Untitled - Inicio NINJUTSU 4RYU

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Taijutsu, literalmente trascrito como la habilidad del cuerpo,
forma la base de todo entendimiento en el arte de pelea del
Ninja. Concentrándose en desarrollar las acciones de respuestas
naturales con el cuerpo durante el entrenamiento inicial del Ninja,
uno puede usar las lecciones físicas como modelos de
entrenamiento psicológico y táctico en estudios avanzados. El
Taijutsu Ninja está hecho de métodos de golpeo y tomas en las
peleas sin armas, rodamientos y caídas, altos y ascensos, así
como formas de andar y correr, acondicionando al cuerpo y
manteniéndolo saludable. Algunas de las más populares artes
marciales orientales y sistemas de entrenamiento atentan al
moldear las formas del practicante obligándolos a reaccionar y
moverse para ajustarse a un juego estilizado de movimientos
predeterminados
“añadiendo”
a
por
la
su
sistema.
personalidad
En
total
efecto,
del
ellos
están
estudiante
las
características de su estilo.
El Taijutsu trabaja de manera opuesta para neutralizar todos
los movimientos innecesarios, puliendo las tendencias nocivas o
no naturales que pueden haber sido tomadas inconscientemente
a través de años de práctica.
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Como sistema de pelea, el Taijutsu se basa en la fuerza
natural del cuerpo y resistencia, la velocidad de respuesta y
movimientos y un entendimiento de los principios de la
naturaleza, para resultados exitosos en la defensa personal. Las
técnicas toman ventaja de la constitución física natural y empleo
suficiente de la dinámica corporal. Los estudiantes no necesitan
imitar a ningún tipo de animal o de insecto, ni distorsionar o
deformar la estructura natural del cuerpo para emplear las
técnicas del Taijutsu de defensa personal.
Los principios del Taijutsu también proveen el fundamento
del combate con armas en el Ninjutsu. Las posturas sueltas,
adaptativas del cuerpo y empleadas en el Arte del Ninja, el
trabajo de los pies, el balance del cuerpo, la velocidad, la
aplicación de energía y la estrategia son idénticas para los
practicantes de Ninjutsu, ya sea que peleen con sus puños,
cuchillos o cadenas. La efectividad del Taijutsu como un sistema
total de pelea esta basado en la confianza del Ninja en la armonía
inherente de la naturaleza y no en las posiciones de pelea
fundamental y modelos de técnica por sí mismos. Los métodos de
entrenamiento avanzados usan balanceos de lo psicológico como
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de lo físico en las manifestaciones de los cinco elementos del
mundo material; que son las clasificaciones de sólido, líquido,
comburente, gaseoso y sub-atómico, conocidos por nosotros
como Godai que son Chi(Tierra), Sui (Agua), Ka (fuego), Fu
(Viento), y Ku (Vacío) de la metafísica oriental. Incrementando
nuestra observación y vigilancia de las interrelaciones de estos
varios niveles de realidad, podemos desarrollar la habilidad de ver
vastos patrones de causa y efecto que son irreconocibles por
gente a nuestro alrededor. En este sentido el practicante de
Ninjutsu aprende a usar la progresión natural del universo para
su beneficio. Sus acciones conforman el juego de los ciclos
universales y su cuerpo e intenciones siempre se adaptan a los
avances de cualquier atacante entonándose con el Esquema de
Totalidad, el Ninja conoce siempre la respuesta apropiada para
cualquier situación dad que lo confronte.
Junan Taiso es el método de acondicionamiento del Ninja,
contribuye a la flexibilidad, velocidad y capacidad de respuesta
necesaria para la efectiva aplicación de las técnicas de Taijutsu
en el entrenamiento de Ninjutsu; la fuerza es generada a través
de la flexibilidad, los músculos y las articulaciones son ejercitadas
para alcanzar sus cualidades elásticas naturales. El Junan Taiso
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junto a una apropiada dieta provee la fuerza, flexibilidad y salud
aun en personas de avanzada edad.
El sistema muscular puede ser desarrollado en dos distintas
maneras, los músculos débiles pueden crecer fuertes a través de
ejercicios repetidos y vigorosos. Este tipo de ejercicio está
caracterizado por una contracción y relajación rápida de los
músculos y eventualmente produce un sentimiento de fatiga
localizada o general. En una diferente manera, los músculos
tensos o los que no responden pueden hacerse flexibles a través
de ejercicios de estiramiento relajado, popularizado hoy día por
versiones contemporáneas del Yoga Hindú.
Este tipo de acondicionamiento está caracterizado por
adoptar posturas que estiran los músculos y articulaciones por
varios segundos mientras relajan músculos específicos y les
permiten extenderse a sus límites naturales para un cuerpo
humano saludable.
Debe remarcarse que los ejercicios de acondicionamiento
Junan Taiso son de mucha más importancia que “simples
calentamientos” para la práctica de peleas en el salón de
entrenamiento.
Los ejercicios realmente forman una base para una vida
saludable presentando una oportunidad de experimentar los
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aspectos mentales y físicos del cuerpo trabajando en armonía.
Durante la ejecución de los ejercicios, observamos los tejidos
corporales, la circulación de los fluidos, patrones de respiración y
dirección activa de la conciencia, todo en armonía uno con lo
otro, aprendiendo los efectos e influencias de varios de los
sistemas de mantenimiento del cuerpo.
El estudiante de Ninjutsu puede desarrollar un conocimiento
útil de su propio poder para controlar la salud y acondicionar el
cuerpo. La cabeza es sólo otra parte del cuerpo y debemos
aprender a evitar la tendencia a hacer una distinción entre el
cerebro y otros órganos internos del cuerpo. El cuerpo sabe
moverse si lo dejamos y no requiere control mental activo para
responder apropiadamente en una situación de peligro. El
estudiante de Ninjutsu trabaja para eliminar el pesado proceso de
primero pensar mecánicamente a través de una respuesta antes
de realmente llevarla a cabo. Esta naturalidad de movimientos
resulta de aprender como todas las funciones trabajan en
coordinación y balance una con la otra.
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Técnicas de Taijutsu
Mostraremos una posible
defensa ante algo tan típico
como es el agarre a una
persona, por detrás, del
cuello de la chaqueta,
cazadora, etc. El agresor ( a
la derecha de la imagen y
con chaqueta oscura )
realiza el agarre, por el
cuello de la chaqueta, con la
mano derecha. A partir de
aquí indicaremos los pasos a
seguir:
El primer movimiento
que debemos realizar es
agarrar nuestras solapas con
ambas manos y tirar fuerte
hacia delante y hacia abajo,
con el objetivo de aprisionar
los dedos del agresor entre
el cuello de la chaqueta y
nuestra nuca. Acompañando
este movimiento
realizaremos un giro de
nuestro cuerpo en dirección
hacia la derecha del agresor
( porque nos agarra con su
mano derecha ) tal y como
muestra la imagen.
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Continuamos el giro de
nuestro cuerpo sin soltar
nuestras solapas hasta
encontrarnos frente a frente
con nuestro agresor.
Entonces soltaremos las
solapas para agarrar con
ambas manos su codo desde
arriba y tirar del mismo hacia
el suelo y hacia nuestro
abdomen. El agresor cede
ante el dolor y para evitarlo
tiende a ponerse de rodillas.
Para terminar de
neutralizar al agresor
procedemos a golpear su
cara con nuestra rodilla
derecha.
Otra forma de finalizar la
defensa es comenzar a
andar hacia atrás cuando el
agresor se pone de rodillas
( tirando de su codo ), de
este modo su cuerpo
quedará tumbado bocaabajo en el suelo, controlado
e inmovilizado con su brazo
derecho en la espalda.
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Explicaremos una técnica
correspondiente a un nivel
algo más avanzado; para
ello nos defenderemos ante
un agarre que el agresor
realiza para tirarnos del
pelo. La mayor dificultad
estriba en el uso de un
punto “vital” como ayuda en
la ejecución de la técnica y
que, por sus características,
requiere un poco de
habilidad por parte de la
persona que realiza la
defensa:
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El primer movimiento que debemos realizar es, como de
costumbre, desplazarnos hacia una zona de “seguridad”. Para ello
nos desplazaremos un poco lateralmente hacia la izquierda
( porque el agresor nos agarra con su mano derecha ) y,
simultáneamente, le golpearemos en el estómago o en las
costillas. También al mismo tiempo presionaremos con nuestro
pulgar izquierdo en la zona interior de su codo, donde éste tiene
su eje de flexión.
Continuamos la presión sobre el punto “vital” señalado para
comenzar a realizar un movimiento de ascensión de su codo. Así,
con nuestra mano derecha presionaremos su mano ( que agarra
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nuestro pelo ) contra nuestra
cabeza. Al mismo tiempo,
comenzaremos a girar nuestro
cuerpo para que nuestra cadera
izquierda empuje nuestro brazo
izquierdo y así aumentar la
presión ejercida sobre el punto
presionado con el pulgar.
Una vez controlado el
agresor en el paso anterior,
procederemos a su derribo. Para
ello seguiremos girando nuestro
cuerpo a la vez que tiramos de
su mano ( agarrada en el paso
anterior ) hacia el suelo y empujamos su codo aún más hacia
arriba. Se procurará que nuestra pierna derecha pase por entre
nuestra pierna izquierda ( que ejerce de eje para el giro ) y las
suyas. De este modo, justo antes de que el agresor caiga al suelo
estaremos frente a él de rodillas.
Una vez que el
agresor ha caído al suelo
de espaldas, se puede
proceder a inmovilizarlo
con alguna técnica de
control o rematarlo con
un golpe de la mano
derecha ( en este caso,
la mano izquierda nunca
deja de controlar y luxar
la mano derecha del
agresor ).
Esta forma de derribar al
adversario es conocida con el nombre japonés de Shiho-Nage.
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El objetivo de esta página es alejar de la mente del visitante
la idea de complejidad que tradicionalmente se asocia a la
ejecución de una “llave”, como generalmente se conoce a las
diferentes técnicas realizadas en las artes marciales. Sin
embargo, esto no quiere decir que nada más verlas las podamos
ejecutar en la vida real, ya que para asegurar su efectividad es
necesaria su práctica correcta y constante. Para transmitir este
sentimiento de sencillez el mejor Tai-Jutsoka posible, que nos
muestre cómo defendernos, es un “pequeño maestro” de sólo 4
años de edad. Como ejemplo realizaremos la técnica que recibe
el nombre japonés de Yuki Chigae, aplicada al segundo agarre de
base:
El primer movimiento que debemos realizar es, como hemos
explicado en otras páginas, colocarnos en una zona de
“seguridad”. Para ello nos desplazaremos un poco lateralmente
hacia la izquierda ( porque el agresor nos agarra con su mano
derecha ) y, simultáneamente, le agarraremos su muñeca
derecha con nuestra mano izquierda. Si es posible, golpearemos
su rostro con nuestra mano izquierda antes de agarrarle la
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muñeca, o bien, la espinilla de su pierna derecha con nuestro pie
derecho.
Una vez colocados en la posición de seguridad giraremos
nuestro cuerpo sobre la pierna izquierda en el sentido contrario a
las agujas del reloj, pasando nuestro cuerpo entre la mano
derecha del agresor y sus costillas. Es posible que sea necesario
agacharse un poco para no tropezar nuestra cabeza con su
brazo, aunque con este movimiento circular el agresor irá
levantando y arqueando su brazo progresivamente, lo que
facilitará nuestro movimiento. Es importante no aflojar, en ningún
momento, el agarre sobre la muñeca derecha del agresor.
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Una vez controlado el agresor en el paso anterior,
procederemos a mantener la técnica; para ello continuaremos
girando el cuerpo como en el paso anterior ( colocándonos un
poco detrás del lateral derecho del agresor ) y tiraremos de su
mano de tal modo que su codo y antebrazo queden en posición
vertical. Procuraremos deslizar nuestra mano izquierda hasta el
canto de la mano derecha del agresor para aumentar el dolor
producido por la luxación. Es posible terminar la situación de
constante giro golpeando con nuestro pie derecho en la parte
trasera de la rodilla del agresor.
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Explicaremos una de las posibles salidas que pueden
efectuarse ante una agresión muy común. Se trata de un “agarre
lateral al cuello”, en este caso, con las dos piernas del agresor
por delante de las nuestras.
Aunque existen defensas más rápidas que la que vamos a
mostrar, hemos escogido ésta porque el agresor queda
totalmente reducido tras su ejecución con una “técnica de
conducción”, es decir, una técnica que nos permite llevar a la
persona controlada al lugar que deseemos de una manera
segura.
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Lo primero que debemos hacer es golpear en los genitales del
agresor con el codo del brazo que queda pegado a su cuerpo;
esto ayuda a que afloje la presión que realiza sobre nuestras
cervicales o, incluso, lograr que suelte la presa que mantiene
sobre nuestro cuello. Si no fuese posible golpear con el codo, se
intentaría “atacar” la cara del agresor. No es necesario que el
agresor suelte la presa, sin embargo, para que las imágenes sean
lo más claras posible, hemos aceptado este supuesto.
Ahora taparemos nuestra oreja derecha con la palma de
nuestra mano izquierda, de modo que su antebrazo derecho
quede atrapado en nuestro cuello ( como se puede observar en la
imagen ). Para ayudarnos a realizar este movimiento, podemos
desplazar un poco nuestro cuerpo hacia detrás y hacia fuera
( como si intentásemos llevar su mano derecha hacia nuestra
cadera izquierda ), con el fin de abrir un mayor hueco entre el
brazo del agresor y su cuerpo.
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El siguiente paso es liberar nuestra cabeza y controlar el
brazo derecho del agresor. Para ello moveremos la cabeza hacia
detrás y hacia arriba, mientras desplazamos nuestra mano
izquierda hacia el hombro derecho del agresor de modo que su
antebrazo quede en nuestro codo o en nuestro antebrazo ( ver
imagen ). Aseguraremos el control con nuestra mano derecha
sobre el hombro del agresor o sobre nuestra mano izquierda.
Esta técnica recibe el nombre japonés de Ude-Garami.
Realizaremos una pequeña modificación del control para
convertirlo en una técnica de conducción. Simplemente es
necesario agarrar la mandíbula del agresor ( por encima de su
cabeza ) y tirar hacia nuestro cuerpo de la misma. A partir de
aquí el agresor, aunque controlado, está capacitado para poder
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caminar y “ser conducido” por nosotros hasta donde requieran
las circunstancias.
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Explicaremos una posible defensa contra el agarre que se
muestra en la imagen y que se conoce con el nombre de: “el
abrazo del oso”.
En esta técnica nos serviremos de los Kyusho (puntos vitales del
cuerpo) con el objetivo de desequilibrar al agresor y, en
consecuencia, provocar su caída al suelo. Normalmente se suele
hacer uso de los Kyusho golpeando sobre ellos, sin embargo, en
esta ocasión mostraremos cómo algunos de ellos también son
muy efectivos cuando son presionados correctamente.
Comenzaremos la defensa utilizando un primer Kyusho que se
encuentra aproximadamente a la altura de la “sien”, golpeando
dicho punto con ambas manos (cada una en un lado de la cabeza
del agresor). De este modo, además de desconcertarle,
conseguiremos que afloje el agarre. Podemos, entonces,
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desplazar nuestra mano izquierda hacia la zona lumbar derecha
del agresor y, al mismo tiempo, dirigir nuestra mano derecha
hacia el siguiente Kyusho que vamos a utilizar.
Colocaremos nuestro dedo índice derecho bajo la nariz del
agresor, de modo que quede colocado por encima de su labio
superior con la uña mirando hacia nuestro pecho. Además,
adoptaremos con el dedo la forma de un arco (como si fuese un
gancho o un anzuelo) con el fin de que esté completamente
pegado a la cara del agresor. También, si es posible,
procuraremos desplazarnos hacia el lateral derecho del agresor.
El Kyusho que estamos atacando se denomina en japonés
“Jinchu”.
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El siguiente paso consiste en empujar hacia delante y hacia
arriba con nuestro brazo derecho y hacia nosotros con nuestro
brazo izquierdo. Con este movimiento, el agresor arqueará el
cuerpo hacia detrás y como consecuencia del dolor que
producimos bajo la nariz moverá la cabeza también hacia detrás
para evitar nuestra presión. Para incrementar aún más el dolor
bajo la nariz, giraremos nuestro dedo índice derecho, de modo
que la yema presione hacia las fosas nasales.
Llegará un momento en que el desequilibrio del agresor
provocará su caída de espaldas en el suelo. Normalmente cuando
se cae de espaldas en el suelo se suelen levantar las piernas, en
este momento cogeremos alguna de ellas por el tobillo y
colocaremos nuestro pie interior (es decir, el más cercanos al
agresor) en sus genitales con el fin de mantenerlo controlado al
presionarlos.
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En esta ocasión vamos a variar un poco el momento de la
agresión, es decir, el atacante todavía no ha conseguido
agarrarnos, pero su intención es la de hacerlo por la solapa de la
chaqueta o empujarnos el pecho. Esto es lo que se conoce como
una situación de media distancia, en la que el agresor no está ni
lejos para utilizar patadas largas, ni cerca para usar los puños.
Por supuesto, para realizar esta técnica debemos ser capaces de
prever y anticiparnos a las intenciones del agresor.
A medida que el agresor avanza extendiendo su brazo hacia
nosotros, realizaremos una esquiva interior (de modo que
nuestro pecho quede mirando hacia su pecho). Para ello
avanzaremos con nuestro pie derecho (porque nos ataca con su
mano derecha) hacia delante a la vez que, con nuestra mano
derecha, realizamos un semicírculo desde nuestro hombro
derecho hacia su antebrazo que avanza. De este modo, las líneas
que dibujan nuestros hombros quedarán perpendiculares.
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Aprovechando el movimiento de avance de su brazo, nos
serviremos de su inercia para llevarlo hacia el “interior” (el hueco
existente entre nuestros cuerpos) con un movimiento circular
descendente. Es importante destacar que este movimiento no es
una acción de fuerza dominante mientras su brazo avanza; sin
embargo, en el momento en que deja de avanzar, éste toma
fuerza y la ejecución de la técnica debe realizarse de forma
distinta a como se describe en este apartado, dado que en TaiJitsu siempre consideramos que el agresor es más fuerte y, en
consecuencia, nuestra fuerza se muestra ineficaz ante la suya.
Continuamos el movimiento circular que iniciamos en el
apartado anterior de modo que su brazo se vaya flexionando
debido al movimiento ascendente. Debemos observar que
nuestra muñeca se encontraba en el lado “interior” al comenzar
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la técnica; luego pasó al lado “exterior” de su brazo para realizar
el movimiento descendente de su brazo hacia el interior y, por
último, se encuentra nuevamente colocada en el “lado interno”
de su brazo al finalizar el movimiento ascendente. Una vez que
su antebrazo llegue arriba, agarraremos su muñeca derecha con
nuestra mano izquierda.
Tras atrapar su muñeca derecha continuaremos el
movimiento circular iniciado anteriormente llevando su brazo
hacia el “exterior” de su cuerpo, ahora con un movimiento
descendente. Tendremos que ganar fuerza de presión
ayudándonos con nuestro puño derecho, colocándolo sobre el
torso de su mano y presionando con él su mano hacia abajo. Esta
forma de luxación recibe el nombre japonés de “Kote-Gaeshi” y
constituye una de las técnicas más utilizadas en situaciones de
peligro real, tanto por su velocidad, como por su simplicidad.
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En este apartado trataremos una situación bastante común: el
agresor se encuentra situado en nuestra espalda. Desde esta
posición pretende aumentar su “dominio” físico sobre nuestra
persona (ya que nuestras posibilidades de defensa se encuentran
reducidas) y, también, producir en nuestra mente una mayor
sensación de temor, impotencia y sometimiento (dado que no
podemos ver lo que ocurre detrás nuestra).
En este caso el agresor nos agarra por detrás del cuello con sus
dos manos.
Es importante tener en cuenta que no podemos ver detrás, pero
conocemos la situación del agresor gracias al tacto (debido a la
forma en que nos tiene agarrados). Así pues, nuestro primer
movimiento será girarnos retrocediendo nuestra pierna izquierda
y golpear, simultáneamente, sus costillas con nuestro codo
izquierdo para colocarnos un poco oblicuo al agresor. De este
modo dispondremos de una referencia visual del agresor además
de reducir su capacidad de reacción como consecuencia del
golpe.
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Si, a causa del golpe recibido, el agresor no suelta nuestro
cuello, entonces podemos aprovechar para realizar una técnica
de control y reducción del mismo. Para ello agarraremos su brazo
derecho con las dos manos, de forma que nuestro dedos queden
en la zona correspondiente a su tríceps. Si fuese necesario,
podemos volver a golpear las costillas o el estómago del agresor
con nuestra rodilla derecha.
Para finalizar el control del agresor lo único que tenemos que
hacer es dar un paso hacia detrás para llevar nuestra rodilla
derecha al suelo. Al mismo tiempo tiraremos de su brazo con
nuestras manos describiendo un movimiento hacia abajo y hacia
nuestro pecho. El objetivo de este movimiento es realizar una
luxación de su muñeca derecha al quedar bloqueada en nuestro
hombro derecho. Para aumentar el dolor y la eficacia del control
procuraremos mantener su brazo lo más extendido posible.
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De nuevo volveremos a tratar la misma agresión de la técnica
siete: el agresor nos agarra, por detrás, del cuello con sus dos
manos. Con ello, nuestro deseo es aclarar que no todas las
técnicas pueden ser igual de apropiadas para todo el mundo, es
decir, no todas las personas tienen la misma agilidad, rapidez,
fuerza o, simplemente, edad, altura, anchura, etc. Por ello en TaiJitsu se estudian diferentes formas de responder ante una misma
agresión. Esto no significa que las técnicas no sean válidas, sino
que el practicante aprende distintas soluciones y luego determina
cuál es la que mejor se adapta a sus cualidades personales y le
resulta más efectiva o más fácil.
En este caso supondremos que nuestro brazo es corto o nuestra
constitución es “ancha” y, por tanto, no nos es posible golpear
con nuestro codo en las costillas del agresor. Así pues, lo que
haremos es golpear sus costillas con el puño o con el canto de
nuestra mano izquierda y, al mismo tiempo, con nuestra mano
derecha agarraremos el dorso de la mano izquierda del agresor
de modo que metamos nuestros dedos un poco entre nuestro
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hombro y la palma de la mano del agresor en la base de su dedo
índice.
Como consecuencia del golpe el agresor encogerá un poco el
abdomen o doblará un poco su tronco. En este momento
aprovecharemos su movimiento para llevar, con nuestra mano
derecha, la mano izquierda del agresor hacia la palma de nuestra
mano izquierda (la cual hemos pasado bajo su brazo izquierdo,
aproximadamente a la altura de la axila).
Por último, agarraremos con la palma de nuestra mano izquierda
el dorso de la mano izquierda del agresor y presionaremos hacia
abajo, teniendo cuidado de mantener su codo pegado a nuestro
cuerpo para que no se escape hacia nuestra cara. De este modo
dejamos libre nuestra mano derecha para poder golpear en la
cara del agresor o para ayudarnos a controlar su brazo
(presionando con ella, hacia nuestro cuerpo, el codo del brazo del
agresor que mantenemos luxado).
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Siguiendo los pasos de la página anterior, continuaremos
afianzando técnicas realizadas con anterioridad empleándolas
para defendernos de agresiones distintas a aquella con la cual las
aprendimos. Esta vez nos volveremos a defender con la técnica
denominada en japonés Yuki-Chigae, que aprendimos como
defensa para un agarre de muñeca, y la aplicaremos como
defensa ante un intento (por parte del agresor) de empujón
frontal al pecho con una mano .
Primeramente nos situaremos en una “zona de seguridad”
(imagen anterior). Para ello realizaremos una esquiva exterior, es
decir, nos desplazaremos hacia nuestra izquierda para quitarnos
de la trayectoria frontal del agresor y agarraremos su muñeca
con nuestra mano derecha. Luego, como muestra esta imagen,
avanzaremos nuestro pie izquierdo para poder agarrar los dedos
de la mano derecha del agresor por su dorso con nuestra mano
izquierda .
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Una vez atrapados los dedos del agresor, giraremos nuestro
cuerpo en el sentido opuesto a las agujas del reloj (desplazando
nuestro pie derecho y girando sobre el pie izquierdo). Con ello,
aprovecharemos la fuerza de nuestra cadera para tirar de sus
dedos hacia nosotros con un movimiento ascendente hasta
colocar la muñeca del agresor con una flexión aproximada de
unos 90º (dependiendo de la flexibilidad de su muñeca). Esta
luxación es la que se denomina Yuki-Chigae.
Para finalizar el constante movimiento de giro que se precisa para
mantener la luxación obtenida anteriormente, provocaremos la
caída al suelo del agresor para posteriormente inmovilizarlo. A fin
de conseguirlo, tiraremos de su mano derecha hacia nuestro pie
derecho (sin aflojar nunca la luxación de sus dedos) de modo que
el dorso de la mano del agresor quede siempre mirando hacia su
axila derecha (dado que luxamos su mano derecha). Empujamos
su codo y mano hacia su cabeza.
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Una vez controlado en el suelo, procederemos a inmovilizarlo
de modo que nuestras manos queden libres; para protegernos de
otro posible agresor o cualquier otra acción que sea necesaria.
Sólo tendremos que pasar nuestra pierna derecha sobre la
espalda del agresor y apoyar nuestro pie cerca de su clavícula o
su cuello (dependiendo de la flexibilidad del hombro del agresor).
Entonces capturaremos su muñeca con la parte anterior de
nuestra rodilla y la empujaremos hacia su cabeza.
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