Atención Temprana

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dossier
Una apuesta decidida por la
atención temprana
SUMARIO
UNA APUESTA DECIDIDA
POR LA ATENCIÓN TEMPRANA
AMPARO VALCARCE
Págs. 19-20
LA ATENCIÓN TEMPRANA
EN EL ÁMBITO HOSPITALARIO
MERCEDES VALLE TRAPERO
MERCEDES RODRÍGUEZ POSTIGO
Págs. 20-23
LA ATENCIÓN TEMPRANA EN EUROPA
JAIME PONTE
Pág. 24-25
ORGANIZACIÓN DIAGNÓSTICA PARA
LA ATENCIÓN TEMPRANA (ODAT)
JUAN CARLOS BELDA ORIOLA
Según datos de la OMS, más
de un 2% de la población
infantil de 0 a 6 años pueden
presentar trastornos patológicos de diversa magnitud, que
Págs. 26-27
podrían provocar alteraciones
EDUCACIÓN TEMPRANA DE CALIDAD
en su desarrollo. Como es bien
MIGUEL ÁNGEL CASTAÑÓN
Mª CONCEPCIÓN LÁEZ ÁLVAREZ
sabido, una detección y una
Págs. 28-30
intervención temprana eficaz
INTERVENCIÓN FAMILIAR TRABAJO
EN UN CENTRO DE DESARROLLO INFANTIL
Y ATENCIÓN TEMPRANA
permite, en la mayoría de los
MARÍA ISABEL CASBAS GÓMEZ
Págs. 31-33
ASPECTOS EMOCIONALES
DE LA ATENCIÓN TEMPRANA
CRISTINA CRISTÓBAL MECHÓ
Págs. 34-35
casos, mejorar e incluso hacer
desaparecer estos problemas.
AMPARO VALCARCE
Secretaria de Estado de Servicios Sociales,
Familias y Discapacidad
demás, no debemos
olvidar tampoco los factores asociados a la
situación de zozobra y
ansiedad que viven las
familias en estos casos,
que las hace especialmente frágiles y donde
la actuación de los profesionales de Atención Temprana puede aportar información
técnica precisa y contrastada al mismo
tiempo que perspectivas de futuro en una
actuación compartida, abordando así dos
de los ámbitos que más angustian a las familias: el desconocimiento y la soledad.
La Atención Temprana representa una de
las prioridades del Ministerio de Trabajo y
Asuntos Sociales, ya que supone la herra-
A
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dossier
en la Atención Temprana; aglutinar en la
misma clasificación todos los aspectos
que intervienen en la Atención Temprana
(biológico, psicológico y social); posibilitar estudios epidemiológicos, estableciendo la prevalencia de los distintos
trastornos del desarrollo y situaciones
de riesgo, a nivel estatal y de las diversas
comunidades autónomas; diseñar investigaciones; organizar las observaciones clínicas y facilitar la toma de medidas
preventivas.
Como apunta la ODAT, la aproximación al diagnóstico debe efectuarse necesariamente desde las vertientes
biológica, psicológica y social. Es precisamente esta perspectiva multidisciplinar la
que confiere a ese diagnóstico una especial dificultad puesto que supone el uso
de modelos integradores.
Universalización del servicio
La Atención Temprana representa una de las prioridades del Ministerio de Trabajo y
Asuntos Sociales, apunta en este artículo Amparo Valcarce, secretaria de Estado de
Servicios Sociales, Familias y Discapacidad
mienta fundamental para el diagnóstico
precoz de discapacidades y para una
correcta y efectiva atención de este tipo
de problemas. Las políticas relacionadas
con este ámbito representan una apuesta decidida en una doble dirección: la
homogeneización de los criterios de
diagnóstico y la universalización de este
servicio en todo el país.
Con la publicación del Libro Blanco de la
Atención Temprana se puso de manifiesto la necesidad de establecer unos criterios de diagnóstico homologados y
generalizables para este tipo de actuaciones. Estos criterios necesitan evidentemente de discusión y consenso entre las
distintas Comunidades Autónomas de
manera que desde unos principios que
aseguran una atención básica de calidad
en todo el Estado, puedan enriquecerse
al contemplar la diversidad organizativa
de nuestro país.
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Organización diagnóstica
Por ello, iniciativas como la puesta en
marcha de la Organización Diagnóstica
de la Atención Temprana (ODAT), que ha
contado con la colaboración del Real
Patronato sobre Discapacidad, suponen
una oportunidad para avanzar en la eficacia del diagnóstico.
La ODAT es una clasificación diagnóstica para ordenar las situaciones de riesgo y los trastornos que pueden darse en
la etapa infantil de cero a seis años, tanto en los niños y sus familias, como en su
entorno, y su aplicación permitirá establecer un conjunto básico de datos
sobre Atención Temprana.
Este proyecto pretende ser un instrumento útil para clasificar los factores de
riesgo y los trastornos de desarrollo;
establecer un lenguaje común entre los
distintos profesionales que intervienen
Además de la efectividad del diagnóstico, es necesario insistir en la universalización de este servicio, de manera que
todos los usuarios tengan acceso a él,
independientemente de su lugar de residencia y de los medios de que dispongan
las familias.
En este sentido, el futuro Sistema de
Autonomía y Atención a la Dependencia
(SAAD), que entrará en vigor en 2007,
supondrá un salto cualitativo en la Atención Temprana en nuestro país. De
hecho, el Sistema atenderá a los menores
de tres años que padecen graves discapacidades, lo que conllevará un importante
impulso a este ámbito de actuación.
Así, el Gobierno y las Comunidades
Autónomas acordarán un baremo específico para estos menores que serán evaluados para determinar su grado y nivel
de dependencia y las prestaciones a las
que tendrán derecho. De este modo,
estas familias accederán a servicios
como la ayuda a domicilio o la prestación
económica para cuidadores en el entorno familiar.
Por todo ello, creo que nos encontramos en una situación esperanzadora
para el impulso de unos servicios de
atención temprana que respondan a las
necesidades de los niños y bebés y, sobre
todo, de sus familias.
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Uno de los primeros objetivos de los
Servicios de Neonatología, aparte de
la prioridad biológica, es el de favorecer
la vinculación entre padres e hijo
La Atención Temprana,
en el ámbito hospitalario
MERCEDES VALLE TRAPERO*
MERCEDES RODRÍGUEZ POSTIGO**
*Coordinadora y responsable de la Unidad
de Psicología del Servicio de Neonatología,
Hospital Clínico San Carlos de Madrid
**Colaboradora de la Unidad de Psicología
del Servicio de Neonatología
La Atención Temprana
(AT)en el ámbito
hospitalario debe tener un
carácter eminentemente
Preventivo de Trastornos
del Desarrollo ya que es
en este entorno donde
muchas veces se
diagnostican y a veces se
generan a costa de la
supervivencia del niño, que
hoy día alcanza unos
índices insospechados.
a Atención Temprana para
las poblaciones que se
definen como de Alto
riesgo de Discapacidad
(ARD) o los recién nacidos enfermos que permanecen mucho tiempo ingresados durante
la primera etapa de su vida en un entorno sanitario – Neonatología – tiene unos
ámbitos de intervención que deben ser
prioritarios en los aspectos psicológicos,
educativos y sociales para complementar
o compensar las actuaciones de tipo biológico a veces muy invasivas y frecuentes
aunque necesarias para su supervivencia
y calidad de vida.
Se plantea la Atención Temprana no
sólo como un tratamiento individualizado para cada niño y su familia, sino como
un Programa Estructurado para el recién
nacido hospitalizado y por tanto enfermo separado de su entorno, que debería
ser enmarcado dentro de la Pedagogía
Hospitalaria por la serie de actuaciones
educativas que conlleva a todos los nive-
L
les: el paciente, la ecología, la familia, la
evaluación del neonato y el programa de
seguimiento, con un marcado criterio
interdisciplinar.
Formación Interdisciplinar
La Formación Interdisciplinar es
imprescindible para un enfoque integral.
En nuestro Servicio se lleva a cabo a través de la elaboración de documentos
internos (Hoja de observación de Enfermería, Documentos para padres), sesiones clínicas y grupos de trabajo con
médicos, profesionales de Enfermería,
Trabajo Social y todos los especialistas
que tienen que intervenir en este contexto intra y extrahospitalario.
En este programa se ha aplicado el
concepto de ecología, entendida no sólo
como los estímulos materiales de un
entorno, sino también las formas de relación que se establecen en ese entorno
según la teoría ecológica. (Bronfrenbrenner, 1978).
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Uno de los primeros objetivos de los
Servicios de Neonatología, aparte de la
prioridad biológica, es el de favorecer la
vinculación padres – hijo. Para ello y
sobre todo para la calidad de este vínculo se ha demostrado que hay un “tiempo
óptimo” o periodo crítico, que son los
primeros meses de vida (Klaus y Kenell,
1978), por ello es conveniente que los
Servicios estén organizados en cuanto a
tiempo y espacios para la presencia y
participación familiar.
En todas las culturas la familia es el
contexto de aprendizaje más significativo en los primeros años y este aprendizaje es mutuo.
En el trabajo directo con las familias,
se deben tener unos criterios prioritarios de actuación que iremos adaptando
según cada situación familiar.
El contexto terapéutico abierto, tranquilizador, desculpabilizador hará posible
crear una relación de complementariedad con ellos, para resaltar la importancia de su presencia y participación en los
cuidados del hijo. En primer lugar ayudarles a conocer las características del
niño, que debido a la ecología en la que
vive (luz intensa, ruido, actuaciones invasivas) puede tener dificultades para
organizar su conducta, también habrá
que enseñarles para que no se frustren y
adapten sus cuidados y caricias a estos
estados ya que esta será la mejor estimulación que puedan proporcionarle
pues le llevará (si no hay patología grave)
a una maduración progresiva de los diferentes estados propios del recién nacido
a término.
La familia
La evaluación familiar en Atención
Temprana debe tener en cuenta una
serie de factores condicionantes, algunos ya existentes en la etapa prenatal,
los cuales se consideran de gran vulnerabilidad psíquica por la repercusión
que pueden tener “a posteriori”. Como
son:
● Las expectativas y deseo de este
hijo, como sucede en tratamientos de
fertilización hace que los sentimientos
de frustración y de dificultad en aceptar
los problemas sea mayor.
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Preparar el alta hospitalaria es un trabajo progresivo que va llevando a los padres a
una mayor autonomía y seguridad en el conocimiento y cuidados de su hijo
● El diagnóstico prenatal de posible
alteración que altera toda la dinámica del
vínculo con el hijo ya iniciado.
● Los tratamientos y la hospitalización
materna prolongada que producen sentimientos depresivos y ganas de que “todo
acabe”.
● El estado emocional en ambos
padres, ya que es muy importante para la
madre la presencia y la contención que le
pueda proporcionar su pareja para recuperarse psicológicamente pronto.
● La hipótesis familiar, es decir, la causa que atribuyen los padres a estos problemas ya que esto genera unos sentimientos de culpa difíciles de superar.
● Así como otros factores familiares
como son los años de convivencia, si hay
otros hijos, si cuentan con soporte emocional por parte de otros miembros de
la familia, bienestar familiar previo, estrategias cognitivas, nivel educativo, capacidad para afrontar el estrés, éxito profesional…
Estos conocimientos y su dinámica
nos permitirán prestar toda la Atención
Temprana que el niño necesita a la ecología familiar proporcionándoles la ayuda
terapéutica necesaria para que la familia
vaya sacando sus recursos potenciales
paralizados por la situación que están
viviendo, así se fortalecerá su autoestima
y confianza en sus propias funciones con
lo cual las posibilidades de éxito serán
mayores.
El recién nacido
La evaluación del recién nacido hospitalizado depende de una serie de variables individuales como son su estado
biológico, las actuaciones clínicas y el
temperamento del propio niño. Dependerá también del tipo de relación que
establezca tanto con el adulto como con
su entorno, la incapacidad de establecer
un vínculo con el adulto que realiza la
función materna comprometerá su desarrollo a todos los niveles.
Cuando el niño está en inestabilidad
fisiológica, no puede salir de la incubadora, está inquieto e irritable, seguimos el
modelo de organización jerárquica del
desarrollo de Als (1994). Este programa
de “Estimulación protectora” consiste
básicamente en controlar los agentes
estresantes del ambiente que rodea al
niño.
Al regular el nivel de luz procurando
que esta sea lo menos intensa posible o
tapando con una sabanilla la incubadora
para crear un ambiente de penumbra,
favorecemos la maduración, la relajación,
llevándole a controlar su sistema motor
y a la consecuente aparición de otros
estados mas maduros como la alerta y el
sueño tranquilo.
Si es posible se le mete en un saquito
para aumentar la protección, la sensación
de estar en el útero materno a la vez que
le ayuda a mantener el calor.
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Programa de seguimiento
Se atenúa el ruido, hay muchas investigaciones que refieren que si el nivel es
alto influye en la calidad del estado de
sueño, elemento fundamental para la
maduración del sistema nervioso y para
la adaptación al hogar.
Dentro del programa de estimulación protectora le proporcionaremos
los cambios posturales adecuados a
estado, es decir, relajación cuando inicia
el sueño y en prono en alerta para que
pueda percibir lo que le rodea. En esta
etapa las caricias son muy intensas e
invasivas, se aconseja a los padres sólo
el contacto piel a piel, como para arropar, contener con sus manos y siempre
se dice que la voz suave es la mejor
caricia.
Una vez superada la fase de inestabilidad fisiológica, los padres pueden participar mas en los cuidados de su hijo,
cogerlo, alimentarlo, iniciar las conductas
de acomodación mutua aproximándose
a lo que sería la relación con un recién
nacido a término normal.
Siempre estaremos pendientes de las
señales de estrés que pueda presentar
por la sobrecarga de estímulos: cambios
importantes del color de la piel, dificultad en la respiración, temblores y sobresaltos, llanto inconsolable, rigidez. Cuando aparecen estas manifestaciones
debemos iniciar una actuación protectora porque significa que la estimulación
que está recibiendo es excesiva.
Preparar el alta hospitalaria es un trabajo progresivo que va llevando a los
padres a una mayor autonomía y seguridad en el conocimiento y cuidados de su
hijo. Se deben indicar algunas actividades
para facilitar la adaptación al hogar, que
es lo más importante en esta fase, encaminadas sobre todo a que los padres
recuperen la confianza en sus propios
cuidados y recursos y sobre todo no se
culpabilicen si tardan en conseguirlo.
La primera entrevista después del alta
o cuando es derivado de otro centro y
no conocemos sus antecedentes debe
ser totalmente abierta para ver que nos
cuentan, que es lo que más les preocupa,
que capacidades y recursos han desarrollado desde el alta hospitalaria o bien si
siguen dependientes de nosotros.
El contacto con los padres durante el
periodo de hospitalización permite, en
cierto modo, predecir el modelo de
crianza que llevarán a cabo con su hijo,
por ello en aquellos casos en los que veamos cierta inseguridad en las conductas
paternas o en los que el niño presente un
retraso en su desarrollo, mantendremos
además de los controles habituales un
Programa de Seguimiento en prevención
de posibles problemas que podrían alterar la evolución normal del bebé.
Cuando se da el clima adecuado el
diálogo tónico entre los bebes y sus
padres implica un repertorio de conductas visuales, auditivas, táctiles, olfativas,
motrices, rítmicas… que son moduladas
y modeladas en esa interacción que es la
base de un desarrollo global y armónico.
Las advertencias hacia las señales de
estrés del niño siguen estando presentes,
es importante no sobrepasar su nivel de
tolerancia porque el niño se tornaría
inestable, alteraría sus ritmos y esto dificultaría su capacidad interactiva y supondría un retraso en su desarrollo.
En esta etapa se pueden observar
pequeñas alteraciones motrices en forma de asimetrías que llevan al niño a utilizar más un hemicuerpo que el otro y
que pueden deberse a actitudes posturales adquiridas en la incubadora.
Cuando las intervenciones en el
periodo de hospitalización requieren
cierto grado de inmovilización, generalmente de brazos, es fácil observar en el
bebé una postura de brazos abiertos, sus
manos no se aproximan a la línea media,
por ello no aparece la coordinación ojo
– mano y no se desarrollan las conductas
de prensión manual bajo la dirección de
sus ojos. Otras veces, como decíamos
anteriormente, estas conductas se
observan en un hemicuerpo y no en el
otro.
Alteraciones funcionales
Las conductas visuales y/o auditivas
pueden presentar cierto retraso sin que
haya para ello una base orgánica, en estos
casos los retrasos pueden deberse a problemas funcionales que tendrán mucho
que ver con el nivel de madurez del niño
y con la forma en que interactúa con el
medio que le rodea.
Es importante detectar lo mas pronto
posible estas alteraciones ya que de no
hacerlo así podrían aparecer con posterioridad problemas como los que Ornstein. Olsson y Aszatalos (1992) y Mulas
(1993) en sus programas de seguimiento
de los niños prematuros hasta la edad
escolar ponen de manifiesto. Lo que se
conoce como “ Nuevas Morbilidades”,
entre ellas estarían las dificultades en las
áreas de aprendizaje y de los objetivos
académicos, las dificultades de coordinación visomotora y de lenguaje con frecuencia acompañadas de lesiones menores del neurodesarrollo, retrasos motrices
y problemas de conducta.
Por ello cuando tenemos la oportunidad de intervenir en AT en prevención,
trataremos de transmitir a los padres la
importancia de respetar el ritmo evolutivo del niño, de no apresurar sus adquisiciones porque ello sólo le lleva a especializaciones sensomotrices que al no estar
basadas en las vivencias y en la experiencia del niño, de poco le sirven de cara a
futuros aprendizajes..
Emocionalmente, los padres que son
capaces de observar y valorar los progresos de su hijo, están menos angustiados, son más receptivos y con frecuencia grandes colaboradores en este
proceso en el cual ellos y sus hijos son
los protagonistas.
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En los últimos quince años
la Atención Temprana ha
sido un objeto de estudio
preferente dentro de la
Unión Europea. El Programa Helios II desarrollado
entre 1993 y 1996 le dedico dos grupos de trabajo
en las áreas de educación y
de rehabilitación funcional
los cuales, aún partiendo
de enfoques diferentes llegaron a conclusiones muy
semejantes lo que propició
un extenso consenso profesional y convirtió a los
“Principios de Buena Práctica”, a partir de su publicación, en una referencia
fundamental para el desarrollo de la Atención Temprana en cada país.
JAIME PONTE
Experto en Atención Temprana
Representante de España en el Proyecto
de la Agencia Europa para el desarrollo
de la educación especial.
osteriormente, a lo
largo del trienio que
va de 2003 a 2005 la
Agencia
Europea
para el Desarrollo de
la Educación Especial,
con el apoyo de la Comisión Europea, desarrolló un proyecto de
investigación que analizó en pro-
P
La atención
temprana en
Europa
fundidad la situación de la Atención Temprana en 19 países de Europa, estudiando,
además, sobre el terreno, tres formas de
aplicación del modelo ecológico-sistémico:
el modelo de gestión descentralizada
con fuertes servicios y recursos en la
atención primaria, que define a los países
nórdicos,
el modelo de servicios especializados
de apoyo, integrados en los servicios
sociales, característico de países como
Francia o Alemania, y
el innovador modelo de coordinación interservicios que ha desarrollado
Portugal.
Cabe señalar, entre las conclusiones de
este estudioI y más allá de constatar la
diversidad de formas organizativas de los
servicios, los importantes acuerdos
alcanzados en el grupo de expertos para
impulsar la construcción de una dimensión europea de la Atención Temprana y
que se avanzan en la propuesta de definición operativa que puede observarse
en el cuadro adjunto.
•
•
•
Varios aspectos merecieron una atención particular en el terreno de la práctica profesional. Los apuntamos de manera
esquemática:
La preocupación por el número cada
vez mayor de niños con problemas psicológicos y socio-emocionales lo que
pone a la orden del día la necesidad de
impulsar la prevención, generalizar los
programas de cribado del desarrollo,
establecer criterios de selección de los
niños que deben ser atendidos y evitar la
sobre-intervención.
La importancia de superar la fase de
la mera “yuxtaposición” de profesionales
para pasar a conformar equipos cooperativos que no sólo compartan la información sino que elaboren y organicen
sus propuestas y actuaciones trabajando
juntos, en el seno del equipo y con otras
instituciones.
La trascendencia de garantizar una
formación reglada y una práctica supervisada que garantice el enfoque adecuado
de los casos, la reflexión y la actualización continuas.
La necesidad de sistematizar los procesos de valoración y elaboración de los
programas personalizados de apoyo, estableciendo procedimientos regulares de
registro de las situaciones evolutivas, de
formulación de objetivos, de participación
de la familia, de programación de las intervenciones, de evaluación de resultados.
•
•
•
•
Recomendaciones
Finalmente, se elaboraron una serie de
recomendaciones para hacer efectivo el
Las recomendaciones del nuevo Plan de
Acción del Consejo de Europa para las
personas con discapacidad 2006-2015
será sin duda un nuevo impulso para el
desarrollo de la Atención Temprana
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derecho a la Atención Temprana que aquí
presentamos de forma muy resumida:
La disponibilidad, se refiere a la necesidad de contar con medidas políticas
que garanticen la suficiencia de las redes
de servicios de apoyo y de los recursos
sociales que precisan las familias. En este
sentido se propone avanzar en la definición de los destinatarios de manera que
el ámbito personal y la cobertura de las
prestaciones esté bien delimitada para
evitar distorsiones o desatención de
colectivos o grupos en situación de
necesidad. La creación de Centros de
Apoyo a la Atención Temprana a nivel
regional y nacional podría servir como
elemento de enlace entre los niveles
políticos, profesionales y usuarios.
La proximidad, incide sobre la descentralización y apoyo local como forma de
facilitar la intervención en los entornos
naturales, la información directa y accesible de las familias, el conocimiento de
su realidad y de la comunidad en la que
se trabaja y la participación de los
padres en la toma de decisiones. La elaboración de un documento escrito, el
Programa Individual de Apoyo, se considera un estándar de calidad ineludible
que garantiza la transparencia y el acuerdo entre la familia y los profesionales.
La accesibilidad, implica el compromiso de las administraciones públicas con
la gratuidad, la dotación equitativa y suficiente de los servicios y la sujeción de
estos a unos estándares de calidad que
garanticen su eficacia
La interdisciplinariedad, enfatiza la
atención que debe prestarse a los aspectos holísticos, transversales y multidi-
mensionales que presenta cada niño y
cada familia, la necesidad de formarse en
el trabajo en equipo y en las competencias personales para el asesoramiento
(“counselling”) de las familias, el nombramiento del coordinador de referencia
más adecuado para acompañar a cada
una de ellas.
La diversidad, fruto de procesos históricos y realidades diferentes en cada país,
no debe de ser óbice para asumir el reto
de la cooperación inter-servicios, sean
educativos, sanitarios o sociales. Algunos
momentos se consideran especialmente
importantes para ordenar las aportaciones de cada uno de ellos:
La formación y preparación durante
el embarazo.
La prevención en todo el itinerario
prenatal y hasta los 3 años, estableciendo
protocolos de cribado y detección precoz, específicos (maltrato, metabolopatías, comunicación, hipoacusia,…) y
universales según corresponda a cada
sistema de servicios.
La comunicación del diagnóstico a las
familias.
La diligencia en la intervención siendo injustificable la existencia de listas de
espera.
La garantía de plaza en preescolar
con los apoyos que sean convenientes.
El tránsito ordenado a la escuela.
•
•
•
•
•
•
Perspectivas
El trabajo de más de treinta años ha
permitido que la Atención Temprana se
haya ganado el reconocimiento social
para ocupar hoy un lugar limitado pero
ATENCIÓN TEMPRANA, FAMILIA Y ENTORNO
La Atención Temprana es un conjunto de intervenciones para niños pequeños y
sus familias, ofrecidas previa petición, en un determinado momento de la vida del
niño, que abarcan cualquier acción realizada cuando un niño necesita un apoyo
especial para:
•
• reforzar las propias competencias de la familia, y
• fomentar la inclusión social de la familia y el niño.
asegurar y mejorar su desarrollo personal,
Estas acciones deben ofrecerse en el entorno natural del niño, preferentemente
cerca de su domicilio, mediante un trabajo de carácter multidimensional,
centrado en la familia y realizado en equipo.
crucial en el continuo de las políticas de
familia e infancia para la etapa 0-6.
Pero la Atención Temprana, por su
estrecha vinculación con todo lo que
acontece en los itinerarios 0-6 necesita,
como afirman algunos de sus teóricos
(GuralnickII , ShonkoffIII , DunstIV , Peterander, GinéV,…) y como se desprende de
los intercambios que se vienen produciendo a nivel europeo,“volver a ser pensada” (“rethinking early intervention”).
En el conjunto de Europa, la Atención
Temprana se enfrenta al reto global de
formar parte de las nuevas políticas de
familia e infancia, ubicarse en los nuevos
escenarios de socialización y establecer
relación con los nuevos y múltiples agentes que en ellos desarrollan su actividad.
Gran parte de la actividad profesional
tendrá que desarrollarse en los lugares
ordinarios de vida del niño o niña, atendiendo a las preocupaciones de las familias
y colaborando con otros profesionales.
Será necesario contar con instrumentos
compartidos y reconocidos por todos
para evaluar y homologar los progresos y
las dificultades.
REFERENCIAS
BIBLIOGRÁFICAS
I.- V. Soriano (ed.) “Atención Temprana.
Análisis de situaciones en Europa.Aspectos fundamentales y recomendaciones”.
Agencia Europea para el desarrollo de la
educación especial. 2005. Información
sobre el proyecto en la página web
http://european-agency.org/eci/eci.html
II.- Guralnick, M.J. (2001): “A developmental system's model for early intervention”. En Infant and young children,
Vol 14:2. Aspen Publishers. ISEI.
III.- Shonkoff, J.P. , Phillips, D.A. (2000):
“From neurons to neighbourhoods.The
Science of Early Child Development”.
Washington. National Academy Press.
IV.- Dunst, C.J. (2000): Revisitng
Rethinking in Early Intervention”.En
Topics in Early Childhood Special
Education. Nº 20 (2).
V.- Gine C., Gracia M., Vilaseca, R.,
Garcia Die Mª T., (2006): Repensar la
atención temprana: propuestas para un
desarrollo futuro. Infancia y Aprendizaje
Vol 29 nº 3 pp. 297-313.
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La dificultad en establecer un
diagnóstico definitivo es muy
habitual en niños de 0 a 6 años,
por las importantes variaciones
evolutivas, la propia inmadurez
inherente a estas edades y debido
muchas veces a la utilización de
clasificaciones que no contemplan
de forma específica la clínica del
niño pequeño
La Organización Diagnóstica
para la Atención Temprana
(ODAT), se inició como
un proyecto para subsanar
la necesidad de disponer de
una clasificación diagnóstica
que realmente incluyera
toda la amplia gama de
demandas de atención que
se reciben en los Centros
de Atención Temprana.
JUAN CARLOS BELDA ORIOLA
Psicólogo Clínico
Centro de Atención Pediátrica de Alcoy
Miembro de la Asociación Valenciana
de Atención Temprana
l trabajo se inició desde
una postura ecléctica
con el fin de recoger en
una sola clasificación, el
contenido de las distintas taxonomías diagnósticas al uso, sobre trastornos infantiles.
Finalmente se ha conseguido una estructura que recoge por una parte los
E
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Organización
Diagnóstica
para la Atención
Temprana (ODAT)
factores de riesgo y por otra los trastornos, pero que además trasciende su
objetivo inicial y adquiere la capacidad
para convertirse en un instrumento
para la gestión de la información en
Atención Temprana.
La necesidad de un
instrumento de diagnóstico
común
La dificultad en establecer un diagnóstico definitivo es muy habitual en niños de 0 a 6 años, por las importantes
variaciones evolutivas, la propia inmadurez inherente a estas edades y debi-
do muchas veces a la utilización de clasificaciones que no contemplan de forma específica la clínica del niño
pequeño. Añade complejidad el hecho
de que en AT no se interviene únicamente cuando ya el niño muestra una
alteración, sino que, siguiendo las directrices del Libro Blanco, la intervención se
contempla desde la misma “situación de
riesgo”, lo que nos lleva a un diagnóstico de “factores de riesgo”, de ámbito
biológico, familiar y/o social.
Las características de los casos atendidos en los Centros de AT obligan, a
menudo, a recurrir a diversas clasificaciones. Tomando en consideración cual
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es la problemática principal del niño.Ya
que es opinión generalizada, que ninguna clasificación existente contempla de
forma adecuada y con la misma profundidad y/o nivel los diversos problemas
de los niños que reciben AT. La falta de
un sistema de clasificación consensuada en el sector dificulta el intercambio
de información y lleva a la carencia de
registros sistemáticos de la población
atendida, que sean válidos epidemiológicamente.
Las propuestas de unificación de criterios de actuación que ha supuesto la
elaboración, publicación y difusión del
Libro Blanco y la posterior constitución
de la Federación Estatal de Asociaciones de Profesionales de la Atención
Temprana (GAT), así como la participación de profesionales de la AT de las
distintas Comunidades Autónomas en
reuniones y su convergencia en nuevas
asociaciones de profesionales, ha ido
generando el caldo de cultivo para que
los propios profesionales demandaran
con insistencia la necesidad de articular
un mecanismo de clasificación viable,
útil y eficiente.
Objetivos
En la primera fase de elaboración se
seleccionaron una serie de objetivos
que constituyeron una auténtica declaración de intenciones. Después de cinco años de trabajo, algunos objetivos
están conseguidos en su totalidad y
otros, sin embargo, aún están en proceso. De todas formas, será su aplicación
práctica y concreta la que nos informe
sobre la bondad de sus utilidades. Los
objetivos que se marcaron fueron los
siguientes:
●
●
●
●
Elaborar un instrumento útil que sea
capaz de clasificar los factores de riesgo y los trastornos del desarrollo.
Establecer un lenguaje común entre
los distintos profesionales que intervienen en la AT.
Aglutinar en la misma clasificación todos los aspectos que intervienen en
AT (biológico, psicológico y social).
Posibilitar estudios epidemiológicos,
estableciendo la prevalencia de los dis-
●
●
●
tintos trastornos del desarrollo y situaciones de riesgo, a nivel estatal y de
las diversas Comunidades Autónomas.
Diseñar investigaciones.
Organizar las observaciones clínicas.
Facilitar la toma de medidas preventivas.
Queda pendiente, una vez elaborado y
consensuado el Nivel III sobre los Recursos, que se pueda abordar este otro listado de objetivos:
●
●
●
●
Dar una visión global de la situación
concreta y de las intervenciones programadas.
Poder diseñar la planificación de recursos para el niño y su familia desde
la interdisciplinariedad.
Recoger las necesidades en cuanto a
infraestructuras de servicios de AT, a
nivel sectorial, autonómico y estatal,
que posibiliten una intervención de
calidad.
Contrastar formas de actuación en los
distintos trastornos del desarrollo y
establecer las más efectivas.
Escalas utilizadas
Las clasificaciones más utilizadas en
AT son la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades, Traumatismos y Causas de Defunción (CIE), la
Clasificación Internacional de las Deficiencias, Discapacidades y Minusvalías
(CIDDM- CIF) y el Manual Diagnóstico
y Estadístico de los Trastornos Mentales
(DSM). Recientemente se está introduciendo la Clasificación de la Salud Mental y los Trastornos en el Desarrollo de
la Infancia y la Niñez (0-3).
Estructura
Se pretende que la estructura multiaxial
recoja las siguientes dos secuencias fundamentales para entender y trabajar en AT:
●
●
Lo biológico, psicológico y social,
La detección, el diagnóstico y el tratamiento.
La estructura finalmente alcanzada,
después de múltiples intentos fallidos
consta de tres niveles:
●
●
●
El primer nivel describe los factores
de riesgo de los trastornos en el desarrollo en los distintos contextos: en
el propio niño, en su familia y en el entorno. (Ejes I, II y III)
El segundo nivel describe el tipo de trastornos o disfunciones que se pueden
diagnosticar en el niño, en las interacciones con la familia y con las características del entorno. (Ejes IV,V y VI)
El tercer nivel (en prensa) deberá incluir los recursos destinados a la atención distribuidos en tres ejes:
referidos al niño, a su familia y al entorno. (Ejes VII,VIII y IX)
En cuanto a la descripción numérica,
en la actual versión disponemos de dos
niveles, seis ejes, veintiséis categorías y
ciento ochenta y cuatro elementos diagnósticos clasificados.
ODAT,
PUNTO DE PARTIDA
Si queremos que la AT avance y se
consolide como un conjunto de intervenciones eficaces y sea entendida como una disciplina, además del
trabajo diario con los niños, las familias, otros profesionales y demás
agentes sociales, debemos hacer un
esfuerzo por teorizar y documentar
nuestras intervenciones. Evidentemente si no utilizamos elementos
comunes para el diagnóstico difícilmente podremos comparar nuestras
poblaciones atendidas, y mucho menos las intervenciones que llevamos
a cabo.
La publicación de la ODAT más
que un punto de llegada ha de significar un punto de partida. Desde su
utilización en los Centros de Desarrollo Infantil y Atención Temprana
(CDIATs de Servicios Sociales, Sanidad o Educación) para su mejora
continua, mediante la recogida e intercambio de información, tanto a
nivel autonómico como estatal.Y tal
y como se menciona en la cultura de
calidad “lo que no se puede medir
no existe”, pues entonces, seamos
capaces de medir y clasificar nuestro
trabajo en AT.
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La mayor parte del
desarrollo intelectual,
de la personalidad y
del comportamiento
social se adquiere con
más rapidez en los
primeros años, ya que son
los momentos de mayor
plasticidad neurológica y
psicológica
Educación Temprana
de Calidad
De lejos viene la preocupación por lograr un desarrollo
armónico de los niños con
la finalidad de que se integren
y sean útiles a la sociedad
que les toca vivir. En épocas
pasadas la segregación y la
estigmatización, cuando no el
desprecio y hasta el encierro
o la muerte, eran algunas de
las medidas que se tomaron
con aquellos que, por diversas
causas, mostraban déficits
comportamentales,
estructurales o funcionales.
28 MinusVal
MIGUEL ÁNGEL CASTAÑÓN*
Mª CONCEPCIÓN LÁEZ ÁLVAREZ**
*Psicólogo del Centro de Psicología
Conductual y Orientador del Colegio
“La Asunción”. León
**Psicopedagoga. Asesora Técnica Docente.
León
volucionaron las ideas y
el lenguaje, avanzó el
conocimiento, se modificaron las leyes, cambiaron los conceptos, se
transformaron las escuelas y se diversificaron las actuaciones con la infancia, hasta llegar al
momento actual en el que la atención
temprana, eficaz y de calidad pretende
E
alcanzar un desarrollo lo más óptimo y
armónico posible de todos. Habrá que
dar una vuelta de tuerca al concepto de
Atención Temprana, especialmente desde la educación, mirando, no sólo a las
condiciones específicas de los niños,
sino a todas las variables que rodean e
influyen, en mayor o menor medida, en
su desarrollo.
La Educación Temprana, mediante una
acción sistemática, debe promover el
desarrollo de las capacidades del niño,
especialmente en el grupo de edad de 0
a 6 años, contando con la intervención
de los padres –orientación, formación y
colaboración–, y de todos los miembros
de la comunidad con los que cotidianamente interactúa–, y facilitar la creación
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de un entorno favorable que le proporcione los estímulos necesarios para
aprovechar al máximo todas sus potencialidades.
En definitiva se trata de tener en
cuenta que los conocimientos, percepciones, valores, sentimientos, actitudes y
la socialización se adquieren y se construyen por la interacción con las personas y en los contextos en los que se
desarrolla su vida (familiar, escolar, tiempo libre…).
Interacción
con el entorno
La clave está en un trabajo educativo coordinado y coherente entre
todos, que brinde los servicios especializados cuando sean necesarios, que
integre a las familias y que enfoque su
tarea a conseguir que, desde el inicio,
los niños aprendan a ser, aprendan a
hacer, aprendan a aprender y aprendan
a convivir.
Consiste en proporcionarles unas
experiencias ricas y estimulantes adecuadas a su edad desde el primer momento, ya que la experiencia ha puesto
de manifiesto lo beneficioso que resulta, para el desarrollo posterior, la posibilidad de interacción con el entorno y
la disponibilidad de estímulos ricos y
variados.
El niño tendrá que desarrollar cada
vez discriminaciones más complejas referidas a todas las áreas. Si los estímulos y
el entorno a los que está sometido son
pertinentes progresarán con normalidad,
si no aparecerán retardos o los avances
serán menores, o se darán de forma
errónea.
Las investigaciones apoyan el hecho
de que la mayor parte del desarrollo
intelectual, de la personalidad y del
comportamiento social se adquiere
con más rapidez en los primeros años,
ya que son los momentos de mayor
plasticidad neurológica y psicológica.
Son edades en las que la puesta en
marcha de programas educativos con
una metodología adecuada favorecerá
un óptimo desarrollo; contribuirá a
prevenir dificultades y cumplirá, en su
caso, una función de compensación de
desigualdades contribuyendo a que los
aprendizajes se realicen con más efectividad y disposición.
La acción educativa debe facilitar y
aumentar los potenciales de aprendizaje respetando el ritmo individual de
cada uno y sus estrategias naturales de
aprendizaje. No tiene que incidir exclusivamente en aspectos motrices, sensoriales y cognoscitivos, sino también en
habilidades, comportamientos, resolución de problemas, creatividad…, factores todos ellos implicados en un
desarrollo global.Todo ello teniendo en
cuenta el momento evolutivo que caracteriza a esta etapa.
Es cierto que además del momento
evolutivo, en este proceso educativo
pueden influir otras variables disposicionales del organismo –enfermedades
transitorias o permanentes, la historia
de aprendizaje, la presencia física, el
repertorio básico de habilidades y las
funciones de refuerzo– y las variables
disposicionales del entorno –disponibilidad de tiempo, espacio y materiales
para la atención; habilidades verbales;
códigos, normas, hábitos, valores y
costumbres sociales...–; que deberán
tenerse en cuenta ya que pueden ser
pertinentes en las adquisiciones y por
lo tanto, es obligatorio contemplarlas
a la hora de diseñar una intervención.
La tarea de los agentes educativos en
la educación temprana consiste en aumentar el repertorio de habilidades de
todo tipo en su alumnado. Éste tendrá
que adquirir una serie de competencias
y destrezas, aparecerán algunos comportamientos inadecuados susceptibles
de extinción y no emergerán otros que
deberán suplirse con otras potencialidades, debido a la ausencia de estructuras corporales o de determinadas
variables implicadas. Una adecuada educación temprana supone que los profesionales diseñan los ambientes o
contextos en los que se probabilizan las
habilidades deseadas y, a la vez, aumentan las variables estimulares o los reforzadores que aseguran su uso y
mantenimiento. Todas las personas que
rodean al niño deben conocer y aplicar
las contingencias utilizadas en la escuela para promover y/o generalizar las habilidades adquiridas en todos los
ambientes en los que éste se desenvuelve.
No estamos utilizando el término estimulación temprana –considerado por
muchos como insuficiente–, ya que la finalidad, en lo que creemos debe entenderse como educación temprana, no
consiste sólo en aplicar estimulación en
un momento dado, sino que trata de tener en cuenta todas las oportunidades
“Todos los hábitos que deben contraer los niños, conviene que comiencen desde la más tierna edad, teniendo cuidado de proceder por grados; así el calor natural de los niños hace que arrostren muy fácilmente el frío.Tales son poco más
o menos los cuidados, que más importa tener en la primera edad. En cuanto a
la edad que sigue a ésta y que se extiende hasta los cinco años, no se puede
exigir ni la aplicación intelectual, ni ciertas fatigas violentas que impedirían el crecimiento. Pero se les puede exigir la actividad necesaria para evitar una pereza
total del cuerpo. A los niños se les debe excitar al movimiento empleando diversos medios, sobre todo el juego, los cuales no deben ser indignos de hombres libres, ni demasiado penosos, ni demasiado fáciles. Pero sobre todo, que los
magistrados encargados de la educación, y que se llaman pedónomos, vigilen con
el mayor cuidado las palabras y los cuentos que lleguen a estos tiernos oídos.
Todo esto debe hacerse a fin de prepararles para los trabajos que más tarde les
esperan; y así sus juegos deben ser en general ensayos de los ejercicios a que
habrán de dedicarse en edad más avanzada”.
Aristóteles. Política. Libro cuarto, capítulo XV.
“De la educación durante la primera infancia”.
MinusVal 29
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en que se lleva a cabo y también todo el
periodo en que se interviene más específicamente.
Contextos educativos
Partimos de la idea de que, como
dijo Bruner: “los contextos educativos
son, en sí mismos, contextos de desarrollo
en los que se promueven procesos evolutivos a través del aprendizaje mediado socialmente”.
No creemos tampoco que la educación temprana tenga que dirigirse exclusivamente al alumnado con
necesidades educativas específicas y
como respuesta a una carencia o a un
déficit, sino que es una educación para
todos, que tiene que realizar su tarea
tomando como punto de partida las
aptitudes y las capacidades y no la deficiencia; adoptando medidas que favorezcan la autonomía y faciliten el
mayor avance posible en todas las esferas del desarrollo.
Se trata de poner el punto de partida
en dotar a todos de las mismas oportunidades, proporcionando las estrategias
y recursos precisos independientemente de que, en función de las características específicas de cada uno, el nivel de
logros alcanzados sea diferente.
Cuando se aplican programas de
atención específicos, deben enfocarse
desde la filosofía de la inclusión, evitando la segregación y la estigmatización
que muchas veces supone su aplicación. Esto puede ser debido a muchas
variables, incluidas la elevada ratio de
alumnado por aula, una metodología
inadecuada, falsas expectativas y, también, a veces, la escasez de personal especializado.
La función preventiva de la educación temprana es relevante; la identificación, detección, diagnóstico e
intervención precoz de discapacidades
u otras situaciones de riesgo –incluidas las derivadas de desventajas socioeconómicas–, supondrá que se
puedan poner en marcha cuanto antes
medidas de orientación, compensación
o de intervención/corrección.
La acción/atención educativa entendida como potenciadora del desarrollo y
30 MinusVal
como atención global e integral puede
ser insuficiente para abordar las distintas
situaciones sociales, personales y materiales que puedan presentarse y necesite
de la implicación a otra serie de instituciones, de una acción multidisciplinar e
intersectorial (salud, servicios sociales) y,
por lo tanto, deba estar incardinada en
una intervención social más amplia que
establezca los mecanismos de actuación
necesarios y que trabaje los conceptos
de globalidad, sistematización y planificación, sin olvidar que en este proceso
debe estar integrada la familia como
agente activo.
Igualdad
de oportunidades
La normativa estableció, en un principio, para el grupo de edad 0-3, una
función de carácter asistencial que posteriormente se ha ido compaginando
con otra de orientación educativa y,
más recientemente, como un factor facilitador de igualdad de oportunidades.
Quizás la cuestión estribe en admitir
que para lograr una educación temprana de calidad, la presencia de objetivos
educativos, asistenciales, compensatorios, etc., es perfectamente compatible,
complementaria e integrada, al menos
en lo que el sistema educativo español
establece como etapa de educación infantil.
Los profesionales, las familias, y todos aquellos que tengamos algo que
decir o que hacer con la diversidad de
personas en edad de escolarización
temprana, debemos continuar innovando y renovando el sistema con un
nuevo lenguaje que incluya otros conceptos; en el que la palabra “discapacidad” pase a ser historia y en el que
cada persona desarrolle óptimamente
sus posibilidades, relacionándose con
sus compañeros y accediendo a todo
el espectro de oportunidades educativas y sociales, en el más amplio sentido, facilitando, de esta manera, la plena
participación de todos. Si así se hace,
la rentabilidad social de la atención
temprana, será evidente en el futuro
porque los recursos invertidos multiplicarán sus frutos en las etapas educa-
tivas posteriores y aumentará el potencial humano y el desarrollo económico de la sociedad.
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La familia siempre debe estar
informada, situada en el contexto,
con conocimiento exacto de cual es
la persona que tiene como referente
en el centro, y cuál es el proceso
siguiente que deberá atrontar
Trabajo de un Centro de Desarrollo Infantil y
Atención Temprana
Intervención
familiar
Son muchos los textos consultados,muchos los profesionales
escuchados, infinitas las horas de reflexión, incontables
las reuniones de coordinación, enriquecedoras las
experiencias, fascinantes los éxitos y traumáticos los fracasos
en la intervención familiar. Dentro del trabajo en un Centro
de Atención Temprana, si en algo estamos totalmente
de acuerdo los profesionales implicados, es en considerar
la intervención familiar como el aspecto más dificultoso
y duro en nuestro cometido.
MARÍA ISABEL CASBAS GÓMEZ
Directora del Centro de Atención Temprana de Lorca
Presidenta de ATEMP-Murcia
ctualmente tenemos múltiples estudios en donde
poder elegir modelos de intervención familiar; ya
existe una historia con luces y sombras sobre el protagonismo de la familia en Atención Temprana, pero no
siempre hemos contado con estos
recursos. Al comienzo, en los centros
entonces denominados, de Estimulación Precoz, el objetivo de nuestra
intervención era exclusivamente el
niñ@ y la relación de éste con el
profesional. Es decir, lo que Cunninghan y Davis (1988) denominaron
"modelo del experto"; pero como señalan de Linares y Rodríguez (2004),
el tiempo y el estudio nos llevó a actuar de forma que se considera importante el entrenamiento a padres,
y pasamos al denominado "modelo
del transplante".
No obstante, la experiencia, el razonamiento lógico y los resultados
A
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dossier
obtenidos por numerosas investigaciones (Turnbull, Turbiville y Turnbull
(2000) nos ha conducido al "modelo
del usuario" en el que tanto padres
como profesionales aportan en la relación unos conocimientos complementarios, asumiendo
lo
que
podríamos denominar una corresponsabilidad en el proceso de elegir y decidir sobre el desarrollo de su hij@.
Concepto de familia
Para poder entender este último
tipo de intervención, debemos partir
del concepto de familia que actualmente asumen los profesionales implicados en la Atención Temprana. En
este sentido, debemos destacar que
la mayoría de profesionales tienen
una concepción basada en modelos
teóricos como son el sistémico, el
ecológico, el evolutivo y el transaccional. La familia es considerada
como un todo orgánico, como un sistema relacional en constante transformación e interacción con otros
sistemas. También debemos tener en
cuenta que la definición de Atención
Temprana planteada en el Libro Blanco contempla las intervenciones tanto a la población infantil como al
entorno, y que el primer entorno natural del niñ@ es su familia. Es más,
este entorno es considerado como
uno de los contextos de desarrollo
más importantes para cualquier persona, y mucho más aún para la que
presenta alguna deficiencia, discapacidad o riesgo de padecerla.
Una vez planteado el marco teórico de la intervención familiar creemos conveniente describir la
realidad cotidiana en un Centro de
Desarrollo Infantil y Atención Temprana (CDIAT), intentando plantear
los puntos fuertes de coincidencia y
los puntos débiles a trabajar. En primer lugar, consideramos que tanto
los profesionales como los padres
partimos de un mismo objetivo a la
hora de planificar la intervención
con el niñ@, pero este proceso, que
por natural parece sencillo, no siempre lo es debido a factores ambien-
32 MinusVal
tales, emocionales, sociales, laborales
etc.. Por otro lado, también debemos
conocer, al menos, los protocolos de
actuación y los objetivos planteados
en el proceso inicial de acogida de
una familia a un CDIAT, es decir, qué
itinerario puede seguir y cuándo finaliza nuestra intervención con cada
familia, para poder detectar en cada
actuación el grado de satisfacción/insatisfacción de la familia con respecto a nuestro servicio. La actitud que
tengamos respecto a la relación que
se debe establecer con nuestras familias va a determinar significativamente el éxito final de nuestra
intervención.
Un porcentaje muy elevado de la
población que recibimos en los
CDIAT'S viene derivada por servicios sanitarios, pediatras de zona
y/o de hospital, especialistas en
neuropediatria, en rehabilitación,
etc...; otro gran porcentaje de las
familias atendidas vienen remitidas
por los servicios educativos y sociales, y muy pocas son las que se
atreven a acercarse a nosotros por
motivos propios de preocupación
familiar. Debemos destacar que algunas familias, la mayoría, nos llegan
cargadas de ansiedad, otras con
muy poca información, muchas
"perdidas", otras enfadadas, desconcertadas, y muy pocas tranquilas.
Cada una de estas familias es distinta a las otras, tiene sus propias cargas culturales, valores, creencias y
expectativas, y esas peculiaridades
debemos respetarlas.
Normalmente la mamá, pocas veces ambos papás, se acerca por medio del teléfono o fisicamente al
Centro para informarse de los pasos
a seguir y pedir cita. El dia designado
se presentan, con o sin niñ@, dispuestos a dar todo tipo de información sobre la evolución de su hij@.
Casi nunca están preparados para
recopilar información o disipar dudas; por ello, el profesional que los
acoge en esta primera entrevista tiene o debe tener unos objetivos claros que destacamos en el recuadro
de esta página.
OBJETIVOS DEL
PROCESO
DE ACOGIMIENTO
FAMILIAR
de información,
•(quiénRecogida
deriva, porqué, qué les
preocupa a los padres, qué datos
tienen sobre el centro, horarios,
funcionamiento). Establecido este
primer contacto se inicia el proceso propio de recogida de datos.
Entrevista inicial, en la que se
recogen datos del desarrollo prenatal, perinatal y postnatal, desarrollo psicomotor, hábitos de
autonomía, etc.
Entrevista social, es el momento de conocer la situación del
niño en su entorno, organización y
dinámica familiar, horario laboral,
familia extensa, ocio, apoyos sociales.
Planificación de citas para la valoración del niñ@ por los distintos profesionales.
•
•
•
Información
La familia siempre debe estar informada, situada en el contexto, con conocimiento exacto de cual es la
persona que tiene como referente en
el centro, y cuál es el proceso siguiente que deberá afrontar. El profesional,
con formación y actitudes apropiadas
al papel que debe desempeñar, debe
haber valorado el estado emocional
de la familia, la aceptación del estado
real del niñ@ y los apoyos sociales
con los que cuenta. Los padres deben
sentirse protagonistas clave de nuestra intervención, es necesario que
ellos confien en nosotros como profesionales y por supuesto que nosotros confiemos en ellos como
padres con recursos, ya que el objetivo es la coresponsabilidad y la siguiente etapa crítica, la información
diagnóstica.
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La devolución de los resultados obtenidos en la valoración y el proceso
de hipótesis diagnósticas se hace duro
para todos los implicados en ello. Asi
pues, las habilidades y destrezas de los
profesionales y de los padres deben
potenciarse al máximo. La comunicación y la información deben ser fluidas
y cristalinas, y la toma de decisiones
debe estar sintonizada en la misma frecuencia. Demasiados elementos a tener en cuenta, excesivos sentimientos
en efervescencia y alguna improvisación incontrolada puede dar al traste
con la calidad "vivencial" de este momento y con los cimientos de los siguientes. En definitiva, con la calidad de
vida emocional y afectiva de todos los
miembros de una familia.
Es muy conveniente, para mejorar la
calidad en los procesos diagnósticos
que, cuanto antes, asumamos el derecho que tienen las familias a la segunda opinión. Los papás y mamás
necesitan estar seguros de qué es lo
que pasa, porqué ha pasado y qué pronóstico tiene el suceso. Por ello, cuanto antes cierren este interrogante,
cuanto más fácil se lo hagamos y cuanto antes se centren en la "normalización" de sus vidas, antes podremos
pasar al siguiente proceso. En efecto,
todavía nos queda el reto de cómo hacer, de la mejor manera posible, la información del diagnóstico a la familia.
La mayoría de los profesionales conocemos qué es lo que no debemos hacer (que no es poco), pero no
podemos asegurar que lo que hacemos siempre funcione, y éste es uno
de los grandes desafios sin resolver,
aunque no por falta de motivación por
resolverlo.
En nuestro trabajo, se exige a todos los profesionales una profunda
implicación. El reto es mantener la
ilusión día a día, semana a semana,
mes a mes, pero en una continua asimilación y acomodación de los acontecimientos. Las crisis para las familias
en muchas ocasiones pueden venir
desencadenadas por los calendarios
de las adquisiciones evolutivas de sus
hijos, nos referimos a preguntas del
tipo mi hij@ ¿cuándo va a gatear?, y
cuando ya gatea, plantean ¿y ahora,
cuándo va andar?, ¿cuándo va a hablar?... Qué difíciles son de contestar
estas dudas. Los argumentos que
aportamos para explicar este retraso
en las adquisiciones, o la falta de calidad en las conductas, casi nunca calman la necesidad de los padres de ver
cumplidos los objetivos trazados, y
compensado el esfuerzo invertido
hasta comprobar que el éxito está
asegurado. Aquí deberiamos hacer
una reflexión sobre la acción de escuchar, teniendo en cuenta que ésta tiene o debe tener una doble dirección
que se retroalimenta. Es decir, los padres y los profesionales se encuentran en cada uno de los polos, pero
no son polos opuestos ni aislados,
sino que para dar el siguiente paso
siempre hay que oir lo que dice el
otro polo, por tanto, son complementarios y mutuamente necesarios.
Integración escolar
Finalmente, la decisión sobre la Escuela Infantil idónea o sobre el tipo de
colegio a elegir según las necesidades
del niñ@, y acoplándonos a las necesidades de la familia, es posible que pueda provocar situaciones conflictivas
que también hay que resolver conjuntamente. En este sentido, desde el
Centro se orienta la intervención hacia la integración escolar sobre los
veinticuatro meses de edad, y a los papás y mamás que tienen la suerte de
poder tener los niños en sus hogares,
esto les cuesta un nuevo periodo de
reflexión sobre el cambio de vida propuesto para la familia. Pero nosotros
pensamos que todo crecimiento conlleva una crisis, y que las crisis no necesariamente siempre son negativas,
sino todo lo contrario.
Los planteamientos aqui expuestos
casi nunca son sencillos en sus soluciones y normalmente vienen complicados
por otros factores de segundo orden
que tampoco son fáciles de obviar. Por
ejemplo, una familia vive en una ciudad
determinada donde no siempre existen
suficientes plazas de guarderías o Escuelas Infantiles y mucho menos con
derecho a pedir becas; no todas las familias cuentan con familia extensa de
apoyo, a veces tampoco cuentan con un
conocimiento mínimo de nuestra cultura y nuestras costumbres, ni siquiera de
nuestro idioma. Muchas familias no
sienten como "problema principal" la
alteración del desarrollo de su hij@
puesto que tienen cubiertas sus necesidades básicas. No todas las familias tienen la misma facilidad para romper las
expectativas puestas en sus bebés y no
son rápidas en modificarlas y en aceptar la realidad evidente.
No todos somos capaces de llevar a
cabo nuestros objetivos con éxito
como profesionales; y hablando de
profesionales, no quiero cerrar este
artículo sin hacer mención sobre la
necesidad de una buena formación de
los profesionales en este tema que nos
ocupa, existen grandes autores que
nos deleitan con sus escritos, buenos
profesores que nos embaucan con sus
magistrales clases, y normalmente son
grandes personas, yo conozco a algtunos pero quiero destacar a una: se llama Carmen de Linares, es malagueña, y
si podéis no dejéis pasar la oportunidad de escucharla o de leerla, es un
puro placer.
MinusVal 33
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dossier
sta definición nos acerca a la
idea que no hay un único
receptor en Atención Temprana, es imprescindible incluir a la
familia y a los diferentes profesionales que intervienen a lo
largo del desarrollo infantil. En muchas ocasiones son estos los que desde las guarderías y escuelas, o desde el medio sanitario,
pediatras, neonatólogos, etc… detectan la
presencia de dificultades en el desarrollo
que posteriormente derivarán hacia una
intervención en Atención Temprana
Desde esta amplia mirada, el conjunto
de las intervenciones se desarrollan dentro de un marco de relaciones asistenciales, de “relaciones humanas”, donde los
aspectos emocionales no solo se circunscriben a los propios del desarrollo infantil,
sino que además de conocer y entender
qué necesita un sujeto para desarrollarse
biológica, psicológica y socialmente, se
suman los aspectos emocionales que
como individuos partícipes de una relación aportan las madres, los padres y los
profesionales que atienden a las familias.
La relación asistencial se establece en
un momento muy particular del desarrollo
humano; sin duda, los primeros años de la
vida constituyen un periodo significativo
en el proceso de ser persona. El niño para
desarrollarse precisa de unos procesos
biológicos adecuados, de una relación en la
que se sustenten estos procesos, y de un
entorno social donde ubicarla, formándose así el círculo biológico, psicológico y
social antes mencionado.
E
Cada familia tiene unas características que le vienen dadas por su propia historia biológica, psicológica y cultural, donde coexisten diversas formas de sentir, entender, atender y gestionar las propias
emociones.
Aspectos
emocionales de la
Atención Temprana
La Atención Temprana se entiende como el conjunto de
intervenciones, dirigidas a la población infantil de 0 a 6 años, a
la familia y al entorno, que tienen por objetivo dar respuesta
lo más pronto posible a las necesidades transitorias o
permanentes que presentan los niños con trastorno en su
desarrollo o que tienen riesgo de padecerlos. Estas
intervenciones, que deben considerar la globalidad del niño,
han de ser planificadas por un equipo de profesionales de
orientación interdisciplinar o transdisciplinar. (1)
CRISTINA CRISTÓBAL MECHÓ
Psicóloga y Logopeda. Psicoterapeuta
Servicio de Atención Temprana - SAP del Paseo de San Juan. Barcelona
Presidenta de la Asociación Catalana de Atención Precoz- ACAP
34 MinusVal
VÍNCULOS AFECTIVOS
Sabemos de la capacidad innata de los
bebés para responder específicamente a
situaciones interactivas y de la capacidad
para interpretar realidades neurofisiológicas
que se transforman en mensajes emocionales.De esta forma,y siempre sustentados en
vínculos afectivos, se inician los procesos de
mentalización al dar sentido emocional a los
estados fisiológicos. Estos vínculos afectivos
se conforman como potenciadores del desarrollo global infantil en el que la mente y el
cuerpo se comunican.
Los bebés y los niños necesitan que
haya alguien que reciba y retorne sus primeras experiencias de relación, que se los
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coja en brazos, se les acaricie, que se los
mire, que se les hable. Que el “Otro”, principalmente los padres, pueda dar sentido a
las emociones y sentimientos que expresan a través del llanto, de la mirada, de su
sonrisa, de los movimientos del cuerpo, de
sus gestos. De esta manera el bebé podrá
interiorizar las experiencias que serán la
base de relaciones posteriores. Se podrá
comunicar, desarrollará el lenguaje, el juego y dará forma a su pensamiento.
Los niños y las niñas necesitan que los
padres hayan creado, no solo un espacio
físico donde ubicarles en sus hogares, sino
un espacio en sus mentes para ser reconocidos como sujetos activos y interactivos a los que se les reconoce sus
necesidades, competencias y deseos.
El entorno familiar a través de la crianza puede convertirse en un agente que
potencia el desarrollo mental, en sus
aspectos cognitivos y emocionales, facilitando a los hijos el encuentro con los
otros, la autonomía y la diferenciación
como personas únicas.
La relación entre los padres y el lactante se concibe hoy como un conjunto de
procesos bidireccionales, en los que un
bebé no sólo está sometido a las influencias de los padres sino que también origina
modificaciones considerables en estos.
Con sus gritos, sus sonrisas, sus muecas,
con el conjunto de señales y comunicaciones que les dirige, contribuye sobremanera
a determinar sus vivencias, sus satisfacciones, sus angustias, su culpabilidad y su consideración de sí mismos como padres (2).
Desde la perspectiva de las emociones
¿Qué puede suceder en los padres cuando el hijo padece algún trastorno o puede
tener riesgo de padecerlo?
Las expectativas que se han ido gestando en relación a la maternidad y la paternidad sufren un vuelco inesperado, y ese
vínculo único y diferente que se establece
con cada hijo e hija y entre los propios
padres, deberá resituarse para que continúe siendo uno de los elementos que posibilita el crecimiento infantil.En gran medida,
este crecimiento global, dependerá de la
forma en que los padres puedan entender
y resolver esta nueva realidad. Cada familia
tiene unas características que le vienen
dadas por su propia historia biológica, psicológica y cultural, coexisten pues, diversas
formas de sentir, entender, de atender y de
gestionar las propias emociones.
FUNCIONES EMOCIONALES
La familia puede entenderse como un
espacio intersubjetivo donde se potencian
las funciones emocionales propias del grupo familiar, tales como la generación de
amor, el fomento de esperanza, contención del sufrimiento y sobre todo potenciar el pensamiento sobre la actuación (3).
Este grupo se trasforma en un contexto
para el desarrollo y un en contexto donde se pueden resolver conflictos.
¿Qué sentimientos aparecen en los
padres y en los profesionales ante los diagnósticos de trastorno en el desarrollo?
La comunicación del diagnóstico, es a
menudo una información que provoca, en
aquel que la recibe,un dolor emocional equiparable a un sentimiento de pérdida.En estos
primeros momentos y según la gravedad del
trastorno,la rabia y la incredulidad de lo escuchado invade a las familias, buscan respuestas
concretas y rápidas, quieren saber cuando
ocurrió, quien o qué es el causante, cual será
el pronóstico, un largo etcétera de incógnitas
que les llenan el pensamiento.
Los diferentes profesionales de la salud,
de la educación o de los servicios sociales
que han de comunicar un diagnóstico no
están exentos de dolor emocional,no podemos relegar los sentimientos que se generan cuando se ha de comunicar a los padres
una información que va a modificar, en
pequeña o gran medida, las relaciones y la
dinámica de esa familia. Sin disminuir ni eludir la importancia de codificar ni de clasificar,
en ocasiones el “etiquetar” o poner el nombre científico a lo que creemos que ocurre,
nos lleva a distanciarnos de los diferentes
emociones que sentimos y provocamos en
los padres. Puede ocurrir que si se prima el
diseño de actuaciones, siempre necesarias,
sobre el conflicto interno que se ha generado en los padres y en el seno familiar, acallamos las emociones que nos ha generado la
comunicación del diagnóstico y no las incluimos como parte de la intervención.
PROCESO DE INTEGRACIÓN
Los padres y sus hijos, van a necesitar
tiempo, todo un proceso para integrar lo
que significa padecer un trastorno concreto. La experiencia terapéutica nos ha
ayudado a aprender que no se puede integrar de una vez lo que necesita un proceso para integrarlo.
En este proceso de Atención los profesionales, sea cual sea la especialidad y especificidad de sus trabajos, pueden
encontrarse ante diagnósticos y pronósticos abiertos, que dada la edad temprana de
los niños y niñas que se atienden (plasticidad cerebral y proceso de formación de la
personalidad), que también necesitan tolerar las dificultades que conlleva la relación
asistencial. No siempre pueden responder
de inmediato a todas las demandas que les
llegan desde los padres y desde los diferentes profesionales que intervienen desde los
ámbitos sanitarios, educativos y sociales.
No solo hay que cuidar al paciente,
sino que el mismo terapeuta debe aprender a cuidarse emocionalmente para
poder entender y atender las implicaciones emocionales que aparecen en toda
relación asistencial.
La manera de Cuidar al “Otro” esta
impregnada por el significado que le
damos a los vínculos, y por la propia manera de entender, de vivenciar lo que significa el trato a los demás y a uno mismo.
Cuidamos apoyándonos en el aprendizaje
de nuestra propia experiencia. Poder unir
a las actuaciones terapéuticas las emociones nos acerca hacia un proceso de ATENCIÓN, de CUIDADO, donde se interviene
desde la globalidad de las personas.
La Atención Temprana es un encuentro
asistencial de consecuencias terapéuticas,
en un periodo concreto del desarrollo
infantil en el que coparticipan los niños y
las niñas, los padres y los profesionales. Se
desarrolla en un escenario donde desde la
complementariedad de estos agentes se
interiorizan relaciones en un encuentro
de las diferentes individualidades.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
(1) Grupo de Atención Temprana-GAT.
Libro Blanco de la Atención Temprana. Real
Patronato. Madrid 2000
(2) P. Mazet y S. Stoleru. Psicopatología en la
primera infancia. Ed MASSON. 1990. Barcelona
(3) Meltzer y Harris. El papel educativo de
la familia. Ed ESPAXS 1989. Barcelona
MinusVal 35
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