1 Artículos 2488 y siguientes del Código Civil.

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220-52636, agosto 15 de 2003
Ref.
Créditos Dian – Bonos De Paz – Proceso De Liquidación Obligatoria
Acuso recibo de su radicación 2003-01-119550, mediante la cual, además de permitirse formular la
situación presentada por la DIAN, dado el cobro por parte del ente fiscal de realizar el cobro de la
inversión de Bonos de Solidaridad por la Paz por parte de la sociedad Aceros y Válvulas S.A., tiene a
bien preguntar:
1)
La DIAN en su reclamación ante la Superintendencia de Sociedades ha debido reclamar los
saldos no pagados de la inversión bonos de paz a que estaba obliga (SIC) ACEROS Y VÁLVULAS
S.A.; AUN CUANDO NO SE HUBIESE EXPEDIDO LA RESOLUCIÓN DE DETERMINACIÓN DEL VALOR DE LA
INVERSIÓN EN BONOS DE PAZ? (Las mayúsculas y negrillas son del texto).
2)
El hecho de que la Resolución aludida haya sido expedida después de la apertura de trámite liquidatorio
le da la calidad de gasto de administración, a la Inversión señalada. (La negrilla del original).
Como quiera que los interrogantes formulados se pueden resolver sin necesidad de separarlos, así
procederá el despacho.
Como es bien sabido, la liquidación obligatoria se rige por las disposiciones contenidas en la Ley 222 de 1995,
la cual, a la par que establece sobre la presentación de créditos, su oportunidad y los requisitos exigidos para
ello (artículos 99,100,158 al 161 y 208), del mismo modo señala lo relacionado con el traslado de créditos que
se pretenden hacerse valer en el proceso, la presentación y trámite de objeciones, además de su calificación
y graduación (artículos 125, 133 y 160).
Con base en lo dicho, la oportunidad procesal que tienen los acreedores para hacer valer su acreencia,
incluyendo las contingentes, se cuenta a partir de la providencia que decreta la apertura del trámite
concursal y hasta el vigésimo día siguiente al vencimiento del término de fijación del edicto emplazatorio, para
lo cual deberá, al menos, presentar prueba sumaria de su crédito, es decir, siguiendo las voces del artículo
175 del C.P.C, aquello que evidencie razonablemente la existencia o no de un hecho u obligación, a fin de que
el juez del concurso, en el auto de graduación y calificación, lo acepte o rechace.
Con relación a los denominados créditos contingentes, los mismos se encuentran circunscritos a la condición
de que el hecho ocurra o no, razón por la que la Superintendencia de Sociedades así lo dispondrá en el auto
de graduación y calificación, faltando solamente que el acto efectivamente suceda y que el liquidador cree la
reserva respectiva, en cumplimiento de la orden que para el efecto le da el juez.
En este orden de las cosas, si la DIAN en la oportunidad que tuvo para hacer valer el crédito contingente,
independiente de su denominación, guardó silencio, es obvio que se hace merecedora a los efectos que de su
actuación se deriven, siendo uno de ellos, y para la materia que nos ocupa, además que no se pueden
considerar como gastos de administración, pues si así fuera, sencillamente se convertiría en una forma de
soslayar el proceso de la liquidación obligatoria, y a su vez, ponerse por encima de las personas que se
encuentran, de acuerdo al artículo 2495 del Código Civil, por encima de los créditos fiscales.
Por eso, se reitera, la satisfacción de las acreencias no opera en forma indiscriminada, pues ante la obligación
de respetar los privilegios y preferencias consagrados1 conforme el principio de la universalidad, aquellas
presentadas oportunamente y aceptadas, se encuentran sujetas al plan de pagos que para el efecto debe
elaborar el liquidador de la compañía (núm. 16, art. 166 ibidem), por lo que los créditos que no se hicieron
parte dentro del proceso, deben esperar a la cancelación de todas las acreencias afectas a la masa concursal,
y entrar posteriormente a perseguir los bienes de la sociedad deudora.
A título de corolario, todo procedimiento es la herramienta con la que se cuenta a efectos de realizar el derecho
sustancial (Art. 228 C.N.), el cual debe ser utilizado nunca para entrabar sino antes por el contrario para
obtener un orden justo. Por eso, la liquidación obligatoria tiene como finalidad sine qua non, la realización de
los bienes de la concursada para atender todas y cada una de las obligaciones a su cargo, conforme lo señala
la Ley 222 de 1995 y normas que la complementan, pues en sentido contrario, sencillamente se estaría
contraviniendo el derecho al debido proceso establecido en el artículo 29 C.N., al privilegiar a quienes no se
hicieron parte dentro de la oportunidad debida.
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Artículos 2488 y siguientes del Código Civil.
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