NÚM. 1 8 . MADRID. AÑO XIV. CRÓNICA H I S P A N O " A M E R I C A N A. FUNDADOR Y PKOPIETARIO.—D. E D U A R D O PRECIOS DE SUSCniCION: ^n ESPAÑA, 24 rs. trimestre, 96 adelantado.—En el ExTRANíEBO, 40 francos al año, suscribiéndose directamente; si no, 60.—En ULTRAMAR, 13 pesos fuertes. ASQUERINO. DIRECTOR.—D. V Í C T O R ANDNCIOS EN ESPAÑA: medio real línea.—CoMONrcADOs: 20 rs. en adelante por cada linea.—REDACCIÓN T ADMINISTRACIÓN: Madrid, calle de Florida blanca, núm. 3. BALAGUER. Los anuncios se justifican en letra de 7 puntos j sobre cinco columnas.—Los reclamos y remitidos en letra de 8 puntos y cuatro columnas.—Para mai pormenores véase la última plana. COLABORADORES: Señores. Amador de os Rios, Alarcon, Arce, Sra. Avellaneda, Sres. Asqaerino, Auñon (Marqués de), Alvarez (Miguel de los Santos), Avala, Alonso (J. B.), Araquistain, Alberto de Quintana, Becquer, Benavides, Bueno, Borao, Bona, Bretón de los Herreros, (iampoamor, Camus, Canalejas, cJañete, Castelar, Castro y Blanc, Cánovas del Castillo, Castro y Serrano, Conde de Pozos Dulces, Colmeiro, Correa, Cueto, Sra. Coronado, Sres. Dacarrete, Eguilaü, Escosura, Estrella, Fernandez Cuesta, Ferrer del Rio, Fernandez y G., Figuerola, Forteza, Federico Alejos Pita, Félix Pizueta, Garcia Gutiérrez, Gayanéos, Graells, Harzenbuscb, Janer, José Feliu, loié Joaquín Ribo, López Garcia, Larra, Larrañaga, Lasala, Lorenzana, Llórente, Madoz, Mata, Mané y Flaquer, Montesino, Molins (Marqués de). Matos, Moya (F. í.), Ochoa, Olavarrla, Olózaga, Palacio, Pasaron y Lastra, Pi Margait, Poey, Reinoso, Retes, Bibot y Fontseré, Rafael Blasco, Rios y Rosas, Rivera, Rivero, Romero Ortiz, Rodríguez y Muñoz, Rosa y González, Ros de Ólano, Rossell, Ruiz Aguilera, Rodríguez (Gabriel), Selgas, Sanz, Segovia, Salvador de Salvador, Salmerón, Serrano Alcázar, Teodoro Llórente, Trueba, Varea, Valera, Vlcenle Boix, Wilson (la baronesa de.) petúa su reinado; el luto y el dolor no difícil de determinar, sin conocer las disterminan; los ánimos no distinguen en el posiciones interiores de la capital. No puede, por lo tanto, ser mas somRevUta general—Italii, por O. Antonio Llabería.— porvenir indicio alguno que les tranquilice; la guerra continúa, valida de toda brío el cuadro que hoy ofrece la veciLa Constitución de Puerto-Rico.—Apuntes sobre literatura moderna, por O Antonio LUberfa.— la fuerza asoladora coa que fué inaugu- na nación; no pueden ser mas patentes Instrucción primaria, por D. F. V. Havia.—Pru- rada. las muestras de que la guerra se dispone sia, 1 or D Lni< Jii'to » Villaaueva.—Z)« la historia con relación al derecho, por D. F. J. M»ya.— París redobla sus esfuerzos y precau- á hacer nuevos estragos, acabando con Elcoraion, \¡OÍ- D. M- »'azquez Castro.—¿a guer- ciones para rechazaf el sitio, con que la la pujanza del pueblo, que h i sido su vícra y el derecho de gentes, p e D. José Joaquín Ri- amenaza el ejército victorioso que ya lle- tima, después de haber exterminado su bo —i.'/ cerebro y la inteligencia, por D. Amallo Gliaeao.~Lo sublime, lo ridículo, u feo, por don ga casi á sus muros; la ciudad sagrada fuerza militar. J. Manjarrés — Ali-Bey el Abbassi (conclusión), de Víctor Hugo, pierde toda la ostentaLa palabra paz ha sido, finalmente, por D. Víctor Balaguer.—üfeniíterio de ultramar. ción, todo el fausto, todo el bullicio que pronunciada, por ese pueblo,- se ha de—A la guerra (poojla), por D. Pedro Matü.— no la abandonaron en su pasada época seado, por primera vez, el momento de Anuncios. de ficticio explondor; abandónala el la reconciliación, pero,¿c|ué resultado ha cuerpo diplomático, que siguiendo ala conseguido esa aspiración, de la que dtfleerftcion del Oobieruo, se dirige á participan todos los ánimos espectadores MADRID 28 DB SETIEMBRE! DE 1870. Toura, de donde bien pronto tendrá que del horrible conflicto? alejarse, si es que son ciertas las uoticias Julio Fravre yThiers se han encargade que hacia aquel improvisado centro do de la misión pacificadora, el primero, REVISTA_GENERAL. só dirige alguno de los cuerpos prusia- tratando, como miembro del Gobierno, nos. Oyese únicamente en la capital de de realizarla con la otra nación beligeI. los festines y grandes orgías, la voz so- rante; el segundo saliendo en busca del Los que después de la derrota de Se lemne del ex-desterrado de Guernesey, apoyo do las potencias neutrales, para dan. cuyos trascendentales resultados que ora á los vencidos, ora á ios vence- que por medio del reconocimiento del fueron el cambio radical de la situación dores, dirige alternativamente palabras nuevo orden de cosas establecido en militar y política de la Francia, se felici- de patriotismo ó de caridad; exhortacio • Francia, prestaran á su Gobierno la intaron generosamente esperanzados, por nes á la lucha ó á la pacificación. Leváa- fluencia que necesita para entrar en nela idea de una próxima paciñcacion, bien tanse igualmente en medio del sileucio gociaciones con la Prus a. pueden hoy dolerse del sesg^o completa- del estupor ó del estrépito de las armas Hoy sabemos ya el resultado de las mente distinto que han tomado los acon- que se aprestan, la palabra de Edgardo gestiones practicadas por Favre; hoy tecimientos. «No hay paz;» hé aquí la Quinet, la de Dupanloup, la de cuantos lamentamos ya el mal éxito de sus dilirealidad tremenda y fría á que se Ueg^a, patriotas encuentran en los principios de gencias cerca de Bismarck. Hoy nos dnpor la vía de los sucesos ocurridos du- su doctrina, alguna inspiración genero- lemos también de los malos auspicios con rante el período quincenal que hoy es- sa que comunicar á sus atribulados con- que M. Thiers empieza á desempeñar la pira. ciudadanos. misión que le fué encomendada. ¡No hay paz.'... y lo que es peor, tamLevántase también, para destruir aquel Mas lo cierto es, que si se han hecho poco se distingue la menor probabilidad venturoso concierto de voces patrióticas, gestiones en sentido favorable al térmide que en mucho tiempo se alcance tan el clamor de la demagogia, siempre en no de la guerra, en ninguna de las difenecesario, como inapreciable beneficio. guardia para empañar el brillo de los rentes partes, mas ó menos interesadas Las grandes victorias obtenidas por los mas límpidos horizontes políticos; La en la terminación del conflicto, descubriejércitos prusianos, con tanta frecuencia Manellesa, con su general Cluseret, y Le mos verdadero empeño porque este téry con tan monstruosas proporciones, que Rappeí y Le ñeveit, con destempladas fra- mino se realice. el ánimo se a Imira y apenas si la histo- ses, intentan sobreponerse al Gobierno de n. ria halla espacio doade registrarlas, en la defensa, ya bastante combatido por las páginas correspondientes al breve los excesos y rebeldías de Lyon, de MarJulio Favre, el iniciador de la idea de período de dos meses; la ruina de la sella y otros puntos donde la bandera ro- pacificación, el que motivó el viaje de Francia, consumada con asombrosa ra- ja ondea, cubriendo con su sombra per- Thiers, el que se dirigió personalmente á pidez; la destrucción de sus desorganiza- turbaciones y atropellos. Ferriereá, donde celebró con Bismark dos ejércitos, la caída de todo un régiMientrastantü, el ejército prusiano, de- las conferencias preliminares de un tramen político; y en una palabra, todos jando estrechado á Strasburgo, á Metz y tado que alfiuno se extendió; Julio Facuantos sucesos de carácter resolutorio á Toul, por fin, rendido, avanza rápida- vre, el ministro de Negocios extranjeros, para la vida íntima é internacional de mente hacia el corazón de la nación, cu- fué el que primero alejó toda probabiliambos países beligerantes se han deter- yo suelo ha convertido en campo de sus dad de iateligencia y acuerdo en un punminado, desde que se oyó el primer ca- victorias ; anúncianse nuevas ventajas to donde ambos son esenciales é impresñonazo de guerra en las alturas de Sar- obtenidas por sus tropas sobra el ejér- cindibles. ¿No fundó, acaso, cjn parebruck, han sido completamente in- cito de Viiioy en Meaux; llegan ya sus triótica arrogancia, sus deseos de paz en fructuosos para estrechar la distancia exploradores á Saint-Cloud; establece el el espíritu de toda la Francia, contrario 3ue separa á los dos enemigos, y pár'a principe heredero su cuartel general en de todo punto, á la menor desmembraerribar esa valla de rencores y envidias Versalles; extiéndese la línea enemiga ción de territori)? ¿No partió para el que entre ellos se interpone, y que de desde este último punto á Vinceanes; que- campamento enemigo con el propósito día en dia va siendo mas fuerte y mas da completo el cerco de París, y este cen- firme de no someterse á condición algutro, propagador de todas sus grandezas, na, que disminuyese para nada, la exNo hay paz; los elementos de vida y queda aislado del resto de los pueblos de tensión de la Francia, y que arrebatade riqueza de la desdichada nación inva- Francia y Europa, sus antiguos tributa- se á ésta el dominio que ejerció sobre la dida, van sintiendo cada vez mas gran- rios, mientras que desde su aislamiento Al sacia y la Lorena? de, el peso que los sepulta; las vidas de deja oir en sus calles el ruido de una luPues si tales propósitos eran de todo millares de hombres siguen amenazadas cha, que los noticieros creen intestina, y punto incompatibles con las pretensioy dispuestas al holocausto terrible que que intestina habla de ser, si en realidad nes de Prusia, quien con acnaque de exigió la diplomacia; la destrucción per- la lucha existió, y no fué algún hecho querer establecer una paz firme y duraSUMARIO. dera, aspira tenazmente á la anexión da las provmcias conquistadas, ¿quién duda que el paso dado por el ministro francés, carecía por entero, de probabilidades favorables, y que sus diligencias habían de acabar por frustrarse al intento que las determinó? Por otro lado, el espíritu de la potencia vencedora, no se halla propicio á la terminación de la guerra, en estos momentos sobre todo, en que se promete como muy segura, la entrada de sus ejércitos en París, donde pueda dictar condiciones á su sabor. Cierto es que se alega por parta de a(|uella potencia la razón valedera, en cierto modo, de no ofrecer el Gobierno actual garantías suficientes para el sostenimiento de los tratados que se hicieran; más también es lo cierto, que si hay que esperar á que tal dificultad se remedie, elfinde la guerra se halla muy distante, ya que las garantías (lue no puede dar la República, menos las daría el imperio, restablecido aunque no fuera mas que momentáneamente. ¿Qué fuerza tendría, en efecto, la institución caída, si la Francia, su mayor enemigo, no habiade ver en las condiciones, para ella onerosas, que el tratado de paz forzosamente ha de contener, más que la servil complacencia del emperador, ó de la Regencia? Cualquiera que fuere el sentido enque se concluyera la paz por el imperio, aparecería á los ojos de la nación, como transacción indigna, que sublevaría espontáneamente todos los ánimos. La política prusiana, con todo, no se detiene en tales reflexiones, y es la verdad que encerrada en esa incertidumbre ficticia ó real y en su empeño de apropiarse las dos provincias donde hoy domina, hace cada vez mas imposible la confección de un tratado que cerrara este paréntesis de barbarie; abierto en el libro de la civilización. La prensa prusiana, por su parte, fomentando ese espíritu de irreconcíliacioii, se ocupa ae la cuestión de «coa quién celebrará la paz el reyGuillermo,« y dice que no hay que pensar en la posibilidad de hacerla mientras no se constituya en Francia un partido que la desee. «Este partido, dice, se formó después que habia caído Napoleón I, y se formará ahora también después de Napoleón IH, tan pronto como la nación reconozca su verdadera situación y pueda palpar la verdad, que ha querido disimularle el régimen caído. Es indiferente la forma de Gobierno con que quiera estrenarse semejante partido de la paz; pero tiene que establecer el hecho de que tendrá fuerza de ley lo que estipule, y tiene que hacer constar aue dispone legalmente de la Hacienda y ae la fuerza nacional.» El órgano de Bismark, Dit; Norddeuts^ che Allgemeine Zñtuiig, añade á este propósito que el actual Gobierno provisio- LA AMERICA—AÑO XH.—NUM. 18. Otros, y no en pequeño número, inEn Londres ha fracasado esta misión, nal no representa ni es semejante partido de la paz. El nuevo cambio de cosas, sin que la habilidad y prestigio del di- vocando las tradiciones del cristianismo, ó sea la proclamación de la República, plomático francés hayan valido en favor se deciden por Jerusalen, cuya poblade la causa de la paz, á la cual sacrifica ción podría quedar neutralizada, de tiene, sin embarga, su buen lado. Consig-na que la Alemania ha hecho aquel sus principios y aspiraciones de acuerdo Turquía con las demás potenla guerra á la Francia imperialista, sin toda la vida. ¿Le sucederá otro tanto, en cias europeas. Suspenso en el resto de Europa el moque haga ahora mas (jue entretenerla las cortes de Viena y San Petersburgo? con la Francia republicana, surgiendo Respecto de la primera es temible que vimiento político ante los acontecimiende esta doble lucha el pensamiento de influya el ebmplo de la de Inglaterra, y tos de la guerra, solamente en el reino que en nada influye la forma de Gobier- por lo que a la segunda toca, poco hace vecino hallamos algo que registrar en no, y que se trata únicamente de un pue- esperar su antigua intimidad con Pru- la presente revista. blo turbulento y alborotador que se pre- sia, á cuyos designios asentirá, si no desLa caída de Saldanha y la formación paraba para establecer la República roja cubre uua razón favorable á las ilusiones del nuevo ministerio, con personajes pocuando el reinado de los Orleans, que ó intentos que no deja acariciar en sus líticos de diversos matices, no han sido hacia un casus belli de la unión alemana soledades. remedio bastante á calmar el malestar Triste, preciso es confesarlo, muy que en el país vecino se experimenta. bajo el imperio, yfinalmentese ha apresurado, á los trea dias de su existencia, á triste es el término de cuantas observaLa crisis porque atraviesa Portugal va enviar por toda It^ Alemania su procla- ciones hemos estado haciendo. Ganosos siendo cada vez mas laboriosa. Aunque mación republicana, excitando á que se de tranquilidad, de progreso, de concor- no se ha confirmado oficialmente la notiforme la República universal, de modo dia, en todos los ámbitos de la tierra, so- cia de que haya presentado au dimisión que en las tres referidas formas de Go- lo hallamos razones para confirmarnos en el obispo de Vizeu, un periódico anuncia bierno no ha cesado ni un instante de la creencia de que la lucha que trae agi- que en el seno del Gabinete no reina una considerar como su plan' político el e%^ tadas á las naoiOBfls todas, va á ifrelon- armonía perfecta. tender las fronteras hasta ol Rhin y el garse hasta el mumen% ant OHíe: par eaobtener un dominio sobre la marcha de tenuacion completa da la» Irntucia, la toda la Europa. Es, pues, una necesidai Prusia pueda, como en tierra de conquisITALIA. política, según el órgano del canciller ta, levantar orgullosa la frente, ceñida del rey Guillermo, el fijar de una vez la por el laurel ensangrentado de tantas y frontera natural tal como la está pidien- tantas victorias. Mientras tanto, después I. do la Prusia. No es posible, por consi- de haber alimentado lisonjeras esperanguiente, atender á los ofrecimientos de sas que vemos ya perdidas, solo podeLa solución de la cuestión italiana esuna mediación diplomática, en vista del mos exclamar tristemente convencidos: taba ya anunciada y prevista. La pernicambio repentino de las cosas en París; ¡No hay paz! ciosa dualidad establecida entre el Gaademás que estaría semejante proceder IIL binete de Florencia y el Gobierno ponen abierta contradicción con las peticioMas no en balde el ánimo contristado, tificio no podía existir por mucho tiemnes que son dirigidas al rey desde todos aleccionado por la historia, busca y es- po, su continuación habría debilitado pueblos de la Alemania. mas y mas de día en dia á los dos EstaPara que exista el menor asomo de de- pera alguna compensación dichosa al dos cuya^ enemistad recaía en su propio infortunio que vé preparándose ácaer sorecho á semejante intervención diplomáperjuicio. Inminente era la solución y bre los pueblos de la tierra. El progreso tica, tiene ante todo que constituirse un debía obtenerse con las armas en la maoscurecido en una región, busca otras Gobierno legal en Francia, con el cual no, pues el elemento revolucionario no regiones donde brillar y ostentarse. Y sea dublé entrar en negociaciones y que quedado satisfecho con concesi Jofrezca garantías de poder cumplir los los tiempos, emisarios de cultura y cum- habría diplomáticas, y el papado rodeado de compromisos que contraiga. ¿Quién, aña- plidores de altas conquistas, no retroce- nes bayonetas soñaba con la continuación de den en su marcha, ni dejan nunca de obde aquel periódico, puede pretender esMentana. tener la satisfacción de sus exigencias. tas garantías del Gobierno de los señoAl cesar la ocupación del territorio Adversario de los tiempos, enemigo res. Favre, Rochefbrt, Luis Blanc y Vícde libertades y progresos, feliz en la do • pontificio por las tropas francesas, Roma tor Hugo? minacion, airado contra todo acto eman- quedaba de hecho incorporada al reino Nadie por cierto; pero mientras la si- cipador, elevábase á la faz de la Europa italiano. Víctor Manuel aguardó pacientuación internacional de la Alemania del siglo XIX, un poder con el espíritu y temente á que la guerra se caracterizase. para con la Francia ha mejorado con los organización del siglo x\. Una invasión en los Estados de Pió IX acontecimientos del dia 4, se ha empeopodía ser mirada con disgusto, si no con Obstáculo perenne á la realización de rado la de la nación francesa. La prensa una grande obra, estigma fijo en la ira, por parte de Guillermo, no muy alemana está unánimemente de acuerdo frente de un pueblo libre, sombra que amigo de una exajerada democracia, y con el rey Guillermo respecto de que no todo un cielo;, escollo de la por eso el rey de Prusia se preparó para ha de sufrir la menor detención la mar- oscurecía unidad áa lu IkaUu, levaatóbuoo la Rooxa entrar en lucha, pero sin cambiar una cha de sus tropas sobre París; la to- pontificia, con su sooerano infalible, con nota, ni decir una'paiaora. ma de París equivale naturalmente á la su Conducta tal no llamó la atención escandaloso, con su hipocreprotección del país contra las facciones sía,fausto de los dos beligerantes, pues uno de con su terror teocrático, con su inpolíticas, lo mismo que sucedió en 1814 funesta sobre los pueblos sumi- ellos (Napoleón) sabia á qué atenerse, y en 1815, «y si es necesario, concluye, fluencia sos, y coa su lucha embozada contra los pero se veía en la imposibilidad de deestenderemos nuestras tropas por el Sur pueblos rebeldes. fender al Papa, y el rey de Prusia sabia hasta el Loire, y mas allá también.» de cierto que ninguna hostilidad podía Pero su poder sobre las conciencias, Conforme coa tales expresiones déla base principal del que ejercía sobre la temer por parte de la Península. prensa oficial é independiente de la Ale- tierra, había concluido ya desde hace Así las cosas, acaeció la caída de Namania, se encuentra el espíritu de la in- largo tiempo. Bayonetas y zuavos, chas- poleón y con ella la sustitución del régimensa mayoría de la población, según y legiones francesas eran última- men republicano al carcomido imperio. lo demuestran las exposiciones á que ha- sepots mente el secreto de su existencia y du- Daba esto un temor y realizaba una esce referencifi y en las cuales busca apo- ración. Apenas hubo perdido la fuerza peranza para Víctor Manuel. yo el citado órgano de Bismark. que sobre él reflejaba un poderoso, ya Consistía el temor en la posibilidad de Los alemanes, para pedir la anexión de caído, derrumbóáe también, y se cum- un movimiento republicano en Italia y las dos antiguas provincias, de que los plió el destino de la Italia, el sueño de la esperanza realizada era la proclamadespojó Luid XIV, no se prevalen del de- Cavour, la empresa de Garibaldi; y; al ción de un estado de cosas tan favorable recho de conquista, ni se apoyan solo cumplirse queda desagraviad) el espíri- á la entrada en Roma de la bandera de en el principio de las nacionalidades, tu de nuestro siglo, hasta hoy desterra- Saboya. aun cuando se habla todavía en ellas su do de la capital tenebrosa, quedan venCon todo, el temor era mas importante idioma y consideran indisputable que les gados los mártires de Mentaiia, y queda que la realización tan esperada, y el Gafueron arrebatadas por la violencia y el satisfecha la historia que se resistía á binete de Florencia se preparó á combafraude: invocan principalmente la nece- consignar en sus páginas la independen- tirlo. sidad de asegurar sus fronteras, hacien- cia de la Italia, mientras Roma permaEmplear en una empresa patriótica do difícil otra provocación como la que ha necía encadenada. las fuerzas vitales que comprimidas potraído la guerra actual, y rechazan toda Italia posee ya su capital, ya es un intervención de las potencias neutrales pueblo completo. Ya solo queda un rin- drían causar un conflicto, era la táctica en un asuntoqueno eáde su competencia. cón, que la meticulosidad ha respetado; que debía emplearse; pero antes era ne¿Qué hicieron,— exclama— para evitar el dominio de los Papas queda acorrala- cesario probar que el miedo no se conola guerra? ¿Por qué no se unieron y con- lado enlii ciudad leonina, mezquina rea- cía en el seno del Gobierno, y hé aquí la causa de la célebre nota que con motivo certaron antes de empezar las hostilida- lidad de tan ambicioáos sueños. de los falsos rumores sobre república des, áfin de imponer su mediación por Sella y Lanza, con sus excitaciones, la fuerza, impidiendo una injusta y ar- han logrado realizar hoy, lo que antes italiana recibieron todos los represenbitraria agresión? Después de los desas- ideó el gran político italiano. De hoy tantes de la Península. La nota era concisa y enérgica. Decia tres que ha traído ésta, ¿con qué derecho mas, la humanidad verá en el horizonte pueden entrometerse á prescribir los lí- de su vida una mancha menos: ha caí- así: mites de la indemnización que exija el do el poder temporal del papado. «En las prlacipales poblaciones de Francia ha provocado y de las seguridades que crea Consumado este hecho, y aceptada la corrido hoy el ramor de que la República había conveniente tomar para no verse expues- hipótesis de que es absolutamente im- sido proclamada en Italia, donde, por el contrael drdea es perfecto. Se ha tratado de artp otra vez á semejantes peligros? posible que coexistan en Roma el Papa rio, rancar el escado real del consulado de Marsella Ahora bien, ante esa incompatibilidad y el Gobierno italiano, los periódicos ex- que ha sido preciso custodiar dia y noche. Una ' antagonismo, que no destruirán cier- tranjeros se echan á discurrir cual será diputación de nízen»eg, ha marchado para pedir ftmente las entidades en quienes reside, la residencia mas conveniente para el je- á Garibaldi venga á proclamar en Niza la República italiana. El Gobierno del rey responde ¿qué hacen los demáspueblos, por obtener fe del catolicismo. Muchos creen preferible la isla de del mantenimiento del drdeo en el reino y tomaen el conflicto una saludable intervenen caso necesario, las medidas indispensables (¿on? El vifye de M. Thiers á Londres, Malta, á la que Pió IX ha mostrado en rá, para mantenerlo también en el territorio romanos ha dado ya á conocer el propósito del otras ocasiones grandes simpatías. Su no.—Bíont.» posición en el Mediterráneo y el deseo Gobierno inglés. La misión de M. Thiers consiste en pe- manifestado otras vjces por los malteHecho esto, solo se trataba de dar codir en Londres, Viena y San Petersbur- ses, son circunstancias que tienen en mienzo á la expedición lo mas pronto go que se reconozca el nuevo orden de cuenta los que indican á Malta como re- posible, y la entrada de las tropas en los cosas creado en Francia por la inercia sidencia mas conveniente para la Santa Estados Pontificios vino, no ha sorprenSede. 4el Gobionio imperiaL dernos, sino á demostrarnos una vez mas ? la excesiva diplomacia del Gobierno de Florencia. Roma iba á ser ocupada, un ejército avanzaba sobre ella, un pueblo despertaba en el seno de la Ciudad Eterna, Roma iba á ser libre y la generación presente mirando á la ciudad pontificia decía alborozada: «Roma va á ser por fin la capital de Italia.» Inminente era la catástrofe que iba á decidir del papado: todos la preveían y muchos la ueseaban. Sin embargo, el probable vencedor fué el primero en proponer la concordia y al propio tiempo que sus tropas iban de triunfo con una facilidad que hablaba muy en contra del entusiasmo católico. Víctor Manuel se dirigía al Papa proponiendo lo siguiente: «1.* Dejar al sumo Pontífice la Ciudad Leonina (la parte de Roma al otro lado del Tiber) con soberanía y libre jurisdicción. 2.* Co iservar al Papa su lisU civil. 3.* Libre acceso de todas las naciones á la Ciudad Leqoipa. 4.* Neutralización de todos los establecimientos eclesiásticos de Roma, que dependerían únicamente de la Ciudad Leonina. 5.* Inmunidad de todos los embajadores acreditados cerca de la Santa Sede, aunque residiesen fuera de la Ciudad Leonina en Roma. 6.' Inmunidad para lodos los cardenales. 7.' Conservación de sus sueldos á todos los empleados civiles y militares. 8.* Garantía de la deuda pública pontificia. 9.* Libertad absoluta en el ejercicio de sus funciones A los párrocos y obispos en todo el reino. Y 10. Leyes excepcionales para Roma en cuanto concierne á las quintas y ayuntamiento.» Las concesiones del rey de Italia fueron llamadas triste proposición por el ministro del rey de Roma. El Papado se preparaba á morir como había vivido. Pío IX lanzaba sus anatemas, cuando una voz secreta le profetizaba que quedaba abandonado de Dios y de los hombres. Pío IX 83 la personificación de la política de sus antecesores. Este es el papado. Su intransigencia irá mas allá del sepulcro, como su ambición fué mas allá ae su poder divino. Sus tardos y temblorosos pasos se dirigen á las catacumbas de donde salió, y la luz de las hogueras de los bárbaros que iluminaron su aparición al mundo, se han repetido hoy alrededor de la Ciudad Eterna, en ei vtvac ae ios italianos. Pío LX. pudo salvar á la Iglesia y al mundo continuando su obra de 1848: ha preferido ser el vencedor de Mentana, y 1870 ha de juzgar de esta ambición caduca. Pudo predicar la palabra de Dios y ser a plaudido por los pueblos; ha preferido que un Concilio le hiciese igual de Dios y que tuviesen tal ley los pueblos. Pío IX ha debido ser el resumen de la política de muchos siglos, y hoy ha sido el castigo de esta política. Suplicio horrible el de este hombre que, aferrado á su báculo, sueña en el poder que fenece, poder que tampoco podría conservar, pues sus años inclinan su frente hacia la tierra; soberbia inmensa lade ese hombre que, vicario de un Dios, al igual de Dios, legisla, y solo, abandonado, levanta penosamente su cabeza para lanzar su último reto con au último Non possumus. II. La generación presente está destinada á resolver todas las cuestiones que agitan y conmueven al mundo entero. Durante el curso de nuestros días hemos visto amurallar la ambición de Rusia, humillar la preponderancia de Austria en Alemania, luchar en América los doa grandes principios republicanos , resolver en Méjico el problema de la monarquía americana, constituirse Italia, derribar el trono de los Borbones españoles, combatir dos civilizaciones disputándose el predominio europeo, y por último, hemos visto coincidir la caída de esta farsa democrática que se llamaba el imperio francés, con la anulación del poder papal. Ruinas son las de este poder que pueden estorbar todavía la marcha de la civilización en Italia; árbol que cae bajo el hacha revolucionaria, conserva aun enterradas sus raices, que tienden siempre ádenotar su existencia con siniestras y sangrientas convulsiones. Como á pernicioso, á altamente pernicioso para la paz europea, rechazamos la idea del papado en Roma y de la autonomía del papado. Los antiguos males deben ser combatidos con el radicalismo; contemporizar CEONICA HISPANO-AMEHICANA. con ellos es darles nueva vida. Pío IX no será nunca amigo de la libertad: dig-amoá, pueá, repitiendo su frase favorita; Los que no están conmigo, van contra mi. El Papa en Roma es el insulto á la reyolucion, la amenaza de la guerra religiosa y la conspiración continua y temible de la reacción y el despotismo. Consentir que Pió IX quede en la Ciudad Eterna, es desear la guerra, porque creer que un pontífice sabe avasallarse, es cerrar los ojos, es matar á sabiendas el pensamiento. Para probar el motivo en que fundamos semejantes temores, no recurriremos á pasados hechos; bástanos ver la pertinacia de Pió contra la marcha del siglo, ante la invasión armada, ante la intervención extranjera, ante la prudencia del vencedor y ante todo lo noble y santo que se invoca cuando se quiere evitar el derramamiento de sangre. Nada ha bastado para hacer retroceder al Pontífice con corona. El mundo entero señaló indignado los abusos del Index, y Pió IX convocó el Concilio, un pueblo reclamó su capital, unos hombres pidieron su patria y Pió IX fué el vencedor de Mentana. La derrota de 1870 no le hará mas cuerdo, como no lo hizo mas grande la experiencia de 1848. Llegó á decirse en un principio que el Papa se retiraba abandonando á Roma, esto seria declararse vencido y libre al mismo tiempo. Muy lejos de esto. Pió, continuando en Roma, representará el apel de víctima y conservará una somra de prestigio. Las intenciones de Víctor Manuel son pacíficas, demasiado quizá. Para concluir, copiaremos algunos párrafos de la circular del Gobierno italiano. Claramente se ve en ella de dónde ha procedido la cordura y de quién el insulto.' Í «Señor: El Gobierao del rey habia seSalado en muchas ocasiones, durante estos últimos años, ios peligros del antagonismo, que e.viste entre el Gobierno pontificio é Italia. Estos peligros, frecuentRmeiite reconocidos por las potencias, no tenían todavía el carácter de gravedad decisiva que después han alcanzado, y de la cual Os previne con mi circular de 29 de Agosto último. «Si existe una máxima de derecho positivo, unáni I emente reconocida, es aquella en virtud de la cual se establece el principio de que todo Gobierno tiene el derecha y laobligacion de atender á su parlicular seguridad y de oponerse i lo que puede constituir un peligro y un obstáculo á la protección que debe á lo» intereses esenciales de sus nacionales. » Es evidente que la Convención de Setiembre dejd al Gobierno del rey su libertad de acción para los caíos, previstos d no, en que el estado del territorio pontificio constituyera un peligro ó una amenaza contra la tranquilidad ó la seguridad de Italia. »Aho.'a bien; si en Setiembre de 1864, cuando nada autoriza á creer que la conciliación de los intereses de ios romanos con los de la Santa Sede no estaba asegurada, se bacía, sin embargo, una reseña de tal naturaleza, parece ocioso demostrar cuan legitima es su aplicación en estos momentos. ultalla, obligada como los demás países vecinos de las dos potencias beligerantes á no omitir ningún medio para proveer á su seguridad, no debe detenerse ante el estado de cosas que mantienen en un territorio enclavado en la península un Gobierno teocrático, en hostilidad declarada contra Italia, el cual, por su propia confesión, no puede subsistir sin una intervención extranjera, y cuyo territorio constituye una base de operaciones para todos los elementos de discordia. «Hoy, que la guerra entre Francia y Alema- ! nia toma un carácter extremo dejan'io una gran ! incertidumbre respecto á las relaciones internacionales, nó se trata solamente para nosotros de la cuestión romana, de una reivindicación legítima de nuestros derechos y de nuestros intereses, sino de la necesidad de cumplir los deberes imperiosos que conslitayen la razón de ser de los Gobiernos. dio que hacemos sobre la Constitución de Puerto-Rico; cuando interrumpimos nuestro trabajo, dejando para otro ú otros artículos el de legitimar nuestras inclinaciones, con la prueba de que aquel sistema, aplicado á la Antilla espaüola de que tratamos, ni encerraría peligro para su progreso, ni seria amenaza ninguna á los respetables intereses de la metrópoli. Varias y de distinta índole, y siempre dignas de atención, son las razones que apoyan semejante dictamen y patentizan Id utilidad y conveniencia de su aplicación, á tal extremo, que llegan á justificar que hoy nosotros lo hagamos asunto de nuestros primeros artículos sobre la Constitución de Puerto-Rico. En primer lu^ar, ¿qué principio de política hay mas filosófico y acorde con la naturaleza de pueblos é individuos, que el de la autonomía? No es otra la tendencia de la humanidad que la de llegar á ese término, que traduce perfectamente la idea de las responsabilidades y de los destinos humanos, independientes unos de otros. La perfección estriba en la libertad, y esta no es mas que la perfecta autonomía de cada cual, dentro del circulo de su derecho. Así tiende el individuo á emanciparse de tutelas páblicas y privadas. En sus relaciones con los demás busca la independecia, y hó aquí el objeto de su trabajo, du sus estudios, de su ambición. En sus relaciones con el Estado busca la independencia también, y hé aquí la explicación de sus esfuerzos en la esfera política, por simplificar, por conseguir emancipaciones y por atribuir á su personalidad deberes y cuidados quo solo por excepción ó por espíritu usurpador, se apropia el Estado. Los principios descentralizadores, ya extendidos á todas las escuelas y partídos, aunque no todos de estos últimos los realicen cuando llega el caso, /nanifiestan igual aspiración y tendencia en las entidades quemas inmediatamente se encuentran al lado del individuo; el municipio y la provincia. Y es que en realidad, el acierto en todos los actos depende de la propincuidad del interés; al propio tiempo que la naturaleza de cada ser tiende á asimilarse aquellas funciones que le son esclusivamento privativas. Ahora bien, ¿no son aplicables las mismas consideraciones á una colonia? Esta no es ya para ningún pueblo moderno, y menos para la España revolucionaria, una tierra de conquista y esquilmo; es una de tantas provincias que forman la nación. ¿Por qué, pues, no se ha de estimar conveniente la aplicación de los mismos principios, que á los demás' ¿Será tal vez, porque se halla en condiciones escepcionales? Para este caso tenemos la especialidad de los argumentos que á continuación expondremos. Ahora solo tratamos del valor filosófico del sistema, y este no disminuye porque se trate de entidades mas ó menos lejanas del centro metropolítico. Por lo que hace á razones especiales, que motiven la procedencia del sistema que nos seduce, vamos á enumerarlas. Tratamos de la isla de Puerto-Rico, donde, conforme hemos tenido ya ocasión de expresar en otros artículos, existe un notabilísimo adelanto en el criterio público, gracias á los esfuerzos aislados que á aquella población han sido necesarios, para satisfacer su afán de figurar en la línea de los pueblos civilizados del siglo XIX. Esto sabido, ya se comprenderá que no ha sido lo que menos habrá ocupado la opinión de los porto-riquefios, la cuestión de su propia existencia, y que por lo mismo, sobre la base del razonamiento ilustrado, se ha formado una »E1 Gobierno del rey, manteniendo expresa- general aspiración, que es lo que debe mente en principio el derecho nacional, se en'- estudiar todo Gobierno liberal y sensacerrará sin embargo en los límites de una ac- i to, si quiere garantías para las reformas clon conservadora y tutelar, respecto al derecho I que tienen los romanos de disponer de so suerte { y novedades que piense implantar. y de los intereses qne, para todos los Estados Consultando, pues, la aspiración porqne tienen subditos católicos, descansan en la to-riqueña. con referencia al sistema de independencia .soberana que debe asegurarse al su Constitución y régimen sucesivo, se papado.» hace un descubrimiento, por todo extremo favorable á la idea de que nos ocupaANTONIO LLABEHU* mos. La opinión liberal—única que debeLA CONSTITUCIÓN DE PüERIO-aiCO. mos seguir, ya por ser allí la dominante, ya por no cuadrar otra en los actuales tiempos—se halla en Puerto-Rico expreII. sada por la tendencia á la autonomía. Acabábamos de expresar someramente En aquella Antilla, lo mismo que en el nuestra afición razonada al sistema de la continente, sus hijos q^uieren ser españoautonomía colonial, á propósito del estu- les, pero quieren ser Ubres; quieren ser libres, pero quieren ser los autores de su libertad. ba comprende allí, lo que decíamos en nuestro precedente artículo; esto es, que hay diversidad de condiciones entre la Península y la isla, que una sola entidad, que se ocupe de ambas á la vez, debe precisamente hacer dos estudios y aplicar doa atenciones; que la distancia es gran causante de errores y desaciertos; y por esto, sin romper vínculo alguno de los que forman la nacionalidad, ae aspira á que con todas sus naturales consecuencias se adopte la especialidad, que, si no ha de ser desfigurada y corrompida, no es otra que la autonomía. No hemos de detenernos en la demosclon de que esa especialidad existe, ni tampoco en el recuerdo de cada una de sus partes. Este es punto reconocido, puesto que se ha querido que fueran especiales las leyes que se han dictado. Los pueblos no admiten súbitas trasformaciones, ni es posible sujetarles á determinado criterio, aates de haberle sometido á una diagnóstica sensata y nada impaciente. Y si Puerto-Rico, ni la historia, ni la organización política y social, ni las necesidades, tiene hasta hoy de común con la metrópoli, en balde se pretendería asimilarlo á este por completo. Pero no basta, á nuestro juicio, el hacerse cargo de esta verdad; es necesario también aconsejarse de ella y medir toda su extensión, para que los resultados que suconocimientodetermineestóndeaiuerdo con ella, en vez de satisfacerla á medias; queremos decir, que pues aquella verdad requiere la especialiilad del sistema, sea aquella especialidad verdadera, no simple variante del proceder común y regular. Si se reconoce, como así es en efecto, que el nuevo orden de ideas reinantes hace precisa en Puerto-Rico una gran revolución económica, administrativa y política, hasta que se llegue á la asimilación de la isla al centro común de nacionalidad, téngase la lógica de emplear los medios conducentes á la satisfacción de la necesidad que se reconoce y ¿ que se quiere atender. Procúrese, pues, que el que determine los pasos de adelanto sea el que haya de darlos por ai mismo, ya que nadie mejor que él puede tener el conocimiento de sus fuerzas, para proseguir mientras tenga aliento, para darse reposo cuando lo aqueje el cansancio. La autonomía es la que responde á tal necesidad, y la que por otro lado, brinda con los felices resultados cuya consecución se le confia. No discurrimos a priori solamente al hacer esta afirmación, sino que no dando al olvido una provechosa y elocuente esperiencia, nos hemos dejado convencer por los hechos antes que por la teoría, y hemos tratado primero que con la filosofía, con la historia. Hay un gran país, cuyas instituciones, por admirables que sean, no consiguen tanto aplauso y consideración como la prudencia, el tino, el esquisito tacto coa que son creadas y aplicadas. Donde se vé á ese país, dar gravemente un paso, allí esperan todos ver nacer una fuente de riqueza moral ó material. Donde política ó económicamente se le vé interesado, allí se cuenta con ver el acierto y la sabiduría. Siempre ocupado en sus intereses, siempre trabajando en su propio medro, constantemente avisado, velando sin descanso, no peca una sola de sus resoluciones, del vicio de la imprudencia, ni del de la ignorancia, ni tampoco del error. Por eso la prosperidad y el en grandecimiento han premiado sus desvelos. Ya se comprenderá que nos referimos á la Inglaterra. Pues bien; esta nación prudente, sabia, mercantil, experta, cayo espíritu en todas partes ea admirado, esta es la que nos procura la enseñanza á que nos hemos referido. Las colonias inglesas, riquísimos filones donde la metrópoli asegura y multiplica sus riq^uezas, forman el verdadero punto de vista de todo estudio que se intente sobre régimen colonial. A ellas, pues, debemos consagrar alguna atención, para que, relacionándolas con la metrópoli, saijuemos la deducción apetecida;'apetecida, sí, porque ha se ser la demostración de la excelencía del sistema autonomista. Haremos de ello asunto del sigaiente artículo. APUNTES SOBRE LITERATURA MODERNA. ABTB INlilII-.— BUFOS.—LITERATURA ÍVANGÉLICA. Por mas asombro qué causar pueda á los que están convencidos de la misión del arte, debemos confesar que en núes-, tra época, utilitaria como pocas, se ha/ creado el arte inútil. Esta excentricidad es perniciosa como todas las inutilidades, y tiene su nacimiento en un defecto inherente á las épocas de transición como la nuestra. Creóla el deseo de ver en lo pasado la era de la felicidad humana: ya en los primeros m )mentos de su vida recibió la sanción de los poderes moribundos y de las preocupaciones reaccionarias, y alentado, halagado, protegido y ensalzado, tuvo sus eras de esplendor en los retrocesos políticos, fué maltratado por las revoluciones, y con vaivenes de fortuna ha llegado á nuestros dias. Puede comparársele á la fotografía: como ella retrata, y como ella es inmóvil y falto de vida. La escena le hi admitido sus dramas históricos, en los que se ha limitado á hablar da costumbres y leyes que murieron, ó ha intentado filosofar llorando por estas leyes y costumbres, y dándolas por buenas y aplicables contra nuestra sociedad y nuestros usos. La novela le ha dado ancho campo en que extenderse; la poesía lírica ha desenterrado para él rimas olvidadas; el len^ruaje ha vestido de nuevo su apoliUada vestidura de anacronismos; el lienzo y el pincel, la linea y el color le han debido un soporífero retroceso, y hasta el bajorelieve ha salido del sepulcro para acompañar este ridículo cortejo. Ha intentado corregir, ¡pero cSmo lo ha hecho! No creemos incorregible nuestro presente, esto seria buscar la inercia 2[ el marasmo: no dudamos de la ventaja de recordar el pasado; esto seria negar la experiencia; pero va inmensa distancia de esto, á recordar sin criterio, á desenterrar olvidados restos para decir a l a humanidad: Retrocede: i te alejas del principio de vida, tus es- / fuerzos son inútiles, v á niedida que ade- f lautas abandonas toda tu fdlicidad. • Esto y no mas se ha propuesto probar la escuela á que llamamos arte inútil. Las ventajas que de ella hemos r.íportado pocas son y no bastan á contrabalencear el- mal que han producido sus doctrinas. Negar el progreso, y negarlo apoyándose en la aspiración mas noble del corazón humano, es mas pernicioso que la tiranía, pues esta dispone de mandatos que no causan otro mal que el del presente, y dirigirse al pueblo con sofismas retardan ó entorpecen la obra del futuro. Existe en nuestro ánimo una predisposición en favor de lo pasado, que por su lejanía miramos siempre como á mas feliz: este triste legado de las edades que fueron, no es sin objeto, pues nos hace meditar en la experiencia que recojer podemos: usémosla, pues, sin exajerarlo; está tan cerca de lo cierto como próximo al ridículo y al fanatismo. Todos los sentimientos y todas las ideas, al igual de todas las cosas, han adelantado en utilidad sin perder en intensidad ni desinterés; es una miopía intelectual el creer á nuestro siglo cfesprovisto de entusiasmo y ardor, si no nos probase lo contrario la propaganda civiliaadora que ejerce la sociedad de nuestro tiempo, nos lo demostraría el mas sencillo de los descubrimientos físicos que hemos visto en nuestros dias. Si el arte debe ser algo mas que flli- ' granadas frases y acabados lienzos; sí debemos ver en sus obras una utilidad que no haga lánguida su vida, todo puede ser objeto de él y debe reconocer, como á fln.exclusivó, el alentar la actividad ^ en todas sus manifestaciones. ; La poesía sentimentalista, á pesar de su amaneramiento, tiene también campo t que recorrer en la sociedad de nuestros / tiempos. Grandes males existen todavía, y son tan dignos de ser llorados, como lloradas eran las penas de princesas cautivas y los amores de errantes caballeros. La caballería que protege desvalidos no murió coa el hidalgo manchego; LA AMERICA.—AÑO XIV.—NÚM. 18. desvalidos hay también en nuestros días, dere enriquecido con el don profético, cuela evangélica. Parece, á primera vista, formar Inteligencias; es también preciso constidesvalidos que forman clases enteras, pues todo cuanto tienda á engrandecer que una literatura semejante debe ser sen- tuir caracteres, porque de lo contrario, el maesdesvalidos que sostienen luchas con los el círculo de la bondad del hombre será cilla y hasta vulgar en la manera de ex- tro de primera enseñanza podrá, s(, vanagloriarse de haber llevado & cabo una obra bella, titanes que se llaman leyes y necesida- una adivinación de los destinos de la hu- Sresarse; pero, por mas que noaasombre, pero la sociedad podrá también, y quizá con manidad, y todo el que procure halagar ebemos confesar que no es asi: la ma- mas perfecto des. ' derecho, pedirle estrecha cuenta •ílPara protegerles hay también una los bajos sentimientos de que pretende- yor parte de las obras que se emplean en algún dia, por haber dejado aqu.Mla obra incommos despojarnos con eterna pugna, co tan deplorable oficio, son verdaderas nueva caballería que se apoya en honrapleta, insuficiente y defectuosa. dos y poéticos dogmas; su lema se ha meterá un acto punible para consigo obras teológicas, con citas de los panAcaso, y sin acaso, mas que los grandes tacivilizado y se han roto sus lanzas, por- mismo, romperá la ley de todo lo creado tos padres, máximas filosóficas y discu- lentos, más que las grandes iluslracionea, son siones psicológicas. En honra de la filo- hoy necesario á la sociedad los grandes caracque su lema convenia á otros tiempos y que solo vive para ser útil. El arte en todas sus manifestaciones sofía debemos decir que después de ha- teres. eran insultos sus lanzas en una edad que Procurará, por lo mismo, el maestro de pricondena la fuerza y abre campo á la tiende á perfeccionar; desviarle de su ber leído uno de estos sermones lite- mera enseñanza con la mayor solicitud inculcar senda, cobijar bajo su uombre las febri- rarios, después de haberlo visto en ac- incesantemente razón. en el tierno corazón del niño las Por eso condenamos estas fuerzas per- les concepciones de imaginaciones tras- ción en el teatro, quedamos tan conven- severas y saludables máximas de la moral unididas que vagau utópicamente por nues- nochadas, es un crimen de lesa inteli- cidos como antes. versal, no por medio de discursos metafísicos, En estas obras hay niñas pensadoras ni de disertaciones ampulosas, sino haciendo de tro siglo, ó quizó, piensan vagar, siendo gencia. No nos admira que tales concepciones que á quince años dan quince y falta á modo que la atención del discípulo se fije en los así que viajan en el caballo Clavileño; por eso son perniciosos estos sudarios, encuentren quien las acoja, y muchos muchos en filosofía, madres que reciben bellos ejemplos morales que, por fortuna, y para la humanidad, resplandecen en la his(jue enarbolan como á lábaros de rege- que las admiren: siempre ha sucedido serias reprimendas de sus hijas, padres gloriadedetodos los pueblos, y en los admirables neración; por eso sus voces quedarán sin que los dardos clavados en el talón de malos y materialistas, novios sentimen- ytoria resultados que la moral univerAquilea, que se llama la vanidad huma- tales y con ribetes de socialismo, niños. salmaravillosos eco y perdidos sus esfuerzos. produce, donde quiera que sus severos na, tuviesen perniciosos resultados, ¿y 3ue á la tierna edad de seis ó siete años preceptos se observan y practican religiosaII. qué satisfacción mas grande para la va- an profundas contestaciones que pro- mente. Dejándonos de lamentaciones, que mal nidad de la ignorancia que el mirar ig- mueven aplauso entre las comadres del Educado el niño en esta saludable atmdsfera; cuadran en el asunto de que vamos á norante á quien supoue inteligente, y público y, esto pocas veces logra hacer- recibiendo continuamente en ella las puras y tratar, pasemos á examinar otro defecto verse adulada por quien debe castigarla se á perfección, pero casi siempre .se in- regeneradoras emanaciones de una enseñanza y dirigirla? de nuestra literatura moderna. tenta, liberales que son ni mas ni menos ostrictameate ajustada á los gloriosos destinos para que fué creado; imprimiendo indeleblemenCreemos que fué zarzuela bufa, y de En esto, y no mas, se emplea este tea- que facinerosos de levita. en su alma, asi con la palabra como con el las mas sonadas, la pieza dramática que tro importado de allende los Pirineos, Las citas abundan, y con tanto tacto te ejemplo, la sublime idea de la justicia, que es el vio el paleto; el cual explicando la repre- esto y no mas desea. La risa que produ- se aplican, que á veces disculpan el que paladiom de las sociedades; no viendo en torno sentación, fué interpelado por un amigo ce, el placerjque causa, nacen de una sa- un hijo desobedezca á su padre; otras, suyo mas que elocuentes ejemplos de virtud y suyo preguntándole por el argumento. tisfacción punible y de un capricho. el quo una mujer perdida lo sea; otras, y de aplicación al estudio y al irabujo, que es el —Él argumento... el argumento, dijo Solo nos consuela de su vida el con- estas son las mas, el que se nos pruebe mas moralizador de todos los agentes; robustenuestro hombre pensativo, pues no vi vencimiento de su próxima muerte: nada que todos los que vivimos en el si- cido su espíritu, á fuerza de repetidos actos de salir á este personaje. tan fácil como deslumhrar y arrastrar á glo XIX somos dignos de cadena perpe- desinterés y abnegación para con sus compañeros; impregnado así su virgen corazón de amor Y razón y mucha le asistía si fué bufa, la masa del público; pero nada tan seve- tua por lo menos. hacia todo lo bello, hílela todo lo noble, hacia ro y justo como el público mismo. Recorla zarzuela en cuestión. Drama hemos visto en el que una cita todo lo grande; educado, en fio, en tales condiPara encontrar, para sospechar si- damos los espectáculos místicos que fa- á tiempo ó el doblar de una campana, ha cio^ies, el maestro podrá, con justicia, lisonjearquiera el argumento en esta clase de natizaban al pueblo, y á la par racorda- hecho reconciliar dos enemigos que iban se de haber contribuido á que su tierno discíobras, es necesario el talento de ün Co- raos que ya casi se han olvidado, y re- á matarse, y no son pocas las obras li- pulo llegue á ser con el tiempo un eminente rnelias y unos conocimientos tales sobre flexionamos también sobre la estruen- terarias en que á una hija completamen- ciudadano, dispuesto siempre, no solo á consersu corazón exento de graves defectos raolas muecas y brincos, aplicados al arte, dosa literatura de un Cornelias aplaudi- te culpable le ha valido perdón y aplauso var rales y á no faltar, por nada ai por nadie, al úlde que, coa perdón sea dicho, considera- do por el público que mas tardo debía el traer á colación á San Mateo. timo de sus deberes, sino también á resistir vamos do todo punto incapaces, por lo me- aplaudir al autor de El Café. El efecto producido por aberraciones ronilmente, lo mismo las maquiavélicas instiganos, á las cuatro quintas partes de la semejantes, es muy parecido al que in- ciones, que el genio de la adulación y la lisonja III. humanidad. dicábamos en nuestro artículo anterior; pueda dirigirle en la elevada posición social en En los artículos que anteceden hemos dar pió á que continúe la ignorancia y que le coloque la fortuna d hwya sabido con sus Excesivo deseo seria de dar importancia á las obras de que tratamos, si, en dicho que el arte debe,responder á algo razonar sobre el estado de marasmo á esfuerzos decorosamente conquistarse, que los rudos golpes que la adversidad le aseste, si tieelegiaco estilo, las llamásemos decaden- mas que á un frivolo pasatiempo; hemos que nos conducirían los movimientos del ne la inmensa desgracia de caer bajo su despócia del teatro é inútil redundancia, si las ^hablado de su elevada misión y procu- corazón, solos y sin educar. tico y absoluto imperio. tildásemos de inmorales, pues ni es ne- rado demostrar que el sentimiento que lo Quien no quiera dormitar viendo estos El maestro, sin embargo, poco puede hacer cesario repetir lo segundo, ni el teatro inspira puede hallar poesía en nuestro dramas ó leyendo estas novelas, es muy reconoce por suyas piezas que reniegan siglo, tan injustamente tildado de ex- difícil que no las conozca si lee solamente por sí solo: es de absoluta necesidad que los padel discípulo coadyuven con la mayor eficade toda lógica y de todo precepto. Lla- céptico. el título, pues este ya indica las ideas del dresque les sea posible á la obra del que está enLa exageración de este principio, que autor. Suelen ser llamativos y evangé- cia marlas género, darlas honores de escuecargado por la ley de cultivar aquella tierna inla, seria maa, seria querer olvidar géae- nosotcoa creemos indLspntihleu eá tam- licos los títulos, y dados á repasar de teligencia. bién uno de los defectos que mas ae de- nuevo el catecismo. ¡ ros y escuelas. " Los unos, como el otro, deben prestarse muSu razón de ser, su historia y sus re- jan sentir en la moderna literatura. Estua cooperación y auxilio, porque si cualquiera ANTONro LLABERÍA. de ellos mira ;la enseñanza con indiferencia ó glas, se adivinan fácilmente, pues con pecialmente en el teatro es donde mas en menosprecio, la educación del niño será una conocer todas las pasiones vulgares y relieve se muestra la escuela seatimeaverdadera tela de Penélope, puesto que la obra saberlas adular, se tienen andados los talista de que vamos á tratar. que con su solicitud y celo lleve á cabo el uno Nuestra época es un palenque abierto dos tercios del camino para escribir en LNSTftUCClO.S PRIMARIA. de los dos agentes, la destruirá inmediatamente bufo: solo falta después desconocer la á todas las ideas, y tan dado á admitir el otro con su culpable indiferencia. El padre y gramática y echarse á buscar la mane- extremos radicales, que á no comprenel maestro son los dos polos sobre que debe gira de vestir mas al desnudo,. el mo- der la necesidad de la lucha entre los Nunca se enaltecerá bastante la inmensa ioj- rar la educación del niño; y de nada servirá que do mas fácil de hacer hablar con la boca partidos moribundos y los nuevos prin- portancla de la iaslraccion primaria, y, por con- el segundo cumpla estrictamente su delicado torcida, dando saltos y repartiendo pu- cipios, llegaríamos á temer una dualidad siguieate, la necesidad de difundir cada dia coa cometido, si el primero no cuida de qnejsus hiasistan puntualmente á las aulas; si con su ñetazos, y logrado esto, ir en busca de perniciosa, y engrosaríamos las filas de mm solicitud y ahinco, entre todas las clases so- jos pernicioso ejemplo los pervierte; y si, en resuciales, este poderoso elemento de civilización y un músico que sepa mezclar hábilmente la escuela que tilda al progreso de divamen , cree haber llenado satisfactoriamente la de cultura. choques de vasos, son de palmadas y gación febril é inútil. Comprendemos, lo poco que hemos escrito sobro la mate- noble misión que á la naturaleza y á la sociedad chasquidos de besos, al compás de una como hemos dicho, la razón que así ha- ria,Enliemos procurado demostrar cuan grande in- ha traído solo con haberles dado la existencia. música que puede ser mala, pero no de- ce obrar á las situaciones revoluciona- fluencia está llamada á ejercer en los destinos Por último, tanto los padres como los maesrias, y por eso no nos extrañamos de las de los pueblos la primera enseñanza, por mas tros, deben tener siempre presente que la injar de ser bailable. En todos tiempos y en todas partes ha mas ardientes locuras y de las escuelas humilde que parezca á primera vista el obje- fancia del hombre es U edad mas á propósito y existido lo malo bajo diversos nombres, mas ridiculas, pues tenemos fe ea nues- to hacia el cual se encamina. Hemos procurado la ocasión mas oportuna para modelar, así su también hacer ver que sin ella de nada nos apro- corazón como su espíritu, en la turquesa de los y al hablar tan severamente como lo tros principios, y creyendo, como cree- vecharían inagotables tesoros de saber y cien- grandes principios morales; y que si entonces hacemos sobre el asunto quo nos ocu- mos, en su vida, estamos muy lejos de cia que el los géuio de los grandes hombres ha lle- tan interesante tarea se Olvida 6 menosprecia, temer la disolución social con que cada pa, no intentamos dirigir cargos contra gado á acumular en la dilatada sirle de los si- mas tarde, cuando el espíritu y el corazón del nuestra época: siempre ha sido la misma día se amenaza á la sociedad presente. glos. Y hemos, por último, procurado evidenciar discípulo haya perdido la flexibilidad natural y La literatura ha debido conocer el que sin la mas completa difusión do la enseñan- propia de los primeros años, será punto menos la naturaleza del hombre, siempre en el ensaraiento humano se han combatido combate quo se está librando, lo ha de- za elemental qaedarian un gran número de in- que imposible amoldar una naturaleza viciada os opuestos elementos, creado el uno bido retratar y basta aconsejar á los teligencias sumidas en la mas crasa ignorancia, por el abandono, á las severas y rigurosas presasi deplorablemente para la so- cripciones que la moral universal preceptúa. por el ser material, derivándose de este combatientes, pero desgraciamente, 6 esterilizándose un caudal inmenso de riqueza intelectodas las pasiones mezquinas, y nacido no se ha fijado bien el carácter de nues- ciedad F. V. HEVIA. tual que, oportunamente explotado, tanto puel otro de este instinto sublime que, á tro siglo, ó no ha nacido todavía un ge- diera contribuir al bienestar moral y material de Madrid 23 de Setiembre de i 870. nio que, sabiendo amoldarse á las nuetravés de lo futuro, enseña el camino de los pueblos. de la perfectabilidad. A derrotar, á anu- |vas necesidades y comprender los moIniciar, por lo tanto, la tierna inteligencia del lar el primero, deben dirigirse todos los ijdernos principios, trace la senda que niño en los conocimientos de la lectura, ce la esfuerzos de la inteligencia, y para ello lidebe seguir el poetado nuestros tiempo» escritura y del cálculo; desarrollar sus facultaLas exposiciones de Bellas Artes que ¿qué arma mas poderosa que el privile- m cree la escuela que le eduque. des intelectuales, haciéndoselas ejercitar diaria, se celebraban periódicamente, y que, en Resultado de esta indecisión es la po- poro prudentemente; robustecerlas, enrique- nuestro concepto, no deben desatendergio del artista y del pensador al poder dirigirse á las masas, ya con el libro, ya ca seguridad que se observa en la revo- ciéndoselas cada dia con nuevas ideas; prepa- se, porque coatribuyen poderosamente k rarlas, para que en el dia de mañana pueda' re- fomentar el gusto artístico y la cultura desde la escena, desde la tribuna, con el lución literaria que paulatinamente se cibir el niño fácil y provechosamente la serie de va operando. lienzo y con la estatua? conocimientos superiores que la carrera 6 pro- de los pueblos, se encuentran completaHay en la literatura moderna una es¿En qué consiste el encanto que las fesión á que sus padres le dediquen exija, inte- mente olvidadas. creaciones del arte nos producen? Admi- cuela, como hemosdicho, sentimentalista resar su amor propio, llamándole coaifnuamenEl señor ministro de Fomento debiera rar una obra de arte es algo mas que que puede llamarse literatura evangélica.te la atención con el ejemplo de sus compañeros fijar su atención en este punto, y recorjuzgar el placer efímero de una canden- Dit'ícil nos seria definirla en su esencia, mas aprovechados, y con el estímulo de los pre- dar que la primera exposición de este gécia en el habla, la feliz combinación de que esta es tan vaga, que solo podemos mios que vayan estos sucesivamente alcanzando: nero se celebró por iniciativa del Sr. Lutal es la grandiosa misión que está llamado á jan, ministro de Fomento en el Gobierno sonidos inarticulados ó el efecto óptico parla á conocer á fuerza de detalles. el maestro de instrucción primaria, de una combinación de colores. Es el I ¿Qué necesidad viene á satisfacer esta desempeñar tal la magnffíca y laboriosa obra que se le en- progresista de 1855. aentimiento de belleza moral y de belle- /escuela? La contestación es muy senci- comienda, y que no puede descuidar un InstanHoy pudiera aprovecharse para celeza física, elemento que nos hace mas ca- |/lla: la necesidad que siente el ignoran- te intencionalmente, sin hacerse reo de lesa so- brar una exposición la circunstancia de paces de sentir la primera, el efecto que I te y el supersticioso de que no se le ha- ciedad. encontrarse en nuestro país, alejados de nos causa la contemplación de un rasgo ga reflexionar y hasta se halague á esta los extragos de la guerra, algunos arPero el objeto de la primera enseñanza no es\supersticion y á esta ignorancia, di- tá reducido pura y exclasivamente á cultivar tistas españoles que residían en Francia. de inspiración artística. De ahí que el poeta al dirigirse al pú- Viéndole muchas veces qiíe basta con las facultades intelectuales del niño ; nO basta blico está obligado á ser, ante todo, ex- sentir, que el corazón siempre nos hizo ilustrarle, si al mismo tiempo no se procura presión de la parte tnas noble del pensa- sabios, y torpea y malos la inteligencia. desarrollar el germen dé actividad moral que Pero noes ésto lo mas extraño de laes- en su espíritu infundid la Providencia. No basta miento humano; de ahí que se le consi- S CRÓNICA HISPANO-AMERIOANA. PRÜSIA. V. KDÜGACION AGRÍCOtA. EN PRUStA, Difícil es presentar, en uu artículo de eriódico, un, cuadro que comprenda toas las instituciones que existen en Pmsia para la enseñanza de la agricultura, pues no solo faay multitud de establecía míen tos dedicados á la enseñanza de la agricultura en general, ;^a bajo el punto de vista teórico, ya bajo el punto de vista práctico, ó ya bajo ambos puntos de vista á la vez, si no hay también millares de establecimientos dedicados á la enseñanza de las especialidades: voy, pues. ' á dar á conocer á grandes rasgos, algunos de estos establecimientos, consignando el objeto áque se deiican. La enseñanza agrícpl* superior se encuentra establecida en las cuatro academias reales de Eldena, de Próskau, de .Poppelldorf y de Yaldaa: ademis hay .dos institutos agrícola^ unidos á la Universidad de Berlín y á la de Halle, que tienen casi la mispaa importancia que las academias. Pero estas academias agrícolas distan mucho de ser lo que nuestras escuelas de agricultura españolas, francesas, itali,anas y portuguesas: nuestras escuelas son una carga para el Estado, y una carga muy onerosa, mientrasque las academias prusianas, no solo no cuestan nada al Gobierno, sino que le darían pingües productos si no fuera porque los emplea en beneficio de la misma enseñanza. Voy á dar una ligera descripción de la academia de Eldena con arreglo á los datos presentados en la Exposición de París. . La real academia de Eldena, agregada á la Universidad de Greifswald, está establecida eu un vasto edificio que era qn convento de la orden del Císter. Esta escuela tiene un territorio de 30Q hectáreas (unas 615 mojadas). Se mantienen ellas 26 caballos de tiro, 17 bueyes, 70 toros y vacas, y 1.200 carneros. En esto terren) hay establecida una fábrica de cerveza, una fábrica de ladrillos y una fábrica de tubos de desagüe: 50 hectáreas están plantadas de bosques con el objeto de que los discípulos puedan estudiar la sylvicultura. Gomo se comprende, esta finca ha de jtfoducir graudea rendimientos; del producto líq uído se separan 5.000 thalers (unos 70.000 reales) para formar un fondo que sirve para el provecho de la academia; el resto del producto neto se emplea en mejorar la finca y en extender su explotación. Para ser admitido eu esta escuela es necesario haber sido aprobado en los estudios medios (la segunda enseñanza y parte de la facultad de ciencias). La enseñanza dura dos años y cuesta 390 francos (1.482 reales) durante los dos años. Los alumnos no viven en la escuela, sino que están de huéspedes en casa de los aldeanos de los pueblos vecinos, pues los alemanes no son muy afectos á la aglomeración de personas, y desaprueban por completo la vida de colegio. Uno de los principales cuidados del cláusti-o universitario es el de procurar qué, ya que por la índole déla cosa los alumnos da agricultura hayan de hacer suá estudios en otro establecimiento que los de las demás carreras del Estado, sin embargo no se aislen; así es que ya en las fiestas cívicas, ya en las festividades dominicales, ya eu la vida de familia, ya en una ualabra, en cuantas ocasiones se presenten, el Gobierno y el claustro universitario procuran evitar el aislamiento de una clase, á fin de que no suceda como en España, en donde los de cierto número de carreras miraü con desprecio áloa de otras, porque estas no se llaman universitarias, ó porque aquellas nó sé llaman especiales, ó porquel^s unaá ábn superiores y las otras profesionales, etcétera, etc. , La enseñanza que se da en líi escuela agrícola de Eldena, comprende la economía política y la economía rural fundadas en la estadística, la agricultura, la arboricultura y la sylvjcultura; como aplicaciones agrícolas Industriales, la fabricación de aziicar, la de cerveza, la de ladrillos y la de tuboá para desecación; como aplicaciones científicas la mineralogía, la botánica, y la química con trabajos de laboratorio y texcursioues. como matemáticas aplicadas la trigotio- S metria, la topografía, la mecánica; el cuidado de los animales, ó sea la práctica veterinaria, y finalmente, el derecho rural, la historia del país y el derecho oonstítudonal. Además de estas cuatro academias reales y de los dos institutos antes mencioQadoa, existen 19 escuelas de agricultu.rai situadas en las diferentes provincias del ceino. En el año 1865 asistían á estas escuelas 232 discípulos, costando al Estado una subvención de 21.158 thalers, que valen 296.212 reales; de manera que resulta cada discípulo á unos mil doscientos reales nuales. Estas 19 escuelas son verdaderamente libres; el Gobierno prusiano las subvenciona del modo que ahora diremos, y vigila la enseñanza sin tener absolutamente ninguna otra intervención. Todo propietario puede establecer en Prusia una de estas escuelas; pero en cada población no puede haber mas que una subvencionada por el Estado; para solicitar esta subvención, es preciso presentar la contabilidad de la finca en el último quinquenio , para probar que no se cultiva á pérdida, pues los prusianos dicen, que quien no sabe hacer producir sus tierras, mal puede enseñar a otro: á esa contabilidad ha de acompañar el contrato que el propietario ha íornjado con las personas que le han de í^yudar en la enseñanza, que generalmente son el maestro de escuela, el cura, el médico ó el farmacéutico y el veterinario; el cura ó el maestro de escuela enseñan la religión (sea la que fuere) y los estudios que aquí llamariamos académicos; el médico ó el farmacéutico enseñan los estudios científlcus; el veterinario la cria y cuidado de los animales, y finalmente, el propietario de la tierra el cultivo, ó sea la agricultura, propiamente dicha. La subvención que el Gobierno da á cada escuela, dependa del número de alumnos, cuya instrucción vigilan inspectores que viajan por todo el reino con este objeto. Según los datos presentados en la E.^posicion de París, la mas antigua de osas escuelas era la de Riedearodt, que fué fundarla en 1843, y la mus moderna la de Polko, fundada eu 1863. En estas escuelas se educan los mayordomos agrícolas. lutermodias entre estas y las realus academias, existen mas de 200 escuelas llamadas en elpaís Fortbilduiigschule que, mal traducido a nuestro idioma, quiere decir, escuelas de perfección, en las cuales se enseña de una manera práctica, y sin nada de teoría, el perfeccionamiento del cultivo. Las escuelas especiales son innumerables: eu Noustadt hay una escuela forestal; dos veterinarias en IBerlin y eu Muuster; tres da praticultura en Kramenz, en Janorritz y eu Siegen: una escuela e.-ipecial de horticultura en Postdam: 131: escuelas del cultivo del maoz mo, enclavadas tan solo ea la Prusia propiamente dic^^í: 26 de ellas están en la provincia de. Silesia; en la de Posen todos los mae.stros de escuela tieuea una exten^^ioude terreno da 8 morgen (4 mojadas) destinado exclusivamente al cultivo del manzano, y cuando los alumnos concluyen la primara enseñanza á los 12 años, han de saber también todo lo referente á dicho cultivo. Pero no es esto todo: no basta ime abunden las escuelas, pues ni todos los padres tienen dinero para enviar á oílas á sus hijos, ni tampoco todos tienen facilidad para ello; ni finalmente, tampoco son los niños los únicos á quienes hay / que instruir; es necesario instruir á los nombres, euseñarlas los aperos nuevos inventados en aquel año, las modificaciones introducidas ea el cultivo, las enfermedades que se hayandesarrollado, etcétera, etc., y de aquí la necesidad de no explicar solo eu las escuelas y en las poblaciones, sino de llevar la enseñanza agrícola á la última cabana del reino: de aquí la formación de sociedades cuyo objeto es el sostenimiento da los Wmder'Inslruktoren (instructores ambulantes); cada uno de ^estos instructores recibe á principio de curáO la nota de las poblaciones que ha de recorrer, y la materia acerca (le la cual ha do explicar ea cada población; estos cursillos duran quince días nada mas; de manera, que el pro' fusor tieue quince días de explicación y otros quince para trasladarse á su nuevo destino y organizar el nuevo cursillo: en estas lecciones el instructor explica las modificaciones que conviene introducir en el cultivo de aqiiellá localidad: cita á los agricultores las localidades que deben ir á visitar, para convencerse dala utilidad de sus proposiciones. Oí citar con elogio en la Exposición de Londres y en la de París. los nombres de Gsell y de Shneider, como los de ios apóstoles agrícolas qua han tenido mas éxito en sus predicaciones rhinianas. Aun cuando estos instructores están completamente pagados por sociedades particures, sin embargo, el Gobierno de la nación premia, ya con premios metálicos, ya con premios honoríficos, á ios qua mas se distinguen en su apostolado. Pero no basta predicar; la agricultura exige además da la teoría la práctica, y apenas se comienza á aplicar la teoría, se conoce la necesidad de analizar las tierras , los abonos y las plantas, y como por encanto nacen las estaciones químicas: primeramente .se establecen estas eu Salzmunde, en líegenwalde, en Lauesfort, eu Schmiegel, en lusterburg, en Ida-Marieuhütte y en Dahme. Posteriormente los discípulos de estos laboratorios, exparciéudoie á su vez por todo el reino, han instalado otros qua, si bien no sou oficiales como aquellos, no por esto prestan menos servicios al país. Paro no basta explicar ni tampoco basta analizar: la explicación y el análisis, juntamantecon la aplicación de las demás ciancias físicas, enseñan la necesidad de hacer una multitud de cosas, tales como riegos, desecacioaes, arrastres de tierra para cambiar la composición del terreno, etc.; pero hay muchas otras que pueden ser hachas solamente por la asociación: 519 asociaciones e.^cistiau en Prusia en 1864, contando con 64 OOi) miembros y con uu producto anual de 141.000 thalars (1 274.000 rs.). Estas sociedades tienen por ragla general un modesto local y uua biblioteca de literatura rural que se procura mantener al corriente de los adelantos modernos; organizan exposiciones y concursos, ofrecan premios á las Mamorias escritas sobro objetos determinados, y finalmente, discuten ellas mismas las cuestiones de interés palpitante. Dá estas sociedades unas son generales y otras especiales; así hay sociedades especiales de sylvicultores, de apicultores, de destiladoras, de fabricantes do azúcar, las cuales se reúnan, ya periódicamente, ya cuando lo creen oportuno, á ña da que sus miembros se comuniquen sus observaciones y adelantos, ó bien de defender los intare ses comunas. El Gobierno no tioue la nieaor intervención en estas sociedades; ni las guia, ni las sostiene, ni siquiera las vigila. El Gobierno prusiano solo tiene intervención en las sociedades que tienen por objeto la mejora da los tarreaos (Laudes-Meliorationen), con el objeto de dar fuerza á las dacisiones de la mayoría contra las oposiciones sistemáticas de las minorías, á quienes en la ganeralídád de las ocasiones es necesario bacer el bien á la fuerza. El Estado presta en ocasiones determinadas á estas sociedades cantidades á,uu interés sumamente módico. Los gastos hechos por el Gobierno para el mantenimiento do todas estas instituciones no asciende mas que á unos 13.000 000 de reales anuales, contando con lo que le cuestan las remontas y los establecimieatos dñ caballos padres. Palta dar la última pincelada á este cuadfo. ¿Da dónde, cómo y por qué el payés prusiano ha sacado esa docilidad tau asombrosa? Esta tarde misma, eu el día en qua escribo estas líneas, un propietario aragonés se lamentaba en mi laboratorio de la falta de docilidad da sus colonos: «No sirve, me dacia, predicarles, pues no hay medio de que hagan lo que uao les dice.» Otro propietario leridano má decia ayer hablando de los estiércoles: «Mí gente hará lo qua yo mande mientras yo esté allí, pero lo harán sin fd. y por cousiguiaute. cuando yo me vaya uo lo harán » ¿Cómo es que lo hacen los prusianos? La contestación á esta pregunta es bien sencilla: quieu la hace no es el criado, es el amo. E.tiste en Prusia el noviciado agrícola lo mismo que el noviciado de todos los oficios. Los extranjeros nos quedamos con un palmo de boca abierta al visitar los rilter güter cuando nos encontramos como mayordomo de la casa al hijo de un banquero, de un título nobiliario de primar orden ó de ua gran propietario. Estos jóvenes se levantan al amanecer como los criados, engaachau los caballos á la rastra ó al arado y aran S ' toá&ia mañana; al medio día regresan á. la casa, meten los caballos en la cuadra^ los arreglan, se vistea y se sientan á 1& mesa del amo, Á quien no son íaferíorea ni por la instrucción, ni por el nacimiento, ni por la distinción de sus maneras? terminada la comida vuelven á ponerse la blusa del trabajo y trabajan hasta 1» pUesta del sol. Esa es la llave de loaadelautos de la agricultura. El trabajador y el colono prusiano creen todo lo que le» dice el propietario, porque saben que éste puede hacer todo lo que ellos hacen y por su instrucción sabe lo que ellos n» saben, mientras qua entre nosotros, el colono y el trabajador no cree lo que le dice el propietario, porque sabe que éste no puede hacer lo que él hace, y creyéndose superior á él en la práctica y no comprendiendo la teoría, desdeña todos sus con.stíjos é indicaciones, consüaráadolas como emanadas da uu inferior. Los francesas acusan á fía lia ile que todos sus edificios son do lailrillos y da qua no tieue alcantarillas. Yo no sé qué es mejor, si tañer una capital }ue, como París, atrae hacia sí á todos los individuos que tienen algo que gastar y que consume en stisboulovares, en sus teatros y en su oruamentaciou en ganaral, todas: las fuerzas da la Francia, aum intánJose de esta manera la despoblación rural, y disminuyendo el capital agrícola, ó bien tener una capital que rechace con sus condiciones á los propietarios, obligándoles á vivir ea sus tierras, aumentando de esta manera la población rural y oo mermando el capital agrícola! E.xpuesto ya el sistema ile enseñanza prusiano voy á indicar como en mi humilde opinión podría compaginarse este sistema con la legislación vigente en España. VI. Hemos visto la manara como ha prosperado la Prusia; hemos visto que esta prosperidad hasidodebiiaálaiustruccioa amplia y profiin<la de que está dotado el pueblo. Si eu V(!Z de fijarnos en la agricultura nos fijáramos en la in lustria, en las ciencias ó en cual juier trabajo del sabor humano, encontraremos ¡guales resultados. Los datos mismos que nos sumiaistran los hechos de la guerra que desgraciadamente asóla hoy la Europa, iioshacancomprauderqueel soldado prusiano tiene una instrucción superior á ¡la del soldado francés y á la del soldado español. Al soldado prusiano horidoó prisionero, 38 le ha encontrado on la mochila el atlas que contieue todos los uniformas del ejército francés, á fin de qua pueda conocer y fijar con exactitud la clase de soldados enemigos qua encuentra ea su camino; al soldado prusiano herido ó prisionero, se le ha enoontrad.j on la mochila el mapa de la localidad en donla ha da entrar en la acción; ¿hay entra nosotros, uo solo soldados, sino cabos ó sargentos capaces da entender un mapa? Si los hay será, ó bien porque ellos lo hayan estudiado por sí solos, ó bien por|ue, dedicados á una carrera uuivarsitaria, las vicisitudes de fortuna ú otra causa distinta las ha llevado al sitio eu que se encuaatran; por lo demis, ¿la dónde le ha de venir al soldado, y, por oonsiguiante al cabo y al sargento, esos conocimientos sino sa ensañan eu nuestras escuelas, haciendo excepción de alguna de las primeras capitales? En el extraujaro hay una legislación sobre abonos; todo vendedor da abonos está obligado á tener sobre el m ¡ntoa qua vende una tablilla que diga el cuánto por ciento de ázoe, de ácido fosfórico y de potasa que tiene aquel abono: ¿para qué serviría esta tablilla an nuestro país, si ea nuestras escuelas da iustruccioa primaria no se enseña quó as fósforo, ázoe, ai potasa? En el extranjero, v sobra todo en Prusia, los vendedores Je vinos, ó mejor, los fabricantes, acostumbran á dar en sus prospectos la composición da los viüoa; ¿da qué nos sirve á la generalidad de los españoles ver, por ejemplo, las tablas da Juan Kattus, comerciante de vino ea Viena, ó de la Abadía de Klosteneuburgo, ó de la Abadía de Schoten, etc., etc., en donde figura la composición de sua vinos, si la mayor parte de nosotros uo las eatenderiamos a causa de que, ya sea por carácter, ya por mal método de enseñanza, las nociones de física y química, que debemos estudiar en la segunda enseñanza, son un tiempe perdido'' Segua puede verse eu los periódicos agrícolas, en Francia, en Inglaterra y LA AMBRIOA.—AÑO XIV.—NÚM. 18. El planteamiento de las esciielaa de «n. Prasis se haa hecho en el aúo p&sddo uQOB 47.000 an&lisia agrícolas; yo, que agricultura para directore» agrícolas nó oreé sef uno de los que tienea maa tra- presenta dificaltad alguna, pues como Itajoa agrícola» «n Bspaña, no he llega- estos han de servir para todo el reino, do á-ciento; y de esos ciento la mitad claro es que deben estudiarlo todo, queTi«Et sido inótiles para el que lOs ha man-' dando tan solo ajuicio de los claustros y dado hacer, puee, después de haberle di- de los profesores dar mayor ó menor exeüo, por ejemplo, que feltiindole á su tensión á cada materia, según las necetiebra aílice, aluiüina y sesquióxido de sidades dei distrito universitario; pero no hi«FO solubles, era preciso añadirla cal sucede lo mismo coa los twaceros, pues alra que contuviera aquellos cuerpo*, el como lo probable es que estos solo sirvan ombre se ha quedado sin entender una en la localidad, el Gobiurno lo que debe Salabra de toda esta jerga; asf que, si por procurar es la creación de escuelas que eferencia á mi ha añadido cal á su tier- enseñen el cultivo que allí lua de hacerse. ra y no ha visto los resultados inme lia- Para decidir esto hay que atender al climente, dirá que el análisis químico no m», 4 la foruiacion geológica del suelo y á laa condiciones déla localidad. Bajo sirve ab-solutamente para nada. Hé aquí, pues, la situación; es inútil este concepto:, me parece que las necepensar en la introducción de máquinas, sidades españolas pueden reducirse por eoi eí cambio da sistema de cultivos, en el pronto á lo siguiente, sin perjuicio de loa adelantos de la agricultura en gene- irlas dividiendo á medida que la ense raJ, mientras no preparemos la instruc- ñanza se vaya extendiendo: ción para difundirla; y para hacerlo con Cultivo de cereales con pastos y ganautilidad en breve periodo, yo no encuen- dería. tro mas sistema que el prusiano: pero en Cultivo de la hortaliza. Pntóia, como en todos los pueblos de la Cultivo de viñasy elaboración del vino. rara sajona y anglo-sajona, la iniciativa Cultivo de la morera y cria del gusano guibernameptal es nula, y todo se debe a la iniciativa particular, mientras que de seda. Cultivo del alcornoque y trabajo del eo España y en todos los pueblos de la Tftza latina, la iniciativa gubernamental corcho. lo hace todo, y la Itiiciativa particular no Cultivo del naranjo. hace nada: por lo tanto es preciso camCultivo del manzano. biar el sistema. Fundándome en todas Cultivo del nogal y del castaño. estas razones, yo habia formulado él adCultivo del algarrobo. junto proyecto de enseñanza agrícola Cultivo del olivo y elaboración del que, como ha dicho, remití al ministro de Fomento, Sr. Ruiz Zorrilla, y también á aceite. Cualquier propietario puédé poner en algunos diputados de la provincia de su finca escuelas de esta dase para braBarcelona. Di la organización que, en mi pobre concep- ceros. to, debe darse á ¡a enseñanza agiieola es- El Gobierdo subvencionfirá todas Ifts esüeias de asta clase con lí^ condiciones pañola. siguientes: Economía para «1 Gobierno, para la 1.' El propietario que quisiere poüer provincia y para el municipio, estimulo una escuela para braceros agrícolas subpara lo» que propaguen la enseñanza y vencionada por el Gobierno, lo solicitará para los que aprendan, y facilidad para por conducto d<4 gobernador de la proambas cu^as, fundada en la libertad de vincia. enseñanza, es lo que ha de presidir á la 2.* Acompañará á esta solicitud los formación del nuevo plan de instrucción documentos siguientes: agrícola. Una certificación librada por el alcalLa autoridad nacional, provincial y lo- de, que dé á conocer la extensión de la cal están interesadas en que la instruc- finca y sus diversos cultivos, así como ción agrícola se esparza con rapidez, los aperos y animales de que consta, y el pues ella traerá la prosperidad del pala, de los operarios fijos y temporeros que y deben hacer todos los esfuerzos néci3- necesita para su cultivo. Para solicitar sarioá para conseguirlo: el ministerio de el establecimiento ae uus «acaoia K»w& Fomento es quien ha de producir: el de de tenerla finca una extensión dé aels Hacienda no puede hacer mas que admi- hectáreas, en uno ó en dos pedazos á lo nktrar. mas, si es para cereales, y de tres hectáLa enseñanza agrícola será para di- reas si es para arbolado. rectores de explotaciones agrícolas y paOtra certificación firmada por el alcalr í braóeros. de y dos testigos en que se pruebe que La enseñanza oficial par» directores de durante el último cjuinquenio la finca ha explotaciones agrícolas, se establecerá producido ganancias. ea las Universidades, aneja á las facultaÜn contrato hecho con una ó mas perdes de ciencias. sonas, quí tengan los títulos académicos No habrá enseñanza oficial para bra- necesarios para poder'enseñar las mateceros; esta es completamente libre, y las rias siguientes: las reglas de cuentas, diputaciones, los ayuntamientos o los las proporciones, sistema métrico y conparticulares pueden establecerla. tabilidad agrícola, nociones de física y Yo no sé si es un bien ó un mal la des- química y mecánica, aplicadas á la agriaparición de las escuelas especiales y su cultura, y cuidado de los animales doaDsorcion por la facultad de ciencias de mésticos. las Universidades; pero ello eis que hace Previa la presentación de estos docuaños hay la tendencia 4 que todas aque- mentos, el Gobierno concederá el permi llas sean refundidas en esta. Además las so para la instalación de la escuela. provincias, á quienes poco á poco se va 3." Instalad» que sea, el propietario dejando el cargo de sostener las enseñan- reiíiitirá al Gobierno por conducto del aasque creen que puedan interesarles, ffoberna or un parte mensual, con el anhelan el planteamiento de estas diver- y.° B." del alcalde, con los nombres y sas escuelas especiales, de lo cual es una apellidos Je los alumnos que asisten y los buena prueba las numerosas solicitudes de pus padres, así como la residencia de que sel han ctírigido al Gobierno para es- éste. Estos partes serán publicados en el te objeto. Boletín oficial y en la Gaceta. Partitindo, pues, de estos hechos que 4.' A la conclusión del curso, el Goaon del dominio público, y sin meterme bierno abonará al director de la escuela á juzgar la cuestión de si esto será bue- mil reales vellón por cada alumno que no ó malo para la instrucción pública en hubiera asistido 4 ella durante todo el general, he formulado este plan* curso, y que sufriese el examen práctico; Los estudios que se dan en la facultad no se coatarán como discípulos para ese de Ciencias, son bien completos para un efecto los hijos del director, ni los opeingeniero agrónomo de antes, ó paría un rarios que debiera tener ya para el culdirector de explotacioHes agrícolas, qué tivo de la granja, ya de otras tierras que es el título que propongo yo; faltan so- poseyese. lamente Ibs estudio» prácticos, los cua5.' El Gobierno hará vigilar estas iMs deberán haoerae en una finca 6 gran- escuelas por comisarios honorarios ó reja de la capital, endoade esté instalada tribuidos que deberán presidir los exála {Jniversidad. El estadio déla práctica menes y presentar una Memoria acerca de la agriculturaí, que swá dado por un de su estado. proftjsDr, y él de la cria de anímales que 6.' Al fin de cada año, después de sar Misera por otrb, se simmlIranearáQ au>. tisfecha la subvención, el propietario rante el periodo del bachillerato y del manifestará al Gobierno, si piensa ó no doetoéado, durando cada uno dus años. continuar coa la escuela;, en caso afirmaLas granjAs asas serán subvencionadas tivo, deberá indicar qué mejoras se propor el Gobierno. pone introducir en aquel- año, sea e a la De este' tnodoitendremos escuelas dé adquisición de nuevtís aperos, sea ea la agricultura, éomo las de medicina, far = enseñanza, sea en la finca. Si no piensa macia, etc. introducir mejora, el Gobierno podrá res- E cindir el contrato y hacerlo cocí otro propietario que lo solicitase. Si terminado el año no hubiese cumplido lo que prometió, el Gobierno no estará obligado á satisfacer ios mil reales vellón por alumnOi, y podrá también rescindir el contrato^ ! ; Mas adelante, cuando la enseñanza de los braceros vaya aclimatándose, podrá pensarse en establecer las escuelas de mayordomos, mayorales'y capataces. LoiS Jt&TO Y VllLAlíOBVA. dos por la miseria y la ignorancia, constituida contra su voluntad en causa perenne de inquietud y zozobra para todos los Gobiernos. Si por tales derrumbade ros se ha arrastrado la historia, sátlcíbnán do falaz y servil con la autoridad de la tradición el Violento estado social que co nocémós, no es de extrañar qué la hüm anidad se huya enervado! largo espacio de tiempo, sin pensamiento fijo iij seguridad de sus destlnoá. Lahumatiidad, cOthó el hombfé, mientras nblléga 4Ia edad éñ ¿de ápréüde por sí, sólo sabe lo que ana fflaeatttts le han enseñado. Si elloá han sidb torpes, DÉ LA HISTORIA . ¿C[uó fcülpa tiene el discípulo? En losúcésrvo ño habría ya disculpa para él (jué, CON AítAtHOÑ AL ftERBÍCÉO. aspirando á ser considerado como hiátóriador, no se elevase á lu altura de la filosofía. LO qu« sóri Ut r«^olueloii«t. El prog-íeso se de](4 sentir hoy 16 mis¿Qué enseña la hiátoi-ia ¿sertW? Que la mo en la superficie qué en el fotido,, y sociedad era y es, én la triáyof p&ñe dfel poco perspicaz 'ha de ser quien ño ée hamundo, una reunión de hombrea y de IJe convencido de^úe el statu quó es ifi. pueblos, no asociados libremente y bajo posibló. ; Los adelantos alcanzados con perseveía garantía de reciprucos dáfechos y deberes, sino formada por la Conquista y rancia en todas las ciencia*; los impóíla fuerza en la opresión para coústitufr tahtes descubrimientos qüe facilitan y la propiedad de algunas familias, de no aceleran la.? comunicabtonés dé un mOdo extraordinario, siendo tan febril él imsabemos qué raiza superior. Que la justicia era, y es todavía eh paciente áfan de bórrttr las distaticlas dé muchos pueblos desventurados, la ley pueblo á pueblo, que pareciendo ineficaz acordada por los vencedores al fragoí do el vapor, se proyecta aplicar la electricilo» combates y á impulsos del odio á lOs dad á la locomoóion; la rápida propag^avencidos, 6 ái se quiere, y díchbsos rela- cion de las doctrinas ecoüomieaS y polítivamente los países donde así sea, la ticas, fruto de la moderna filosofía; l a r é expresfoQ de la voluütad de los más sa- volucipú que se verifica en las ideas relibios que en tal ó ceíaí siglo dominaron, giosas, elevando y aumentando el sentidictada en interés de Tos propietarios miento de amoí á la divinidad que flota contemporáneos, 3in óonsideráélotl nin- en el espíritu humano; lá ilustración exguna á la posteridad, arbitra á igUál tendida de tal tnaúerá, ()ue quién no dá título de sus destinos; pero no la fórmu- eiaóta razón dé sus derechos, los prela absoluta del derecho humano, uno y siente, y el movimiento comunicado a las varió, simple y compleja,' anterior y su- teorfás, á los principios y á los sistemas perior á todas las transacciones casuales radicales por laS últimas revoluciones y ó forzadas, á toda abdicación de los atri- la lucTva de los partidos, han hecho t o butos imprescriptibles, eternos, itegisla- mar uh vuelo tan atrevido á las intelibles, por haberlos escrito Dios mismo en gencias, qdé se prescinde ya del brilló caracteres indestructibles en la natura- exterior para investigar detenidamente leza, á los cuales no es dado á una ge- la relación que téno'ah las leyes cocí el neración renunciar más que en su nom- bienestar positivo del pueblo y cOü el bre, á lo sumo, sin facultad para ceder órdén social en general. No se considera bastafite cürfegif^ los que habían de pertenecer a sus sucecastigar eí nial, sitio qae se aspira a cosoras. Quo por derecho se ha entendido el que nocer sus causas para hacerlo imposible. Pero si puede fundarse la esperanza de uLuaTio,'<lo inkiay fiintarianor clpeofueño numeró ae*afortu<iíitd03;l8¿«utcypiaad que t^ut} al KÓaovu Uucoaao n o auapOnütsr^C ttü se han reservado los usurpadores, eri - marcha prógireálvá de éítíáñcipaCtotí, es gidos en legisladores, y la facultad que Cierto que en la actualidad ha descendí* se han dignado otorgar al resto de ciu- do todavía poco la ilustración moral á dadanos, llamados sucesivamente para las clases menesterosas; que ün sistema mayor oprobio d e nuestra raza infortu- pusilánime, corrompido y corruptor, h4 nada, esclavos, siervoi, villanos, peche- perturbado hondamatíte ía conclehciaí popular, haciéndola vacilar entre la ver* ros y Vasallos. Que se ha llamado paz á la abyecta y dad y el error, entre la libertad positiva vil servidumbre de los pueblos; orden á y la farsa li^beral, y que la educación, por la resignación estúpida, á la automática complemento dé aousosypor consecue»sumisión de las naciones, al luj* del po-» cia díe lá miseria dé mUchas familias, es der y al desenfreno de la autoridad pú- un privilegio qUe de hecho disfrutan blica, no limitada más que por su Crite- unas cuantas, pocas relativamente , cuyos esfuerzos, por nobles, por generosos rio. Que todos los principios, en fia, y to- y desinteresados que sean , se estrellan dos los fueros del derecho natural, ver- contra lá ^íspicacia de los Gobiernos dadera y únicamente divino; todas las dócPrlttaríos ó consertadores, contra la prerogativas de 14 razón han sido tor- ignoiratlcia del vulgo y las preocupaciopemente violadas, formando sacrilego nes de una parte considerable de la cla. consorcio para seducir y fascinar 4 las se media. A remediar esta situación crítica debe masas mil hipooresía», el óleo divino vertido sobre determinadaí* cabezas, y i propender la historia, consignando en el fanatismo, con todo su aparato dé per- : Sus páginas que íoá deberes del homtfíe son coüsiguientes á sus derechos, y que versidad y escándalo, i Y para distinguir estas verdades ha estos consisten en la educación física y sido preciso estudiar la historia por un ; mOrál. absolutamente igual para todos. procedimiento negativo „ averiguando lo Sin ex:cepCion, en la propiedad de su traque se oculta por lo que se naanifiesta, lo bajó y eh la remuneración de sus esfuerq.ue debió y lo que debe ser por lo que ha zos relativamente á su importancia productiva. Su miáiou gloriosa consi'áte en sido. 9a han precipitado en torbellino los demostrar prácticamente, sin pa^Jllófií hí siglos como levtís suspiros del tiempo, y enojo, que ha habido y hay tíraúla en ea el trascurso de seis rail años, período desconocer estos principios ó fingir que que abraza la historia más auténtica, ape- soQ pellérrosos; que las convulsiones, lá nas ha logrado la humanidad quo se re- incesante alarma de los intereses cóns'efconozca el origen de sus derechos; pero Vadores que conmueven á los Estados todavía en algunas naciones que se creen han sido y son efecto fatal, necesario de civilizadas se le rehusa su^ercioio, mien- i tan funesta organización, y qüe en vano tras que se le niega ea principio, con se intrata consolidar el orden, fantasma crueldad y encono, ea las tres cuartas fugitivo que atormenta á todos los p b deres, afianzar la propiedad y afiróíEtélá partes del globo. ¿Qué historiador de los antiguos ha libertad, li^terin no se atienda comió es hecho saber que el fin y e l objeto déla justó y vá Siendo urgente atender 4 la sociedad humana no es, ni puede, ni de- equitativa distribución de fundones y bió ser otro más que la. satisfacción de atribuciones que pilede constituir el contodas las necesidades que el hombre no cierto y armonía éhtre los miembros de podría atender ea BU aislamiento? Nin<- la gran famíilia húPíana. guuoi de elloa,' y muy pwos déla Edad , Él triste espectáculo de inmensos países habitados por razas que gimen ea el M e d i a . •• ! ,.•,.• : •• •••r. ;« No, (d.esclavo no ha tenido la culpa de más completo embrutecimiento; el brutal serlo, así. coa» tampoco la tienen los ac- ó astuto 4¿spotismo degradando al ser tuales proletarios de hallarse encadena- racional y sensible en casi toda la Bupér- CPONICA :^SJPANO-AM^RíOANA. fíele do la tierr», ya por los vicioa orgá^ autorilad con el casual ó de convanBiooi (le la civilizacioa, ya por el irri- eion, y por lo mismo sujeto á variacio: tautri abandono en que lo sostienen los nes. ¿FOT qué ¿o ha de extirpar la historia explotadores de la fuerza; la repugaante íarsa de las formas; el fantasma de la la grosera preocupación que atribuye la* reaqciou ostentándose aadaz 4 favor de rsvoluciones á los ambiciosos esfuerzos una organización social, donde unos son y propósitos de unos cuántos seres desseñores y otros sua dependientes: algu- preciables, sedientos de botín? ¿Por qué nos ricos, muy ricoí, y los más absolu- no ha da estudiar el movimiento allí dontamente pobres; a(j[uellQí üuátrados, es- de nace, demostrando! el hecho constante to» ignorantes, estúpidos, nuestros ene- de que nunca se trastornó la organizamigos; la violencia y el maleator repro- ción de los Estados por el mero capricho ducidos bajo todos los sistemas; la ince- de algunos conspiradoras? ¿Por qué no gaote lucha de intereses y opiniones, de ha de ilustrar á los Gobiernos, recomenverdades y sofismas, el pauperismo re- dando á los poderes la corrección de los aultaate de los más fecundos inventos, vicios, la estirpacion de los abusos y la 4e los más prodigiosos adelantos en la instrucción moral de los ciudadanos? iaduatria, fenómeno c(ue aflige á la po- ¿Por qué, en fin, no ha de revelar las derosa Inglaterra; y ^n suma, la guerra causas perennes del iesconcierto que pública y sorda que inquieta, trastorna agita á las sociedades, provocándolas y destroza á todas las nnciones, obligán- instintivamente á innovar y descomdolas 98a rivalidad artifiüial, pero encar- poner? Las revoluciones no se evitan ni comi]iZada.qu0 los han creado las pasiones de; sijs Gobiernos á mantener en pió de baten más que de una rnaae/a: privándoc*mpaüa formidables ^órcifcos y aoja ad- las doraron» Toda la importancia de la historia desiftioistracioQ costosísima, ruinosa, Verdaderos parásitos del cuerpo social, son ea aparece depile que el escritor se ciñe á sí más que suficiente motivo de a n g u s - referir meramente, pasando por encima tia, que suspenden el alma del filosofo de los acontecimientos; sin investigar y consagrado al bien de sus semejantes fijar bien la situación material y moral entre la esperanza y la duda, haciéndole de los pueblos, desde que, transigiendo repetir alguna vez con el sensible Con- con las circunstancias, lejos de servir á dorcet, «que lus trab^'os de estas últimas la humanidad, obedece al espíritu de «edades han hecho mucho para el pro- partido, y omite denunciar las arbitraMgreso del espíritu humano, pero poco riedades da que aquellos son víctima con «para la perfección de la especie huma- igual indiferencia que dcya desapercibi»na; mucho para la gloria del hombre, das las necesidades que los aquejan. »algo para su libertad, y casi nada para Chateaubriand lo ha dicho, y es bueno «su felicidad.» recordármelo 4 lo* realistas de todo gé~ Será pues noble y santo qué los nue- nero.y á,lo8.nao-católicos especialmente; tí-üna sociedad donde existen algunos vos historiadores se consagren con amor fraternal á combatir la arbitrariedad en ('individuos que poseen una renta de dos SM origen, con cualquier forma que apa- «millones de francos, mióntrsis hay otros rezqai y que estudien los acontecimientos »qua se hallan reducidos á llenar sus bajo su aspecto social, realmente religio- »miserables chozas de montones de essa), subiendo para elto. á la fuente dala t'tiórcol para avivar gusanos (gusanois oaturaleza hiimana, inüigotable tnanati-i »que vendidos á los pescadores constítuti»l del (ierecho absoluto, universal, eter- »yen el único medio de subsistencia da KO. infiaito. como el espíritu que le ha »estas familias, nacidas también entre prescrito leyes inmutables por medio de «montones de basura); semejante socieórganos de seusacion, ora ae refiera á la »dad» repito* ¿podi'á permanecer estaciodignidad del individuo, ora se aplique á «naria sobre tales basas ea medio del proHgreso de las ideas?» la prosperidad de las sociedades. Consideraciones de este género deben Juzgando siQ pasión; criticando sin prevención ni cólera de ningún género; ' preocupar detenidamente al historiador, inquiriendo de antemano en la contem- si ha de cumplir el elovíido ministerio á plación de Dios cuál puede y debe sar el que se dedica. Aceptar un órd«u de codestino de la humanidad previsto ab itii- sas eatablecido, solo porque lo está, y tio por su sabiduría^ admitiendo, como partir de él BÍa más examen para coadeadmitimos loa creyente» la sabiduría iia4>'ó aplaudir los sucesos, descoaociearévia, omnisciente del Ser único en las' do todo derecho que:o» sea él constituiíversas manifestaciones de la vida uni- do; es aumentar la confusión, canonizar versal, fácilmente arrancará un nuevo los privilagios y dar pábulo á los exeaEdipo su terrible secreto á la eterna tís- sos del poder, que se cree por eso autofingedel mundo antiguo, la creación, y rizado á resistir toda reforma y todo se ofrecerá á esta generación infortuna- progreso como un atentado contra sus da la antorcha que la dirija al orden de' prepogativas. la libertad, de la igualdad y de la fraterLas revoluciones son siempre el resulnidad, quees la trinidad en que se resuel- tado fatsÉl de una Constitución defectuove el enigma de la unidad en la armonía sa y de un régimen sirbitrario. Si las lede los intereses recíprocos, pero no yes' civiles garantizasen la libertad indiopuestos. vidual, la autonomía humana, coma ya Ya hemos podido observarlo. La his- sucede erif'Bijpaña , y preparados los toria hasta los últimos tiempos, hasta hombro* porláeducacion al cumplimiennuestros días, ha estado fuera de su Ór- to de uh deber, tuvieron espedito el debita da acción, ha desconocido casi por recho de intervenir activamente en la completo qué era un sacerdocio, ó por lo gestión de los intereses públicos, ya dismenos no ha sabido hacerse comprender, cutiendo las doótrioas políticas, y^ elini ofrecer atractivo á la común capaci- giendo sus legiáladores y magistradad, á la generalidad de la especie hu- dos, ora juzgando A sus iguales en el mana, á la ilustración y defensa de cu- jurado, ora emitiendo su opinión de payos derechos debeírla haberse consagra- labra ó por escrito sobre la bondad ó indo, como el tribuno severo de todos los conveniencia de los preceptos legislatitiempos. vos, ni habría ocasión de conflictos, ni La humanidad ha sido lastimosamente ocurrirían las colisiones que con tanta olvidada, á pesar de sus gritos de dolor frecuencia áe repiten entre Ibs pueblos y y angustia, y se ha hollado esta verdad los Gobiernos, ni s& habría por último estampada en las Sátitas Escrituras, cu- ocurrido á los presuntuosos políticos del yo eco ha sido la voz de unos cuantos justo medio esa extraña teoría de la recigenios inspirados: que los Qobiefnos, procidad de dei-echos entre los dpresores en cualquier posieion que s«' h¡allen coloca-y los oprimidos, que' está siéndola causa dos, anAleaqaieta (ina sean sus tradicio- permanente de la hostilidad en que vines, son un ministerio público subordi- ven los dos poderes, el de la tradición y nado á la ley moral que les manda ins- el del derecho,'cuya hostilidad terminatruir, protejer, dtrijír y perfeccionar la vi- rá en una grande y estrepitosa catas da individual y colectiva de las nacio- trofe. Las revoluciones son la obra labones» no atribijyéiidose poder propio, y riosa del tiempo, no el arranque de un considerando sas^ funciones como servi- momento. Nunca son efecto de la impados, su gerencia como una délegadioh ciencia ni do la irritación qué produce más ó menos transitoria, perO nuüca de- un ésCeso. Sóñ el estallido de una tempestad forniaJaen la atmósfera de los sifinitiva ni menos aibsoluta. Por punto generaí hemos visto qué los glos por la acumulación de vapores de jefes, y no las naciones; los intereses de sangre; el rayo que arroja Dios desde stt pocas y privilegiadas familias, y no los trono de justicia, pop la mand de sus elede esas innumerables Clases producto- g'idos, nj^ítires casi siempre de sn fe, fas; las guerras, las cohquistas, las ba- para castigar á los poderes que ciegos y tallas y las usurpaciones, ocupan exclu- deslumhrados de orgullo se oponen Con sivamente á los historiadores, sustitu- obstinaeion al establecimiento pacificó yendo el dereclío natural |)()r ¿ujpropia del orden, á lo que por regla general y S sin excepción constantemente propenden los hombres generosos del progreáo. ¿í^uién ignora que i» revolución de 1789 venia preparándose desde el siglo XV? ¿Quién no sabe que la revolución de 1868 venia preparándose desde 1814, haciéndola inevitable la reacción desencadenada en 1813, y elevada á sistema en 1845? F. J. MOYA. EL CORAZÓN. zón y el. espíritu, jgruerra que suh8iatiri& mientras el uno quiera arrogarse las ft(cultadq* dfil otro. Todos los escritores sensuales, todos los apologistas de las pasiones^, aspiraron sn moral en sus propíóa corazones. «Dad,mie un hombre de costumbres arregladas, dice el ilustre La Bruyére, oue de*clam^ contra la virtud y niegue la religión, y me haréis ver un fenómeno.» Nuestro cuerpo puede compararse 4 uja reloj. El corazón es la péndula qué, siempre en movimiento, parece marcar los minutos y loa segundos de n u ^ r a breve existencia; pero este reloj, quede» biera despertarnos dé continuo, suele señalar nuestro último instante sin que hayaqiQs reparado en ello. Es que cerramos los oidos 4 estos movimientos iuternp.í que sin interrupción se suceden, y vivimos indiferentes en medio de las vibraciones de un corazón agitado. Nada n(ias terrible que el espectáculo de, un corazón presa de las pasiones. Cao^oiasu naturaleza, iaclínase hacia el lodo, y esparce hábitos de muerte; consúmese y se agosta en medio de abrasadores deseos; vaga sin brújula de objeto ea objeto; es juguete de todas las criaturas que se creen con derecho á su conquista; ofusca la razón, embriaga lo» sentidos y sedúcese á sí misma, creyéndpse.dichofto en la vorágine de la ¡niinietud y (leí tedio. Sensible solo á los placeres de la orgía, que son au víd^ y su ser, se endurece, y no le conmueven las lágrimas del desgraciado, y liiiye déla luz, semejante á esas flores de nuestros jardines que ae abren al morir el dia y se cierran al despuntar la aurora^ ¡Cuan distinto de un corazón semejante es el del sabio, que cual un santuario inaccesible 4 los odios y los malos de seos, solo encierra candor, justicia y generosidad! En vano nos loan el corazón del héroe: toda impreteadida magnanimiiad, ao es mas que un nombre impotente ea comparación de la generosidad de un corazón tierno y compasivo. Vésele dilatarse, abrirse al espíriu de todo el que sufre. No es menester conmoverle con estudiadas frases, ui interesarle con fingidas lágrimas: adivina la desgracia agena y se multiplica p ira derraínar raudales de consuelo allí donde quiera que reina el dolor. Por mas qoe el corazón sea una parte muda de nosotros mismos, por mas que se presente á la consideración del anatomista como una masa elástica de Carne, probaríamos desconocer por completo el significado qué en todos ios idioojás tlé" ne esa palabra, sí por ella no compren^ diéramos este sentimiento de dolor ó de placer que en nosotros nace 4 veces como 4 pesar nuestro. No ignoramos que al corazón, centro de la circulación de la sangre, soló le es dado un movimiento mecánico al encontrarse ó al dilataría; pero hemos querido honrar con nuestras afecciones y con nuestros odios A esta porción de materia que es el principio y el móvil de nu-stra vida animal. Mirado el corazón bajo este plinto de vista, ofrece vusto y fértil campo á nuestras reflexiones. Es el corazón labdpinto inexplicable en. cuyos mil recodos so pierde el alma; crisol en que se funden el amor legítimo y santo y el amor criminal; laboratorio en el cual refina el espíritu sos ideas y les imprime un sello de grandezaque apellidamos heroism); flujo y reflujo de contrarias aspiraciones que, en cierto modo, comunican al hombre algo de infinito; manantial sempiterno de esperanzas y de temores; Volcan que ora lanza abrasadoras llamas, ora densos torbellinos de humó; abismo insondable; temblante azogue que rehuye todo contacto. ¿Quién podrá darme la facultad de sondear mi corazón, decía San Agustín, de conoccír y desenvolver todos sus pliegues? Ardua taraa, asequible solo al aábio que estudia y posee su corazón, entregándole en las potente» manos de aquel que lo formó y lo inclina á su grado. Si dado fuese al hombre gobernar au corazón, nada habría mas grande ni mas El corazón nos inspira el amor 4 nuesdigno de nuestra inmortfílidád. El oóraí!on, capaz de ftmar lo itíflníto, y h$iá- iyoa padrea, la amistad 4 nuestros iguajtante «almdso para olvidarse hasta el les, la caridad para con todos. A ól deseno de la divinidad, solo producii'ia ce- bamos los SBütimieutos de pa Ire. espolestiales deseos. Sentiríamosle cual una so, ciudadano y amigo; pero fuerza es llama pura y viva traspasar la densa determinar sus inclinaciones y rauídarnube de las pasiones, devorar la concu- le con imperio, pues de lo contrario se piscencia que nos tiraniza, ahogar los nos revela y corro 4 fijarse sobro objetos sentidos que nos dominan, y esparcir tor- indignos de nuestras miradas. jCnántas rentes de luz sobre nuestras acciones; veces ha prevenido nuestros juicios y sentiríamosle, cual corriente bienhoclio- rióá ha lanzado en el abismo de esos plara, deslizarse apacible hasta los que lloran ceres criminales y frivolos, que solo la y sufren, reanimar sus esperanzas y des- vet-gíienza y la desesperacioa y el hasvanecer sus inquietules; que ua corazón tío no.s dejan por recuerdo! generoso, empapado en el verdadero esÉl filósofo debe poáeer s^u corazón, y píritu del cristianismo, es la gloria de la en este sentido, todos loa honabras dehumanidad. ¡Cuan pocos le poseen! biera,n ser filósofos. Para énsefl irn )s 4 Nuestro corazón, ea mal hora arras- regir el corazón, para que le h'ciéramos trado por los sentidos y por las pasiones, discípulo de la razón, h i colocado el viíneá ser el terrible rival de nuestra Creador nuestra alma en privilegiada alma, y en Vdz de permanecer sumiso 4 parte; y por mas que forcejee y se sublela razón y de escucharla, osa usurparle ve, y se enternezca, se apene ó áa alesus derechos y crear sistemas acordes gre, no seguirá estos movimientos sitio después de habar' consultado nuestro con sus íuclmaciones. Por poco que leamos la historia, vere- sí'utido íntítno, sí es dócil yáe coatiene mos que el coraron, en lucha con el es- en sus verdaderos límites píritu, cuya depandencia rechaza, ha inM43. ¿ lónde están esos límites? ¿Como ventado una teología especial. Ei impío apercibirse da ellos? Creeiú^-i no hibec ha dicho en SU Corazón: «Diosnoexiáte.» amido mas que la virtud, no haber busVeremos que si el alma, en aras de la cado masque el verdadero bien, y solo ciencia, ha fundado academias, estable- hemos amado el interés, y solo hemos cido opínioned, y formado, en fia, el cuer- buscado la satisfacción del amor propio, po de uoa filosofía universal, en Cambio tís tan difícil escudriñar los pliegues del también él corazón ha querido engen- corazón, son tan imperceptibles los re» drar razonamientos y foí-mar escuelas. surtes que la raueveu. que generalmente ¿A quién sino al corazón debeíaos atri- tomamos nuestros defectos por virtudes, buir la paternidad de esa depravada filo- i y nos creemos hé.'"oes, y solo somos dósofía que trata de é'ácudlr él blando'yu- i bíles arbustos azotados por la tempestad. go de la religión? ¿íío ha sido el c6ra- Parece como que el corazón liumaáo, 4 zbn el,inspirador de tantas obras infa- : fuerza de recibir sin cesar nneva sangre, mes contra las buenas costumbres? nace y renace continuamente, trasTorY es que por un trastorno del orden mánlose por instantes. Podría decirse natural hemos cambiado las funciones de que sus válvulas son las 9i;itrad*3 dip^ ua todo lo que existe en nosotros. El Cora- laberinto en el cual S)» ;,^xtr%vlan nueszón; por ejemplo, formado para sentir, tro^ pensamientos pas^ vagar eternaquiso raciocinar; creado el espíritu para Oiente por ignotas sendas. conocer, para ilumiaaruos, creyó que deEs. en verdad, admirable, y se preat» bía amar. Inversio i que ha traído por 4 muchas y mwy profundas meditacíor coQSeouancias ineludibles ei libertinaje ñas esta lucha incoante en que jse ag(t» erigida en sistema; el amor conyugal todo lo que en nosotros vive, y todo ,1D sin ternura; la amistad sin alma y sin que metafísicamenta nos anima: el almii vida; la guerra perpetua entre el cora- y 9I Qor^zcfl. Las oaudefttes pasiones y LA AMERICA. - A t o XIV.—NüM. 18. 8 la razón helada: la tiranía hartas veCés 'Irreslstibló de los sentidos, arrastrándoDos por la fácil pendiente de los g-océs ^íiteriales, y el sentimiento intiato de Buestra dignidad, oponiéndose débilmente unas veces, con atléticas fuérZás -otrasá nuestra degradación. Lucha, continua lucha: á esto hemos convenido en llamar vida. Lanzándose nuestro corazón cual impetuoso, mujidor torrente en pos de aus deseos, rara vez consig'ue ven•cérse, rara vez consigue detener su vertiginosa carrera. Y hé ahí como el corazón, eterno cautivo de las pasiones, no conserva la fuerza suficiente para elevarse hacia el cielo, su elemento y su objeto; y, por una desgraciada servidumbre que nos deshonra, tórnase tierra, como la tierra que huellan nuestras plantas. El corazón, nacido para ser libre, no goza de este privilegio sino cuando tiende á Dios; es, pues, dañar á su libertad, es destruirla, el desviarle de su natural inclinación; pero, ¿cómo decir esto á los libertinos, é, los avaros y á los ambiciosos? ¡ Ay! Estos sores, á quienes la fuerza del hábito nos obliga á llamar hombres, no se creen en lena libertad sino cuando de veras se alian encadenados, esclavos de una frivola criatura, de un vil metal, ó de un falso honor. ¡Oh corazón impenetrable ó inmenso! ¿Cómo siendo tú el principio de nuestros movimientos, lafuentede nuestrosdeseos, el centro de nuestra vida, nos eres tan desconocido? ¿Por qué no podemos profundizarte, sondearte, comprenderte, en fin? ¿Por qué eres el enigma indescifrable de la humana existencia? Acabamos de hablar de tus facultades; hemos intentado dominar los secretos cjue guardas en tus mas recónditos pliegues, y esto no obstante, nos eres tan desconocido, que creyendo escribir ahora por amor á nuestros semejantes, tal vez hemos escrito sin tener mas objeto que el de satisfacer nuestro amor propio. E M. VAZODEZ CAStRO. LA GUERRA Y EL DERECHO DE GENTES. «tfl guerra es tan fecunda en detgracias, tan incierto el éxito y tan ruinoaaa las consecuencias para un país, que nunca podran los principes reflfxionar bat tanteantes de comprometerse4 ella.* (FEDERICO II, RET BE PRÜSIA.J Si son siempre oportunas las consideraciones que se hagan acerca de las grandes cuestiones que se agitan en la esfera del derecho, adquieren las mismas mayor grado de importancia en las épocas en que la humanidad, alucinada y extraviada, se separa del camino que le marcara la mano de la Providencia para realizar el fin á que está llamada; cuando merced á extraños caprichos abandona la razón y la justicia, y deja que la fuerza bruta ejerza su despótico imperio. —Hé ahí por qué creemos son de actualidad toda clase de estudios sobre la guerra y el derecho de gentes, en esos momentos en que hollado todo principio justo y atropellado hasta el sentido moral, dos naciones rivales luchan encarnizadamente, no para difender alguna idea noble y grande, no para llevar la civilización y la verdadera doctrina del progreso á otras regiones, sino para ver cuáTde ellaspuede conquistar la preponderancia europea, cuál de ellas debe ser la señora de los destinos de las demás naciones. En mitad del siglo, que solo por sarcasmo puede llamarse ae las luces, parece increíble que Francia y Prusia be hayan empeñado en ur. combate estéril hajo todos conceptos, y del cual ningún provecho pueden sacar los demás pueblos; parece un sueño que hayan hollado tan indignamente los soberanos de aquellas potencias el derecho de gentes, sin respeto á los tratados y á la ley establecida, sin consideración ¿ los demás Estados, que confusos y atónitos contemplan 5tan espantosa ecatombe, mengua y baldon de la civilización moderna. Si el ideal del progreso es la paz, como viene repitiéndose constantemente, deberemos confesar que pocas etapas de la historia del mundo ofrecen un espectáculo tan edificante como el que marca la primera parte del presente siglo.— Empieza este con las guerras é injustificadas coaquistas de Napoleón I, humí- Hado y abatido en Waterloo, y apegas benigno que el de Catinat? Y sin embar- bre este desastre un cuadro, que, aunque llegamos á su segunda mitad, se hunde 'o, Catinat, el virtuosoy excelente señor mucho menos conocido, no me parece sin honor y 9ih gíoria en el combate de e Saint-Cretien, escribía al primer mi- inferior al de Schillar. Sedan, el déséendiente del gran capitán nistro del duque de Saboya en 6 de Junio »Todo lo que puede inventar la licenque en su orgullo desmedido, anhelando de 1696 lo siguiente: cia mas desenfrenada de los soldados, conquistar el mundo entero, humilla co»... Si S. A. R. no acepta las condicio- todo lo que la crueldad mas feroz inspira bardemente su espada triunfante en Ma- nes tan razonables que se le han pro- á los hombres cuando una ciega cólera genta y Solferino á los pies de quien en puesto, cuaudo el rey debería disminuir se apodera de sus sentidos, todo fué conombre de Dios y de la patria conduce á sus fuerzas en los demás países donde metido entonces por los imperiales en una segura muerte & millares ile milla- hace la guerra 8. M., ha resuelto exter- aquella ciudad desolada. > res de hombres que se despedazan mu- minar comnletamente e! país, quemando "Los soldados corrían con las armvs tuamente con saña infernal, solo para los edificios" y los granos y cortando las en la mano por las calles, matando indisatisfacer miserables y rastreras pasio- viñas, bosques yárboles frutales, en toda ferentemeute á los ancianos, á las mujenes de sus verdugos. la extensión deípaís donde pueda llevar res y á los niños; á los que se defeadiaa, á los que no hacían resistencia. SaqueáLa historia, juez inexorable, calificará sus armas...» "Al ver formular á tan ilustre y leal ronse las casas, las calles quedaron inundebidamente las indignan provocaciones de Napoleón y la saña impía con que soldado, sin vacilación alguna, semejan- dadas de sangre, cubiertas de muertos, combate Federico Guillermo; dará á ca- tesamenazas, quehubiera ejecutado cier- y no se veían por do quier mas que cada cual su merecido, y escribirá con san- tamente, como Turena en 1774, y como dáveres palpitantes, apiñados unos sobre gre las páginas de tan funestos reina- Lauvais en 1689, al leer estas cosas fir- otros en mal revuelta confusión. Los gridos... Sin embargo, dejemos esta serie madas por tales hombres, no puedo me- tos lúgubres de los que morían, y los de consideraciones y concretemos el ob- nos de recordar aquella magnífica pági- gritos furiosos de sus asesinos, mezclána de José de Maistre, que dice: banse ó inspiraban horror. En aquella jeto de nuestro tema. «En cada gran división de la especie terrible carnicería pereció' la mayor parUn escritor insigne dirigía hace poco tiempo al periodista francés Emilio de animal, ha elegido la naturaleza cierto te de los ciudadanos, pues solo se salvaGirardin, una serie de cartas (1) sobre la número de animales á quienes ha encar- ron 1.400, que habiéndose encerrado en filosofía da la historia, y en una de ellas, gado de devorar á los otros. Hay insecto una iglesia, obtuvieron gracia de Tilly. al ocuparse del tema que hemos puesto de presa, pájaros, peces y cuadrúpedos A los asesinatos sucediéronse los incenal frente del presente escrito, y que re- de presa, y no pasa un solo instante du- dios: las llamas se elevaron por todas cuerda una de las mejores notas diplo- rante el dia sin que algún ser viviente partes, y en pocas horas las casas de los máticas de Federico II de Prusia, decia no sea devorado por otro. Por encima de particulares y los edificios públicos quepara demostrar la ineficacia de los prin- todas estas clases de animales está colo- daron convertidas en un inmenso moncipios proclamados sobre el derecho de cado el hombre, cuya mano destructora tón de cenizas. Apenas pudieron salvarno perdona nada de cuanto existe. Mata se 140 casas de aquel incendio generaL gentes: «No pertenecen aquellas frases ni al para comer, para vestirse, para adornar- ¡Mil lioscientas jóvenes se ahogaron por abate de San Pedro, ni á Montesquieu, se; mata para atacar y defenderse, para conservar su virginidadl... ni á Ricardo Cobden, ni á ningún miem- instruirse y divertirse; mata, en fin, por "Y esto no es un hecho aislado. ¿Será bro del Congreso de la paz. Aquellas lí- matar. Rey soberbio y terrible, lo nece- necesario recordar al saqueo de Mantua, neas son debidas aun escritor,; cuyo tes- sita todo y nada le sirve. Sin embargo, por Gallas, en 1630, y el saqueo de Rotimonio no será sospechoso á los mas fe- ¿qué ser exterminará al que todo lo des- ma por el ejército de Cirio•} V en 1527? roces partidarios de la guerra, á un pen- truye? El: el hombre és el encargado de ¿Será preciso citar una infinidad de episador, que si manejaba admirablemente matar al hombre.» sodios da las guerras de la República y »Si las cualidades morales acompañan del imperio, y, sobre todo, de la guerra la pluma, sabia aun mejor hacer uso de una espada. Dichas palabras, se escri- con frecuencia al valor militar, las inte- de España? Aun podríamos apelar á rebieron hace un siglo, en 1763, al dia si- lectuales se encuentran mas á menudo cuerdos mas recientos. guiente de los Congresos de París y de entre la gente de guerra, á quien debe»A buen seguro que no fué Atila quien Hubertsburgo, en los cuales acababa de mos en todos los idiomas y en todos los el 4 de Febrero da 1806 escribía desde dictar la paz á la Europa entera coaliga- siglos una gran parte de las obras maes- Saint Cloud al general Junot, comandanda contra él. Hablo del héroe de la guer- tras del entendimiento humano. Esqui- te militar del Estado de Parma: «Quemad ra de los siete años, del rey de Prusia, Fe- lo y Eurípides eran soldados, a4 como cinco ó seis villas; mandad fusilar á cinThneydides y Polybo. A Scipion el afri- cuenta ó sesenta personas; haced un sederico II. »¿Por qué esa contradicción entre el cano le gustaba rodearse de todos los vero escarmiento...» (1) "No fué tampoco el general Tilly, sino vencedor de Rosbach, y sus escritos y talentos de su época, y era íntimo amiactos? ¿Por qué otros grandes capitanes go de Tereacio y de Lelio. El general un almirante inglés, quien en Agosto de han pasado la mitad de su tiempo gi- cartaginés Hanon, escribió un curioso 1863 incendió la ciudad japonesa de Kamiendo bajo los malea qua en la otra mi- tratado de agricultura; el mismo Auíbal gosina.-. ..." Estuvo viendo como ardía durante tad acumulai'ou sobre aaspooblo^? ¿POY' evch imuy iastruido: 5 Dodemps recordar, qué Luis XIV decia al morir á su nieto. en ñn. Los Cementerios, la Historia áe untoda> la noche, y alimentó el incendio lanzando bombas para reanimar el fue«He amado demasiado la guerra?...»¿Po? tiempo y el Diario de Santa Elena. «Agrippe d'Aubigné ha escrito Me- go. Cuando se hubo marchado, después qué Napoleón en Santa Elena iba mas allá en sus proyectos retrospectivos de lo morias que M. Michelet considera como de cuarenta y ocho horas que duró aqueque pudiera soñar del abate de San Pe- una obra maestra. Entre los escritores lla obra infernal, volvióle para mirar laa dro? ¿Por qué, en fin, añadiré yo coa un franceses de la Edad Media, Villehar- llamas y el humo que envolvían todas las gran escritor, por qué las naciones no douín y JoinvíUe ocupan el primer lu- casas, ¡donde habitaban 180.000 almasl han podido elevarse al estado social como gar; el duque de San Simón, Vauvenar- ¡Estos son los actos del representante de los individuos? ¿Por qué lo que hay mas gues, Chateaubriand y Camoens eran una de las naciones mas ci/ilizadas del honroso en el mundo, á juicio del género soldados; el único tratado de economía mundo!»(2) •<No son tampoco los hunnos ni los vánhumano sin excepción, es el derecho de política que nos ha quedado de la antiverter inocentemente sangre inocente? gürfdad, pt-rtenece á uu militar, á Xeno- dalos los que cometen eii Polonia, en «Hay un hecho digno de noarse, y phonte, y el primero que vio la luz en América, en la India y en otras partes, que bastarla para confundir nuestras Francia es obra del mariscal de Vauban. las crueldades cuyos horrorosos detalles »Hay quien considera las luchas ín- nos trae diariamente el correo. iieas, y es, que los reyes filósofos, los príncipes, los jefes mas sabios y hasta ternacionalüs como un hecho propio tan "L'AVENBMENT DE í.\ CIENCIA del derolos mas santos, han sido todos hábiles solo de los tiempos bárbaros, excepcio- cho de gentes á fines del siglo xvi; los capitanes. En prueba de esto pueden ci- nal ünicamentá en los siglos civilizados. libros de Grotius y de Montesquieu, no tarse á Trajano, Marco Aurelia, Cario Hay frases ya conocidas para hablar de han producido, pues, ningún resultado Magno, AUredo el Grande, el califa de la ambición de los conquistadores; aun apreciable, ni cambiado en nada las Bagdad Haaroun-al-Raselud, Washing- existen personas que se extramecen al condiciones de la guerra. Como teoría, ton, Alfonso IV de Castilla, San Enrique nombre de Atila, imaginándose, algo el derecho de la naturaleza y de gentes emperador de Alemania, Federico el aventuradamente,que silos pueblos no es tan viejo como el mundo, y nuestros Grande, Enrique IV, y otros varios que han dejado de batirse, la guerra se ha grandes jurisconsultos no han hecho despojadoal menos de ese cortejo de atro- mas que tomar las máximas de la filono recordamos ahora. »E1 ejercicio de las |armas no supone, cidades que la rodeaba en otro tiempo. sofía antigua. Eu la práctica no me •Mucho me temo que esto no sea mas atreveré á asegurar qua no estamos mas como pudiera creerse, una ferocidad innata, pues se han visto personas del ca- que una ilusión, y que las costumbres atrasados que los hombres de la antirácter mas inofensivo muy apasionadas militares no sean en los tiempos moder- gíledad. Francisco I en Madrid, me papor la guerra. Turena, á quien se atri- nos sino pura y sencillamente lo que rece muy pequeño comparado con Rébuye aquella famosa frase: »Dios está erau otras veces. Recordemos las guer- gulo en Cartago. Que "me citen una ras de los últimos siglos. guerra de los tiempos modernos que siempre de parte de los grandes batallones,» Atila, á quien la historia ha calumnia- pueda recordar las luchas generosas de y que en 1674 entregaba fríamente á las ll^imas siete ciudades y veinte villas del do un poco; Atila, que se dejaba vencer Pusso y de Roma; que me enseñen FaPalatinado; Turena, repetimos, era un por los ruegos de dos ancianos, San Lo- bricios y Cencas. El senado romano prohombre de carácter mas dulce que se co- bo y San León el Grande; Atila, que nos tegía del furor de los asesinos la vida de njcia. Césarno tenia nada de cruel, ni en presenta Prisco con una grandeza de al- sus enemigos; la Roma del siglo xviii, el temperamento ni en sus costumbres; ma que poco podría esperarse en el terri- asesina al agente diplomático Bassevilla Alejandro está representado por sus bió- ble jefe de los hunnos, ese hombre 'á y al general Duphot. grafos, como un hombre casi tímido, y quien llamaron el azote de Dios, hubiera "Extraño es por cierto que desde que evitado acaso los horrores del saqueo de el derecho de gentes ha llegado á ser una Epaminondas era la dulzura misma. «Temístocles se dejaba pegar sin res- Magdeburgo por Tilly, el 10 de Mayo ciencia, es precisamente cuando mas ponder otra cosa que la sublime palabra de 1631. Es preciso leer en Schiller (1) menospreciado se ha visto. Entre los antantas veces citada; Alcibiades era el estos horrorosos detalles, extremeciéndo- tiguos era sagrada la persona del maa discípulo querido de Sócrates; Du Gues- se al pensar que fueron degolladas cua- humilde mensagaro, la inviolabilidad clin y el caballeroBayardo, eran tan va- renta mil personas, cuatro mil casas in- del heraldo era una religión. Es preciso lientes como buenos. ¿Qué carácter mas cendiadas, y que, en medio de tan es- llegar hasta nuestros siglos civilizados pantosa catástrofe, Tilly, el general de y de progreso para ver, en 1618, los emS. M. católica, entonaba un Te-Deum sa- bajadores imperiales arrojados por laa (1) CD la obra que bajo el título de La farsa social bemos publicado, contiauamus como crilego sobre las humeantes ruinas de la apéndice de la misma estos oscritos, notables gran ciudad. Federico II ha trazado so- f por muchos conceptos, debidos al ilustra Odysse-Bároi.-{JV, rfeU.) (1) Historiade la guerra de los 30 años. (O (2) Correspondencia de Napoleón 1. EverningSUr. CRÓNICA HISPANO-AMERIOAISA cacion morbosa del cerebro defendida por ex- tratándose de hombres de una misma edad, no EL CEREBRO Y LA INTELIGENCIA. ventanas del castillo de Praga; en el darecidoj talentos (1), pero esto no prueba na- puede adoptarse como tal en los ^omis casos, Congreso de Colonia, en 1614, al príncida. Todas las neurosis (eoforraedade», nervio- puesto que, segan añade el mismo autor citado, pe de Jeurstemberg:. principal raíQistro sas), carecen de lesión material apreciable, pe- «al paso que ea el adulto el cerebro es tan solo del Elector, arrebatado en pleno dia en ro, ¿porque la ciencia no haya podido todavía la trigésima ó Irigésima-quinta parte del peso medio de las calles de la ciudad por un No pertenecemos á esa escuela que, colocando descübrii- esta; alteración, quizá por falla de me- del cuerpo, en el niño es relativamente mucho centenar de oficiales; y últimámente, á en manos del hombre el cetro de una superiori- dios, puede deducirse que no exista, relegando mayor, puesto que representa la sesta ú octava varios plenipotenciarios franceses asesi- dad (leticia, conviértele en el punto i cuyo al- la causa de estas enfermedades á un misterio parte de su peso.» y de ninguna manera pocerededor gira toio lo exisleate y reduce á una so- lamentable? Hasta ahora todo loque se ha he- mos coaceder una superioridad intelectaal al nados en el Congreso de Bastadt. •> para averiguar en qué consisten, ha sido in- segundo sobre el primero. A mas de esto, los «Después que elderechode gentes ha la palabra el pensamiento que bulle en el seno cho fructuoso: ¿quién sabe sí maSana un análisis mismos animales vienen á constituir iafiaidad llegado á ser un» ciñncia, es cuando se poderoso de la creación. de excepciones: hay muchas aves de cuerpo peSi la fibula mitol<$g!oa de Ayaz escupiendo á químico detenido vendrá á enseñarnos lo que queño ha visto á tres soberanos repartirse un qae tienen comparativamente la masa ceahora no podemos saber de modo alguno? los cielos su arrogancia, ha venido reproduciénpueblo, llevando sü impru'lencia hasta dose á través de las edades con toda ¡a fría desAparte de este objecioa, la fisiología sale en rebral muy voluminosa, y no por eso poseen al punto de obligar á los mismos despo- nudez de sil ciaism9, culpa es de los que, sober- apoyo también de las iovestigaciones patológicas, uua vida intelectaal mas enérgica que la de los jados, por fuerza, á ratificar la espolia- bios, han pretendido sintetizar en su propio ser demostrando que el cerebro es el órgano en que grandes mamíferos. Ds un carioso cuadro de clasificación, debido á M. Cotia, vieae á resultar, clon. el conjunto armdnico de leyes t que obedece el residen las facultades intelectaáles. Ha habido siguiendo esta regla, que el gato seria mas inanimaliza qae han conservado la vida por espacio «Yparadará nuestroslectores una idea ttesarrollo de la vida universal, atando al carro teligente que el perro, y el conejo mucho mas de las costumbres diplomáticas de la épo- de su engrelmlcúto las maravillas del mando, y demasde un ado, después de haberles arrancado que el caballo, lo cual ea de todo puato inaddos hemisferíos cerebrales; en este estado se ca, citemos la siguiente anécdotaque re- ciñeodo sus arrogantes sienes con glorias de un los manifestaban en ellos todos los fenómenos de la misible. Los ejemplos de los animales sirven de triunfo ageno. fiere ingenuamente el soberano quefigumucho en esta clase de. cuestioaes. Pero si censuramos esa punible vanagloria, vida animal sin casi modificación visible, en r a como héroe: medio de una pesadez y de un embrutecimiento En cuanto al peso, aparenlemeaie tiene mas no por eso dejamos de confesar c|ue el hombre, '^Sucedió que el embajador de Francia, á pesar de su estrecha sujeción al plan general notables; se les vela nutrirse siempre que se les ioQuencia. El cerebro humano, que por térmiao M. Valori, hallándose cerca del rey, dejó da la naturaleza, dispone de fuerzas superiores alimentaba artifieialmenle, haciénioles llegar el medio pesa unas tres libras (1), es en escala caer por'Casualidad una carta de su bolsillo. que casi divinizan sa poder, prestándole armas alimento pOr medio de cánulas hasta el estóma- comparativa el que ocupa el primer lugar reiFiNGiENBO NO HABBR VISTO N*D*, el rey pusopoderosas y recursos extremos para concertar go; se observabao en ellos algunos movimientos pecto S los de los demás animales, paes aunque lentos debidos á la acción refleja de los filetes síganos de estos, eo.'no los grandes paquidermos ti pié etwima y despidió al níiniuro ton la en lo posible sils' facilitados con el fin á que se nerviosos; pero todo esto acompasado de un es- y los cetáceos, le aventajan en la mtterla, es dirigen las sorprendentes manifestaciones de tomayor presteza. Aquella carta era de M. tupor profundo del que no les sacaba ni el bri- preciso tener presente asimisma el peso relativo do cuanto le rodea. Amelot, secretario de Negocios extranjeros:» llo de una llama junto á sus ojos, ai el ruido de de sus cuerpos mucho mayores que el del homLos mundos no han sido únicamente creados una pistola disparada junto á su oído. »Si Fabricio hubiera dejado caer por bre. A esto se ha de añadir tambiea que por para el hombre; ese polvofinfsimode brillantes casualidad delante de Pyrro una carta que tachonan elfirmamentono debe su existen«Uo animal en estas circunstancias, dice mas que en igualdad de circunstancias pareciera del Senado romano, ¿hubiese el rey de cia i la sola idea de agradar á un ser tan humil- Flammarion, es tin autónata que no vive sino el resaltado contrario á este principio, los heEpiro puesto el pió encima fingiendo no de; pero ese ser, aguijoneado por un impulso con la condición deque se le introduzcan los misferios cerebrales del hombre, descartados desconocido, ha atravesado coa su poderosa mi- alimentos m?ciaieameate: podría hasta morir completamente de los tálamos ópticos, de los haber visto nadal caerpos extraídos, del bulbo raquídeo, etc., «Nuestro pais no tiene quizá el derecho rada los espacios infinitos y ha ido <á sorpren- de hambre delante de una artesa llena de comi- nunca son inferiores relativamente en peso al de da, porque le es imposible combinar la idea de der á la estrella que tirita en sU desnudez, hasde censurar á las tres potencias del Normas allí del argentado velo de la vía lác- la alimeatacion y la necesidad que experimenta otro animal cualquiera^ Sla embargo de estas te el repartimiento de la Polonia. Por el ta tea» (i): el. mar no desplega su temible magos- de comer, con los movimientos necesarios para afirmacísaes i la regla, lo$ enanos á ln creación, cono llama Volgt á los pájaros, protestan de tratado de Milán (16 de Mayo de 1797). tad por anchas soledades úaicamente para el llevar á cabo esta operación.» las Repúblicas francesa y veneciana se hombre; pero el hombre ha percibido en su inAun hay algo que parecerá mas sorprendente. ellas: el ruiseñor, el canario y otros por el estijuraban paz y amistad eterna, y casi en terior las palpitaciones de una fuerza poderosa, Un profesor alemán ha consegaido ir disminu- lo, presentan cifras mas favorables que el homseguida la Francia, á quien se recibió y ha hecho del mar un puente para las riquezas yendo por grados la actividad intelectual de un bre respecto al peso relativo del cerebro. ¿Qué debe creerse de estas contradicciones? Lo que como amiga y aliada, se apoderaba de y un lazo de amistad para los pueblos, y ha ido palomo separando á cortes la sustancia cerebral, anteciorTiente he dicho al hablar del volumen, y á arrancar del fondo de sus verdosos abismos hasta llegar i privarle completamente del conotoda la flota veneciana^ compuesta de 9 con que halagar su molicie: laflorno exha- cimiento. Después de esto, el ave ha continuado si á esto se añaden los errores del proceder menavios, 12 fragatas, 12 corbetas y 18 ga- joyas la su perfume solo para el hombre; pero el hom- viviendo, mejor dicho, vegetando, completamente cánico y las dificultades de apreeiacioa, se tiene leras; sacaba del arsenal la artillería y bre ha sentido brotar una chispa en su mente, y insensible á las influencias del mundo exterior. casi por imposible hallar una solución, tomaado las municiones; hacia trasportar á París ha adivinado que, envuelto en ese perfume y en En todos esloj experimentos se ha tenido oca- por base estos dos caracteres. los cuatro caballos de bronce y el león el seno del cáliz que lo despide, hay un princi- sión de observar que la vida intelectual ha ido Veamos, pues, si hay mas p:obibiliiades ea de San Marcos; y tomaba, en fin, pose- pio que regenera su sangre y fortaleze sus miem- extinguiénd'tse en razón directa de ia masa ce- los restaates. sión de las islas de Corfá, Cefalonia y bros; los animales no arrastran sa existencia rebral cortada. IV. Zairte. Cuatro meses después, el 17 de por sacrificarse al hombre; pero el hombre ha Podría creerse al ver este género de estudios, comprendido de cuánto le servirla su provechoOctubre, por el artículo6. del tratado de so auxilio, y ha hecho del buey el intrumeoto de y al tener presente lo delicado del órgano en La fitrma del cerebro nos ofrece mas ancho Campo-Hornio, entregaba al Austria la su trabajo; del caballo el remedio de su impa- cuestioa, que lossofrimientosdel animal á quien campo. La masa cerebral en el hombre pr 'sende esta manera se Inutiliza son horribles; pero oblonga, redondeada y dirigida de delante República veneciana.» ciencia y la satisfacción da su comodidad, y del nada de esto sucede. La sustancia cerebral es tase á atrás; vista por su parte superior, parece diperro el guardián de sus intereses. Todo obede- de tal naturaleza, que puede puazarse, desgaren dos hemisferios laterales por un surco Después de lo que dejamos trascrito, y ce á la ley inmutable con que el Supremo Hace- rarse, corlarse y hasta quemarse, sin que el pa- vidida profunda que llega hasta los d03 tercios de su á continuación de tan elocuente página, dor rige lo creado, nada se aparta en la mas mí- ciente perciba el mas mínimo dolor; solo caaodo espesor; ambos hemisferios, dividí los á su vez solo debemos añadir hoy que la presente nimo del camino escogido; pero el honbre, en el traumatismo llega á interesar la parle infe- en varios lóbulos, encuéniranse en su superficie guerra aventaja de una manera consi- medio de su impotencia, encuentra una inspira- rior de los hemisferios, los pedúnculos y los tá- trabajados por una multliad de surcos mas peclon que á lodo responde, an poder que á todo derable á todas las atrocidades cometi- se acomoda, un quid divinum que todo lo satis- lamos ópticos, es cuando la sensibilidad se re- queños y anfractuosidades llamadas circunvoluciones, que le.' dan un aspecto singular, y qje das eu siglos interiores. Los principios face. Esa inspiración, ese poder, ese quid divi- siente. jAdmirabla fenómeao que parece consagrar hicieron á un célebre anatómico aniíguo compagenerales del derecho de gentes ni han n«m es la JatelígeDcia. la espiritualidad de la inteligencia, en la misma rarlas con «un montón de pequeños Intestinos sido observados, y ni aun siquiera han materia de que se sirve para conseguir sus enroscados al azar.» Por largo liempo creyóje II. merecido consideración los hospitales y fiaesl que el número y colocación de las circunvo!uheridos; se asesina á ciudadanos pacíficiones eran completamente arbitrarios, y en las Considerada como una fuerza, como un imUI. cos; se reducen á cenizas poblaciones pulso, aunque no material, h inteligencia ha Localizada de esta manera la mas preciosa fa- láminas antiguas de anatomía se ven señaladis abiertas é indefensas; se bombardea á obligado á la antropología á plantear un proble- cultad del alma, queda ya ancho camjo para á guslo y placer de los dibujantes que en nada inocentes villas; se acude á la traición ma por cuya solución definitiva se viene traba- resolver el problema que ha planteado la antro- atendían para ello á su disposición natural. mas villana solo con el afán de amonto- jando hace mucho tiempo sin haber podido aun pología, aun sin completo éxito, y cuya explicaPosteriormente la mirada escrutadora de la ción tiene por objeto este artículo. ciencia ha ido á sorprender á la natit^aleza el nar cadáveres (1); en una palabra, se ha llegar á poseerla enteramente. Dado el órgano que sirve de medio para las llegado al colmo de la barbarie y al desNo es de mi ánimo entrar ahora de lleno en secreto de sus leyes, y ha adivinado qae ese beenfreno de las mas miserables pasiones, manifestaciones legítimas deesa facultad del al- consideraciones filosóficas sobre si, conforme llo desórdeo obedece á un plan lijo y determima, que, segua todas las observaciones practinado, cuyo conocimiento es de importancia esen medio de la Europa civilizada, entre cadas, es el cerebro, hallar la medida exacta de sostienen los materialistas, el pensamieaio, y pita!. En la escala zoológica, cala gínero de sécoa él la inteligencia, son el resaltado de una dos potencias que se preciaban de ser las su poder en los diversos individuos de la espefunción fisiológica del cerebro, ó sobre si, por res que presenta circunvoluciones cerebrales, guardadoras del progreso y de la cien- cie humana. el contrario, este solo es un órgano puesto al obedece á una disposición particular y «iompra cia. Emioeotea naturalistas y profundos filósofos servicio de las facultades i itelectuales; para ello constante. Hé aquí Id que dice Gratiolet sobre el ¿Qué es, pues, el derecho de gentes han tratado y tratan de hallar un resaltado prác- necesitaría espacio que me falta, é iavolucraria particular: «Esta uniformidad en la formí y númas que un vil sarcasmo, ya que no tico que ilustre á la ciencia en esta cuestión, principios que d^ben estudiarse bien desiiadados mero de los pliegues del cerebro en el hombre y en los monos, es digna de la mas profunla atenexiste un tribunal capaz de hacerle res- constituyendo con ello la base de un nuevo or- y distiatos. den de conocimientos que venga á servir de la- Sin perjuicio) pues, de manifestar de paso mi ción por parte dí losfilósofos.En los matí», ea petar, ya que las naciones todas son im- zo necesario entre los fenómenos psíquicos y los los osos, en los felis, en los perros, etc., y ea Sotentes para hacer observar sus acuer- fiíiiológicos; numerosos ensayos se han hecho en opinión de acuerdo con la doctrina sosleaiia por todas las familias /.oológicas hay también un tilos espiritualistas, concretóme al objeto que me os7 ¿Qué es la guerra mas que el colmo todos sentidos, y aunque poco se ha conseguido ocupa y abordo desde luego la cuestioa, expo- po de circunvoluciones fijo é invariable. Cada de la insensatez y la prueba de la ruin- hasta el presente, mucho hace esperar el por- niendo con mas brevedad de la que quisiera, los grupo tiene su ca-áeier y su nor.-na, y de estos dad que anima á las naciones y á los iu- venir. diversos medios de que se ha valido la cieacia mismos grupos pueden aun formarsJ especies Por de pronto, y con ayuda de una observa- para llegar á apreciar en lo que es posible la ca- separadas que se caraclorizan por la sola dispodividuos? ¿Qué son las leyes universales de humanidad y justicia?... Un Código ción continua y de una experimentación estu- pacidad iotelectaal del iodividuo, esto es, vul- sición de sus pliegoes cerebrales.» De esto, el que si haya sentado que la iatelicompletamente muerto; una brillantepá- diosa, se ha conseguidofijarde una manera casi garmente expresado paia meiir la iateligencia decisiva el asiento de la inteligencia, localizando gina histórica que pertenece á otra épo- sus efectos y allanando ds este modo el camine de cada cual, tomando por base la naturaleza gencia está en relación coa el número y k forcerebro ya física ya químicamente conside- ma de estas circunvoluciones, habiéadose llegaca y que la sociedad presente se cree li- para conseguir ulteriores fines y legítimas con- del do á afirmar con Tiedhemín que en los cuadrurada. bre de cumplir. secaeocias. ComosG vé estos estadios soode suma impor- manos son mas elevadas las facultades latelecNi un solo paso ha progresado el deLa medicina, esa ciencia de las ciencias lla- lancia, porqus por ellos puede llegarse á esta- tuales de la especie, según crécela irregularidad recho de gentes en el terreno práctico; mada por el tiempo á ser la poderosa palanca blecer la relación entre la materia y el espíritu, de esta forma, y que los animales qae viven ea ni un solo punto adelanta la humanidad de descubrimientoa que cambiarás el carácter enire el cerebro y el pensamiento, llevan con- sociedad, como las focas, los caballos, los eleenjeste camino. ¿Por qué tanta distancia de lafilosofíaremoviendo los fundamentos en sigo dificultades numerosas que trabajan de con- fantes, los castores, etc., ofrecen un dibujo meregular qae losdemts. Estas dbservacioaes, entre los adelantos materiales y el esta- que ahora se apoya, nos enseSa palpablemente snao para imposibilitar el resallado. Las ma- nos practicadas en seres infefiores, dan una idea que las lesiones de la masa cerebral influyen dido moral de las sociedades? De esto es- recta y prontamente en las funciones de la in- chas excepciones á reglas que pareciaa genera- aproximada de lo que en un orden mas elevado les, las consecuencias contradiciorias de falsos meramos ocuparnos en otro articulo. teligencia y que casi siempre qae en estas se principios tenidos por verdaderos, los obstáculos sucede en el hombre. JOSÉ JOAQUÍN RIBO. manifiestan desórdenes, hay que referirlos á una d« experiraeoiacioa, y otra infinidad de causas Es un hecho demostrado por la experiencia alteración morbosa de que repelidas observacio- hacen que la marcha sea extremadamente lenta que en la especie humana la actividad intelecnes no permiten dudar. El aumento excesivo de y el caudal de conocimientos pobre en demasía. tual crece en razón directa del número do plie(1) No se crea que exajeramog. TenemO:« i la vista docameotos que justifican la devastación líquido encéfalo-raquídeo trae consigo la estupiEl volumen del cerebro, su peso, su forma y gues cerebrales, de la profundidad de los sur5 extermÍDio que anima i ios dos ejércitos beii- dez y el idiotismo; la apoplegia debida á un der- su composición química son los puatos de par- cos, de lo sinuoso de las anfractuosidades, y la sanguíneo en el órgano que nos ocapa, tida que ha crea>lo la cieacia para simplificar y complicación de las ramificaciones; este es aa {erantes y los hechos llevados á cabo por los rame produce incidenlalmente la pérdida del conoci- aclarar dato precioso que ha permitido avanzar mucho dOismos 60 los campos de la Alsacía y la Lore- miento; el problema. • la inflamación del cerebro da margen al na. En las batallas libradas á orillas del Rhin, delirio, y á las degeneraciones en uno de su« heEl Volumen del cerebro es el dato menos de- en el camino de la solución que se anhela(2), «n el bombardeo de Strasburgo y de otras po- misferios sobreviene la somnolencia, la debili- cisivo en que puede apoyarse la investigación. Flammarion pretende explicar este fenómeno blaciones, en los combates que han tenido lugar dad de espíritu y el atontamiento. Se me podrá Los fisiólogos han s<;otado que «de una manera coa la siguiente pregunta: «¿No parece precisabajo los maros de Metz y en la voladura del objetar que en ia locura como en todas las afec- general, está tanto m\s desarrollada la iuielifuerte de Laoo, se han cometido actos que la ciones mentales, todavía no se ha podido probar gencla cuanto mas voluilúaosos «ón los hemisfe(1) DceseqaaeldeCttvierpesabamasde eaapluma se resiste á escribir y de los cuales apar- de ana manera que no admita réplica la cúmpli- rios (2).« Esta doctrina, verdaderamente cierta trolibrai. Bt de loj Idiotas üegt á teoír una sola tamos la vista con profunda pena. libra de pe30. (I) Morgagol, Galmeil, Biyh, Parchappe y Fis- (2) Se asegura que el cerebro do Bíthovin era {N. del A.) ver «aderamenta notable por el númiro de sus cíer. (1> Pelletan.—i« moflííí war«A«. pliegues. Otro tanto se dice del de Voltaire. (i) Beclatd. LA;AMÉM0A;^A¡5to I I V -r-NUM. 18. 10 raenie queeBtGsea, porque la inteligencia, ia- Pero es menester advertir, que aunEl fondo de lo vidieulo lo constituye el d«pendiea4« 7 aciiva, ba trabajado muclio on que esos tres fenómenos aparezcan en la hombre, sus debilidades y miserias; 11 esas cabezas; pOrqne el pensamiento se ha re- esfera del sentimiento, no por esto se personalidad es indispensable, y de tal plegado sobre s! mismo mil y mil veces exlre<- producen de la misma ínanera ni tienen manera, que sin ella no existe ese fenónteetéadose en las angustias de ta ansiedad, en las opresiones del temor y en los éxtasis de la igual independencia. Lo áublims y lo meno estético. Por esto la forma solo se la dicha; porgue ha bascado, ha mediudo y ha Ridiculo se producen al rededor de lo halla en el Iiombre, supuesto que solo profundizado todos los problemas, porque se^ha Bello, y se basta cada cual ¿ s i mismo: puede producirse en la personalidad, y sublevadoy sometido en continua indecisión, por* no asi lo Feo, lo cual no es mas que uoa eso, por inoongruencias é incompatibilique, en vna palabra, ha llevado á cabo trabajos ausencia del principio constitutivo de lo dades. También lo ridículo ha de ser obgigantescos en el fondo de esos Cráneos, y ha Bello, estando al servicio de este como jeto de un artículo aparte, pues asi lo impreso en la materia que le ha servido de eo- eletnento de contraste, y acudiendo á su exige la extensión con que debe ser tramOBi(»ioion COD el mundo exterior, las marcas indelebles de sus movimientos fiortsntosos y de llamamiento córüo el esclavo al de gu tado este punto: LO Feo no es más que la divergencia sns vigilias prolongadas?» No sé hasta qaé pun- señor. Ségun digimos al tratar de la Belleza,; entre los dos elementos del At-te; pues si ió será admisible'esta explicación de un hombre que se deja llevar m»y áttieaudode su fíiniasfa;el Arte retrotrae la materialidad de las lo Bello es la armonía entre la idea y la pero lo que puede asegurarse es, que cnandose cosas 4 la espiritualidad de la idea, pero forma, loFeó os ol dosacuerdo entre una han disecado cerebros de personas que han dedi- no lleva J3U acciou hasta la abstracción, y otra. Aunque no haya, como no hay cado to<k su vida i trabejt» intelectuales, se ha notado en sus oirounvolueionea un lujo deirre* sino que la detiene en un punto inter- ideal de loFeoj siipuestoque ideal y Bailo, gularidad que marcaba exactamente el alto gra- medio en donde la forma sensible y la según queda dicho en otro artículo, do de desarrollo á que hablan llegado sus fa- idea espiritual se encuentran en perfec- es una cosa misma; sin embargo, existe ta concordancia, y Se funden en armo- lo Feo estético, esto es, lo Feo como recultades. nía, coiistituyeni^p la. Belleza. Pues bien; sultado de nuestro sentimiento. Pero lo , •!. ^v. ' •• ' . •• á uno y otro lado de este centro estéti- feo tio existe en tudas las formas que el Con esto, el problema parece acercarse i su co se producenlos dos fenómenos ea pri- Arle reviste, pues en la forma tónica y solución; DO obstante, otros han ensayado con- mer lugar nombrados, lo Sublime y lo en la literaria no exíjate propiamente han seguir un resultado mas positivo po.*medio del Hidíeulo; ambos parten de un mismo blando masquelotie/tíc/iíaso, mientas que análisis químico de la sustancia cerebral. Sa ha dicho que el fósforo era el elemunio mas impor- punto, pero se irradiau en distintas di- lo Feo es propio y peculiar de la forma tante para la perfección intelectual (i), y de ah( recciones; una que se eleva para per- plástica ó plastográflca. Lo Feo estético solo existe en el Arte se ha tomado pié para lanzarse á la exageración» derse de vista: otra se extiende sobre la basia llegar á defender, como Fuerbaeb, que i tierra para dejar ver al hqinbre coa to- plástie^o; y si caliñcftmós de Feo algún eele agente químico debe e origen, el alma hu- das ^us miserias. , • , ser de la naturaleza, nó es porqué lo sea, mana, y á sostener como Uüarie que las ideas fistos dos fonomenos pueden ser obje- sino porque nos lo parecerá un contraposon fuegos fosfdricoa que iluminan el fondo te- to de abusos que podrían redundar en sición de la Bollera eiemeptai, única que nebroso del cerebro. Aparte del fd4oro, se ha dado también gran importancia i la captidad de descrédito del Arte, si no hubiese leyes en la naturaleza puede el hombre descugrasa que acompaña el cerebro, y que se ha que ios cortasen, y de raíz; y su estudio brir. La Belleza elemental es la vida y pretendido era menor en los cráneos mea9s pri- completa, al propio tiempo que ilustra; ya no nos es posible llegar á mayor alvilegiados. , tura de la idea del grande artista, del el de la Belleza. Cuando el espíritu, tomando gran do- Creador, al dar al hombre el soplo de viUeieoerme en exponer mas locas teorías seria tarta penosa para raí y para mis lectores. Ya minio sobre la forma, no deja á la reali- da que le anuncia. Por (Consiguiente, si hemos analizado someramente los puntos de dad sensible de la idea mas que su ex- en la naturaleza no puede el hombre alpartida, ó sean los datos de que se vale la cien- presión indirecta y simbólica, quedando canzar 4 comprender mas que la Belleza cia aniropoiógica para conquistar la verdad. EL sin personalidad, entonces' ya no es lo elemental, no le será tampoco posible carácter que mas puede servirnos es el de la Bello lo que se produce, sino lo Subli- hallar en ella mas que lo Feo elemental, forma: «i á esto se aáade el examen de losotrps, teniendo siempre cuidado de descartar lo que á me. Por contrarió sentido, cuaüdo la for- au antítesis. ¿Cuál será, pues, la raaon de lo Peo error pueda conducirnos, podremos llegar á ivna ma adquiere m^yor ioipúrtáacia'de la solución, si no completamente cierta é ¡ova- que para la producción dé lo BJUO $e ne-, estético? Lo halláremos é n l á degradarlable, al menos lodo loaproximada que los me- casita, exagerando la realidad seüííble ción del tipo respecto del ser animado, y dios de que disponemos permite, para hallar la de la idea adherida por completo ¿ la en la iüconvenienóia de estructura en las medida de las capacidades mtelectuajes. pei-sonalidad, entonces se producirá lo form>^ procedentes de la imaginación humana. A una piedra ó á una planta Ridículo. V ( . nunca podrá aplicárseles con propiedad Supónese que de lo Sublime & lo RiLa ciencia, en esta como en otras muchas calificativo de Feas-, pero podrá llacuestiones, no ha pronuociadoaun su última pa- diculo no hay mas que nti paso. Este el labra. Tal ve2 dentro de poco la incógnita podrá axioma no debe tomarse en el sentido de marse Feo á un irracional ó á un homser encontrad». É)l espíritu del siglo xix, emi- correlación progresiva, sino de direc- bre. A la piedra y á la planta no puede nentemente libre en sus expansiones, ha dado ción inversa; de otro modo, debería con- el hombre consideraríais rebajadas de su ancho vuelo al talento privándole de las vergon- cederse que lOiSubütmei llevado á mayor tipo natural, porque no se le alcanza tozosas trabas con qneelfanatíamo y-t»,lgnoraaT térnimo, potlrla> priMlucJr lo' Któtetilo,.!** á^ et*c>áer.de,lft3 leyejí deilá natuiraleza, cia le tenían sujeto. Las manifestaciones de una que no puede admitirse en manera-a^ auaque puedan sooMtenie'á tta^iavoiitiTvida poderosa brotan por do quiera; el genio de guna. La transición fácil icdicaria ana- gacion; pero esta investigación es cienGutemberg se trasforma vistiéndose con el brillante ropaje de mil y mW ideas; la prensa gime logía de elementos; mientras que la tífica, y con serlo no tiene el carácter esbajo el peaode un trabajo al;)rum8dor y conti- marcha opuesta supone diferencia de tético. No sucede otro tanto al irracional y al nuo; cl pensamiento se reproduce bajo formas ellos. Lo Ridículo es la materialización diversas; lacjiispaeléctrica, conductora de la de la idea, así como lo Sublime es la es- hombre, los cuales ptxedén.muy^ bien papalabra, cruza los aires y atraviesa las aguas piritualización de la forma: en lo Ridícu- recemos que se hallan en semejante esi profundidades inmensas ; todo se agita, todo domina el elemento material exage- tado de degradación desde el momento se conmueve, todo vive en la exhuberancia de lo rado; en lo Sublime domina lo espiritual en que no nos den idea de la vida, de la una plenijtud de tuerzas que garantiza el doble y «agrado derecho de la libertad 5 de la ciencia. en símbolo; lo bello es él acuerdó de animación, de laactividad, oomo nos sucede euando vemos un crustáceo ó un Esperemos: quizás no pase mucho tiempo an- ambos elementos, la armonía perfecta de reptil, etc., etc. Paréúcnqs el hombre tanellos. tes de conocer por completo lo que nos preocupa. Entonces ese cerebro, grislenio como si la Es, sin embargo, muy cierto, que el to mas Feo cuánto mas se acerca él'tipo llama de la idea oxidara su sustancia, replegado que se empeñare en producir sublimidad del irracional: y cuando e l a r t e ha quecomo el pensamiento que germina silencioso en y careciere de los elementos propios al rido representar al Diablo, ha hecho comsus oscuros pliegues, eso cerebro, inerte al pabinaciones, degradando la Forma humarecer é inanimado, hará visibles para nosotros efecto, producirá ridicules; perol será, ó na hasta la bestialidad. Por otra parte, los misteriosos caracteres con que la inteligen- por inconveniencia del pensamiento, ó un objeto arquitectónico, sea edificio, cia graba en el fondo de su masa los secretos por injpotoncia de los medios; ó porque sea mueble ó sea traje, nos parecerá tande sus leyes. el pensamiento no llevará en sí la sublimiJad ó porque se le habrá desnaturali- to mas feos cuanto menos revelen su AllALIO GlHENO, zado; ó porque desde lo Bello se habrá construcción en la decoración, ó esta sea pasado en la dirección de lo Ridículo en Caprichosa, ó menor relación guarde su forma con el fin y uso á que deben resve? de seguir la de lo; Sublime. LO SUBLIME, LO RIDÍCULO, LO FEO. ponder. El fondo de lo sublime lo constituye Lo Feo en ia consideración estética ha Los físicos dan el nombre de Fenómeno la idea pura, absoluta, en una pala.bra, servido para representar lo malo al aplilo infinito. Dios con todos sus atributos á toda cosa nueva é inesperada que sucarlo á lá peísbriáUdad, si bien no es macede en la áttniósfera; y metafóricamen- retrayéndose de la forma sensible, y lo en,sí, cdipp lo Bello no es en sí bweno, muy especialmente de toda personalite suele llamarse fenómeno á toda cosa sino por la idea qjje stigiere; no habienque sucede extraordinariamente en un dad. De-sde este punto hasta la completa do por otra parte en el arte plástico otra círculo cualquiera de ideas ó de objetos conlbrmidad ó armonía de la id«a huma- manera de representarle. Sin embargo, que tengraa o se rijan por deterniiiQado na con la forma que la naturaleza ofrece la expresión puede suplir la forma mate sistema Cótno cfuiera que sea, no hay por modelo, que es lo que constituye lo rial: los griegos, tan sensibles á esta forpalabra que mejor convengra á la idea Bello, se estaolece una escala de mayoir ma, presentaron ia Medusa, bella en su que queremos expresar aquí con refe- á menor sublimidad, en razón de la ma- cijirácter individual, pero terrible en su rencia á distintos aspectos, bajólos cua- yor relación que existe con el Ser subli- expresión; ségiín log anales de la revoles ciertas circunstdncias accidéntalos me por excelencia, ó del mayor número lución de Francia, Mirabeau era Feo de pos dejan verla belle/.a. circunstancias de atrib itos de este ser que se manifies- fisonomía; pero en 1* tribuna fué subliten. Debiendo la forma respoiider á las ue en la región del sentimieuto no dejan condiciones del fondo, y no habiendo Ar- me de expreaioui e presentarse oomo los meteoros en la te sin forma sensible , claro está que El e!3ttídió dé lo Feo ha tomado imporatmósfera, á saber: especial y extraor- cuanto menos sea el medio que se em- tancia áésde qué,ciertos artistas le han dinariamente; teniendo al propio tiem- plee, tanto mejor se representa lo Subli- c msideradp como condimento de lo bello. So en cueuta que los meteoros, si no son me. Por esto los medios tónicos le repre- Efectivam'intd, lo Feo no puede ser mas e la esencia de la atmósfera, son efec- sentarán mejor que los l¡terarios;3r estos, que un elemento de contraste; y asi como tos legítimos de la naturaleza de esta, y mejor que los linealeíf, y en los lineales sin dolor no se siente en tanto grado el solo en ella pueden verificarse. solo la grandeza fí«ica podrá dar razón placer, sin lo Feo no se levantarla tanto Hó aquí por qué á los tres accidentes de ese sentimiento, y entre ellos la ar- dé punto lo Bello. Querer darle á lo Feo de lo bello, lo Sublime, lo Ridiculo j lo quitectura nos conducirá á é l , mejor üná exíisténciá ibdepétídiente como exisFeo, qué'ptfédén aparecer en la región que la escultura y la pintura. Pero lo tiendo ppjr sí", fuera indigno, seria abudel seiitimlfetito, podemds darles 61 nom- sublime merece una explaoagión espe- sái: del Arte resljécto ,de lá foi'ina sensibre de fenómim estéticos. cial que formará el objeto de un artieiilo ble, siendo propio solamente de imagi' aparte. naciones extrftviAda8<; poee si la Bollo (1; Balzic: Rechehhe 4e l'abMlu . • 3 ' • • purifica y enaltece el alma, lo Feo la embrutece y la degrada. Lo* griegos, indudablemente por lo que di^Feo creyeron que podía tener la muerte no la presentaron sino bajo ia imagen de su herma • no el Sueho. Aun como elemento de contraste deba emplearse lo Fea con suma parsimonia, porque de otro modo hay en ello grave riesgo de pervertir el gusto artístico; como le hay eu alejar la virtud y la mo^ destía, si por darles realoe se empleare en todo la inmoralidad y la impudencia. Cuéntase de uo magnate siciliana que[ tuvo la humorada de reunir en su p a l a cio todas las aberraciones del arte plás tico que le vinieron á mano. Pocos quebraderos de cabeza hubo de tener el ca-. pL'ichoso señor, que al cabo no es loFeo en las artes del dibujo lo que menos abunda. En la enseñanza del arte industria trae grandes ventajas presentar loFeojtí lado.da lo Bello, Pugin, el arquitecto inr glés. ha epay.ado ,CQH biien éxito e^tg medio de corregir a b ^ o s artísticos,, en su obra titulada: Vermdevos princiifios ^ la arquitectura q/ico/. Deese maestrahabremos de tomar mas de cuatro veces ejemplo, para dar á conocer los verdader ros principios del Arte, para dar á la materia formas que al inmídiafo uso dei hombre en la vida social In^ta de emplearse. J. MANMURIÍS. ALÍ-BEY El ABBA,SSÍ. (Conclusión) Pocos días antes de que partiera, llegd á Fex Muley Abdsulem llevándole una carta de reoof mendaoioit d^ sulUto para el d^y de Tunes y otra para el bajá de Tarables 6 de Trípoli. El mismo Muley Abdsuiem le dt(} otra suya para el dey de Argel, á quien Muley Solimán no qujso escribir tal vez por consideraciones políticas. H^ibiendo, ñnalmente, resuelto stt partida 4$ Pez para Argel, despidídse Dadla de Huley Ablsulem y demás amigos, y á las diez de lá miñaaa del 30 de Uayo de i80o salid de su-car sa, aqompaaado de todos elios, eoiduoiéndole primero á la mezquita de Muley Edris, de donde le acom|)waroa parte del oamino, hasta el momento de su despedida. La casa de Mi-Úes, las calles, la mezquita y salida de ia ciadadl estaban llenas de gente. Por lodos lados se abalanzaba áél la multitud para tocarle, besarloi pe.lirln nna óraeJAn. iiAatU>M¡.uaueía-d»»*»poi» y^nfecto. ,•• .^M -,. '^Í ', Fué despedido en medio de las mayores y mao universales simpatías. Entre los obsequios que le iiicieron los mora-i dores de los aduares vecinos á la ciudad, e» digno de referirse el siguiente: Salieron todos los muchachos reunidos á recibirle. Uno de ellos, que iba delante, vestía una tiiflica blanca,'un paSuelo de seda en la cabeza y un cíaturon da lo mismo al rededor del cueri po. y llevaba un pak) de siete pies de alto, en cuya extremidad había suspendida una, tabUta y en esta escrita una oración. Después de dirir girle un cumplido estudiado, besáronle la mano, el estribo d lo que podían tocar, y se volvieron én extremo satisfechos. Así fué despedido en Fez el príncipe Alí-Bey el Abbassi. Tomé con su comitiva la directos de la, (jiudaddeOuschda, y seguaél mismo describe ea su curioso itinerario, cuya lectura recomendar mas á nuestros lectores, pues que nosotros solQ extractamos de sus Meqiorias aquello que es ma« conducente al objeto que nos proponemos (1) el segundadla costeé la orilla del rio Yenaut, el tercero planté sus tiendas al pié de la ciudad de Teza, el sesto senté su campo en la alcazaba de Temessuin, el octavo atravesé loarlo» Muloiua y Enzi, el nono situé sus tiendas junto al aduar Aaiauo Miyluk, y por ün, el décimo día de su salida de Fez ilegé á Oaschda. lOuscbda, población de unos quiaíentos hal>itantes, era como las demás panes iiobladas que había hallado Alí-Bey al otro lado de la *l<^' zaba de Temcussin, un oasis en el desierto de Angad. Apenas hubollegado, eljefe y los pi'incipales del pueblo le declararon'4t>e> no podía pasar adelante, porque el mismo, dia hablan recibido ia notieta de la revolución (jue acababa de esttt" llar en el reino de Argel, y q"? ^u Hemsen (J Tremecen, adonde él se. dífigia, no cesaba de correr ta sangre d« los táreos y de los árabes. Después de muchas discusiones y de haber r«Clemnado nsadurapinie, decidiese Alí-Bey á enviar un correo, el que de vuelta le trajo la ooiicia deque los alborotos sucedidos en la ciudad de Tremecen se habiaa apaciguado; pero que los caminos estaban infestados de rebeldes que robaban y asesinaban. El prineipe abbasida pidió al ntomento una oscolta al jefe de la población, y le respondió (!) Estii Msmoriaí formín ciatro tomos en fr'O'éBimwesos poi-lac-sa IMdotcoa AtlíS decuatrocientis vista» y planos, toio dibujado poi' e! mismo Alí-Bey. También está faducido y publicidosin el Atlas en Valeucia por Mallen en tres tomos en H.' dÉÓÑICA SláPAÍíG-A'MISiRlOÁNA. é no teüi4 bastante* fiíerzas; peto qne cnidaa de arreglar Ids edsas á sálüfádéfon suya. Al tabo de dos dlás, el jefe y ios principales de Ouschda enviaron á buseár al Setiek de Boanani, que era el jefe de noa tribu vecina, y le propusieron el conducir á AK-Bey i Trcmecen. El Schek rehusd ^iesdé laego, y después ió Haber discutido largó ralo, sí marchó sin haber decididdonada. ' ' Muchos días pasai'ón tsn negociaciones 'Inútiles, Y en ti fnlertn htíbó algunos revoliísos que wfttíércaronhasta las iltarallas de Oschda, disparado ilgttnos tii^s de fusil y matando á dos nombres. La posición de AU-Bey se hacia ¿ada vez mas «i-ítica, pues por una phrte se agotaban todos sus medioi de subsistencia, f por otra sabia qüésüS enemigol de Marruecos se habían valido aé'stt larga permlinénciU en Fez para hacerle sospechoso al sultán; Persuadido, pnes, de qué no dejarían dé aprbvecharse de aquella circunstancia para desacreditarle, tomd el partido ^e montar á caballo pitra ir solo á buscar á Boanani, que tenia su aduar i dos leguas de distancia, al pié de las montañas. Su gente se sobrecogilS de espanto con esta noticia, excepto do^ reqegado» españoles que •e habían unido á él cuando salid de fez, los cnales en aquel crítico momento se le presentaron, diciéodole: —Señor, si lo permites nosotros le seguiremos y participaremos de tu suerte. Miróles All-Bey con atención, y viendo que eran hombres resueltos, mandóles lomar las ara»s coa el fin de que le siguiera uno, quedándote el otro con los equipajes. En el momento en qoe iba i montar á caballo, presentóse ante él cubierta con sii velo, la ber-^ ffiosa Mohbaoa. Era la tercera vez que se veían. Durante el camino de Fez á Ouschada, AK-Bey no la había visto siquiera. Habíase contentado con preguntar por ella y cuidar de que nada le faltara. —¿Qué es eso? preguntó Alf-Bey. ¿A qué vienes, sin haberte llamado? —Señor, coniestó aquella mijer, he sabido que ibas á marchar, á correr un peligro y he venido. Tuya soy, señor, y buena ó mala ta suerte, quiero compartirla. Por seguttda vai oia Alf-Bey la voa dulce y limpiliea de aquella mujer, por segundi vez lie daba esta una Vivísima prueba de afecto y de adhesión. ¿Qué extraña simpatía enlazaba á él de aquel modo á aquella mujer que se llamaba suya, que io ora efectivamente^ Y que sin embargo le era todavía desconocida? Conmovióse el príncipe abbassida al verse objeto de aquel tierno afecto, tranqoilizó á Mohfaana y U dijo qim iba »olo á p«ner«e (te iiciipr-' do con un jefe de trüni para que les sirviese de escolta. Mobhanaeotí su dulcísima voz y con acento conmovido dí<5 gracias á Alí por el afecto y teratra con que la trataba y se retiróAlf-Bey montó en seguida á caballo y se dirigió & salir de li ciudad acompañado de un fiel esclavo llamado Salem y del renegado de que liemos hecho mención, pero encoMró carrada la puerta de Ouschda, y ios principales habitantes •n número de cuarenta ó cincuenta decididos á (ilrotnbirle la salida. Suplicóles nuestro héroe que le dejasen marchar, y respondiéronle casi tod s i la vez, los «nos oon razones y los oiioi con gritos. El insistió, ellos rísistieroo. Por fin, dirigiéndose AlíBey al principal de ellos, amenazándole con una de tas pistolas del arzón de su silla, le dijo con s o tono entre amistosb y resuelto: —^Scfaeic Solimán, hemos corrtenzado bien y eteo que vamos á acabar mal. Abre la puerta. Entonces Schek Solimán, sacando por un lado la: viga que atrabcaba la puerta, la abrió diciendo i los dcmá.*: —Pues él quiere perecer, que haga lo qae qt^ersi. SaHó Alí'Bey por ñn seguida de su esclavo y de su renegado, iHr^giéndOiie bicia las montañas deBoenaüi. Pocos momeau>s después de haber partido, vid llegar d esicape á los mismos habitantes que iban á reiinirse á él para escoltarleAcercáronse excusando su resistencia, la cual, sogon d«cian, no tenia otro objeto que su interés por 61 y el temor de una desgracia; Fueron muy bien recibidos por Boanani, qiiea desde luego les convidó á comer á loftos dándoles una excelente comida, pero en la conversación manifestó encontrar muchosobsiáculos Íara conducir al príiieiipe hasta Tremecen. Por n, convencido por las persuasiones de este y del Schek Solimán, convino en arreglarse con el Schek de otra tribu llamada Benisuuz, Este últimbaebla aguardar i AK-Bey con su genis d mltaU del camino para escollarla hasta Tremecen, y el Boanani se encargaba de conducirle hasta «llf. Alí-Bey y su acúmpañamlenlo regresaron i Ouschda sin haber tenido novedad alguna i la idtf y á la vuelta. Así que llegó & su campo, el príncipe participó d Mohhana por oondocto de Salem el buen resaltado de su expedición. Molibana recibió la noticia con sumo regocijo, y en muestra de su contento dio una rica joya al portador de tan fausí» nueva. Dos dias después, Boooani faé á avisar á AllBey que estuviese pronto para el día siguienie. A la hora convenida se presentó en efecto con cerca <)e cien hombres, y salieron al momento de Ouschda el príncipe y toda su gente. Estaban apenas á media legua de distancieí, cuando llegaron á todo escape dos soldados del sultán gritando á los eaminañtes que se detuvieran. Seguíales un cuerpo de tropas mandado por un oficial superior de la giiardla llamado El 11 Kaid Olaimi. Este anunciólt Alí-Bey que el tul- tínuamente,<eoi(ehleadaet peso de la carga que BntonSet y« pndo f regantar i los que le rotan, sabiendo que estaba detenido en Ouschda, llevaban. Tan tMHtoso ejercicio acabó de agotar deaban: le enviaba para protegerle y defenderle si fuera las pocas fuerus qae quedaban á la gente. -^Quiénes sois? necesario: A las dos de la tarde, extenuado de sed y de Apenas le oyeron hablar, le retpondieroá: Hízole saber Alí- Bey qoe la revolución de fatiga, cayó un hombre al suelo, yerto como un —NO temas; lejos de ser ladrones óaslteadoArgel y de Tlemseo, así como los robos de los cadlvef. paróse Alí-Bey á eocOrrerle con dOs ó rest sOmos, por el contrario, tus amigos. revoltosos, eran los úfiicos motivos que le ha- tre« desús criados. Exprimióse la poca humedad Y Sidi Alarbi «e nombró. ^ bían detenido, y que Supuesto había pasado el que quedaba en un odre y lograron introducir-» Atin le vertieron mas agua encima y en maipeligro, podía cOaiiniíar su eamino ein toda se- le en la boca algunas ^^otas de agua, pero tan yor cantidad que antes haciéndole beber otra giiMdad; tanto mas cuaolOlba esecrttaido por las débil socorro produjo muy poco electo. tribus de los Botaanl^ jr de los Benisna^i. El mismo Alf-Bey empezaba ya á sentir «aa vez; peroasíqne vieron qoe comenzaba á rss-< A pesar de estas tazones, DUimi^ le declaró debilidad, qae acrecentándose de un modo es- tableosrae, llenaron de agua parte de sus Odres, que en el estado de cosas no podía consentir en pantoso, le anunciaba que también á él iban á y continuaron tu viaje, pues cada momento qué perdían en aquel sitio et^ preciosísimo é irrepasu viíje hasta recibir nuevas ínStrufcclOBes del abandonarle las fuerzas. Solían. ' Hubo de dejar á aquel desgraciado y seguir rable su pérdida. All-Bey mandó úoo aquella agiía socorrer i, Alf-Bey, á quien aquella mddiíla DO dejaba ' 3d«laoie. de ínsplraMé dertá alarma, vióiie obligado por Desde aquel momento fueron cayendo lacesi- su ¿ente, y envió también de ella á Mohhana, consiguiente i regiresar á Ouschd», desde donde vaAVioota al suelo varios de la caravana, y que-< tranquilizándose al saber que esta se hallaba ya escribió *! emperador. Luego qtte éste recibió daron abandonados á tu suerte. Tambiea se restablecida. IgnOi'aba aun, y hasta mucho tiempo después su ^ama, envió ot^os dos Oficiales de la corte d >jar0nalgaDa8 malas con su carga. con la orden de conducirle, según decían, á líl mismo Alí-Bey cuenta que en aquellos nó lo supo, lo que había pasado durante su Tánger á fin deque desde allí pudiera embar- instantes halló al paso dos de sus grandes male- pérdida de sentidos. Dejémosle hablar ahora á él mismo pQr un carse para Levante. tas en tierra, pero que no pndo saber qué fué Esta orden del sultán le obligó á salir de Ous- de Ifts muías que las llevaban, porque nadie instante: «El ataque de la sed, dice, se manifiesta por chda con su gente y equipajes el 3 de Agosto á cuidaba ya de tus efebtos 6 Instrumentos. Por todo él cuerpo con uña suma aridez de la piel; las nueve de la noche. Acompañábanle dos ofi- lo que loca á aquella pérdida, la miró comO cota- los'oj^os parecen ensangrentados, la lengua y ciales y treinta ttdaias Ó guardias de eorps del que no le atañía y pasó achilante. bOca se iíubfei», tanto por fuera cómo por densttUíiií, haftiéiidoáe qu^iadó en Ouschda el Kaid Alt-Bey sentía ya á tu caballo temblando de- tro, de una capa de sarro tan gruesa cOino Dlaimi con el resto de la tropa: Según parece^ bajo de ól, y esto que era el mas fuerte de ia ca- una pieza de tinco francos ; el color de esta salió tan tarde, á causa de que btaimi dijo ha- ravana. crasitud es amarillo oscuro, su gusto insípido y ber tenido aviso de que eaütrocientos árabes arMarchan todos abatidos y silenciosos. su consistencia perfectamente semejante i Is mados le esperaban en el camino. Alí-Bey vióse Varias veces volvió el príncipe abbassida los cera blanda de los panales. Un desfallecimíenobligado á salir en secreto y sin saber qué ca- ojos hacia el camello que llevaba el darbucco en 10 ó languidez Suspende todo movimiento; cíéi-ta mino había de saguir, hasta el momento de que iba encerraba Mohhana. Estaba perfecta- congoja ó nudo en el diafragma y pecho detiemarchar, en qiie Dlaimi to indicó á sus conduc- mente cerrado y parecía cómo que ningún ser nen la respiración; escápanse de los ojos algutores. viviente respiraba en aquel aposento da lienzo nas gruesas lágrimas aisladas, cae uno á tierra El príncipe abbassida iba como preso y lle- y seda. y á ,iOcos instantes pierde el conocimiento. Tavaba el corazón oprimíJo por secretos presentiiQvté hacia aílll la hermosa tapada? ¿Estaba les son lOs síntomas que advertí en mis desgramientos. espirando acaso? ¿Había muerto ya?... ciados compañeros de viaje y experimentó en SI quería All-Bey animar á algunos á que re- mí mismo.» Al salir de Ouschda la caravana, dejó á un lado el camino ordinario, atravesó hacia el S- y se doblase el paso, su repuesta era mirarle de hito Salvada de la manera que hemos referido, la en hito y llevar el índice á la boca para mani- caravana prosiguió su vioje llegando á las siete ntrodujo en el desierto. La noche era muy oscura y el cielo estaba en- festar la ardiente sed que le devoraba- Quiso de la tarde junto á un aduar y un riachuelo, también reconvenir i los oficiales conductores su después de una marcha forzada de velnti los hoteramente cubierto de nubes. poco cuidado, el cual era la causa de la falta de ras consecutivas, Sin un momento de descanso. Xi, agua; pero se excusaban con el motín de los Alí-Bey no perdió casi nada, porque la caraDespués de haber caminado muy de prisa to- udaiaa, y además, decían, ¿no sufrimos tanto co- vana de Sidi Alarbi salvó coa su agua tanto hombres como bestias. da la noche, y subido por las montañas, la co- mo los demás? mitiva llegó á las seis de la mañana cerca de las La situación de toda aquella gente era tanto Despuesde haber descansado suficientemente, ruinas de una gran alcazabai al pié de la cual mas horrorosa,cuanto ninguno de ellos creía po- volvióla caravana á emprender sü marcha, y había un fresco manantial de agua y un grande der sosieoersé hasta llegar al sitio en donde se después de doce dias do viaje, llegd cerca de la aduarhaUa he encontrar agua. ciudad de Wazein. La caravana prosiguió marchando sin descanDurante el viaje, Alf-Bey advirtió Cn los ofiFinalmente, sobre las cuatro de la tarde Alíso, siguiendo la dirección de muchos Valles tor- Bey cayó á su vez desvanecido de sed y de fa- ciales conductores cierto aire de misterio y sigtuosos, por cuyo fondo corría un arroj-o que, tiga. nos de connivencia, pero continuaban, no obsawnqúe pequeño, no era menos útil para el Tendido sin conocimiento en medio del desier- tante, tratándole con el mas profundo respeto. riego á ios laboriosos habitantes de muehos to, con solos cuatro ó cinco hombres á su lado, Las tribus que se hallaban al paso, salían á haadoare». de los cuales óno habia caldo casi al mismo cerle todos lOs honores y ofrecerle regalos de En virtud de una órdert qae llevaban los ofi- tiempo que él, y les otros eit estado de no poder víveres y forrajes, y él continuaba usando el ciales enCui^aiiUS lie a(.uiii|>aaw t Air.Ri>y. Mi- (filóla •! mono^ állrlo, (lues no cabían ddatia «n- quita-sol, como hijo ó hermano del sultán. lian de cada aduar uno ó dos árabes montados conu'ar agua, y aun cuando lo hubiese «abido, SHn embarRU, co ol mlotarío lia anu nnnmiMy (Sjuipados, los cuales se incorporaban ala ca- faltábanles fuerzas para ir á buscarla, hubiera ñántes. en sus secretas couvcrsacionos, cn una ravana. All-Bey perecido sin remedio, si la Providencia porción de Circun4aneias, conocía que estaba Habiendo llegado á las nueve de la mañana al no le hubiera salvado por una especie de mi- pronta á estallar la borrasca. paraje en donde terminaba el arroyo, los trein- lagro. Al duodécimo día de esta marcha se rasgó el ta ndaias se despidieron de Ali-Bey, dejándole Pero después de haber caído sin conocimiento velo á la conducta misteriosa de los oficiales que la escolta de los árabe» armados al mando de dm leí príncipe abbassida, liegdhdstaél elCamelloque conducían á A|í-Dey, y le anunciaron que iban oficiales. ^llevaba el darbucco de Mohhana. Loa pocos ser- á Laraíscb ó Laraoíie, en lugar de Tánger, como En el momento de retirarse los guardias del vidores que en medio de su agonfa guardaron le habían dicho. sultán, dio el príncipe abbassida algunas mone- una memoria de aquel hecho, vieron entonces Bfectivamente, al siguiente día llegaron á este das de oro á ano de los oficiales para gratificar rasgarte, mejor que abrirse, los lienzos del dar- punto. á los soldados, y continuó su marcha; pero bien bucco, precipitándose de él una mujer sin velo, De orden del sultán, el bajá de la ciudad Sidi pronto habiendo oído ruido detrás de él, volvió radiante de hermosura, notante la cabellera, la Mohamed Salaui, desllnd para alojamiento del la cabeza y vio á los udaiis revueltos contra sus caal corrió hacia Alí-Bey, inclinándose sobre el viajero la mejor casa, sitlrada en el gran mercajefes y amenazando asesinarlos. Al punto dos cuerpo de su señor y procurando volverle la do, al lado de la mezquita principal. de ellos corrieron hacia Alí-Bey para quejarse, vida. AK-Bey estuvo enfermo en esta ciudad algucreyendo que los oficíales se habían retenido nos dias, i consecuencia de los sufrimientos paEra Mohhana. parte del dinero que aquel les habia dado. CorPero, ¿qué podía hacer aquella pobre y débil sados en el desierto. rió Alí-Bey hacia la gente amotinada y no so- criatura enrtiediode la inmensidad de aquel deHallábase á la sazón en Larache una corbeta segó haSta que les hizo bajar las armas. Llegó á sierto, pronta ella d su vez á caer rendida de de TrfpoM. Oíó orden el sultán de fletarla i su eonvencerli'S y á calmarlos^ haciendo que con- fatiga y de sed? costa, destinando ia cámara de popa para que el tinuasen su marcha. S( A>í-Bey hubiese entonces tenido fuerza pa- príncipe abassida pudiese efectuar en ella su Durante esta ríñai que alarmó bastante á los ra abrir los ojos, al ver aquel semblante pálido, travesía á Levante. Pasó el mismo AK-Bey á vide la caravana á cansa de las desgracias que po- pero espléndiJo de belleza, que se Inclinaba so- sitar el buque, y dio las órdenes convenientes dían haber ocurrido, nadie se acordó de hacer bre el suyo, al veü'se en brazos de aquella pere- para arreglar la cámara de una manera conveprovisión de agua, & pesar de que comenzaba á grina y celeste hermosura, te hubiera creído tal niente para tan largo viajefaltar, y desgraciadamente Alí-Bey ignoraba vez ver á un ángel qua le trasportaba á los pies El 13 de Octubre de 1805, dia que Alí-Bey que aquel era el último lugar donde podía del So premo Hacedor. destinó para su partida, fué por |a mañana á deshallarse. ¡Pobre mujerl¿Qaé es lo que en aquellos Ins- pe lirse del bajá, quien le bizo las mayores deLa marcha seguía siempre acelerada por el tantes pasaba en tu alma? mostraciones de aprecio y considaracio:ii añatemor de encontrar á los cuatrocientos árabes ¿Era solofidelidadá tu señor lo que la lleva- diendo que si quena embarcarse á las tres de la de quienes trataban de huir. Por esta razón mar- ba junto al cuerpo de Alí-Bey, ó era su amor tarde, asisliria á su embarque. chaban separados de los caminos por medio d^el profundo, ese amor violento que basta un insEra propuesta que no podía menos de lisondesierto, caminando sobre pedregales y al tra- laaie para desarrollarse en el Corazón de una jear al viajero, y accedió á ella. vés de las montañas. mujw de Oriente, que nace, que crece, que esEmbalados los equipajes y cargados á bdrdo, Aqáel país está enteramente falto de agua. talla en un misma día?... adadió Alí-Bey ni puerto á la hora convenida paLos viajemos nO velan ni Un árbol, ni una roca Media hora habría pasado iespues que Alí- ra embarcarte con sus gentes. Preguntó por ol aislada qae pudiera ofrecer un llígero abrigo ó Bey se hallaba en tierra sin sentido, medía hora bajá, y le respondieron que iba á llegar. Mienlin pocotlu sombra. Una atmósfera trasparenie, después 'que Mohhana, sublime de dolor y de tras llegaba la chalupa, aguardóse algunos iosun sol intenso que caía á plomo sobre sus ca- agonía, se hallaba á su lado contemplando aquel lantes en la Orilla del mar, en un sitio donde la bezas, un terreno casi blanco, un mooteclllo ar- pálido semblante y esperando el momento de muralla formaba un ángulo entrante, y donde s» diente como una llama: tales el cuadro fiel de caer exánime á su lado para sostener su prome- hallaba un callejón que salía del ángulo. los sitios que recorrían • sa de que, buena ó mala, quería compartir la Llegada la chalupa y no pareciendo el bajá, Estaban en el desierto y vivían ya en su at- suerte de su señor, cuando te divisó á lo lejos disponíase el viajero á ir á bordo, cuando de mósfera de fuego. Luego debian probar todos una gran caravana de mas de dos mil hombres pronto, [lor un lado y otro, se presentaron dos que it)a hacia el grupo formado por las gentes destacamentos de tropa y otro tercero desembosus horrores. có por el callejón. Los dos primeros se apoderaTodo hombre que se encuentra en aquellas de Ai(-Bty. soledades es considerado como eriemlgo. Asf es Mandábala un morabito ó tanto llamado Sidi ron de todas sus gentes, el otro le rodeó y le inque los trece beduinos do Alí-Bey, habiendo vis- Alarbi, que iba á Tremecen de orden del sultán. timó que se embarcara solo y partiera al insto hácíá el Mediodía á un hombre aírmadO á ca- Este, encontrando á aquella gente en tan horri- tanlOi ballo que estaba i Dna distancia bastante larga, ble situaoioo, se apresuró á mandar derramar Preguntó Alí-Bey, asombrado, la causa de tan Sé reunieron ál punto y partieron como un rayo sobre ellos muchos odres de agua. extraño proceder, y le respondieron que tal eba á sorprenderle; pero d beduino descubierto se Detpuesque á Alí-Bey se ia echaron repeti- la orden del sultán. aprovechó de la distancia y huyó á las montañas, das' veces en la cara y manos, comenzó á recoEntonces conoció claramente la mala fe del donde fuéftnpOsibleencontrarle. brar el conocimiento y miró á todas partes sin sultán y del bajá, quienes baSta el último instante habían ordenado sele hicieran los mayores hoEn el foterín, ni hombres ni animales habían poder reconocer anadie. nores por las tropas y pueblo, mientras meditaMohhana ya no estaba allí. cOhildo desde el día anterior ni cesado de caminar i pasó tirado desde las nueve de la noche. Habia vuelto á esconderse en su dwbueeo, ban el golpe que deWa herirle profundamente, Poco después de mediodía ya no le quedaba ala huyendo á las miradas de los salvadores que les pues miraba Alí-Bey con tanto interés la suerte de las personas qoe loOtan afectas como la shya caravana una gota de agua, y lidio la» gentes llegaban. de Alf-Bey como las cabalgadoras eomenzaban Siguieron echándolo á Alí-Bey agua en la propia. á ceder á la fatiga. A cada instante caían las mu- cara; brazosy manOs, pudiendo por fin conseEmbarcóse en la chalupa, despedazado el cota* cOo sus cargas, y éti pétáio levantarlas con- gair que traga;ra algunos pequeños sorbos. razón por los gritos de alguoes personas de su LA AMERICA.-AÑO XIV.—NUM, 18. 12 comitiva, iacoasolables por tan cruel separación. Enlre estos gritos y lameotdt sobresalían los de M«htiaiia, cuya desesperación era espantosa al ver qiid>)a arraaoabaa itel lado de Alf-<Bey. La pobre mujer volvití al hareni imperial, y el príncipe abbassida partió sia conocer aun i Uohhaoa, sin hacer mas que sospechar toda la subliiniiád de aquel aonor desperanzado que habla vivido junto á él daraate todo aquel tiempo. Así fué como Aif-Bey salid del imperio de Marruecos. xir. Veintidós dias empleó en la travesfü la fragata tripoljtana. jBI 11 de Noviembre desembarcó AIl-Bey en Trípoli. No ignoraba que él bají Salani de Larache habla escrito contra él: también le inspiraban desconfianza dos de los pasajeros; pero en cuanto á los demás estaba completamente seguro,conío también de la tripulación, y más que lodos del capitán. Hizo el príncipe desembarcar sus equipajes, y al saltar del buque le condujeron á una casa destinada para so alojnmiento, situada frente á la del primer ministro y del cónsul general de España. Bien lejos estuvo de sospechar que aquel príncipe orleiual que acababa de llegar, y cuya llegada movía tanto ruido en la población, no era otro que un compatriota suyo. Hacia ya tres dias que Alí-Bey se hallaba en Trípoli, cuando el caiiiían de la fragata le anunció la orden de presentarse al bajá. La audiencia fué pomposa, y se verificó en un gran salon donde esta! a el bajá sentado en una especie de trono ó pequeño sofá elevado, teniendo junto á sí sus hijos y rodeado de una corte brillante. Pusiéronle delante el regalo que le hizo Alí-Bey, el cual admitió con gracia y finara, y dispensó á su huésped toda clase de honores, haciéndole sentar en su presencia, conversando con él largamente, haciéndoles servir té, agua de olor y perfumes, d:!ndole, en una palabra, las pruebas mas claras de afecto y coasideracion. Después de una larga conversación, despidiéronse muy contentos uno de otro, pasando AlíBey á ver al primer ministro, qno le recibió admirablemente asimismo. Algunas personas de Marruecos, y en especial el bajá Solaui, habían escrito pintando á AlíBey con los mas negros colores; uno de los pasajeros de la fragata, tal vez comisionado por el bajá, había trabajado todo lo posible |>ara hacerle odioso; pero estos osados manejos fueron el objeto del menosprecio del bajá de Trípoli, despui's de los informes que se tomaron y declaraciones hechas por las demás personas del buque. Oobrc dos lurse» permaneció AK-Bey en Trípoli, considerado y querido del bajá, respetado de todos y solicitado por el soberano, que le hizo brillantes ofertas para que fijara allí su residencia. El príncipe abbassida insistió, sin embargo, en su partida, diciendo que debía cumplir su peregrinación á la Maca, y el 26 de Enero de 1806 se embarcó para Alejandría en un buque turco, dospidiéadostj del bajá que le colmó de atenciones y regalos, y que hasta él último momento le estuvo haciendo seductoras ofertas para retenerle á su lado. XIH. No entraremos en minuciosos detalles sobre los viajes de Alí-Buy, ui referiremos todas sus interesantes y peregrinas aventuras. Nos limitaremos al objeto que nos hemos propuesto, que es solo dar á conocer la importancia de los viajes de nuestro paisano, bien poco conocido por cierto, pues aun en el día pasa por un príncipe árabe el autor dei libro interesante conocido por Memorias de Alí-Bey, y apenas nadie sabia pocos meses atrás que, bajo aquel turbante y ropas orientales, latía el corazón de un compatriota contemporáneo, del ilustre catalán U, Uomiogo B idía y Lcblích. Volvemos i repetir que recomeríamos el libro de sus viajes á los que deseen mas datos, y no les pesará, por cierto, la lectura. El buque on que Alí-Bey saltó de Trípoli, después de muchos días di; fatigosa navegación, hubo de arribar á la ciudad de Modoo para proveerse di; víveres. All-Iley desembarcó y vivió en casa de ana especie de jefe de piratas, llamado Uustafá Schaux, queeon su tiranía tenia aterrorizada á la ciudad, y que era en Modon un verdadero señor de vidas y haciendas. Permaneció en Modon hasta el 20 de Febrero y pasó luego al puerto llamado de Porta Louga, situado en ia misma isla Sapieoza. Allí encontró tres buques austríacos, cuyos capitanes reunidos dieron una fiesta al príncipe oriental, llegando al día siguiente una grande urca rosa armada y otro barco de la misma nación, que llegaban de Ñapóles y Corfú, conduciendo oficiales y soldados rusos á las costas del Mar Negro. El general y los oficiales ru lOs pasaron á visitar .1 Alí-Bey, el cual á su vez les devolvió la visita, siendo recibido por los buques rusos con salvas de artillería y con todos los honores que marca la ordenanza para las personas de sangre real. Con los rusos iba un joven griego, llamado Ipsilanti, el cual hablaba y escribía varios idiomas, y que improvisó estos versos italianos en honor de Alí-Bey. El poeta quiso solo, sin duda, consagrar ai príncipe una lisonja; sus versos fueron una profecía: «Voleiádi lidolnlido la lúa gloria vincilrice, e d' óbito trlunfairice la tua fama vlverk. E non solo ia quesli boschl sará noto il tno coraggio, ma ogni popólo piú saggio, al tuo nome, al too valore simulacri inalzerá.» El buque de Alí-Bey tomó el rumbo de Alejandría, pero no pudo arribar i esta ciudad, logúete de una violenta borrasca, que les puso á las puertas del sepulcro, después de haber sufrido en el mar largas horas de angustia y de agonía, pudieron casi milagrosamente fondear en la rada de Limasol, en la isla do Chipre, donde Alí-Bey fué tratado con toda sonsideracion por el gobernador turco, que era un sgá, y las personas mas influyentes de la villa. Con ocasión de hallarse en los tugare» ianaorf talizados por los poetas griegos con la descNpeion de las seductoras aventuras de la (B^dre del amor, quiso nuestro viajero visitar los tan célebres sitios de Clterea, Idalia, Pafos y Amatanta, y emprendió su expedición, acompañado de M. Fraacudí, vicecónsul de Inglaterra y Rusia y cónsul de Ñapóles, el cual permaneció siempre en la creencia de que su compañero era un príncipe oriental, sin llegar jamás á sospechar la ve.-dad. Alí-Bey comenzó por visitar la ciudad de Nicosía, capital de la isla de Chipre, donde iué reeibíilo ceremoniosamente por las autoridades, que le trataron conforme al rango que representaba. De Nicosia pasó á Cíterea, de cuya población y del palacio llamado de la Reina, hace una deliciosa descripción; visitó Idalia y Laruaca, recorrió las ruinas de Alancina y Amatanta, estuvo en Pafos, y pasó algunos dias en el Yeroschipos Afroditís, ó sea el jardín consagrado á Venus. Luego que buho regresado á Limasol, terminada su expedición artística, hizo su travesía i Alejandría de Egipto en un pequeño bergantín griego, cuya cámara fletó para él solo y sus gentes. En Alejandría como en todas partes fué recibido según el rango que representaba, y con el respeto y veneración que demuestran los musulmanes por el que hace un viaja á la Meca. El capitán bajá de la Puorta Otomana, que á la sazón se hallaba en Alejandría, le envió todo el tiempo que nuestro viajero permaneció en aquella ciudad, su música ú orquesta cada noche. Los músicos se sentaban en tierra formando semicírculo enfrente del sofá ocupado por Alí-Bey y tocaban hasta que este les despedía. El mismo capitán bajá le enviaba también todos los días su mé Jico y regalos de dulces y frioleras, y antes de que saliera de Alejandría, le dio una carta de recomendación para Mehemei Alí, otra para el bajá de Damasco y un firman para el sultán scherif de la Meca. de Mayo hasta el 30 de Octubre de 1806, en cuyo dia se embarcó en una dijerme. que es una barca descubierta con velas latinas, y se dirigió'bioift «I Nti» para sabir-Mío-CamOAO rio., hasta el Cairo. «A las diez de la mañana, dice, entramos por la boca del Nilo. ¡Qiié cuadro tan admirablel Un rio majestuoso, cuyas aguas corren lentamente por entre dos orillas cubiertas de palmeras, de árboles de toda especie, de grandes sementeras de arroz, que eatonces segaban, y de una infinidad de plantas silvestresy aromáticas, cuyos aromas embalsaman la atmósfera; aldeas, chozas, casitas esparcidas acá y acullá por ambas riberas; vacas, carneros y otros animales, ó paciendo recostados sobre la yerba; mil especies de aves haciendo resonar el aire con sus cantos amorosos; millares de ánades, patos y gallinas de agua, y otros pájaros fluviales retozando por el rio, entre los cuales se distinguían grandes bandadas de cisnes, que parecen los reyes de aquellos pueblos acuáticos... |Ahl ¿por qué la diosa de amor no escogió por morada suya las riberas de la embocadura del Nilo7» Llegado Alí-Bey á Rossetta ó Raschid, según los turcos, en cuya población permaneció uno ó dos dias, abandonó su buque para tomar una. caucha, que es una clase de barcos destinados solamente á navegar por el Nilo. Después de seis días de navegación por el rio, atravesando por entre sitios pintorescos y cruzando por ante pueblos y ciudades populosas, el intrépido viajero llegó al Cairo, alojándose en casa del seid. El Methlutí, que era el segundo scheid ó segundo jefe de la ciudad. Recibió las visitas de los personajes mas distinguidos, y el bajá Mehomei Aif le acogió como un amigo. Respetado, festejado y querido, permaneció Alí-Bey en el Cairo hasta el 13 de Diciembre, en cuyo dia, poniéndose al frente de una carabana de cinco mil camellos y dos ó trescientos caballos, compuesta de gentes de todas las naciones musulmanas que iban á hacer la peregrinación de la Meca, atravesó el desierto y llegó i Suez, on donde se embarcó emprendiendo la peligrosa travesía del mar Rojo. En esta travesía estuvo á punto de perderse» teniendo lugar una escena demasiada toieresanle y dramática para que renunciemos á contarla. Alí-Bey viajaba en un dao, que son las embarcaciones árabes de mayor porte que navegan en aquel mar. El 4 de Enero fondeó al anochecer el dao sobre un islote entre escolios. A media noche se levantó una terrible tempestad, y luego refrescó el viento en términos que alas dos de la madrugada los golpes de huracán se socedian sin interrupción con gran violencia, haciendo pedazos en pocos minutos los cables de las cuatro áncoras en que el dao se aferraba. Abandonado el baque á la furia del viento y de las olas, fué arrastrado hacia una roca, contra la cual comenzó i dar terribles sacudidas. La tripulación creyéndos perdida, despedía alaridos de desaliento y desesperación. En medio de ios clamores distinguió Alí-B^y la voz aguda de un hombre que sollozaba y ^átabacomo un niño, y, al preguntar quién era, le dijeron que el citpitao. Hizo entonces buscar al piloto, pero iuútílmente. El buque estaba perdido. Abandonado á su desgracia da fuerte, continuaba^ dando horribles golpes, y Alí-Bey, que conservaba toda su serenidad y saogroifria, no quiso aguardar á que se estrellase contra las rocas y gritó.i su» criados: —¡La cbalupal Al instaute se apoderaron de cll^ los que mas ; cerca estuvieron, y todo el mundo quiso preci' pitarse. A|f-Bey saltó á la chalupa por encima de las cabezas de los pasajeros, y dio orden de alejarse de la embarcación: pero nn hombi-e que tenia su padre á bordo, la detenia por medio de una cuerda del barco gritando: jAbujupa! |At>ujupal ¡Oh padre mió! joh padre miol Según nuestro mismo viajero cuenta, respetó por un momento este arrebato de amor fliíal; pero i la vista de un grupo de hombres prontos á arrojarse á la chalupa, jritó á aquel buen hijo que soltara la cueida. Sordo á las voces que se le daban, prosiguió éste llamando á su padre, y entonces Alí-Bey de una fuerte puñada que le dio en la mauo, le obligó á soltar la cuerda, siendo al instante arrastrada la chalupa á mas de doscientas toesas del dao. Esta escena pasó en menos de un minuto. Fueron menos cortos, pero horrorosos. La situación de los navegantes de la chalupa no había, sin embargo, mejorado mucho. IJn velo de negrísimas nubes les envolvía en una profunda oscuridad; estaban todos casi desnudos; los golpes de mar llenaban de agua la barca, mientras descargaban por intervalos fuertes chubascos. En esto se suscitó una disputa, pues unos querían ir á la derecha y otros á la izquierda, como si fuera posible distinguir la rula en el seno de las mas profundas tinieblas. Haciéndose cada vez mas seria la disputa, hízola cesar Alí-Bey apoderándose rápidamente del timón, y gritando con imperio: —Yo sé mas que vosotros, y me encargo de dirigir la chalupa. (DúsgracíaJo del que se atreva á disputármelo! Alí-Bey había observado muy bien la posíc'on de la tierra al anochecer; pero no sabia á qné lado dirigirse. No pudiendo, pues, orientarse en medio de las espesas tinieblas que le rodeaban, procuró cuanto le era dable conservar su posición relativamente al buque, que aun distinguía. Para complemento de desgracia, nuestro viajero se hallaba enfermo, atacado de violentos Apretábanse estrechamente unos contra otros; un solo capoion que llevaban fué extendido sobre sus cabezas, y sirvió para defenderles algua tanto de los aguaceros y hacerles entrar en calor. A'medíodía calmó algo él tiempo y la chalupa del otro buque, que buscaba á los náufragos muertos ó vivos, se acercó lo bastante para divisar las señales que le hacían con una camisa puesta en la extremidad de un remo. Al ponto se aproximó, y sus marineros aseguraron que el dao se habla salvado, sin avería considerable» por ser muy fuerte y llevar poquísima carga. Como había perdido todas sus áncoras, fué afortupada mente socorrido por el otro buque, que llegando casualmente en aquel apurado trance, le prestó un áncora y algunos cables. Embarcáronse los náufragos en ambas chalupas y volvieron al buque. Tuvo entonces lagar una escena indescriptible. Todo el muiido loco de contento por ver salvo á Alí-Bey, se echó á sus pies vertiendo lágrimas de alegría; abrazábanle, besábanle, y no sabían cómo manifestar su regocijo, porque la habían ya creído á él y á sus compañeros víctimas del mar. XIV. Vueltos los náufragos al buque, tornó este á emprender la travesía, y después de otros siete dias de viaje y de haber pasado el trópico, los peregrinos llegaron á Araboh, donde los que van á la Meca efectúan la primera ceremonia de su peregrinación. A medida que se iba acercando á la Meca, el corazón de Aií-Bey debía latir' con desusada violencia. Iba á penetrar él, cristiano, en la comarca y en el templo de que habia dicho el profeta: Jamás el pié del infiel profanará el territorio prohibido. Por esto nunca habia sido posible á iionihre alguno que no fuese musulmán introducirse en aquel país llamado la tierra prohibida. El se presentaba resuelto y sereno para desmentir la profecía. La travesía marítima terminó en Djeda, siendo alojado Alí-Bey en una habilacíon adornada con todo el lujo oriental. Permaneció algunos dias en la ciudad para restablecerse, y continuó luego su romería á la Meca, á donde llegó el 23 de Enero de 1807, quince meses después de su salida de Marruecos. Al entrar en la ciudad le aguardaban muchos mogrebínos ó árabes occidentales con pequeños cántaros de agua del pozo de Zemzem ó pozo santo, la cual le presentaron para beber, rogándole no la tomase de otro y ofreciéndole proveer la casa, añadiéndole en secreto que no bebiese jamás de la que le presentase el jefe del pozo. El jefe del pozo, según luego supo Alf-Béy, vómitos (le bilis: p e m . <m í»mbargn, n o a b a a d o - á quí'?n con«igui<5 unir<;f> con (^QippchftQ simpatías, era un joven de veinte y dos á veinte y nó el timón. cuatro años, de hermosa presencia; bellos ojos, Dio orden de remar; sus compañeros no aa- bien vestido, muy fino, de aire dulce 6 interebian: señaló su logará cada cual, y después de sante, y dotado do cuantas cualidades hacen flútúbuirles los. remos, les explicó la maniobra, Ainiíiblo i una porsona. Dopoaittrio- de toda l a y con su admirable wreaidad M pfato a cantar confianza del sultán scherif, desempeñaba la como los marineros del mar Rojo para darles el plaza mas ímportrnte en la Meca, la de envenecompás y hacerles mover con uaiiormídad. nador en jefe. lEsceua terrible y dolorosa! Alí-Bey estaba El jefe del Zemzem ó del pozo sagrado siguió casi desnudo, descubierto á los golpes de mar, con Alí-Bey durante su permanencia en la Meca lluvia y granizo, atado al timón sin saber A don- la conducta misma que tiene encargo de seguir de ir, suTriendo horribles vómitos, y obligado con todos los peregrinos de distinción que all( á cantar para regular la uniformidad de la ma- llegan. Les envía todos los días dos pequeños niobra. jarros del agua del pozo maravilloso, les haco Alguna vez la chalupa, el único y solo refugio incesantemente la corte, les da suntuosos bande aquellos desventurados náufragos, tocaba en quetes, espía las horas i que van al templo y una roca y la sangre se helaba entonces en las acude con la dulzura y gracia mas delicadas i venas de todos. presentarles una taza llena de agua milagrosa. Finalmente, después de pasar una hora entera Por la mas ligera sospecha, al menor capricho, en tan horrorosa agonía, comenzaron á aclarar- el sultán scherif le da la orden de envenenar al se las nubes: un rayo de luna sirvió para orien- extranjero y el desgraciado peregrino deja de tar á Al¡-Uey y llevar la alegría hasta el fondo existir. Como seria imposible no aceptar el agua de su corazón. sagrada presentada p'>r el jefe del pozo, esta —j.Nos hemos salvadol exclamó. hombre se halla por tal medio dueño de la vida Y lijando la dirección de la chalupa hacia la de todos los peregrinos. cosu de Arabia, aunque no hubiese claridad Alí-Bey sabia que desde tiempo inmemorial bastante para descubrirla, se hallaron casi en tierra al rayar el día, después do tres horas de tenían los sultanes soherifs de la Meca un envenenador en su corte; sabia que no se ocultabait las mayores fatigas. de ello, pues era cosa conocida en el Cairo y en Desembarcaron en número de quince, todos Coostantinopla, en términos que el diván habia casi desnudos ó en camisa, y su primer movi- enviado en varías ocasiones bajaes y otras persomiento fué abrazarse y darse el parabién por su nas á la Meca para deshacerse de ellos por esta salvación. medio; así es que nuestro viajero llevaba siemLos compañeros de Alí-Bey, sobre todo, no pre consigo un contraveneno por lo que pudiera se cansaban de manifestar su pasmo por dicha sucederle. tan inesperada; preguntábanle cómohat)ia podiFué condncido el príncipe abbassida á una cado saber, á pesar de la oscuridad, que la tierra estaba allí; y por un movimiento espontáneo de sa que le estaba p'eparada junto al templo é inreconocimiento se de.npojaron de parte de sus | mediata á la del sultán scherif. vestidos en su favor, con lo cual nuestro viajero | Alí-Bey se hizo distinguir y respetar bien se halló bien pronto vestido, algo j^rotescamea- | pronto por la prodigalidad de sus ceremonias te, es verdad, según él mismo couhesa; pero á religiosas y por el celo y fervor con que se las velan cumplir. lo menos al abrigo del viento que soplaba. Bebió el agua del pozo maravilloso, besó la Solo faltaba saber cuál era la tierra á que piedra negra, dio las siete vueltas alrededor de acababan de llegar. Para esto, Alí-Biy envió la kaaba ó casa de Dios rezando las Oraciones cuatro hombres á la descubierta. marcadas, hizo sus siete viajen por entre las coSu relación dio á conocer á los náufragos que linas sagradas de Ssafa y Mema, y 1» primera se hallaban en una isla desierta, que no era ab- noche no se recogió en su alojamiento ni se ensolutamente mas que una llanura de arena mo- tregó al descanso hasta q«e hubo terminado to» vediza, sin agua, sin roca ni vegetación. Descu- das sus ceremonias y prácticas religiosas con el bríase el continente á algunas leguas de distan- celo de un verdadero creyente. cia; mas, ¿cómo exponerse aun enJa cholupa y Mientras estuvo en la ciudad hizo cada día lo con una mar siempre furiosa'/ Y si la borrasca había de durar algunos días, ¿cómo permanecer mismo. Admiraba 4 todos tanto fervor; así es en la isla sin comer ni beber? «El tiempo, que que el sultán scherif, que ya había olio hablar se iba aclarando cada vez mas, me hizo descu- de él, le recibió con agrado y benevolencia y brir en el horizonte, dice Alí-Bey, nuestro bu- usó con él de cuantas muestras de considerados que acompañado de otro dao. ¡Cuál fué nuestra y amistad pudiera desear. alegría al volverlo i vei', cuando lo dábamos por Dio la casualidad de hallarse Alí-Bey en .la perdido!» Meca el dia en que se lavó y purificó la kaaba, El tiempo volvió á eumarañarse, caia el agua en lo cual tomó él una parte activa barriendo la i mares y soplaba un viento glacial. Los pobres sala con un manojo de pequeñas escobas, lo misnáufragos estaban transidos de frió, exhaustos, mo que habia visto hacer al sultán scherif en sin fuerzas, después de aquella horrible noche. persona. Esto le valió ser proclamado Hhaddem CRÜNICA HISPANO-AMERICANA. 13 Beit Allah el Haratn, «í decir, servidor de la ca- dente notable, llegó á Gaza en época en que ei aquel tributo, y como aquel paraje, que no dis- vos i su viaje, aquel mon&rca, después de exasa de Dioslaprolilbída, titulo que ledid cierta gobernador de ella,Mu8iafá-Agá, el cual le hizo ta mucho de la población, es el único desfilade- minarlos, le dijo: reputación de santo, conquistándole mayores mil obsequios, mandándole diaponer nn bnen ro por donde se puede pasar, estaban continua—Ya sabrás qne la España ha pasado al doalojamieuio, con orden de que le sirviesen y su- mente en acecho para que ningún judío ni cris- minio de la Francia por un tratado que verás. méritos á la admiración del vulgo. mioisirasoa cuanto pudiera necesitar, y mantiano se sustrajera al tributo. No relataremos lo que pasd á AK-Bey en la Vé de nuestra parte al emperador y cfíle que tu Llegado que hubo á Jerusalen, Alí-Bey fué persona, tu expedición y cuanto dice relación á Meca. Es preciso leerlo en su obra misma, pues dándole diariamentit tres comidas, que es, por que lü que se refiere á las descripciones de la lo que parece, el modo de obsequiar que tienen alojado en la mezquita de aa santón llamado ella queda i las órdenes exclusivas de S. M. I. Sidi Abdelkadcr, situada al lado del Heram ó y R., y que deseamos produzca algún bien al Meca, de so templo y del que tienen los musul- los musulmanes. Alí-Bey descansó algunos dias en aquella ciu- templo musulmán. manes en Jerusalen, i donde fué tambiem, seservicio del Estado. can veremos, es lo que forma la parle clásica dad deliciosa, saliendo de ella sin caravana el XVI. Insistió Badla en seguir la suerte de la fami19 de Julio, y después de mil rodeos entre jarde sus memorias y viajes. Ya hemos dicho que á Alí-Bey debe la histo- lia destronada, pero contestóle Carlos IV: Habla ya varias descripciones y vista de la dines y olivares por espacio de hora y media, se ria una descripción circunstanciada del templo —No, no; á todos conviene que sirvas á Namusulmán de Jerusalen, descripción que antes poleón. Meca y de su templo, pero eran solo conocidas haUÓ en campo raso. Al llegar á este punto de su viaje en sus Me- no se tenia, porque los musulmanes no se hapor las relaciones de los peregrinos ó por dibuLo que sucedió después, se sabe por las Mejos groseros hechos por los árabes; pero AK-Bey, morias, AK-Bey se entrega á una extraña se- llaban ea estado de darla, y á los cristianos no morias ya citadas de M. Bausset, prefecto del les ha sido posible penetrar jamás. habiendo dado el plan de la ciudad santa de los rie de reflexiones, que queremos reproducir: palacio imperial. «¡Cuan extraño, dice, me parecía aquel modo musulmanes, los planos, elevaciones, cortea y Este fué enviado á buscar un día por el emTambién visitó nuestro viajero, pero siempre de viajar! Acostumbrado tanto tiempo á recorperfiles de su templo y del de Jerusalen, en los con moro, los lugares venerados por el cristia- perador, que le dijo; cuales ya hemos dicho que jamás habla penetra- rer los desiertos con grandes caravanas, es in- nismo. —Acabo de hablar con un español, que dedo ningún cristiano, enriqueció la historia de explicable la sensación que experimenté aquel Obtuvo permiso para visitar el sepulcro de béis haber visto en el salón. No tengo tiempo las bellas artes con una geográfica y fiel des- dia. No llevaba conmigo mas que tres criados, Cristo, pero no pudo hacer en él oración, aten- bastante para prestar atención á su historia, cripción de aquellos monumentos, que puede un esclavo, tres camellos, dos muías, mi caba- dida la clase que representaba, porque, según que por lo demás me parece muy larga. Vedle con justicia llamarse clásica, y sobre todo de llo y un soldado turco por escolta: veíame, en él mismo dice, los musulmanes hacen oración en pues, habladle, y enteraos de un manuscrito nna ciudad que tau gran papel ha hecho en los fio, sobre terreno cultivado; encontraba de tre- todos los santos lagares consagrados á la me- á que ha hecho referencia. Luego me daréis cho en trecko pueblos y caseríos habitados; mis moria de Jesucristo y de la Virgen, excepto en cuenta. tiempos antiguos y modernos. Jamás habla penetrado cristiano alguno en los ojos poJian á cada instants descansar deliciosa- el sepulcro que no reconocen, pues creen que Esté español era Badía, que, siguiendo las lugares donde se veneran los sepaleros de Abra- mente sobre variados cuadros de plantíos; to- Cristo no murió, sino que subió al cielo, dejan- instrucciones del rey Carlos IV, se habii prepaba á cada paso con seres de figura humana haih y sil familia eb Hébron, ni en él templo de do la imagen de su rostro á Judas, condenado á sentado al Emperador. Eyab en Conslanlinopla, donde se ciñe el sable á viajando á pié ó á caballo, y casi todos bien ves- morir en su lugar, y en consecuencia que haH. Bausset dice que habiendo entrado entonlos nuevos sultanes. Los planos y descripciones tidos; parecíame estar en Europa, mas I gran biendo sido sacrificado Judas, aquel sepulcro ces en el salón á que el emperador hiciera reDios/ ¿qué idea venia á mezclar su dosis de que de todo esto da nuestro vidjero, nO pueden podía muy bien encerrar el cuerpo de este, ma» ferencia, vio á un hombre, joven aun, de esbelmenos de satisfacer la curiosidad pública y ofre- amargura con tan gratas sensaciones? no el de Cristo. Por esta razón no ejercen acto ta y elevada estatura. Llevaba una especie de >Lo confesaré, pues lo he sentido: al entrar alguno de devoción en este monumento. cer el mayor interés. uniforme azul, sin bordados ni charreteras, y Hay además otra circunstancia que aumenta en aquellos ¡países circunscritos por la propieDe Jerusalen pasó nuestro viajero á Jaffa, una magoiíica cimitarra, prendida al uso de los el mérito de las relaciones y descripciones de dad individual, el corazón del hombre te encoge embarcándose allí para San Juan de Acre, visi- orientales, pendía á su lado colgando de un corAK-Bey, y es haberse hallado en los mismos lu- y comprime. No vueivo los ojos, no doy un pa- tó el monte Carmelo y estuvo en Nazaret, alo- don de seda verde. gares precisamente en la época (febrero de so sin tropezar eón un seto que parece me di- jándose en el convento de frailes franciscanos, El aspecto de aquel hombre llamó favorable1807) en que ios wehhabis se apoderaron de la ga: Alto ahi, no traspases este límite. Mí cora- edificado en el sitio de la casa donde la Virgen mente la atención de M. Bausset que so acercó á zón se desanima, mis libras se relajan, me abanMeca y tenido todas las proporciones posibles él dicíértdole que oslaba autorizaclo por el EmMaría recibió la visita del ángel Gabriel. para darnos exactas y ciertas nociones sobre la dono muellemente al movimiento de mi caballo, De seguro que habrá sido Alí-Bey el primero perador para seguir la conversación coii él emy me parece no ser ya el mismo Alí-Bey, aquel geología, usos y costumbres de un paiscasi des^ y tal vez el último cristiano que ha visitado co- pezada. conocido á los europeos y sobre la famosa pere- árabe que, lleno de energía y fuego, se lanzó en mo musulmán loa lugares santificados por nues«Respondióme con cortesía, dice M. Bausset, grinación de los musulmanes, de la cual hasta medio de los desiertos de África y de Arabia, tra religión. y entonces su fisonomía expresó tal dalzura y AK-Bey solo se habla tenido una idea falsa 6 como el atrevido navegante que so abandona i De Nazaret pasó á Damasco y de esta á Ale- tal vivacidad al mismo liurnpo, que me sentí las olas de un mar tempestuoso, con la fibra muy imperfecta al menos. predispuesto en su favor y pronto á hacer por siempre en tensión y el alma preparada á todo. po, visitando entonces por primera vez el país él cuanto de mí dependiera.» El 2 de Marzo de 1807, después de dar las No hay duda que es un gran bien la sociedad, de que en todos sus viajes habla dicho ser hijo. siete vueltas á la casa de Dios y rezar las oracio- que la mayor dicha del hombre consiste en vivir M. Bausset se nombró y le preguntó luego Tocamos ya al término de los viajes del prínnes particulares de despedida delante de los bajo un Gobierno bien organizado, que, con el cipe abbassida. su nombre. cuatro^ogulos de la Kaaba, en el pozo de Z-m- sabio empleo de la fuerza pública, asegura á —Aquí y en España, le contestó nuestro De Damasco por Antioquía se dirigió á Conszem, en las piedras de Ismail y en el Mgkam cada individuo la pacífica posesión de sn pro- tantinopla, á cuya ciudad llegó á últimos del héroe, me llamo Damingo Bidfa y Leblich, peIbrahim, salid All-Bey del templo por la puerta piedad; mas también me parece aue cuanto se año 1807, pasando á alojarse en el palacio del ro en Oriente soy conocido por Alí-Bey, prínciBeb-I' udáa, lo cual dicen lo» musulmanes que gan't en seguridad y tranquilidad, se pierde en embajador de España, que lo era el marqués de pe do la tamllia de los Abbassidas. es de feliz agüero porque el profeta salla por energía. Hubo de causar gran asombro á M. Bausset Almenara, único que le conocía, pero que guarella terminada su peregrinación, y dejó la Medó naturalmente el mas profundo secreto, lle- esta respuesta, y Badía se apresuró á contarle ca para regresar á Djeda. All-Bey siguió su viaje cruzando la Palestina, vando el misierio hasta destinarle una habita- su dramítica hislorii, refiriéndole con los mayoLlegd á este punto sin cosa que de contar sin que fuese turbada la monotonía del camino, ción mandada expresamente alhajar á la orien- res detalles los principales acantecimieotos. sea, y quiso pasar i Medina á visitar el sepul- mas que por un suceso qne debió de alarmarle tal para recibirle. Alí Bey pasó siempre á los El prefecto en sus Memorias se extiende luecro del profeti, á pesar de que lo acababan de al pronto, pero que luego se convirtió en materia ojos de toda la familia de Almenara y personal go en referir las noticias del viaje do Ali-Bíy, prohibir absolutamente los welihabis, que se de risa. de la embajada por un príncipe abbasida, reía • 3ue le contó él mismo, sus proyectos políticos y Acababa de salir de la ciudad de Ramle, y clonado ó recomendado nuestro gobierno al emhabían hecho dueños del territorio en aquel enemás que queda explicado, haciendo un comhabiéndose internado en las montañas, se vio bajador. tonces. pleto elogio del claro talento, del valor y hasta Quiso AK-Bey tentar aquel viaje, con la es- obligado á trepar por rocas escarpadas donde no A propósito de la estancia de Alí-Bey en de la hermosa figura y porte verdaderamciite peranza de que la casualidad secundaria su em- se descubría camino trillado. Llegado que hubo Constantinopla, se cuenta una graciosa anécdo- oriental do Badía. presa, y se procuró dromerarios á fio de hacer á la mayor altura á las dos y media de la ma- ta que un joven agregado entonces á nuestra Empero, no obstante el gran interés que esmas pronto el camiuo, poniéndose en marcha y drugada, hallóse rodeado de nubes y nieblas, legación en Constantinopla refirió al conocido te le inspiró v que también debió inspirar al las cuales i la claridad da la luna, y con los llegando felizmente i Djideiila, de donde salió á escritor madrileño Sr. Mesonero Romanot. emperador, no tuvo por entonces oiro resullahorribles precipicios que le rodeaban, formaban las pocas horas de su llegada. Un dia del mes de Octubre reunió el embaja- do que el de ser recomendado al rey José, que Atravesaba ya el desierto de Medina, y creía un cuadro imponente y magnífico. dor Almenara á toda la legación, manifestándo- parece tampoco pudo atenderle en mucho tiemPrecedido de su guia, y seguido de sus gentes les que Iba á llegar el príncipe Alf-B ;y-EI Ab- po que Badía vivió en Madrid con su familia repoder llegar sin obstáculo al término de su viaje, cuando se le presentó de repente un pelotón á alguua distancia, el viajero caminaba absorto bassi, poderoso magnate que le estaba altamen- ducido á la mayor estrechez, hasta que quince de wehhabis; cayendo en su poder él y toda su en la contemplación de tan bello espectáculo, y te recomendado por la corle do Madrid, como meses después le envió aquel Gobierno de iuacaso en aquel momento su alma se trasportaba fiel aliado y amigo; y que esperaba de todos los lendenie áSegovia, sin que él lo hubiese solicarabana. Despojáronle de algunos obje'.os y quisieron á países dislanteí, recordando desde aquellas le- caballeros españoles le tratasen con el agrado y citado, pues que lo único que pidió, según paexigirle la multa ó contribución á que se habla janas comarcas el país que le viera nacer, y respeto debidos á sus distinguidas cualidades. rece, fué el permiso de trasladarse á París á hahecho acreedor por desobedecer la orden que pensando en su infancia, trascurrida i orillas del Llegó en efecto el príncipe seguido de una mag- cer la edición de sus obras que no era posible hablan dado, pero pudo afortunadamente librar- histórico Llobrcgat. El peregrino de la Meca nífica comitiva de esclavos y soldados, mujeres, publicar en España. se y consiguió que se le diese permiso con toda estaba quizá pensando que iba á entrar como camellos y caballos, apeóse en el palacio de Mis tarde fué nombrado prefecto de Córdoba, su gente para volverse, uniéndose á la carava- musulmán en los lugares en que habla muerto la embajada, y fué presentada á él toda la le- y últimamente intendente de Valencia, de cuyo Cristo, sin que le fuese dado decir: También yo gación por el marqués, siguiendo la conferencia na formada por los empleados, domésticos y esdcstiüO no llegó á tomtr posesión. por medio de los intérpretes, y en árabe puro, clavos del templo de Medina, que el Saud, sul- soy cristiano. Aun parece que se conservan en dichas tán de los wehhabis, enviaba fuera de Arabia. De pronto, en medio de la oscuridad de la con todas las etiquetas y retóricas figuras de es- dos ciudades de Segovia y Córdoba recuerdos Sus nuevos compañeros de viaje le contaron noche, se presentan dos viejos, y^ detienen al tilo entre los orientales. Repitióse la tal escena del intendente moro por lo que chocaban á sus constantemente mientras su permanencia en habitantes su ademan y manera orientales. que los wehhabis hablan destruido toJos los guia. Este, que ya les conocía, les dijo en seguida, aquella capital, hasta que el dia de la despediadornos del sepulcro del profeta, donde nada Comprometido por este modo con el partido da hizo disponer el embajador un espléndido al- afrancesado, no creyó prudenta quedarse Badía quedaba absolutamente, que habían cerrado y señalando á los que guiaba: muerzo, colocando al príncipe Alí-Bey en el lusellado las puertas del templo, y que Saud se —Son musulmanes. en España á la retirada de los franceses, porgar distinguido, y apresurándose todos á ser- que aun cuando su buen comportamiento en la babia apoderado de los inmensos tesoros acuPero los viejos replicaron: virle por gestes y ademanes. mulados allí en el trascurso de tantos siglos, intendencia y prefectura parecían deber pon<v—No, que son cristianos. AK-Bey pasó con esta caravana á la ciudad de Lo extraño era que en el medio de la mesa le á cubierto de toda persecución, era difícil El guia replicó levantando la voz: Ineboa en donde se embarcó para Suez, á bordescollaba un gran plato de huevos revueltos que la cualidad de empleado del Gobierno in—Todos son musulmanes, os digo. de di! un dao que formaba parte de una pequecon tomates, vianda algo exótica en verdad ense- truso no le acarrease cuando menos algún inAdelantóse entonces uno de los viejos y asien- mejante ña flota. pero quesio duda estaba puesto sulto. Emigró, pues, á París en 1814, y como de la brida el caballo de Alí-Bey, exclamó allí por convite; Como parecía que el deslino había condenado do capricho del embajador. No dejaron de su proceder había sido recto y patriótico, envió á nuestro viajero á no hacer viaje por mar sin dirigiéndose á este. notarlo y aun de afearlo algunos de los jóvenes i los pocos días una reverente exposición al rey —Tú eres cristiano. accidente, tuvo la desgracia de que al cuarto día españoles; pero |cual fué su asombro cuando Fernando Vil, haciéndole una breve reseña de El fingido musulmán, interpelado tan brus- vieron al príncipe Alí-Bey, que animado de re- sus importantes servicios y ofreciéndose á conde travesía, el buque que montaba diese en una roca á flor de agua, siendo la sacudida terrible y camente en medio de sus reflexiones, sin saber pente i la vista del plato, y poniéndose en pié, tinuarlos en favor de S. M. á quien tributaba su qué era aquello y asombrado por el tono de au- empieza á repartir á todos y á servirse así inis- homenaje de fidelidad y sumisión. encallándose. toridad de aquellos viejos y por la firmeza con mo con gracia y desembarazo, repitiendo con Esta exposición, que encaminó á manos del Pudiéronse afortunadameite salvar pasajeros que hablaban, permaneció mudo un instante. sonrisa placentera, en puro lenguaje español, rey por distintos conductos, no produjo resultay equipajes pasando á bordo de otro dao. Tuvo El guia y sus criados contestaron por él. aquellos versos de Iriarte: do alguno. Bidía tuvo el dolor de ver despreciatodavía nuestro viajero muclios percances en su —\iti musulmán, dijeron, es un fiel creyente. dos sus servicios, y no la quedó otro recurso larga travesía, decidiéndose por fin á desembar«Y ella les dijo: sois unos petates, Ali-Bey no sabia qué hacerse. Ignoraba la inque el de admitir la hospitalidad que le ofrecía car en un puerto que encontraron, proporcioyo os ios haré revueltos con tomates!» nándose camellos para segair su viaje por tención de aquellos hombres y por otra parte le El príncipe árabe reía de veras, el embajador la Francia, y renunciar á su patria que. Ingrata sobresaltaba aquel acontecimiento. tierra. reía también, todos los demás estaban sin creer é Indolente, repelía en él una de sus mejores —Te digo que tú eres cristiano, volvió á In- lo que velan El 14 de Junio, después de haber pasado por Al dia siguiente, y ya después glorias. Suez, llegó AK-Bey al Cairo, habiendo salido á sistir el viejo. Fijóse, pues, defínitivamente en París, donde de marchar Alí-Bey, supieron la verdad del El príncipe abbasida, vuelto en sí y recorecibirle ceremoniosamente los personajes de publicó en 1814 su interesante viaje en francés caso. brando su serenidad, le contestó entonces: mas distinción, noticiosos de su llegada. En Consiantioopla fué donde turo Alí-Bey las bajo el nombre de Alí-Bay y ocultando su ver—Soy musulmán y me llamo Soherif Abbassi. primeras noticias de las ocurrencias políticas dadero nombre y patria. Vengo de hacer mi peregrinación á la Meca. XV. En 1818 casó á su hija coa M. Delislle de acaecidas en España y la enti-ada de los ejérciEntonces el viejo le pidió su profesión de fe. tos de Napoleón, con lo cual se determinó á Sales, miembro del Instituto, y esto enlace y el Nuestro viajero se permitió pocos dias de des- Hízosela Alí-Bey por darle gusto, y luego les acelerar su regreso, pero una larga enfermedad aprecio que el Gobierno do Luis XVIIl hizo de canso en el Cairo. dejó continuar el viaje. le sorprendió en el viaje, obligándole á detener- Badía, proporcionaban á éste los medios de Los halagos de sus admiradores, la respetuosa Ahora bien: ¿por qué se obstinaba aquel vie- se en Munich. pasar tranquilo el resto de sus dias; pero sa veneración del vulgo, las afectuosas demostra- jo en creer que Alí-Bey era cristiano sin haberciones dé sus amigos no impidieron que conti- le visto el roslro, ni oídole hablar? No bien restableüido todavía, se trasladó á arrojo y osadía. Invencibles, el deseo de recobrar parte de los preciosos objetos científicos nuase su viaje en la forma y modo que tenia Porque llevaba un albornoz azul, y en aquel Bayona, donde, según parees, llegó por cierto que había reunido en sus viajes, y, sobre todo, bien escaso de recursos en 9 de Mayo de 1808, proyectados. país este color os asado por los habitantes erisen los mismos momentos en que la familia real según parece, una misión política que le confiEl 3 de Julio de 1807 se puso en camino pa- tianos. rió el Gobierno francés, le obligaron á pasar de ra Jerusalen, agregándose á una earavana comLos cristianos y judios que rao á Jerusalen de España y Napoleón se hallaban ea aquella nuevo á Oriente, á donde regresó con el sueldo, puesta de un gran número de viajeros y do dos- pagan en aquel sitio un tributo de quince pias- ciudad. cientos camellos. Infatigable y sereno, atravesó tras por persona en provecho del sultán dé Presentóse, pues, al rey Garlos IV, y habién- grado y consideraciones rte general de división el desierto que le se|>araba de Siria, y sin inci- COnstantinopia. Les viejos habían arrendado dole enseñado algunos papeles y planos lelati- (mariscal de campo) que le habia concedido el 14 LA A M E B 1 0 A . - * A S 0 X I V . — N Ü M . <Jobiorno francés aunque con el nombre y representación de Alí-Olhman, príncipe oriental. Ya no i}ebia regresar á Europa. Aquélla vida laboriosa pasada en prestar eminentes servicios, debía tuner un fin trágico. Se supone, pues no ba llegado aun i exclarecersqícsta verdad, que la misión importante que Badía llevaba del gobierno francés, era para la India, y que el gobierno inglés, celoso de esta misión, se entendió con el bajá de Dan^asco, el cual envenené á nuestro Alt-Bey O AI(-Olhman porvinedio de una taza de café, empero el señor Mesonero Romanos, que es el último que ha escritp su biografía, dice haber visto carta del guardián del convento español dé Sao Francisco en Damasco en la que aiírma que el desdichado Badía murió en el mismo de ana disentería natural en 1822. Todos su» papeles y efectos se peroieron, quedanJo en podel del bajá, según los que suponen la primera versión. Su/esposa, que le sobrevivió algunos años, residió siempre en París disfrutando la viudedad de general, y creemos que su hija, casada con M. IJelislIe de Sales, vive aun en dicha ciudad. Hemos creído que debíamos extendernos algo al bai'lar de D. Domingo Badía. Es una gloria de nuestro país que hasta hace poco ha sido criminalmente desconocida y que por desgracia no tiene aun entre nosotros toda la celebridad de que es digna. Badía es una de las grandes figuras de Cataluña. Afortunadamente, por consejo de una comisión, de la que se ha horado en formar parto el autor de estas líneas, el Excmo Ayuntamiento constitucional de Barcelona ha acordado poner el retrato de este ilustre patricio en la sala de su nuevo coo!>istorio. Esto contribuirá á la fama merecida de quien tan acreedor supo hacerse á ella. Ya que le fué ingrato su país en vida, que le sea fiel al menos en muerte. España, Barcelona en particular, debían un recuerdo público á la buena memoria del ilustre 6 intrépido Badfa. VÍCTOR BALAGUER, MINISTERIO DE ULTRAMAR. Precedido de un notable preámbulo, publicó la Gaceta del viernes 16 del a c tual el sig-uiénte decreto: «Artículo 1.° Se crea en cada una de las islas de Cuba y Puerto-Rico una junta informativa para plantear el establecimiento de la ley hipotecaria de 8 de Febrero de i86i, con la reforma verificada en la misma por la de 2i de Diciembre de 1869. Art. 2.* Estas juntas se compondrán de los regentes de las respectivas AudieaeiB», presidentes; del fiscal y un magistrado de cada una de ellas, designado este último por la Sala de gobierno; de dos letrados de cada colegio nombrados por los gobernadores superiores civiles de entre los que paguen la cuota mas alta de contribución; del administrador principal de Hacienda pública de la Habana, y del secretario de la intendencia general de iiacienda de PuertoRico. Serán secretarios de dichas juntas, sin voz ni voto, los que lo son de las citadas Audiencias. Art. 3.* Las expresadas juntas informaran en un término breve al Gobierno: Primero. Sobre las modificaciones accidentales ó de forma que sea conveniente introducir en la citada ley para acomodar su aplicación á las condiciones de las localidades en q^ue ha de regir. Segundo. Sobre la clasificación de los registros, y fianzas que han de presentar los registradores. Tercero. Sobre los aranceles de derechos que estos han de devengar. Cuarto. Sobre la fecha en que pueda ponerse en ejecución el nuevo sistema hipotecario coa arreglo al estado de ios trabajos preparatorios que es indispensable hacer. Art. 4.* Las comisiones referidas celebrarán dos reuniones semanales por lo menos, á excitación de sus presidentes, hasta que den por evacuado su cometido, y formará acuerdo el voto de la mayoría de los asistentes siempre que el número de estos no baje del de la mitad de todos los vocales. Art. 5.* Sin perjuicio de los trabajos de las juntas y simultáneamente con ellos, se creará desde luego en cada cabeza de partido judicial de las citadas islas un registro de la propiedad en la forma que establece la ley hipotecaria. Cualquier otro registro establecido en un pueblo que no sea oabeza de partido judicial lerá suprimido. Art. 6.' Habiendo de determinársela circtinseripcionde los réglatro» por la d« los partidos judiciales, se considerarán comprendidos en cada registro los mismos pueblos que compongan el partido judicial correspondiente; pero los registros de las capitales donde haya mas de un juzgado comprenderán cada una todo el territorio «eñalado á los diferentes juzgados de la capital respectiva. Art. 7.' Los libros y papeles correspondientes á los registros suprimidos, serán trasladados al registro cabeza de partido á que respectivamente correspondan les pueblos. Art. 8.* Cuando alguno de los expresados libros contenga inscripciones de pueblos correspondientes á distintos partidos judiciales, se «ODservaria en aquel registro á que pertenez- can los pueblos interesados en el mayor número de asientos; debiendo, empero, remitirse al registro 6 registros á que pertenezcan los demás pueblos una relación circunstanciada de las inscripciones de sus interjsses, con expresión de las clases de las inscripciones naismas, del número de libros que las contengan y de la época á que se contraigan, la cual se hará constar consignando las fechas de los asientos primero y ultimo. Art. 9.* Todos los QfielOs de anotadores de hipotecas existentes en la actualidad^ en dichks islas se declararán consumidos y revertidos al Estado, mediante indemnización de los enajenados, desde la fecha en que tomen posesión los registradores nombrados con arreglo á la ley. Art. 10. Los dueños y arrendatarios de los expresados oficios, que reúnan las circunstancias necesarias para ser nombrados registradores, lo serán de los mismos partidos en que hoy sirvan con entera sujeción á la ley hipotecaria si lo solicitaren, renunciando sus derechos actuales, y no coocurriese en ellos ninguna causa legítima por la cual, á juicio del Gobierno, no sea conveniente que desempeñen tales cargos. Art. 11. Los mismos dueños ó arrendatarios, que sean ó estén en aptitud de ser escribanos, notarios ó procuradores, podrán ser indemnizados á su voluntal, obteniendo oficios vacantes de dichas clases, siempre qUe renuncien su derecho sobre ios de hipotecas que posean por título oneroso. Art. 12. Lús dueños de oficios de hipotecas enajenados por el Estado á perpetuidad, que no opten ó puedan o|)tar por ninguno de los medios de indemnización establecidos en los dos artículos anteriores, recibirán por vía dé indemnización, luego que acrediteu su derecho y la libertad de censos y cargas de sus respectivos oficios, el importe íntegro del precio en que fueron tasados al adquirirlos los actuales poseedores, y el de las cantidades satisfechas por los mismos como derechos de renuncia, media annata, conducción de fondos á la Península ó por cualquier otro concepto. Art. 13. Los dueños vitalicios de oficios da hipotecas, que tampoco opten ó puedan optar por los medios de indemnización ofrecidos en los artículos 10 y 11, recibirán en el mismo,caso y concepto que los anteriores las cantidades que hayan pagado por razón de precio. Art. 14. Los arrendatarios vitalicios que se hallen en el caso de los dueños á que se refier ren los dos arttcnlos anteriores, recibirán lá tercera parle de las cantidades que hayan pagado por sus arrendamientos desde el dia en que adquirieron su derecho. Art. iS. Si el oficio de hipotecas que se suprime estuviese anejo á alguna escribanía ó notaría que deba subsistir después de la suspensión de aquel, se instruirá expediente por la intendencia general de Hacienda, conforme á las reales órdenes de 2 de Junio y 26 de Agosto de 1860, para calcular la indemnización correspondiente á la parte de emulurai'ntos que su poseedor deba dejar de percibir. Art. 16. Los dueños que aspiren á ser indemnizados del mudo propuesto en el art. 10 presentarán sus solicitudes y todos los documentos que justifiquen sus derechos al regente de la Audiencia, dentro del plazo que este señale, para la presentación de las instancias de los que soliciten los registros nuevamente creados. Si dejasen trascurrir dichos plazos sin presentar sus solcitudes ó los documentos necesarios para la jusiifícacion de su derectio, no tendrán la opción que les concede el art. 10. Art. 17. Por el ministerio de Ultramar so dictarán las disposiciones para la ejecacion del presente ^decreto.» A U GUERRA. Si no es tu ilustración palabra vana, si un resto guarda de pudor tu frente, hunde en el polvo, de rubor candente, tu ajado rostro. Humanidad insanal ¿A qué enhestarte ufana con loca presunción y alarde fiero, como imiigen de Dios, como criatura, dotada de progreso y de cultura, sí, al ioflimancen tu furor guerrero, hambrienta de matanza y de carnaje, no hay fiera que te iguale en el coraje? ¿Viste en la tierra.de que rey te aclamas, lanzarse en furibundos pelotones contra su propia especie los leopes, los tigres y panteras; á las llamas sus antros entregar y sus guaridas; en sangre reteñir'ríos y lagos, y en el campo brutal du sus estragos dejar miles de víctimas tendidas? ¿Viste algún dia organizarse en huestes las águilas Caudales, y ensangrentar los ámbitos celestes, rasgando con sus garras infernales el pecho y corazón de sus igualesP ¿Y en el seno del mar, viste formados compactos escuadrones de liambrientos tiburones devorarse entre sí, y descuartizados poblar de trozos yertos del piélago insondable los desiertos? ¡Ese es tu timbre, tu blasón, tu escudo tu horrible privilegio, mísera Humanidad}... ¡Linaje egregio, con voz de hiél y acíbar te saludo! Esa alma que te das en tu egoísmo en tu ambición de ser, cual Dios, eterno. 18. entrega tu razón á un paroxismo que torna tu conciencia eu un infierno. (iodicias el poder, el despotismo es tu instintivo impulso, y, maguer cruces, trémulo y convulso, de rutilante sangre birvientes lagos, y pises de cadáveres montañas, no sabes ahogar en tus entrañas de tu ambición maldita los halagos. Ved que bandera repugnante ondea en ese inmenso mar de sangre humana, ' que i despecho del tiempo siempre hameal Trono y altar es la inscripción profane que con horror se mira siempre estampada en esa atroz bandera. Trono y aliar es la razón primera que en hecatombes la matanza inspira. Coa la sangre de Abel mancha la tierra el mísero Caín, de envidia henchido, y es que la ofrenda de su hermano ha sido mas grata á Dios...I Y se engendró la guerra, y el culto la engendró...! Nemrod un dia siente el vigor de sus hercúleos brazos, é inventa del poder la tiranía, y, rotos por do quier íntimos lazos, sembrando aquí el furor, allá el encono se alza la guerra en destructor tumulto, y luchan los Caines por el culto, y los Nemrodes luchan por el trono. |Ah! si ese cuadro que el pincel sonroja retlcjo solo fuera de la infaneia, ó de la adolescencia del linage! ¡Si de vergüenza roja la historia, á remotísima distancia, ó en zonas al dominio del salvage, tan solo nos trazara el engranage de esos siglos tremendos, palpitantes de crímenes horrendos! de igual aberración, de tantas irasl ¡Siglo infeliz! ¡Ahí Sin saberlo aspiras á ser el mas infame de la historia. ¡Premiar una invención por meritoria cuanto roas rauda y mas sangrienta seaf ¡Qué horrible ceguedad! ¡Qué atroz ideal ¡Y eso, gran Dios, aclaman con entusiasta ardor Rhinesy Senasl ¡Y las uevas Atenas siglo de luces al actual proclaman! , ¡Ob, Phalarís, que en Agrlgento nn dia, allá en remota edad^ tu tiranía colmaste con el toro (fué Pirilo en bronce te vació, y «n cuyo seno abrasabas las víctimas, atento á su hórrido lamento ave remedaba el áspero mugido del toro escandecido! Levanta con fiereza y arrogancia de tu ignorada tumba el polvo vano, que no eres ya el mas bárbaro tirano; ma s bárbaros los da la culta Francia y la Germania ilustre... Gloria y oro con cargos al Tesoro, prodigan al que inventa un aparato que corte de la vida el frágil hilo á miles de valientes... Otro trato dio tu barbarie al escultor Pirilo, que hoy ante el mundo juzgador te abona; en el candente loro le embutiste y, como premio al inventor, le diste que se hiciera el ensayo en su persona. ¡Naciones de la tierra! No blasonéis de cultas ni de hnmtnaa, mientras llevéis con flámnlas livianas los pueblos á los campos de la guerra. La voz de la razón os vuelve hermanas. La guerra es el oprobio del linaje. Si en vuestras disensiones á la fuerza apeláis, no sois naciones; sois hordas al estado mas salvaje. iMas nol La humanidad, siempre la misma, jamás de casco y espaldar desnuda, cuanto mas crece, mas violenta y ruda de sus pasiones en la mar se abisma. Si de su ingenio y su saber al prisma, veis con placer que su moral mejora, que por la senda del derecho avanza, ¡no 08 hagáis ilusioal En menguada hora, levanta con frenética pujanza ciega pasión su imperio turbulento, y al punto abJica la razón so trono; insano sentimiento da á la conciencia anárquica su tono; sublévánse agresivos los instintos feroces, y al son confuso de sus broncas voces, los hombres primitivos aparecen allí, sin rastro alguno de civilización, ni de progreso; todo se inclina al peso de la fuerza brutal; es importuno de justicia y razón todo alegato, triunfante la pasión en su arrebato ¿No acabará jamás tal desvarío? ¿Cuándo será que, en vez de darle gloria, siquiera le abrillante la victoria, se execre á todo César por impío, por asesino atroz de las naciones? ¿No arrancareis de las humanas mentes las falsas concepciones que las vuelven dementes, desviando los instintos naturales tiempos y^zw^as *-uu'atTal'ci>lo«sfii r -• de 5u impulso espoui^eo, raas certero, y el progreso moral y la cultura contemplan, ¡oh dolor! con amargura que el corazón del hombre es una roca. ¡Siglo décimo nonol Responde tú de la verdad tremenda de esos tristes asertos! Df, ¿que enmienda alcanzaste á poner al rudo encono de los que, renegando tus progresos, superan en estragos y en excesos á las edades bárbaras é incultas? Tú, que rahto blasonas de til alta ilustración: que á nadie ocultas tu loca vanidad, y que pregonas tu ciencia y tu moral, como conquista de la pura razón y del derecho, confiesa avergonzado á tu despecho, que nada tamo el ánimo contrista como tus guerras cínicas y atroces, y los medios feroces que, fuera ya de seso, demandas á tu ciencia y su progreso, para sembrar los campos de batalla de mutilados hombres á millones, al hórrido bramar de tus cañones que arrojan ya sia tiempo la metralla. mas justo y verdadero que el que les dan mentidos ideales, urdidos en provecho del que astuto Je las conciencias el venero explota? ¿Queréis del Cesarismo la derrota? Rendid de hoy mas á la razón tributo. Ved que naciones son las entregadas á indómito furor do infaoda guerra; son las que el globo en su estension encierra en cultura social las mas loadas. En tanto que las rudas y atrasadas en santa paz respiran y al trabajo consagran á destajo sus fuerzas y sudores, la patria de ios Kant, de los Descartes, los templos de las ciencias y las artes cerrando con tropel, á los horrores se lanzan de recíproco exterminio, y henchidas de ambición y orgullo ñero, derglobo disputándose el dominio, hielan de espanto el universo entero. ¡Hay mas aun! En su embriaguez impía siempre ávidas de sangre, de matanza y destrucción y horror, dan por tardía la máquina de guerra, que no envia la muerte á una legión, ó que no alcanza en un segundo á todo nn campamento, y ofrecen ¡oh vergüenza! emolumento al que idee un cañón mas desastroso; un proyectil que, al estallar. Inflame los bosques, tas ciudades, quo derrame la asfixia alrededor; un polvo odioso mas fnlmiaanie aun y mas potente ue cuantos ha creado el mágico arte e Liébig y Dumás; un misto ardiente que raje en su explosión de parte á parte el fondo de la mar y el continente. 3 ¡Demencia sin ejemplo! ¡No hay memoria ¿Qué importa la cultura, la ciencia y el derecho. que os llaman á la paz, si, á una ruptura, en alas vais de un huracán deshechOi y al Impulso feroz de ciega saña, en una ó dos jornadas * de vándala campaña, Penélopes menguadas, por un orgullo fatuo, ó falsa idea rasgáis tal vez de un siglo la tarea? Ved que es la gloria militar legado del viejo y carcomido gfiniilismo. SI ya en la edad feudal fué anacronismo, ¿qué no ha de ser ese astro hoy eclipsado por el radiante sol, que al mundo guia á la unidad moral de toda raza? Hoy que ese sol asciende al mediodía, que las naciones de la tierra enlaza con vínculos mas propios de su objete, la gloria de las armas es un reto á la fraternidad, que á voz en grito y al eco de triunfante propaganda de polo á polo y sin cesar demanda que sea el arte de matar proscrito. La guerra es todo mal. Asoladora de campos y 'ciudades, de fueros y de patrias libertades fatal demoledora, reflejo de la caja de Pandora, mientras agota por do quier las fuentes de todas las riquezas, á torrentes la sangre humana derramando impía, desde los campos de matanza envía de azotes pestilentes emponzoñadas ráfagas, que al mando ía vuelta dan con rapidez tremenda, llenando todo hogar su impura senda de muerte, luto y estupor profundo. Vuestro implacable y férvido anatema lanzad en coro universal, naciones, al que, inflamando bélicas pasiones, contra la humana asociación blasfema. Sonó la hora suprema de paz y libertad. La guerra horrible que entre el Sena y el Rbin ai mundo aterra, vá á ser la última guerra, si 00 es la vi^a Europa incorregible. ¡Leccioii grande y terrible que atañe por igual al pueblo y tronol Dos pueblos nadan en sangriento lago, y flotan ya despojos de ese estrago. Napoleón tercero y Pío nono. PEDRO HÍ.TÁ. Madrid 22 de Setiembre de 1870. Madrid: 1870.—Imprenta de LA AnfeiCA. á cargo de José Cayetano Conde. Floridablanca.i, CRÓmCA. HISPANO-AMERICANA. 16 SECCIÓN DE au mamimifiiísmsaeaíí'SfJías^saam Tomí-nuTuiTir Q u i n q n i n a et au Cacao combines 43, r a o R é a u m u r «9 ct 90, rae P a l e s t r o 43, rae R é a i m i a r *f e t «V, rae P a l e v i r o Los facuUativos lo recomiendan con éxito en las enfermedades que dependen de la pobreza de la sangre, en las nevrotiat de todas clases, las flores blaneat^ la diarea crónica, perdidas seminales involuntarias, las hemoragias pasivas, las escrúfulas, las afecciones escorbúticas,él periodo adinámico ae la» calenturas tifoidales, ele. Finalnienie convieiin di; .lu modo muy parllcularmenle especial á los convalocieí.tns, k los niños débiles, á las mugeres delicadas, et& las personas de edad debilitadas por los años y los padecimientos. La Union medical, la Gaceta de los Hospitales, la Abeja medica,las Sociedades de medicina, han constatado la siiperioi'idad del presente remedio sobre los demás tónicos. Depósitos en La Habana : SARRA y C"; — En Buenos-Ayres : A. DEMARCHI y HERMANOS, y en las principales farmacias de las Americatt. fc i. L E B E A U L T , pbarinacien, á Paris ••ywwir!?ar.ii>iss3isasma;aHm^^ wr los MALES DE ESTOMAGO, GASTRITIS, GASTRALGIA y l a s IRRITACIONES de l o s INTESTINOS Son curados D A p R U n i l T R C I f l Q A R A R P C d c l í E L A l V G R l ü l i l E I l , rué Richelion,-26, en Paris.—Este agrailablc alimento, que eslá aprobado por la Academia imperial o r e l u s o d e l n H u H n U U I U C L U O H l l H D C O de Medicina de Francia y por todos los Médicos mas ilustres de Paris, forma un almuerzo tan digestivo como reparador.— ortifia el estómago y los inleslmos, y por sus propriedades analépticas, preserva de las fiebres amurilla y tifoidea y de las enfermedades epidémicas.—flíscon/'íW de las Falsificacionee.— Depósito en las principales I''«rmacias "de las Américas. f IOS INOFENSIVOS llAZS^' ^ r Taelven Inatantaneamente al cabella y a li barba lu color primitivo, por nna simple aplicación, (ID desgrasar Di lavar, sin mancliar la cara, y sin causar Knfcrnaedadea de «J«a ni «aqaeeaa. I Desde el descubrimiento de estos T<nte$ pernéelos, se abandonan esos tintes débiles LLAHADOS AGUAS , que I exigen operaciones repelidas y que, mojan demasiado la cabeía. — O$cbro, eaitaño, cailano claro, 8 frs. — QUÍMICO, FABMACÉXmCO OE 1* (XABSE, lATTIUBAOO DE LOS BOSPITAI£S DE PABIS Negro rubio, 10 fPB. >- Dr. CAI.I-MANN, « t , rae d e I'KchIquIer, FAMS.-^LA HABAHA, « A U B A 7 C*. l a , r u é d e l'Bchlquler, P a r i s . TEINTURES IRRIGADOR DRAPIER MELANOGENÁ TINTURA SOBR» ALIIim PARA EL TRATAMIENTO YLA CURACIÓN DÉLAS HERNIAS. ^de DICQUEMARS >lné llW^^^»Nl»»A^^^^^^^<»^^v^^^wv%'^^^^^^^^i^ Estos nuevo* Aparato!, de superioridad incontestable, reuacn todas las purfeccioncs del AiLTE BERiffiAaxo ; ofrecen una fuerza que uno mismo modera á su gusto. Todas las pelotillas son alen Interior de cautchti maleable; no tienen acción ninguna irritante y no perforan el anillo. Se encuentran en nuestros al/macenes toda especie de Bragueros y Suspensorios. & F I L S , 41, r u e d o Rlvoli, y 7, boulévard Sebastopol, ón París. EN LIQUIDO ó PILDORAS ÚDÍCO Sucesor. & l me de CÜRACÍON DE U S ENFERMEDADES ocarionadas per la alteractúA de los humores. Los evactiativos de I.E R O Y son los mas Infalibles y mas cHcaces: curan con toda segu^•..ridad sin producir Jamas malas consecuencia*. Se toman Con la iJ ''*>, mayor facilidad, dusados generalmente para los adultos t una 6 fk ^ \ . d o s cucharadas ó á 2 á 4 Pildoras durante cuatro ó cinco L \ d l a s seguidos. Nuestros frascos ron acompañados siempre x \ , d e una instrucción indicando el trilamiento que debe seguirse. Recomendamos leerla con toda atención y que se exija el verdadero LB ROY. En los tapones >>\ de los frascos hay el ROB BOYVEAU LAFFECTEUR AUTORIZADO EN FRANCIA, EN AUSTRIA, EN BÉLGICA Y EN RUSSIA. Los módicos de los hespllales recomiendan el nnevas, invetedaras ó rebeldes al mercurio » ROB VEGETAL BOYVÉAU LAFFECTEUR, •trosreinedioa, asi cono los empeines J las en aprobada por la Real Sociedad de Medicina, y fermadsdes cutáneas. El Rob sirve para corar: Herpes, abcesos, gota, marasmo, caurros srantliadocon lafirmadel doctor C<ra«ileaH di ain$-GTtalM, médico de la Facaiud ds Paris. de 1> vejigs, palidei, lumorea blancos, asmas Bste remedio, de muy buen gusto y muy fácil nerviosos, úlceras, sarna daieDsrada, rsumatlai» tomar con el mayor s^ilo se emplea en la mo, hlpoeondrias, Mdropesia, mal de piedra, marinr real baea mas de i asenta iBos, j cara sIBIis, gastro-enlsritis, escrófulas, eseorbnlo. •B^ pooa tiempo, con peeos gastos y sin temor Depósito, noticias y prospectos, gratis snoiaa de recaldas, todas las enfermedades «ilflluioss de los principales boticarios. Depósito general en la casa del Doctor o i r a a d e a o de «alnl-saerTal*. i t , calle Rlehsr, PAMI. — Depósito en todas las botlcu.->i)(t(«i0.M <f Ja/iiM/lca(w«, yextiassIaSrmaqaa TiiM ta lapa, j llera lafirmaOiraudsau da Saint-Qsrvala. S OK ROAM Para- teBIr «a «a «daisla, «a todos ! • • mattaaa, les eabellM y la barba, sin peligra para la pial y sin alngBB olor. Eala tintura es sararia* á toda* las asadas hasta al 4U 4* boy. Filjrlca en Rúan, rus Saint-NIcolaS, M. lie¡<6sito un casa d* los prlnclsalas paliniiliires y perfumadores dsl miin/a. 1 asa en *>aria, rae S l - B o n o r é , M7. PEPSINE BOÜDAULT Los midícos mas célebres reconocen lioy día la superioridad de lo* encuatiTO* ^sobre todos ios demás medios que se han empleado para la ^ iNO MAS CANAS N u e v a . I n v e n c i ó n , c o n p r i v i l e g i o s . g . d. g. VERDADERO LE ROY Del Doctor SIGNORET, üeilalía i ll Suititi il lu Cíeieiu isdailríileí i» ftrii. BRAGUERO CON MODERADO Invención del Doctor ÉGUISIER. Loí irrigadores que lletan la estampilla ORAPIER & FILS. son losdnicot que nada dejan que desear. Estos instrumentos reconocidos como superiores; ríe perfección acabada, ninguna relación liencnconlos numeroats iwitaciou** eiptreidas en el comerolo. ' r e c i o : l i á 32 fr, aegun el tamaño cALLMANN EXPOSICIÓN UNIVERSAL DE 1867 \lm nedalU n n i e a para la pepaiaa p o r a / h a aillo olOrBadn A IfOESTRA PEPSINA BODDACLT la t o l a aeontejada p o r «1 D ' C 0 R V I 8 A R T Btédico del E n i p e r a d « r Ifapoleon III y la aolB e m p l e a d a e n loa n O S P I T A L B » DE P A R Í » , COU éxUo infalibl, en Elixir, Vine, «arake IIOVOAVI.T j peiToa (Frascos de ana onza), en laii Gaatrltli Oprealon Oaatralglaa Acrnraa IVanaoaa Erueloa Pllultaa Gaaea «aqneea DIarroaa r loa vomltoa dO loa m u j e r e a embaraaadaa PAR>3. BW CASA de HOTTOT, S u c c , 24 ROK DRS LOMBARDS. OFSCONFIESt DE LASFALSIFIGACIONES DE LA VERDADERA PEPSINA BOIJDAULT rarmaoeutloa d« !'• Glasea da la Fa'etUtad da Paris. Este Jarabe este empleado, hace mas de 30 anos, por los mns•celebres médicos de todos los países, para curar las e n f e r m e d a d e s d e l c o r a z ó n y las diversas h i d r o p e s i a s . También se emplea con feliz éxito para la curación de las palfitadenu y opresiones uerriosas, del asma, de los catatros érdnicos, bronquitis, tos convulsiva, «sptttos de sangre, extiocton de vox, etc. NICASIO EZQUERBA. JESIABLECIDO CON llBREftÍA MERCEllÍA T ÚTILES BK ESCaiTOUIO |en Valparaíso, Santiago y Copiapó, los tres puntos mas importantes de la república de Chile. ladmite toda clase de ron<if(rnaIciones, bien sea en los ramos •arriba indicados ó en cualquiera Jotro que se le confie bajo cohdiIcíones equitativas para el remlI tente. Nota. La correspondencia | d e b e dirigirse á Nicaalo Ezquerra, Valparaíso (Chile.) GEOÍSiieilííl» Aprobadas por la Academia da Medicina da Parla. Resulta de dos informes dirigidos a dicha Aooilcmla el afl» 18i0, y hace poco tiempo, que las Gr i g e a s de Gélis y Conté, son el mas grato y mejor ferruginoso para la curación de la o l o r o s i i (eoloru pálidot); las perdidas b l a n c a s ; las d e b i l i d a d e s d e t e m p e r a m e n t o , cm ambos sexos; para f a c i l i t a r la m e n s t r u a c i ó n , sobre todo a las jóvenes, etc. D e p o i i t o g e n e r a l e n e a u d e LABÚLONTE 7 C-, c a l l e d'Abonkir, M, p l a i a d e l Caire. t>ép6sites: en BaHM, L e r l T e r e n d ; R e y e a ; F e r n a n d e a y C ; S a r a j r C ; — en Méjico, B. r o n W l n c a r r S y O BMasa M a r í a D a ; - ^ en Panamá, K r a e a c h w t l l ; — en Caracas, a t u r t l p y e*; B r a n n y C t — en Cartagena, j . v e l r a i -<- en MOHletiito, V e i » a r a O a r a Y c e e h e a ; I.aaea>«a j — en ¿ti«no(-j4yr«i, D e m u r e h l t s e r m a n o a ) — cu SanliaQo ¡ ' «'*' paraiiO, M o n g l a r d l n M ~ *•> Callao, B o t i c a c e n t r a l ) — en ¿tma, O u p c y r o n j C ' Í — «Q Guayaquil, G a u l t i Cal*'*r C , * / en la* principkles (armadas de la America y de las Filipinas. LA AMERICA.-*AÑO XTV.-NUM. 18 16 PIínORlS DIHIDT —Esta nueva eombiiiaciun, fundada Uuijre principios no iconocldos por Io> I médicos antiguos, 'llena, ccn un» precisión digna de alenden, todas las condicione* del problema del medicamento pu.-gaiile.—Al revés de olrui purgativos, esté no obra hien sino •cuando se toma con mu; buenoi •Itmentot y bebidas rortlflcantes. Su efecto es seguro, •I paso que no la es el agua d« Sedllti j otros purgativos. Es fácil arreglar la ddlll, según la edad y la fuerza de las personal. Los niBos, los ancianos j los enfermo* debilitados lo soportan sin dlfleultad. Cada Cual escoje, para purgarse, la hora 7 la c o mida que miijor le convengan según susoeupaciOne*. La molestia que causa el purgante, estando completamente anulada por la buena alimentación, no se halla reparo alguno en purgarse, cuando haya uecestdad.-»-I.os midlcos que emplean este medio no encuentran enfermos que se nieguen i purgarse (ó pre» testo de mal gusto 6 por temor de debllitane. Véase la Instrucción. En todas la* buenit brinacias. C«jas de 30 r*.,; de 10 r*. WM^ TENEDURÍA DE LIBROS. - EL TARTUFO, FOR D. EMILIO GALLUR. COMEDIA E N T R E S ACTOS. N u e v a edición refundida c o n n o t a b l e í a u m e n t o i e a la teoría y e n la práctica. Se vende en Madrid, en la librería de Cuesta, calle de Carretas, núm, 9. Obra recomendada por la Sociedad Económica de Airiigoa del pais de Alicante, y de grande aceptación por el comercio en España y América. Un tomo de 300 paginas próximamente, en 4." prolongado, que se vende i. 20 reales en las principales librerías, y iiaciendo el pedido al autor en AllcantoBarcelona, Nlubi, ¡Espadería, U.—CSdlz, Iterdiigo y compañía—Madrid. Ballly-Balllier^—Habana, Chao, Habana. 100. CATECISMO ENFERMEDADES DEL PECHOi CLOROSIS. ANEMIA,OPIlACION D E L A RELIGIÓN N A T U R A L , C pon D. JUAN ALONSO Y EGÜILAZ, REDACTOR DE tEL UNIVERSAL.» Este folleto encierra en una forma clara, metódica y compendiosa, el resumen sustancial de los principios de la religión natiu>al, es decir de la religión que á todos los hombres ilustrados y de sano criterio dicta su simple buen sentido. Contiene en su primera parte vm nSTA Y JARABE DE NAFÍ prólogo, una introducción, el credo, mandamientos, etc., etc.; y ea la segunda, preguntas y respuestasfeobreel texto. do DÜLJLIVGREIVIER Les dnicos pectorales aprolradas por lo* pro» Su precio un real en Madrid y real y medio en provincias. fesores de la Facultad de Medicina de Franela I por SO médicos de los Hospitale* de Pacit, Se nalla en las principales librerías. quienes lian hecho constar su superioridad so* bre todos los oíros pectorales y su Indodabl* eftcacia canica los RomadliM, «rlpro, IniU» •lon«a y las AfeoolooM t»l pecho y de I* *«r|M>ta, Xnaueten, Ckl» • •>«liladei>,OJ*a ttv r<i-llo, Udero», etc., en 39 Alivio pronto y efectivo por meuio a e AÍ I / ^ C •ninutot se deten». los Jambe» de Mpofosftto de tota, de cal y " 1- «-»-' "^ baraxa uno de «1de hierro del Doctor Churehill. Precio J ioi con tat LIMAS AHERICANAt francos el frasco en Parts. Exíjase el frasde P. Mourthé, con p r u n e s l o • • co cuadrado, la firma del Doctor Chur%. A. K-, proveedor de loa ejércitos, ehill y la etiqueta marca de f&brica de la I «probadas por diversas academiii y Farmacia Swoiv. 1 2 , rué Cattiglione, por 15 gobiernos. — 3,000 curas t a ParU lé :i ticas. — Medallas de primera y «eguada clases. — Por intitacion du DESCCBRIHIENTO PRODIGIOSO. seflor .Ministro de la guerra, 1,000 soldados han sido curados, y su curacioa se bu ticcho constar coa certiticadol oficiales. (Ytait ti fróznelo.) Oepósl» lo general en l'AftlS,i8,rue üeoftroyOuaolon initantáne» de lot mal ti*. Lasiiicr,; en MairU, BOnnEL herWatM doloTM d« miMlaa,— Oonfam. mnnua, 9>, l'ucria del Sol, y *" t** aioa da la dantadma y lai «nciai, das las farmacias. DapMto (nal. «a lipafia. Btwk L 1 » NT j O.*. Mantara, H . praL Madrid. KENNI^Á VAPORES-CORREOS M á . LOPÜZ Y COSIPANU. lili llSif LINEA THASATLANTIUA. Solida d« Cíiíii, log:iSi*8 15 y SO dv'cadt m«M, i la na* da 1« tarOD, p a n Pnarto-Kiro y la Habana. Salida de la Habana también loi dita IS y 30 de cada met i U i cinco de la tarde par* Cíidií di recta m e n t í . RACAHOÜT DE LOS Á R A B E S de •>C(.Ai««n*nina Caico alimento aprobi^lo por la Academia d« Uriiicina de Francia. Restablece á las persona* • ileniids (It'l Bstómoto ó de los intMtinoai t>rtil¡ca i iiis min s y á las personas débiles, y, por sil» [>rop,ieUa.lvs uaUptloas, preserva d« las ricbru anurUl* t tUiif. Cada (ra>,i(> y caja lleva, sobie la etiqueU, el IMtnbre y rúbrica de OCLANOREHIsa, y lu lefias de su rasa, ralle de llichelieu. 26, en P*. fis. — Tentr euid(n(o cun la» filtificaciona. DepósiUjs en las piineipales Farmacias dt •tkSXí>-k <.)K PASAJES. Pi-iuieira «¿mará. Segond* eimara. Pssoa. Pesos. 190 180 100 «0 160 aoú H*buMáCidix. 'ítíftíiía 4 «üiíípuontv». PeüOfi. «i «M 71» CamaTOten reaerrados de primar* cimar» <i<i «ola doa lítwaii, t Paarto-RlM. 170 O « M » ; t laH*b*n*, <00 •*da Ut4ra. £ ! pasajero qae quiera ocopai solo un itamaroii» de Uoa iiier*», p«g*ri a n p*Mj» y ^aiXut aoiiiui.3ut«. id. %n r<baja un 10 por 100 súbre MU do* pasajaa al qae toma on billota do Ida y Toelta. Voa niños da m e s o * d< doa *Dos, gratis; do dos ¿ sieta, n a ü i o p««aja. Para Sisal, Veracraz, Colon, etc., salen vapores d e la Habana. IS^i EXPRESO ISLA DE CUBA. EL MAS ANTIGUO BN ESTA CAPITAL. LIMEA DEL MEDITERRÁNEO. Remite á la Penfnsula por los v a p o SaUda de Barcelona los días 7 y 22 de cada mea i a s d i e z d e l a mañana para Valencia, Alicante, Maiagaly Cádiz, en combinación r e s - c o r r e o s toda clase d e efectos y s e hace cargo de agenciar e n la cdrte sonilos correos irasatliniicos. Salida de C&dií los dias 1 y 16 de cada mes i .as dos de la tarde para Alicante y Barcelona. cualquiera comisión q u e se l e confie. — H a c a n a , Mercaderes, n ú m . 1 6 . — TARIFA DE PASAJES. E. RAUínE/. Barcelona. Valencia. Alicante. Málaga. Cádii. EL UNWER8M. i.* PRECIOS DE sirscnicioN. Madrid, u n m e s 8 reales. P r o v i n c i a s , un trimestre, directamente. . . . 30 » P o r comisionado . . . . 32 » Ultramar y extranjero. 70 y 80 De « I » > Barcelona Valencia Alicante Málaga CidlT a * * > * %f iGobU. 2." Cubt*. 1." i.' Cobu, Gubta. 1." Pesos. Pesos., Pesos, Pesos. Pesos. Pesos. Pesos. Pesos. Pesos. Pesos. Pesos. Peaos. Pesos. 1l'SOO 6'800 13 2'SOO 16 > 2'SOO l'SOO 6'íiOO 4 * 4 12 S 9 5 1 2'SOO l'SOO 1 > > 9'SOO I 1 7'500 4 20'S0O * > 6-300 * 4 2'SOO 18 a > a * I » a 20 8'sno t 15'SOO U'itOOl ;i * Cobu. Pesos. Pesos. 14'3ü0 8*300 12 7 lO'SOO 6 5'SOO 2 CORRESPONSALES DE LA AMÉRICA EN ULTRAMAR Y DEMÁS CONDICIONES DE LA SUSCRICiON. ISL\ DE r.DBA. flaiana.—Sres. M. Pujóla y C , agentes generales |de la isla» Matamos.—Stes. Sancliez y 0." Trinidad.—D. Pedro Carrera. Cienfuegot.—H. Francisco Anido. Morón.—Sres. Rodrinuez y Barros. Cárdenas.—í). Ángel It. Alvarez. Bemba.—"Í.Emelerio Fernandez. Villa-Ciar .—D. Joaquín Anido Ledon. Manzanillo - D . Eduardo Codina. Quivican—b. Rafael Vidal Oliva. San Antonio de Rio-Blanco.—T>. José Cadenas. Calabazar.—D. hian Ferrando. Caibartin D. Hipólito Escobar. Cuatao.—\>. Juan Crespo y ArangoUolguin.—J). José Manuel Guerra Almaquer. Bolondron.—D. Santiago Muñoz. Ceiba Mocha.—D. DomingoRosain. Címarroiifí.—D. Francisco Tina. Jaruco.—D. Luis Guerra Chalius. Sagua la Crande.-Ti. Indalecio Ramos. Quemado de Cuines.—V). Aguslin Mellado. Pinar ael Kio.—X). José María Gil. RfwieditíS.—D. Alejandro De'gado. Saníiaflo.—Sres. Collaro'y Miranda. Piwro.—M. E. de Lapeyrouse y C tes generales con quienes s e entienden los de los demás puntos de Asia. SAN SALVADOR. SOLIVIA. SANTO DOMINGO. San Salvador.—D. Luis de Ojeda. La Vnlon.—D. Bernardo Courtade. (Capital).—D. Alejandro Bonilla. Puerto-Plata.—D. Miguel Malagon. SAN TBOMAS. S. Juandel ruel. " La P a í . — D . José Herrero. Cobija.—í). Joaquín Dorado. Cochabamba.—O. A. López. NICARAGDA. Potoni.—h. Juan L . Zauala. iVoríe.—D.g^ntonio - e Bar- ( raro.—D. José Cárcamo. PARAGDAT. Asutidon.—D. Isidoro Recalde. ECUADOR. (Capital).—X>. Luis Guasp. Curavtto.—H. Juan Blasini. UMUGDAT. BONDCRAS. Guayaquil.—h. ntnco. Rio-Janeiro.—D. M. D. Vlllalba. Rio grande del Sur.—ÍH.l. Torres C r e h net. Belize.—U. Antonio Lamota. Garcés. CHILE. NUEVA GRANADA. (Capital).—Sres. Buxo y Fernandez. Veracruz.—D.Joan Carredano. Bogotá.—Sres. Medina, hermanos. Tanipico.—Ü. Antonio Gutiérrez y Vlctory. (Con estas agencias se entienden to- Santa Marta.—D. José A. Barros. Corto^ena.—D. Joaquín F. Velez. das las del resto de Méjico.) Panamá.—Sres. Ferrari y Deilatorre. Colon.—O. Matías Villaverde. VENEZUELA. Cerro de S. Antonio.—ST. Castro Viola. MeáeiUn.—l). Isidoro Isaza. Caraeaí.—D. Evaristo Fombona. Jt/ompoí.—Sres. Ribou y hermanos. Puerto-Cabello.—V). Juan A. Segresláa. Paito.—D. Abel Torres. La Giíflíre.—Sres. Marti, Allgrétt y C * Sabanaldaga.—h. José Martín Tatis. Maraicabo.—&T. D'Empaire, nljo. Sincelejo.—D. Gregorio Blanco. Ciudad Bolivar.—X). Andrés J. Montes. Barranguilla.—lb. Luis Armenia. Barcelona.—h. Martin Hernández. Cariipano.—Sr. Pietrl. JMfl/íírin.—M. Pbilipne Beauperthuy. PERI). PUEHTO-WCO. Valencia.—H. Julio Buysse. l i m a . — S r e s . Calleja y compañía.' San /Mflii.—Viuda de Gon/.alez, imprenta Coro.—D. J. Thielen. Arequipa.—t). Manuel de G. Castresana. y librería. Fortaleza líS, agente gene¡guique.—'ü. G. E. Billinghurst. ral con quien se entenderán l o s estableCENXnO AMÉRICA. Punó.—D. Francisco Laudada. cidos en lodos los puntos importantes Tacna.—D. Francisco Calvet. de la Isla. G«aíe»!«í8.—D.Ricardo Escardille. Trujillo—Sres. Valle y CasUllo. S. Migtíét.—¡>. José Miguel Macáy. FiLirmAS. Coria Rica (S, Jes^J.—D. Vicente Herrera Callao.—h. J. R. Aguirre. A r i c o . - D . Carlos Eulert. JWaííílffl —Sres. Sammersy Puertas, agen- Santiago.—Srea. Juste y compañía. Valparaíso.—T>. Nicasio Ezquerra. Copiapi.—Ü. Carlos Ferrari. La Serena.—ST6S. Alfonso, hermanos. Huaseo.—D. Juan E. Carneiro. Concepción.—ü. JoséM. Serrate. Montevideo.—H. Federico Real y Prado Salto Oriental.—Sres. Canto y Morillo. GCTANA INGLESA. flemeroro.—MM. Rose Duff y C TRINIDAD. Trinidad. Buenot-Aire».—l>. Federico Real y Pfado. Catamarca.—D. Mardoqueo Molina. C6rdoba.—li. Pedro Rivas. Corrientes.—D. Emilio Vigil. Paraná, - d . Cayetano Ripoll. Rosario - D. Eudoro Carrasco. Salta.'. Sergio García. Sania , t ' . — D . Remigio Pérez. Tucu :.u.—D. Dionisio Moyano. Gua egi aychú.—D. Luis Vidal. Pa sondu.—b. Juan Larrey. Tacuwa».—D. Dionisio Moyano. ESTADOS-OMDOS. A^aet/a-Forfc.—M. Eugenio Didler. S. Francisco de California.—ül. H. Payot. Nueva Orleant.—U. Víctor Heberl. EXTRANJERO. París.—Mad. C. Denné Schmit, rué F a vart, núm. 2. Lfs&oo.—Librería de Campos, rúa nova deAlmada, 0 ^ - „ . , , , LándrM.—Sres. Chldley y Cortázar, 7 1 , Store Street. CONDICIONES DE LÍL PUBLICACIÓN. POLÍTICA, ADMINISTRACIÓN, COMERCIO, ARTES, CIENCIAS, INDUSTRIA, LITERATURA, etc.—Este periódico, que se pubUca en Madrid los días 13 y 28 de cada mes. hace dos numerosas ediciones, una para España, Filipinas y el extranjero, y otra para nuestras Antillas, Santo Domingo. San Thomas, Jamaica y deüás posesiones extranjeras, América Central, Méjico, Norte-América y América del Sur. Consta cada níimero de 16 á 20 páginas. La correspondencia se dirigirá á D. Víctor Balaguer. , . . , / , Se suscribe en Madrid: Librería de Duran, Carrera de San Gerónimo; López, Carmen; Moya y Plaza, Carretas.—Provincias: en las principales librerías, ó pop medio de libranzas de la Tesorería Central, Giro Mutuo, etc., ó sellos de Correos, en carta certificada.—Extranjero: Lisboa, librería de Campos, rúa nova de Almaaa, 6& París, librería Española de M. C. d'Denne Schmit, rué Favart, niim. 2: Londres, Sres. Chidley y Cortázar, 17, Store Street. . * '^g Para los anuncios extranjeros, reclamos y comunicados, se entenderán exclusivaiüente ea París con los señores Laborde y compañía, rué de Boaoy, 4¿.