¡: I ~ Dr. ú'KOIS~S -SANTIAGO BERTONI JtI 1 l' .\ . 1 EL ALGODON C& ~. LOS c.ALGODONEROS i 1 Deade los Puntos de Vista ~2. 'f Botánico y. Económico L. Con especial aplicación a las coodiciones eJe ~q estos. palies 11- ,. . i ,l. 1 ·1 J j ¡ ====FPUERTO BERTONII===== Imprenta y Edición "Ex Sylvil" 1927 BIBLIOTECA KACIOtlAL O, AGRICULTURA (BHlj) . Dr. M.lsú S. Berloni. c,n UNA EXPLICACION NECESARIA escribí esta obrita, era mi intención compleCUANDO tarla con una segunda parte, dedicada a los metodos y práctica del cultivo. Pero habiendo tenido que suspender la impresión 'para atender a la de «Agenda y Méntor Agrícola J, corrió un lapso de tiempo más que suficiente para que se produjera lo qué en la rimera parte impresa había yo previsto, esto es, a. eca enCla delcültivo del Álgodonero en la :Argentnia como-errel Paraguay. '. Lejos de mí la pretensión de haber sido profeta. No hice más que observar los errores que ya habían sido denunciados por las más altas autoridades en esta . materia, e indicar las consecuencias a que tale¡ errores . Pnniln~i,.íl\n fatalmente, siempre guiándome por aque-' ¡¡v:j lUaestros y los más serios y recientes estudios de la peligrosísima cuestión de las hibridaciones, y selección de la semilla y de las variedades con relación al clima. Es de extranar como en Argentina se iniciara el cultivo del Algodonero en grande ~cala con tan escaso conocimiento de la cuestión, y al parecer; tan completo desconocimiento de los aludidos peligros y de las caJurosas recomendaciones de indiscutibl~ autoridades cientificas y técnicas. Y es de lamentar que en el Pa- -'. rag"~a creído J>üéñCOnsejo el imItar alo que eñArfrentina -senaaa:-1Jel'l!sU1t:ts;<nnbas-naciU1íes incurrieron en los mlsmos errores iniciales y persistieron sobre la falsa ruta, no tardando la 'decadencia en producirse. Durante el último año agrícola, en aque=-' na nación, la extensión de este cultivo se reducía de más de 40000 hectáreas, siendo escusado decir lo que 1 1 INTRODUCCION t ~- , ~ D ~ ~~ E TODOS LOS GRANDES CULTIvos del mundo, no hay nin~o que como el del tAlgodonero presente reurii- "t7 das las ventajas de la in~ns~.!!!-~~ de su producto, del uso universal, y de la!Jósij)ilidad de oblener¡o eñ- tan amplia zona geográfica ~ en ·contraste con el estricto· cérco dCeondICiones naturales, sociales y económicas que exige - con el problema de la elección de los tipos y la dificultad de su conservación - con la posibilidad de grandes c:ambios de paises productores y en el comercio universal - y por tanto, con el peligro constante de la competencia, yo las posibles sorpresas de los mayores intereses en lucha. u.ii.. UUlIU" encuentra condiciones favorables,ningún cultivo ·es tan accesible a todas las personas y a todas las condiciones. Tal vez ninguno exige menor capital Y" pocOspemiten obrar tan independientemente, sin auxilio ni colaboración de nadie. Pero ninguno exige mayor vigilancia por parte del Estado, prudencia en los directores, conocimiento en los maestros y atención en los obreros. y tal vez como ningún otro, exige escrupulosa honestidad en la natureleza del producto a la entrega. Esto es decir cuan grande es la responsabilidad de los que están llamados por su situación en el mundo- directivo, a imprimir rumbos a las actividades agrícolas. Y es apenas necesario advertir, que a pesar de todo el cuidado que uno ponga en imponerse de las diversas cuestiones, no es sin cierta reserva que en algunas de éstas puede pronunciarse. Por 10 pronto, es preciso advertir que las conveniencias del momento están a veces lejos de ser las del próximo Dr. 6 MO/SES S. BERTON/ p~sa en'la nuestra. , ' , "La baja lTlundial de los precios - que en realidad no fue sino la prevista normalización - no basta para justificar el actual fracaso... Pl!.es la v.uelta de los cios a su estado normal, aun CJerta depresIón a ajo ael nivel normal, no ¡m i e,n¡-¡rr¡peau:a nunca la cor~ cación ven Josa e os categonas e a go ones, que. !ion los de -hebra larga y los de hebra corta, y aun muy corta, pero pareja. , ,~, PrecIsamente son éstas las categorías que fueron' 'práctícamente elJm¡nadas de los cultivos en am1>oS aíses, debIdo a la desordenada mezcla de numerosos, tI os y 'osa u I Iza iBa e as a cre- ~fubl~~m~o:~equed~bíAe~:~:;:;?:~:: 'wstá,comprobado c teamen remediables sin 'un cambio r wal. que en trantandose de Algodoneros e 'la selección es incapaz de purificar y fijar un tipo deter~ minado, partiendo de una gran mezcla de tipos. Para . ?wsotros, hay un medio sólo, en mi concepto; empezar de nuevo~ -, El Paraguay puede y debe ser país a!godonero... Sus condiciones de clima y brazos exigen, sin embargo, ciertas precauciones" complicando el proq)ep:a. Además no tenemos la 'posibilidad de' que"la"s industrias naci~nales absorban, en un próximo porvenir, una par¡ _ o,.. r,,-,;·t;:.nte de la producción. Es por tanto necesar'Ü> tener -por único objeto la exportación, cultivando tipos expoJ..tables. y en la elección que de estos se haga, la demanda mundial debe ser.]a principal guía; pero no la que las estadíSticas indican - pues un buen artículo a veces no se p\lede vender precisamente porque los otros productores ya venden mucho, y lus mercados de compra no se cambian fácilmente - sino la demanda que los mejores centr.os de ~nformaci.ón y. los importadores indiquen como ~~ufic~entemente satwfecha y probablernente duradera. o EL ALGODON y l.OS ALGODONEROS - 7 Una Vf!L elegido el tipo, o los tipos convenientes - y adaptables, habrá que pensar en conservarlos tales como son, en producir la ún-iea semi/In q/le se debe permitir y en evitar rigurosamente torios los peligros de incurrir en los errores del pasado. En esto, habrá que adoptar las leyes y reglamentos de los países mejor organizados y de parecidas condiciones, tomandó me• didas especiales y severas para su aplicación. Entónces solamente se podrán definir e indicar detalladamente los métodos y las prácticas del cultivo. Pues esto varía mucho, según la especie que se cultive, herbácea o arbórea, perenne o anual, y además, la cualidad de la hebra, que es lo esencial, exige frecuentemente cuidados especiales para ciertos tipos. Hacerlo ahora ya, es exponerse a que mucho de lo que se diga no resulte aplicable y más de un consejo resulte malo. Por otra parte, se puede decir que los agricultores paraguayos, en general, ya conocen el cultivo del Algo_donero. Ciertamente, el nuevo difiere del antiguo y se necesitan hoy día precauciones que antes se descuidaban, o se ign::-:¡::':l c::::;'~~~~·l·l"íi~..... ;:'tlV ~a.S instrucciones impartIdas durante estos últimos años por la Dirección de Agricultura y Defensa A¡~rícola, y sobre todo la -éSéfiahza práctica dada en todos los departamentos algodoneros por la sección de Defensa Agrícola, con el fin principal de combatir las graves plagas que aquí, como en todos los países, pueden aniquilar la producción en cuanto haya descuído -- todo esto hace también menos urgente la redacción de un tratado práctico del cultivo. 10 D.. MOlSES S. BERTONl porvenir, que debe tener en vista quien sólo procura el interés de la colectividad. Fácil es aconsejar procedimientos lucrativos, sobre cualquier ejemplo que se tenga a la vista. Pero lo que nuestra agricultura y la nación necesitan, es una fuente perenne. ¿ Qué ganaríamos,. si después de unos años de bonanza, tuviéramos que abandonar uno de los mayores cultivos, con todo el trastorno que esto siempre produce en la economia nacional, yo la consiguiente necesidad de reorganizar la chácara sobre bases nuevas ? La necesidad de estudiar el problema nacional desde el punto de vista mundial, prima sobre todas las cuestiones. Considerando que ni el Brasil - con su grande y antigua industria de tejidos, que produce todo lo que el país necesita - no pudo eximirse de tomar muy en cuenta el abasto mundial para asegurar el porVenir de su algodón, podemos comprender cuán peligroso seria el tener en vista únicamente las conveniencias nacionales del momento o las de nuestro limitado comercio, o fundar cálculo~ de porvenir en la incipiente industria de tejidos' de c.Argentina, pais que podrá fácilmente producir todo el algodón que necesite para su consumo. '.' y 'de todos los problemas agrícolas mundiales, en esta época seguramente no hay ninguno tan complicado y debatido. Desde que la producción de los Estados Unidos inclinó a disminuir - sobre todo relativambu<c, ..... ';c...;, , comparada con el aumento de la demanda universal - en todós los otros paises templado-cálidos o tropicales se trató de establecer o ampliar bl cultivo. Fue con verdadero afán que todas las naciones coloniales buscaron paises nuevos, aptos para para producir algodón, invertieron grandes sumas, y repitieron ensayos con una constancia e interés nunca visto. Muchos países menores hicieron 10 mismo. Sin embargo, elresul.tado general fue negativo.. El estudio detallado de los numerosos fracasos y limitados triunfos seria en extremo interesante yo lleno de enseñanzas.' No nos es permitido hacerlo en este breve EL ALGODON y LOS ALGODONE'.ROS 11 resumen. Pero es en buena parte de ese estudio que manan varias indicaciones y consejos que creo poder"" consignar". El conjunto de esos hechos constituye la mejor"" fuente de información y la más necesaria. Pues como lo indica el subtítulo, las cuestiones fundamcntllles del cul·vo en el Paraguay no pueden ser"" tratadas sino desde el punto de vista del mercado universal. Proceder"" de otra manera, seria seguir un camino muy peli¡:roso, pues el país no tiene Industria ni gran población quc pucdan absorber"" la producción, ni podrá tenerlos en brcve. Las causas de los malogros a que :.l1udo, constituyen - desde nuestro punto de vista práctico lo mis interesante de la cuestión; pues encierran en cada paso una enseñanza para subsanar- a las dificultades que se nos presentan, y evitar- en lo posible las que pueden presentarse. Con este fin, recomiendo con insistencia a los hom~es del gobierno" a los mayores interesados, que ten"g.an la mirada fija sobre lo que suceda en el Brasil principttlmente. Pues este gran país, que en todas sus regiones algodoneras presenta condiciones naturales y humana muy semejantes o idénticas a las nuestras, cometió idénticos errores, y se ve en presencia de idénticos problemas, con la diferencia de haberse adelantado en la organización necesariA V" emprendido con claro conocimiento y enérgica ac!:.':", ¡:." refonnas necesarias para lo presente y lo porvenir". Dos circunstancias sumamente favorabl.es favorecie~ ron al Brasil en esa vía, y me permitieron imponerme de cuestión algodonera en sus varias faces: la exploración y minucioso estudio de las regiones algodoneras por"" una autoridad suma, y el Congreso Internacional AlgOdonero, celebrado en Rio de ]anelTo, en 1922, durante mI est~a en esa metrópoli. ~LOs tres antenores congresos internacionales algodoneros hace años habian ser'ialado la necesidad de un estudio de las condiciones y posibilidades godoneras en todo el mundo, hecho por competentes per3QTlaS y con todos los elementos necesarios. Ese gran pensamiento fue realizado mediante el nombramiento de una comisión internacional, constituida por"" t:specialistas BIBLIOTECA NACIONAL D~ 1.:~:CljLTU:::~ (gl!IA). nO' A.~n:~és S. Bert~D1 lZ ·D,. .MO/SE5 S. BERTON/ -------- eminentes en cada una de las faces del problema, li¡ científica, la comercial, la industrial, la agrológica, la practi. camente agrícola y la social o humana, Durante varios años esta gran comisión recorrió todos los paises del mundo, productores de algodón o posiblemente capaces de producirlo, y terminó su histórica tarea estudiando muy detenidamente todas las correspondientes partes del Brasil. Yal terminar su trascendental gira, celebrábase en Río el mencionado congreso, en el que, naturalmente, los eminentes especialistas fueron los más escuchados, Y' determinaron las principales, resoluciones. ~ tal' manera la luz necesaria sobre el camino arecorrer", como tUera urgente el emprender lasretoiTIlaSTndicadas, acto continuo los gobiernos del Brasil dictaronrasro~Qñer?S ~vas, cuya aplica~i~~~ue ~nerg¡a actualmente se persIgue., ~. bajo la influencia de tales acontecimientos~ que diSP(lOgO a reunir los elementos de la cuestión espar. CI os en los más recientes estudios, con el fin de que, im:l? alas observaciones personales y los datos de mimoefesta experiencia, pueda cumplir con erlloñroso encargo, deI8iñefor manera que me sea posIble. .., , 3 CAPITULO EL FACTOR HUMANO ,;,i!:i.. ...... E LA HISTORIA ALGODONERA DE TODOS LOS [~~países resulta claramente evidenciado, que todo lo .0JB\ que se implante y organice sin previo estudio del ~4'~ factor humano, carecerá de solidez y no tendrá mu- ~'<;)i~ cha duración. El cultivo del Algodonero está ligado -..1/ a determinadas condiciones sociales, que prudentemente se pueden venir completando, pero que ninguno pudo crear allá donde no existían. Exige, como base, una población sedentaria y permanente, relativamente numerosa, de índole pacifica y modesto vivir, deferente y cuidadosa, y de hábitos moralizados. Sólo en estas condiciones puede organizarse la 'vida rural algodonera', que pasará a costumbre arraigada y capaz de resistir a los quebrantos que no han de faltar, y a las vicisitudes de la competencia mundial. La vida algodonera no puede formacse con elementos escai!OS y aventureros, con mano de obra cara y exigente, con personal mercenario o inmigraci6n «golondrina., y no resiste Clo~ ~­ blaciones de costumbres desarregladas, de carácter levahl.i&<.u v de hábitos industriales. Es cultivo propio de familia, y exige la familia como condición. Es cultivo democrático, autónomo, de iniciativa personal, especialmente para chacareros y colonos de tradición agrlcola, los que saben cuanto vale el poder consernr su independencia. Conviene también especialmente a las des masas humanas, a las poblaciones rurales muy densas, ue suelen ser sobrias ':1 poco exigentes. laboriosas y previsoras. o bien sumisas y atentas a toda imposición inteligente. En Estados Unidos, la población negra esclava tralda para ucir algodón y azúcar, libre ahora. continúa en las mismas Caenas en que ha nacido y formado cuerpo, con lo cual permite ener la economía de un cultivo en regiones de poco rendimilo y en un país de altos salarios. Millones de trabajadores ay sobrios y arreglados. contentándose con un jornal mínimo, pt:rmiten a la India una gran producción, aunque del más feo de b,. MO/SES S. BERTONI los algodones, en condiciones ¡H.turaks des¡'avoraLles. Equiva' lente l'csu!tacio¡:rcrmite-en-elrtmnffl,n ,oLI:Iéión - rural inmensa, 'que a la vida muy sobria y arreglada, reúne una laboriosidad y una minuciosidad de atenciones casi sin igual. El laborioso, honesto e inteligente fcllah. cjipcio, llegó a conquistar el primato de los algodones de más alto precio. MM cerca de nosotros, con tierras, climas, gente y costumbres rurales muy parecidas a las nuestras, un gran país está desarrollando poderosamente el cultivo que nos interesa. La inmensa. zona ,algodonera del Brasil, se extiende desde Rio Grande del Sud hasta el Pará: pero su parte principal empieza con el , Estado de S. Paulo, e incluyendo al de Minas y jl1a cue,nca del San Francisco, se extiende sobre casi toda la parte interior de los Estados de Bahía, Pernambuco. Río Grande del Norte, Cea· rá. Piauhy y Marafi6n. Todo ese país. que es la más extensa regi6n algodonera que existe en el mundo. es poblada en gran mayoría por descendientes puros o mestizados de la raza guaraní. Es una población muy sobria, de vida sencilla y arreglada, muy buenas costumbres. laboriosa y bastante euidadosa, enér· gica en las luchas de la naturaleza, pero de trato muy suave y sumamente educado, y la más buena y generosa que se pueda encontrar en el mundo'. Esto explica cómo en esa población de múchos millones de habitantes, abunden brazos para recoger todo el algodón que se quiera en razón de un centavo oro el kilo y aun menos ": pues trabajan hombres, mujeres y nifios. la vida es frugal, las exigencias del clima son pocas, las ocasiones de malgastar no son frecuentes ni habituales como entre nosotr6S r.J',la familia es unida y tr<;lnquila, en 1¡¡ !"ás apacible de las 'v!I¡ás.:.':" ' ¡ '.. ' -. ,. . Una de las ventajas' fundamBntales del cultivo algodonero oa el Paraguay. es que cabe bien dentro de la estructura ecúnón¡iCl!- pe nuestra clase agrícola, población sin capitales, ~:~ ::::':;:::;n~ ~. sin hábitos cooperativos; pues es económico y ;::'t:.II.':;~~v, Vu~ü~ hacerse en cualquier escala, sin exigir instalaciones ni aparatos costosos, ni otra erogación previa, y permite a cada uno obrar sin ayuda de nadie, ni depender de otro para la elaboración de su • .He viajado en muchos países, pero nunca encontré gentede tan buen corazón y tamaña generosidad como en el BrasiL En el Seridó en particular (centro de la gr8D región algodonera) los pequeños cultivadores nos mostraron una cordialidad conmovedora que nunca olvidaremos. (Mr. A. PEARSE, presidente d~ la Misión Intt:rnacionül AIg(..doneT8. o. c.• p. 28). Casi en todo me hiw recordar. esa población, a nuestros viejos campesinos, tal como loa encontré hace cuarenta años . •• De 0,7 a 1,2 milreis la arroba de 15 o 16 kilos. Una mujer, con 1.1 variedades M~k? "i Qutobradij',o. Jlega a recoger un maximun de 60k. por día. EL ALGODON y LOS ALGODONF;ROS producto. Se trata. además. de un articulo CII~''1 nrt'l'io .... iene siendo establecido por el mercado universal. y l11i'no:-t ~1I.iI.t(}. por tanto. a fluctuaciones que desorientan. ya la, hai,,, rcpcntinas que muchas veces no tienen otromotivoqu~ la cotli,:ia ,lc lo, especuladoresgrandes y pequeños. La impreYisión. 'I"" ,'S ,'llraclcr[stica principal de nuestro pueblo. el exag'~ran,) indi\'iduali$mo. que es otra, y las muchas ocasiones de mal¡':llstar. Sl'I:lIramente dificultan y se llevan la mayor parte de la I~llnllnt'ia: I"'ro el que quiere reaccionar contra esos malos hábitos. tit'nc l'n el algod6n .1 producto que más le ayudará. Conviene sin embargo indicar ciertos hechos o tendencias que disminuyen o pueden disminuir naturalmente las veotajas del factor humano bajo este punto de vista. ~llhemos que el ugod6n exige una mano de obra segura. cllidadosll y ec'On6mi· ca. Ahora bien. los obrajes de madera y los yerhales se llevan n.na proporcion enorme de nuestros mejores brazos. con la agravante de que la gran mayoria va al extmnjeru. donóe gasta sus fuerzas y su salud en beneficio de capitalistas <le otros paIses. Estos pueden pagar salarios mucho más altos. porque s610 ex· traen la riqueza natural de nuestros montes. realizando elevadl· 'mas ganancias. y por otra parte. si se consincran en conjunto. TUelven a reembolsar la mayor parte del dinero que invierten. De resultas. son dos inconvenientes: disminución de braceros a¡¡r1colas y aumento de salario. A estos se agregan otros más. E. campesino que se va a los trabajados de manera y yerba. pier¿" el hábito yel gUS~J :: ::: ~:::::;:: :,:;: ;'v:..... ,', ."w~umbra al mando absoluto y rig>~r(,"o. a lOS trab:lJos gro'eros. Violentos Y D her6icos. al descuido de todas sus cosas y de su persona: rde el amor a la familia. que muy lejos quedó. y no le es po'b1e hacerse de un hogar; pierde su salud en trabajos excesi\'os J expuesto a todas las intemperies. o la arruina con todos los ncios que forzosamente aprende en la promiscuidad de vetera· corrompidos. o en las ciudades. donde va a consumir sus gacias y a renovar su esclavitud por el .anticipo.. en tantas \estas y orgías como dlas tiene de. p'ermiso.. Y si un dla vuela su hogar - que no sea para curar sus reumatismos y demás lermedades contraidas en la más antihigiénica de las vidas .de llegar tan pobre como saliera. y sin crédito ni protecpara empezar de nuevo. habrá perdido el hábito de las cui-, faenas agr[colas, ni familia tendrá para emprender un 'vo que supone dinero o familia. La extracción de yerba mate, dentro o fuera del pals. ocupa 8~0 miles de b''8ceros. Mayor número emplea laextracci6n madera y el tanino. con la circunstancia agravante de que 16 las eJ'plotaciones forestales siguen en aumento, y pediran más obreros, para trabajos en que el brazo paraguayo y correntino es insubstituible. Agréguese que el corren Lino, mejor aconsejado, en ¡(mn parte se dirige actuamente a los algodonales del Chaco, o vuelve a la agricultura en su provincia. Y teniendo en cuenta que, a más de eso, nuestra clase rural sigue emigrando a la Argentina y al Brasil, no es difícil prever que la mano de obra irá siendo más escasa y más cara, no pudiendo ser conpensación suficiente la siempre escasa inmigración. . En ta/& ci'rcunstancias está la razón M orden interno, que .obligando a SeI' prwisO'l'cs, i1nplme la adopción M las medidas que tiendan sobre todo a manten"r alto y finne el precio M nuestro algodón. No quedíll'án, Memás, sin alb'IÍn r~sultado.los esfuerzos inteligentes que las Autoridades hagan para rebmer y fijar al terruño nuestra clase rural, reduciendo al malhadado fenómeno, único en América, de nuestra emigración. No dejará tampoco de tener resultados todo esfuerzo que los directores de la instrucción pública y el clero nacional hagan por conservar y restaurar la moralidad y buenas costumbres de nuestras clases rurales, ni los que el obrerismo haga por despertar en ella el sentimiento de la solidaridad y ayuda mútua. Pero sobre todo - como la altura y la firmeza del precio del algodón estarán arreglados principalmente a la ~alidad y a la demanda mundial - será necesa,;o tomar las precaw:iones debida.& ~ra que nunca nuestro producto pueda carecer de mercado por '·914.Monder lriempre a la ckmanda. Es lo que mejor veremos '¡{¡·hllblar de las diferentes variedades y de su recolección y clasificación. -CAPITUl.O n. -:~ _EL ASPECTO ,COMERCIAL GENE~~. oCér4PW;rENCrA-- DE PAISES PRODUCTORES. RANDES CAMBIOS HAN SOBRÉVENIDO DU~ ranteeste cuarto de siglo en la producción, consumo y precio del algodón, y no es prudentesuponer que ¡~il el punto en que bemos lIegodo ropreseot. uno estobill1;¡¡¡i:: loción definitivo, ni tompoco uoo normollloclón de lor- ~~ go duroción, El producto mundial', de 'l:l693 000 balas en 1915, cayó á 16863 000 en el año que termin6 el 31 deJulio De 1922, Pero desde 1922 volvió a aumentar nuevamente. Esto ya no hubiera mantenido la firmeza de los precios. Pero la producci6n de los Estados Unidos, que a causa de las plagas y anos de mal tiempo, habla bajado a menos de 9000000 de balas. des.de aquel aJ10 también volvi6 a aumentar. llegando a 18000000 en 1925. De manera que, no obstante la disminuci6n de cier_tos paises, nos encontramos en .el periodo de desinflaci6n de los :,P"CU"inc: v nA tFmdencia a condiciones normales» que los especia- ~ ~ ~ , "P]J -e ~;:~ '::! CJr.~cso de 1922 habian previsto-. Hoy podemos prever algo más. La disminuci6n o el no aumento de la producción de ciertos países es debida a circunstAncias de carácter pasajero. Y para ciertos otros paises se abren probabilidades de notable aumento. Ciertamente, el aumento obtenido por los Estados Unidos debe ser considerado más bien como un máximum que comó 'una altura normal; pero ...10 parece indicar una reacci6n durable. De manera que debemos temer una nueva disminución de precios. y un periodo b-normal para los productores. Es bueno tener presente también, que los precios actualmente desinflados, siempre son notablemen te superiores a los antiguos. De los 6 grandes productores de algodón, el mayor. Estados Unidos, tiene probabilidades de mantener su producci6n a una altura próxima a la más alta que alcanzara. en 1912 a 1915, o euando menos, a la mediana, obtenida de 1915 a 1919. Como • IRWlNG BULLARD a. H. C. MESEllVS. .Industrial a. ~mmercial ..ltpec.t of tbe World Callan lndustry., p.l3.. 18 n.. UD/SES S. BERTDN/ consecuencia, es probable que el precio de su algodón (casi todo de las variedades herbáceas y de cultivo anual). cayendo de las alturas muy excepcionales de 1917 a 1920 (20 a 25 peniques la libra) se normalice alrededor de 12 peniques, 9 menos, pues fue de 6 peniques entre 1898 y 1915. De los otros 5 paises, la India, que sigue en importancia, vió su producción detenida en su ascenso, y más bien disminuida, desde 1915, al intensificarse el deseo de independencia, y adoptarse por los Indios la actitud de no-cooperación con los Ingleses, predicada por Ghandi. Como ese deseo es cada vez más general, y por varias otras circunstancias, es probable que no pasen muchos años sin una solución, después de la cual, la producción volverá a aumentar. En cambio, el precio del algodón indio se mantendrá bajo (probablemente alrededor de 8 pen.l, debido a la extrema abundancia de brazos, sobriedad del pueblo, amejoramiento progresivo de la clase (que ya se nota) y relati· va baratura de los fletes. En China, la producción exportable habia subido rápidamente hasta 2000000 de balas en 1913; pero desde ese año se estancó en esta cifra hasta 1919, y luego disminuyó notablemente, debido a las conmociones internas y guerras civiles, consecuen· naturales del gran cambio de régimen político y administrativo. Pero los 450 millones de habitantes constituyen la abundancia mayor de trabajadores en el mundo; éstos son sobrios yarreglados, hacendosos y muy cuidadosos, apegados a la tierra, y las condiciones naturales de la China, como su admirable sistema ae'riego, son en ·ext.reiñb"rá~orables íI~ra la producción de algodón, especialmente de seda corta. Las circunstancias que han detenido Ji esa producción siendo de carácter transitorio, 10 que es prudente suponer, para un próximo porv~nir .... mi Qllmento notable, tal vez muy rápido, y cuya lim;~~;:.. _::~ ~~;L~ ser ¡¡jada por una correspondient-e baja de los precios de los algodones cortos. Parecida cosa sucedió en Rusia, siendo el cambio mayor aún. Entre 190'2 y 1915 su producción subió de 342 000 a 1480000 baJas. La gran guerra, la revolución, la gran reforma rural y la autonomía de las repúblicas soviéticas, la redujo a menos de 200 000 balas en 1922. Parece, sin embargo que ya hay reacción, y es probable que la haya en breve, como ya la hubo en la producción en general. El mayor desarrollo fue alcanzado en el Turquestán, pals extenso y de mano de obra económica, pero cuyo invierno frío no permite sino el cultivo anual de algodoneros de seda corta. No parece muy probable que los agricultores del Turquestán - boy república autónoma, libre del tiránico EL ALGODON y LOS ALGODONEROS 19 pulso del gobierno de los czares y organizada flllcra ele! rél\'in capitalista ,- vuelvan a dedicarse con la intensidad dI! ana! cultivo del algodón. Pero si esto sucediese, ejercerla !leramente alguna acción depresiva sobre las coti7.acioncs de las Jedas cortas. El Egipto, a pesar de tener una superficie cultivahle muy uefta, gracias a la intensidad y perfección de sus métodos de ltivo, llegó a ocupar el tercer puesto en la producción muntal. y el segundo por el valor de la exportación, pues desde el ¡n-incipio se dedicó exclusivamente a la producción de las fibras W"gas, y detiene siempre el primer puesto en la exportación de .:lS algodones de alto valor, cuyo precio. comparado al de los cc>r- .... ros, aumenta continuamente desde 1916, habiendo 1I<'I>:ado a ser de 2 a 3 veces mayor. Pero la producción del EI-';ipto no au· menta más, ni puede aum~ntar, ydesde 1915'sufrió disminución. El no aumentar, se explica fácilmente por la exigtiidad de la uperficie cultivable, el Egipto siendo un desierto de arena y piidras en toda parte donde no alcance el riego, cuya única fuente es el Nilo. Y la disminuaión se atribuye en bucna parte al empeoramiento de la irrigabilidad del Delta, y en parte también • la degeneración de ciertas variedades de cruzamiento. algunas de las cuales tuvieron que ser substituidas. Aquí tencmos, por tanto, estas probabilidades: no aumento de producción de los al· godones largos y firmeza de sus precios. El Brasil ha suplantado a Rusia en el quinto puesto, desde 1923. Su región algodonera es sin comparación la más grande del mundo. En la primera mitad del siglo XVI el Bl'asil ~r::. 1.::10 de los mayores exportadores de algodón, cuyo cultivo fue intr~' ducido en Estados Unidos más de un siglo después, También se, adelantó de mucho el Brasil a la America del Norte en el establecimiento-de fábricas de tejidos. Esta industria adquirió en el siglo pasado tales proporciones, que llegó a fabricar el 75 % de los tej idos necesarios, en más de cien fábricas, con setenta y cinco millones de pesos oro de capital. De esta manera, absorbió toda la producción, no figurando ese pals en las esta· dlsticas del abasto mundial. Pero la producció rápidamente superó al consumo, y desde algunos aftos el Brasil se hizo pals exportador. El año 1922 ya se exportaron 2600 000 kilos, en 1923, 34 000 000. y se calculó que la cosecha de 1924 fue de un 30% más elevada que la ante· rior, y que la de 1925 tuvo un aumento mayor aún. No hay ninguna probabilidad de que este aumento se detenga. en vista de lo que expuso la Comisión Internacional. y del hecho que ese movimiento se ¡n'oduce Bin ningún perjltici.o 1Ja'ra 108 otr08 20 Dr. MO/SES S. J/ERTONI cultivos mayores. Efectivamente, mientras en el Paraguay el aumento de la producción algodonefa se produjo paralelamente a la disminución de varios otros cultivos principales, en el Brasil ese aumento fue paralelo a un rápido progreso en el cultivo del Arroz, al resurgimiento de la Caña de azúcar, a sensibles progresos en el cultivo del Tabaco, Cacao. Vid, Fruta~ y Te, en la exportación de Yerba :/orate, yen la "reprise" de la producción del caucho, ahora absorbido en buena parte por la creciente in· dustria nacional. Las posibilidades de la producción algodonera ¡lel Brasil son prácticamente ilimitadas. Pues a más de poseer un clima muy favorable, variedades especiales de gran valor, costumbres algo. doneras muy antiguas y una grande industl'ia nacional como garantia par.a el caso de obstáculos internacionales imprevistos - tiene una extensi6n de tierras aptas y un número de brazos también prácticamente ilimitados. Por eso los miembros de las misiones y éomisiones internacionales que lo estusliaron, fueron unánimes en asignar un gran porvenir a la producci6n algodonera de ese pals, y por consecuencia, una notable influencia en los precios. Pero ¿cual será esa influencia? La contes~ci6n parece obvia, y sin embargo, es dificil. Pues aquella influencia dependerá en gran parte de la orientaci6n hacia los algodones largos, o los medianos y cortos. Los espe· cialistas de la Misi6n Internacional, admirados ante la belleza de ciertas variedades indigenas, 'que igualan al mejor egipcio en largura y cualidades., recomendaron con mucha insistencia el cultivo de los Algodoneras. Perennes de. seqa .l¡¡rg~.. Es pro. bable que tan autorizado consejo sea generalmel)~~y lo será seguramente en las regiones de clima más favorable;:BObre todo las tropicales. Pero en San Paulo y Minas, regiones templadas. nreriommar. r.lücnu ia,; \'''r;~';",,''~ extranjeras o indl- . genas de fibras cortas o medijlnas, y éS probable que los Algodoneros.cortos substituyan pocp a poco al Café en las tierras por éste' esquilmadas. Además, este cultivo puede extenderse por los estados de Paraná y Rio Grande del Sud, de clima aún más templado. Por otra parte, la industria nacional hasta ahora prácticamente ha empleado sedas cortas, por el hecho deplorable de que, hasta hace poco, todas las desmotadoras eran de sie· rra, las cuales destrozan a las sedas largas, destruyendo su mejor cualidad y reduciendo su precio de exportaci6n a la mitad y aún a menos. La poderosa industria nacional de hilados y tejidoscuyo mayor producto y uso son los hilos de 12 a 40 para los géneros y costuras de mayor consumo - seguirá empleando algodones cortos y medianos en máxima parte. Por otro lado, la EL ALGODON y LOS ALGODONEROS 111 quema inconsiderada de los bosques y capueras ya ha esquilmado en el Brasil grandes extensiones de tierras, las cuales ya no presentan las primitivas ventajas para el cultivo de los algodoneros de seda larga, En resumen, el Brasil, siguiendo el insistente y unánime consejo de los especialistas, dará notable impulso a la producción de sedas largas, pero a la vez producirá cantidades crecientes de sedas cortas. Pero, como aquéllas tienen creciente demanda y precios relativos cada vez más altos, siendo pocos los pafses que pueden producirlas, probablemente será sobre el precio de los de seda corta que la exportación brasilera podrá influir mayormente. La producción probable de los otros países no puede ejercer influencia mundial sensible. Méjico, que sería el principal de ellos, está completamente invadido por el Picudo (Anthonomus gran di.), plaga absolutamente destructora, y cada vez más extensa, la que en 1921 ya habia reducido a 269 kilos el rendimiento medio de las 113000 bectáreas ,""cogidas. La ya citada Misión Internacional tiene alguna esperanza seria en el Perú. Pero califica al movimiento algodonero de Argentina de mero experimento. Considero necesario reducir a la realidad lo que la prensa vino propagand'o al respecto del cultivo del algodonero en Argentina, pues en el Paraguay muchos han querido presentar a ese pafs como modelo a imitar a ese respecto, cuando al contrario nos presenta el ejemplo de varios graves errores que debemos evitar con el mayor cuidado, errores que iré indicando en su lugar respectivo. De hecho, el rápido progreso inicial .. 'n" ~o_ teniéndose en estos últimos años etre 20000 y 25000 hecoo'.&, ) el verdadero rendimiento medio, que pudo ser de 300 a 350 kg. por hect. al principio(l), bajó a más o menos 270 kg., presentándose ya el caso de agricultores que han dejado este cultivo por ser muy bajo el rendimiento. A esto se agrega que la cali· dad general - a p¿sar de las hermosas muestras premiadas en en Jos concursoS-e¡¡ comercialmente inferior, debido principalmente a su notable falta de uniformidad. Un especialista, el corresponsal comercial del periódico .Manchester Guardian' en Buenos Aires, 'dice que los distritos en que se realiza pueden considerarse potenciales, pero no real..; en cuanto a la clase del suelo y los pronósticos hechos, agrega que los de la prensa argentina sobre la producción son muy interesantes, pero impracticables, a lo menos durante la gellera(1) No bubo control exacto. Se aceptaban las declaraciones de loa pro· pietariol, los que llegaron a denunci:ll' hasta 4000 kilos lXlr hect., o lean 1250 1r:1'. IimpioH BIBLIOTECA NACIOIlAL D:: r-'ClilTURA (EII'A) (Ir. r;c·:~::> s. Be;t~nj Dr. 22 ción actual. MOISES S BERTONI En el interior del país, añade el corresponsal, por el momento las transacciones son algo exageradas, lo cual, uni. do a la casi general indiferencia por la calidad del algodón obtenido y la ansiedad de obtener cualquier cosa que.pueda ,llamar. se algodón, son los motivos en máxima parte. responsables por las quejas que se reciben respecto a la diversidad en el largo de las hebra.~. "El algodón d~1 Chaco se clasifica sencilla· mente, en primero y segundo; de tal modo es casi imposible que compre el exportador de la Argen tina, a no ser que lo haga corriendo un albur de la suerte en cuanto a la calidad. Se espera que el futuro desarrollo de la industria algodonera en la Ar· gentina dependerá en gran parte del empleo local"; pero añade luego: "Como el consumo de algodón es limitado en la Argentina, el porvenir del cultivo en conjunto, depende de su habilidad en hacer que el precio pedido ofrezca ventajas para las hilandenas europeas" (1). Esta última información equivale decir que Argentina sólo podrá exportar su algodón si logra producirlo en condiciones muy económicas que le permitan venderlo muy barato. Tales son las consecuencias de los errores acumulados("). El lector que haya tenido la paciencia de seguir atentamente el desarrollo de este (}apitulo - por más que no se haya podido hacer aquí sino un breve resumen - ya se habrá dado cuen· ta de lo fundamental que es el saber darse una buena orienta· ción, Yde que ésta sólo podrá resultar acertada si tomará en cuenta todas las probabilidades del mercado mund ial, y se so.J1!e~r~, .~r lo p;onto, a su~ exigencias.. En .los capitulos siguien. ~'ra: 'orlentaclón convemente, las eXigencias y la consecuente .6'rganliación oficial y paticular necesaria, aparecerán más clarait\ilnte. \~: Ue LA NACIÓN 20 • Un ilustre agrónomo argentino, autor de Fe~r. 1925. . UD gran tratado del cultivo del Algodonero, CÁRLOS D. GIROLA, advirtió el peligro hace ya algunos añoa. aconsejando oportunos medios para eviwlo. .Nos hallarnos hoy escríbía en 1922 - donde estábamos bace 20 años, eon los mismos problemaa a resolver. con las mismas dudas a despejar ... Si se hubiera ejecutado el plan y la organización aprobada (oficialmente), mejorándola si bcaso, pero no eambiándola sin saber lo que se hacia y In que se debe hacer... )os agriculto· res obtendrían del cultivo del algodonero beneficioa considerablea. Por gran· de8 y numerOS08 que fuesen los errores que se hubiesen cometid(', algo que· darla de bueno, algún resultado se habría alcanzado... Be sabría algo de lo mucho que 8~ ignora todavía, después de más de 20 años de tanteos inirue· tu0808 ...• (E.l CultiCJO del A/6Honero .n lo R. Arlle/?t¡"o. But!nos Aires 1922, página 16). CAPITULO III. . . . CUALIDADES DETERMINANTES DEL PRECIO · _""m W DE LOS ALGODONEROS. , ft elW O PRIMERO QUE DEBIERA HA I.l P.RS E SABIDO. fue precisamente lo último que se 'uro. no diré en el Paraguay, SinO en los granrlrs pai"cs quc nos rodean. La grande inflaciún de los precios dp. . hace pocos afios pudo restar imporlancia a la eues... tión de las cualidades intrinscc"s dI'! articulo: todo valla; lo esencial era producir un algodón cua1'luit'ra. Hoy, esto ha cambiado. y más va cambiando. y maliana nos cncontraremos ante el problema opuesto: Producir bW:tlUli ul!l"r]fJues, o re lIvnciar ",.producir. La Unifonnidad. A pesar de que la brgnra dc la seda sea la condición que mayormente influye en d nrcl'io comercial de los algodones, la uniformidad es una exigcnc-ia m:hl ~('ncral y constante, impuesta a v·eces. importante en tocio:-; los casos. Y fue desgraciadamente la que en el Br"",il y Argcntina mé.: 71".-;· . dada fuera. Bueno es reconocer que su cau:-:a pri'ncinai ~ ~¡ cruzamiento e hibridación - no fue puesta muy .'n claro sino en tiempos relativamentes muy recient"". .' la falta de ulIlformldad en la largura de la fibra .. el má. rulro,o •• los dchct05. Téngase presente que .el comprador dl'he hacer BU precio según la fibra más corta (que entre "n la n1<'7ol'ia), y por esto ellabraclor 'no recibe un precio remunerador llOr su al· godón; pues habiendo Hedas de 20 milímctro" jllllto a otr:\.. de 40 en la misma partida, el precio que obtendrú PSt' prodlldo será naturalmente el que corresponde a 20 mm.•;<A. S. I '''·:I'''E. Conferencia., p. 11). Es decir que, en este caso. d "hn!ad,,, recibirá un precio ínfimo por una partida que en ~u c"llljllllll) "n'sentará muy lindo aspecto, Mientras si apartasl' {'''liS l';:pllllo~ de 40 mm., <el precio de venta (de este aparte) ."ri:. no:I' d('1 doble. (l. c.l. la falta de uniformidad podró llegar a Impedir lo venl •. cIlando baya mucha oferta, De hecho, aun en tit'llll'n~ t!" 1I\'ll'ha de· manda, esto ha alejado del Brasil, p. e.. al.." ""II1"r:lllores de ~ , ~ ~ 4 24 Dr. MO/SES S. BERTON/ las hilanderias inglesas, que preferían comprar algodones menos bellos, pero más uniformes; y ahora, como hemos visto arriba, los aleja de la Argentina. Pues es sabido que'a una partida. conteniendo sedas de 22 a 28 milímetros (como muchas' de las nuestras). prefieren una que no contenga sino de'22 a 24. Y no solamente no aprecian la mezcla con fibras más largas, sino que'. en general la consideran como un defecto, que denuncian a ve. ces con expresiones :irritadas. Esta falta es debida al imprudente cruzamiento de ~ariedad .. y' a la falta de selección de las semíllas, doble error. tan grave como general. En 1922 escribía A. S. PEARCE: En los algodones del Brasil se observa ausencia completa de uniformidad de fibra; ¡ y habiendo visitado más de 1000 plantaciones, puedo asegurar que no encontré 10 en que se haya hecho algún esfuerzo para apartar las semillas; 3 y hasta 5 variedades se encuentran mez· cIadas en-el mismo campo, dando lugar a fibras largas y cortas, ásperas Y sedosas" (1. c.). Pues no es sólo en largura que difieren las fibras de tales mezclas, sino en fil1iJra y sedosidad, lo que agrava el defecto. Igual cosa sucede ahora con el algodón argentino. Igual sucedió en Norteamérica, y hasta en Egipto, cuando no se tenían los conocimientos que hoy se tienen, y cuesta tanto hacer entrar en nuestros países. La largura de la seda: Se puede decir que, en general, el precio del algodón es proporcional a su largura. De manera que, toda vez que las condiciones naturales sean favo. f.~I@.¡¡,. el cultivo 'de variedades de hebra larga es preferible. ~resentan esfas ventajas: la, 'tener todas las aplicacio-. ~ne!l'de 'Ias de hebra corta, mientras la viceversa ¡lO es admisible - 2~, tener aplicaciones especiales en las que son insubstituible!l - ga, téi·~:'~· ~ri' :r.:.~¡".:.:.=z ::'::'h':':::l Y :::.-.::r...:~kJ.l - 4$, ser de mayor rendimiento, SIempre q lt~ \ati cuuuiduut:lS uilturales les sean fa- . vorables - 5~, poseer en general mejores cualidades intrlnsecas, co~o de sedosidad y finura. . La a, Iicación de la hebra corta es universal, pues de ésta es que 3e hacen todos los tejidos corrientes. Pero es siempre la misma. En cambio la hebra larga va recibiendo nuevas e importantes aplicaciones, estando actualmente la mayor en la industria automobilísta. Los hilos muy delgados, que son los números 60 a 120, vienen siendo cada vez más empleados en varias industrias y aplicaciones, y sólo se pueden obtener mediante algodones de seda proporcionalmente larga. La resistencia de fibra es frecuentemente un carácter de la variedad de Algodonero que se cultive. Pero una falta notable de resistencia, solamente' puede ser causada por la EL ALGODON y LOS ALGODONEROS 25 ·mala prepaTación. Asi, p. e., pierde su resistencia <'1 algodón que se haya recogido no perfectamcnte seco de rodo y de lluvia y almacenado sin suficiente ventilación; asi cumo el que se haya extraido a la fuerza de capullos no maduros, y el que se haya enfardado sin estar bien seco. Esto desmerece, y au n puede resultar desastroso. La sedosidad o suavidad es cualidad muy arreciada. Su falta estorba o impide ciertas aplicaciones, yen ",ene"al es un defecto. Parece depender únicamente de la variedad o tipo cultivado. Su falta debe remediarse p<lr una oportuna elección de tipo, o mediante la selección de las semillas. La blancura también es cualidad muy apreciable'. Las regiones en Que el rocío persiste en verano sobre el capullo hasta las 9 a. m., y los aguaceros veraniJes estorban a la recolección, tienen en estos inconvenientes una ventaja para la blancura de su algodón, Que llega a ser más pura y uniforme Que en los paises donde la recolección se opera en un amhiente seco, como en Egipto. Es práctica antigua y muy usual el mojar las telas y exponerlas a los rayos solares más intensos para hacerlas blanquear. Lo mismo pasa con los capullos abiertos en los paises de abundantísimo rocío e insolación muy fuerte como gran parte del Paraguay y Alto-Paraná. En cambio, el aire muy seco, eon poco o ningún roc~o yel consecuente polvo atmosférico, con la otra consecuencia, que es una menor insolación, no es condición favorable a la blancura. Pero la blancura pierde su .entaja si no es uniforme, Laralta '.le UJl;¡vlll1i~i:lci, cuando no se trate de manchas. es defecto de ciertas variedades de Algodonero, natural, o debido a cruzamiento inoportuno o casual. En cuanto a las manchas, la causa principal es la Chinche Algodonera, insecto muy común, Otras Iltonosias las pueden producir. Los··aguaceros violentos pueden hacer saltar la tierra, ensuciando a ios capullos bajos. El algodón manchado puede ser recogido, pues tiene sus aplicaciones. Pero es necesario separarlo rigürosamente. De donde se infiere la necesidad de que al recoger ya se separe el algodón en tres clases. Con el manchado se debe poner también el que esté sucio de fragmentos secos de la infiorecencia u otros, lo Que sucede con frecuencia cuando se demora la recolección, o el recolector no es hábil. los precios de los algodones de hebra largo, "c1ativo7nente a los • La perfecta blancura. Esta ha hecho prt'fcrir por los industriales. • "('Ces, algodones muy cortos y aun rugosos, como el dt'1 Dahomey, p. e" roo el cual obtubieron en Francia algunus hilados l'iupt'ríore~ a los del corri. tnte algodón norteamericano. 26 D,. MOISES S. 8ERTONI de los algodones cortos, han venido aumentando en la forma que indica el cuadro siguiente, que deduzco de las estadisticas más exactas ': PRECIOS MEDIOS EN LIVERPOOL Años 1894-1899 1899-1904 1904-1909 1909-1914 1914-1919 1919-1921 1920-1921 Fibra corta I(1st Unidosf Indias) 3,38 5,02 5,34 6,56 11,96 15,87 10,05 Fibra larga (Egipcio) Absolut-o--¡- Relativo 5,22 7,40 8.85 10,53 19,63 45,34 30,34 155 147 166 160 173 I • JOHN A. TODD: 711. WorlJ. ColfOll Crop y Supp/i.. Loe precios &00 en peniques por libra. I 286 302 0' R. . CottOll. La última columna indica el precio del algodoo de fibra larga. siendo 100 el del algodón corto. La taita de datos completos me im9ide de tontinuar el cuadro hasta hoy (1926). Pero toIlIta que la diferencia a layar de la seda larga le ha mantenido. CAPITULO IV. ESPECIES Y VARIEDADES. ENSAYO DE CLASIFICACION METOmCA DE LOS ALGODONEROS. NA importancia práctica notable tiene todo estudie relativo a la clasificación botánica de los Algodoneros; y si posible fuera llegar ya a una delimitación exacta, natural y definitiva de todas las especies y variedades, ésta presentaria indiscutiblemente el mayor valor práctico, al lado del cientifico. ha razón de esta importancia tan especial, la veremos más adelante al bablar de la bibridación y cruzamiento, fenómenos que en este género de plantas producen consecuencias muy especiales, que en agricultura pueden llevar al triunfo o a la ruina. y de hecbo a ésta han llevado mucho más frecuentemente. Hasta la cuestion jerárquica - de saber si una forma dada es especie o variedad tiene en este caso una importancia particular, cuando en otroa, y muy generalmente, es en la práctica indiferente. Pue. '.'~"~ lIlOll como la hibridación entre especies es de consecuencias in· dustriales distintas a las del cruzamiento entre variedades, formas o tipos. De modo que, al querer introducir un Algodonero nuevo, es necesario poder reconocer previamente a que especie o variedad botánica pertenece, para saber si conviene con relación a las variedlldes que ya se tienen. Y no es menos necesario el saber, si dos formas que se cultivan en la misma localidad, o se pretende cultivar en ella, pertenecen a una misma especie, y aun a una misma variedad, o bien son distintas; pudiendo en este último caso ser más o menos parecidas (afines), o muy alejadas una de otra, en cuyos casos el juicio será muy distinto. El problema, para una solución clara y completa, presenta todavla algunas dificultades y varios puntos obscuros. De las dificultades, no es la menor la insuficiencia de las descripciones, extrema y desesperante en los autores antiguos, cuya prioridad, por las leyes de la nomenclatura, debemos no obstante 28 respetar. Otra. probablemente la mfts grave. estft en que la mayoría <le los aulores - en al~l1nos casos cuando meno::; - ha cstablccillo su cl:1sificación y de5cripción sobre simples muestras de heruario. sin poder examinar las plantas vh':ts (:11 su ambiente natural. Y en este género. las muestras de herbario - de venir de un paí~ árido o de uno muy húmedo, o de terreno muy pohre o muy fértil. o provenir de una planta joven o de otra de varios mios. o por fin. del vigoroso retoño de la poda. o de las. ramillos de un arbusto viejo - pueden presentar tales diferencias, flue no solamente del mismo tipo. sino del mismo individuo pu(·den salir falsas variedades botánicas. O subvariedades aparentrmcnlc muy distintas. La elasifica~:ión y la nomenclatura botánica de los Alg-odone· ros no tm·jeTon suerte, y parece que aun falta mucho para que sean delinitivas. LINNED, en su edición capital de 1753, establece 3 especies; pero más tarde admitió otras d~s. y WILDENDW, en su edición linneana de 1800, ya admite 10. No tarda· ron en agreg:írseles otras más. y elevándose al rango de especies simples variedades y aun fonnas instables, Ilegóse a dos o tres docenas, y aun 54 supuestas especies. de las cuales, a veces sería posible encontrar 2 o 3 en el mismo individuo, según su estado. su edad y el medio ¡lmbiente. Por fin, queriendo poner ténnino a este desorden, SCHUMANN, en la grande obra magistral ,Pjlarl2e1¡familien. pasó al otro extremo, reduciéndolas a 3, y ~un a 2 solamente. Hubiera sido ésta la última palabra de la ciencia oficial, si poco después, el mismo ENGLER, director de esa ob~1l, no las hubiese vuelto a elevar a 5, y si jlll{Unos .autores máS recientes aunque de menor renombre, no hubiesen indicado . , los.inconvenientes de aquella severa reducción. - ., Lo cierto es, que las especies generalmente admitidas muchl) se parecen. No pstaría muy fltera de razón el ('{\n~;{I~l'~rJ~R tn~ das como subespecies, de una especie linneana única. No dudo que, si Linneo hubiera conocido todas las formas intermedias, no hubiera admitido sino una sola especie. Pero el proceder asi, o como SCHUMANN, no conviene desde los puntos de vista fisiológico, geográfico, genético y cultural. Por tanto, no seria natural. y en la práctica agricola, así como en la técnica agronómica e industrial, resultaría inconveniente. Considero posible que se trate de un congÚl'me1'ado de espe. cies, que el cultivo universal ha complicado y hecho casi inextri. cable. En eso tendria su origen - por hibridación desordenada - la multiplicidad. multifonnidad y la instabilidad de los productos del cruzamiento. En este caso también. una reduc· ción excesiva' de tituladas especies no facilitaría la solución EL ALGODON y LOS ALGODONEROS Z9 del conglomerado en elementos originarios. Por otra parte, la diferencia entre especies y subespecies resultada prácticamente insignificante, y aun carecerla de verdadera importancia desde el punto de vista cientlfico. Y desde el genético - que tanto nos interesa por la cuestión capital de las hibridaciones y sus consecuencias en los Algodoneros - no habría casi ninguna diferencia. Advierto que he tenido muy poco tiempo - relativamente al que hubiese necesitado ._- para construir el cuadro siguiente. y por esta razón, como por el objeto principal utilitario de esta obrita, me preocupó prindpalmente el estudio de las especies y variedades neogeas, de.iando para mejor oportunidad varias cuestiones y detalles referentes a las asiáticas, polinesias yafricanas. . . Mas, cualquiera sea el criterio que se adopte, en la delimItación de los Gossypium en especies y variedades botánicas, no debe predominar nunca en eso un carácter solo, ni ciertos caracteres de elección, sino el conjunto de todos los caracteres. y de este conjunto no debemos excluir a ninguno porque nos parezca de poco valor, porque el valor de un carácter siempre es relativo, y puede variar mucho de un grupo a otro. Por eso - contrariamente Iflaopinión de un pontífice de la botánica - no creo que se deba aceptar la separación de un grupo de variedades americanas del G. religiosum [,. para unirlo a la especie asiática G. herbaceum, porque la semilla de tales variedades presenten mayor o menor pelusilla corta (lanuf/o); pues es un tr&Slado que repugna a otros caracteres botánicos, y al C".' ~",,,,. geográfico - que tiene influencia genética indiscutible - asl como a la técnica industrial y agrícola. Agrego otra razón, que es la prMencia, entre los Algodoneros, de un gran número de hibridos de todos los grados: Y precisaq¡en te, en el caso citado, la presencia de mayor o menor "estidura de pelos cortos en las eroillas es caus:¡.da - almenos en muchos casos - por la hibridación, lo cual puede ser demostrado experimentalmente. G08sypium barbadense L. Sinónimos; G. suff1'uticos1tm BERTERO (non TODARO); G. glabntm LAM. G. vitifolútm CAVAN. (non LAMARCK). Nómina vulg.: Sea Island, Perenne, Arbustivo, Barbadense, Egipcio, Georgia Largo. Arbusto perenne, de na 4m. de altu1'a, con ramificación ab'ierta o muy abierta (patentísima), glabro o de muypocapilosidad, esparcido dc glándulas puntiformes. Hojas de 3 a ti lóbulos, el! corazón 1IIuyabie'rto (late- 30 co'rdata), de Jo 5 nervios; sobre II 11. peciolo ele longitud úifel'iur al l-imbo; las extremas inferiol'es y superioTes intt'9ras; lú¿ulos .'<ie-mpl'e Imu'eolados. Estípulas de las hojas Ú1Ü'[JI'US o laciniadas, erecto-patentes, arqtwadas. Pedúnculo más ¿,'e're, o en longitud ca.si igual al peciolo. IIlt'óll/cl'O ca'lenlo grandc, 4 a 6 <;111. long., po'r 3 al, cm. tle al/Gil nra. Flurcs amarillas con el fundo eolOl'ado atro-pltrpú reo. Ova"io o-val-"edúlIdeado; cápsula algo aeuminada, tan alta como el invólucro. Semillas pequelias (5 a 8 mi/l.), libTes, negras, sin pelusilla y limp':as, 11110 vez separadas las hebras, que son muy' largas (3~ a " 51 cm,), ji11.ísimas y suaveme'lte sedosas. Cotilédones con pW/llos amarillos, Gl.ándulas nUlyo1'es: 3 al invóluau, 1 (a 1:CCCS J) a los nervios de las hojas. Patria de origen: Antillas y costas del Mar de Caríbes. Cultivado especialmente en Antillas, América Central, Sea Islands, Georgia, Egipto. VARIEDADES: 1 varo maTitimum (TOD.). Sinón., G. maritimum TOD. (como especiel. Ca....aeteres de la especie, ut supra. Semillas muy peque"as, pcs(t1Ido 1 decígramo, absolutamente sin pelos cortos, cpn hebras de ~;¿ a 55 mm. de longitud, extremamente fi7UL8, blancas. Nomina vulg.: Sea (sland, Georgia Largo. Culto en 1¡J'>.:/!,n!JlIas y pocos otros países cerca del mar. . .":':":·.No fue aclimatado en el Brasil (A. de ANDRADE), ní en Paraguay. MORONG yerra al llamar G. maritimu1n Tod. al que encontró semi-silvestre en el Delta del Pilcomayo, Islas del Aquídabán y ru~rw ~\¡un.iujL;';. ..a.;<.;:. ~;;¡,.c C~ C:. religio8u;ln L., que· herborizó también el Dr. HASSLER. El n9 33 de G. NIEDERLEIN, hallado.en Misiones, provenía de antiguos cultivos, y no es Sea Island, ni probablemente pertenece a la especie G. barbadens" L. aunque M. GÜRKIl (MARTIUS.•Flora Bras.• ) lo acepte como tal. II fa. g/abTatum (TOD.).. Sinón.: G. glabratum TOD. (como especie). Forma completamente glabra o lampíña. III varo Jume/ianum (TOD.). Tipos egipcios derivados, de hebra amarillc?,ta o lltás o menos colorada (le(mada), y algo alterados por o,daptación o hibridación. Tales los tipos Jumel antiguo, Majo, Ashmouni, etc. . IV fa. Aba•• i m. Tipos egipcios de hebra blanca, de 27 a· M mm. long. Derivados en parte de 10sJumel. recruzados con Sea Island. Tales son: Abassi. Abiad, Mít-Atifi Long Staple, Ya- EL ALGODON y LOS ALGODONEROS 31 nnovitch, Assili, etc. V varo "r"ctum m. Tallo erguid,o. derecho, de rama.. coro /1Ul y aspecto semejante al del Combo o Quiabo (H ibisct~, esculentus) 3 m/!tros. Mutación aparecida en Egipto. Nom. vulg. Bamiah. VI fa. spurium m., ad lnterim. Acervo. Formas derivadas esencialmente de la varo G. b. marUimum, con estos caracte· res comunes: hebra más corta (generalmente 30 a 40 mm" l. algo mda gruesa y menos sedosa; semillas mú., grande.. (generalmente 8 a 11 mm. Umg.), algo lanuginosas o con alq",7tOs pelos cortos adherentes. Pubescencia 11 divi..ión folia.r variabliJ. Se encuen· tran cultivadas en casi todos los países donde el Sea Island fue i"traducido con el fin de aumentar la longitud y valor de la hebra. Casi siempre bajo los nombres de Sea Island, Goorgia Long Stapie y Egipcio, que generalmente llevan con poca propiedad. Tendencia a degenerar. Tales. el Sea Island de Rio de Janeiro, el Pernambuco, el Sea Island Egipcio, el Gallini (Egipto) y muchos otros menos conocidos. VII varo CarauonicaX. Híbrido que tuvo gran renombre hace unos 20 años; pero fue degenerando. Según s.. asegur6,es G. barbadensexperuvianum. Swb.arbóreo, robustf.simo, fertiHrimo; hebras de muy diferente longitud en la misma semilla, o ca¡mllo, o planta; f.aci.a y sedosa, o bien, crespa y lanosa. Obtenida en Australia. Goss:ypium ,eligiosum L." Sinonimia: = G. arooreum AUBL. = G. arbóreum G. peruvianumCAv. = G. ac-uminatum Rox1l. = G. brasilianum SLOANE. Vide infra, la sinOTi¡;;~ ;;. correspondiente a algunas variedades o grupos. Nómina vulg.: Perenne, Peruano, Criollo, Brasiliense, Riñón, Rins de Boi, Kidney. Pierre, Marañón. Mocó, Mosoró y Algodóí. VELL. = • Bajo este nombrp. recon!ltituyo la especie. por tantos autores ya rp.coaoelda (aun posteriormente a la separación que de ella hizo un gran botáDico) por considerarla homogénea en el conjunto, aunque se divida - bajó eierto punto de vista - en 2 grupos naturales. Las razones que ENGLER tuYo para 8eparar al C. "ligio.um del C. peruuianum C,\.V. e incluirlo en 8U C. A.t-6óceam. no resultan suficientes. pues se hM3n en caracteres mú bien teeU.ndarios, que además variaD notablem~nteen los tipos que no 80n de una pareza absoluta, vale decir, en la gran mayoría de los casos. Loe Uplands (G. ,.¡....atum) presentan también y muy frecuentemente f1"1ror pelos muy adherentes_ Por otra parte, varios tipos del C. 6orbo.JClln.. - huta el mismo S.. r.lud - pueden presentar raros pelos cortos, aunque lftÚ racilmente separable~. Es lo que se observa. por ejemplo. en el Alg. clelM.rañ6n (G. reii6io.."n ac.minGtum), tan cultivado en los Estados braaile- BIBLIOTECA NACICht.l 1):; AG::ICUlTURA (B!IIA) I)r. Moisés S. Bertool 32 D,. MO/S,S S. BE:RTONI --- "A 1'/;'uslo O árbol; '-dl!:i a; G Tir. dc altura, uc:.,lalltc erguido; ramos p7ime1'amentc erguidos (erccl,)s); }Jubescente, peludo, o glabrescente, sembrado de gla mIa litas p1"ilijin-¡nes pwrpúreo-ncgras. Hojas de pecivlo de 'igaal o mayor longit1¿d que el limbo, dc 3 a 5 d¡:vlsio'nes y 5 a 7 nervios; divisiones <lóbulos) aovadas con lJ"ll1ll.a ayuda u oval-acuminada, u oval-lanceoladas, siempre anchas, fOl'mando un limbo o palma aco1"azonada; de corazón cerrado; 3 glánd1tlaB en la faz úifcriúr sob7'e los 3 nervios centTales. Estípulas lanceoladas ú NlIeal'cs, ínteg1"al!. Pedúnculos bre1'es, mucho más cortos q/.re el peciolo, erguidos, Invólucro con 3 glándulas, gl'ande como en la especie precedente, de lacinias generalmente más numel'osas y con los ápices remachados a la m.ad1¿rez. Pétalos como los del G. barbadense, pero exterwrmente pubescentes. Ovario oval-acuminado, punteado como el estilo. Cáps'ula aguda y muy mucronatla. Semillasfrecuentl,mente reunidas en un grupo cerorado (¡'ú1ón), o libres; con hebras largas y sedosas como las de la especie precedente, que se separan fácilmente, pero dejando pelos mucho más COJ'tos y adherentes, que lW obstante, lW formanun.a verdade¡'afelpa (excepto en los tipos impuros). . .. Especie sudamericana, encontrada en estado al paj;éééi·silvestre en Brasil, Paraguay, Perú y Gllayanas; cultivada por los Indios Guarañíes,1'eruanos, Chibchas, Aruakos y parte de CaralbeS;Q'gde muy atig-uo; actualmente preferidc. en toda ¡aparte calie~~'? ,l~ ':'.1~~~'''­ Ac;,~.~poco cultivada en otros países. . 'VARIEDADES: VIII varo peruvianum (CAV.), str. s. Sinón, Gossypium peruvianum CAVo (como especie). Es la forma que se acerca ros del Norte tA. de ANDRADE}; así como en el mu"~linum. otra variedad del G. rcliaitUam. En cambio, las variedades qu~ pertenecen verdaderamente al C. herbáccum presentan la semilla cubierUl. de una verdad.ra ., den.. t.lp. de pelos cortos muy adherentes. Por otra parte, ni el C. re/i6iCMum stricto aeosu puede ser reunido al G. h.rbác~um, ni el G. pcruvionam str. s. puede 8~r anexado Id G. hGr6odc.... sin introducir confusión, y una gran dificultad, sino imposibilidad d~ c&l'8c· terizar y delimitar suficientemente D. estas 2 grandel:l especit's. U ALGODON y LOS ALGODONEROS mds al G. oorbadcnse; las di11isio1wl de la.~ hojas son bastante lan- _ladas (late-laneeolata) , ¡'-ccuenwrnente glabrescen.tes o la'rnpi/\as; las sernüla¡¡ son casi iotalmente desprovi3tas de pelos cortos o tienen. muy pocos, y s'u hebra es de bastante lon.gitud. Es el G. religiosum PARL., lámina; esta lámina puede ser comparada con la de GORKE (en MARTIUS FI. Bras.) que corresponde al G. bm-baderule L. ; ambas son muy fieles y dan una idea bastante exacta de la diferencia entre las dos especies, no obstante la analogla indicada - El Peruana típico es muy resistente a la sequia. Se prefiere en el Perú (Piura, etc.); algo se cultiva en otros paises, inclu8ive las Islas del Mediterráneo (Baleares, Malta, Santorin) , no necesitando de una temperatura muy elevada. IX varo uitifolium (LAM.). Sinónimos: G. vitifolium LAMARCK l,y STo HlLAIRE, .Ft Bras. Merid.• ), como especie, y G. l"itifolium (CAV.)? idem. Variedad importantísima.' PecWlo alargado; limbo foliar profundamente acorazonado (optime strieteque cm'dato), S a 5 lobos, 5 a 7 nervios, 1 aJ-gla71dtLloso, glabre8CC1Ite, con similitud al de la Vid (Viti3 vinlfera). Pétalos de base marcada por mancha intensamente purplÍrsa, sulfúreos, por marcescerteia pu'¡nlrascentes. Semillas libres, minúsculas o mtnimas, 11.0 lanugin.osas, con hebra muy blanca y fina, de lon~ !ud mediana o ma¡¡pr. Tropical. Convienen la.~ 2 subvariedades naturales siguientes: X subvar. lI"riJo"n." m., subvar. n. Nom. vulg. Mocó (mbokó). Caracterización general de la variedad (No IXl. SemilJ.tu mUlIlwre8, casta'lo-.tegras, muy peqtte1ias (4 ¡J(}r 7 rnm.• pesando un decigramo), limpias y l,iBas una ve< separada la hebre;.. ~:: ~::: tiene 40 a 50 'nm. de longitud, y es sumamente fina (17 ,nii=",,,. de mi1tmetro de grosor) y muy rC8i3t.ente. La cáscara o piel de la semüla se di3tingue por ser más delgada o .fina r¡,.te en las demás variedades, mientras la almendra es la· de ""'llar. proporción relativa (67% del peso). La hebra es tan fina, que no obstante su gran largura, sólo representa el 24';;' del peso del algodón con semilla, y aun el 23~ %, pasándole en esto al Sea Island. Cau_ sa la limpieza y finura de la cáscara, el aceite puede ser extraído por simple compresión, como en el Sea bland. y representa la rara proporción del 23% de la semilla entera Cultivada desde muy antiguo por los Guaraníes y desde el primer cuarto del siglo XV por los Portugueses del Brasil: actualmente es más cultivada en los estados de Rio Grande del Nort('. Parahyba y Ciará. Las imprudentes o involuntarias hibridacion"ó hacen que actualmente sea muy dificil encontrarlo puro. En el valle del Seridó (interior de Rio Grande del Norte) es donde mejor se conservó y predomina. Ss tropico.l; '·r_,;.~te {a "OJ"fOl; IJl'llduce:t a 34 Dr. MO/5ES S. BERTON/ 9 vece¡¡ .nás que el Sea lsland, 1/2 '/leees má" lJue el ellipcio. XI subvar. paTaguaT;ense m. subvar. n. Criollo Paraguay. Caracterización general de la variedad (N9 IX).. Distinta por sus peciolosfi'eC1IC1lte?nente más largos (:20·::;0 cm. en 1,1. jÓ'/lenes) que la anchura de la hojas (l5·f!2 C1n. de lat., ibidem) ([/te es trío glandu/<>sa;por los ló/mlosful'icl?'esnoÚlblem.ente ,n¡¡c'ronados; po'" el iTI'Vólucro ,·.tativamente b"C'Ve (longitud 9·4 Cfll.) y de bráctea., numos amplias (f-9 C?n. de lat.); por el estilo más p'rol<>ngado y sobresaliente y sembrado de plintos pnrplíreos inclusive SllS lóbulos; por SUS sC1l,illas, que presentan un minúsculo pincel-ito de pelos lanuginoso.• muy cortos y algo leonados (fulveseentes); y pOr 811 hebra relativamente corta, aun']ue de mediana 101lrrit1,d, densa, sedosa, 'muy "esistente y de un blanco muy pm·o. Cultivada desde muy antiguo por los Guaraníes del Sud, especialmente en el P~ subspontánca en varias partes pero frecuentemente impura. Es tropical y.""btropieal; resiste más a lluvia y a la humedad del aire que a la seqnía.; prefiere tiC1-r08 natu1'Oles muy fértiles, donde puede llegar a la producción máxin'LU de todo el género. Actualmente, parece que s610 puede existir pura entre los Indios de raza guaraní y en el Norte del Paraguay. Puede ser considerada como buena variedad botánica. XII varo mustelinum HORT. Sin6nimos: G. religiosu,n L. (Syst. Veg. 522) • ; G. religiosmn ROXB. - Distinta por su limoo foliar frecuente?nente 9·lobo y la hebra color pardo, desde leonado hasta color café, lanosa, densÍ3Íma, y de 25 a 9Q mn.. Planta casi lampiiw.(glabra) , n a9 met·ros. S=iUa de 10 altmm., no lq,ll:Y41j.nosa, o sea sin felpa. pero con algunos pelos adhere1ltes. SU'~¡i.inérica tropical, Perú, Alto Paraná, principalmente Brasil". N61Ílina vulg.: Mandiplhtá(Paraguay), Pardo, Fulvo, Ganga y principalmente AJg'3dó¡ (BrasIl). Cultivado en toda parte por ,~~ T·~..iios Guaraníes, y comercialmente en en Noreste del Brasil :t ~ C" ú.. Introducido antiguamente en Asia. XIII varo CTóceum (HAMILT.) = G. cróceum HAMILT. = G. relil/Íosum lana pallide crócea WILLD. lJI 806. Hebra corta, azafranada (amarillo claro). Limbo foliar grande, gener8tmente di'lfidido en 9 lóbulos, con 5 di'Visiones en las hojas más grandes solamente, pero con 1 sola' glán4ltla. Glabrcscenie - Posiblemente es 5610 una forma de la varo precedente. Sólo el cultivo en idénticas rondiciones lo dirá - Brasil Asia. -«Algudao amarello', iGelbe Baumwol1e., etc. . __o • SWARTZ, .Act. Holm••, 1790, p. 21 & .Sp. PI.. 111. 806. •• El Prof. GREEN la encontró en ~8tado silvestre cerca de Caic6(Esta· do de Rio Grande do Norte), donde ya fuera enconlnda 100 años antes por otro botánico lA. A. dc ANDRADE, O. c. 196). EL ALGODON y LOS ALGODONEROS 35 XIV var: monosperma, m. ad int.- Nom vulgo Quebradi"ho, Quebrnrlizo. Di3tinta por sus semillas, reducidas a muy sola, li..a y negra. Hebra corta. Cultivado en el Norte y Noreste del Brasil. Cualidad apenas ",¡n¡lar, pero productiva. Fáltanme datos para cacterizarla deLidamente. XV varo brasiliense (MACF.) - Sinónimo G. brasilie?Ule IACF., como especie = G. acl.I.,winat117n AUCT. N6mina vuJ.: ¡_ón, Rins de Boi, Kidney, Pierre, Arbóreo, lnteiro - Distinta por presentar las semillas reu.n-idas en dcnso grupo, 8/J'mejante a Hn riMn, o a los cascabeles de u.n Cj'6talo; li-mpias dc felpa, pero roll pocos velos adherentes cortos. Planta muy rollllsta, arbórea. Hebra baslante laTga (92 a 36 m,n.) -11 uniforme, ""'I/"esisten,te, fJ'!1'o algo áspera. T1'Opical. -Muy cultivada en el Brasil, donde se la prefiere para la indústria doméstica, por ~er muy fácil deacarozarla con rodillo, sin romper.la hebra, que es muy fuerte y de largura igual. Preferida desde antiguo para la confecci6n de hamacas. Se paga un 20% menos, por la mayor proporción de semillas, descuento compensado por el mayor rendimiento, pues es muy productiva, madura desde los 4200 grados, y resisle mejor a las enfermedades. La plantaci6n dura 10-12 años, pero produce menos desde el 40. Para la exportaci6n a Inglaterra no se le estima mucho, debido a la asperidad de la hebra. Brasil, Puerto Rico, Jamaica, Cuba. XVI subvar. apo.permum (SPRAGUEl. Sin6n. G. 'brasi/' MACF. varo aposperm'um SPRAGUE. Nom. vulgo Cáuto, CAuto Tree Cotto~ - ~·.!b·!?.·:i~~aJ. üt:i ;JH::\.\:~'ClI~C, "';'ct que se di3tingue especialmenl-e por la l-impieza de /.as sem-ttf.a8 (clea... 8eeded), gran resistencia a la sequia y una -/,0.,'0. adaptabilidad a 108 terreno8 muy calcáreos y dUTos. Netamente perenne y muy productiva, en terrenos regulares puede producir econ6micamente duranle buen número de años, habiendo dado, en terrenos calcáreos duros y áridos de Jamaica, impropios para otros cultivos, de 240 a 300 kg. de hebra. Descubierta en los matorrales de Cuba, donde es silvestre, por W. W. Vl'HELER, fue seleccionada en Jamaica e introducida en Puerto Rico. XVII varo acuminatum (RoxB) "" G. aCluninatum ROXD. (como especie) - Nom. vulg. Marañón, que le corresponde propiamente - Distinta poT las divisiOlle.. foliares, termi1UUÚUl en pv.nf.a estrocha y alargadas; también po1. las semillas reniform.es, cuya f0T1l1a recuerda las del caje. La3 hebra..~ son de 28 a 92 m., y se separan fácilmente, dejando,l" semilla limpia, con raros pelos adherentes. Cultivada en el Norte del Brasil, donde parece que se ha encontrado silvestre. Otro tipo de ese país, l1a- ,.,'n,' o, .egú.n se afirma, 1 36 Dr. MOISES S. BERTONI mad~ Mosor6, podrfa ser un híbrido de esta variedad. XVIII val'. frútescens (PLUK.)? Variedad dudosa; hoja.. mayo,'es a las de la Vid, según PLUKENET, que observó sólo plantas «anuales", que supongo serían de 1 año de' edad. 'Anti-' Ilas. ." XIX val'. racemosum (POIR.)? Variedad dudosa, aunque aceptada por TOOARO (naturalmente, como especie). Las flore3 en racimos podrían indicar una simple forma aberrante. XX val'. • y/vestre m. val'. n. 'Algodonero silvestre del Paragua:i. Es un fenómeno general en as p antas cultivadas, que a variedad que por abandono vuelve al estado subspontáneo, adquiera caracteres muy semejantes al tipo verdaderamente silvestre. Por tanto, la cuestión de si el Algodonero de que trato es verdaderamente natural, no tiene mayor importancia en el caso actual. Planta menor, reducida en casi todas 8'lUl partes. Hojas trila/nt/ares numerosas, frecuentemente con 1 glándula sola, pubescentes. Cápsula. pequeña; semillas relativamente grandes, de hebra C07-ta, áspera y a veces de 'un blanco impuro, más adherente, quedando algunos pelos cortos frecuentemente Uwnn.dos. Herborizada por MORONG (como G. marltimunt) , HASSLERyyo, resp. en el Delta del Pilcomayo, Concepci6n, Puerto Murtinho (Matto Grosso), 'Chacol e islas cerca de Colonia Penal. ~.", ..Gollllypium pubescens SPLITG. Algodonero Silvestre' ·del Pará o Herbáceo del Surinam.· Fruticoso o arbusto de 0,80 a 2 metros. Ramos purpúreos {JJOT (J¡IYl~oximaC'ién de las glandttlitas puntiformes ?), muy peludós cuando jóvenes. Hojas de 5 a 7 lóbulos," algo cenicientas, inferiormente velludas, con 3 glá'ndulas so.(¡,.fi i:Js nervios y puntuación purpúreo-negra; lóbulos laterales auriculiJormes; peciolo breve y peludo. Stípulas lineares. Invólucro de brácteas inciso-dentadas. Cáliz integérrimo, brevísimo. Flores (pétalos) purpúreas (siempre?>. Hallada en las Guayanas, donde se cultivaba como curiosid.ad, fue más tarde encontrada en su estado silvestre en el Pará - PARLATORE y GÜRKE creyeron ver en ella alguna analogía con el Gossypium arbóreum, aun considerándola especie muy distinta, como K. SCHUMANN y otros confirmaron. Veremos al hablar del G. arbóreum L., que existen analogías evidentes y sugestivas. EL ALGODON y LOS ALGODONEROS 3., Gos.ypium arbóreum L. Sinónimos: G. nigrum HAM. G. rubicundum ROXB. = G. rub1"Um FORSK. Nom. vulgo Algodonero arbóreo, que no siempre le conviene. Planta de 1 a 6 metros, arbórea, fl"Uticosa, o anual subherbácea, de tallo generalmente erguido y ramas peludas, freC'!tentemente rojizas, como los peciolos y nervios. Peciolos peludos, mucho más cortos que el limbo. Limbo de la hoja muy ahierÚlmente palmada y acorazonado; dividido en 5 o 7 lóln¿los angostos y lanceolados; separados por senos obtusos, y éstos a veces po1. un lobulillo 11t·uy b1·eve. Brácteas del inv6htcro de dientes cortos y un poco remachados, perBistentes. Cáliz sublobado. '. Flores relativamente pequeñas; de pétalos purpúreos, rojos, rosados, blancos o amarillentos con una mancha a la base. Estambres poca mayores que el estilo. Cápsula aovada, agud,/)" generalmente colgante a la madurez; 3 a valvas, con 5 o 6 semillas amarillentas, angulosas y vestidas de algodón blanco. Las numerosas variedades difieren mucho en cuanto al producto; la hebra es larga, mediana, o corta, y más o menos abundante. Pero casi siempre es muy blanca, r;;;:;;~:Cr.t;: y fina. Mas es muy adherente, lo que dificulta al descarozar. Contrariamente a la opinión de Engler, quien la supone africana, esta especie par~e indígena de Sudamerica. Los botánicos exploradbiJs' POHL, PETERS y TAMBERLINK la citan como silvestre en el Norte del Brasil. Las analogías evid::mtes con la especie anterior (G. pubescens), indígena del Pará, corroboran a este indigenato. GARTNER, FOSSEL, BLANCHET y MARTIUS, la encontraron cultivada (seguramente desde antiguo) en el Noreste del Brasil; muchos otros botánicos, en Minas Geraes y Rio de J aneiro (A. de ANDRADE), Y JUMELLE afirma que fue en este país y en China donde fue más extensamente cultivada, mientras en los otros países lo fue un poco en todas partes, pero limitadamente - Es especie tropical; pero se adaptó * 38 en Asia a climas subtropicales, produciendo variedades subherbáceas anúales o de cultivo anual, aunque de me· nor rendimiento. VARIEDADES: La multiplicidad de los países en que fuera desde antiguo introducida - l¡ls grandes diferencias de clima y de terrenoel nÚln.ero elevado de botánicos que la estudiaron, principalmente en Africa y en la India - asi como otras circunstancias que facilitaron la multiplicación oportuna o excesiva de formas admitidas y de nombres _. hicieron consignar de esta especie, en las obras de botánica sistemática o aplicada, un gran número de variedades o tipos más o menos diferentes. Empero, como mucbos de esos tipos fuesen mal limitados, mal descritos. o imperfectamente caracterizados, o establecidos sobre caracteres insuficientes como el color de la fior o de la hebra. resultó no poca confusión, que con los limitados recursos de que dispongo fuera imposible poner en claro. Y apareciendo muchas de tales variedades como pretendidas especies. que pocos o ninguno de los grandes botánicos aceptó, y otros a especies de todo punto inaceptables, es razón para que yo no juzgue útil el ofrecer aquí una enumeración escueta, que de poco serviría. y eventualmente podría aumentar una sinonimía ya muy recargada·. Siendo otra razón ésta: que para nuestro caso práctico tal enumeración de nada serviría, pues creo que ninguno de esos tipos se ha de introducir en estos países, por no presentar ventaja sobre los ya etJull)ej'ado~Y'losbuimos que más adelante indico; siendo sigl\l"1lcativo que en' el Brasil, donde se cultivaron en otros tiempo los mejores, en su ambiente natural, sean hoy casi abandonados.. Lv.., ~ ... 11"':"~'", u'.:'.:. lL..q~,":r ~ ... ~ ...:¿...J;... .......elen ser naturalmen:' te tropicales como el arb6reum (BELLON.), el Roxburgii (TOD.). el cérnuum. el bani de la India. elobtusifoliurn, el soudanemepor tanto. deben ser muy sensibles a nuestros fríos. Otros son poco productivos. o de seda corta y sin ventajas sobre el G. hirsutum. o económicamente poco conocidos: tales el G. a. tw.nking y sus otras formas húnalayanum y rubicundum; el assámicum; el negll}Ctu'm y el t'óseum, varo subfruticosas de la India; el albijlnrum. de flores blancas que enrojecen al mareh,itarse; el sangufneum. el cifricanum y el Wighti<l.llurn de Africa, y otros más.·· • Por esta ruón ('.f'lnsi~o Jos siguienf.toJ" nombrl:8 t;in d del Autor. •• TiJXMl a los que correRponderían los N08. XXI a X:XXVII. EL ALCODON y LOS ALéoDONEROS Gonypium herbáceum L. Esta especie siempre fue conocida con este nombre que no le convenga más que el de G. arbóreum a la respectiva especie, pues, como el G. a1'b6reum, es herbáaarb6reo según el medio en que crece, o la variedad, siendo casi nu,nca propiamente herbáceo. Planta de a :J metros, erguida o echada, de pelos cortos o glabra mpiña). Hojas generalmente de 5 divisWnes o lóbulos, reces 3 o 7. Lóbulos anchos y cortos, orbiculares o re- deados, o aovados, o en ancha cuña, obtu.~os o con bre-' punta, frecuentemente mucronados, sin glándulas o 1. Inv61ucra de 3 a 4 brácteas con 5 a 9 dientes C01'a muy cortos. Cáliz obscummente dentado. Pétaamarillos con la mancha a la base. Cápsulas 'IIUÍ.'lo ws globulosas. Semillas, 5 a 7 en cada laja, dispuesen Z series, globulosas con base aguda, cubiertas de ttSilla generalmente blanca. Hebra corta. Subtro. l. Nom. vulgo Herbáceo. Indígena de Asia. Cul. ;ado en Asia y Africa, principalmente en la India, y go en el Sud de Europa. XXXVIII varo índicum(CAV.). Sinón.: G. índicum CAVo roo especie:' así LAMARCK y DE CANDOLLE). Vulg. Herb&c.o .. I.dia. TaJ1.os y ramas hirsul.a... Hojas genn-almente de S /I¡. m/Po .""'. I>7'""es, en ancha cuña redondeada. y sin glándulas. pwuia aovada. Flores grandes. PI.anta hurniMe (frecuentem. . o meno.•), tenida por anual. Hebra muy corta (gener. liO a mm.). Muy cultivada en la India tropical. En Argelia queen 45 a 60 cm. de altura. Bengala; Scindi, Broach, etc. XXXIX varo micranthum(CAV.). Sinón. G. micranthum . O. Flor pequeño. Variedad poco conocida. pero bien dis_ por SUS pétalos más cortos 'lIte et invólucro. Tatto glabro, ,...miado. Hojas co'" 1 gtándnta. Persia. Subtropical. XL varo borboni"n•• (Too.)? Por sus cápsnlas colgantes, """"sa hebm y Jiterte producción. se acercan al G. hirsulum. P ni. baja; cápsltlas mUll pequeñas ymlmerosas. Rústica y tema. Borbón, Lucayas. Empieza a madurar por 37000. XLI varo punctatum (GUlLL. & PERR.). Según varios aues pertenece a esta especie el Algodonero llamado 'Indígena. el Senegal (JUMELLE. O. c., 7). Una suhvariedad llamada .Guineo'. es de hebrafulvp-"cenle, o color nankín. 40 Dr. MO/5E5 5. BERTONJ XLII val'. album (HAMILT.) Sinón. G. alblt1lt Hamilt. , 'Vulg. Síam !llanco - Planta peqi<eña, ten'ida por anual, subherMeea, mtiY p"eeoz y ,·ú,;/'ica,. Hebra bastante regular. El más temprano; madura desde 35009; por eso ~e cultiva también en las islas del Mediterráneo y Sud de Europa. Japón, Corea, China, Indochina, Persia, Azerbaidjan, etc. , XLIII val' .iamen.e TEN. - Siam Pardo. - Es simple subvariedad de la precedente según CANTONl, distinta por el color pardo de la helrra(rufao rttfCseente). Igualmente precoz. Calidad mediocre. XLIV val'. normale m., ad. int. --, Algodonero Herbáceo común. Tal vez acervo. Las variedades precedentes siendo las quP. difieren de alguna manera notable del Herbáceo Normui, corresponde reunir aquí los tipos que mejor correspondan a la descripcifm que de la especie arriba se hace. Tiene helrru. blanca, COt·ta, pero no tanto, generalmente entre 23 y 2S mm., relativamente gruesa, a veces algo gris, no muy sedosa. Tipos numerosos, cultivados generalmente en la India, China, Japón, Turquestán, Asia menor y África. Entre los mejores, el Smyrna y el Yerli de) Asia Menor y Grecia, el M.h6 del Senegal, el Hinghenhaut y el Bengala de la India, el Cay-bung de Indochina y el Herbáceo Egipcio, el más largo (28 a 34 mm.) y el más 6,no, pero probablemente híbrido. ' Gouypium hirsqtum L. Sinónimo: G. barbadense L. varo hirsutum W. J. Hook. (vide los sinónimos de las variedades). Nombre ,Yulg~"Upland, - Plantafruticosa y casi perenne, aun<¡lli generalmente de cultivo anual, más o menos cubierta de pelos y puntitos gladulosos. Tallo erglli~~, !:~":: ,:,cmcs ,abiertas (patentes). Peciolo peludo, aigo mas corro que el·limbo. Limbo fOliar anchamente acorlLZO'lUUio (tate cm'dato), de 5 o 3 lóbulos oval-acuminados, arriba gtabrescentes, abajo cenicientos, 5 o 3 nervios, el central con 1 glánduta, frecuentemente con hojas infciwes íntegras. Estíputas suba?'queadas, 10-15 mm. Pedúnculo erguido o erecto-palente, en algU1ws tipos doblado a la madurez, anguloso. Invólucro 3-glarululoso, de brácteas casi tan tal'gas como tos pétalos, peludiLs por fuera, tampi1"ias y lust¡'osas por dentro, grande. <4 a 6 cm. pot" 2-.H de ancho) he?Ulidas en 11-13 puntas ínteg1'a3 EL ALCODON y LOS ALCODONE:ROS '" o dentadas. Cáliz de 5 dientes. Pétalos amarillo claro, rara vez con mancha a la base, enrojeci(los al marchi-farse. Ovario redondeado, obstuso. Estilo con 3 o 5 lóbulos marcado3 por glándulas puntifor1llcs. Cápsula nofoveolada, lisa, aovada. Semillas relalit'a111ente grandes (9 a 12 mm. long. por 5 a 64 de diám.J, libres, cubiertas por U'1UL pelusilla blanca o verdc dcnsa y muy adherente. Hebra media'1UL o C01·ta, ycnel'lIlmcnte muy bla.nca. Cotil¿dones con glándulas amar-Was. Es subtropica1. Originaria de Méjico y Centroamérica, se extendió por el cultivo a todas las partes del mundo, especialmente a los países templadu-c:.ilidos o subtropicales. Es de mucho la preferida en los Estados Unidos de A. y bastante cultivada en las rej!iones templadas del Brasil Central y Meridional, Ar¡.:entina, Paraguay, Africa, etc. FROELlGH la encontró cultivada desde antiguo en el Brasil, y WULLSCHLAEGI·;C en la Guayana Inglesa. Lo es mucho actualmente en las regiones templadas del Brasil (Minas Geraes y San l'aulo principalmente). Es la especie que ha sido objeto de mayores estudios y ensayos, y los tipos preferidos ahora, son el resultado de una minuciosa y constante st'!ecl'Íón. l:l número de los tipos, que vulgarmente se llaman .vn";... dades., es enorme, alcanzando a más de (;00, scg-üu TTLOR, de las que 67 importantes para el cultivo(cn 1910). '''''' 'VÁ'RIEDADES: XLV var microcarpum (Too.), Sinlm. G. W;(·furn.rrm:m TOD., como especie - Distinta principalmente por ~1I~ (·fÍ.JIll"Ulaa relativamente muy chicas. Se le podria adjudic~r ('on,o derivado el tipo .Peterkín., de sC1nitla•• negruzcas. Al'hu,lns (mndosos. Puerto Rico. Tal vez le pertenezca un Algo'Mk,""", ~il\'l'stre de esta isla. XLVI val'. caespitosum(ToD.) Aunque 'I'U"AI((I la haya dado como especie. no parece diferir escnc.:ialnll'llll'. No creo <,ue haya Algodoneros verdaderamente ct.>~pilo~·lI~. a nu ~('r que ~e tengan por tallos las ramas largas que nan'n a la ba:-:f' del tronco. como en ciertos tipos del grupo • Bi~ HolI '. 1l1lJ) t'ultiva~ do en San Paulo. XLVII Vegetación fuerte. yar. purpura.cens(POIR.). ~i'llíll. (;·I'llr¡,",'UIC"'.• BIBLIOTECA N~CIOflAL D~ AQ~ICULTURA (BII~A) Dr. Moisés S. Bertnnl Dr. MO/SES S. BERTON/ _4:1 _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __L_ Poir. Aceptada también por TODARO, y como especie, se puede pos su coloradú" purpurcscente. Isla de Borbón. XLVIII varo púnctatum(R¡CH.). Un desarrollo "''l/y notable de los glandlltitas 1'11'111 iflYl'1ne., y plgunos otl'OS caracteres distinguieron a esta variedad abisínica. poco conocida. , . . XLIX varo tTicuspidatum (LAM.). No dispongo por el momento de su caracterización necesaria. Pero fue darla como especie por LAMARCK y SPACH., lo Que me obliga a incluirla. S. N. varo siamense(TE:-l.). Ya enumerada como variedad de la especie precedente. L varo nigTum (HooK.). Variedad atribuida por algunos al G. h.e-rMcewn L. África, Sudán, Alto Egipto. HOOKER la dió como especie. LI varo chaco GIR. - Nom. \'Ulg. Choco·, Tallo erguido y robuslo. Ramas relativamente I>reves, las in/m-iIYl'cs cortas, todas Hemi-erectas. Hojas bien acltmina.das. Semillas medianas en general. Pelusilla blanca. Hebra 26 mm. media, bll\nco bastante puro. Precoz. Se acerca al tipo .Dicksoll>. Cluster. Derivada del Upland de Luisiana introducido hace más de 50 años en Argentina. UI subvar. nanum - Nom. vulg. Bush Cotton - Planta herMcea anual, de 30 a 60 cm., poco ramificada. Semillas pequeñas (verdes). Het>ra muy oorta, áspera, de calidad inferior. Se puede cultivar, en el Hemisferio Norte, bajo el 409 de Latitud Y en ciertos puntos hasta al 419, pero más. bien como curiosidad. LIII - El acervo de tipos del G. hirsutum Que pueden considerarse como norma/e., con el título general de Uplond. fue clasificado según la fórmula siguiente, que es nniY'-práetfca; '1 tiene a la vez alguna base cientifica. de modo Que algunós'deesh"lU ~r1tpOS vienen a corresponder a subvariedades botánicas:·· :;., Clú,hr - Tipo Dick,on .- Arbustos altos y erguidos. Ramas inferiores cortas. Cápsula con tendencia a crecer en racimos, Semillas pequeñas, blancas. Tempranos. La hebra constituye el 32 a 34'/0 del peso cen semilla. 29 Seml-Clú,ter - Tipo Peerle" - Ramas inferiores de tamaño regular. Madurez mediana. Porcentaje de hebra,29-35 3° Rlo Grande - Tipo Petcrkin - Arbustos muy frondosos. Cápsulas pequeñas. Semillas negras. Madurez mediana. Hebra 35% en' general. 49 Short Llmb - Tipo Klng - Arbusto pequeño aunque r~conocer • CARLOB D. GIROLA. El caitiuo d.1 AI..,do".ro.n la R. Ar....'¡"•• Buenoa Aire. 19'.22., ¡ámina y ligo •• .Boleüm da Agricultura', Sao Paalo 1917, pág. 266. EL ALGODON y LOS ALGODONEROS muy frondoso·al pie y superiormente; ramas cortas. Cápsula pequel\a. Semillas regulares. Mad. temprana. Hebra, 32 a34%. 59 81g-8011 - Tipo Duncan (y Truitt) - Plantas grandes, robustas y muy ramificadas a la base. Cápsula grande. Semillas grandes. Tardías. Heura, 24 a 29%. 69 Long Limb Upland -- Tipo Petit liulf - Planta muy gran· de. Ramas alargadas y abiertas. Cápsula de dimensión regu· lar. Tardías. Hebra. 30 a 32%. 79 Long Stople Upland .- Tipo Allen - Planta alargada y pesada, exigiendo suelo húmedo. Ramas inferiores largas y Qbicr~as. C1ipsula de dimensiones regulares. Semillas idem.. Tardlas. Hebras largas, de 25 a 29'1<. Esta clasificación, aunque en ciertos casos resulte arbitraria, es útil para la elección de grupós y tipos. Pues, como veremos, no se deben cultivar en las mismas localidades AIlrodoneros per·tenecientes a grupos diferentes, aunque pertenezcan a la misma especie. 000 Los otros especies de Go&.ypium no deben detenernos en este estudio de aplicación a la agricultura, por ser .silvestres. y cultivadas únicamente a título de experimentación o colección. Tales, principalmente, el G. tahiten.e PARL. y el G• • anJwi. chen.e PARL. de Oceanla, y el G. janiphaefolium BRITTON llamado .Yuca. en Puerto Rico, Uno especie o variedad cultivada dudosa, igualmente omit!.. Es ..1 r:nuvn;um latifolium MURR. Su caracterización IWILLD. "Si'. rl.:; !!! ~05): Hojas agudas f.==-l.nbos IU#t<'f"o/udm·e. a~u:m,ina­ dos?), las illj'erio,'es integras, las otras t'dlo/'a.'. <'' .' I !//lintlttlano permite orientarse con seguridad - y la no i"dicación de patria o localidad de origen, aumenta la dificultad. No se-.trata del· G. Ú1.tifolium RUMPH.; mas parece lo m{,s prohable que se trate de una forma del G. ,·e/.igiosum J,. La cUI,,:tión no tielle importancia pr1ictica. Una observación general me permitiré al:n'~a... Tuve que hacer este estudio sin tener a la vista cil'rt;L~ obras descriptivas; esto sin querer, por escasez de tiempo Y recursus; p"ro prescindí de otras voluntariamente. Entre los "utOrt'S dd si~lo pasa, do, algunos de lus que más escribieron, como TIIIIAHO, introdujeron en varias partes más confusión que claridad. y su criterio general no es siempre aceptable. Entr<' los 111'" ,uuuemos, algunos fueron criticados por los mi.mos dercclt,s u ut'·UR. Se espera una nueva revisión de todo el g-éllero, plll'S la de l;. WATT' • .Tbe Wild and Cultivated ("...otton I'lanL~ of :.h.· "",,ti.!. A Hcvi8ion of the. Genu8 Couyp;unt,. 44 Dr. MOISCS S. JlERTONI --------------------- --:'no satisfizo ~ botánicos ni a otros hombres de ciencia interesados en el asunto, pues su clasificación, "siendo basada sobre especlmenes de herbario, numerosos errores fueron cometidos en su trabajo"*- cita y confirma el Dr. Alfredo A. de ANDRADE. a quien debemos excelente estudio de los Algodoneros del Brasil y otros paises. Siento no haber podido consultar aún ciertos trabajos referentes a la parte botánica. En cambio mucho aproveché excelentes obras y diferentes datos muy interesantes de cientistas y técnicos bl'asileros, que los autores del otro hemisferio muy frecuentemente ignoran, con menoscabo de sus trabajos. Con todo, opté por mucha reserva en la admisión de especies y varíedes y en la creación de nuevas o de nuevos nombres, y he propendido siempre hacia la conservación de la nomenclaturaanterior y usual, respetando la prioridad según las leyes de la nomenclatura botánica estrictamente aplica.das. En otra ocasión tal vez pueda yo completar y hacer mejor. ,. • lt09, J. LEWKOV1TSCH, ,Technololfie et Analyoe Chimique, ele., Pari» '. v. 11. '125. CAPITULO V. HIBRIDACION & CRUZAMIENTO PROCEDIMIENTOS DE SELECCION. ASO AQul A LA CUESTIÓN MÁS GRAVE DEL cultivo del Algodonero, a la que ha producido yores trastornos, pérdidas de tiempO y aun fracasos lamentables. Advierto sin demora. que no hay que confundir la vordadadera hibridación, la cual s610 puede tener lugar entre especi~s diferentes. eon el slmplo cruzamlonto, o sea cruza o cruco que llamarse quiera. el cual sucede entre variedades de la misma especie. o entre formas o tipos pertenecientes a una misma variedad. Pues los productos. en estos dos casos. se portan de una manera muy distinta, bajo el punto de vista de la conservaci6n o fijeza d. los caracteres. Los productos do la hlbridatlón de dos especies son esencialmente instables; en las generaciones sucesivas varian continua'I.i"'la~"" b:6"¡¡'Ca.l~v las leyes mendelianas, pel'O t:on variantes Que • veces Be substraen a ellas. y responden a causas conocidas o desconocidas. Resultando muy dificil fijar UllO de esos productos. aun por medio de la selección más constante y minuciosa. porque en cada generaci6n aparecen constantemente formas nuevas, o bien. formas regresivas, que son lag qUE" S~ parecen a las especies primitivas, o reproducen alguno de "US caracteres. Este es inconveniente general; pues se presenta en todas las hibridaciones. Pero se vuelve de una gr.lVedad muy especial . al tratarse de los Algodoneros. pues. como no debe cansarse un" de repetirlo - la; uniformidad es en toda cia." dr n/yadones U"l.t 00Ildici6n indÜtpensable para obtener btunos lJTO"'W,. 11 sobre todo. Vil nurcado '''Il',ro. Los productos do lo. cruzamIentos entre variedades de la misma especie, no presentan ese inconveniente ~ino en un grado mucho menor, de manera que es posible remerliarl" I",r medio de la seleeci6n, 13 cual, como veremos. permite lijar la ¡orma o tipo que más convenga. Y la fijeza o uníformi<1ao1 de este tipo es tBl\to mayor y más fácil de obtener. cuantn m:is parecidos sean ma- D,. .f1J MOlSES S. BERTONl .lqs caracteres de las dos formas que entraron en el cruzamiento - o bien-cuanto más parecidas sean aquellas formas en los caracteres especiales cuya uniformidad necesitamos. En el caso del algodón, el carácter especial que más 'necesitamos que sea siempre uniforme es la largura de la hebra. De aqu! la regla de 1W el·tlZar sino variedades qu.e presenten la misma largura 11 1lat"ra!eza. de h'lbra, o llmy parecida, pudiendo ser bastante distintas en olros caracteres menos importantes y en los vegetativos. Es cierto qua a veces se han ,podido obtener. algunos bueno,s resultados d. los productos d. lo hibridatión. Pero fueron relativos, exigieron continua selección e igual atención por parte de autoridades y agricultores, y con todo eso, no· fueron permanentes, y siempre fueron de muy corta duración económica. En Egipto se considera que una variedad de más o menos alejado cruzamiento, no suele durar más de 16 anos. Se indica como una rara excepción el Ashmouni, que sirvió durante más de 60 anos como tipo principal o de primera clase; es mucho menos cruzado: no parece que se trate de un verdadero cruzamiento. Se explica la actual completa decadencia del antes famoso egipcio Mit-Añfi, tipo obtenido por cruzamiento en 1887. Hacia 1915, este algodón presentaba hebras tan irregulares, que iban de 15 a 36 mm. en la misma cápsula. y aun de 19 a 36 mm. en el mismo carozo'. Ya se nota alguna decadencia en el Sakellaridis y en el Noubari, variedades egipcias creadas en 1906 y 1909. El Mit-Afifi de hebra larga, de 1897, presenta mayor irregularidad. En 1921 ya se hablaba de la próxima supsgtu~ión del .•espléndido Sakelláridis., que sólo tenia 15 anos de ~'':'_Se observa que el Egipto introdujo su 'algodonero en 1822 del BJoasil, y en 1827 el Sea Island, pero continuó importando semilla brasilera ha.~t.a IXhU. conrinuancio :.;; c¡,~~a;a;;.;.~~.·· El Mit-AMi du.ró unos 20 afios: después de ocupar el 70 a 77'i~ de la superficie cultivada con Algodoneros, se retrajo a 66% en i907 y al 36';' en 1913, para caer al 8% en 1916 y al 2% en 1918: hoy prácticamente abandonado···. El Yannovitch apareció a fines del pasado siglo, tuvo su apogeo entre 1908 y 1912 y desapareció de los grandes cultivos en 1915. Noto que, por costumbre, un tipo se sil,'Ue cultivando durante varios afios despuéa de ser declarado decadente. El más hermoso de todos los egipcios, el Sakelláridis. entró en el gran cultivo en 1911, tuvo su • Estudios dt: la Estación Botánica de Zaguig. •• Fritz. J~ItII)I, .ChanC\.eristic oí Egyptian Cottnn., p. 7. ••• H. A. BALLOU: "Cotton a. thc Pink Bollworm in Eg1Pt", in "Welt lodian Bul\." XVIl, N: 4, 1919. EL ALGODON y LOS ALGODONE.ROS 4T ------- apogeo en 1918, y ya está en decadencia. por má. <¡ue .us excelentes cualidades y la dificultad de substituirlo le a,i",nen todavla alguna vida. Sólo el Ashmouni sig'Ue siemrre ocupando su puesto. al rededor del 20'ió del área cultivada. ,in d''l.·ae,· todavfa. Pero el Ashmouni es variedad bol:iinica. G. ¡'rll'/lUdrll.<C J/l. melia71mn (TOD.), adartación a clima muy distinto (v. pa~. 30). aun<¡ue con 1J0ca variación •. y si hubo cruzamiento, r'\I'('ce <¡ue fue con una subvariedad de la mi~ma. Ya hemos visto (pág. 31) que el earavónica dcca.'",·, rlcsrué. de obtener gran fama. Ningún híbrido rlc,pertó i!{uall'ntu,iasmo en todo el mundo·'. Pero nunca 8e pudo out"n"r la uniformidad de su producto. nunca pudo ohtener un ruesto p....minen· te entre la.¡ variedades de mayor cultivo. " hoyes casi olvidad". y obsel"\"o que el G. reliY'iostl1n pe.'Uviannm e. una vari('¡\ad vecina del G. barbade/13e, tanto que con esta 'última ""rl'ci" Jo incluyeron varios botánicos. Lo mismo sucedi,; ('00 los tiro. Wool, Silk y Alpaca, sus derivados, a pesar de dar adlllirahles algodones, Asl también con el Mámara. híbrido obten id" 1'0 ¡as islas Salomón, de gran prod!lcción y seductoras cua.lidad,'s (menosla largura, de sólo 25 mm.). • "West Indian Bull." 1919, N0 4, lig. 5. •• Y realmente. el Caravónica reunía c8~i tod:l~ las cualid:tlf.II·~ "~en--:­ dales para semejante triunfo: ¡:-ran producción. b('l1eza de fibra. nolahlt·lar· ~r. y economla del cultivo. Produjo desde el 50í, hastA. má~ d(·l clohle que el Sea leland; dió fibra muy larga, del mejor a~lwcto. Y en do!' ~uLJ\·:\ri,·,Jadt·9. una brillante para imitación a seda y otra a b~lIi~ima lana, para Iml tejidos de mezcla; y el cultivo. st!gún informe generRJ. es ~('ncillo y e:til~" ......,...... euidnd08 que el de las \'ariedadescomunes. pudicndodurnr la mi~l11a I'lantllciulI muchos años en buena producción. Era casi el ideal. y no ~ólo lft:t plan lndo4 re8, lino varios indu~triales llegaron a entusia8maTse. Pero le faltó una cosa: In uniformidad del producto. y etLo h:t~t,j ¡i:II::a !lU roina. La cualidztd de híbrido, hizo Que sus proouctt>¡;z variR.."u·n e,.nl inu'ulI n, te. 'en la misma plantación y aun en la misma planta y el mt!"-nn nl'ullo; el conjunto era siempre atrayente, pero la libra variltba entrl' 21 .Y ·I:! lIlilinlP· tras, y no erR siempre de igual e~tructurH. Aun la prO'luctividall "ra rnuy variable; tanto que, para perpetuar la productividaJ de lo~ mcjtJr"~ Intl':4. en Hawai se intentó la multiplicación por estacas - que t'xijc tnlh·hn.. cui. dlldos y una kml)erie muy favorable - y la Estacion Expl,.'rimenl.l,t d,' llqul'l pab crey6 un tiempo haber resuelto el pt"oblema por ml',dio fi,·I .... inj,·ril!. (operación (deciase) que si se hace en plantas de I",('a fflad. e.,l f;il'il "!' da lu~ mejores resultados.. Es apenas necesario decir que l<tlt~ solucilln.·~ dt.·j:lh:U1 prácticamente el problema generall'ín solución. La s... lt.'cci.in nn 1'110 fllu('hu mis felil; porque. si permitió obtE'ner productos inm,~dialu~ flllll'ho mt!ritAJ. nunca coneiguió que éstos fueflen durables, ni pudo fijKr un ti!,,, flU" nu rl!~ultase variable. "t' 41/ Dr. AlO/SES S. BERTON/ La hibridación produce irregularidades de todo orden. Entre ellas, la irregularidad en la madurez, no sólo en la misma plantación y postura, sino en la misma planta. Óbservo que lo. t'ipo:; h-fh1-idos producC'II. también una proporción mayor de hebraa 'fl/) mOOu'ro« y hebras .muertas., que llega a una cuarta, y aun a una tercera parte de aquéllas, ya un 5 u 8% de éstas. Para la industria de hilado y tejido, semejante proporción trae la ruina del negocio. El cruzamiento desordenado - o sea el entrecruzamiento múl· tiple y continuo de cierto número oe variedades - produce consecuencias parecidas a las de la hibridación, aun cuando la mezcla se produzca elu"e va";eda.cUs de una misma especie. Si se trata de diferentes especies y numerosas variedades, es la ruina a breve plazo. Pues no hay cosa peor. Sin embargo, es 10 que ha sucedido en el siglo pasado en varios paises, y aun recientemente en paises vecinos.• • En el Brasil se cometió el mismo error. En ese pala eultivahan desde antiguo loa¡ Guaraníes las variedades perennes, que ¡>odian competir COD 1u más beBas del mundo, y el Mocó superar a todaa. Sobre esa bue, loa in~ dustriosos Brasilero8 establecieron tempranas explotaciones comereialea. Desde 1530 ya exportaban algodón. y no poco. En 1760 eurglan las primeras fábricu de tejidos de ambas Américas, en el Maranhao. Tanto prosperó la nUt:va industria, que el gobierno de Porllugal temió por 1a8 del reino, , en 1780 ordenó cerrar las fábricas. Cuando el impedo quiso fomentar de nuevo esa industria, tuvo la mala ocurrencia de introducir las variedadea herbácea-. qu~ Be mezclaron con laa perennes y causaron la degelleración en ulla multiplicidad de tipos varíables. El cu1t,i.~ se salvó mediante el podaroso renacimiento da la industria de tejidos; pero la J!xpOrí~:íón quedó nula hllSta este. ~iglo. pues las hilandérías inglesas Be negabtm a recibir un .pro~ dueto tan blto de unitormidad. Sin embargo, la causa de eso permanecfa inadvertida, y el error ofieial fue repetido. En el Estado de Minas. 'cnp.1 vl'Jll.. del San Francisco como en el NordesT.e. na SIDO uno ce lO. I:;~ ÍLl"... u"'~d 0::(, , .. r';''::C la ignorancia e inexperiencia, el cultivar indiferentemente mezclad.. variatl clases de algodón. Ese desorden ya sucedia desde mucho tiempo, pero fue agn,vado por 1&(ou.. va)diBtribución oficial de semilhu) extranjeras, principalmente americanaat(l). Tanto que hoy, en una de las grandes regiones algodonerall, San Franoiaco. el rendimiento medio e6Casamt!nte llegA a 300 kg. por hectárea, y el cultivo Me SOBtiene sólu por la baratura de la recolección (un centavo oro el kilo y aun menos), y la de todos loa servicios, y por la costumbre, en las pequehaa plu~iones, de asociarles el cultivo del Mafz, que psga 101 KaBt.os, con mayor o menor excedente. En Argentina - aun más reeientemente y hasta ahora - ocurrió lo ro... mo. No ob6tante las advertencias de un ilu6tre agrónomo argentino (véase p. 21 Y 22), se dejó que cad:! plantador introdujese libremente las variedad. lo) e8Jkoieli qut' le parecieran, no se organizó ningún inatituto de 1>~h..'Cción, (l) In... BARBOSA. CARNElRO, ••A Cultura do A1~ ". Br.r· po. 66. EL ALCODON y LOS ALCODONEROS 49 Sin embargu, no faltaron agrónomos y especialistas que diesen la voz de alarma, con relativa anticipación. Un agrónomo de grande y merecido renombre, así se expresaba hace 10 años - "Muy raros son los cultivadores que saben que el inten· ~ de fijar los caracteres del híbrido obtenido (de 2 especies), no pasa de un vano esfuerzo e irrealizable esperanza.... El carácter fijo del hibrido, en el género en cuestión, es su propia inexistencia, por eso de que va mudando de generación en generación, e influenciado por el medio, vuelve de prisa al tipo rústico y mejor adaptado. De esto deben compenetrarse aque1I0s que entre nosotros tanto han hablado de hibridación de nuestros Algodoneros indígenas con el fin de mejorarlos. Viene de molde decirles aquí que los Americanos del Norte procuraron en tiempos pasados multiplicar las hibridaciones, no solamente con el intento de amejorar los fibra-corta por medio del Sea Island, sí también para fijar en los tipos obtenidos ciertas rualidades particulares de los precíosos Algodoneros egipcios. Todas esas intentonas, empero, se malograron, por la razón de que los hlbridos obtenidos presentaban simultáneamente todos los caracteres de los dos progenitores, no habiendo, en ninguno, caracteres botánicos nítidos y precisos, y siendo de notar que en algunos individuos los carozos eran nudos y lisos, mientras otros eran cubiertos de pelusilla, y con hebras variables infinitamente. Hoy ya no se insiste en tal práctica, y ni se habla más de laa causas que motivaron su abandono, tanto se compenetraron los prácticos del error en que por algún tiempo reincidieron los experimentadores... ~~~'J_ a!!!"!!J}.l'...lU eu l.enuiuu::s J..n~n~lJlUrjos, nos induce a recomendar a los agricultores, que se abstengan de la introducción - en una. región en que el algodón cultivado es de hebra corta - de variedades de hebra larga, porque esto, por la via de la hibridación natural, modificaría enteramente las buenas cualidades del tipo cultivado..•. Un cruzamiento puede ser de.eable, pero en raros casos, y no hay que proceder a él sin previo conocimiento del asunto, y sin las precauciones necesarias. Con todo, el resultado puede ser ni se pu!110 limite alguno al antojo de cada agricultor n industrial y con eso se abrió el má~ ancho camino aJ fatal cruzamiento desordenado. La contratación de un director técnico extranjero no pudo evitar la fatal eonaeeuencia, cuando el mismo Ministerio de Agricultura. por ejemplo, ordenaba que ~e cultivasen. contemporáneamente y una al lado de otra. 25 variedades dif~r~lItes en la Escuela de Agricultura de Posadas. dónde. para mayor del'Iastre, nada es tuba organizado en vista dE' la selección. la cual, por otra parte nada hubiera podido sacar de aquella enorme confusión . • GUSTAVO R. P. d'UTRA: .Condigócs d. Cultura do Algod1lo DO 1:8tado de 8'0 Paulo e seu Futuro'. S. PBulo 1916. Dr. 50 MOl5E5 S. l1F.RTONI negativo. sobre todo si U'la de las variedades es de reciente In·-frooucción. 'lue es el caso más frecuente. Pues es de retener que el oclimotomiento de un tipo O voriedod no sucede sin alguna alteración por el mismo hecho del cambio de clima, temperie o te- . rreno. Esa alteración puede ser más O menoS profunda; puede ser favorable; pero puede ser también desfavorable o ruinosa. Esto viene a complicar el problema y a hacer más aleatorio el re~ultado. Pongo como condición generol que el cruzamiento Q'lle se Q'lliera intentar, debe ser operado ent?'e las formas 71'ás vccinas Q'lle el caso pln'1níta. La mayor o menor vecindad o afinidad. sólo. puede ' ser establecida mediante el concurso del estudio botánico. Por eso tiene tanta importancia la botánica de los Algodoneros. Pero en el caso de las cualidades de la hebra, es al examen técnicoIndustrial que hay que recurrir principalmente. El objeto, O finalidad que se propone el cruzamiento, debe ser claramente establecido. Hacer cruzamientos sin objeto definido. solamente por ver de amejorar el conjunto, o por tentar la suerte. es perder tiempo y dinero, con la probabilidad mayor de empeorar su situación y perjudicar a la colectividad. Floolldodes ilusorios son las que han causado el estado de confusién que aún se nota en ciertos paises. y del cual van saiiendo los paises mejor organizados solamente. En primera línea hay que indicar los cruzan.ientos hechos ccm el fin de aumenta... la longitud de la hebra. Que no se d.eben hacer: he ahí la cmtclusi6n ge1teTal a que han permitido arribar. Pues lo que casi siempre se obtuvo, fue perder la uniformidad de la largura. es decir. el carácter más precioso. Este fue el error más general y el que ha causado peores consecuencias en todo el mundo. Otros objetos errados fueron. por ejemplo. el de aumentar el rendimiento, o producción ~nitaria -la resist",nl'ia g Inlll ~v"l3¡;,n," del clima- la resistencia a las enfermedades. . Flnolldodes plouslbles: Como se vé, no quedan muchas. Indico, como ejemplos, el cruzamiento que tenga por objeto una ..ayor finura(delgadez) de la hebra - el que se proponga aumentar la 'resistencia de la misma - o purificar el color del algodón. Pero siempre con las. reservas ya expuestas, y con las precauciones ya indicadas, y las que el caso especial aconseje: Lo selección es el gran medio. el procedimiento necesm-io. de resultados sie-mpre favorables, el gran rlnnedio para el des01'den 11 los males causados por la hib,-idacwn y el cruzamiento, naturales o inconsiderados. Es siempre útil, porque si"nó se' obtiene por ella el ideal, .siempre se obtiene una mejora, una ventaja, ua progreso. No tiene peligro alguno, por poco que se baga atina- ¡--- I/el/OTE: \ ,. ":;:-~ AG"ICUtTUnA Dr~ "'al,i, S.. (El lA) en. 1 ;".~ ~ .... EL ALGODON y LOS ALGODONEROS 61 damente. Cualquiera la puede hacer, y todos deben hacerla. Y hoy se impone, porque todos los paises grandes productores ya la hacen, o la hacen cada día más atenta y minuciosa, y es necesario progresar, porque en la lucha de competencias cada vez más áspera, ya no basta el conservar lo que se tiene: quien no se adelanta, se atrasa y va a la ruina. Por tanto, lo principal es organizar la selección. Empero. uuturalmente, se deben tomar todas las medidas necesarias para únl,edir el cruzamientn natu.ral, y reducir, bajo estr·icta vigilancia, elcr'lI,zamiento experimental, el cual no debe ser permitido a pa,·ticlIlares, bajo ningún pretexto ni control. Institutos científicos no hacen ya verdadera falta para todo eso. Las condiciones y resultados del cruzamiento son muy conocidos, y los procedimientos de la selección no lo son menos. El campo para nuevas investigaciones cientificas con finalidades prácticas, se ha restringido. Ya casi no se notan progresos debidos a tales investigaciones, ni en los países de mayores recursos científicos. Aun se puede decir que nunca fueron muy notables, habiéndose tenido que registrar más insucesos que conquistas'. Lo mismo cabe decir de institutos técnicos centrales con programa de institutos científicos. Su instalación fue desaconsejada hasta en grandes países como Brasil, en ocasión de la Conferencia Internacional Algodonera de 1922, que .hizo época. en la cuestión algodonera". . . Estacloaes Elperim.ntales Algodoneras, es lo que se· neéesita organizar, con programa y utilaje de instituto técnico, no cientifico. Estas tienen !.!'';:''~ ,,'JI....."'" 1-!.l:I~'.JII!~IILU;t5,:,. 19 Fonnación y amejol·amier.to continuo del tipo que más convenga y se haya elegido para la región, por medio de la selección~ 29 Selección y .estandardización» de las semillas, '/ produc~ ción de toda la semilla necesaria. 3° Distribución de la semilla en la respectiva región. Selección, producción y reparto exclusivo de semillas. Mediante eso. el tipo se purifica, se mejora y se mantiene. Esto no • De mediocres o negativos resultados de talE's investigaciones cienUlicu, hemos tenido notables ejemplos ~n paises poderosos y maravillosa· mente dotadOR de todo lo necesario para llevarlos a cabo. Tales. los Estados 'Unidos y la India. Tanto. que los progr~.ros y·amejorami~nto8obtenidos en e8QS paises. fueron d~bidos exelu5ivam~nte a 108 procedimientos perfeccionados de selección de la semilla, a los experimentos prácticos de fertiHzación. y • otros ensayos y procedimientos de orden técnico y práctico, •• W. IRYING BUI,LARD and H. C. MESERYE: .The Industrial and Commercial A~pects oí the \Vorld Cotton lndustry.; Rio de Janeiro 1922. BIBLIOTECA N~CIONAl O~ A'::~!C I~, ,,~ Dr. 1"0'_" f. (e,,·t) Cc~~:;:j 5:1 Dr. !>ID/SES S. BERTON/ excluye que se encarguen a tales Estaciones ciertas otras funciones inherentes, tales como el Inspectorado y la vigihmcia por el cumplimiento de las prescripciones legales algodoneras, la~ con', fereneias, cátedras ambulantes, etc. peben ser naturalmente provistas de todos los instrumentos necesarios el estudio del clima, local y regional. Deben ser regionales: y no puede ser de otro modo, visto que los tipos de Algodoneros a cultivar no pueden ser sino regionales en todo país medianamente extenso, y donde haya tierras y c1i, mas diferentes; y no puede ~er tampoco de otro modo, pqr ser prácticamente imposible seleccionar dos ,o más tipos a 1¡J. vez en la misma localidad, porque, aun cuando se pudiese cultivarlos a grande distancia uno de otro, seria imposible p"itar mezclas de semillas, errores de rótulo o de señas, y semejantes descuídos del personal subalterno o de servicio. Todo esto es perentorio. Sería absurdo pretender, p. e., escoger y seleccionar en el Chaco Argentino un tipo para el territorio de Misiones, ni en el Alto Paraná uno para el Chaco, ni en Asunción uno para las regiones forestales húmedas, o para los terrenos calcáreos del Norte.' En cuanto a pretender formar y seleccionar varios tipos en una misma b>calidad, seria volver a los errores lamentables del siglo pasado. El programa de las Estaciones Experimentales Regionales debe ser esencialmente práctico, proponiéndose únicamente fines económicos, con arreglo a las instrucciones que recibirán oportuna, mente de la dirección superior. Pero deben ser directamente Tesp<nI8ahtes del estricto cumplimiento de las leyes y reglamentos sancionados por los poderes públicos, que la dirección superior tampoco tiene el derecho de modificar, Pues tales instituciones no responderán a sus fines si su organización no es muy severa, y si las 1C:;;OpvU04"u;:;~Ol_~C~ \..' ;-;.;l:~ ... ~:..:.:. .. :::.:.. ¡..:~;!.~.les no son hechas efectivas con estrIcto arreglo a la ley. 1',;1 abuso es demasiado fácil, y lino infracción puede tener largas consecuencias. Por eso no es prudente - en nuestros países - que sean instaladas en predios particulares, por más que medien controles y el propietario declare acatar los reglamentos - ní permitirles que reciban semillas de particulares para expurgar, sino únicamente muestras para análisis, ensayo de germinación e informes relativos a la pureza y clasificación. Su número debe ser proporcionado a la superficie y naturaleza del país y a III extensión del cultivo *. Mas es indispensable que tengan una superficie sufi•. El Estado de San Paulo - con una extensión de 250 000 kilómetros cuadrados, decretó en 1923 la fundación de 20. El Paraguay, con uns extensión notablemente mayor, con una producción mucho menor. pero con De- EL ALGODON y LOS ALGODO"'EROS 53 ciente de terreno apto para el culti\'o, pues el objeto principal de su fundación es el fornecimiento de la semilla necesaria para la región·, Y deben sostenerse económicamente a sí mismas··. Las Estaciones Experimentales Regionales pueden servir también para la descentralización de la enseñunzu prácticu de la agricultura, enseñanza que es imposible dar de llna manera verdaderamente práctic..... en un solo instituto central. No hay inconveniente en que sean a la "ez escuelas prácticas de agricultura, a condición de que el servicio al¡rodonero funcione aparte, como entidad propia y directamente responsable. También pueden ser aprovechadas con ventaja para la descentralización del servicio técnico de la Defensa Agrícola o policía sanitaria vegetaL Con más razón, en cuanto debe necesariamente incumbir a tales Estaciones la policía sanitaria algodonera. El resultada de lus Estuciones Experimentales regionales, cuando no es completo. es indiscutiblemente favorable. Para ser completo se requiere tiempo, La selección, la purificación de un tipo y su amejoramiento, exigen varios allOS. y se puede decir que es un trabajo que no acaba nunca, por aquello de que hay que buscar siempre nuevos progresos. Mas los efectos no demoran en notarse. En la Escuela de Agricultura de Piracicaba (Brasil), se obtuvo un aumento de rendimiento del 20%, s6lo empleando el procedimiento de apartar para la siembra los primeros capullos que maduraban. Es un ejemplo. entre muchos, de la enorme importancia de tales Estaciones y de la selección···. De no menor proyección - principalmente para la exportación es ." UO<1"" ¡;,,><.. r al modelo tipico. o estandardización de las semillas. Recientemente, Rusia tiene que apelar a este mt.'dio para salir de la confusión en que el error de los cruzamientos iba a hundir la explotación algodonera····. . ce!idad de aumentarla mucho. necesitaría 6 u 8, o podría empeznr con menos. Es. necesario tener por lo menos una para cada formación agro-il,!;iogr:ifica. • La ley de 192"2 del F..stado de San Pauln estabtec~ una extensión de 250 hectáreas para cada Estaci6n, de la cual debe ser: plantada con Algodonero una superficie mínima de 50 hectárE"aJi anualmente; y el restante reservado para la renovación, rotación o alternada de otros cultivos, y para forrajee y p88toreo necesarios al servicio. La mayor parte ya funcionan, coo muy bueno!t fesu 1tados. El Jefe de la Misión Internacional, ARNO PEARSE, decluraba en Río de Janeiro, que las Estaciones Experimentales Algodoneras deben de poder 80stenerse con sus propia.s eotradas, y que el director d~ aquella que no sepa. sostenerse, al fin de 2 aJ"los, debe st:r substituido. No solamente, sino que deben. "dar un lucro regular en dinero" (Conferencia p. l3l. Se entiende, en cuanto no Be les cargue con otras funciones. ••• De otras Estacione", como 185 de Siridó, Igarap¿>'-Bssú, Carauatá, etc., he tenidQ informaciones igualmente favorables, t'n varios sentidos. •••• .Boletín Jnttc"rnacional de Agrieultura' Roma; JI. 837. ----_.__ ..• /),. MO/Sn S. BERTONI Lo~ JTI~lItUtlOllrl (.cntrulu convenientes y aun necesarias, son tlt'll"JI POI" ',! •.ido la preparación del pcrson~l nece- aQ~C'lJa. . 11th' sano 11:lr<.l. ,·1 "¡ll 11 111lIl,j\l!l;lInil!Jlto oc las Estaciones l\eglOnales. ES('111'i~¡J1I1"f:lI" .... llli.·titutos-dccnseüanza. No se b~scaen~llas )tjn~úlI fl': lllt;hill I'CHlll"llliro directo. Tales la .Sección del Al· gOdúlI1 dl,j Jn ::lllld Ag'l'onúmico de Campinas (Brasil), y la Escuda lk ,.!:. d,') al¡.:odón tie San Paulo, En ellas se en::-;cl'lan h..... Ilwtlld'l~, r:h·junalcs de cultivo. abono y rotación, el modu dt· l':,llldlar 1,1 <"lillla. el manejo de los mecanismos e ins· trum"lIluS, la l·b. i,i,':Il'iún y enfardamiento d~1 producto, Jos mú<ho:-: II.u'a rn'o!lOI't'r y pcr5~guir las enfj!nnedapes, y sobr~ todo, Iv... PI-OCI't!lllllrlltos de selección. A no ser que dispongan de CStal"iUllt',; 3lJl'ur:--a!t's 'HUY distantes una de otra·, no pueden cultivar :-.ill ifh'UII"t'nil'nlcs las diferentes especies. variedades y tipos t.:sl'u~~id¡¡:" Jlar~ las diversas regiones, de ensayol o de colección lJara la [,.. I:'lIIi..a, Pcro como su objeto no es la distribución de scmillas (¡>vr lo contrario, deben evitar el hacerlo), el soJo inCOllVClliclltl' "s i:l dilicultad de conservar tipos puros, inconvenientc quc l'lI l') ..a'o no es grave, y constituye también ense· ñanza, por si, )' por los medios que constantemente hay que empicar ¡mrH relllediarlo. ""'",i"1I • Corno laij lil'Jll' el ln8tiluto Agronómico de Campinaa t!'n Santa EJiaa y Monjolinho. Pero eKlIi. compUcación exige una vigilancia muyespecial,_,. condicione. de pl'r~onal wale8. que me obJiglUl • delaconlejarJo p~a este pata, CAPITULO VI EL MERCADO FUTURO Y LA ELEccrON DE LAS VARÍEDADES. ~~-.,G'v.ODO LO QUE HE VENIDO EXPONIENDO HAS· ~m'C~ ta aquí, ya habrá venido fonnando en el lector pa· ,d,{j ~ ~~i\ "0";'.'. ciente la persuasión de que el problemo de los vorle· dados que convengo cultivar es uno de los principales. si no el principal de todo los cuestiones algodoneros. Y J'" . para los países de cultivo incipiente. es el más difi· cil, y su solución, es la más decisiva. Por tanto, el Estado no debe dejar esta solución a los particulares. Éstos, sobre carecer muy generalmente de los conocimientos y de los medios necesa· rios, no llegarían a un acuerdo sino después de una serie de errores lamentables; y por otra parte. momentáneamente pue· den tener un interés distinto al de la nación. Pues ellos están en ·su derecho, buscando el mayor lucro inmediato; mas el Esta· do debe ser más previsor; la vida de un hombre es breve, mien· tra~ la de la nación !'.!':. ~!:~lr::~!'I I ~l1nnrl.'l ~p nlvH1~ c.dl), se va derecho a una crisis. No basta ir vendiendo, por ahora. Es necesario asegural'l'e un merr.ado para lo futuro. El algodón no es un articulo al que pueda dársele cualquier otra salida, ni aprovechamiento venta· joso en caso de no poder exportarlo. Por tanto, es preciso asegurarle un mercado amplio y permanente. Sin esta condición. no podrá incluirse definitivamente en los grandes productos na· cionales. Por ahora. la producción paraguaya encuentra como pradores. Pero es aún de pocos millones de kilos. Para que ingrese entre aquellos productos, es preciso que llegue a ser mucho mayor. - ¿Tendrá entónces mercado seguro y remune· rador? - Sí y no, según sabremos contestar satisfactoriamente a estas otras preguntas: ¿Cuál puede ser ese mercado?-¿Cómo conquistarlo y conservarlo? El Paraguay no tiene industria do hilado. Para organizarla sobre vasta escala sería preciso poder competir con la extranje ''Q, y contar con un gran consumo, condiciones por ahora ine"is· o 56 Dr. MO¡= S. BERTONI tentes. . .' El establecimiento de fábricas de tejidos, en el país, es posible, y es deseable para evitar la importación de los de mayorconsumo. Si los Brasileros las establecieron desde 1749, comenzandQ en una provincia muy alejada·(Maralión), contando sólo con el personal indígena y el capital brasileJlo, y para todo auxilio, la hostilidad abierta y pertinaz del Gobierno' ¿por qué no ha de poder emprenderla el Paraguay 177 años después, con la posibi· Iidad de conseguir capital extranjero, y con la protección que el gobierno no dejaría de conceder? L. exportación - no pudiendo la industria nacional, en nin~ gún caso, absorber una gran producción - quedará siempre como principal colocación. ¿A qué mercado? Sería un error el pensar que como para otros productos, pueda ser la R. Argentina. Primeramente, porque no es probable que la industria de tejidos, en ese país, llegue en un próximo porvenir a un desa· rrollo comparable al que alcanzó en el Brasil, pues el earácter general de la organización económica es muy distinto ••: y las condiciones para la industria aludida son mucho menos favorables •••. Por otra parte, Argentina puede producir el algodón que necesíte, y si por un tiempo le conviniere comprar parte en el Paraguay, nuestro comercio estaría siempre expuesto a los caro bios de tarifas aduaneras. . • De"sde 1730 hasta 1808, UDa larga serie de reales decretos vinieron prohibiendo caai todas las industrias del Brasil. Una dé las más heride fue la. de tejidos; ·pues lo único que el gobierno de Portugal permitió, en 1786, [lle la fabricación de 108 géneros más ordinarios para uso excluaivo de loa e~a';OB. Pero a principios -de este 8i~lo ya Be contaban··como 100 fábric.&a, con trece millones de libratl esterlinas de capital. La industria siguió en aumento, siempre contando sólo con el consumo del paía y el brazo. nacional, ':t~t1J..,,::lo a absorber de 80 a 100 millones de kilos de hebra. Actualment.e, wu.. "t.11;:' ias fábricas produce por año más ~e dos millones de kilos de hilo y seis romanes de metros de paños anchos; otra tien~ 2230 .telares y 3000 ohreros; ambas en San Paula; pero centenas de fábricas se extienden desde el Sud hasta el Pará, producen todo el hil3 corriente hasta el muy fino (N0 100), Y el 85 a 90 ~ de los tejidos que necesitan los 36 millones de habitantes. El Paraguay, proporcionalmente. consumiría el produccto~de media dOC&na de fábricas cuando menos, ablorbiendo algo más que Ja producción actual de algodón." •• Argentina es país que trata de exportar lo más que puede de 8UI prndut"t,o(;, para poder importar mucho; con eso el monto de su movimiento comercial internaciomu es enorme; los obreros ~n en gran mayona extran. jeros y fluctuantes. y los salarios altos. Brasil es pais que trata de utilizar y elaborar él mismo todo lo que puede de tiua productos, con el fin de bastarse a al mismo e importar poco; con e80 el monto del comercio internacion81 e8 notablemente disminuido; sus obréroa BOn en gran mayoría jn~igen.s y muy I , ¡ EL ALCODON y LOS ALCODONEltOS liT La uportación a Europa - y eventualmente a alguna otra porte del mundo - quedará como única solución definitiva y firme de la cuestión colocación. Parecerá a muchos que la CUelltión ya está resuelta, dado que hasta aqul se ha vendido. Y sin embargo, para un muy próximo porvenir, no lo está. Acabamos de salir de una época de precios excepcionales, en la que todo lo que podla llamarse algodón se vendía. Los precios ya han bajado notablemente, y como es natural, la eXIgencia respecto a la clasi Cicación, ha subido al compás. Sin embargo, es de prever que el precio de los algodones medianos o inferiores baje algo más, y que algunos no puedan sostener más la competencia mundial. Esto último lJUelÚ! S'ltCeder aun cua·ndo el algodón se mantengaenlacalegorÚl.de mediano (midliny) , pero otras circunstancias sean desfavorables; p. e., gastos de transporte más elevados que los de otros paises, inseguridad de bodega, y escasez de intercambio comercial. Y este puede ser, y es, el caso del Paraguay. De ahl, la necesidad que tiene este pals de hacer todo lo posible para producir un artículo más que mediano. o superior - y no pudiendo producirlo exclusivamente - la necesidad de que el artículo mediano que produzca sea uniforme, bien separado y bien preparado. La alta convonloncia d. producir un ortículo-H11lrlorresulta de las condiciones que asoman en el mercado mundial. Ya hemos visto (P. 17-22) cómo en los principales países productores del mundo, las probabilidades estén por un aumento de la producción de algodones de hebra corta'. A lo dicho se puede agregar que la reacción se acentuó últimamente en la Rusia Asiática tambíén. y que el Congo produjo en 1925 6750 toneladas más que'~T, 1":'>.', y que el cultivo se extiende ahora por Uganda y Kenia, mediante el esfuerzo inglés, doblemente interesado. Todos son productores, ,en máxima parte, de heb~ corta, oscilando,en torno fijo!!, y los salarios relatÍ\'amenle muy bajos ($ 1,00 a $ ],30 moneda argentina por dIa). Sin contar la amplia aui.onomía de los Ebtados del Brasil, que les permite organizar su propia ~conomía. y el número elevado de grande. puertos de importación directa. ••• En 192-1-25, Argentina importaba de lnglaterra 17000000 de yardas mú, de tejidos de algodón, que el año económico anterior. Su gT'&D comercio con Iglaterra y otro! paises, no bace probable que Arg~ntina trate de independentizarse en un articulo que tan fácilmente paga con su exportaci6D. • Hasta en Egipto, la tendc:J.cia lque desde 1924 se acentuó} 8 abandonar el Sakelláridis y substituirlo por el Zagora y el viejo Ashmouni, hace que la producción de las hebras más largas disminuya, favoreciendo a la de hebras medillJlBS. que son mAs productivas fel Ashmouni rinfie un 50% m" que t'1 Sakelláridis y se vende sólo un 16 o 20ft más bara.to)- tBoletiA [8ternacional de Agricultura. 11. 1102. 58 Dr. M015E5 S. BERTONI de la midling; pues los ensayos de Sea Island y Egipcios no dieron el resultado que se esperaba, o muy limitadamente. Debemos agregar otro comp('tidor temible: lo sedo ortificiol, o glos, como ahora se llama. Su fabricación está en progreso. Se puede pensar que el gran resurgimiento 'de la industria' de Alemania - pais que. por otra parte, no tiene más interés en producción de algodón, habiéndosele arrebatado sus colonias 'dará un grande impulso a esa nueva industria. Todos los pois.s intentaron o intenton producir hebra lorga, en vista de la probabilidad que claramente marcan tantos indicios concordantes. Los resultados fueron o van siendo negativos o dudosos en el mayor número de casos: pero esto no hace sino aumentar los precios, pues la' demanda y el consum!' aumentan notablemente, debido principalmente a las nueva~ aplicaciones de I~ hebras largas, omedianas pero muy resistentes y elásticas. Por lo demás, los malogros se explican, y sus causas no son de tal naturaleza que nos aconsejen a desistir, sino, por lo contra· rio, deben estimularnos en ensayar el cultivo de los Algodoneros de calidad superior, sin dejar por esto de extender el de los -buenos medianos-, que a falta de un precio de venta muy elevado, tienen un gran mercado, y lo conservarán, si sabremos someterlos a metódica selección, amejorándolos a medida de las exigencias. ' ' Contrariamente acierta opinión, hablandoPEARsE de climas y tierras cqmo :1¡¡¡¡ nllestras, declara terminantemente: - -La especie hérbácea (Upland = G. hirsutum) es excelente para SAo Paulo; pero en los otros Estados sólo puedo recomendarla cuando la especie Riquez;a I\O,.IliQduce bien-o ;.l\..l.hablar del estado de S. Paulo, ese relator se refiere a la parte meridional y central, donde se cultiva el Algodonero, región templada, con tempera· turas como las de Entrerrios, Santa Fe, Corrient..., v R~,i,tencia, con promedios anuales de 17 l\ 21 grados, lIu\-;::.: ;:::: :t':;.:r.:hn y generalmente no muy violentas: y heladas sensibles. Para las regiones más calientes que tienen de 21 a 24 grados de temperatura como el Paraguay, con verano muy caliente y aguaceros a veces muy violentos - PEARSE insiste en recomendar el Mok6 y el Riñón o Rins-de-boy, variedades del G. religiosum '. Por lo demás, he visto que en Sao Paulo y RioJaneiro se cultiva también con buen resultado el G. barbadense, y buellos agrónomos paulistas o sudistas lo recomiendan, as! como al -Riquezauno de los más bellos y apreciables algodones " . • ARNO S. PEARSE (Jefe de la Comisión Internacional Algodonera): "Conferencia" p. 9, 14, 21, 22. 23. Aoonseja también para v'arias regiones. el "Riqueza", el mejor G. Ainahnn• .ROr tener buena largura 1 alcanzar el EL ALGODON y LOS ALGODONEROS 6' Los algodones de hebra larga, y en general t,.I,u lo~ nlltodones superiores, convienen especialmente para 1", 1',,10.,'" ""lien· tei. Pero no es sólo en los tropicales que Se 1," d" la 1"'" r,'ren· cia cuando las demás condiciones lo permiten, ,'ino "n l"da la zona mundial algodonera. Y las demás con<lieiulh',.n",·"",,·ias pueden resumirse en suficiente cantidad de lIul'ia, o irri¡:al'iún. En los Estados Unidos mismos se viene notan<lo qUe "n la parte subtropical de California y Arizona - con ml'U'" eal"r v m:'s heladas que en el Paraguay, convienen los egipeiu,;. y "o¡'r~ l"do el 'Pima.; tanto que, de 111 hectáreas en l!/Ili, la "",,'rlieie plantada con esa variedad en esos Estados, subi" a 1'""""' heel. cuatro años después. obteniéndose un algodúlI de l""'"'i,larl v elasticidad especial para aeroplanos (R. H. W11.1.1 s, ""''''ciali,;l;l del Bureau of Plant Industry), con un brillo pal'eeido al <Id :i". kelláridis y Sea Island, y una largura semejante. En algunas partes de la zona templadl>-cálida: en Ar¡:l'lia. p. e., la Estación Experimental de Ferme Blanehe ol<l<', IH,r las variedades del Egipcio, cuyas semif!as distribuye oli .. ialmenl" en las regiones de Ol'léansville y Perregaux, cuya8..l"'1I1"·ralura~ son las de la Provincia deBuenosAíres.- La prooueei<in fue hasta 585 kilos por hectárea (TRABUT). Un algodonero Perenne es preferido en las islas de ~lalt... y Gozzo, yen Grecia, en la isla de Santor;n - paises en que sc'le deja 5 o 6 años. Son paises que tienen la temperatura lIlcdia de la provincia de En trerrios, y conocen la nieve, y las heladas cada invierno varias veces. En Argentina, es cierto, las variedades Egipcias y S"" '.J"n.l no dieron hasta ahora el resultado que algunos espel'ab.,,;, :o~:: el ahastardamiento consecuente al cruzamiento nalural de va,riedade_, no permite hacer ninguna deducción se¡:ura. Mas es ~'notable que en Argelia los Egipcios den buen resulwdo, con una temperatura más baja que la del Chaco Argentino, '''g'ú'na nieve en invierno y heladas tardías. Este contraste s<ilo puede ser explicado por la diferencia de sistema. En cambio, .los Upland, de cultivo anual, piel'den a veces algunas de sus buenas cualidades en los países tropicales o de verano muy caliente. En el Cambodge, país netamente tropical o ecuatorial, se introdujo el G. hirsutum y es el qu" domina ahora. Pero el valor de su fibra fue muy discutido: lo, hiladores franceses la encuentran demasiado corta y prefieren los al¡:udones producidos en Estados Unidos pertenecientes a las mismas vamáximum de la st!dosidad (p. 21). •• Vide también: ARNO S. PEARSE. "Cotton in :'-:f1rlh Urazil", Manchesh'r 1924. Con ¡ntrod. del Dr. Migut!1 Calmon. 1"lO' Dr. /ID MD1SES S. BERTDNl riedades bot{micas. En Toga se observó lo mismo, e igual cosa en la India. Frecuentemente se altera también su sedosidad. haciéndose más·áspero y grueso. Creo que esto debe ser atribuído a la violencia de la insolación. Pues A. S. PEARSE declara que la hebra de un capullo abierto durante dos o tres dias' puede' resultar en parte inutilizada (o. c., 16). De donde la necesidad de recoger mucho más frecuentemente que en países más templados, y un aumento de costo que no es compe.nsado por un alto precio como en el caso de los Perennes de hebra larga. Hay que hacer una importante excepción para el 'Riqueza-, llamado también -Verdao- aunque este nombre puede ser dado a otros tipos del G. hirsuturn, pertenecientes a la variedad común cuyas 'semillas llevan pelusilla verde. Es del Centro y Noreste del Brasil, natural de pals caliente, y produce una de las más he!1'!osas hebras, a más de ser muy productivo y robusto. Semill& «mnde. 'No conozco algodón más sedoso que él-(PEARSE o. c. 21); y 'es muy resistente, a más de ser bastante largo(1. c.). Tan autorizado juicio escusa todo comentario. Es variedad especial para regiones tropicales, o subtropicales de verano largo y muy caliente, pues se adapta muy bien al cultivo anual. Los Algodoneros de producto superior pertenecen casi todos a las especies G. barbadense y G. religiosum. De las variedades de la primera especie cabe citar sólo al Sea Island, que es. por lo demás, la más valiosa de todo el género, siguiéndole el Mocó brasilello, que pertenece a la segunda especie, y los Egip· cios...Son Algodoneros Perennes, aunque el Egipcio se preste bien para la 'sieJJ:1bra anual. '. .. .. El Sea Island, a primera vista, parece el que merece la pre· ferencia entre todos los Algodoneros dc he!Jra larga o perennes. Ha sedur~r!~ ~ ro"'P(·r ..... co • :' ~·I·:.:·n!"'""'...."l'\nt(' f .. p ~! objeto de loe más numerosos ensayos de aclimatación. No era para menos. A más de sus méritos, la ruinade su cultivo en los Estados Unidos, vino duplicar el interés. De 117559 balas (de 500 libras) en 1916, la producción de ese pals bajó a 785 balas en 1923, vale decir que desapareció, debido sobre todo al gorgojo de la cápsula (boll weevil). La actividad norteamericana se mudó a Puerto Rico; pero allí la producción paró en poco más de 1000 balas, porque las tierras y el clima no le convienen. Algo se· mejante pasa en otras colonias. En el Brasil no parece que se aclimatara *. a • Asi declara A. A. de ANDRADE. La Misión Internacional Algodo· nera casi no habla de él. En los cuadros del primer autor hay urt Sea ls18nd COD algo de pelusilla verde, lo que indicaría hibridación con un C. ltir.utvm. _ _ _ _ _ _E_L_A_L_GOOON y LOS ALGOOONEROS 61 Es que presenta dos inconvenientes :¡enerales: el de ser delicado y el de ser poco productivo. Para nosotros tiene un tercero; el de preferir la costa del mar y las islas, de donde su nombre. Exige tierras aluvionales fértiles Y. generalmente. abono. Por, ventarrones y fuertes 1IU\'ias durante la madurez. sé apeligra perder parte de la hebra. y la insolación muy violcnta perjudica a las cualidades de ésta. Por tanto, exige en el cul· tivo, recolección. c1asificaciún y prcparación un cuidado que no es para nuestra gente. Por fin. aun cuando produce satisfactoriamente, su rendimiento es mooerado: 250 o 300 kilos en gene· ralo raramente 400 o mús, pero muchas veces 200 y 150. Su alto precio lo compensa; pero no es fácil remediar a los inconvenien· tes aludidos. y muchas veces, imposible. Por fin, parece que sólo muy excepcionalmente da buenos resultados lejos del mar'. . Una muestra proveniente del valle del Jaguarive (Brasil), tl:nla de 50 a 55 mm, de largura, la hebra", Pero el Noreste del Brasil es un pals previlegiado, para el algodón .... y semejantes ac1imatamientos son raros. aun en el Brasil. Los Algodoneros Egypcios. en buena parte hibridos de G. barbadenae con G. religio61lrn. han sido objeto en casi todas partes de experimentos de aclimatación. como el Sea rsland, pues igualmente han seducido sus buenas cualidades y su alto precio. ' Con ellos se pudieron registrar varios casos de buen aclimatamiento. ' si bien. generalmente aislados:, Pero cuando se han querido adoptar las v,ilriedades de mayor valor. se encontraron los inconvP.nJP."tp~ nl1'~ nrp!:;entan siempre lo~ producto~ de cruzamiento o ~~:=:~::~::. ~~tos suelen degenerar tanto más facilmente, cuanto mayor es el cambio de clima. Actualmente. en vista de que el Sake1Járidis también degenera y se comienza a substituirlo. es dificil indica'r la variedad que más convendría ensayar. si se piensa en las oe más -alto precio. Pienso que más convendría el Ashmouni. No es el más bello''''; pero conserva sus buenas cualidades desde cerca de 70 años, sin degenerar en nada todavía, es más rústico y resistente. da un rendimiento más elevado que los otros Egipcios y tiene muy buen precio, razones por las cuales muchos ahora lo prefie' ren en el mismo Egipto. • En E... tados Unido;s se ¡'abria fijado el límite conveniente en 60 millas de la eosta del mar. •• FRITZ JENNY, "Charact. of Egyptian Colton", p. 7. ... "Tiene tierras coyos. rendimientos por heetárp& gon mucho mayo~s que en el mejor paí:! algodonero" "más gnndcs Que en eualQui~r otro paia del mundo" lA. S. PEARSE, o. p.. p~. '1:7 Y ~) . •••• Su hebra es medio lar¡.ra(35 mm.lydecolor crema amorenado (crt'a- my brown). F. JENNY. o. c., 5. BIBLIOTECA NACIONAL DE AG~ICUlTURA (BINA) Dr. Moisés S. Bertonl 62 Dr. MOISES S. BERTONI . ------ El Cossypium re/igiosum es sin duda la especie perenne .,. 'que incluye y,,¡-jerlades de hebra superior más adaptables.a nuestro clima, pues se trata de la especie indigen" de estas regiones '. Es el Algodonero Perenne por excelencia. La planta. no solamente vive muchos aflos, sino que sigue con rendinliento satisfactorio durante más tiempo que ningur,a otra especie, esto es, 10 ailos y aun más, habiénde-se visto p!:lntas que todavía producian a los 35 m10s de edad ". Has!a en las islas del Mediterráneo se encuentra conveniente consen'arla durante 5 o 6 años. La variedad para nosotros más interesante es el·C. re/igiosum vitifolium. Sin restar méritos a la variedad brasilie1lsc y al Riqueza, esta variedad presenta dos tipos de mucho valor. El primero es el Alocó, oMbocó.. •. Esta variedad ha despertado la mayor admiración de la Misión Internacional Alg00nera, por la longitud de su hebra, que iguala en esto a los algodones más largos. su gran finura, sedosidad y resistencia, y algunas ventajas en que supera a todos. 'Es sin duda igual al mejor Egipcio' y 'puede faci!mente rivalizar con el Sakelláridis' ..... A eso agrega un rendimiento muy elevado; en Serid6 (Rio Grande do Norte), sin ningún abono y sin riego, en tierras más o menos agotadas, produce generalmente un 25'10 más que en Egipto..• .., donde el Algodonero tiene fértiles aluviones,abono anual, riego ideal y cielo sin lluvia para todaJacosecha....... Aestai; ventajas el Mocó agrega la de una duración extraordinaria, pués • Sin contar aquellas entre las variedades egipcias que vuelven hacia ..~~~~ 8tPecie. o participan de. ella; pues .el C. .,di,io.p"! entró por mucbo... ~~_ ··rr-.¡:rcrtrsamiento Y mezcla egipcia. .. •• En Santa Catbarina, Brasil, se¡1Íft la .Geographical Review. de Ñueva York, Enero 1920. .... '.!.b~~-5-.~"'; r r.ollorjA ",r' 1.,.. rli:.. :p,·,,,>¡. .1..1 Sud, este nombre guaraoi, que es ~I uo= ~o. ~..........:; :..~: __ ._. : ~_ :_.1 ;'. :~ue 109 indígenas y gf'nte Isertanejat suelen llevar para cargar toda clase de pequeños objetolJ, y es necesario sea tejida con el hilo más fuert.e y cerrado, cuando 00 es de piel, como en muchas partes abora se estila. . ..... A. S. PEARCE (Jete úe aquella Misián). o. c., p. 9 Y 22. ....... A. S. PEARSE, lo c. 22. Advierto que el Egipcio sin riel"o da mucho men08; de ahi, lo dicho a la página 34. •••••• El rendimiento medio en Egipto, de 1894 a 1916, en hebra limpia, fue de 504 kll:. por ht:'ctárea; .3obre esta base, el del Mocó tlerfa de 630 kg. el mayor rt.:ndimiento medio conocido - con máximun de 900 o 930 kg. que me constan por informes fidedignos-también el mas alto guarismo conocido. Obtiervo que, por la disminución de la cantidad de agua disponible, debido a la enonne sangría que los Ingleses hicieron al Nilo en AS8uAn, el rendimie· nto medio ha bajado posteriormente a unos 385 kg. Y pUl'de I d ahora de 400 kilógrllmos apr~ximadamente. EL ALGODON y LOS ALGODONEROS IIJ "produce bien durante 10 a 15 años". mientras en Egipto la duración es de un año'. Y no basta: "resiste a toda seca"y para completar- "resiste también alas grandes lluvias. mientras las otras variedadcs sólo podrian soportar bastante humedad del suelo..... . El Mocó es el indicado para una gran parte de la extensa región algodonera del Noreste del Brasil, según la Misión Internacional - pero de allá es indigena, y por tanto adaptado a las condiciones de ese clima especial. Seria aventurado calcular sobre su adaptación a las nuestras. Mas hay seguramente regiones paraguayas en que muy probablemente prosperaría. Empero. por varios motivos, por abora seria dificil conseguir semillas. El primero es que - debido al nunca bien ponderado descuIdo general - es raro encontrarlo puro, y aun casi imposible recorriendo los países donde está menos cruzado (PEARSE). que son las cuencas del Seridó y Yaguaribe y el Ceará y Parahyba. Sería necesario no caer sobre un híbrido verdadero - que los hay"'- y partiendo de un tipo de mero cruzamiento entre varíedades. someterlo a la técnica de la selección durante el tiempo necesario. Es 10 que ya se está haciendo en el Brasil. El resultado será probablemente obtener el mejor Algodonero del mundo, dada su belleza y las otras ventajas que presenta. La especie Go..ypium religiosum es muy probablemente indlgena de estas regiones también y el antiguo cultivo guaraní nos ha dejado algunas variedades muy apreciables..... que debemos tener en cuenta. La Dirección de Agricultura y Defensa Agrlcola "dí w expresa (Bol. N9 6): - 'En la Región Norte del Pals se culti>-a' aún una variedad derivada del brasilie,..e que tiene ventajas especiales para el cultivo.. Existen también otras variedades nativas paraguayas, cultivadas para la industria casera de tejidos, que son muy interesantes como base para la formación de tipos . superiores. por su mucha producci5n. y por la longitud y contextura de su fibra. El aprovechamiento de estas variedades es uno de los factores para el fomento del cultivo de que hará uso el Banco A¡p-icola en el plan que tiene trazado'. A. S. PEARSE, o. e. o (Jáginag 22 y 23 respectivamente. G. "ir_ldarn, por ejemplo. La ftlIeión 1. A. Yió cultivos intercalados, un liño de e!\ta espeeie y etro de Moco. y en otras plantaciones, • y" ••• Con. el hasta cinco variedades entremezcladl:L;j. •••• Durante el coloniaje, hasta muy tarde, fueron 109 Indios GuaTan(es los que fornecfan todos los tejidos de algodón 'que los Españoles necesitaban. 8610 se importaba algunos ve8tuario~ finos. En ca~bio. se exportaban te· jidos iudlgenas para Buenos Aires y otras ciudades dcl litoral. 64 Dr. M01SE:S S. BERTONl El Algodonero Criollo del Paragnay, subvar. del G. re1igiooum vitifolium, o variedad paraguayense del G. vitifolimn conside- rado como especie (v. pág. 34>' merece detener nuestra atención, no sólo por ser tal, sino por haber sido el más cultivado en el Paraguay hasta pocos años ha, como también por sus cualidades. Desgraciadamente, el gran decaimiento del cultivo del Algodonero después de la guerra de 1865-70, causó su abastardamiento, y tal vez sea hoy dia difícil encontrar el tipo puro '. Pero, sometido a metódica selección" volvería seguramente, a dar el hermoso producto de antes, producto que sin ser comparable con el Sea Island y el Mbocó, siempre tendria mercado remunerador y seguro, por su superioridad sobre el Upland. , Pues es de recordar que es esta variedad la que hi,zo la fama del algodón paraguayo - fama más bien teórica, porque no se ha sabido aprovecharla comercialmente - pero perfectamente fundada en estu<,lios y ensayos técnicos serios. El primer informe es de 1861; lo reproduce Du GRATY con estas palabras: "El examen de una muestra remitida a Amberes dió lugar, por parte de personas competentes, a las siguientes observaciones: La muestra remitida era algo reducida, para poder dar un juicio completo; sin embargo, a pesar de su irregularidad", 'Be puede decir que la hebra es targa y fina, pareciéndose al algodón del Brasü de mvy buerw clase"'; es un producto muy hermoso, /[IU valdrÚL hoy dÚL de 150 a 160 f!'ancostas 50 kilos, en Amberes" ..... •Los hilanderos ingleses reconocieron la superior calidad de la he/n-a larga, sedosa y resistente del algodón blanco del Paraguay., dice DEMERSAY en su celebrada obra. Más tarde esos juicios siempre fueron confirmados. Muestras enviadas del Alto Paraná a las Exposiciones Universales de Pans (1889) y • ~e8pu.é8 ~~ la cat~t!~ofe na~.ional. el cul.tiy~ habiendo sido casi abklldonado. ~ :..:a~a.......'u" oc: ..•.. ~ .....)... r; •••. ,.~.. ¡,.-' ~ .. .-•• gadón más temprano y h~rmo80 se recogl8 para el pequeno UbO UOIII"bI.ICO, y los capullos peor~ y más tardfos quedaban para la reproducción natural, o "guachería', y las rar1tB·Y diminutas siembras. •• No creo haya habido cruzamiento ~n aquel tiempo La falta de uniformidad en la largura, se esplica por la ausencia de selección, ignorada ~nt6nces. PeTO ese defecto - remediable - aumenta el vaJor de la conelu· sión a que llegaron 109 péritoa. ... !Que pronto notaron esa analogía!. No obstante la diferencia de largura, tiene mucha semejanza con el Mbocó. •••• Equivalía decir casi el doble de los algodones eomunesque aquellaa fábricas importaban. No es de sorprender: el Padre LOZANO afirma que ten el siglo XVII) en el PGr06uoy.C hacía,. con él 'Vid". ",Oft dc/wotl.- JI .útile•• que par.c... cGmbrayu" (Historia, 1. 242'. Nótel'e que el cam hrai era una finí~ima tela de lino, articulo de lujo que hito célebre a la c-iudad maJlufacturcra del Norte d-: Francia, C.~br&i. EL ALGODON y LOS ALGODONEROS ·Filadelfia, fueron admiradas, y en un informe semi-oficial de Estados Unidos - reproducido en el Paraguay - Re decía Que este pals era tal vez el único que pOOla competir con los algodones norteamericanos. Una C1,alidad especial del Criollo Pararrlluyo rR RU rc.";stencia a las variaciones de humedad. Sin ser el m;,s rcsistente a la seca, lo he visto sostenerse, en la época m'¡s caliente del afio, durante mes y medio sin lluvia. Pero no conozco otl"a variedad tan resistente a laG lluvias continuadas y al exceRO de humedad. Es la más indicada para nuestra región más lIuvio"a. que es la faja al oriente del meridiano de Villa Rica *. Esta resistencia es carácter común de la subespecie uitifolium, pero en ningún otro tipo es tan pronunciada. Como variedad perenne 'y arbórea iguala a su hermano, el Mboe6, pues vive más de 12 aflos. Pero seña aventurado afirmar que dure en buena producción más de 8. en normales condiciones. No existe interés económico en forzar la nota en este sentido; y esto es cierto para todos los Algodoneros de cultivo perenne, como veremos. Más conviene renovar la plantaci6n después de limitado número de anos. En cuanto a rendimiento, nuestra variedad puede igualar con el Mbocó, con el cual tiene tantas analogías. En igualdad de condiciones naturales y de cuidado es probable que le aventaje y resulte la primera del mundo ". • LOZANO, hace 2 siglo., y. indicaba el departamento de Curnguaty y el Caaguazú como región donde mejor 8e daba - .y 8e forma la pl .... la A.rOO!. fructificando varios an08 seguidos. ("Historia", 1 242). . •• Encontré esta variedad par.~nay.,... en varias partes del país., entre Jos Indios del Alto ParantL, siempre con los mismos eoructeres. Desde 1886 la tuve entre mis ensayos. Y siempre noté que su h~bra no presentaba un. longitud uniforme, pues esta variaba en general entre 26 y 32 mm.. alcanzandó a vecee a 35. Efecto evidente de la compl~Ul ausencia de selee· ción, e indicio de lo que una selección metódica y constante pndrá obtener. En 1895 resolvf someter .a renclimie,.to a un ensayo riguro90. y pftra eliminar toda duda, hic~ yo personalmente todas las peslldas. Llevé paralelamente un registro meteorolóRico completo. En el N0 1, tomo 1 de .Re· vista de Agronomfa. (Asunción, 1897), el estudioso podrá ver todos loa deta· Iles. Lo8 resultados Jueron reproducidos por muchos peri6dicos extranjeJ"08, J el trabajo Cue reproducido integralmente por las r~vista8 alemanas .Export. y «Echo.. Ese estudio lo hice durante 2 años consecutivos El rendi~ miento por hectárea alcanzó a 1026 kg. de hebra el primer año (húmedo} v 954 kg. el segundo (fleco). Pero en aquél. dió 704 kg. de hebra perfectamente madura y 322 k~. de hebra no bien madura. mientras en éste di6 ai4 kg:- de madura y solamente 90 kg. de no madura. Comoquiera que Be eonaidere. eatos datos representan el maximun hada altora obtenido en el mundo. La tit'.rra era excelente, de roza en bosque virgen; pel'O sin abono, ni otro cuJti- 68 Dr. MO/SES S. BERTON/ Otra ventaja que pre,enta el paraguayense, es la de no apurar tanto la recolección. Durante los 5 meses y medio de maduración, me bastaron 20 recogidas en el año húmedo y 12 el año seco, o sea, término medio, cada 8 dí~s en e~tación lluviosa, y cada 14 en estación seca. Esto proviene de que las válvulas de sus cápsulas no se abren tan patentemente como en otras variedades; de modo que el algodón no es tan fácilmente echado por la lluvia y los vientos. Verdad que, por la misma razón, la cxtracción del algodón exige frecuentemente un segundo más de tiempo. Pcro esto es compensado por la altura de la planta, que permite trabajar casi siempre parados, 10 que cansa mucho menos, especialmente durante nuestro verano muy caliente y de ardiente sol. El Mondihpihtá, o Colorado, llamado Algodóí en el Brasil, Pardo o Fulvo = G. re/igiosum val'. mustelinum - merece llamar nuestra atención. Probablemente indígena del Brasil (v. pág. 84). cultivado en todas partes por los Guaranles. por su hebra que va de leonado a castaño según los tipos, color muy apreciado para sus ponchos listados, fajas y cubre-cabezas,.este Algodonero aparece en todas partes, si bien muy limitadamente cultivado.. .sin embargo, en el NUJ.:este.deI.Brasil se le explota comercialmente, y parece que en el Perú también'. En su ve· getación y aptitudes para el clima se parece al precedente; pero es algo más temprano y resistente. Su hebra fue empleada en la fabricación de sombreros y para tejidos de media lana o imi· tación. No sé que haya obtenido mucha demanda, pero si, que obtuvo muy buenos precios *. No se debe dejar de estudiarlo !illsQe!!.1 punto de vista~omer~aL La'variedod apospermum, o Algodonero Cáute, perteneciente al grupo brasi/iense, que es tenido por algunos como especie, merece llamar nuestra atención. por la particularidad de prosp~rar PfI tt)rr~",n!=l ~ny ~1'·~· .. r>"'''':· :'I)hrr.... Su resistencia en semejantes tierras es tan grande, que puede dar un rendimiento remunerador en suelos tan calcáreos y tan áridos, que ya no admitirían ningún otro cultivo provechoso (v. pág. 35). Es de los más productivos. y francamente perenne, producirá durante buen número de afios mediante una poda convenientemente vo que la limpieza con machete y azada. • .En una importante consignación de algodones paraguayo! hecha en 1897 a Inglaterra, un Jote de a.lgodón colorado se cotizó a 61 peniquea la libra, enépoca en que el algodón paraguayo de fibra blanca se cotizaba en la misma plaza de 5 a 51 peniques, el brasileño de 4¡ a 6. y el norteamericano de clase auperior de 41 a 5, peniques' (GUlLL. TELL BERTONI, tEl Porvenir de) Cultivo del Algodonero en la Cuenca del Rro Parapay •• Asunción 1923, pág. 28). EL ALCODON y LOS ALCODONEROS 117 arreglada a laS circustancias de terreno y edad. Su hebra no es corta, y sin ser de las más finas y sedosas. tiene buena aceptación por su resistencia y relativa uniformidad. Por más que estas regiones presenten notables diferencias de tierras y climas, no podemos pensar en una excesiva multiplicidad de tipos, y sólo hay que elegir los mejores y más adaptables. Por eso. no creo conveniente la introducción del tipico brasiliense o Rlñon (v. pág. 35), porque no obstante ser productivo y fuerte, su hebra presenta cierto grado de asperidad que no conviene para la exportación, y 'puede resultar más tarde un gran obstáculo. Tampoco es aconsejable el Marañón, o acuminatum, por la razón general indicada, y por ser natural de un clima bastante distinto del nuestro. Sin contar que habria que cultivarlo en las regiones que convienen para los otros tipos muy superiores que ya he indicado. Sin embargo, convendrfa recordarse oportunamente del tipo ay[ueatre encontrado a la altura del paralelo 209, qlle se dice de hebra bastante larga y fina· - para someterlo a ensayo, en la posibilidad de encontrar un tipo conveniente para la comarca de Bahía Negra. Por la misma razón general, pasaré sobre las variedades del Gouypium arbóreum, casi todas del Mundo Antiguo: existiendo la razón especial, de ser adaptaciones a climas generalmente muy distintos al nuestro, y en su mayor parte, inferiores o apenas medianas. Igualmente sobre las del Gosaypium herbáceum, del Antiguo Mundo también, con semejantes defectos o inconvenientes para nosotros, y el especial de ser todas de fibra corta, y generalmente inferiores a las de la esp"",'~ .,. guiente. La especie Goasypiiun hirsutum nos ofrece, en cambio, vao riedades o tipos de los cuales' Ílo es posible presCindir,. pues induye a los Uplands - que son los de mayor cultivo en los Estadbs Unidos - asi como al RlqueIa ya los BIg-BolI, que son los de hebra corta o mediana de mayor cultivo en las regiones subtropicales y templado-cálidas del Brasil. Es la especie que se hubiera debido llamar 'Herbáceo' - como algunos siempre la llaman - si malhadamente no se hubiese dado este nombre al G. heTbáeeltmdeLineo. Y es la especie americana de cultivo anual, o "Aoual", que llamar se quiera (v. pág. 40 a 43). Se suelen dividir los Uplands en Hebra-oorta y Hebra-larga. • GUILLERMO T. BERTON1, "Porvenir del Cultivo del Algodonero en la Cuenca del Rfo Paraguay". llig. 28. El nombre de Gonypium brtuilienJte fue usado por algunos autores como sinónimo de C. re/ig;o.u",. Conviene tener pre!'lente que debe ser reservado para el grupo Riñ6n, KidDey oRine de Boy. 9ubespecie bien caracterizada. 68 D,. MO/SCS S. BERTONJ A los primeros pertenecen los tipos de mucho mayor cultivo actual en el Paraguay. Anteriormente ya se habian ensayado con muy buen resultado algunos tipos norteamericanos de hebra larga', sobre todo los pertenecientes al g¡upo 79 (pág.. 43): AlIen, Georgia Long Staple. Hawkins. entre los que tienen mayor precio y fuerte demanda. Sin embargo, al principio del nuevo movimiento algodonero paraguayo, sin previas averiguaciones comparativas, ni medios organizados para hacerlas, se introdujo gran cantidad de semilla de la región algodonera argentina. El tiempo faltó para estudios preliminares, y la nueva organización paraguaya de los servicios oficiales agricolas. todavía no existia, habiéndose fundado la Dirección de Agricultura y Defensa Agricola cuando aquella introducción ya era un hecho. que por el momento era preciso aceptar. Según los nombres que fueron dados a publicidad. en la omólgomo Introducido predominan tipos Uplands de hebra corta que guardan cierta analogía entre ellos. Esto atenuó los inconvenientes de la mezcla; pero no pudo haberlos eliminado completamente. Primeramente. porque la falta de uniformidad del producto comercial se produce también (aunque menos) por cruzamicnto de tipos parecidos, toda vez que este cruzamiento no haya sido buscado, con un propósito final. y de una maReTa estudiada y oportuna ". En el caso. el cruzamiento (en Argentina y aquí) fue natural e involuntario, por tanto sin objeto determinado y de todos puntos inoportuno. En segundo lugar, en la región algodonera argentina. la mezcla natural y la desordenada ya se habían producido por el cultivo de tipos pertenecientes a grupos de Uplands distintos (v. pág. ~ y 43) •. Y ¡¡una variedades bótánicas y a especies diferentes •• ,. • En la extinta F.flcut"1a NecioD31 de Ae"i("l.'ltura. Agronomla'·, Ver la ··Ulbllr.>lratl..... Véase "Revista de . •• Cuando el cruzamiento y la aclimatación de do~ o varias tipos suceden en el. mismo tiempo, se presentan también alteraciones debidas al aclitnatamiento. Esto complica la cuestión, produce resultados ¡mprevitltóB y obliga a un trabajo de selección más atento. ••• La prensa diaria - en la que tan frecuentemente las personas me· jor intencionadas, pero faltas de conocimientos especiales, tratan y resuelven euestioof's agricoJaa que requieren madur03 ~tudios con la preparación india· pensable, o Cuando menos, una larga práetica directa - contribuyó más biea para agra-VAr el mal que se preparaba. menudeando in Argentina 108 conae· jos inoportunos a los agricultores y & los gobierno" y generalizando en el Paraguay. a más de eBO, la idea de qu~ todo fuese bueno e imitable lo que en ACientina 8e bada. . 000 EL ALGODON y LOS ALGODONEROS •• LA ELECCION DEFINITIVA DE LAS VARIEDADES a cultivaruna vez conocidas las condiciones naturales de un país - constituye el problema capital. Los errores en este sentido 60n siempre de lamentables y prolongadas consecuencias, causando en el menos grave de los casos, pérdida de tiempo y dinero. Después de lo expuesto" huelga insistir sobre este punto. La distribución de la. variedades O clases, debe ser regional. Es raro que para un país de cierta extensión convenga un tipo único. Es casi imposible, si el país tiene una extension como la del Paraguay; y'lo es en absoluto, si el país presenta regiones notablemente diferentes bajo los puntos de vista del clima y de las tierras. La elección exige por tanto que, previo detenído estudio, se divida el país en regiones algodoneras reales o potenciales. Las Reglanes Naturales ya tuve ocasión de indicarlas - como resultado de los estudios hasta aquí llevados a cabo - en anteriores publicaciones·; y como su deslinde se hiciera sobre la base del clima, de la composición del suelo y de los accidentes geograficos, pueden servir para la dístribución algodonera también, siquiera en sus grandes líneas, con las modificaciones que los casos especiales puedan sugerir. Observando solamente que - por las necesidades de la selección y del establecimiento de Estaciones Experimentales Regionales, y de toda la organización de los servicios -la adopción de un número elevado de subdivisiones no convendría Sin embargo, las reglones o camarcas como la calcárea del Nort. '/ la do! Rlo Apa presentan terrenos tan distintos, que no seria nn.;hl" cultivar en ellos la misma variedad, con resultados iguai;;~~~.:~ satisfactorios. La primera sobre todo, es casi incultivable por la elevadlsima proporción de cal; y en una gran parte cuando menos, dudo que otro cultivo pueda medrar, que no sea el que sobre la fe de los agrónomos de las Antillas indico. Sin embargo, para ninguna de las dos parece posible indicar un cultivo más convenientE! que el del Algodonero. Fáltanles una población más densa, para que este cultivo adquiera el desarrollo de que es susceptible. Pero ya se puede empezar y el establecimiento de algunos cen tros coloniales algodoneros, detendría allá una parte de los emigrantes Paraguayos que van a valorizar el territorio brasilero. En la lOna Norte del Chaco existe una inmensa extensión de tierras más o menos aptas para el Algodonero. Allí, la escasez de población es aún más grande, y además, fal t3 un estudio • .ConJidoIf8. Gencm/u d. l. lr:da Orgánica. Aaunci6n, 1913. Div¡.ió,. T.rritonol•. Con un Mapa Fisiogr.¿fico. Agrológico y Climatológico. 1D Dr. MO/JE.S S. BLRTONI .agrológico de los terrenos, con el fin de establecer las distincio. nes' oportunás. '"Hay tierras salinas, y aun calcáreas. Pero, el conjunto parece más apto para el Algodonero que para otro gran cultivo', porque la suma anual de lluvia sólo puede ser·calculada, como término medio, en 900 hasta 1200 milímetros, y el estable~ cimiento de un sistema de riego, sólo podrá hacerse en el por· venir, y no será fácil y probablemente será de resultados limita· doª, La distribución de las variedades aconsejables sería en mi con· cepto, basado en maduro estudio, la que en el cuadro siguiente se expone. No será necesario advertír que no ooda la región indicadaseráapta para la variedad aconsejada; pero no es admi· sible que se cultiven varios tipos en la misma región. Además, es tan grande la extensión de estas regiones, que basta que sea apta una pequeña extensión de cada una. REGlON DEL CENTRO: Los actuales Uplands provisoriamente. Elección y seleccion de un tipo Upland único. Anual. REGIÓN DEL SUROESTE": Variedades superiore del G. hiroutum. Grupo Upland Lar. go (AUen), que exige suelo húmedo. Cultivo anual. REGIÓN DEL ESTE O DEL KAÁ·GUASÚ : al lnt&rilYr y Faja Serrana: RiqueIa o Peterkin. Cultivo anual. Los experimentos deben ser hechos en lugar mediana· mente·expuesoo a las heladas, no en abrigado. . b) Faja del úitlYral o Costa del Parami: Un G. r. lJitifoI¡¡¡rif' (paraguayenBll o Mbocó). Perenne. REGION DEL NORTE: Un G. r. lJitifolium (Mbocó o paraguayense). Perenne. REGIÓN DEL APA: . J a) Comarca del Rio Apa: Cñuto, Eventualmente el mu.· telit,'üm. Perenne. b) Subregión Calcárea: Cáuto (apo.permum). Perenne. CHACO BOREAL PARAGUAYO (al Norte del Trópico): Un lJitifolium, o el Cáuto. Perenne. CHACO SUD PARAGUAYO: Egipcios. Ashmuni, Experimentación del Yoanovltth. Cul· tivo anual. Organizar el riego artificial. • La colonización mennonita podria ser el mejor comienzo la utilización de una gran parte de aquenos terrenoa. yla bale de •• Adopto gustoso esta oportuna modificación del nombre de esUirt!gión, modificación indicada por la "Geografía del Paraguay" 6' edición. ' U ALCODON y LOS ALCODONEROS 71 Esta distribución implicaría, para todo el Paraguay, 6 hasta 8 variedades. No es exagerado. El Egipto. sobre una superficie mucho menor, y condiciones menos variadas, cultiva 11 variedades", sin contar algunas secundarias. Ciertamente esto líltimo parece excesivo, y debe haber contribuido mucho para los numerosos cruzamientos que hacen tan poco durables a los tipos egipcios. Pero el caer en el exceso opuesto, en IIn pals tan variado como el Paraguay, haria imposible destinar a eada región la variedad que más le convenga. • Albmouni. Yannovitch, Zá~ra, SakellAridi., Mit-AfiCi LoDr. )lit... Afifl Caun, Noubari, Abiado Abusi. e.IUDi y A8Iili. BIBtlOi~C~ ¡¡:'C¡:.. hL 1:. AG~ICULTURA (BINA) Dr. Moi.t. S. Uertool CAPITULO VII. LEYES Y PRACTICA DE '. LA SELECCION. ELECCIONAR, ES HOY DíA UNA DE LAS mayores preocnpáciones' de todas las ramas de la agricultura intensiva y progresista. La ausencia. de un conocimiento si~uiera elementar de la selecJ ción, detuvo durante miles de años al progreso agrl~ ~ cola.' Los conocimientos relativos a las leyes del cruzamiento. dela adaptación, de la variabilidad y de la mutación, en las plantas y los animales. han dado, en el siglo pasado y en lo que va del presente. tal impulso a la agricultura y ganaderla moderna, que no se ven límites a su progreso y amejoramiento. Pe'ro la condición es el trabajo constante. . La selección no es una operación previa, que se pueda descuidar después de haber obtenido un resultado satisfactorio. Es preciso que siempre sea hecha, sin límite de finalidad, y cada vez más atenta y minuciosa. De no ser así•..:i:A.'l resultados obtenidos ~e pier..den,.o se atenúan. o se va rebajando su valor relativo. . ,.....~. eJ.¡es. ~ contrariamente!, ciertas teorías darwinistas - ni ·l~aptación. ni la selección pueden producir formas absoluta.mente fijas. Los nuevos tipos que se obtienen, tienen una mayor o menor tendencia a volver· a su estado primitivo. sobre todo si se &ltcJ,u;j,.)rl ¿.lb",:'. ~:..: .:~;:¿kj()!".~: =:~ r;ue la adaptación se ha MlO son fija::; Ja:> J.U1'llla:s )J1"l"-J.ucidas por ese sor- producloo. prendente fenómeno que es la mutación. Pero las. formas producidas por mutación, aparecen espontáneamente, derepente, y no podemos provocarlas *. Además, presentan caracteres imprevistos, frecuentemente contrarios a los que se desean, y que no podemos modificar. En algunas plantas de hibridación menos .. El gran descubrimiento de la' l1\utación.debid,o al botjpico DeVrie., ha venido a dar un golpe mortal a fa Leoria darwinista del tranaforrni.. IDO y ha echado una nueva luz sobre 'tI proplema del origen de las especies. Si elite problilma no está resuello, cUlindo menos ahora sabt:ID08 que la solución no está. donde cr~yeron hallarla LAMARCK. WALLACE y DARWLN. La mutación es COIDO una creación continua. de formas, variedad..:!8 y aun especies Duevas, creación debjda a,una fuerza desconocida o a una c,"u8a que por ahora almenos, queda fuer~ del domi~io de la ciencia. EL ALGODON y LOS ALGODONEROS 73 fácil y menos infectadas por los cruzamientos, se puede esperar de la mutación formas más convenientes. En esta planta, como hemos visto, la variación es lo más temible. El provenir nuevos obastardamiento., debe constituir la primera serie de medidas urgentes. Y estas medidas deben ser mantenidas permanentemente. Pues de nada serviría la selección sin una protección contra nuevas cruzas y nuevas causas de decadehcia. Todo esfuerzo resultarla malogrado - y oomo ya sucedióen otros países y en otros tiempos -- tendriase que recomenzar siempre el mismo trabajo, para expurgar por un lado lo que por el otro lado se volverla a contaminar. la prImera de estas medidas debe de ser lo fiscalización de la semilla. Es también la más importante, y debe ser impuesta con todo rigor. No debe ser transitoria, sino permanente-o Las disposiciones no deben admitir excepciones, porque toda excepción es peligrosa. El Estado mismo debe someterse a las reglas que se impongan; por ejemplo, evitando toda introducción fiscal de semillas extranjeras para los plantadores. Pues el control de l1J semiUa e,úge, como condición fundamental, el c.o1wcimiento peifecto de las plantas que la han producido, y del origen de estas plantas, cosas que prácticamemente nunca se pueden averiguar debidamente en país extranjero. El titulo de 'seleccionada> que se ortogue a tal semilla, aun cuando es serio, no es suficiente garantia; pues una buenaselecci6n s6lo puede ser hecha en VÜlta de ta regi(m en que ta 'misma semilla se ha d. sembrar, y aun debe ser hecha dentro de la misma región. loa Imposiciones legale., como apEcación práctica de '.1.~ principios, son naturalmente susceptibles de ciertas moti;;;,..ciones según los paises. Pero necesariamente deben comprender las siguientes disposiciones: . 1" Prohibición absoluta de toda' introducción de sémillas del extranjero por particulares, cualquiera sea la cantidad. . . 25 Prohibición absoluta de toda venta o distribución de semilla por particulares, aun cuando se den como provenientes de plantaciones selectas y sometidas a la inspección oficial. Esto incluye naturalmente, y oon más razón, la prohibición absoluta a los descarozadores de distribuir semilla. o de vender los carozos o pepitas sino a fábricas de aceite y subproductos, las cuales fábricas quedan bajo la misma prohibición --. • El artO 13 de nuestra Ley ~o 581, de 3 Diciembre 1923. dice: .. Prohfbese por termino de 2 afios desde la promulgacfón de esta Ley, la impor· taci6n rle semiltas de algodón por partioularesf. Esta dispo:Jición fue acel'· tada y previsora, pero debe ser manlcnirla, refonada y compldada.. •• L. .Reglamentación del Servicio del AlgodófiI del Estado de San 74 Dr. MO/5E5 S. BERTON/ 38 Fiscalización de los establecimientos desmotadores y de las fábricas de aceite con el fin de vigilar por la observancia absoluta de tal prohibición. Tales establecimientos están pero manentementeintervenidospor un fiscal', y deber, llevar ,registro con el nombre de los fornecedores. localidad de proveniencia. fechas de entrada y cantidades. así como de la aplicación de las partidas. y nombres. cantidades y fechas de las salidas y ventas de sus productos". 'v.."'4~.;"Prohibición del cultivo de otra variedad o tipo en una región algodonera, a más del que haya sido designado para la misma. Esto implica la obligación para cada agricultor. de 'la, destrucción de las plantas de otra variedad o tipo existentes en su propiedad.: y la destrucción fiscalizada de las que puedan existir en los predios abandonados. eriales. y tierras fiscales. Se supone que se habrá previamente efectuado un estudio serio de la región. Si resultare existír en ella un tipo indigena dotado de bUena:;, cualidades. se tomarán las precauciones para aislarlo o trasladarlo a otros puntos donde pueda ser sometido a ensayo sin peligros. Se comprende que la fiscalización de los establecimientos. particulares debe ser aprovechada también para el control di lo. enfermedade. del Algodonero y su limitación. Puede ser exten· dida también al enfordamienta y clasificación de la hebra·... estaPaulo (del año HY13) - la mejor que puedo citar, pues fue hecha, como quien dir(a, bajo el dictado de la Misión ~~nacional Algoaonere y de acuerdo las resoluciones del Congreso lnternl:l.cional Algodonero de 1922 - prohibe toda venta bajo muliu conespondif!:ntes a 300 hasta 7~ ~f09 oro, cualquiera sea. la cantidad (art..81). _ El articulo J;!!S decpmislH!o y ~el comprador Jo pierde ain derecho a reclamar nada y la plantación es destruida. . La introducción de semilla por particulares aunqqe sea para su UIO y en .-::antidadel:! mlnimas. debe ser castigada, también severamente y lin COD ~it'.:iJ;:·~ntos. ~. • Art. 87 de l. citada ,Reglamentación-. , Este fiscal seria nombrado por la Dirección de Agricultura, en nuestro caso. Su sueldo debe ser reembolsado al fisco por el establ~cimientointerveni«io. (no directamente abonado por el eatablE'cimitmto al interveotorL Advi~rto que los reglamentos dei Brasil y de otros paises bien organiza· dos a este res recto, hacen ciertas excepciones y conceden ciertas facilidades (&1tkJ,I.loa..65._ ~ ipciso 6°. 81 inciso único. 84 inciso id.) que en un pals de organización más dificil - como el nuestro especialmente - no deben ser admitidas. •• Art. 88 de la misma Reglamentación, la cual indlca también 101 locales de que el establecimiento deberá dilponer para el almacE'nadode la hebra, de los carozos, del alj;lodón no desmotado, y del enfardado, o del embolsado de carozos, para facilitar )a fii3caJización (art. 86). .f:.oa fardO! pueden ser apro'f'echados por personaa poco Krupuloaal EL ALGODON y LOS ALGODONEROS 78 bleciéndose una primera clasificación regional o lugarei'la de los algodones. Estas dos ampliaciones de las facultades de los fiscales, no imoiden quP. se ponga a cargo de los establecimien. tos desmotadores los gastos de la fiscalización, pues están en el interés de todos, y la segunda es de interés especial de tales establecimientos. Considerando que, por otra parte, la producción oficial exclusiva de toda la semilla tiene por efecto secundario el de asegurar la vida económico de los Estaciones Experimentales Regionales - se ve que el Estado puede organizar el servicio oficial algodonero con poco gasto. LOS' PROCEDIMIENTOS DE SELECCION no pueden ser expues· tos de una manera completa en esta reducida obra. Debemos suponer que los directores y técnicos de toda institución central y de las Estaciones Experimentales Regionales los conozcan perfectamente. Me limitaré, por tanto, a ciertas indicaciones y a los procedimientos que todo plantador inteligente puede y debe usar. La selección, en general, presenta tres fases sucesivas. Durante la primera, su obj eto esencial es apartar o separar de la mezcla la variedad o tipo que se haya escogido como más conveniente para la respectiva región. Durante la segunda, se trata de fijar definitivamente el tipo obtenido, para en la tercera seguir amejorándolo continuamente en sus caracteres más aprebIes. Se comprende que estas fases no pueden ser netamente oO:'o)'f'OOr1~Q ~(\T"I"!1lf·~durante la primera ya se comienza la segunda J ';"umtc t~t::. ~e completa la primera. Pero esto no altera la sucesión necesaria de lo principal, esto es, trabajos de Hparaclóa, fijación y amejoramlonto. ·La primera y la segunda fase competen especialmente a IÍís instituciones oficiales. La tercera, a todos, pues no hay'plañ. tador, por modesto que sea, que no pueda contribuir para el amejoramiento del producto, para el bien de todos y con ventaja directa para él mismo. Aunque en general Jos métodos de selección de los Algodoneros convienen para todos los paises - ciertos procedimientos pueden ser más o menos oportunos en determinadas regiones. Tales los que tienden a obtenor tipos más prococes, O sea tempra· para incluir en el medio algodón inferior. El algodón puede DO estar suficientemente seco, o bien contener mucha hebra no madura. La compresi6n puede ser exagerada, cosa que sucede frecuentemente (véAse más adelante). Todos estos deíectos son peligrosos para el porvenir del algod6n, en eualqui~r país. y es necesario poder siquiera I¡mitarl~. si no suprimírlos compl~tamente. 76 D,. MOISéS S. BERTONI nos, muy interesantes sólo en las regiones que tienen una época - de madurez limitada por los f.ios o por la estación de absoluta sequla. Pues, en estos casos, aumentar la precocidad es aumentar el rendimiento, prolongando la estaciól' en qye pueda seguir madurando. El más empleado, consiste en recoger para semilla sólo los primeros capullos que se abran. o los de la primera cosecha. Una objeción es esta: que el algodón de la segunda cosecha es mejor. Esto parece cierto en general. Tal vez no convenga Iimij;¡¡rse. a los primeros capullos. Pero el hecho de que, escogiendo estos capullos solamente. en Piracicaba se haya podido aum~ntar la productividad en un 20%, indicaría que. en todo caso, habria en este aumento una compensación con creces. El procedímiento es aconsejable en el Paraguay para los Algodoneros Perennes especialmente. El famoso Sea Island es un ejemplo elocuente de lo Que puede la selecelón para la obtención de tipos más tempranos -Cuando este Algodonero fue introducido por vez primera de las Indias Occidentales en Estadós Unidos, era un arbusto perenne impropio para la breve duración de la buena estación en las islas de la Carolina del Sud; pero escogiendo para semilla las plantas que maduraban más temprano, ese Algodonero volvióse mucho más precoz, hasta adaptarse perfectamente a las condiciones del medio'(H. J. Webber). La EleccIón d. las plantas, en todo trabajo de selección, es la primera opiración, y resultaria la más dificil si se practicase sin lI)étodo y sip reglas fijas, y por simple inspección ocular.. Algunos hacen recorrer la plantación por los obreros más inteligj!~.Pl!ro estoOil.puede .ser.vil' sino, para una primera elección· en la que se admitirá un número de plantas mucho mayor. ~o se trata de la selección definitiva de las plan tas para semíIJa.~'ee n~c~~ ~bc~!"·:ar m\l·~h~ ~~ minuciosamente y valerse tie UUCl gui~ i'iKul"o:ia. . Para el efecto se establece previamente una campanencla d. cualidadeS, o punta]e. Esta base de clasificación numérica no puede ser igual para todos los casos y puede sufrir modificación según las conveniencias comerciales del país y aun de la región. Pero siempre se establece cierto número de puntos que corresponden al dll5arrollo máximo de cada carácter y se atribuye a cada planta el número de puntos Que proporcionalmente merece. El cuadro siguiente, p. e., puede usarse para la selecoión de los Algodoneros de cultivo en el Paraguay. 10 he construido de manera que sirva para las variedades principales cultivadas o aconsejadas en esta obra. EL ALGODON Y LOS 77 A.LGODONEROS NÚMERO MÁXIMO DE PUNTOS SOBRE 100 •'ea Is~ 1" -rerl"nnes Uplands, land Egipcios (vitifoli.) Cáulo(l) L ..gura de la hebra en lal reepect¡.,.. variedad Uniformidad de largura del la hebra Rendimiento o producción por hectárea Sedosidad o finura de lal hebra Resistencia de la hebra 15 20 20 20 l. 15 15 15 15 . 15 20 15 15 20 20 15 10 16 10 15 10 lO, 10 lO lO 10 16 lO - -- 10 10 10 Precoddad de la madurez Porcentaje de la hebra al - desmotAr 15 Tamafto de las cApeulas Blancura lO - - 10 10 10 -10 La clasificación d. los plantos '(o lote de plantas) se hace convenientemente dividiéndolas en 5 clases: a cada una de éstas se asigna el mliximum de puntos si lo merece, o bien, 4, 3 o 2 quintos, o 1 quinto de ese máximum; esta última nota siempre corresponde a mala y basta para que la planta sea eliminada: , Corresponderán, por tanto, las notas siguientes: moximum Producción muy fuert .. excelente Uniformo : Resisten. : Rluygrande Sedosidad: muy fina, Madurez: muy precoz Cápsula: muy gruesa 11 quIntos 3 quintos !'.• _: .. L. buena grande fina temprana gruesa __ .. ;~e __ .. 2 aulntos ;'~_-4 Dlediana medr.ana regular nonnal mediana . __ poca poca poca tArdía pequenas 1 aulnto u;.ala muy poca muy poca groserg. muytard'a muy chicas •. E8 lo que no notaron algunos Autores que copiaron cuadros gemejantH de obns norteamericanns. Aplicando esos Cl1Pril"'OS como están, se llegaría a veces a conclusiones absurdas, como la de aplll..llr notas muy m ..18s • algodones de al lo precio. lh. MOISES S. BERTONI 78 ------- - - - - - -------_._. Por lo largura de Jo Hebra: Lar¡;ura mediu Je la h~bra 60 mm. 47 44 41 Variedadcs de ~ebra co~~a T 17 • . 38 • \ 35 Variedades de ht:bra IJlrga 20 puntos. 19 • I~ • l".:tI(.~"· 16 • ''10---•. 32 6 • 30 2 20 puntos 19 • 118 .' 2ll 17 • 26 16 16 14 12 26 24 23 • • • • 22 9 •. 21 6 • 20 2 Para la preparatlóa de la hebra (conviene sólo para los Algodoneros de hebra corta) : A 35 Y 34 5, corresponde la nota máxima A 33 Y 32 ~ corresponde los 4 quintos d~ la máxima De 31 a 29 % corresponde Jos 3 quintos de la máxima De 28 a 26 ~ corresponde lo~ 2 quintos de la máxima A 25 o menOti ". conesponde 1 quinto de la máxima .Es mediante la apliCllción ·rigurosa de estas notas y de este método. que el técnico puede aquilatar con seguridad el valor de una planta, para los fines de la fijación y amejoríllTÚento de un tipo elejido, es decir. durante la 2' y 3' fase de-la·'Selección. Pero cuando sea necesario apartar una variedao tt~~e.<1. (le mezcla",n que esté metida, o expurgarla de los defectos residuales de lntiguas mezclas (1. fase), la clasificación precedente no bastaría. Para .1 previo aparte d. las variedades o tipos, es necesario temar en cuenta la constitución foliar, haciendo un registro minucioso de las formas y proporciones de las hojas, as! como de las brácteas Ycápsulas (que 'SOn modificaciones foliáceas) y eventualmente de otros caracteres vegetativos. Este trabajo perte· nece a los institutos oficiales, cuyo directorio debe conocer los procedimientos correspondientes y las precauciones necesarias. Por ende. me limitaré a aconsejar el método de LEAKE & CoOK; que permite llegar a una fórmula morfológica foliar conveniente' para el aparte de los productos del cruzamiento y su previo re- l''''' EL ALGODON y LOS ALGODONEROS 'f. conocimiento'. Esie procedimiento puede resultar conveniente, y aun necesario, durante la 2~ fase también. Pues ciertos caracteres no deseables debidos a antiguos cruzamientos, pueden reaparecer en algunas plantas pertenecientes a un tipo ya fi.iado. aun mucho tiempo después. Algunas veces es muy notable la persistencia: .de semejante reaparición. Cuando la selección choca mucho con esta dificultad, conviene generalmente emplear el método siguiente (Individual). La previa separación de variedades o tipos de una mezcla, exige que se opere a una distancia suficiente de otra variedad o mezcla. Como el pricipal transmisor del polen del Algodonero son las avejas, esta distancia no debe ser menor de 2 a 3 leguas, si se quiere una separación casi absoluta. Si se trata de tipos perteneciente a la misma variedad, que se está seleccionando, la distancia puede reducirse hasta un kilómetro; pero siempre es deseable que sea mayor. Tipos parecidos, o muy afines, pueden trabajarse a 800 y aun a 600 metros de distancia uno de otro, si hay naturales rompe-vientos, o alguna plantación arbórea intercalada. El método de la planta únIca arriba aludido, consiste en que se comienza la selección partiendo de 1 sola plan tao Conviene especialmente para la 3' fase de la selección (amejoramiento del tipo ya fijado), así como a losagricultol'es de cierta importancia pues estos, si operan con bastante acierto, no demoran mucho en obtener un provecho '1ue probablemente irá en aumento. Es casi imposible acertar cual es la mejor planta de t::''':¡ r~· guIar plantación. Se remedia escogiendo, según la exten~¡ón, primeramente urias 20, 50 o lOO, que serán marcadas. Es raro que la mejor planta no resulte incluida en este número. En otras visitas, siempre duran te la estación de la floración, se PI:ll.cede por eliminación, arrancando la marca a aquelias plantas que visiblemente resulten inferiores a otras. Así sucesivamente, el número será l'educido, p. e., a 5, 10 o 20 plantas respectivamente, a las que se pondrá números. Todo el algodón de cada una de ellas será recogido aparte, y guardado en paquetes con el número correspondiente. Terminada la cosecha, se hará la elección final de la planta única - pesando el algodón limpio, si el objeto de la selección es sólo aumentar el rendimiento - o aplicándole el sistema de clasificación general (pág. 77) si el • Conf. C. FRUWIRTH, .Die Züchtung d. kolonialer Gewáchse·JoÁo HERRMANN•• Relatorio Preliminar sobre Novos Hibridos de Algodoeirou - .Boletim de Agricultura'. SAo Paulo, 1914, 550-578 - AgraD.', CQIIV. "Algodón" 1925. A. tBroch. 80 ----~. __ oujeto ('~ ll1l'jorar el ~ sclecciúr¡ ~l' propone Dr. MO/SES S, BERrONJ .. tipo - ü nna clasificación tr.odificada, si la otro fin c~peciaJ. El :!',l aúo. la semilla de j;¡ planta así eJejida será sembrada apane. Aconsl'jo con in~i~(t'l;ál que previamente sean elimi· nadas t(¡da~ las semillas mal iOJ'madas, poco llenas'o pequeñas. Si se trata lIl' un Gos.~YJlil/1Ii i;:r~l/tum, los granos buenos que una planta da, siempre ba~l;u'ín para obtener 500 plantas; si se tml;¡ de un G. religiosuli!, 5e obtendrán 1000 o2000 y aun má~ - Ahora ~ien. durante e5le 29 año, se repetirá el mismo proccdiml~n'to d'~ elcceiún, de entre tódii'Jas plantas obtenidas de la planla A, y se eJigirá una segunda planta única (B). , El 3" alio, la semilJa de I:l planta B será también sembrada en lugar sl!parado, y sobre las plantas de elJa obtenidas, se re· petirá el procedimiento de elección, para obtener una tercera planta únil:a (C), cuya semilla será objeto de igual siembra. Al plantador progresista convendrá llevar adelante todo esto duo rante 5 años. Para las i1lSlituciones oficiales no tiene Ilmite, pues siempre deben procura'r lo mejor. Es cl~ro que la planta D será mejor que las anteriores plan· tas únicas, y que por fin, la planta única E (en el caso de termi· narse la selección el 59,año) dará la mejor semilla; de la cual se obtendrá el algodonal cuya semilla será la sola que el planta· dor sembrará desde el 89 año. Empero, en esperas de esta se· milla de la 5l,l selección, se habrá naturalmente valido anterior· mente, para sus plantaciones, de la de la 4~, de la 3', de la 2', y el 4° año, de la 1(l selección, así como gráficamente lo explica el cuadro siguieiülr: "., '''' •.., . :;; ~ el § l.7 el ~ el ~ u e ~ ti 1 AÑo l' 129 AÑO I AÑO 39 149 AÑo 1 69 ~ A~C -169 A~O 609 pI. . . 2 hect. . . Plonlockn Planta.. 600 . . 2 hectA· . . Planlacl6a 6nlcl A plantao reu "ondo ~ Planta B . . ~ t 179 AÑo IS9 AÑo "planta e.. 600 pI. . . 2 hect u+ Plantaclb CAla.la4o, ..rtn ...brt dallorloort 1. t W.bbor. "l...booI: 1902" ItI Dop, da ~ l. r.tUoo UIlI6oo) Semilla De6nlti.. I Planta O . . 600 pI. 1.... 2 hect. .... PI.nl.cl6a DISPOSICIÓN DEL MÉTODO DE LA .PLANTA úNICA o APLICADO Planta 1'". 600 pI. . . 2 hect. . . PI.nlecl6n A LA SELECCIÓN DE LOS ALGODONEROS ". Q~- ~ocg ~ ;; 1: ~ ~ (:~ ~ ~ i"-; ...,' ... ;.;::groo ",,'" =~Q ~(.,,,: =' -; :st.l H.11 ji¡ Dr. "'o/ses s. BERTON/ El método precedente, no obstante ser muy bueno, puede tener un tropiezo. Es de saber que no todas las plantas tienen la misma facultad de transmitir sus propios caracteres. Sucede a vOlces que un individuo sobresaliente resulta incapaz de transmitir sus bellas cualidades a sus descendientes. Su hermosura puede, además, ser debida en parte a accidentalidades favorabIes del suelo. Para que la selección pueda continuar con resul· tado, es necesario tener presente esta regla: las 500 plantas procedentes de una cualquiera de las plantas únicas, deben ser, en su conjunto, superiores a las del cultivo precedente, o de la plantación general. Si no lo fuesen, habría que repetir la elec~. ción de la planta única correspondiente, con lo cual la serie de seleccíones durará un año más. Como ya dije, algunas plantas adquieren un hermoso desa' rrollo debido a la casualidad dc acertar un punto donde la tierra . es más fértil. Hé notádo que esto sucede principalmente en las rozas de monte virgen, sobre todo en las de primera quema. En seme· jantes terrenos conviene, por tanto, sacar la semilla de cierto número de plantas, como ser 10 en vez de 1. El método precedente queda sobre todo recomendable para los terrenos de arado. La Salacelón por un caráctar básico es aquella que tiene por objeto perfeccionar un solo caracter, p. e., el rendimiento, la largura, la precocidad. Cuando basta para satisfacer las aspi-. r.acionesdel plantador, esto es muy conveniente, pues simplifica .los procedimientos, y está más al alcance de los agricultores - modestos. Pero es necesario advertir que el aumento o perfec· ciol\11lDiento de carácter viene a veces aparejadQ: cflo una disminución de otro. Asi, p. e., a un aumento· de la largura de la hebra corresponde generalmente alguna disminúción del rendi-' miento, y al aumento de éste coincide frecuentc;r.cntc t::: :.cor tamiento de la hebra". Será, por tanto, ··cuestlOll 4U" ."".•'" cada caso particular lo que más convenga. SalaceloDos qua puaden hacar los plantadoras. Los dos métodos precedentes pueden emplearlos los agricultores más inteligentes y que cultivan sobre cierta escala. Pero algunos, aun entre los grandes plantadores, por diversos motivos "", no pueden aplicar debidamente, o les es imposible emprenderlos. Más en el peor de los casos se debe aconsejar al procedlmlaDta más rápIdo t fácil, que es este: cada año escogerán uno o varios cosechadores, de " H. J. WE88ER, O. 00, p. Gro. •• El prineipal el el ausentismo. A loa propietarios que au plantación. tales procedimientos no son aconsejables. DO viven en EL ALGODON y LOS ALGODONEROS (13 entre aquellos que suelen permanecer durante toda la estación en la plantación, y les encargarán, en ocasi6n de la 2' recogida (o en el 29 mes de cosecha si se trata de Algodoneros Perennes), que recojan aparte el algodón de las mejores plantas solamente, sin imponerles un número de plantas muy estricto, y pagándolos por día, para que dispongan del tiempo necesario para una aten· ta elección. La semilla de este algodón, desmotados en apara· tos bien limpios (para evitar mezclas con semillas que en ellos hayan quedado), será la que servirá para la siembra general. Es claro que estos recogedores deben recibir algunas instrucciones. No deben dejarse engariar por algunos capullos muy hermosos, sobresalientes entre otros mediocres, - ni por una gran carga de capullos menos que medianos - ni por el hermoso algodón de una planta poco productiva. La planta debe estar sana y vigorosa, y en los Algodoneros Percnnes no tener' más.de 2 o 3 años. No debe ser muy baja en los Anuales, ni muy alta en los Perennes. Debe ser bien formada, bastante ramificada a la mejor altura para el rccogedor. En los Pere· nnes, las ramas muy altas hacen perder tiempo y pueden quebrarse. En los Herbáceos, las ramas muy bajas cansan al re· cogedor y los capullos pueden ser ensuciados por la tierra. Esto en general y para todos los casos. Pero en casos especia· les, otras recomendaciones especiales serán dadas. Y la semilla siempre deberá ser expurgada a mano de todo grano chico, liviano o mal formado. El roleo de \05 plontltos - cuando se siembra por grupos de varias semillas (a golpe, palo o azada) -- es excelente ocasión l'n<" :.~~~' :.::::: '::~~~a selección, se drja $;10 la plantita más vlgorosa,::I ¡ns ~ mejores, según los casos. La podo anual, en las plantaciones perennes, ofrece otra oración, siendo muy aconsejable que toda planta debi\, enferma o muy mal formada sea destruida, y sembrado en el lugar flUC ocupaha, mediante 4 o 5 semillas seleccionadas, de cuyas plantas sC'i1ejara la más vigorosa. En todos los cultivos la selecciólL s-irlll pr,. ('S mil!! útil; en le del Algodonero es indispensable y dril/' srr.(,oll.• lall!r.