Número de registro: 22483 Novena Época Instancia: Tribunales

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AMPARO DIRECTO 361/2008.
Número de registro: 22483
Novena Época
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: Tomo XXXII, Noviembre de 2010
Página: 1233
AMPARO DIRECTO 361/2008. **********.
CONSIDERANDO:
QUINTO. Previamente al estudio de los conceptos de violación, este Tribunal Colegiado
advierte que el presente juicio de amparo resulta improcedente respecto de la autoridad
señalada como responsable ejecutora; improcedencia que se hace valer de oficio, por ser una
cuestión de orden público y de estudio preferente, según lo dispone el último párrafo del
artículo 73 de la Ley de Amparo. Esto, de conformidad con la jurisprudencia número 323,
sustentada por el entonces Segundo Tribunal Colegiado del Sexto Circuito, mismo que ya
especializado en materia civil ahora resuelve, publicada en la página ochenta y siete de la
Gaceta Número 80 del Semanario Judicial de la Federación, correspondiente al mes de agosto
de mil novecientos noventa y cuatro, Octava Época, de rubro: "IMPROCEDENCIA. Sea que
las partes la aleguen o no, debe examinarse previamente la procedencia del juicio de amparo,
por ser esa cuestión de orden público en el juicio de garantías."
En efecto, del análisis de la demanda de amparo se aprecia que **********, a través de su
endosatario en procuración, **********, reclamó de la Segunda Sala en Materia Civil del
Tribunal Superior de Justicia de esta entidad federativa, la sentencia de dos de julio de dos
mil ocho; y del diligenciario adscrito a la anterior, encargado de los expedientes de número
impar, como autoridad ejecutora, señaló: "De la autoridad ejecutora reclamo la notificación
de la resolución que hoy se combate, misma que llevó a cabo de manera personal con fecha
ocho de julio del año en curso."
En ese tenor, de considerar que a criterio del quejoso existe irregularidad en la notificación de
la sentencia de apelación, resultaría la improcedencia del presente juicio de amparo en
términos del artículo 73, fracción XIII, de la ley de la materia, por existir medio de
impugnación ordinario que debió agotarse previamente, como lo es el incidente sobre
declaración de nulidad de lo actuado en términos del artículo 319 del Código Federal de
Procedimientos Civiles, aplicado supletoriamente conforme al diverso 1054 del Código de
Comercio.
Pero, además, del fallo reclamado de la Sala no se advierte la existencia de ejecución alguna
de la sentencia de segunda instancia, pues únicamente se le ordenó su notificación al
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diligenciario de su adscripción, quien además no puede ejecutar la resolución en cuestión,
tomando en cuenta que la misma confirmó el acuerdo impugnado del Juez Primero de lo
Civil del Distrito Judicial de Tehuacán, Puebla, de veintidós de agosto de dos mil siete, que
decretó la caducidad de la instancia; en tales condiciones, si no existe acto de ejecución
alguno por parte del mencionado diligenciario, procede de cualquier modo el sobreseimiento
en el presente juicio de garantías, con fundamento en el artículo 74, fracción IV, de la Ley de
Amparo. Tiene aplicación al caso la jurisprudencia de este órgano colegiado, publicada con el
número VI.2o.C. J/273, en la página mil ciento cincuenta y cuatro, Tomo XXIV, octubre de
dos mil seis, de la Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, de
rubro: "AMPARO DIRECTO. DEBE SOBRESEERSE RESPECTO DE LA EJECUCIÓN
DE LA SENTENCIA RECLAMADA ATRIBUIDA AL DILIGENCIARIO DE LA SALA,
SI SÓLO SE ORDENÓ SU NOTIFICACIÓN Y ÉSTA NO FUE COMBATIDA POR
VICIOS PROPIOS. Si en la demanda de amparo directo se señala como autoridad
responsable ejecutora al diligenciario adscrito al tribunal de apelación, pero del estudio de la
sentencia reclamada se advierte que éste no ordenó ejecución alguna, sino únicamente llevó a
cabo su notificación; y, por otro lado, en la petición de amparo no se esgrimen conceptos de
violación encaminados a combatir la notificación referida por vicios propios; entonces debe
concluirse que al no existir acto de ejecución del mencionado diligenciario, procede decretar
el sobreseimiento en el juicio de garantías respecto de dicho acto, con fundamento en el
artículo 74, fracción IV, de la Ley de Amparo."
SEXTO. Son infundados los conceptos de violación.
El quejoso afirma que compareció ante el actuario del Juzgado Menor de lo Civil de Orizaba
Veracruz, y "diligenció" en sus términos el auto de exequendo, por lo que se emplazó y llamó
a juicio a la parte demandada. Tan fue así que ********** contestó la demanda, que el Juez
del conocimiento ordenó reservar hasta que recibiera diligenciado el exhorto correspondiente;
y que esa conducta procesal que llevó a cabo, misma que la Sala ad quem no tomó en cuenta,
fue tendente a impulsar la prosecución del juicio.
El argumento de mérito, por una parte, no fue aducido en esos términos en vía de agravios en
apelación y, por ello, la Sala responsable no estuvo en condiciones de avocarse a su análisis,
ya que en esa instancia alegó que de autos se advierte que se encuentra pendiente de
notificársele el escrito de contestación de demanda que se ordenó reservar hasta que se
recibiera el exhorto debidamente diligenciado, por virtud del cual se ordenó llamar a juicio a
mi contrario por conducto del C. Juez competente del Distrito Judicial de Orizaba, Veracruz
y, por ende, al no existir constancia del exhorto referido se encontraba impedido para dar
impulso procesal, amén de que el Juez del conocimiento tampoco se encuentra en posibilidad
de emitir el acuerdo sobre la admisión o desechamiento del escrito de la parte demandada
dando contestación; que en consecuencia, no pudo operar la caducidad decretada por
ignorarse si el escrito de contestación fue presentado en tiempo y forma, máxime que, por
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otra parte, la devolución del exhorto está a potestad de la autoridad exhortada quien lo
remitirá por los conductos y vías correspondientes, la cual también fue autorizada para agotar
los medios de apremio necesarios para lograr el perfeccionamiento del embargo, y todo ello
se conocerá hasta el momento de la llegada de dicho exhorto. Esto, de conformidad con la
jurisprudencia sustentada por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
visible con el número 1a./J. 12/2008, en la página treinta y nueve, Tomo XXVII, abril de dos
mil ocho, Materia Común, Novena Época, del Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, de rubro: "CONCEPTOS DE VIOLACIÓN INOPERANTES. TIENEN ESTA
CALIDAD SI SE REFIEREN A CUESTIONES NO ADUCIDAS EN LOS AGRAVIOS
DEL RECURSO DE APELACIÓN Y NO SE DEJÓ SIN DEFENSA AL APELANTE. En
atención a los principios dispositivo, de igualdad de las partes y de congruencia que rigen en
el proceso civil, y en virtud de que el objetivo del recurso de apelación es que el tribunal de
segunda instancia examine la sentencia recurrida en función de los agravios propuestos por el
apelante, resulta inconcuso que aquél no debe modificar o ampliar los agravios en beneficio
de éste; de ahí que si en ellos no se invoca una violación cometida por el a quo, se estimará
consentida y quedará convalidada, con la consecuente pérdida del derecho a impugnarla
posteriormente, a causa de la preclusión, por lo cual la parte quejosa en el juicio de amparo
directo no debe impugnar una irregularidad consentida tácitamente con anterioridad. Sin que
obste a lo anterior que con el artículo 76 Bis de la Ley de Amparo se haya ampliado la figura
de la suplencia de la queja deficiente al especificar las hipótesis en que opera, pues el juicio
de garantías sigue rigiéndose por el principio de estricto derecho contenido en el artículo 2o.
de dicha ley, y no es un instrumento de revisión de las sentencias de primera instancia
impugnables mediante algún recurso ordinario por el que puedan ser modificadas, revocadas
o nulificadas, en acatamiento del artículo 73, fracción XIII, de la Ley de Amparo. Por tanto la
falta de expresión de agravios imputable al apelante no actualiza el supuesto de la fracción VI
del indicado artículo 76 Bis, que permite a los tribunales federales suplir la deficiencia de los
conceptos de violación de la demanda, inclusive en la materia civil, excepto cuando se
advierta que contra el quejoso o el particular recurrente ha habido una violación manifiesta de
la ley que lo haya dejado sin defensa. En este orden de ideas, se concluye que deben
declararse inoperantes los conceptos de violación cuando se refieren a cuestiones no aducidas
en los agravios del recurso de apelación si contra el recurrente no existió una violación
manifiesta de la ley que lo hubiere dejado sin defensa, sino que voluntariamente o por
negligencia no expresó los agravios relativos, cuya circunstancia no es atribuible a la
autoridad responsable que pronunció la sentencia de segunda instancia reclamada; de manera
que es improcedente examinar los conceptos de violación o conceder el amparo por estimarse
que la sentencia que resolvió la apelación es violatoria de garantías sobre una cuestión que de
oficio no podía analizar la autoridad responsable, ante la ausencia de agravios."
Pero además, por otro lado, si dicha aseveración fue expuesta a fin de combatir lo
considerado por la Sala responsable, tendente a destacar la falta de prosecución del juicio por
el actor en el sentido de que, de acuerdo a lo expresado en agravios por **********, por
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cuanto a que debido a la falta de recursos no le ha sido posible comparecer a la ciudad de
Orizaba, Veracruz "en donde se encuentra el exhorto señalado"; cabe decir que, como quiera
que sea, dicho argumento, aducido en vía de conceptos de violación, no deja de ser una
simple afirmación general carente de todo sustento.
A mayor abundamiento, cabe señalar que, aun suponiendo la certeza de la alegada
comparecencia por parte del quejoso ante la autoridad exhortada, derivada de la circunstancia
de que la parte demandada hubiera presentado un escrito de contestación de demanda ante el
Juez del conocimiento, que éste mandó a reservar, de cualquier modo, ello no puede
estimarse como una actividad procesal encaminada a impulsar la prosecución del juicio y,
menos aún, puede considerarse como una hipótesis relativa a la suspensión del término para
la caducidad.
Lo anterior en virtud de que el artículo 1076 del Código de Comercio, segundo párrafo,
incisos a y b, con base en el cual se decretó la caducidad de la instancia, establece que la
misma operará de pleno derecho, de oficio o a petición de parte, cualquiera que sea el estado
del juicio, desde el primer auto que se dicte del mismo y hasta la citación para oír sentencia,
cuando hayan transcurrido ciento veinte días contados a partir del día siguiente a aquel en que
haya surtido efectos la notificación de la última resolución dictada, sin que hubiere
promoción de cualquiera de las partes dando impulso al procedimiento para su trámite,
solicitando la continuación para la conclusión del mismo.
En consecuencia, la simple asistencia de cualquiera de las partes a una diligencia, como
pudiera ser a la que dice el quejoso tuvo lugar ante la autoridad exhortada, para que en
auxilio de las labores del juzgado de origen ordenara a quien correspondiera "se constituyan
asociado de la parte actora en el domicilio del demandado, y cerciorado plenamente de ser
éste su domicilio, lo requiera de pronto y ejecutivo pago de la cantidad de: trece mil
veintiocho pesos con cincuenta centavos, moneda nacional, como importe de la suerte
principal, más el pago de los intereses causados y los que se sigan causando hasta el pago del
adeudo y, de no hacerse el pago en el momento de la diligencia, embárguensele bienes
suficientes de su propiedad, suficientes para garantizar las especies reclamadas,
depositándose estos bienes en la persona que, bajo su responsabilidad, nombre la parte actora.
Hecho lo anterior, se ordena emplazar a la parte demandada, requiriéndola para que dentro
del término de cinco días, más dos por razón de la distancia, se presente ante este Juzgado de
lo Civil de Tehuacán, Puebla, a hacer paga llana de las especies reclamadas o a oponerse de
la ejecución si tuviere alguna excepción para ello y, a continuación, entréguesele la copia
simple presentada, sellada y cotejada ..." (como se ordenó en el auto de diecinueve de agosto
de dos mil cinco, por el Juez de origen). Como quiera que sea, ello no puede estimarse como
una promoción tendente a impulsar la prosecución del juicio, toda vez que, en absoluto,
implica la solicitud de continuación del mismo para su conclusión, como lo refiere la
hipótesis de aquel numeral de la ley mercantil.
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El quejoso refiere que, de cualquier modo, es obligación de la autoridad exhortada el dar
curso y cumplimiento a los exhortos encomendados, diligenciarlos debidamente y
devolverlos al lugar de origen, y que dicha obligación no puede recaer en alguna de las
partes.
Sobre el particular, cabe decir que aun cuando es verdad que a la autoridad exhortada y no a
las partes, obliga el cumplimiento, diligenciación y devolución del exhorto encomendado, de
cualquier modo ello no releva al interesado de impulsar el procedimiento mediante
solicitudes tendentes justamente a eso para hacer patente su voluntad en continuar el juicio
hasta su conclusión, por así disponerlo expresamente el artículo 1076 del Código de
Comercio, el que categóricamente dispone que la caducidad de la instancia operará de pleno
derecho cualquiera que sea el estado del juicio desde el primer acto que se dicte en el mismo
y hasta la citación para oír sentencia, cuando hayan transcurrido ciento veinte días contados a
partir del día siguiente al en que surtió efectos la notificación de la última resolución judicial
dictada. De ahí que la caducidad puede operar desde el primer auto que se dicte en juicio, y
no a partir de que el demandado sea emplazado, como en el caso, a través de la autoridad
exhortada para tal efecto; y, por lo mismo, no es la recepción del exhorto debidamente
diligenciado el inicio del término para la caducidad pues, en todo caso, de acuerdo con la ley,
es obligación del interesado solicitar a la autoridad judicial del conocimiento la continuación
del juicio a fin de evitar la caducidad, esto es, de efectuar la conducta procesal necesaria para
impulsar el procedimiento.
En efecto, si bien es cierto que la autoridad judicial, por sí o a través de exhorto, debe
emplazar a la parte demandada, haciéndole saber la existencia del juicio instaurado en su
contra, lo importante es que ante la omisión de esa primera notificación, o bien, de la
remisión del exhorto correspondiente, la parte actora interesada puede lograr la prosecución
del juicio solicitando al Juez que ordene el emplazamiento o gire oficio a la autoridad
exhortada para que lo lleve a cabo y devuelva el exhorto debidamente requisitado, a fin de
cumplir con su carga procesal de impulsar el procedimiento y evitar de esa forma que opere
la caducidad. Tienen aplicación al caso las jurisprudencias sustentadas por la Primera Sala de
la Suprema Corte de Justicia de la Nación, con los números 1a./J. 22/2003 y 1a./J. 27/2006, la
primera publicada en la página ciento cuarenta y nueve, Tomo VII, mayo de dos mil tres, y la
segunda en la página diecisiete, Tomo XXIV, julio de dos mil seis, ambas de la Novena
Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, de rubros: "CADUCIDAD DE
LA INSTANCIA EN MATERIA MERCANTIL. OPERA DESDE EL PRIMER AUTO QUE
SE DICTE EN EL JUICIO AUNQUE NO SE HAYA EMPLAZADO AL DEMANDADO.
El artículo 1076 del Código de Comercio señala que la caducidad de la instancia operará de
pleno derecho cualquiera que sea el estado del juicio, desde el primer auto que se dicte en el
mismo y hasta la citación para oír sentencia, cuando hayan transcurrido ciento veinte días
contados a partir del día siguiente a aquel en que surtió efectos la notificación de la última
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resolución judicial dictada, y que no hubiere promoción de cualquiera de las partes, dando
impulso al procedimiento para su trámite, solicitando la continuación para la conclusión del
mismo. La expresión ‘cualquiera que sea el estado del juicio, desde el primer auto que se
dicte en el mismo’, indudablemente atañe a cualquier momento procesal dentro de una
instancia, la cual da inicio con la presentación de la demanda; por lo que es evidente que la
caducidad de la instancia puede operar desde el primer auto que se dicte en ésta, y no a partir
de que se emplace al demandado, pues ningún dispositivo de la legislación mercantil exige
esa actuación procesal para que opere esta figura, ya que en todo caso, ese requisito será
necesario para la integración de la litis, pero la falta de ésta, de manera alguna releva al actor
de mantener viva la instancia." y "CADUCIDAD DE LA INSTANCIA EN MATERIA
MERCANTIL. EL NUMERAL 1076 DEL CÓDIGO DE COMERCIO QUE AUTORIZA A
DECRETARLA AUN CUANDO NO SE HAYA PRACTICADO EL EMPLAZAMIENTO,
NO VIOLA EL ARTÍCULO 17 DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS
UNIDOS MEXICANOS. Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en
la jurisprudencia 1a./J. 22/2003, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, Novena Época, Tomo XVII, mayo de 2003, página 149, de rubro: ‘CADUCIDAD
DE LA INSTANCIA EN MATERIA MERCANTIL. OPERA DESDE EL PRIMER AUTO
QUE SE DICTE EN EL JUICIO AUNQUE NO SE HAYA EMPLAZADO AL
DEMANDADO.’, sostuvo que el artículo 1076 del Código de Comercio establece que la
caducidad de la instancia opera de pleno derecho una vez que transcurran ciento veinte días
de inactividad procesal, desde el primer auto que se dicte en el juicio y hasta la citación para
oír sentencia, por lo que dicha figura opera en cualquier momento de éste, sin necesidad de
que haya sido emplazado el demandado, pues este requisito sólo es necesario para fijar la
litis. En ese orden de ideas y tomando en consideración que la garantía de acceso a la justicia
no es un beneficio para el particular, sino un derecho del gobernado para que se le administre
justicia dentro de los plazos y términos que fijen las leyes, con la obligación correlativa de
que aquél cumpla con los requisitos exigidos por la ley, de manera que a pesar de que la
voluntad de las partes es la que impera en los juicios mercantiles, ésta siempre está
supeditada a lo dispuesto por las leyes procesales, se concluye que el indicado artículo 1076
que constituye un reflejo del principio dispositivo consistente en que el ejercicio de la acción,
su desarrollo a través del proceso, sus límites y la actividad del Juez, se regulan por la
voluntad de las partes contendientes, no viola el artículo 17 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos. Ello es así porque el citado artículo 1076 no impide el acceso a la
impartición de justicia, pues no coarta el derecho de la parte actora de acudir a los tribunales
para resolver un caso concreto, y si bien corresponde a la autoridad judicial emplazar a la
parte demandada a efecto de hacerle saber que se ha instaurado un juicio en su contra, en
caso de que dicha notificación no haya ocurrido, la parte actora puede impulsar el
procedimiento, solicitando al Juez que ordene el emplazamiento al demandado con el fin de
que no opere la caducidad de la instancia, por lo que en el supuesto de que ésta se actualice,
únicamente es imputable a la actora, en virtud de que es la interesada en que se resuelva la
controversia planteada."
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Ahora bien, el acuerdo de ocho de febrero de dos mil seis, por virtud del cual el Juez del
conocimiento ordenó reservar el escrito de contestación de demanda de **********, para ser
acordado una vez devuelto el exhorto, no es una resolución que impida se decrete la
caducidad de la instancia o que suspenda el procedimiento, en términos de la fracción VI del
artículo 1076 del Código de Comercio, según el cual no puede operar la caducidad cuando el
procedimiento está suspendido por causa de fuerza mayor que impida al Juez y las partes
actuar, o en los casos en que sea necesario esperar una resolución de cuestión previa o conexa
por el mismo Juez o por otras autoridades pues, como se dijo, la falta de emplazamiento o de
la constancia de haberse realizado, no es una razón que obstaculice el decreto de caducidad
de la instancia, pues la parte interesada se encuentra en posibilidades de solicitar al Juez las
medidas conducentes a fin de procurar la continuación del juicio y evitar que con ello opere
la caducidad. Al caso tienen aplicación, en lo conducente, las jurisprudencias de la Primera
Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, consultables la primera con el número
1a./J. 72/2005, en la página cuarenta y siete del Tomo XXII, agosto de dos mil cinco, y la
segunda con el número 1a./J. 108/2007, en la página cinco, Tomo XXVI, septiembre de dos
mil siete, así como la tesis del Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer
Circuito, visible con el número I.3o.C.612 C, en la página mil seiscientos noventa y ocho,
Tomo XXV, abril de dos mil siete, todas de la Novena Época del Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, de rubros: "CADUCIDAD DE LA INSTANCIA. LAS
PROMOCIONES DE LAS PARTES SON APTAS PARA INTERRUMPIR EL PLAZO
PARA QUE OPERE, CUANDO SON OPORTUNAS Y ACORDES CON LA ETAPA
PROCESAL EN LA QUE SE PRESENTAN.-La Primera Sala de la Suprema Corte de la
Nación en la tesis jurisprudencial 1a./J. 1/96 de rubro: ‘CADUCIDAD DE LA INSTANCIA
SÓLO ES SUSCEPTIBLE DE INTERRUPCIÓN A TRAVÉS DE PROMOCIONES QUE
TIENDAN A IMPULSAR EL PROCEDIMIENTO Y NO CON CUALQUIER ESCRITO
(LEGISLACIÓN PROCESAL DEL DISTRITO FEDERAL).’, sostuvo que las promociones
que pueden impulsar el procedimiento son aquellas que revelan o expresan el deseo o
voluntad de las partes de mantener viva la instancia, esto es, aquellas que tuvieran como
consecuencia activar el procedimiento y excitar al órgano jurisdiccional a continuar hasta el
dictado de la sentencia. Por ello, para que pueda demostrarse el interés de las partes en
impulsar o continuar el procedimiento, es necesario que, además de las características
mencionadas, la promoción sea coherente con la correspondiente secuela procesal, es decir,
que la pretensión contenida en esa promoción sea posible atendiendo al contexto procesal en
que se presenta; en consecuencia, las promociones en las que se solicita que se inicie una
etapa procesal o se realice un acto procesal, cuando aquélla ya concluyó o éste ya se realizó,
no son oportunas ni coherentes con la secuela procesal, porque de acuerdo al principio de
preclusión que rige en los procedimientos civiles y mercantiles, no puede reiniciarse o
volverse a una etapa procesal que ya quedó cerrada. Por lo anterior, esa clase de promociones
no interrumpen el plazo para que opere la caducidad de la instancia pues no demuestran el
interés de las partes por continuar con el procedimiento hasta su resolución, sino por el
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contrario, lo retrasan.", "CADUCIDAD DE LA INSTANCIA EN MATERIA MERCANTIL.
LA CONSTANCIA LEVANTADA POR EL NOTIFICADOR DEL JUZGADO
REFERENTE A LA IMPOSIBILIDAD DE EMPLAZAR AL DEMANDADO, NO
INTERRUMPE EL TÉRMINO PARA QUE OPERE AQUÉLLA.-El artículo 1,076 del
Código de Comercio establece que en los juicios mercantiles la caducidad de la instancia
opera de pleno derecho, ya sea de oficio o a petición de parte, cualquiera que sea el estado del
procedimiento, desde el primer auto que en él se dicte y hasta la citación para oír sentencia,
cuando hayan transcurrido 120 días contados a partir del siguiente a aquel en que surtió
efectos la notificación de la última resolución judicial dictada sin que medie promoción de las
partes para impulsar el procedimiento. Ahora bien, la constancia en la que el notificador del
juzgado asienta la imposibilidad de emplazar al demandado constituye una razón a través de
la cual dicho funcionario judicial informa al Juez que no puede llevar a cabo el mandato
ordenado en autos, por lo cual no tiene el carácter de resolución judicial, pues en términos del
artículo 1,077 del citado Código, sólo son tales los decretos de trámite, los autos
provisionales, definitivos o preparatorios, y las sentencias interlocutorias y definitivas;
además, la referida constancia tampoco puede considerarse como una promoción de las
partes. En congruencia con lo anterior y tomando en cuenta que el Código de Comercio se
basa en el principio dispositivo conforme al cual la obligación de impulsar el procedimiento
corresponde preferentemente a las partes y no al juzgador, se concluye que la constancia
levantada por el notificador del juzgado referente a la imposibilidad de emplazar al
demandado no interrumpe el término para que opere la caducidad de la instancia." y
"EMPLAZAMIENTO EN MATERIA MERCANTIL. SU REALIZACIÓN A TRAVÉS DE
EXHORTO NO ES DE LAS RESOLUCIONES QUE SUSPENDEN EL
PROCEDIMIENTO, EN TÉRMINOS DE LA FRACCIÓN VI DEL ARTÍCULO 1076 DEL
CÓDIGO DE COMERCIO.-El artículo 1076, fracción VI, del Código de Comercio,
establece, entre otras cuestiones, que la caducidad de la instancia no se puede actualizar
cuando se suspende el procedimiento ante la espera de una resolución del mismo Juez o de
autoridad diversa que constituyen una cuestión previa o conexa al procedimiento de que se
trate. Por su parte, el exhorto judicial constituye uno de los medios de comunicación procesal,
mediante el cual un juzgador se dirige a otro con diversa competencia territorial, para
solicitarle su colaboración en el negocio sometido a consideración del primero, en relación
con actuaciones que deban ejecutarse en el ámbito territorial respecto de la cual el segundo
ejerce su jurisdicción. En este orden de ideas, con independencia de que la diligencia de
emplazamiento del demandado al juicio natural se hubiera intentado efectuar, por cuestiones
de competencia territorial, a través de un juzgador diverso, mediante un exhorto, se debe
entender que lo actuado por este último constituye una continuación de la actividad
jurisdiccional, en la especie, la relativa al emplazamiento y, por ende, que dicha actuación no
se encuentra dentro de la hipótesis de suspensión materia del presente criterio; en
consecuencia, para que el Juez natural se encuentre en condiciones de resolver sobre la
caducidad de la instancia, debe contar con todas las constancias que integran el expediente,
esto es, sus propias actuaciones y las del Juez exhortado."
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Las anteriores consideraciones conducen a negar el amparo solicitado.
Por lo expuesto, y con fundamento en los artículos 107, fracciones III y IX, de la
Constitución General de la República, 46 y 158 de la Ley de Amparo y, 35 y 37, fracción I,
inciso c), de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, es de resolverse y se
resuelve:
PRIMERO.-Se sobresee en el juicio de garantías promovido por **********, en contra del
acto que reclama del diligenciario adscrito a la Segunda Sala en Materia Civil del Tribunal
Superior de Justicia del Estado de Puebla, encargado de los expedientes de número impar,
consistente en la ejecución de la sentencia dictada por dicha Sala el dos de julio de dos mil
ocho, en el toca de apelación **********, que confirmó el auto pronunciado por la Juez
Primero de lo Civil del Distrito Judicial de Tehuacán, Puebla, el veintidós de agosto de dos
mil siete, en el expediente **********, relativo al juicio ejecutivo mercantil promovido por
la hoy quejosa, en contra de **********.
SEGUNDO.-La Justicia de la Unión no ampara ni protege a **********, en contra del acto
que reclama de la Segunda Sala en Materia Civil del Tribunal Superior de Justicia del Estado
de Puebla, consistente en la sentencia dictada por dicha Sala el dos de julio de dos mil ocho,
en el toca de apelación **********, que confirmó el auto pronunciado por la Juez Primero
de lo Civil del Distrito Judicial de Tehuacán, Puebla, el veintidós de agosto de dos mil siete,
en el expediente **********, relativo al juicio ejecutivo mercantil promovido por la hoy
quejosa, en contra de **********.
Notifíquese; remítase testimonio de esta resolución a la Sala responsable, devuélvanse los
autos y, en su oportunidad, archívese el expediente.
Así, por unanimidad de votos, lo resolvió el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Civil
del Sexto Circuito, integrado por los Magistrados Gustavo Calvillo Rangel, Raúl Armando
Pallares Valdez y Ma. Elisa Tejada Hernández. Fue ponente el primero de los nombrados
En términos de lo previsto en los artículos 14, fracción I y 18, fracciones I y II de la Ley
Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, en esta versión
pública se suprime la información considerada legalmente como reservada o confidencial que
encuadra en esos supuestos normativos.
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