Sentencia del Tribunal Supremo, Sala de lo Contencioso, de

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Ponente:
Tipo de Resolución:
28079130052007100621
Tribunal Supremo. Sala de lo Contencioso
Madrid
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8144/2004
RECURSO CASACIÓN
RAFAEL FERNANDEZ VALVERDE
Sentencia
Resumen:
USO BANDERA NACIONAL: EJECUCIÓN PROVISIONAL.
SENTENCIA
En la Villa de Madrid, a veinticinco de Julio de dos mil siete.
Visto por la Sala Tercera (Sección Quinta) del Tribunal Supremo el Recurso de Casación 8144/2004
interpuesto por el GOBIERNO VASCO, representado por el Procurador Don Pedro Rodríguez Rodríguez y
asistido de Letrado, siendo parte recurrida la ADMINISTRACIÓN GENERAL DEL ESTADO, representada
por el Abogado del Estado; promovido contra el auto dictado el 19 de abril de 2004 por la Sección Segunda
de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, por el que se
acordó desestimar el recurso de súplica interpuesto contra el auto de 23 de febrero de 2004 de la misma
Sala, en Recurso Contencioso- administrativo nº 1197/2002, sobre ejecución de sentencia.
ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO.- Ante la Sección Segunda de la Sala de lo Contencioso Administrativo de Sevilla del
Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, se ha seguido el recurso contencioso administrativo nº
1197/2002, promovido por la ADMINISTRACIÓN GENERAL DEL ESTADO, y en el que ha sido parte
demandada el GOBIERNO VASCO, sobre colocación de bandera.
SEGUNDO.- Dicho Tribunal dictó auto con fecha 23 de febrero de 2004 del tenor literal siguiente: "LA
SALA ACUERDA: Proceder a ejecutar provisionalmente la sentencia de 17 de octubre de 2.003 y, para ello,
requiérase a la Directora de la Academia de Policía de Arkaute para que proceda a hacer ondear, con
carácter permanente, la bandera de España en lugar principal del exterior de la Academia de Policía Vasca,
bien en solitario o bien conjuntamente con la bandera autonómica vasca; sin hacer expresa imposición de
las costas del presente incidente".
Interpuesto por el GOBIERNO VASCO, recurso de súplica contra el auto antes indicado, en fecha 19
de abril de 2004 se dictó auto con la parte dispositiva siguiente: "LA SALA ACUERDA: Desestimar el
recurso de súplica interpuesto por la Administración demandada contra el auto de 23 de febrero de 2.004 ,
resolución que se mantiene en su integridad; sin hacer expresa imposición de las costas del presente
incidente".
TERCERO.- Contra dicho auto se preparó recurso de casación por el GOBIERNO VASCO y elevados
los autos y el expediente administrativo a este Alto Tribunal, por los recurrentes se interpuso el mismo, y
una vez admitido por la Sala, se sustanció por sus trámites legales.
CUARTO.- Acordado señalar día para la votación y fallo, fue fijado a tal fin el día 11 de julio de 2007,
en cuya fecha ha tenido lugar.
Siendo Ponente el Excmo. Sr. D. Rafael Fernández Valverde, Magistrado de la Sala
FUNDAMENTOS DE DERECHO
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PRIMERO.- Se impugna en este recurso de casación el Auto que la Sala de lo Contencioso
Administrativo del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (Sección Tercera) dictó en fecha de 19 de
abril de 2004 desestimatorio del recurso de súplica formulado por el GOBIERNO VASCO contra el anterior
Auto de la misma Sala, de fecha 23 de febrero de 2004 , por el que se acordó acceder a la ejecución
provisional formulada por el Abogado del Estado en la representación que ostenta de la ADMINISTRACIÓN
GENERAL DEL ESTADO de la sentencia de la misma Sala de instancia, de fecha 17 de octubre de 2003 ,
recaída en su recurso contencioso administrativo nº 1197/2002, por medio de la cual se estimó el recurso
formulado por el Abogado del Estado, en la citada representación de la ADMINISTRACIÓN GENERAL DEL
ESTADO, contra la desestimación presunta del requerimiento formulado a la Academia de Policía del País
Vasco (Organismo Autónomo del GOBIERNO VASCO) para el cumplimiento de la obligación de colocación
en su sede de la Bandera de España.
Debe dejarse constancia de que, interpuesto por el GOBIERNO VASCO recurso de casación contra
la mencionada sentencia de 17 de octubre de 2003 , cuya ejecución provisional se acordaba en los autos
ahora impugnados, fue el mismo registrado con el número 354/2004, recayendo, con fecha de 24 de julio de
2007 sentencia de esta Sala y Sección desestimatoria del mismo.
SEGUNDO.- Como decimos, la Sala de instancia, mediante los Autos impugnados, acordó la
ejecución provisional de la mencionada sentencia, y, se basó para ello, en síntesis, y por lo que aquí
interesa, en la siguiente argumentación, que se contiene en el primero de los autos impugnados, al ser el
segundo una mera ratificación del anterior:
a) En primer término el Auto de referencia deja constancia, con cita del artículo 91.1 de la Ley
29/1998, de 13 de julio, Reguladora de la Jurisdicción Contencioso Administrativa (LRJCA ), de la
posibilidad de la ejecución provisional de la sentencia, no obstante la preparación contra la misma de
recurso de casación.
b) En segundo lugar el Auto expresa el contenido de la sentencia de instancia, la cual, según se
expresa, se establece "la obligación de hacer ondear, con carácter permanente, la bandera de España en
lugar principal del exterior de la Academia de Policía de Arkaute, bien en solitario o bien conjuntamente con
la bandera autonómica vasca".
c) En tercer lugar, el Auto de 23 de febrero de 2004 expresa que "en el presente supuesto, la Sala
considera que la ejecución de esta sentencia no causa perjuicios para la Administración demandada.
En cuanto a las alegaciones de la representación del Gobierno Vasco, la primera de ellas se refiere a
que la ejecución provisional priva a la Academia de Policía de la capacidad de cumplir e interpretar la Ley, lo
que no resulta correcto pues la capacidad de una Administración Pública de interpretar una norma jurídica
cesa cuando han intervenido, como en este caso, los Tribunales, que tienen constitucionalmente
encomendada la función de aplicar e interpretar el ordenamiento jurídico.
En segundo lugar, alega la Administración demandada que la ejecución provisional causaría un
perjuicio a la imagen de la Academia de Policía Vasca. Este argumento resulta incorrecto pues el
cumplimiento, aún con carácter provisional, de una sentencia que aplica e interpreta una Ley, en este caso,
la 39/1981 , no puede causar perjuicio de imagen alguno, antes al contrario, lo que causaría perjuicios de
imagen sería negarse a efectuar tal cumplimiento pues ello implicaría romper las reglas del Estado de
Derecho en el que los Tribunales tienen atribuida la función de juzgar y hacer ejecutar lo juzgado".
TERCERO.- Contra dichos Autos se ha interpuesto recurso de casación promovido por el GOBIERNO
VASCO en el cual se esgrime un único motivo de impugnación, articulándolo al amparo del artículo 88.1.d)
de la Ley 29/1998, de 13 de julio, Reguladora de la Jurisdicción Contencioso Administrativa (LRJCA ), por
infracción de las normas del ordenamiento jurídico y de la jurisprudencia aplicable para resolver las
cuestiones objeto de debate; en concreto, se considera infringido, por su incorrecta aplicación, el artículo 91
de la LRJCA, y, en concreto su apartado 3 que exige una valoración de los intereses en juego, en la misma
medida que la valoración que se efectúa en la adopción de medidas cautelares.
Como hemos señalado con reiteración, dictada sentencia por esta Sala en la cuestión principal --como ha acontecido con nuestra STS de 24 de julio de 2007, en relación con la instancia cuya ejecución
provisional se revisa--- carece de objeto el presente recurso de casación, al quedar sin contenido en este
momento la ejecución provisional de la sentencia de instancia contra la que se ha interpuesto el recurso por
lo que procede su terminación y archivo (así, por todas SSTS 9 de febrero, 31 de mayo, 5 de octubre y 13
de diciembre de 1999, y 3 de mayo de 2000 ).
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CUARTO.- No obstante lo anterior, podemos contestar al motivo planteado, recordando que el
derecho a la ejecución de las Sentencias firmes se integra en el derecho constitucional a la tutela judicial
efectiva (STC 73/2000, de 14 /marzo), pero, sin embargo, "el derecho a la ejecución provisional de las
sentencias no es un derecho fundamental comprendido en el artículo 24.1 Constitución Española, sino que
viene establecido, en su caso, por el legislador y se encuentra sometido a ciertos requisitos sobre su
procedencia o improcedencia que deben ser valorados por los órganos judiciales" (SSTC 80/1990, 87/1996,
105/1997 y ATC núm. 103/1993 ).
El derecho a la ejecución provisional se regula en el artículo 91 de la LRJCA , donde se establece un
principio general favorable a la ejecución, y en este sentido, como señala la STS de 5 de noviembre de
1999 ---estableciendo doctrina que, aunque referida al artículo 98 de la anterior normativa, es plenamente
trasladable a la vigente---: "... las sentencias dictadas por los Tribunales Superiores de Justicia que se
hallen pendientes de recurso de casación debidamente preparado, son en principio ejecutables, como se
desprende inequívocamente de lo dispuesto en el art. 98, tanto mediante la afirmación concreta en cuanto a
esa posibilidad que contiene el párrafo primero del mismo, como en atención a lo que se ordena con
respecto a la conservación del testimonio necesario para llevarla a cabo que se especifica en el párrafo
segundo. Esta es la doctrina general que indiscutiblemente ha de primar en relación con el tema, y que se
halla en congruencia perfecta con la presunción de veracidad y acierto que ha de atribuirse a las
resoluciones judiciales en la instancia; todo ello sin perjuicio de que hayan de adoptarse ciertas cautelas y
cumplir determinados requisitos para posibilitar semejante ejecución anticipada, que nunca puede tener otro
carácter que el meramente provisional. Cualquier desviación de este criterio ha de reputarse desafortunada,
no pudiendo en caso alguno pretender obstaculizar esa ejecución provisional con el pretexto de que la
sentencia de instancia no es todavía firme, puesto que precisamente la falta de firmeza de la misma es la
que puede dar lugar al incidente de ejecución provisional que se deriva de la permisividad del artículo 98 ".
La Jurisprudencia también ha venido especificando los requisitos y circunstancias que permiten esa
ejecución provisional (el ATS de 11 de enero 1993, o las SSTS de 30 de junio de 1998 y 26 de febrero de
1999 ), señalando como requisitos que habilitan esa ejecución provisional los siguientes:
a) Expresa solicitud de la parte vencedora en la instancia, que se ha producido.
b) Prestación de caución suficiente para responder de los posibles perjuicios que pudieran
ocasionarse, que aquí resulta innecesaria .
c) La consideración razonada de la reparabilidad de dichos perjuicios y la reversibilidad de lo
provisionalmente ejecutado.
Pues bien, desde esta última perspectiva de la posibilidad de la reparabilidad de los hipotéticos
perjuicios que pudieran producirse como consecuencia de la ejecución provisional de la obligación de hacer
ondear la bandera española junto a la de la Comunidad Autónoma del País Vasco, debe señalarse que
ningún perjuicio puede percibirse que no pueda ser reparado, cuando, además, el incumplimiento de la
obligación, en principio, legalmente impuesta, lleva veinte años sin cumplirse. Una simple compensación
temporal de la que no se deduce perjuicio alguno.
En todo caso la parte recurrente se refiere, desde la perspectiva de la función significativa de los
símbolos, a unos perjuicios, de carácter inmaterial, que la ubicación de la bandera nacional puede producir
en la imagen de la Academia de Policía, conectando con el apartado 3 del citado artículo 91 que, como
sabemos, impone la denegación de la ejecución provisional cuando la misma "pueda crear situaciones
irreversibles o causar perjuicios de difícil reparación". Sin embargo, aun en este supuesto, tanto la
irreversibilidad de los perjuicios ---que se sitúan por la recurrente en un ámbito tan etéreo como el del
mundo de los símbolos--- como la posibilidad de reparación resultarían plenamente posibles; en modo
alguno puede plantearse irreversibilidad alguna cuando para la ejecución de una sentencia definitiva ---en
su caso--- bastaría con el obligado arriado de la bandera nacional, con todo lo que de simbólica dicha
ejecución supondría e implicaría. Por tanto, en modo alguno podemos apreciar ni la irreversibilidad en la
definitiva ejecución de la sentencia ni la existencia de perjuicio, que, incluso en ámbito de los símbolos en el
que el recurrente sitúa la cuestión, dificultarían tal ejecución inversa definitiva.
A mayor abundamiento, debemos recordar la existencia de una interpretación, por parte de este
Tribunal, desde la STS de 14 de abril de 1998 , de la misma cuestión que reitera el Gobierno Vasco.
Obviamente la existencia de tal sentencia cuenta con una incidencia fundamental en el supuesto de autos,
pues se trata de ejecutar provisionalmente un resolución previamente avalada por el Tribunal Supremo,
potenciando pues el derecho a la ejecución y reduciendo la provisionalidad de la misma situación.
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QUNTO.- Al declararse no haber lugar al recurso de casación procede condenar a la parte recurrente
en las costas del mismo (artículo 139.2 de la Ley Jurisdiccional 29/1998, de 13 de julio ). Esta condena sólo
alcanza, respecto de la minuta de Letrado, a la cantidad máxima de 2.000 euros (artículo 139.3 de la citada
Ley), a la vista de las actuaciones procesales.
VISTOS los preceptos y jurisprudencia citados, así como los de pertinente aplicación.
Por todo ello, en nombre de S. M. el Rey y en el ejercicio de la potestad que, emanada del pueblo
español, nos concede la Constitución.
FALLAMOS
1º. No haber lugar y, por tanto, desestimar el recurso de casación núm. 8144/2004, interpuesto por el
GOBIERNO VASCO contra el auto dictado por la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal
Superior de Justicia del País Vasco, en fecha de 19 de abril de 2004, en su recurso contencioso
administrativo nº 1197/2002, la cual, en consecuencia, confirmamos.
2º. Condenar a la parte recurrente en las costas del presente recurso de casación, en los términos
expresados.
Así por esta nuestra sentencia, que deberá insertarse por el Consejo General del Poder Judicial en la
publicación oficial de jurisprudencia de este Tribunal Supremo, definitivamente juzgando, , lo pronunciamos,
mandamos y firmamos PUBLICACIÓN.- Leída y publicada fue la anterior sentencia por el Magistrado
Ponente, Excmo. Sr. Don Rafael Fernández Valverde, estando constituida la Sala en Audiencia Pública, de
lo que certifico.
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