Número de registro: 20243 Novena Época Instancia: Segunda Sala

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 32/2007-SS.
Número de registro: 20243
Novena Época
Instancia: Segunda Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: Tomo XXVI, Julio de 2007
Página: 734
CONTRADICCIÓN DE TESIS 32/2007-SS. ENTRE LAS SUSTENTADAS POR LOS
TRIBUNALES COLEGIADOS SEGUNDO DEL DÉCIMO NOVENO CIRCUITO, EL
ENTONCES SEGUNDO DEL DÉCIMO CUARTO CIRCUITO (AHORA EN MATERIAS
ADMINISTRATIVA Y CIVIL), SEGUNDO EN MATERIAS ADMINISTRATIVA Y DE
TRABAJO DEL SÉPTIMO CIRCUITO Y PRIMERO DEL DÉCIMO CIRCUITO.
MINISTRO PONENTE: GENARO DAVID GÓNGORA PIMENTEL.
SECRETARIA: MARÍA MARCELA RAMÍREZ CERRILLO.
CONSIDERANDO:
PRIMERO. Esta Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación es competente
para conocer la presente denuncia de contradicción de tesis, de conformidad con lo dispuesto
por los artículos 107, fracción XIII, de la Constitución General de la República; 197-A de la
Ley de Amparo; 21, fracción VIII y 25, fracción I, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de
la Federación, en relación con los puntos segundo y cuarto del Acuerdo Plenario Número
5/2001, publicado en el Diario Oficial de la Federación el veintinueve de junio de dos mil
uno, en virtud de que se trata de una contradicción de criterios en materia laboral cuya
especialidad corresponde a esta Sala.
SEGUNDO. El Tribunal Colegiado denunciante se encuentra legitimado, con fundamento en
los artículos 107, fracción XIII, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
y 197-A de la Ley de Amparo.
TERCERO. El Segundo Tribunal Colegiado del Décimo Noveno Circuito, al resolver el
amparo directo AD. 115/2006, promovido por Martha Elena Hernández Luna (trabajadora),
determinó conceder el amparo solicitado apoyándose, en lo que al presente asunto importa,
en las consideraciones siguientes:
• Que el acuerdo de trece de marzo de dos mil seis, dictado por la autoridad responsable, es
violatorio de las garantías del debido proceso legal y debida fundamentación y motivación
contenidas en los artículos 14 y 16 constitucionales, en atención a que, contrario a lo
sostenido por el tribunal del trabajo, los hechos motivo del incidente en cuestión sí tienen
relación con la litis planteada, en virtud de que con ellos se pretende acreditar la mala fe del
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ofrecimiento de trabajo realizado por la empresa demandada, toda vez que según lo alegado
por la actora, el ofrecimiento de trabajo reviste de esa cualidad negativa en atención a que
sólo se hizo con el único propósito de revertir la carga de la prueba.
• Que en caso de que el trabajador reinstalado con motivo del ofrecimiento de trabajo hecho
por la parte demandada en un juicio laboral sea despedido, se pueden presentar diversas
hipótesis, una de ellas será que opte por demandar de nueva cuenta por despido injustificado;
sin embargo, también puede presentarse una diversa situación, como acontece en el caso
concreto, en que ante el despido efectuado inmediatamente después de la diligencia de
reinstalación (con motivo de la aceptación de la actora del ofrecimiento de trabajo propuesto
por la demandada), la trabajadora opte por promover incidente en el juicio donde se ordenó la
reinstalación a efecto de justificar la mala fe del ofrecimiento, puesto que en caso de acreditar
ese hecho, es obvio que la oferta no se hizo con la finalidad real de reintegrar a la trabajadora
en sus labores, sino únicamente de revertir la carga de la prueba.
• Que contrario a lo sostenido por el tribunal del trabajo, responsable en el citado auto de
trece de marzo de dos mil seis, los hechos alegados por la actora sí tienen relación con la litis
planteada en el juicio laboral, puesto que tienden a justificar la mala fe de la oferta de
reincorporación laboral, en virtud que de acreditarse los mismos es claro que el ofrecimiento
se hizo con el solo propósito de revertir la carga de la prueba; por lo que al haberse
desechado de plano el incidente relativo se cometió violación procesal en perjuicio de la
quejosa, en virtud de que por una parte se le desechó indebidamente un medio de defensa a
que tenía derecho y ello provocó que no se le recibieran las pruebas correspondientes.
• Que el Primer Tribunal Colegiado del Décimo Circuito sostiene que el despido posterior a
la reinstalación debe ser objeto de un nuevo juicio para dar oportunidad al patrón de
defenderse; empero, debe estarse al hecho de que en el incidente que se promueva en el juicio
laboral donde se dio la oferta de trabajo se respete el derecho de audiencia previa y de
defensa, toda vez que puede comparecer contestando el incidente que se promueva y probar
lo que a su derecho convenga.
• Que el artículo 765 de la Ley Federal del Trabajo establece que los incidentes que no tengan
señalada una tramitación especial deberán resolverse de plano; sin embargo, en el supuesto
como se presenta en la especie, debe estarse a que sí es válido ofrecer pruebas por ambas
partes, admitirse y desahogarse, toda vez que se trata de hechos supervenientes acontecidos
con posterioridad a la celebración de la audiencia (supuesto segundo despido acontecido
después de la diligencia de reinstalación con motivo de la aceptación de la oferta de
reincorporación laboral), ello conforme lo establecido en el artículo 881 de la Ley Federal del
Trabajo y en su caso el diverso 886, segundo párrafo, del ordenamiento en cita.
CUARTO. El Segundo Tribunal Colegiado del Décimo Cuarto Circuito (ahora en materias
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administrativa y civil), al resolver el amparo directo AD. 795/98, promovido por José del
Carmen Olivera Oxte, determinó conceder el amparo solicitado apoyándose, en síntesis, en
las consideraciones siguientes:
• Que la Junta actuó incorrectamente al analizar el ofrecimiento de trabajo, en la medida en
que se circunscribió a analizar si fue ofrecido con una jornada legal y con el salario que
percibía el ahora quejoso, pero dejó de analizar la circunstancia de que este último le
manifestó que una vez que fue reinstalado se le impidió volver a su centro de trabajo y
desarrollar sus labores habituales; aspecto que por su trascendencia debió ser analizado, junto
con otros factores como la conducta procesal de la empresa enjuiciada y demás situaciones
ocurridas en torno al juicio laboral, inclusive la fecha de reinstalación y la del nuevo despido
alegado, para de ahí poder derivar si el referido ofrecimiento de trabajo fue hecho de buena o
mala fe.
• Que, ciertamente, la Suprema Corte de Justicia de la Nación en diversas jurisprudencias ha
sustentado el criterio de que el ofrecimiento de trabajo no constituye propiamente una
excepción o defensa, dado que se trata simplemente de una propuesta u oferta conciliatoria
para que la relación de trabajo continúe; sin embargo, poco se ha dicho en torno al hecho de
cómo debe analizarse el ofrecimiento de trabajo cuando, aceptado por el trabajador y
reinstalado en su empleo, éste comparece ante la Junta del conocimiento alegando que
nuevamente se le despidió o que se le impidió desarrollar sus labores, y que sobre lo anterior
la Cuarta Sala sustentó el criterio de rubro: "OFRECIMIENTO DEL TRABAJO HECHO DE
NUEVA CUENTA A UN TRABAJADOR REINSTALADO EN UN JUICIO ANTERIOR.
CALIFICACIÓN DEL."
• Que la aplicación obligatoria de la jurisprudencia surge en la medida en que a un trabajador,
reinstalado en su empleo en virtud del ofrecimiento de trabajo que se le hizo en un anterior
juicio laboral, nuevamente se le despida, y que con motivo de tal evento promueva un
segundo juicio en el que el patrón nuevamente le ofrezca el empleo en los mismos términos y
condiciones en que lo venía desarrollando, y aunque en el caso no se está en la hipótesis que
contempla la referida jurisprudencia, porque aquí la cuestión es que el trabajador quejoso
alegó en el propio juicio que nuevamente se le despidió, por razones de similitud, equidad y
justicia, debe aplicarse el criterio del Alto Tribunal, para determinar la buena o mala fe con
que fue ofrecido el empleo a un trabajador que posteriormente alega un nuevo despido en un
mismo juicio laboral.
• Que si bien es verdad que un nuevo despido indudablemente da margen a ejercitar por parte
del trabajador afectado una nueva acción en la que se decida sobre su existencia o
inexistencia, también es cierto que ese hecho, es decir, el alegato de un nuevo despido
inmediato a una reinstalación efectuada con motivo de un ofrecimiento de trabajo, aunque no
esté plenamente probado ni necesariamente se deba probar por ser materia de un diverso
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procedimiento, no excluye por sí solo la posibilidad de que sea analizado por la Junta para
determinar junto con otros factores si dicho ofrecimiento de trabajo fue ofrecido de buena o
mala fe ya que de sentar el criterio de que el alegato de un nuevo despido posterior a una
reinstalación es materia de un diverso procedimiento y, por ende, irrelevante para determinar
la buena o mala fe con que fue ofrecido el empleo, daría margen a que los patrones, en todos
los casos, negaran los despidos, ofrecieran el empleo, reinstalaran al trabajador y una vez
quitados de la carga de la prueba, cómodamente despidieran al trabajador; y viceversa, de
sentar el criterio de que un nuevo despido alegado por el trabajador reinstalado es factor
determinante para estimar acreditado el despido y, por ende, considerar de mala fe el
ofrecimiento de trabajo, también daría margen a que los trabajadores, muy a su conveniencia,
aceptaran volver al trabajo, se les reinstalara, dejaran de acudir al mismo alegando un nuevo
despido, y con ello se quitaran la carga de probar el despido que alegaron.
• Que atendiendo a las inconveniencias de fijar una regla exacta de aplicación en tratándose
de los casos de ofrecimiento de trabajo en que un trabajador alega en el juicio laboral en que
interviene que posterior a su reinstalación fue despedido, lo más prudente, en beneficio de las
partes, es que dicho alegato se tome en cuenta por la Junta, no para determinar la existencia o
inexistencia de un segundo despido, porque ello corresponde a otro procedimiento, sino para
determinar, junto con los factores que indica la tesis jurisprudencial mencionada
(antecedentes del caso, conductas de las partes, circunstancias inherentes al despido alegado,
tiempo que medió entre la reinstalación y un nuevo despido, entre otros), si el ofrecimiento
de trabajo fue hecho de buena o mala fe, y de ahí derivar a quién corresponde la carga de la
prueba.
Dicha ejecutoria dio origen a la tesis aislada XIV.2o.30 L, que aparece publicada en la
Novena Época, del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo X, octubre de
1999, página 1313, de rubro y texto:
"OFRECIMIENTO DE TRABAJO. SU CALIFICACIÓN CUANDO EN EL PROPIO
JUICIO SE TIENE NOTICIA DE UN SEGUNDO DESPIDO POSTERIOR A LA
REINSTALACIÓN DEL TRABAJADOR. Para calificar de buena o mala fe el ofrecimiento
de trabajo por parte del patrón, en el caso de que haya sido reinstalado el trabajador en el
puesto que desempeñaba y posteriormente a ello alega en el propio juicio que nuevamente se
le despidió, debe aplicarse por razones de similitud, equidad y justicia, el criterio sostenido
por la entonces Cuarta Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al resolver la
contradicción 6/90, que dio lugar a la tesis de jurisprudencia publicada en la página 243 del
Semanario Judicial de la Federación, Tomo VI, Primera Parte, con el rubro:
‘OFRECIMIENTO DEL TRABAJO HECHO DE NUEVA CUENTA A UN TRABAJADOR
REINSTALADO EN UN JUICIO ANTERIOR. CALIFICACIÓN DEL.’, en el sentido de
que el ofrecimiento no debe analizarse aisladamente y en abstracto, sino en relación con los
antecedentes del caso, la conducta de las partes, las circunstancias inherentes al despido
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alegado y el tiempo que medió entre la reinstalación y el nuevo despido, porque el afirmar
que éste es materia de un nuevo procedimiento y, por ende, irrelevante para determinar la
buena o mala fe con que fue ofrecido el empleo, daría margen a que los patrones negaran los
despidos, ofrecieran el empleo, reinstalaran al trabajador y una vez relevados de la carga de la
prueba despidieran a aquél; y viceversa, sostener que un nuevo despido informado por el
reinstalado conduce de manera inequívoca a considerar de mala fe el ofrecimiento del
trabajo, daría lugar a que los trabajadores a conveniencia volvieran a sus labores y una vez
reinstalados dejaran de acudir alegando un nuevo despido y con ello se les eximiera de la
carga de la prueba."
QUINTO. El Segundo Tribunal Colegiado en Materias Administrativa y de Trabajo del
Séptimo Circuito, al resolver el amparo directo DT. 501/2003, promovido por Servicios
Unidos Autobuses Blancos Flecha Roja, Sociedad Anónima de Capital Variable, determinó
conceder el amparo solicitado apoyándose, en lo que al presente asunto importa, en las
consideraciones siguientes:
• Que asiste razón a la quejosa en cuanto a que la calificación del ofrecimiento de trabajo
debe realizarse hasta el momento en que se dicte el laudo, pues siendo una figura que tiene
trascendencia en el establecimiento de la carga probatoria en cuanto al despido alegado, es
evidente que es en el laudo donde la Junta responsable cuenta con los elementos pertinentes
para poder determinar si la oferta de trabajo es de buena o mala fe, con base en el resultado
obtenido del material probatorio aportado por las partes y con la apreciación de los hechos en
conciencia, en términos de los artículos 841 y 842 de la Ley Federal del Trabajo, pues sólo
con la ponderación de todos esos elementos estaría en aptitud de determinar si el
ofrecimiento revela la voluntad del patrón en continuar con la relación laboral en iguales o
mejores condiciones en que venía desarrollándose o, por el contrario, si sólo se hizo con el
propósito de revertir la carga probatoria en contra del trabajador; sin embargo, sería ocioso
conceder el amparo para el efecto de que la Junta responsable repusiera el procedimiento con
el fin de dejar insubsistente el proveído de veinticinco de noviembre del año retropróximo,
mediante el cual se le dio vista con el escrito del actor y con la tarjeta de viaje que anexó al
mismo, en el sentido de que el mismo día en que fue reinstalado como operador foráneo fue
obligado por personal del patrón a dejar la unidad automotriz, con el apercibimiento que de
no hacerlo el ofrecimiento sería considerado de mala fe. Lo anterior es así, ya que aun
subsanándose esa irregularidad, no cambiaría, en ese aspecto, el sentido del nuevo laudo que
llegara a dictarse, si se toma en consideración que precisamente esa conducta del patrón, la
cual debe tenerse por cierta ya que no existió controversia al respecto, reveló su falta de
interés en la continuación de la relación laboral, al impedir que el actor el mismo día de su
reinstalación desarrollara sus labores como operador foráneo, lo cual es suficiente para
determinar que el ofrecimiento de trabajo efectuado se hizo solamente con la finalidad de
revertir la carga probatoria al trabajador, por lo que debe estimarse de mala fe, por tanto, de
cualquier forma fue acertado que la Junta responsable lo calificara de ese modo.
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• No es óbice a lo anterior lo alegado en el sentido de que de haber ocurrido irregularidades
posteriores a la reinstalación, correspondía al actor demostrarlas, pues la calificación del
ofrecimiento de trabajo debe efectuarse en relación con los antecedentes del caso y la
conducta asumida por el patrón, de ahí que si el trabajador fue reinstalado y posteriormente
alegó que ese mismo día se le impidió desempeñar su trabajo, por las razones especificadas
con antelación, acompañando una prueba documental para ese efecto, sin que el patrón
expresara nada al respecto, ello viene a conformar un antecedente trascendente para la
calificación del ofrecimiento de trabajo, evidenciando que dicha conducta es contraria al
recto proceder que denota falta de integridad y mala fe en el aludido ofrecimiento, porque
esto revela que el patrón carece de voluntad para reintegrar al trabajador en las labores que
venía desempeñando, situación que, contrariamente a lo alegado, debe tomarse en cuenta en
el juicio del que deriva el acto reclamado por formar parte de la prueba instrumental de
actuaciones y constituir un antecedente del asunto, pues pretender que ese hecho sólo podría
influir en un diverso juicio que el trabajador instaurara por un nuevo despido, sería dar pauta
a que los patrones con tal de revertir la carga probatoria se dedicaran a ofrecer el trabajo en
los mismos términos y condiciones en que venía desarrollándose, con el fin de que sea
calificado de buena fe y, posteriormente, hacer nugatoria la reinstalación correspondiente,
con evidente perjuicio para el trabajador.
Dicha ejecutoria dio origen a la tesis aislada VII.2o.A.T.70 L, que aparece publicada en la
Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XIX, mayo de
2004, página 1802, de rubro y texto:
"OFRECIMIENTO DE TRABAJO. LAS IRREGULARIDADES POSTERIORES A LA
REINSTALACIÓN EFECTUADA CON MOTIVO DE SU ACEPTACIÓN DEBEN
TOMARSE EN CONSIDERACIÓN EN EL JUICIO CORRESPONDIENTE PARA LA
CALIFICACIÓN DE AQUÉL. La calificación del ofrecimiento de trabajo debe realizarse en
relación con los antecedentes del caso y con la conducta asumida por el patrón; de ahí que
cuando un trabajador sea reinstalado con motivo de la aceptación de dicha oferta y se
demuestre que el mismo día de la reinstalación el patrón le impide desempeñar sus labores,
tal conducta conforma un antecedente importante para la calificación del ofrecimiento que
denota falta de integridad y mala fe, al revelar que el patrón carece de voluntad para
reintegrar al trabajador en las labores que venía desempeñando, lo cual debe tomarse en
consideración en el juicio laboral correspondiente, por constituir un antecedente del asunto,
pues pretender que ese hecho sólo podría influir en un diverso juicio que el trabajador
instaurara por un nuevo despido, sería dar pauta a que los patrones, con tal de revertir la carga
probatoria, se dedicaran a ofrecer el trabajo en los mismos términos y condiciones en que
venía desarrollándose, con el fin de que sea calificado de buena fe y, posteriormente, hacer
nugatoria la reinstalación correspondiente con evidente perjuicio para el trabajador."
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SEXTO. El Primer Tribunal Colegiado del Décimo Circuito, cuyo criterio se denuncia como
contrario al sostenido por los tribunales mencionados anteriormente, al resolver el amparo
directo AD. 319/2003, interpuesto por Proveedora de Materiales Buenavista, Sociedad
Anónima de Capital Variable, determinó conceder el amparo solicitado, apoyándose, en lo
conducente, en las siguientes consideraciones:
• Que si bien la Junta responsable cumplió con lo ordenado en la ejecutoria del amparo
directo 328/2001, en el sentido de calificar la oferta de trabajo hecha por la demandada y con
base en ello determinar a quién le correspondía la carga de la prueba, ya que con plena
jurisdicción determinó que la oferta de trabajo fue de mala fe, es incorrecto lo anterior,
porque para determinar de mala fe el ofrecimiento de trabajo que ofreció indebidamente tomó
en cuenta los hechos constitutivos de este segundo despido al haber tenido lugar con
posterioridad a la etapa de demanda y excepciones de la audiencia de ley, celebrada el siete
de marzo del mismo año, que no forman parte de la litis del despido alegado por el trabajador
en su demanda inicial; por lo que los hechos que originaron el segundo, del que dice fue
objeto, tenían que haber sido materia de un nuevo juicio, y así dar oportunidad a la
demandada de defenderse de los hechos alegados y determinar en el momento oportuno sobre
los mismos, apoyando su consideración en la jurisprudencia sustentada por la Segunda Sala
de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que lleva por rubro: "OFRECIMIENTO DEL
TRABAJO. SI ES ACEPTADO POR EL TRABAJADOR QUE EJERCIÓ LA ACCIÓN DE
INDEMNIZACIÓN CONSTITUCIONAL Y SE EFECTÚA LA REINSTALACIÓN POR
LA JUNTA, DEBE ABSOLVERSE DEL PAGO DE DICHA INDEMNIZACIÓN Y DEL
PAGO DE LA PRIMA DE ANTIGÜEDAD, QUEDANDO LIMITADA LA LITIS A
DECIDIR SOBRE LA EXISTENCIA DEL DESPIDO."
Dicha ejecutoria dio origen a la tesis aislada X.1o.62 L, que aparece publicada en la Novena
Época, del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XIX, marzo de 2004,
página 1589, de rubro y texto:
"OFRECIMIENTO DE TRABAJO. NO DEBE CONSIDERARSE DE MALA FE SI EL
TRABAJADOR ES REINSTALADO Y EN EL MISMO PROCEDIMIENTO
ARGUMENTA QUE FUE DESPEDIDO AL RETIRARSE EL ACTUARIO, PUES DICHA
CIRCUNSTANCIA DEBE SER MATERIA DE UN NUEVO JUICIO. Es incorrecto el
proceder de la Junta responsable al considerar de mala fe el ofrecimiento del trabajo, con el
argumento de que el trabajador fue despedido del lugar en que labora al retirarse el actuario
que realizó la reinstalación, porque para determinar la mala fe del ofrecimiento de trabajo
indebidamente tomó en cuenta los hechos constitutivos de este segundo despido, no obstante
que por haber tenido lugar con posterioridad a la audiencia de ley, etapa de demanda y
excepciones, no formaba parte de la litis del despido alegado por el trabajador en su demanda
inicial; en consecuencia, por simple lógica es de considerarse que los hechos que originaron
el segundo despido deben ser materia de un nuevo juicio, para dar oportunidad a la
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demandada de defenderse, y así, con respeto a su garantía de audiencia, resolver en el
momento oportuno sobre esos hechos; por tanto, al determinar la Junta responsable de mala
fe el ofrecimiento de trabajo que la patronal le hizo al actor por esa causa, violó en su
perjuicio los artículos 14 y 16 constitucionales."
SÉPTIMO. Como cuestión previa, cabe determinar si la presente contradicción de tesis reúne
o no los requisitos para su existencia, conforme lo dispone la jurisprudencia número P./J.
26/2001, sustentada por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, publicada en
el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XIII, abril de
2001, página 76, que dice:
"CONTRADICCIÓN DE TESIS DE TRIBUNALES COLEGIADOS DE CIRCUITO.
REQUISITOS PARA SU EXISTENCIA. De conformidad con lo que establecen los artículos
107, fracción XIII, primer párrafo de la Constitución Federal y 197-A de la Ley de Amparo,
cuando los Tribunales Colegiados de Circuito sustenten tesis contradictorias en los juicios de
amparo de su competencia, el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación o la Sala
que corresponda deben decidir cuál tesis ha de prevalecer. Ahora bien, se entiende que
existen tesis contradictorias cuando concurren los siguientes supuestos: a) Que al resolver los
negocios jurídicos se examinen cuestiones jurídicas esencialmente iguales y se adopten
posiciones o criterios jurídicos discrepantes; b) Que la diferencia de criterios se presente en
las consideraciones, razonamientos o interpretaciones jurídicas de las sentencias respectivas;
y, c) Que los distintos criterios provengan del examen de los mismos elementos."
Para determinar si se cumple con los requisitos de la jurisprudencia citada y así establecer la
existencia de la contradicción de tesis que se denuncia es necesario realizar una síntesis de los
elementos considerados por los Tribunales Colegiados en las ejecutorias respectivas.
De las copias certificadas remitidas por los Tribunales Colegiados al presente expediente se
desprende que en los respectivos juicios laborales los actores trabajadores demandaron su
reinstalación o la indemnización por despido injustificado, ante lo cual, la parte demandada
negó el despido y ofreció el trabajo.
Posteriormente, la Junta de Conciliación y Arbitraje del conocimiento señaló fecha para la
reinstalación del trabajador, misma que se llevó a cabo y, como último dato, aparece que los
trabajadores actores en cada uno de los juicios afirmaron haber sido despedidos de nueva
cuenta el mismo día de su reinstalación, por lo cual hicieron manifestaciones ante la
autoridad con el propósito de que tal circunstancia fuera tomada en cuenta al momento de
realizar la calificación del ofrecimiento de trabajo.
Por tanto, se advierte que existe la contradicción de tesis denunciada, en virtud de que las
conclusiones a las que respectivamente llegaron los tribunales contendientes resultan
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evidentemente encontradas, no obstante que, en esencia, analizaron supuestos jurídicos
similares.
En efecto, el Segundo Tribunal Colegiado del Décimo Noveno Circuito sostuvo que ante el
despido efectuado inmediatamente después de la diligencia de reinstalación puede el
trabajador optar por promover incidente a efecto de justificar la mala fe del ofrecimiento,
dado que los hechos alegados por la actora sí tienen relación con la litis planteada en el juicio
laboral, puesto que tienden a justificar la mala fe de la oferta de trabajo, en virtud de que de
acreditarse los mismos, es claro que el ofrecimiento se hizo con el solo propósito de revertir
la carga de la prueba y no con la finalidad real de reintegrar al trabajador en sus labores; y sí
es válido ofrecer pruebas por ambas partes, admitirse y desahogarse, toda vez que se trata de
hechos supervenientes acontecidos con posterioridad a la celebración de la audiencia
(supuesto segundo despido acontecido después de la diligencia de reinstalación con motivo
de la aceptación de la oferta de reincorporación laboral), ello conforme a lo establecido en el
artículo 881 de la Ley Federal del Trabajo y, en su caso, el diverso 886, segundo párrafo, del
ordenamiento en cita; por lo que al haberse desechado de plano el incidente relativo se
cometió violación procesal en perjuicio de la quejosa, en virtud de que se le desechó
indebidamente un medio de defensa a que tenía derecho y ello provocó que no se le
recibieran las pruebas correspondientes.
Por su parte, el entonces Segundo Tribunal Colegiado del Décimo Cuarto Circuito (ahora en
materias administrativa y civil) sostuvo el criterio de que la Junta debió considerar la
manifestación del trabajador en el sentido de que una vez que fue reinstalado se le impidió
volver a su centro de trabajo y desarrollar sus labores habituales; y analizarla junto con otros
factores, como la conducta procesal de la empresa enjuiciada y demás situaciones ocurridas
en torno al juicio laboral, inclusive la fecha de reinstalación y la del nuevo despido alegado,
para de ahí poder derivar si el referido ofrecimiento de trabajo fue hecho de buena o mala fe;
pues si bien es verdad que un nuevo despido da margen a ejercer por parte del trabajador una
nueva acción, también es cierto que ese hecho, aunque no esté plenamente probado ni
necesariamente se deba probar por ser materia de un diverso procedimiento, no excluye por sí
solo la posibilidad de que sea analizado por la Junta para calificar el ofrecimiento de trabajo,
de manera que lo más prudente, en beneficio de las partes, es que dicho alegato se tome en
cuenta por la Junta, no para determinar la existencia o inexistencia de un segundo despido
sino, junto con los factores que indica la jurisprudencia de la entonces Cuarta Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación (antecedentes del caso, conductas de las partes,
circunstancias inherentes al despido alegado, tiempo que medió entre la reinstalación y un
nuevo despido, entre otros), si el ofrecimiento de trabajo fue hecho de buena o mala fe.
A su vez, el Segundo Tribunal Colegiado en Materias Administrativa y de Trabajo del
Séptimo Circuito estimó, en cuanto al punto relativo, que la calificación del ofrecimiento de
trabajo debe efectuarse en relación con los antecedentes del caso y la conducta asumida por el
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patrón, de ahí que si el trabajador fue reinstalado y posteriormente alegó que ese mismo día
se le impidió desempeñar su trabajo, acompañando una prueba documental para ese efecto,
sin que el patrón expresara nada al respecto, ello conforma un antecedente trascendente para
dicha calificación, evidenciando que esa conducta es contraria al recto proceder que denota
falta de integridad y mala fe en el aludido ofrecimiento, porque esto revela que el patrón
carece de voluntad para reintegrar al trabajador en las labores que venía desempeñando,
situación que debe tomarse en cuenta en el juicio laboral, por formar parte de la prueba
instrumental de actuaciones y constituir un antecedente del asunto, pues pretender que ese
hecho sólo podría influir en un diverso juicio que el trabajador instaurara por un nuevo
despido, sería dar pauta a que los patrones, con tal de revertir la carga probatoria, se
dedicaran a ofrecer el trabajo en los mismos términos y condiciones en que venía
desarrollándose, con el fin de que sea calificado de buena fe y, posteriormente, hacer
nugatoria la reinstalación correspondiente, con evidente perjuicio para el trabajador.
Y, por último, el Primer Tribunal Colegiado del Décimo Circuito sostuvo, en lo conducente,
que es incorrecto el proceder de la Junta responsable al considerar de mala fe el ofrecimiento
del trabajo, con el argumento de que el trabajador fue despedido del lugar en que labora al
retirarse el actuario que realizó la reinstalación, porque para determinar la mala fe del
ofrecimiento de trabajo indebidamente tomó en cuenta los hechos constitutivos de este
segundo despido, no obstante que por haber tenido lugar con posterioridad a la etapa de
demanda y excepciones de la audiencia de ley, no formaba parte de la litis del despido
alegado por el trabajador en su demanda inicial; en consecuencia, por simple lógica, es de
considerarse que los hechos que originaron el segundo despido deben ser materia de un
nuevo juicio, para dar oportunidad a la demandada de defenderse, y así, con respeto a su
garantía de audiencia, resolver en el momento oportuno sobre esos hechos; apoyando su
consideración en la jurisprudencia sustentada por la Segunda Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, que lleva por rubro: "OFRECIMIENTO DEL TRABAJO. SI ES
ACEPTADO POR EL TRABAJADOR QUE EJERCIÓ LA ACCIÓN DE
INDEMNIZACIÓN CONSTITUCIONAL Y SE EFECTÚA LA REINSTALACIÓN POR
LA JUNTA, DEBE ABSOLVERSE DEL PAGO DE DICHA INDEMNIZACIÓN Y DEL
PAGO DE LA PRIMA DE ANTIGÜEDAD, QUEDANDO LIMITADA LA LITIS A
DECIDIR SOBRE LA EXISTENCIA DEL DESPIDO."
De lo anterior se desprende que, al haber resuelto problemas jurídicos esencialmente
similares, las determinaciones de los Tribunales Colegiados Segundo del Décimo Noveno
Circuito, Segundo del Décimo Cuarto Circuito (ahora en materias administrativa y civil),
Segundo en Materias Administrativa y de Trabajo del Séptimo Circuito, y el Primero del
Décimo Circuito, evidentemente se encuentran en contradicción, puesto que mientras en la
hipótesis de los tres primeros éstos coinciden en determinar esencialmente que la calificación
del ofrecimiento de trabajo debe efectuarse en relación con los antecedentes del caso y la
conducta asumida por el patrón, por lo que si el trabajador fue reinstalado y posteriormente
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alegó que ese mismo día se le impidió desempeñar su trabajo, ello conforma un antecedente
trascendente para dicha calificación, evidenciando que esa conducta es contraria al recto
proceder que denota falta de integridad y mala fe en el aludido ofrecimiento, porque revela
que el patrón carece de voluntad para reintegrar al trabajador en las labores que venía
desempeñando, situación que debe tomarse en cuenta en el juicio laboral, dado que los
hechos alegados por la actora sí tienen relación con la litis planteada en el juicio laboral,
puesto que tienden a justificar la mala fe de la oferta de trabajo, en virtud de que de
acreditarse los mismos, sería claro que el ofrecimiento se hizo con el solo propósito de
revertir la carga de la prueba y no con la finalidad real de reintegrar al trabajador en sus
labores, pues pretender que ese hecho sólo podría influir en un diverso juicio que el
trabajador instaurara por un nuevo despido, sería dar pauta a que los patrones, con tal de
revertir la carga probatoria, se dedicaran a ofrecer el trabajo en los mismos términos y
condiciones en que venía desarrollándose, con el fin de que sea calificado de buena fe y,
posteriormente, hacer nugatoria la reinstalación correspondiente, con evidente perjuicio para
el trabajador.
En cambio, en la segunda hipótesis, el Primer Tribunal Colegiado del Décimo Circuito,
contrariamente, determinó que el nuevo despido afirmado por el trabajador no formaba parte
de la litis original, por lo que era de considerarse que los hechos que originaron el segundo
despido debían ser materia de un nuevo juicio para dar oportunidad a la demandada de
defenderse, y así, con respeto a su garantía de audiencia, resolver en el momento oportuno
sobre esos hechos, sin que deban ser considerados para calificar el ofrecimiento de trabajo.
En ese orden de ideas, la materia de la contradicción consiste en determinar si en el supuesto
de que el trabajador fue reinstalado con motivo de la oferta hecha por el patrón demandado,
aquél afirma haber sido nuevamente despedido, este hecho debe ser considerado por la Junta
de Conciliación y Arbitraje para calificar el ofrecimiento de trabajo, o si esta situación
solamente puede ser materia de un nuevo juicio por despido, sin considerarse en el juicio de
origen.
No impide llegar a tal conclusión el hecho de que en el primero de los juicios laborales
antecedentes la situación se presentara por el trabajador mediante la pretensión de sustanciar
un incidente, lo que no fue objeto de los demás juicios, pues ésta resulta ser intrascendente,
en cuanto todas las características restantes coinciden y la mencionada incidencia se traduce
en una cuestión accidental o secundaria que no modifica los hechos considerados para
sustentar los criterios contradictorios como quedó mencionado, y se advierte un criterio
diverso sobre la misma cuestión jurídica.
OCTAVO. Debe prevalecer con carácter de jurisprudencia el criterio que sustenta esta
Segunda Sala, de conformidad con las consideraciones siguientes, coincidentes, en lo
sustancial, con el criterio adoptado por los Tribunales Colegiados Segundo del Décimo
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 32/2007-SS.
Noveno Circuito, Segundo del Décimo Cuarto Circuito (ahora en materias administrativa y
civil) y Segundo en Materias Administrativa y de Trabajo del Séptimo Circuito, conforme a
las razones siguientes.
En atención a que los Tribunales Colegiados sostuvieron sus respectivos criterios con apoyo
en precedentes jurisprudenciales emitidos por la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
habrá que estimar, en lo conducente, tales consideraciones como parámetro inicial.
Así, es de tomarse en cuenta, en primer término, la contradicción de tesis 6/90, resuelta por la
extinta Cuarta Sala, de la que derivó la jurisprudencia 4a./J. 10/90, que aparece publicada en
el Semanario Judicial de la Federación, Octava Época, Tomo VI, Primera Parte, julio a
diciembre de 1990, página 243, sustentando el criterio de que la calificación de buena fe o
mala fe del ofrecimiento de trabajo se determina no partiendo de fórmulas rígidas o
abstractas, sino analizando el ofrecimiento en concreto, en relación con los antecedentes del
caso, la conducta de las partes y las circunstancias relativas; que habrá buena fe cuando todas
aquellas situaciones o condiciones permitan concluir, de manera prudente y racional, que la
oferta revela la intención del patrón de que, efectivamente, continúe la relación de trabajo; y
que habrá mala fe cuando el patrón persigue burlar la norma que le impone la carga de probar
la justificación del despido, o hastiar al trabajador en el litigio para hacerlo desistir de su
reclamación.
Dicha jurisprudencia es del tenor literal que a continuación se precisa:
"OFRECIMIENTO DEL TRABAJO HECHO DE NUEVA CUENTA A UN
TRABAJADOR REINSTALADO EN UN JUICIO ANTERIOR, CALIFICACIÓN DEL.
Para calificar de buena o mala fe el segundo o ulterior ofrecimiento del trabajo por parte del
patrón que niega el despido dentro del juicio en que el trabajador lo demanda, alegando haber
sido separado injustificadamente, después de que fue reinstalado, también por ofrecimiento,
en un juicio anterior, deben tomarse en consideración las mismas reglas derivadas de los
criterios jurisprudenciales establecidos sobre el tema por esta Cuarta Sala; con base en ellas,
el segundo o ulterior ofrecimiento no debe examinarse aisladamente y en abstracto, porque en
esa forma y por sí solo no demuestra la mala fe del patrón, como tampoco es suficiente para
descartarla el hecho de que se formule respetando las mismas condiciones y términos del
trabajo desempeñado; en la hipótesis contemplada es necesario analizar dicho ofrecimiento
en concreto y poniéndolo en relación con los antecedentes del caso, la conducta de las partes,
las circunstancias en que se da y, en fin, con todo tipo de situaciones y condiciones que
permitan concluir de manera prudente y racional, que tal proposición revela la intención del
patrón de que, efectivamente, continúe la relación de trabajo, caso en que habrá buena fe, o
bien, que tan sólo persigue burlar la norma que le impone la carga de probar la justificación
del despido, o hastiar al trabajador en el litigio para hacerlo desistir de su reclamación,
supuestos en que habrá mala fe."
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 32/2007-SS.
Asimismo, la jurisprudencia 2a./J. 125/2002, sustentada por esta Segunda Sala, que aparece
publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XVI,
diciembre de 2002, página 243, que dice:
"OFRECIMIENTO DEL TRABAJO EN LOS MISMOS TÉRMINOS EN QUE SE VENÍA
DESEMPEÑANDO. PARA CALIFICARLO ES INNECESARIO ATENDER A LA FALTA
DE PAGO DE PRESTACIONES ACCESORIAS, PUES ELLO NO ALTERA LAS
CONDICIONES FUNDAMENTALES DE LA RELACIÓN, NI IMPLICA MALA FE. Para
calificar el ofrecimiento de trabajo que el patrón formula al contestar la demanda, con el
propósito de que el trabajador regrese a laborar en las mismas condiciones en que prestaba el
servicio, deben tenerse en cuenta los siguientes elementos, a saber: a) las condiciones
fundamentales de la relación laboral, como el puesto, salario, jornada u horario; b) si esas
condiciones afectan o no los derechos del trabajador establecidos en la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos, en la Ley Federal del Trabajo, o en el contrato individual o
colectivo de trabajo, sin que sea relevante que el patrón oponga excepciones, siempre que no
impliquen la aceptación del despido, toda vez que el artículo 878, fracciones II y IV, de la ley
mencionada, permite al demandado defenderse en juicio; y c) el estudio del ofrecimiento en
relación con los antecedentes del caso o conducta asumida por el patrón, por ejemplo, si al
ofrecer el trabajo en un juicio, en otro diverso demanda al trabajador la rescisión de la
relación laboral que está ofreciendo en aquél, pues ello constituye una conducta contraria al
recto proceder que, denota falta de integridad y mala fe en el ofrecimiento de trabajo; o bien,
cuando haya dado de baja al empleado actor en el Seguro Social u otra dependencia en la que
necesariamente deba estar inscrito como consecuencia de la relación laboral, porque esto
revela que, el patrón oferente carece de voluntad para reintegrar al trabajador en las labores
que venía desempeñando. Conforme a esos elementos, por regla general, cabe calificar el
ofrecimiento de trabajo, sin que sea necesario atender a otras circunstancias, como la falta de
pago de prestaciones accesorias, tales como vacaciones, prima vacacional, aguinaldos,
séptimos días y media hora de descanso, pues el impago de dichas prestaciones no altera las
condiciones fundamentales de dicha relación, dado que no da lugar a considerar, por ejemplo,
que el patrón pretenda que el trabajador regrese con un salario menor, con una categoría
inferior y con una jornada u horario de trabajo mayor, ni que el patrón oferente carezca de
voluntad para reintegrar al trabajador en las labores que venía desempeñando, sino
únicamente generan la obligación para la Junta de condenar a su cumplimiento o pago
proporcional, en caso de que no se haya cubierto dentro del juicio, por tratarse de derechos
adquiridos por el trabajador, de conformidad con lo dispuesto en los artículos 63, 64, 69, 76,
80, 81 y 87 de la Ley Federal del Trabajo."
Criterio derivado de las consideraciones contenidas en la contradicción de tesis 42/2002-SS,
mismas que, en lo conducente, son las siguientes:
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 32/2007-SS.
"Lo hasta aquí dicho pone de manifiesto que la oferta de trabajo por el patrón será de buena
fe, siempre que no afecte los derechos del trabajador, cuando no contraríe la Constitución
Federal, la Ley Federal del Trabajo, o el contrato individual o colectivo de trabajo, es decir,
la normatividad reguladora de los derechos del trabajador y en tanto se trate del mismo
trabajo, en los mismos o mejores términos o condiciones laborales.
"En cambio, el ofrecimiento será de mala fe cuando afecte al trabajador en sus derechos y
pugne con la ley; que puede ser cuando se ofrezca un trabajo diferente al que se venía
desempeñando; cuando se modifiquen las condiciones de trabajo en perjuicio del trabajador,
como son puesto, horario y salario; y en la medida en que el patrón, al momento de ofrecer el
trabajo, asuma una doble conducta que contradiga su ofrecimiento de continuar con la
relación laboral como, por ejemplo, cuando en diverso juicio demanda la rescisión del
contrato de trabajo por causas imputables al trabajador, y cuando previamente lo haya dado
de baja en alguna dependencia en la que necesariamente deba estar inscrito como
consecuencia de la relación laboral, cuenta habida que un ofrecimiento en tales condiciones
será revelador de que no existe sinceridad ni honesta voluntad del patrón para que el
trabajador se reintegre a su trabajo, lo cual traerá como consecuencia que no se revierta la
carga de la prueba al trabajador demandante, sino que sea a cargo del patrón, en términos de
lo dispuesto por el artículo 784 de la Ley Federal del Trabajo."
Por último, fue tomada en consideración por los Tribunales Colegiados la jurisprudencia
2a./J. 20/99, sustentada por esta Segunda Sala, que aparece publicada en el Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo IX, marzo de 1999, página 127,
que dispone:
"OFRECIMIENTO DEL TRABAJO. SI ES ACEPTADO POR EL TRABAJADOR QUE
EJERCIÓ LA ACCIÓN DE INDEMNIZACIÓN CONSTITUCIONAL Y SE EFECTÚA LA
REINSTALACIÓN POR LA JUNTA, DEBE ABSOLVERSE DEL PAGO DE DICHA
INDEMNIZACIÓN Y DEL PAGO DE LA PRIMA DE ANTIGÜEDAD, QUEDANDO
LIMITADA LA LITIS A DECIDIR SOBRE LA EXISTENCIA DEL DESPIDO.-El
ofrecimiento del trabajo ha sido considerado por la anterior Cuarta Sala de la Suprema Corte
y por la actual Segunda como una institución sui generis, de creación jurisprudencial y que
efectuado de buena fe tiene el efecto de revertir la carga de la prueba respecto al despido del
trabajador. Por otro lado, su naturaleza corresponde a la de una propuesta u oferta
conciliatoria, por lo que si es aceptada por el trabajador y la Junta efectúa la reinstalación, el
proceso termina en esta parte, con independencia de que el trabajador haya ejercido la acción
de indemnización constitucional y no la de reinstalación, ya que al aceptar el ofrecimiento del
patrón transigió con él, aceptando modificar la acción intentada, por lo que la Junta no debe
condenar al pago de esta prestación, ya que al no habérsele privado de su empleo, la relación
de trabajo continúa y no se surte la hipótesis de la indemnización. De la misma forma,
también resulta indebido condenar al pago de la prima de antigüedad, ya que esto sólo es
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 32/2007-SS.
procedente en el supuesto de rescisión o conclusión de la relación laboral. No obstante lo
expuesto, el proceso laboral debe continuar para decidir sobre la existencia del despido y,
como consecuencia, sobre el pago de los salarios vencidos, entre la fecha de la separación y
la de reinstalación, independientemente de otras prestaciones que eventualmente se reclamen,
como horas extraordinarias, días de descanso, prima dominical, prima vacacional,
vacaciones, aguinaldo, inscripción al Instituto Mexicano del Seguro Social, entre otras."
Dichos precedentes, como se ve, rigen el ofrecimiento de trabajo y sus consecuencias, así
como algunos factores determinantes en su calificación para efectos de resolver la
controversia con las consecuentes cargas probatorias derivadas de dicha oferta.
En virtud de lo anterior, debe decirse que retomando el criterio de la extinta Cuarta Sala en la
jurisprudencia 4a./J. 10/90, en el sentido de que la calificación de buena fe o mala fe se
determina no partiendo de fórmulas rígidas o abstractas, sino analizando el ofrecimiento de
trabajo en concreto, en relación con los antecedentes del caso, la conducta de las partes y las
circunstancias relativas, de manera que será de buena fe cuando todas aquellas situaciones o
condiciones permitan concluir, de manera prudente y racional, que la oferta revela la
intención del patrón de que, efectivamente, continúe la relación de trabajo y, por el contrario,
habrá mala fe cuando el patrón persigue burlar la norma que le impone la carga de probar la
justificación del despido, puede concluirse que son de atenderse todas y cada una de las
actitudes de las partes que puedan influir en la calificación de la oferta de trabajo, por formar
parte de la litis.
Así, aun cuando la propia Suprema Corte de Justicia de la Nación ha establecido que para
calificar de buena o mala fe el segundo o ulterior ofrecimiento de trabajo por parte del patrón
que niega el despido dentro del juicio en que el trabajador lo demanda, alegando haber sido
separado injustificadamente, después de que fue reinstalado, también por ofrecimiento, en un
juicio anterior, es necesario analizar dicho ofrecimiento en concreto y poniéndolo en relación
con los antecedentes del caso, la conducta de las partes, las circunstancias en que se da y con
todo tipo de situaciones y condiciones que permitan concluir de manera prudente y racional
que tal proposición revela la intención del patrón de que, efectivamente, continúe la relación
de trabajo, ello se refiere particularmente a un segundo o ulterior juicio por despido, pero de
ninguna manera conduce a establecer que una determinada conducta del patrón no pueda ser
materia de estudio en el primer juicio promovido por despido injustificado, dado que en cada
juicio deberán considerarse todos y cada uno de los elementos que se han mencionado para
calificar el ofrecimiento de trabajo.
De esta manera, cuando en el juicio laboral el patrón ofrece el trabajo y el trabajador acepta
y, por su parte, la Junta de Conciliación y Arbitraje fija fecha para la reinstalación
correspondiente llevándose ésta a cabo, si posteriormente el trabajador se dice nuevamente
despedido, este hecho debe tomarse en cuenta para la calificación de la oferta respectiva,
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 32/2007-SS.
debiendo, inclusive, recibirse las pruebas con que pretenda demostrar su aserto, dado que
particularmente de la calificación aludida dependerá la distribución de las cargas probatorias
que respecto del despido proceden.
Es decir, los hechos en cuestión sí tienen relación con la litis planteada, en virtud de que con
ellos se pretende acreditar la mala fe del ofrecimiento de trabajo realizado por el patrón
demandado, aun cuando el trabajador pueda optar por demandar de nueva cuenta por despido
injustificado; sin embargo, bien puede presentarse la situación de que ante el despido
efectuado inmediatamente después de la diligencia de reinstalación (con motivo de la
aceptación de la actora del ofrecimiento de trabajo propuesto por la demandada), la parte
trabajadora opte por hacer del conocimiento de la Junta tal circunstancia en el mismo juicio
donde se ordenó la reinstalación para el efecto de justificar la mala fe del ofrecimiento,
puesto que en caso de acreditar ese hecho será obvio que la oferta no se hizo con la finalidad
real de reintegrar al trabajador en sus labores, sino únicamente de revertir la carga de la
prueba, lo que además deberá ser objeto de análisis en el laudo que se emita para determinar,
junto con otros factores, si dicho ofrecimiento de trabajo fue de buena o mala fe.
Lo anterior resulta de suma importancia, pues como sostuvo el Segundo Tribunal Colegiado
del Décimo Cuarto Circuito (ahora en materias administrativa y civil), de sentar el criterio de
que el alegato de un nuevo despido posterior a una reinstalación es materia de un diverso
procedimiento y, por ende, irrelevante para determinar la buena o mala fe con que fue
ofrecido el empleo, daría margen a que los patrones, en todos los casos, negaran los despidos,
ofrecieran el empleo, reinstalaran al trabajador y, una vez eximidos de la carga de la prueba,
despidieran nuevamente al trabajador; y viceversa, de sentar el criterio de que un nuevo
despido alegado por el trabajador reinstalado es factor determinante para estimar acreditado
el despido y, por ende, considerar de mala fe el ofrecimiento de trabajo, también daría
margen a que los trabajadores aceptaran volver al trabajo, se les reinstalara, dejaran de acudir
al mismo alegando un nuevo despido, y con ello se quitaran la carga de probar el despido que
alegaron.
Además de lo anterior, lo alegado en el sentido de que de haber ocurrido nuevo despido
puede ser demostrado en el juicio si se parte del presupuesto de que la calificación del
ofrecimiento de trabajo debe efectuarse en relación con los antecedentes del caso y la
conducta asumida por el patrón, de ahí que si el trabajador fue reinstalado y posteriormente
alegó que ese mismo día se le impidió desempeñar su trabajo, las pruebas que ofrezca para
demostrar esa afirmación deben ser admitidas con fundamento en el artículo 881 de la Ley
Federal del Trabajo,(1) toda vez que se trata de hechos supervenientes acontecidos con
posterioridad a la celebración de la audiencia y que, como se dijo, forman parte de la litis en
cuanto repercuten en la calificación de la oferta de trabajo.
En las relatadas condiciones y con fundamento en los artículos 192, párrafo tercero y 195 de
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la Ley de Amparo, esta Segunda Sala considera que debe prevalecer con carácter de
jurisprudencia, el criterio sustentado en esta ejecutoria en términos de la tesis del siguiente
rubro y texto:
OFRECIMIENTO DE TRABAJO. SU CALIFICACIÓN CUANDO EN EL PROPIO
JUICIO SE AFIRMA UN SEGUNDO DESPIDO POSTERIOR A LA REINSTALACIÓN
DEL TRABAJADOR.-La calificación de buena o mala fe del ofrecimiento de trabajo se
determina analizando los antecedentes del caso, la conducta de las partes y las circunstancias
relativas, de manera que habrá buena fe cuando aquellas situaciones permitan concluir que la
oferta revela la intención del patrón de continuar la relación de trabajo y, por el contrario,
existirá mala fe cuando el patrón intenta burlar la norma que le impone la carga de probar la
justificación del despido; de ahí que deban atenderse todas las actitudes de las partes que
puedan influir en esa calificación. Por ello, cuando en el juicio laboral el trabajador
reinstalado con motivo de la aceptación de la oferta de trabajo se dice nuevamente despedido
y hace del conocimiento de la Junta tal circunstancia para justificar la mala fe del
ofrecimiento en el mismo juicio donde se ordenó la reinstalación, ese hecho debe
considerarse para la calificación de la oferta respectiva, debiendo inclusive, recibirse las
pruebas con las que pretenda demostrar su aserto (con fundamento en el artículo 881 de la
Ley Federal del Trabajo, toda vez que se trata de hechos supervenientes acontecidos con
posterioridad a la celebración de la audiencia), pues en caso de acreditarlo, será evidente que
la oferta no se hizo con la finalidad real de reintegrarlo en sus labores, sino con la de
revertirle la carga de la prueba, lo que además deberá ser objeto de análisis en el laudo que se
emita para determinar, junto con otros factores, si dicho ofrecimiento de trabajo fue de buena
o mala fe.
Por lo expuesto y fundado, se resuelve:
PRIMERO.-Sí existe la contradicción de tesis denunciada.
SEGUNDO.-Debe prevalecer con carácter de jurisprudencia el criterio sustentado por esta
Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en términos del último
considerando de esta resolución.
Notifíquese; y, en su oportunidad, archívese el toca como asunto concluido.
Así, lo resolvió la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por
unanimidad de cinco votos de los señores Ministros: Mariano Azuela Güitrón, Genaro David
Góngora Pimentel, Sergio Salvador Aguirre Anguiano, José Fernando Franco González Salas
y presidenta Margarita Beatriz Luna Ramos. Fue ponente el señor Ministro Genaro David
Góngora Pimentel.
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1. "Artículo 881. Concluida la etapa de ofrecimiento y admisión de pruebas, solamente se
admitirán las que se refieren a hechos supervenientes o de tachas."
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