U N A A P R O X I M A C Í Ó N C O N C E P T U A L A L N U E V O PA R A D I G M A D E LA MOTRICIDAD Y SU APORTE A LA EDUCACIÓN FÍSICA EVALDO RUBIO & LUIS GUILLERMO GIRALDO & LUZ AMELIA HOYOS & BORIS MURCIA & PAT R I C I A H U E R TA S & O R L A N D O M E N D E Z & J AV I E R N U Ñ E Z & J A I R O A . F E R N A N D E Z * ABSTRACT La distinción entre cuerpo y corporeidad genera una actitud, un imaginario y un sentido para comprender el fenómeno del ser humano. Esta reflexión cobra un lugar central en la intención y e s f u e r z o d e i n v e s t i g a d o r e s c o m o l a D r a . E u g e n i a Tr i g o y M a n u e l Sergio con el propósito de aportar una nueva dimensión a la Educación Física que permita el avance en su consolidación como ciencia. La motricidad se convierte en el punto de partida y de llegada como eje articulador de esta intención. El concepto de m ovimiento con rel ación al cuerpo no denota la esencia de lo m o t r i z e n e l s e r h u m a n o . Ta m p o c o l o l o g r a n l a s c o r r i e n t e s sicológicas y neurológicas al asoci arlo con el aprendizaje y la reeducaci ón motriz. Crear un nuevo paradi gma que explique el sentido de la acción humana, de su intencionalidad y de su t r a s c e n d e n c i a , i m p l i c a u n a c t o t r a n s f o r m a d o r, d e a v a n c e , comprendiendo la diversidad infinita de elementos que componen su red de relaciones. Esta es la intención que comienza a hacer camino reflexionando la Educación Física desde nuevas perspectivas. Palabras Clave: Movimiento, cuerpo, corporeidad, corporalidad, dualidad, unicidad, motricidad, ser humano. 1. INTRODUCCION La Educación Física se ha desarrollado desde diferentes ejes conceptuales al generar ópticas variadas de su función social y educativa de acuerdo a las necesidades de cada cultura; igualmente, tiene un proceso de construcción de más de 70 años, donde diferentes actores han desarrollado aportes valorables gracias a lo cual podemos decir que tenemos un sentido profesional reconocido en el medio educativo y social. * Grupo de investigación en actividad física y desarrollo humano CENDA. Los espacios investigativos son nuestro salvoconducto para mantener vigencia y competencia en el medio, y así responder a l a s t e n d e n c i a s p o s t m o d e r n i s t a s i. Este deber y sentido investigativo permite generar conocimiento y herram i e ntas para q ue l a E duc aci ón Fí sic a ap orte , des de s u perspectiva, nuevos saberes que abran l a posibilidad de comprender mejor su relación con la motricidad humana. Los centros de formación en este campo, están empezando a incluir el paradigma inductivo – cualitativo en su repertorio y eso, paulatinamente, permitirá confrontar las posturas de los diferentes paradigmas, al ayudar a plantear nuevas preguntas y d i v i s a r n u e v a s á r e a s d e n u e s t r o s a b e r ii. Desde este escenario la línea de investigación sobre motricidad de CENDA, en conjunto con la Universidad de Antioquía y la U . P. T. C , h a n a b o r d a d o d i f e r e n t e s e n f o q u e s r e l a c i o n a d o s c o n los sistemas contextuales del ser humano, desde el punto de vista de la motricidad correlacionada con la actitud práctica y teórica del Profesor de Educación Física. En la presente entrega se resumen los avances conceptuales acerca de la motricidad elaborados en el proceso investigativo por el grupo de investigadores y coinvestigadores de la línea. 1. DE QUÉ HABLAMOS CUANDO NOS REFERIMOS A LA MOTRICIDAD 1.1 UNA MIRADA A SU ENFOQUE TEÓRICO En el campo de la actividad física y el deporte existe gran diversidad terminológica que generalmente lleva a confundir el significado de ciertos conceptos. Esta diversidad trae como consecuencia diferentes interpretaciones sobre lo c o n c e p t u a l i z a d o y, p o r t a n t o , g e n e r a u n a f a l t a d e r i g u r o s i d a d científica en el área propia del conocimiento de la Educaci ón Física. Como veremos, la importancia de clarificar los términos: cuerpo, corporeidad, expresión corporal, motricidad, radica en la necesidad de poder contextualizar nuestro estudio, y así evitar cualquier error de entendimiento a la hora de referirnos a los t é r m i n o s a n t e s m e n c i o n a d o s iii. 2 El concepto de motricidad no ha de restringirse sólo a aspectos relacionados con el movimiento “físi co” de l a persona, sino que trasciende im plicando al sujeto en todo su “yo”. Sabem os que tal v i s i ó n e s m u y p a r t i c u l a r, p e r o s i r v e p a r a c o m p r e n d e r y e n t e n d e r m e j o r e l t r a b a j o r e l a c i o n a d o c o n l a m o t r i c i d a d iv. 1.2 DISCUSIONES SOBRE LA MOTRICIDAD Los autores consultados, dependiendo del campo que provienen, identifican elementos diferentes cuando estudian la motricidad humana. Así, dentro del ámbito psicomotricista (Da Fonseca, 1 9 9 2 ; L e B o u l c h , 1 9 8 0 ; L a p i e r r e , 1 9 7 7 ; P i c k y Va y e r, 1 9 6 9 ) n o s encontramos reiteradam ente términos como los siguientes: imagen corporal, esquema corporal, noción de cuerpo, corporeidad; tonicidad, tono: respiración, relajación; espacio, espacialidad, percepción espacial, estructuración espacial; tiempo, temporalidad, percepción temporal, estructuración temporal; equilibrio, equilibración; coordinación dinámica general, coordinación global, praxia global ; coordinación fina, p r a x i a f i n a v. E l a c e n t o l o p o n e n e n l a r e l a c i ó n m e n t e - c u e r p o donde finalmente predominan las explicaciones neurofisiológicas para el f enómeno de la expresión m otri z en el contexto de lo humano. Si recurrimos a autores provenientes del aspecto más bio f í s i c o d e l a p e r s o n a (W e i n e c k , G r o s s e r, Vo l k a , F i t t s ) , l o s términos varían: resistencia (aeróbica, anaeróbica, muscular…); velocidad (resistencia-velocidad, velocidad de reacción, v e l o c i d a d d e t r a s l a c i ó n ) ; f l e x i b i l i d a d ( e l a s t i c i d a d m u s c u l a r, m ovilidad articular); fuerza (potencia, fuerza-resistencia, fuerza m á x i m a ) vi. La expresión de los conceptos de estos autores de los actores de la Educación Física, se capacidades motrices, y en su acepción más cualidades físicas. Se evidencia una limitación y explicar lo motriz en el ser humano. Se centran del movimiento. en el lenguaje expresa como anti gua como reducción para en expresiones Para investigadores del campo de la expresión como (Motos, 1 9 8 3 ; B e r n a r d , 1 9 8 0 ; F a s t , 1 9 8 6 ; A l e x a n d e r, 1 9 7 9 ) , l o s t é r m i n o s más comunes se reúnen en torno a: comunicación, creatividad, lenguaje corporal - expresión corporal, mimo, danza, baile, t e a t r o vii. 3 Nuevamente se hace evidente una particular mirada sobre la expresión motriz donde predomina la expresión como eje central para explicar la trascendencia de la acción en cada sujeto. Por el contrario, para autores del mundo del juego y el deporte (Parlebas, 1985; Blázquez, 1986; Lavega, 1995), sus palabras, al referirse a la motricidad, suelen recoger términos como: reglamento, árbitro, competición, cooperación, j u g a d o r, adversario, partido y juego, entre otros. Sin embargo, podemos encontrar dos planteamientos que superan estas cuatro visiones d e l a m o t r i c i d a d e n l o s a u t o r e s C a s t a ñ a r, C a m e r i n o y G a l e r a . Las aportaciones de estos autores anticipan nuevas comprensiones sobre el tema, además de ser un intento de sistematizar lo que hasta ahora no eran más que enfoques parcelarios de esta faceta humana. Galera denomina a su modelo “taxonomía estructural de la m otricidad” y lo “f undam enta en el concepto parlebasiano de “conducta motriz” definido por Parlebas (1985) como “la organización significante del comportamiento motor”. A través de este modelo, Galera hace un análisis tipológico/epistemológico y un análisis jerárquico/psicopedagógico de los componentes de la m otricidad humana, para llegar posteriormente a una síntesis estructural manifestada en tres categorías: la primera categoría es la de las conductas psicomotrices en las que se incluyen las capacidades perceptivo-m otrices y las capacidades coordinativas; la segunda categoría está representada por las conductas sociomotrices y la tercera incluye las que él denomina c o n d u c t a s n e u r o m o t r i c e s viii. Este autor parte de la base de que “las capacidades coordinativas y las condicionales son las únicas que se pueden e v i d e n c i a r, e s d e c i r, m e d i r, o b j e t i v a m e n t e ” , m i e n t r a s q u e “ l a s conductas psicomotrices y sociom otrices, por el contrari o, sólo s e p u e d e n m e d i r s i c o n o c e m o s s u f u n c i o n a l i d a d , e s d e c i r, e l obj etivo que se propone l a persona que las desarrolla”. Es la intencionalidad la que devela el sentido del acto motriz, por tanto, se identifica la capacidad con los aspectos observables de la acción y conducta con los elementos no observables de esa acción. La relación entre lo observable y los intangibles se manifiesta en la m otricidad humana como un m ecani smo fundamental de la conciencia, mediante el cual ésta mantiene su estructuralidad al ligar actos con obj etos. Esta intencionalidad siempre está 4 lanzada hacia el futuro, lo que se registra como tensión de b ú s q u e d a r e c u r r i e n d o a j u e g o s t e m p o r a l e s y e s p a c i a l e s ix. El modelo que presenta Castañer y Camerino es concebido como una “concepción interactuante de las capacidades que integran el desarrollo motor infantil”. Estos autores son reiterativos al insistir en “olvidar planteamientos de la educación física que trabajen en forma unívoca bien la condición físico-m otriz, bien l a s h a b i l i d a d e s e n s í m i s m a s ” x. A d e m á s d e e s t o , d i f e r e n c i a n e n su modelo de esferas, la capacidad y la cualidad. Hablan de capacidad desde el momento que se atiende a la potencialidad y a los procesos de maduración y de aprendizaje que van dotando de “cualidad” a las diversas capacidades del niño; esta capacidad es también denominada neotecni a o capacidad de adaptación creciente del niño a su medio, mediante la plasticidad de su sistema nervioso central y periférico. De la misma manera, manifiestan que las habilidades como dotación filogenética se construyen en función de la condición físicoperceptiva y socio-motriz. Lo que implica estas concepciones es que el juego y el deporte no son condiciones suficientes para el desarrollo de lo motriz en el ser humano. Más allá de esto, invitan a pensar en una Educación Física que capture la motivación, el desenvolvimiento emotivo y el de la expresión; así, como la experticia y pericia en el manejo de la armonía y el ritmo al considerar procesos de formación integral. 1 . 3 L A C O N C E P C I Ó N D E M O T R I C I D A D E N E U G E N I A T R I G O xi E n s u l i b r o J u e g o s M o t o r e s y c r e a t i v i d a d , E u g e n i a Tr i g o comienza con el análisis de la diversidad terminológica con que nos encontramos los profesionales de la educación física sobre la motricidad humana: educación física, educación física y deportiva, cultura física, cultura corporal, educación corporal, ciencias de los ejercicios físicos y corporales, ciencias del deporte, pedagogía del deporte, pedagogía psicosomática, fisiopedagogia, gimnologia, kinantropopedagogia, biopedagogia, psicocinética, praxologia. Para ella todos los términos enunciados hacen referencia, más al movimiento como traslación o cambio de lugar que a la motricidad. A d e m á s d e l o a n t e r i o r, a f i r m a q u e s e g u i r h a b l a n d o d e e d u c a c i ó n física o de educación del movimiento o educación a través del movimiento, es seguir cayendo en el reduccionismo y dualismo 5 cartesiano, es continuar hablando de dos entes dentro del ser humano. Como se reseñó en el apartado 1.2 de este artículo, diversos autores reseñados presentan sus enfoques manteniendo un trasfondo de mecanicidad, naturalidad a ul tranza y dualidad del ser humano. Eugenia recurre a nuevas tendencias para indicar la urgencia de superar esta concepción dualista y naturalista del ser humano. D e e s t a f o r m a , e n p r i m e r l u g a r, c i t a a M a n u e l S e r g i o p a r a q u i e n la esencia, el sentido y el significado del m undo y de las cosas se alcanzan a través de l a percepción. Se resalta en esta proposición que ni somos ni estamos, sino que somos nuestro cuerpo. Recurre a Moreira de Mello para afirmar nuevamente que el hombre es una única cosa (un cuerpo), un solo sistema a t r a v é s d e l c u a l p u e d e a c t u a r, c o n o c e r y t r a n s f o r m a r e l m u n d o , construyendo y r ecreando, pues es así com o puede planear y s o ñ a r. D e a h í , l a u r g e n c i a d e E u g e n i a Tr i g o d e d a r a e n t e n d e r l a ligazón entre sensación-percepción-memoria-conciencia-acción para explicar la com plejidad de lo m otriz en el se hum ano. E n s e g u n d o l u g a r, p a r a f o r t a l e c e r s u p o s t u r a e p i s t e m o l ó g i c a , cita a Christofoletti y Zubiri quienes hablan de la multidimensionalidad humana. Afirman, estos autores, que el hom bre es u n si st em a estruct ural de nota s psí q ui cas y corporales; además, es un cuerpo biológico, social, cultural, político y afectivo en continua transformaci ón dentro del continuo espaci o – tiempo. Las notas son la estructura (hay una uni dad estructural), pero no hay u nión, sino unidad sistemática. E n s u vi rt ud, t odo l o psí quic o es corpóreo psí quico. A sí, l a psique es “la psique de este organismo”. Ta m b i é n n o s r e c u e r d a p o r i n t e r m e d i o d e S o u z a d e O l i v e r a q u e e l saber corpóreo y los sentidos fueron considerados engañosos, convirtiendo el cuerpo en instrumento, integrando el cuerpo en la visión dualista del universo. Sobre el dualismo del cuerpo y la m ente ya se manifestaba Ortega y Gasset haciendo referencia a l c u e r p o y a l m a , c o s a s q u e n o s h e m o s e n c o n t r a d o e n e l v i v i r. Así, decir que som os materia o espíritu es expresar mitos o, como mucho, hipótesis, pero nada más. Cuando hablamos del “yo”, éste no es materia ni es espíritu, pues es algo previo a esas respuestas teóricas: el “yo” es sencillamente el que tiene que vivir una cierta vida. Ahí está, queramos o no, tenemos que s e r. E l “ y o ” e s u n p r o y e c t o d e v i d a ( i n t e n t a r s e r d e h e c h o l o q u e somos en proyecto, eso es la vida). 6 Para algunos filósofos, el alma es una sustancia y ésta sustancialidad se i dentifica con la del hombre, ya que éste sólo llega al alma por la verdad (Platón, Descartes, Leibniz, etc.); otros, hablan del hombre como un ser que es elemento del mundo (Nietszsche, Marx, Freud). E u g e n i a Tr i g o a v a n z a e n e l e s c l a r e c i m i e n t o i d e o l ó g i c o q u e subyace implícitamente afirm ando que el concepto del hom bre y de su realidad es algo que marcará el camino a seguir cuando intervengamos con él de una u otra manera, según sea nuestro obj etivo: la producción, rendimiento, eficacia; o por el contrario buscar la creatividad, la transformación o dar razón de la praxis. No es lo mism o tratar con un cuerpo que pertenece a una persona la cual quiere consegui r algo de él, que trabajar con un cuerpo que es una persona. La diferencia de matiz es importante y marca diferencias importantes en cuanto al modo de actuar con uno y otro, pues no es lo mismo sentir a través de un cuerpo, que sentir con el cuerpo, siendo éste el origen y manifestación de la persona. El cuerpo es el que atrae las miradas, y por lo tanto todo tiene su origen y manifestación en él. Ta m p o c o d e s c o n o c e a p o r t e s d e l a a n t r o p o l o g í a r e c i e n t e d o n d e se pone de manifiesto que el hombre, para llegar a ser hombre, necesita unir sus aspectos instintivo y cultural, como lo dicen Gehlen y Portm an, pues lo cultural es una condición esencial. Por tanto afirma que el hombre es la suma de instinto y cultura. Esta afirmación se ve reforzada cuando señala que el hombre posee una disposición inacabable para aprender todo tipo de mañas, destacando que la principal asignatura que nos enseñamos los unos a los otros es precisamente en qué consiste ser hombres. Por tanto podemos afirmar que también se aprende a ser hombre y que la cultura no es más que el proceso de civilización por el cual el hombre llega a su hum anización. 2. CUERPO, CORPOREIDAD Y MOTRICIDAD. S i g u i e n d o l a l í n e a d e p e n s a m i e n t o d e E u g e n i a Tr i g o , los conceptos de cuerpo, corporeidad y motricidad se necesitan unos a otros cuando nos referimos al ser humano. Las dim ensiones de la persona hacen referencia a términos com o corporeidad, motricidad, comunicación, cooperación, historicidad, libertad y transcendenci a, destacando que la m otricidad emerge de la corporeidad, que está en el mundo como señal de un proyecto. 7 La motricidad acompaña a la corporeidad y ambas no se distinguen, pues cuando nos movemos es el cuerpo el que se mueve y nuestra corporeidad la que se manifiesta. Ser cuerpo implica habitar con otras cuerpos en la dimensión de la ínter corporalidad. Podemos entender que la corporeidad implica la inserción de un cuerpo humano en un mundo significativo, en la relación dialéctica del cuerpo consigo mismo, con otros cuerpos y c o n l o s o b j e t o s xii. Ta m b i é n s e p u e d e c o n c e b i r l a m o t r i c i d a d c o m o u n a e n e r g í a ontológica y la corporeidad como la materialización de esa energía. La motricidad es la capacidad del hombre para moverse en el mundo y la corporeidad es el modo del hombre de estar en el mundo. De esta manera, si asumimos que el hom bre es un cuerpo y es a través de éste como conocemos actuamos y trasformamos el mundo, nos comprometeremos con la motricidad y con la educación motora, cuestionando l os actuales paradigmas en ciencia y en educación. N u e v a m e n t e p a r a Tr i g o , c o n f u n d i r e l c u e r p o c o n l a c o r p o r e i d a d es limitar el ser humano a un animal u objeto. La persona se manifiesta a través y con su cuerpo, pero esas mismas manifestaciones – emociones, sentimientos, pensamientos – son parte de ese cuerpo. De esta manera, hablar del cuerpo humano en toda su amplitud es transcender del sistema orgánico (lo único que podría denominarse “cuerpo”) para entender y comprender al propio “humanes”, su corporei dad, la totalidad de su yo. El yo implica el HACER, el SABER, el PENSAR, el SENTIR, el COMUNICAR y el QUERER, y no hay ser humano sin la unidad entre estos seis aspectos. Eso es la corporeidad humana (pienso y siento al tiempo que hago; actúo porque siento y pienso) y no el cuerpo humano (que sólo hace). Referida al ser humano, definimos la corporeidad como “la vivenciación del h a c e r, s e n t i r, p e n s a r y q u e r e r ” d e m a n e r a q u e p o d e m o s identificar corporeidad con humanes, ya que el ser humano es y s e v i v e s ó l o a t r a v é s d e s u c o r p o r e i d a d xiii. N o s e p u e d e comprender un acto corporal sin referirnos al hombre del mismo modo que no podemos referirnos al hombre sin referirnos a su corporeidad, pues habl amos de un hombre corporal en el mundo. El cuerpo es corporeidad y por ello no termina en los límites anatómicos y fisiológicos. La corporeidad se extiende a través de la cultura, las ropas, instrumentos creados por el hombre y 8 es el cuerpo el que les da significado y su uso mediante el proceso de aprendizaje. Siendo pues el cuerpo un constituyente f undam ental de la existencia, es además un fenómeno homogéneo con el mundo natural en el que él actúa y sobre el que actúa el mundo. Por medio del cuerpo se tiene registro de que somos un cuerpo, de los fenómenos externos y de las operaciones de la conciencia. Ta m b i é n p o r m e d i o d e l c u e r p o s e p e r c i b e q u e e l m u n d o t a m b i é n es una compleja red de relaciones con otros seres humanos, signos y objetos producidos o modificados por ellos. Se puede entonces advertir la intención que uno posee y la de los demás. Son intenciones que se manifiestan en acciones corporales como tangibles. Pero se puede dar cuenta de los intangibles por la experiencia de la corporalidad. Por tanto para interi orizar nuevas comprensiones de la motricidad ha de entenderse al ser humano como un ser natural, histórico y social. D e s d e e s t a p e r s p e c t i v a , s i g u i e n d o a Tr i g o , s e c o n c l u y e q u e s ó l o se podría denominar motricidad a las acciones que tienen una significación para el sujeto. 3. EL COMPROMISO EPISTEMOLOGICO. Es necesario abordar con rigor una conceptualización de la Motricidad dentro del cam po de la Educación Física: sus aportes y cómo desarrollar sus campos de intervención, lejos de estereotipos o expectativas condicionadas por una herencia histórica reciente pero estigmatizadora. Manuel Sergio califica como característica de la ciencia el corte epistemológico, concebido como voluntad imparable de construir el Futuro. Crear u n a c i e n c i a s u p o n e u n a c t o t r a n s f o r m a d o r, c o n t r a r i o a l a regresión: “ir de un abstracto pensado, comprendiendo una diversidad definida de elementos, hasta un concreto pensado, el c u a l e n g l o b a l a u n i d a d d e f i n i d a d e e s t a d i v e r s i d a d ” xiv. Desafortunadam ente, la realidad de la motricidad ha navegado en un océano de pensamiento marcado por la práctica establecida y legitimada de una corporeidad mutilada, fruto de una concepción judeo-cristiana y de la concepción dualista cartesiana de cuerpo-mente. La cultura de Occidente no ha dado un l ugar para una fase de “abstracción” que permita “recrear” el campo de intervención de la motricidad. La costumbre y lo establecido han ocupado, de forma peligrosam ente popularizada, el espacio de crítica, sin pensar la 9 posibilidad de una ruptura conceptual necesaria para generar y consolidar una ciencia de la educación física. ¿Podría ser la motricidad una ciencia? Existe una tendencia de la mente a aferrarse a lo conocido, que se intensifica por el hec ho de que l a es truct ura t ácita est á i nsepa ra bl em e nt e entretejida con toda la red de la ciencia y con sus instituciones. Esta resistencia no se limita a la ciencia, sino que tiene lugar en todas las esferas de la vida, cuando se ven amenazados pensamientos y sentimientos que nos resultan familiares y cómodos. La tendencia general será, por consiguiente, la falta de la energía y el coraje necesarios para cuestionar la totalidad de la infraestructura tácita de un campo. Sólo cuando los profesionales de la educación física conozcamos cuál es el significado, los propósitos, el origen, la estructura, los métodos, los contenidos, la filosofía, la ética y la validez del conocimiento de nuestra ciencia, será posible e m p r e n d e r, sin miedo a la marginalidad o la descontextualización, la intervención en la motricidad de forma integral y plenamente humanística. Reconocer en nosotros mismos la i dentidad es el paso previo para que el resto nos reconozca y nos acepte como tal. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS: i LIPOVETSKY, Pilles. La era del vacío. Editorial Anagrama. 4ª edición. Madrid, 1990. FERNANDEZ-BALBOA,J.M. La investigación en la educación física española. Apuntes No 50, 1997. iii TRIGO, Eugenia. Motricidad creativa: una forma de investigar. Editorial Kon-Traste. Universidad de la Coruña. Monografía No 91, 2001. iv Ibíd. v Ibíd. vi TRIGO, Eugenia. Creatividad y motricidad, Editorial INDE. Barcelona, 1999. vii Ibíd. viii GALERA, A. Una taxonomía estructural de la motricidad. Editorial AEISAD, Pamplona España, 1996. ix SILO. Cuadernos de sicología humanista. Editorial ATE. 1985. x CASTAÑER, M. y CAMERINO, O. La educación física en la enseñanza primaria. Editorial INDE. Barcelona, 1996. xi TRIGO, Eugenia. Juegos motores y creatividad. Editorial PAIDOTRIBO, Barcelona. 1989. xii SERGIO M. Una epistemología de la motricidad humana. Lisboa, 1987. xiii TRIGO, Eugenia. Creatividad y motricidad. Editorial INDE. Barcelona, 1999. xiv SERGIO M. Una epistemología de la motricidad humana. Lisboa, 1987. ii 10