Identificación con el agresor (Sep 1997)

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Identificación con el agresor Cuando la agresión ha sido mucha, es simplemente imposible o catastrófico identificarse con la víctima, con el sufriente, como es lo común en los juegos (el niño persigue, tiraniza y el adulto huye y sufre, alternando posteriormente el niño al rol consolador y protector, y el adulto al de agradecimiento y apego). Es el caso del ojo por ojo, de la retaliación, la escalada; el niño asusta (intento de proyección) y el adulto asusta doble, devolviéndole el sufrimiento y un esquema de relación asimétrica-­‐
unidireccional, en que la alternancia de roles no es tolerada (estableciéndose la fantasía de la existencia de distintas naturalezas humanas), ni en juego, y el norte adaptativo es lograr y conservar la identificación con el polo agresor. Criminalidad, psicopatía. En el fondo, las víctimas internas de tales personas deben ser las peores, las más horrorizadas, sufrientes, y para deshacerse de ellas, las tienen que rehacer afuera (intento de proyección, a la fuerza) en otros, perpetuándose (así pudiendo reafirmar la distinta naturaleza). Cuanto horror habrá que sufrirse para dejar de ser victimario (imágenes de la película “La Misión”, tanto psicológica como psicosocialmente). 12 y 23 de septiembre de 1997. Jaime Yasky 
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