Consejo de la Magistratura RESOLUCION Nº 182/03 En Buenos Aires, al 1º día del mes de julio del año dos mil tres, sesionando en la Sala de Plenario del Consejo de la Magistratura Presidencia de del la Poder Dra. Judicial María de la Lelia Nación, Chaya, con la los señores “Brieba, Rodolfo consejeros presentes, VISTO: El expediente 37/03, caratulado Jorge c/ titular del Juzgado del Trabajo Nº 78 - Dr. Horacio A. Brignole”, del que RESULTA: El 26 de febrero del año en curso se presenta ante este Consejo el Dr. Rodolfo Jorge Brieba, a efectos de formular denuncia contra el titular del Juzgado Nacional de Primera Instancia del Trabajo Nº 78, Dr. Horacio Arturo Brignole, “por abuso de autoridad y mal desempeño del cargo”, en razón de su presunta inactividad en los autos caratulados “Garay, Lilia Beatriz c/ Samilian, Jorge y otros s/ accidente” (expediente 27.861/94). Expone el denunciante que en dichas actuaciones (que tramitaban desde el año 1994 bajo el número 27.861/94) la parte actora -a quien el denunciante representa- solicitó “diversas medidas tendientes a la efectivización del crédito laboral de la trabajadora como así también a la aplicación de multas por temeridad y malicia y tasas diferenciales y condena y pago en dólares estadounidenses” (fs. 20). Señala que el 6 de agosto del año 2001 las referidas medidas fueron desestimadas por la Dra. Graciela E. Marino -en su calidad momento-, de magistrada circunstancia interpusiera un recurso subrogante que de motivó del que reposición el juzgado 16 con de en ese ese mes apelación en subsidio, disponiéndose la respectiva vista a los codemandados. Expresa que, en el interín, el 5 de diciembre del año 2001 solicitó la intimación a la parte demandada para que hiciera entrega del primer testimonio de una escritura pública, a fin de subastar un inmueble embargado. Refiere además que, el 16 de abril del año 2002, pidió que se resuelva respecto de la percepción del crédito en dólares y del traslado de la reliquidación de astreintes. El 30 de mayo de ese año el juez decidió denegar el pedido de dolarización “por improcedente”, lo que motivó la interposición de un recurso de reposición con apelación en subsidio, el 6 de junio del año 2002, del cual el magistrado dispuso correr vista a la parte contraria el 19 de ese mes. Destaca que el 8 de agosto del mismo año -previo a resolver los recursos de fs. 798/802- el Dr. Brignole fijó una audiencia, en los términos de lo dispuesto en el artículo 558 bis del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, para el 25 de septiembre del año 2002 a las 12:30 hs., que se llevó a cabo sin que se arribara a resultado positivo alguno. Indica que el 10 de diciembre del año 2002, la parte actora solicitó: a) que se resuelva la aprobación de la liquidación de fecha 24 de abril del año 2001 y su consiguiente intimación al pago y b) que se apruebe la liquidación de astreintes del 2 de mayo de ese mismo año, con traslado corrido y silencio de los demandados. Señala que, al momento de formularse la presente denuncia, el Dr. Brignole no se habría pronunciado sobre esos dos aspectos, como así tampoco respecto del recurso de reposición con apelación en subsidio, todo lo cual -aseveraconstituiría “un evidente abuso de poder, una demora injustificada de resoluciones en la etapa de ejecución que hacen al crédito alimentario de un trabajador y un voluntarismo rayano en lo tiránico que no podía ser consentido a esta altura del siglo XXI” (fs. 20 vta.). Invoca, al respecto, el artículo 25, inciso 1º, de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. Expresa que considera un agravante el hecho de que el Dr. Brignole sea un juez nuevo designado por este Cuerpo y que, por ello, no podía justificarse su demora y el tenor de las providencias dictadas. Adjunta fotocopia de las presentaciones “habidas y obrantes en [su] carpeta” por cuanto las demás que interesarían Consejo de la Magistratura a este Consejo estaban agregadas al expediente judicial que -según sostiene- desde hace meses no se encontraría en letra. Al finalizar dicha presentación, solicita -en definitiva- la destitución del Dr. Brignole. Como medida previa, la Comisión de Disciplina libró un oficio al Juzgado Nacional de Primera Instancia del Trabajo Nº 78 a fin de que remita ad effectum videndi las actuaciones reseñadas, lo que fue debidamente cumplido (fs. 27). CONSIDERANDO: 1º) Que se ha entendido que existe responsabilidad administrativa cuando media inobservancia de los deberes inherentes a la calidad de magistrado, ejercicio impropio de las funciones judiciales, descuido voluntario, falta de asiduidad en el cumplimiento de estas funciones o actos que perjudiquen el servicio público. De modo que “‘responsabilidad administrativa’ y ‘responsabilidad disciplinaria’ son conceptos sinónimos” (Marienhoff, Miguel S., “Tratado de Derecho Administrativo”, Ed. Abeledo Perrot, 1994, T. III-B, pág. 369). Sobre esas bases, en el artículo 14 de la ley 24.937 (t.o. por decreto 816/99) se prevén expresamente los supuestos que constituyen faltas disciplinarias y que, por ello, dan lugar a la responsabilidad de esa índole de los magistrados del Poder Judicial de la Nación. 2º) Que de las actuaciones judiciales recibidas en este Consejo se observa que el juez había tomado intervención a partir del decreto del 7 de mayo del año 2002, mediante el cual ordenó -previo a resolver- hacer saber a las partes el nuevo magistrado que iba a entender en la causa (fs. 793). Al día siguiente se libraron por secretaría las correspondientes cédulas para notificar el citado proveído (fs. 794) y, una vez agregadas a las actuaciones, el juez se expidió de oficio el 30 de mayo del año 2002 con respecto a los tres puntos peticionados por el actor en su presentación de fs. 791/792 (fs. 796). El 5 de junio del mismo año el denunciante solicitó que se disponga la expedición del segundo testimonio de escritura del bien embargado, petición que fue proveída, de conformidad, al otro día (fs. 797 vta.). Los días 6 y 10 de junio del año 2002 el Dr. Brieba efectuó sendas peticiones que fueron evacuadas mediante el auto del 19 de junio de ese año (fs. 806). El 15 de julio del año 2002 la demandada contestó el traslado que le fue conferido, con relación al recurso de reposición interpuesto por la actora, lo cual motivó el auto del 17 de ese mes, en el que se dispuso que debía estarse a la espera de la cédula librada (fs. 812 vta.). Seguidamente, el juzgado dispuso citar a las partes a una audiencia de conciliación (fs. 813). El 10 de septiembre del mismo año el actor solicitó el expediente en préstamo, a lo que el juzgado accedió mediante auto del día siguiente (fs. 818). Del acta de la audiencia celebrada el 25 de septiembre del año 2002 surge que las partes no arribaron a acuerdo alguno, por lo que se dispuso que siguieran los autos según su estado (fs. 821). El interesado solicitó, con fecha 11 de diciembre de ese año, que se resolvieran sendas liquidaciones presentadas en autos y, el 23 de ese mes, requirió que se dispusiera la extensión de un segundo testimonio del bien embargado y su consecuente oficio de estilo (fs. 822 y 823, respectivamente). Previo a resolver, el magistrado ordenó correr vista a la fiscalía del planteo efectuado por el presentante (fs. 824). Con fecha 28 de marzo del año 2003 se recibió el expediente elaborado en la secretaría del juzgado por el Ministerio Público con Fiscal el (fs. dictamen 825). De inmediato, el 2 de abril del corriente año, el juzgado resolvió fundadamente los planteos de la parte actora (fs. 826). El 8 de abril del presente la actora efectuó un nuevo planteo que originó un proveído del día siguiente en el que se denegó la apelación anteriormente deducida por esa parte. 3º) Que, así las cosas, se advierte que en la especie el denunciante Brignole una arbitrario. atribuye supuesta como conducta inactividad y reprochable actitudes de al Dr. sesgo Consejo de la Magistratura De la compulsa de la causa judicial referida se infiere que el tribunal -en líneas generales- se había expedido acerca de las distintas presentaciones de la parte actora aún en plazos inferiores a los fijados en el ordenamiento ritual. Es más, del análisis antes efectuado resulta que el juzgado había actuado, incluso, de oficio en varias circunstancias, no obstante hallarse el expediente en etapa de ejecución de sentencia. Por otra parte, no merece reproche alguno el hecho de haber sustanciado el planteo del actor con la contraria y la posterior vista a la fiscalía pertinente, pues ello no hace más que evidenciar el cumplimiento de normas imperativas y elementales al respecto. Tampoco puede recriminarse que se señalara una audiencia de conciliación, ya que tal temperamento se encuentra expresamente avalado en el Código Procesal Civil y Comercial de la Nación -aplicable a la especie- en su artículo 558 bis. Además, se advierte una reiteración innecesaria de otras solicitudes del denunciante como, por ejemplo, el libramiento del instrumento para la expedición de segundo testimonio -que fue autorizado con fecha 8 de junio del año 2002- o bien el pedido de libramiento de un oficio al Colegio de Escribanos de esta ciudad -a efectos de obtener datos del notario interviniente- medida esta última por cierto inoficiosa, a tenor de lo preceptuado en el artículo 8 de la ley 23.187, ya que los letrados en ejercicio de su labor no necesitan orden judicial alguna a tales fines. No obstante ello, se impone destacar que las cuestiones planteadas por el interesado fueron debidamente resueltas previa vista al Ministerio Público Fiscal, de conformidad con lo expuesto en párrafos anteriores. 4º) Que, a mayor abundamiento y mas allá de lo expresado por el Dr. Brieba, se advierte -en definitiva- una clara y manifiesta disconformidad del peticionario con las decisiones adoptadas por el magistrado, las cuales resultan contrarias a los intereses de su cliente. Al respecto, cabe señalar que lo relativo a la interpretación y aplicación de normas jurídicas en un caso concreto es resorte exclusivo del juez de la causa, sin perjuicio de los recursos que la ley procesal concede a las partes para subsanar errores o vicios en el procedimiento o para obtener reparación a los agravios que los pronunciamientos del magistrado pudieran ocasionarles (conf. Fallos: 303:741 y 305:113). Por esa razón, es del caso reiterar que la discrepancia con lo resuelto en los estrados judiciales -más allá de su acierto o error- no constituye fundamento y tampoco causa valedera para denunciar a un juez ante este Cuerpo, pues no es un tribunal de alzada con atribuciones para revisar las sentencias dictadas en ejercicio de la actividad jurisdiccional. Por lo expuesto y toda vez que no se configura en autos falta artículo 14 disciplinaria de la ley alguna 24.937 de las previstas (t.o. por decreto en el 816/99), corresponde -de conformidad con lo propuesto por la Comisión de Disciplina (dictamen 52/03)- desestimar la denuncia sin más trámite por su manifiesta improcedencia (artículo 5 del Reglamento de Informaciones Sumarias y Sumarios Administrativos para el Juzgamiento de las Faltas Disciplinarias de los Magistrados del Poder Judicial de la Nación). Por ello, SE RESUELVE: 1º) Desestimar la denuncia por ser manifiestamente improcedente (artículo 5 del Reglamento de Informaciones Sumarias y Sumarios Administrativos para el Juzgamiento de las Faltas Disciplinarias de los Magistrados del Poder Judicial de la Nación). 2º) Notificar al denunciante y al magistrado denunciado, y archivar las actuaciones. Regístrese. Firmado por ante mí, que doy fe. Fdo. Bindo B. Caviglione Fraga - Maria Lelia Chaya - Abel Cornejo - Jorge O. Casanovas - Joaquín P. da Rocha - Juan C. Gemignani - Ricardo Gómez Diez - Claudio Kiper - Eduardo D. E. Consejo de la Magistratura Orio - Lino E. Palacio - Victoria Pérez Tognola - Luis Pereira Duarte - Carlos A. Prades - Humberto Quiroga Lavié - Marcela V. Rodríguez - Marcelo Stubrin - Beinusz Szmukler - Pablo Gustavo Hirschmann (Secretario General).