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Ediciones Jurisprudencia del Trabajo, C.A.
Jurisprudencia
ACCIDENTES DE TRABAJO O ENFERMEDAD PROFESIONAL. DAÑOS MORALES
1.La reparación del daño material causado por la muerte del
trabajador debida a un accidente de trabajo, queda resuelta con el
pago de las indemnizaciones legales correspondientes; pero la
reparación del daño moral es automática, pues no necesita probarse
la legitimidad del afecto que sienten el cónyuge e hijos del trabajador
por su esposo y padre, y su consecuente dolor ante la pérdida de
éste.
CSJ 10-03-99
“En el juicio que por daños morales provenientes de accidente de trabajo...el Juzgado
Superior Tercero del Trabajo...dictó sentencia por la cual declaró con lugar la
demanda, condenando a la empresa demandada a pagar a las actoras la suma allí
indicada e imponiendo las costas a la perdidosa, conforme a la Ley.
“Cita de la Recurrida:
“...Se constata que el pedimento del accionante se funda en el artículo 1.185 del
Código Civil, que contiene la obligación de reparar el daño causado por el hecho ilícito
a cargo del transgresor y a favor de quien lo ha sufrido, creándose una
responsabilidad extracontractual. Alega que el patrono, por medio de su órgano
ejecutor, debía actuar como buen padre de familia, amén de las obligaciones que le
impone la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo.
“La Ley antes señalada dispone en su artículo 2, una responsabilidad patronal
significativa, pues deben los empleadores garantizar a sus trabajadores permanentes,
condiciones de seguridad, salud y bienestar, en un medio ambiente de trabajo
adecuado y propio para el ejercicio de sus facultades físicas y mentales; conlleva el
cumplimiento de una serie de obligaciones tendientes a proteger la integridad de la
persona del trabajador. Se comprende en estas obligaciones el derecho a la
información y a la educación para prevenir los riesgos del trabajo. Estas normas
censuran la conducta omisiva del empleador, el descuido o la negligencia del patrono
al no tomar las previsiones requeridas que causó el accidente. No debió permitir al
trabajador escalar el camión cargado de máquinas, sin la debida protección y menos
su desplazamiento sobre las cajas. Así, es responsable el patrono, quien obvió el
cumplimiento de las normas ya citadas.
“Ahora bien, en el caso que nos ocupa, la parte actora en el libelo de la demanda,
alega por una parte, un hecho material bien determinado, cual es, que el día 28 de
abril de 1988, siendo las 3 y 30 p.m. en las instalaciones de la empresa TC, el
ciudadano JRB en el momento que estaba bajando de una máquina propiedad de la
empresa, resbaló, cayó al piso y se fracturó el cráneo, que fue trasladado de urgencia
al hospital PC, y que falleció dos días después en fecha 30-04-88, y por la otra, alega
la actora un hecho subjetivo no probado, cual es que este accidente supuestamente
ocurrió porque “...el patrono permitió que el trabajador fallecido subiera encima de las
cajas que contenían unas máquinas propiedad de la empresa no obstante el riesgo
que significaba; incluso, y en el supuesto negado que hubiese subido sin permiso, el
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patrono está en la obligación de tener una persona que impidiese a cualquier
trabajador correr ese riesgo por imperativo de condiciones de seguridad”
“...Ahora bien, durante el lapso probatorio, mi representada demostró haberse
comportado en todo momento con el trabajador como un buen padre de familia y de
haber llenado todos los requisitos existentes en nuestro país para la protección del
trabajador, presentando, así, la contraprueba de lo alegado por el actor en el sentido
de que la empresa sí fue previsiva con respecto a la seguridad del trabajador,
circunstancia ésta que quedó plasmada en la recurrida al expresar la referida
sentencia lo siguiente: “En cuanto al demandado, se observa que las pruebas
producidas contemplan lo referente al daño material, que el Seguro Social y la
empresa Aseguradora pagaron la cuantía que allí especifica”.
“En el caso de especie, la parte demandada produjo pruebas tendientes a demostrar
que a los familiares del trabajador fallecido se le había indemnizado quedando
demostrado el hecho ilícito del accidente, pero no produjo ningún elemento probatorio
que desvirtuara los pedimentos del libelo que consisten en una reclamación de la
esposa y las hijas del trabajador fallecido en el accidente laboral, por los daños
morales sufridos ante la irreparable pérdida del esposo y padre.
“Ha sido criterio constante y pacífico de la doctrina y jurisprudencia nacional, que el
daño moral no es susceptible de prueba. Lo que sí son los daños materiales
ocasionados por el hecho ilícito, los cuales, una vez demostrados, facultan al juez
para “acordar una indemnización a la víctima en caso de lesión corporal, de atentado
a su honor, a su reputación, o a la de su familia, a su libertad personal, como también
en el caso de violación de su domicilio o de un secreto concerniente a la parte
lesionada”. Puede igualmente el juez conceder “una indemnización a los parientes,
afines, o cónyuge, como reparación del dolor sufrido en caso de muerte de la víctima”
(Artículo 1.196 del Código de Comercio).
“En la doctrina, el autor Minozzi expresa: “la prueba de los daños morales surge
inmediatamente de los hechos mismos: verbigracia, el cónyuge no necesita probar
que ha sufrido dolor por la muerte de su esposa o esposo; ni el padre por la muerte
del hijo, etc. Por lo mismo, no cabe discutir por el responsable en cada caso la
realidad del afecto que invoca el titular de la acción, cuando se trata de delito
cometido contra un miembro de la familia”. (Pág.260 El Dannonon Patrimoniale,
Milano 1917).
“Juzga la Sala, en consecuencia, que por cuanto la parte demandada no concurrió a
la contestación de la demanda, aceptó como verdaderos los hechos narrados en el
libelo de la demanda, conforme a lo establecido en el artículo 68 de la Ley Orgánica
de Tribunales y de Procedimiento del Trabajo, la cual fue propuesta por los daños
morales sufridos por la esposa y las hijas del trabajador fallecido en un accidente de
trabajo, cuyo hecho ilícito sí quedó demostrado. Así se decide”.
Magistrado Ponente: Dr. Héctor Grisanti Luciani
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