios. en buena parte hibridos de G. barbadenae con G. religio61lrn. han sido objeto en casi todas partes
de experimentos de aclimatación. como el Sea rsland, pues igualmente han seducido sus buenas cualidades y su alto precio. ' Con
ellos se pudieron registrar varios casos de buen aclimatamiento. '
si bien. generalmente aislados:, Pero cuando se han querido
adoptar las v,ilriedades de mayor valor. se encontraron los inconvP.nJP."tp~ nl1'~ nrp!:;entan siempre lo~ producto~ de cruzamiento o
~~:=:~::~::.
~~tos suelen degenerar tanto más facilmente,
cuanto mayor es el cambio de clima.
Actualmente. en vista de que el Sake1Járidis también degenera y se comienza a substituirlo. es dificil indica'r la variedad
que más convendría ensayar. si se piensa en las oe más -alto
precio. Pienso que más convendría el Ashmouni. No es el más
bello''''; pero conserva sus buenas cualidades desde cerca de 70
años, sin degenerar en nada todavía, es más rústico y resistente.
da un rendimiento más elevado que los otros Egipcios y tiene
muy buen precio, razones por las cuales muchos ahora lo prefie'
ren en el mismo Egipto.
• En E... tados Unido;s se ¡'abria fijado el límite conveniente en 60 millas
de la eosta del mar.
•• FRITZ JENNY, "Charact. of Egyptian Colton", p. 7.
... "Tiene tierras coyos. rendimientos por heetárp& gon mucho mayo~s
que en el mejor paí:! algodonero"
"más gnndcs Que en eualQui~r otro
paia del mundo" lA. S. PEARSE, o. p.. p~. '1:7 Y ~) .
•••• Su hebra es medio lar¡.ra(35 mm.lydecolor crema amorenado (crt'a-
my brown). F. JENNY. o. c., 5.
BIBLIOTECA NACIONAL DE
AG~ICUlTURA (BINA)
Dr. Moisés S. Bertonl
62
Dr.
MOISES S. BERTONI .
------
El Cossypium re/igiosum es sin duda la especie perenne
.,. 'que incluye y,,¡-jerlades de hebra superior más adaptables.a nuestro clima, pues se trata de la especie indigen" de estas regiones '. Es el Algodonero Perenne por excelencia. La planta.
no solamente vive muchos aflos, sino que sigue con rendinliento
satisfactorio durante más tiempo que ningur,a otra especie, esto
es, 10 ailos y aun más, habiénde-se visto p!:lntas que todavía
producian a los 35 m10s de edad ". Has!a en las islas del
Mediterráneo se encuentra conveniente consen'arla durante
5 o 6 años.
La variedad para nosotros más interesante es el·C. re/igiosum vitifolium. Sin restar méritos a la variedad brasilie1lsc y
al Riqueza, esta variedad presenta dos tipos de mucho valor.
El primero es el Alocó, oMbocó.. •. Esta variedad ha despertado
la mayor admiración de la Misión Internacional Alg00nera, por
la longitud de su hebra, que iguala en esto a los algodones más
largos. su gran finura, sedosidad y resistencia, y algunas ventajas en que supera a todos. 'Es sin duda igual al mejor Egipcio' y 'puede faci!mente rivalizar con el Sakelláridis' ..... A
eso agrega un rendimiento muy elevado; en Serid6 (Rio Grande
do Norte), sin ningún abono y sin riego, en tierras más o menos agotadas, produce generalmente un 25'10 más que en Egipto..• .., donde el Algodonero tiene fértiles aluviones,abono anual,
riego ideal y cielo sin lluvia para todaJacosecha....... Aestai;
ventajas el Mocó agrega la de una duración extraordinaria, pués
• Sin contar aquellas entre las variedades egipcias que vuelven hacia
..~~~~ 8tPecie. o participan de. ella; pues .el C. .,di,io.p"! entró por mucbo... ~~_
··rr-.¡:rcrtrsamiento Y mezcla egipcia.
..
•• En Santa Catbarina, Brasil, se¡1Íft la .Geographical Review. de
Ñueva York, Enero 1920.
.... '.!.b~~-5-.~"'; r r.ollorjA ",r' 1.,.. rli:.. :p,·,,,>¡. .1..1 Sud, este nombre guaraoi,
que es ~I uo= ~o. ~..........:;
:..~: __ ._. :
~_ :_.1 ;'. :~ue 109 indígenas y gf'nte
Isertanejat suelen llevar para cargar toda clase de pequeños objetolJ, y es
necesario sea tejida con el hilo más fuert.e y cerrado, cuando 00 es de piel,
como en muchas partes abora se estila.
.
..... A. S. PEARCE (Jete úe aquella Misián). o. c., p. 9 Y 22.
....... A. S. PEARSE, lo c. 22. Advierto que el Egipcio sin riel"o da
mucho men08; de ahi, lo dicho a la página 34.
•••••• El rendimiento medio en Egipto, de 1894 a 1916, en hebra limpia,
fue de 504 kll:. por ht:'ctárea; .3obre esta base, el del Mocó tlerfa de 630 kg. el mayor rt.:ndimiento medio conocido - con máximun de 900 o 930 kg. que
me constan por informes fidedignos-también el mas alto guarismo conocido.
Obtiervo que, por la disminución de la cantidad de agua disponible, debido
a la enonne sangría que los Ingleses hicieron al Nilo en AS8uAn, el rendimie·
nto medio ha bajado posteriormente a unos 385 kg. Y pUl'de I d ahora de
400 kilógrllmos apr~ximadamente.
EL ALGODON y LOS ALGODONEROS
IIJ
"produce bien durante 10 a 15 años". mientras en Egipto la
duración es de un año'. Y no basta: "resiste a toda seca"y para completar- "resiste también alas grandes lluvias. mientras las otras variedadcs sólo podrian soportar bastante humedad del suelo.....
.
El Mocó es el indicado para una gran parte de la extensa
región algodonera del Noreste del Brasil, según la Misión Internacional - pero de allá es indigena, y por tanto adaptado a las
condiciones de ese clima especial. Seria aventurado calcular
sobre su adaptación a las nuestras. Mas hay seguramente regiones paraguayas en que muy probablemente prosperaría.
Empero. por varios motivos, por abora seria dificil conseguir
semillas. El primero es que - debido al nunca bien ponderado
descuIdo general - es raro encontrarlo puro, y aun casi imposible recorriendo los países donde está menos cruzado (PEARSE).
que son las cuencas del Seridó y Yaguaribe y el Ceará y Parahyba.
Sería necesario no caer sobre un híbrido verdadero - que
los hay"'- y partiendo de un tipo de mero cruzamiento entre
varíedades. someterlo a la técnica de la selección durante el tiempo necesario. Es 10 que ya se está haciendo en el Brasil. El
resultado será probablemente obtener el mejor Algodonero del
mundo, dada su belleza y las otras ventajas que presenta.
La especie Go..ypium religiosum es muy probablemente
indlgena de estas regiones también y el antiguo cultivo guaraní
nos ha dejado algunas variedades muy apreciables..... que debemos tener en cuenta.
La Dirección de Agricultura y Defensa Agrlcola "dí w
expresa (Bol. N9 6): - 'En la Región Norte del Pals se culti>-a'
aún una variedad derivada del brasilie,..e que tiene ventajas
especiales para el cultivo.. Existen también otras variedades
nativas paraguayas, cultivadas para la industria casera de tejidos,
que son muy interesantes como base para la formación de tipos
. superiores. por su mucha producci5n. y por la longitud y contextura de su fibra. El aprovechamiento de estas variedades
es uno de los factores para el fomento del cultivo de que hará
uso el Banco A¡p-icola en el plan que tiene trazado'.
A. S. PEARSE, o. e. o (Jáginag 22 y 23 respectivamente.
G. "ir_ldarn, por ejemplo. La ftlIeión 1. A. Yió cultivos intercalados, un liño de e!\ta espeeie y etro de Moco. y en otras plantaciones,
• y"
••• Con. el
hasta cinco variedades entremezcladl:L;j.
•••• Durante el coloniaje, hasta muy tarde, fueron 109 Indios GuaTan(es
los que fornecfan todos los tejidos de algodón 'que los Españoles necesitaban.
8610 se importaba algunos ve8tuario~ finos. En ca~bio. se exportaban te·
jidos iudlgenas para Buenos Aires y otras ciudades dcl litoral.
64
Dr.
M01SE:S S. BERTONl
El Algodonero Criollo del Paragnay, subvar. del G. re1igiooum
vitifolium, o variedad paraguayense del G. vitifolimn conside-
rado como especie (v. pág. 34>' merece detener nuestra atención,
no sólo por ser tal, sino por haber sido el más cultivado en el
Paraguay hasta pocos años ha, como también por sus cualidades.
Desgraciadamente, el gran decaimiento del cultivo del Algodonero después de la guerra de 1865-70, causó su abastardamiento,
y tal vez sea hoy dia difícil encontrar el tipo puro '. Pero, sometido a metódica selección" volvería seguramente, a dar el
hermoso producto de antes, producto que sin ser comparable con
el Sea Island y el Mbocó, siempre tendria mercado remunerador
y seguro, por su superioridad sobre el Upland.
,
Pues es de recordar que es esta variedad la que hi,zo la fama del algodón paraguayo - fama más bien teórica, porque no
se ha sabido aprovecharla comercialmente - pero perfectamente fundada en estu<,lios y ensayos técnicos serios. El primer
informe es de 1861; lo reproduce Du GRATY con estas palabras:
"El examen de una muestra remitida a Amberes dió lugar, por
parte de personas competentes, a las siguientes observaciones:
La muestra remitida era algo reducida, para poder dar un juicio
completo; sin embargo, a pesar de su irregularidad", 'Be puede
decir que la hebra es targa y fina, pareciéndose al algodón del
Brasü de mvy buerw clase"'; es un producto muy hermoso, /[IU
valdrÚL hoy dÚL de 150 a 160 f!'ancostas 50 kilos, en Amberes" .....
•Los hilanderos ingleses reconocieron la superior calidad de
la he/n-a larga, sedosa y resistente del algodón blanco del Paraguay., dice DEMERSAY en su celebrada obra. Más tarde esos
juicios siempre fueron confirmados. Muestras enviadas del
Alto Paraná a las Exposiciones Universales de Pans (1889) y
• ~e8pu.é8 ~~ la cat~t!~ofe na~.ional. el cul.tiy~ habiendo sido casi abklldonado. ~ :..:a~a.......'u" oc: ..•.. ~ .....)... r; •••. ,.~.. ¡,.-' ~ .. .-•• gadón más temprano y
h~rmo80 se recogl8 para el pequeno UbO UOIII"bI.ICO, y los capullos peor~ y
más tardfos quedaban para la reproducción natural, o "guachería', y las rar1tB·Y diminutas siembras.
•• No creo haya habido cruzamiento ~n aquel tiempo La falta de uniformidad en la largura, se esplica por la ausencia de selección, ignorada
~nt6nces. PeTO ese defecto - remediable - aumenta el vaJor de la conelu·
sión a que llegaron 109 péritoa.
... !Que pronto notaron esa analogía!. No obstante la diferencia de
largura, tiene mucha semejanza con el Mbocó.
•••• Equivalía decir casi el doble de los algodones eomunesque aquellaa
fábricas importaban. No es de sorprender: el Padre LOZANO afirma que
ten el siglo XVII) en el PGr06uoy.C hacía,. con él 'Vid". ",Oft dc/wotl.- JI
.útile•• que par.c... cGmbrayu" (Historia, 1. 242'.
Nótel'e que el cam hrai era una finí~ima tela de lino, articulo de lujo que
hito célebre a la c-iudad maJlufacturcra del Norte d-: Francia, C.~br&i.
EL ALGODON y LOS ALGODONEROS
·Filadelfia, fueron admiradas, y en un informe semi-oficial de
Estados Unidos - reproducido en el Paraguay - Re decía Que
este pals era tal vez el único que pOOla competir con los algodones norteamericanos.
Una C1,alidad especial del Criollo Pararrlluyo rR RU rc.";stencia a las variaciones de humedad. Sin ser el m;,s rcsistente a
la seca, lo he visto sostenerse, en la época m'¡s caliente del afio,
durante mes y medio sin lluvia. Pero no conozco otl"a variedad
tan resistente a laG lluvias continuadas y al exceRO de humedad.
Es la más indicada para nuestra región más lIuvio"a. que es la
faja al oriente del meridiano de Villa Rica *. Esta resistencia
es carácter común de la subespecie uitifolium, pero en ningún
otro tipo es tan pronunciada.
Como variedad perenne 'y arbórea iguala a su hermano, el
Mboe6, pues vive más de 12 aflos. Pero seña aventurado afirmar que dure en buena producción más de 8. en normales condiciones. No existe interés económico en forzar la nota en este
sentido; y esto es cierto para todos los Algodoneros de cultivo
perenne, como veremos. Más conviene renovar la plantaci6n
después de limitado número de anos.
En cuanto a rendimiento, nuestra variedad puede igualar
con el Mbocó, con el cual tiene tantas analogías. En igualdad
de condiciones naturales y de cuidado es probable que le aventaje y resulte la primera del mundo ".
• LOZANO, hace 2 siglo., y. indicaba el departamento de Curnguaty
y el Caaguazú como región donde mejor 8e daba - .y 8e forma la pl .... la
A.rOO!. fructificando varios an08 seguidos. ("Historia", 1 242).
.
•• Encontré esta variedad par.~nay.,... en varias partes del país.,
entre Jos Indios del Alto ParantL, siempre con los mismos eoructeres. Desde
1886 la tuve entre mis ensayos. Y siempre noté que su h~bra no presentaba
un. longitud uniforme, pues esta variaba en general entre 26 y 32 mm..
alcanzandó a vecee a 35. Efecto evidente de la compl~Ul ausencia de selee·
ción, e indicio de lo que una selección metódica y constante pndrá obtener.
En 1895 resolvf someter .a renclimie,.to a un ensayo riguro90. y pftra
eliminar toda duda, hic~ yo personalmente todas las peslldas. Llevé paralelamente un registro meteorolóRico completo. En el N0 1, tomo 1 de .Re·
vista de Agronomfa. (Asunción, 1897), el estudioso podrá ver todos loa deta·
Iles. Lo8 resultados Jueron reproducidos por muchos peri6dicos extranjeJ"08,
J el trabajo Cue reproducido integralmente por las r~vista8 alemanas .Export. y «Echo.. Ese estudio lo hice durante 2 años consecutivos El rendi~
miento por hectárea alcanzó a 1026 kg. de hebra el primer año (húmedo} v
954 kg. el segundo (fleco). Pero en aquél. dió 704 kg. de hebra perfectamente
madura y 322 k~. de hebra no bien madura. mientras en éste di6 ai4 kg:- de
madura y solamente 90 kg. de no madura. Comoquiera que Be eonaidere.
eatos datos representan el maximun hada altora obtenido en el mundo. La
tit'.rra era excelente, de roza en bosque virgen; pel'O sin abono, ni otro cuJti-
68
Dr.
MO/SES S. BERTON/
Otra ventaja que pre,enta el paraguayense, es la de no
apurar tanto la recolección. Durante los 5 meses y medio de
maduración, me bastaron 20 recogidas en el año húmedo y 12 el
año seco, o sea, término medio, cada 8 dí~s en e~tación lluviosa,
y cada 14 en estación seca. Esto proviene de que las válvulas
de sus cápsulas no se abren tan patentemente como en otras
variedades; de modo que el algodón no es tan fácilmente echado
por la lluvia y los vientos. Verdad que, por la misma razón, la
cxtracción del algodón exige frecuentemente un segundo más
de tiempo. Pcro esto es compensado por la altura de la planta,
que permite trabajar casi siempre parados, 10 que cansa mucho
menos, especialmente durante nuestro verano muy caliente y
de ardiente sol.
El Mondihpihtá, o Colorado, llamado Algodóí en el Brasil,
Pardo o Fulvo = G. re/igiosum val'. mustelinum - merece
llamar nuestra atención. Probablemente indígena del Brasil
(v. pág. 84). cultivado en todas partes por los Guaranles. por
su hebra que va de leonado a castaño según los tipos, color muy
apreciado para sus ponchos listados, fajas y cubre-cabezas,.este
Algodonero aparece en todas partes, si bien muy limitadamente
cultivado.. .sin embargo, en el NUJ.:este.deI.Brasil se le explota
comercialmente, y parece que en el Perú también'. En su ve·
getación y aptitudes para el clima se parece al precedente; pero
es algo más temprano y resistente. Su hebra fue empleada en
la fabricación de sombreros y para tejidos de media lana o imi·
tación. No sé que haya obtenido mucha demanda, pero si, que
obtuvo muy buenos precios *. No se debe dejar de estudiarlo
!illsQe!!.1 punto de vista~omer~aL
La'variedod apospermum, o Algodonero Cáute, perteneciente
al grupo brasi/iense, que es tenido por algunos como especie,
merece llamar nuestra atención. por la particularidad de prosp~rar PfI tt)rr~",n!=l ~ny ~1'·~· .. r>"'''':· :'I)hrr....
Su resistencia en
semejantes tierras es tan grande, que puede dar un rendimiento
remunerador en suelos tan calcáreos y tan áridos, que ya no
admitirían ningún otro cultivo provechoso (v. pág. 35). Es de
los más productivos. y francamente perenne, producirá durante
buen número de afios mediante una poda convenientemente
vo que la limpieza con machete y azada.
• .En una importante consignación de algodones paraguayo! hecha en
1897 a Inglaterra, un Jote de a.lgodón colorado se cotizó a 61 peniquea la
libra, enépoca en que el algodón paraguayo de fibra blanca se cotizaba en
la misma plaza de 5 a 51 peniques, el brasileño de 4¡ a 6. y el norteamericano de clase auperior de 41 a 5, peniques' (GUlLL. TELL BERTONI,
tEl Porvenir de) Cultivo del Algodonero en la Cuenca del Rro Parapay ••
Asunción 1923, pág. 28).
EL ALCODON y LOS ALCODONEROS
117
arreglada a laS circustancias de terreno y edad. Su hebra no
es corta, y sin ser de las más finas y sedosas. tiene buena aceptación por su resistencia y relativa uniformidad.
Por más que estas regiones presenten notables diferencias
de tierras y climas, no podemos pensar en una excesiva multiplicidad de tipos, y sólo hay que elegir los mejores y más adaptables. Por eso. no creo conveniente la introducción del tipico
brasiliense o Rlñon (v. pág. 35), porque no obstante ser productivo y fuerte, su hebra presenta cierto grado de asperidad que
no conviene para la exportación, y 'puede resultar más tarde un
gran obstáculo. Tampoco es aconsejable el Marañón, o acuminatum, por la razón general indicada, y por ser natural de un
clima bastante distinto del nuestro. Sin contar que habria
que cultivarlo en las regiones que convienen para los otros tipos
muy superiores que ya he indicado. Sin embargo, convendrfa
recordarse oportunamente del tipo ay[ueatre encontrado a la
altura del paralelo 209, qlle se dice de hebra bastante larga y
fina· - para someterlo a ensayo, en la posibilidad de encontrar
un tipo conveniente para la comarca de Bahía Negra.
Por la misma razón general, pasaré sobre las variedades del
Gouypium arbóreum, casi todas del Mundo Antiguo: existiendo la razón especial, de ser adaptaciones a climas generalmente
muy distintos al nuestro, y en su mayor parte, inferiores o apenas medianas. Igualmente sobre las del Gosaypium herbáceum, del Antiguo Mundo también, con semejantes defectos o
inconvenientes para nosotros, y el especial de ser todas de
fibra corta, y generalmente inferiores a las de la esp"",'~ .,.
guiente.
La especie Goasypiiun hirsutum nos ofrece, en cambio, vao
riedades o tipos de los cuales' Ílo es posible presCindir,. pues induye a los Uplands - que son los de mayor cultivo en los Estadbs
Unidos - asi como al RlqueIa ya los BIg-BolI, que son los de hebra corta o mediana de mayor cultivo en las regiones subtropicales y templado-cálidas del Brasil. Es la especie que se hubiera debido llamar 'Herbáceo' - como algunos siempre la llaman
- si malhadamente no se hubiese dado este nombre al G. heTbáeeltmdeLineo. Y es la especie americana de cultivo anual, o
"Aoual", que llamar se quiera (v. pág. 40 a 43).
Se suelen dividir los Uplands en Hebra-oorta y Hebra-larga.
• GUILLERMO T. BERTON1, "Porvenir del Cultivo del Algodonero en la
Cuenca del Rfo Paraguay". llig. 28. El nombre de Gonypium brtuilienJte
fue usado por algunos autores como sinónimo de C. re/ig;o.u",. Conviene
tener pre!'lente que debe ser reservado para el grupo Riñ6n, KidDey oRine
de Boy. 9ubespecie bien caracterizada.
68
D,.
MO/SCS S. BERTONJ
A los primeros pertenecen los tipos de mucho mayor cultivo
actual en el Paraguay. Anteriormente ya se habian ensayado
con muy buen resultado algunos tipos norteamericanos de hebra
larga', sobre todo los pertenecientes al g¡upo 79 (pág.. 43):
AlIen, Georgia Long Staple. Hawkins. entre los que tienen
mayor precio y fuerte demanda. Sin embargo, al principio del
nuevo movimiento algodonero paraguayo, sin previas averiguaciones comparativas, ni medios organizados para hacerlas, se introdujo gran cantidad de semilla de la región algodonera argentina. El tiempo faltó para estudios preliminares, y la nueva
organización paraguaya de los servicios oficiales agricolas. todavía no existia, habiéndose fundado la Dirección de Agricultura
y Defensa Agricola cuando aquella introducción ya era un hecho.
que por el momento era preciso aceptar.
Según los nombres que fueron dados a publicidad. en la
omólgomo Introducido predominan tipos Uplands de hebra corta
que guardan cierta analogía entre ellos. Esto atenuó los inconvenientes de la mezcla; pero no pudo haberlos eliminado completamente. Primeramente. porque la falta de uniformidad del
producto comercial se produce también (aunque menos) por
cruzamicnto de tipos parecidos, toda vez que este cruzamiento
no haya sido buscado, con un propósito final. y de una maReTa
estudiada y oportuna ". En el caso. el cruzamiento (en Argentina y aquí) fue natural e involuntario, por tanto sin objeto
determinado y de todos puntos inoportuno. En segundo lugar,
en la región algodonera argentina. la mezcla natural y la desordenada ya se habían producido por el cultivo de tipos pertenecientes a grupos de Uplands distintos (v. pág. ~ y 43) •. Y ¡¡una
variedades bótánicas y a especies diferentes •• ,.
• En la extinta F.flcut"1a NecioD31 de Ae"i("l.'ltura.
Agronomla'·,
Ver la ··Ulbllr.>lratl.....
Véase "Revista de
.
•• Cuando el cruzamiento y la aclimatación de do~ o varias tipos suceden en el. mismo tiempo, se presentan también alteraciones debidas al aclitnatamiento. Esto complica la cuestión, produce resultados ¡mprevitltóB y
obliga a un trabajo de selección más atento.
••• La prensa diaria - en la que tan frecuentemente las personas me·
jor intencionadas, pero faltas de conocimientos especiales, tratan y resuelven
euestioof's agricoJaa que requieren madur03 ~tudios con la preparación india·
pensable, o Cuando menos, una larga práetica directa - contribuyó más biea
para agra-VAr el mal que se preparaba. menudeando in Argentina 108 conae·
jos inoportunos a los agricultores y & los gobierno" y generalizando en el
Paraguay. a más de eBO, la idea de qu~ todo fuese bueno e imitable lo que
en ACientina 8e bada.
.
000
EL ALGODON y LOS ALGODONEROS
••
LA ELECCION DEFINITIVA DE LAS VARIEDADES a cultivaruna vez conocidas las condiciones naturales de un país - constituye el problema capital. Los errores en este sentido 60n
siempre de lamentables y prolongadas consecuencias, causando
en el menos grave de los casos, pérdida de tiempo y dinero.
Después de lo expuesto" huelga insistir sobre este punto.
La distribución de la. variedades O clases, debe ser regional.
Es raro que para un país de cierta extensión convenga un tipo
único. Es casi imposible, si el país tiene una extension como la
del Paraguay; y'lo es en absoluto, si el país presenta regiones
notablemente diferentes bajo los puntos de vista del clima y de
las tierras. La elección exige por tanto que, previo detenído
estudio, se divida el país en regiones algodoneras reales o potenciales.
Las Reglanes Naturales ya tuve ocasión de indicarlas - como
resultado de los estudios hasta aquí llevados a cabo - en anteriores publicaciones·; y como su deslinde se hiciera sobre la
base del clima, de la composición del suelo y de los accidentes
geograficos, pueden servir para la dístribución algodonera también, siquiera en sus grandes líneas, con las modificaciones que
los casos especiales puedan sugerir.
Observando solamente que - por las necesidades de la selección y del establecimiento de Estaciones Experimentales
Regionales, y de toda la organización de los servicios -la adopción de un número elevado de subdivisiones no convendría Sin
embargo, las reglones o camarcas como la calcárea del Nort. '/ la do!
Rlo Apa presentan terrenos tan distintos, que no seria nn.;hl"
cultivar en ellos la misma variedad, con resultados iguai;;~~~.:~
satisfactorios. La primera sobre todo, es casi incultivable por
la elevadlsima proporción de cal; y en una gran parte cuando
menos, dudo que otro cultivo pueda medrar, que no sea el que
sobre la fe de los agrónomos de las Antillas indico. Sin embargo, para ninguna de las dos parece posible indicar un cultivo
más convenientE! que el del Algodonero. Fáltanles una población más densa, para que este cultivo adquiera el desarrollo de
que es susceptible. Pero ya se puede empezar y el establecimiento de algunos cen tros coloniales algodoneros, detendría allá
una parte de los emigrantes Paraguayos que van a valorizar el
territorio brasilero.
En la lOna Norte del Chaco existe una inmensa extensión de
tierras más o menos aptas para el Algodonero. Allí, la escasez
de población es aún más grande, y además, fal t3 un estudio
•
.ConJidoIf8. Gencm/u d. l. lr:da Orgánica.
Aaunci6n, 1913.
Div¡.ió,. T.rritonol•.
Con un Mapa Fisiogr.¿fico. Agrológico y Climatológico.
1D
Dr. MO/JE.S S. BLRTONI
.agrológico de los terrenos, con el fin de establecer las distincio.
nes' oportunás. '"Hay tierras salinas, y aun calcáreas. Pero, el
conjunto parece más apto para el Algodonero que para otro gran
cultivo', porque la suma anual de lluvia sólo puede ser·calculada,
como término medio, en 900 hasta 1200 milímetros, y el estable~
cimiento de un sistema de riego, sólo podrá hacerse en el por·
venir, y no será fácil y probablemente será de resultados limita·
doª,
La distribución de las variedades aconsejables sería en mi con·
cepto, basado en maduro estudio, la que en el cuadro siguiente
se expone. No será necesario advertír que no ooda la región
indicadaseráapta para la variedad aconsejada; pero no es admi·
sible que se cultiven varios tipos en la misma región. Además,
es tan grande la extensión de estas regiones, que basta que sea
apta una pequeña extensión de cada una.
REGlON DEL CENTRO:
Los actuales Uplands provisoriamente. Elección y seleccion
de un tipo Upland único. Anual.
REGIÓN DEL SUROESTE":
Variedades superiore del G. hiroutum. Grupo Upland Lar.
go (AUen), que exige suelo húmedo. Cultivo anual.
REGIÓN DEL ESTE O DEL KAÁ·GUASÚ :
al lnt&rilYr y Faja Serrana: RiqueIa o Peterkin. Cultivo
anual. Los experimentos deben ser hechos en lugar mediana·
mente·expuesoo a las heladas, no en abrigado.
. b) Faja del úitlYral o Costa del Parami: Un G. r. lJitifoI¡¡¡rif' (paraguayenBll o Mbocó). Perenne.
REGION DEL NORTE:
Un G. r. lJitifolium (Mbocó o paraguayense). Perenne.
REGIÓN DEL APA:
.
J a) Comarca del Rio Apa: Cñuto, Eventualmente el mu.·
telit,'üm. Perenne.
b) Subregión Calcárea: Cáuto (apo.permum). Perenne.
CHACO BOREAL PARAGUAYO (al Norte del Trópico):
Un lJitifolium, o el Cáuto. Perenne.
CHACO SUD PARAGUAYO:
Egipcios. Ashmuni, Experimentación del Yoanovltth. Cul·
tivo anual. Organizar el riego artificial.
• La colonización mennonita podria ser el mejor comienzo
la utilización de una gran parte de aquenos terrenoa.
yla bale de
•• Adopto gustoso esta oportuna modificación del nombre de esUirt!gión,
modificación indicada por la "Geografía del Paraguay" 6' edición.
'
U ALCODON y LOS ALCODONEROS
71
Esta distribución implicaría, para todo el Paraguay, 6 hasta
8 variedades. No es exagerado. El Egipto. sobre una superficie mucho menor, y condiciones menos variadas, cultiva 11
variedades", sin contar algunas secundarias. Ciertamente esto
líltimo parece excesivo, y debe haber contribuido mucho para
los numerosos cruzamientos que hacen tan poco durables a los
tipos egipcios. Pero el caer en el exceso opuesto, en IIn pals
tan variado como el Paraguay, haria imposible destinar a eada región la variedad que más le convenga.
• Albmouni. Yannovitch,
Zá~ra,
SakellAridi., Mit-AfiCi LoDr. )lit...
Afifl Caun, Noubari, Abiado Abusi. e.IUDi y A8Iili.
BIBtlOi~C~
¡¡:'C¡:.. hL 1:.
AG~ICULTURA (BINA)
Dr. Moi.t. S. Uertool
CAPITULO VII.
LEYES Y PRACTICA DE
'.
LA SELECCION.
ELECCIONAR, ES HOY DíA UNA DE LAS
mayores preocnpáciones' de todas las ramas de la
agricultura intensiva y progresista. La ausencia.
de un conocimiento si~uiera elementar de la selecJ
ción, detuvo durante miles de años al progreso agrl~ ~
cola.' Los conocimientos relativos a las leyes del
cruzamiento. dela adaptación, de la variabilidad y de la mutación, en las plantas y los animales. han dado, en el siglo pasado
y en lo que va del presente. tal impulso a la agricultura y ganaderla moderna, que no se ven límites a su progreso y amejoramiento. Pe'ro la condición es el trabajo constante. . La selección no es una operación previa, que se pueda descuidar después
de haber obtenido un resultado satisfactorio. Es preciso que
siempre sea hecha, sin límite de finalidad, y cada vez más atenta y minuciosa. De no ser así•..:i:A.'l resultados obtenidos ~e pier..den,.o se atenúan. o se va rebajando su valor relativo.
.
,.....~. eJ.¡es. ~ contrariamente!, ciertas teorías darwinistas - ni
·l~aptación. ni la selección pueden producir formas absoluta.mente fijas. Los nuevos tipos que se obtienen, tienen una mayor o menor tendencia a volver· a su estado primitivo. sobre todo
si se &ltcJ,u;j,.)rl ¿.lb",:'. ~:..: .:~;:¿kj()!".~: =:~ r;ue la adaptación se ha
MlO son fija::; Ja:> J.U1'llla:s )J1"l"-J.ucidas por ese sor-
producloo.
prendente fenómeno que es la mutación. Pero las. formas producidas por mutación, aparecen espontáneamente, derepente, y
no podemos provocarlas *. Además, presentan caracteres imprevistos, frecuentemente contrarios a los que se desean, y que
no podemos modificar. En algunas plantas de hibridación menos
.. El gran descubrimiento de la' l1\utación.debid,o al botjpico DeVrie.,
ha venido a dar un golpe mortal a fa Leoria darwinista del tranaforrni..
IDO y ha echado una nueva luz sobre 'tI proplema del origen de las especies.
Si elite problilma no está resuello, cUlindo menos ahora sabt:ID08 que la solución no está. donde cr~yeron hallarla LAMARCK. WALLACE y DARWLN.
La mutación es COIDO una creación continua. de formas, variedad..:!8 y aun
especies Duevas, creación debjda a,una fuerza desconocida o a una c,"u8a que
por ahora almenos, queda fuer~ del domi~io de la ciencia.
EL ALGODON y LOS ALGODONEROS
73
fácil y menos infectadas por los cruzamientos, se puede esperar
de la mutación formas más convenientes. En esta planta, como
hemos visto, la variación es lo más temible.
El provenir nuevos obastardamiento., debe constituir la primera serie de medidas urgentes. Y estas medidas deben ser mantenidas permanentemente. Pues de nada serviría la selección
sin una protección contra nuevas cruzas y nuevas causas de decadehcia. Todo esfuerzo resultarla malogrado - y oomo ya sucedióen otros países y en otros tiempos -- tendriase que recomenzar siempre el mismo trabajo, para expurgar por un lado lo que
por el otro lado se volverla a contaminar.
la prImera de estas medidas debe de ser lo fiscalización de la
semilla. Es también la más importante, y debe ser impuesta con
todo rigor. No debe ser transitoria, sino permanente-o Las
disposiciones no deben admitir excepciones, porque toda excepción es peligrosa. El Estado mismo debe someterse a las reglas
que se impongan; por ejemplo, evitando toda introducción fiscal
de semillas extranjeras para los plantadores. Pues el control
de l1J semiUa e,úge, como condición fundamental, el c.o1wcimiento
peifecto de las plantas que la han producido, y del origen de estas
plantas, cosas que prácticamemente nunca se pueden averiguar
debidamente en país extranjero. El titulo de 'seleccionada>
que se ortogue a tal semilla, aun cuando es serio, no es suficiente
garantia; pues una buenaselecci6n s6lo puede ser hecha en VÜlta de
ta regi(m en que ta 'misma semilla se ha d. sembrar, y aun debe
ser hecha dentro de la misma región.
loa Imposiciones legale., como apEcación práctica de '.1.~
principios, son naturalmente susceptibles de ciertas moti;;;,..ciones según los paises. Pero necesariamente deben comprender las siguientes disposiciones:
.
1" Prohibición absoluta de toda' introducción de sémillas
del extranjero por particulares, cualquiera sea la cantidad.
.
.
25 Prohibición absoluta de toda venta o distribución de
semilla por particulares, aun cuando se den como provenientes
de plantaciones selectas y sometidas a la inspección oficial. Esto
incluye naturalmente, y oon más razón, la prohibición absoluta
a los descarozadores de distribuir semilla. o de vender los carozos o pepitas sino a fábricas de aceite y subproductos, las cuales
fábricas quedan bajo la misma prohibición --.
• El artO 13 de nuestra Ley ~o 581, de 3 Diciembre 1923. dice: .. Prohfbese por termino de 2 afios desde la promulgacfón de esta Ley, la impor·
taci6n rle semiltas de algodón por partioularesf. Esta dispo:Jición fue acel'·
tada y previsora, pero debe ser manlcnirla, refonada y compldada..
•• L. .Reglamentación del Servicio del AlgodófiI del Estado de San
74
Dr.
MO/5E5 S. BERTON/
38 Fiscalización de los establecimientos desmotadores y de
las fábricas de aceite con el fin de vigilar por la observancia
absoluta de tal prohibición. Tales establecimientos están pero
manentementeintervenidospor un fiscal', y deber, llevar ,registro con el nombre de los fornecedores. localidad de proveniencia.
fechas de entrada y cantidades. así como de la aplicación de las
partidas. y nombres. cantidades y fechas de las salidas y ventas
de sus productos".
'v.."'4~.;"Prohibición del cultivo de otra variedad o tipo en una
región algodonera, a más del que haya sido designado para la
misma. Esto implica la obligación para cada agricultor. de 'la,
destrucción de las plantas de otra variedad o tipo existentes en
su propiedad.: y la destrucción fiscalizada de las que puedan
existir en los predios abandonados. eriales. y tierras fiscales.
Se supone que se habrá previamente efectuado un estudio
serio de la región. Si resultare existír en ella un tipo indigena
dotado de bUena:;, cualidades. se tomarán las precauciones para
aislarlo o trasladarlo a otros puntos donde pueda ser sometido
a ensayo sin peligros.
Se comprende que la fiscalización de los establecimientos.
particulares debe ser aprovechada también para el control di lo.
enfermedade. del Algodonero y su limitación. Puede ser exten·
dida también al enfordamienta y clasificación de la hebra·... estaPaulo (del año HY13) - la mejor que puedo citar, pues fue hecha, como quien
dir(a, bajo el dictado de la Misión ~~nacional Algoaonere y de acuerdo
las resoluciones del Congreso lnternl:l.cional Algodonero de 1922 - prohibe
toda venta bajo muliu conespondif!:ntes a 300 hasta 7~ ~f09 oro, cualquiera sea. la cantidad (art..81). _ El articulo J;!!S decpmislH!o y ~el comprador Jo
pierde ain derecho a reclamar nada y la plantación es destruida.
.
La introducción de semilla por particulares aunqqe sea para su UIO y
en .-::antidadel:! mlnimas. debe ser castigada, también severamente y lin
COD
~it'.:iJ;:·~ntos.
~.
• Art. 87 de l. citada ,Reglamentación-. , Este fiscal seria nombrado
por la Dirección de Agricultura, en nuestro caso. Su sueldo debe ser reembolsado al fisco por el establ~cimientointerveni«io. (no directamente abonado
por el eatablE'cimitmto al interveotorL
Advi~rto que los reglamentos dei Brasil y de otros paises bien organiza·
dos a este res recto, hacen ciertas excepciones y conceden ciertas facilidades
(&1tkJ,I.loa..65._ ~ ipciso 6°. 81 inciso único. 84 inciso id.) que en un pals de
organización más dificil - como el nuestro especialmente - no deben ser
admitidas.
•• Art. 88 de la misma Reglamentación, la cual indlca también 101 locales de que el establecimiento deberá dilponer para el almacE'nadode la hebra,
de los carozos, del alj;lodón no desmotado, y del enfardado, o del embolsado
de carozos, para facilitar )a fii3caJización (art. 86).
.f:.oa fardO! pueden ser apro'f'echados por personaa poco Krupuloaal
EL ALGODON y LOS ALGODONEROS
78
bleciéndose una primera clasificación regional o lugarei'la de los
algodones. Estas dos ampliaciones de las facultades de los
fiscales, no imoiden quP. se ponga a cargo de los establecimien.
tos desmotadores los gastos de la fiscalización, pues están en el
interés de todos, y la segunda es de interés especial de tales
establecimientos.
Considerando que, por otra parte, la producción oficial exclusiva de toda la semilla tiene por efecto secundario el de
asegurar la vida económico de los Estaciones Experimentales Regionales - se ve que el Estado puede organizar el servicio oficial
algodonero con poco gasto.
LOS' PROCEDIMIENTOS DE SELECCION no pueden ser expues·
tos de una manera completa en esta reducida obra. Debemos
suponer que los directores y técnicos de toda institución central
y de las Estaciones Experimentales Regionales los conozcan
perfectamente. Me limitaré, por tanto, a ciertas indicaciones
y a los procedimientos que todo plantador inteligente puede y
debe usar.
La selección, en general, presenta tres fases sucesivas.
Durante la primera, su obj eto esencial es apartar o separar de
la mezcla la variedad o tipo que se haya escogido como más
conveniente para la respectiva región. Durante la segunda, se
trata de fijar definitivamente el tipo obtenido, para en la tercera
seguir amejorándolo continuamente en sus caracteres más aprebIes. Se comprende que estas fases no pueden ser netamente
oO:'o)'f'OOr1~Q ~(\T"I"!1lf·~durante la
primera ya se comienza la segunda
J ';"umtc t~t::. ~e completa la primera. Pero esto no altera la
sucesión necesaria de lo principal, esto es, trabajos de Hparaclóa,
fijación y amejoramlonto.
·La primera y la segunda fase competen especialmente a IÍís
instituciones oficiales. La tercera, a todos, pues no hay'plañ.
tador, por modesto que sea, que no pueda contribuir para el
amejoramiento del producto, para el bien de todos y con ventaja
directa para él mismo.
Aunque en general Jos métodos de selección de los Algodoneros convienen para todos los paises - ciertos procedimientos
pueden ser más o menos oportunos en determinadas regiones.
Tales los que tienden a obtenor tipos más prococes, O sea tempra·
para incluir en el medio algodón inferior. El algodón puede DO estar suficientemente seco, o bien contener mucha hebra no madura. La compresi6n
puede ser exagerada, cosa que sucede frecuentemente (véAse más adelante).
Todos estos deíectos son peligrosos para el porvenir del algod6n, en eualqui~r país. y es necesario poder siquiera I¡mitarl~. si no suprimírlos compl~tamente.
76
D,. MOISéS S. BERTONI
nos, muy interesantes sólo en las regiones que tienen una época
- de madurez limitada por los f.ios o por la estación de absoluta
sequla. Pues, en estos casos, aumentar la precocidad es aumentar el rendimiento, prolongando la estaciól' en qye pueda seguir
madurando. El más empleado, consiste en recoger para semilla
sólo los primeros capullos que se abran. o los de la primera cosecha. Una objeción es esta: que el algodón de la segunda cosecha es mejor. Esto parece cierto en general. Tal vez no
convenga Iimij;¡¡rse. a los primeros capullos. Pero el hecho de
que, escogiendo estos capullos solamente. en Piracicaba se haya
podido aum~ntar la productividad en un 20%, indicaría que. en
todo caso, habria en este aumento una compensación con creces.
El procedímiento es aconsejable en el Paraguay para los Algodoneros Perennes especialmente.
El famoso Sea Island es un ejemplo elocuente de lo Que
puede la selecelón para la obtención de tipos más tempranos -Cuando este Algodonero fue introducido por vez primera de las
Indias Occidentales en Estadós Unidos, era un arbusto perenne
impropio para la breve duración de la buena estación en las islas de la Carolina del Sud; pero escogiendo para semilla las plantas que maduraban más temprano, ese Algodonero volvióse mucho más precoz, hasta adaptarse perfectamente a las condiciones
del medio'(H. J. Webber).
La EleccIón d. las plantas, en todo trabajo de selección, es la
primera opiración, y resultaria la más dificil si se practicase sin
lI)étodo y sip reglas fijas, y por simple inspección ocular.. Algunos hacen recorrer la plantación por los obreros más inteligj!~.Pl!ro estoOil.puede .ser.vil' sino, para una primera elección·
en la que se admitirá un número de plantas mucho mayor.
~o se trata de la selección definitiva de las plan tas para semíIJa.~'ee n~c~~ ~bc~!"·:ar m\l·~h~ ~~ minuciosamente y
valerse tie UUCl gui~ i'iKul"o:ia.
.
Para el efecto se establece previamente una campanencla d.
cualidadeS, o punta]e. Esta base de clasificación numérica no
puede ser igual para todos los casos y puede sufrir modificación
según las conveniencias comerciales del país y aun de la región.
Pero siempre se establece cierto número de puntos que corresponden al dll5arrollo máximo de cada carácter y se atribuye a cada planta el número de puntos Que proporcionalmente
merece. El cuadro siguiente, p. e., puede usarse para la selecoión de los Algodoneros de cultivo en el Paraguay. 10 he
construido de manera que sirva para las variedades principales
cultivadas o aconsejadas en esta obra.
EL ALGODON
Y LOS
77
A.LGODONEROS
NÚMERO MÁXIMO DE PUNTOS SOBRE 100
•'ea Is~ 1"
-rerl"nnes
Uplands,
land
Egipcios (vitifoli.) Cáulo(l)
L ..gura de la hebra en lal
reepect¡.,.. variedad
Uniformidad de largura del
la hebra
Rendimiento o producción
por hectárea
Sedosidad o finura de lal
hebra
Resistencia de la hebra
15
20
20
20
l.
15
15
15
15 .
15
20
15
15
20
20
15
10
16
10
15
10
lO,
10
lO
lO
10
16
lO
-
--
10
10
10
Precoddad de la madurez
Porcentaje de la hebra al
-
desmotAr
15
Tamafto de las cApeulas
Blancura
lO
-
-
10
10
10
-10
La clasificación d. los plantos '(o lote de plantas) se hace convenientemente dividiéndolas en 5 clases: a cada una de éstas se
asigna el mliximum de puntos si lo merece, o bien, 4, 3 o 2 quintos, o 1 quinto de ese máximum; esta última nota siempre corresponde a mala y basta para que la planta sea eliminada:
, Corresponderán, por tanto, las notas siguientes:
moximum
Producción
muy fuert ..
excelente
Uniformo :
Resisten. : Rluygrande
Sedosidad:
muy fina,
Madurez: muy precoz
Cápsula:
muy gruesa
11 quIntos 3 quintos
!'.• _: .. L.
buena
grande
fina
temprana
gruesa
__ ..
;~e
__ ..
2 aulntos
;'~_-4
Dlediana
medr.ana
regular
nonnal
mediana
.
__
poca
poca
poca
tArdía
pequenas
1 aulnto
u;.ala
muy poca
muy poca
groserg.
muytard'a
muy chicas
•. E8 lo que no notaron algunos Autores que copiaron cuadros gemejantH de obns norteamericanns.
Aplicando esos Cl1Pril"'OS como están, se llegaría a veces a conclusiones absurdas, como la de aplll..llr notas muy m ..18s
• algodones de al lo precio.
lh. MOISES S. BERTONI
78
-------
- - - - - -------_._.
Por lo largura de Jo Hebra:
Lar¡;ura mediu
Je la h~bra
60 mm.
47
44
41
Variedadcs de
~ebra co~~a
T
17 •
. 38 •
\ 35
Variedades de
ht:bra IJlrga
20 puntos.
19 •
I~ •
l".:tI(.~"·
16 •
''10---•.
32
6 •
30
2
20 puntos
19 •
118
.'
2ll
17 •
26
16
16
14
12
26
24
23
•
•
•
•
22
9 •.
21
6 •
20
2
Para la preparatlóa de la hebra (conviene sólo para los Algodoneros de hebra corta) :
A 35 Y 34 5, corresponde la nota máxima
A 33 Y 32 ~ corresponde los 4 quintos d~ la máxima
De 31 a 29 % corresponde Jos 3 quintos de la máxima
De 28 a 26 ~ corresponde lo~ 2 quintos de la máxima
A 25 o menOti ". conesponde 1 quinto de la máxima
.Es mediante la apliCllción ·rigurosa de estas notas y de este
método. que el técnico puede aquilatar con seguridad el valor
de una planta, para los fines de la fijación y amejoríllTÚento de
un tipo elejido, es decir. durante la 2' y 3' fase de-la·'Selección.
Pero cuando sea necesario apartar una variedao tt~~e.<1. (le
mezcla",n que esté metida, o expurgarla de los defectos residuales de lntiguas mezclas (1. fase), la clasificación precedente
no bastaría.
Para .1 previo aparte d. las variedades o tipos, es necesario temar en cuenta la constitución foliar, haciendo un registro minucioso de las formas y proporciones de las hojas, as! como de las
brácteas Ycápsulas (que 'SOn modificaciones foliáceas) y eventualmente de otros caracteres vegetativos. Este trabajo perte·
nece a los institutos oficiales, cuyo directorio debe conocer los
procedimientos correspondientes y las precauciones necesarias.
Por ende. me limitaré a aconsejar el método de LEAKE & CoOK;
que permite llegar a una fórmula morfológica foliar conveniente'
para el aparte de los productos del cruzamiento y su previo re-
l'''''
EL ALGODON y LOS ALGODONEROS
'f.
conocimiento'.
Esie procedimiento puede resultar conveniente, y aun necesario, durante la 2~ fase también. Pues ciertos caracteres no
deseables debidos a antiguos cruzamientos, pueden reaparecer
en algunas plantas pertenecientes a un tipo ya fi.iado. aun mucho tiempo después. Algunas veces es muy notable la persistencia: .de semejante reaparición. Cuando la selección choca
mucho con esta dificultad, conviene generalmente emplear el
método siguiente (Individual).
La previa separación de variedades o tipos de una mezcla,
exige que se opere a una distancia suficiente de otra variedad o
mezcla. Como el pricipal transmisor del polen del Algodonero
son las avejas, esta distancia no debe ser menor de 2 a 3 leguas,
si se quiere una separación casi absoluta. Si se trata de tipos
perteneciente a la misma variedad, que se está seleccionando,
la distancia puede reducirse hasta un kilómetro; pero siempre
es deseable que sea mayor. Tipos parecidos, o muy afines, pueden trabajarse a 800 y aun a 600 metros de distancia uno de otro,
si hay naturales rompe-vientos, o alguna plantación arbórea
intercalada.
El método de la planta únIca arriba aludido, consiste en que se
comienza la selección partiendo de 1 sola plan tao Conviene
especialmente para la 3' fase de la selección (amejoramiento del
tipo ya fijado), así como a losagricultol'es de cierta importancia
pues estos, si operan con bastante acierto, no demoran mucho
en obtener un provecho '1ue probablemente irá en aumento.
Es casi imposible acertar cual es la mejor planta de t::''':¡ r~·
guIar plantación. Se remedia escogiendo, según la exten~¡ón,
primeramente urias 20, 50 o lOO, que serán marcadas. Es raro
que la mejor planta no resulte incluida en este número. En
otras visitas, siempre duran te la estación de la floración, se PI:ll.cede por eliminación, arrancando la marca a aquelias plantas
que visiblemente resulten inferiores a otras. Así sucesivamente,
el número será l'educido, p. e., a 5, 10 o 20 plantas respectivamente, a las que se pondrá números. Todo el algodón de cada
una de ellas será recogido aparte, y guardado en paquetes con
el número correspondiente. Terminada la cosecha, se hará la
elección final de la planta única - pesando el algodón limpio,
si el objeto de la selección es sólo aumentar el rendimiento - o
aplicándole el sistema de clasificación general (pág. 77) si el
• Conf. C. FRUWIRTH, .Die Züchtung d. kolonialer Gewáchse·JoÁo HERRMANN•• Relatorio Preliminar sobre Novos Hibridos de Algodoeirou -
.Boletim de Agricultura'. SAo Paulo, 1914, 550-578 -
AgraD.', CQIIV. "Algodón" 1925. A.
tBroch.
80
----~.
__
oujeto ('~ ll1l'jorar el
~ sclecciúr¡ ~l' propone
Dr. MO/SES S, BERrONJ
..
tipo - ü nna clasificación tr.odificada, si la
otro fin c~peciaJ.
El :!',l aúo. la semilla de j;¡ planta así eJejida será sembrada
apane. Aconsl'jo con in~i~(t'l;ál que previamente sean elimi·
nadas t(¡da~ las semillas mal iOJ'madas, poco llenas'o pequeñas.
Si se trata lIl' un Gos.~YJlil/1Ii i;:r~l/tum, los granos buenos que
una planta da, siempre ba~l;u'ín para obtener 500 plantas;
si se tml;¡ de un G. religiosuli!, 5e obtendrán 1000 o2000 y aun
má~ - Ahora ~ien. durante e5le 29 año, se repetirá el mismo
proccdiml~n'to d'~ elcceiún, de entre tódii'Jas plantas obtenidas
de la planla A, y se eJigirá una segunda planta única (B). ,
El 3" alio, la semilJa de I:l planta B será también sembrada
en lugar sl!parado, y sobre las plantas de elJa obtenidas, se re·
petirá el procedimiento de elección, para obtener una tercera
planta únil:a (C), cuya semilla será objeto de igual siembra. Al
plantador progresista convendrá llevar adelante todo esto duo
rante 5 años. Para las i1lSlituciones oficiales no tiene Ilmite,
pues siempre deben procura'r lo mejor.
Es cl~ro que la planta D será mejor que las anteriores plan·
tas únicas, y que por fin, la planta única E (en el caso de termi·
narse la selección el 59,año) dará la mejor semilla; de la cual
se obtendrá el algodonal cuya semilla será la sola que el planta·
dor sembrará desde el 89 año. Empero, en esperas de esta se·
milla de la 5l,l selección, se habrá naturalmente valido anterior·
mente, para sus plantaciones, de la de la 4~, de la 3', de la 2',
y el 4° año, de la 1(l selección, así como gráficamente lo explica
el cuadro siguieiülr:
"., '''' •.., .
:;;
~
el
§
l.7
el
~
el
~
u
e
~
ti
1 AÑo l'
129 AÑO
I AÑO 39 149 AÑo 1 69
~
A~C -169 A~O
609 pI. . . 2 hect. . . Plonlockn
Planta.. 600 . . 2 hectA· . . Planlacl6a
6nlcl A
plantao
reu
"ondo
~
Planta B . .
~
t
179 AÑo IS9 AÑo
"planta e.. 600 pI. . . 2 hect u+ Plantaclb
CAla.la4o, ..rtn ...brt dallorloort 1.
t
W.bbor. "l...booI: 1902" ItI Dop, da ~ l. r.tUoo UIlI6oo)
Semilla
De6nlti..
I
Planta O . . 600 pI. 1.... 2 hect. .... PI.nl.cl6a
DISPOSICIÓN
DEL MÉTODO DE LA
.PLANTA úNICA o APLICADO
Planta 1'". 600 pI. . . 2 hect. . . PI.nlecl6n
A LA SELECCIÓN DE LOS ALGODONEROS
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BERTON/
El método precedente, no obstante ser muy bueno, puede
tener un tropiezo. Es de saber que no todas las plantas tienen
la misma facultad de transmitir sus propios caracteres. Sucede
a vOlces que un individuo sobresaliente resulta incapaz de transmitir sus bellas cualidades a sus descendientes. Su hermosura
puede, además, ser debida en parte a accidentalidades favorabIes del suelo. Para que la selección pueda continuar con resul·
tado, es necesario tener presente esta regla: las 500 plantas procedentes de una cualquiera de las plantas únicas, deben ser,
en su conjunto, superiores a las del cultivo precedente, o de la
plantación general. Si no lo fuesen, habría que repetir la elec~.
ción de la planta única correspondiente, con lo cual la serie de
seleccíones durará un año más.
Como ya dije, algunas plantas adquieren un hermoso desa'
rrollo debido a la casualidad dc acertar un punto donde la tierra
.
es más fértil.
Hé notádo que esto sucede principalmente en las rozas de
monte virgen, sobre todo en las de primera quema. En seme·
jantes terrenos conviene, por tanto, sacar la semilla de cierto
número de plantas, como ser 10 en vez de 1. El método precedente queda sobre todo recomendable para los terrenos de arado.
La Salacelón por un caráctar básico es aquella que tiene por
objeto perfeccionar un solo caracter, p. e., el rendimiento, la
largura, la precocidad. Cuando basta para satisfacer las aspi-. r.acionesdel plantador, esto es muy conveniente, pues simplifica
.los procedimientos, y está más al alcance de los agricultores
- modestos. Pero es necesario advertir que el aumento o perfec·
ciol\11lDiento de carácter viene a veces aparejadQ: cflo una disminución de otro. Asi, p. e., a un aumento· de la largura de la
hebra corresponde generalmente alguna disminúción del rendi-'
miento, y al aumento de éste coincide frecuentc;r.cntc t::: :.cor
tamiento de la hebra". Será, por tanto, ··cuestlOll 4U" ."".•'"
cada caso particular lo que más convenga.
SalaceloDos qua puaden hacar los plantadoras. Los dos métodos
precedentes pueden emplearlos los agricultores más inteligentes
y que cultivan sobre cierta escala. Pero algunos, aun entre los
grandes plantadores, por diversos motivos "", no pueden aplicar
debidamente, o les es imposible emprenderlos. Más en el peor
de los casos se debe aconsejar al procedlmlaDta más rápIdo t fácil,
que es este: cada año escogerán uno o varios cosechadores, de
" H. J. WE88ER, O. 00, p. Gro.
•• El prineipal el el ausentismo. A loa propietarios que
au plantación. tales procedimientos no son aconsejables.
DO
viven en
EL ALGODON y LOS ALGODONEROS
(13
entre aquellos que suelen permanecer durante toda la estación
en la plantación, y les encargarán, en ocasi6n de la 2' recogida
(o en el 29 mes de cosecha si se trata de Algodoneros Perennes),
que recojan aparte el algodón de las mejores plantas solamente,
sin imponerles un número de plantas muy estricto, y pagándolos
por día, para que dispongan del tiempo necesario para una aten·
ta elección. La semilla de este algodón, desmotados en apara·
tos bien limpios (para evitar mezclas con semillas que en ellos
hayan quedado), será la que servirá para la siembra general.
Es claro que estos recogedores deben recibir algunas instrucciones. No deben dejarse engariar por algunos capullos
muy hermosos, sobresalientes entre otros mediocres, - ni por
una gran carga de capullos menos que medianos - ni por el
hermoso algodón de una planta poco productiva. La planta debe
estar sana y vigorosa, y en los Algodoneros Percnnes no tener'
más.de 2 o 3 años. No debe ser muy baja en los Anuales, ni
muy alta en los Perennes. Debe ser bien formada, bastante
ramificada a la mejor altura para el rccogedor. En los Pere·
nnes, las ramas muy altas hacen perder tiempo y pueden quebrarse. En los Herbáceos, las ramas muy bajas cansan al re·
cogedor y los capullos pueden ser ensuciados por la tierra.
Esto en general y para todos los casos. Pero en casos especia·
les, otras recomendaciones especiales serán dadas. Y la semilla
siempre deberá ser expurgada a mano de todo grano chico,
liviano o mal formado.
El roleo de \05 plontltos - cuando se siembra por grupos de
varias semillas (a golpe, palo o azada) -- es excelente ocasión
l'n<" :.~~~' :.::::: '::~~~a selección, se drja $;10 la plantita más
vlgorosa,::I ¡ns ~ mejores, según los casos. La podo anual, en las
plantaciones perennes, ofrece otra oración, siendo muy aconsejable que toda planta debi\, enferma o muy mal formada sea
destruida, y sembrado en el lugar flUC ocupaha, mediante 4 o 5
semillas seleccionadas, de cuyas plantas sC'i1ejara la más vigorosa.
En todos los cultivos la selecciólL s-irlll pr,. ('S mil!! útil; en le
del Algodonero es indispensable y dril/' srr.(,oll.• lall!r.
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