1.2. El apogeo del cultivo: de 1940 a 1962

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GRAFICO I bis
EVOLUCION HISTORICA DE RENDIMIENTOS EN ESPAÑA.
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- Superficie
Prodocnon
Fuente: M.A.P.A., Anuario de Estadística Agraria (varios años). Elaboración propia
L2. El apogeo del cultivo: De 1940 a 1962
Los años que transcurren desde 1940 a 1962 son decisivos para
el fomento del cultivo del algodón nacional, pues en su curso se
rebasaron las previsiones más optimistas efectuadas en la inmediata posguerra.
En el año 1940 la importación de fibras textiles constituía la
primera partida del déficit de nuestra balanza comercial (con
valor siempre superior a cien millones de pesetas-oro). Por éso la
política algodonera cambia de rumbo hacia la consecución del
autoabastecimiento, puesto que se vivía una época de autarquía
económica debida al bloqueo internacional a España, una vez acabada la Segunda Guerra Mundial. Por otro lado el gobierno tenía
una fuerte presión de los industriales textiles, necesitados de aprovisionarse de fibra nacional ante las dificultades de acceder a los
mercados exteriores.
La Ley de 13 de Agosto de 1940 fue la clave de este auge del
algodón. Por esta ley, el anterior Instituto de Fomento del Cultivo
Algodonero es sustituido por el "Instituto para el Fomento de la
Producción de las Fibras Textiles". La ley establecía también que
los agricultores con medios de tracción mecánica debían sembrar
el 10% de su superficie de algodón, cuya compra estaba asegurada por el Estado.
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Asimismo, esta ley de 1940, estableció la concesión de zonas
algodoneras a empresas mediante un concurso público. Se dividió
el territorio algodonero español en doce zonas, siendo adjudicadas éstas a diversas empresas interesadas en promover el algodón
en régimen de monopolio de demanda y por cuenta del Estado.
Éste por su parte fijó un precio mínimo de producción controlable, permitiéndosele a las concesionarias disponer libremente de
este mínimo, aunque siempre con la garantía de compra por parte
del Estado.
El período de concesión duró diez campañas algodoneras, obligando a la entidad titular a la gestión directa en los dominios del
fomento del cultivo, a la organización de la producción, al suministro de semillas de siembra, de otros medios mecánicos y de cultivo, a la adquisición de algodón bruto, a efectuar su transporte
hasta las factorías desmotadoras, al desmotado, al desborrado, al
embalaje, a la clasificación de la fibra y al aprovechamiento de
todos los subproductos del desmotado como semillas, borras, etc.
Finalmente, la concesionaria se comprometía a suministrar a la
industria la fibra cuya producción se había indicado, y a abonar al
cultivador el precio mínimo establecido.
En un momento de escasez mundial, y de bloqueo a España
decidido en la O.N.U. por la mayoría de los Estados, esta política,
autárquica y protectora, sustentada también por una época de
bajos salarios (inferiores a los de antes de la Guerra Civil) y de crisis económica, permitió una recuperación apreciable del algodón
durante la década de los años 40. De 15.553 ha. en la campaña
39/40 se pasó a 53.165 ha. en la 48/49si bien en la campaña 49/50
nuevamente bajó a 36.552 ha.
El período de vigencia de las concesionarias caducaba en 1951,
pero antes del final de este régimen se cambió la normativa y, si
bien con modificaciones, se prorrogaron las concesiones de zonas
por otros 10 años. Como además de la protección, vía precios y
mercado interior, prosiguieron los anticipos, y se proporcionó
semilla y asistencia técnica a los agricultores a través de las concesionarias, se consiguió el afianzamiento del algodón en España,
del que se sembraron en la campaña 59/60 un total 225.318 ha.,
campaña en la que se estableció además un precio muy favorable
de 17 pta./kg (Gráfico n° 1).
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Esta situación se prorrogará durante los primeros años 60, y así
en al campaña 62/63 se Ilegaron a sembrar 346.200 ha., que es la
mayor superficie sembrada en España en su historia algodonera.
Este régimen de concesionarias cumplió el objetivo de expansión del cultivo siendo especialmente beneficioso para las industrias desmotadoras. Pero, por su parte, la industria textil estuvo
presionando al gobierno para que liberalizase las importaciones
de fibras, argumentando principalmente que los precios de mercancías exteriores eran inferiores a los nacionales. Es decir se
estableció un pulso entre la industria textil catalana y el sector
algodonero andaluz, ganado al final por la industria textil catalana, que consiguió la desaparición de las concesionarias, apoyándose en el abandono de la política autárquica del gobiernog.
1.3. EI declive del algodón
A finales de los años 50, con la ]legada al poder de ministros
tecnocráticos, la salida del aislamiento y la apertura comercial, se
va a provocar un importante giro en la política económica española, que se formalizaba con el ingreso de España en la OCDE
(1959). El Plan de Estabilización aprobado a su iniciativa, significará la puesta en marcha de una nueva política algodonera. iJna
política menos intervencionista, más preocupada por la calidad del
producto, abierta al comercio internacional y que suprime los contingentes de importación de fibra.
En febrero de 1962, un decreto y una orden complementaria,
deciden la caducidad de las concesiones exclusivas en zonas algodoneras, estableciendo la libertad de venta del algodón bruto por
parte de los agricultores (no querida al parecer ni por los agricultores ni por el subsistema desmotador), y la liberalización de
importaciones de fibra pagando sólo aranceles. En su lugar se fijaron precios mínimos de garantía para la adquisición de dos tipos
de algodón bruto por el Instituto para el Fomento de las Fibras
e EI diario "CÓrdoba" del 2/I I/1960, de manióesta tendencia agraria, publicaba: "EI cultivo del algodón tiene numerosos enemigos en España. EI principal reproche era que la industria textil puede obtenerlo
más barato en el Delta del Nilo o del Missisipi. Quizás sea cierto, pero siguiendo esa misma lógica, sería
más rentable comprar el trigo en Canadá, la came en Dinamarca o Argentina , la cebada en los Estados
Unidos y la remolacha en Alemania o Francia y dejar toda la geografía española a las perdices y los toros".
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