Sobran razones para seguir defendiendo la salud en el trabajo Hace unas semanas, una delegada sindical de una gran empresa de servicios, me consultaba acerca de la presión a la que eran sometidos los trabajadores y trabajadoras, para que aceptaran con su firma, el desistimiento a la vigilancia anual de la salud a realizar por el Servicio de Prevención. El objetivo es claro, igual que en muchas otras empresas: quieren ahorrarse los costes en prevención; pretenden reducir el riesgo exclusivamente a los accidentes sin dar importancia alguna a otros daños a la salud de los trabajadores y trabajadoras. No es una acusación gratuita. Los últimos años, con el esfuerzo de todos, hemos logrado reducir la siniestralidad, a pesar incluso de los planes para ocultarla en algunas empresas. La ausencia de una prevención integral en las empresas es la causa de las enfermedades profesionales y otros daños a la salud; éstas generan un mayor sufrimiento y coste social que los propios siniestros, que no pueden ocultarse. Esta es una práctica que va en aumento, cuando los empresarios quieren recuperar sus beneficios a costa de la prevención o la protección de la salud de las plantillas. No hace falta más que atenerse a los datos, Así, no es casualidad que más del 70% de los Servicios de Prevención Ajenos (SPA) dependientes de las Mutuas, estén atravesando una delicada situación económica, similar a la de gran parte de los SPA mercantiles; después de años de “chapuzas” en los que limitaban la prevención a cumplimentar documentación, tirando los precios a niveles insostenibles, han conseguido generar una cultura por la cual a la primera dificultad pretenden ahorrar en esta materia. Igualmente, crece la morosidad de las empresas a la hora de pagar las cotizaciones de Accidente y Enfermedad Profesional. La CEOE, incluido la patronal vasca, presiona reclamando con más fuerza el control del absentismo por parte de las Mutuas. Cuando disminuye el número y días de Incapacidad Transitoria o Bajas por enfermedad común, por miedo a las consecuencias de la crisis, se pretende dar una nueva vuelta de tuerca para “disciplinar” a los trabajadores y aprovechar de paso el incentivo del 3% concedido por el Gobierno de Zapatero a las empresas, a cambio de concertar dicha gestión con la Mutua. Poco les importa si el origen de las enfermedades es laboral. La pretensión es avanzar hacia la dualización y privatización de la sanidad pública, amedrentando o acusando de fraude a los profesionales de Osakidetza y a los enfermos. Es lo que sucede con la ocultación permanente de las enfermedades profesionales, olvidando su prevención, especialmente de algunas como el cáncer profesional. Esta ocultación posibilita la reducción de las cotizaciones por Accidente o Enfermedad Profesional por el Gobierno central ante el superávit existente. Mientras tanto, el enorme coste de estas enfermedades, muy superior al de los accidentes de trabajo, se externaliza al conjunto de la sociedad, al ser tratadas como comunes, eludiendo su prevención. Este es un fraude que no parece importar a los gestores de Osakidetza. En 2008 sólo se han comunicado 41 sospechas de enfermedad profesional y no se ha organizado ni un solo curso de formación para los profesionales sanitarios, sobre el origen profesional de las enfermedades. Desde CCOO Euskadi, queremos recordar en vísperas del 28 de Abril, Día Internacional de la Salud Laboral, que cuando la crisis económica golpea a millones de ciudadanos y algunas empresas, la prevención es rentable para todos en cualquier circunstancia económica. Se ahorra sufrimiento a las victimas y familiares y evita que los empresarios tengan que asumir costes superiores, en forma de sanción, recargos de prestaciones e indemnización, como deterioro de la imagen empresarial. La relajación en políticas preventivas se traducirá en importantes incrementos de la siniestralidad y daños a la salud. Reforzar la calidad de la prevención, integrando la vigilancia especifica de la salud, es hoy más necesario que nunca. El acuerdo y la implicación de los agentes sindicales es fundamental. Se demuestra en la construcción de vivienda vasca protegida, donde se ha logrado que el índice de accidentes en las obras de VISESA, sea un 39,4%; muy inferior al del conjunto del sector de construcción. Durante 2008, hemos logrado en la CAV visualizar el 14,8% del conjunto de las enfermedades profesionales registradas en el Estado, situando Euskadi, a la cabeza del reconocimiento del cáncer profesional, con 11 afectados. Es una pequeña muestra de la enorme tarea pendiente. CCOO continuará luchando, si cabe con más fuerza, para hacer visibles las invisibles enfermedades profesionales y mejorar la calidad en la prevención. Todos juntos avanzaríamos con paso mas firme, pese a otras apuestas de otros por oscuros objetivos; sin embargo, sus mentiras, no nos apartarán un minuto de la lucha por la salud laboral, porque sobran razones que la justifican. Jesús Uzkudun Illarramendi Secretario de Salud laboral de CCOO Euskadi