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U N A A P R O X I M A C Í Ó N C O N C E P T U A L A L N U E V O PA R A D I G M A D E
LA MOTRICIDAD Y SU APORTE A LA EDUCACIÓN FÍSICA
EVALDO RUBIO & LUIS GUILLERMO GIRALDO & LUZ AMELIA HOYOS &
BORIS MURCIA & PAT R I C I A H U E R TA S & O R L A N D O M E N D E Z &
J AV I E R N U Ñ E Z & J A I R O A . F E R N A N D E Z *
ABSTRACT
La distinción entre cuerpo y corporeidad genera una actitud, un
imaginario y un sentido para comprender el fenómeno del ser
humano. Esta reflexión cobra un lugar central en la intención y
e s f u e r z o d e i n v e s t i g a d o r e s c o m o l a D r a . E u g e n i a Tr i g o y M a n u e l
Sergio con el propósito de aportar una nueva dimensión a la
Educación Física que permita el avance en su consolidación
como ciencia.
La motricidad se convierte en el punto de partida y de llegada
como eje articulador de esta intención. El concepto de
m ovimiento con rel ación al cuerpo no denota la esencia de lo
m o t r i z e n e l s e r h u m a n o . Ta m p o c o l o l o g r a n l a s c o r r i e n t e s
sicológicas y neurológicas al asoci arlo con el aprendizaje y la
reeducaci ón motriz. Crear un nuevo paradi gma que explique el
sentido de la acción humana, de su intencionalidad y de su
t r a s c e n d e n c i a , i m p l i c a u n a c t o t r a n s f o r m a d o r, d e a v a n c e ,
comprendiendo
la
diversidad
infinita
de
elementos
que
componen su red de relaciones. Esta es la intención que
comienza a hacer camino reflexionando la Educación Física
desde nuevas perspectivas.
Palabras Clave: Movimiento, cuerpo, corporeidad, corporalidad,
dualidad, unicidad, motricidad, ser humano.
1. INTRODUCCION
La Educación Física se ha desarrollado desde diferentes ejes
conceptuales al generar ópticas variadas de su función social y
educativa de acuerdo a las necesidades de cada cultura;
igualmente, tiene un proceso de construcción de más de 70
años, donde diferentes actores han desarrollado aportes
valorables gracias a lo cual podemos decir que tenemos un
sentido profesional reconocido en el medio educativo y social.
*
Grupo de investigación en actividad física y desarrollo humano CENDA.
Los espacios investigativos son nuestro salvoconducto para
mantener vigencia y competencia en el medio, y así responder a
l a s t e n d e n c i a s p o s t m o d e r n i s t a s i.
Este deber y sentido investigativo permite generar conocimiento
y herram i e ntas para q ue l a E duc aci ón Fí sic a ap orte , des de s u
perspectiva, nuevos saberes que abran l a posibilidad de
comprender mejor su relación con la motricidad humana. Los
centros de formación en este campo, están empezando a incluir
el paradigma inductivo – cualitativo en su repertorio y eso,
paulatinamente, permitirá confrontar las posturas de los
diferentes paradigmas, al ayudar a plantear nuevas preguntas y
d i v i s a r n u e v a s á r e a s d e n u e s t r o s a b e r ii.
Desde este escenario la línea de investigación sobre motricidad
de CENDA, en conjunto con la Universidad de Antioquía y la
U . P. T. C , h a n a b o r d a d o d i f e r e n t e s e n f o q u e s r e l a c i o n a d o s c o n
los sistemas contextuales del ser humano, desde el punto de
vista de la motricidad correlacionada con la actitud práctica y
teórica del Profesor de Educación Física.
En la presente entrega se resumen los avances conceptuales
acerca de la motricidad elaborados en el proceso investigativo
por el grupo de investigadores y coinvestigadores de la línea.
1. DE QUÉ HABLAMOS CUANDO NOS REFERIMOS A LA MOTRICIDAD
1.1 UNA MIRADA A SU ENFOQUE TEÓRICO
En el campo de la actividad física y el deporte existe gran
diversidad terminológica que generalmente lleva a confundir el
significado de ciertos conceptos. Esta diversidad trae como
consecuencia
diferentes
interpretaciones
sobre
lo
c o n c e p t u a l i z a d o y, p o r t a n t o , g e n e r a u n a f a l t a d e r i g u r o s i d a d
científica en el área propia del conocimiento de la Educaci ón
Física.
Como veremos, la importancia de clarificar los términos: cuerpo,
corporeidad, expresión corporal, motricidad, radica en la
necesidad de poder contextualizar nuestro estudio, y así evitar
cualquier error de entendimiento a la hora de referirnos a los
t é r m i n o s a n t e s m e n c i o n a d o s iii.
2
El concepto de motricidad no ha de restringirse sólo a aspectos
relacionados con el movimiento “físi co” de l a persona, sino que
trasciende im plicando al sujeto en todo su “yo”. Sabem os que tal
v i s i ó n e s m u y p a r t i c u l a r, p e r o s i r v e p a r a c o m p r e n d e r y e n t e n d e r
m e j o r e l t r a b a j o r e l a c i o n a d o c o n l a m o t r i c i d a d iv.
1.2 DISCUSIONES SOBRE LA MOTRICIDAD
Los autores consultados, dependiendo del campo que provienen,
identifican elementos diferentes cuando estudian la motricidad
humana. Así, dentro del ámbito psicomotricista (Da Fonseca,
1 9 9 2 ; L e B o u l c h , 1 9 8 0 ; L a p i e r r e , 1 9 7 7 ; P i c k y Va y e r, 1 9 6 9 ) n o s
encontramos reiteradam ente términos como los siguientes:
imagen
corporal,
esquema
corporal,
noción
de
cuerpo,
corporeidad; tonicidad, tono: respiración, relajación; espacio,
espacialidad, percepción espacial, estructuración espacial;
tiempo,
temporalidad,
percepción temporal,
estructuración
temporal;
equilibrio,
equilibración;
coordinación
dinámica
general, coordinación global, praxia global ; coordinación fina,
p r a x i a f i n a v. E l a c e n t o l o p o n e n e n l a r e l a c i ó n m e n t e - c u e r p o
donde finalmente predominan las explicaciones neurofisiológicas
para el f enómeno de la expresión m otri z en el contexto de lo
humano.
Si recurrimos a autores provenientes del aspecto más bio f í s i c o d e l a p e r s o n a (W e i n e c k , G r o s s e r, Vo l k a , F i t t s ) , l o s
términos varían: resistencia (aeróbica, anaeróbica, muscular…);
velocidad (resistencia-velocidad,
velocidad de reacción,
v e l o c i d a d d e t r a s l a c i ó n ) ; f l e x i b i l i d a d ( e l a s t i c i d a d m u s c u l a r,
m ovilidad articular); fuerza (potencia, fuerza-resistencia, fuerza
m á x i m a ) vi.
La expresión de los conceptos de estos autores
de los actores de la Educación Física, se
capacidades motrices, y en su acepción más
cualidades físicas. Se evidencia una limitación y
explicar lo motriz en el ser humano. Se centran
del movimiento.
en el lenguaje
expresa como
anti gua como
reducción para
en expresiones
Para investigadores del campo de la expresión como (Motos,
1 9 8 3 ; B e r n a r d , 1 9 8 0 ; F a s t , 1 9 8 6 ; A l e x a n d e r, 1 9 7 9 ) , l o s t é r m i n o s
más comunes se reúnen en torno a: comunicación, creatividad,
lenguaje corporal - expresión corporal, mimo, danza, baile,
t e a t r o vii.
3
Nuevamente se hace evidente una particular mirada sobre la
expresión motriz donde predomina la expresión como eje central
para explicar la trascendencia de la acción en cada sujeto.
Por el contrario, para autores del mundo del juego y el deporte
(Parlebas, 1985; Blázquez, 1986; Lavega, 1995), sus palabras,
al referirse a la motricidad, suelen recoger términos como:
reglamento,
árbitro,
competición,
cooperación,
j u g a d o r,
adversario, partido y juego, entre otros. Sin embargo, podemos
encontrar dos planteamientos que superan estas cuatro visiones
d e l a m o t r i c i d a d e n l o s a u t o r e s C a s t a ñ a r, C a m e r i n o y G a l e r a .
Las
aportaciones
de
estos
autores
anticipan
nuevas
comprensiones sobre el tema, además de ser un intento de
sistematizar lo que hasta ahora no eran más que enfoques
parcelarios de esta faceta humana.
Galera denomina a su modelo “taxonomía estructural de la
m otricidad” y lo “f undam enta en el concepto parlebasiano de
“conducta motriz” definido por Parlebas (1985) como “la
organización significante del comportamiento motor”. A través de
este modelo, Galera hace un análisis tipológico/epistemológico y
un análisis jerárquico/psicopedagógico de los componentes de la
m otricidad humana, para llegar posteriormente a una síntesis
estructural manifestada en tres categorías: la primera categoría
es la de las conductas psicomotrices en las que se incluyen las
capacidades
perceptivo-m otrices
y
las
capacidades
coordinativas; la segunda categoría está representada por las
conductas sociomotrices y la tercera incluye las que él denomina
c o n d u c t a s n e u r o m o t r i c e s viii.
Este autor parte de la base de que “las capacidades
coordinativas y las condicionales son las únicas que se pueden
e v i d e n c i a r, e s d e c i r, m e d i r, o b j e t i v a m e n t e ” , m i e n t r a s q u e “ l a s
conductas psicomotrices y sociom otrices, por el contrari o, sólo
s e p u e d e n m e d i r s i c o n o c e m o s s u f u n c i o n a l i d a d , e s d e c i r, e l
obj etivo que se propone l a persona que las desarrolla”. Es la
intencionalidad la que devela el sentido del acto motriz, por
tanto, se identifica la capacidad con los aspectos observables
de la acción y conducta con los elementos no observables de
esa acción.
La relación entre lo observable y los intangibles se manifiesta
en la m otricidad humana como un m ecani smo fundamental de la
conciencia, mediante el cual ésta mantiene su estructuralidad al
ligar actos con obj etos. Esta intencionalidad siempre está
4
lanzada hacia el futuro, lo que se registra como tensión de
b ú s q u e d a r e c u r r i e n d o a j u e g o s t e m p o r a l e s y e s p a c i a l e s ix.
El modelo que presenta Castañer y Camerino es concebido como
una “concepción interactuante de las capacidades que integran
el desarrollo motor infantil”. Estos autores son reiterativos al
insistir en “olvidar planteamientos de la educación física que
trabajen en forma unívoca bien la condición físico-m otriz, bien
l a s h a b i l i d a d e s e n s í m i s m a s ” x. A d e m á s d e e s t o , d i f e r e n c i a n e n
su modelo de esferas, la capacidad y la cualidad. Hablan de
capacidad desde el momento que se atiende a la potencialidad y
a los procesos de maduración y de aprendizaje que van dotando
de “cualidad” a las diversas capacidades del niño; esta
capacidad es también denominada neotecni a o capacidad de
adaptación creciente del niño a su medio, mediante la
plasticidad de su sistema nervioso central y periférico. De la
misma manera, manifiestan que las habilidades como dotación
filogenética se construyen en función de la condición físicoperceptiva y socio-motriz.
Lo que implica estas concepciones es que el juego y el deporte
no son condiciones suficientes para el desarrollo de lo motriz en
el ser humano. Más allá de esto, invitan a pensar en una
Educación Física que capture la motivación, el desenvolvimiento
emotivo y el de la expresión; así, como la experticia y pericia en
el manejo de la armonía y el ritmo al considerar procesos de
formación integral.
1 . 3 L A C O N C E P C I Ó N D E M O T R I C I D A D E N E U G E N I A T R I G O xi
E n s u l i b r o J u e g o s M o t o r e s y c r e a t i v i d a d , E u g e n i a Tr i g o
comienza con el análisis de la diversidad terminológica con que
nos encontramos los profesionales de la educación física sobre
la motricidad humana: educación física, educación física y
deportiva, cultura física, cultura corporal, educación corporal,
ciencias de los ejercicios físicos y corporales, ciencias del
deporte, pedagogía del deporte, pedagogía psicosomática,
fisiopedagogia, gimnologia, kinantropopedagogia, biopedagogia,
psicocinética,
praxologia.
Para
ella
todos
los
términos
enunciados hacen referencia, más al movimiento como traslación
o cambio de lugar que a la motricidad.
A d e m á s d e l o a n t e r i o r, a f i r m a q u e s e g u i r h a b l a n d o d e e d u c a c i ó n
física o de educación del movimiento o educación a través del
movimiento, es seguir cayendo en el reduccionismo y dualismo
5
cartesiano, es continuar hablando de dos entes dentro del ser
humano.
Como se reseñó en el apartado 1.2 de este artículo, diversos
autores reseñados presentan sus enfoques manteniendo un
trasfondo de mecanicidad, naturalidad a ul tranza y dualidad del
ser humano. Eugenia recurre a nuevas tendencias para indicar la
urgencia de superar esta concepción dualista y naturalista del
ser humano.
D e e s t a f o r m a , e n p r i m e r l u g a r, c i t a a M a n u e l S e r g i o p a r a q u i e n
la esencia, el sentido y el significado del m undo y de las cosas
se alcanzan a través de l a percepción.
Se resalta en esta
proposición que ni somos ni estamos, sino que somos nuestro
cuerpo. Recurre a Moreira de Mello para afirmar nuevamente
que el hombre es una única cosa (un cuerpo), un solo sistema a
t r a v é s d e l c u a l p u e d e a c t u a r, c o n o c e r y t r a n s f o r m a r e l m u n d o ,
construyendo y r ecreando, pues es así com o puede planear y
s o ñ a r. D e a h í , l a u r g e n c i a d e E u g e n i a Tr i g o d e d a r a e n t e n d e r l a
ligazón entre sensación-percepción-memoria-conciencia-acción
para explicar la com plejidad de lo m otriz en el se hum ano.
E n s e g u n d o l u g a r, p a r a f o r t a l e c e r s u p o s t u r a e p i s t e m o l ó g i c a ,
cita
a
Christofoletti
y
Zubiri
quienes
hablan
de
la
multidimensionalidad humana. Afirman, estos autores, que el
hom bre es u n si st em a estruct ural de nota s psí q ui cas y
corporales; además, es un cuerpo biológico, social, cultural,
político y afectivo en continua transformaci ón dentro del
continuo espaci o – tiempo. Las notas son la estructura (hay una
uni dad estructural), pero no hay u nión, sino unidad sistemática.
E n s u vi rt ud, t odo l o psí quic o es corpóreo psí quico. A sí, l a
psique es “la psique de este organismo”.
Ta m b i é n n o s r e c u e r d a p o r i n t e r m e d i o d e S o u z a d e O l i v e r a q u e e l
saber corpóreo y los sentidos fueron considerados engañosos,
convirtiendo el cuerpo en instrumento, integrando el cuerpo en
la visión dualista del universo. Sobre el dualismo del cuerpo y
la m ente ya se manifestaba Ortega y Gasset haciendo referencia
a l c u e r p o y a l m a , c o s a s q u e n o s h e m o s e n c o n t r a d o e n e l v i v i r.
Así, decir que som os materia o espíritu es expresar mitos o,
como mucho, hipótesis, pero nada más.
Cuando hablamos del
“yo”, éste no es materia ni es espíritu, pues es algo previo a
esas respuestas teóricas: el “yo” es sencillamente el que tiene
que vivir una cierta vida. Ahí está, queramos o no, tenemos que
s e r. E l “ y o ” e s u n p r o y e c t o d e v i d a ( i n t e n t a r s e r d e h e c h o l o q u e
somos en proyecto, eso es la vida).
6
Para algunos filósofos, el alma es una sustancia y ésta
sustancialidad se i dentifica con la del hombre, ya que éste sólo
llega al alma por la verdad (Platón, Descartes, Leibniz, etc.);
otros, hablan del hombre como un ser que es elemento del
mundo (Nietszsche, Marx, Freud).
E u g e n i a Tr i g o a v a n z a e n e l e s c l a r e c i m i e n t o i d e o l ó g i c o q u e
subyace implícitamente afirm ando que el concepto del hom bre y
de su realidad es algo que marcará el camino a seguir cuando
intervengamos con él de una u otra manera, según sea nuestro
obj etivo: la producción, rendimiento, eficacia; o por el contrario
buscar la creatividad, la transformación o dar razón de la praxis.
No es lo mism o tratar con un cuerpo que pertenece a una
persona la cual quiere consegui r algo de él, que trabajar con un
cuerpo que es una persona.
La diferencia de matiz es
importante y marca diferencias importantes en cuanto al modo
de actuar con uno y otro, pues no es lo mismo sentir a través de
un cuerpo, que sentir con el cuerpo, siendo éste el origen y
manifestación de la persona.
El cuerpo es el que atrae las
miradas, y por lo tanto todo tiene su origen y manifestación en
él.
Ta m p o c o d e s c o n o c e a p o r t e s d e l a a n t r o p o l o g í a r e c i e n t e d o n d e
se pone de manifiesto que el hombre, para llegar a ser hombre,
necesita unir sus aspectos instintivo y cultural, como lo dicen
Gehlen y Portm an, pues lo cultural es una condición esencial.
Por tanto afirma que el hombre es la suma de instinto y cultura.
Esta afirmación se ve reforzada cuando señala que el hombre
posee una disposición inacabable para aprender todo tipo de
mañas, destacando que la principal asignatura que nos
enseñamos los unos a los otros es precisamente en qué consiste
ser hombres.
Por tanto podemos afirmar que también se
aprende a ser hombre y que la cultura no es más que el proceso
de civilización por el cual el hombre llega a su hum anización.
2. CUERPO, CORPOREIDAD Y MOTRICIDAD.
S i g u i e n d o l a l í n e a d e p e n s a m i e n t o d e E u g e n i a Tr i g o ,
los
conceptos de cuerpo, corporeidad y motricidad se necesitan
unos a otros cuando nos referimos al ser humano. Las
dim ensiones de la persona hacen referencia a términos com o
corporeidad,
motricidad,
comunicación,
cooperación,
historicidad, libertad
y transcendenci a, destacando que la
m otricidad emerge de la corporeidad, que está en el mundo
como señal de un proyecto.
7
La motricidad acompaña a la corporeidad y ambas no se
distinguen, pues cuando nos movemos es el cuerpo el que se
mueve y nuestra corporeidad la que se manifiesta. Ser cuerpo
implica habitar con otras cuerpos en la dimensión de la ínter
corporalidad. Podemos entender que la corporeidad implica la
inserción de un cuerpo humano en un mundo significativo, en la
relación dialéctica del cuerpo consigo mismo, con otros cuerpos
y c o n l o s o b j e t o s xii.
Ta m b i é n s e p u e d e c o n c e b i r l a m o t r i c i d a d c o m o u n a e n e r g í a
ontológica y la corporeidad como la materialización de esa
energía.
La motricidad es la capacidad del hombre para
moverse en el mundo y la corporeidad es el modo del hombre de
estar en el mundo. De esta manera, si asumimos que el hom bre
es un cuerpo y es a través de éste como conocemos actuamos y
trasformamos el mundo, nos comprometeremos con la motricidad
y con la educación motora, cuestionando l os actuales
paradigmas en ciencia y en educación.
N u e v a m e n t e p a r a Tr i g o , c o n f u n d i r e l c u e r p o c o n l a c o r p o r e i d a d
es limitar el ser humano a un animal u objeto. La persona se
manifiesta a través y con su cuerpo, pero esas mismas
manifestaciones – emociones, sentimientos, pensamientos – son
parte de ese cuerpo. De esta manera, hablar del cuerpo humano
en toda su amplitud es transcender del sistema orgánico (lo
único que podría denominarse “cuerpo”) para entender y
comprender al propio “humanes”, su corporei dad, la totalidad de
su yo.
El yo implica el HACER, el SABER, el PENSAR, el SENTIR, el
COMUNICAR y el QUERER, y no hay ser humano sin la unidad
entre estos seis aspectos.
Eso es la corporeidad humana
(pienso y siento al tiempo que hago; actúo porque siento y
pienso) y no el cuerpo humano (que sólo hace). Referida al ser
humano, definimos la corporeidad como “la vivenciación del
h a c e r, s e n t i r, p e n s a r y q u e r e r ” d e m a n e r a q u e p o d e m o s
identificar corporeidad con humanes, ya que el ser humano es y
s e v i v e s ó l o a t r a v é s d e s u c o r p o r e i d a d xiii. N o s e p u e d e
comprender un acto corporal sin referirnos al hombre del mismo
modo que no podemos referirnos al hombre sin referirnos a su
corporeidad, pues habl amos de un hombre corporal en el mundo.
El cuerpo es corporeidad y por ello no termina en los límites
anatómicos y fisiológicos. La corporeidad se extiende a través
de la cultura, las ropas, instrumentos creados por el hombre y
8
es el cuerpo el que les da significado y su uso mediante el
proceso de aprendizaje.
Siendo pues el cuerpo un constituyente f undam ental de la
existencia, es además un fenómeno homogéneo con el mundo
natural en el que él actúa y sobre el que actúa el mundo. Por
medio del cuerpo se tiene registro de que somos un cuerpo, de
los fenómenos externos y de las operaciones de la conciencia.
Ta m b i é n p o r m e d i o d e l c u e r p o s e p e r c i b e q u e e l m u n d o t a m b i é n
es una compleja red de relaciones con otros seres humanos,
signos y objetos producidos o modificados por ellos. Se puede
entonces advertir la intención que uno posee y la de los demás.
Son intenciones que se manifiestan en acciones corporales como
tangibles. Pero se puede dar cuenta de los intangibles por la
experiencia de la corporalidad. Por tanto para interi orizar
nuevas comprensiones de la motricidad ha de entenderse al ser
humano como un ser natural, histórico y social.
D e s d e e s t a p e r s p e c t i v a , s i g u i e n d o a Tr i g o , s e c o n c l u y e q u e s ó l o
se podría denominar motricidad a las acciones que tienen una
significación para el sujeto.
3. EL COMPROMISO EPISTEMOLOGICO.
Es necesario abordar con rigor una conceptualización de la
Motricidad dentro del cam po de la Educación Física: sus aportes
y cómo desarrollar sus campos de intervención, lejos de
estereotipos o expectativas condicionadas por una herencia
histórica reciente pero estigmatizadora. Manuel Sergio califica
como característica de la ciencia el corte epistemológico,
concebido como voluntad imparable de construir el Futuro. Crear
u n a c i e n c i a s u p o n e u n a c t o t r a n s f o r m a d o r, c o n t r a r i o a l a
regresión: “ir de un abstracto pensado, comprendiendo una
diversidad definida de elementos, hasta un concreto pensado, el
c u a l e n g l o b a l a u n i d a d d e f i n i d a d e e s t a d i v e r s i d a d ” xiv.
Desafortunadam ente, la realidad de la motricidad ha navegado
en un océano de pensamiento marcado por la práctica
establecida y legitimada de una corporeidad mutilada, fruto de
una concepción judeo-cristiana y de la concepción dualista
cartesiana de cuerpo-mente.
La cultura de Occidente no ha
dado un l ugar para una fase de “abstracción” que permita
“recrear” el campo de intervención de la motricidad.
La
costumbre
y
lo
establecido
han
ocupado,
de
forma
peligrosam ente popularizada, el espacio de crítica, sin pensar la
9
posibilidad de una ruptura conceptual necesaria para generar y
consolidar una ciencia de la educación física.
¿Podría ser la motricidad una ciencia? Existe una tendencia de
la mente a aferrarse a lo conocido, que se intensifica por el
hec ho de que l a es truct ura t ácita est á i nsepa ra bl em e nt e
entretejida con toda la red de la ciencia y con sus instituciones.
Esta resistencia no se limita a la ciencia, sino que tiene lugar en
todas las esferas de la vida, cuando se ven amenazados
pensamientos y sentimientos que nos resultan familiares y
cómodos. La tendencia general será, por consiguiente, la falta
de la energía y el coraje necesarios para cuestionar la totalidad
de la infraestructura tácita de un campo.
Sólo
cuando
los
profesionales
de
la
educación
física
conozcamos cuál es el significado, los propósitos, el origen, la
estructura, los métodos, los contenidos, la filosofía, la ética y la
validez del conocimiento de nuestra ciencia, será posible
e m p r e n d e r,
sin
miedo
a
la
marginalidad
o
la
descontextualización, la intervención en la motricidad de forma
integral y plenamente humanística.
Reconocer en nosotros
mismos la i dentidad es el paso previo para que el resto nos
reconozca y nos acepte como tal.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
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LIPOVETSKY, Pilles. La era del vacío. Editorial Anagrama. 4ª edición. Madrid, 1990.
FERNANDEZ-BALBOA,J.M. La investigación en la educación física española. Apuntes No 50, 1997.
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TRIGO, Eugenia. Motricidad creativa: una forma de investigar. Editorial Kon-Traste. Universidad de la Coruña.
Monografía No 91, 2001.
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vii
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SERGIO M. Una epistemología de la motricidad humana. Lisboa, 1987.
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TRIGO, Eugenia. Creatividad y motricidad. Editorial INDE. Barcelona, 1999.
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SERGIO M. Una epistemología de la motricidad humana. Lisboa, 1987.
ii
10
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