25 Años OTTO NOS ENSEÑA QUE LOS LÍMITES Y EL AMOR SON LA FORMULA GANADORA PARA TENER HIJOS FELICES. El cerebro del niño está en continuo desarrollo y al iniciar su independencia ya quiere tomar sus propias decisiones. Ahí, Papá y Mamá son los encargados de permitirle experimentar, crecer y a la vez mostrar LIMITES lógicos y generar acuerdos para que conozcan sus alcances y las consecuencias de sus actos. Los límites con amor y los acuerdos en familia son el regalo más grande que dejamos a nuestros hijos, pues les permite tener una buena dirección de su vida. La importancia de comprender el concepto de norma, les ayuda a entender la negación y por ende a manejar tranquilamente la frustración. Usted no promueve la felicidad de su hijo si le permite hacer siempre lo que desee. Los límites firmes y los acuerdos coherentes transmiten señales claras que los niños deben respetar dentro y fuera del hogar, de la misma manera como las señales de transito nos indican qué debemos y que no debemos hacer. Los límites deben ser acordes a cada etapa de desarrollo y muchas veces hacen referencia a las rutinas de casa como la hora de dormir, dónde y qué comer, guardar los juguetes, etc. Toda norma, límite o acuerdo debe ir acompañada de una consecuencia natural.A veces nos lleva a tener que reparar algo y otras a ser felicitado o aceptado socialmente. Es muy importante ser equilibrados y no excedernos en las normas o en la consecuencia desproporcionadas de su incumplimiento. Cuando yo le doy a los niños límites desde el amor les estoy diciendo: me importas, te escucho, te tengo en cuenta, te invito a colaborar aunque se que no es lo que más te gusta, estoy cerca de ti, te valoro, te amo. No existen formulas para establecer límites y no hay reglas universales que se puedan hacer con todos los niños. Las reglas varían en cada familia y es labor de cada uno saber qué tipo de persona quieren formar y entregar a la sociedad. Sin embargo, OTTO nos da algunas herramientas que pueden ayudarles en éste maravilloso proceso de enseñanza. No se trata de ser el padre “autoritario” ni el “sumiso”, es encontrar un puente entre padre e hijos, donde se escuchen ustedes y los escuchen a ellos, se pongan en sus zapatos, se cuiden y los cuiden, dejándolos expresarse y haciéndolos parte de este aprendizaje, para así lograr una sana convivencia y unos buenos seres humanos. El proceso consiste en: Ayudar: (0-2 años actitud receptiva) Acompañar: (2-5 años actitud participativa) OTTO NOS INVITA A TENER SIEMPRE EN CUENTA LAS 4 R: Respirar Respetar Para que nuestra actitud sea adecuada (controlada y amorosa) y poder hacer una correcta gestión de nuestras emociones logrando corregir sin dañar. Y comprender su etapa de desarrollo. Respetar el tiempo que cada niño necesite para hacerse cargo de sus actos permitiéndole cumplir las consecuencias de éstos. Responder Ante la conducta CUIDANDO nuestras palabras, el tono de voz, el lenguaje corporal y los gestos de la cara porque lo que digamos y hagamos les enseñará cómo relacionarse y resolver sus problemas a futuro. Retomar Lo que paso y hablar sobre lo que sentimos, pensamos y aprendimos aceptando los diferentes puntos de vista y soluciones. ¿CÓMO ME AYUDAN LAS 4 ACCIONES? Podemos enseñarles a escuchar su corazón para entender qué los motiva a actuar de una u otra manera. Es una tarea de autoconocimiento pues podemos entender cuáles son nuestras reacciones, comportamientos, la razón de ellas y la manera como solucionamos, concluimos o reparamos. Podemos hacerles preguntas que les permitan ESCUCHARSE y pensar en cómo actuar. Qué haces cuando terminas de comer?, ¿dónde dejas tu ropa cuando te la quitas? Las consecuencias deben ser: proporcionadas, naturales y siempre se deben cumplir; por eso debemos PENSAR antes de comprometernos con algo. Todos fuimos niños… y como tales, probar los límites y retar a los adultos es indispensable para conocer el mundo y mis propias capacidades. Permitámosles realizar pequeñas tareas y rutinas ordenadas y de acuerdo a sus capacidades y posibilidades. El ejemplo no es la mejor manera de educar, es la única”.Vivamos de manera ordenada y cumplamos las normas, acuerdos y compromisos que tenemos como adultos. No agotemos el “NO” y ojo con la “cantaleta”. Ofrezcamos alternativas para cambiar de actividad o conducta. Todos nos equivocamos… Decir los siento, reparar un daño, y experimentar una consecuencia nos entrena en la resiliencia y la compasión Las normas y límites nos permiten CUIDARNOS, adaptarnos y vivir sanamente en comunidad. Los límites nos enseñan hasta donde puedo llegar, para estar bien! Y para respetar a los otros y a todo el planeta. Enseñémosles a actuar desde ahí y no por la recompensa. Hacerme cargo de mi mismo, de mi conducta y mis actos desarrolla la seguridad y la autoestima. Delegar pequeñas responsabilidades que puedan cumplir (poner la mesa, llevar su ropa, guardar los juguetes, regar la mata)los hace sentirse capaces, responsables, “grandes” y solidarios. Los niños no tienen mala intensión. Podemos corregir sin culpabilizar. Nuestros hijos demandan tiempo de cuidado… no solo de calidad, también de CANTIDAD para así conocerlos, aceptarlos, entender sus reacciones y procesos y sobre todo para generar vínculos fuertes y significativos. En Pareja construyan normas y acuerdos y piensen en sus consecuencias naturales. Pueden ofrecer alternativas de elegir dentro de unos límites. Así les enseñamos a tomas decisiones. Los limites nos enseña a tener autocontrol, tanto a los adulto como a los niños. Las normas deben ser cortas, claras, coherentes, precisas, razonables y equitativas. Es importante explicar la norma y el porque de ella. Elogien y estimulen sus “pequeños” grandes logros. Hablemos en positivo y no desautoricemos a nuestra pareja.