Copia digital - Biblioteca Virtual de la Real Academia

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Vno L V I
Barcelona 15 de Julio de Í9Ó1
Ñúm 13.
EL RESTAURADOR E
I n s i s t i e n d o , por Puigpiqné.— L a M e d i c i n a y l a s L e t r a s , por don Luis
Comenge y Ferrer. — R e v i s t a de l a p r e n s a , por N. Duran Desumvila.
—Variedades.—Anuncios.
IISrSISTIE3SriDO
por F u i g ^ p i q u é
Hace una porción de tiempo que la mayoria de los que integran
la colectividad farmacéutica creían de muy buena íe, que el suspirado decreto de la Colegiación obligatoria, seria el manto que cubriría todas las miserias, sin poder pensar que después del lapso de
fecha transcurrido desde su promulgación, aun el Consejo de Estado'preguntara si tan esperado decreto era de interés social, sin duda
para confirmarlo ó anularlo.
De todo lo cual se deduce en buena lógica que en las altas esferas se duda de sus bondades, como podrían hacerlo los que siempre han sido acérrimos enemigos.
Ello justifica nuestras ideas y nuestros juicios profesionales
tantas veces publicados, corroborando los ejemplos que la existencia
de los Colegios ó su anulación; que los intereses morales y profesionales de una clase en particular ó déla sociedad en general
solo pueden prosperar ejerciendo individual y colectivamente como
exige la deontología, sin cuya égida por norma serán siempre estériles los esfuerzos del legislador como lo acredita la experiencia en
todas épocas.
Interin se anteponga el interés material al decoro profesional
será siempre inútil el esfuerzo de cuantos animados de un altruismo inconcebible, pretendan redimir la clase con la predicación y el
ejemplo de una moral que la mayoria no comprende, apesar de que
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E l Restaurador Farmacéutico
seria tal vez la única y eficaz ley que podria encauzar y hacer prosperar á la colectividad, si se adhiriera con entusiasmo y fé á su
bandera.
Los hechos con elocuencia irrebatible confirman la inutilidad
del legislador cuando del sentido moral se trata; no bastando escribir códigos coercitivos en pugna algunas veces con la razón natural, para cohibir las manifestaciones de cuantos no están conformes
en sujetar sus acciones á la voluntad de unas leyes que consideran
injustas, apesar de ser legales.
Tales son los resultados que ha producido entre nosotros el famoso decreto tan soñado por algunos como aborrecido por otros,
sin que nosotros consecuentes en nuestras opiniones hayamos
nunca creído eficaces cuantas leyes dimanan de los poderes por
creerlas ineficaces siempre, para corregir los defectos de orden moral
verdaderos perturbadores de la buena marcha de las colectividades
que no viven unidas por el vínculo deontológico tan precisoj como
indispensable.
Con la Colegiación ó sin ella debemos aunar voluntades y conquistar adeptos, para proseguir luchando contra las corrientes que
perturban el buen funcionalismo de nuestra profesión, sin preocuparnos del poder de las leyes para conseguir el objeto, creyendo
que debe ser un caso siempre supremo y doloroso acudir á sus resultados, cuando de un compañero se trata.
Por tales consideraciones aguardamos impasibles el fallo que
recaiga, sin desmayar en la prosecución de la lucha, en pro de los
derechos y prerrogativas de la clase.
DISCURSO LEIDO E N L A REAL ACADEMIA DE BUENAS L E T R A S
I D E
33 -A. R , O 33 I J O 3>T . A .
E n l a r e c e p c i ó n p ú b l i c a de
D. L U I S C O M E N G E Y F E R R E R
El
d í a 12 de M a y o de 1901
(Continuación)
Fácil es comprender que el predominio de unas ú otras
imágenes mentales, su hermosura, variedad y completez son
calidades de la mente, estrechamente enlazadas con la sanidad y desarrollo de los centros psíquicos, y la alteración a n á -
Él Restaurador Farmacétitico
I95 _.
tomofisiológica de éstos ó de las vías de comunicación nerviosa pueden explicar defectos del lenguaje mental precursor y
maestro de la expresión.
Y Como las mudanzas somático-funcionales de los órganos
del lenguaje constituyen una gama extensísima, una escala
suave de peldaños morbosos, infiérese que son injentes las manifestaciones de éstos, los defectos de locución de ideación;
ejemplos: el olvido de los sustantivos, de los verbos, de los
números ó de los adverbios; la difícil pronunciación de ciertas
letras; la pobreza de palabra; la facundia excesiva; la ineptitud para las cadencias y los sonidos; la semi-insensibilidad á
la línea y al color; la poca capacidad para las ideas abstractas
y para las síntesis, son otros tantos rasgos personales, que se
reflejan en el lenguaje y en los escritos.
Si añadimos, ahora, las enfermedades de la voluntad, de
la memoria, de la ideación; los trastornos de la conciencia y
otras perturbaciones psíquicas emanadas de lesiones en la
textura ó funciones del sistema nervioso, atacado en sus elementos, ora por el calor de la fiebre, por las oleadas de la congestión, ora por la dañina eficacia de alcaloides, ptomaínas y
leucomainas que los envenenan, si recordamos que una indigestión, un catarro gástrico, un ligero ataque de bilis alteran
profundamente las facultades psíquicas, y , finalmente, que
hasta el romadizo ó catarro nasal ocasiona la aprosequia, hasta el punto de vencer la voluntad más decidida y firme, echaráse de ver cuántas y cuán complicadas son las condiciones
médicas del lenguaje y qué de secretos pudiera revelar, en
materias literarias, la Medicina.
Para que mejor resalten dichas complegidad é influjo, insinuemos, que la afasia óptica, consistente en la dificultad
considerable de hallar el nombre de los objetos teniéndolos á
la vista (en tanto que su designación surge cuando ellos se
esconden ó el individuo cierra los párpados ó examina a q u é llos por el tacto, el gusto ó el olfato), nace de lesiones en las
partes posteriores del cerebro, que interrumpen las comunicaciones entre los centros de la visión y los de las imágenes to •
nales de las palabras.
ff 196
E l Kestaurador Farmacéutico
Cuando los centros sensoriales del cerebro que han de proporcionar datos para el exacto conocimiento de un íenómeno,
dejan de concurrir todos, ó las corrientes de asociación se hallan inexpeditas, decimos que sobreviene \& cegaera psíquica ó
mental en que los individuos ven los objetos, los lugares, las
personas, los escritos, pero no los reconocen y olvidan su significación; el perro verá el látigo, pero no huye n i se altera
ante la amenaza del castigo: causa de esta anomalía psíquica;
lesión en la porción blanca de los lóbulos occipitales del cerebro.
§ Estupendo entre los fenómenos de la naturaleza es aquel
en virtud del cual las representaciones constituyen un consensus que termina, en el hombre, por su reconocimiento, del
cual es base la atención: esta facultad tan necesaria al conocer, para cuya explicación ha formulado una teoría el eminente Cajal, basada en la contractilidad de las células nervio,
sas alrededor de los vasos, que ocasionaría aumento de riego y
de actividad en los distritos cerebrales, esta facultad, decimos,
en su trabajo solitario, intrínseco lleva al ensimismamiento
del sujeto, con gasto de energías y producción de grandes
ideas, ó de aberraciones profundas en los mentecatos. Pero la
excesiva atención interna4iproáucG irritación consecutiva en el
punto cerebral laborante, monoideísmo, obsesión penosa, y la
irritación encefálica, idiopáticaó simpática, de un lugar del
encéfalo determina representaciones automáticas ineludibles
que esclavizan la atención del espíritu; lo primero engendra
Idipasión, lo segundo, la locura; aquélla originada por la i n tensión de un trabajo psíquico, esta por la lesión circulatoria,
y las dos unidas por un lazo común que oprime y ahoga la potencia anímica, lánguida y marchita bajo la pesadumbre del
malestar orgánico, y que resurge y lozanea con la salud corporal.
Hasta la facultad soberana, la voluntad, al parecer, la más
espontánea y autónoma, encadenada se siente á la fisiología y
patología del cuerpo. No nos es dado pensar en lo que queremos n i dejar de pensar en lo que nos atormenta y angustia, n i
podemos sustraernos al imperio de otra voluntad más poderosa
(sugestión) en virtud del estrato orgánico de esta.
El Eestaurador Farmacéutico
197
¿Quién dudar puede de que las suavísimas corrientes de
euforia, que de todas partes del cuerpo llevan al yo la noticia
del bienestar influyendo en el ánimo, como aura placentera,
constituyen el sostén de la alegría y reflejan la normalísima
situación vital del cuerpo que se retrata siempre en las manifestaciones de la psiquist En cambio un espíritu recluido en un
organismo caduco, doliente, bilioso ó imperfecto inspirará
ciertamente, obras retóricas ó poéticas en consonancia con la
ruindad y deterioro de los instrumentos de que se vale...
En todas las obras del individuo, se retrata el carácter, el
modo de ser, el temperamento psicológico, que, en nuestro sentir, es la suma total de inclinaciones, deseos y voliciones con inclusión de elementos intelectuales; y como quiera que el c a r á c ter, sea cual fuere su esencia y el criterio para su clasificación
(que éste cambia según los autores) es positivo que descansa
en una base somática, en particularidades estructurales y
fisiológica de los seres, despréndese que las aptitudes del sujeto y la forma peculiar de realizarlas, nacen de la constitución, del temperamento fisiológico de los hombres, cuya noción exacta puede revelar, sin duda, los modos de ser literarios de los autores, ó mejor, explicar la forma constante y las
tendencias de las producciones, nueva, firme y amplia atadu=
ra é n t r e l a Medicina y la crítica literaria.
Aquí parece dentro de razón recordar el error de los que,
fundan ó contraen la naturaleza de los [temperamentos á un
solo factor, como Leshaft, por ejemplo, entre ios modernos;
antes parecen aproximarse á la verdad Rudkof, Pérez, Seland
y Letamendi, es decir, los que se inspiran en el tradicional
criterio médico, según el cual el temperamento obedece á una
contestura orgánica influida por condiciones del cosmos y de
la educación, concepto más vasto y exacto que el kantiano. Y
aunque los psicólogos no hayan llegado á un acuerdo en este
particular, es evidente que el vulgo, por intuición y por observación, vislumbra con bastante claridad los temperamentos, los caracteres de los personajes según el sentir de una
medicina popular que, en el fondo, es la clásica, y considera
ilógicas y mal dibujadas las personas que no ostentan carac -
198
El Restaurador Farmacéutico
teres ajustados á los viejos tipos higiológicos y clínicos adivinados por el sentido vulgar, amplio viaducto que conduce
el universal intelecto desde la Medicina á las Letras y viceversa, puesto que en el cultivo de éstas notarse puede el ^ f n peramento con su origen embrionario, su condición normal
ó patológica sus caracteres anótomo fisiológicos y las solicitudes psico-físicas del medio,, lo mismo en el artista que en
sus creaciones.
El literato de espíritu inquieto, de móvil carácter, de escasa paciencia, de insegura atención, podrá ser estimable
poeta si tiene inspiración, fluidez y gusto exquisito, pero fracasará como historiador concienzudo, veraz y escrupuloso,
que el predominio de su excitabilidad nerviosa impide grandemente la métodica, asidua y minuciosa labor, nada brillante, del rebusco, traducción y compulsa de instrumentos vetustos.
Cada ciencia, cada arte, es obvio el recuerdo, exige cierto
equilibrio de cualidades ó temperamento basado en condiciones psico-orgánicas perfectibles por el ejercicio.
Consecuencia postrera; la Fisiología y las Buenas Letras
caminan por idéntico sendero, del brazo cogidas y con recíproca influencia.
§ A l llegar á esta altura, no obstante la imperfección
expositiva y la humildad de los conceptos ofrecidos, ya pueden columbrarse las causas, número y género de los medio eres, estrafalarios y desequilibrados que pululan en Literatura. ¡¡Cuántos cegatos, tuertos, bizcos, gibosos, zurdos, tarta mudos, miopes, présbitas, sordos, relamidos, broncos, desordenados, impuros, afeminados, atrabiliarios, obcecados, torpes y livianos para los efectos de las Bellas Letras, y cuya
definición se encierra en el conocimiento de las anomalías
del organismo ó en las modificaciones que en éste imprimieron malas enseñanzas y peores costumbres!!...
Según esto, ¡qué de obstáculos no habremos de vencer,
dentro del proceso orgánico, para escribir hermosamente, lo
cual supone además, inquirir la verdad, hallarla y exponerla
con claridad, elegancia y vida, por medio de frases que la
E l Restaurador Farmacéutico
199
retraten, y reflejen, al propio tiempo, las ideas y los estados
del espíritul Mas con esto no queda cumplida toda la misión
expresiva, aun resta superar dificultades técnicas ^ue el inspirado Lope de Vega sintetizó, en parte, en la siguiente y conocida fórmula, incluida en su comedia La Dorotea;
«¿Cómo compones—Leyendo
Y lo que leo imitando,
Y lo que imito escribiendo,
Y lo que escribo borrando,
De lo borrado eligiendo.»
Con harta claridad se destaca la enorme cifra de impedimentos que al primoroso escribir se adelantan, según el mecanismo ideológico aconsejado en tan minúscula Arte retórica. Y cuidado que allí no se mientan las angustias de la originalidad, las llamas urentes de la inspiración, los trabajos
de la cultura previa, n i las energías invertidas en domeñar
rebeldías de la memoria, en avivar al numen remoróse, ea
mejorar y pulir naturales aptitudes... para llegar al parto y ,
como tal, doloroso.
Si en la órbita de los conocimientos cupiese ahora, una
fórmula donde constaran, en síntesis, todas las intervenciones
nerviosas, todas las modificiones de los elementos cerebrales,
todos los cambios físico-químicos de las neuronas, los relámpagos de reflejismo y asociación, los trayectos recorridos por
las sensaciones y toda la misteriosa elaboración del pensamiento, de la expresión bella, de la corrección y crítica de
nuestro propio trabajo, al escribir una décima, un refrán, una
carta, veríamos ciertamente, la inmensidad de prodigios realizados, de actividades consumidas en el seno de los átomos,
invisibles fábricas del pensar y espejuelos milagrosos donde
el yo se mira, se reconoce y guarda las imágenes de los objetos... Pero si esto no es posible, lo escrito al indicar las fases
de la formación del lenguaje en el niño, permiten vislumbrar
una porción microscópica, infinitesimal, del trabajo orgánico
en las manifestaciones psíquicas, lo suficiente, sin embargo,
para comprender la importancia de los conocimientos biológicos en la ciencia del lenguaje y sus aplicaciones estéticas.
200
El Restaurador
Farmacéutíco
Pero, señores, el ánimo se encoge y la inteligencia se
ofusca al solo intento de quilatar, en conjunto, el trabajo psico-orgánico complicadísimo y sutil de los protoplasmas y redes nerviosas cuando ayudan á espíritus privilegiados Dante,
Virgilio, Tácito, Homero... en sus obras inmortales!...
¡Cierto: dentro del cráneo llevaron ellos, y en menor escala todos los hombres, una fragua milagrosa donde forjar los
pensamientos, los rayos del mandato y las centellas de la inspiración y del anhelo, con el batir de la sangre oprimida, al
calor de la idea que chispea en los ojos, caldea la palabra y
anima al pincel del artista, á la pluma del escritor, dejando
como residuos de fábrica, inertes cenizas delatoras d é l a transformación y del gasto de material!
§ Cribando, por economía de tiempo, asuntos que abogan
en favor del parentesco de la Medicina y las Letras, todavía
descuellan las doctrinas experimentales acerca de la naturaleza y desarrollo de los sentimientos estéticos, vasta materia
enlazada con todas las cuestiones de la Fisiología del sistema
nervioso, con extensión y brillantez expuestas en obras recientes, de vosotros conocidas, que ensanchan los límites del
concepto de lo bello.
Pero uno, interesante y vivo, surge de los estudios médicopsíquicos sobre el cual habéis de permitirme somero recuerdo;
me refiero al concepto del Genio literario, en el cual han i n troducido revolución hondísima los admiradores con exceso,
de las conquistas antropológicas, y ocasionado ardientes é
inacabables disputas.
Es evidente que á consecuencia de aquellos entusiasmos y
de la arriesgada conducta imaginativa de cierta escuela, hase
originado la doctrina alarmadora y peregrina, s e g ú n la que,
todos los hechos máximos ocurridos en el mundo, fueron debidos á seres anormales, desequilibrados, epilépticos, degenerados, enfermos en una palabra, á los que llamamos hombres eminentes, sin excluir sabios, moralistas, inventores, filósofos, artistas, reformadores y literatos excelsos,... pues
que la secía parte del principio deque la superioridad intelectual es una neurosis, una dolencia, una epilepsia sin convulsiones!
E l Restaurador
Fármacéutico
201
No es de extrañar, por tanto, que escritores como Tchekow
y Max Nordau, ensalcen al mediocre, al de perezosa i n t e l i gencia, al que se acerca ai automatismo bestial, al filistin, al
hombre normal de Lombroso, único en quien residen el equilibrio, la salud, la perfección natural...; los demás, los Aristóteles, Descartes, Platón, Homero, Tucídides, hasta el mismo
Jesús, fueron neuróticos con sus taras y anomalías consiguientes!!
Semejantes dislates, señores, por neuropatólogos sustentados, sólo en el estudio atento del hombre hallarán justa corrección.
Las eminencias intelectuales enferman de la mente, porque
son hombrés y por tener un órgano cerebral predominante y
trabajado; puede admitirse una coincidencia mayor entre la
locura y el superior talento, porque siendo éste, en parte, resultado de un temperamento nervioso delicado y prepotente
y de encéfalo activísimo, las dolencias del sistema y de esta
viscera hallan frecuentes ocasiones de manifestarse... Pueden
coincidir las neurosis y el talento, pero se revelan los genios,
d pesar de la enfermedad, y de ninguna manera ésta sirve de
cimiento y cuna á la superioridad del espíritu. Si lo infrecuente fuese, en toda ocasión, patológico, la talla elevada,
sería un padecimiento, como la finura de oído, la agudeza v i sual, y hospitales vivientes la garganta de la Pati, la inspiración de Quintana, el talento de Galileo...; en cambio los manicomios serían centros de sabiduría y civilización.
Teórica y prácticamente puede y debe ser exacta la correspondencia entre el desarrollo del encéfalo y la superioridad
intelectual en la escala de los seres; también puede tenerse por
natural la correlación entre el desarrollo parcial del cerebro
humano y las aptitudes del individuo, pero en este punto concreto hay que huir de exageraciones, no perder de vista la mayor trascendencia de la calidad sobre la cantidad en el dinamismo cerebral y, sobre todo, no olvidar la sinceridad en materias tan delicadas, y la ignorancia en que aun nos hallamos
en lo que dice relación con el mecanismo íntimo y estructura
de la masa nerviosa, capítulos cuajados de hipótesis, no de
202
E l Reitaurador Farmacéutico
conocimientos positivos. En lo concerniente á la participación
de la célula en el trabajo psíquico, el cerebro es un arcano;
así lo confiesan especialistas como Cajal, Belmondo, Lenhosek, Golgi, Soury... sin desconocer, por esto, los asombrosos
descubrimientos alcanzados por los hijos de Esculapio en las
funciones, enfermedades é histología del sistema nérveo.
(Gontinuará.)
R E V I S T A DE L A PRENSA
por N . D u r & n D e s n i n v l l a
SOLUCIÓN SULFUROSA INALTERABLE.—(M. E . Capmartin)
A fin de sustituir con ventaja á las aguas minerales sulfurosas
y lograr una preparación fácilmente conservable, el autor
aconseja, después de concienzudos ensayos, la siguiente
fórmula:
Monosulfuro de sodio cristalizado, puro. .
100 gramos.
Alcohol de 95°, neutro. . . . . . .
363
»
Glicerina oficinal pura^ de 1,242. . . .
537
»
Total
1,000 gramos.
1 gramo representa 0,10 gramos de monosulfuro de sodio.
Las 110 gotas pesan 2,50 gramos; 11 gotas representan, pues,
25 miligramos de monosulfuro de sodio.
La solución debe prepararse resguardándola del contacto
del aire. Se obtiene una solución rápida y perfecta valiéndose
del aparato Vauthier que se compone de una vasija de vidrio
tapada por un capuchón de vidrio que cierra á esmeril. Un
tabique de cristal horadado para contener la sal está suspendido en el cuello de la vasija. Pésense en esta, de la cavidad de un litro, el alcohol y la glicerina; agítense para verificar la mezcla. Colóquese el tabique y viértense en él los 100
gramos de monosulfuro de sodio. La disolución es completa
al cabo de algunas horas. Fíltrese sobre vidrio hilado en
embudo especial de bola.
El empleo de esta solución es preferible el de la sal misma
121 Bestaurador Farmacéutico
203
para todas las preparaciones magistrales ó galénicas: se obtiene rápidamente una dosificación perfecta.
Puede tomarse á gotas, 10 cada vez, por término medio,
ó en cápsulas gelatinosas para no perder nada del hidrógeno
sulfurado que sé produce por la descomposición del monosulfuro.
INCOMPATIBLES DE LA ANTIPIRINA,—según Fischer:
1. ° Las sustancias que contienen ácido nítrico (nitrito de
amilo, de etilo, etc.): producen un color verde, debido á la
iso-nitro-antipirina, que es tóxica por sí ó por sus productos
de descomposición2. ° El protocloruro de mercurio: combinación muy venenosa.
3. ° El fenol que precipita las soluciones.
4. ° El salicilato sódico, que en polvo dá con la antipirina
una mezcla glutinosa, semi-líquida.
5. ° El doral que produce con ella un líquido aceitoso,
que no tiene las reacciones de sus componentes.
6. ° El naftal B , que no tarda en liquidarla.
7. ° El tanino, que la precipita.
8. ° Aumenta el coeficiente de solubilidad de la cafeína y
de la quinina.
{Die neuen Arztneimittel y Gaceta Médica Catalana.)
EMULSIÓN DE ACEITE DE HÍGADO DE BVCALAO, CON GLICEROFOSFATOS DE CAL Y HIERRO:
Glicerofosíato de cal. . . . . . .
1 gramo.
—
de hierro. . . . .
.
1
»
Glicerina purísima
5
»
Alcohol de 96°. . . . . . . . .
3
»
Saponina. . . . .
. . . . . .
0,05
»
Agua de cal. . . . . . .
. . . 10
»
Aceite claro de bacalao. . . . . .
80
»
Se disuelve la saponina en el agua de cal y el alcohol y se
emulsiona después con la glicerina. Ultimamente se incorpora
el aceite, en que antes se han disuelto los glicerofosfatos.
f G , Griggi—Bollettino C h i m i c o — P h a r m a c é u t i c o . )
204
HI Restaurador Farmacéutico
JARABE DE HEROÍNA.
Heroína
Acido acético diluido
Jarabe simple
M.
1 parte
9 »
. .• . 990 »
(Los Nuevos Remedios.)
NUEVO PROCEDIMIENTO PARA RECONOCER EL ACEITE DE SÉSAMO
EN MEZCLA PARA OTROS ACEITES.—Mr. Tamben, (Journal de
Pharmacie et de Chimie) propone sustituir el reactivo Camoin (ácido clorhídrico adicionado de azúcar de caña) que da
en algunos casos resultados inciertos por otro que solo difiere
de aquel en que la glucosa pura y cristalizada reemplaza al
azúcar de caña: este reactivo se compone de 100. centímetros
cúbicos de ácido clorhídrico y de 3 á 4 gramos de glucosa, y
se conserva largo tiempo sin alteración.
Para servirse de él se mezcla en un tubo de ensayo con
tapón esmerilado, 7 ú 8 centímetros cúbicos de reactivo y
15 c. c. de aceite; se agita y se calienta hasta principio de
ebullición; si el aceite ensayado contiene aceite de sésamo, se
produce una coloración rosa con reflejo violeta, que pasa rápidamente al rojo cereza. No se observa coloración alguna con
el aceite puro.
Con este reactivo se puede descubrir la presencia de 1 á 5
por 100 de aceite de sésamo: la coloración rosa aparece entonces al cabo de unos minutos. La coloración es inmediata si el
aceite citado se encuentra en la proporción del 10 por 100.
Tiene, además, este reactivo la ventaja de que la coloración es bastante persistente, mientras que con el reactivo Camoin la coloración pasa rápidamente al negro.
ELIXIR DE BROMOFORMO CLOROFORMADO.
Bromoformo.
1
gramo (40 gotas)
Cloroformo
0,66
»
(40 gotas)
Alcohol á 60°
100
»
Esta mezcla es soluble en el agua en todas proporciones.
ESTERILIZACIÓN DE LAS ESPONJAS.—Se dejan las esponjas,
durante ^4 horas, en agua que contenga 8 por 100 de ácido
Bl Restaurador Farmacéutico
205
clorhídrico á fin dé desembarazarlas de la cal y de las impurezas groseras que contienen, después se lavan con agua pura
y se echan en la solución siguiente:
Potasa
Tanino..
Agua. .
.
. •
. . .
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
lOgramos.
20
»
1 litro.
Después de haber sumergido las esponjas en este líquido
durante 5 á 20 minutos se riegan con agua esterilizada ó con
una solución de ácido fénico ó de sublimado, hasta que hayan
perdido completamente la coloración oscura que adquieren
por su inmersión en la solución pbtaso-tánica; en fin, se conservan en el agua fenicada al 2 ó 5 por 100.
ELIXIR TERPINA.
Terpina
Alcohol de 9 0 ° . . . . . . . . .
Glicerina neutra, de 30'
Tintura vainilla. . . . . . . .
20 gramos.
300
»
670
»
10
*
Disuélvase la terpina en el alcohol y añádase la tintura de
vainilla y después la glicerina. Este elixir contiene exactamente 2 gramos por 100 de terpina; puede convertirse en j a rabe, añadiéndose, por partes iguales jarabe simple.
ENSAYO -PE ALGUNAS GASAS ANTISÉPTICAS.
Gasa baratada.—Macérese 5 gramos de gasa en 200 centímetros cúbicos de una mezcla de 1 parte de glicerina con
19 partes de agua; recógese el líquido en un vaso tarado y se
completa los 250 centímetros cúbicos con glicerina; se toman
10 centímetros cúbicos de la mezcla y se titula con la solución
de sosa decimonormal corresponde á 0,062 gramos de ácido
bórico.
Gasa fenicada.—Para dosar el ácido fénico lávese la gasa
con agua á fin de disolver la totalidad del ácido, y trátese
la solución por agua bromada que forma el tribromofenol
(C* Hs Br3, OH) que se pesa después de la desecación.
Se puede también tratar la gasa por una solución de carbonato de sosa; á una parte de la solución obtenida añadirle
06
£ i Restaurador Farmacéutico
solución décimo-normal de yodo hasta coloración amarilla,
fuerte; se deposita un precipitado rojo de un compuesto iodado;
después de frío, se acidula por el ácido sulfúrico y se dosifica
por medio de una solución décima-normal de hiposulfaro de
sosa la cantidad de iodo exceso. Un centímetro cúbico de
solución décimo-normal corresponde á 0 gr. 00156 de ácido
fénico.
Gasa ¿octo/dr/mca.—Trátese un peso determinado de gasa
por la potasa alcohólica y dosifíquese el yodo en la solución
de ioduro potásico formado.
Gasa salicilada.—Precédase como con la fenicada ó bien
lavar la gasa con alcohol, evaporar el líquido y pesar el residuo, ó, si se quiere, hacer una titulación ^alcalimétrica con la
phénolphtalóina como indicador. {Pharmaceutische Zeitung).
JARABE NARCEINA.—En L a Farmacia^ á e Méjico, leemos
la siguiente fórmula, debida á Cl. Patronillard:
N a r c e i n a . . . . . . .
Benzoato sosa. . . . .
Jarabe simple. . . . .
0' 25 gramos.
0' 40
»
500
»
Se trituran la narceina y el benzoato para obtener una solución pronta y completa, se diluye la mezcla en agua y lleva
á la ebullición y disuelta se agrega al jarabe, calentando hasta
que resulten 500 gramos. Resulta un producto muy estable.
POMADAS INALTERABLES CON PRINCIPIOS ACTIVOS INSOLUBLES Y
Á BASE DE VASELINA.—Las pomadas á base de vaselina con calomelanos, bi-ioduro de mercurio, precipitados rojo y amarillo, ioduro de plomo, ácido bórico, etc., al cabo de poco tiempo de preparadas presentan una separación de ingredientes,
que se manifiesta por granulaciones en toda la masa. Débese
á la diferencia de densidad, por lo que los principios insolubles tienden á aglomerarse y la pomada de precipitado rojo
pasa de color tosa á más y más rojo, y la vaselina boricada
pierde poeo á poco su opacidad y en homogeneidad, cqnvirtiéndese en semi-transparente.
EÍ Restaurador Farmacéutico
-07
Para evitar esta separación aconseja Ed. Ouzel la adición
á la vaselina del 20 por 100 de parafina, que aumenta la densidad de aquella haciendo que no se funda en verano y al solo
contacto de los dedos, lo cual es una ventaja sobre todo en
cirugía ocular. Es preferible la adición de la parafina á la de
la lanolina, por varios conceptos.
INCORPORACIÓN DE LA MAGNESIA AL BÁLSAMO DE COPAIBA EN LA
PREPARACIÓN DE PÍLDORAS ó BOLAS,—El mejor procedimiento
(que copiamos de nuestro colega La Farmacia Moderna)consiste en incorporas de 1 á 3 gotas de agua por cada gramo de
copaiba y cuando después de un batido muy vivo en el mortero, comienza la mezcla á volverse espumosa, se va adicionando pequeñas cantidades de magnesia calcinada ó carbonato de magnesia. Se obtiene una mezcla muy homogénea,
fácilmente reducible á magdaleones y á píldoras.
VARIEDADES
Enhorabuena: L a merece nuestro querido comprofesor doctor
don Juan Guardiét por haber obtenido su hijo Antonio, la calificación
de sobresaliente en el Doctorado.
Según referencias, ha obtenido la antipirina después de un í m probo trabajo y constancia, que honra al nuevo doctor, esperando la
memoria que ha merecido la distinción, para con su venia publicarla en las páginas de nuestra publicación.
Reiteramos al hijo los plácemes anleriormenle dirigidos al padre.
— Pésame: Ha fallecido en Tarragona el anciano y conocido
farmacéutico Dr. Cuchí después de una vida de laboriosidad que le
valió el concepto meritorio en que todos le teníamos.
Acompañamos á su familia en el justo dolor por tan irreparable
pérdida.
— Comisión: E l día 9 salió para Madrid la comisión nombrada por el Gremio para resolver ciertos asuntos de la clase.
Los Sres. Guasch, Masó, Arumí y Puigpiqué, van á la Corte solo
por cumplir el encargo que por unanimidad les confirió el Gremio,
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E l Kestaurador Farmacéutico
sin que tengan esperanza alguna de conseguir nada favorable apesar de cuantas gestiones practiquen, que no serán pocas.
— Los que se can: El Gremio de farmacéuticos de Barcelona
acompañó á la última morada al que fué su compañero Miguel Escuder, quien falleció después de una larga y penosa enfermedad.
La clase estaba dignamente representada en el sepelio, siendo tal
acto una verdadera manifestación de duelo.
A su familia acompañamos en el sentimiento que les embarga.
— Obituario: Ha fallecido en Tarragona la señora de nuestro
amigo D. Francisco Esbert Esplugas, á quien acompañamos en el natural sentimiento.
—- La popular biblioteca «La Irradiación», establecida en la Colonia de D.* Carlota y con sucursal en la calle de Leganitos, 16, Madrid, acaba de publicar un interesante opúsculo titulado CREENCIAS
EN EL FIN DEL MUNDO k TRAVÉS DE LAS EDADES, del SaBÍO astrónomo
y poeta del cielo Camilo Flammarión.
Aunque la obra está ilustrada con profusión de grabados sólo
cuesta l'SO pesetas el primer tomo, que es el publicado, estando en
prensa el segundo que ha de gustar y despertar mayor interés que
el primero.
— La Oficina de Farmacia Española, según Dor/aull; Vigésimo primero Suplemento de la segunda serie, Anuario Farmacéutico
Médico; por los doctores D. Joaquín Olmedilla y Puig, académico
y catedrático, etc., y D. Filiberto Soria, farmacéutico, premiado
varias veces por la Facultad.
i Termina la obra con la exposición de cuantas cuestiones de i m portancia han sido ventiladas y discutidas en el último Congreso
Farmacéutico celebrado en la capital de Francia con motivo del gran
certamen universal que ha tenido lugar en el año 1900.
Ün tomo, ilustrado con numerosos grabados, 6 pesetas en rústica,
y 8 en pasta. Bailly-Bailliére é hijos.editores, Madrid.
— Ultima hora: Por telefonema de nuestro Director podemos
participar con satisfacción que los señores Directores de las Revistas profesionales, han recibido con muestras de visibles deferencias á
la Comisión del Gremio que salió para la Corte.
T i p o g r a f í a d é E n r i q u e Kodondo, c a l l t üniTtnildad, »T y i»
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